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TEMA 5
LA EVALUACIÓN EN ENTORNOS VIRTUALES DE APRENDIZAJE.
1. Necesidad de evaluar: concepto y utilidad
Tal y como sucede en muchas otras disciplinas del campo de las ciencias sociales, en
lo que infierne la evaluación educativa sería difícil ofrecer una definición única y acabada
de los términos sin haber revisado con anterioridad las distintas definiciones que se han
realizado sobre el particular (Ruiz Bueno, 2007).
Objetivo de evaluación
Puede ser diverso, desde los alumnos a los docentes, personal no docente, currículum,
programas, necesidades, estrategias metodológicas, recursos, centros…
Aunque según Santos Guerra (1993: 10): “todo y todos, no sólo los alumnos, deben ser
objeto de evaluación, porque todo y todos tienen incidencia en el proceso educat ivo”.
Finalidad
El momento evaluativo
Esta dimensión está en estrecha relación con la anterior, y determinará que la evaluación
sea inicial, si se refiere a la finalidad diagnóstica; continua si se refiere a la
formativa; final, si se hace referencia a una finalidad sumativa. Es importante añadir la
evaluación diferida, aquella que permite verificar los efectos de un programa o acción
formativa a medio o largo plazo.
Identificar las
características de los
participantes (intereses,
necesidades, Admisión, orientación,
expectativa). Identificar establecimiento de grupos de
las características del aprendizaje.
Diagnóstica Inicial
contexto (posibilidades,
limitaciones, Adaptación-ajuste e
necesidades, etc.). implementación del programa.
Valorar la pertinencia,
adecuación y viabilidad
del programa.
La instrumentalización
El evaluador
Evaluación interna: sólo los protagonistas, los que participan en toda la actividad
educativa, los usuarios.
Evaluación externa: realizada por agentes externos, administración, equipo
directivo…
Heteroevaluación: cuando existe colaboración entre los protagonistas y los
agentes externos.
Autoevaluación: realizada con la finalidad de obtener un autoconocimiento sobre
su propio aprendizaje.
La evaluación desde dentro (evaluación interna), al ser realizada por las mismas
personas que desarrollan el programa, facilita la toma de decisiones respecto a la
mejora del programa. Por el contrario, la evaluación desde fuera tiene menos
repercusiones sobre el programa, ya que el evaluador externo, ajeno a la institución,
tiene menos posibilidades de actuar sobre el programa para mejorarlo o cambiarlo
(Fernández Ballesteros, 1995).
VENTAJAS INCONVENIENTES
El modelo paradigmático
Determinará el diseño a seguir. Dentro de los distintos modelos se puede optar por
aquellos que juzgan el valor o el mérito de un objeto comparándolo con los logros o
hechos realizados, por lo que estaríamos hablando del modelo de evaluación por
objetivos o en función de las necesidades y valores sociales, como sería el modelo sin
referencia a metas de Scriven.
El referente
El referente ha de ser uno de los puntos a considerar por todos los protagonistas de la
evaluación, y éstos han de ser claros, precisos y consensuados por los que participan
en la evaluación.
En esta fase de la programación didáctica, la función del formador es crear una serie de
criterios para cada etapa del aprendizaje que se va a realizar. Éstos criterios van a
decretar el tipo y el grado de aprendizaje adecuado a los contenidos y objetivos
previstos. La evaluación es fundamental para decidir sobre los resultados de cualquier
programa de formación, por ello se trata de emitir un juicio tras la recogida de la
información suficiente.
Dentro del contexto educativo se van a usar tres vocablos para dar a conocer y valorar,
de la forma más precisa, el producto de la actividad escolar, el producto educativo o el
producto de la actividad académica. Son evaluación, calificación y medida.
De hecho, la evaluación educativa tiene que abarcar todo el conjunto de fac tores
significativos que inciden, no centrándose exclusivamente en el aprendizaje, también en
la educación integral de los sujetos. También debe referirse al conjunto de elementos
que forman parte del proceso educativo, condicionando o facilitando la mejora de los
educandos.
Funciones de la evaluación
La evaluación va a abarcar objetivos en diferentes ámbitos y eso hace que las funciones
de la evaluación puedan ser muchas y diversas, e incluso coincidentes con algunos de
los tipos de evaluación.
Las funciones que va a cumplir la evaluación con los diferentes agentes que intervienen
en el proceso de enseñanza-aprendizaje son:
Funciones motivadoras
Hay diferentes clasificaciones de tipos de evaluación que dependen de los criterios que
se tomen como clasificadores. Conociendo el contexto en el que nos estamos
adentrando y adquiriendo más conocimientos, encontramos diferentes tipos de
evaluación que nos van a ser de mayor utilidad en el contexto en el cual nos vamos a
mover:
2. Planificación de la evaluación.
La evaluación es un proceso que permite tanto la recogida, como el análisis de
información más importante en que apoyar juicios de valor sobre el objeto evaluado.
Éstos se utilizarán para reconducir, las situaciones que puedan mejorarse y para una
posterior toma de decisiones sobre certificación y calificación.
La evaluación
No se debe confundir evaluación con calificación ya que esto es solamente un aspecto
más de todo el proceso evaluativo, está relacionada con la valoración o notas finales y
tiene intenciones únicamente acreditativas.
Quiénes evalúan
Profesor-tutor.
Alumnos.
Para evaluar el aprendizaje de los alumnos se diseñan una serie de actividades que el
alumno deberá resolver. Estas serán evaluadas siguiendo unos criterios.
Feedback con el alumnado
1. Actividades:
Los cursos online que se imparten utilizando plataformas formativas cuentan con
herramientas que permiten realizar un seguimiento automático de las conexiones y
participación diaria del alumnado.
Los criterios variarán en función del tipo de curso. Hay que establecer unos códigos. Un
ejemplo sería este:
Criterios de calificación:
- Presentación atractiva.
- Espacios de texto-imagen
- Buena estructuración.
La evaluación del proceso formativo permite determinar los puntos fuertes y los puntos
débiles de dicho proceso, con el fin de mejorar su calidad. La evaluación así entendida
se convierte en un continuo feedback que proporciona información cada vez más
concreta sobre que está funcionando bien y que no.
Sistemas de evaluación
Por lo tanto, la evaluación tiene que ser comprendida como un proceso que se produce
de manera continua, además se planifica dónde deben quedar especificadas cinco
cuestiones: para qué evaluar, qué evaluar, cuándo evaluar, quiénes evalúan y cómo
evaluar.
Qué evaluar:
El aprendizaje y la participación del alumnado en su aprendizaje.
El proceso de formación en su totalidad.
Cuándo evaluar:
En la evaluación inicial.
En la evaluación continua.
En la evaluación final.
Quiénes evalúan: todas las figuras que intervienen en el proceso de formación y son
Docente-tutor.
Alumnado.
En los cursos online es esencial que el alumnado obtenga un feedback de cómo está
siendo su transcurso en el curso, que sea consciente en todo momento de su posición
y así poder motivarlo si es necesario, o incrementar dicha motivación.
1.Para una planificación del curso definiendo los objetivos y los contenidos
adaptándolos a las características del grupo.
La evaluación continua, a lo largo del curso, se debe desarrollar durante todo el proceso
de aprendizaje. De esta forma se asegura que el alumnado alcance sus objetivos
planteados. Además va a aportar información para corregir o reorientar sobre la marcha
el proceso de enseñanza, da ayuda y ofrece asistencia cuando hay dudas, bloqueos o
similares.
Para evaluar el aprendizaje el alumnado crea diferentes actividades que luego tendrá
que resolver. Su evaluación se hará conforme a unos criterios. Además en algunos
cursos existen otras herramientas que proporciona control al docente puesto que
registra la participación y las conexiones de manera automática
Concretamente, para la evaluación inicial se proponen las finalidades, los objetos, los
indicadores, los instrumentos, los evaluadores y las decisiones que pueden ayudar a
plantear el plan de evaluación inicial de los aprendizajes.
Para la evaluación final hay que considerar los logros (previstos o no previstos) de los
participantes en relación con los objetivos propuestos (Ruiz Bueno, 2007).
Decisiones de mejora
En ella habrá que constatar los cambios producidos en los conocimientos, habilidades
y destrezas, actitudes, satisfacción de expectativas, motivación…, convirtiéndose estas
variables en los indicadores más relevantes de la evaluación final de los aprendizajes.
Evaluación final
La Evaluación de procesos
Si, como se ha aceptado ampliamente, la tecnología exige una cierta forma de pensar
en términos de funciones y procesos, resulta palpable que la evaluación de los procesos
exige un tratamiento de los errores y de los imprevistos. Por ello, al plantearse el
contenido de la evaluación de procesos es preciso considerar, ya en la fase del
desarrollo del sistema, la evaluación de los efectos imprevistos, sean o no deseables
(Sarramona, 1990).
Investigación longitudinal
Esta metodología cuenta con una larga tradición, con estudios de treinta a sesenta años
de duración en algunos casos, en el ámbito de la educación formal, más que en la no
formal.
Observación
Dentro de esta metodología existe una multitud de técnicas específicas que permiten
la recogida y análisis de la información sobre los procesos educativos, tales como las
ligadas al uso de listas de comprobación, escalas de calificación, descripciones
narrativas y codificaciones interactivas (cfr. Stallings y Mohlman, 1990: 639-644).
Estudio de casos
Implica la recogida y registro de datos sobre uno o varios casos, así como la preparación
de un informe o la presentación del propio caso (Stenhouse, 1990: 644-649).
De ordinario requiere la observación, participante o no, y la entrevista como métodos de
recogida de datos.
Entrevista
Los tipos de estudios de casos más útiles en esta modalidad de evaluación son: el
estudio evaluativo y el que se da en la investigación. Según Stenhouse, las fases a
seguir son:
Investigación cualitativa
Esta metodología tiene un carácter transversal, por cuanto afecta prácticamente a todos
los métodos citados, ya que bajo tal denominación se puede incluir una gama de
métodos concretos cuyo común denominador sería el no tratar los datos desde una
perspectiva exclusivamente analítica o numérica.
Triangulación
Niveles de evaluación
NIVELES DE EVALUACIÓN
EVALUACIÓN
Nivel 1
Se está en un nivel 1 de evaluación cuando se evalúa para averiguar qué tal ha salido, en
términos generales, una acción formativa (Casellas López, 2003).
Nivel 2
A su vez, esas valoraciones parciales pueden servir para plantear hipótesis sobre cuáles
son las razones por las que una acción ha salido bien o mal, y qué elementos se tendrían
que modificar para mejorarlas.
Qué se evalúa: se sigue evaluando la satisfacción de las personas del grupo con
la acción formativa e introduciendo algunos elementos de evaluación de la
calidad de la acción. Se distinguen los siguientes: el formador, la metodología
empleada, los contenidos, la documentación, el aula, aspectos temporales, el
grupo, la realización de la o las acciones, los costes, etc. Pero una verdadera
evaluación de la calidad requiere que se llegue al nivel 3, a preguntarse por los
aprendizajes que han producido.
Cuándo se evalúa: las evaluaciones que alcanzan este nivel suelen realizarse al
finalizar las acciones formativas. Sin embargo sería perfectamente posible
aplicar este tipo de análisis durante el desarrollo de las mismas, de modo que
permitiera reajustarlas sobre la marcha.
Quién evalúa: aunque lo más habitual es que en estas evaluaciones se recoja el
punto de vista de los participantes en la acción, es importante complementar
esta visión con la del propio formador: en algunos aspectos se centra en el reino
de la autoevaluación.
Cómo se evalúa: es importante incorporar valoraciones de carácter más
cualitativo a las medidas cualitativas. Es conveniente combinar el número (la
cantidad, la intensidad) con la palabra (la cualidad, los matices) a la hora de
evaluar los distintos aspectos de las acciones formativas.
Nivel 3
Se está en un nivel 3 de evaluación cuando se evalúa para averiguar y valorar lo que han
aprendido los participantes en una acción formativa. Si se alcanza este nivel es porque
se ha asumido que la satisfacción no es un indicador suficiente del aprendizaje (aunque
tal vez sea necesario) (Casellas López, 2003).
Qué se evalúa: con este nivel se termina, de momento, de evaluar la calidad de una
acción formativa: esta calidad no puede existir si no hay aprendizajes. Para moverse en
este nivel es preciso que se miren los aprendizajes desde distintos puntos de vista. Por
un lado, se debe tener en cuenta si se han cumplido los objetivos de aprendizaje
previstos, ya sean cognitivos, procedimentales o actitudinales. Por otro lado, se debe
indagar qué otros aprendizajes no previstos se han producido a los largo de la acción
formativa.
Cuándo se evalúa: aunque puede parecer que lo más lógico sería hacer esto al final, sin
embargo, evaluar los aprendizajes de manera continuada a lo largo de todo el proceso
convierte la evaluación en una herramienta más de aprendizaje.
Cómo se evalúa: es fundamental que los participantes en una acción formativa
protagonicen la evaluación de sus propios procesos de aprendizaje. Sin embargo, el
verdadero reto de las evaluaciones debería incorporar criterios más objetivos. Para ello,
hay que intentar sistematizar algunas formas de hacer que es posible que se hayan
utilizado. La evaluación de los distintos aspectos del aprendizaje (cognitivos,
procedimentales y actitudinales) pueden requerir distintos tipos de técnicas para su
evaluación.
Quién evalúa: la evaluación de los aprendizajes debe ser una responsabilidad
compartida entre formador y participante en la acción. En última instancia, sería
deseable que cada persona que se adentra en un proceso formativo lograse ser el árbitro
de su aprendizaje. Pero en esta tarea, el y la formadora deben jugar también un papel
central, aportando otros posibles criterios de valoración y un punto de vista externo que
sirva de contraste a la autopercepción de cada participante. A ambos actores de las
acciones formativas, hay que añadirles la persona que coordina. Y otro posible agente
de la evaluación puede ser el grupo.
Preguntarse acerca del resultado
Nivel 4
Qué se evalúa: lo que se evaluará en este nivel será básicamente los diferentes
aspectos de una acción formativa y los aprendizajes alcanzados. Evaluar en este
nivel, también significa, que quienes participan en la acción adecuen de forma
permanente su proceso de aprendizaje en función de las evaluaciones que de él
van realizando.
Cuándo se evalúa: en la medida en que se piensa en la evaluación como motora
de los reajustes de las acciones, cobra sentido y se hace necesario evaluar al
final de la acción formativa y durante el desarrollo de la misma. Es aquí cuando
el proceso de evaluación-formación despliega todas sus potencialidades,
gracias a la retroalimentación continua que genera el sistema de evaluación
creado. Para que esto sea verdaderamente eficaz se deberá elegir con mimo los
momentos más adecuados para recoger información, de manera que ésta
permita introducir cambios.
Quién evalúa: cada posible agente de evaluación (formador, coordinadora,
participantes en la acción) utiliza la información recogida para reajustar los
procesos de los que es responsable. Así el formador o la coordinadora
modificarán, durante o al final de la acción, el diseño de la misma. Mientras que
cada participante podrá reajustar su proceso de aprendizaje sobre la marcha.
Cómo se evalúa: en este nivel la evaluación se entremezcla de tal modo con la
acción formativa que se podría hablar de cómo conseguir una adecuada
comunicación y un adecuado manejo del grupo formativo. Esta función
de feedback debe estar presente en cada momento de la acción.
Nivel 5
Se está en un nivel 5 de evaluación cuando se evalúa para valorar la utilidad real de los
aprendizajes adquiridos.
Se está aquí cuando se ve que quizás todo lo que se cree conseguir con las acciones no
tiene una verdadera repercusión en la vida, en el quehacer de quienes participan en ellas
(Casellas López, 2003).
Nivel 6
Quien se adentra en este nivel es porque en algún momento se ha planteado que los
efectos de las acciones formativas no terminan con el cumplimiento de los objetivos de
aprendizaje, porque entiende la formación en un contexto más amplio de
transformación social.
Qué se evalúa: se puede tomar como referencia de esta evaluación tanto los
cambios que ya se tuvieran previstos como otros posibles impactos que
pudieran haber sido provocados por la acción. Es importante tener en cuenta si
las características de la acción formativa que se va a evaluar permiten que se
esté en el nivel 6.
Cuándo se evalúa: el carácter de lo que se está intentando evaluar en este nivel,
hace que se trabaje con períodos de tiempo más largos de lo habitual.
Quién evalúa: la complejidad metodológica de este tipo de evaluación puede
hacer que se tecnifique en exceso, dejándola únicamente en manos de expertos
y expertas. Entre las personas implicadas en los cambios deben estar el grupo
de participantes en la acción formativa. Al hacer una evaluación de este tipo, se
supone que ha sido el engranaje que ha permitido convertir la acción formativa
en una herramienta de transformación social.
Cómo se evalúa: evaluar en el nivel 6 es, sin duda, especialmente complejo, tanto
que se podría cuestionar si realmente es posible. Las ciencias sociales han
desarrollado suficientes y adecuados instrumentos como para que se pueda
valorar, no ya la relación causa-efecto entre las acciones formativas y los
cambios en una determinada realidad social, sino su posible influencia en ell os.
Los estilos de comunicación tendrán mucha relación con nuestras habilidades sociales.
Por eso, debemos conocer cuáles son nuestras conductas y las del resto de
componentes del grupo, cómo podemos identificarlas, y reconocer qué conductas
queremos adquirir.
Estilos de comunicación
Las habilidades sociales son un conjunto de conductas emitidas por una persona en un
contexto interpersonal. Expresan sentimientos, actitudes, deseos, opiniones o derechos
de esa persona, de un modo adecuado a la situación, respetando las conductas de los
demás y resolviendo de inmediato los problemas surgidos en una situación
determinada, minimizando la probabilidad de futuros problemas. Nuestras conductas
pueden ser:
Comportamiento no verbal: ojos que miran hacia abajo, voz baja, gestos
desvalidos, negando importancia a la situación, postura hundida, se retuerce las
manos, tono de voz vacilante o de queja, risas “falsas”.
Conducta verbal: "Quizás", “supongo”, “me pregunto si podríamos”, “¿no crees
que…?”, “eh”, “bueno”, “realmente no es importante”, “no te molestes”, etc.
Efectos: conflictos interpersonales, depresión, desamparo, autoimagen pobre, se
hiere a sí mismo, pierde oportunidades, tensión, se siente sin control, soledad, no
se gusta a sí mismo ni a los demás, se siente enfadado.
Conducta Asertiva. Expresa de forma directa los propios sentimientos, deseos,
derechos legítimos y opiniones, sin amenazar o castigar a los demás y sin violar los
derechos de esas personas.
Comportamientos no verbales: contacto ocular directo, gestos firmes, mensajes
en primera persona, verbalizaciones positivas, respuestas directas a la situación,
manos sueltas.
Conducta verbal: “pienso”, "siento", "quiero", "hagamos", "¿cómo podemos
resolver esto?", "¿qué piensas?", "¿qué te parece?", etc.
Efectos: resuelve los problemas, se siente a gusto con los demás, se siente
satisfecho/a, se siente a gusto consigo mismo/a, relajado/a, se siente con
control, crea y fabrica la mayoría de las oportunidades, se gusta a sí mismo/a y
a los demás, es bueno para sí y para los demás.
Conducta Agresiva. Defiende sus derechos y expresa sentimientos, opiniones y
pensamientos de manera inapropiada e impositiva, transgrediendo los derechos de los
demás.
Comportamiento no verbal: gestos hostiles o amenazantes, miradas intensas y
desafiantes, voz alta, habla rápida y fluida, ataques físicos, posturas
intimidadoras….
Conducta verbal: "harías mejor en…", "si no tienes cuidado…", "debes estar
bromeando…", "deberías", etc.
Efectos: conflictos interpersonales, culpa, frustración, imagen pobre de sí
mismo/a, hiere a los demás, pierde oportunidades, tensión, se siente sin control,
soledad, no le gustan los demás, se siente enfadado….