Editadol Como Afecta La Violencia A Las Mujeres en Vzla Encabezado 4

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Agradecimientos:

Desde Cepaz queremos agradecer al grupo de mujeres que con su espíritu


colaborativo participaron en la realización de este informe, reconociendo el es-
fuerzo comprometido y la sistematización de las reflexiones en este informe
por parte de Luisa Kislinger y Magalli Huggins, al igual que, aquellas mujeres que
con sus ideas, comentarios, trabajos y aportes en nuestras distintas mesas de dis-
cusión ayudaron a construirlo: Ofelia Alvarez, Evangelina Garcia Prince, Adriana
Lander, Barbara Puglisi, Oriana Guerra y en especial, a todas las mujeres de la
Red de Mujeres por los Derechos Humanos – REDDEMU, quienes han sido inspira-
ción y motor para esta iniciativa.

Beatriz Borges
Directora Ejecutiva de Cepaz

1
Presentación:

La idea de la realización de este informe surge con base a la preocupa-


ción de CEPAZ sobre el aumento de la violencia en el contexto nacional y su
afectación particular hacia las mujeres en Venezuela. Teniendo en cuenta el
marco jurídico de protección especial, pero ante el cual, no se cuentan con cifras
ni aproximaciones oficiales de ningún tipo para poder hacer diagnósticos eficien-
tes y brindar respuestas eficaces. Hemos visto el avance a nivel conceptual, doc-
trinario y en el desarrollo de la normativa internacional y nacional para abordar
este grave flagelo. Sin embargo, todavía la realidad sobre esta problemática si-
gue siendo adversa para las mujeres, por lo que consideramos necesario dialogar
desde la sociedad civil sobre estos temas y exigir al Estado respuestas apropiadas
desde una observación crítica y consciente.

En Venezuela nos encontramos en un contexto de violencia generalizada y


que necesariamente tiene su impacto diferenciado en las mujeres. Cada día ob-
servamos cómo son más los titulares noticiosos sobre mujeres asesinadas en cir-
cunstancias de violencia. Frente a esto, vemos a un Estado que ha hecho avan-
ces legislativos e incluso, genera la tipología penal de feminicido para castigar Comentado [lml1]: Referente a la Reforma de la
esos tipos de crímenes. Sin embargo, el poder determinar cómo las causas de LDMPVLV
muertes violentes son por razones de género está en una gran distancias de las
acciones del Estado. Si bien es cierto que todos los feminicidios pueden ser califi-
cados como homicidios, no todos los homicidios de mujeres son suscepti-
bles de ser calificados como feminicidios, ya que, estos últimos hacen referencia
específica a las muertes violentas de mujeres por razones de género

En este informe pretendemos hacer una reflexión general sobre la "violen-


cia que afecta a las mujeres en Venezuela" y de allí hacer un breve análisis sobre
los distintos tipos de violencia y cómo las mismas afectan a las mujeres de forma
particular y diferenciada. Es por esto que nuestro análisis sobre los diferen-
tes tipos de violencia que afectan a las mujeres tiene dos puntos de partida: pri-
mero, dar una mirada a dichas tipologías y cómo estas en un entorno general
de conflictividad social alta (como es el caso de Venezuela) se refleja en las mu-
jeres; y segundo, desde la mirada conceptual del feminicidio, cuáles son las ne-
cesidades y retos que están en la agenda de esta problemática en Ve-
nezuela. Frente a éstos dos planteamientos haremos unas primeras reflexiones y
conclusiones que nos permitirán generar propuestas desde la sociedad civil.

Para ésta reflexión hemos tomado en cuenta referencias no sólo de muer-


tes por violencia de género, sino también en lo relativo a cómo las mujeres se ven
afectadas por la violencia común delictiva, la cual, de acuerdo a los datos que
presentan las cifras negras en la prensa, va en aumento vertiginoso. Igualmente,

2
buscamos otras fuentes de información que nos permiten ver en cuales otros ám-
bitos están muriendo las mujeres en Venezuela, a los fines de analizar las
causas de las muertes y su vinculación o no con la violencia de género.

Como mencionamos, no existe data ni cifras oficiales sobre ésta temática


en Venezuela. Es por ello, que el principal reto al elaborar este informe es no tener
información oficial. Sin estas datas o estadísticas, se hace muy difícil llegar a un
diagnóstico fiable de cómo la violencia generalizada afecta de manera diferen-
ciada a las mujeres en Venezuela, debido a ello se hace cuesta arriba demandar
respuestas eficaces al Estado. Es por ello, que parte del trabajo a realizar por la
sociedad civil es ejercer presión, para que desde el Estado se genere un sistema
de datos y estadísticas que evalúen cómo la violencia generalizada está afec-
tando a las mujeres. Además, de cómo la falta de análisis circunstancial por parte
del Estado, puede llegar incluso a ser violencia de genero.

3
Introducción:

1. La violencia contra la mujer impide su plena participación en la sociedad y


constituye una violación a sus derechos humanos. Se trata de una problemática
compleja que cada día recibe mayor atención por parte de los Estados y de la
sociedad en general. Según cifras de la Organización Mundial de la Salud (2013),
se calcula que por lo menos una 3 de cada 10 mujeres ha sufrido algún tipo de
violencia física o sexual a lo largo de su vida. La violencia en general, incluyendo
la violencia homicida, tiene su origen en causas variadas y complejas. Sin embar-
go, la violencia contra la mujer está caracterizada por ser perpetrada sobre la
base de relaciones históricas de desigualdad y subordinación entre hombres y
mujeres, enraizadas en el sistema patriarcal que predomina todavía hoy en el
mundo entero. Este tipo de violencia es a la vez un vehículo de perpetuación de
la subordinación de las mujeres a los hombres, y una consecuencia de tal subor-
dinación (ONU, 2006).

2. La violencia contra la mujer está presente en la sociedad venezolana. Para ha-


cerle frente, nuestro país cuenta con la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mu-
jeres a una Vida Libre de Violencia, aprobada en 2007. Se trata de un instrumento
legal pionero en la región por ser la primera ley integral que identificó 19 tipos (Ar-
tículo 15) distintos de violencia contra la mujer, ampliando así las categorías y
ámbitos donde ésta se suscita. Sin embargo, la implementación de la Ley Orgáni-
ca sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia ha sido no sólo
lenta en el tiempo, sino limitada en áreas e impacto. Un ejemplo claro es la falta
de acceso efectivo a la justicia por parte de las mujeres víctimas de violencia.
Según Amnistía Internacional, teniendo como referencia estadísticas oficiales, sólo
el 1% de las más de 70.000 denuncias por violencia contra la mujer recibidas en
2014 llegaron a juicio, mientras que se estima que el 96% de los casos procesados
no acabaron en condena.1

3. En el año 2014, la ley fue modificada para incorporar dos tipos adicionales de
violencia contra la mujer: el femicidio y la inducción o ayuda al suicidio, con lo
cual se llegó a un total de 21 tipos de violencia identificadas. El reconocimiento e
incorporación del femicidio en la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a
una Vida Libre de Violencia constituye un paso importante en los esfuerzos por
visibilizar esta problemática, cuya complejidad traspasa los confines de tipos pe-
nales generales como el homicidio, los cuales ignoran las dimensiones de género
de estos crímenes y el contexto en el cual ocurren. Como ha dicho la Profesora
Rashida Manjoo, ex Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre la violencia
1
Disponible en https://www.amnesty.org/es/countries/americas/venezuela/report-venezuela/ Visualizado el 1 de marzo de
2016.

4
contra la mujer, sus causas y consecuencias: la muerte violenta de una mujer por
motivos de género constituye el último acto en un continuum de violencia (Con-
sejo de Derechos Humanos, 2012). En su informe anual del año 2012, la Profesora
Manjoo, basándose en el Estudio Global sobre Homicidios de 2011 de la Oficina
de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNDOC), señaló que las muer-
tes violentas de mujeres sucedían principalmente a manos de sus parejas íntimas
o de sus familiares, y que las mujeres tenían más probabilidades de morir en sus
hogares que fuera de éstos.

4. En el contexto venezolano, la falta de información oficial sobre datos funda-


mentales relacionados con numerosas problemáticas sociales se ha convertido
en una política sostenida desde hace ya varios años. La escasez y/o inconsisten-
cia de cifras oficiales y los numerosos obstáculos al acceso a la información oficial
se erigen como un impedimento en el trabajo por prevenir y erradicar la violencia
contra la mujer en todas sus formas. Mientras se desconozca la magnitud real de
problemáticas como el femicidio, los diagnósticos objetivos y el diseño de políti-
cas y programas para hacerle frente seguirán siendo una tarea pendiente. Por
otra parte, el abordaje de situaciones complejas requiere del concurso de dife-
rentes sectores de la sociedad, incluyendo a las organizaciones de la sociedad
civil. Actualmente, esta colaboración y apoyo mutuo con instancias guberna-
mentales está severamente limitado, lo cual va en detrimento de la vida de las
mujeres y de la sociedad en su conjunto.

5. Ante un panorama como el descrito, el presente informe constituye una prime-


ra aproximación al análisis de los tipos de violencia que afectan y cercenan la
vida de las mujeres en Venezuela, contribuyendo con su visibilización y compren-
sión. Al mismo tiempo, se propone servir de base para la realización de un segui-
miento sistemático de este tipo de hechos a futuro.

5
Contexto Venezolano:

6. La violencia contra la mujer en Venezuela se produce en un contexto general


de alta criminalidad y violencia. Según estimaciones del Observatorio Venezolano
de Violencia, el año 2015 registró 27.875 muertes violentas (2015). Esto significa una
tasa de 90 fallecidos por cada 100.000 habitantes. Según el Estudio Global sobre
Homicidios del año 2013, de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el
Delito (UNDOC), el promedio anual de homicidios a nivel mundial era de 6,2 por
cada 100.000 habitantes, y a nivel regional, 16,3 por cada 100.000 (UNDOC, 2013).
Para ese momento, Venezuela se encontraba sólo después de Honduras, como el
país con mayor número de homicidios.2

7. De acuerdo con el Observatorio Venezolano de Violencia, son varios los facto-


res que inciden en el aumento de la violencia y la criminalidad (2015). Entre ellos
cita el aumento de la presencia del delito organizado en nuestro país, el deterioro
de los cuerpos de seguridad, la militarización represiva, aunado a una impunidad
generalizada, el empobrecimiento de la sociedad y la destrucción institucional
que se traduce en la ausencia de aplicación de normas y leyes, dando paso a la
arbitrariedad del poder y el predominio de la relaciones sociales basadas en el
uso de la fuerza y de las armas. Desde luego que la violencia contra la mujer no
escapa a estos factores. En ellos se engloban aspectos específicos como las difi-
cultades encontradas por las mujeres de acceder a la justicia, las deficiencias del
sistema de investigación criminal y la protección de las mujeres afectadas por la
violencia, incluidas las pericias forenses, así como la ausencia de sanciones a fun-
cionarios y funcionarias que no actúen con debida diligencia en procedimientos
relacionados con violencia contra la mujer en general, y femicidio en particular.

2
Las cifras utilizadas por el Estudio Global sobre Homicidios corresponden al año 2012. Para ese momento, Honduras tenía
un promedio anual de homicidios de 90,4 por cada 100.000 habitantes, seguida por Venezuela con 53,7 por cada 100.000
habitantes.

6
¿De qué muere la mujer venezolana hoy?

8. Intentar dar respuesta a esta pregunta, nos obliga a entender el contexto en el


cual mueren hoy las venezolanas y los venezolanos. Y es así, porque la compleja
situación política, económica, social y de violación a los derechos humanos en
general que vivimos en Venezuela -ya reconocida internacionalmente - es un
elemento fundamental, no sólo en cuanto a los riesgos de muerte por causas no
naturales o fuera de los límites esperados por el normal proceso de salud-
enfermedad-muerte, sino por la imposibilidad, ya comentada, de acceder a las
estadísticas oficiales en cualquier área de la vida colectiva.
9. Las estadísticas de mortalidad en Venezuela no están disponibles desde hace
más de diez años si nos referimos a los datos del Ministerio del Poder Popular de
Interior, Justicia y Paz, institución que controla todas las instancias que registran,
analizan y tienen la obligación de publicar las estadísticas oficiales. Solamente se
puede disponer información estadística no oficial de los medios de comunicación
en permanente cobertura de las medicaturas forenses, lo cual si bien es de suma
utilidad, sólo nos puede suministrar un dato aproximado de la realidad.
10. La otra fuente son los datos provenientes del trabajo permanente del Observa-
torio Venezolano de la Violencia, el cual de manera rigurosa presenta al público
la información anual. Sin embargo, estos datos no siempre pueden proveernos de
la información que requerimos para nuestro análisis desde la perspectiva de gé-
nero, sobre la mortalidad femenina y masculina, a pesar de la gran utilidad que
tienen para nuestro tema.
11. La información oficial del Ministerio del Poder Popular para la Salud sobre la
mortalidad por causas externas tampoco está disponible desde el año 2013 y, es
hasta el año 2012 que podemos utilizar la data del Anuario de Mortalidad para
nuestro estudio y análisis, con fines académicos y de información sobre los dere-
chos humanos de las mujeres en Venezuela, en particular el derecho a la vida.
Hasta ese año podemos establecer comparaciones y estudiar las características
de la mortalidad femenina.
12. Lo anterior se hace aún más complejo cuando queremos saber lo que está
sucediendo en términos de la mortalidad de las mujeres en el sector salud, más
allá de la mortalidad materna, la cual debería aparecer mensualmente en los
Boletines Epidemiológicos del Ministerio de Salud. Pero éste no circula desde el
segundo semestre de 2015. Esta situación es sumamente grave en los últimos tres
años, cuando las instituciones de salud viven una crisis profunda de violencia insti-
tucional, llevando a una alta proporción de ciudadan@s venezolan@s a no ac-
ceder a los diagnósticos, tratamientos y las cirugías necesarias para evitar la
muerte por enfermedades crónicas y/o accidentes. Esto es particularmente grave

7
para la población de la tercera edad,3 la cual en nuestro país tiene un predomi-
nio femenino debido a su mayor longevidad, durante la cual acumula procesos
degenerativos y, cada día, tiene menos acceso a los medicamentos necesarios.
Según el Anuario de Mortalidad del año 2012, podemos ver las 10 principales cau-
sas de mortalidad de hombres y mujeres en Venezuela. Este dato no discrimina el
grupo de edad sino el sexo.

MUJERES HOMBRES

N° CAUSA f N° CAUSA f
1 Cáncer 18.393 1 Enfermedades del corazón 17.867
2 Enfermedades del corazón 12.696 2 Cáncer 14.667
3 Enfermedades cerebrovascula- 5.550 3 Suicidios y homicidios 9.959
res
4 Diabetes 5.326 4 Accidentes de todo tipo 7.080
5 Ciertas afecciones originadas 2.256 5 Enfermedades cerebrovasculares 5.758
en el período perinatal.

6 Enfermedades crónicas de las 1.926 6 Diabetes 5.202


vías respiratorias inferiores

7 Influenza y neumonía 1.757 7 Ciertas afecciones originadas en 3.198


el período perinatal
8 Accidentes de todo tipo 1.404 8 Enfermedades del hígado 2.337
9 Anomalías congénitas 1.119 9 Enfermedades crónicas de las vías 2.190
respiratorias inferiores
10 Tumores benignos y de com- 1.033 10 Influenza y neumonía 2.022
portamiento incierto o desco-
nocido
Fuente: Anuario de Mortalidad 2012. Ministerio del Poder Popular para la Salud. Caracas.

13. Si bien el cáncer y las enfermedades del corazón es compartida por ambos
géneros en el primer y segundo lugar, las causas externas –accidentes y suici-
dios/homicidios- marcan una diferencia absoluta. Los accidentes aparecen en el
octavo lugar en las mujeres con una marcada diferencia con las primeras causas
y, suicidios/homicidios no ingresa a las diez primeras causas. Pero, en los varones
los suicidios/homicidios ocupan el tercer lugar, y debemos añadir que realmente
los homicidios constituyen más del 85% de la categoría. Por si fuera poco, vemos
que los accidentes de todo tipo, se ubican en el cuarto puesto, lo cual está fun-
damentalmente constituido por accidentes de transporte tanto de vehículos co-

3
Según el Censo de Población de 2011, el 32,4% de la población era mayor de 59 años, y el 6% se encontraba
entre 60 años y más.

8
mo de motos. Esto es coherente con la cultura dominante de género en el país en
la cual el patrimonio de la acción violenta es masculino lo cual lo coloca en per-
manentes situaciones de riesgo, y a su vez, se convierte en el actor que genera la
muerte violenta de otros y otras.
14. Esto nos lleva a la valoración del contexto sociopolítico del país, en el cual se
han desarrollado situaciones que a nivel nacional han cambiado radicalmente la
cotidianidad de su ciudadanía. Haremos algunas referencias porque dan expli-
cación no sólo del deterioro de la calidad de vida de las y los venezolanos, sino
del diferencial de género entre la mortalidad femenina y la masculina.

9
Vida o calidad de vida como derecho:

15. Es conocido nacional e internacionalmente que Venezuela es el país con la


mayor tasa de inflación en el continente y casi en el mundo, lo cual ha llevado a
una devaluación progresiva y constante del salario de mujeres y hombres traba-
jadores. El alto costo de la vida medido en ingreso vs capacidad de compra del
salario demuestra la imposibilidad de cubrir la canasta alimenticia de la familia
venezolana promedio de cinco (5) integrantes.
16. A finales del 2015 la Encuesta Encovi4 afirmaba que «la estructura de precios
en Venezuela es absolutamente distorsionada…haciendo…surgir mercados se-
cundarios o negros en los cuales se abastecen un número indeterminado de con-
sumidores»5, calculando la inflación en 170% (reconocida la de alimentos en
200%). En el mismo año «el 73% de los hogares estaban en condición de pobreza,
habiendo aumentado un 53% en un año y la pobreza extrema se duplicó»6. Esto
nos explica la situación desesperada en la búsqueda de comprar alimentos con
un salario mínimo devaluado. Hoy la situación es más grave ya que los precios
para el 24 de junio, se han incrementado en 700% según Datanalisis, debido a la
escasez y la inflación. A su vez, Ecoanalítica7 reporta que «86% cayó la asignación
de divisas al sector privado solo a través del Cencoex entre mayo del año pasado
e igual mes de este año»8 lo cual significa que continuará la escasez, al igual que
las colas para conseguir alimentos y sus secuelas de violencia. No puede enton-
ces extrañarnos que las colas, marcadamente femeninas en su composición aun
cuando los hombres se han venido incorporando, sean un encuentro cada día
más violento ante la presencia clara en las mismas de “bachaqueras” y “bacha-
queros”9. Aun la violencia no ha llegado a muertes masivas, pero ya comienza a
aparecer noticias de casos de agresiones fuertes y muertos en las colas, algunas
por infarto y otras por violencia. En los meses de junio y julio 2016 se reportaron ca-
sos de mujeres embarazadas agredidas por oficiales de la Guardia Nacional Boli-
variana mientras se encontraban haciendo la cola, ocasionándoles lesiones que
van desde conatos de aborto hasta partos prematuros causados por golpes y
empujones.10 Esto debe ser calificado como violencia institucional pues el Estado

4
UCAB, UCV, USB, Red de Seguridad Ciudadana, Lacso, Fundación Bengoa y Comir. Encuesta sobre Con-
diciones de Vida en Venezuela. Pobreza y Misiones Sociales. Noviembre 2015.
5
Ibid., 4
6
Ibid., 5
7
http://www.elimpulso.com/noticias Barquisimeto, 27-06-2016
8
http://www.el-nacional.com/economia Caracas, 27-06-2016
9
Término coloquial con el cual se designan a aquellas personas que adquieren productos a precios regulados
en los establecimientos comerciales para luego revenderlos a precios considerablemente más elevados en el
mercado ilegal o negro de productos.
10
http://www.elpropio.com/actualidad/Sucesos_0_991700844.html

10
es responsable de garantizar el acceso libre y suficiente a la alimentación de la
población, lo cual evidentemente no está siendo así. Para el primer semestre de
2016, la desnutrición ya es marcada en los niños y niñas y en las mujeres jóvenes
embarazadas. Existen informes de madres que dejan de comer por dar lo poco
que consiguen a sus hijos/as, quienes cada vez con mayor frecuencia se ausen-
tan de la escuela por no tener comida en el hogar, siendo en ocasiones devuel-
tos por desmayarse de hambre.
17. El segundo gran problema de la escasez son los medicamentos. Los represen-
tantes del gremio farmacéutico declaran que ya es difícil conseguir casi el 90% de
los medicamentos para condiciones crónicas, lo cual aumenta el índice de mor-
talidad en personas de tercera edad que sufren de hipertensión arterial, mal de
Parkinson, cáncer, etc. Es de esperar entonces que las cifras de mortalidad por
cáncer y por enfermedades del corazón hayan aumentado significativamente
durante los tres últimos años. «En 2015 Provea registró en su base de datos un total
de 3.719 denuncias sobre deficiencias en el sistema sanitario…y de ellas 52% estu-
vieron relacionadas con los elevados niveles de desabastecimiento de medicinas,
47% con agudas carencias de dotación y equipamiento, déficit de personal, in-
fraestructura colapsada y cierre o paralización de servicios en hospitales y ambu-
latorios públicos, incluyendo centros de la Misión Barrio Adentro, y 0,7% con pro-
blemáticas similares en centros de salud privados»11. Todo esto aumenta, induda-
blemente, las muertes por enfermedades tratables y/o curables, aun cuando se
oculten los datos de la mortalidad hospitalaria.
18. La realidad hasta aquí planteada afecta no sólo la salud física de la pobla-
ción -particularmente de las mujeres-, sino también la salud mental. La depresión
avanza y los hospitales que atienden esta problemática no poseen medicamen-
tos indicados para este tipo de condiciones. Los mismos tampoco se encuentran
en la red comercial de farmacias. Igual sucede con las crisis de angustia, ansie-
dad y otras problemáticas de la salud emocional. Si bien algunos hablan de au-
mento de los índices de suicidio esto no es comprobable por la falta de informa-
ción oficial. Y los hospitales psiquiátricos no escapan a la escasez de comida y
medicamentos, como el caso del Hospital Psiquiátrico de La Concepción en el
Estado Zulia que cerró sus puertas porque desde enero no recibía alimentos ni
medicinas. Parte de los pacientes (84) fueron trasladados al Hospital Psiquiátrico
de Maracaibo.12
19. Otro dato relevante es la mortalidad por causas externas que se encuentra en
el mismo Anuario de Mortalidad del Ministerio de Salud, cuya fuente original son
las partidas de defunción firmadas por los médicos que laboran en el sistema na-
cional de salud o en las medicaturas forenses de todo el país. Se incluyen acci-

11
http://www.derechos.org.ve/ Caracas, 07-06-2016. Puede verse el Informe Anual de Provea en su página
web.
12
http://www.noticiasvenezuela.org 24-05-2016

11
dentes de todo tipo: suicidio, homicidios, muertes por personal de los cuerpos de
seguridad del Estado y muertes de intención no determinada, es decir aquellas en
la cual la información disponible es insuficiente para que la autoridad médica o
legal pueda distinguir entre accidente, suicidio o lesión autoinfligida y, agresión u
homicidio. Veremos cómo se distribuyen los datos de acuerdo al género de la
persona fallecida.

12
Información Epidemiológica de las Causas Externas:

20. La mortalidad femenina por causas externas, en general, es mucho más baja
si la comparamos con la masculina que asciende a más del 85% del total. Sin em-
bargo, podemos considerarla alta ya que mueren en el país en el año 2012 una
tasa de 24,76 mujeres por cada 100.000. Si bien los hombres mueren principalmen-
te por homicidios y accidentes de todo tipo (principalmente de tránsito), las muje-
res lo hacen por accidentes de todo tipo, es decir, además de tránsito, caídas,
ahogamientos, choques eléctricos, quemaduras, etc. Los homicidios no entran en
las 10 primeras causas de muerte en mujeres, pero los accidentes ocupan el cuar-
to (4) lugar entre estas causas en el caso de los hombres.
21. Este es un dato muy interesante que merece una mayor indagación a fin de
saber qué encierra, entre ellos por ejemplo la llamada Exposición a fuerzas mecá-
nicas inanimadas la cual incluye golpe por objeto, disparo de arma de fuego y
otras fuerzas mecánicas inanimadas y no especificadas. Aquí se observa la baja
confiabilidad que encierra el dato que puede encubrir homicidios o caídas vio-
lentas por empujones, golpeadas con objetos contundentes, etc., siendo dudoso
el accidente. Estos casos, normalmente, no son sometidos a averiguación por los
cuerpos policiales.
22. En cuanto a los datos de causas externas de intención no determinada, es
realmente importante señalar que la alta cifra de este dato implica «mayor subes-
timación de los datos de mortalidad real (homicidios, suicidios y lesiones no inten-
cionales)»13. Es decir, que por esta categoría se ocultan muertes intencionales. La
OMS considera que estos casos no deben sobrepasar el 5% y en nuestro país en el
año 2012, el Anuario de Mortalidad reporta un total de homicidios por armas de
fuego de intención no determinada de 6.683 y de ellas sólo 265 mujeres. Es decir,
las muertes de intención no determinada significan un 75% de las que fueron de-
claradas en las partidas de defunción como intencional u homicidio, 8.901. ¿Cuál
es la validez de este dato? Aun sumándolos, la información queda muy lejos de
los datos del Observatorio Venezolano de Violencia que en su reporte del mismo
año nos informa de un total de 21.692 víctimas de la violencia.
23. En cuanto a la muerte de mujeres por causas externas, según la data oficial
del Ministerio de Salud en el año 2012 murieron 3.598 mujeres distribuidas de la si-
guiente manera:

13
Boletín de Vigilancia de Enfermedades No Transmisibles y Factores de Riesgo Nro. 6. Buenos Aires. 2013.

13
Causa f %
Accidentes 1206 33.52
tránsito
Otros acciden- 783 21.76
tes
Homicidios 583 16.20
Int. No determi- 831 23.10
nada
Suicidios 129 3.59
Otras causas 66 1.83
Total 3.598 100
Fuente: Anuario de Mortalidad 2012. Ministerio del Poder Popular para la Salud. Caracas

24. Volvamos ahora a nuestro planteamiento inicial de indagación. ¿De qué mue-
ren las mujeres en Venezuela? A la luz del análisis de los datos de mortalidad por
causas externas del año 2012 las principales causas son: accidentes, homicidios,
intención no determinada, otras causas y suicidios, es decir, 2.392. Solo tenemos
un dato general lo que no nos perite vincular esta informacion con los supuestos
de violencia de genero.
25. La primera observación que salta a la vista es que la mayoría en el caso de las
muertes de mujeres por causas externas (no accidentes de tránsito) cae en la ca-
tegoría intención no determinada, es decir, no se sabe qué pasó. Un 23% pudo ser
intencional, pero no lo sabemos y los médicos de los centros de emergencia o de
salud en general y los forenses tampoco. De acuerdo a como ha recrudecido la
violencia en Venezuela podemos suponer que este datos también debe haber
aumentado. Si volvemos al Observatorio Venezolano de Violencia encontramos
que, si bien para el año 2012 la tasa de muertes violentas por 100 mil habitantes
llegaron a 73, para el 2015 se remontaron a 90 por cada 100 mil habitantes. Cuán-
tas de ellas mujeres y cuántas de intención no determinada sigue siendo un dato
por verificar.
26. Si continuamos viendo esta data con perspectiva de género, podemos supo-
ner que muchos feminicidios están encubiertos en esta información, lo cual signifi-
ca que los pocos que se conocen según la información de prensa pueden ser la
cabeza del alfiler, y muchos otros quedan inadvertidos. Esto lo decimos por la ca-
lidad del dato policial al cual hemos podido tener acceso y que veremos poste-
riormente.

14
Homicidios de mujeres en Venezuela – Femicidio:

27. Antes de analizar los homicidios de mujeres en Venezuela, es necesario dete-


nernos por un momento a considerar la noción de femicidio y sus fundamentos
conceptuales y jurídicos. El femicidio no es una nueva forma de violencia. Se tra-
ta, sin embargo, de un concepto relativamente nuevo que ha emergido para
caracterizar una modalidad de violencia extrema contra la mujer que acaba con
sus vidas. En algunos círculos se señala que el femicidio consiste en el asesinato de
mujeres por el simple hecho de ser mujer. Sí bien ello es cierto, esta caracteriza-
ción incurre en una simplificación injustificada que deja de lado el hecho alta-
mente relevante de que estos asesinatos son el producto de un ciclo de violencia.
El femicidio abarca el contexto violento en el cual viven numerosas mujeres, que
desencadena en la muerte pero que ha sido precedido por violencia psicológica,
verbal o sexual, secuestros, torturas de diversa índole, acoso, explotación sexual,
violencia patrimonial, entre muchos otros. Las mujeres sometidas a ciclos conti-
nuos de violencia, que viven en condiciones de discriminación en base a su géne-
ro y bajo amenaza, están “condenadas a muerte, temiendo ser ejecutadas”
(Consejo de Derechos Humanos, 2012). De manera que los femicidios no son inci-
dentes aislados que se producen de la nada, sino que son hechos derivados de la
culminación de un continuum de violencia. Desde una perspectiva global, existe
gran preocupación por la impunidad que rodea al femicidio. Según ha señalado
el Secretario General de la ONU, Ban Ki Moon, dicha impunidad convierte a la
violencia contra la mujer en un mecanismo de control. Cuando los Estados in-
cumplen sus obligaciones de llevar a los perpetradores ante la justicia, la impuni-
dad no sólo intensifica la subordinación e impotencia de las víctimas, sino que,
socialmente, comunica el mensaje de que la violencia machista es no sólo acep-
table, sino inevitable, con lo cual los patrones de conductas violenta en los hom-
bres se convierten en algo normal (Consejo de Derechos Humanos, 2012).

28. El término femicidio fue originalmente propuesto por las feministas anglosajo-
nas. Aunque la autora feminista Diana Russell había realizado una ponencia sobre
el tema en el Primer Tribunal Internacional de Crímenes contra Mujeres (Bruselas,
1976), fue gracias a su trabajo a partir del año 1990 que el término adquirió rele-
vancia.14 Junto a Jane Caputi, publicó el artículo Speaking the Unspeakable (ha-
blando de lo innombrable), en el cual se señala que los asesinatos de mujeres por
parte de hombres están motivados por odio, desprecio, placer o sentido de pro-
piedad (Atencio, 2011). Posteriormente, Rusell, junto con Jill Radford, establecieron
que el femicidio es el asesinato misógino de mujeres cometido por hombres, cuya
meta – deliberada o no – es preservar el lugar subordinado de las mujeres en la

14
Aunque la misma Russell señala que el término ha estado en uso por más de dos siglos, habiendo aparecido por primera vez en e l texto
A Satirical View of London (Inglaterra, 1801) para denominar el asesinato de una mujer.

15
sociedad. De manera que se trata de un concepto político que visibiliza la de-
sigualdad, marginalidad y riesgo en el cual viven las mujeres.

29. El término también ha sido usado en el contexto de asesinatos de mujeres tan-


to en la esfera pública como en la privada. En el informe de la Relatora Especial
sobre Violencia contra la Mujer, sus causas y sus consecuencias (2012) se señala
que en algunos contextos europeos, el femicidio ha sido descrito como “crimen
pasional”, mientras que en el sudeste asiático se ha utilizado para englobar prác-
ticas culturales específicas de la región como el infanticidio femenino, la mortali-
dad preadolescente de niñas, y muertes relacionadas con la dote. Con el alar-
mante aumento de formas extremas de violencia contra mujeres y niñas en los
años 90, incluyendo en México, El Salvador y Guatemala, existía una necesidad
apremiante por crear y adoptar nuevos conceptos y estrategias para hacer fren-
te a este fenómeno. Así, la región de América Latina ha sido testigo de un debate
académico, surgido principalmente del feminismo mexicano, sobre la pertinencia
de la utilización de los términos “femicidio” o “feminicidio”, los alcances de su de-
finición desde el punto de vista teórico, y las distintas representaciones o tipos
abarcados por uno u otro. Valga sólo resaltar la posición de la antropóloga Mar-
cela Lagarde, quien aboga por el uso de “feminicidio” toda vez que, a su juicio,
engloba lo que ella considera “una fractura del Estado de derecho que favorece
la impunidad. Es un crimen de Estado” (Atencio, 2011). De este modo, la violencia
de género y el feminicidio serían, para Lagarde, crímenes de naturaleza política, y
su tratamiento y resolución una asignatura pendiente de los Estados.

30. El debate entre el uso de uno u otro término no ha sido resuelto, pero ello no
ha sido obstáculo para el trabajo de activistas, organizaciones y gobiernos por
hacer frente a este fenómeno. Sí bien no existe una definición internacionalmente
aceptada, un concepto generalmente admitido de femicidio en nuestra región,
formulado por el Comité de Expertas/os (CEVI) del Mecanismo de Seguimiento
para la Implementación de la Convención Interamericana para Prevenir, Sancio-
nar y Erradicar la Violencia contra la Mujer “Convención de Belém do Pará” (ME-
SECVI), es

“(…) la muerte violenta de mujeres por razones de género, ya sea que ten-
ga lugar dentro de la familia, unidad doméstica o en cualquier otra relación in-
terpersonal, en la comunidad, por parte de cualquier persona, o que sea perpe-
trada o tolerada por el Estado y sus agentes, por acción u omisión.” (MESECVI,
2008)

31. No obstante, como se evidencia del informe de la Relatora Especial (2012),


existe muy poca consistencia entre distintos marcos normativos en relación al fe-
micidio, lo cual unido a debilidades en los sistemas de información y deficiencias
en la calidad y metodologías empleadas en la recolección de datos, da como

16
resultado información difícilmente comparable entre comunidades y regiones.
Indica el informe que, comúnmente, los estudios sobre femicidio se construyen a
partir de bases de datos de homicidios, y es frecuente encontrar incongruencias
entre datos recolectados por distintas instancias, incluyendo inconsistencias en las
categorías usadas para documentar las circunstancias en torno a los crímenes, la
relación entre víctima y perpetrador y la existencia de antecedentes de violencia.

32. La incorporación del femicidio como tipo penal en la legislación venezolana


constituye un paso de gran importancia en los esfuerzos por prevenir y erradicar la
violencia contra la mujer en todas sus formas, y por dar visibilidad a este delito
particular. Al mismo tiempo, coloca a Venezuela en línea con sus compromisos
internacionales en la protección y promoción de los derechos humanos de las
mujeres, particularmente con la Convención para la Eliminación de Todas las
Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) y la Convención Interamerica-
na para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (Convención
de Belém do Pará). La tipificación del femicidio en el marco jurídico venezolano
como un tipo penal autónomo, comprende las particularidades que le separan
del delito de homicidio, por cuanto responde a circunstancias específicas rela-
cionadas con el contexto de violencia que generalmente precede a la muerte
violenta de mujeres. Se trata de hacer frente a
“(…) repetitivos ciclos de violencia basados en relaciones de dominación y
subordinación – afirmadas por la sociedad patriarcal -, que imponen un patrón de
comportamiento a las mujeres por su condición de mujeres, tanto en los ámbitos
público y privado, a través de prácticas sociales y política, sistemáticas y generali-
zadas, para controlarlas, limitarlas, intimidarlas, amenazarlas y silenciarlas, impi-
diendo el ejercicio de sus libertades y goce efectivo de sus derechos.” (Asamblea
Nacional, 2014)

33. Sin embargo, la definición adoptada deja por fuera expresamente la noción
de la responsabilidad del Estado, bien sea por acción o por omisión, lo cual ha
sido cuestionado por el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la
Mujer.15

34. Desde la modificación de la ley para incluir el femicidio es poco lo que se ha


avanzado en su debida implementación. Sí bien el Ministerio Público ha empren-
dido actividades de capacitación, y ha aportado cifras de femicidio en su más
reciente informe anual, siguen existiendo serias brechas derivadas de la ausencia
tanto de protocolos para la investigación de este tipo de delitos, como de un

15
En sus observaciones finales sobre el séptimo y octavo informes periódicos combinados, el Comité instó a Venezuela a “dar prioridad
a la plena aplicación de la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida libre de Violencia, incluyendo la adopció n de los
reglamentos y protocolos necesarios, y reconsiderar la definición de feminicidio en la reforma de la Ley para asegurarse de que está en
conformidad con las normas internacionales”. Documento CEDAW/C/VEN/CO/7-8

17
plan nacional que favorezca la recolección de datos estadísticos y prevea la
creación de mecanismos de coordinación en todo el país.

18
Datos sobre femicidio:

35. Al igual que en numerosas áreas de vital interés para la nación, el acceso a
información oficial sobre la magnitud real de la violencia contra la mujer, y el fe-
micidio en particular, ha sido una tarea difícil. A esto se suman las ingentes debili-
dades en los sistemas de recolección de datos que imposibilitan la realización de
diagnósticos objetivos y el diseño de políticas públicas que incluyan estrategias de
prevención efectivas. El acceso a cifras de femicidio previa a la incorporación de
este tipo penal en la ley presenta mayores dificultades aún.
36. Según la publicación Small Arms Survey, entre los años 2004 y 2009, Venezuela
exhibía una tasa de 5.5 femicidios por cada 100,000 mujeres, ubicándose así entre
los 25 países con mayores tasas de femicidio del mundo16. Dicha publicación ob-
serva que las tasas más altas de femicidio se encuentran en países y territorios
afectados por tasas altas o muy altas de homicidios (2012). Para el año 2013, el
Observatorio Venezolano de los Derechos de las Mujeres señaló en su informe al-
ternativo ante el Comité para la Eliminación de todas las formas de Discriminación
contra la Mujer que se contabilizaron 452 presuntos casos de asesinatos de muje-
res, con base a un monitoreo de 18 estados del país hecho por la organización de
derechos humanos COFAVIC (Observatorio Venezolano de los Derechos Huma-
nos de las Mujeres, 2014). La mayoría de esas muertes se produjeron en la calle.
Sin embargo, el informe no discrimina entre muertes a causa de hampa común o
sí se trata de femicidios.

37. Las primeras cifras oficiales publicadas por el Ministerio Público en relación a
femicidios en Venezuela fueron dadas a conocer por la Fiscal General Luisa Orte-
ga Díaz en la presentación de la memoria y cuenta de su despacho correspon-
diente al año 2015. Según lo informó la Fiscal, se conocieron 253 casos, de los cua-
les 121 fueron consumados y 132 correspondieron a femicidios frustrados. De estas
causas, 182 personas fueron imputadas, 176 acusadas y se solicitaron 60 órdenes
de aprehensión (Ministerio Público, 2016). Según estos datos, estaríamos en pre-
sencia de una tasa de aproximadamente 1 femicidio por cada 100,000 mujeres,
lo cual sería sensiblemente menor que estimaciones anteriores. Un aspecto impor-
tante en la lectura de esta cifra tiene que ver con la clasificación de los casos de
femicidio, los cuales deberían ceñirse a un protocolo estandarizado en la investi-
gación de estos delitos, cuya existencia se desconoce.

38. Es importante señalar la presencia de discrepancias entre las cifras oficiales y


las cifras aportadas por los medios de comunicación y el seguimiento hecho por
algunas organizaciones de la sociedad civil. Según una nota publicada en junio

16
El informe considera que aquellos países con al menos 3 femicidios por cada 100,000 mujeres exhiben una alta tasa de femicidios.

19
de 2015 en el portal informativo El Estímulo, durante la primera mitad de ese año
se registraron 516 mujeres asesinadas (El Estímulo, 2015).
39. La prensa diaria trae información sobre casos que se van totalizando, y nos
van dando información pertinente.17 Por ejemplo, un artículo de notilogía.com del
29 de noviembre de 2015, señalaba que «Al menos 133 mujeres en el área metro-
politana de Caracas han sido víctimas de femicidio en lo que va de año». Citan-
do el Informe Alternativo al Tercer Informe Periódico de la República Bolivariana
de Venezuela al Comité del PIDESC, afirma que «Venezuela se encuentra entre
los 15 países con más femicidios en el mundo: “La tasa de femicidios en Venezue-
la es poco más de 5,5 por cada 100.000 mujeres, es decir 145 femicidios en una
población de 14,5 millones de mujeres.”18
40. Sin embargo, no podemos sostener esta afirmación, pero si hemos tratado de
ver hasta donde los casos de muertes de mujeres de acuerdo a información pro-
cedente (por vías no regulares) de la policía de investigación científica en el país
(CICPC). Antes de presentar los resultados más relevantes, queremos observar
que es evidente la falta de formación de los funcionarios que registran la informa-
ción de los expedientes policiales, y de quienes los escriben inicialmente, ya que
de los mismos es muy poco lo que de manera cualitativa podemos extraer. Se
utiliza una jerga policial que nada informa sobre hechos relevantes que, espera-
mos estén en los respectivos expedientes si es que esos casos trascienden a los
tribunales.
41. Para el primer semestre del año 2015 –enero a junio- se habían procesado 290
muertes de mujeres. Se presentan datos de todo el país, siendo el Distrito Capital
el que presenta más casos (13.26%), seguido de Aragua y Miranda (11,60%), Zulia
con 8.29% y Carabobo con 3,87%. El resto se dispersa en todo el país. ¿Qué pudi-
mos encontrar además de la cantidad de casos? Se incluyen mujeres asesinadas
de todas las edades desde 1 año (móvil: maltrato infantil) hasta 77 años. De los
290 casos, 113 son mujeres entre 15 y 29 años de edad, es decir, el 39% de las
muertas.
42. Esto hace más relevante tratar de saber quién las asesina y cuáles son los mó-
viles que llevan a estas muertes de mujeres. Al menos a este nivel de la informa-
ción policial nada relevante encontramos. La jerga policial no explica el móvil o
causa de estas muertes y no dice absolutamente nada del asesino, por lo tanto
no podemos analizar este dato, más allá de ver cuáles son las causas que registra
la policía.

17
Esta es la fuente de información principal de muchos países latinoamericanos sobre el feminicidio. En nuestro país es importante el
trabajo que realizan las profesoras Ofelia Álvarez y Beatriz Rodríguez del Observatorio Venezolano de los Derechos Humanos de las
Mujeres.
18
http://www.notilogía.orv Venezuela entre los 15 países con más feminicidios del mundo. 29 de noviembre de 2015.

20
Móvil %
Ajustes de cuentas 30.39
Venganza 24.31
A determinar 19.89
Pasional 7.18
Robo 4.42
Línea de fuego 3.87
Otros móviles 9.94

43. Surgen algunas preguntas. Por ejemplo ¿cómo se explica el ajuste de cuentas
que supone que había alguna información previa de que esa persona tenía una
deuda pendiente con alguien? Este argumento policial carece de fundamenta-
ción legal pues no aparece en ningún Código de Procedimientos o en la Ley Pe-
nal. Se registró un caso de una niña de 1 año que muere por ajuste de cuenta, no
sabemos si contra la niña, la madre o el padre. Por otro lado ese argumento ha
sido utilizado como una vía de disminuir el número oficial de asesinatos en Vene-
zuela, desde que el auge de la violencia se mostró relevante desde principios de
la década del 2000.
44. En segundo lugar, encontramos la venganza, lo cual nos produce la misma
interrogante. Los vecinos, la familia puede haber informado que alguien tenía
mucha rabia o algún problema y que le había ofrecido vengarse. Pero el 24.31%
de los casos registrados en esa data son por venganza. Según el Diccionario de la
Real Academia, venganza «es la satisfacción que se toma del agravio o daño
recibido. En desuso, castigo, pena». Según el Diccionario Larousse, venganza sig-
nifica: «Mal que se hace a alguien para castigarlo y reparar así una injuria o daño
recibido. Sinónimos: Desquite, represalia, revancha, vindicta».
45. Detrás de ambos móviles se puede esconder el feminicidio, sin dejar afuera los
OTROS móviles. Venganza y ajustes de cuentas tienen en común el sentido de la
deuda, la cual no necesariamente es económica, sino que puede ser moral, éti-
ca, emocional o simplemente una deuda de honor, como se indica en el caso de
los hombres. Aquí está la ideología dominante de género, que considera a la mu-
jer propiedad de los hombres la cual, después de haber tenido una relación esta-
ble o no de pareja, le confiere la exclusividad «de uso» de la mujer y le permite
ejercer un control sobre ella. Es muy común en nuestras sociedades patriarcales
está visión de las mujeres como objetos propiedad de los padres primero, de los
esposos o maridos después y de los hijos posteriormente.
46. Es oportuno señalar aquí que no necesariamente todo asesinato de mujer es
femicidio o feminicidio. Por ejemplo, el móvil línea de fuego es la coloquial “bala
perdida” que es causa más común de muerte de niños, niñas y de mujeres que

21
de hombres. Es decir, la intencionalidad no aparece como causa directa de la
muerte, aunque los que disparan al aire saben que las balas llegarán a algún lu-
gar. Por ello, es necesario saber quién ha sido el agresor que asesinó a la mujer
para catalogarlo de feminicidio o femicidio.
47. Y es precisamente con esa asociación que individualiza y simplemente femini-
za el lenguaje que Marcela Lagarde está en desacuerdo cuando define feminici-
dio: «no se trata sólo de la descripción de crímenes que cometen homicidas con-
tra niñas y mujeres, sino de la construcción social de estos crímenes de odio, cul-
minación de la violencia de género contra las mujeres, así como de la impunidad
que los configura», Y agrega, «Analizado así el feminicidio es un crimen de Estado
ya que éste, no es capaz de garantizar la vida y seguridad de las mujeres en ge-
neral, quienes vivimos diversas formas y grados de violencia cotidiana a lo largo
de la vida19». De más está decir que, siendo la impunidad el mayor éxito que ha
alcanzado el Ministerio Público y todo el sistema de justicia venezolano en cuanto
a los delitos de homicidios (96%) no puede extrañarnos que en el caso de los fe-
minicidios, altamente cargados de ideología de género y solidaridad masculina,
las cifras puedan acercarse al 100%.
48. Entendido de esta manera que nos plantea Lagarde, veamos en Venezuela
qué encontramos. La Ley de Reforma de la Ley Orgánica sobre el Derecho de las
Mujeres a una Vida Libre de Violencia del 201420, utiliza de manera indistinta am-
bos términos, y define el femicidio en el art. 57:
El que intencionalmente cause la muerte de una mujer motivado por odio o
desprecio a la condición de mujer, incurre en el delito de femicidio, que será
sancionado con penas de veinte a veinticinco años de prisión.
Se considera odio o desprecio a la condición de mujer cuando ocurra algu-
na de las siguientes circunstancias:
A. La víctima presente signos de violencia sexual.
B. La víctima presente lesiones o mutilaciones degradantes o infamantes
previas o posteriores a su muerte.
C. El cadáver de la víctima haya sido expuesto o exhibido en lugar público.
D. El autor se haya aprovechado de las condiciones de riesgo o vulnerabili-
dad física o psicológica en que se encontraba la mujer.
E. Se demuestre que hubo algún antecedente de violencia contra la mujer
en cualquiera de las formas establecidas en esta Ley, denunciada o no
por la víctima.
Por ser considerado un delito contra los derechos humanos, quien fuere san-
cionado por el delito de femicidio no tendrá derecho a gozar de los benefi-

19
Lagarde, Marcela (2006). Introducción a la versión en español. En, Russel y Harmes. Feminicidio: Una
perspectiva global. CEIICH. México.
20
Gaceta Oficial N° 40.548 del 25 de noviembre del 2014.

22
cios procesales de la ley ni a la aplicación de medidas alternativas de cum-
plimiento de la pena.
49. Sin entrar ahora a analizar la Ley y sus implicaciones, podemos señalar que la
pena es menor a la máxima establecida tradicionalmente al homicidio en las le-
yes penales venezolanas. Más aún en el Art. 58 se establecen los agravantes que
llevarían la pena de veintiocho a treinta años, siendo estos
A. Cuando medie o haya mediado entre el agresor y la víctima una rela-
ción conyugal, unión estable de hecho o una relación de afectividad,
con o sin convivencia.
B. Cuando medie o haya mediado entre el agresor y la víctima una rela-
ción laboral, académica, profesional, que implique confianza, subordi-
nación o superioridad.
C. Cuando el acto se haya cometido en menosprecio del cuerpo de la víc-
tima o para satisfacción de instintos sexuales.
D. Cuando el acto se haya cometido en la trata de mujeres, niñas y adoles-
centes o redes de delincuencia organizada.
50. Esta reforma de la Ley merece ser analizada desde una perspectiva sociopolí-
tica y sociojurídica y luego compararla con el Código Penal vigente, a fin de po-
der visibilizar los avances y las carencias que van más allá de la definición de fe-
micidio o feminicidio. Por ahora, baste decir que hay que hacer un esfuerzo para
lograr la aplicación de la Ley y el cumplimiento de las instancias previstas y evitar
que se convierta en otra ley que se acata pero no se cumple. Investigar con las y
los abogados que trabajan casos de feminicidio y ver su aplicabilidad, sus limita-
ciones y las dificultades para lograr la meta del acceso a la justicia para las muje-
res y sus familiares.
51. Un comentario: con la información policial presentada anteriormente no po-
demos llegar a ninguna conclusión sobre si son feminicidios. Hay que ir más allá de
términos como venganza o ajustes de cuentas para poder entender que ha pa-
sado realmente en estos asesinatos de mujeres. Esa información policial es incom-
pleta y hasta puede desvirtuar las razones del hecho.
52. Una conclusión que surge de este análisis es la urgencia de exigir al Estado
venezolano el inmediato cumplimiento de la Convención de Belem Do Para, la
cual en su Art. 7, inciso b) afirma que los Estados firmantes están en la obligación
de «actuar con la debida diligencia para prevenir, investigar y sancionar la vio-
lencia contra la mujer» y, el feminicidio es una forma extrema de violencia de gé-
nero que amerita atención plena del Estado.
53. Cumplir la ley y cumplir las convenciones es fundamental para el logro de los
derechos humanos de las mujeres. No sólo en lo que se refiere a campañas de
concientización, creación de las instancias jurídicas que la misma ley exige sino en
cuanto al arduo trabajo de capacitación que evidentemente requiere el perso-

23
nal implicado en estos procesos. Desde los funcionarios y funcionarias de los cuer-
pos policiales hasta los jueces/zas de la Corte de Apelación, pasando por todos
los niveles de la judicatura y el Ministerio Público. Esta es una tarea que puede y
debe ser asumida por las organizaciones de la sociedad civil que trabajan con los
derechos de las mujeres a fin de garantizar una plena y verdadera perspectiva de
género en dichos procesos, además de todas las actividades de tipo jurídico que
deben ser formuladas desde un compromiso con los derechos humanos de las
mujeres.

24
Conclusiones y recomendaciones:

54. La situación en torno a las cifras deja en evidencia la clara necesidad de con-
tar con algún mecanismo de seguimiento de estos hechos que atienda a criterios
uniformes, y que los mismos puedan ser desarrollados en armonía con los protoco-
los utilizados por el Ministerio Público en la investigación y el tratamiento de casos
de femicidio. Aún en los medios de comunicación existen discrepancias en torno
al tratamiento de noticias relacionadas con muertes de mujeres, en algunos casos
utilizando la terminología apropiada y proveyendo el contexto necesario que
enmarca los casos de femicidio, y en otras simplemente aludiendo a homicidios
de manera general y descontextualizada, o, peor aún, recurriendo a encubri-
mientos ideológicos que justifican la violencia machista tales como “crimen pa-
sional” “ataque de celos”, entre otros.

55. Sí bien ha sido importante la incorporación del femicidio al marco normativo


nacional, siguen existiendo numerosas e importantes brechas en su comprensión,
prevención y manejo. Un asunto que requiere atención es que la noción de femi-
cidio sea extensible a aquellas acciones u omisiones del Estado en casos de muer-
tes violentas de mujeres.

56. Para hacer frente a la violencia contra la mujer, y en particular al femicidio, se


requiere de un plan nacional que posibilite la coordinación de actividades y en-
foques entre entes gubernamentales, y asuma el trabajo desde una perspectiva
multisectorial en la prevención del femicidio.

57. Velar por la aplicación de la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a
una Vida Libre de Violencia en el caso del femicidio, por encima del Código Pe-
nal, toda vez que éste último pudiera permitir a los agresores librarse de condenas
o beneficiarse con sentencias menores donde atenuantes sean aplicables (cri-
men pasional)

58. En el caso de los medios de comunicación, es necesario iniciar un trabajo en-


caminado hacia la adopción de códigos de ética para el tratamiento de los ca-
sos de violencia contra las mujeres y en especial de los femicidios, promoviendo el
respeto a la dignidad e integridad de las víctimas; y evitando la difusión de deta-
lles morbosos, estereotipos sexistas o descalificadores de las mujeres. Los medios
deben ser convocados a desempeñar un papel pedagógico en la promoción de
la equidad e igualdad de género que permita la erradicación de la violencia
contra las mujeres en todas sus formas, y que otorgue un tratamiento apropiado a
los casos de femicidio.

25
59. Continúan presentes las causas estructurales de la violencia contra la mujer,
para lo cual se requiere de un cambio socio-cultural, donde las mujeres cesen de
estar en posición subordinada con respecto a los hombres. La ausencia de esta
transformación socio-cultural donde los estereotipos y la discriminación está aun
enraizada en los sistemas de justicia, la persistencia de categorías como “críme-
nes pasionales” que invisibilizan el contexto de subordinación y violencia en el
asesinato de mujeres, la falta de acceso a la justicia, la ausencia de un discurso
amplio basado en una perspectiva de derechos al hablar del femicidio, y la ce-
guera ante las intersecciones en relaciones de poder en las esferas públicas y pri-
vadas, siguen presentándose como desafíos importantes en el trabajo por preve-
nir y erradicar todas las formas de violencia contra las mujeres, incluyendo el fe-
micidio.

60. Adoptar el modelo de protocolo latinoamericano de investigación de las


muertes violencias de mujeres por razones de género (femicidio/feminicidio) para
ser aplicado a nivel nacional, a fin de contar con patrones uniformes y compara-
bles en el tratamiento de casos de femicidio.

61. Atender a la solicitud de la Relatora Especial sobre Violencia contra la Mujer,


sus Causas y sus Consecuencias del Consejo de Derechos Humanos, del cual Ve-
nezuela es actualmente miembro, de realizar una visita al país para constatar en
el terreno la situación de las mujeres en el ámbito de la violencia en su contra,
incluyendo el femicidio.

26
Propuesta:

Dadas las consideraciones anteriores y visto la necesidad de que la socie-


dad civil organizada pueda participar activamente en la identificación y accio-
nes para erradicar la violencia. Dede Cepaz en alianza con otras organizaciones
de derechos humanos y activistas queremos dirigir efuerzos para generar una red
de trabajo, basada en la colaboración, la confianza y la coacción para generar
propuestas que ayuden a diagnosticar, analizar y a generar respuestas desde
nuestros ámbitos de acción. Es por ello, que a propósito de la presentación del
informe y de las preocupaciones expresadas, fundandonos en el trabajo en red
que venimos realizando y en especial, en las relaciones, lazos de amistad y traba-
jo con otras organizaciones que defienden y promueven los derechos de la mujer,
proponemos la creación de una "Red de Observación y Acción para prevenir y
erradicar la violencia de género”

En el 2015 la Relatora en contra de la Violencia contra las Mujeres propuso a los


estados generar observatorios de violencia.21 A los fines de erradicar ésta grave
violación a los derechos humanos de las mujeres. De allí que la sociedad civil, or-
ganizada y articulada nos comprometamos a realizar una labor de presión frente
a la falta de diligencia del Estado venezolano en dar respuestas efectivas.

Las acciones de la red se inscriben dentro de tres áreas principales de acción:

Diagnóstico: A los fines de levantar información propia sobre las muertes de muje-
res, sus victimarios, contextos, circunstancias y otros factores que nos permitan
tener aproximaciones más especificas sobre las violencias que afectan a las muje-
res en Venezuela. Para esto tenemos referentes internacionales para dar inicio a
este trabajo de seguimiento.

Análisis: Promover un espacio de pensamiento y análisis entre las expertas de gé-


nero, acadamicas, activistas, defensoras, abogadas y hombres y mujeres que
puedan escribir y generar material analítico con miras a dar respuestas y solucio-
nes a este tema.

Acción: Promover acciones de incidencia, formación, propuestas de políticas pú-


blicas que nos ayuden a prevenir y erradicar la violencia de género.

Dentro de las propuestas iniciales y a corto plaso de la red están:

21
http://www.ohchr.org/en/NewsEvents/Pages/DisplayNews.aspx?NewsID=16796&LangID=E

27
1. Promover la inclusión del Protocolo de Investigación22 en los órganos de inves-
tigación penal venezolanos de acuerdo a la propuesta de Naciones Unidas.
2. De conformidad con las recomendaciones generales adoptadas por el Comité
para la Eliminación de la Discriminación contra la mujer en su Octavo período de
sesiones (1989)** Recomendación general No 9 se elaboren Estadísticas relativas
a la condición de la mujer que permitan dar segimiento a las muertes violentas de
mujeres y como éstas pueden ser por razones de género. A los fines de que po-
damos elaborar un registro que comprenda todas las causas por homicidio de
mujeres (niñas, adolescentes y/o adultas) perpetrados por varones por razones
asociadas con su género, hayan sido o no tipificadas como feminicidio. Tomando
en cuenta la propuesta hecha por la Corte Suprema de Argentina en la Cumbre
Judicial.

22
http://www.ohchr.org/Documents/Issues/Women/WRGS/ProtocoloLatinoamericanoDeInvestigacion.pdf

28
Bibliografía:

UNDOC. (2013). Oficina de las Naciones Unidas para la Prevención de la Droga y el Delito.
Recuperado el 4 de Marzo de 2016, de Global Study on Homicide:
https://www.unodc.org/gsh/

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