El Dios Invisible

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EL DIOS INVISIBLE

r
No que alguno haya visto al Padre, * sino aquel s que vino
de Dios, este ha visto al Padre. Jn. 6:46 B del Cántaro
r Porque ninguno ha visto.
* Mar. 11:27
s Habla de sí mismo.
No es que alguien haya visto al Padre; sino aquel que viene
de Dios, éste ha visto al Padre. Jn. 6:46 B DLA

Como les he dicho, Dios mi Padre me envió, y yo y nadie


más ha visto al Padre. Jn. 6:46 B DHH

No que alguno haya visto al Padre, excepto el que es de


parte de Dios. Éste ha visto al Padre. B H Stuttgartensia

No es que alguien vea al Padre, sino que el que es de Dios,


el tal ve al Padre. B peshita

No es que alguien haya visto al Padre, c aparte del que


viene de Dios; ese sí ha visto al Padre.d B TNM
c Éx. 33:17,20
d Mt. 11:27; Lc. 10:22; Jn. 1:18
INTRODUCCIÓN
El Padre es invisible al ojo humano. Varias veces en el Nuevo
Testamento se enseña esta verdad. Jesús mismo dijo que "a
Dios nadie le vio jamás" (Jn. l:18). Sin embargo hay Uno que
lo ve, puesto que está en Su seno y pertenece junto con El y el
Espíritu a la Santísima Trinidad, este es el Hijo. Así lo afirma:
"nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el
Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar"
(Lc. 10:22). Sólo el engendrado del Padre desde la eternidad
ve a quien lo ha engendrado.La misma Deidad del Padre se
comunica al Hijo engendrado eternamente. Sólo Él tiene el
conocimiento pleno del Padre, porque es la mente expresiva
de la Deidad y porque la expresión exhaustiva y definitiva del
Padre se revela, expresa y manifiesta en el Verbo, que lo
revela en plenitud. Aquel que está en el Padre y vino del
Padre, éste y sólo Él ha visto al Padre. Los hombres oyen del
Padre y acuden a Cristo, y es en Él en quien pueden ver al
Padre. Así lo enseñará tiempo después el apóstol Pablo
cuando refiriéndose al Padre dice que es "el único que tiene
inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno
de los hombres ha visto ni puede ver... " (1 Ti. 6:16). A Éste
invisible Dios, hace visible el Hijo, Su Unigénito, enviado por
Él al mundo con la
misión de revelarlo, o hacerlo visible.
El ver al Padre, que equivale a tener un conocimiento directo
de Él como puede hacerlo un testigo presencial, sólo es
exclusivo del Unigénito. Jesús dice que sólo puede hacerlo el
que es de Dios, equivalente a la otra frase reiterada: el que
viene de Dios, o también aquel a quien Dios envía. Desde el
seno del Padre viene a la tierra con misión tanto reveladora
como redentora (Jn. l:18). En Su Persona se manifiesta al
Padre, en Su obra redentora, pone ante todos el amor eterno
de quien le envió al mundo para ser el Salvador. Los
enemigos radicales de Jesús negaban esa procedencia (Jn.
9:16, 33). Sólo Él tiene conocimiento pleno de Dios porque
viene de la presencia misma de Dios. Esto despeja una duda
que puede surgir en la lectura separada del versículo
anterior(45), como si alguno pudiera oír al Padre, conocer el
mensaje y en una experiencia personal o mística acudir a
Jesús. Aquí el Señor dice que sólo Él conoce, ve, tiene un
conocimiento inmediato de Dios y ese conocimiento lo da a
los hombres como el único Mediador entre ellos y Dios, ya
que es el único que está eternamente en la presencia de Dios.
El Hijo unigénito es sólo quien tiene eterna comunión en
unión con el Padre, y sólo los hombres podemos llegar a la
relación con el Padre a través del Hijo y en Él. De otro modo,
con los ojos nadie ha visto a Dios, salvo el Hijo que es Dios y
que es de Dios eternamente (1:1, 14; 7:29; 16:27; 17:8). La
única forma en que los hombres podamos ver al Padre es
viendo a Cristo (14:9).

I. Nadie ha visto jamás a Dios


a. El pecado es la causa de no ver a Dios
5. Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo
hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo
que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey,
Jehová de los ejércitos.
6. Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su
mano un carbón encendido, tomado del altar con unas
tenazas;
7. y tocando con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto
tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado.
8. Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré,
y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí,
envíame a mí.
Isaías 6:5-8
Isaías vio la Gloria de Jehová y la manifestación de Dios a
través del Ángel de Jehová.
Isaías declara su estado pecaminoso por lo cual exclama que
moriría, sin embargo uno de los serafines tocó sus labios con
un carbón ardiente y fue purificado. Entonces pudo hablar
con el Ángel de Jehová.
A pesar de que Isaías estaba ante la Gloria y ante el Ángel de
Jehová, necesitaba santidad para contemplarlo, esto significa
que para ver a Dios se necesita santidad absoluta y eso solo
podemos alcanzar cuando Cristo venga en gloria, así
podemos ver que el pecado impide al ser humano ver a Dios.
Del v. 5 entendemos que Isaías dice: que de la conciencia del
pecado surge la idea de separación entre Dios y el ser
humano.

b. Dios transciende el concepto humano


Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos,
ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son
más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más
altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que
vuestros pensamientos.
Isaías 55:8-9
Los propósitos de Dios transcienden los planes humanos; el
ser humano no siempre es capaz de descifrar con precisión
los caminos de Dios. Esto es más allá de cualquier
representación mental o visualque el hombre pueda
concebir. Por la trascendencia de Dios sobre el ser humano el
hombre es incapaz de comprender los designios de Dios y
mucho menos es capaz de comprender su inmensa majestad
y su carácter sublime.

c. Ver a Dios produce muerte

Dijo más: No podrás ver mi rostro; porque no me verá


hombre, y vivirá.
Éxodo 33:20
Moisés uno de los más grandes profetas, no vio el rostro de
Dios, porque ciertamente el hombre por su condición
humana caída, y con el corazón manchado con el pecado
original con el cual todos los descendientes de Adán están
marcados, no son dignos de contemplar el rostro del Dios
Todopoderoso y si se da la ocasión no sucederá sin que el
hombre muera.
Porque como está escrito: Y dijo Jehová: No contenderá mi
espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él
es carne; mas serán sus días ciento veinte años. Génesis
6:3
d. En el NT se mantiene la verdad aceptada de
que nadie a visto a Dios.
A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el
seno del Padre, él le ha dado a conocer. Juan 1:18
el único que tiene inmortalidad, que habita en luz
inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni
puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno.
Amén. 1 Timoteo 6:16
Nadie ha visto jamás a Dios. Si nos amamos unos a otros,
Dios permanece en nosotros, y su amor se ha
perfeccionado en nosotros. 1 Juan 4:12
El testimonio del apóstol Juan nos dice que nadie vio jamás a
Dios, esta verdad es notable que fue aceptada durante la
Iglesia primitiva, pues el Apóstol Pablo escribiendo a
Timoteo le inculca esta verdad al decir: “a quien ninguno de
los hombres ha visto ni puede ver” Pablo hablando de ello,
dice: No ha sido visto refiriéndose en el pasado del AT, y lo
presente y luego añade ni puede ver refiriéndose en el futuro
de la humanidad sobre ésta tierra, porque en el futuro
durante la Segunda venida de Cristo el hombre verá a Dios
tal como él es. Nuevamente Juan al escribir su primera carta
mantiene viva ésta verdad al decir: Nadie ha visto jamás a
Dios, repitiendo la misma frase que escribió en su Evangelio
(Jn. 1:18).

En la primera parte hemos visto que nadie a visto a Dios, así


como ésta verdad se mantiene en el NT. Sin embargo hay que
recordar que Adán y Eva vieron a Dios antes de la
desobediencia ya que el hombre en su estado original era
inmortal y su cuerpo era similar al de los ángeles sin pecado
y sin culpa, por lo tanto vieron a Dios en el estado de
perfección y santidad, después de la caída del hombre
cuando el pecado entró en el mundo, y contaminó al hombre
desde entonces ningún humano a visto a Dios en su
condición caída, pues esto sucederá en le restauración del
hombre en su estado original con un cuerpo glorificado e
inmortal, cuando Cristo los presente ante su Padre.
II. Moisés y la afirmación de que vio a
Dios
a. Moisés vio a Dios cara a cara
Y hablaba Jehová a Moisés cara a cara, como habla
cualquiera a su compañero. Y él volvía al campamento;
peroel joven Josué hijo de Nun, su servidor, nunca se
apartaba de en medio del tabernáculo.
Éxodo 33:11
Cara a cara hablaré con él, y claramente, y no por figuras; y
verá la apariencia de Jehová. ¿Por qué, pues, no tuvisteis
temor de hablar contra mi siervo Moisés?
Números 12:8
Y nunca más se levantó profeta en Israel como Moisés, a
quien haya conocido Jehová cara a cara;
Deuteronomio 34:10

1. Otros versículos que afirman un encuentro con Dios

Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel; porque


dijo:Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma.
Génesis 32:30
y lo dirán a los habitantes de esta tierra, los cuales han oído
que tú, oh Jehová, estabas en medio de este pueblo, que
cara a cara aparecías tú, oh Jehová, y que tu nube estaba
sobre ellos, y que de día ibas delante de ellos en columna
de nube, y de noche en columna de fuego;
Números 14:14
Cara a cara habló Jehová con vosotros en el monte de en
medio del fuego.
Deuteronomio 5:4
b. Moisés vio solo partes de Dios
Después apartaré mi mano, y verás mis espaldas; mas no
se verá mi rostro.
Éxodo 33:23
Cara a cara hablaré con él, y claramente, y no por figuras;
y verá la apariencia de Jehová. ¿Por qué, pues, no tuvisteis
temor de hablar contra mi siervo Moisés?
Números 12:8
Existe un abismo entre la santidad de Dios y la condición
caída del hombre que solo puede ser salvo por la gracia e
iniciativa de Dios. Por esa razón el hombre solo puede
contemplar las espaldas de Dios, y su apariencia, más no su
rostro. Tal como lo hicieron algunos profetas del AT.

c. Moisés vio a Dios a través de:

1. El ángel de Jehová

Y se le apareció el Ángel de Jehová en una llama de fuego


en medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en
fuego, y la zarza no se consumía.
Éxodo 3:2
Todo ángel que Dios envía a ejecutar sus Órdenes puede
ser llamado ángel de Jehová (2 Sam. 24:16; 1 R. 19:5, 7),
pero no «el» ángel de Jehová. Este misterioso ser llamado «el
Ángel de Jehová» es de un orden totalmente distinto al resto
de los ángeles; es una figura singularísima que, tal como
aparece y como actúa en muchos textos bíblicos, debe
considerarse sin más como superior a todos los demás
ángeles.

1.1 El ángel de Jehová es distinto de Dios y actúa como su


intermediario
y clamamos a Jehová, el cual oyó nuestra voz, y envió un
ángel, y nos sacó de Egipto; y he aquí estamos en Cades,
ciudad cercana a tus fronteras.
Números 20:16
Entonces Jehová abrió los ojos de Balaam, y vio al ángel de
Jehová que estaba en el camino, y tenía su espada desnuda
en su mano. Y Balaam hizo reverencia, y se inclinó sobre su
rostro.
Números 22:31

En estos textos el Ángel de Jehová se presenta claramente


distinto de Dios y como intermediario suyo.

1.2 El ángel de Jehová actúa y habla como el mismo Dios

El ángel de Jehová subió de Gilgal a Boquim, y dijo: Yo os


saqué de Egipto, y os introduje en la tierra de la cual había
jurado a vuestros padres, diciendo: No invalidaré jamás mi
pacto con vosotros,
Jueces 2:1
Entonces dijo: De cierto volveré a ti; y según el tiempo de la
vida, he aquí que Sara tu mujer tendrá un hijo. Y Sara
escuchaba a la puerta de la tienda, que estaba detrás de él.
Génesis 18:10
Y se le apareció el Angel de Jehová en una llama de fuego
en medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en
fuego, y la zarza no se consumía.
Éxodo 3:2
En estos versos el Ángel de Jehová parece confundirse con
Dios, hablando y actuando como el Propio Dios.

1.3 El ángel de Jehová tiene poder y autoridad para


bendecir
Le dijo también el ángel de Jehová: Multiplicaré tanto tu
descendencia, que no podrá ser contada a causa de la
multitud. Génesis 16:10

1.4 El ángel de Jehová lleva el nombre de admirable

Y el ángel de Jehová respondió: ¿Por qué preguntas por mi


nombre, que es admirable?
Jueces 13:18
Admirable es el título mesiánico de Jesús en la profecía de
Isaías.
Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el
principado sobre su hombro; y se llamará su nombre
Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe
de Paz.
Isaías 9:6

De todo ello se puede llegar a la conclusión de que el Ángel


de Jehová no sólo designa a un mensajero, sino a Jehová
mismo, en cuanto que interviene en el mundo. Es la
«teofanía» o manifestación sagrada del Jehová invisible,
que nadie ha podido ver jamás (Éx. 33:20; cf. Jn. 1:13; 1 Ti.
6:16), pero que a veces se manifiesta en la experiencia de
Israel. De modo que el Ángel de Jehová, al igual que la
«gloria» de Jehová, es el punto de contacto, por decirlo de
algún modo, entre Dios e Israel. Igual que el Ángel de Jehová
manifiesta visiblemente al Dios invisible en el AT, en el NT es
el Hijo Unigénito quien lo ha manifestado en su
encarnación; por lo que -desde la óptica cristiana se piensa
que el Ángel de Jehová es una revelación del Logos, es decir,
del Hijo de Dios preexistente, si bien simbólica o realmente;
no se pueda asegurar con certeza.

2. La gloria de Jehová

El entonces dijo: Te ruego que me muestres tu gloria. Y le


respondió: Yo haré pasar todo mi bien delante de tu rostro,
y proclamaré el nombre de Jehová delante de ti; y tendré
misericordia del que tendré misericordia, y seré clemente
para con el que seré clemente. Dijo más: No podrás ver mi
rostro; porque no me verá hombre, y vivirá. Y dijo aún
Jehová: He aquí un lugar junto a mí, y tú estarás sobre la
peña; y cuando pase mi gloria, yo te pondré en una
hendidura de la peña, y te cubriré con mi mano hasta que
haya pasado.
Éxodo 33:18-22

todos los que vieron mi gloria y mis señales que he hecho


en Egipto y en el desierto, y me han tentado ya diez veces, y
no han oído mi voz,
Números 14:22
y lo dirán a los habitantes de esta tierra, los cuales han oído
que tú, oh Jehová, estabas en medio de este pueblo, que
cara a cara aparecías tú, oh Jehová, y que tu nube estaba
sobre ellos, y que de día ibas delante de ellos en columna
de nube, y de noche en columna de fuego;
Números 14:14

Como parece el arco iris que está en las nubes el día que
llueve, así era el parecer del resplandor alrededor. Esta fue
la visión de la semejanza de la gloria de Jehová. Y cuando
yo la vi, me postré sobre mi rostro, y oí la voz de uno que
hablaba.
Ezequiel 1:28

III. Jesús en su calidad de Hijo


Unigénito que está en el seno del
Padre ha dado a conocer a Dios
a. La eternidad del Hijo
1. En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el
Verbo era Dios.
2. Este era en el principio con Dios.
Juan 1:1-2

b. El término unigénito
A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el
seno del Padre, él le ha dado a conocer.
Juan 1:18
El término «unigénito», usado en el versículo en conexión
con el artículo definido, es una palabra que, con referencia a
Cristo, se halla solo en los escritos del apóstol Juan.
Hay otras declaraciones relativas a su calidad de Hijo que no
contienen el título «unigénito» y que de hecho se refieren a
su encarnación; pero ese no es el caso de monogenés,
«unigénito». Se refiere a una relación como Hijo en el cual él
está solo, coigual y eterno con el Padre, y es sin embargo
distinto en personalidad como Hijo.

El término, como es frecuente en las Escrituras, significa aquí


tanto unicidad como cariño. Así, en Hebreos 11.17, el
escritor, citando Génesis 22.2 de la Septuaginta, en lugar del
hebreo traducible como «tu hijo, tu único hijo, el que amas, el
mismo Isaac», dice que Abraham ofrecía (lit., «estaba
ofreciendo») «su unigénito».
Por consiguiente, está claro que unigénito equivale en ese
pasaje a «único». Ahora bien, en cuanto al parentesco en sí,
Isaac no era el único hijo de Abraham. Ismael había nacido
antes, pero Isaac ocupaba una relación única con Abraham y
un lugar de cariño especial.
El significado de la palabra «unigénito», en un sentido
totalmente aparte del de nacimiento, tiene ejemplos
contundentes en dos pasajes de Salmos. En la parte del Salmo
22 que predice las expresiones del Señor en la cruz se apela:
«Libra de la espada mi alma, del poder del perro mi vida».
Según el hebreo y el griego, la palabra traducida como «vida»
es «unigénito». Lo mismo sucede en el Salmo 35.17, cuya
traducción al español dice: «Rescata mi alma de sus
destrucciones, mi vida de los leones».
Desde luego, no puede haber aquí una conexión con la
relación natural de padre e hijo; lo que se insinúa es esa
parte del ser que se menciona en la posición de precioso y
único. Lo mismo ocurre con el uso del término respecto a la
relación infinita y sin origen entre el Padre y el Hijo.
Además del pensamiento de unicidad y cariño, el término,
cuando va junto a la palabra «Hijo», conlleva la idea de
representación completa, el Hijo manifestando en plena
expresión las características del Padre. Esto lo establece lo
que leemos en Juan 1.18.

c. El Hijo es la imagen del Dios invisible


El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda
creación.
Colosenses 1:15

La mención de Cristo como Primogénito respecto a la


creación, en Colosenses 1.15, tiene un significado especial en
relación con el enunciado previo: «Él es la imagen del Dios
invisible». Eso afirma su divinidad, porque eikón, «imagen»,
no es meramente semejanza o parecido, sino que incluye
representación visible y adecuada.
De este modo, cuando se usa para Cristo, expresa en una
palabra lo que se dice de él en Juan 1.13 respecto al Padre,
que «él le ha dado a conocer»; es decir, lo ha representado
visible y completamente. Su uso en Hebreos 10.1, en
contraste con skía, «una sombra», sugiere la idea de
sustancia. La ley tenía «la sombra de los bienes venideros, no
la imagen misma de las cosas», i.e., no la sustancia misma de
las cosas.
Así pues, con esto en mente, se le llama «el Primogénito de
toda creación» (la ausencia del artículo antes de
«Primogénito» enfatiza esta relación personal con el Padre).
El apóstol habla primero aquí de él en relación con su
divinidad. Él es «la imagen del Dios invisible». De modo
similar, en 2 Corintios 4.4 le describe como «la imagen de
Dios».
Lo que el apóstol Juan dice del Hijo de Dios como el Verbo es
aplicable de igual manera al término «imagen». «A Dios nadie
le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre,
él le ha dado a conocer» (Jn 1.18). Aquí en el pasaje de
Colosenses, Pablo indica de manera similar lo invisible de
Dios, y prácticamente indica que el Hijo, siendo tanto la
representación como la manifestación de Dios, lo ha
declarado.

d. El testimonio del Hijo


No que alguno haya visto al Padre, sino aquel que vino de
Dios; éste ha visto al Padre.
Juan 6:46
Pero yo le conozco, porque de él procedo, y él me envió.
Juan 7:29

IV. El hombre verá a Dios al final de


los tiempos
a. El hombre verá a Dios tal como los ángeles
Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán
a Dios.
Mateo 5:8
Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños;
porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el
rostro de mi Padre que está en los cielos.
Mateo 18:10

b. El hombre vivirá una comunión directa con


Dios
Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el
tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos;
y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos
como su Dios.
Apocalipsis 21:3

Conclusión
Ningún ser humano ha visto a Dios
Moisés vio a Dios a través del Ángel de Jehová y a través de
su gloria.
No se puede ver a Dios a causa de la condición caída del
hombre
Ver a Dios produce muerte

Jesús dio a conocer a Dios en su calidad de Hijo Unigénito


El ser humano verá a Dios al final de los tiempos, para ello se
necesita:
Recibir a Jesús como el Salvador personal
Confesar al Hijo
Porque creer en el Hijo es creer en Dios
Tener un corazón limpio
Ser santo, porque ninguna cosa inmunda entrará en los
cielos.

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