Título 1

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NOMBRE:

Laura maría

APELLIDO:
Marrero Fabián.

SECCION:
07

Matricula:

CI-5497.

PROFESOR:

Rafael García Álvarez.

Materia:
Psicología medica

Trabajo:
Los trastornos mentales.

Fecha de entrega:

17 de octubre del 2008.

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Introducción:

A lo largo de la historia, la locura no era consideraba una enfermedad sino un


problema moral —O COMO muchos conservadores de la época podrían decir el
extremo de la depravación humana—y en el caso de los católicos de maldición o de
posesión demoníaca.

Después durante los siglos XVI y XVII, la psiquiatría empezó a ser una ciencia
respetable en 1790, cuando el médico parisino Philips Pinel decidió quitar las cadenas
a los enfermos mentales, introdujo una perspectiva psicológica y comenzó a hacer
estudios clínicos objetivos. A partir de entonces, y desde que se inició el trabajo en los
manicomios, se definirían los principales tipos de enfermedades mentales y sus
formas de tratamiento.

Se les conoce a las enfermedades mentales como: Afecciones o síndromes


psíquicos y conductuales, opuestos a los propios de los individuos que gozan de buena
salud mental. En general, son causa de angustia y deterioro en importantes áreas del
funcionamiento psíquico, afectando al equilibrio emocional, al rendimiento intelectual
y a la adaptación social. A través de la historia y en todas las culturas se han descrito
diferentes tipos de trastornos, pese a la vaguedad y a las dificultades que implica su
definición.

Desarrollo:
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El estudio de los trastornos conductuales es y fue objeto de severas críticas
ya que expertos reprochan el hecho de que no se considera a la psiquiatría como una
ciencia por el alto margen de error en cuanto a los diagnósticos y al tratamiento por su
falta de efectividad en estos, Psiquiatra estadounidense David rosenhan realizo un
experimento para probarlo. Este consistió de lo siguiente:
Selecciono a un grupos de 8 personas mentalmente sanas donde los entreno para
que: que estas acudieran a varias clínicas psiquiátricas y solicitaran atención
reportando que estos escuchaban voces (con palabras claves tales como vacio-hueco y
por ultimo un ruido sordo) sintomatología común de de los psicóticos por lo demás su
conducta debía ser normal.
Estos fueron internados por 20 días y fueron sometidos a tratamiento, aunque
no se tomaban los medicamentos en general eran muy cooperativas.
Por instrucciones de Rosehan luego estos reportaron que ya no escuchaban a las
voces y poco a poco fueron dados de alta. y aparecía en sus fichas de de egreso los
médicos del hospital asentaron en cuanto el diagnostico que estos eran considerados
esquizofrénicos en remisión
Es decir aseguraban que estos falsos pacientes padecían una de las enfermedades
mentales mas graves y que en cualquier momento podrían sufrir una recaída.
A uno de los pacientes de sufrir del síndrome maniaco-depresivo (Lo que hoy
conocemos como trastorno bipolar) Un mal con mejor diagnostico que la
esquizofrenia. Con ello se puso en evidencia del lo impactante del estatus social en los
diagnósticos psiquiátricos.

Lo mas comico del experimento fue que los verdaderos enfermos se dieron cuentan
que los falsos enfermos estaban sanos. Y en el reporte el doctor rosehan el texto on
being sane in insane places publicado en la revista y concluyo: que quedaba claro en
los hospitales psiquiátricos no somos capaces de distinguir entre pacientes sanos y
enfermos. También aprendí de la crueldad de los manicomios al trato de estos con los
pacientes.

La clasificación de los trastornos mentales es todavía inexacta y varía según las


escuelas y doctrinas psicopatológicas. Para uniformar criterios, la Organización
Mundial de la Salud (OMS) creó la DSM, clasificación universal de los trastornos
mentales que ha conocido hasta la fecha varias versiones.

La mayoría de los sistemas de clasificación reconocen los trastornos infantiles (por


ejemplo, el retraso mental) como categorías separadas de los trastornos adultos.
Igualmente, distinguen entre trastornos orgánicos, los más graves provocados por una
clara causa somática, fisiológica, relacionada con una lesión estructural en el cerebro,
y trastornos no orgánicos, a veces también denominados funcionales, considerados
más leves.

Partiendo de la distinción en función de la gravedad y de la base orgánica, se


diferencian los trastornos ‘psicóticos’ de los ‘neuróticos’. De forma general, psicótico

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implica un estado en el que el paciente ha perdido el contacto con la realidad,
mientras que neurótico se refiere a un estado de malestar y ansiedad, pero sin llegar a
perder contacto con la realidad. En su extremo, como formuló Sigmund Freud, el
fundador del psicoanálisis, todos somos “buenos neuróticos”, en tanto que los casos
de psicosis son contados. Los más comunes son: la esquizofrenia, la mayor parte de
los trastornos neurológicos y cerebrales (demencias) y las formas extremas de la
depresión (como la psicosis maniaco-depresiva). Entre las neurosis, las más típicas
son las fobias, la histeria, los trastornos obsesivo-compulsivos, la hipocondría y, en
general, todos aquellos que generan una alta dosis de ansiedad sin que exista una
desconexión con la realidad.

Algunos trastornos mentales se hacen evidentes por primera vez durante la infancia, la
pubertad o la adolescencia.

El retraso mental se caracteriza por la incapacidad para aprender con normalidad y


llegar a ser independiente y socialmente responsable como las personas de la misma
edad y cultura. Los individuos con un cociente intelectual inferior a 70 se consideran
retrasados en cuanto a su inteligencia.

La hiperactividad, desorden que parte de un déficit en la atención y la concentración,


se traduce en un exceso de ímpetu en el individuo que la padece, haciéndole incapaz
de organizar y terminar su trabajo, de seguir instrucciones o perseverar en sus tareas,
debido a una inquietud constante y patológica.

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Los trastornos ansiosos comprenden el miedo a la separación (abandono de la casa o
de los padres), a evitar el contacto con los extraños y, en general, un comportamiento
pusilánime y medroso.

Otros trastornos mentales se caracterizan por la distorsión simultánea y/o progresiva


de varias funciones psíquicas, como la atención, la percepción, la evaluación de la
realidad y la motricidad. Un ejemplo es el autismo infantil, trastorno caracterizado por
el desinterés del niño hacia el mundo que le rodea.

Algunos problemas del comportamiento pueden ser también trastornos infantiles: la


bulimia, la anorexia nerviosa, los ‘tics’, la tartamudez y demás trastornos del habla y
la enuresis (incapacidad de controlar la micción, generalmente por las noches).

Trastornos orgánicos mentales:

Este grupo de trastornos se caracteriza por la anormalidad psíquica y conductual


asociada a deterioros transitorios o permanentes en el funcionamiento del cerebro. Los
desórdenes presentan diferentes síntomas según el área afectada o la causa, duración y
progreso de la lesión. El daño cerebral procede de una enfermedad orgánica, del
consumo de alguna droga lesiva para el cerebro o de alguna enfermedad que lo altere
indirectamente por sus efectos sobre otras partes del organismo.

Los síntomas asociados a los trastornos orgánicos mentales podrán ser el resultado de
un daño orgánico o la reacción del paciente a la pérdida de capacidades mentales.
Ciertos trastornos presentan como característica principal el delirio o un estado de
obnubilación de la conciencia que impide mantener la atención, acompañado de
errores perceptivos y de un pensamiento desordenado e inadaptado a la realidad.

Otro síntoma frecuente de los trastornos orgánicos como la enfermedad de Alzheimer,


es la demencia, caracterizada por fallos en la memoria, el pensamiento, la percepción,
el juicio y la atención, que interfieren con el funcionamiento ocupacional y social. La

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demencia senil se da en la tercera edad y produce alteraciones en la expresión
emocional (apatía creciente, euforia injustificada o irritabilidad)
-

La esquizofrenia;

La esquizofrenia abarca un grupo de trastornos grave, que normalmente se inician en


la adolescencia.
Los síntomas son las agudas perturbaciones del pensamiento, la percepción y la
emoción que afectan a las relaciones con los demás, unido a un sentimiento
perturbado sobre uno mismo y a una pérdida del sentido de la realidad que deteriora la
adaptación social. El concepto de ‘mente dividida’, implícito en la palabra
esquizofrenia, hace referencia a la disociación entre las emociones y la cognición, y
no, como vulgarmente se supone, a una división de la personalidad que, más bien,
hace referencia a otro tipo de trastornos como la personalidad múltiple o psicopatía,
denominada así por el psiquiatra alemán Emil Kraepelin.
6TRASTORNOS DE LA
.
AFECTIVIDAD
Son aquellos trastornos en los que el síntoma predominante es una alteración del
estado de ánimo. El más típico, la depresión, se caracteriza por la tristeza, el
sentimiento de culpa, la desesperanza y la sensación de inutilidad personal. Su
opuesta, la manía, se caracteriza por un ánimo exaltado, expansivo, megalomaníaco y
también cambiante e irritable, que se alterna casi siempre con el estado depresivo.

Trastorno paranoides:

Su síntoma principal son las ideas delirantes (creencia falsa, firmemente asentada, y
resistente por ello a la crítica) y las más típicas son las de persecución (se considera
víctima de una conspiración), las de grandeza (el sujeto se cree de ascendencia noble,
principesca, santa, genial e incluso divina) o las celotípicas (celos desmedidos). En
cualquier caso, la personalidad paranoide es defensiva, rígida, desconfiada y
egocéntrica, por lo que tiende a aislarse y puede llegar a ser violentamente antisocial.
Este trastorno normalmente suele iniciarse en la mitad o al final de la vida,
destruyendo las relaciones sociales, sobre todo las de pareja.
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8Trastornos de
.
ansiedad:
La ansiedad es el síntoma predominante en dos casos: los desórdenes que suponen
pánico ante situaciones concretas y los trastornos ansiosos generalizados.
En las fobias y las neurosis obsesivo-compulsivas, el pánico aparece cuando el
individuo intenta dominar otros síntomas: el miedo irracional, desmedido, a una
situación, objeto o animal concretos que altera su vida cotidiana. Entre las más
perturbadoras está la agorafobia, miedo a los espacios abiertos o muy cerrados
(claustrofobia), tras el cual se oculta en realidad un miedo desmedido a la muerte o al
propio pánico, y que impide a los que la sufren salir a la calle. Por otro lado, las
obsesiones, neurosis cada vez más frecuentes (frente a la histeria, que ha ido
disminuyendo su frecuencia), consisten en pensamientos, imágenes, impulsos o ideas
repetitivas y sin sentido para la persona, que se ve sin embargo sometida a ellos. Por
último, la compulsión es la tendencia irrefrenable a repetir mecánicamente
comportamientos inútiles, rituales de comprobación o de previsión (por ejemplo,
lavarse las manos más de treinta veces al día o revisar una y otra vez la llave de paso
del gas).
Otros trastornos neuróticos:

Además de la depresión neurótica y otros trastornos ansiosos, hay diversas situaciones


que tradicionalmente se han considerado neuróticas, como la histeria, las reacciones
de conversión (de un conflicto psíquico a una enfermedad orgánica irreal), la
hipocondría y los trastornos disociativos.
Los llamados trastornos psicosomáticos se caracterizan por la aparición de síntomas
físicos sin que concurran causas físicas aparentes. En la histeria, las quejas se
presentan de forma teatral y se inician, por lo general, en la adolescencia, para
continuar durante la vida adulta. Es un trastorno que se ha diagnosticado con mayor
frecuencia en mujeres que en hombres, y en su extremo —la histeria de conversión—
aparecen parálisis que imitan trastornos neurológicos, de modo similar al dolor
psicogénico que no presenta una causa física aparente. Por último, en la hipocondría
el síntoma dominante es el miedo irracional a la enfermedad.
Entre las formas disociativas de trastorno mental están la amnesia psicológica y la
personalidad múltiple (antaño conocida como histeria de la personalidad alternante),
una extraña enfermedad en la que el paciente comparte dos o más personalidades
distintas, alternando el predominio de una o de otra (es el caso de la obra de Robert
Louis Stevenson Dr. Jekyll y Mister Hyde y de la película de Alfred Hitchcock,
Psicosis).

TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD:

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A diferencia de lo episódico de los trastornos neuróticos e incluso de algunos
psicóticos, los trastornos de la personalidad duran toda la vida; determinados rasgos
de la personalidad del enfermo son tan rígidos e inadaptados que pueden llegar a
causar problemas laborales y sociales, daños a uno mismo y probablemente a los
demás.
La personalidad paranoide se caracteriza por la suspicacia y la desconfianza. La
esquizoide ha perdido la capacidad e incluso el deseo de amar o de establecer
relaciones personales, mientras que la esquizotípica se caracteriza por el pensamiento,
el habla, la percepción y el comportamiento extraños. Las personalidades histriónicas
se caracterizan por la teatralidad de su comportamiento y de su expresión,
relacionadas en parte con el siguiente tipo, la personalidad narcisista, que demanda la
admiración y la atención constante de los demás.
Las personalidades antisociales (antes conocidas como psicopatías) se caracterizan
por violar los derechos de los demás y no respetar las normas sociales. Este tipo de
personalidad es inestable en su autoimagen, estado de ánimo y comportamiento con
los demás, y los ‘evitadores’ son hipersensibles al posible rechazo, la humillación o la
vergüenza. La personalidad dependiente es pasiva hasta el punto de ser incapaz de
tomar una decisión propia, forzando a los demás a tomar las decisiones en su lugar.
Los ‘compulsivos’ son perfeccionistas hasta el extremo e incapaces de manifestar sus
afectos. Por último, los ‘pasivos-agresivos’ se caracterizan por resistirse a las
exigencias de los demás a través de maniobras indirectas, como la dilación o la
holgazanería.

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Conclusión:

Es imposible saber con exactitud cuántos individuos padecen trastornos mentales,


aunque según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicado
en 2001, unos 450 millones de personas en todo el mundo sufren algún trastorno
mental o neurológico. Aunque existen tratamientos eficaces para muchas de estas
enfermedades hay un amplio número de personas afectadas que nunca acuden a un
profesional.

De estos últimos, la mayor parte presenta trastornos menores, ya que el riesgo de


sufrir una esquizofrenia alguna vez en la vida es de un 1%, mientras que el de sufrir
una depresión —el trastorno mental más común en la actualidad, e incluso el motivo
de consulta médica en atención primaria más frecuente— es de un 10%. Actualmente
existe una preocupación cada vez mayor por los trastornos mentales orgánicos, puesto
que inciden con más frecuencia en las personas mayores, un sector de población que
está aumentando vertiginosamente en los países más desarrollados.

Fuentes de
información:
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- Encarta student 2009.

- mi primera Encarta 2008.

- revista muy interesante art. De portada(los 20 inventos que hicieron


historia.) pag-50 4ta edición año 2008

– NATINAL INSTITUTE OF MENTAL HEALTH (NIMH)

Páginas web:
www.wikipedia.com

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www.google.com.do

www.muyinterante.com.mx

www.med-plus-com

www.oceano.com

WWW.NIMH.COM

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