A28590 LaviruelaenelParaguay
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Ministro de Salud Pública y Bienestar Social
Dr. Julio Daniel Mazzoleni Insfrán
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Saber no es suficiente, debemos aplicarlo.
Desear no es suficiente, debemos hacer.
GOETHE
4
Contenido
Introducción…………………………………………………………………………………………………………………………….6
VIRUELA (1520)………………………………………………………………………………………………………………………..7
La variolización………………………………………………………………………………………………………………………..7
La vacuna………………………………………………………………………………………………………………………………..8
La viruela en la postguerra…………………………………………………………………………………………………….23
En la década de 1960-1969…………………………………………………………………………………………………….31
Bibliografía……………………………………………………………………………………………………………………….38
5
Introducción
Todo el mundo sabe que la migración del hombre y de sus enfermedades es la mayor causa de
la presencia de epidemias. Desde tiempos inmemoriales hasta nuestros días, grandes pandemias
como la viruela, la influenza, el cólera, la peste bubónica, la gripe española, la fiebre amarilla, el
paludismo, dengue y enfermedades emergentes como el sida, hantavirus, SARS, H1N1, Covid 19
han azotado el mundo.
Pero, ¿cuáles fueron los principales problemas de salud que agobiaron a las poblaciones
hispanoamericanas y al Paraguay? En los siglos XVI, XVII y XVIII fueron las enfermedades
infecciosas como viruela, fiebre amarilla, lepra, cólera, influenza y sarampión, tifo exantemático
las que han sido las causantes de gran mortalidad en la población originaria.
Por cierto varias de estas enfermedades infecciosas y contagiosas como la viruela, dejaron sus
secuelas en la historia de los paraguayos. Los indígenas y colonizadores españoles padecieron y
sobrevivieron a epidemias que surgieron o llegaron al país. Debido a que es poca la información
que se tiene sobre la mortandad que causó cada una de ellas, si se sabe que las mismas azotaron
sin piedad a la población nativa.
Este trabajo sobre la viruela es el primer número de 14 fascículos que realizaremos sobre la
reseña histórica de las principales epidemias y pandemias que han afectado al Mundo y al
Paraguay.
En cuanto al objetivo, el presente material intenta a través del método histórico, entender mejor
el desarrollo que han tenido las diversas enfermedades, en las diferentes épocas y las formas
adoptadas para combatirlas. Además ofrece una visión general e integradora e intenta situar la
actividad sanitaria en su correspondiente contexto histórico, social y cultural.
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Antecedentes
LA VIRUELA-Viruá (1520): 300 millones de muertes en el mundo - PARAGUAY 165.000
fallecidos
La viruela, virúa es una de las enfermedades más mortales que conocen los humanos. Es
considerada la segunda mayor pandemia de la historia.
A ella le debemos los grandes cambios demográficos. Solo en el siglo XX hubieron 300 a 500
millones de fallecidos.
Es probable que la viruela se haya originado en la India o en Egipto hace 3.000 años y se abrió
camino en todo el mundo
mediante los comerciantes
egipcios.
Cabe destacar que en 1350
AC tuvo lugar la primera
epidemia de viruela.
La variolización
Antecedentes lejanos nos remontan a 1022 en China, cuando una mujer budista que vivía en una
montaña ubicada en Sichuam, molía costras de viruela y soplaba ese polvo en la nariz de las personas
sanas.
Lo hizo después de notar que quienes lograban sobrellevar a la viruela nunca lo contraían nuevamente,
habida cuenta que las personas inoculadas no volvían a infectarse.
7
A principios de 1700 los médicos empezaron a tomar material de las llagas y los ponían en personas
sanas mediante 4 o 5 rasguños en el brazo.
Este método funcionó bastante bien las personas
adquirieron inmunidad y no volvían a infectarse pero no
era infalible, seguían muriéndose después de ser
expuesto al pus hasta el 3%de las personas.
Entre 1770 y 1791 personas como el agricultor Inglés
Benjamin Jesty, en 1774 y el profesor alemán Peter
Plett,1en 1791 utilizaron el virus de la viruela bovina
como vacuna para la viruela en los seres humanos.
Este proceso llamado variolización.
La vacuna
La viruela solo ataca a las personas. Los virus de la viruela humana y vacuna son de la misma familia.
Pero cuando un virus infecta a un huésped desconocido, en este caso a un ser humano, es menos
virulenta, por eso Jenner decidió probar si el virus de la viruela bovina podía usarse en el ser humano
para protegerse contra la viruela. Sin embargo, para algunos el Dr. Jenner, que realizó su primera
inoculación 22 años más tarde, solamente divulgó el descubrimiento.
En 1796 Jenner encontró a una joven ordeñadora llamada Sara Nelmes que tenía lesiones frescas de
viruela bovina en la mano y en el brazo que contrajo de las ubres de una vaca llamada Blossom.
Observó que las mujeres que ordeñaban vacas tenían pústulas en la piel provocada por una
lesión más benigna que la enfermedad, la viruela vacuna, y que estas mujeres se contagiaban
las manos y no contraían la viruela, es decir que adquirían inmunidad al virus de la viruela
humana.
Jenner inoculó a Javier Phipps, el hijo de su jardinero que tenía 8 años de edad, con pus extraído de la
granjera que sufre virus vacuna. Luego de unos días de fiebre y malestar, se recuperó. Dos meses
después inoculó al niño nuevamente con material procedente de una lesión fresca de viruela.
El niño no desarrolló la enfermedad, está inmunizado, y Jenner concluyó que la protección era total.
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A diferencia de la variolización que usaba el virus de la viruela real, la vacunación usaba el menos
peligroso, virus de la viruela bovina.
Se planteaba ahora el problema, ¿cómo llevar el virus vivo de la vacuna tan lejos de España? No
se sabía aún como hacer llegar el virus de la vacuna a destino razón, por la cual Carlos IV solicitó
el concurso de varios científicos que optaron por una solución que hoy sería cuestionable, la
idea de crear una cadena humana donde la inoculación se pasara de brazo en brazo.
Se pensó en 22 niños huérfanos que vivían en
la Casa de Expósito de La Coruña, que serían
los portadores y trasmisores del virus vivo de
la viruela y las condiciones eran de no haber
padecido viruela y no haber sido vacunados.
A los niños se los inoculaba por medio de una
lanceta el fluido vacuna en el brazo, luego de
9 días aparecía en el niño inoculado, un
puñado de granos de los cuales se les extraía
el fluido fresco. Este fluido fresco recién extraído se inoculaba en otro niño y este mismo
procedimiento se repitió a lo largo de los meses que tomó el viaje desde España a América.
Partió la expedición a bordo de la corbeta María Pita, rumbo a América, con Balmis, el trasmisor
del conocimiento, llevando a 22 niños huérfanos, entre 3 y 9 años, a cargo de la enfermera Isabel
Sendes y Gómez, madre adoptiva de uno de los huerfanitos, Benito Velez y unos 10 médicos. La
travesía duró 2 meses y durante todo ese tiempo los niños debían vacunarse de 2 en 2, cada 9
días. Lastimosamente un niño falleció durante el largo viaje.
El objetivo de esta expedición fue también explicar a los médicos locales de cada puerto lo que
deberían hacer para extender la vacuna y luchar contra la viruela. Empezó con los huerfanitos,
él los vacunaría y luego usaría su fluido para inocular a la población. Las personas inoculadas
podrían entonces ser llevadas a otros puertos y donar su fluido para inocular a otros y así
sucesivamente.
Se les recomendó crear una Junta de Vacunación que se encargaría que las cadenas de
trasmisión y conservación de las vacunas se mantengan tras la marcha de la expedición y de
llevar el control de las personas vacunadas.
9
Además llevaron más de 500 ejemplares del libro llamado Tratado Práctico y Teórico de la
Vacuna, de Jacques-Louis Moreau y traducido por
Balmis, que repartirán por las ciudades de América
y varios millares de laminillas de cristal que
servirán para conservar el suero y que uno de sus
componentes es la parafina.
De esta manera poca ortodoxa y polémica se logró
hacia fines del siglo XVIII hacer llegar la vacuna a
250.000 personas. Millones de personas lograron
salvar su vida por este hecho. Esta acción no tiene
precedente en la historia de la medicina, pues se
constituyó en la Primera Campaña Médica
Internacional de la Historia
El reconocimiento
Edward Jenner dijo respecto a la expedición de Balmis “No puedo imaginar que en los anales de
la historia haya un ejemplo de filantropía más noble y más amplio que éste”
La expedición de Balmis fue una Campaña de Salud Pública de
proporciones gigantescas:
Fue la Primera Expedición Sanitaria de Carácter Mundial;
Fue el Primer Programa de Vacunación Masiva realizada en el
Mundo y fue;
La Primera Campaña Intercontinental de Educación Sanitaria.
10
La Epidemia de viruela en el Paraguay
De acuerdo a las informaciones proporcionadas por varios autores, se puede afirmar que la
viruela no se conocía en América. Fue un legado de la vieja a la nueva España. Para algunos
investigadores fue la enfermedad traída por los conquistadores que produjo mayor mortalidad
entre los indígenas.
Ciertamente fue uno de los más duros castigos que recibía prácticamente en forma periódica la
población paraguaya, cobrándose vidas o dejando su huella para siempre.
En otro orden de cosas, la epidemia se repitió en los años 1592-15943 y en los años 1606-1612.4
En 1613 la viruela ataca San Ignacio y en 1614 a 1615 5, Guarambaré. Corpus- Guayrá en 1627-
16296; Asunción en los años 1628-16327 y Villa Rica, en los años 1663-1665.
La epidemia de viruela se da en forma casi decenal y se pueden identificar tres grandes oleadas
epidémicas, muy mortíferas. La primera ocurre entre 1690 y 1700, en Asunción y Villa Rica; la
segunda, en 1717, con mayor mortalidad, que se origina en uno de los navíos anclados en
Buenos Aires, y se extiende rápidamente por toda la región del Río de la Plata, Asunción- Villa
Rica y Tucumán, llegando al Alto Perú.
Las reducciones jesuitas ven descender sus efectivos de unos 121.000 indígenas a poco más de
105.000. Esta epidemia de viruela termina en 1724.
La tercera se da en 1729-1735 8 y el Padre Guevara relata de la siguiente manera… “luego que
se hubo cebado la epidemia en la ciudad, se extendió rápidamente por los campos, y allí el daño
fue mayor, por la escases de las cosas necesarias. Los PP. Ortega y Filds administraron el
sacramento de la Penitenciaria a diez mil moribundos en los pueblos y aldeas pertenecientes a
la jurisdicción de la Capital y enterraron ellos mismos otro número igual de cadáveres.
Cuatro mil paganos recibieron el bautismo, casi todos los cuales pasaron muy pronto a mejor
vida”.
“Los indios tanto gentiles como neófitos, aterrados con el azote que los castigaba, salían de los
bosques...”. “La mortalidad fue horrorosa en Villa Rica... La peste tomó a niños y ancianos,
mujeres y varones. Murieron más de dos mil indios, quienes viniendo de parajes
distantes...fueron en el camino atacados por la enfermedad reinante...”. “saciada ya la peste en
Villarrica y pueblos vecinos, se propagó más y más por los campos”. (sic).
En cuanto a la virulencia de la epidemia que atacó Asunción, Guairá, Villarrica, Xeréz describe
en éstos términos: “Empezó el contagio en la parte más meridional de ésas Provincias... se
extendió rápido, mató a muchísima gente y duró 3 años.” Dobrizhoffer relata que fue horrible la
epidemia de viruela que en 1734-1737 mató a 30.000 indígenas. 9
2 León, L. (1985). Enfermedad y muerte de Huayna-Cápac. Rev. Ecuatoriana de Medicina y Ciencias Biológicas. Quito. 21 (2): 99-123
3 Cieza de León, P. (1967). El señorío de los Incas. Lima: Instituto de Estudios Peruanos.
4 Mc Neill, W. (1984). Plagas y Pueblos. Madrid: Siglo XXI. [Sn].
5 Guerra, F. (1983). El intercambio epidemiológico tras el descubrimiento de América. Anales de las Primeras Jornadas de
11
A cerca de las medidas de prevención tomadas en 1736 a fin de evitar la propagación de la
viruela, que ataca a las Provincias del Sur, Martín José de Echauri ordenó al sargento mayor
Mauricio Peralta de detener y no permitir bajo ningún punto de vista el desembarco de
tripulantes y bienes de embarcaciones provenientes de Buenos Aires. Los navíos deberían
quedar detenidos en la orilla opuesta al ocupado por poblaciones y puestos bajo una estricta
cuarentena.
Otra epidemia azotó en 1742 a Jesús, San Cosme y Damián descrita por el padre jesuita José
Cardiel en su Carta-Relación10 en donde cuenta que el hospital se llenó de enfermos y tuvieron
que construir cabañas de aislamiento para los variolosos. Fue tan cruel que en poco tiempo
llevaba millares de personas a la sepultura en algunos pueblos. Dice…“Y de tal calidad, que en
dando las viruelas a uno en una casa, luego se les pegaba a todos. …Dispuse buen número de
cabañas fuera del pueblo en sus cercanías, y otras más bien formadas. Cuando alguno caía algo
enfermo, lo llevábamos a las primeras. Si la enfermedad mostraba no ser de viruelas, lo cual se
conocía en pocos días, lo volvíamos a su casa. Si era de viruelas los llevábamos a las segundas
cabañas, y se quemaba la primera y se hacía otra de nuevo. Así conseguía el que no se pegase el
mal a los de su casa, y que el que iba a las primeras cabañas en duda de si su enfermedad es la
de la peste, no contrajese esta por entrar en donde otro apestado hubiese estado, que también
se pegaba por esto. Morían casi todos al principio”. Les encargué mucho que ninguno se acercase
al sitio de los apestados, porque moriría luego, como sucedía en otras partes. Puse guardas para
que ninguno lo hiciese. No obstante varios iban a escondidas, y entraban en los aposentos de sus
parientes, y juzgo que de estos casi todos murieron.”(sic)11.
La Condamine12 fue el primero en América que tuvo el coraje de hacer la inoculación de la viruela
o variolización. Cuenta que otro misionero de Río Negro siguió su ejemplo con el mismo
resultado y que cuando la epidemia de 1743 que lo retuvo en Pará, se usó el método en los
indios esclavos.
En 1765 se desata una nueva epidemia en 32 misiones matando a 12.000 personas. Según
Peramás la gravedad de la peste fue tal que redujo notablemente la población guaraní lo que
queda evidenciado en los registros parroquiales que de 144.252 almas pasaron a 18.773.
Si bien fue traída a Buenos Aires en 1777 por Miguel O’Gorman (designado protomédico del
entonces recientemente creado Virreinato del Río de la Plata), se utilizó por primera vez en
1784.13
Una medida adoptada en la prevención de este mal en las misiones del Paraguay fue la
variolización, durante las epidemias de viruela de 1785-1786. 14 Juan Francisco Aguirre, uno de
los demarcadores de la comisión de límites entre España y Portugal en América, que vivió en el
Paraguay entre 1784 y 1796, en su diario anotó con respecto al pueblo de Itá: “Antiguamente
era mayor el pueblo, y se dice que tuvo 5.000 almas en los tiempos del obispo Cárdenas fueron
víctimas de este flafelo”. Resistida en sus inicios, fue utilizada con éxito en la epidemia de 1792
- 1793 en Buenos Aires, en donde murieron solo tres de los 854 inoculados, mientras que el 10
por ciento de los casos naturales expiraron.15
10 Furlong, G.; Cardiel del, J. (1953). SJ y su Carta-Relación 1747. Buenos Aires: Librería del Plata.
11 Peramás, J. M. (1946). La República de Platón y los Guaraníes. Buenos Aires.: Emece Ediciones.
12 De La Condamine, C. M. (1944). Viagem na América Meridional descendo o río das Amazonas realizado en 1743. Biblioteca
12
La viruela en tiempo de la Colonia
En el Archivo Nacional de Asunción se encuentran las observaciones donde consta que el 7 de
julio de 1797 el Dr. Jorge Buchan publicó unas instrucciones para la inoculación de las viruelas
que debían seguirse en los pueblos de indios de esta provincia del Paraguay”. Indicaba que la
enfermedad podía ser prevenida con la variolización, que como ya dijimos, consistía en la
inoculación de pus de una persona infectada a otra sana a través de una aguja o lanceta que
pinchaba la piel del inoculado. El nuevo inoculado con viruelas, aunque se enfermara, lo hacía
en forma leve, muy pocos morían, al contrario de lo que pasa con las viruelas naturales.
La mejor edad para hacer la inoculación es entre 3 y 5 años.
En la epidemia de viruela que azotó San Ignacio Guazú, Misiones, Antonio de la Cruz Fernández,
aconsejó la inoculación inmediata en contra de la opinión del doctor Don Francisco Gill, cirujano
del Real Monasterio de San Lorenzo, quien se oponía a esta práctica considerada peligrosa,
dañina para la salud pública y contraria a la caridad16.
Desde el 28 de julio hasta el 16 de setiembre de 1797 se inoculó a unas 63 personas, de los
cuales solo una sucumbió.
Los médicos enfatizaban la purga y el ayuno como preparativos para la inoculación, seguida por
una dieta liviana de caldos de carne y frutas y aislamiento.
La formación de pústulas supurantes señalaba la etapa crítica de la enfermedad que
generalmente sobrevenía una semana después de la infección. En esa etapa, el paciente no
recibía alimento sólido. La fiebre y la diarrea eran controladas con dosis leves de nitro (salitre).
En pacientes afiebrados se recomendaba el baño para absorber los humores malignos que
expele el cuerpo. Sus pústulas eran limpiadas con trapos limpios para evitar que penetren a la
sangre.17
Por otra parte, en 1799 la epidemia de viruela azotó el Río de la Plata y también el Paraguay,
razón por la cual el Gobernador Lázaro de Rivera envió al Teniente Protomédico de la
Gobernación Intendencia del Paraguay, el español Antonio Cruz Fernández a Buenos Aires, en
1801 a traer de aquella ciudad el virus vacunal, en lo que se llamó “la expedición de los niños”,
a fin de proteger a la población de este terrible flagelo.
Sobre Antonio de la Cruz Fernández se sabe muy poco. No se conoce que haya cursado alguna
facultad. Radicado en el Paraguay, adquirió un extenso terreno en las calles Asunción (Coronel
Bogado), Loreto (México) y Libertad (Eligio Ayala) donde además de instalar su vivienda, instaló
su consultorio, uno de los pocos que había entonces en el Paraguay y tenía también su propia
botica. Según expresaba, no daba abasto a la atención de tantos enfermos. La falta de
competencia le reportaba una muy buena ganancia que iba invirtiendo en la compra de tierras
en Paraguarí. Para el cobro de sus honorarios seguía las pautas establecidas por el
Protomedicato de Buenos Aires.
Documentos del siglo XIX que obran en el Archivo Nacional se encuentran algunos que se
relacionan a las gestiones llevadas a cabo por las autoridades sanitarias en donde dan cuenta de
la preocupación que había entonces para prevenir la viruela.
La Imprenta Nacional pública una hoja de Instrucción para los empleados de campaña sobre las
cosas a tener en cuenta durante la epidemia de viruela. Se recomienda que al ordeñar las vacas
observen si en el pezón o en la ubre aparece el grano conocido como viruela, lo recojan con
prolijidad y lo pongan en vidriecitos, para que llegado el momento se aplique a los que quieran
preservarse de ese mal.
16 Gill, F. (1786). Disertación físico-medica, en la cual se prescribe un método seguro de preservar a los pueblos de viruela hasta
lograr la completa extinción de ellas en todo el reino. 2ª ed. Madrid, También véase Cooper, p. 97.
17 ibid
13
Está claro que este mal causa gran temor a la población y también a las autoridades razón por
la cual se hace obligatoria la vacunación. El diario “El Semanario” notifica que los Jueces de Paz
han procedido al enrolamiento de todos los párvulos y demás personas que no hayan tenido
viruela para ser vacunadas y cumplir con esta disposición.
Hacia 1805 se produjo la primera y última vacunación masiva del período colonial en el
Paraguay. Para Velazco, fue un éxito pero para Cooney no fue solo eso,
sino un punto clave en la historia médica del Paraguay.
El tratamiento indicado para la viruela en ese tiempo, consistía en…“Con
respecto a la viruela es muy raro el caso en que no se evitan con el uso de
la vacuna, cuya operación es más eficaz y segura si se hace de brazo a
brazo, y de un niño o de una persona robusta y de buena salud. En general,
para las viruelas naturales son convenientes las bebidas diferentes, los
baños de pie, las evacuaciones, todo lo que puede promover la supuración
después que las postulas hayan salido, y si aparecen entre las viruelas
manchas negras o moradas, es menester administrar la quina con toda la
abundancia que pueda sufrir el estómago de enfermo.” (sic) 18
Durante la dictadura del Dr. Francia el aislamiento dificultaba el acceso a la provincia del
conocimiento sobre la medicina, de los insumos y de los medicamentos tanto es así que la
vacuna que ya se usaba en Europa no se pudo emplear cuando en 1825 se produjo un brote de
viruela mortífero entre los payaguá, según Rengger
El corte impuesto por Buenos Aires sobre el tráfico de los ríos sumió al Paraguay en una forzada
reclusión que duró casi 20 años. El único contacto significativo con Asunción fue a través de los
únicos puertos habilitados que son el de Pilar para Corrientes y el de Itapúa para los que venían
desde Rio Grande do Sul.
En los casos de un brote infeccioso, las personas eran puestas inmediatamente en cuarentena
aislándose así cualquier expansión epidemiológica
La infraestructura sanitaria heredada de los tiempos coloniales, era la que aún persistía y de
algún modo daba respuesta a los problemas de salud. Abundaban los curanderos y empíricos a
falta de médicos.
A la muerte de Francia, el consulado integrado por Mariano Roque Alonso y Carlos Antonio
López logra restablecer el orden en el país. Se firmaron tratados de libre navegación de los ríos
y se abrieron las fronteras y propició la llegada de muchos viajeros, comerciantes, profesionales
y el camino de reingreso de la viruela al Paraguay.
Algunos médicos europeos arribaron al país ofreciendo sus servicios, muchos de ellos fueron
aceptados y otros rechazados e invitados a abandonar el país, tal el caso de Georges John Robert
Gordon, por ejemplo. Otros médicos fueron: Pablo Luis Cálcena y Echeverría; Eduardo Munck y
Rosenchola; Manuel Peña; Dr. L. Alfred Demersay; Meister.
Conviene subrayar que el país estaba en un caos. No había control del gobierno para los que
ejercían la práctica médica y sin verificar la calidad de la vacuna, los cónsules tenía miedo y
también la población, que por décadas estuvieron recluidos, no conocían de nuevas
enfermedades y fueron parte de los motivos por el cual se generó un fuerte roce entre el médico
inglés Gordon y el Consulado.
14
Incidente con el médico inglés Gordon
Georges John Robert Gordon era un médico británico enviado en misión particular, quién por
haber hecho las vacunaciones en algunas personas sin haber estado debidamente acreditado
como médico por el Consulado, se resolvió entonces su expulsión del país.
Por este motivo recibió de parte del Presidente Don Carlos A. López y Mariano R. Alonso, en
1842 una protesta, por medio de un oficio y se le impuso que todo lo que sea relacionado a la
medicina, se abstuviese de intervenir porque le falta competencia profesional y autorización del
Supremo Gobierno.
Se le invita a abandonar el país. El oficio dice así: “Es contra principios de higiene pública y
también contra la policía suministrar medicinas con viruela en beneficencia por quienes no
conocen el clima en el país, sin ser además reconocidos en su facultad por la autoridad
competente. Un abuso semejante que sería prohibido en países cultos, y que se dicen civilizados,
ha venido a sorprender al Supremo Gobierno que subscribe al saber que el señor Gordon, cuñado
particular en su gobierno británico de esta República, se ocupa al presente en vacunar viruela en
esta capital, sin noticia previa del Supremo Gobierno, ni reconocimiento del que con que estaba
vacunando en la estación más impropia para este clima, que recién empieza a salir de una peste
afligiente para los habitantes. Consiente a esto el Supremo Gobierno pide y encarga al señor
Gordon se abstenga de vacunar en esta capital y en otra parte alguna de la República, manifestar
el número de individuos que hubiere inoculado con viruela y el objeto con que ha dado semejante
paso sin llenar primero los requisitos a menos en cortesía; y finalmente se servirá declarar si ha
franqueado vidrio de vacuna a alguna persona, o personas vecinas de esta capital para que el
Supremo Gobierno tome las medidas concernientes que preserve la salubridad pública con un
nuevo azote para los habitantes; siendo en previsión general que no solo en el ramo de vacuna,
sino en todo lo que sea medicina, se abstenga el señor Gordon en intervenir; pues que no
conviene ni es propio en hacerse sin cumplir los requisitos escritos e indicados, mucho más una
persona que se halla en momento en partir a su destino.”(sic) 19
La respuesta de Georges John Robert Gordon no se hizo esperar y envió un oficio a Carlos A.
López explicando el incidente en que se envolvió con el gobierno paraguayo, por haber vacunado
contra la viruela a algunos ciudadanos y solicitando una audiencia personal para mayores
explicaciones. La nota explicando el incidente en que se envolvió con el gobierno paraguayo,
fueron en estos términos:
“Un hecho mío, practicado con las mejores intenciones, con el puro deseo de hacer bien a la
humanidad, ha sido representado al Supremo Gobierno y caracterizado por varios, una luz
desfavorable y mismo chocante y ofensiva a mi carácter como hombre de honor, y resultando de
cuya información inexacta que una familia inocente ha sido expuesto al desfavor del Supremo
Gobierno, yo me tome la libertad de pedir una audiencia a V.E. para explicar el asunto en su
verdadera luz y para justificar así mi conducta y limpiar mi honra lastimada. V.E. estuvo
infelizmente muy ocupado a la hora que me presente para solicitar la entrevista que no pudo
recibirme, y cuando me tome la ulterior libertad de mandar pedir a qué hora V.E. quisiese verme,
la sola respuesta que recibí fue que me retirase a mi casa y ahí esperase, una comunicación del
Supremo Gobierno.
19 ANA-AHRP-PY-309-1-2
15
Obedecí a la intimación y me ocupe de escribir esta carta, con la mira de solicitar de V.E. una
entrevista particular, cuando llegó a mano la estimada comunicación del Supremo Gobierno de
fecha de hoy, sobre el asunto en cuestión, esta comunicación contiene principios de tanta
importancia y cargos tan graves, que, deseoso de hablar personalmente con V.E. con la menor
posible demora y poseyendo la lengua castellana demasiado imperfectamente para contestar a
esta comunicación, con considerable dificultad, no siendo además autorizado, después de tener
acusado el recibimiento de la nota del Supremo Gobierno con fecha del 7 del corriente, a tener
más comunicación oficial con lo mismo, me limito por ahora en asegurar a V.E. que obedeceré
estrictamente, el mandato del Supremo Gobierno de abstenerme de intervenir en este país, y no
solo en el caso de la vacuna, sino en todo lo que sea de medicina, y esto con la mayor facilidad,
estando yo totalmente ignorante de esta y no teniendo más el pus de esa en mi poder.
Concluyo pues en solicitar a V.E. una entrevista personal, a la hora que V.E.me indique como más
conveniente, comprometiéndome en esta a darle a V.E. toda la información sobre este objeto
desagradable que pueda desear, y en el modo más formal, y esperando confiadamente de poder
así remover el disgusto con que percibo pesadamente, que el Supremo Gobierno es influido
respecto a mí.”20
Muy molesto por esta situación Georges John Robert Gordon envió de nuevo un oficio a los
cónsules Carlos A. López y Mariano R. Alonso, en contestación a los términos de la nota que le
fuera enviada por los mismos concernientes a la vacunación antiviruelica, informándole que,
dejaría el país a pesar de no haber cumplido en su totalidad la misión de que fuera encargado
por el gobierno británico, ya habiendo contratado una embarcación que partiría el 27 de octubre
de 1842.
La respuesta de Gordon fue: “En contestación de dicha nota el infrascrito se abstiene al presente
de declarar más, que como sigue: que es totalmente ignorante de los principios y prácticas de la
medicina, que nunca ha intervenido en alguna cosa que pertenece a esta antes sean en este país,
sea en otro, y que consecuentemente no lo hará por el futuro:
- que no paséis más del pus de la vacuna, y que así es excusado asegurar al Supremo Gobierno,
que se obtendrá en delante de vacunar tanto en esta capital como en la República del Paraguay:
- que no ha inoculado con viruela ninguno de sus semejante y que nunca pensaba dar tal paso,
mientras que ha vacunado a seis habitantes de esta capital al pedido suyo, y que juzgando que
con esto le ha habría hecho un gran servicio, ni el infrascrito ni estos individuos sabiendo que así
habrían obrado contra la voluntad del Supremo Gobierno ni los principios de higiene publica: y
finalmente que ha franqueado un solo vidrio de vacuna a un vecino de esta capital, de Felipe
Buso que, el infrascrito sí, no habría hecho uso ninguno de dicho vidrio esta mañana a las 7 y
media poco más o menos”. 21 (sic)
16
Georges John Robert Gordon envió una nueva carta a Carlos A. López solicitando una
declaración, del gobierno de Paraguay, sobre las razones por la cual fue intimado a salir de ese
país, a fin de defenderse junto a su gobierno de los ataques que fueron abiertos sobre su persona
por el diario “El Nacional” de Montevideo.22
La carta dice: “Pocos días de mi llegada aquí (Bs. As.) la inclusa gaceta de Montevideo me vino a
mano, y me tomo ahora la libertad de remitir, la a V.E .y de llamar su atención la manera ofensiva
en que refiere a mi conducta publica y carácter privado mientras residía en Paraguay, en la
confianza segura de que vuestra excelencia no negara de prestar en su testimonio poderoso para
ponerme en estado de defenderme ante mi gobierno contra acusaciones tan chocante e
inesperada. En este sentido me dirijo encarecida y respetuosamente a V.E .suplicando le tenga
la bondad de trasmitirme, cuando le sea cómodo a V.E. una relación sucinta de la razón o razones
porque el S.G. del Paraguay lo tubo por bien de intimarme, como lo hizo, que no era conveniente
que yo demorara por más tiempo en dicha republica sino que regresara a mi destino.
Siento infinito de verme obligado a incomodar de este modo a V.E. ocupado como esta en
negocios de tamaña importancia, más me atrevo a espera que no reusara a mi solicitud,
acordándome de la condescendencia que VE me ha mostrado y especialmente de la apreciable
seguridad que me dio a mi despedida, de que tenía en V.E. un amigo sobre quien podría siempre
descansar con satisfacción.
Dígnese pues V.E. poner la contestación que ansiosamente esperare a esta solicitud bajo cubierta
a los señores Juan Jackson y familia (Montevideo).Estos señores son mis correspondientes en
Montevideo y sabrán como dirigirme toda comunicación que les viene para mi aprovechome
gustosamente de esta nueva oportunidad para saludar a VE con las expresiones de mi más alta
estima y consideración “(Sic)
Por lo que se refiere a la marcha del mal, entre 1843 y 1845 una violenta epidemia de viruela –
variola virus- azota el país y puso en evidencia la precaria situación médica y los efectos
negativos del aislamiento durante la dictadura del Dr. Francia.23 Como este mal atacó
principalmente a los niños y a los ancianos, prontamente se adoptaron medidas drásticas para
no propagarse a toda la población, tales como el aislamiento de los enfermos, la prohibición de
las concentraciones masivas ya sea en las fiestas, iglesias, procesiones y en los velorios de
quienes habían fallecido de viruela.
22 ANA-AHRP-PY-316-1-3
23 Cooney, J. (1990). Tratamiento de la Viruela en el Paraguay
17
También se prohibió que las embarcaciones que transportaran personas enfermas o prove-
nientes de lugares donde se hacía presente la enfermedad, descendieran a las ciudades. Se
construyeron nuevos cementerios y se reformaron los antiguos para albergar los numerosos
cadáveres que cada día aumentaba más y más.
En Altos; Atyrá y un paraje llamado Duarte se dieron 388 muertes. Algunos informes señalan
que en 1844, en esta Villa han fallecido 34 personas, desde el 16 de abril ppdo. Raras son las
personas que contagiadas salvan su vida. Hasta la presente, 73 naturales entre chinas y jóvenes
escueleros, murieron.
En total las personas fallecidas son 1.115, a pesar de haber sido asistidas y medicadas.24
Los datos de San Cosme y Damián revelan que el 18% de los hombres, el 21% de las mujeres y
el 60% de los niños fueron víctimas de la epidemia; representa un 26% de la población total.
Considerando solo a los muertos tenemos que el 58% de ellos eran adultos y el 42% eran
párvulos. 25
Tabla 1
Total Existentes Muertos % Muertos % Muertos % de
1844 del grupo total muertos
Hombres 212 137 98 17,92 7,08 28,36
Mujeres 189 149 40 21,16 7,45 29,85
Adultos 401 323 78 19,45 14,53 58,21
Viejos 42 42
Párvulos 94 38 56 59,57 10,43 41,79
Total 537 403 134 24,95
Fuente: ANA-SH 267. Nota de los individuos de San Cosme muertos de las viruelas y los salvos que se hallan existentes. 3. 7. 1844.
La mortalidad por viruela en la población indígena era bastante común. Existen datos que
revelan que en 1844 el 20- 25% de la población adulta aborigen fue víctima de viruelas.
Los datos muestran que los pueblos de naturales eran los más afectados por la viruela. Por regla
general se sitúan alrededor del 20% de la población total.
Tabla 2
Pobl. total Existentes Muertos % muertos
San Cosme 503 380 123 24,45
San Ignacio 1.137 916 221 19,44
Santa Rosa 1.333 1.024 309 23,18
Santiago 1.117 881 236 21,13
Santa María 1.007 781 226 22,44
Total 5.097 3.982 1.115 21,88
Fuente: ANA-SH 267. Nota de los indios adultos muertos de las viruelas y de los salvos que se hallan existentes. 9.11. 1844.
La mortalidad en la población indígena era aproximadamente del 24,5% mientras que para la
población blanca era del 6-7%. Se puede leer así que después de tres siglos de convivencia con
los europeos, la población indígena era más propensa a contraer la enfermedad que los blancos.
18
Tabla 3
Número de % Muertos % Adultos % párv.
Muertos en total muertos muertos
Yhu 90 - 57,78 42,22
San Joaquín 439 16,74 65,38 37,63
Tobatí (naturales) 326 17,01 42,02 57,98
Rosario (Reducción) 13 5,40 92,31 7,69
San Fco. De Asís 37 - 86,49 13,51
Yutí (naturales 144 5,72 50,69 49,31
San Estanislao 146 8,21 75,34 24,66
San Isidro (Curuguatí) 213 7,54 62,44 38,03
Terecañi (Curuguatí 67 - 62,59 37,31
V. San Pedro 321 - 68,22 31,78
Tacuatí 32 3,23 75,00 25,00
Lima 116 9,93 77,59 22,41
Tobatí (moradores) 61 3,43 73,77 26,23
Emboscada (pardos) 53 - 73,58 26,42
Emboscada (blancos) 52 4,78 63,46 36,54
Pirebebuy 355 4,15 59,44 40,56
Capiatá 843 6,73 61,80 38,20
Ybitimí 1557 4,87 68,15 31,85
Rosario 164 6,04 67,07 32,93
Itacurubí 136 4,78 75,74 24,26
Arroyos 296 5,30 84,12 15,88
Atyra (blancos) 41 10,81 51,22 78,78
Altos (blancos) 165 6,32 47,88 52,12
Total 7,28 67,04 31,97
Fuente: ANA-NE 805
A inicios de 1844 se dispuso el procedimiento de variolización o inoculación para las tropas de
la Villa Encarnación. Se buscaba a aquellos soldados a quienes la viruela no hubiera atacado con
excesiva virulencia y se les extraía la pústula que luego se pasaba a soldados sanos. Permanecían
en reposo y luego se curaban. Así fueron inoculadas las tropas de la Villa como las de la Trinchera
San José y luego las del Campamento de la Independencia. El procedimiento no se aplicaba a
quienes ya habían tenido la enfermedad ni se podía tomar la pústula de quienes estaban muy
enfermos.
Casi un año después, el comandante de Encarnación declaraba que ya no había enfermos entre
las tropas, lo cual debió tranquilizar al gobernante, dado que la zona, tal como durante la época
de Francia, era el bastión defensivo en caso de una invasión o desde Corrientes, o desde el
Uruguay. La salud de este campamento estuvo a cargo del “curandero” Joaquín Estigarribia,
quien fue enviado por orden del propio presidente López desde Villarrica. En Pilar, las bajas no
fueron solamente militares. Como fue una de las ciudades que contaron con dotación policial,
también en este se registraron muertes.26
Es decir: nada más y nada menos que 9.286 muertos entre la aparición de los primeros brotes
de la epidemia, a fines de 1843 y fines de 1845, casi dos años, cuando ya no se reportaron casos,
en poco más de la mitad del total de partidos (localidades) existentes en aquel momento en la
República.
19
Aunque en años posteriores hubo nuevos brotes, se estuvo mejor preparado. El daño ya no
volvería a ser similar: este, el de 1844, quedaría en la memoria de todas las generaciones hasta
la Guerra contra la Triple.
A continuación, presentamos en un cuadro un recuento parcial de víctimas según los informes
obrantes en la Sección Historia Del Archivo Nacional.
Nueve años después, en 1853, una nueva epidemia de viruela motiva la instalación de una
Administración de Vacuna a cargo del Profesor de Medicina y Cirugía, el paraguayo Don Luis
Cálcena Echeverría.27 Funcionaba en la casa situada en la calle del Estado esquina Nº 61 que
forman las calles de la Libertad e Independencia Nacional.28
En él se cita que la viruela aparecida en la Villa del Pilar, pasó al Campamento de Paso de Patria,
pero que dicha epidemia no ha dado mayor cuidado y declinó prontamente. “Ha cesado casi
enteramente, según los últimos informes de
las autoridades de las fronteras, y del interior.
Mucho se debe a la administración de vacuna
establecida en la Capital, y que se ha extendido
a todo el país, propagándose de brazo en
brazo”. 29
En el Paraguayo Independiente del 1 de julio
de 1854, se lee que la Administración de
Vacuna de la Capital envía el virus vacuno a los
Departamentos y Partidos de la campaña. La
viruela ha cesado en las fronteras del Paraná y
apareció en la Capital pero felizmente
ocasionó pocas víctimas.30
A continuación se exponen documentos del siglo XIX que obran en el Archivo Nacional que se
constituyen en un gran valor histórico, relacionados a las gestiones llevadas a cabo por las
autoridades sanitarias, dan cuenta la preocupación que había entonces para prevenir la viruela.
Transcribimos algunos de ellos.
20
Ese año 1863 se incrementaron las medidas profilácticas, la variolización, para luchar contra la
epidemia de viruela que amenaza al país, tal como puede apreciarse en las nota de ese año
enviada al Ministro de Gobierno de aquel entonces, por Valentín Centurión y Justo Pastor
Ibarrola, en la que comunica que se ha practicado la variolización con éxito en 1.357 y 1.050
personas.
21
Los que habrán de inocularse la vacuna, se debían purgarse para limpiarlos de los humores
grasos que puedan agravar el mal, y después de vacunados, mantenerlos a pasto con el
cocimiento de cebada, achicoria y gramilla u otros refrigerantes y diluyentes, y diariamente
ayudas intestinales de cocimiento de malva blanca con un poco de sal y una cucharada de
vinagre.
22
La viruela en la Guerra de la Triple Alianza
Los difíciles años que mediaron entre 1865-1870, guerra de la Triple Alianza, la devastación que
produjo el conflicto armado, hizo que la viruela recrudeciera con toda su virulencia causando
muchas muertes en el campo de batalla como en los
hospitales, que mermó gran parte de los efectivos.
Durante la epidemia los pacientes eran tratados con
vacunas hechas por el Dr. Velilla, a partir de unos granos
molidos recolectados de las ubres de las vacas.31
Seguidamente se ordena la vacunación a toda la población.
El Ministro de Gobierno pasa una Circular a los jueces de
Campaña transmitiendo la orden del Presidente de la
República de vacunar a niños y adultos.
Ante esta nueva epidemia que se cernía sobre el país en
guerra, en marzo de 1866, la Sanidad del Ejército dispuso
que el Dr. John Fox fabricase vacuna antivariólica en gran
cantidad. Se pusieron a disposición para actuar como
vacunadores los practicantes del Hospital de Asunción y a
su disposición las vacas lecheras en las estancias de Ybycuí,
Potreo y Surubí.
Aunque durante la guerra ya se practicaba la vacunación y la variolización, hubo numerosos
focos que afectaron, sobre todo, a la población civil. 32
Esta enfermedad hizo horribles estragos en toda la población y por la razón misma de haber
tomado todas las precauciones contra su introducción, no se limitó como entre nosotros a los
niños que son menos susceptibles de las complicaciones que pueda acarrear sino que atacó a
viejos y jóvenes y costó la vida a miles de personas.
Para el tratamiento de las epidemias, el Dr. Stewart hizo imprimir instrucciones concisas y
estrictas medidas de profilaxis.
La viruela en la postguerra
Al término de la guerra el hambre, las enfermedades carenciales y las epidemias se apoderaron
de los sobrevivientes.
El país se encontró sin recursos económicos para la reconstrucción del país, sobre todo para el
desarrollo económico y social del territorio de la República.
Ante la gravísima crisis económica que atraviesa el país, el gobierno decide la venta de las tierras
públicas como estrategia de recaudación financiera. Así las tierras que pertenecían al estado se
comercializaron a particulares y a extranjeros.
En 1879 la enfermedad hizo horribles estragos en toda la población y costó la vida a 60 mil
personas.
Este hecho determinó la necesidad de establecer una nueva organización del sistema sanitario
ante la aparición de nuevos brotes epidémicos en algunos puntos de la campaña. Se designa
entonces al médico inglés doctor Guillermo Stewart, en 1880, a cargo de la Oficina
Administradora General de Vacunas.
La idea era como llevar a cabo una masiva campaña de vacunación gratuita tanto en la capital
como en los pueblos del interior. Se establece que las Juntas Económica - Administrativas, los
“jefes políticos” y jueces de paz, cuidarán de recomendar a los padres de familia la necesidad
urgente de vacunación como único y seguro preservativo contra la viruela.
31 Franco V.I. Ob, cit.pags. 39/41. Citado por abc color. La Guerra de la Triple Alianza. Fascículo 44.
32 Archivo Nacional
23
Para tal efecto se promulga la ley de Vacunas del 22 de junio de 1880 que declara la
obligatoriedad de la aplicación de las vacunas en todo el territorio de la República, sancionando
con multas o arrestos a los padres o encargados que se nieguen al cumplimiento de ésta ley: “la
primera vez, los transgresores serán multados con un peso fuerte o en su defecto seis días de
arresto en la guardia del pueblo a que pertenezca; por segunda vez, con una multa de tres pesos
fuertes o doce días de arresto”(sic) sin perjuicio de que la autoridad respectiva mande hacer
efectiva la vacunación a los reincidentes. Esta ley estipulaba que lo producido de las multas será
destinada al Hospital de Caridad de ésta Capital y a la escuelas públicas de la campaña.
Por otra parte, la prensa se suma a esta disposición e incentiva a la población a que se vacunara.
En un aviso publicado en el diario la Reforma en 1880, cita al Dr. Diez con estas palabras: ”Hoy
desde la mañana hasta las doce tendrá lugar la inoculación de la vacuna que el aventajado
médico Dr. Diez aplicará gratuitamente a todas las persona que con tal objeto se presentaran a
su domicilio en la calle Independencia Nacional núm.19.Recomendamos a los padres de familia
aprovechen esta oportunidad que la humanidad y galantería de dicho señor proporciona al
público, pues el virus que se aplicará es del brazo y de lo mejor. Felicitamos al Dr. Diez por tan
desinteresado y caritativo proceder.”
En efecto, se inicia luego una intensa campaña de vacunación masiva contra la viruela, que
según el informe del médico forense del Ministerio del interior, duró 4 meses, desde el mes de
julio de 1880 hasta el mes de noviembre de 1881, en la que han sido vacunados 17.875
personas.33
Pero sin embargo, el diario La Reforma del año 1881 informa que noticias provenientes de Villa
Rica dan cuenta que la viruela está haciendo estragos y que cada día cunde más este mal por
carecer los habitantes de ”virus vacínico” para vacunarse, y por no haber en la población ni
médicos ni medios para combatir esta terrible plaga. Reclama el periódico que “el Gobierno y el
Inspector General de la Vacuna está en el deber de llevar todo género de auxilios, materiales
científicos a Villa Rica, para ver de salvar a sus habitantes de esta contagiosa enfermedad.”34
De igual manera prosiguiendo con las acciones preventivas para combatir esta patología que ya
se ha llevado a cientos de vida, en 1884 se establece un nuevo Conservatorio de Vacuna cuyo
reglamento se aprueba por decreto del 14 de julio de 1900 y se destina la suma de seis mil pesos
fuertes para la propagación de la misma en el territorio de la República.
Posteriormente un nuevo brote de viruela se desata en Pilar en 1886 y acaba con la vida de la
hija que tuvo el Mariscal López con Juana Pesoa,
llamada Avelina Constanza, de 8 años.
El caso es que en 1890 con motivo que la alta
mortalidad causada por la viruela en el país y en
San Lorenzo, las autoridades locales decidieron
trasladar el cementerio a un lugar apartado del
pueblo y no tuvieron otra alternativa que
rehabilitar el cementerio de “Capilla Cue”,
abandonado desde 1855. Para el efecto
solicitaron la aprobación del obispo diocesano
Pedro Juan Aponte a fin de volver a bendecir
aquel sitio para inhumar allí los “cadáveres
virulentos”.
33
Diario La Reforma 1881
34 Op cit
24
Posteriormente, en 1897 Asunción es presa nuevamente de una epidemia de viruela.
Se lleva a cabo un tratamiento intensivo en ese lugar razón por el cual se traslada a la zona
afectada el Dr. Luis Migone a fin de intensificar los trabajos. Después la epidemia llega a su fin
según informa un telegrama enviado por el Dr. Migone. La Capital ya no registra ningún caso de
viruela. El único caso se dio en Caacupé donde se han tomado las medidas profilácticas
necesarias.
Vale decir que la eficacia de la vacuna nacional al final resulto ser efectiva. En todos los servicios
se vacuna diariamente, en forma gratuita y con excelentes resultados aunque en septiembre el
Dr. Masi, informa que se han producido nuevos casos de viruela, algunos fatales, en el pueblo
de Piribebuy y Barrero Grande. 36
Desde 1920 hasta 1926 no se registraron casos de viruela en el país hasta 1927 cuando se
registraron dos casos en Asunción, con un saldo de dos defunciones. 37
35 PY -ANA- SH-284n6-170-172
36Nota del 5/07/32
37 Boletín de la Oficina Sanitaria Panamericana, 1928
25
Con relación a la Guerra del Chaco ésta comienza en 1932. Le correspondía al Departamento de
Higiene, a cargo del Dr. Cayetano Masi, prevenir y controlar las epidemias y endemias que
podrían surgir por la que se dispuso la vacunación antitífica y antivariólica en toda la República.
Las mismas eran preparadas y proveídas por el Instituto Nacional de Parasitología, tanto para la
Sanidad Militar, como para el Ejército en campaña y para la población civil. 38
En cuanto a las denuncias sobre la inocuidad de las vacunas y la escases de la misma, la respuesta
del Instituto fue que se mandaban la cantidad necesaria para la vacunación de la tropa y con
respecto a la calidad, se sabía que grandes dosis de vacuna estaban tiradas, sin haber sido
usadas, en alacenas de las jefaturas de policías de la campaña.39
Conviene subrayar que el Instituto proveyó 440.939 dosis de vacuna antivariólica; 85.910 cc
vacuna antitífica; 37.434 de vacuna antipiógena y 9010 cc vacuna antipestosa. 40
Por un lado el Dr. Rodríguez informa que en Arce encontraron a soldados muertos por viruela.
También Villa Hayes fue nuevamente atacada por la viruela entre las tropas de la Escuela de Sub
Oficiales y un caso entre los prisioneros bolivianos se propagó después a la población civil, lo
que obligó al Dpto. de Higiene a un tratamiento intensivo. En Puerto Pinasco y Puerto Sastre
hubo varios casos de viruela, en Casanillo 2 casos, en Concepción, San Carlos (Fonciere) 7 casos
y 3 fallecidos. Por otro lado, a pesar de la virulencia del mal se combatió con severidad y con
éxito.
El cordón sanitario fue reforzado y se toman medidas más enérgicas a fin de evitar la salida de
personas, animales, mercaderías y todas otras cosas que podrían constituir un medio de
contaminación para el resto del país. 41
A continuación se informa sobre la aparición de numerosos casos de viruela en Asunción (6
casos)42Barrero Grande (9 casos) y Piribebuy (10 casos), dos casos fatales; Costa Jhu, (17 casos);
Pozo Azul, en Paso del Tigre, vía férrea hubo 8 casos fatales de viruela y en la Cia. Caundy.
38 Nota del 11/03/32 enviada al Ministro del Interior por el Director General.
39 Nota enviada por el Director General sobre el oficio confidencial .No. 275 del Ministerio de Guerra y Marina referente al pedido de
vacunas antivariólicas por el Comando del Regimiento de Infantería no. 2 " 2 de Mayo" con asiento en Concepción
40 Nota del 11/03/32 enviada al Ministro del Interior por el Director General.
41 Nota del 5/07/32
42 Dpto N. de Higiene y Asistencia Pública. Campaña Sanitaria contra la Viruela, 1932
43 Telegrama recibido del Dr. Ortega, el 5/09/32,
26
En otro orden de ideas nuevamente se deja constancia de la poca efectividad que tiene la vacuna
nacional.44 “Las medidas profilácticas tomadas por la Dirección del Hospital son buenas, pero no
ofrecen garantías por que las medidas higiénicas son mínimas. Los enfermos esputan por el piso,
la pieza es húmeda, sin ventilación. Las moscas pueden desparramar el mal porque es sabido
que la viruela es unas de las enfermedades más difusibles, por todos los humores, ropas, costras
y aire.” (sic) 45
El caso es que la viruela no deja de aparecer. La Misión Inglesa reportó al Dpto. Nacional de
Higiene que en su territorio ha aparecido este mal, habiéndose producido un caso fatal en un
indígena. Existen otros enfermos, pero no se tiene seguridad de que sea la viruela.46 Arthur
Elwood Elliot, director de la Misión Inglesa del Chaco Paraguayo, ha comunicado que los casos
de viruela al Sur y al Oeste de la Misión son serios y que por tal motivo han revacunado a todos
los indígenas de esa misión.
Por cierto una denuncia formulada el Comando del Regimiento de Infantería No. 2 " 2 de Mayo"
con asiento en Concepción, dice que las vacunas antivariólicas remitidas no sirven porque casi
ninguna prendió. Ante esta denuncia el Departamento de Higiene informa que cuenta con
suficiente cantidad de vacuna y de buena calidad para satisfacer las necesidades de la población,
así da cuenta que de marzo /1927 a mayo /1932 se habían usado para la conservación del cow-
pox y preparación de la vacuna, 39 terneras, en cambio desde junio a fines de diciembre/31, en
7 meses se han inoculado 42 terneras. “A pesar de que en los meses de junio/julio se han
proveído 284.137 dosis de vacuna a la Asistencia Pública y a la Sanidad Militar, hemos tenido el
desagrado de escuchar críticas sobre la escasez del producto y su falta de virulencia, pero el caso
es que se quiso vacunar en dos meses a todo el país cuando esto debió haberse hecho cada año
y todos los años, para dar cumplimiento a la ley de vacunación obligatoria. Este apresuramiento
se debe a que las vacunas eran enviadas, conservadas o aplicadas en malas condiciones y
naturalmente es estos casos no prendían. Se han tenido noticias de grandes dosis de vacuna
tiradas en alguna alacena de las jefaturas de policías de la campaña sin que ni siquiera hubiesen
sido usadas y repetidas veces, hemos recibido centenares de placas empaquetadas como habían
sido expedidas después de años “ 47
Por otro lado se ha remitido a Concepción, punto focal del ejército en campaña, la vacuna
antivariólica en cantidad suficiente para hacer llegar a los puntos donde aparezcan casos de
viruela. Se ordenó al Dr. Santos Canillas, Director del Hospital Regional de Concepción, se
traslade a Loreto a combatir la epidemia que a la fecha causó tres casos fatales. Teniendo en
cuenta el peligro que representa para la salud pública, se ordena estrechar la vigilancia y las
medidas que estos casos aconseja, especialmente en las zonas contaminadas.
27
En el caso del Hospital Flotante “Cuyabá” que llegó a Asunción procedente del Chaco
transportando heridos y enfermos, uno de ellos con viruela, fue trasladado inmediatamente a
la Casa de Aislamiento del Hospital de Clínicas. Se efectuó la vacunación antivariólica y antitífica
a los reservistas que llegan a la capital y a los enfermos y heridos del Chaco.
Posteriormente aparece en San Lorenzo del Campo Grande, la Cordillera y, en la Capital, donde
se constata casos aislados de viruela. Estos fueron todos intervenidos inmediatamente. Se
procedió al aislamiento de todos ellos en un pabellón que no reunía todas las condiciones que
debía llenar. En la casa donde se aisló el primer enfermo, se constituyó en un foco de infección
para los demás.
El caso es que el avance de la epidemia determina que los locales escolares se cerraran o que
los niños no asistieran a clase como lo ocurrido en la Escuela República Argentina donde el
motivo obedecía a causa de enfermedades como sarampión, varicela, tos, gripe y paludismo,
siendo los niños de grados inferiores los más afectados, pero no se ha desarrollado ninguna
epidemia.
Otras localidades como Caacupé comunicó la aparición de más de dos casos de viruela loca en
el Departamento de Atyrá Compañía Candia y Ñaungua, habiendo fallecido a consecuencia un
vecino.
En ese tiempo las medidas empleadas en el manejo de esta enfermedad se pueden conocer
mediante las indicaciones dadas por el Doctor Luis Barrios Battilana sobre una enferma
sospechosa de viruela en la que establece que nadie podrá salir de la casa de la enferma; no se
permite sacar de la misma ningún mueble o útiles y que este aislamiento será hasta nuevo aviso.
Así mismo algunas de las víctimas de esta cruel epidemia eran asistidas por el Departamento de
Higiene con víveres necesarios para la subsistencia, en este caso, de dos familias insolventes,
que se hallan aislados por haber aparecido en el seno de los mismos, casos de viruela, calculados
para 14 días mínimos.
En otro orden cosas, la Comisaría de San Antonio informa sobre la aparición de dos casos de
viruela entre los prisioneros bolivianos concentrados en dicho punto, pero el Dr. Luis Barrios
Battilana informó que no se trata de esa enfermedad.
28
Se realizó una inspección realizada en el lugar de concentración de prisioneros bolivianos, paraje
denominado Caañabé de aquel partido, por si hallase algún caso de viruela, y se constató 58
casos de paludismo y 94 de disentería. Dicha gente se halla sin atención médica, poniendo así
en peligro la población de Carapeguá.
Desde el último informe no hubo nuevos casos de viruela entre los soldados de la Guarnición de
la Capital y el Anexo del Hospital M. Central “Corazón de Jesús”. En la semana anterior fue en
Villa Hayes y Monte Sociedad donde se efectuaron los trabajos de desinfección de todos los
locales de los Hospitales y la vacunación de antitífica y antivariólica de los hospitalizados. Fueron
vacunados 40 prisioneros bolivianos en Capiatá y todos los alumnos en la Escuela de Zavala Cué.
2500
2207
2000
N° de Casos
1702
1500
1000 Viruel
a
500
166 179
0 0 0 0 0 0 146 11 0 2 0 8 0 0 0 0
Años
En la década del 40 dos casos son detectados en la ciudad capital por lo que se procede a la
vacunación y revacunación antivariólica intensiva de la población y sus alrededores y la
movilización de todo el personal de Guardas Sanitarios, alumnos de la escuela de Guardas
Sanitarios, Visitadoras de Higiene Polivalentes y alumnas del Instituto “Andrés Barbero”.
En 1941 se registraron ocho casos. 49
En 1946, considerando la necesidad de evitar que la vacuna antivariólica pierda su actividad por
causa de su inadecuada remisión o por tiempo excesivo de estacionamiento, dado que requiere
una temperatura cercana 0° para su conservación, los pedidos de vacuna antivariólica serán
dirigidos directamente al Instituto de Higiene de acuerdo al número de dosis necesarias para
una inmediata utilización.
En caso que el Parque Sanitario recibiera algún pedido, lo remitirá a la Dirección del Instituto de
Higiene, que evacuará los pedidos de vacuna antivariólica a sus respectivos destinos cuando
fuese posible por vía aérea y, cuando, por la duración del transporte, la conservación de la
vacuna así lo requiere, se reemplazará frascos termos para el efecto.
49 OMS,1998
29
Estos frascos termos deberán ser devueltos por las distintas dependencias al Instituto de Higiene
antes de los 30 días de haberlos recibidos, en caso contrario el importe se cargará al sueldo del
Jefe de las respectivas dependencias.50 En 1946 se reportan 166 casos. 51
Ante la aparición de nuevos casos de viruela en la Capital, se procede a la vacunación
antivariólica. 52
900
800 797
770
700
600
N° de Casos
500
Viruela
400
30
En septiembre se inicia un programa destinado a vacunar contra la viruela por lo menos al 80 %
de la población, en un plazo de 3 años.
En 1958 la OMS reporta 21 casos para Paraguay54, pero nuestras estadísticas informa de 103
casos.
Em 1959, sin casos
En febrero/60 se dio por terminado el programa, después de haber vacunado al 86, 7% de la
población. Se usó la vacuna glicerada producida en el Uruguay y se empleó el método de
numerosas pequeñas concentraciones de pobladores. El mantenimiento del índice inmunitario
se quedó a cargo del Servicio de Salud método de pequeños concentrados.
En la década de 1960-1969
40
35 35
32
30
25
N° de Casos
20 Viru…
15
10
7
5
0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Años
En ese año se registran 35 casos. Desde el segundo semestre de 1958 no se registran casos de
viruela salvo 35 casos correspondiente a indígenas nómadas que no pudieron ser erradicados. 55
Hasta 1963 no se reportan casos. 56
En 1964 se reportan 7 casos, en la localidad de Unión.
En 1965 a raíz del brote de alastrín se ejecutó una campaña masiva de vacunación contra la
viruela a fin de erradicarlo nuevamente del Paraguay.
Ese año se notificaron 32 casos en: Asunción (21); Unión (7);Carayao (1);Yasyretá (3) .
De 1966 a 1979, sin casos.
54
Informe Final de la Comisión Mundial para la Clasificación de la Erradicación de la Viruela. Ginebra, 1980
55
OSP, 16/11
56 MSPBS. Dirección de los Servicios Normativos. Departamento de Bioestadística. Publicación no. 2. Agosto, 1963.
31
El Ministerio había firmado el Convenio con la OMS a fin de desarrollar el programa de
vacunación antivariólica al 90% de la población mediante el cual se
llegará a la erradicación de la viruela, tal como están ejecutando
otros países.
No solo dio la idea, también puso encima de la mesa, un equipo de casi mil médicos y las
primeras 25 millones dosis e incluso Cuba aportó otras dos millones más para la causa del
soviético. A pesar de que su propuesta fue aprobada con solo dos
votos de diferencia, convenció a la comunidad internacional de la
viabilidad de esta última batalla contra la viruela. Y el plan
funcionó.
La propuesta fue aceptada por la OMS y encomendó al americano
Donald Henderson, para liderar el proceso.
La viruela fue erradicada en 15 años. El último caso de viruela se
dio en Somalí, en 1977 y el 8 de Mayo de 1980, la OMS declaró la
erradicación total de la viruela.
Estos hechos le convierten, seguramente, en el mayor salvador de
vidas de la historia de la humanidad.57
Dr. Donald A. Henderson
57
https://es.wikipedia.org/wiki
32
El Dr. Donald A. Henderson, de los Estados Unidos (1928), médico y epidemiólogo y "detective
de enfermedades", como él mismo se
hacía llamar, dirigió el programa
mundial de erradicación de viruela
para la OMS durante los años 1966 al
1977.
Este programa contó con la
participación de alrededor de 200.000
personas de más de 70 países y
empleó un total de 2. 400 millones de
vacunas. No se trataba de vacunar a
toda la población, sino de identificar, vacunar y aislar a quienes se habían infectado de viruela,
para después vacunar a quienes habían tenido contacto con ellos.
En 1974 fue pieza clave del inicio del programa mundial de erradicación de la poliomielitis de la
OMS, alcanzando a vacunar 80 por ciento de niños en el mundo de seis enfermedades, siendo
la erradicación de la poliomielitis una de sus metas.
De 1977 a 1990, Henderson fue decano de la Escuela de Salud Pública de la Universidad Johns
Hopkins. Ha sido director y fundador del Centro de Estudios para la Biodefensa de la Escuela
de Salud Pública Bloomberg de la Universidad de Johns Hopkins. 58
Más tarde, fue asesor científico en bioterrorismo durante las administraciones de Bill Clinton y
George H. W. Bush. A raíz de los sucesos del 11 de setiembre
del 2002 y las preocupaciones acerca del bioterrorismo, se creó
la Oficina de Respuesta a Emergencias en Salud Pública, una
nueva unidad de combate al bioterrorismo que el Dr.
Henderson encabezó de 2002 a 2007. Al momento de su
muerte, era Académico Distinguido en el Centro para la
Seguridad en Salud de la Universidad de Pittsburgh y profesor
de Salud Pública y Medicina en dicha institución académica.
Henderson con el equipo de erradicación viruela
Centro de Control de Enfermedades.1966.
58 https://es.wikipedia.org/wiki
59 Dra. Tara O'Toole was CEO and Director of the Center for Biosecurity of the University of Pittsburgh Medical Center (now the
Center for Health Securit.
33
Dirigió el grupo de trabajo de múltiples agencias que supervisó las investigaciones del gobierno
sobre los experimentos de radiación humana realizados durante la Guerra Fría y dirigió la
delegación de EE. UU. que viajó a Rusia para establecer un esfuerzo cooperativo para estudiar
la exposición a la radiación y los peligros ambientales del complejo de armas nucleares ruso. 60
La Dra. O´Toole es una médica que está liderando una iniciativa estratégica de IQT (In-Q-Tel), un
organismo que se encarga de identificar e invertir en las empresas que desarrollan tecnologías
de vanguardia que puedan servir a los intereses de seguridad nacional de los EE.UU. También
mantener la Agencia Central de Inteligencia (CIA) equipada con lo último en tecnología de la
información en apoyo de los servicios de inteligencia para explorar oportunidades y riesgos que
puedan surgir en la próxima década como resultado de los avances en las ciencias biológicas y
biotecnologías, con enfoque en la detección y defensa contra ataques biológicos. 61
Directora del Centro Johns Hopkins para Estrategias de Biodefensa Civil de 2001 a 2003.Es
conocida internacionalmente por su trabajo en bioseguridad y en temas de salud y seguridad
relacionados con el complejo de armas nucleares de EE. UU.
En 2005, Washington (EEUU) fue el escenario de un ejercicio ficticio dirigido por el Centro de
Bioseguridad de la Universidad de Pittsburgh para analizar la coordinación y rapidez ante una
amenaza bioterrorista cuyo protagonista era la viruela. Los resultados no fueron optimistas. Se
calculó "de forma muy conservadora", según Tara O'Toole, organizadora de este simulacro, que
mes y medio después de la primera exposición habría 400.000 afectados en todo el mundo,
100.000 muertos -con proyecciones de millones que seguramente fallecerían a mediano plazo-
y un enorme caos en la economía mundial.
34
Trabajó para establecer un enfoque más eficiente y efectivo para el lugar de trabajo y la
seguridad ambiental en los sitios del DOE
Allí no solo se preparaban armas biológicos a partir del virus de la viruela y otros organismos
peligrosos sino que también estaban desarrollando
sistemas de armamentos especializados en el contagio de
virus a poblaciones enteras.
Alibek nació en Kauchuk, en Kazajstán. Trabajó en
el Instituto Médico Tomsk y luego en Biopreparat, que es
un complejo industrial usado como tapadero en el
programa secreto de armas biológicas supervisado por
el Consejo de Ministros de la Unión Soviética.
A fines de los años 70 y 80 supervisó proyectos que incluían armamento de fiebre hemorrágica
y muermo (enfermedad de los equinos) y creó la primera bomba de tularemia (fiebre de los
conejos) de Rusia. Quizás uno de sus mayores logros fue la creación de una nueva cepa de batll
del ántrax, conocida como Strin 836, más tarde descrita por Los Ángeles Time como la cepa de
ántrax más virulenta y cruel conocida por el hombre.
35
Decepcionado por el doble discurso, Alibek usó su posición en Biopreparat y la autoridad que le
otorgó la primera parte del decreto para comenzar la destrucción del programa BW, ordenó el
desmantelamiento de las capacidades de producción y prueba de BW en una serie de
instalaciones de investigación y desarrollo, incluidas Stepnogorsk , Koltsovo , Obolensk y
otras. También negoció una cita para una instalación de Biopreparat llamada Biomash, diseñó y
produjo equipos técnicos para cultivo y pruebas microbianas. Planeaba aumentar la proporción
de sus productos enviados a hospitales y laboratorios médicos civiles más allá del 40% asignado
en ese momento.
En enero de 1992, poco después de su regreso de los EE.UU., Alibek, protestó contra la
continuación del trabajo con armas biológicas, renunció tanto al ejército soviético como a
Biopreparat.
En mayo de ese año, el propio Boris Yeltsin, admitió que en Sverdlovsk se estaban desarrollando
armas biológicas, el ántrax entre ellas y anunció el abandono por parte de Rusia del programa
ofensivo de armas biológicas, 20 años después de haber ratificado el BWC.
En octubre Alibek emigró con su familia a los Estados Unidos y proporcionó al gobierno un
informe detallado del antiguo programa soviético BW y testificó ante el Congreso de los EE. UU.
Dr.Tom Inglesby
el Dr. Tom Inglesby denunció que en Rusia científicos e ingenieros crean armas biológicos y
tienen almacenadas 20 toneladas del virus de la viruela en estado líquido,
en enormes tanques.Se centraban solo en aquellas armas biológicas que
pudieran causar gran daño al enemigo. El virus de la viruela ocupaba el
primer lugar.64
36
Además es miembro del Grupo de trabajo de seguridad del laboratorio externo designado por
el Director del CDC que está examinando las prácticas de bioseguridad del CDC, los Institutos
Nacionales de Salud (NIH) y la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA). Está en el
Comité Asesor de la Autoridad de Investigación Médica Avanzada Biomédica (BARDA) en la
Oficina del Subsecretario de Preparación y Respuesta del Departamento de Salud y Servicios
Humanos. También ha servido en comités de la Junta de Ciencias de la Defensa y las Academias
Nacionales de Ciencias y en calidad de asesor para DHS (Departamento de Seguridad
Nacional) y DARPA (Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa.)
Durante los últimos 15 años, el Dr. Inglesby es autor o coautor de más de 90 artículos, informes
y editoriales sobre una variedad de temas relacionados con la salud y la seguridad. Es editor en
jefe de la revista Health Security, que ayudó a establecer como la primera revista revisada por
pares en su campo, bajo su título original, Biosecurity and Bioterrorismo.
Fue editor principal del libro JAMA Bioterrorism: Guidelines for Medical and Public Health
Management. Ha sido invitado a informar a los funcionarios de la Casa Blanca de las últimas tres
administraciones presidenciales sobre los desafíos y las prioridades nacionales de bioseguridad,
y ha dado testimonio ante el Congreso sobre la preparación y la bioseguridad de la salud
pública. También forma parte del Consejo de Administración de PurThread, una empresa
dedicada al desarrollo de textiles antimicrobianos.
En la Asamblea de la OMS realizada en 1999, EE.UU. sacó adelante una moción para retrasar la
destrucción del virus de la viruela. Se aceptó temporalmentes hasta el 2002, entonces tuvieron
luga los ataques de las torres gemelas y los ataques con antrax en EEUU. Otra moción quería
sacar el virus del congelador para llevar a cabo nuevos experimentos. El objetivo era encontrar
nuevas vacunas y antivirales.
El miedo hizo convencer a todo el mundo que se debía conservar el virus. Entonces se vió cuanto
era el stok de vacunas contra la viruela en EE.UU. y resultó que solo había 90.000 vacunas para
todo el país. Inmediatamente se puso en marcha un operativo para conseguir mas vacunas, que
dio su fruto a los 18 meses cuando se consiguió 220.000.000 vacunas, solo para ese país.65
Actualmente se conservan dos únicas muestras de viruela en el mundo entero. Una en el CDC y
otra en el Instituto VECTOR de Novosibirsk (Rusia). Por motivos obvios de seguridad, el virus se
encuentra bajo el nivel de bioseguridad 4, es el que se requiere para la manipulación de
microorganismos exóticos de alta peligrosidad, capaces de
provocar en el individuo contaminado en el laboratorio, una
incapacidad de por vida, o inclusive su muerte. Es el más alto de
todos, junto al de la fiebre de Lassa, el ébola o la fiebre
hemorrágica Congo-Crimea.
65 Andersson
37
Por lo que un nuevo brote, ya sea accidental o en un acto de guerra biológica, podría tener
consecuencias fatales para una humanidad tan globalizada. Por ello, ha habido diversas
iniciativas para destruir esas dos últimas muestras.
Las dos potencias tenían mucho miedo que la otra creara un arma biológica porque en esa época
se daba la guerra fría.
Algunos especialistas opinan que deberían eliminarse estos virus pero otros dicen que no,
porque solo con estas células vivas se podía experimentar si se daba un ataque biológico.
No se sabe si algún otro gobierno a parte de EEUU y Rusia tiene estos virus y pueda ocupar en
crear una guerra biológica. Pero si se destruye, ya no se podría crear una cura para la viruela.
Aunque no exista una amenaza real es necesario ser precavidos y defendernos si el virus volviera
a reaparecer. Actualmente la OMS cuenta con 32,6 millones de vacunas almacenadas en
Ginebra (Suiza), además de los 27 millones de dosis que Francia, Alemania, Nueva Zelanda y
EEUU se han comprometido a donar en caso de necesidad. 66
66 Proyecto Salud .El adiós “definitivo” para el virus de la viruela. Buenos Aires. www.proyecto-salud.com.ar
38
Bibliografía
39
- Nota del 7 de setiembre de 1932, enviada al Ministro y al Director Superior de la Sanidad
Militar, Dr. Díaz de León
- Nota del 27 de julio de 1932, enviada al ministro del Interior por el Director General
- Nota del 5 de julio de 1932
- OMS,1998
- OSP, 16/11
- Peramás, J. M. (1946). La República de Platón y los Guaraníes. Buenos Aires.: Emece
Ediciones.
- Resolución Ministerial Nº 325, 24 de octubre de 1946
- Díaz León, C. Sanidad Militar
- Somolinos D’Ardois, G. (1982). La viruela en la Nueva España. En: Ensayos sobre la historia
de las epidemias en México, 1: 237-48.
- Telegrama del 5 de setiembre de 1932, del Dr. Ortega
- Viesca, C. (1990). Las Enfermedades. En: Historia General de la Medicina en México, 1: 93-
109.
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