Tratamiento de Los Trastornos de Ansiedad Con Terapia

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Tratamiento de los trastornos de ansiedad con

terapia
Tanto si sufre ataques de pánico, pensamientos obsesivos, preocupaciones
constantes o una fobia incapacitante, es importante que sepa que no tiene
por qué vivir con ansiedad y miedo. El tratamiento puede ayudar y, para
muchos problemas de ansiedad, la terapia es con frecuencia la opción más
eficaz. El motivo es que la terapia para la ansiedad, es poder trata más allá
de los síntomas del problema. La terapia puede ayudarle a descubrir las
causas subyacentes de sus preocupaciones y miedos; aprender a relajarse;
mirar las situaciones de formas nuevas y menos aterradoras, y desarrollar
mejores habilidades de afrontamiento y resolución de problemas. La terapia
le da las herramientas para superar la ansiedad y le enseña a utilizarlas.

Aunque se utilizan diversos tipos de terapia para tratar la ansiedad, los


principales enfoques son la terapia cognitivo-conductual (TCC) y la terapia
de exposición. Cada terapia para la ansiedad puede utilizarse sola o
combinada con otros tipos de terapia. La terapia para la ansiedad puede
realizarse de manera individual o con un grupo de personas con problemas
de ansiedad similares. Pero el objetivo es el mismo: reducir los niveles de
ansiedad, calmar la mente y superar los miedos.

Terapia cognitivo-conductual (TCC) para la


ansiedad
La terapia cognitivo-conductual (TCC) es la terapia más utilizada para
tratar los trastornos de ansiedad. Investigaciones han demostrado su
eficacia en el tratamiento del trastorno de pánico, las fobias, el trastorno de
ansiedad social y el trastorno de ansiedad generalizada, entre otras muchas
afecciones.

La TCC aborda los patrones negativos y las distorsiones de nuestra forma


de ver el mundo y a nosotros mismos. Como su nombre indica, consta de
dos componentes principales:
1. La terapia cognitiva examina cómo los pensamientos negativos,
o cogniciones, contribuyen a la ansiedad.
2. La terapia conductual examina cómo se comporta y reacciona en
situaciones que desencadenan ansiedad.

La premisa básica de la TCC es que nuestros pensamientos, y no los


eventos externos, afectan la forma en que nos sentimos. En otras
palabras, no es la situación en la que se encuentra la que determina
cómo se siente, sino su percepción de la situación.

Por ejemplo, imagine que acaba de recibir una invitación a una gran
fiesta. Considere tres formas distintas de pensar en la invitación y en
cómo afectarían esos pensamientos a sus emociones.

Situación: Un amigo le invita a una gran fiesta

Pensamiento n.º 1: La fiesta suena muy divertida. ¡Me encanta


salir y conocer gente nueva!

Emociones: Felicidad, emoción.

Pensamiento n.º 2: Las fiestas no son lo mío. Prefería quedarme


en casa y ver una película.

Emociones: Neutral.

Pensamiento n.º 3: Nunca sé qué decir o hacer en las fiestas. Haré


el ridículo si voy.

Emociones: ansiedad, tristeza.

Como puede ver, el mismo evento puede provocar emociones


completamente distintas en personas diferentes. Todo depende de
nuestras expectativas, actitudes y creencias personales.

En las personas con trastornos de ansiedad, las formas negativas de


pensar alimentan las emociones negativas de la ansiedad y el miedo.
El objetivo de la terapia cognitivo-conductual para la ansiedad es identificar
y corregir estos pensamientos y creencias negativos. La idea es que, si
cambia su forma de pensar, puede cambiar su forma de sentir.

Cuestionamiento del pensamiento en la TCC


para la ansiedad
El cuestionamiento del pensamiento, también conocido como
reestructuración cognitiva, es un proceso en el que se cuestionan los
patrones de pensamiento negativos que contribuyen a la ansiedad y se
sustituyen por pensamientos más positivos y reales. Esto involucra tres
pasos:

1. Identificar sus pensamientos negativos. En los trastornos de


ansiedad, las situaciones se perciben como más peligrosas de lo que
realmente son. Para alguien con fobia a los gérmenes, por ejemplo,
estrechar la mano de otra persona puede parecer una amenaza
mortal. Aunque puede ver fácilmente que se trata de un miedo
irracional, identificar sus propios pensamientos irracionales de miedo
puede ser muy difícil. Una estrategia consiste en preguntarse qué
estaba pensando cuando empezó a sentirse ansioso. Su terapeuta le
ayudará con este paso.
2. Cuestionar sus pensamientos negativos. En el segundo paso, el
terapeuta le enseñará a evaluar los pensamientos que le provocan
ansiedad. Esto implica cuestionar la evidencia de sus pensamientos
aterradores, analizar las creencias poco útiles y poner a prueba la
realidad de las predicciones negativas. Las estrategias para
cuestionar los pensamientos negativos incluyen realizar
experimentos, valorar las ventajas y desventajas de preocuparse o
evitar lo que teme, y determinar las probabilidades reales de que
realmente ocurra lo que le provoca ansiedad.
3. Sustituir los pensamientos negativos por pensamientos realistas. Una
vez que haya identificado las predicciones irracionales y las
distorsiones negativas de sus pensamientos ansiosos, puede
sustituirlas por nuevos pensamientos más precisos y positivos. El
terapeuta también puede ayudarle a elaborar frases realistas y
tranquilizadoras que puede decirse a sí mismo cuando se enfrente o
anticipe una situación que normalmente dispara sus niveles de
ansiedad.
Cómo funciona el cuestionamiento del pensamiento

Para entender cómo funciona el cuestionamiento del pensamiento en la


terapia cognitivo-conductual, considere el siguiente ejemplo: María no
quiere subirse al metro porque teme desmayarse y que todos piensen que
está loca. Su terapeuta le pidió que escribiera sus pensamientos negativos,
identificara los errores, o distorsiones cognitivas, de su pensamiento y
propusiera una interpretación más racional. Los resultados son los
siguientes.

Cuestionamiento de los pensamientos negativos

Pensamiento negativo n.º 1: «¿Qué pasa si me desmayo en el metro?»

Distorsión cognitiva: predecir lo peor.

Pensamiento más realista: «Nunca me he desmayado antes, así que


es improbable que me desmaye en el metro».
Pensamiento negativo n.º 2: «Si me desmayo, ¡será terrible!»

Distorsión cognitiva: exagerar las cosas.

Pensamiento más realista: «Si me desmayo, recobraré el


conocimiento en poco tiempo. No es tan terrible».
Pensamiento negativo n.º 3: «La gente pensará que estoy loca».

Distorsión cognitiva: saltar a conclusiones.

Pensamiento más realista: «Es más probable que la gente se


preocupe y quiera ver si estoy bien».

Sustituir los pensamientos negativos por otros más reales es más fácil
decirlo que hacerlo. Con frecuencia, los pensamientos negativos son parte
de un patrón de pensamiento de toda la vida. Romper el hábito requiere
práctica. Por eso la terapia cognitivo-conductual también incluye practicar
por su cuenta en casa.

La TCC también puede incluir:

 Aprender a reconocer cuándo está ansioso y cómo se siente en el


cuerpo.
 Aprender habilidades de afrontamiento y técnicas de relajación para
contrarrestar la ansiedad y el pánico.
 Afrontar sus miedos (ya sea en su imaginación o en la vida real).

Terapia de exposición para tratar la ansiedad


La ansiedad no es una sensación agradable, por lo que es natural evitarla si
es posible. Una de las formas de hacerlo es mantenerse alejado de las
situaciones que le provocan ansiedad. Si tiene miedo a las alturas, podría
desviarse tres horas para evitar cruzar un puente alto. O si la perspectiva de
hablar en público le deja un nudo en el estómago, podría faltar a la boda de
su mejor amigo para evitar hacer el brindis. Aparte de los inconvenientes, el
problema de evitar los miedos es que nunca se tiene la oportunidad de
superarlos. De hecho, evitar los miedos con frecuencia los hace más
fuertes.

La terapia de exposición, como su nombre indica, hace que se exponga a


las situaciones u objetos que teme. La idea es que mediante exposiciones
repetidas, sentirá una creciente sensación de control sobre la situación y su
ansiedad disminuirá. La exposición se realiza de dos maneras: el terapeuta
puede pedirle que imagine la situación que teme o puede enfrentarla en la
vida real. La terapia de exposición puede utilizarse sola o llevarse a cabo
como parte de la terapia cognitivo-conductual.

Desensibilización sistemática
En lugar de enfrentarse a su mayor miedo de inmediato, lo que puede ser
traumatizante, la terapia de exposición por lo general comienza con una
situación ligeramente amenazadora y va aumentando a partir de ahí. Este
enfoque paso a paso se llama desensibilización sistemática. La
desensibilización sistemática le permite enfrentarse gradualmente a sus
miedos, ganar confianza y dominar habilidades para controlar el pánico.

La desensibilización sistemática involucra tres partes:

1. Aprender técnicas de relajación. Primero, el terapeuta le enseñará


una técnica de relajación, como la relajación muscular progresiva o la
respiración profunda. Practicará en la terapia y por su cuenta en casa.
Una vez que empiece a enfrentarse a sus miedos, utilizará esta
técnica de relajación para reducir su respuesta física de ansiedad
(como temblores e hiperventilación) y propiciar la relajación.

2. Crear una lista paso a paso. A continuación, creará una lista de 10 a


20 situaciones que le asusten y que vayan avanzando hacia su
objetivo final. Por ejemplo, si su objetivo final es superar su miedo a
volar, podría empezar mirando fotos de aviones y terminar tomando
un vuelo real. Cada paso debe ser lo más específico posible, con un
objetivo claro y medible.

3. Trabajar a través de los pasos. Con la orientación del terapeuta,


empezará a seguir la lista. El objetivo es permanecer en cada
situación que teme hasta que desaparezcan sus miedos. Así
aprenderá que los sentimientos no le hacen daño y que sí
desaparecen. Cada vez que la ansiedad sea demasiado intensa, se
enfocará en la técnica de relajación que aprendió. Cuando vuelva a
estar relajado, podrá regresar su atención a la situación. De este
modo, recorrerá los pasos hasta que pueda completar cada uno sin
sentirse demasiado angustiado.

Cómo afrontar el miedo a volar


Paso 1: Ver fotos de aviones.
Paso 2: Ver un video de un avión en pleno vuelo.
Paso 3: Ver despegar aviones reales.
Paso 4: Reservar un boleto de avión.
Paso 5: Preparar su equipaje para el vuelo.
Paso 6: Manejar al aeropuerto.
Paso 7: Registrarse para el vuelo.
Paso 8: Esperar para subirse al avión.
Paso 9: Subirse al avión.
Paso 10: Tomar el vuelo.

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