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Capítulo III

La interpretación y la hermenéutica
del derecho

1. PANORAMA GENERAL
a) Objetivo particular del capítulo
En el presente capítulo se analiza a la interpretación del derecho, los tipos
de interpretación jurídica más importantes, así como a la hermenéutica
jurídica. Al finalizar el presente capítulo se conocerán las principales formas de
interpretación, los efectos de las mismas y los casos en los que intervienen
cada una, estableciendo que en el derecho existen distintas formas de
interpretación y no únicamente la gramatical.

2. ASPECTOS GENERALES DE LA INTERPRETACIÓN


Y LA HERMENÉUTICA DEL DERECHO
a) La interpretación del derecho
Aspectos generales de la interpretación del derecho
Como se analizó en el capítulo anterior, existen diversas formas de explicar
el positivismo jurídico y sus principales vertientes, así como al ius naturalismo,
ius realismo, etc. Se observa que la ley o norma no puede separarse de su
interpretación, dicha interpretación se va a apegar a la corriente jurídica a la
que se adhiera la persona que interpreta. Pero para poder saber a qué me
refiero con lo anterior, es importante definir qué se entiende por interpretar.
En ese mismo contexto se encuentra que el Diccionario de la Real Academia de
la Lengua Española establece que Interpretar es: “Explicar o declarar el sentido
de algo, y principalmente el de un texto”.1
Es así como relacionando la anterior definición con la Teoría de los Signos,
de Charles Sanders Peirce, misma que establece que las formas de
comunicación, en específico el lenguaje, es conducido por el pensamiento,

1 REAL ACADEMIA ESPAÑOLA, Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia


De La Lengua Española, Madrid, Real Academia Española/ Asociación de Academias
de la Lengua Española (ASALE), 2023 [en línea], http://dle.rae.es/?id=LwUON38.
como consecuencia de ello y observado desde este punto, los actos de
comunicación y el pensamiento se encuentran estrechamente relacionados y
son fundamentales para la expresión de las ideas de las personas. Siguiendo el
mismo contexto se observa que el pensamiento y el lenguaje están conducidos
por reglas generales y su objetivo central es la asociación de ideas.2 Esa
asociación de ideas permite a las personas generar mensajes que sean
entendidos por sus semejantes dentro de una sociedad.
Ferdinand de Saussure define al lenguaje como: “una facultad natural que
tiene una fisonomía individual y otra social”.3 Entonces se entiende al lenguaje
como la capacidad de las personas de forma individual o colectiva de
comunicarse.
En el derecho, se dice, que la norma jurídica es la forma de expresión de las
ideas de los legisladores. Mismas ideas son sujetas a interpretarse, es decir a
explicar el sentido de la misma.
La interpretación nace cuando se pretende comunicar un mensaje, el
emisor pretende transmitir una idea y el receptor interpreta los signos que el
emisor utilizó para realizar la transmisión del mensaje y atribuirle un
significado a los mismos y de este modo comprender lo que el emisor trató de
dar a entender, trató de comunicar.
En el derecho la interpretación toma mayor relevancia a partir de: “… la
época de las grandes codificaciones y, sobre todo, desde la promulgación del
Código Napoleón”.4
Sin embargo, no significa que la interpretación en el derecho no se
encontrará presente.
En la interpretación de la ley:
Lo que cabe interpretar no es la voluntad del legislador, sino el texto de la ley.
Esto no significa que la interpretación haya de ser puramente gramatical, pues la
significación de las palabras que el legislador utiliza no se agota en su sentido
lingüístico. Para percatarse de ello basta con pensar en la equivocidad de
muchos de los términos que maneja y, sobre todo, en la necesidad en que se
encuentra de usar vocablos que poseen una significación propiamente jurídica,

2 Cfr. GONZÁLEZ RUÍZ, Samuel, Código semiótico y teorías del derecho, México, DJC,
2004, pp.41–47.
3 Idem.
4 Cfr. García Máynez, Eduardo, op. cit., nota 24, p. 334.
no creada por él, y se halla en conexión con muchas otras del mismo sistema de
derecho.5

En la definición anterior se observa que la forma de interpretación que se


refiere es la del texto de la ley, es decir, el verdadero significado de las
palabras contenidas en determinado ordenamiento no siendo únicamente de
carácter gramatical. Con ello se pretende eliminar ambigüedades de las
palabras utilizadas, para que de ese modo se establezcan criterios que
permitan reducir confusiones.
En otra definición se señala lo siguiente: “Interpretamos un hecho cuando
lo explicamos, e interpretamos un signo artificial (símbolo) cuando
averiguamos o estipulamos lo que significa un determinado contexto”.6
Continuando con la secuela de ideas, Mario Bunge hace la distinción de
interpretar hechos e interpretar símbolos. Los hechos, dice que se interpretan
al momento que se trata de explicarlos, pues la persona que los trata de
explicar, los explica desde su propia visión, desde su perspectiva y desde su
propio ángulo.
Cuando el operador jurídico pretende interpretar, cuenta con elementos
que le permiten realizar la labor, también se denominan, formas de
interpretación.
En el presente trabajo se analiza la interpretación gramatical,
interpretación sistemática, interpretación histórica, interpretación genética y
la interpretación acorde al uso alternativo del derecho.
La interpretación gramatical, algunos autores señalan que se da cuando se
encuentra un supuesto como el siguiente: “…se puede aplicar el texto en sus
términos, si éste es claro y no queda duda del pensamiento del legislador”.7
Misma situación es un tanto difícil de concebir sobre todo en los casos donde
se encuentran antinomias o ponderación de derechos pues para esos casos el
texto no puede ser tan completo ni entendido como una totalidad absoluta. Es
importante señalar que en muchas ocasiones el texto de la ley no es suficiente
para saber el sentido de la misma.
También se ha concebido al método de interpretación gramatical como
método exegético en el cual se señala lo siguiente:

5 Ibidem, p. 329.
6 BUNGE, Mario, La investigación científica, 4a. ed., México, Siglo XXI, 2007, p. 122.
7 LARIOS VELASCO, Rogelio y Lucila Caballero Gutiérrez, Las directivas de la
interpretación jurídica, México, Fontamara, 2011, p. 84.
… se propone encontrar el sentido de una norma o de una cláusula en el texto de
las mismas. Es decir, a partir de su literalidad, se atribuye un significado a los
términos empleados en la redacción por el legislador o por los contratantes con
ayuda de las reglas gramaticales y del uso del lenguaje, se indaga el significado
de los términos en que se expresa una disposición normativa. Dicho significado
suele coincidir con el lenguaje general empleado por los miembros de la
comunidad, aunque en ocasiones es menester atender el lenguaje técnico que
utiliza la norma jurídica.8

En la cita anterior se observan algunas de las problemáticas a las que se


enfrenta uno de los métodos de interpretación recurrido con mucha
frecuencia en los sistemas jurídicos, el interpretativo gramatical. Una de ellas y
que se puede decir que es de las más relevantes es que muchas veces existen
palabras que pueden tener distintos significados o connotaciones, es decir
pueden entenderse de manera distinta. Se supone que cuando el legislador se
encuentra realizando su labor, pretende evitar ese problema, sin embargo,
sólo se queda en una suposición pues dentro de nuestro sistema normativo, se
observa con mucha frecuencia palabras con un nivel muy elevado de
ambigüedad e incluso contradictorias que complican el entendimiento. Es por
ello que la interpretación gramatical y ajustada totalmente al texto de una ley,
puedo decir, es muy poco efectiva para la verdadera impartición de justicia.

Diversos métodos de interpretación jurídica


La tarea del operador jurídico se vincula directamente con la interpretación
jurídica que realiza en los actos que interviene desde la esfera de sus
funciones. En el caso de Jueces, Magistrados y sus auxiliares en los proyectos
de resoluciones, la interpretación jurídica que realizan es lo que los va a
distinguir como verdaderos impartidores de justicia o simples aplicadores de
leyes. Para ello, el operador jurídico se auxilia de los métodos de
interpretación gramatical, interpretación sistemática, interpretación histórica,
interpretación genética, la interpretación acorde al uso alternativo del
derecho, la interpretación funcional entre otras.

8 ANCHONDO PAREDES, Víctor Emilio, “Métodos de interpretación jurídica”, Revista


Quid Iuris, México, vol. 16, año 6, pp. 37 y 38 [en línea],
http://historico.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/qdiuris/cont/16/cnt/cnt4.pdf,
[consulta: 09 de enero, 2023].
Análisis de algunos métodos de interpretación
Cuando se presenta en la realidad un problema jurídico se observa desde
diversas posturas, en ocasiones cada óptica puede ser distinta con relación al
mismo problema. Cuando ese problema se convierte en una controversia
jurídica, se presenta ante el juzgador para que resuelva lo conducente y para
ello se auxilia de los métodos de interpretación jurídica que considere idóneos.

Interpretación jurídica gramatical


Este tipo de interpretación también es denominada literal, misma que ya
ha sido abordada anteriormente, es como también se mencionó, una de las
más recurridas por nuestro sistema, pues se ha pretendido adecuar una
conducta o una acción a una prescripción establecida en una norma jurídica y
una vez que se encajona dicha acción o conducta a la norma, se aplica la
sanción establecida, pero ese acto no es impartir justicia, dicho acto no
permite realizar una ponderación verdadera de derechos, pues se limita a
seguir una prescripción previamente establecida sin que exista un proceso más
elaborado para permitir un razonamiento más completo.
Como ejemplo puedo citar las denominadas foto multas, si un vehículo
circula rebasando el límite de velocidad, el dispositivo toma la foto a la placa
de circulación y la autoridad encargada, de manera sistemática emite una
sanción sin tomar en consideración si el vehículo excedió los límites de
velocidad, tal vez porque se dirigía de emergencia a llevar a una persona
enferma al hospital. Puede impugnarse esa multa, pero ese hecho significa
pasar por un proceso burocrático que a fin de cuentas saldrá más costoso para
el ciudadano que la misma multa. En dicho supuesto se dejan de lado las
razones por las cuales un vehículo pudo rebasar los límites de velocidad y se
aplica de manera mecánica la norma jurídica.
Es importante señalar que el artículo 14 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos en su último párrafo establece que: “En los juicios
del orden civil, la sentencia definitiva deberá ser conforme a la letra o a la
interpretación jurídica de la ley, y a falta de esta se fundará en los principios
generales del derecho”.9

9 Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, [en línea],


http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/1_240217.pdf, [consulta: 09 de enero,
2023].
Sin embargo, dicho criterio ha cambiado con la reforma del artículo 1º
constitucional de 2011 que establece:
Todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias, tienen la obligación de
promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de
conformidad con los principios de universalidad, interdependencia,
indivisibilidad y progresividad. En consecuencia, el Estado deberá prevenir,
investigar, sancionar y reparar las violaciones a los derechos humanos, en los
términos que establezca la ley.10

En ese contexto puedo decir que, si la ley que se pretende aplicar conforme
a la letra en los juicios de orden civil va en contra de lo establecido por el
artículo primero constitucional párrafo segundo y tercero, la interpretación
empleada no debe ser conforme a la letra de la ley pues estaría
transgrediendo lo ordenado por el artículo primero constitucional en sus
párrafos primero, segundo y tercero.
Por ello la insistencia de que aplicar únicamente la interpretación
gramatical o textual no puede denominarse impartición de justicia, por tal
razón la interpretación gramatical, aunque es de las más recurrida en los
sistemas jurídicos, no es la más idónea para resolver las controversias
jurídicas.

Interpretación sistemática
Otro método en análisis es el método de interpretación sistemática, uno de
sus principales objetivos es el siguiente: “busca extraer del texto de la norma
un enunciado cuyo sentido sea acorde con el contenido general del
ordenamiento al que pertenece. Procura el significado atendiendo al conjunto
de normas o sistema del que forman parte”.11
Se aprecia dentro de la interpretación en análisis que los razonamientos
deben atender al sistema normativo al cual pertenece la norma que se
pretende aplicar, no simplemente se debe observar de manera aislada, pues al
realizarlo de esa forma se coartaría la secuencia de lineamientos que establece
dicho sistema y los fines que persigue el mismo.
Como ejemplo se puede abordar que, en materia familiar, la finalidad del
sistema normativo es la protección de la familia. Si en un proceso familiar se

10 Idem.
11 ANCHONDO PAREDES, Víctor Emilio, op. cit, nota 72, p. 41. [en línea],
http://historico.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/qdiuris/cont/16/cnt/cnt4.pdf,
[consulta: 09 de enero, 2023].
presentan de forma extemporánea por alguna de las partes las pruebas que
pudieran acreditar algún daño que reciente algún miembro de la familia, en un
aspecto ideal, deberían de ser admitidas pues en este caso el término para
ofrecer pruebas se encuentra por debajo del hecho de que el juzgador conozca
todos los elementos para poder resolver de forma idónea, pues de no conocer
las pruebas que se pretenden desechar, puede emitir un fallo que afecte
severamente a algún miembro de la familia involucrado. En el ejemplo
anteriormente señalado se atiende al fin del sistema normativo, pues el fin es,
como se reitera, la protección de la familia. Si sólo se aplica la norma
aisladamente, esas pruebas presentadas extemporáneamente serían
desechadas, siendo esta última una decisión equivocada por parte del
operador jurídico, pues no conocería de factores de suma relevancia para
garantizar la protección a determinado miembro de la familia. Este tipo de
interpretación es más completa pues se pretende ir más allá que la simple
aplicación de un artículo de manera aislada.

Interpretación histórica
La interpretación histórica se fundamenta en estudiar los contextos
anteriores a la norma para que se pueda entender los fines que se perseguían
al momento de emitirla y si esos fines siguen siendo los mismos al momento
de aplicarla. La interpretación en turno presenta dos vertientes, una dinámica
y otra estática. En cuanto a la estática se atiende a la forma de aplicar algún
ordenamiento por el hecho de que así se ha aplicado a lo largo de los años. La
dinámica pretende innovar en la aplicación atendiendo dicha innovación al
contexto histórico.12 De igual forma, como se observa, este tipo de
interpretación es un poco más completa que la gramatical, pues atiende a
mayores factores que permiten dotar de una mejor visión al juzgador.

Interpretación genética
Consiste en observar las causas que dieron origen a la creación de la
norma. La interpretación genética se relaciona directamente con la
interpretación histórica sin embargo la diferencia entre las dos es que la
genética se centra en el entendimiento de las causas que dieron origen a la
norma, mientras que la histórica se centra en las circunstancias sociales,
legislativos y jurisprudenciales.13

12 Cfr. Ibidem, pp. 47 y 48.


13 Cfr. Ibidem, p. 48.
Interpretación acorde al uso del derecho
Esta interpretación se centra en la imparcialidad que debe mantener el
juzgador al momento de interpretar y el apego a la observancia del sistema
jurídico al que pertenece, señalando que:
Según esta postura interpretativa se busca privilegiar en el plano judicial y la
práctica de aquellos “sujetos jurídicos” que se encuentran sometidos o
dominados; la interpretación debe adoptar carácter restitutorio y de
emancipación dentro de una política jurídica o judicial ya permitida por las
posibilidades del mismo ordenamiento legal para evitar así el personalismo o el
voluntarismo del intérprete.
El intérprete tiene que acercarse al sistema jurídico y a la investigación de los
hechos, desprendidos de sus prejuicios y de sus afectos.
Para lo anterior, el intérprete dispone de una jerarquía de fuentes establecidas
por el mismo sistema y de una metodología que se resuelve en un conjunto de
reglas técnicas que le permitirán descubrir las normas aplicables y mantener al
mismo tiempo las características de neutralidad y objetividad.
En esta tarea, el intérprete buscará la explicación adecuada de los vínculos
genéticos y funcionales que unen la superestructura de los códigos y de los
conceptos jurídicos a la totalidad social; analizará la función de las distintas
instituciones jurídicas en relación con la distribución real de poderes de la
sociedad; esto es, debe proponerse recuperar la relación existente entre normas
jurídicas y estructuras sociales.
Siguiendo ese camino, el jurista llegará a una interpretación que favorezca la
posición del sujeto en desventaja, porque el sentido que atribuya a la norma
será aquél que sea más benéfica a su débil situación social. 14

Se desprende de lo anteriormente citado que la interpretación se realizará


a favor de la persona que se encuentre en desventaja o que de los elementos
presentados al juzgador se desprenda que ha sido vulnerada la esfera jurídica
que le protege al gobernado.

Interpretación funcional
Este tipo de interpretación y relacionándolo en el contexto actual que vive
México, puedo decir que se debe confrontar con los otros modelos de
interpretación anteriormente abordados, pues sería muy delicado que el
juzgador únicamente se limitara a tratar de atender la intención del legislador,
pues en la actualidad se ha observado que el legislador, en un gran número de
casos realiza su función en atención a fines políticos o de cabildear cargos
públicos que por el hecho de buscar un verdadero bien común. Un ejemplo de

14 Ibidem, pp. 50 y 51.


la interpretación funcional se encuentra en la Ley General del Sistema de
Medios de Impugnación en Materia Electoral establece en su artículo segundo
lo siguiente:
Artículo 2
1. Para la resolución de los medios de impugnación previstos en esta ley, las
normas se interpretarán conforme a la Constitución, los tratados o instrumentos
internacionales celebrados por el Estado Mexicano, así como a los criterios
gramatical, sistemático y funcional. A falta de disposición expresa, se aplicarán
los principios generales del derecho.
2. La interpretación del orden jurídico deberá realizarse conforme a los derechos
humanos reconocidos en la Constitución, favoreciendo en todo tiempo a las
personas con la protección más amplia.
3. En la interpretación sobre la resolución de conflictos de asuntos internos de
los partidos políticos, se deberá tomar en cuenta el carácter de entidad de
interés público de éstos como organización de ciudadanos, así como su libertad
de decisión interna, el derecho a la auto organización de los mismos y el ejercicio
de los derechos de sus militantes.15

La interpretación funcional, por criterio emitido por el Tribunal Electoral del


Poder Judicial de la Federación se puede entender de la siguiente manera: “Es
aquel en el que se determina el significado de un enunciado atendiendo la
intención del legislador, sus fines y las consecuencias de un significado, la
interpretación debe ser justificada”.16
Es importante señalar que el artículo anteriormente señalado dispone que
prácticamente el juzgador debe aplicar la interpretación que más favorezca a
la impartición de justicia. Un aspecto muy relevante que se analizará más
adelante.
Otro criterio de la interpretación funcional se encuentra en la siguiente
tesis jurisprudencial:
CRITERIO O DIRECTIVA DE INTERPRETACIÓN JURÍDICA FUNCIONAL. En
seguimiento cabal del iusfilósofo polaco Jerzy Wróblewski, este criterio
interpretativo se sustenta en una ideología dinámica, que entiende que el
sentido de la norma jurídica se modifica en relación con los cambios que se
producen en el contexto complejo en el que se le interpreta, logrando mayor
elasticidad en los sentidos para las normas que requieren interpretación; así, esa
directiva se refiere al contexto de las relaciones y valoraciones sociales, en el que

15 Ley General del Sistema de Medios de Impugnación en Materia Electoral [en línea],
http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/149.pdf, [consulta: 09 de enero,
2023].
16 Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, [en línea]
http://te.gob.mx/taxonomy/term/147/0, [consulta: 09 de noviembre, 2021].
la norma fue dictada, es interpretada o será aplicada, que no pertenecen al
contexto lingüístico o al sistémico. El contexto funcional es complicado y
dinámico, se constituye, en términos aproximativos —porque son distintos
factores los que confluyen—, por la situación social imperante en el momento
en que se emite la norma jurídica, y/o en el que ésta se aplica, lo cual remite al
conjunto de las relaciones sociales relevantes, las valoraciones sociales, las
normas que forman el contexto ideológico, las funciones de esa norma y de las
que se relacionan con ella, además de las finalidades de ésta, según las
concepciones del legislador y/o del intérprete. La concepción del contexto
funcional implica una idea general sobre el derecho y la sociedad y una teoría
global de la dependencia social del derecho; el derecho se crea, aplica y funciona
en el contexto de diferentes hechos socio psíquicos, en donde se incluyen las
normas y valoraciones extralegales, relaciones sociales, otros factores
condicionantes del derecho, como la economía, política, cultura; diversas
opiniones concernientes a los hechos relevantes para el derecho; también, la
“voluntad” del legislador histórico, como hecho del pasado o como construcción
teórica de la ciencia jurídica y/o de la práctica jurídica; así como los problemas
acerca de los propósitos e intereses que influyan en el derecho. Sin embargo,
ese contexto sólo es relevante, en tanto influye en la voluntad del legislador
histórico o confluye en los factores que realmente determinan el significado de
la regla en el momento en que se hace uso, aplicación o análisis de ella. Sobre
este criterio funcional de interpretación, y en atención a su complejidad,
Francisco Javier Ezquiaga Ganuzas ejemplifica que es el que permite atribuir el
significado a una disposición, conforme a la naturaleza, finalidad o efectividad de
una regulación, la intención del legislador, las consecuencias de la
interpretación, la admisibilidad de ésta; el que tiene en cuenta la naturaleza y
objetivo de la institución, los fines perseguidos por la ley o los valores que ésta
protege.
CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.
Amparo en revisión 41/2016. Seguros Argos, S.A. de C.V. y otros. 23 de junio de
2016. Unanimidad de votos. Ponente: Leonel Castillo González. Secretaria:
Cynthia Hernández Gámez.17

Del criterio anterior se desprende que ya no sólo se va a atender a la


literalidad de la ley, es necesario realizar juicios de ponderación entre la
naturaleza de la misma, la finalidad, efectividad, intención del legislador,
objetivo, fines perseguidos y valores que protege para que de esa forma se
obtenga el elemento jurídico a utilizar que sea más idóneo para la impartición
de justicia.
Es así como se ha analizado de forma general algunos de los métodos más
importantes de interpretación mismos que deben ser observados por el

17 Tesis 2012416. I.4o.C.5 K (10a.), Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,


Décima Época, libro 33, agosto de 2016, p. 2532.
juzgador y los operadores jurídicos bajo los principios constitucionales que
preservan la impartición de justicia.

b) Hermenéutica Jurídica
Aspectos generales de la hermenéutica jurídica
La hermenéutica jurídica es una herramienta que el operador jurídico debe
sin duda usar de manera constante, pues permite enriquecer el criterio de
resolución tomando en consideración diversos elementos, pero es importante
señalar qué es la hermenéutica jurídica. El término tiene sus orígenes en la
expresión grecolatina jermeneueien que significa: traducir, esclarecer.
En otra concepción de hermenéutica se define como: “Arte de interpretar
textos legales”.18 Esta definición califica a la hermenéutica como un arte,
misma concepción la comparto ampliamente, pues en mi criterio,
efectivamente la hermenéutica es un arte; pues permite al operador jurídico
aplicar libremente sus conocimientos para realizar la actividad de interpretar
determinados textos legales que permitan agotar los recursos con los que el
operador jurídico cuente para determinar el fallo basado en un verdadero
análisis jurídico exhaustivo. En el mismo contexto se señala lo siguiente:
La hermenéutica jurídica es un marco conveniente para analizar la
interpretación, la aplicación y la misma argumentación porque rescata para el
derecho su carácter de práctica social, porque señala la importancia de la
precomprensión del intérprete en la definición de los sentidos y significados,
porque evita que la interpretación se entienda como algo lineal, mecánico, sin
referencia al contexto y al ordenamiento, y porque la interpretación, la
aplicación y la argumentación entrañan una comprensión y una praxis. Los
conceptos para interpretar, aplicar y argumentar no son unívocos, presentan
dificultades, dado que su análisis y determinación de significado viene en buena
medida condicionada por la teoría de la argumentación y del derecho de la que
se eche mano.19

La hermenéutica jurídica proporciona al intérprete mayores recursos para


poder realizar una función jurídica que atienda a las necesidades presentadas,
dicha interpretación es más completa que la interpretación lineal, dura,
mecánica e inflexible.
También se observa que la hermenéutica jurídica permite entender al
derecho como un medio de buscar el bien común y no de unos cuantos.

18 ATWOOD, Roberto, Diccionario jurídico, México, Librería Bazán, 1981, p. 121.


19 CÁRDENAS GRACIA, Jaime, op, cit., nota 29, p. 3.
Reitero, es importante observar las leyes utilizando las herramientas jurídicas
que permitan su adecuado estudio.
Es importante señalar que no se debe caer en el exceso de ponderación
pues dicha práctica también sería un error que impacta directamente en la
impartición de justicia. La ponderación es una herramienta que se debe de
utilizar de forma prudente, no de forma mecánica y sistemática.
Algunas de las características más importantes de la hermenéutica jurídica
son las siguientes:
a) Su antipositividad, en cuanto considera que el derecho no son solo
reglas dictadas por el legislador, el derecho es sobre todo práctica
social que se entiende necesariamente desde su interpretación y
aplicación;
b) La precomprensión, esto es, que la relación con un texto jurídico
depende del contexto en el que se inscribe, necesita de experiencias
previas, de “pre-juicios”;
c) La interpretación no puede verse en forma atomista y lineal, sino que
es una actividad circular entre el texto normativo, el caso, el
ordenamiento y el contexto, y
d) El sujeto de interpretación siempre está situado en una determinada
perspectiva; el conocimiento jurídico es al mismo tiempo comprensión
y praxis.20
En el inciso a) se señala la antipositividad, misma que se debe de entender
no como una desobediencia de las leyes, más bien como el sentido que tienen
las mismas para saber cuál es la que es más conveniente aplicar atendiendo a
los resultados de su práctica, es decir, a los beneficios o perjuicios que aplicar
dicha norma trae a la comunidad a la que está destinada a regular.
En los incisos b), c) y d) se señalan nuevamente los elementos que el
intérprete debe considerar para enriquecer su labor, destacando que la
interpretación rígida que entiende que la ley lo dice todo, pues el legislador en
su labor previó todo, y por lo tanto, se debe aplicar sin más razonamientos, es
completamente errónea porque deja de lado consideraciones fundamentales
así como ponderaciones y razonamientos del conjunto de garantías que tiene

20 ATIENZA, Manuel, Cuestiones judiciales, México, Fontamara, 2001, pp. 105-107 Citado
en CÁRDENAS GRACIA, Jaime, op. cit., nota 29, p. 9.
un gobernado cerrándose únicamente a la aplicación de un artículo que puede
ir incluso en contra de la Constitución como ya se ha señalado.
Entendida a la hermenéutica jurídica como un arte y no únicamente como
un proceso rígido de aplicar un determinado artículo a determinada conducta
podemos hacer referencia a un ejemplo que permite observar una aplicación
de la hermenéutica jurídica profunda ilustrando que no siempre la
interpretación gramatical es la que se debe de aplicar, sino que en un caso
concreto se debe analizar cuál es el método de interpretación que de acuerdo
con la materia permite la ley. A continuación, se analiza el contenido medular
del considerando quinto de la sentencia de un Juicio de Revisión
Constitucional en materia Electoral, en el que fue tercero interesado el
ciudadano Herminio Ventura. Dicho contenido, en lo que interesa, se irá
analizando fragmentadamente para observar el nivel de desarrollo de
hermenéutica jurídica en un caso práctico.
Una forma de clasificar las etapas de la interpretación es la siguiente:
1) Preinterpretativa, instancia en la que se analizan los materiales
jurídicos;
2) Interpretativa, en ésta el intérprete debe poseer una teoría que le
garantice la mejor manera de abordar el material jurídico, y
3) Postinterpretativa o reformadora, que consiste en que, una vez
identificado el valor, se muestra su objeto en la forma más eficiente.21
Para ejemplificar lo anteriormente mencionado, se analizará el
considerando quinto de la sentencia de Herminio Ventura, misma que en un
ejercicio de aplicación del derecho actual se observa lo siguiente:
QUINTO. Por método, en primer lugar, se analizarán los motivos de
inconformidad que aduce el Partido Acción Nacional en los puntos 1, 2 y 3 del
agravio marcado con el número II. Después se examinará lo alegado en el punto
4 del propio agravio II y, finalmente, se estudiará el motivo de queja señalado
con el número I.
En el agravio II, el partido actor sostiene, que la resolución reclamada es ilegal
porque en ella, sobre la base de consideraciones inexactas y carentes de
fundamentación y motivación, el Tribunal Local Electoral de Aguascalientes
determinó indebidamente, que Herminio Ventura Rodríguez no se encontraba
en el supuesto de inelegibilidad, previsto en la fracción III del artículo 20 de la
Constitución Política del Estado de Aguascalientes, para ocupar el cargo de
diputado por el principio de representación proporcional.

21 MORALES HERNÁNDEZ, Manuel, op. cit., nota 39, p. 55.


Según el actor, la interpretación gramatical y sistemática del artículo 20, fracción
III, de la Constitución Política del Estado de Aguascalientes permite concluir, que
el supuesto de inelegibilidad se colma, por el sólo hecho de que una persona
haya sido condenada por delito intencional y se le haya impuesto una pena
privativa de libertad, independientemente de que la pena haya sido o no
ejecutada, puesto que lo que se protege con el referido supuesto de
inelegibilidad es el debido desempeño del cargo de diputado. Por lo que, afirma
el actor, si está demostrado que Herminio Ventura Rodríguez fue condenado por
delito intencional y, en virtud de esa condena, se le impuso una pena privativa
de libertad, es evidente que de acuerdo con lo dispuesto en la fracción III del
artículo 20 de la Constitución Política del Estado de Aguascalientes, dicha
persona no puede ocupar el cargo de diputado.
En la resolución impugnada, el tribunal responsable consideró, que si bien era
cierto que Herminio Ventura Rodríguez fue condenado por delito intencional, a
sufrir pena privativa de libertad, también lo era, que la hipótesis de inelegibilidad
prevista en la fracción III del artículo 20 de la Constitución Política del Estado de
Aguascalientes no era aplicable al caso, ya que la pena privativa de libertad
impuesta a Herminio Ventura Rodríguez no estaba surtiendo efectos al
momento en que se decidió sobre su elegibilidad, como candidato a diputado
por el principio de representación proporcional.
Al comparar lo aducido por el Partido Acción Nacional en la demanda con las
consideraciones que sustentan la resolución impugnada se advierte, que la
controversia en el presente juicio de revisión constitucional se circunscribe a
determinar, cuál es el sentido que se le debe dar al texto del artículo 20, fracción
III, de la Constitución Política del Estado de Aguascalientes, pues para el partido
actor, la sola circunstancia de que Herminio Ventura Rodríguez haya sido
condenado a sufrir pena privativa de libertad, por la comisión de delito
intencional, es suficiente para que dicha persona no pueda ser electa al cargo de
diputado, en ningún momento posterior a esa condena, en tanto que el tribunal
responsable estima, que si al momento en que se decidió sobre la elegibilidad de
Herminio Ventura Rodríguez, como candidato a diputado por el principio de
representación proporcional, la pena privativa de libertad, materia de la
condena, no estaba surtiendo efectos, era evidente que la hipótesis de
inelegibilidad prevista en el artículo 20, fracción III, de la Constitución Política del
Estado de Aguascalientes, no se surtía en este caso.
Planteadas así las cosas, esta Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder
Judicial de la Federación considera, que no le asiste razón al partido actor.
Para demostrar lo anterior es necesario analizar el contenido del artículo 20,
fracción III, de la Constitución Política del Estado de Aguascalientes. Dicho
precepto dispone:
Artículo 20. No pueden ser electos Diputados:
(...) III. Los individuos que hayan sido condenados por delito intencional a sufrir
pena privativa de libertad; y (...)”
El texto transcrito se presta para que a la expresión: “los individuos que hayan
sido condenados por delito intencional a sufrir pena privativa de libertad”,
admita ser entendida en dos diversos sentidos, tal y como lo ponen de
manifiesto las dos distintas posiciones asumidas, tanto por el partido actor,
como por el tribunal responsable.
La diferencia en esas dos distintas posiciones encuentra explicación, en el realce
que sus autores dan a los diferentes verbos contenidos en el texto del precepto.
El actor pone énfasis a la expresión “hayan sido condenados”. Por este motivo,
para el demandante, basta con el hecho de que se haya dictado una sentencia
que condene a la privación de la libertad, por la comisión de un delito
intencional, para que la persona contra la cual se haya pronunciado tal fallo
condenatorio se torne inelegible para ocupar el cargo de diputado. En esta
concepción, una sentencia con tales características produce por sí sola el efecto
de que, el afectado con el fallo no pueda ser electo diputado, en ningún
momento posterior al dictado de la propia resolución.
Ubicado en otro punto de vista, el tribunal responsable toma implícitamente
como base de la interpretación del precepto que se analiza: “sufrir pena
privativa de libertad”. Por este motivo, para determinar la elegibilidad del
candidato, lo trascendente para dicha autoridad es establecer, si en el momento
en que se debe decidir sobre esa elegibilidad, la persona se encuentra sufriendo
la pena privativa de libertad. Si en ese momento, la condena se encuentra en
ejecución, el candidato es inelegible; pero si, por el contrario, la condena se
encuentra extinguida, la hipótesis de inelegibilidad de que se trata, no se surte.
Para dilucidar cuál de las dos posiciones mencionadas es la apegada a derecho se
recurre, en primer lugar, a la interpretación gramatical, en los términos previstos
en el artículo 2, párrafo 1, de la Ley General del Sistema de Medios de
Impugnación en Materia Electoral y 3 del Código Electoral del Estado de
Aguascalientes.
Constituye una parte fundamental del texto de la fracción III del artículo 20 de la
Constitución Política del Estado de Aguascalientes, la expresión verbal “hayan
sido condenados”.
Esta expresión se encuentra redactada en el pretérito perfecto del modo
subjuntivo, tiempo verbal que se utiliza para describir una acción acabada en el
pasado, o bien, una acción terminada en un período alejado del presente, cuyas
consecuencias perduran todavía.
Se debe tener en cuenta, que las expresiones redactadas en el pretérito perfecto
del subjuntivo admiten ser presentadas también, entre otros, en el tiempo
pretérito perfecto compuesto del modo indicativo, en el cual, se expresan
acciones pasadas que guardan relación con el presente.
Efectivamente, de acuerdo con la gramática de la lengua española (Real
Academia Española [Comisión de Gramática] “Esbozo de una nueva gramática de
la lengua española”, editorial ESPASA-CALPE. Madrid, 1974, y Basulto, Hilda.
“Diccionario de verbos”, editorial Trillas, México, 1991) el pretérito perfecto del
subjuntivo corresponde al pretérito perfecto compuesto y al futuro perfecto del
indicativo. Dicho modo suele depender de otro verbo, ya sea en presente o
futuro del modo indicativo, es decir, es admisible que el verbo se utilice en
subjuntivo o en indicativo.
Así, se puede sostener válidamente, que la expresión, “los individuos que hayan
sido condenados por delito intencional a sufrir pena privativa de libertad”,
equivale también gramaticalmente a la expresión: los individuos que han sido
condenados por delito intencional a sufrir pena privativa de libertad.
Dichas expresiones conectadas con la oración no pueden ser electos diputados,
se podrían entender en cualquiera de los dos sentidos precisados en párrafos
anteriores, ya que, de acuerdo con su estructura gramatical, la acción pasada a
la que se refiere “hayan sido condenados” se puede entender en un pasado sin
límite de tiempo, o bien, en un pasado cuyos efectos perduran aún (al momento
de decidir sobre la elegibilidad).
Además, lo anterior debe relacionarse con la expresión “sufrir pena privativa de
libertad”, que encierra la idea de ejecución de la condena correspondiente.
Por tal motivo, desde un punto de vista gramatical, el texto del precepto en
comento comprende:
A) A los individuos que en el momento en que se decide sobre la elegibilidad se
encuentran sufriendo la pena privativa de libertad a que fueron condenados, por
la comisión de un delito intencional; y
B) A los individuos que en el momento en que se decide sobre la elegibilidad no
se encuentran sufriendo la pena privativa de libertad a que fueron condenados,
por la comisión de un delito intencional, lo cual se puede deber, por ejemplo, a
que la sentencia condenatoria se dictó en una época muy anterior al referido
momento en que se decide sobre la elegibilidad, de manera que la pena quedó
compurgada, prescrita, etcétera.
En párrafos precedentes quedó asentado, que las distintas posiciones de las
partes respecto a la intelección de la fracción III del artículo 20 de la citada
constitución local obedecía al realce que se diera a las expresiones que se
relacionaran, bien con el dictado de la sentencia (“hayan sido condenados”) o
bien, con la ejecución de ésta (“sufrir pena privativa de libertad”).
Ha quedado de manifiesto que el tiempo y modo verbales, utilizados en la
expresión “hayan sido condenados”, se presta para entender el sentido del
precepto de las dos maneras precisadas anteriormente en los incisos A) y B).
Consecuentemente, tanto la posición del actor como la del tribunal responsable
tendrían algún apoyo en la interpretación gramatical que se le diera al precepto
materia de examen.
Esto evidencia la insuficiencia de la interpretación gramatical para sustentar
exclusivamente en ella, el sentido de la fracción III del artículo 20 de la
Constitución Política del Estado de Aguascalientes.
Hay que tener en cuenta que, en materia de interpretación, el aspecto
gramatical no debe prevalecer, sino hay que tomarlo con reservas cuando, entre
otras situaciones, ocurre lo siguiente:
1 El texto examinado sobre la base exclusiva de una interpretación gramatical
admite ser entendido en varios sentidos.
2) El sentido gramatical que se haya intelegido no es lógico.
3) El sentido extraído de la interpretación gramatical pugna con lo dispuesto en
otros preceptos, de manera que, si se aceptara, no habría unidad en el sistema.
Al aplicar lo anterior al presente caso, se encuentra que, por su redacción, el
texto del precepto constitucional que se examina abarca los dos sentidos
precisados en los incisos a) y b). Para el tribunal responsable, la causa de
inelegibilidad de que se trata comprende exclusivamente a las personas a que se
refiere el inciso a), es decir, las que, en el momento de decidir sobre la
elegibilidad, se encuentran sufriendo pena privativa de la libertad, en virtud de
una sentencia condenatoria dictada en su contra. En consecuencia, según dicho
tribunal, en el precepto que se analiza no están comprendidas las personas que
se hallen en el caso del inciso b). Esto en virtud de que, para el tribunal
responsable, lo trascendente de la norma es el sufrimiento de la pena, es decir,
la ejecución de la condena. Por tanto, este es el aspecto que el citado órgano
jurisdiccional toma como punto de partida para la intelección del precepto.
Por el contrario, para el actor, aun cuando en el momento en que se decida
sobre la elegibilidad del candidato, la pena privativa de libertad a que hubiera
sido condenado, ya estuviera extinguida, de todos modos, en concepto del
demandante, tal candidato sería inelegible, porque el elemento trascendente del
precepto es la existencia de la sentencia condenatoria sobre privación de
libertad, por la comisión de un delito intencional.
Ambos puntos de vista tendrían algún apoyo en las palabras utilizadas en el
texto del precepto, sobre todo en los verbos. Por este motivo, la interpretación
gramatical de la disposición no representa gran ayuda para desentrañar su
sentido.
Las consecuencias que traen consigo los diferentes puntos de vista de las partes
ponen de manifiesto, que el sostenido por el actor no es lógico ni jurídico.
En efecto, en concepto del demandante, el sentido de la fracción III del artículo
20 de la Constitución Política del Estado de Aguascalientes implica que, basta
con que alguna vez se haya dictado sentencia condenatoria de privación de
libertad, por la comisión de un delito intencional, para que la persona contra la
cual se hubiera dictado tal fallo, ya no se encuentre en condiciones de ser
elegida para el cargo de diputado.
Esta interpretación genera la siguiente consecuencia: con motivo de una
sentencia condenatoria privativa de libertad, la persona contra la cual se dicta tal
fallo queda suspendida en sus derechos políticos durante el tiempo que dure esa
pena (artículo 40 del Código Penal para el Estado de Aguascalientes). Cuando
concluye el tiempo que debe durar la pena, la persona condenada queda
rehabilitada en el goce de esos derechos políticos. Por tanto, la suspensión de
los derechos políticos se produce solamente durante el tiempo que dure la pena
privativa de libertad. Ningún fundamento habría para estimar, que esa
suspensión debe prolongarse más allá del tiempo que dure la sanción.
Sin embargo, la manera en que el actor entiende el artículo 20, fracción III, de la
Constitución Política del Estado de Aguascalientes implica, que los efectos de
una pena privativa de libertad, en lo atinente a derechos políticos, se
extenderían más allá del tiempo fijado para la duración de la sanción privativa de
libertad. Esto es, si por ejemplo, la pena privativa de libertad, por la comisión de
un delito intencional, fue fijada para que durara un año y este plazo ya
transcurrió y, por otra parte, diez años después, la persona a quien le fue
impuesta tal pena es postulada para ocupar el puesto de diputado, si se tratara
de decidir sobre su elegibilidad, para el demandante, lo dispuesto en el precepto
constitucional citado haría inelegible a esa persona, porque según su modo de
pensar, habría sido suficiente la existencia de la sentencia condenatoria privativa
de libertad, por la comisión de un delito intencional, para que se considerara
surtida la hipótesis contenida en la propia disposición.
Sin embargo, si se adoptara esta manera de pensar del actor, tal decisión
implicaría, que la suspensión de los derechos políticos de la persona del ejemplo
no duró solamente un año (el tiempo de la condena privativa de libertad) sino
que esta suspensión se está prolongando más de ese tiempo, tan es así, que esa
persona no podría ser elegida para ocupar el cargo de diputado. Lo grave de esta
situación es que no hay un fundamento legal que justifique esa prolongación de
la sanción, porque los efectos de la condena, según el ejemplo, sólo debieron
durar un año.
Con la manera de pensar del actor se infringiría el artículo 38, fracciones III y VI,
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, porque conforme a
estas fracciones, los derechos o prerrogativas de los ciudadanos sólo se
suspenden durante la extinción de una pena corporal, o bien, en virtud de la
sentencia que imponga como pena esa suspensión; pero es claro que, en este
último caso, la suspensión dura el preciso término fijado en la sentencia y no
más.
Por tanto, queda de manifiesto que el punto de vista del actor conduce a una
conclusión ilógica y contraria a derecho.
No sólo eso, sino que tal punto de vista del demandante conduce a que algunos
preceptos del sistema no surtan plenos efectos.22
En los razonamientos anteriormente citados el operador jurídico deja de lado la
interpretación gramatical fundando su decisión principalmente en tres aspectos
que presenta el término referido de “hayan sido condenados”. El primero
señalado es que puede tener diversas connotaciones, el segundo es que no es
lógico y el tercero es que va en contra de otros derechos y del mismo complejo
de normas al que pertenece dicho artículo. En el primer aspecto se refiere a que
la palabra puede ser entendida de diversas formas por ello se crea una confusión
en cuanto a su manera de aplicar y por tal razón no puede ser interpretada de
manera gramatical.
En el segundo aspecto señala que no es lógica la disposición, pues al manifestar
“hayan sido condenados”, se puede entender que priva de por vida a la persona
del derecho de elegibilidad. En el tercer aspecto señala que va en contra de los
demás preceptos legales del sistema normativo que se pretende aplicar. En este
punto me quiero detener un poco más en su análisis. Se observa que el operador
jurídico no está viendo de manera aislada al artículo que se pretende aplicar,
pues de verlo así, se privaría del derecho de elegibilidad, entonces, en ese
entendido, el operador jurídico atiende a las garantías de Herminio, señalando
que si bien una persona al momento de ser condenada por delito intencional es
privada de la libertad, mientras compurga la pena, son suspendidos sus derechos

22 Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, Sentencia
Partido Acción Nacional/ Herminio Ventura,
http://sjf.scjn.gob.mx/IusElectoral/Documentos/Sentencias/SUP-JRC-204-2001.pdf,
[consulta: 9 de enero, 2023].
políticos, sin embargo, una vez purgada la pena, es decir, una vez que la persona
que cometió el delito, pago a la sociedad el delito cometido, se le restituyen sus
derechos, entre ellos los políticos. De igual forma el operador jurídico señala que
no existe fundamento jurídico dentro del complejo de normas, que sustente el
hecho de que una persona, aun habiendo purgado su condena y declarado el
cumplimiento de la misma por el órgano judicial competente sustente que los
derechos políticos se suspenden de por vida al infractor. Por tales razones el
operador jurídico determina que no es procedente aplicar la interpretación
gramatical pues de aplicarse se iría en contra del complejo de normas aplicado y
se vulnerarían las garantías de Herminio, concluyendo el tribunal lo siguiente:
En conclusión, la interpretación gramatical de dicho precepto, en la cual se da
realce a la expresión “que hayan sido condenados”; pero entendida como una
acción acabada, conduce a una consecuencia ilógica, contraria a derecho y
asistemática; por tanto, es patente que la intelección de la citada disposición
propuesta por el actor, no debe ser acogida.23

La conclusión anterior da pauta a que el tribunal proponga una


interpretación que observe mayores elementos al momento de resolver, una
interpretación que no sea simplemente el apego a la letra del artículo que se
pretende hacer valer, haciéndolo de la siguiente forma:
la interpretación propuesta por el tribunal responsable sí es lógica y conduce a
situaciones acordes con el sistema legal en materia de derechos políticos.
Como quedó anotado, el tribunal responsable centra implícitamente su
interpretación en el elemento “sufrir pena privativa de libertad”, asentado en la
última parte de la fracción III del artículo 20 de la Constitución Política del Estado
de Aguascalientes. Por este motivo, dicho órgano jurisdiccional entiende que, si
en el momento de decidir sobre la elegibilidad de un candidato, la pena privativa
de libertad a que hubiera sido condenado, por la comisión de un delito
intencional, ya se encontrara extinguida, la hipótesis de inelegibilidad prevista en
el citado precepto, no se surtiría en tal caso.
Esta interpretación presupone la existencia de una sentencia condenatoria de
pena privativa de libertad, por la comisión de un delito intencional; pero el
surtimiento de la hipótesis del precepto depende, de que los efectos de esa
pena privativa de libertad subsistan aún en el momento en que se decide sobre
la elegibilidad del candidato. De esta manera, si esos efectos se encuentran
todavía vigentes, el candidato es inelegible, lo cual es lógico, porque es patente
que alguien que debe cumplir una sentencia privativa de libertad, por estar en
prisión, está imposibilitado material y jurídicamente para desempeñar el cargo
de diputado. En cambio, si la pena privativa de libertad ya quedó extinguida, el
candidato sería elegible, lo que también es explicable, porque en conformidad
con lo expuesto anteriormente, una vez extinguida la pena privativa de libertad,
la persona afectada con la sentencia condenatoria queda rehabilitada en el goce
de sus derechos políticos y, por tanto, no hay obstáculo material ni jurídico para
que pueda desempeñar el cargo de elección popular.

23 Idem, p. 41.
Ya quedó también asentado, que el tiempo verbal en que se encuentra
expresada la frase “hayan sido condenados”, no sólo da a entender una acción
ya acabada, sino también, una acción dada en el pasado, pero cuyos efectos se
prolongan en el presente. Por tanto, no se va contra el texto de la fracción III del
artículo 20 de la Constitución Política del Estado de Aguascalientes, si se
determina, que el sentido del precepto se refiere al individuo que pretende ser
diputado, contra quien se dictó sentencia condenatoria, privativa de libertad,
por la comisión de un delito intencional; pero en un momento tal, que la
duración de la pena privativa de libertad ya no subsiste cuando se decide sobre
su elegibilidad.
Este es el sentido adecuado del precepto que se analiza, porque en primer lugar
es acorde con el texto de la propia disposición. En segundo lugar, conduce a una
situación lógica, según ha quedado demostrado con anterioridad. Además,
encaja perfectamente con lo preceptuado en otras normas del sistema, por
ejemplo, los artículos 12, fracción II, de la Constitución Política del Estado de
Aguascalientes, 35, fracción II y 38, fracciones III y VI, de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos, porque si la persona contra quien se dictó
sentencia condenatoria privativa de libertad, ya cumplió con la pena impuesta, o
bien, tal pena quedó extinguida por cualquier otro de los medios previstos en la
ley, es patente que esa persona quedó rehabilitada en el goce de sus derechos
políticos, lo que la hace apta para ser elegida como diputado del Congreso del
Estado de Aguascalientes.
Por todas estas razones, es por lo que debe desestimarse el punto de vista del
actor y acogerse la posición del tribunal responsable.
No es obstáculo a esta conclusión la invocación del principio que prevé, que en
donde la ley no distingue no le está permitido al intérprete hacer alguna
distinción. A este respecto se estima, que en el presente caso no es aplicable
este principio, porque no está demostrado que el precepto que se analiza tenga
un solo sentido, puesto que ya quedó patentizado que, por su redacción, puede
admitir los dos sentidos que han quedado precisados; de ahí que no sea válido
invocar el referido principio en este caso. Además, ya quedó demostrado que el
sentido propuesto por el actor conduce a situaciones ilógicas, antijurídicas y
asistemáticas, lo cual no ocurre con el punto de vista propuesto por el tribunal
responsable.
Tampoco es obstáculo a la conclusión a que se arribó, la distinción que hace el
actor entre lo que es una sentencia y su ejecución. Contrariamente a lo que
aduce tal demandante, la interpretación propuesta por el tribunal responsable
no tiene como fundamento, la afirmación de que la sentencia condenatoria
hubiera sido invalidada o privada de efectos. Lo que en realidad hace notar el
tribunal responsable es que, en el momento en que se decidió sobre la
elegibilidad del candidato, estaba demostrado que la pena privativa de libertad
había quedada extinguida tiempo atrás y que, por tanto, dicho candidato se
encontraba en pleno goce de sus derechos políticos, entre ellos el derecho a ser
votado para el cargo de diputado. Además, ha quedado demostrado, que es
válido que se tome en cuenta lo inherente a la ejecución de la sentencia
condenatoria a pena privativa de libertad, para encontrar el sentido del precepto
en comento, que resulte más apegado a derecho.
En contra de lo que se lleva dicho no es válido aducir, como lo hace el actor, que
el “espíritu del constituyente” fue el de establecer como causa de inelegibilidad,
la simple circunstancia de que la persona hubiera sido declarada culpable de la
comisión de un delito intencional y que, por ello, se le impusiera pena privativa
de libertad. A este respecto se estima que tal alegación no es más que una
apreciación subjetiva del demandante, la cual no es atendible, porque no está
respaldada en algún elemento que le dé validez, como pudiera ser, por ejemplo,
una cita en la exposición de motivos de la norma, el dictamen de una comisión
del constituyente, etcétera. De ahí que no exista base alguna que apoye el punto
de vista del actor, por lo que dicha alegación es inatendible.
La tesis relevante de esta sala superior, identificada con el rubro de
“INELEGIBILIDAD. EL PERDÓN DE LA PENA OTORGADO POR EL EJECUTIVO ES
INSUFICIENTE PARA DEJAR SIN EFECTO LA CAUSA DE (LEGISLACIÓN DE
CHIAPAS)”, no es aplicable al presente caso, porque interpreta un precepto que
tiene un texto distinto al de la fracción III del artículo 20 de la Constitución
Política del Estado de Aguascalientes. Dicha tesis interpreta el artículo 22,
fracción VII, de la Ley Orgánica Municipal del Estado de Chiapas, que dice:
Artículo 22. Para ser miembro de un ayuntamiento se requiere:
(...)VII. No haber sido sujeto de jurisdicción penal ni sentencia condenatoria con
cinco años de antelación a la elección y, no estar sujeto a causa penal alguna por
delito intencional (...).
El texto transcrito es completamente diferente al artículo de la constitución local
materia de examen, porque en el Estado de Chiapas, de manera expresa, se hace
referencia a la sujeción de jurisdicción penal y al dictado de una sentencia
condenatoria, sin que se haga mención a alguna palabra que relacione esos
elementos con la ejecución de una pena privativa de libertad, lo cual es distinto
al caso que se analiza, en donde en la fracción III del artículo 20 de la
Constitución Política del Estado de Aguascalientes se hace mención a “sufrir
pena privativa de libertad”, lo cual permite involucrar en la interpretación del
precepto, lo inherente a la ejecución de la pena privativa de libertad.
Lo alegado por el Partido Acción Nacional en el punto 2 del agravio II es
inatendible, porque tal alegación se sustenta en la premisa de que el tribunal
responsable resolvió cuestiones que no fueron sometidas a su consideración,
específicamente, lo inherente a la consideración de que a Herminio Ventura
Rodríguez no se le impuso como pena en la sentencia condenatoria dictada en
su contra, la suspensión de sus derechos políticos.
Tal premisa es inexacta.
La simple lectura del recurso de inconformidad interpuesto por el entonces actor
Herminio Ventura Rodríguez evidencia, que lo relativo a la suspensión de
derechos del ciudadano referido, sí le fue planteada al tribunal responsable.
En efecto, en el hecho 4 y en el inciso d) del agravio 3 del recurso de
inconformidad interpuesto por Herminio Ventura Rodríguez se advierte, que el
entonces recurrente adujo conculcación a distintos preceptos constitucionales y
legales, entre otras causas, porque a pesar de que en la sentencia que lo
condenó con pena privativa de libertad no se determinó como pena
individualizada, la suspensión de sus derechos políticos, en la resolución
impugnada (acuerdo del Consejo General del Instituto Estatal Electoral de
Aguascalientes) dicho órgano determinó limitarlo en su derecho de ser votado.
En concepto del entonces promovente, al no existir esa pena, era evidente que
no se le podía condenar de por vida a no ejercer sus derechos políticos.
Como se puede apreciar, el pronunciamiento que hizo el tribunal responsable sí
tuvo como causa un agravio planteado en el recurso de inconformidad. En esas
circunstancias es evidente, que lo aducido por el partido actor (en el sentido de
que lo relativo a que a Herminio Ventura Rodríguez no le fue impuesta condena
a la privación de derechos políticos no formó parte de la litis planteada ante el
tribunal responsable) se sustenta en una inexactitud; de ahí que la alegación que
se examina sea inatendible.
En el punto 3 del agravio II, el partido actor aduce indebida motivación de la
sentencia reclamada porque, afirma, el tribunal responsable sustentó su
resolución en razonamientos doctrinarios incorrectos, como son los siguientes:
1. El tribunal responsable confundió lo que significa el acto formal de sentencia
y la individualización de la pena, con el acto material de ejecución o inejecución
de ésta, al sostener, que al haber sido extinguida la condena, no se surtía la
hipótesis prevista en la fracción III del artículo 20 de la Constitución Política del
Estado de Aguascalientes.
2. El tribunal responsable hizo un análisis incorrecto de los fines del sistema de
justicia penal mexicano, ya que no tomó en cuenta, que después de las reformas
constitucionales de mil novecientos noventa y cuatro, se estableció en México
un sistema jurídico penal, cuyo fin es castigar a los infractores de la ley,
independientemente de la readaptación o reinserción del delincuente a la
sociedad.
El primer motivo de inconformidad es inoperante, porque independientemente
de que el tribunal responsable haya elaborado defectuosamente, desde el punto
de vista formal, su resolución, lo cierto es que, la conclusión a la que arribó es
ajustada a derecho, de acuerdo con lo que quedó establecido anteriormente.
El segundo motivo de queja es también inoperante, porque la argumentación
formulada por el actor está encaminada a demostrar a final de cuentas, que una
cosa es la sentencia condenatoria privativa de libertad y otra diferente es la
ejecución del fallo, para arribar a la conclusión de que, aunque la pena privativa
de libertad esté extinguida, tal circunstancia no torna en inexistente a la
sentencia. Sin embargo, ya quedó establecido que en la interpretación de la
fracción III del artículo 20 de la Constitución Política del Estado de
Aguascalientes, propuesta por el tribunal responsable, en momento alguno se
parte de la base de que se desconozca la existencia de una sentencia
condenatoria, sino que lo fundamental es que, lo que se realza en la
interpretación de dicho precepto, es lo inherente a la ejecución y a la duración
de sus efectos. Por tanto, la alegación del actor en nada afecta a la conclusión a
que antes se arribó.
En consecuencia, no existe base legal alguna para estimar, que la resolución
impugnada adolece de la indebida motivación que alega el partido actor.
En el punto 4 del agravio II de la demanda, el Partido Acción Nacional aduce
ilegalidad de la resolución reclamada porque, en su concepto, si el tribunal
responsable hizo prevalecer la supremacía del artículo 38 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos en lo sustentado en el considerando X
de la sentencia reclamada, es claro que dicho órgano ejerció indebidamente
control constitucional, no obstante que “el tribunal es únicamente de legalidad”.
Según el actor, si el artículo 20, fracción III, de la constitución local no ha sido
declarado inconstitucional, ni esta sala superior lo ha considerado inaplicable, a
tal precepto debió dársele plenos efectos en la sentencia reclamada y no
“hacerlo de lado como de facto sucede”.
Lo alegado por el partido promovente es infundado.
Si el actor se refiere a que en términos del artículo 133 de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos “...Los jueces de cada Estado se arreglarán a
dicha Constitución, leyes y tratados a pesar de las disposiciones en contrario que
pueda haber en las Constituciones o leyes de los Estados”, el tribunal
responsable inaplicó, por inconstitucional, el artículo 20, fracción III, de la
Constitución Política del Estado de Aguascalientes, el texto de la sentencia
reclamada evidencia claramente, que dicho órgano jurisdiccional sí aplicó tal
precepto de la constitución local, sin que su actuación implicara el ejercicio de
un control difuso de la constitución.
En efecto, para que se pueda afirmar que una autoridad jurisdiccional local
realiza funciones de control constitucional al resolver un caso, en términos del
precepto transcrito de la carta magna, es necesario que dicha autoridad:
a) Se encuentre ante una situación en la que un caso concreto encuadre en la
hipótesis de un precepto que forme parte de un ordenamiento local y que, por
tanto, en principio, tal precepto deba ser aplicado;
b) Sin embargo, al hacer comparación entre ese precepto con lo previsto en la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos advierta que existe una
contradicción;
c) Declare que el precepto del ordenamiento local es contrario a la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos y, en consecuencia,
d) Emita decisión al respecto y, por ende, deje de aplicar la norma local al caso
concreto, por considerarla inconstitucional y, en cambio, aplique el artículo
constitucional correspondiente.
Si estos elementos se dan en una resolución, entonces se puede afirmar, que la
autoridad jurisdiccional local ejerció control constitucional al resolver; pero si en
la resolución reclamada no se presentan los elementos mencionados, es claro
que no se podría sostener, que dicha autoridad realizó control constitucional al
resolver el caso.
En la especie, en el considerando X de la resolución combatida el tribunal
responsable sostuvo, que las condenas surten sus efectos jurídicos, en tanto
estén vigente las penas aplicadas en ellas, por lo que, una vez cumplidas las
penas, los efectos de éstas se extinguen. Sobre esa base el tribunal responsable
determinó, que, si la pena impuesta a Herminio Ventura Rodríguez se canceló,
en ese caso surtió efectos lo dispuesto en la jurisprudencia cuyo rubro es el
siguiente: ARTÍCULO 38 DE LA CONSTITUCIÓN FEDERAL. LA FALTA DE UN
ORDENAMIENTO QUE LO REGLAMENTE NO IMPIDE SU PLENA APLICACIÓN.
Como se ve, opuestamente a lo manifestado por el partido actor, el tribunal
responsable no ejerció control constitucional alguno, pues no hizo comparación
alguna entre lo dispuesto en el artículo 20, fracción III, de la Constitución Política
del Estado de Aguascalientes, con lo previsto en el artículo 38 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos. Tampoco hizo manifestación alguna,
tendente a evidenciar, que entre ambos artículos existía contradicción ni declaró
la inconstitucionalidad del artículo 20, fracción III, referido o lo dejó de aplicar,
por considerar que era inconstitucional.
Lo que realmente hizo el tribunal responsable en el considerando X fue estimar,
que en el caso no se surtía la hipótesis prevista en la fracción III del artículo 20
de la constitución local, porque en el momento en que se decidió sobre la
elegibilidad del Herminio Ventura Rodríguez, no se encontraba vigente la pena
privativa de libertad que años antes le fue impuesta.
Esto es, el tribunal responsable se concretó a invocar la fracción III del artículo
20 constitucional; en seguida realizó una interpretación del precepto; a este
respecto estableció que su sentido implicaba que, si al momento de decidir
sobre la elegibilidad de un candidato se encontraban todavía en ejecución la
pena privativa de libertad que hubiera sido impuesta a éste, por la comisión de
un delito intencional, tal candidato era inelegible; por otra parte, dicha
autoridad se percató implícitamente de que la interpretación dada al citado
artículo de la constitución local armonizaba, entre otros, con el artículo 38 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; por último, determinó
que la hipótesis de dicho precepto no se surtía en el presente caso, porque la
pena privativa de libertad a que fue condenado Herminio Ventura Rodríguez
había quedado extinguida con bastante anterioridad al momento en que se
decidió sobre la elegibilidad de dicho candidato.
Esto de modo alguno se traduce en la decisión de inaplicar el referido artículo
de la constitución local, por una supuesta oposición del propio precepto con
alguna disposición de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
porque no procedió de la manera descrita en los cuatro incisos indicados
anteriormente, para que pudiera hablarse de que una autoridad local realizó un
control difuso de la constitución.
Consecuentemente, si está evidenciado que el tribunal responsable no realizó
ninguna actividad tendente a ejercer control constitucional, es patente que lo
alegado por el partido actor se sustenta en una inexactitud; de ahí que la
alegación se considere inatendible.
Las afirmaciones del actor respecto a que la sentencia reclamada adolece de
falta de fundamentación y motivación, así como que en ella se invocan
resoluciones que nunca fueron emitidas por la autoridad competente (juez
penal), se sustentan en la premisa fundamental de que los planteamientos
formulados en el punto II de los agravios son fundados; pero como esto no es
así, tal inexactitud produce la invalidez de las referidas aseveraciones.
Por último, lo manifestado por el partido actor en el agravio I es inatendible,
porque la inobservancia al principio de legalidad aducida, la hace depender del
éxito de los motivos de inconformidad expuestos en la demanda; pero como
tales motivos de inconformidad fueron desestimados por esta sala, es patente
que la afirmación sobre la inobservancia al principio de legalidad queda sin
sustento alguno; de ahí lo inatendible del agravio.24

Es importante observar en su totalidad el considerando quinto de la


sentencia en análisis por dicha razón se presenta en el presente trabajo de
forma íntegra, pues la forma en la que la autoridad que resuelve argumenta el
contenido da pauta para observar las corrientes jurídicas operando en un
aspecto factico y ya no nada más teórico, que en muchas ocasiones es el gran
problema de muchas teorías, que solo se quedan en un aspecto teórico sin
poder ser aplicables en un aspecto fáctico, situación que no ocurre en el
considerando analizado. De los razonamientos contenidos en el considerando
quinto se desprende una aplicación de la hermenéutica jurídica, empleando un
análisis profundo para determinar la resolución de la controversia, destacando
en todo momento el por qué no es conveniente aplicar la interpretación
gramatical y por qué sí es conveniente en este caso aplicar la interpretación
funcional. Se observa que se aplican juicios de ponderación, así como
elementos de la lógica. Por ello se enfatiza que no se puede emplear la
interpretación gramatical, pues en el caso de aplicarse, se dejaría de lado los
demás elementos analizados, siendo una interpretación (la gramatical)
inacabada e inadecuada en determinados casos.
La anterior sentencia utilizada como ejemplo para observar diversos tipos
de interpretación es idónea para nuestro análisis, la crítica que le hago es que
se aplicaron los elementos en un caso donde intervienen fines políticos y que
contrasta gravemente con la no aplicación de dichos elementos de
interpretación en otro tipo de casos, sin embargo, se pone en evidencia que el
derecho requiere de un campo elevado de conocimiento de sí mismo para
definir qué es derecho, qué no lo es y sus alcances del mismo.
Relacionado con las formas de interpretación abordadas, se desprende que
el formulismo jurídico y las antinomias forman parte de la estructura que se
implementará al momento de interpretar es por ello que es prudente abordar
dichos conceptos.

c) Otra visión del formalismo jurídico y algunos criterios para


solucionar las antinomias
Otra visión del formalismo jurídico

24 Ibidem, pp. 41–54.


En el presente apartado se hablará de otra visión del formalismo jurídico,
para ello es necesario retomar las cuatro distinciones que realiza Norberto
Bobbio del mismo. Se observa que: por “formalismo jurídico” se entiende
cierta teoría de la justicia y, en particular, lo que “es justo conforme a la ley;
injusto lo que se aparta de ella”.25 En esta primera distinción, se establece que
la ley de origen es justa por ello se debe apegar a ella, si se aleja la conducta
de la ley, es injusta. En segundo lugar, se refiere a una “determinada teoría del
derecho, no a una teoría de lo justo”.26 De igual forma en esta concepción se
entiende al derecho como un conjunto de normas independientemente de
que el contenido de las mismas sea considerado justo o no.
La tercera significación de formulismo jurídico: “alude no a una concepción
formal de la justicia, o a la de derecho como simple “forma”, sino a la de la
ciencia jurídica como disciplina formal”.27 Es decir, la función que realiza es
determinar el nivel normativo de la norma que se pretende aplicar. Dicho en
otras palabras, estudia qué norma jurídica es jerárquicamente mayor. En
cuarto punto se observa que la interpretación formal del derecho: “atribuye al
juez un poder meramente declarativo del sentido de los textos”.28 Como ya se
había señalado con anterioridad.
Como se ha podido apreciar, cada distinción de las cuatro citadas, van en el
sentido de dar a la norma jurídica un valor general. Uno de los pensamientos
del formalismo jurídico es que toma en consideración que el legislador prevé
diversos aspectos que atienden a la claridad y la justicia al momento de la
creación de determinada norma, situación que en el caso de nuestros
legisladores es muy cuestionable como ya se analizó en el capítulo
correspondiente.
De lo anteriormente citado se establece que el formalismo señala que el
juez no puede adentrarse al estudio del grado de justicia de la norma, el
juzgador debe limitarse a adecuar la conducta a la norma según el rango de
aplicabilidad de la misma atendiendo a su jerarquía como también se analizó
en el capítulo correspondiente.
Siguiendo la misma secuencia de ideas se observa un criterio de
interpretación equitativa que establece lo siguiente:

25 GARCÍA MÁYNEZ, Eduardo, op. cit, nota 24, p. 27.


26 Ibidem, p. 30.
27 Ibidem, p. 33.
28 Ibidem, p. 34.
La única proposición válida que puede emitirse sobre la interpretación es la de
que el juez en todo caso debe interpretar la ley precisamente del modo que lleve
a la conclusión más justa para resolver el problema planteado ante su
jurisdicción.
Al proceder así, el juez, lejos de apartarse de su obligación de obediencia al
orden jurídico positivo, da a esta obligación su más perfecto cumplimiento. Esto
es así por la siguiente razón: el legislador, mediante las normas generales que
emite, se propone lograr el mayor grado posible de realización de la justicia y de
los valores por ésta implicados, en una determinada sociedad concreta. Tal es, al
menos en principio, el propósito de todo orden jurídico positivo,
independientemente cuál sea el grado mayor o menor en que haya logrado
realizar con éxito ese propósito. El legislador se propone con sus leyes realizar de
la mejor manera posible de las exigencias de la justicia. Entonces, si el juez trata
de interpretar esas leyes de modo que el resultado de emplearlas en los casos
singulares aporte la realización del mayor grado de justicia, con esto, no hace
sino servir exactamente al mismo fin que se propuso al legislador. El juez,
cuando interpreta las leyes del legislador precisamente de tal manera que la
individualización de esas leyes en los casos singulares resulte lo más acorde
posible con la justicia, es mucho más fiel a la voluntad del legislador y más fiel a
la finalidad que éste propone, que cuando las interpreta de una manera literal,
lo cual es un desvarío, o mejor dicho, algo peor, un absurdo, porque
interpretación literal es una expresión tan absurda como la de un cuadrado
redondo: si es interpretación, no puede ser literal; si es literal, no constituirá
interpretación.29

De lo anteriormente citado, se puede destacar como lo expresa el autor


citado, se coincide plenamente que, si se aplica una ley de forma literal, no
existe interpretación, pues no existe un proceso razonado que pueda
desarrollar una postura. Por tal razón se reitera que la corriente del
formalismo en la actualidad se debe enriquecer con elementos pertenecientes
al sistema jurídico en la impartición de justicia.

Algunos criterios para solucionar las antinomias


El formalismo jurídico, como hemos precisado, observa a la ley como un
instrumento completo. Sin embargo ¿Qué ocurre cuando existen hechos que
la ley no prevé? ¿Qué ocurre cuando las leyes se contrarían? Para poder dar
respuesta a estos cuestionamientos, es importante establecer qué se entiende
por antinomia.
Se observa que:
(Del griego: “anti”, contra: “nomos”, ley). Antinomia significa contradicción entre
dos tesis que se excluyen mutuamente; pudiendo cada una de ellas ser

29 RECASÉNS SICHES, Luis, op. cit., nota 13, p. 246.


igualmente demostrada de una manera convincente por vía lógica. La noción
“antinomia” desempeña un papel importante en el sistema filosófico de Kant,
según el cual, al intentar conocer la esencia de las cosas, la razón humana cae
inevitablemente en contradicciones insolubles consigo misma. Kant enumera las
cuatro antinomias siguientes: “1) Tesis: El mudo tiene un principio (un límite) en
el tiempo y en el espacio; Antítesis: El mundo es infinito en el tiempo y en el
espacio. 2) Tesis: Todo en el mundo se compone de lo simple (indivisible);
Antítesis: No hay nada simple, todo es complejo. 3) Tesis: En el mundo existen
causas libres; Antítesis: No existe ninguna libertad, todo es naturaleza (o sea,
necesidad). 4) Tesis: En la serie de las causas universales hay algún ser necesario;
Antítesis: En esta serie no hay nada necesario, todo es casual”. Por cuanto en
estas antinomias, a su juicio, la tesis es tan demostrable lógicamente como la
antítesis, Kant concluyó que la razón es contradictoria. Pero, según Kant, la
esencia de las cosas no puede llevar contradicciones implícitas, de donde llegó a
la incapacidad de la razón humana para conocer la esencia de las cosas. En la
teoría de las antinomias, Kant se acercó a la dialéctica, pero reveló no estar en
condiciones de comprender que las contradicciones dialécticas en el
pensamiento sólo son el reflejo de lo contradictorio en el ser. La dialéctica
materialista reconoce el carácter antinómico de todas las nociones de nuestro
raciocinio sin excepción, por cuanto toda noción expresa la contradicción
objetiva real que lleva implícita cualquier objeto, fenómeno o proceso. “En
realidad cada noción, cada categoría... es antinómica” (Lenin). Esta
circunstancia, sin embargo, no puede servir de demostración de que hay una
“discordancia de principio” entre el ser y el pensar; sólo explica el hecho de la
contradicción dialéctica de todos los fenómenos y procesos de la Naturaleza. 30

En el razonamiento anterior se aprecia que para cada tesis existe una


contratesis, pues en cada razonamiento existen bases que fundamentan las
posturas sostenidas. La antinomia jurídica requiere de dos elementos para que
se dé, el primer elemento es que las normas deben pertenecer al mismo
ordenamiento y el segundo es que deben pertenecer al mismo ámbito de
validez.31
Cuando las normas que se contraponen son del mismo ordenamiento y de
la misma validez, el juzgador se encuentra en una problemática sobre cuál
norma elegir para su aplicación.
Si bien la corriente del formalismo jurídico señala que se debe atender a
una literalidad de la ley, en este caso ¿cuál es la ley que debe prevalecer sobre
la otra? ¿Qué método de interpretación se debe utilizar?

30 FILOSOFÍA.ORG Diccionario Soviético de filosofía,


http://www.filosofia.org/enc/ros/antinomi.htm, 2000 [en línea], [consulta: 09 de
enero, 2023].
31 Cfr. CÁRDENAS GRACIA, Jaime, op. cit., nota 29, p.126.
En nuestro derecho mexicano se han utilizado los siguientes criterios para
poder resolver las antinomias que se presentan.
ANTINOMIAS O CONFLICTOS DE LEYES. CRITERIOS DE SOLUCIÓN. La antinomia es
la situación en que dos normas pertenecientes a un mismo sistema jurídico, que
concurren en el ámbito temporal, espacial, personal y material de validez,
atribuyen consecuencias jurídicas incompatibles entre sí a cierto supuesto
fáctico, y esto impide su aplicación simultánea. Antes de declarar la existencia de
una colisión normativa, el juzgador debe recurrir a la interpretación jurídica, con
el propósito de evitarla o disolverla, pero si no se ve factibilidad de solucionar la
cuestión de ese modo, los métodos o criterios tradicionales de solución de
antinomias mediante la permanencia de una de ellas y la desaplicación de la
otra, son tres: 1. criterio jerárquico (lex superior derogat legi inferiori), ante la
colisión de normas provenientes de fuentes ordenadas de manera vertical o
dispuestas en grados diversos en la jerarquía de las fuentes, la norma
jerárquicamente inferior tiene la calidad de subordinada y, por tanto, debe ceder
en los casos en que se oponga a la ley subordinante; 2. Criterio cronológico (lex
posterior derogat legi priori), en caso de conflicto entre normas provenientes de
fuentes jerárquicamente equiparadas, es decir, dispuestas sobre el mismo plano,
la norma creada con anterioridad en el tiempo debe considerarse abrogada
tácitamente, y por tanto, ceder ante la nueva; y, 3. Criterio de especialidad (lex
specialis derogat legi generali), ante dos normas incompatibles, una general y la
otra especial (o excepcional), prevalece la segunda, el criterio se sustenta en que
la ley especial substrae una parte de la materia regida por la de mayor amplitud,
para someterla a una reglamentación diversa (contraria o contradictoria). En la
época contemporánea, la doctrina, la ley y la jurisprudencia han incrementado la
lista con otros tres criterios. 4. Criterio de competencia, aplicable bajo las
circunstancias siguientes: a) que se produzca un conflicto entre normas
provenientes de fuentes de tipo diverso; b) que entre las dos fuentes en cuestión
no exista una relación jerárquica (por estar dispuestas sobre el mismo plano en
la jerarquía de las fuentes), y c) que las relaciones entre las dos fuentes estén
reguladas por otras normas jerárquicamente superiores, atribuyendo —y de esa
forma, reservando— a cada una de ellas una diversa esfera material de
competencia, de modo que cada una de las dos fuentes tenga la competencia
exclusiva para regular una cierta materia. Este criterio guarda alguna semejanza
con el criterio jerárquico, pero la relación de jerarquía no se establece entre las
normas en conflicto, sino de ambas como subordinadas de una tercera; 5.
Criterio de prevalencia, este mecanismo requiere necesariamente de una regla
legal, donde se disponga que ante conflictos producidos entre normas válidas
pertenecientes a subsistemas normativos distintos, debe prevalecer alguna de
ellas en detrimento de la otra, independientemente de la jerarquía o
especialidad de cada una; y, 6. Criterio de procedimiento, se inclina por la
subsistencia de la norma, cuyo procedimiento legislativo de que surgió, se
encuentra más apegado a los cánones y formalidades exigidas para su creación.
Para determinar la aplicabilidad de cada uno de los criterios mencionados,
resulta indispensable que no estén proscritos por el sistema de derecho positivo
rector de la materia en el lugar, ni pugnen con alguno de sus principios
esenciales. Si todavía ninguno de estos criterios soluciona el conflicto normativo,
se debe recurrir a otros, siempre y cuando se apeguen a la objetividad y a la
razón. En esta dirección, se encuentran los siguientes: 7. Inclinarse por la norma
más favorable a la libertad de los sujetos involucrados en el asunto, por ejemplo,
en el supuesto en que la contienda surge entre una norma imperativa o
prohibitiva y otra permisiva, deberá prevalecer esta última. Este criterio se limita
en el caso de una norma jurídica bilateral que impone obligaciones correlativas
de derechos, entre dos sujetos, porque para uno una norma le puede ser más
favorable, y la otra norma favorecerá más la libertad de la contraparte. Para este
último supuesto, existe un diverso criterio: 8. En éste se debe decidir a cuál de
los dos sujetos es más justo proteger o cuál de los intereses en conflicto debe
prevalecer; 9. Criterio en el cual se elige la norma que tutele mejor los intereses
protegidos, de modo que se aplicará la que maximice la tutela de los intereses
en juego, lo que se hace mediante un ejercicio de ponderación, el cual implica la
existencia de valores o principios en colisión, y por tanto, requiere que las
normas en conflicto tutelen o favorezcan al cumplimiento de valores o principios
distintos; y, 10. Criterio basado en la distinción entre principios y reglas, para
que prevalezca la norma que cumpla mejor con alguno o varios principios
comunes a las reglas que estén en conflicto. Esta posición se explica sobre la
base de que los principios son postulados que persiguen la realización de un fin,
como expresión directa de los valores incorporados al sistema jurídico, mientras
que las reglas son expresiones generales con menor grado de abstracción, con
las que se busca la realización de los principios y valores que las informan; de
manera que ante la discrepancia entre reglas tuteladas de los mismos valores,
debe subsistir la que mejor salvaguarde a éste, por ejemplo si la colisión existe
entre normas de carácter procesal, deberá resolverse a favor de la que tutele
mejor los elementos del debido proceso legal.
CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.
Amparo directo 293/2009. Jacobo Romano Romano. 4 de junio de 2009.
Unanimidad de votos. Ponente: Leonel Castillo González. Secretario: Rubén
Darío Fuentes Reyes.32

Los argumentos anteriores expresan diversos métodos de interpretar para


resolver las antinomias, puedo decir que por importancia, el criterio jerárquico
se encuentra por encima del cronológico y por encima del de prevalencia, por
las razones que se mencionan y siguiendo ese mismo contexto, toda vez que
en el orden jerárquico nuestra Constitución ocupa el lugar de mayor jerarquía
y desde dos mil once se encuentra en esa misma jerarquía los tratados
internacionales en materia de derechos humanos y si bien el criterio
jerárquico se encuentra por encima del cronológico y por encima del criterio
de prevalencia, en esa superioridad jerárquica de los tratados internacionales
y de la constitución, existe en ordenamiento expreso que en México va a

32 Tesis 165344. I.4o.C.220 C., Tribunales Colegiados de Circuito, Novena Época.


Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXXI, febrero de 2010, p. 2788,
http://sjf.scjn.gob.mx/SJFSist/Documentos/Tesis/165/165344.pdf, [consulta: 09 de
enero, 2023].
existir un nuevo criterio de interpretación que se va a encontrar
jerárquicamente por encima de cualquier otro criterio, el principio pro
persona.

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