Resumen Ii

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TAREA II

UNIDAD II. CONCEPTO DE GERIATRÍA Y G

Catedráticas:
Dra. Eva Ramírez Robledo
[email protected]
Dra. Elena Islas Martínez.
[email protected]

25 DE SEPTIEMBRE DE
2024

Liliana Rocha Domínguez


grupo 1 a
RESUMEN CONCEPTO DE GERIATRÍA Y GERONTOLOGÍA. DEFINICIÓN DE
TÉRMINOS
A) Ramas de la Gerontología.
Puntualicemos que La Gerontología es la ciencia que estudia el envejecimiento
desde el punto de vista biológico, ambiental, social y las ciencias del
comportamiento, a partir de la cual se desarrollan de modo más amplio otras
distintas disciplinas. Así pues, podemos encontrar Gerontología Clínica, la
Psicogerontología, la Gerontología Social, entre otras. Es decir, es una ciencia
interdisciplinar. La gerontología aplica metodologías provenientes de otras
disciplinas científicas: medicina, sociología., antropología etc.
La Geriatría en cambio es una especialidad médica porque es la rama de la
Medicina que atiende a las personas adultas mayores y su campo de aplicación es
mediante el uso de una herramienta científicamente comprobada por sus buenos
resultados en pacientes mayores: la Valoración Geriátrica Integral (VGI). La VGI
es una herramienta que permite identificar no sólo los problemas clínicos y manejo
de las enfermedades crónicas, sino que también permite identificar problemas de
discapacidad y sus programas de rehabilitación, los problemas y enfermedades
mentales más frecuentes en la persona mayor y el análisis de su entorno socio-
familiar.

B) Definición de envejecimiento.
La OMS define el envejecimiento activo y saludable como el proceso por el que se
optimizan las oportunidades de bienestar físico, social y mental con el objetivo de
ampliar la esperanza de vida saludable, la productividad mejorando la calidad de
vida en la vejez. Las acciones y programas que conforman este eje están
encaminadas a proporcionar los medios, las oportunidades a los adultos mayores
para el goce de una vejez saludable, a través de actividades, eventos de
recreación, esparcimiento, de asociación, participación, que contribuyen
directamente en su bienestar y autoestima.
El envejecimiento es un fenómeno universal propio de los seres vivientes. Los
animales, las plantas y el hombre envejecen y lo hacen a lo largo de toda la vida.
El envejecimiento comienza con el nacimiento siendo un proceso que ocurre a lo
largo de la vida. El ser humano pasa por todas sus etapas de crecimiento y
desarrollo (niñez, infancia, adolescencia, adultez y vejez) durante los primeros 20
años de vida, siendo esta edad cuando se alcanza el máximo desarrollo físico,
fortaleza, vitalidad, capacidad física y desarrollo de la inteligencia. Sin embargo,
dicho desarrollo declina paulatinamente a partir de los treinta o cuarenta años de
edad, a un ritmo y velocidad individuales y particulares entre las personas según
su biología, estilo de vida, estímulos externos, carga genética y el ambiente donde
se vive.

C) Etapas de la vida.
Desde un punto de vista muy amplio, el transcurso de la vida humana comprende
las siguientes etapas:
Primera infancia, desde el nacimiento hasta alrededor de los 6 años de edad.
Niñez, desde los 6 hasta los 12 años de edad.
Adolescencia, desde los 12 hasta los 21 años de edad.
Adultez, desde los 21 hasta los 60 años de edad.
Ancianidad, desde los 60 años de edad hasta la muerte.
Los rangos de edades son muy aproximados, ya que cada individuo es distinto,
pero en cada una de ellas se producen ciertos cambios reconocibles de tipo
corporal, mental, emocional, social y fisiológico, de acuerdo al patrón de existencia
predefinido en nuestro ADN, que definen más o menos las vivencias esperables
en cada peldaño del ciclo vital.

D) Etapas de la vejez.

Las tres fases de la vejez


La tercera edad es una etapa vital que, en parte a causa del aumento de la
esperanza de vida, cubre un proceso de evolución que puede llegar a ser muy
largo, con muchas variaciones y muchas variables a tener en cuenta.

Es por eso que resulta útil hablar sobre las fases de la vejez, dado que ofrecen
una categorización aproximada acerca de las necesidades especiales, los
patrones de comportamiento más habituales y las características biológicas de
estas etapas.una Introducción, la Sección II son las Recomendaciones para la
adopción de medidas (A. Orientación prioritaria I: Las personas de edad y el
desarrollo, B. Orientación prioritaria II: El fomento de la salud y el bienestar en la
vejez, C. Orientación prioritaria III: Creación de un entorno propicio y favorable).
En la Sección III la Aplicación y seguimiento con medidas en el Plano nacional,
Internacional, Investigación y Supervisión, examen y actualización en el plano
mundial.
A modo de resumen, las etapas de la vejez son las siguientes.

Prevejez: 55 a 65 años
La prevejez es la antesala de la etapa vital en la que varias de las funciones
corporales ven menguada de un modo más o menos drástico su capacidad para
seguir trabajando tal y como lo venían haciendo antes.
Cambios físicos
En esta etapa es frecuente que los patrones de sueño queden alterados,
disminuyendo significativamente el número de horas que se necesita dormir cada
noche. También es frecuente que aparezcan alteraciones en la retención de
grasas y un tipo de digestión más lenta y pesada. La masa muscular, por el
contrario, acostumbra a atrofiarse de manera significativa.
En las mujeres, la prevejez llega aproximadamente con la finalización de la
menopausia, la cual genera una seria de alteraciones hormonales que afectan
tanto mediante síntomas físicos como otros de carácter emocional vinculados a
cómo se experimenta este evento.
Cambios psicológicos
En esta fase de la vejez, al contrario de lo que se cree, ni se acostumbra a sufrir
una crisis ni disminuye el nivel de felicidad. Sin embargo, sí que cambia el modo
de pensar.
En concreto, es frecuente que aparezca un patrón de pensamiento melancólico en
el que empieza a verse la vida a través de los recuerdos, lo que se vivió en el
pasado. Las comparaciones entre lo que ocurrió hace años y el aquí y ahora son
muy frecuentes.
Por otro lado, aquellas personas con vida familiar activa pueden exponerse al
síndrome del nido vacío, por el cual los hijos o hijas abandonan el hogar y aparece
soledad y, a veces, aburrimiento.

Vejez: 65 a 79 años
La vejez “pura” es la etapa de la vida en la que se consolida tanto el debilitamiento
de funciones biológicas como un estilo psicológico basado en la revisión del
pasado y la experimentación con los recuerdos.
Cambios físicos
Aparecen problemas posturales y debilitamiento de huesos, lo cual puede producir
dolor o incluso que no se puedan realizar grandes esfuerzos. Los problemas de
digestión, en muchos casos, se acentúan, así como el riesgo de experimentar
varios tipos de cáncer.
Además, tanto la visión como la audición suelen resentirse, lo cual a su vez
conlleva un riesgo de tipo psicológico: el aislamiento, dado que cuesta más
esfuerzo relacionarse con los demás o incluso participar en conversaciones.
A partir de los 75 años de edad, por otro lado, las personas ya cumplen el perfil de
paciente geriátrico siempre que se de algún problema significativo en su calidad
de vida como el deterioro mental o la incapacidad de vivir de manera autónoma.
Cambios psicológicos
En esta etapa se consolida el declive de un aspecto importante de los procesos
mentales: el nivel de inteligencia. Más concretamente, es la inteligencia fluida, la
que tiene que ver con la agilidad mental y la generación de nuevo conocimiento
partiendo desde cero, la que se ve más afectada, mientras que la inteligencia
cristalizada se preserva mucho mejor en la mayoría de adultos sanos de esta
edad.

Ancianidad: 80 años en adelante


La ancianidad es la última etapa de la vejez, y supone un cambio cualitativo tanto
en la evolución física como en la psicológica.
Cambios físicos
En esta fase las alteraciones posturales y la fragilidad de huesos y articulaciones
se acentúan, lo cual puede llevar a reducir significativamente la autonomía de las
personas. El resto de problemas de salud también siguen su progresión,
haciéndose sensiblemente más frecuentes en esta fase.
Cambios psicológicos
En esta fase el peligro por aislamiento social se acentúa, dado que, por un lado, la
cantidad de amistades decae a causa de la frecuencia con la que se dan las
muertes, y por el otro la falta de autonomía suele hacer que las salidas del hogar y
los encuentros se den más raramente. El tiempo libre acostumbra a ser ocupado
con actividades relativamente contemplativas, como la lectura o la jardinería.

E) Necesidades de la vejez.

Entre algunas de las necesidades básicas de las personas mayores tenemos que:
A continuación, puedes descubrir cuáles son los pilares esenciales que potencian
el bienestar en la tercera edad:

 Necesidad de seguridad en personas mayores que viven solas.


Debemos analizar este ingrediente desde distintas perspectivas. En relación con el
entorno, es importante realizar cambios en el hogar. Por ejemplo, quizá sea
necesario mejorar la accesibilidad en el baño.
¿Y cómo prevenir caídas en el domicilio? En ese caso, debes adoptar algunas
medidas. Por ejemplo, retira las alfombras del suelo. Además, es esencial
incrementar la iluminación en espacios que tienen una menor visibilidad. Es
posible que se tenga que aligerar la decoración del hogar para ganar espacio en el
centro de las diferentes estancias. Es decir, es muy importante crear zonas de
paso que no presenten ningún tipo de obstáculo. Además, todas las habitaciones
deben estar perfectamente ordenadas.
Por otra parte, recuerda que las zapatillas de estar en casa deben ofrecer un buen
nivel de sujeción. Además, existe otro ingrediente que incrementa la sensación de
seguridad: la rutina, es decir, una planificación del tiempo que se adapta al estilo
de vida personal. Evitar accidentes en el hogar debe ser una prioridad.
 Necesidad de pertenencia.
Es común experimentar este sentimiento en cualquier etapa de la vida. Los
adultos mayores se sienten parte de su entorno habitual, estrechamente
vinculados al lugar donde residen. Los paseos por el barrio les permiten
encontrarse con vecinos que conocen desde hace años, lo cual es muy
reconfortante para ellos.
Por eso, es crucial prevenir la incomunicación, el aislamiento y la soledad en los
ancianos. Para satisfacer estas necesidades básicas, es recomendable que
reciban visitas frecuentes de sus familiares directos y que mantengan un contacto
regular por teléfono. Incluso, una sorpresa ocasional a través de cartas puede
alegrarles el día. Además, en España, las personas mayores tienen acceso a una
amplia variedad de actividades de ocio.

 Necesidad de sentirse escuchado.


Durante este periodo se producen una serie de cambios sociales en la vejez. Uno
de los errores más frecuentes en el trato hacia los mayores es caer en
comportamientos que rozan la infantilización. Tus familiares, por muy mayores que
sean, merecen tener la libertad de tomar sus propias decisiones siempre que su
estado mental se lo permita.
Sabemos que el entorno más cercano desea su felicidad y bienestar. Pero es
esencial que él pueda formar parte de la toma de decisiones relacionadas con su
presente y su futuro. Tiene la necesidad de expresar sus preferencias y opiniones
y de que sean escuchadas por los demás.

 Adaptación al cambio.
El propio paso del tiempo puede crear nuevas circunstancias relacionadas con la
edad y el estado personal. Por ello, la adaptación al cambio es básica. La
aceptación de las propias limitaciones es clave para asegurar que las necesidades
de las personas mayores. Por el contrario, la nostalgia constante del pasado
impide disfrutar plenamente de las oportunidades del presente. Así, los familiares
cercanos deben apoyar a los mayores en este proceso de cambios psicológicos
en la vejez.

 Desarrollo personal.
Recuerda que llegar a una determinada edad no significa saber absolutamente
todo. El adulto mayor puede seguir aprendiendo valiosas lecciones de vida.
También es recomendable que el entorno más cercano escuche sus consejos y
experiencia vital. La lectura es una fuente de crecimiento en la tercera edad. Y,
también, una forma de acompañamiento. Cuando la persona tiene algún tipo de
dificultad en la visión, un amigo cercano puede leerle en voz alta.

 Descanso de calidad.
Un buen descanso repercute positivamente en el bienestar integral de la persona
mayor. La necesidad de descanso diario va más allá del sueño nocturno. También
significa disfrutar de una vida tranquila y libre de preocupaciones innecesarias. Por
ejemplo, es un momento en el que el mayor merece disfrutar de su propio tiempo
libre. Obviamente, es esencial que la persona mayor se alimente de forma
saludable. Este factor es clave para evitar posibles carencias nutricionales que
dificulte el cumplimiento de las necesidades descritas con anterioridad.

F) Riesgos de la vejez.
Las patologías que se ven presentes en este grupo de edad, conocidos como
síndrome geriátrico son: caídas, mal nutrición, deterioro cognitivo y demencias,
alteraciones sensoriales, depresión, problemas relacionados con los
psicofármacos. (Yanguas y Leturia 2001).
Todos los síndromes geriátricos mencionados anteriormente en su gran mayoría
requieren de un correcto manejo familiar evitando que el adulto mayor sufra
golpes, caídas o la mal nutrición, ya que esta es una etapa vulnerable a ciertos
cambios medio ambientales dados en los cambios fisiológicos que experimenta el
anciano.

Principales factores de riesgo en el adulto mayor


Los familiares del adulto mayor deben tener un conocimiento de cuáles son estas
patologías y saber las medidas preventivas de las mismas para esto deben
conocer las variedades que existen, cuales son crónicas y cuáles no, además de
cuales ellos están directamente relacionados:
Caídas: en diversos estudios se reporta que el 30 por ciento de las personas
mayores de 65 años y el 50 por ciento de más de 80 años se han caído aunque
sea una vez al año y con frecuencia en más de la mitad de estas personas se
caen repetidamente y como repercusiones pueden llevar a fatales consecuencias
y son causa de: fracturas, aumento de ayuda en actividades
cotidianas y el síndrome de poscaída. (Vega, Menéndez y Rodríguez, 2014).
Nutrición: un adecuado estado nutritivo en las personas mayores es imprescindible
para la calidad de vida de este grupo poblacional. Concretamente el déficit
proteico altera el mecanismo del organismo en forma y grado que todavía no son
conocidos del todo pero relacionado con la esperanza de vida que traen como
consecuencia el deterioro cognitivo, aparición de úlceras, anemia y deterioro en la
capacidad respiratoria citando algunos ejemplos. (Genua, 2001 y Orosa, 2017).
Deterioro cognitivo y demencias: caracterizado por el deterioro o la perdida de las
funciones intelectuales, es adquirida y compromete diferentes áreas de actividad
mental: memoria, lenguaje, habilidades visuoespaciales, personalidad, juicio y
etcétera. Dado en el deterioro de la actividad cognitiva se han establecido
categorías intermedias antes de llegar al síndrome demencial que son las
siguientes denominaciones: amnesia senil benigna, deterioro cognitivo relacionado
con la edad o fase preclínica de la enfermedad y el deterioro cognitivo o leve que
su diagnóstico precoz y seguimiento evolutivo es hoy de gran importancia en este
tema. (Vega, Menéndez y Rodríguez, 2014).
La familia debe estar presente en estos casos dado el deterioro cognitivo que
sufren estos pacientes. Esta enfermedad requiere de cuatro etapas de tratamiento,
pero en la que se ven involucrados los cuidadores es en el tratamiento general
evitando ruidos excesivos, manteniendo al anciano en una habitación con buena
iluminación, luz natural diurna y luz natural nocturna para la orientación espacial,
objetos tales como calendarios, objetos personales y reloj.
Como último el uso de psicofármacos en los adultos mayores hay cambios en la
farmacocinética del principio activo que modifica este grupo de edad ya que
existen ciertos cambios en los componentes químicos del organismo ejemplo
aumento del tejido adiposo, disminución del volumen plasmático entre otros
cambios como es la falta de albuminas que modifican la vida media del fármaco y
presenta además cierta sensibilidad a los fármacos que actúan sobre la psiquis
como son los ansiolíticos, antidepresivos y neurolépticos. (Organización Mundial
de la Salud, 2002).

G) Procesos involutivos del envejecimiento.


La mayoría de personas piensan que la vejez es una etapa caracterizada por el
declive en todas las funciones del organismo, incluyendo las de tipo cognitivo. No
obstante, la investigación revela que los cambios psicológicos en la memoria, la
inteligencia, la atención o la creatividad propios del envejecimiento no patológico
son menores de lo que creemos.

Cambios psicológicos que se dan en la vejez


Durante la edad avanzada tienen lugar cambios en la mayor parte de funciones y
procesos psicológicos. No obstante, a modo general podemos afirmar que estos
cambios no se producen de forma equivalente en todas las personas, sino que se
ven influidos de forma clave por factores como la salud física, la genética o el nivel
de actividad intelectual y social.

Nos focalizaremos en el análisis del desarrollo durante la tercera edad de cuatro


de los aspectos psicológicos más estudiados en este campo: las capacidades
atencionales, los distintos componentes de la memoria, la inteligencia (tanto la
fluida como la cristalizada) y la creatividad.

1. Atención
Si bien se ha identificado de forma clara un declive en el funcionamiento de los
procesos atencionales a lo largo de la vejez, estos cambios no se dan por igual en
todos los tipos de atención. Para entender el deterioro propio de esta etapa vital es
necesario describir en qué consisten la atención sostenida, la dividida y la
selectiva.

Hablamos de atención sostenida cuando una tarea requiere que mantengamos el


foco atencional fijo en un mismo estímulo durante un periodo de tiempo
relativamente prolongado. Las personas mayores son menos precisas al iniciar las
tareas, pero su grado de acierto no se reduce más que el de los jóvenes a medida
que pasa el tiempo.

En cambio, resulta mucho más marcado el deterioro de la atención dividida,


consistente en alternar el foco atencional entre distintas fuentes estimulares o
tareas. El grado de eficacia es más bajo cuanto mayor sea la dificultad y el número
de las tareas a través de las cuales se evalúe este tipo de atención.

La atención selectiva nos permite atender de forma prioritaria a determinados


componentes estimulares, por encima de otras experiencias perceptivas menos
relevantes. Las diferencias entre personas jóvenes y mayores sólo aparecen
cuando las tareas son difíciles y cuando es necesario ignorar una cantidad
importante de información irrelevante.

2. Memoria
La memoria sensorial, el más inmediato de los almacenes de memoria, muestra
generalmente un declive ligero como consecuencia del envejecimiento. La
memoria a corto plazo de tipo pasivo no parece verse afectada por la edad
excepto por un pequeño descenso en la velocidad de recuperación de la
información.

Por contra, diversos estudios longitudinales revelan que la memoria operativa o de


trabajo sí empeora a lo largo de la vejez, en especial a partir de los 70 años. Esto
se asocia a las dificultades para manejar los procesos atencionales que hemos
descrito en el apartado anterior.

En cuanto a la memoria a largo plazo, cuando el material es de tipo procedimental


o declarativo no se producen déficits asociados a la vejez. En cambio, los
recuerdos episódicos o autobiográficos se deterioran claramente a medida que la
edad avanza, si bien los de la segunda década de vida se mantienen más que los
del resto.

De forma resumida, podemos afirmar que el deterioro de la memoria no se asocia


a la vejez de forma directa sino a través de la aparición de déficits cognitivos de
intensidad patológica, lo cual no sucede en todas las personas. Por otra parte,
cuando los problemas de memoria son ligeros resulta relativamente sencillo
compensarlos con estrategias conductuales.

3. Inteligencia
A pesar de que se han encontrado diferencias en la inteligencia en función de la
edad, éstas son diferentes en función de si se investigan de forma transversal
(comparando dos grupos de edades diferentes en un mismo momento temporal) o
longitudinal (a lo largo del tiempo en los mismos individuos). Otro aspecto clave es
la distinción entre inteligencia fluida y cristalizada.

La inteligencia cristalizada, que hace referencia al conocimiento acumulado y a su


manejo, no deja de aumentar a lo largo de la vida, excepto si se padece un
trastorno mnésico. En cambio, la inteligencia fluida, asociada a la eficiencia de la
transmisión neuronal y otros factores biológicos, muestra un deterioro intenso al
menos desde los 70 años.

En este sentido cabe hacer una mención especial al fenómeno de la pérdida


terminal, que consiste en un deterioro muy intenso en las puntuaciones de CI en
los últimos 5-10 meses de vida a causa del declive físico. Como el resto de déficits
intelectuales derivados de la vejez, la pérdida terminal se asocia en mayor medida
a la inteligencia fluida que a la cristalizada.

4. Creatividad
La creatividad se define como la capacidad humana para generar ideas nuevas y
soluciones originales a través de la asociación entre contenidos mentales ya
existentes. En psicología se suele usar el concepto de “pensamiento divergente” o
“lateral” para hacer referencia a esta capacidad, en oposición al pensamiento
convergente o vertical, basado en la lógica.

Aunque las investigaciones en torno a la evolución de la creatividad en función de


la edad son escasas, sus resultados sugieren que se mantiene e incluso mejora
con el paso del tiempo en las personas que la ejercitan. No obstante, entre
quienes no son especialmente creativas tal capacidad es inferior en la vejez que
en edades más tempranas.

H) Características claves en la evaluación del adulto mayor.

La evaluación geriátrica completa estima específica y exhaustivamente las


habilidades funcionales y cognitivas, el apoyo social, el estado financiero y los
factores ambientales, y también la salud física y mental. Idealmente, el examen
regular de los pacientes ancianos debe incorporar numerosos aspectos de la
evaluación geriátrica completa, lo que determina que los dos abordajes sean muy
similares. Los resultados de estos exámenes se combinan con intervenciones
individualmente diseñadas (p. ej., rehabilitación, educación, asesoramiento,
servicios de apoyo).

El costo de la evaluación geriátrica limita su aplicación. En consecuencia, esta


evaluación puede usarse mejor sobre todo en adultos mayores con riesgo
elevado, como pacientes debilitados o con enfermedad crónica (p. ej.,
cuestionarios de salud por correo electrónico o entrevistas en el hogar o en puntos
de reunión). Los miembros de la familia también pueden solicitar una derivación
para la evaluación geriátrica. Sin embargo, en los Estados Unidos, el Annual
Wellness Examination se ofrece como un beneficio cubierto por Medicare, que
incluye los componentes principales de una evaluación geriátrica integral y
proporciona una evaluación detallada del riesgo para la salud y un plan de
prevención personalizado.

Esta evaluación puede aportar los siguientes beneficios:


 Avances en la atención y los resultados clínicos
 Mayor precisión diagnóstica
 Mejora en el estado funcional y mental
 Reducción de la tasa de mortalidad
 Disminución de la tasa de internación crónica y en hospitales de cuidados
agudos
 Mayor satisfacción con la atención
 Si el anciano está relativamente sano, una evaluación médica convencional
puede ser apropiada.

La evaluación geriátrica completa resulta más exitosa cuando está a cargo de un


equipo geriátrico interdisciplinario (típicamente, un geriatra, un enfermero, un
asistente social y un farmacéutico). En general, la evaluación se realiza en forma
ambulatoria. No obstante, los pacientes con trastornos físicos o mentales y los que
tienen enfermedades crónicas pueden requerir una evaluación con internación.

Dominios de evaluación
Los principales dominios evaluados son:
 Capacidad funcional: deben evaluarse las habilidades del paciente para
realizar las actividades de la vida cotidiana y las instrumentales. Las primeras
incluyen la alimentación, la vestimenta, el baño, el traslado de la cama a la silla
y el control de la vejiga y el intestino. Las actividades instrumentales de la vida
cotidiana permiten a las personas vivir en forma independiente e incluyen la
preparación de las comidas, la realización de las tareas del hogar, la toma de
medicamentos, las salidas, el manejo de las finanzas y el uso del teléfono.
 Salud física: la anamnesis y el examen físico deben evaluar los problemas más
frecuentes de los ancianos (p. ej., problemas visuales, auditivos, de
continencia, en la marcha y el equilibrio).
 Inteligencia y salud mental: existen varias pruebas de cribado validadas para
identificar la disfunción cognitiva (p. ej., examen del estado mental) y la
depresión (p. ej., Escala de depresión geriátrica, Escala de depresión de
Hamilton).
 Situación socioambiental: debe definirse la red de interacciones sociales del
paciente, los recursos de sostén social disponibles, las necesidades especiales
y la seguridad y la practicidad del entorno del paciente. Esta averiguación suele
estar a cargo de una enfermera o un asistente social. Estos factores influyen
sobre el abordaje terapéutico utilizado. Puede emplearse un cuadro para
determinar la seguridad en el hogar.

Los instrumentos estandarizados permiten que la evaluación de estos dominios


sea más fiable y eficaz (véase tabla Instrumento de evaluación geriátrica).
Asimismo, facilitan la comunicación de la información clínica entre los
profesionales de la salud y la monitorización de los cambios en la condición del
paciente con el paso del tiempo.
I) Tratamiento geriátrico características y objetivos.

Antes de iniciar un tratamiento o realizar una prueba de diagnóstico compleja,


deben compararse los posibles efectos adversos con los beneficios potenciales en
el contexto de los deseos y los objetivos del paciente en particular. Los
profesionales de la salud siempre deben preguntarse lo siguiente:

¿Cómo afectarán los resultados del tratamiento o la prueba diagnóstica la calidad


de vida de este paciente?

¿Las decisiones que se toman sobre la base de estos resultados coinciden con los
objetivos de atención de este paciente?

Los posibles efectos adversos son los siguientes:


 Muerte
 Complicaciones, incluyendo fatiga prolongada y discapacidad
 Malestar
 Inconveniencia
 Coste
 Necesidad de otras pruebas o tratamientos

Los posibles beneficios son los siguientes:


 Curación
 Prolongación de la vida
 Reducción de la velocidad de progresión de la enfermedad
 Mejoría funcional
 Alivio sintomático
 Prevención de las complicaciones

Cuando los tratamientos tienen altas probabilidades de resultar beneficiosos y muy


bajas probabilidades de generar efectos adversos, la decisión es relativamente
sencilla. Sin embargo, la evaluación de la importancia relativa de estos factores
asociados con la calidad de vida en cada paciente es relevante si se tienen en
cuenta los efectos discordantes que pueden producir los tratamientos. Por
ejemplo, una terapia agresiva para el cáncer puede prolongar la vida pero
ocasionar efectos adversos graves (p. ej., náuseas y vómitos crónicos, úlceras en
la boca) que afecten de manera notable la calidad de vida. En ese caso, la
preferencia del paciente en relación con la calidad y la duración de la vida y su
tolerancia al riesgo y la incertidumbre pueden ayudar a guiar la toma de decisiones
acerca de la toma de medidas para intentar la curación, la prolongación de la vida
o la indicación de medidas paliativas.

La perspectiva del paciente acerca de la calidad de vida también puede afectar la


selección de un tratamiento cuando varias terapias distintas (p. ej., cirugía frente a
medicamentos para la angina grave o la artrosis) pueden tener diversos grados de
eficacia o toxicidad. Los profesionales de la salud pueden ayudar a los pacientes a
comprender las consecuencias esperadas de los diversos tratamientos con el fin
de que puedan tomar decisiones mejor informados. Las discusiones que ayudan a
aclarar las alternativas deben involucrar la toma de decisiones compartida, que
debe tener en cuenta las preferencias de cada paciente; el lenguaje y los
conceptos deben adaptarse a las capacidades cognitivas de cada paciente.
En el momento de predecir la toxicidad y los beneficios de los diversos
tratamientos, los profesionales de la salud deben considerar las características
específicas de cada paciente más que su edad cronológica aislada. En general, la
edad cronológica del paciente es irrelevante al decidir entre varios tratamientos u
objetivos terapéuticos distintos. Sin embargo, la expectativa de vida puede afectar
la selección del tratamiento. Por ejemplo, los pacientes con expectativa de vida
limitada pueden no vivir lo suficiente para beneficiarse con un tratamiento agresivo
de una enfermedad que avanza lentamente (p. ej., prostatectomía radical para un
cáncer de próstata localizado de crecimiento lento).

No obstante, la calidad de vida siempre es importante e independiente de la


expectativa de supervivencia. En consecuencia, los tratamientos invasivos que
pueden mejorar la calidad de vida (p. ej., reemplazo articular, cirugía de derivación
de arteria coronaria) no deben descartarse en forma automática en pacientes con
expectativa de vida limitada. De manera similar, se debe considerar la suspensión
de la prescripción de medicamentos cuando los riesgos del tratamiento superan
los beneficios debido a los cambios en los objetivos de la atención (p. ej.,
suspender una estatina utilizada para reducir las concentraciones de colesterol en
un paciente ingresado en un centro de cuidados paliativos). Por último, debe
proporcionarse la atención necesaria para mejorar o mantener la calidad de vida
de una persona mientras sea compatible con sus objetivos de atención.

J) Grupos gerontológicos.
Considerando que es muy amplio el rango de edad al catalogar como viejos a
todos los mayores de 60 años, se clasifican viejos-jóvenes a las personas de 60 a
74 años; viejos-viejos a los de 75 a 84 años; viejos-longevos a los de 85 a 99 años
y centenarios a los de 100 años y más, ya que las condiciones físicas,
psicológicas y sociales son muy distintas cuando se compara a una persona de 60
años con otra de 90 o 100. En este sentido, dicha agrupación permite implementar
programas colectivos de intervención social y comunitaria diferenciados. Por otro
lado, se ha reconocido el capital social que representa la población de ancianos,
sobre todo el grupo de viejos-jóvenes, para su participación en programas de
envejecimiento activo, ya que más del 80% de ellos es funcional y sano desde el
punto de vista gerontológico.

Referencias consultadas:
1. Arturo Torres. (2017, agosto 10). Los 4 cambios psicológicos en la vejez (memoria,
atención, inteligencia, creatividad). Portal Psicología y Mente.
https://psicologiaymente.com/inteligencia/cambios-psicologicos-en-vejez
2. Arturo Torres. (2017, agosto 18). Las 3 fases de la vejez, y sus cambios físicos y
psicológicos. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/psicologia/fases-
de-vejez
3. Recuperado de: https://blogs.ugto.mx/enfermeriaenlinea/unidad-didactica-1-
introduccion-a-la-gerontologia-y-geriatria/
4. Recuperado de: https://repositorio.unan.edu.ni/id/eprint/3947/1/TEXTO%20BASICO
%20DE%20GERIATRIA%20Y%20GERONTOLOGIA.pdf
5. Recuperado de: https://concepto.de/etapas-del-desarrollo-humano/#ixzz8myrQ4R8b
6. Recuperado de: https://blogs.ugto.mx/enfermeriaenlinea/unidad-didactica-1-
introduccion-a-la-gerontologia-y-geriatria/
7. Recuperado de: https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/7909860.pdf
8. Recuperado de:
https://www.msdmanuals.com/es-es/professional/geriatr%C3%ADa/envejecimiento-y-
calidad-de-vida/objetivos-terap%C3%A9uticos-en-adultos-mayores
9. Recuperado de: http://inger.gob.mx/pluginfile.php/96260/mod_resource/content/355/
Archivos/C_Promocion/Unidad_1/Lecturas_Complementarias/Envejecimiento%20y
%20vejez.pdf

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