Imágenes y Símbolos
Imágenes y Símbolos
Imágenes y Símbolos
Imgenes y Smbolos
Mircea Eliade
ndice
1.- ............Introduccin .......................................................................................3 2.- ............Metodologa de Trabajo .....................................................................4 3.- ............Quin fue Mircea Eliade?.................................................................5 4.- ............Prlogo ..........................................................................................8 5.- ............Simbolismo del Centro ............................................................. 12 6.- ............Simbolismo indios del Tiempo y de la Eternidad .......................... 18 7.- ............El Dios ligador y el Simbolismo de los nudos ............................... 22 8.- ............Apuntes sobre el simbolismo de las Conchas .............................. 29 9.- ............Historia y Simbolismo .................................................................. 33 10.- ..........Bibliografa....................................................................................... 37
(1) Introduccin
Hablar de Eliade es sinnimo de Buda, Tao, Yoga.... Con esta premisa comenc a leer el verano pasado El mito del eterno retorno para, en primer lugar, corroborar o refutar tal aseveracin y, en segundo lugar, adentrarme en el mundo antropolgico de la religin por no otros motivos que intereses personales. La lectura de esta segunda obra, a la luz de una bombilla y no ya bajo el sol y sobre la arena de la primera, han abierto una perspectiva ms amplia de este autor y de su obra que, no por ello, tiene como denominador comn las civilizaciones orientales. Creo que intentar seguir con Mircea de acompaante de viaje en lo sucesivo, junto con Evans-Pritchard, Frazer, Malinowski...
La lectura detallada de la obra Imgenes y Smbolos ha constituido el primer paso para descubrir el mundo de las imgenes y de los smbolos segn este autor. Para un lector, tanto especializado como nefito, ir a aquellos aspectos ms relevantes de sus escritos, tratados sistemticamente en una estructura lo ms didctica posible... que muestren cul es el pensamiento, cul es la ideologa, cules son las teoras, cul es el ideario cientfico... que propugna y defiende, es uno de los fines de este documento a medio camino entre la sntesis, el resumen, la recesin, la investigacin... Dentro de esta metodologa de trabajo, he pretendido dar a conocer algunos aspectos biogrficos de autores que, no por repetidos mecnicamente hasta la saciedad en Antropologa, no dejan de ser desconocidos en cuanto a sus vivencias, a sus obras, a sus milagros... Todo ello se plasma en forma de tomo y de bits de la siguiente manera.
Nacido en Bucarest, siendo un adolescente de catorce aos public su primer artculo: "Como descubr la piedra filosofal", donde, segn afirma Lluis Duch1 ya se encuentra un aspecto importante de su vida y obra posteriores: la puesta en relieve del aspecto diurno y el nocturno de la existencia humana, que ms adelante resumir mediante la frmula de Nicols de Cusa: coincidentia oppositorum. A partir de ah comenzar tanto su obra literaria y erudita como sus contribuciones referidas al mbito simblico y tradicional en general, tanto en publicaciones peridicas como en sus libros, algunos de ellos nacidos de sus cursos y seminarios.
A los veinte aos, su primer viaje a Italia y la influencia sobre todo de Pico della Mirandola ser un paso que lo llevar a la India (a las fuentes "abandonadas, olvidadas"). Estudia snscrito y anlisis textual (yoga-sutras y tantras) en Calcuta casi dos aos con el profesor Dasgupta gracias a una beca del maharaj de Kassimbazar, hasta que un malentendido con el primero (se enamora de su hija, una brahmin a la que no estaba permitido casarse con un extranjero) lo lleva al Himalaya occidental, donde practicar seis meses el yoga en Rishikesh con swami Sivananda adems de visitar a varios yoguis y conversar con peregrinos. Ms tarde dir que "una seguridad le acompaa siempre: pase lo que pase, siempre habr en el Himalaya una cueva que le espera". Obtiene el doctorado en filosofa por la Universidad de Bucarest en 1933 con la tesis "La historia comparada de las tcnicas del yoga" y a partir de ah dar clases tambin en la Escuela de Altos Estudios de la Sorbona en Pars y en la Universidad de Chicago, donde fue nombrado en 1956 "visiting professor" de historia de las religiones y al ao siguiente profesor titular y director de ese departamento del que surgirn con el tiempo numerosos estudiosos que seguirn esa obra en otras universidades de Estados Unidos. Dio conferencias en Amrica y Europa y asisti a numerosos congresos internacionales sobre orientalismo e historia de las religiones, sobre todo en esta ltima, as como en Japn donde se dice hay gran inters por su obra, y fue distinguido con diversos ttulos y premios entre los cuales el de "doctor honoris causa" por las universidades de Yale, La Plata (Argentina), Loyola (Chicago) Lancaster, Pars-Sorbona, y nombrado corresponsal de la British Academy, la Academia austraca de ciencias y la Academia real de Blgica. Fund las revistas Zalmoxis (1939-1940-1944) donde colabor A. K. Coomaraswamy, Antaios (Stuttgart 1961-1972) e History of Religions (Chicago 1961) y tom parte en las conferencias "Eranos" en Ascona (Suiza) junto con C. G. Jung, G. van der Leeuw, Louis Massignon, etc. as como en Pars conoci a Georges Dumzil, Henry Corbin y al P. Jean Danilou entre otros.
Sobre l y su trabajo se han publicado muchas obras, entre ellas el amplio cuadernohomenaje Mircea Eliade, dirigido por Constantin Tacou. En castellano se encuentran traducidos entre otros Yoga, inmortalidad y libertad; Lo sagrado y lo profano; El mito del eterno retorno; Iniciaciones msticas; Imgenes y smbolos; Mito y realidad; Mitos, sueos y misterios; Historia de las creencias... tomos II y IV, Herreros y alquimistas, Mefistfeles y el Andrgino; as como obras autobiogrficas: Fragmentos de un diario; Memoria: 1. Las promesas del equinoccio; y tambin La Prueba del Laberinto (conversaciones con Cl.-H. Roquet, que incluye bibliografas completas). Entre sus novelas se suelen destacar Maitreyi (La nuit bengali), Fort interdite y Le vieil homme et l'officier. Sigui una carrera pareja con la literatura, publicando ms de veinte obras de distinto tipo aparte de sus estudios tradicionales. Este autor afirma, con respecto a Gunon y Evola, que l no escriba para iniciados, sino para el pblico de sus das. Sin embargo le mandaba todos los libros a Gunon el cual como l mismo dice en alguna de sus reseas pensaba que Eliade era tmido en manifestar sus convicciones. M. Eliade quera llevar todo esto al plano universitario y reclamar estas ideas desde el punto de vista de la Cultura; es decir ha tendido un puente entre la Ciencia Sagrada y las imgenes ms o menos "cultas" del mundo moderno. Mircea Eliade ha reivindicado lo arcaico, lo primitivo, como Gunon no lo hace; ste lo seala en numerosas oportunidades aunque parecera que no ha tenido el tiempo suficiente para completar los innumerables temas que componen su obra que, con una generosidad sin lmites se amplan hacia todos los mbitos que conoce corriendo el riesgo de que la proyeccin de su pensamiento no encuadre siempre en los lmites de lo universitario. M. Eliade se ha puesto en otra perspectiva y la desarrolla, la hace presente a travs de una sntesis que arroja su luz y que es capaz de fundamentar la investigacin en la Tradicin Unnime. Sobre todo porque jams deja de tener en cuenta el punto principal, es decir la idea de un orden fundamentada en un centro.
(4) Prlogo
La importancia que tiene el simbolismo para el pensamiento arcaico, as como el papel fundamental que desempea en cualquier sociedad tradicional, es uno de los puntos revelados por los investigadores sistemticos. A esto se aade la reaccin contra el racionalismo, el positivismo y el ciencismo del siglo XIX que han caracterizado el segundo cuarto del siglo XX. Sorprende que de toda la espiritualidad europea moderna tan slo dos mensajes interesen realmente a los mundos extraeuropeos:
el cristianismo y el comunismo.
Los dos, de modo distinto y en planos netamente opuestos, son doctrinas de salvacin, y, por tanto, aprehenden los smbolos y los mitos dentro de una escala que slo tiene par en la humanidad extraeuropea. El etnlogo del siglo XXI ha comprendido la importancia que el simbolismo tiene para el pensamiento arcaico, y a la vez su coherencia intrnseca, su validez, su audacia especulativa, su nobleza.
Smbolo, mito, imagen, pertenecen a la sustancia de la vida espiritual; que pueden camuflarse, mutilarse, degradarse, pero jams extirparse.
El smbolo revela ciertos aspectos de la realidad los ms profundos que se niegan a cualquier otro medio de conocimiento. Imgenes, smbolos, mitos, no son creaciones irresponsables de la psique; responden a una necesidad y llenan una funcin: dejar al desnudo las modalidades ms secretas del ser. Los sueos, los ensueos, las imgenes de sus nostalgias, de sus deseos, de sus entusiasmos, etc., son otras tantas fuerzas que proyectan al ser humano, condicionando histricamente, hacia un mudo espiritual infinitamente ms rico que el mundo cerrado de su momento histrico. La atraccin que experimenta el nio por la madre, y el corolario de esta atraccin, el complejo de Edipo2, no son escandalosos ms que en la medida en que se traducen en
Preocupado por la sucesin, ya que su esposa Yocasta no haba tenido hijos, Layo el rey de Tebas consult al orculo de Delfos. ste le dijo que se considerase afortunado, porque de tener un hijo con Yocasta, este seria el causante de la muerte de su padre. Al instante l repudi a su mujer, que no obstante logr unirse con l embriagndolo. Nueve meses ms tarde naci un hijo, pero su padre lo expuso en el monte Citern tras agujerearle los pies con un clavo y atarlos con una cuerda. Recogido por un pastor que lo llam pie hinchado, lo cual recuerda al hroe galo Dylan, cuyo nombre significa hijo de la mar hinchada", el nio fue llevado ms tarde a la corte del rey Plibo de Corinto. Segn otra versin fue encerrado en un cofre, que flotando en el mar arrib a Sicin, donde lo recogi la esposa de Plbo e hizo creer que era hijo suyo. Siendo ya adulto, un compaero le revel que era hijo adoptivo. pero se lo desminti la reina Peribea, a la que siempre haba tenido por madre; deseoso de aclarar su porvenir consult a la Pitia y sta le repiti la horrible prediccin que haba escuchado Layo: Matars a tu padre y desposars con tu madre. Espantado, Edipo decidi no regresar jams a Corinto y se encamin hacia la Beocia. En el desfiladero por donde se iba a Delfos, Edipo, que caminaba a pie, se tropez con el carro de Layo, que iba a consultar el orculo para que le dijera cmo librarse de la Esfinge. Por orden de Layo, el auriga Polifontes le mand con arrogancia que se apartase y lo atropell; entonces el enfurecido Edipo mat de un lanzazo al auriga, los caballos se desbocaron y el rey Layo, enredado en las riendas, fue arrastrado y muri. De esta manera se realizaba la primera parte de la prediccin. Cerca de Tebas, le sali al paso la Esfinge y Edipo la venci al resolver su enigma. Recibido como un salvador en Tebas por haberla librado del monstruo que la oprima, e ignorando que la reina fuese su madre, Edipo despos con ella y se hizo rey, con lo que se cumpli el resto de la prediccin de la Pitia. De la unin nacieron dos hijos, Eteocles y Polinices, y dos hijas, Antgona e Ismene. Algn tiempo despus se abati sobre la ciudad una peste y Tiresias. el adivino ms clebre de Grecia, anunci que el mal no se disipara hasta que expulsaran al matador de Layo. Edipo, que todava ignoraba quin era el anciano a quien haba muerto en el desfiladero, maldijo al culpable. Pero conforme Tiresias fue aadiendo detalles, comprendi toda la verdad. Yocasta no pudo soportar la vergenza y se ahorc. Edipo, consumido por los remordimientos, se sac los ojos y anduvo errante de una ciudad griega a otra, mendigando para sobrevivir. Finalmente lleg a Colona, en el tica, donde lo mataron las Furias (segn Homero, tuvo un final glorioso en el campo de batalla). Sin embargo los filsofos griegos. mucho menos respetuosos con sus propias leyendas que los admiradores de otras pocas futuras, ya se haban dedicado a corroer el mito; Digenes (citado por Din Crisstomo) aseguraba que Edipo haba sido el responsable de sus propias desgracias por proclamarlas a los cuatro vientos en vez de disimularlas de algn modo, como habra hecho un hombre prudente.
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cuanto tales, en vez de presentarse, como debe hacerse, en tanto que Imgenes, ya que la Imagen de la Madre es lo que es verdad, y no de sta o aquella madre hic et nunc, como dejaba entender Freud3. La Imagen de la Madre es lo que revela la que slo puede revelar su realidad y sus funciones a la vez:
!" cosmolgicas, !" antropolgicas y !" psicolgicas.
El hombre ms realista vive de imgenes, no desapareciendo jams los smbolos de la actualidad psquica: los smbolos pueden cambiar de aspecto; su funcin permanece la misma. Se trata slo de descubrir sus nuevas mscaras. Para asegurar su supervivencia, las Imgenes se han hecho familiares.
El tema fue recogido por el psicoanlisis para su descripcin del conflicto edpico en la evolucin psquica del nio entre los 3 y los 6 aos de edad, etapa normal y muy importante que determina las imgenes paterna y materna, as como la futura sexualidad; mal resuelto, se prolonga en el complejo de castracin, de donde resultan diversas anomalas psquicas. Por simetra se dio en llamar complejo de Electro a la evolucin homloga en las nias. Freud, Sigmund (1856-1939), mdico y neurlogo austriaco, fundador del psicoanlisis. Freud naci en Freiberg (actual Prbor, Repblica Checa), el 6 de mayo de 1856 y se educ en la Universidad de Viena. Cuando apenas tena tres aos, su familia, huyendo de los disturbios antisemitas que entonces se producan en Freiberg, se traslad a Leipzig. Poco tiempo despus, la familia se instal en Viena, donde Freud residi la mayor parte de su vida. Cuando los nazis ocuparon Austria, en 1938, Freud se traslad con su familia a Londres, donde falleci el 23 de septiembre de 1939. La principal contribucin de Freud fue la creacin de un enfoque radicalmente nuevo en la comprensin de la personalidad humana, al demostrar la existencia y poder de lo inconsciente. Adems, fund una nueva disciplina mdica y formul procedimientos teraputicos bsicos que, ms o menos modificados an se aplican, en el tratamiento mediante psicoterapia de las neurosis (y, parcialmente, de las psicosis). Aunque nunca conoci en vida un reconocimiento unnime, y ha sido a menudo cuestionado desde entonces, Freud es indudablemente uno de los grandes pensadores del mundo contemporneo. Entre otros de sus trabajos habra que destacar Ttem y Tab (1913), Ms all del principio del placer (1920), Psicologa de masas (1920), El yo y el ello (1923), El malestar en la cultura (1930), El porvenir de una ilusin (1927), Introduccin al psicoanlisis (1933), y Moiss y el monotesmo (1939).
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C. G. Jung4 y otros autores han mostrado hasta dnde los dramas del mundo moderno proceden del profundo desequilibrio de la psique -tanto de la vida individual como de la colectiva-, provocado, en gran parte, por la creciente esterilizacin de la imaginacin. El historiador de las religiones se halla calificado como nadie para dar un avance dentro del conocimiento de los smbolos; posee documentos a la vez ms completos y ms coherentes que aquellos que tienen a su disposicin el psiclogo o el crtico literario; proceden de las propias fuentes del pensar simblico. Aurora Echevarria (1990), advierte de las fuentes utilizadas en cualquier investigacin: ...los (datos) histricos con frecuencia son muy incompletos y dicen poco sobre los orgenes de las instituciones, y los (datos) antropolgicos responden a descripciones de los tres o cuatro ltimos siglos y no pueden tomarse como testimonio de los primeros tiempos de la humanidad5. En la historia de las religiones es donde se hallan los arquetipos; psiclogos y crticos literarios no tratan sino con variantes aproximativas de estos arquetipos.
Jung, Carl Gustav (1875-1961), psiquiatra y psicoanalista suizo, fundador de la escuela analtica de la psicologa. Jung realiz una variacin sobre la obra de Sigmund Freud y el psicoanlisis, interpretando los problemas mentales como un modo patolgico de procurar la autorrealizacin personal y espiritual. Nacido en 1875, en Kesswil, Suiza, hijo de un pastor protestante lo que marc su tendencia al misticismo, durante su infancia solitaria desarroll inclinacin por los sueos y las fantasas que influy significativamente en su trabajo adulto. Tras graduarse en medicina en 1902 por las universidades de Basilea y de Zrich, con un amplio bagaje intelectual en biologa, zoologa, paleontologa y arqueologa, comenz sus trabajos sobre las asociaciones verbales: las respuestas de un paciente a unas palabras estmulo ponan de manifiesto lo que Jung llam 'complejos'. Estos estudios le daran renombre internacional, llevndole adems a un periodo de estrecha colaboracin con Freud. Sin embargo, con la publicacin de Transformaciones y smbolos de la libido (1912), se separ del maestro y de su interpretacin sexual de la libido, para establecer un estrecho paralelismo entre los mitos arcaicos y las fantasas psicticas, explicando las motivaciones humanas en trminos de energa creativa. Dos aos despus, abandon la presidencia de la Sociedad Internacional Psicoanaltica para fundar un movimiento denominado psicologa analtica. Durante los 50 aos restantes de su vida, Jung se dedic a desarrollar sus teoras, desplegando una amplia erudicin en mitologa e historia, y viajando a conocer diversas culturas (en Nuevo Mxico, India, o Kenya), adems de trabajar sobre los sueos y fantasas de su infancia. En 1921 public otra de sus principales obras, Tipos psicolgicos, donde trata la relacin entre lo consciente y lo inconsciente proponiendo la distincin de tipos de personalidad extrovertida-introvertida, despus tan popular. Por ltimo, hizo una distincin entre el inconsciente individual y el 'inconsciente colectivo', que, segn l, contena sentimientos, pensamientos y recuerdos que condicionaban a cada sujeto (desde su nacimiento, y no por influencia cultural aprendida), incluso en su forma de simbolizar los sueos. El inconsciente colectivo contendra 'arquetipos', imgenes primitivas, primordiales, a las que se recurre en situaciones como la confrontacin con la muerte, o la eleccin de una pareja, y que se manifiestan en los elementos culturales como la religin, los mitos, los cuentos de hadas, y otras leyendas populares. El enfoque teraputico de Jung se diriga a reconciliar los distintos estados de la personalidad, que l no slo divida en extroversin versus introversin, sino entre sensacin versus intuicin o sentimiento versus pensamiento. Comprendiendo cmo se integra el inconsciente personal con el colectivo, el paciente alcanzara un estado de individualizacin, o totalidad en s mismo. Jung escribi numerosas obras, en especial sobre los mtodos analticos y las relaciones entre psicoterapia y creencias religiosas. Muri en 1961 en Ksnacht, Suiza. Primera parte: Aproximacin a los estudios interculturales; 1- La comparacin etnogrfica de base estadstica; 1.2- La crtica de Boas; pgina n 24.
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Muchos historiadores de la religiones se hallan tan absorbidos por su especialidad propia, que saben poco sobre los mitos griegos o egipcios, sobre el mensaje de Buddha, sobre las tcnicas taostas chamnicas... Confinado dentro de un tema, por fuerza limitado, muchas veces el historiador de las religiones tiene la sensacin de haber sacrificado la magnfica carrera espiritual, que so en su juventud, en aras de un deber de probidad cientfica. Una parte de su pblico intenta satisfacer su curiosidad legtima leyendo muy malos libros sobre el misterio de las Pirmides, los milagros del Yoga, las revelaciones primordiales o la Atlntida; en resumen, muestra inters por la espantosa literatura de los diletantes, de los neo espiritualistas o de los pseudo oculistas. La historia de las religiones se sigue confundiendo hoy con la antropologa, la etnologa, la sociologa, la psicologa religiosa e incluso con el orientalismo. Los historiadores de las religiones han sido positivas, empiristas, racionalistas o historicistas, y algunos continan sindolo todava. La situacin se ofrece en nuestros das del modo siguiente: progreso considerable en la informacin, gravado por una excesiva especializacin, e incluso por el sacrificio parcial de nuestra vocacin. Se ha olvidado este hecho esencial: que en la expresin historia de las religiones el acento no debe pesar sobre la palabra historia, sino sobre la palabra religin. Este mismo inters ha sido suscitado por los descubrimientos del psicoanlisis y de la psicologa profunda, en primer lugar, por la obra del profesor Jung. En efecto, pronto se ha reconocido que el enorme campo de la historia de las religiones era una mina de elementos de comparacin inagotables con un respecto al comportamiento de la psique individual o colectiva, comportamiento estudiado por los psiclogos y los analistas.
En resumen, las dificultades que hoy es preciso superar son las siguientes:
a) parte, Por una parte reconocido el prestigio que tiene una historiografa objetiva, cientfica, el historiador de las religiones se ve forzado a mantenerse frente a las objeciones que puedan dirigirse al historiador en cuanto tal. parte, Por otra parte hay obligacin de responder al desafo que acaba de lanzar la psicologa en general, y en primer lugar la psicologa profunda, que, al empezar a trabajar directamente sobre materiales histrico religiosos, propone hiptesis de trabajo ms felices, ms frtiles o, en todo caso, ms sugestivas que las habituales entre los historiadores de las religiones.
b)
Hay derecho a generalizar y a sistematizar, a hablar, en general, de ritos de inmortalidad o de smbolos del Centro. Cuando el Hijo de Dios se encarn y fue el Cristo, hubo de hablar arameo; no poda comportarse ms que como un hebreo de su tiempo, y no como un yoghi, un taosta o un chamn. Lo que distingue a un historiador de las religiones de un historiador es que el primero debe habrselas con hechos que, si bien son histricos, revelan un comportamiento que supera con mucho los comportamientos histricos del ser humano.
El historiador de las religiones olvida con excesiva frecuencia que ha de habrselas con un comportamiento humano arcaico e integral, y que, por consiguiente, su papel no habr de reducirse al sealamiento de las manifestaciones histricas de este comportamiento; ha de tender, tambin, a penetrar ms profundamente estas significaciones y sus articulaciones. El historiador de las religiones ha de plantearse otros problemas: Por qu han podido difundirse tal mito y tal smbolo? Qu revelan? Por qu algunos detalles incluso muy importantes se perdieron durante la difusin mientras otros perduraron? En fin de cuentas, A qu responden estos mitos y estos smbolos para haber tenido semejante difusin?.
Difundidos o descubiertos espontneamente, smbolos, mitos y ritos revelan siempre una situacin lmite del hombre, y no solamente una situacin histrica; situacin lmite, es decir, aquella que el hombre descubre al tener conciencia de su lugar en el Universo. Al considerar al hombre no slo en tanto que ser histrico, sino tambin en tanto que smbolo vivo, la historia de las religiones podra convertirse en un metapsicoanlisis. Porque llevara a un despertar y a una nueva toma de conciencia de smbolos y de arquetipos arcaicos, vivos o fosilizados, en las tradiciones religiosas de la humanidad entera. A travs del estudio de la tradiciones religiosas, el hombre moderno:
#" no encontrar tan slo un comportamiento arcaico, #" tendra conciencia de la riqueza espiritual que semejante comportamiento implica.
Siempre con ayuda de la historia de las religiones, el hombre moderno podra volver a encontrar el simbolismo de su cuerpo, que es un anthropo cosmos.
Las sociedades arcaicas y tradicionales conciben el mundo como un microcosmos. En los lmites de este mundo cerrado comienza el campo de lo desconocido, de lo no formado. Para el mundo arcaico en general, los enemigos que amenazan la microcosmos eran peligrosos no slo en cuanto a seres humanos (como tales), sino porque encarnaban potencias hostiles y destructoras. El simbolismo arcaico no halla ninguna dificultad en la asimilacin del enemigo humano al Demonio o a la Muerte. En fin de cuentas, el resultado de sus ataques, sean demonacos o militares es siempre el mismo:
!" ruina, !" desintegracin, !" muerte...
Todo microcosmos, toda regin habitada tiene lo que podra llamarse un Centro, es decir, un lugar sagrado por excelencia. Aqu, en este Centro, lo sagrado se manifiesta de modo total, sea en forma de hierofanas elementales, sea bajo la forma ms elevada de epifanas directas de los dioses, como en las civilizaciones tradicionales. Para cada uno de estos microcosmos pueden existir diversos centros. Todas las civilizaciones orientales Mesopotamia, India, China, etc. conocen un nmero ilimitado e Centros. Y an ms: cada uno de estos Centros se considera, y an se denomina literalmente, Centro del Mundo. Es pues que en las culturas que conocen la concepcin de las tres regiones csmicas:
$" Cielo, $" Tierra, $" Infierno...
...el Centro constituye el punto de interseccin de estas regiones. Slo los hombres medicina, los chamanes, los sacerdotes y los hroes o los soberanos logran reestablecer, de modo pasajero y slo para su propio uso, las comunicaciones con el Cielo.
El smbolo de una Montaa, de un rbol o de un Pilar situados en el Centro del Mundo se halla extraordinariamente extendido. La creacin del hombre, ha tenido lugar paralelamente en un punto central, en el Centro del Mundo. Segn la tradicin mesopotmica, el hombre fue hecho en el ombligo de la Tierra. El Paraso era el Ombligo de la Tierra, y, segn una tradicin siria, estaba asentado sobre una montaa ms alta que todas las dems.
La variante ms extendida del simbolismo del Centro es el rbol Csmico, que se halla en medio del Universo, y que sostiene como un eje los tres Mundos. Este rbol es conocido por:
...bajo formas diferentes, conocen este rbol Csmico, cuyas races se hunden hasta los Infiernos y cuyas ramas tocan el Cielo. Todos lo rboles sagrados han de hallarse en el Centro del Mundo, y todos los rboles rituales o los postes, que se consagran antes o durante cualquier ceremonia religiosa, son como proyectados mgicamente al Centro del Mundo.
No slo los templos se consideraban sitio en el Centro del Mundo, sino que todo lugar sagrado, todo lugar que manifestaba una insercin de lo sagrado en el espacio profano, se consideraba tambin como un centro.
Estos espacios sagrados tambin podran construirse. Pero su construccin era en cierto modo una cosmogona, una creacin del mundo. En la medida en que los antiguos lugares sagrados, templos o altares, pierden su eficacia religiosa, se descubren y se aplican otras formas geomnticas, arquitecturales o iconogrfias, que representan en definitiva, y a veces de un modo sorprendente, el mismo simbolismo del Centro. La construccin y la funcin del mandala6 tiene relacin con el crculo. Las traducciones tibetanas lo traducen tanto por centro como por lo que rodea. En realidad, un mandala representa una serie de crculos, concntricos o no, inscritos en un cuadrado; en este diagrama, trazado sobre la Tierra por medio de hilos de color o de polvo de arroz coloreado, vienen a ocupar su puesto las distintas divinidades del panten tntrico. Estos mandalas pueden ser de dos clases:
Una construccin puramente mental, que desempea el papel de soporte de la meditacin. Una identificacin del mandala en su propio cuerpo.
No conviene concluir sin recordar un mito europeo que, aun cuando slo de manera indirecta concierne al simbolismo y a los ritos del Centro, concurre a integrarlos dentro de un simbolismo todava ms amplio. Se trata de la leyenda de Parsifal7 y del Rey Pecador.
Mandala (en snscrito, crculo), en el hinduismo, en el tantra budista y en el budismo esotrico, diagrama cosmolgico utilizado como foco y gua de la meditacin. El mandala constituye una representacin del universo y el orador ha de introducirse, concentrndose de forma paulatina en cada uno de sus estados y absorbiendo la lgica de su forma, de fuera hacia dentro. Los tantras budistas describen gran nmero de mandalas, adecuados a diferentes tipos de personas, aunque su estructura es idntica. El budismo esotrico japons utiliza dos clases de mandalas, el Mundo del tero y el Mundo del Diamante, correspondientes a dos tcnicas de meditacin: la primera ensancha la atencin, y la segunda la concentra. Los mandalas del buda Vairocana, muy corrientes en las categoras del tantra budista, muestran una gran profusin de budas celestiales, as como la naturaleza ltima de la realidad. Existen numerosas reproducciones pictricas e iconogrficas de mandalas, desde pergaminos polcromos hasta el enorme monumento o piedra gigante de Borobudur (Java), pasando por las increbles pinturas de arena del budismo tibetano. Parsifal, personaje mtico asociado a la leyenda del rey Arturo. Parsifal, o sir Perceval, aparece en primer lugar, como un caballero consagrado a la bsqueda del Santo Grial, en la coleccin de cuentos galeses conocida como Los Mabinogion, que se basa en leyendas anteriores. La primera obra dedicada enteramente a la leyenda de Parsifal es Perceval o la Historia del Grial del poeta francs del siglo XII Chrtien de Troyes, poema inacabado en el que Parsifal encuentra el Grial y cura a su guardin agonizante. En Parzival, poema pico del poeta alemn del siglo XIII Wolfram von Eschenbach, la historia adquiere una forma ms precisa y en ella se bas el compositor alemn Richard Wagner para crear su pera Parsifal. La Morte d Arthur, del escritor ingls del siglo XV Thomas Malory, describe un Parsifal caballero de la Tabla Redonda del rey Arturo que, con sir Galahad y sir Bors, encuentra el Santo Grial.
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En muchas culturas, la visin del Tiempo infinito, del ciclo sin fin de las creaciones y de las destrucciones de los Universos, en ltima instancia, del mito del retorno eterno, es valorizado como:
El mito del Tiempo cclico, es decir, de los ciclos csmicos que se repiten hasta el infinito, no es invencin de la especulacin india. Las sociedades tradicionales imaginan la existencia temporal del hombre no slo como una repeticin ad infinitum de determinados arquetipos y gestos ejemplares, sino tambin como un eterno volver a empezar. Qu sentido tienen todos estos mitos y todos estos ritos? Es que el mundo nace, se esteriliza, perece y nace de nuevo a un ritmo muy precipitado. Los mitos ms antiguos del diluvio ofrecen una estructura y un origen lunares. Despus de cada diluvio, un Antepasado mtico da origen a una nueva humanidad. Por qu no recordar los padres del Imperio Inca: Manco Capac y Mama Oello Huaco, por poner un ejemplo ms cercano al espaol del siglo XXI? Para el Primitivo, el Tiempo es cclico, el mundo se crea y se destruye peridicamente, y el simbolismo lunar de nacimiento muerte renacimiento se manifiesta en un gran nmero de mitos y de ritos.
Para los buddhistas, tambin el tiempo se constituye por un flujo continuo (samanta), y, por el hecho mismo de la fluidez del tiempo, toda forma que se manifiesta en el tiempo no slo es perecedera, sino tambin ontolgicamente irreal. El presente total, el presente eterno de los msticos, es el xtasis, la no duracin, el presente eterno es la inmovilidad. Y, en efecto, para indicar el estado no condicionado de Buddha8, o de liberado, el budismo como por lo dems el yoga utiliza expresiones que se refieren a la inmovilidad, al xtasis.
Buda (c. 563-c. 486 a.C.), fundador del budismo. Naci en el bosque Lumbini, en las proximidades de Kapilavastu (actualmente en Nepal, cerca de la frontera con la India). El nombre de Gautama Buda, por el que se conoce al Buda histrico, es una combinacin del nombre de su familia, Gautama, y el epteto Buda, que significa El Iluminado. A pesar de todos los esfuerzos realizados por los analistas y estudiosos, las fechas de su nacimiento y muerte siguen siendo dudosas. Las diversas fuentes budistas estn de acuerdo en que vivi 80 aos, pero no sobre las fechas concretas. Los seguidores de la escuela budista Theravada sitan su nacimiento en el ao 623 a.C. y su muerte en el 543 a.C., pero estas dataciones son rechazadas por la mayora de los historiadores occidentales e hindes. Las fuentes antiguas ofrecen dos cronologas diferentes: la cronologa larga, basada en fuentes cingalesas, que sita el nirvana final de Buda alrededor de 218 aos antes de la consagracin del rey Asoka (273 a.C.); y la cronologa breve, avalada por todas las fuentes chinas y snscritas, que datan la muerte de Buda 100 aos despus de la consagracin de Asoka. Todos los relatos que han llegado hasta la actualidad sobre la vida de Buda fueron escritos muchos aos despus de su muerte por discpulos proclives a la idealizacin de su maestro, por lo que resulta difcil separar los acontecimientos reales de los numerosos mitos y leyendas sobre su vida. Adems, la mayor parte de las tradiciones budistas sostiene que Buda no fue sino la ltima encarnacin en una serie de vidas recogidas en diversas historias edificantes. Para el budismo, los mitos y leyendas que rodean la figura del Buda histrico son tan importantes como sus palabras y hechos, de ah que los detalles histricos de su vida resulten difciles de establecer y, acaso por ello, no reciban un tratamiento preferente respecto a los relatos y doctrinas.
Todas estas imgenes mediante las cuales se trata de expresar el acto paradjico de la salida del tiempo sirven anlogamente para expresar el paso de la ignorancia a la iluminacin. Pueden agruparse en tres clases:
Las imgenes que indican la abolicin del tiempo y, por tanto, la iluminacin mediante una ruptura de niveles (El Huevo roto, El Rayo, los Siete Pasos de Buddha, etc.). Las que expresan una situacin inconcebible (la inmovilidad del Sol en el cenit, la estabilidad del flujo de los estados de conciencia, la detencin completa del respirar en la prctica yoga, etc.). La imagen contradictoria del momento favorable, fragmento temporal transfigurado en el instante de la iluminacin.
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Todas estas imgenes msticas expresan la necesidad de trascender los contrarios, de abolir la polaridad que caracteriza la condicin humana para acceder a la realidad ltima.
G. Dumzil9 busca la verificacin de esta polaridad ligador-desligador en los campos ms concretos de los ritos y de las costumbres.
Dumzil, Georges (1898-1986), fillogo e historiador francs, conocido por sus importantes investigaciones dentro del campo de la mitologa indoeuropea. Naci en Pars y despus de haber realizado estudios en varias ciudades francesas ingres en Lcole Normal Suprieure, donde estudi con enorme inters el Diccionario Etimolgico de Latn de Michel Bral, aunque l enseaba snscrito. Dumzil fundament sus estudios sobre la base del anlisis estructural para comparar las religiones dentro del campo indoeuropeo y lleg a la conclusin de que todas las religiones (hind, celta, germana, irania y tantas otras) estn arraigadas en una ideologa comn que adopta los mismos ritos, mitos y organizacin social. Desde su punto de vista cualquier actividad sociorreligiosa cumple tres funciones: la espiritual, la militar y la productiva; stas se distribuyen jerrquicamente y dominan a la masa indiferenciada de la gente. Esta teora tuvo una importancia crucial para explicar muchos aspectos oscuros de las mitologas indoeuropeas. Sus obras ms importantes son: Los dioses de los indoeuropeos (1970), Del mito a la novela: La Saga de Hadingus, 1973), Mito y epopeya (1968-1973); Matrimonios indoeuropeos, seguidos de quince cuestiones romanas (1979).
Es conveniente continuar sobre un plano comparativo todava ms vasto los motivos del dios ligador y de la magia de la ligazn, intentando descubrir sus significaciones, as como precisar sus funciones en conjuntos religiosos distintos al de la soberana mgica indo europea.
!" En qu sentido la nocin de soberano ligador es especfica, caracterstica del sistema religioso indo europeo. !" Cul es el contenido mgico religioso de todos los mitos, ritos y supersticiones centradas sobre el motivo de la ligazn.
La estructura de Varuna es compleja, pero siempre tiene Varuna una estructura; es decir, existe una coherencia ntima entre sus distintas modalidades. Cosmcrata o urnico, siempre omnividente, todopoderoso y al caso ligador por su poder espiritual, por la magia. Pero su aspecto csmico todava es ms complicado: no slo es un dios celeste, sino tambin un dios lunar y acutico.
homologadas (toro, etc), y el poder mgico indefinido que permite a cualquier ser (divino, demonaco) revestir cualquier forma animal. Bien entendido que entre la esfera y la epifana mtico religiosa y la de la metamorfosis hay interferencias, contactos, confusiones, y en un dominio tan poco estable como la mitologa vdica, no siempre es fcil distinguir lo que pertenece a cada una de ella. Los dos elementos del complejo mgico religioso de la ligazn que en casi todo el mundo ha gozado de la mayor popularidad: !" Enfermedad, !" Muerte.
...se repartan entre varios conjuntos distintos: entre ciertos dioses, hroes o demonios, ciertos rituales, ciertas costumbres.
doctrina de Brahma); y a menudo desconcertado por dioses y hroes ms populares y ms recientes. Sus debilidades como jefe, segn los Purana, fueron la excesiva indulgencia para con sus apetitos sensuales y el exagerado consumo de una embriagadora bebida divina conocida como soma. Algunas leyendas antiguas dicen que Indra gobern Svarga, una parte del paraso indio. (Indra enviaba ocasionalmente desde Svarga las apsaras, o ninfas celestiales, para que danzaran seductoramente delante de los hombres que l consideraba demasiado ascticos). Indra aparece retratado en el arte indio en tonos dorados o rojos. Normalmente lo acompaan numerosos aclitos divinos, a veces junto a su perro Sarma. Cuando no viaja caminando, monta en su elefante celestial Airavata o en un caballo blanco. Se le representa a menudo con cuatro armas: una mano sostiene un rayo (su arma principal), una segunda blande una lanza, una tercera sostiene un carcaj con flechas, y la cuarta sostiene una red de ilusiones y un gancho para atrapar y retener a sus enemigos. El arco de Indra es el arco iris.
Muy diferente es el aspecto que ofrece el problema en el mundo semita: en l, los lazos mgicos y de toda especie son un prestigio divino (y demonaco) casi universal. La ligazn parece ser un prestigio mgico religioso que se asimilan con igual perfeccin todas las formas religiosas. Tendra inters que un especialista de las religiones mesopotamias volviera sobre el problema para determinar si, a travs de esta confusin puede reconstruirse una historia.
Los nudos, en fin, inflingen toda clase de males, tanto en la magia antigua como en las supersticiones modernas.
2. Los nudos y los lazos benficos, medios de enfermedades y los sortilegios, contra los demonios y la muerte.
Ya en la antigedad se ligaba, para sanarla, la parte enferma del cuerpo, y la misma tcnica es todava en nuestros das muy frecuente en la medicina popular. Ms extendida an se halla la costumbre de defenderse contra enfermedades y contra los demonios mediante la ayuda de nudos, cuerdas y maromas especialmente durante el momento del parto. Los nudos provocan las enfermedad, y tambin se alejan o sanan al enfermo; las redes y los nudos embrujan, y tambin protegen contra el embrujamiento; impiden el parto, y lo facilitan; protegen a los recin nacidos, y les enferman; traen la muerte, y mgicos y mgico mdicos es la orientacin que se impone a la fuerza que residen en cualquier ligazn en toda accin de ligar.
Todas estas creencias y todos estos ritos llevan, en verdad, al campo de la mentalidad mgica. Pero, por el hecho de que estas prcticas populares procedan de la magia, hay derecho a considerar el simbolismo general de la ligazn como creacin exclusiva de la mentalidad mgica? No parece as. Incluso los ritos y los smbolos de la ligazn, entre los indo europeos, llevan en s elementos ectnico lunares, y por consiguiente revelan fuertes influencias mgicas.
La religin, tanto como la magia, contienen en su esencia misma el elemento ligadura, si bien, evidentemente, con intensidad distinta y sobre todo con una orientacin contraria.
La situacin del hombre en el mundo, sea cual fuere la perspectiva desde la que se examina, siempre se expresa por palabras claves que encierran la idea de ligazn, encadenamiento, ligadura...
a. b.
En el plano mgico, el hombre se sirve de nudos amuletos para defenderse contra los lazos de los demonios y de los brujos. En el plano religioso, se siente ligado por Dios, cogido en su lazo; pero tambin la muerte le liga, concreta...
Esta plurivalencia del complejo de la ligazn se debe probablemente al hecho de que el hombre reconoce en este complejo una especie de arquetipo de su propia situacin en el mundo. Con ello contribuye a plantear un problema de antropologa filosfica, en el cual la investigacin propiamente filosfica mucho ganara no despreciando estos documentos concernientes a determinadas situaciones lmites del hombre arcaico, porque si el pensar contemporneo se glora de haber redescubierto al hombre completo, no es menos cierto que su anlisis investigan, sobre todo, la condicin del occidental moderno, y con ello pecan de falta de universalismo, por una especie de provincialismo humano, en definitiva montono y estril. La realidad histrica del complejo indo europeo de la ligazn no implica, necesariamente, que todas las dems costumbres y creencias mgico religiosas extendidas a travs del mundo y relativas a un complejo similar sean tambin ellas histricas.
A ttulo comparativo se podra citar aqu un caso anlogo: el complejo de la ascensin ritual y del vuelo mgico. Pueden descubrirse ciertas relaciones histricas (filiacin, prstamo) entre las diversas creencias y sistemas (rituales, msticas, etc.) que implican la ascensin como uno de sus elementos esenciales, la morfologa de la ascensin y del simbolismo del vuelo supera con mucho estas relaciones histricas. La ambivalencia y la heterogeneidad de los motivos de la ligazn y de los nudos, y tambin de la liberacin de las ligaduras, confirman la multiplicidad y diversidad de los planos sobre los que se realizan estos arquetipos. Esto no significa, bien entendido, que en el interior de esta masa enorme de hechos relativos a los complejos mgico religiosos expuestos no se puedan distinguir ciertos conjuntos histricamente solidarios, y que no haya derecho a considerarlos como dependientes los unos de los otros, o como todos ellos salidos de una fuente comn.
Lo seguro es que tan slo entre los indo europeos el complejo de ligadura se halla integrado orgnicamente en la misma estructura de la soberana terrible divina o humana, y que slo entre los indo europeos se trata de un sistema coherente y de una aplicacin general a los planos rural mitolgico, teolgico, etc.
Ostras, conchas marinas, caracolas, perlas... tambin son solidarias de las cosmologas acuticas y del simbolismo sexual. Participan todas de los poderes sagrados concentrados en las Aguas, en la Luna, en la Mujer; adems, y por diversas razones, son emblemas de estas fuerzas:
semejanza entre la concha marina y los rganos genitales de la mujer, relaciones que unen a las ostras, las aguas y la luna.
El jade preserva al cadver de la descomposicin, las perlas y las conchas preparan al difunto un nuevo nacimiento.
En las estancias prehistricas, sobre todo en las tumbas, se han encontrado conchas, conchas marinas y de otra suerte, perlas naturales o perlas artificiales en una abundancia considerable. El caso de las perlas artificiales es ejemplo cierto de la degradacin del sentido metafsico original, y de su suplantacin por un sentido secundario, exclusivamente mgico. La imagen de la concha, o los elementos geomtricos derivados de la representacin esquemtica de la concha, ponen al difunto en comunicacin con las fuerzas csmicas que rigen la fertilidad, el nacimiento y la vida. Porque el simbolismo de la concha es lo que tiene valor religioso: la imagen es por s misma eficaz en el culto de los muertos, sea que se halle presente por la concha o que acte simplemente por el motivo ornamental de la espiral. La concha, no va ligada exclusivamente al culto de los muertos. Aparece en todos los actos esenciales de la vida del hombre y de la colectividad: nacimiento, iniciacin, matrimonio, muerte, ceremonias agrcolas, ceremonias religiosas, etc.
Jade, gema compacta, opaca y con colores que van del verde oscuro hasta casi el blanco. Este trmino se aplica a muestras talladas de los minerales jadeta y nefrita. La jadeta se encuentra principalmente en el este de Asia, en Birmania, as como en zonas del Tbet y de China oriental. El jade se utilizaba en la antigedad para fabricar armas, utensilios y adornos. Una variedad de jade era usada por los nativos de las islas del Mar del Sur para la fabricacin de hachas. El jade siempre ha sido valorado en China y en Japn como la ms preciosa de todas las piedras; los ejemplares ms bellos de jade, esculpidos en forma de ornamentos como jarrones, vasijas, placas y estatuas, muchos de los cuales son ahora piezas de museo, se tallaron en China. Los antiguos mexicanos empleaban el trmino genrico chalchihuite para denominar todas las piedras verdes, entre ellas el jade y la jadeta, con las que elaboraban orejeras, narigueras, pectorales y adornos de los labios, entre otros objetos suntuario. Se asociaba al jade con el agua por lo que se introduca una piedra en la boca de los muertos para que no les faltara provisin durante el largo viaje por el inframundo. El jade es tambin una gema muy apreciada en joyera.
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La historia de la perla es un testimonio ms del fenmeno de degradacin de un sentido inicial metafsico. Lo que fue en un momento dado smbolo cosmolgico, objeto rico en fuerzas sagradas bienhechoras, se convierte, por obra del tiempo, en un elemento de ornamentacin, en el que se aprecian las calidades estticas y el valor econmico.
El papel de la perla, en la medicina de tantas civilizaciones diversas, no hace ms que continuar la importancia que primero tuvo en la religin y en la magia. Por haber sido emblema de la fuerza acutica y generatriz, la perla en una poca ulterior se convierte en tnico general, afrodisaco, al mismo tiempo que sana la locura y la melancola, dos enfermedades de influencia lunar, por tanto, sensibles a la accin de todo emblema de la Mujer, del Agua, del Erotismo.
En los confines de la magia y de la medicina, la perla desempea el papel ambiguo de talismn lo que antes daba fertilidad y aseguraba una suerte lineal post mortem, poco a poco se convierte en fuente constante de prosperidad. Fuera del valor que le reconocen la magia y la medicina, las conchas y las conchas marinas se han utilizado frecuentemente como moneda. El valor sagrado simblico de la concha marina y de la perla poco a poco se hacen profanos. En l se ha concentrado en todo momento el poder, es fuerza y sustancia; en fin, constantemente permanece solidario de la realidad de la vida y de la fertilidad.
En cualquier conjunto religioso que aparezcan, las Aguas conservan invariablemente su funcin:
desintegran, dejan abolidas las formas, lavan los pecados...
...son a la vez:
purificadoras y regeneradoras.
La sacralidad de las Aguas y la estructura de las cosmologas y de las apocalipsis acuticas, no puede revelarse ntegramente, sino a travs del simbolismo acutico, que es el nico sistema capaz de integrar todas las revelaciones particulares de las innumerables hierofanas. Los Padres de la Iglesia han explotado algunos valores pre cristianos y universales del simbolismo acutico, si bien los han enriquecido mediante significados inditos, referentes al drama histrico de Cristo. El cristianismo es una religin histrica que tiene races profundas en otra religin histrica, la de los judos. Por consiguiente, para explicar o comprender mejor algunos sacramentos o algunos simbolismos no hay sino buscar sus figuras en el Antiguo Testamento. En la perspectiva historicista del cristianismo esto no es sino natural: la revelacin ha tenido una historia; la revelacin primitiva, actuada en el albor de los tiempos, vive todava entre las naciones, pero est medio olvidada, mutilada, corrompida; el nico modo de acercarse a ella es pasar a travs de la historia de Israel: la revelacin no se halla plenamente conservada ms que en los libros sagrados del Antiguo Testamento.
Para el cristiano, el bautismo es un sacramento porque ha sido instaurado por Cristo. Mas no por ello suprime el ritual de iniciacin de la prueba (= lucha contra el monstruo), de la muerte y de la resurreccin simblicas (= nacimiento del hombre nuevo).
Al volver a retomar las grandes figuras y las simbolizaciones del hombre religioso natural, el cristianismo ha vuelto a retomar tambin sus virtualidades y sus poderes sobre la psique profunda. La fe cristiana depende de una revelacin histrica: la manifestacin de Dios en el Tiempo es lo que, a los ojos del Cristiano, asegura la validez de las Imgenes y de los smbolos. El cristianismo ha utilizado, interpretado, engrandecido este smbolo. La Cruz, hecha de la madera del rbol del bien y del mal, sustituye al rbol Csmico. La intervencin de dios en la historia, es decir, la revelacin divina hecha en el tiempo, sigue y refuerza una situacin atemporal. La revelacin que el judeo cristianismo recibe nicamente en un tiempo histrico, que ya no se repite, y que logra crear una historia en sentido nico, la conserva la humanidad arcaica en los mitos; sin embargo, tanto la experiencia mstica de los primitivos como la vida mstica de los cristianos se traducen mediante el mismo arquetipo: el restablecimiento del Paraso original, del que fueron expulsados nuestros primeros padres. A pesar del valor concedido al Tiempo y a la Historia, el judeo cristianismo no desemboca en el historicismo, sino en una teologa de la historia. El acontecimiento no est valorizado por s mismo, sino nicamente por la revelacin que implica, revelacin que le precede y le transciende. El cristianismo se esfuerza por salvar la historia porque:
$" confiere un valor al tiempo histrico; $" para el cristiano, el acontecimiento histrico, sin dejar de ser lo que es, se hace capaz de transmitir un mensaje transhistrico: el problema consiste en descifrar este mensaje, $" despus de la encarnacin de Cristo, el cristiano entiende que ha de buscar las intervenciones de dios no solamente en el Cosmos (sirvindose de las hierofanas csmicas, de las Imgenes y de los smbolos), sino asimismo en los acontecimientos histricos.
Tylor, Edward Burnett (1832-1917), antroplogo ingls, junto con Lewis Henry Morgan es uno de los dos principales fundadores de la antropologa. Tylor fue el primer titular de una ctedra de antropologa, cargo que desempe en la Universidad de Oxford desde 1896 hasta 1909. Sus estudios sobre animismo y su definicin de cultura (conjunto complejo que incluye el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho, las costumbres y cualesquiera otras producciones y maneras de vivir nacidas del hombre que vive en sociedad) constituyen las primeras contribuciones importantes al campo de la antropologa. El animismo representa para Tylor la primera fase de la religin, que ms tarde se prolonga en el fetichismo, el culto a la naturaleza, el politesmo y, por ltimo, el monotesmo. Su teora fue muy criticada por James George Frazer y por Marcel Mauss. Sus obras principales son: Investigaciones sobre la historia primitiva de la humanidad y sobre el desarrollo de la civilizacin (1865), Cultura primitiva (2 volmenes, 1871) y Antropologa (1881), un resumen de los conocimientos de su poca. En 1891 Tylor presidi la Sociedad de Antropologa. Frazer, James George (1854-1941), antroplogo britnico, nacido en Glasgow, Escocia, y formado en las universidades de Glasgow y Cambridge. Fue nombrado fellow del Trinity College, Cambridge, en 1879, y profesor de antropologa social por la Universidad de Liverpool en 1907. La obra de Frazer abarca un campo muy amplio de la investigacin antropolgica, pero l se mostr especialmente interesado en el estudio de los mitos y la religin. Su libro ms famoso es La rama dorada (1890), un estudio de antiguos cultos, ritos y mitos y su paralelismo con el cristianismo primitivo. Esta obra, que ciment la fama de Frazer como acadmico distinguido, se ampli a 13 volmenes en 1915. Escribi otras muchas obras, entre ellas Totemismo y exogamia (1910), Los orgenes mgicos de la realeza (1920), Mitos sobre el origen del fuego (1930), El temor a la muerte en las religiones primitivas (1933-1936).
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(10) Bibliografa
ELIADE, M. (1984): El mito del eterno retorno. Arquetipos y Repeticin. Obras del pensamiento Contemporneo n 22. ISBN: 84-395-0024-6. Editorial Planeta-De Agostini, s. a. Barcelona. ELIADE, M. (1999): La bsqueda. Historia y sentido de las religiones. Sabidura perenne. ISBN: 84-7245-432-0. Editorial Kairs, s. a. Barcelona. GONZLEZ ECHEVARRA, A. (1990): Etnografa y comparacin. La investigacin intercultural en Antropologa. Publicacions dAntropologia Cultural n 7. ISBN: 84-7488934-0. Servei de Publicacions. Universitat Autnoma de Barcelona. JULIEN, N. (1997): Enciclopedia de los mitos. Una gua imprescindible del universo de los dioses y hroes que han hecho la memoria de la humanidad, nuestra herencia colectiva. Horizontes del Espritu. ISBN: 84-7927-211-2. Ediciones Robin Book, s. a. Barcelona. Librera 2 de Enero (2001): Mircea Eliade en Gua Bibliogrfica del Esoterismo. <http://ret0078d.eresmas.net/biograf/eliade.htm> [Consulta: 15 abr 2001] NEILA MUOZ (2000): Comentarios al tema n 1: Aspectos generales del temario de la asignatura de Antropologa de los Gneros, impartida por el Dr. LPEZ GARCA, J. en la licenciatura de Antropologa Social y Cultural. 5 curso. Universidad de Extremadura. Cceres.