Iglesia Imperial.
Iglesia Imperial.
Iglesia Imperial.
Con el edicto de Milán en el 313 que favorecía al cristianismo vieron otras leyes
que influyeron poderosamente en el futuro del imperio.
Además, los principios del evangelio influyeron tanto que llegaron a establecer
leyes más justas para los esclavos, los cuales no gozaban de ninguna, también se
abolió la muerte de los niños que los padres aborreciesen por cualquier razón,
algo que era común antes de este edicto, y así la vida humana llegó a ser más
apreciada.
Constantino estableció de tal manera la paz de la Iglesia que por el espacio de mil
años no leemos de ninguna persecución contra los cristianos, hasta el
tiempo de Juan Wickliffe.
Ahora, todos los que estaban aún en pie, se restauraron y se reabrían los edificios
de las iglesias.
Los templos de los dioses paganos se sostenían del tesoro público, ahora estas
donaciones se les concedían a la iglesia y al clero cristiano.
Los obispos, ministros y otros funcionarios del culto, recibían su sostén del estado.
Constantino prohibió que las cortes se abriesen los domingos, excepto para
liberar esclavos.
Los soldados también tenían órdenes de no hacer ejercicios militares ese día.
Jesse Lyman Hurlbut nos comenta al respecto: “El cese de la persecución fue
una bendición, pero el establecimiento del cristianismo como religión del estado
llegó a ser una maldición. Todos procuraban ser miembros de la iglesia y a
casi todos los recibían. Tanto los buenos como los malos, los que sinceramente
buscaban a Dios y los hipócritas que procuraban ganancia personal, se
apresuraban a ingresar en la comunión.
Así este periodo trajo un gran mal a la iglesia del Señor a tal punto que
evolucionaria hasta convertirse en una iglesia idolátrica, amante del poder del
estado y supersticiosa, y en un futuro tomaría la forma de la Iglesia Católica,
Apostólica y Romana.
Los acontecimientos que tuvieron lugar en este periodo pusieron los primeros
cimientos para lo que se convertiría en esta institución.
Jesse Lyman Hurlbut nos da una buena descripción de como los eventos
que se desarrollaron aquí fueron un preludio para lo que vendría en el
futuro: “Conforme paso el tiempo Constantinopla desplazó a la ciudad de Roma
como la capital del mundo. Ahora veremos a Roma afirmando su derecho de ser la
capital de la iglesia. A través de todo este período, la iglesia en Roma ganaba
prestigio y poder.
En todas partes los obispos gobernaban las iglesias, pero la pregunta surgía
constantemente: ¿Quién gobernaría a los obispos? ¿Qué obispo debía ejercer en
la iglesia la autoridad que el emperador ejercía en el imperio? Los obispos que
presidían en ciertas ciudades pronto llegaron a llamarlos "metropolitanos" y
después "patriarcas".
Roma reclamaba para sí autoridad apostólica. Era la única iglesia que decía
poder mencionar a dos apóstoles como sus fundadores y estos, los mayores de
todos los apóstoles, San Pedro y San Pablo. Surgió la tradición de que Pedro fue
el primer obispo de Roma. Como obispo,
Pedro debería haber sido papa. Se suponía que en el primer siglo el título "obispo"
significaba lo mismo que en el siglo cuarto, un gobernante sobre el clero y la
iglesia.
Por tanto, Pedro, como el principal de los apóstoles, debe haber poseído
autoridad sobre toda la iglesia. Se citaban dos textos en los Evangelios como
prueba de esta afirmación. Uno de estos puede verse ahora escrito en letras
gigantescas en latín alrededor de la cúpula de la Iglesia de San Pedro en Roma:
“Tú eres Pedro; y sobre esta piedra edificaré mi iglesia”.
El otro es: “Apacienta mis ovejas”. Se argüía que Pedro fue la primera cabeza de
la iglesia, entonces sus sucesores, los papas de Roma, deberían continuar su
autoridad. El carácter de la iglesia romana y sus primeros líderes sostenían
fuertemente estas afirmaciones.
Los obispos de Roma eran por lo general hombres más fuertes, sabios y que se
hacían sentir por toda la iglesia. Mucha de la antigua calidad imperial que había
hecho a Roma la señora del mundo moraba aun en la naturaleza romana.
..La iglesia aumentó su influencia política y sus riquezas. La iglesia poco a poco
usurpó el poder del Estado, y como resultado no había un cristianismo sino
una jerarquía corrupta que dominaba a las naciones europeas y que se
convirtieron fundamentalmente en una maquinaria política.
El evangelio no sólo se propagó por medio del testimonio personal, sino por medio
de la literatura, facilitando así el intercambio de pensamientos, entre los que vivían
en regiones separadas, y haciendo más fácil y duradera la enseñanza.
Prácticamente podemos dividir estos escritores en dos grupos, los escritores de
oriente, los cuales escribieron en lengua griega, y los de occidente, que lo hicieron
en latín. Veamos los más prominentes.
En su ortodoxia llego a oponerse incluso a los judíos y fuentes filosofas a tal punto
que algunos creen que su fuerte influencia provoco que una turba de cristianos
mataran a la filósofa y matemática Hipatia. Sus principales obras comprenden
homilías, diálogos y diferentes tratados sobre la Trinidad y la Encarnación. Sus
escritos están llenos de alegorías e interpretaciones simbólicas, a veces de poco
valor.
Los dos primeros eran hijos de piadosos cristianos y tuvieron el privilegio de ser
enseñados en las Escrituras desde la infancia. Al mismo tiempo recibieron una
esmerada educación literaria, en su ciudad natal, y más tarde en Antioquia,
Constantinopla y Atenas. En esta última ciudad entablaron relación con otro joven
de nobles aspiraciones llamado Gregorio. Desde
Antusa era una cristiana altamente piadosa y fue ella la que arrancó a cierto
pagano esta exclamación de admiración y sorpresa: “¡Qué madres tienen estos
cristianos!” Destinado a la carrera de abogado, después de su primera educación
fue puesto al cuidado de Libanio, el gran retórico y elocuente defensor del
paganismo. Pronto el joven reveló sus singulares aptitudes de orador, y su célebre
maestro se lisonjeaba con la idea de que él sería un día su sucesor
. Pero la mente del joven abogado no se avenía a la clase de vida a que estaban
sujetos los que seguían su carrera, hallándola demasiado frívola y estéril para
aquel que aspiraba a mejores cosas en la vida. De vuelta a su hogar, halló en la
Biblia, que tanto había leído su cristiana madre, el agua de la vida que apagó la
sed de su corazón.
Crisóstomo entonces escogió la mejor misión de vivir una vida santa en su casa y
entre los del mundo corrompido.
En el año 381 fue ordenado diácono, oficio en que trabajó durante cinco años.
Sus sermones no tienen nada de aquello que halaga las pasiones de las
multitudes.
En el año 350 fue elegido obispo de su ciudad natal, y desde entonces milita entre
los ardientes defensores de la ortodoxia, en contra del arrianismo, que amenazaba
las iglesias de la Galia. Su principal obra fue publicada en doce libros, y trata de la
fe, de la Trinidad, y de los errores de Arrio.
Otra obra que le valió fama y renombre fue un comentario al Libro de los Salmos.
AMBROSIO. Más bien por sus trabajos que por sus escritos es conocido este
célebre obispo de Milán. Nació en Treves en el año 340, siendo su padre prefecto
de la ciudad. Perdió a su padre siendo niño, y su madre lo llevó a Roma donde fue
educado con el fin de que pudiera ocupar algún puesto público. Siendo todavía
muy joven, fue nombrado gobernador del distrito de Milán.
Cuando hacía cinco años que desempeñaba este puesto, fue llamado para
apaciguar un tumulto que se había formado en una iglesia, donde los partidos no
llegaban a ponerse de acuerdo sobre la elección de un obispo.
En vano les hizo notar que sólo era catecúmeno en la iglesia. La voluntad popular
tuvo que cumplirse, y Ambrosio fue bautizado y ordenado obispo el mismo día.
Desde entonces se puso a estudiar asiduamente las Escrituras; y si bien nunca
llegó a ser teólogo distinguido, pudo predicar con mucha aceptación y despertar a
la ciudad, que siempre le escuchaba de buena gana.
Entre otros, está el "Santo, Santo, Santo, Señor de los ejércitos'' y la doxología
titulada Gloria Patri. El Te Deum también ha sido atribuido a su pluma, pero los
himnologistas lo dan como una composición posterior. La tradición decía que
había sido compuesto en ocasión del bautismo de San Agustín.
Su madre, Mónica, era una cristiana altamente piadosa, casada con un pagano
que fue ganado a la fe poco antes de su muerte. Residían en Cartago, donde el
joven Agustín fue arrastrado por la corriente del vicio al desoír los saludables
consejos de su buena madre.
Su fe fue puesta a prueba, pues el joven Agustín se hallaba cada día más lejos del
reino de Dios. “Mi madre me lloraba —dice él— con un dolor más sensible que el
de las madres que llevan a sus hijos a ser enterrados”. De su vida de libertinaje
nació un hijo, al que llamó Adeodato, al cual amaba con locura.
El maniqueísmo era la doctrina de cierto persa llamado Maní, educado entre los
magos y astrólogos, entre quienes alcanzó mucha fama. Hombre de actividad y
muy emprendedor, todos le consultaban como filósofo y médico.
Tuvo la idea de hacer una combinación del cristianismo con las ideas que
profesaba, para lo cual tomó el nombre de Paracleto y pretendía tener la misión de
completar la doctrina de Cristo. Muchos fueron seducidos por su elocuencia, y sus
adeptos formaron la nueva secta en la que cayó el más tarde famoso Agustín.
JERÓNIMO. Como filólogo, Jerónimo ocupa el primer lugar entre los cristianos de
sus días. Nació de padres cristianos, probablemente en el año 346, cerca de
Aquilea, en los confines de Dalmacia y Pannonia. Recibió su educación en Roma
bajo la dirección del retórico Aelio
Ellos buscaron la conversión rápida de los paganos por medio de leyes opresivas.
CONTROVERSIAS Y CONCILIOS
Pelagio, monje venido de Gran Bretaña a Roma en el 410 d.C., postuló que cada
alma hace su elección de pecado y de justicia, toda voluntad humana es libre y
cada alma tiene responsabilidad de sus decisiones.
CONTROVERSIAS Y CONCILIOS
Todas estas tribus que provocaron la caída de Roma, eran de origen paganas, y
veneraban a diferentes deidades. Sin embargo, con el tiempo todas estas tribus
llegaron a ser cristianas. A pesar de que era una época decadente, el cristianismo
aún era vital y conquistó a todas estas razas y tribus.
• San Jerónimo (340-420 d.C.). También como Jerónimo de Estridón. Fue el más
erudito de los Padres Latinos. Su gran obra fue la traducción de la Biblia del griego
y del hebreo al latín, por encargo del papa Dámaso I, la cual es llamada la
Vulgata, siendo publicada en el siglo IV de la era cristiana. El concilio de Trento,
en 1546 d.C., declaro la Vulgata como la versión única, auténtica y oficial de la
Biblia para la Iglesia latina. San Jerónimo es considerado también como uno de
los grandes Padre de la Iglesia Latina.
durante este período, surgió en el 410 d.C., con Pelagio, un monje británico,
ascético, el cual negaba la existencia del pecado original, falta que habría
afectado sólo a Adán, por tanto la humanidad nacía libre de culpa y cada alma
Iglesia, después de San Pablo, en el poderoso San Agustín, que sostenía que
siglos.