Disposiciones Administrativas

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GRUPO C1

TEMA 2

LAS DISPOSICIONES Y LOS ACTOS


ADMINISTRATIVOS: DISPOSICIONES
ADMINITRATIVAS. REQUISITOS DE LOS
ACTOS ADMINISTRATIVOS. NULIDAD Y
ANULABILIDAD.

AÑO 2015
ÍNDICE:

I. DISPOSICIONES ADMINISTRATIVAS. ................................................................................ 2


I.1. Concepto. ...................................................................................................................... 2
I.2. Tipos. ............................................................................................................................. 2
I.3. Procedimiento para la elaboración de las disposiciones administrativas de carácter
general. ...................................................................................................................................... 3
I.4. Órganos competentes para dictar las disposiciones administrativas de carácter
general. ...................................................................................................................................... 6
I.5. Publicidad y entrada en vigor de las disposiciones administrativas de carácter
general. ...................................................................................................................................... 7
I.6. Jerarquía y límites. Inderogabilidad singular. ................................................................ 7
II. ACTO ADMINISTRATIVO...................................................................................................... 8
II.1. Concepto de acto administrativo. .................................................................................. 8
II.2. Clasificación de los actos administrativos. .................................................................... 8
II.3. Elementos del acto administrativo. Sujeto. Contenido. Causa y fin. Forma. .............. 11
II.4. Motivación de los actos administrativos. ..................................................................... 12
II.5. La comunicación de los actos administrativos. ........................................................... 13
II.6. Eficacia del acto administrativo. Eficacia demorada, eficacia retroactiva. Cesación de
la eficacia. ................................................................................................................................ 17
II.7. La efectividad de los actos administrativos. La ejecutividad ....................................... 19
II.8. Términos y plazos del acto administrativo. ................................................................. 21
III. NULIDAD Y ANULABILIDAD. ......................................................................................... 23
III.1. La nulidad de pleno derecho. ...................................................................................... 23
1. La anulabilidad de los actos administrativos. .............................................................. 25
III.2. Diferencias entre nulidad de pleno derecho y anulabilidad. ....................................... 26
III.3. Los límites de la invalidez: la convalidación, la conservación y la conversión. .......... 27
IV. ABREVIATURAS Y LEGISLACIÓN. ............................................................................... 28

Las disposiciones y los actos administrativos: Disposiciones administrativas. Requisitos de los actos administrativos.
Nulidad y anulabilidad. 1/29/
I. DISPOSICIONES ADMINISTRATIVAS.

I.1. CONCEPTO.

Las disposiciones administrativas de carácter general son el conjunto de


normas escritas dictadas por la Administración con rango inferior a la ley. De forma
habitual las denominamos reglamentos, aunque algunas de ellas si tienen tal
denominación como los reglamentos ejecutivos de las leyes o los reglamentos
municipales, pero esto no quiere decir que sólo estas disposiciones sean reglamentos,
las órdenes, las resoluciones o las ordenanzas municipales también son reglamentos
en sentido amplio y por tanto disposiciones administrativas de carácter general.

I.2. TIPOS.

La clasificación de las disposiciones administrativas de carácter general


dependerá del criterio en el que nos fijemos. A continuación se determinan tres de las
clasificaciones más empleadas y notorias.

Una clasificación interesante, es la que clasifica las disposiciones


administrativas de carácter general dependiendo de la Administración Pública que los
dicte, así habrá estatales, autonómicos, locales y de otros órganos a los que la CE o
una norma les atribuye potestad reglamentaria. Lo más importante de esta
clasificación es constatar la falta de jerarquía entre ellos, ya que sus relaciones siguen
un criterio competencial, es decir, las disposiciones estatales no son superiores, de
forma general, jerárquicamente a las de las CCAA, sino que unas y otras actúan en
ámbitos competenciales distintos.

Siguiendo la clasificación anterior, en la AGE dependiendo de la autoridad que


los dicta (art. 25 LG) podrán ser, Real Decreto del Presidente del Gobierno, Real
Decreto del Consejo de Ministros, Acuerdos del Consejo de Ministros, Acuerdos
adoptados en Comisiones Delegadas del Gobierno, la forma será la de orden del
Ministro competente en la materia u orden del Ministro de la Presidencia, si afecta a
varios departamentos, Órdenes Ministeriales, las disposiciones administrativas de
carácter general de los órganos inferiores a Ministro revisten distintas denominaciones,
las cuales no se recogen en la LG, como resoluciones, circulares o instrucciones.

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En las CCAA, se han adoptado denominaciones parecidas. En la CARM
dependiendo de la autoridad que los dicta (art. 25 Ley 7/2004, de 28 de diciembre, de
Organización y Régimen Jurídico de la Administración Pública de la CARM) las
disposiciones administrativas de carácter general se denominaran, Decreto del
Presidente, Decreto del Consejo de Gobierno, Orden de la Comisión Delegada del
Consejo de Gobierno, Orden del Consejero y Resolución de los órganos inferiores.

Por último vamos a citar la clasificación de las disposiciones administrativas de


carácter general en su relación con la Ley, siguiendo esta clasificación nos
encontramos con los reglamentos ejecutivos o secundum legem, serán aquellos que
de forma directa desarrollen los preceptos de una ley ya sea total o parcialmente; los
reglamentos independientes o extra legem, a diferencia de lo que ocurre en otros
países de nuestro entorno, Francia, en nuestro ordenamiento constitucional no existe
reserva reglamentaria, esto es , materias que se encuentran reservadas al reglamento,
las cuales no podrán ser reguladas por la ley, aunque no existe esta reserva
reglamentaria, no podemos olvidar la existencia de reglamentos que no encuentran un
encaje en ninguna ley, sobre todo en el ámbito organizativo; por último encontramos
los reglamentos de necesidad o contra legem, serán reglamentos que se puedan dictar
al amparo de situaciones excepcionales y con una vigencia limitada en el tiempo,
serán los que se recogen al declararse los estados de alarma, sitio o excepción.

I.3. PROCEDIMIENTO PARA LA ELABORACIÓN DE LAS DISPOSICIONES ADMINISTRATIVAS


DE CARÁCTER GENERAL.

El procedimiento de elaboración de las disposiciones de carácter general se


recoge en el artículo 24 LG, siendo absolutamente obligatorio para la AGE.

En la CARM, en la Ley 6/2004, de 28 de diciembre, del Estatuto del Presidente


y del Consejo de Gobierno de la Región de Murcia, se ha regulado de forma paralela a
la AGE el procedimiento de elaboración de los reglamentos en su art. 53. Aunque el
procedimiento recogido en el art. 53 de la citada Ley se refiere a las disposiciones de
carácter general emanadas del Consejo de Gobierno, con carácter general este
procedimiento se aplicará modulándolo para la elaboración de cualquier disposición de
carácter general de la CARM:

1º El órgano directivo (generalmente será una Dirección General) competente


en la materia elaborará un anteproyecto, al que se acompañará la exposición de

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motivos y una memoria de análisis de impacto normativo, de acuerdo con el artículo
46.3 de la Ley 6/2004, de 28 de diciembre.

Siempre se deberá precisar en el texto una disposición derogatoria en la que


de forma expresa se haga constar los preceptos reglamentarios derogados o
modificados por la publicación del nuevo texto.

El contenido de esta memoria de análisis de impacto normativo será:

Una justificación de su oportunidad que incluya la motivación técnica y jurídica


de la norma a aprobar, en especial de las novedades que se introducirán en el
ordenamiento, con el grado de detalle suficiente que requiera el caso, así como los
estudios o informes que se estimen precisos para justificar su necesidad. La
adecuación de la norma a los principios de proporcionalidad, seguridad jurídica,
transparencia, accesibilidad, simplicidad y eficacia, así como la justificación de la
competencia de la Comunidad Autónoma para su aprobación.

Un estudio que valore el impacto de la nueva regulación en las cargas


administrativas que soportan ciudadanos y empresas.

Una relación de las disposiciones cuya vigencia resulte afectada por la norma
proyectada.

Un informe de impacto presupuestario que evalúe la repercusión de la futura


disposición en los recursos personales y materiales y en los presupuestos de la
Administración.

Un informe de impacto económico que evalúe los costes y los beneficios que la
aprobación de la futura disposición implicará para sus destinatarios y para la realidad
social y económica.

Un informe sobre el impacto por razón de género de las medidas que se


establecen en el mismo.

Cualquier otro extremo que pudiera ser relevante a criterio del órgano
proponente, prestando especial atención a los impactos de carácter social y
medioambiental y al impacto en materia de igualdad de oportunidades, no
discriminación y accesibilidad universal de las personas con discapacidad.

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2º A lo largo del proceso de elaboración del proyecto deberán recabarse el
informe jurídico de la Vicesecretaría de la Consejería proponente y los informes,
consultas y aprobaciones previas que tengan carácter preceptivo.

3º Elaborado el texto del proyecto este se someterá al trámite de audiencia,


cuando afecte a los derechos e intereses legítimos de los ciudadanos, directamente o
a través de las organizaciones o asociaciones reconocidas por la ley que los agrupen
o los representen y cuyos fines guarden relación directa con el objeto de la
disposición.

El trámite de audiencia se efectuará en los siguientes términos:

El plazo no será inferior a 15 días, salvo que por razones de urgencia,


debidamente acreditadas en el expediente se pueda reducir a 7 días.

El procedimiento elegido para dar audiencia a los ciudadanos deberá quedar


motivado por el órgano que acuerde la apertura de dicho trámite.

Podrá prescindirse del trámite de audiencia:

Si las organizaciones o asociaciones que agrupen o representen a los


ciudadanos hubieran participado por medio de informes o consultas en el proceso de
elaboración de la disposición de carácter general.

No se aplicará el trámite de audiencia:

A las disposiciones que regulen los órganos, cargos y autoridades de la


Administración Regional o de los organismos públicos dependientes o adscritos a ella.

Cuando la materia lo requiera, por graves razones de interés público,


acreditadas expresamente en el expediente.

Cuando así lo exija la naturaleza de la disposición, o por decisión expresa del


Consejo de Gobierno, o del Consejero competente por razón de la materia, el proyecto
será sometido a información pública durante un plazo no inferior a 15 días.

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I.4. ÓRGANOS COMPETENTES PARA DICTAR LAS DISPOSICIONES ADMINISTRATIVAS DE
CARÁCTER GENERAL.

Las disposiciones administrativas de carácter general se ordenan


jerárquicamente entre ellas dentro de cada Administración Pública con capacidad
reglamentaria. Por lo que, y aunque la Constitución Española atribuye en su artículo
97 la potestad reglamentaria al Gobierno con carácter general, debemos afirmar que
en la práctica son muchos más los órganos con potestad reglamentaria.

En la AGE, es la LG y la LOFAGE, las que atribuyen esta potestad


reglamentaria al Consejo de Ministros y a los Ministros, mediante las órdenes
ministeriales.

Las CCAA de forma similar a la AGE atribuyen la potestad reglamentaria a los


respectivos Consejos de Gobierno, es decir, a los órganos que desarrollan el poder
ejecutivo.

En la CARM, el artículo 52 de la Ley 6/2004, de 28 de diciembre, atribuye la


potestad reglamentaria al Consejo de Gobierno, en aquellas materias no reservadas
por el Estatuto de Autonomía a ley, es decir, aquellas que necesariamente deban ser
reguladas por Ley. También se atribuye la potestad reglamentaria a los consejeros
cuando les esté específicamente atribuida por una disposición de rango legal, es decir,
por una norma con rango de Ley, o cuando se trate de materias de carácter
organizativo interno de su departamento o consejería.

En el ámbito local, la LBRL atribuye potestad reglamentaria al Pleno de los


Ayuntamientos y a los Alcaldes.

Existen otros órganos constitucionales, el Consejo General del Poder Judicial,


el Defensor del Pueblo, el Tribunal de Cuentas, el Consejo Jurídico, que tienen
atribuida una potestad reglamentaria en materia organizatoria. De forma paralela, los
órganos homólogos a los anteriores en aquellas CCAA en las que existen, también
tienen reconocida en las respectivas normas esta potestad reglamentaria
organizatoria.

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I.5. PUBLICIDAD Y ENTRADA EN VIGOR DE LAS DISPOSICIONES ADMINISTRATIVAS DE
CARÁCTER GENERAL.

Los reglamentos, disposiciones administrativas de carácter general deberán ser


objeto de publicación en el Diario Oficial que corresponda, necesitando que se
determine en las mismas el momento de entrada en vigor, ya que si nada se recoge
estarán sometidos a la vacatio legis general de 20 días desde el siguiente a su
publicación para la entrada en vigor, si en ellos no se establece una previsión distinta

I.6. JERARQUÍA Y LÍMITES. INDEROGABILIDAD SINGULAR.

La jerarquía de las disposiciones administrativas de carácter general se debe


analizar desde una doble perspectiva, como es obvio los reglamentos están
subordinados a la CE, a las leyes y a las demás normas con fuerza de Ley, pero
además de esta subordinación, entre ellos mismos también existe una jerarquía
normativa de acuerdo con el rango de la autoridad que los dicta.

En la AGE, es el artículo 23.3 LG el que determina que en cuanto a


competencia y jerarquía en primer lugar se encontrarán las disposiciones aprobadas
por Real Decreto del Presidente del Gobierno o del Consejo de Ministros, y en
segundo lugar las disposiciones aprobadas por orden ministerial.

En las CCAA, esta jerarquía se ha mantenido de forma paralela. En la CARM


se recoge en el artículo 52.3 de la Ley 6/2004, de 28 de diciembre, “Los reglamentos
regionales se ordenarán jerárquicamente según el respectivo orden de los órganos de
que emanen. Ningún reglamento podrá vulnerar los preceptos de otro de jerarquía
superior”.

Los límites de la potestad reglamentaria serán:

La competencia – Sólo podrán dictar reglamentos, aquellos órganos que


tengan atribuida la potestad reglamentaria.

El procedimiento – Para la elaboración de los reglamentos será necesario


seguir el procedimiento legalmente establecido para ello.

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La irretroactividad – Los reglamentos no podrán recoger normas que afecten a
los interesados de forma retroactiva, es decir, hacia el pasado.

La materia – El contenido de los reglamentos no puede versar sobre aquellas


materias reservadas a Ley.

El principio de inderogabilidad singular de los reglamentos se recoge en las


distintas AAPP, en la CARM encontramos esta norma en el artículo 52.4 de la Ley
6/2004, de 28 de diciembre, “Son nulas las resoluciones administrativas que vulneren
lo establecido en un reglamento, aunque hayan sido dictadas por órganos de igual o
superior jerarquía que el que lo haya aprobado”.

II. ACTO ADMINISTRATIVO.

II.1. CONCEPTO DE ACTO ADMINISTRATIVO.

Existen numerosas definiciones del concepto de acto administrativo elaboradas


por diferentes autores, aunque sin entrar en discusiones doctrinales, podemos afirmar
que acto administrativo será cualquier acto jurídico (tienen efectos frente a terceros o
frente a la propia Administración Pública que lo dicta) realizada por un sujeto de la
Administración Pública (órgano), con arreglo al derecho administrativo (debe respetar
las normas generales del derecho administrativo, así como las leyes y los
reglamentos).

II.2. CLASIFICACIÓN DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS.

En cuanto a la clasificación de los actos, podemos afirmar que existen


numerosas clasificaciones, aunque vamos a efectuar la clasificación atendiendo a los
siguientes criterios:

1. Por la extensión de sus efectos jurídicos, los actos administrativos podrán ser,
generales, cuando se dirigen a una pluralidad abstracta de personas, o
concretos, cuando se dirige a una o varias personas determinadas o
determinables.

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2. Por la posibilidad de su fiscalización por la jurisdicción contencioso-administrativa,
los actos administrativos podrán ser, impugnables o inimpugnables. El artículo 3
de la LJC-A señala aquellas cuestiones cuyo conocimiento no corresponde al
orden contencioso-administrativo, las cuales serán aquellas cuyo conocimiento se
atribuya a cualquier otro orden, civil, penal o social, aunque esté relacionada con
la actividad de la Administración Pública, tampoco corresponderá al orden
contencioso-administrativo el conocimiento del recurso contencioso-disciplinario
militar, ni los conflictos de jurisdicción entre los juzgados y tribunales y la
Administración Pública y los conflictos de atribuciones entre órganos de una
misma Administración. Con carácter general debemos señalar que los actos
administrativos son impugnables primero en vía administrativa y posteriormente
en vía judicial, ante el orden contencioso-administrativo. Cuando el acto
administrativo ya no es susceptible de recurso será firme, la adquisición de
firmeza se produce porque ya se han utilizado todas las vías de impugnación
posibles o porque se han dejado transcurrir los plazos correspondientes para
interponer los recursos.

3. Por la razón de las facultades utilizadas para dictarlos, los actos administrativos
podrán ser, discrecionales, cuando la actuación de la Administración no está
expresamente determinada y por tanto la misma cuenta con libertad para actuar o
reglados, cuando las disposiciones normativas establecen de forma perfecta y
total la actuación de la Administración Pública, la cual no podrá separarse de tales
normas. Debemos señalar que la discrecionalidad con que puede contar la
Administración será más o menos amplia, pero siempre existen unos elementos
reglados que pueden analizarse y someterse a fiscalización.

4. Por el órgano que lo dicta, el acto administrativo podrá ser simple cuando
interviene un único órgano administrativo; o complejo, será aquel que se produce
por la intervención de dos o más órganos administrativos. Hay actos que se
excluyen del concepto de acto complejo, los actos de los órganos colegiados, ya
que aunque los órganos colegiados están compuestos por una pluralidad de
sujetos la voluntad del órgano es única por tanto se considerarán actos
administrativos simples. Los actos que integren un expediente administrativo que
constituya un procedimiento administrativo supondrán una serie de declaraciones
administrativas que preparen la decisión final en este caso los actos

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administrativos no deben ser considerados complejos ya que el único acto
administrativo existente es la decisión final. Tampoco se considerará acto
administrativo complejo, aquellos sujetos a aprobación posterior por otro órgano
administrativo en este caso el acto administrativo será el primero no la aprobación
posterior.

5. Los actos administrativos podrán ser unilaterales o plurilaterales. Serán actos


administrativos unilaterales los imputables a una única persona pública mientras
que los plurilaterales serán aquellos que creen normas que rigen las relaciones
mutuas entre las distintas administraciones públicas.

6. El acto administrativo podrá ser expreso, tácito o presunto. El acto expreso es


aquel en el que existe una clara e inequívoca exteriorización de la declaración de
la voluntad de la Administración Pública. El acto tácito es aquel en el que falta
esta manifestación pero que ante la conducta administrativa se presume
racionalmente la existencia de una voluntad que produce efectos jurídicos. En el
acto presunto no existe ni una manifestación concreta administrativa ni una
conducta a la que se pueda atribuir un determinado valor o sentido, por lo que el
significado de esta ausencia lo fija de forma expresa el ordenamiento jurídico, son
los supuestos de silencio administrativo positivo o negativo a los que se refiere el
artículo 42 LRJPAC.

7. Los actos administrativos también podrán ser resolutorios o de trámite. En


cuanto a los actos administrativos resolutorios serán aquellos que constituyen la
resolución final del procedimiento administrativo, será el acto que decide sobre el
fondo del asunto, son los enumerados en el artículo 89 LRJPAC. Los actos de
trámite son aquellos actos que permanecen en la esfera interna de la
administración y que son los preparatorios del acto resolutorio o definitivo del
procedimiento, serán los dictámenes, consultas o las distintas propuestas que
puedan aparecer en el procedimiento. La diferencia fundamental entre ambos es
que contra los actos resolutorios, pongan o no fin a la vía administrativa cabe
recurso en vía administrativa. Los actos resolutorios que ponen fin a la vía
administrativa se encuentran enumerados en el artículo 109 LRJPAC, la letra c)
de este artículo es concretada en cada Administración Pública, en la AGE en la

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Disposición Adicional 15 de la LOFAGE, en la CARM el art. 28 de la Ley 7/2004,
de 28 de diciembre.

8. Por último citaremos unos actos denominados actos de trámite cualificados que
se encuentran recogidos en el artículo 107 LRJPAC, serán aquellos actos de
trámite, es decir no resolutorios, pero que pueden ser impugnados en vía
administrativa o contenciosa; estos actos de trámite cualificados serán los que
decidan directa o indirectamente sobre el fondo del asunto, aquellos que
determinen la imposibilidad de continuar el procedimiento o los que produzcan
indefensión o perjuicio irreparable a los derechos o intereses legítimos.

II.3. ELEMENTOS DEL ACTO ADMINISTRATIVO. SUJETO. CONTENIDO. CAUSA Y FIN.


FORMA.

El acto administrativo debe ser atribuido a un sujeto de la Administración


Pública. A estos efectos debemos entender por Administración Pública según el art.
1.2 LJC-A, la AGE, las administraciones de las CCAA, las entidades que integran la
administración local y las entidades de derecho público dependientes o vinculadas al
Estado, las CCAA o las entidades locales.

Es el art. 53 de la LRJPAC el que establece el contenido del acto


administrativo. Se exige como requisito de este contenido que sea posible lo que
supone que todo acto de contenido imposible es nulo de pleno derecho y debe ser
lícito es decir ajustado a lo dispuesto en el ordenamiento jurídico.

El contenido del acto administrativo se establece en 4 especificaciones el


contenido esencial sin el cual el acto no tiene existencia, por ejemplo en una licencia
para edificar deberá contener la declaración facultando a realizar la obra si no existe
esta declaración no puede decirse que se haya otorgado la licencia; el contenido
natural que necesariamente forma parte del acto administrativo y sirve para
individualizarlo respecto de los demás; el contenido implícito que debe referirse a
aquellas cláusulas no expresas pero que deben ser entendidas incluidas en el acto
porque se incluyen en todos los de la misma especie; y el contenido eventual o
accidental serán todas aquellas cláusulas que el órgano administrativo puede
introducir en el acto dirigidas a modificar, generalmente restringiendo sus efectos o el
contenido esencial del acto. Estas cláusulas serán las distintas condiciones, los

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términos y los modos que se puedan establecer. La condición será la posibilidad de
establecer un hecho futuro incierto del cual se hará depender la eficacia del acto
administrativo, el término indica el día desde el cual debe tener eficacia del acto o
desde el cual la eficacia del acto administrativo debe cesar y el modo será una carga
impuesta a la persona favor de la cual se dicta el acto administrativo por ejemplo si se
concede una licencia de construcción con la adición de que además debe construirse
un aparcamiento subterráneo

La causa del acto administrativo constituye el por qué del acto, la razón que
justifica que el acto administrativo se haya dictado. La causa última de todo acto
administrativo es perseguir el interés público. Si la causa es la respuesta a la pregunta
por qué, el fin del acto administrativo será la respuesta a la pregunta para qué, así el
acto administrativo siempre se dirige a una finalidad objetivamente determinada, el
interés público o el interés del servicio público.

La desviación de poder se define en el art. 70.2 LJC-A, supone un vicio legal


que consiste en el ejercicio de potestades administrativas para fines distintos de los
fijados en el ordenamiento jurídico, es decir, el acto administrativo se separa de su
elemento teleológico, aunque debemos aclarar que para incurrir en desviación de
poder tan sólo se requiere que el acto se aparte de la finalidad establecida por el
ordenamiento jurídico, aunque la finalidad a la que sirva sea otra finalidad pública.
Según el art. 63 LRJPAC, son anulables los actos de la Administración que incurran en
desviación de poder.

II.4. MOTIVACIÓN DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS.

De forma general, la motivación de los actos administrativos supone hacer


público mediante una declaración formal los motivos de hecho y de derecho en función
de los cuales se ha determinado el contenido de los actos.

En el acto administrativo los motivos están siempre y necesariamente


incorporados a la causa, es decir, a la contestación a por qué se ha dictado el acto con
ese contenido.

El art. 54 LRJPAC señala que con carácter general que los actos
administrativos tendrán una motivación facultativa, es decir, la Administración podrá
elegir si hace público está declaración formal sobre los motivos de hecho y de

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derecho. En el art. 54 se recogen los actos que necesariamente deben ser motivados,
esta motivación supondrá como mínimo una sucinta referencia a los hechos y a los
fundamentos de derecho y serán:

Los actos que limiten los derechos subjetivos o intereses legítimos.

Los que resuelvan procedimientos de revisión de oficio de disposiciones o


actos administrativos, recursos administrativos, reclamaciones previas a la vía judicial
y procedimientos de arbitraje.

Los que se separen del criterio seguido en actuaciones precedentes o del


dictamen de órganos consultivos.

Los acuerdos de suspensión de actos cualquiera que sea el motivo de esta así
como la adopción de medidas provisionales previstas en los art. 72 y 136 LRJPAC.

Los acuerdos de aplicación de la tramitación de urgencia o de ampliación de


plazos.

Los que se dicten en el ejercicio de potestades discrecionales así como los que
deban serlo en virtud de disposición legal o reglamentaria expresa.

La motivación de los actos que pongan fin a los procedimientos selectivos o de


concurrencia competitiva se realizará de conformidad con lo que dispongan las normas
que regulen sus convocatorias debiendo en todo caso quedar acreditados en el
procedimiento los fundamentos de la resolución que se adopte.

II.5. LA COMUNICACIÓN DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS.

La comunicación es el medio de llevar a conocimiento de los ciudadanos el


contenido de los actos administrativos. Existen dos formas de comunicar los actos
administrativos mediante la notificación y la publicación.

La notificación se utiliza cuando el acto se dirige a una persona o a un


conjunto determinado de personas; la publicación se utiliza cuando el acto tenga por
destinatario a una pluralidad indeterminada de personas y en los supuestos
legalmente establecidos.

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La notificación de los actos administrativos se recoge en los art. 58 y 59
LRJPAC.

Los actos que se deben notificar se determinan en el art. 58 1 LRJPAC, serán


las resoluciones y los actos administrativos que afecten a los derechos e intereses de
los interesados.

El plazo para realizar la notificación se establece en el art. 58.2 LRJPAC, será


un plazo de 10 días a partir de la fecha en que el acto haya sido dictado. Estos 10 días
serán días hábiles según señala la normativa general de los plazos administrativos.

La notificación tendrá como contenido el texto íntegro de la resolución con


indicación de si es o no definitivo en la vía administrativa y los recursos que procedan
señalando el órgano al que hubieran de presentarse y el plazo para interponerlos,
aunque los interesados podrán ejercitar cualquier otro recurso que estimen
procedente.

Las notificaciones serán válidas y producirán los efectos correspondientes


siempre y cuando contengan el texto íntegro de la resolución o acto administrativo
aunque se omita alguno de los demás requisitos previstos, surtirá efecto a partir de la
fecha en que el interesado realice alguna actuación que supongan el conocimiento del
contenido y alcance de la resolución o acto objeto de la notificación o bien interponga
cualquier recurso que sea procedente.

A los solos efectos de entender cumplida la obligación de notificar dentro del


plazo máximo de duración de los procedimientos será suficiente que la notificación
contenga el texto íntegro de la resolución así como el intento de notificación
debidamente acreditado

La práctica de la notificación se recoge en el art. 59 LRJPAC y hace referencia


a la forma y el lugar donde se debe efectuar la notificación.

La forma de notificación, será por cualquier medio que permita tener constancia
de la recepción de la misma por el interesado o su representante, así como la fecha, la
identidad y el contenido del acto notificado. La acreditación de la notificación realizada
se incorporará al expediente administrativo.

El lugar de la notificación dependerá del tipo de procedimiento que se trate.


En los procedimientos iniciados a solicitud del interesado, la notificación se realizará

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en el lugar que el interesado haya señalado en la solicitud y si no fuera posible en
cualquier lugar adecuado a tal fin y por cualquier medio conforme a lo dispuesto en el
apartado 1 del artículo 59 relativo a la forma y medio de notificación.

Existe unas disposiciones específicas para cuando la notificación se realice en


el domicilio del interesado; si el interesado no se encontrará presente en el momento
en el que se entrega la notificación podrá hacerse cargo de la misma cualquier
persona que se encuentre en el domicilio y deje constancia de su identidad, si nadie
pudiera hacerse cargo de la notificación se hará constar esta circunstancia en el
expediente junto con el día y la hora en la que se intentó la notificación, el intento de
notificación se repetirá una sola vez y en una hora distinta dentro de los tres días
siguientes, la jurisprudencia ha entendido que esta expresión de una hora distinta es
aquella en la que hayan pasado por lo menos 60 minutos desde la hora indicada en el
primer intento de notificación.

La notificación podrá ser rechazada por el interesado o su representante, si


esto ocurriera tal circunstancia se hará constar en el expediente especificando las
circunstancias del intento de notificación. En el supuesto de rechazo de la notificación
se tendrá por efectuado el trámite continuándose con el procedimiento.

La notificación podrá ser sustituida por la publicación del acto o resolución en


varios supuestos:

Cuando los interesados del procedimiento sean desconocidos.

Cuando no se tenga constancia del lugar de la notificación.

Cuando se haya intentado la notificación y ésta no se haya podido practicar.

En estos tres supuestos se procederá a publicar el acto o resolución de que se


trate en el Boletín Oficial del Estado, de forma previa y facultativamente las AAPP
podrán publicar un anuncio en el Boletín Oficial de la Comunidad Autónoma o de la
provincia así como en el tablón de edictos del Ayuntamiento del último domicilio
conocido del interesado o del Consulado o sección Consular de la Embajada
correspondiente también en los tablones electrónicos de los ayuntamientos previstos
en el artículo 12 de la Ley 11/2007 de 22 de junio de acceso electrónico de los
ciudadanos a los servicios públicos.

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Las AAPP podrán establecer otras formas de notificación complementarias a
través de otros medios de difusión aunque siempre deberán cumplir con la obligación
de publicar el correspondiente anuncio en el Boletín Oficial del Estado.

La LRJPAC recoge algunos supuestos en los que la publicación sustituirá a la


notificación surtiendo los mismos efectos. Estos supuestos serán:

Cuando el acto tenga por destinatario una pluralidad indeterminada de persona

Cuando la administración estime que la notificación efectuada a un único


interesado es insuficiente para garantizar la notificación a todos ellos siendo en este
último caso adicional la notificación efectuada.

Cuando se trate de actos integrantes de un procedimiento selectivo o de


concurrencia competitiva de cualquier tipo en este caso la convocatoria del
procedimiento deberá indicar el tablón de anuncios o los medios de comunicación
donde se efectuarán las sucesivas publicaciones careciendo de validez las que se
lleven a cabo en lugares distintos.

La Ley 11/2007 de 22 de junio de acceso electrónico de los ciudadanos a los


servicios públicos ha establecido también la posibilidad de efectuar la notificación
electrónica, art. 28. Se establece como requisito general que el interesado lo haya
señalado de forma expresa, o haya consentido a tal medio de notificación, la
Administración Pública podrá obligar a la comunicación electrónica, entre ella y los
interesados estableciéndolo reglamentariamente, cuando los interesados sean
personas jurídicas o colectivos de personas físicas que por razón de su capacidad
económica o técnica, dedicación profesional u otros motivos acreditados tengan
garantizados el acceso y disponibilidad de los medios tecnológicos precisos.

La notificación electrónica, se deberá realizar a través de un sistema que


permita acreditar la fecha y la hora en la que se produzca la puesta a disposición del
interesado del acto objeto de la notificación, así como la de acceso a su contenido por
este. Cuando exista este acceso al contenido se entenderá practicada la notificación
surtiendo todos los efectos legales. Cuando exista constancia de la puesta a
disposición y hayan transcurrido 10 días naturales sin que se produzca el acceso se
entenderá rechazada la notificación, salvo que de oficio o a instancia del destinatario
se compruebe la imposibilidad técnica o material del acceso.

Las disposiciones y los actos administrativos: Disposiciones administrativas. Requisitos de los actos administrativos.
Nulidad y anulabilidad. 16/29/
En administración electrónica se recoge otra formula de notificación en el art.
28.5 de la Ley 11/2007, de 22 de junio, la notificación por comparecencia, que
supondrá el acceso electrónico por los interesados al contenido de las actuaciones
administrativas correspondientes, siempre que quede constancia de dicho acceso.

Esta normativa básica ha sido desarrollada en la CARM en los arts. 60 a 68 del


Decreto 302/2011, de 25 de noviembre, de Régimen Jurídico de la Gestión Electrónica
de la Administración Pública de la CARM.

Los actos administrativos también podrán ser dados a conocer mediante la


publicación en el Boletín Oficial del Estado. La publicación se producirá cuando así lo
establezca la norma reguladora de cada procedimiento o cuando lo aconsejen razones
de interés público apreciadas por el órgano competente. La publicación deberá
contener los mismos elementos citados, aunque en los supuestos de publicación de
actos que contengan elementos comunes podrán publicarse de forma conjunta los
aspectos coincidentes especificando sé solamente los aspectos individuales de cada
acto.

El art. 61 LRJPAC recoge un supuesto específico, aquel en el que la


notificación efectuada por medio de anuncios suponga la lesión de derechos o
intereses legítimos, en ese caso se podrá limitar la publicación a una somera
indicación del contenido del acto y del lugar donde los interesados podrán comparecer
en el plazo que se establezca para tener conocimiento del contenido íntegro del acto
correspondiente.

II.6. EFICACIA DEL ACTO ADMINISTRATIVO. EFICACIA DEMORADA, EFICACIA

RETROACTIVA. CESACIÓN DE LA EFICACIA.

El art. 57 LRJPAC resuelve el problema de cual es el momento en el que son


eficaces los actos administrativos.

La regla general sobre la eficacia del acto administrativo se determina en el art.


57.1 LRJPAC, los actos de las Administraciones Públicas sujetos al derecho
administrativo se presumirá válidos y producirán efectos desde la fecha en la que se
dicten salvo que en ellos se disponga otra cosa. Por lo que la regla general de la
eficacia del acto administrativo será la eficacia inmediata del mismo.

Las disposiciones y los actos administrativos: Disposiciones administrativas. Requisitos de los actos administrativos.
Nulidad y anulabilidad. 17/29/
Se recogen a continuación dos excepciones la eficacia demorada y la eficacia
retroactiva.

La eficacia demorada del acto administrativo aparece recogida en el art. 57.2


LRJPAC, existirán varios supuestos en los que la regla general de eficacia inmediata
no se aplicará y supondrá que la eficacia queda demorada a un momento posterior:

Cuando así lo exija el contenido del acto. Serán los supuestos de actos
sometidos a condición o terminó, en este caso mientras no transcurra este plazo
marcado o no se cumpla la condición establecida el acto administrativo perfecto y
válido no producirá efectos.

Cuando la eficacia del acto quede supeditada a la notificación o publicación del


mismo la eficacia en este supuesto vendrá determinada por el conocimiento del
contenido del acto por parte del interesado en el procedimiento.

Cuando la misma esté supeditada a la aprobación de un superior. El supuesto


típico serán los actos dictados por aquellos organismos o entidades que estén
sometidos a tutela administrativa de otros entes, el acto es perfecto y plenamente
válido pero no producirá efectos hasta que no se ha aprobado por la autoridad superior
que ejerce esta tutela.

La otra excepción a la eficacia inmediata del acto administrativo será la eficacia


retroactiva. Como norma general, los actos administrativos no producirán efectos
retroactivos si bien en el art. 57.3 LRJPAC se establecen los supuestos en los que la
Administración Pública podrá conceder efecto retroactivo a un acto administrativo:

Cuando el acto se ha dictado en sustitución de un acto anulado.

Cuando el acto pueda producir efectos favorables al interesado siempre y


cuando los supuestos de hecho necesarios existieran ya en la fecha a la que se
retrotraiga la eficacia del acto y no lesione derechos o intereses legítimos de otras
personas.

La eficacia del acto también cesa en algún momento. En algunos casos el acto
se extinguirá de forma natural por su total cumplimiento, en otros casos el acto se
extinguirá porque desaparecen los presupuestos fácticos que le servían de soporte,
también cesará la eficacia cuando esté sometido a una condición resolutoria o bien

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Nulidad y anulabilidad. 18/29/
estuviese sometido a un plazo final o cuando el mismo sea anulado o declarado su
nulidad vía recurso administrativo o jurisdiccional.

La eficacia del acto podrá ser suspendida temporalmente. Esta medida tendrá
un carácter provisional y cautelar y se podrá adoptar en el procedimiento de recurso
administrativo o recurso jurisdiccional. De lo que se trata es de suspender los efectos
que pueda producir el acto administrativo para asegurar la integridad del objeto, ya
que de forma genérica los recursos administrativos y Contencioso-Administrativo no
suspenderán la ejecución del acto impugnado y por tanto su eficacia. Por ello se podrá
solicitar la suspensión del acto y ésta se dictará cuando la ejecución del acto pudiera
causar perjuicios de imposible o difícil reparación. También será posible la suspensión
del acto administrativo cuando la impugnación se fundamente en alguna de las causas
de nulidad de pleno derecho del art. 62 LRJPAC. La solicitud de suspensión de la
eficacia o ejecución del acto administrativo se entenderá aceptada, y por tanto tendrá
un silencio administrativo positivo, si en el plazo de 30 días el órgano competente para
decidir sobre la misma no ha dictado resolución expresa al respecto, el acuerdo de
suspensión podrá contener las medidas que se estimen necesarias para asegurar la
protección del interés público o de terceros.

II.7. LA EFECTIVIDAD DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS. LA EJECUTIVIDAD

La ejecutividad del acto administrativo viene determinada por la presunción de


legalidad del propio acto, es decir, un acto administrativo dictado y notificado se
presume válido y perfecto por lo que son los interesados los que deben actuar contra
él vía recurso si quieren provocar su anulación y su no ejecución. Como el acto
administrativo se presume válido, la Administración Pública tiene la posibilidad de
efectuar su ejecución, es decir, que los efectos que determina el propio acto se
trasladen a la realidad.

El acto administrativo podrá ser cumplido de forma voluntaria por los


interesados, pero sin embargo también es posible que los interesados que deban
cumplir con lo establecido en el mismo no lo hagan. El propio acto da poder a la
Administración Pública para llevar a cabo la acción de oficio o la ejecución forzosa.

Señala el art. 96 LRJPAC que la ejecución forzosa por la administración pública


deberá respetar siempre el principio de proporcionalidad y se enumeran los medios

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Nulidad y anulabilidad. 19/29/
con los que cuenta para llevarla a cabo. Los medios de ejecución forzosa serán el
apremio sobre el patrimonio, la ejecución subsidiaria, la multa coercitiva y la
compulsión sobre las personas. De forma general se entiende que el uso de uno u otro
medio debe responder siempre al principio de proporcionalidad enunciado en la Ley y
que la utilización de uno de ellos no excluye totalmente la utilización de los demás ya
que pueden combinarse.

El apremio sobre el patrimonio se recoge en el art. 97 LRJPAC y se usará


cuando el acto administrativo establezca la necesidad de satisfacer una cantidad
líquida, en este caso, se podrá seguir el procedimiento previsto en las normas
reguladoras del procedimiento recaudatorio en vía ejecutiva. Como norma añadida se
establece que no podrá imponerse a los ciudadanos una obligación pecuniaria que no
estuviese establecida con arreglo a una norma de rango legal.

La ejecución subsidiaria se define en el art. 98 LRJPAC, al determinar que la


ejecución subsidiaria se utilizará frente a actos que por no ser personalísimos, puedan
ser realizados por sujetos distintos de los obligados, se tratara de acciones de hacer
que puedan ser realizada por cualquier persona. Si el interesado no la lleva a cabo en
el plazo previsto en el propio acto, la Administración podrá llevarlas a cabo, los gastos
ocasionados podrán ser exigidos a los obligados en el acto administrativo, está
obligación pecuniaria se podrá exigir mediante el apremio sobre el patrimonio.

La multa coercitiva, art. 99 LRJPAC, persigue forzar el cumplimiento de la


obligación que establezca el acto y sólo podrá imponerse cuando así sea autorizado
por las leyes y en la forma y cuantía que éstas determinen y será siempre
independiente de aquellas que puedan imponerse en concepto de sanción y ambas
podrán ser compatibles. En todo caso se podrá imponer la multa coercitiva cuando se
trate de actos personalísimos en los que no proceda la compulsión sobre las personas
o cuando se trate de actos en que procediendo la compulsión sobre las personas la
Administración no lo estime conveniente o actos cuya ejecución pueda el obligado
encargar a otra persona.

La compulsión sobre las personas recogida en el art. 100 LRJPAC, supondrá el


empleo por parte de la Administración de la actuación directa para imponer sus
decisiones, sólo se podrá utilizar cuando se trate de la ejecución de actos
administrativos que impongan a los ciudadanos una obligación personalísima y sólo
podrá ser utilizada en aquellos casos en los que la ley expresamente lo autorice y

Las disposiciones y los actos administrativos: Disposiciones administrativas. Requisitos de los actos administrativos.
Nulidad y anulabilidad. 20/29/
siempre dentro del debido respeto a la dignidad ya los derechos reconocidos en la
Constitución. Las obligaciones personalísimas pueden consistir en un no hacer, como
por ejemplo, no reunirse o no manifestarse, en soportar una acción, como por ejemplo
la vacunación obligatoria o en un hacer, en este último supuesto, cuando el obligado
no lo lleve a cabo, deberá resarcir los daños y perjuicios a cuya liquidación y exacción
se procederá envía administrativa.

II.8. TÉRMINOS Y PLAZOS DEL ACTO ADMINISTRATIVO.

El término es el momento en el que debe realizarse un determinado acto, por


ejemplo, la comparecencia de un interesado ante un funcionario esta debe tratarse en
un momento determinado eso será el término. El plazo consistirá en un espacio o
período de tiempo durante el cual se puede verificar un determinado acto. Con
respecto al plazo se plantean dos problemas su cómputo y la posibilidad de alterarlo.

En primer lugar debemos referirnos al art. 47 LRJPAC que señala la


obligatoriedad de la observancia de los términos y plazos establecidos por las leyes
esta obligación se recoge para las autoridades y el personal al servicio de las
Administraciones Públicas así como para los interesados en los distintos
procedimientos.

El cómputo de los plazos se recoge en el art. 48 LRJPAC, salvo que la ley o


normativa comunitaria establezca otra cosa los plazos señalados por días se
entenderán que se refieren a días hábiles excluyéndose de su cómputo los domingos y
los días declarados festivos. Cuando los plazos se señalen por días naturales se hará
constar esta circunstancia en las correspondientes notificaciones.

Cuando el plazo se fija en meses o años, éstos se computarán a partir del día
siguiente a aquel en que tenga lugar la notificación o publicación del acto de que se
trate o desde el siguiente a aquel en que se produzca la estimación o desestimación
por silencio administrativo, si en el mes de vencimiento no hubiera día equivalente a
aquel en que comienza el cómputo, se entenderá que el plazo expira el último día del
mes

Cuando el último día del plazo concedido sea inhábil se entenderá que el plazo
queda prorrogado hasta el primer día hábil siguiente.

Las disposiciones y los actos administrativos: Disposiciones administrativas. Requisitos de los actos administrativos.
Nulidad y anulabilidad. 21/29/
Los plazos expresados en días se contarán a partir del siguiente a aquel en
que tenga lugar la notificación o publicación del acto o desde el siguiente a aquel en
que se produzca la estimación o desestimación por silencio administrativo

Pero qué pasa cuando un día fuera hábil en el municipio o comunidad


autónoma de residencia del interesado e inhábil en la sede del órgano administrativo
que dictó el acto correspondiente o a la inversa. En ese caso se considerará que ese
día es inhábil en todo caso.

La declaración de un día como hábil o inhábil a efectos de cómputo de plazo no


determina por sí sola el funcionamiento de los centros de trabajo de las
Administraciones Públicas o la organización del tiempo de trabajo ni el acceso de los
ciudadanos a los registros.

Las Administraciones Públicas la AGE y las administraciones de las CCAA


fijarán un calendario laboral oficial para su respectivo ámbito estableciendo los días
inhábiles a efectos de cómputos de plazo comprendiendo este calendario a las
distintas entidades que integran la administración local correspondiente a su ámbito
territorial. El calendario laboral deberá publicarse antes del comienzo de cada año en
el Diario Oficial que corresponda y en cualquier otro medio de difusión que garantice el
conocimiento del calendario por los ciudadanos.

La alteración de los plazos vendrá determinada por su ampliación o reducción.

La ampliación de los plazos se recoge en el art. 49 LRJPAC. La Administración


Pública salvo que exista una norma en contra, podrá conceder de oficio o a petición de
los interesados una ampliación de los plazos establecidos, siempre y cuando esta
ampliación no exceda de la mitad del plazo establecido y las circunstancias lo
aconsejan y con ello no se perjudiquen derechos de tercero. El acuerdo de ampliación
será notificado a los interesados. Esta ampliación de plazos por el tiempo máximo
permitido se aplicará en todo caso a los procedimientos tramitados en misiones
diplomáticas y oficinas consulares así como aquellos que tramitados en el interior
exijan la cumplimentación de algún trámite en el extranjero o en los que intervengan
interesados residentes fuera del país. La petición de los interesados de ampliación y la
resolución de la Administración sobre la misma debe producirse antes de que venza el
plazo de que se trate ya que en ningún caso podrá ser objeto de ampliación un plazo
ya vencido. Los acuerdos sobre ampliación de plazo y sobre su denegación no serán
susceptibles de recurso.

Las disposiciones y los actos administrativos: Disposiciones administrativas. Requisitos de los actos administrativos.
Nulidad y anulabilidad. 22/29/
Otra alteración de los plazos será la reducción de los mismos. El art. 50
LRJPAC, establece la posibilidad de reducir el plazo dado de oficio o a petición del
interesado cuando por razones de interés público aconsejen la aplicación al
procedimiento de la tramitación de urgencia. La tramitación de urgencia supondrá que
se reducirán a la mitad los plazos establecidos para el procedimiento ordinario salvo
aquellos plazos relativos a la presentación de solicitudes y recursos. No cabrá recurso
alguno contra el acuerdo que declara la aplicación de urgencia del procedimiento.

III. NULIDAD Y ANULABILIDAD.


La teoría de la invalidez de los actos administrativos recoge dos categorías
básicas, la nulidad absoluta y la anulabilidad.

La anulabilidad constituye la regla general, siendo excepcional la nulidad


absoluta o nulidad de pleno derecho.

La nulidad de pleno derecho se recoge en el art. 62 LRJPAC, mientras que la


anulabilidad se recoge en el artículo 63.1 LRJPAC y los vicios e irregularidades del
acto administrativo que ni siquiera dan lugar a tal anulabilidad se recogen en el art.
63.2 y 3.

III.1.LA NULIDAD DE PLENO DERECHO.

El art. 62 LRJPAC distingue los supuestos en las que los actos administrativos
serán nulos de pleno derecho, apartado 1, y aquellos supuestos en los que los
reglamentos o disposiciones administrativas de carácter general serán nulas de pleno
derecho, apartado 2.

Con respecto a los supuestos de nulidad de los actos administrativos se


establece que serán nulos:

Los actos que lesionen derechos o libertades susceptibles de amparo


constitucional.

Los actos dictados por órgano manifiestamente incompetente por razón de la


materia o del territorio.

Las disposiciones y los actos administrativos: Disposiciones administrativas. Requisitos de los actos administrativos.
Nulidad y anulabilidad. 23/29/
Debemos señalar que la incompetencia jerárquica o de grado admite la
convalidación por lo que no será un supuesto de nulidad de pleno derecho.

Los actos de contenido imposible.

La imposibilidad debe ser del contenido material o físico, ya que la


imposibilidad jurídica equivale pura y simplemente a la ilegalidad del acto en términos
generales.

Los actos que sean constitutivos de infracción penal o se dicten como


consecuencia de ésta.

Los actos dictados prescindiendo total y absolutamente del procedimiento


legalmente establecido o de las normas que contienen las reglas esenciales para la
formación de la voluntad de los órganos colegiados.

En este supuesto se recogen a su vez dos supuestos los actos dictados con
omisión total y absoluta del procedimiento legalmente establecido y el supuesto de los
actos dictados con infracción de las reglas esenciales para la formación de la voluntad
de los órganos colegiados.

Respecto al primer supuesto serán los actos dictados con omisión total y
absoluta del procedimiento legalmente establecido. Este supuesto hay que entenderlo
referido a la omisión de los trámites esenciales integrantes de un procedimiento
determinado, no la omisión de cualquiera de los trámites que integran un
procedimiento ya que solamente será sancionable con la nulidad de pleno derecho los
la inobservancia de los trámites esenciales. La inobservancia de cualquier otro trámite
dará lugar a que el acto sea simplemente anulable. Se podrá considerar como trámite
esencial el trámite de audiencia.

El segundo supuesto se refiere aquellos actos dictados con infracción de las


reglas esenciales para la formación de la voluntad de los órganos colegiados. En este
supuesto basta para la calificación de nulidad de pleno derecho que el acto haya sido
adoptado infringiendo las reglas esenciales de la formación de la voluntad no se
requiere la omisión total del procedimiento establecido.

Los actos expresos o presuntos contrarios al ordenamiento jurídico por los que
se adquieren facultades o derechos cuando se carezca de los requisitos esenciales
para su adquisición.

Las disposiciones y los actos administrativos: Disposiciones administrativas. Requisitos de los actos administrativos.
Nulidad y anulabilidad. 24/29/
En este supuesto se pretende remediar el posible exceso que pudiera derivarse
de la configuración del silencio administrativo positivo, es decir, cuando en virtud de un
acto presunto se pudiera adquirir alguna facultad o derecho pero falte el requisito
esencial para su adquisición describiéndose él mismo en la normativa reguladora.

Por último serán nulos de pleno derecho cualquier otro acto que se establezca
expresamente en una disposición de rango legal.

De esta manera el art. 62.1 LRJPAC se configura como una lista abierta.

En cuanto a los supuestos de nulidad de pleno derecho de las disposiciones


administrativas se recogen en el art. 62.2 LRJPAC. Serán nulos de pleno derecho
aquellos que vulneren la Constitución, las leyes o las disposiciones administrativas de
rango superior, ésto es, aquellas disposiciones administrativas que infrinjan el principio
de jerarquía normativa al que están sometidos; también serán nulas de pleno derecho
las disposiciones administrativas que infrinjan el principio de reserva de ley y aquellas
que retrotraigan disposiciones sancionadoras no favorables o restrictivas de derechos
individuales.

Como se puede apreciar la nulidad de pleno derecho es la regla general en


materia de disposiciones administrativas de carácter general ya que cuando estás
infrinjan cualquiera de los límites que acotan el ámbito propio de la potestad
reglamentaria serán nulas de pleno derecho de forma contraria a la regla general de la
anulabilidad de los actos administrativos.

1. La anulabilidad de los actos administrativos.


La anulabilidad del acto administrativo se recoge en el ordenamiento como un
beneficio exclusivo del particular afectado por el acto viciado. Se reconoce al
ciudadano afectado por el acto viciado la posibilidad de reaccionar contra él y solicitar
la declaración de nulidad del acto. Si esta reacción del afectado no se produce el
ordenamiento jurídico se desentiende del vicio cometido y se considera que el vicio se
ha purgado en aras de la seguridad jurídica es como si no se hubiera producido.

Los vicios que hacen anulable el acto administrativo se establecen en el art.


63.1 LRJPAC y serán, cualquier infracción del ordenamiento jurídico incluida la
desviación de poder.

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Nulidad y anulabilidad. 25/29/
El defecto de forma, art. 63.2 LRJPAC, sólo conllevará la anulabilidad del acto
cuando éste carezca de los requisitos formales indispensables para alcanzar su fin o
dé lugar a la indefensión de los interesados, en el resto de supuestos el defecto de
forma supondrá una irregularidad no invalidante.

El defecto temporal en el acto administrativo, art. 63.3 LRJPAC, es decir, la


realización de actuaciones administrativas fuera del tiempo establecido para ellas sólo
implicará la anulabilidad del acto administrativo cuando así lo imponga la naturaleza
del término o plazo, es decir, cuando el término o plazo sea un elemento esencial del
contenido del acto, en el resto de supuestos el defecto temporal será una irregularidad
no invalidante.

III.2.DIFERENCIAS ENTRE NULIDAD DE PLENO DERECHO Y ANULABILIDAD.

Los actos nulos carecen inicial y perpetuamente de efectos.

Cuando se pretende establecer un estado de cosas al amparo de un acto nulo


habrá de provocarse una sentencia que declara la nulidad sentencia que tendrá
carácter declarativo.

Los efectos de la declaración de nulidad se producirán desde la fecha en la que


se dictó el acto ex tunc.

El acto nulo no puede convalidarse en particular por el paso del tiempo por
tanto la nulidad se podrá invocar sé en cualquier momento.

Los actos anulables producen efectos en tanto no sean anulados; la sentencia


que reconozca la invalidez tendrá carácter constitutivo, por lo que la anulación
producirá efectos desde la fecha de la declaración de nulidad, ex nunc.

El acto anulable podrá ser convalidado, en particular, se convalida era por el


transcurso del tiempo y la anulación sólo podrá ser invocada por quienes tengan
interés en ello.

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Nulidad y anulabilidad. 26/29/
III.3.LOS LÍMITES DE LA INVALIDEZ: LA CONVALIDACIÓN, LA CONSERVACIÓN Y LA
CONVERSIÓN.

La convalidación del acto administrativo será un acto administrativo por el cual


se subsanen los defectos del acto anterior, el cual será anulable ya que el acto nulo
nunca es susceptible de convalidación. Existen dos fórmulas para efectuar la
convalidación por ratificación o confirmación y por saneamiento o subsanación.

El art. 67.1 LRJPAC establece que la Administración podrá convalidar los


actos anulables subsanando los vicios de que adolezcan. Los efectos de esta
convalidación se recogen en el art. 67.2 LRJPAC, el acto de convalidación producirá
efectos desde su fecha salvo lo dispuesto para la retroactividad de los actos
administrativos. El órgano administrativo que debe efectuar la convalidación por ser el
competente será el mismo órgano que dictó el acto objeto de la convalidación salvo en
dos supuestos: cuando el vicio consista en incompetencia no determinante de nulidad
es decir incompetencia jerárquica la convalidación podrá realizarse por el órgano
competente cuando sea superior jerárquico del que dictó el acto viciado (art. 63.3
LRJPAC) y cuando el vicio consista en la falta de alguna autorización, podrá ser
convalidado mediante el otorgamiento de dicha autorización por el órgano competente
para ello (art. 67.4 LRJPAC).

La conservación de los actos. El principio de conservación se aplica tanto a


los actos nulos de pleno derecho como a los actos anulables. Se recoge en el art. 64
LRJPAC al establecer que la nulidad o anulabilidad de un acto no implicará ni la de los
sucesivos en el procedimiento que sean independientes del primero ni la de las partes
del acto independientes de la parte viciada. La conservación de los actos o partes del
acto se efectuará por el órgano que declare la nulidad de actuaciones, el cual deberá
disponer siempre la conservación de aquellos actos y trámites cuyo contenido hubiera
permanecido igual de no haberse cometido la infracción esta conservación se referirá
tanto a los actos nulos como a los anulables.

La conversión de los actos nulos o anulables, art. 65 LRJPAC, supone que


aquellos actos nulos o anulables que, sin embargo, contengan elementos constitutivos
de otro distinto producirán los efectos de éste último.

Las disposiciones y los actos administrativos: Disposiciones administrativas. Requisitos de los actos administrativos.
Nulidad y anulabilidad. 27/29/
IV. ABREVIATURAS Y LEGISLACIÓN.

• AGE – Administración General del Estado.

• CARM – Comunidad Autónoma de la Región de Murcia.

• CCAA – Comunidades Autónomas.

• CE – Constitución Española.

• EA – Estatuto de Autonomía de la Región de Murcia, aprobado por Ley Orgánica


4/1982, de 9 de junio.

• LBRL – Ley 7/1985, de 2 de abril, reguladora de las Bases de Régimen Local.

• LJC-A – Ley 29/1998, de 13 de julio, Reguladora de la Jurisdicción Contencioso-


Administrativa.

• LG – Ley 50/1997, de 27 de noviembre, del Gobierno.

• LOFAGE – Ley 6/1997, de 14 de abril, de Organización y Funcionamiento de la


Administración General del Estado.

• LRJPAC – Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las


Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común.

Las disposiciones y los actos administrativos: Disposiciones administrativas. Requisitos de los actos administrativos.
Nulidad y anulabilidad. 28/29/

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