Vías de La Existencia de Dios - Summa TH

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VIAS DE LA EXISTENCIA DE DIOS – SANTO TOMÁS DE AQUINO

Artículo 2: La existencia de Dios, ¿es o no es demostrable?


S. Th. I, q2, a.2
Objeciones por las que parece que la existencia de Dios no es demostrable:

1. La existencia de Dios es artículo de fe. Pero los contenidos de fe no son demostrables, puesto
que la demostración convierte algo en evidente, en cambio la fe trata lo no evidente, como dice el
Apóstol en Heb 11,1. Por lo tanto, la existencia de Dios no es demostrable.

2. La base de la demostración está en lo que es. Pero de Dios no podemos saber qué es, sino
sólo qué no es, como dice el Damasceno. Por lo tanto, no podemos demostrar la existencia de Dios.

3. Si se demostrase la existencia de Dios, no sería más que a partir de sus efectos. Pero sus efectos
no son proporcionales a Él, en cuanto que los efectos son finitos y Él es infinito; y lo finito no es
proporcional a lo infinito. Como quiera, pues, que la causa no puede demostrarse a partir de los
efectos que no le son proporcionales, parece que la existencia de Dios no puede ser demostrada.

Contra esto: está lo que dice el Apóstol en Rom 1,20: Lo invisible de Dios se hace comprensible y
visible por lo creado. Pero esto no sería posible a no ser que por lo creado pudiera ser demostrada la
existencia de Dios, ya que lo primero que hay que saber de una cosa es si existe.

Respondo: Toda demostración es doble. Una, por la causa, que es absolutamente previa a cualquier
cosa. Se la llama: a causa de. Otra, por el efecto, que es lo primero con lo que nos encontramos; pues
el efecto se nos presenta como más evidente que la causa, y por el efecto llegamos a conocer la
causa. Se la llama: porqué. Por cualquier efecto puede ser demostrada su causa (siempre que los
efectos de la causa se nos presenten como más evidentes): porque, como quiera que los efectos
dependen de la causa, dado el efecto, necesariamente antes se ha dado la causa. De donde se deduce
que la existencia de Dios, aun cuando en sí misma no se nos presenta como evidente, en cambio sí
es demostrable por los efectos con que nos encontramos.
A las objeciones:
1. La existencia de Dios y otras verdades que de Él pueden ser conocidas por la sola razón natural,
tal como dice Rom 1,19, no son artículos de fe, sino preámbulos a tales artículos. Pues la fe presupone
el conocimiento natural, como la gracia presupone la naturaleza, y la perfección lo perfectible. Sin
embargo, nada impide que lo que en sí mismo es demostrable y comprensible, sea tenido como
creíble por quien no llega a comprender la demostración.

2. Cuando se demuestra la causa por el efecto, es necesario usar el efecto como definición de la
causa para probar la existencia de la causa. Esto es así sobre todo por lo que respecta a Dios. Porque
para probar que algo existe, es necesario tomar como base lo que significa el nombre, no lo que es; ya
que la pregunta qué es presupone otra: si existe. Los nombres dados a Dios se fundamentan en los
efectos, como probaremos más adelante (q.13 a.1). De ahí que, demostrado por el efecto la
existencia de Dios, podamos tomar como base lo que significa este nombre Dios.

3. Por efectos no proporcionales a la causa no se puede tener un conocimiento exacto de la causa.


Sin embargo, por cualquier efecto puede ser demostrado claramente que la causa existe, como se
dijo. Así, por efectos divinos puede ser demostrada la existencia de Dios, aun cuando por los efectos
no podamos llegar a tener un conocimiento exacto de cómo es Él en sí mismo.
Artículo 3: ¿Existe o no existe Dios?
S. Th. I, q2, a.3
Objeciones por las que parece que Dios no existe:

1. Si uno de los contrarios es infinito, el otro queda totalmente anulado. Esto es lo que sucede con
el nombre Dios al darle el significado de bien absoluto. Pues si existiese Dios, no existiría ningún mal.
Pero el mal se da en el mundo. Por lo tanto, Dios no existe.

2. Lo que encuentra su razón de ser en pocos principios, no se busca en muchos. Parece que todo
lo que existe en el mundo, y supuesto que Dios no existe, encuentra su razón de ser en otros
principios; pues lo que es natural encuentra su principio en la naturaleza; lo que es intencionado lo
encuentra en la razón y voluntad humanas. Así, pues, no hay necesidad alguna de acudir a la
existencia de Dios.

Contra esto: está lo que se dice en Éxodo 3,14 de la persona de Dios: Yo soy el que soy.

Respondo: La existencia de Dios puede ser probada por cinco vías distintas.

1) La primera y más es la que se deduce del movimiento. Pues mover no es más que pasar de la
potencia al acto. La potencia no puede pasar a acto más que por quien está en acto. Ejemplo: el
fuego, en acto caliente, hace que la madera, en potencia caliente, pase a caliente en acto. De este
modo la mueve y cambia. Pero no es posible que una cosa sea lo mismo simultáneamente en
potencia y en acto; sólo lo puede ser respecto a algo distinto. Ejemplo: Lo que es caliente en acto, no
puede ser al mismo tiempo caliente en potencia, pero sí puede ser en potencia frío. Igualmente, es
imposible que algo mueva y sea movido al mismo tiempo, o que se mueva a sí mismo. Todo lo que
se mueve necesita ser movido por otro. Pero si lo que es movido por otro se mueve, necesita ser
movido por otro, y éste por otro. Este proceder no se puede llevar indefinidamente, porque no se
llegaría al primero que mueve, y así no habría motor alguno pues los motores intermedios no mueven
más que por ser movidos por el primer motor. Ejemplo: Un bastón no mueve nada si no es movido
por la mano. Por lo tanto, es necesario llegar a aquel primer motor al que nadie mueve. En éste,
todos reconocen a Dios.

2) La segunda es la que se deduce de la causa eficiente. Pues nos encontramos que en el mundo
sensible hay un orden de causas eficientes. Sin embargo, no encontramos, ni es posible, que algo sea
causa eficiente de sí mismo, pues sería anterior a sí mismo, cosa imposible. En las causas eficientes
no es posible proceder indefinidamente porque en todas las causas eficientes hay orden: la primera
es causa de la intermedia; y ésta, sea una o múltiple, lo es de la última. Puesto que, si se quita la
causa, desaparece el efecto, si en el orden de las causas eficientes no existiera la primera, no se daría
tampoco ni la última ni la intermedia. Si en las causas eficientes llevásemos hasta el infinito este
proceder, no existiría la primera causa eficiente; en consecuencia, no habría efecto último ni causa
intermedia; y esto es absolutamente falso. Por lo tanto, es necesario admitir una causa eficiente
primera. Todos la llaman Dios.

3) La tercera es la que se deduce a partir de lo posible y de lo necesario. Y dice: Encontramos que


las cosas pueden existir o no existir, pues pueden ser producidas o destruidas, y consecuentemente
es posible que existan o que no existan. Es imposible que las cosas sometidas a tal posibilidad existan
siempre, pues lo que lleva en sí mismo la posibilidad de no existir, en un tiempo no existió. Si, pues,
todas las cosas llevan en sí mismas la posibilidad de no existir, hubo un tiempo en que nada existió.
Pero si esto es verdad, tampoco ahora existiría nada, puesto que lo que no existe no empieza a existir
más que por algo que ya existe. Si, pues, nada existía, es imposible que algo empezara a existir; en
consecuencia, nada existiría; y esto es absolutamente falso. Luego no todos los seres son sólo
posibilidad; sino que es preciso algún ser necesario. Todo ser necesario encuentra su necesidad en
otro, o no la tiene. Por otra parte, no es posible que en los seres necesarios se busque la causa de su
necesidad llevando este proceder indefinidamente, como quedó probado al tratar las causas
eficientes (núm. 2). Por lo tanto, es preciso admitir algo que sea absolutamente necesario, cuya causa
de su necesidad no esté en otro, sino que él sea causa de la necesidad de los demás. Todos le dicen
Dios.

4) La cuarta vía se toma de los grados que se encuentran en las cosas. Pues se encuentra en las
cosas algo más y menos bueno, y verdadero, y noble, y así otras cosas semejantes. Pero este más y
este menos se dice de las cosas en cuanto que se aproximan más o menos a lo máximo. Así, caliente
se dice de aquello que se aproxima más al máximo calor. Hay algo, por tanto, que es verísimo y
óptimo y nobilísimo; y, en consecuencia, es el máximo ser; pues las cosas que son máximamente
verdaderas son máximamente seres, como dice el Filósofo*. Pero lo que es máximamente tal en algún
género es la causa de todas las cosas que son de ese género, como el fuego, que es el máximo calor,
es causa de todos los calores, como se explica en el mismo libro —, del mismo modo hay algo que en
todos los seres es causa de su ser, de su bondad, de cualquier otra perfección, y a éste le llamamos
Dios.

5) La quinta se deduce a partir del ordenamiento de las cosas. Pues vemos que hay cosas que no
tienen conocimiento, como son los cuerpos naturales, y que obran por un fin. Esto se puede
comprobar observando cómo siempre o a menudo obran igual para conseguir lo mejor. De donde se
deduce que, para alcanzar su objetivo, no obran al azar, sino intencionadamente. Las cosas que no
tienen conocimiento no tienden al fin sin ser dirigidas por alguien con conocimiento e inteligencia,
como la flecha por el arquero. Por lo tanto, hay alguien inteligente por el que todas las cosas son
dirigidas al fin. Le llamamos Dios.

*
En referencia a Aristóteles.

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