Tratamiento Drogas

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Tipos de drogas Depresoras

Existen diferentes tipos de drogas depresoras, que tienen diferentes funciones y usos. A
continuación, enumeramos las más habituales.
Alcohol
El alcohol es la droga depresora más accesible y consumida en todo el mundo. Se
consideran bebidas alcohólicas aquellas que contienen al menos un 1% de etanol en su
composición. Al momento de consumir estas bebidas, produce bienestar, buen humor,
desinhibición y locuacidad. Si se sigue bebiendo, se llega a un estado de dificultad motora
y cognitiva, somnolencia y periodos de amnesia. La sobredosis provoca coma y en el peor
de los casos depresión respiratoria con resultado de muerte.
Benzodiacepinas
En este grupo entran los medicamentos que se recetan para tratar la ansiedad. Actúa
sobre un neurotransmisor que se conoce como GABA, y reduce el nivel de la activación
cortical. Se consume vía oral y el efecto comienza a los 10 o 15 minutos.
Las benzodiacepinas pueden generar dependencia, sobre todo cuando se usan para
conciliar el sueño. El consumo prolongado puede afectar a la memoria a largo plazo, los
mas usados son: alprazolam, clordiazepóxido, clonazepam,diazepam, lorazepam.
Barbitúricos
Los barbitúricos son sustancias depresoras no selectivas del sistema nervioso. Se utilizó
de forma habitual como tratamiento ansiolítico hasta los años 60, de lo cual derivaron
numerosas intoxicaciones con trágicos resultados, ya que la dosis terapéutica y la dosis
fatal se encuentran peligrosamente cerca. También tienen un fuerte potencial adictivo, por
eso en la actualidad han sido sustituidos por las benzodiacepinas.
Los barbitúricos se utilizan como anestésico en cirugías o para la reanimación en
traumatismos craneoencefálicos, tales como pentobarbital, fenobarbital.
GHB
Otro de los ejemplos de drogas depresoras es el GHB, gamma-hidroxibutirato, o más
popularmente conocido como éxtasis líquido. El nombre da lugar a confusión, ya que el
éxtasis o MDMA es una sustancia con un efecto bastante diferente al del GHB. Este
último se presenta como un líquido transparente y salado que se puede camuflar en
cualquier bebida. GHB es un metabolito de un neurotransmisor del cerebro que, si se usa
a ciertas dosis, posee un efecto depresor.
Los efectos más notables son la euforia y la desinhibición debido a la depresión de la
corteza prefrontal. El efecto es rápido, llegando a su punto máximo al cabo de 15 minutos,
este efecto se ha utilizado como medio de sumisión química para delitos como las
violaciones. En estos casos, se suele administrar en bebidas, ya que es una droga
insípida e incolora.
Kava
Es una droga un poco menos conocida que las anteriores, pero sus efectos son muy
similares. Proviene de una planta de la polinesia cuyo consumo genera en el organismo
un estado de reacción y calma, manteniendo en buen estado las funciones cognitivas. Los
estudios apuntan a que su potencial adictivo es muy elevado. En la actualidad, para tratar
estados de ansiedad, aunque no se ha demostrado su eficacia a nivel terapéutico.
Opioides
También denominados opiáceos, abarcan tanto sustancias que se extraen de la
adormidera (cuyo nombre científico es Papaver somniferum) como moléculas sintéticas y
semisintéticas con propiedades análogas a aquellas, que pueden interferir con los
receptores cerebrales de opioides. Gracias a sus efectos analgésicos y sedantes,
fármacos opioides como la morfina, la codeína y el fentanilo se utilizan habitualmente para
aliviar el dolor. Otros fármacos opioides, como la metadona y la buprenorfina, se
prescriben como tratamiento de mantenimiento contra la dependencia de los opioides.
Tras su ingestión, estas sustancias pueden provocar euforia, lo cual es una de las
principales razones por las que se consumen sin fines terapéuticos. Algunas de estas
sustancias son la heroína, la morfina, la codeína, el fentanilo, la metadona, el tramadol y
otras moléculas similares. Debido a sus efectos farmacológicos, pueden provocar
dificultades para respirar y las sobredosis pueden resultar mortales.

Heroína
Se trata de una de las drogas depresoras opioides más adictivas, ya que es una de las
drogas más peligrosas del mundo y la que causa más muertes. La forma más habitual de
consumo es inyectada, aunque se puede inhalar o fumar. Los síntomas son pesadez
extrema de brazos y piernas, lentitud cognitiva, fuerte somnolencia, sequedad en la boca
y picores en la piel. También puede provocar vómitos y diarrea incontrolable.
El consumo prolongado genera trastornos del sueño y degradación de las funciones renal
y hepática, además de riesgo de sobredosis letal.
Parte de su peligrosidad se debe a que es extremadamente adictiva, hasta el punto de
afirmar que genera adicción desde el primer consumo. Además, en este caso se deben
tener en cuenta efectos o consecuencias que trascienden los efectos relajantes y
depresores que siente la persona que la consume, y que derivan de los efectos de la
forma de administración de la heroína.
Esta droga, al consumirse habitualmente a través de una jeringuilla, lleva asociado un alto
riesgo de contraer hepatitis, VIH o de provocar daños fetales. Todo ello además de los
problemas derivados de su alto grado de adicción, como peleas, delincuencia o
desestabilización de todas las áreas de la vida.
Pruebas y Exámenes

Los exámenes para drogas (exámenes toxicológicos) realizados sobre muestras de orina y sangre
pueden revelar la presencia de numerosos químicos y sustancias en el organismo. La sensibilidad
del examen depende de la sustancia misma, de cuándo se consumió y del laboratorio que realiza
los análisis. Es más probable detectar una sustancia en exámenes de sangre que en exámenes de
orina; sin embargo, los exámenes de detección en orina se practican con más frecuencia.

Tratamiento

El trastorno del uso de sustancias es una enfermedad seria y no es fácil de tratar. La mejor
atención y tratamiento involucran profesionales expertos.

El tratamiento comienza con el reconocimiento del problema. Aunque la negación es un síntoma


común de adicción, las personas adictas exhiben mucha menos negación si se les trata con
empatía y respeto, antes que decirles qué hacer o confrontarlos.

El consumo de la sustancias se puede suspender ya sea de manera gradual o abrupta. El apoyo


para los síntomas físicos y emocionales al igual que permanecer libre de la sustancia (abstinencia)
son también claves para el tratamiento.

Las personas con sobredosis de sustancias pueden necesitar un tratamiento de emergencia en el


hospital. El tratamiento exacto depende de la droga consumida.

La desintoxicación consiste en la abstinencia abrupta de la sustancia que se consume en un


ambiente donde haya buen apoyo. La desintoxicación se puede manejar como paciente
ambulatorio u hospitalizado.

Algunas veces, se administra otra sustancia que tenga una acción o efecto similar en el cuerpo a
medida que la dosis se disminuye lentamente para reducir los efectos secundarios y los riesgos de
la abstinencia. Por ejemplo, para la adicción a los narcóticos se puede usar la metadona o
medicamentos similares para prevenir la abstinencia y el consumo continuado.

Los programas de tratamiento residencial e intensivos para pacientes ambulatorios monitorean y


abordan los posibles síntomas y comportamientos de abstinencia. Estos programas emplean
técnicas para hacer que los consumidores reconozcan sus comportamientos y enseñan maneras
de evitar volver al consumo (recaída).
Si la persona también presenta depresión u otro problema de salud mental, este se debe tratar. En
muchos casos, una persona comienza a consumir sustancias en un esfuerzo por autotratarse una
enfermedad de salud mental.

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