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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN
UNIVERSITARIA UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE LOS LLANOS CENTRALES “RÓMULO GALLEGOS” ÁREA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y JURÍDICAS PROGRAMA MUNICIPALIZADO DE FORMACIÓN EN DERECHO
El Registro Mercantil En Venezuela, dentro de un contexto donde la informalidad y la transparencia de actos jurídicos son objetivos constantes, el Registro Mercantil se erige como un pilar sumamente necesario para garantizar la seguridad jurídica de las transacciones comerciales, proteger los derechos de los empresarios y fomentar un ambiente propicio para la inversión. Teniendo en cuenta lo anterior, es imperativo mencionar que tal Institución otorga publicidad a determinados actos jurídicos y económicos tanto de las sociedades mercantiles como de empresarios individuales. Es, por lo tanto, un relevante instrumento de publicidad que brinda seguridad al tráfico jurídico mercantil, produciendo numerosos efectos y llevando consigo numerosos procedimientos, los cuales serán abordados y analizados ampliamente en el presente ensayo expositivo mediante el análisis de la Ley, máxime.
En primer lugar, el Registro Mercantil, también conocido como
Registro de Comercio, es aquel instrumento creado por el Estado para regular las constituciones de sociedades de carácter mercantil por parte de los distintos sujetos de derecho. Los orígenes de tal Institución se remontan al primer Código de Comercio, el cual preveía, en un inicio, sólo la comunicación y fijación de ciertos documentos concernientes a las relaciones patrimoniales entre los cónyuges, así como también la fijación de un extracto del contrato de las compañías de personas. Además, debía tenerse de manifiesto copia íntegra del contrato de compañías anónimas y del decreto de su autorización. Sin embargo, es en el año 1862 cuando se instituyó formalmente el Registro Mercantil en el Código de Comercio de aquel año, y evoluciona con los siguientes Códigos y sus reformas. A partir de aquel entonces, se han creado Registros Mercantiles en cada estado del país.
Es este orden de ideas, con el paso del tiempo y la evolución
socio-económica dentro del Estado, surgieron nuevos tipos de documentos de carácter mercantil que debían quedar sujetos a dicho registro, los cuales se encuentran contemplados en el artículo 19 del Código de Comercio. Entre estos destacan dos clases de documentos a analizar, en primer lugar, los relativos a situaciones de derecho familiar, como la autorización del curador y la aprobación del Juez que habilita a los menores para comerciar, la revocación de tal autorización, las capitulaciones matrimoniales, particiones de bienes, las demandas de separación de bienes, las sentencias ejecutoriadas que las declaren y las liquidaciones practicadas para determinar lo que el cónyuge comerciante debe entregar al otro cónyuge.
En este contexto y en segundo lugar, encontramos documentos
relativos al comerciante individual o colectivo, entre los cuales podemos contemplar las firmas de comercio, venta de fondo de comercio, extracto de escrituras de sociedad, poderes del comerciante a sus factores y dependientes que estos otorgan para que administren sus negocios, entre otros. Resulta sugestivo y pertinente recalcar el hecho de que no solo existen documentos relativos directamente al comercio que están sujetos al registro mercantil, sino que también existen algunos relativos al derecho familiar, máxime, que entran en tal sujeción como se resaltó anteriormente. Cabe destacar que la no inserción en el Registro Mercantil de los documentos mencionados, produce el efecto de hacerlos ineficaces frente a terceros de buena fe, es decir, que contra estos no podría alegarse válidamente el otorgamiento de un determinado documento, si previamente no se cumplió con la formalidad de su inscripción en el registro mencionado ut supra. Ahora bien, frente a terceros de mala fe y aún entre los mismos contratantes, dichos documentos carentes de la formalidad anotada, si podrían ser opuestos, como consecuencia.
Siguiendo este orden de ideas, es reconocible que tal registro produce
una serie de efectos a nivel jurídico; en primer lugar, produce un efecto constitutivo, es decir, crea una nueva condición jurídica entre las partes y los terceros, como lo es la eficacia total, pero a su vez también crea un efecto declarativo, puesto que al ser celebrado por partes determinadas, hace constar hechos. Del último efecto se podría citar como ejemplo la autorización del curador y la aprobación del Juez, en su caso, habilitando a los menores para comerciar.
Ahora bien, es pertinente mencionar que tal registro ocasiona efectos
de publicidad, es decir, que los terceros pueden acudir al Registro Mercantil con el fin de tener conocimiento de la vida mercantil del comerciante, y están facultados para exigir copias certificadas de los documentos, a lo cual se le conoce como publicidad formal, reconocida en el artículo 60 del Decreto con Fuerza de Ley de Registro Público y del Notariado. Por otra parte, también ocasiona que los terceros no puedan alegar desconocimiento de los hechos si éstos han sido registrados según la Ley, a lo cual se le conoce como publicidad material, y viene siendo consecuencia derivada de la publicidad formal.
Asimismo, del análisis de tales efectos, es posible señalar que el
efecto principal general de la inscripción de los actos en el Registro Mercantil, es el de la oponibilidad de éstos a terceros, y que los actos cuya inscripción obligatoria es proclamada por el Código de Comercio surten efectos frente a terceros cuando dicha inscripción se ha realizado. Así, la falta de oportuno registro y fijación no incide en la validez del acto, es decir, los actos son válidos, pero ineficaces frente a terceros hasta tanto ocurra la inscripción y la publicación.
Ahora bien, actualmente, y en concordancia con la Ley de Registro
Público y Notariado (art. 49), el Registro Mercantil tiene como objetivos la inscripción de los comerciantes individuales y demás sujetos señalados por la ley, así como la inscripción de los actos y contratos relativos a los mismos; la inscripción de los representantes o agentes comerciales de establecimientos públicos extranjeros o sociedades mercantiles constituidas fuera del país, cuando hagan negocios en la República; la legalización de los libros de los comerciantes y, por último, el depósito y publicidad de los estados contables. Sin embargo, para lograr tales objetivos es fundamental seguir los procedimientos pertinentes estipulados en la Ley.
En este sentido, el registro de los documentos mencionados ut supra
implica un proceso que tiene por objetivo garantizar la formalización y legalidad de las actividades comerciales. Se tiene en cuenta que este varía según el tipo de documento mercantil que se esté registrando, sin embargo, mayormente comienza con la preparación de la documentación necesaria y la ubicación del Registro Mercantil correspondiente. Una vez reunidos, se deben presentar ante el Registro, donde se verifica la legalidad y cumplimiento de los requisitos establecidos por la Ley, resultando crucial que los documentos sean redactados conforme a las normativas vigentes para evitar retrasos o rechazos directos. Como ejemplo del procedimiento de registro, se puede citar el de una empresa, en cuyo caso, comienza de la forma antes expuesta. Posteriormente, se hace la búsqueda de nombre o razón social de la empresa a registrar y se debe presentar el documento (visado por un abogado) con los estatutos por los que se regirá la empresa, en el que debe estar especificado las personas que la conforman, el capital a suscribir en dinero o inventario, la actividad comercial u objeto de la empresa, la administración y las normas de esa actividad que van dentro de los estatutos y reglamentos en el acta constitutiva.
Cabe destacar que, dentro del procedimiento mencionado ut supra y
de todos en general, se debe hacer un pago de impuestos correspondiente al Registro Mercantil, el cual dependerá también del capital de la empresa y la actividad comercial que se llevará a cabo. Una vez que se hayan realizado los pagos correspondientes, el Registro aprobará el documento constitutivo y se asignará una fecha para la firma y entrega del documento. Posteriormente, los abogados del departamento legal del Registro revisarán el documento para verificar que cumpla con las exigencias, los sellos y timbres fiscales, y si está todo en orden, pasa al despacho del registrador para la firma final y su posterior publicación. Así, la publicación ocasiona un efecto final de publicidad material y formal, y se materializa el registro de forma definitiva. Las formalidades del registro y publicación, tratándose en este caso de sociedades mercantiles, están muy conformes con la naturaleza de las cosas, porque los seres morales, las personas jurídicas, son invisibles e impalpables, y solo se determinan por sus reglas de constitución. Así, ellas deben su existencia a las reglas y formas del derecho, que se revelan en sus bases de constitución, o en sus reglas de formación, solemnes, externas que no han de quedar en la mente de los socios sino que han de ser conocidas de todo el que desee tratar con el ente social.
En síntesis, por lo anteriormente expuesto, se verifica que al inscribir
un documento en el Registro Mercantil, los terceros tienen el derecho de informarse sobre su contenido; teniendo la obligación el Registrador a cargo de ese despacho de expedir al interesado las copias certificadas que se le soliciten de determinadas actuaciones. Así, la formalización a través del registro no solo otorga legitimidad a los negocios, sino que también fomenta la confianza entre los actores económicos y facilita el acceso a financiamiento y oportunidades de crecimiento dentro del Estado. Para fortalecer el sistema, conforme evoluciona la facción socioeconómica del Estado, es fundamental implementar reformas que simplifiquen los procedimientos y garanticen la eficiencia y transparencia del Registro Mercantil, en concordancia con las nuevas necesidades que se vayan presentando. De este modo, se contribuye a un sistema empresarial y económico más robusto y dinámico, capaz de impulsar el desarrollo económico del país. Referencias
Barboza, S. (1995). Derecho Mercantil: Manual Teórico Práctico.
Volumen I y II.. 3ª Edición. Mérida. Consejo de Publicaciones de la Universidad de los Andes.
Calvo, B. E. (1997). Derecho Registral y Notarial. Ediciones Libra.
Tomo I y II.
Código de Comercio de Venezuela (1955). Publicado en Gaceta N°
475 Extraordinaria del 21 de diciembre de 1955.
Decreto con Fuerza de Ley de Registro Público y Notariado (2021).
Publicado en la Gaceta Oficial Nº 6.668 Extraordinario del 16 de diciembre del 2021.