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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN


UNIVERSITARIA
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE LOS LLANOS
CENTRALES “RÓMULO GALLEGOS”
ÁREA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y JURÍDICAS
PROGRAMA MUNICIPALIZADO DE FORMACIÓN EN DERECHO

TEMA 9: DEL REGISTRO


MERCANTIL
(ENSAYO)

2do año, sección 3


Asignatura Participantes:
Derecho Registral. Pedro Canino C.I: 30.950.009
Britnhey Diaz C.I: 30.773.029
Facilitadora Giselle Hernández C.I: 31.304.286
Fátima Rodríguez. Gabriel Juárez C.I: 28.531.357
Argimiro Paredes C.I: 30.766.840
William Ustariz C.I: 31.195.847

San Juan de los Morros, octubre de 2024.


El Registro Mercantil
En Venezuela, dentro de un contexto donde la informalidad y la
transparencia de actos jurídicos son objetivos constantes, el Registro
Mercantil se erige como un pilar sumamente necesario para garantizar la
seguridad jurídica de las transacciones comerciales, proteger los derechos
de los empresarios y fomentar un ambiente propicio para la inversión.
Teniendo en cuenta lo anterior, es imperativo mencionar que tal
Institución otorga publicidad a determinados actos jurídicos y
económicos tanto de las sociedades mercantiles como de empresarios
individuales. Es, por lo tanto, un relevante instrumento de publicidad que
brinda seguridad al tráfico jurídico mercantil, produciendo numerosos
efectos y llevando consigo numerosos procedimientos, los cuales serán
abordados y analizados ampliamente en el presente ensayo expositivo
mediante el análisis de la Ley, máxime.

En primer lugar, el Registro Mercantil, también conocido como


Registro de Comercio, es aquel instrumento creado por el Estado para
regular las constituciones de sociedades de carácter mercantil por parte
de los distintos sujetos de derecho. Los orígenes de tal Institución se
remontan al primer Código de Comercio, el cual preveía, en un inicio,
sólo la comunicación y fijación de ciertos documentos concernientes a las
relaciones patrimoniales entre los cónyuges, así como también la fijación
de un extracto del contrato de las compañías de personas. Además, debía
tenerse de manifiesto copia íntegra del contrato de compañías anónimas y
del decreto de su autorización. Sin embargo, es en el año 1862 cuando se
instituyó formalmente el Registro Mercantil en el Código de Comercio de
aquel año, y evoluciona con los siguientes Códigos y sus reformas. A
partir de aquel entonces, se han creado Registros Mercantiles en cada
estado del país.

Es este orden de ideas, con el paso del tiempo y la evolución


socio-económica dentro del Estado, surgieron nuevos tipos de
documentos de carácter mercantil que debían quedar sujetos a dicho
registro, los cuales se encuentran contemplados en el artículo 19 del
Código de Comercio. Entre estos destacan dos clases de documentos a
analizar, en primer lugar, los relativos a situaciones de derecho familiar,
como la autorización del curador y la aprobación del Juez que habilita a
los menores para comerciar, la revocación de tal autorización, las
capitulaciones matrimoniales, particiones de bienes, las demandas de
separación de bienes, las sentencias ejecutoriadas que las declaren y las
liquidaciones practicadas para determinar lo que el cónyuge comerciante
debe entregar al otro cónyuge.

En este contexto y en segundo lugar, encontramos documentos


relativos al comerciante individual o colectivo, entre los cuales podemos
contemplar las firmas de comercio, venta de fondo de comercio, extracto
de escrituras de sociedad, poderes del comerciante a sus factores y
dependientes que estos otorgan para que administren sus negocios, entre
otros. Resulta sugestivo y pertinente recalcar el hecho de que no solo
existen documentos relativos directamente al comercio que están sujetos
al registro mercantil, sino que también existen algunos relativos al
derecho familiar, máxime, que entran en tal sujeción como se resaltó
anteriormente.
Cabe destacar que la no inserción en el Registro Mercantil de los
documentos mencionados, produce el efecto de hacerlos ineficaces frente
a terceros de buena fe, es decir, que contra estos no podría alegarse
válidamente el otorgamiento de un determinado documento, si
previamente no se cumplió con la formalidad de su inscripción en el
registro mencionado ut supra. Ahora bien, frente a terceros de mala fe y
aún entre los mismos contratantes, dichos documentos carentes de la
formalidad anotada, si podrían ser opuestos, como consecuencia.

Siguiendo este orden de ideas, es reconocible que tal registro produce


una serie de efectos a nivel jurídico; en primer lugar, produce un efecto
constitutivo, es decir, crea una nueva condición jurídica entre las partes y
los terceros, como lo es la eficacia total, pero a su vez también crea un
efecto declarativo, puesto que al ser celebrado por partes determinadas,
hace constar hechos. Del último efecto se podría citar como ejemplo la
autorización del curador y la aprobación del Juez, en su caso, habilitando
a los menores para comerciar.

Ahora bien, es pertinente mencionar que tal registro ocasiona efectos


de publicidad, es decir, que los terceros pueden acudir al Registro
Mercantil con el fin de tener conocimiento de la vida mercantil del
comerciante, y están facultados para exigir copias certificadas de los
documentos, a lo cual se le conoce como publicidad formal, reconocida
en el artículo 60 del Decreto con Fuerza de Ley de Registro Público y del
Notariado. Por otra parte, también ocasiona que los terceros no puedan
alegar desconocimiento de los hechos si éstos han sido registrados según
la Ley, a lo cual se le conoce como publicidad material, y viene siendo
consecuencia derivada de la publicidad formal.

Asimismo, del análisis de tales efectos, es posible señalar que el


efecto principal general de la inscripción de los actos en el Registro
Mercantil, es el de la oponibilidad de éstos a terceros, y que los actos
cuya inscripción obligatoria es proclamada por el Código de Comercio
surten efectos frente a terceros cuando dicha inscripción se ha realizado.
Así, la falta de oportuno registro y fijación no incide en la validez del
acto, es decir, los actos son válidos, pero ineficaces frente a terceros hasta
tanto ocurra la inscripción y la publicación.

Ahora bien, actualmente, y en concordancia con la Ley de Registro


Público y Notariado (art. 49), el Registro Mercantil tiene como objetivos
la inscripción de los comerciantes individuales y demás sujetos señalados
por la ley, así como la inscripción de los actos y contratos relativos a los
mismos; la inscripción de los representantes o agentes comerciales de
establecimientos públicos extranjeros o sociedades mercantiles
constituidas fuera del país, cuando hagan negocios en la República; la
legalización de los libros de los comerciantes y, por último, el depósito y
publicidad de los estados contables. Sin embargo, para lograr tales
objetivos es fundamental seguir los procedimientos pertinentes
estipulados en la Ley.

En este sentido, el registro de los documentos mencionados ut supra


implica un proceso que tiene por objetivo garantizar la formalización y
legalidad de las actividades comerciales. Se tiene en cuenta que este varía
según el tipo de documento mercantil que se esté registrando, sin
embargo, mayormente comienza con la preparación de la documentación
necesaria y la ubicación del Registro Mercantil correspondiente. Una vez
reunidos, se deben presentar ante el Registro, donde se verifica la
legalidad y cumplimiento de los requisitos establecidos por la Ley,
resultando crucial que los documentos sean redactados conforme a las
normativas vigentes para evitar retrasos o rechazos directos. Como
ejemplo del procedimiento de registro, se puede citar el de una empresa,
en cuyo caso, comienza de la forma antes expuesta. Posteriormente, se
hace la búsqueda de nombre o razón social de la empresa a registrar y se
debe presentar el documento (visado por un abogado) con los estatutos
por los que se regirá la empresa, en el que debe estar especificado las
personas que la conforman, el capital a suscribir en dinero o inventario, la
actividad comercial u objeto de la empresa, la administración y las
normas de esa actividad que van dentro de los estatutos y reglamentos en
el acta constitutiva.

Cabe destacar que, dentro del procedimiento mencionado ut supra y


de todos en general, se debe hacer un pago de impuestos correspondiente
al Registro Mercantil, el cual dependerá también del capital de la
empresa y la actividad comercial que se llevará a cabo. Una vez que se
hayan realizado los pagos correspondientes, el Registro aprobará el
documento constitutivo y se asignará una fecha para la firma y entrega
del documento. Posteriormente, los abogados del departamento legal del
Registro revisarán el documento para verificar que cumpla con las
exigencias, los sellos y timbres fiscales, y si está todo en orden, pasa al
despacho del registrador para la firma final y su posterior publicación.
Así, la publicación ocasiona un efecto final de publicidad material y
formal, y se materializa el registro de forma definitiva. Las formalidades
del registro y publicación, tratándose en este caso de sociedades
mercantiles, están muy conformes con la naturaleza de las cosas, porque
los seres morales, las personas jurídicas, son invisibles e impalpables, y
solo se determinan por sus reglas de constitución. Así, ellas deben su
existencia a las reglas y formas del derecho, que se revelan en sus bases
de constitución, o en sus reglas de formación, solemnes, externas que no
han de quedar en la mente de los socios sino que han de ser conocidas de
todo el que desee tratar con el ente social.

En síntesis, por lo anteriormente expuesto, se verifica que al inscribir


un documento en el Registro Mercantil, los terceros tienen el derecho de
informarse sobre su contenido; teniendo la obligación el Registrador a
cargo de ese despacho de expedir al interesado las copias certificadas
que se le soliciten de determinadas actuaciones. Así, la formalización a
través del registro no solo otorga legitimidad a los negocios, sino que
también fomenta la confianza entre los actores económicos y facilita el
acceso a financiamiento y oportunidades de crecimiento dentro del
Estado. Para fortalecer el sistema, conforme evoluciona la facción
socioeconómica del Estado, es fundamental implementar reformas que
simplifiquen los procedimientos y garanticen la eficiencia y transparencia
del Registro Mercantil, en concordancia con las nuevas necesidades que
se vayan presentando. De este modo, se contribuye a un sistema
empresarial y económico más robusto y dinámico, capaz de impulsar el
desarrollo económico del país.
Referencias

Barboza, S. (1995). Derecho Mercantil: Manual Teórico Práctico.


Volumen I y II.. 3ª Edición. Mérida. Consejo de Publicaciones de la
Universidad de los Andes.

Calvo, B. E. (1997). Derecho Registral y Notarial. Ediciones Libra.


Tomo I y II.

Código de Comercio de Venezuela (1955). Publicado en Gaceta N°


475 Extraordinaria del 21 de diciembre de 1955.

Decreto con Fuerza de Ley de Registro Público y Notariado (2021).


Publicado en la Gaceta Oficial Nº 6.668 Extraordinario del 16 de
diciembre del 2021.

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