Derechos Fundamentales de La Persona - Introduccion Al Derecho

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“Año del Bicentenario, de la consolidación de nuestra Independencia, y de la

conmemoración de las heroicas batallas de Junín y Ayacucho”

POLICÍA NACIONAL DEL PERÚ

DIRECCIÓN DE EDUCACIÓN Y DOCTRINA


ESCUELA DE EDUCACIÓN SUPERIOR TÉCNICO
PROFESIONAL PNP-TARAPOTO
CURSO
INTRODUCCION AL DERECHO
MONOGRAFÍA

.DERECHOS FUNDAMENTALES
AUTOR

ESTEFANO ZELADA VIDARTE

CATEDRATICO

TARAPOTO – SAN MARTÍN


DEDICATORIA

AGRADECIMIENTO

DEDICATORIA

El presente trabajo va dirigido a mis


padres por haber apoyado siempre en
mis deseos de superación como persona,
tanto moral como profesional, para
seguir adelante en mis futuras
proyecciones.

AGRADECIMIENTO

En primer lugar, agradecer a Dios por


brindarnos la vida y la salud, a nuestros
catedráticos por ser parte de nuestra
formación policial, con sus enseñanzas,
vivencias, consejos constantes que nos
permite adquirir nuevos conocimientos para
ser profesionales que sirvan a la comunidad.

2
INDICE

DEDICATORIA........................................................................................................2

AGRADECIMIENTO............................................................................................... 2

INDICE.................................................................................................................... 3

PRESENTACIÓN....................................................................................................4

I. MARCO TEÓRICO...........................................................................................5

CAPÍTULO I............................................................................................................ 5

1. LOS DERECHOS FUNDAMENTALES.............................................................5

1.1. CONCEPTO.................................................................................................. 5

1.2. DERECHOS FUNDAMENTALES DE LOS PERUANOS..............................6

1.3. DIFERENCIA ENTRE DERECHOS FUNDAMENTALES Y DERECHOS


HUMANOS.............................................................................................................. 6

CAPÍTULO II........................................................................................................... 9

2. DERECHOS DE DIGNIDAD Y LIBERTAD PERSONAL...................................9

2.1. DERECHO A LA DIGNIDAD.........................................................................9

2.2. . DERECHO A LA VIDA...............................................................................10

2.3. Derecho a la igualdad..................................................................................11

2.4. Derecho a la integridad personal.................................................................12

2.5. Libertad personal.........................................................................................13

2.6. Libertad de expresión..................................................................................14

II. CONCLUSIONES...........................................................................................16

III. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS...........................................................17

IV. ANEXOS......................................................................................................18

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PRESENTACIÓN
El siguiente trabajo trata sobre los derechos fundamentales de la persona son los
derechos básicos de la persona que se basan en su dignidad y que, a su vez, se
constituyen como fundamento del Estado y de la sociedad en su conjunto.

Por tanto, para lograr su respeto y efectiva vigencia, resulta necesario conocer
qué son y a qué tenemos derecho cuando los invocamos. Desde esta perspectiva,
este libro presenta los derechos fundamentales que reconoce y garantiza nuestra
Constitución Política del Estado de 1993. Si bien los derechos desarrollados no
son todos los que están reconocidos en nuestra norma suprema —ya que su
abordaje excedería los límites de un libro como el presente—, hemos desarrollado
los que consideramos tienen un mayor impacto, por su incidencia y recurrencia,
en la vida diaria de las personas. A modo de ejemplo, pueden mencionarse los
derechos a la vida, a la libertad personal, a la igualdad ante la ley, al trabajo, a la
pensión, entre otros. Ahora bien, en la literatura académica suelen emplearse
diferentes denominaciones para aludir a los derechos básicos que tiene toda
persona. De hecho, resulta habitual el uso de expresiones como «derechos
humanos», «derechos fundamentales», «derechos constitucionales», «libertades
públicas», entre otros. Incluso en nuestra propia constitución encontramos
algunas de las denominaciones aludidas.

habla sobre los derechos fundamentales estos derivan del contexto histórico de la
sociedad, Son derechos que poseen una eficacia vertical y horizontal dado que
vinculan su observancia tanto al Estado como a los particulares.

El ser humano es el elemento central dentro del Derecho a la vez que el


ordenamiento jurídico está destinado a regular la conducta del hombre. Por
consiguiente, todas las normas jurídicas tienen como objetivo la conducta del ser
humano.

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I. MARCO TEÓRICO

CAPÍTULO I

1. LOS DERECHOS FUNDAMENTALES

1.1. CONCEPTO
Los derechos fundamentales son atributos esenciales que inicialmente han sido
conquistados políticamente y posteriormente reconocidos jurídicamente, tanto en el
ámbito internacional como nacional. Tienen como finalidad proteger la dignidad de las
personas y concederle condiciones de paz y de justicia; y ocupan un lugar preferente
en todo ordenamiento jurídico. Ello explica la especial protección de los que son
objeto, tanto a nivel normativo, jurisdiccional e institucional.

La expresión Derechos Fundamentales engloba varios preceptos de suma


importancia, dentro del ordenamiento jurídico contemporáneo, lo que conduce al
análisis de los principios, especialmente el de la dignidad humana, como fundamento
básico del Estado Democrático de Derecho

[...] además de referirse a los principios que resumen la concepción del mundo e
informan la ideología política de cada ordenamiento jurídico, se reserva para
designar, en el nivel del derecho positivo, aquellas prerrogativas e instituciones que
aquel concreta en garantías de una convivencia digna, libre e igual de todas las
personas. En el calificativo fundamentales se halla la indicación de que se trata de
situaciones jurídicas sin las cuales la persona humana no se realiza, no convive y, a
veces, incluso no sobrevive; fundamentales del hombre en el sentido de que a todos,
por igual, deben ser no sólo formalmente reconocidos, sino también concreta y
materialmente realizados. Del hombre, no como el macho de la especie, sino en el
sentido de persona humana. Derechos fundamentales del hombre significa derechos
fundamentales de la persona humana, o derechos fundamentales.

Por lo cual cuando hablamos de derechos fundamentales podemos constatar la


utilización de diversas denominaciones que son empleadas como sinónimas por la
doctrina, tales como los derechos humanos, los derechos del hombre y las libertades
públicas, entre otras.

No hay uniformidad ni consenso acerca de cuál sería la denominación más correcta


que se debería de utilizar, puesto que todas las expresiones son cuestionadas por los

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estudiosos, básicamente bajo la argumentación de que no traducen exactamente lo
que representan.

Las expresiones “derechos del hombre” y “derechos humanos” pretenden denominar


los derechos relativos a la condición del individuo en cuanto ser humano; es decir,
aquellos derechos válidos en todos los lugares y en todos los tiempos; tienen como
base el derecho natural, por el cual no precisarían ser creados por el orden jurídico,
sino sólo declarados por el Estado. Son cuestionados por el hecho de excluir otros
tipos de derecho, como los derechos sociales y los derechos económicos. A ello hay
que sumar el argumento de que, en la actualidad, la tendencia es cada vez mayor
puesto que no se utiliza debidamente la expresión.

1.2. DERECHOS FUNDAMENTALES DE LOS PERUANOS

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) emitió un informe sobre la


situación que vivieron los peruanos durante el conflicto social que duró más de dos
meses, durante el gobierno de Dina Boluarte. En él se concluye que existieron
“graves violaciones” a los derechos humanos en el transcurso de las protestas.

La Asamblea General de las Naciones Unidas estableció el 10 de diciembre de 1948


una lista de derechos humanos, que en la actualidad suman 30. Estos suelen
confundirse con los derechos fundamentales que rigen en cada país; sin embargo,
existen algunas diferencias que es necesario tener en cuenta.

1.3. DIFERENCIA ENTRE DERECHOS FUNDAMENTALES Y DERECHOS


HUMANOS

Aunque pueden ser similares, debemos de tener en claro que los derechos
fundamentales son aquellos que rigen dentro de un territorio y forman parte de
la Constitución Política de cada país, mientras que los derechos humanos, se dan a
nivel internacional.

¿Cuáles son los derechos que tienen todos los peruanos?

De acuerdo a la Constitución Política del Perú, los derechos fundamentales que


tienen todos los ciudadanos en Perú son los siguientes:

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- A la vida, a su identidad, a su integridad moral, psíquica y física y a su libre
desarrollo y bienestar. El concebido es sujeto de derecho en todo cuanto le favorece.

- A la igualdad ante la ley. Nadie debe ser discriminado por motivo de origen, raza,
sexo, idioma, religión, opinión, condición económica o de cualquiera otra índole.

- A la libertad de conciencia y de religión, en forma individual o asociada. No hay


persecución por razón de ideas o creencias. No hay delito de opinión. El ejercicio
público de todas las confesiones es libre, siempre que no ofenda la moral ni altere el
orden público

- A las libertades de información, opinión, expresión y difusión del pensamiento


mediante la palabra oral o escrita o la imagen, por cualquier medio de comunicación
social, sin previa autorización ni censura ni impedimento algunos, bajo las
responsabilidades de ley.

Los delitos cometidos por medio del libro, la prensa y demás medios de comunicación
social se tipifican en el Código Penal y se juzgan en el fuero común. Es delito toda
acción que suspende o clausura algún órgano de expresión o le impide circular
libremente. Los derechos de informar y opinar comprenden los de fundar medios de
comunicación.

- A solicitar sin expresión de causa la información que requiera y a recibirla de


cualquier entidad pública, en el plazo legal, con el costo que suponga el pedido. Se
exceptúan las informaciones que afectan la intimidad personal y las que
expresamente se excluyan por ley o por razones de seguridad nacional. El secreto
bancario y la reserva tributaria pueden levantarse a pedido del juez, del Fiscal de la
Nación, o de una comisión investigadora del Congreso con arreglo a ley y siempre
que se refieran al caso investigado.

- A que los servicios informáticos, computarizados o no, públicos o privados, no


suministren informaciones que afecten la intimidad personal y familiar.

- Al honor y a la buena reputación, a la intimidad personal y familiar así como a la voz


y a la imagen propias. Toda persona afectada por afirmaciones inexactas o
agraviadas en cualquier medio de comunicación social tiene derecho a que éste se
rectifique en forma gratuita, inmediata y proporcional, sin perjuicio de las
responsabilidades de ley.

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- A la libertad de creación intelectual, artística, técnica y científica, así como a la
propiedad sobre dichas creaciones y a su producto. El Estado propicia el acceso a la
cultura y fomenta su desarrollo y difusión.

- A la inviolabilidad del domicilio. Nadie puede ingresar en él ni efectuar


investigaciones o registros sin autorización de la persona que lo habita o sin mandato
judicial, salvo flagrante delito o muy grave peligro de su perpetración. Las
excepciones por motivos de sanidad o de grave riesgo son reguladas por la ley.

- Al secreto y a la inviolabilidad de sus comunicaciones y documentos privados. Las


comunicaciones, telecomunicaciones o sus instrumentos sólo pueden ser abiertos,
incautados, interceptados o intervenidos por mandamiento motivado del juez, con las
garantías previstas en la ley. Se guarda secreto de los asuntos ajenos al hecho que
motiva su examen.

- A elegir su lugar de residencia, a transitar por el territorio nacional y a salir de él y


entrar en él, salvo limitaciones por razones de sanidad o por mandato judicial o por
aplicación de la ley de extranjería.

- A reunirse pacíficamente sin armas. Las reuniones en locales privados o abiertos al


público no requieren aviso previo. Las que se convocan en plazas y vías públicas
exigen anuncio anticipado a la autoridad, la que puede prohibirlas solamente por
motivos probados de seguridad o de sanidad públicas.

- A asociarse y a constituir fundaciones y diversas formas de organización jurídica sin


fines de lucro, sin autorización previa y con arreglo a ley. No pueden ser disueltas por
resolución administrativa.

- A contratar con fines lícitos, siempre que no se contravengan leyes de orden público.

- A trabajar libremente, con sujeción a ley.

- A la propiedad y a la herencia.

- A participar, en forma individual o asociada, en la vida política, económica, social y


cultural de la Nación. Los ciudadanos tienen, conforme a ley, los derechos de
elección, de remoción o revocación de autoridades, de iniciativa legislativa y de
referéndum.

- A mantener reserva sobre sus convicciones políticas, filosóficas, religiosas o de


cualquiera otra índole, así como a guardar el secreto profesional.

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- A su identidad étnica y cultural. El Estado reconoce y protege la pluralidad étnica y
cultural de la Nación. Todo peruano tiene derecho a usar su propio idioma ante
cualquier autoridad mediante un intérprete. Los extranjeros tienen este mismo
derecho cuando son citados por cualquier autoridad.

- A formular peticiones, individual o colectivamente, por escrito ante la autoridad


competente, la que está obligada a dar al interesado una respuesta también por
escrito dentro del plazo legal, bajo responsabilidad. Los miembros de las Fuerzas
Armadas y de la Policía Nacional sólo pueden ejercer individualmente el derecho de
petición.

- A su nacionalidad. Nadie puede ser despojado de ella. Tampoco puede ser privado
del derecho de obtener o de renovar su pasaporte dentro o fuera del territorio de la
República.

- A la paz, a la tranquilidad, al disfrute del tiempo libre y al descanso, así como a


gozar de un ambiente equilibrado y adecuado al desarrollo de su vida.

- A la legítima defensa.

- A la libertad y a la seguridad personales.

CAPÍTULO II

2. DERECHOS DE DIGNIDAD Y LIBERTAD PERSONAL

2.1. DERECHO A LA DIGNIDAD

Como todo derecho fundamental, la dignidad tiene dos ámbitos o dimensiones: una
subjetiva, vinculada a la persona de manera individual, en tanto titular del derecho; y
otra dimensión objetiva, pues la dignidad se constituye como un principio y un valor
que informa la acción del Estado, así como el ordenamiento jurídico. En dicho sentido,
como derecho de la persona —ámbito subjetivo—, deberemos tener en cuenta las
específicas circunstancias en las que el derecho a la dignidad podría verse afectado,
de modo tal que cuando se aprecie la instrumentalización de una persona en una
situación concreta para el logro de fines ajenos a su propia voluntad, estaremos frente
a la lesión de su dignidad.

Como valor y principio objetivo del ordenamiento, la dignidad de la persona cumple


ciertas funciones. En primer lugar, la dignidad sirve de fundamento a los demás

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derechos fundamentales de la persona que la constitución reconoce de forma expresa
e implícita. Luego, la dignidad se constituye como un principio de interpretación de las
normas constitucionales y legales, además de ser un elemento para la integración
jurídica en caso de vacíos o deficiencias de la regulación legal y reglamentaria.

De otro lado, el respeto, la promoción y garantía de la dignidad resultan exigibles al


Estado (eficacia vertical) y a los particulares (eficacia horizontal), imponiendo dos
tipos de deberes, en tanto corresponde al Estado no lesionar (deber negativo) la
integridad de la persona y sus derechos, tanto en su aspecto psicosomático como
moral, de modo tal que la dignidad no resulte afectada por actos estatales; y de otro
lado, supone la obligación del Estado de promover el máximo y pleno desarrollo de la
persona, a fin de que su dignidad se vea realizada en los hechos (deber positivo).
Cabe agregar que los deberes de respeto (o no lesión) y de promoción de la dignidad
resultan exigibles también al propio titular del derecho a la dignidad como a las demás
personas.

2.2. . DERECHO A LA VIDA

El derecho a la vida supone dos contenidos básicos: el derecho a tener y vivir una
vida en condiciones dignas y el derecho a no ser privado arbitrariamente de ella.
Ambos contenidos se complementan mutuamente y deben evaluarse en conjunto.
Ello por cuanto si bien la no privación arbitraria de la vida supone dejar que la persona
viva desde su nacimiento hasta su muerte sin ningún tipo de intervención o lesión, tal
perspectiva es insuficiente, dado que existen situaciones de abandono —de niños,
adolescentes, mujeres.

El derecho a la vida no es un derecho absoluto; por ello existen situaciones en las que
el derecho puede ser limitado. En dicho sentido tenemos el ejercicio de la legítima
defensa, la interrupción del embarazo o aborto, y la pena de muerte. Si bien está
prohibida la privación arbitraria de la vida, cuando una persona pone en riesgo la vida
de otra nuestro ordenamiento considera que estaría justificado que el afectado, en
ejercicio de la legítima defensa de su propia vida pueda incluso privar al agresor de su
vida. Tal situación no es sancionada por el ordenamiento cuando se reúnen una serie
de circunstancias o condiciones: que el ejercicio de la fuerza de defensa sea
directamente proporcional a la fuerza agresora y que la privación de la vida del
agresor haya sido la única alternativa posible para conservar la propia vida.

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Por ello, se descartan situaciones en las que, por ejemplo, frente a una agresión sin
armas se emplee para la defensa un arma de fuego o un objeto punzocortante. A
pesar de lo señalado, el juez evaluará caso por caso si el ejercicio de la defensa fue
legítimo cuando se ha privado de la vida al agresor. De otro lado, nuestro
ordenamiento permite la interrupción voluntaria del embarazo cuando este pone en
grave riesgo la vida de la madre. Por ello, el Código Penal en su artículo 119 exime
de responsabilidad penal al aborto terapéutico en los términos siguientes: «No es
punible el aborto practicado por un médico con el consentimiento de la mujer
embarazada o de su representante legal, si lo tuviere, cuando es el único medio para
salvar la vida de la gestante o para evitar en su salud un mal grave y permanente».
Sin embargo, existen discusiones en torno a despenalizar otros tipos de aborto, tales
como el embarazo que es consecuencia de una violación sexual (aborto ético) o
cuando se ha determinado médicamente que la vida del feto no es viable fuera del
útero materno (aborto eugenésico).

2.3. Derecho a la igualdad


El derecho a la igualdad se traduce en un mandato de no discriminación: todas las
personas son iguales ante la ley y no deben ser discriminadas por su raza, sexo,
origen, religión, condición económica o de cualquier otra índole. Este mandato de no
discriminación se traduce en una prohibición de tratamientos diferenciados no
justificados entre las personas.

Esta prohibición resulta exigible en primer lugar al Estado, pero también a los sujetos
privados en cualquier tipo de relación. Por ejemplo, en las relaciones familiares no se
podría discriminar entre hijos nacidos dentro o fuera del matrimonio, otorgando
mejores cuidados por parte de los padres a los primeros en detrimento de los
segundos. En algún momento la legislación civil (Código Civil de 1936) establecía
menores derechos legales a los hijos nacidos fuera del matrimonio, lo que resultaba
notoriamente una discriminación legal inadmisible porque lesionaba el derecho de
igualdad. En esa misma dirección, a partir del derecho de igualdad tanto el padre
como la madre tienen las mismas obligaciones respecto del sustento o alimento,
vestido, recreación, educación y la protección de la salud de los hijos.

Todas las personas somos diferentes en nuestras características psicosomáticas,


algunos somos más altos que otros, con la tez más oscura o más clara, con diferentes
tipos de cabello y formas de caminar, varones o mujeres, con orientaciones sexuales
diferentes. No obstante, todos compartimos algo en común: nuestra dignidad como

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personas, así como nuestra capacidad de raciocinio y de vincularnos en igualdad de
condiciones con los demás seres humanos.

Estas características esenciales y connaturales al ser humano es lo que nos permite


afirmar que a pesar de las diferencias físicas, psíquicas o espirituales que tengamos,
todos somos iguales en dignidad y derechos. Por ello, el artículo 2 inciso 2 de la
constitución reconoce que toda persona tiene derecho a la igualdad ante la ley y que
nadie debe ser discriminado por motivos de raza, sexo, origen, religión, condición
económica o social, etcétera.

El Estado reconoce a todas las personas como iguales y por ello prohíbe toda forma
de discriminación o de tratamiento diferente no justificado. Precisamente, el derecho a
la igualdad se basa en la máxima que ordena tratar igual a los iguales y desigual a los
desiguales.

Ningún derecho fundamental es absoluto, y por ello, la constitución establece la


prohibición del abuso del derecho (artículo 103). En dicho sentido, debe tenerse
especial cuidado con las medidas estatales, puesto que si bien podrían considerarse
arregladas a derecho, las mismas podrían establecer diferenciaciones arbitrarias, es
decir discriminaciones en perjuicio de grupos históricamente vulnerables (niños,
ancianos, mujeres, discapacitados, entre otros).

2.4. Derecho a la integridad personal

El derecho a la integridad personal, como derecho fundamental, garantiza a su titular


la conservación de los elementos que, en conjunto, lo definen como persona: su
indemnidad somática, psíquica y espiritual; a preservarlo frente a cualquier intento de
agresión, provenga del Estado o de otros particulares. Desde la perspectiva objetiva,
el derecho a la integridad como principio impone al Estado el deber de investigar y
sancionar las vulneraciones a la integridad física, moral y psíquica de las personas.

La integridad personal puede verse comprometida en situaciones límites como la


experimentación científica o el ejercicio de la potestad punitiva del Estado en la
investigación de los delitos, cuando, en determinados casos, puede requerirse la
práctica de exámenes biológicos.

Por otro lado, el Estado puede limitar o intervenir en los derechos fundamentales en la
investigación para cumplir su rol de garante de la paz social y de lucha contra la
impunidad. Tal es el caso de los exámenes médicos o genéticos que permiten

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establecer responsabilidad penal en los delitos contra la libertad sexual o contra la
vida e integridad.

Por ejemplo, no es lo mismo donar sangre que donar un hígado. En segundo lugar,
supone la preservación de la mente o psiquis (ámbito psíquico), esto significa que la
persona —adulto, niño, adolescente, adulto mayor— no debe ser objeto de ningún
tratamiento que pueda afectarlo emocionalmente, de modo tal que su dignidad pueda
verse disminuida. En dicho sentido, resultarían lesivas de la integridad psíquica los
insultos y frases denigratorias, así como cualquier tipo de maltrato verbal o gestual
orientado a menospreciar su dignidad humana. Finalmente, tercero, la preservación
del espíritu (ámbito moral) de la persona supone que no se anule su capacidad para
expresarse conforme a sus propias convicciones y creencias. Por ello, resultaría
atentatorio contra la integridad moral imponer a otro las propias convicciones o
creencias sobre el mundo, la vida, la sociedad, la política, etcétera, con la finalidad de
anular su propia capacidad de autodeterminación.

2.5. Libertad personal

La libertad personal como valor y principio que informa al ordenamiento orienta la


actuación del Estado y le impone deberes y obligaciones que se vinculan a propiciar
el desarrollo integral de la persona. Desde esta perspectiva, la libertad individual se
interrelaciona con otros derechos fundamentales —como la libertad de tránsito,
reunión, derecho a la protesta mediante la expresión, información, trabajo, educación,
salud, entre otros—, ya que la libertad como desarrollo de capacidades supone
establecer políticas públicas, planes y programas, así como instituciones, que
permitan y posibiliten el desarrollo integral de la persona.

La libertad personal no es un derecho absoluto, ya que puede ser objeto de


limitaciones basadas en la ley, siempre que sean razonables y proporcionales. Uno
de los límites más problemáticos que presenta la libertad sucede cuando la detención
ha sucedido en caso de flagrancia en la comisión de un delito. La constitución no
establece ningún tipo de elemento que permita establecer cuando estamos frente a
una situación de flagrancia, pero sí consagra una presunción de inocencia (literal e
del inciso 24 del artículo 2 de la constitución), por lo que la detención habrá de
realizarse respetando los principios de razonabilidad y proporcionalidad, así como los
criterios que al respecto ha establecido el Tribunal Constitucional. En dicho sentido,
mediante sentencia del EXP 2617-2006-PHC (fundamento 5) se ha precisado que

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existe flagrancia cuando se presentan en forma conjunta dos requisitos: − Inmediatez
temporal entre el hecho presuntamente delictivo y la detención, con lo cual la
inmediatez se analiza caso por caso y bajo el prisma de la razonabilidad. −
Inmediatez personal, es decir que el presunto autor del delito esté en el lugar de los
hechos y esté relacionado con el objeto o los instrumentos del delito, de modo tal que
ello evidencie su participación. La evaluación de los requisitos señalados se efectúa
en forma conjunta caso por caso.

2.6. Libertad de expresión

En dicho sentido, la libertad de expresión no protege expresiones que tengan por


objeto denigrar a la persona. Por ello, el insulto, en sus variadas formas, no está
protegido por la libertad de expresión, por cuanto el fin supremo de la sociedad y del
Estado, así como el reconocimiento y ejercicio de los derechos fundamentales,
consiste en la protección y optimización de la dignidad de la persona humana. Por
ello, no existe un derecho al insulto.

La libertad de pensamiento como derecho subjetivo importa la posibilidad de tener


juicios de valor, opiniones, ideas, sobre cualquier asunto que resulte de interés de la
persona, sin ningún tipo de limitación. Cuando ese pensamiento se comunica a
terceros se ejerce la libertad de expresión que goza de protección.

Por ello se prohíbe todo tipo de censura previa a la emisión del mensaje, lo que no
obsta la imposición de responsabilidades ulteriores si es que el discurso emitido
lesiona algún otro derecho o bien constitucional, como podría ser el honor o la
intimidad de terceros afectados. De esta manera, la publicación de un libro o novela
puede ser una manifestación de la libertad de expresión, como una caricatura o pieza
teatral, película o show televisivo de entrevistas o documentales, entre otros. No
obstante, la emisión del mensaje o del discurso no debe lesionar los derechos de
terceros u otros bienes constitucionales. De esta manera, por ejemplo las
manifestaciones en las cuales se insulta a personajes públicos, en principio estarían
amparadas por la libertad de expresión.

De esa manera, se convierte en un elemento que permite legitimar, mediante su


ejercicio, la democracia en nuestra sociedad. Por ello cualquier medida estatal o
privada que restrinja o limite el derecho será sometida a un test estricto de
constitucionalidad a fin de determinar su razonabilidad y proporcionalidad. Por
ejemplo, en nuestro Código Penal se sanciona como delito la apología al terrorismo,

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es decir la expresión de discursos que alienten, fomenten o reivindiquen acciones
cometidas por los grupos terroristas (Sendero Luminoso o Movimiento Revolucionario
Túpac Amaru), en tanto dichas expresiones, por estar asociadas a la violencia y a la
violación de derechos humanos y la propia seguridad del Estado democrático, no
estarían protegidas por la libertad de expresión

En relación con el contenido de la libertad de expresión, se señala que la misma


protege toda forma de discurso que contenga un mensaje, una expresión del
pensamiento de la persona. Podrían considerarse protegidos los comentarios u
opiniones emitidas a través de la prensa, las publicaciones literarias o artísticas, las
caricaturas, el discurso político y cualquier forma de mensaje emitido a través de
cualquier medio de difusión oral, escrito, digital, o de cualquier índole.

El mensaje en su más amplia acepción es objeto de protección por el derecho a la


libertad de expresión. Por ello, no importa el contenido del mensaje, salvo quizás
aquellos mensajes que lesionen o pongan en peligro otros bienes jurídicos
constitucionales. De esta manera, están protegidos el discurso político —opiniones
sobre los gobernantes, funcionarios y servidores públicos, así como sobre la gestión
que vienen desarrollando al frente del Estado— y el discurso sobre la marcha de la
economía y los problemas sociales. En este contexto, la prensa desempeña un papel
fundamental en la formación de una opinión pública libre e informada, por lo que se
acepta que está protegida por la libertad de expresión.

15
II. CONCLUSIONES

 En conclusión, todo derecho, está sometida a límites. Esos límites


derivan de la protección de otros derechos o bienes constitucionales.
 Los derechos fundamentales no deben quedar definidos solamente en
un plano teórico o constitucional, sino que además deben ser a)
efectivamente ejercidos por quienes sean sus titulares, y b)
respetados/garantizados por todos quienes actúen frente a ellos, sea el
Estado o sean los particulares.
 La libertad de decidir, como derecho fundamental, potencia el ejercicio
de otros derechos fundamentales, ya que es a través de las decisiones
y actos como se van ejerciendo tales derechos. La libertad tiene un
desdoblamiento como: a) expectativa negativa (de no sufrir lesiones)
que reclama abstención de los poderes públicos, la proscripción de los
obstáculos que impida
 Se entiende por derechos fundamentales aquellos de los que es titular
el hombre no por graciosa concesión de las normas positivas, sino con
anterioridad e independientemente de ellas, y por el mero hecho de ser
hombre, de participar de la naturaleza humana (1). Consecuencia
inmediata de lo anterior es que tales derechos son poseídos por toda
persona, cualquiera que sea su edad, raza, sexo o religión, estando, por
tanto, más allá y por encima de todo tipo de circunstancia
discriminatoria.

16
III. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

arroyo, c. l. (16 de FEBRERO de 2022). los derechos fundamentales. lima: lo esencial del derecho
2. Obtenido de https://www.elperuano.pe/noticia/221042-policia-dara-atencion-especial-
a-menores

Bernales Ballesteros, Enrique; Francisco Eguiguren Praeli & Marcial Rubio Correa (2010). Los
derechos fundamentales en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional. Análisis de los artículos
1, 2 y 3 de la Constitución. Lima: Fondo Editorial PUCP.

Blancas Bustamante, Carlos (2007). Derechos fundamentales y relación de trabajo. Lima: Fondo
Editorial PUCP.

Canosa Usera, Raúl (2000). Constitución y medio ambiente. Madrid: Dykinson.

Canosa Usera, Raúl (2006). El derecho a la integridad personal. Valladolid: Lex Nova. Casal
Hernández, Jesús María (1998). Derecho a la libertad personal y diligencias policiales de
identificación. Madrid: Centro de Estudios Políticos y Constitucionales

Landa Arroyo, César (2010). Los derechos fundamentales en la jurisprudencia del Tribunal
Constitucional. Lima: Palestra.

17
IV. ANEXOS

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