Adaptacion Pastorela

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“PASTORELA”

Adaptación y dirección de Erick Alday

Personajes
Narradora Ángel
Niña 1 Serafín
Niña 2 Estrellita
Juan Gabriel
Martha Miguel
Pescador Referí
Pescadora Vendedor 1
Otro pescador (él) Vendedor 2
Otra pescadora (ella) Melchor
Abuela Gaspar
Lucifer Baltazar
Chamuco Virgen
Prendido José
Pereza Rey
Luzbela Asistente
Burro Sabanero

ESCENA 1
NARRADORA: (Solemne) Muy buenas noches tengan todos y bienvenidos sean a la
presentación de nuestra pastorela.
Como género dramático religioso, la "pastorela"," tuvo su origen en los autos
sacramentales llevados al Nuevo Mundo por los misioneros franciscanos, aprovechando
algunos aspectos de la dramaturgia de la cultura Náhuatl y otros pueblos indígenas
americanos. Alternativamente relatan, en un tono festivo y participativo, las peripecias
que viven la Virgen María y San José en su camino a Belén, por otro lado, las luchas
dialécticas entre los pastores y los demonios. Los cuales usan trampas, obstáculos y
tentaciones para hacerlos desistir. Dando paso a la aparición del arcángel San Miguel,
quien libra batalla con Lucifer, parodiando la confrontación entre el bien y el mal con
un final feliz.
Sin más que agregar, demos inicio a “La Pastorela” mientras disfrutamos de un
tradicional ponche de frutas. Nuestra historia comienza así.

Entra la niña corriendo y llorando al centro del escenario, gritando:


NIÑA 1: ¡Es una injusticia!
NIÑA 2: ¿Y ahora que te paso?
NIÑA 1: Mi madre se pone furiosa y nomás busca pretextos para desquitarse con
alguien, ¡y yo siempre estoy a la mano!
NIÑA 2: ¿Y entonces te pego?
NIÑA 1: Ni modo que le pegue a mi papá o a mi abuelita.
NIÑA 2: Tal vez te pase por lenta, me refiero a que si corrieras un poco más rápido
seguro le da flojera alcanzarte.
NIÑA 1: ¡Ojalá que se machuque las manos en el metate, que se la coman los
cangrejos, que se le vaya el Wi-Fi! Por mí que se la lleve un diablo prieto al hoyo más
caliente del infierno...
(El diablo se asoma al escenario por detrás, mira a todos lados y sonríe viendo a
la niña)
NIÑA 1: (llorando) ¡No es cierto, no quiero que le pase nada a mi mamacita!
NIÑA 2: Ya cálmate, no le va a pasar nada. (el diablo desaparece desilusionado, pero al
salir hace ruido y la niña voltea a ver al burro, deja de llorar). ¿Qué tiene ese, burrito?
NIÑA 1: No sé, hoy está muy alebrestado. ¡Ay, esos peregrinos que llegaron hace rato a
casa! Mis papás no quisieron recibirlos. Mi abuela sí quería, pero nadie le hace caso.
Mis padres piensan que es un estorbo. Yo creo que ella es buena, a veces cuenta
historias muy chulas.
NIÑA 2: ¿Cómo cuál? Cuéntame una.
NIÑA 1: Me conto algo sobre esos peregrinos, pero en medio de toda la discusión ya no
entendí quiénes eran ¡Pobres peregrinos, los recuerdo y se me apachurra el corazón!
Quizá podamos alcanzarlos y ayudarles en algo...
NIÑA 2: Vamos con ellos.
(Las niñas salen de escena. Entra el diablo)

ESCENA 2
DIABLO: ¡Diablos! ¡Hoy es Nochebuena! Quizá no lo sepan, pero tenemos que
apurarnos a recoger almas y llevarlas al Infierno antes que nazca el Niño, porque
entonces ya no podremos hacer maldades por el mundo. Tengo que impedir que esos
obtusos pescadores vayan a adorarlo. Para eso me voy a deshacer del burrito sabanero
la idea de caminar y caminar en el frio para ir a ver a un mocoso les parecerá ridícula.
PRENDIDO: Yo les voy a esconder los huaraches.
Luzbela: Yo voy a esconder los cargadores de sus celulares. (brincan y bailan de puro
gusto).
PEREZA: Yo, los veo desde aquí sentado.
DIABLO: Tenemos que separarnos, Chamuco, tú te quedas aquí para detener y todas
las almas que encuentres por este pueblucho.
LUZBELA: Se llama Palmira jefe.
DIABLO: ¡Silencio! ¿has entendido?
CHAMUCO: ¡As you command!
DIABLO: Recuerden ocupar todos sus trucos y artimañas para capturar la atención de
esos torpes pastores.
(El diablo y los demás desaparecen hablando cuando entra la Pescadora. Chamuco se
esconde y ella no lo ve)
PESCADORA: ¡Ay, Dios mío! ¡Agárrenme que me da el soponcio! ¡Ya no aguanto más!
(mira al público). Dirán que estoy loca, pero todos sabemos lo que es una suegra: una
lata, un estorbo, origen de puros pleitos y disgustos en el matrimonio. Figúrense: ya
está vieja, no lava, ni plancha, ni sacude el polvo, ¿y no tuvo la ocurrencia de ayudar a
una pareja de vagabundos? ¡Quería que les diéramos posada, nomás porque la mujer
está a punto de dar a luz! ¡Por supuesto que me negué! Ya tengo bastantes problemas
como para cargar con los de ellos. ¡Pero en cuanto llegó mi esposo, la viejita metiche le
contó todo y él la agarró contra mí! Díganme ustedes, ¿recibirían en casa a dos
mendigos? ¡Ya estoy harta de esa señora, harta, harta!
(El diablo hace ruido detrás de ella. Ella se sorprende, pero no voltea)
PESCADORA: ¿Eres tú, Negro?
CHAMUCO: (al público). Fíjense bien, ¡ésta es presa fácil! (a la pescadora) Sí, vieja, soy
yo.
PESCADORA: Ay, Negro, no te fijes en lo que digo cuando hablo sola, estoy
enloqueciendo...
CHAMUCO: No te apures. Yo también creo que mi madre ya está chocha. ¿Qué tal que
esos vagabundos andan huyendo de la policía y quieren un tonto que los esconda?
Pero total, mi madre ya está grande, ya nos va a durar poco...
PESCADORA: ¡Ay! ¡qué bueno eres con tu mujercita! (lo abraza) Eres un ángel, Negro.
CHAMUCO: ¡Ésta ya cayó redondita!
PESCADORA: Sí, total, bien puedo soportarla, pero solo MUY poco más.
CHAMUCO: No te apures, ya mero me la llevo al hoyo más profundo del infierno...
PESCADORA: ¡Ay, ¡Negro, te quiero tanto...! (voltea su cabeza a los cuernos del diablo,
pone cara de espanto y se aleja alarmada) Pero ¿qué tienes?, ¿qué te pasó?
CHAMUCO: Nada, nada, son unos chipotes...
(La pescadora ve su cola y se sobresalta)
PESCADORA: ¡Jesús!
CHAMUCO: ¡Ese nombre no lo soporto! ¡Eso sí que no!
PESCADORA: ¡Virgen Santísima!
CHAMUCO: ¡Otra vez!
PESCADORA: ¡Tú no eres mi marido, desgraciado! ¡Me has estado viendo la cara!
CHAMUCO: ¡Yo soy nada menos que...!

PESCADOR: (voz en off, gritando) ¡Vieja, ya llegué!


PESCADORA: ¡Huye, huye! ¡Si mi marido nos encuentra juntos nos mata!
CHAMUCO: ¡Pero es que yo soy...!
PESCADORA: ¡Cállate y escóndete!
PESCADOR: (voz en off, gritando) Negrita, chulita, ¿dónde estás?
CHAMUCO: ¡Que te digo que yo soy...!
PESCADORA: ¡Tú métete! (le da una patada y lo hace entrar)
PESCADORA: ¡Aquí estoy, ! ¿No me ves?
PESCADOR: ¡Vengo furioso! Ya se acabó la despensa: no hay carne, no hay frijoles, no
hay nada, ni siquiera pescado. No tenemos nada pa’ cenar, ¿tú crees eso?
PESCADORA: Ya creo TODO.
(el Diablo se mueve más de lo usual y la pescadora le da un golpe)
PESCADOR: ¿Qué tienes ahí? ¿Por qué se mueve?
PESCADORA: Son pescados. Están frescos.
PESCADOR: ¿Y qué esperas para guisarlos? ¡Eso vamos a cenar!
PESCADORA: (fuerte para que el diablo la oiga) Entonces acompáñame a buscar leña.
Ya verás qué filetes tan sabrosos vamos a comer...
(Salen, la pescadora no deja de voltear a ver con preocupación, el diablo logra escapar
sin ser visto)
Narradora: (sale balando con alguien tras pierna, recibiendo un ponche nuevo y con un
estado de ánimo más relajado) Mientras tanto en el salón de la justicia, los ángeles se
encontraban un poco cansados de las inclemencias que se les hacía pasar en la tierra
de Cuernavaca Morelos.
ESCENA 3
SERAFIN: Cuanto trabajo, los de allá abajo no pueden estar sin nosotros. que córrele
para acá, que córrele para allá ¡ya no aguanto!
ESTRELLITA: Si, eso de ser ángel de la guarda no es muy cómodo. dan ganas de colgar
las alas.
MIGUEL: Y satanás complicándolo todo. en donde quiera mete el rabo.
GABRIEL: Los cuernos dirás.
SERAFIN: El rabo. los cuernos, las patas y todo. en donde quiera que él está, todo se lo
lleva el diablo.
ANGEL: ¿Qué forma de hablar es esa para un ángel?
ESTRELLITA: Decía que donde quiera que está Satanás, todo se lo lleva el diablo.
ANGEL: Pero no por mucho tiempo.
GABRIEL: ¿Por qué?
ANGEL: Les voy a contar algo que cambiará la vida de los hombres algo que derrotará
a Satanás.
TODOS: "cuenta, cuenta"
ANGEL: ¡Silencio! ¿estamos solos? (voltea hacia todos lados)
TODOS: Solos, ¡cuenta!
ANGEL: Nuestro patrón (señalando arriba) el señor de los cielos, acaba de inventar algo
maravilloso, algo tan grande que ningún ser puede imaginar.
TODOS: ¿Qué? dinos que invento,
MIGUEL: ¿La tele transportación?
ANGEL: no, para eso faltan muchos siglos.
SERAFIN: Comida de avión que si sabe bien.
ANGEL: No, tampoco.
ESTRELLITA: ¡Ya sé! Va a tener un hijo.
ANGEL: (desesperado) ¡Que no!, ¡no! a espérate… eso sí.
MIGUEL: pues cuenta ya, que estoy a punto de perder mi angelical paciencia.
ANGEL: escuchen bien, ¿conocen a María de Nazaret?
GABRIEL: Si claro, es la novia de José.
ANGEL: pues verán, hace 9 meses Dios me dijo: (imitando voz de Dios) Gabriel,
necesito que visites a María y le preguntes si quiere ser la madre del hijo de Dios. y ella
acepto con gran humildad (hace cuentas con los dedos) por lo tanto en este día en la
ciudad de Belem, nacerá el hijo de Dios. "Dios ha inventado la navidad
SERAFIN: ¿Y nosotros que vela tenemos en este alumbramiento?
ANGEL: Eso es muy sencillo, como saben, los de allá abajo se llevan bien con paparazis
e influencers de todo el mundo, incluso apenas un par de meses hackearon la SEDENA
y así como se enteraron de la noticia antes que ustedes, están tomando cartas en el
asunto. Tratando de impedir que los pastores y pescadores lleguen a Belén para adorar
al niño. Acompáñenme les invito unas miches y les explico cómo vamos a
interceptarlos todos juntos para ayudar a los pastores. (salen de escena emocionados
y haciendo planes).

ESCENA 4
ÉL: Mira, vieja. Una caja.
ELLA: Y esta nueva, ¡Se mueve!
ÉL: ¿Qué será? Parece un animal muy grande.
ELLA: Serán gallinas.
ÉL: No, mujer, qué van a ser gallinas. Por lo menos un guajolote bien gordo.
ELLA: Ay, ya me dio hambre.
ÉL: Claro, si no hemos cenado.
ELLA: Tan sabrosos que son los guajolotes...
(Él voltea a todos lados, dudando. Al fin se decide)
ÉL: Fíjate si no viene nadie.
(Ella mira a todos lados, disimulada y se queda atenta. Él se acerca de puntillas)
ÉL: Está muy pesado. Ésta Nochebuena cenaremos de verdad (patea. Se oye un grito).
Y ahora, ¿por qué gritas? ¿Ya te arrepentiste?
ELLA: No he gritado, tengo más hambre que arrepentimiento.
ÉL: Pero cállate, que nos van a descubrir. Voy a ver si consigo salsa Valentina. Tú
prepara el pavo.
(saca un cuchillo de su morral, se lo da a ella y sale)
ELLA: (intentando abrir la caja) Sal, guajolotito, anda, sal, chiquito, ven acá...
(salen diablos haciendo un escándalo)
ELLA: (asustada) ¡Aaaaaaaaaah!
PRENDIDO: (le tapan la boca) Cállate, cállate, ¿no ves que si nos descubren nos va a ir
mal?
PEREZA: ¡Y a ti también, por complicidad!
PRENDIDO: Alevosía ¡y ventaja!
PEREZA: ¡ROBO!
ELLA: (asustada) ¿Quiénes son? ¡Digan pronto o los mato! (los amenaza)
PRENDIDO: Somos... sus admiradores secretos.
PEREZA: (bosteza y niega con la cabeza, prendido le da un codazo) A digo… si, eso.
ELLA: ...
PRENDIDO: La vimos pasar de lejos y desde entonces sólo podemos pensar en usted.
(al público)
PEREZA: (al público) Con esto pecará de soberbia y nos la llevaremos arrastrando de
las patas.
ELLA: (llorando) Ni mi marido me había dicho cosas tan bonitas... (lo mira fijamente)
¿no se burlan ustedes de mí?
AMBOS: Seriamos incapaces.
ELLA: Aunque reconozco sin vanidad que soy atractiva, déjenme decirles que no soy la
burla de nadie. ¿No saben ustedes que soy casada? (les pega). ¿Quieren hacer tonto a
mi marido? Pues ahora van a ver, desgraciado (a empujones y golpes los mete a la
caja de nuevo). Ya verán cuando él regrese... (suspirando) y yo que creía que era un
guajolote.
(Ella llora y sale).

ESCENA 5
(Entra Luzbela y encuentra a sus compañeros atrapados en la caja, ellos piden ayuda a
gritos)
LUZBELA: ¿Pero ¿qué fue lo que ocurrió aquí? (la abuela entra a escena y trata de no
reír con la escena) listo, no sé cómo terminaron ahí, pero son más tontos de lo que
parecen. Si el jefe se entera que solo se la pasaron jugando nos encarcelara a todos.
Váyanse a bañar que apestan a pueblo. (salen de escena y la voz de la abuela se hace
notoria, Luzbela la encuentra)
LUZBELA: Eres tonta, ¿verdad? No te reirías con tantas ganas si supieras quién soy.
ABUELA: Pues más me vale, porque estás requetefeo. Por eso te metieron al costal, por
feo.
(la abuela sigue riendo y el Diablo sale del costal)
LUZBELA: ¡Yo soy Luzbela!
ABUELA: Tanto gusto. Yo soy Rosa Lagúnez, pero mi nuera me llama estorbo.
LUZBELA: Ella la odia.
ABUELA: Pues sí, pero ¿qué le vamos a hacer? De todos modos me dan de comer,
tengo cama, baño y hasta Netflix. ¿Qué más puedo pedir?
LUZBELA: Entonces usted quiere a su nuera.
ABUELA: Ah, no, eso tampoco. Sé sus faltas y las veo con tolerancia y benevolencia,
pero aparte de fea, es flaca y fría.
LUZBELA: Con esa maravilla de mujer no debería tener ningún problema. Pero, ¿qué
anda haciendo usted de noche por acá?
ABUELA: Busco a unos peregrinos.
LUZBELA: (interesada) No me diga. Cuénteme más.
ABUELA: ¡Jum! Si tú no quieres ni saber de ellos. Para ti sería mejor que no existieran.
LUZBELA: ¡Yo soy Luzbela, princesa de las tinieblas, y no quiero nada de ellos porque
no tengo sed de belleza, verdad o justicia!
ABUELA: Sí, los reconocí desde el inicio. Por eso me dio risa verlos ahí encerrados. Y
ahora me voy a buscar a los peregrinos.
LUZBELA: No te vayas tan rápido. No me da la gana que vayas a adorar a esos
engreídos de baja estirpe. Aquí te quedarás, que ya vendré por ti. Vas a pagar por las
maldades que dijiste de tu nuera (la mete en la caja. La Abuela patalea. Sale el Luzbela
y deja de patalear).
ABUELA: Qué tonto el Diablo. Este costal es de la Virgen, y se está muy a gusto aquí.
Sobre todo porque no está mi nuera.
(Entra Él)

ESCENA 6
JUAN: Vieja, no encuentro a la chamaca por ningún lado, ha de estar con la otra
escuincla, la hija de los vecinos. ¡Martha! (grita y ella aparece). ¿Ondi andabas?
MARTHA: Ay, Negro, ni te cuento. Que voy a lavar a rio y que sale un bicho muy
grande, como un diablo prieto y feo. ¡Qué horror! Me dijo que era mi enamorado y
otras cosas muy raras...
JUAN: Tás loca, te has de haber quedado ahí ronque y ronque.
MARTHA: ¡Te digo que es verdad! ¡Era como un diablo grande y feo! ¡Y yo pensé que
eras tú!
JUAN: Cállate, mentirosa. Quién sabe qué conciencia tendrás para andar viendo al
diablo.
(ellos inician una discusión inaudible y se detienen al ver la caja en el escenario)
JUAN: ¿Eh? Mira, ¿de quién será ese regalito?
MARTHA: Déjalo ahí y vámonos.
JUAN: ¿Cómo que vámonos? ¿Y si es dinero?
MARTHA: ¡Te digo está pasando algo muy raro! Qué tal que es algo malo
JUAN: En la casa me cuentas tus tonterías, pero mientras tanto...
(Toma la caja y procede a abrirla, Él entra a escena con su esposa)
ÉL: ¿A dónde lleva esa caja?
JUAN: Pues a mi casa, de ahí salió.
ÉL: ¿Cómo que de ahí salió? Esa caja es mía, y el guajolote también.
JUAN: No se haga, ¿cuál guajolote? Si adentro trae dinero que me regalo una tía.
(entran a escena pescador y pescadora)
PESCADOR: Mira mujer, se están peleando donde dejaste el pescado, te dije que si lo
dejabas ahí nomás se lo iban a robar, seguro ya lo echaron dentro de esa caja.
PESCADORA: No viejo ya regálaselos, ni nosotros sabíamos de dónde venían
PESCADOR: ¿Cómo, no que lo habías ido a pescar?
PESCADORA: Por eso te digo que vayas a quitárselos
PESCADOR: ¡EEJE, EEJE, EEEEJE! ¿A dónde van con mis pescados? Yo soy el dueño
legítimo de esa caja que se están intentando agenciar.
ELLA: ¡Llévensela! ¡Más nos vale!
MARTHA: Yo tampoco me la llevo por nada del mundo. Suéltala, Negro.
JUAN: Tú te callas, que no me tienes contento. Éste regalo es mío.
ÉL: Nada de eso, me lo gané con el sudor de mi frente.
PESCADOR: Será el de las patas; ¡así habrá corrido cuando se lo robó! (inicia discusión
entre los hombres)
MARTHA: ¡Un momento! Mi marido dice que hay dinero, usted que hay pescados y
usted que un guajolote. Ábranlo primero. A lo mejor no es lo uno ni lo otro.
HOMBRES: ¡Yo lo abro!
ÉL: ¡Yo lo abro!
PESCADOR: ¡Yo lo abro!
JUAN: ¡No, yo lo abro!
PESCADORA: ¡Basta, lo abro yo!

ESCENA 7
(se acerca a la caja y la abre cautelosamente. Sale la Abuela con cara de diversión)
PESCADORA: Y usted, ¿qué hacía ahí?
PESCADOR: ¡Mamá! ¿Qué te pasó?
ELLA: ¿Usted estaba hace rato ahí...? Había algo con cuernos y cola...
ABUELA: Claro, Satanás. A ése viste.
PESCADOR: ¿Y qué hacías tú ahí?
ABUELA: No estaría bailando un danzón, ¿verdad? El Diablo me metió ahí.
TODOS: ¿El Diablo?
ABUELA: Sí, y debemos darnos prisa para alcanzar a los peregrinos que tú (señala a la
nuera enérgicamente) corriste con tanta amabilidad. Eran San José y la Virgen María.
PESCADORA: ¿Cómo iba a saber? No traían coronas, ni ángeles, ni el resplandor de la
Rosa de Guadalupe...
ABUELA: Estás fregada si piensas que ellos necesitan tanta tontería...
MARTHA: (a Él) Ya ves, y tú que no me querías creer, hasta me llamaste loca.
JUAN: No te enojes, no lo decía en serio, perdóname.
PESCADOR: Tú también perdóname por no hacerte caso.
ÉL: Si te dije fea fue por... bueno, bonita, bonita no eres, pero sí trabajadora (Ella lo ve
feo). Y simpática.
ELLA: Ya no digas más.
ABUELA: Hay que buscar regalos para el Niño.
ELLA: Ay, seño, ¿de dónde vamos a sacar regalos? No tenemos ni qué comer, por eso
robamos el costal. Ay, Diosito, qué bien nos castigaste: que va saliendo ese diablo
prieto.
ÉL: Es que no habíamos cenado.
PESCADOR: Lo hubieran dicho antes. Vieja, a ver qué hay en la casa.
PESCADORA: Pues vamos todos. Usted ha de tener hambre, suegra.
ABUELA: Ya lo creo (ríe). Ya verás que para acabarme los frijoles no soy un estorbo.
(salen todos, contentos.)

__________________________________________INTERMEDIO
_______________________________________

ESCENA 8
NARRADORA: (Hablando a back stage y en un estado poco menos conveniente por
culpa del ponche) Ya no necesitan que les narre ya entendieron de que se trata esto…
¡Seguro?, está bien, está bien. (carraspea con la garganta) A pesar de los precarios
esfuerzos y fallidos intentos del infierno por detener a los pastores, Satanás no se da
por vencido y el muy cobarde va… contra… ¿Contra quién iba? Aaa si, contra dos
inocentes criaturitas del señor que no le hacían daño a nadie, miren nada más esos
cachetotes. (alguien del staff la saca de escena)
NIÑA 1: Buff, ya estoy cansada y aún no alcanzamos a los peregrinos. No habíamos
pensado qué regalo llevarle al Niño... al menos hay que buscar algunas conchitas y
caracoles, seguro que le gustan...
NIÑA 2: Si, vamos a darnos prisa.
(entra el Diablo)
DIABLO: ¿Para quién son esas conchitas? ¿para los peregrinos?
NIÑA 1: Si ya sabes, ¿pa’ qué preguntas?
DIABLO: Pues no serán para ellos, serán para mí (se las arrebata)
NIÑA 2: ¡Vas a ver! ¡Te vamos a acusar!
DIABLO: (con desprecio) ¿Con quién me vas a acusar? (amenazador) ¿Estás bautizada?
(la niña 1 trata de aconsejarla a lo lejos)
NIÑA 2: Este... yo creo que sí.
DIABLO: ¡Pues no le hace! ¡Te llevaré conmigo! y ¡Y a ti también! (hace gesto de
querer atraparla y en eso entra el Ángel)
ÁNGEL: ¡Suéltalas, Satanás!
DIABLO: ¿No habíamos quedado que hasta el nacimiento de Jesús tenía derecho de
llevarme al infierno a cuantos pudiera?
ÁNGEL: Pero solo a los que merecieran tal castigo, no a éstas pobres niñas que solo
van a adorar al Niño Dios.
(las niñas corren y se esconden tras el Angel)
ÁNGEL: Como ya has cometido suficientes maldades hoy, te quedarás encerrado en
este costal.
DIABLO: ¡Esto es una injusticia, es un atropello, una violación a mis derechos! ¡Voy a
quejarme y no quedará impune!
ÁNGEL: ¿Y con quién te vas a quejar, eh? ¡defiéndete!
DIABLO: ¿A poco crees que va a ser tan fácil mi inocente pollo de bachoco? (El diablo y
el ángel le llaman a su equipo, entran a escena e inicia secuencia de pela en un Rin de
lucha libre).
REFERI: Lucharan a dos de tres caídas sin límite de tiempo, para la siguiente pelea,
queda prohibido el uso de palabras altisonantes, golpes bajos, Llevar vendajes en las
muñecas, brazos o tobillos, salvo en el caso de lesión y bajo prescripción médica,
presentarse en estado de sudación al inicio del combate y al inicio de cada periodo,
embadurnarse el cuerpo con materia grasa o pegajosa, llevar cualquier objeto como
anillos, pulseras, etc. También queda prohibida la discriminación por apariencia o
estado civil y También recomendamos dirigirse a su contrincante con el pronombre con
el que ellos se identifiquen, por ejemplo… (los diablos interrumpen con gritos y
abucheos).
Diablo: ¡Esto es una injusticia!
ÁNGEL: (a las Niñas) No tarden, Cristo está por nacer.
NIÑAS: ¿Cristo?
SERAFIN: Discúlpenlo niñas, no le hagan caso, a veces se le van las cabras al monte, se
adelantó en poco en la historia
ESTRELLITA: Vayan niñas, con cuidado, nosotros les avisaremos a sus padres para que
se encuentren en el camino
NIÑAS: ¡Gracias, Ángeles!

ESCENA 9
(Entran Pescador, Pescadora, Abuela, Juan, Martha, Él y Ella)
PESCADOR: No encuentro al burro sabanero y hace frío.
PESCADORA: Y yo no encuentro mis huaraches.
JUAN: Yo ya no traigo pila en el celular.
MARTHA: Yo tampoco, aunque ni datos tenemos viejo. (Entran a escena los ángeles
para orientar a los pastores)
ÁNGEL: Por fin los encontramos, el señor nos encargó que avisáramos a los pastores
que el Hijo del Señor vendrá a la tierra y que va a nacer en un establo, sobre un
pesebre.
PESCADORA: ¡Fúchila! Con lo que huelen esos lugares.
ELLA: Están todos llenos de moscas. Mejor que nazca en pleno campo. Es más sano. Así
nació mi criatura y está bien grandota.
SERAFIN: Cómo comparas, es distinto, no oíste que éste es hijo del Señor.
ELLA: El mío también era hijo del señor (señala a su marido).
SERAFIN: El Señor es Dios.
TODOS: ¡Ahhhh!
JUAN: Si así están las cosas, dígale a ese Señor que no se preocupe, que su mujer va a
tenernos de visita en cuanto encontremos nuestras cosas.
ÁNGEL: No hay tiempo para eso, además no es la mujer del Señor la que va a luz. Es la
pareja del carpintero José.
ELLA: (En chisme). ¿Entonces no es del señor ese niño, es del carpintero?
MIGUEL: Es hijo del Señor.
PESCADORA: ¿Y ese José lo sabe? Qué disgusto se va a llevar.
ESTRELLITA: Qué tanto murmuran...
MARTHA: (Sonríe). Nada, que siempre hay alguien que pague el pato.
ÁNGEL: Pastores, tienen que ir a adorarlo para que se sepa que ya nació.
EL: ¿A fuerza tienen que ser pastores? ¿Por qué no obreros, policías, estudiantes?
JUAN: Yo soy comunicólogo.
ELLA: ¿Y para cuándo es el parto?
GABRIEL: hoy 16 de diciembre nacerá el niño.
MARTHA: ¿Niño?
ESTRELLITA: Sí, ya le hicieron el ultrasonido.
PESCADOR: ¿Cuál es su nombre?
MIGUEL: Miguel Ángel, así me pusieron cuando nací. Miguel Ángel Hernández de la
Borbolla para servir a Dios y a ustedes.
PESCADOR: Hablo del niño.
ÁNGEL: Bueno ya es suficiente, serán los primeros en conocer al Niño, hasta lo podrán
cargar. Después, cuando sea famoso, y lo será en muy poco tiempo, nadie se le podrá
acercar. Ustedes aparecerán en todos los periódicos, en la tele, serán conocidos en
todo el mundo.
ESTRELLITA: Vayan ya que el señor los llenara de dicha.
SERAFIN: Lo único que tienen que hacer, es seguir la estrella que los guiara a belén
(salen de escena agotados)
MARTHA: ¿Cuál estrella?
ÉL: Andando, que se hace tarde.
ELLA: ¿Y qué vamos a llevarles? (entra la abuela a escena)
ABUELA: Algo de pescado, huevos, tortillas... lo que sea para alimentarlos.
PESCADOR: Yo les daré mi suéter, ya está viejo, pero aún sirve.
JUAN: Yo una cobija para que el Niño no pase frío.
ABUELA: Pues andando, sigamos la estrella...
MARTHA: ¿Pero cuál estrella?
(salen)

ESCENA 10
(Entra el Rey y su asistente)
ASISTENTE: Según mis cálculos jefecita estamos cerca de llegar, el resplandor de la
estrella me lo dice.
REYNA: Estoy cerca, el resplandor de la estrella me lo dice.
ASISTENTE: Es usted es muy observadora
REYNA: Lo sé, cada vez estoy más cerca del Mesías, el Niño prometido que liberará a la
humanidad. Uff, ya estoy cansada y con las prisas olvidé traerle un regalo, ¿qué le voy
a dar? No puedo darle mi corona, porque su Reino no es de éste mundo. Aparte, ni
siquiera es de oro sino de hierro. Es indigna de él. Tendré que encontrar algo que le
agrade.
ASISTENTE: No se preocupe, seguro por el camino encontramos algo, más adelante hay
un Pull&Bear
REYNA: Bueno, es hora de seguir, seguro por el camino encontraré algo.
(Salen. Entran José y María)

ESCENA 11
MARÍA: Ya falta poco para el parto y estoy muy cansada.
JOSÉ: Haz un esfuerzo.
MARÍA: No tenemos a dónde ir.
JOSÉ: Yo sé que Dios nos indicará el lugar para que su Hijo nazca. Apóyate en mi
brazo...
(Entra el burro)
BURRITO SABANERO: ¡LA TRADICIONAL, LA COBIJA, SUAVECITA, TENGA, LE VOY A
HACER UN PAQUETE, LE DOY SU JUEGO DE RECAMARA, ECHALE ESE Y AGARRASE LE
DOY OTRO, LE DOY OTRO, OTRO MAS, NO LE GUSTA, SE LO CABIO, TRADICIONAL DE
LUJO 500 PESITOS, LE QUITAMOS UNA, 300 PESOS, LE QUITAMOS OTRA, 200 PESOS,
LLÉVESE LA ALMOHADA, SE LA REGALO, ¿NI REGALADA? ESTA BUENO… (ve a María y a
José y se acerca a ellos con emoción) ¡Qué weno que los encontré! ‘viera llegado más
pronto, pero estaba vendiendo en una feria un poblado atrás, Jiutepec creo que se
llama.
JOSÉ: Gracias, Burro.
BURRITO SABANERO: ¿Se han fijao’ como no todo es lo que parece? Parecía qué el
señor me iba a comprar pero no.
JOSÉ: (viendo al burro) A veces pasa burro.
BURRITO SABANERO: ¡Weno! Pos´ora los invito de todo corazón, hay un pobre pesebre
cerca de aquí, es mío y por hoy puede ser la humilde casa suya de ustedes también.
Me dará mucha alegría recebirlos hoy.
JOSÉ: Gracias, Burro. Démonos prisa, no vaya a ser que el Niño nazca aquí en plena
calle.
(Salen. Entran pescadores y la Abuela)

ESCENA 12
PESCADORA: ¿Qué vamos a hacer si no les gustan los regalos? ¿O si no les gusto yo?
ABUELA: Cada quien da lo que tiene. Cada Navidad hay muchos que a Dios nada le
ofrecen.
(Entra el Angel. Todos quedan como encandilados, y abren los ojos poco a poco,
sorprendidos)

ESCENA 13
REYNA: ¡Al fin lo logré! ¡Te veo, Señor, te veo! ¡Buenas noches a todos, ciudadanos
de... este lugar! Esta es una ocasión histórica, que marca la entrada de mi reino,
representado por mí (se señala a sí mismo con orgullo) en el marco de los
acontecimientos trascendentales del mundo, o mejor, ¡del Universo! Este evento
resulta de la mayor importancia y hemos querido darle el realce conveniente por medio
de un presente, fruto del esfuerzo de mi pueblo. Aquí está: ¡una caja cargada de
sorpresas! Ni se imaginan lo que tiene dentro, ni yo me lo imagino, porque hemos
querido que sea sorpresa para todos y no lo he abierto, pero debe ser algo muy
especial, porque está pesada y casi no me dejan pasarla en la aduana. Así que aquí
está para depositarla a los pies del Señor.
(pone la caja junto a la Virgen y la abre. Sale el Diablo enfurecido, pero al ver a la
Virgen se arrodilla, tembloroso, cubriéndose el rostro con un brazo. Deja caer las
conchitas que arrebató a los niños. La Virgen le pone el pie sobre su cabeza con
fuerza)

VIRGEN: Hoy que tu mal poder por fin acaba


Recuerda que enseñaste del pecado
Al mortal que del fruto perfumado
Voraz probó, y Dios desaprobaba.

Nada sirven maldad y fortaleza.


Llora si quieres, y al costal regresa.

DIABLO: No puedo contra el poder de Dios, y ahora no podré hacer nada contra los
hombres (dirigiéndose a los pescadores y también a los espectadores) Pero óiganme
bien todos ustedes: no vuelvan a meterme en sus líos. Ahora que el niño nace, no
tengo ningún poder, y si algo malo les ocurre es porque a ustedes así lo desean.
Tengan la bondad, aunque esa palabra no debería existir, de no mezclarme en sus
asuntos (entra rezongando al costal).
JOSÉ: Reyna, es el regalo más extraño, si es que se le puede llamar regalo...
REYNA: Perdón, no supe lo que hacía, ojalá me tragara la tierra. Pero no tenía joyas, ni
oro ni dinero... y entonces apareció en mi camino esta caja, y me pareció que era justo
lo que necesitaba: un regalo, algo con qué demostrar mi estimación, mi aprecio...
ustedes saben cómo es eso del sentimiento, eso del amor a Dios...
VIRGEN: ¿Y por amor a Dios recoges lo primero que ves? ¿Y también por amor a Dios
regalas lo que no es tuyo?
REYNA: Reconozco mi culpa, y me lleno de vergüenza. ¡Yo que quería causar buena
impresión, llevarme bien con ustedes, platicar, compartir, no sé! Y que va saliendo el
Diablo, ¡chin! No me miren así, ya sé que es mi culpa, pero da coraje. De plano les
entrego lo que debí dar desde un inicio: ésta corona, que es todo lo que tengo. Es fea,
vieja y de hierro. Si hubiera estado dispuesta a entregarla me habría ahorrado esta
escenita. (se la quita) Tómala, Señor. Con ella renuncio a mi poder, que desde ahora
está en mejores manos.
(Sale el Reyna)

ESCENA 14
ABUELA: Podemos estar contentos, que el Diablo ya se fue.
PESCADOR: Ojalá sea cierto. Todavía no puedo creerlo.
ABUELA: Bueno, bueno. Pero ya es hora de despedirnos del Niño, la Virgen y San José,
los angelitos, el staff, la escenografía, las luces… (continúa hasta que entra la
narradora a escena)
NARRADORA: (entra con estragos por culpa del ponche) Si, si, si gracias por las bellas
palabras doña señora. (al público) La pastorela ha terminado, pero no la Navidad. A
todos los que nos han acompañado les damos las gracias. No se olviden que Cristo está
por nacer: Y recuerden que…
TODOS: ¡Feliz Navidad!

FIN

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