LA NACION - La Masoneria en La Boca
LA NACION - La Masoneria en La Boca
LA NACION - La Masoneria en La Boca
Leandro Vesco
LA NACION
Escuchar
“¡Por fin volvieron los masones!”, dice Alfredo Lomanto que eso escucharon
decir a los vecinos de La Boca cuando vieron que entraban misteriosos
hombres de negro en una desguarnecida casona que estuvo usurpada y
abandonada durante décadas. Los veían sacar basura durante meses y
materiales, hablar en voz baja y planificar. “Queremos devolverle el brillo”,
afirma Lomanto sobre el templo de 1917 que están restaurando y que
fue un pilar en la vida cultural y social del barrio del sur de la ciudad de Buenos
Aires.
Vínculo
“Costó meses en sacar el olor nauseabundo”, recuerda Lomanto. En un principio
a los vecinos nos les cayó bien el desalojo de los usurpadores, pero cuando
supieron los intereses de aquellos que se volvían a hacerse cargo de una
propiedad que les pertenecía, los tratos cambiaron. “El barrio siempre tuvo
mucho vínculo con la masonería”, dice Lomanto. Él, en ese año Venerable
Maestro de la Logia Pedro Bonifacio Palacios, tomó el desafío que le legó el Gran
Maestre de la Gran Logia Argentina, Pablo Lázaro. Desde aquel momento se
pusieron manos a la obra.
En tiempos libres, los fines de semana, en huecos de sus agendas laborales, los
hermanos de esta logia y luego de otras comenzaron a restaurar el templo que
alguna vez reunió los prohombres que volcaron sus ideas y esfuerzos a los
valores más altos que cambiaron la vida social y cultural de La Boca y el sur
porteño.
Sergio ZilloTadeo Bourbon - LA NACION
“Es lindo recibir el cariño de los vecinos”, confiesa Lomanto. Aún falta mucho
para la restauración total. El objetivo es llegar a abrir al público en la Noche de
los Museos de 2025. Mientras tanto, todo está por hacerse y tres logias
trabajan en el templo, que lentamente está recobrando su brillo original.
La Logia Liberi Pensatori nació en 1875 en La Boca y hasta tener templo propio,
trabajó en otros que le fueron prestados. La particularidad es que se trató de
unas de las que más penetró en el quehacer diario del barrio, sus miembros
tuvieron un compromiso altruista elevado. Tanto fue así que en 1904 crearon
una mutual (con personería jurídica desde ese año) que tuvo el mismo nombre
que la logia y que se encargó de ofrecer asistencia a los vecinos.
Logia Pedro Bonifacio Palacios comenzó con la restauración del edificio de la calle
Suárez en La BocaTadeo Bourbon - LA NACION
“Los bomberos del barrio era la Logia Liberi Pensatori con casco”, dice Sergio
Zillo, pionero en la recuperación del templo y referente en la masonería sobre
temas vinculados a lazos de italianidad. En 1917, finalmente la Logia más
querida de La Boca, tuvo su espacio propio. En los años en los que más presencia
tuvo en el barrio corresponden con la mítica fundación de la República de La
Boca, ocurrida entre 1880 y 1884.
“Le leyenda expresa una verdad. El mito nos dice algo”, afirma Zillo. Según una
crónica de la revista Caras y Caretas, el presidente Julio Argentino Roca llegó
al barrio para sofocar la intentona de los italianos que pretendían fundar una
república con fuertes lazos con el reino de Italia. Los masones tenían vinculación
con Roca, el presidente visitaba las logias boquenses para que le aconsejaran en
su relación con el Vaticano. Bartolomé Mitre también fue uno de los que
frecuentó estos templos.
República
¿Existió por algunos días esa república? Las circunstancias estaban dadas. Se
habla de un problema entre los Bomberos de La Boca y la oficialidad del
“centro”, los primeros salían y hablaban en dialecto genovés. “Un senador
italiano presentó un proyecto para hacer un protectorado en Buenos Aires”,
afirma Zillo. El legislador aseguraba que había muchos súbditos de la Corona en
esta ciudad. Había que ayudarlos y protegerlos.
¿En las logias masónicas se cocinó ese caldo de la independencia barrial? “La
masonería era muy fuerte en La Boca”, afirma Lomanto y da una pista, después
de la fiebre amarilla, la zona sur de la ciudad fue discriminada. “Quedó a la
buena de Dios”, agrega. La propia masonería quedó relegada. No es de extrañar
que esas logias con fuerte espíritu italiano hayan mostrado interés en la
autonomía boquense. “Influyó y participó en la creación de escuelas y de
escuelas de oficio y fue una institución muy señera en la vida del barrio”, afirma
Lomanto sobre la relevancia de la Orden.
El templo fue la sede de la Logia Liberi Pensatori, fundada en 1875Gentileza
“Queremos a La Boca, pero es una joya mal conservada”, dice Lomanto. Una
buena señal: en la planta baja del templo, entre materiales y mesas de trabajo,
acondicionaron una pieza donde instalaron un banco de medicamentos. En un
fuerte símbolo de apoyo, la Gran Logia fijo domicilio de la Gran Hospitalía, que
es el órgano oficial de la Orden que se encarga de las necesidades de sus
miembros y de la sociedad en su conjunto.
Logias
La masonería es una sociedad filantrópica, filosófica y progresista. “Queremos
que la masonería vuelva a los barrios”, afirma Pablo Lázaro, Gran Maestre de la
Orden, su máxima autoridad. Reflexiona sobre la red de logias que existían en
todo el país hasta la década del 30 donde comienza una persecución y más de
400 propiedades son expropiadas. “En cada pueblo había una logia”, dice
Lázaro.
Leandro Vesco