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Bases Legales Del Amparo Constitucional

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EL DERECHO DE AMPARO EN LA CONVENCIÓN AMERICANA

Uno de esos derechos más importantes consagrados en la Convención


Americana de derechos Humanos, es el derecho de toda persona a ser amparada
en sus derechos humanos y garantías previstos en la Convención y en las
Constituciones nacionales, el cual a pesar de la más que centenaria tradición de la
cual goza en América Latina, en muchos países aún no ha encontrado su cabal
efectividad, al menos en los amplios términos que lo concibe la Convención
Americana en el marco del derecho a la protección judicial.
En efecto, el artículo 25.1 de la Convención dispone: “Toda persona tiene
derecho a un recurso sencillo y rápido o a cualquier otro recurso efectivo ante los
jueces o tribunales competentes, que la ampare contra actos que violen sus
derechos fundamentales reconocidos por la Constitución, la ley o la presente
Convención, aun cuando tal violación sea cometida por personas que actúen en
ejercicio de sus funciones oficiales.” De esta norma resulta que el derecho de
amparo que encuentra su fundamento en la misma no sólo es un derecho
aplicable en todos los Estados miembros, sino que del mismo resulta la obligación
internacional que les ha sido impuesta a los mismos con el objeto de asegurarle a
todas las personas, no sólo la existencia sino la efectividad de ese recurso
efectivo, sencillo y rápido para la protección de sus derechos.
Para ello, la propia Convención dispuso que los Estados Partes se
comprometen “a garantizar que la autoridad competente prevista por el sistema
legal del Estado decidirá sobre los derechos de toda persona que interponga tal
recurso” (artículo 25.2.a). Ello lo ha puntualizado la Corte Interamericana en
innumerables sentencias al recordar:

CONSTITUCIÓN DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA (1999)

Artículo 27. Toda persona tiene derecho a ser amparada por los tribunales
en el goce y ejercicio de los derechos y garantías constitucionales, aun de
aquellos inherentes a la persona que no figuren expresamente en esta
Constitución o en los instrumentos internacionales sobre derechos humanos. El
procedimiento de la acción de amparo constitucional será oral, público, breve,
gratuito y no sujeto a formalidad, y la autoridad judicial competente tendrá
potestad para restablecer inmediatamente la situación jurídica infringida o la
situación que más se asemeje a ella. Todo tiempo será hábil y el tribunal lo
tramitará con preferencia a cualquier otro asunto. La acción de amparo a la
libertad o seguridad podrá ser interpuesta por cualquier persona, y el detenido o
detenida será puesto o puesta bajo la custodia del tribunal de manera inmediata,
sin dilación alguna. El ejercicio de este derecho no puede ser afectado, en modo
alguno, por la declaración del estado de excepción o de la restricción de garantías
constitucionales.

Artículo 49. El debido proceso se aplicará a todas las actuaciones


judiciales y administrativas; en consecuencia:

Nral 8. Toda persona podrá solicitar del Estado el restablecimiento o


reparación de la situación jurídica lesionada por error judicial, retardo u omisión
injustificados. Queda a salvo el derecho del o de la particular de exigir la
responsabilidad personal del magistrado o de la magistrada, del juez o de la jueza;
y el derecho del Estado de actuar contra éstos o éstas.

LEY ORGÁNICA DE AMPARO SOBRE DERECHOS Y GARANTÍAS


CONSTITUCIONALES 1988)

Artículo 1.- Toda persona natural habitante de la República, o persona jurídica


domiciliada en ésta, podrá solicitar ante los Tribunales competentes el amparo
previsto en el artículo 49 de la Constitución, para el goce y el ejercicio de los
derechos y garantías constitucionales, aún de aquellos derechos fundamentales
de la persona humana que no figuren expresamente en la Constitución, con el
propósito de que se restablezca inmediatamente la situación jurídica infringida o la
situación que más se asemeje a ella. La garantía de la libertad personal que
regula el habeas corpus constitucional, se regirá por esta Ley.

LEY ORGÁNICA DE AMPARO A LA LIBERTAD Y SEGURIDAD PERSONAL 22


DE SEPTIEMBRE DE 2021 FUE PUBLICADA EN LA GACETA OFICIAL NO.
6.651 EXTRAORDINARIO, LA (“LEY”).
La constitucionalidad del carácter orgánico de esta Ley fue declarada por la
Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia en su sentencia No. 459. La
Ley entró en vigencia el mismo día de su publicación en Gaceta Oficial.
Esta Ley derogó expresamente el Título V de la Ley Orgánica de Amparo
sobre Derechos y Garantías Constitucionales (“Ley de Amparo”) y, en
consecuencia, introdujo en el ordenamiento jurídico venezolano una ley que regula
y desarrolla específicamente la acción que persigue garantizar la eficacia material
del derecho constitucional de todo ciudadano al amparo a su libertad y seguridad
personal. En efecto, la Ley tiene por objeto garantizar a toda persona, sin
discriminación alguna, la protección, respeto, goce y ejercicio de los derechos
humanos y garantías constitucionales a la libertad y seguridad personal, a través
de la acción de amparo constitucional.
¿Contra qué actos procede el Amparo a la Libertad y Seguridad Personal?
La acción de amparo a la libertad y seguridad personal procede contra cualquier
hecho, acto u omisión proveniente de los órganos y entes del Poder Público – ya
sea del Poder Público Nacional, Estadal o Municipal – o de personas naturales y
jurídicas, que implique una amenaza grave e inminente o una violación, privación
o restricción a estos derechos que sea arbitraria o contraria al ordenamiento
jurídico.
¿Quién puede ejercer una acción de Amparo a la Libertad y Seguridad
Personal?
La acción de amparo a la libertad y seguridad personal podrá ser ejercida
directamente por la persona agraviada o por cualquier persona, sin la necesidad
de asistencia de un abogado. También podrá ser presentada por la Defensoría del
Pueblo o por el Ministerio Público. Un elemento novedoso que incorpora la Ley es
que permite a las “organizaciones de defensa de los derechos humanos” presentar
una acción de amparo a la libertad y seguridad personal.
¿Cuáles son los tribunales ante los cuales puede presentarse una
acción de Amparo a la Libertad y Seguridad Personal?
Otro de los elementos novedosos de la Ley es que en su articulado se prevé la
creación de Tribunales Especializados en materia de amparo a la libertad y
seguridad personal. En el hoy derogado Título V de la Ley de Amparo, la
competencia en esta materia correspondía a los Juzgados de Primera Instancia en
lo Penal. Ahora, de acuerdo con esta nueva Ley, en cada Circunscripción Judicial
deberán crearse Tribunales Especializados de Primera Instancia con competencia
en materia de amparo sobre la libertad y seguridad personal (“Tribunales
Especializados”).
Sin embargo, la Ley no fija un lapso de tiempo para su creación. Una vez
que sean creados estos Tribunales Especializados, su competencia territorial para
conocer en primera instancia de una acción de amparo a la libertad y seguridad
personal estará determinada por el lugar donde ocurra el hecho, acto u omisión
que motiva la acción. Toda decisión denegatoria de una acción de amparo tendrá
consulta obligatoria ante las Cortes de Apelaciones con competencia en materia
penal, órganos judiciales que también conocerán en segunda instancia de las
impugnaciones contra las decisiones de los Tribunales Especializados.
La Ley deja a salvo que en aquellos lugares donde no funcionen Tribunales
Especializados o aun existiendo surjan situaciones que impidan su
funcionamiento, la acción de amparo pueda presentarse ante cualquier juez de la
localidad, cuya decisión deberá ser remitida en consulta al Tribunal Especializado
de amparo a la libertad y seguridad personal de la jurisdicción “más cercana”,
concepto que la ley tampoco define ni precisa su alcance.
La Ley también contempla una competencia especial basada en un
elemento orgánico: la alta jerarquía del órgano presuntamente agraviante. En caso
que la acción de amparo a la libertad y seguridad personal sea interpuesta en
contra de altos funcionarios o funcionarios nacionales de rango constitucional
corresponderá conocer en única instancia de la acción a la Sala Constitucional del
Tribunal Supremo de Justicia.
¿Cuál es el procedimiento a seguir luego de presentada la acción de
Amparo a la Libertad y Seguridad Personal?
Una vez presentada la acción de amparo a la libertad y seguridad personal,
se dará inicio a su trámite. Por expresa disposición de la Ley, la celeridad deberá
ser un principio cardinal del procedimiento de amparo. En efecto, uno de los
elementos básicos y esenciales de la regulación del derecho al amparo a la
libertad y seguridad personal en esta Ley es el establecimiento de un
procedimiento célere que garantice su efectiva materialización. A tales fines, la
Ley redujo los plazos del procedimiento que contemplaba el derogado Título V de
la Ley de Amparo y, además, expresamente declaró que “en ningún caso” el
trámite de la acción de amparo a la libertad y seguridad personal “se extenderá
más allá de 96 horas” contadas a partir de su presentación.
Interpuesta la acción, el Tribunal otorgará un plazo de doce (12) horas al
presunto agraviante para que informe sobre los motivos de la privación o
restricción de la libertad, pudiendo constituirse en el lugar donde se presuma se
encuentra la persona agraviada. En el mismo acto en el que ordene al presunto
agraviante la remisión del referido informe, el Tribunal deberá notificar a la
Defensoría del Pueblo y podrá decretar las medidas preventivas a que hubiere
lugar para proteger la libertad, seguridad e integridad de la persona agraviada,
incluyendo una orden de su traslado inmediato a la sede del Tribunal.
Dependiendo de los resultados obtenidos en la fase inicial anteriormente
comentada, el trámite procedimental correspondiente a la acción de amparo
avanzará de la siguiente manera:
En caso que la persona detenida o desaparecida sea localizada, el Juez de
amparo deberá decidir y ordenar, en un término no mayor de veinticuatro (24)
horas, la inmediata libertad de la persona agraviada o el cese de las restricciones
que se le hubieren impuesto si encontrare que la privación o restricción de la
libertad y seguridad personal haya sido arbitraria o contraria al ordenamiento
jurídico.
En caso que el presunto agraviante niegue la detención de la persona agraviada o
no sea posible su ubicación, el Juez de amparo ordenará una articulación
probatoria de cuarenta y ocho (48) horas y se pronunciará dentro de las
veinticuatro (24) horas siguientes acerca de la procedencia del mandamiento de
amparo a la libertad y seguridad personal. Adicionalmente, deberá remitir las
actuaciones al Ministerio Público a fin de iniciar la investigación penal
correspondiente.
¿Cuál es sanción por incumplimiento de un mandamiento de Amparo a la
Libertad y Seguridad Personal?
Esta Ley contempla una sanción más severa a la de prisión de seis (6) a
quince (15) meses prevista en la todavía vigente, salvo por lo que respecta a su
Título V, Ley de Amparo, para quien incumpla un mandamiento de amparo
constitucional. En efecto, de conformidad con la nueva Ley, el que incumpla un
mandamiento de amparo constitucional a la libertad y seguridad personal dictado
por un Juez, también conocido en el derecho venezolano como “mandamiento de
habeas corpus”, será sancionado con prisión de uno (1) a tres (3) años.

CONCLUSIONES

La Convención, al consagrar el “derecho de amparo,” no permite que se


puedan establecer restricciones al mismo, lo que es particularmente importante
cuando se trata de regular en el ámbito interno una “acción de amparo” para
precisamente asegurar la protección de los derechos humanos, de cuyo ámbito,
por tanto, no pueden quedar excluidos de protección determinados derechos, ni
pueden determinados actos estatales quedar excluidos de control, ni pueden
quedar personas que no estén protegidas, ni pueden quedar agraviantes que no
puedan ser juzgados por sus violaciones mediante el recurso sencillo rápido y
eficaz.

Otra cosa, por supuesto, es que la regulación que exista en el derecho


interno sobre el proceso de amparo, cuando se establece con una amplitud
inusitada, convierta a la institución llamada a proteger los derechos humanos en
una técnica procesal que en la práctica impida asegurar la protección efectiva,
sencilla y rápida de los derechos.

Debe destacarse que la Corte Interamericana, en este aspecto, ha ejercido


un importante control de convencionalidad en la sentencia del caso de La Masacre
de las Dos Erres vs. Guatemala de 24 de noviembre de 2009, en la cual, a pesar
de que estimó que en Guatemala el recurso de amparo era “adecuado para tutelar
los derechos humanos de los individuos,”10 observó sin embargo, que su “uso
indebido,” su “estructura actual” y las “disposiciones que lo regulaban,” aunado a
“la falta de debida diligencia y la tolerancia por parte de los tribunales al momento
de tramitarlo, así como la falta de tutela judicial efectiva, han permitido el uso
abusivo del amparo como práctica dilatoria en el proceso,”11 de manera que “su
uso indebido ha impedido su verdadera efectividad, al no haber permitido que
produzca el resultado para el cual fue concebido.”

La Corte, en dicho caso, constató además, que si bien al momento de


dictar la sentencia el Estado había informado que estaba en curso de discusión
una reforma a la Ley de Amparo, consideró que “aún no han sido removidos los
obstáculos para que el amparo cumpla con los objetivos para los cuales ha sido
creado.”13 De lo anterior, la Corte Interamericana concluyó su control de
convencionalidad indicando que: “De acuerdo a lo expuesto la Corte considera
que, en el marco de la legislación vigente en Guatemala, en el presente caso el
recurso de amparo se ha transformado en un medio para dilatar y entorpecer el
proceso judicial y en un factor para la impunidad. En consecuencia, este Tribunal
considera que en el presente caso el Estado violó los derechos a las garantías
judiciales y a la protección judicial, que configuran el acceso a la justicia de las
víctimas, reconocidos en los artículos 8.1 y 25.1 de la Convención, e incumplió con
las disposiciones contenidas en los artículos 1.1 y 2 de la misma.” 14 (Párr. 124)

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