PAPAYANNIS, Diego. Independencia, Imparcialidad y Neutralidad (132-150)

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(Cee YY Weve! or Marc Juridica Pensando al juez Manuel Vial-Dumas David Martinez Zorrilla (coords.) CAPITULO vil INDEPENDENCIA, IMPARCIALIDAD Y NEUTRALIDAD EN LA APLICACION DEL DERECHO Diego M. Parayannis* Universitat de Girona RESUMEN: Este trabajo presenta un anilisis de las distintas dimen- siones de la independencia y la imparcialidad judicial. Entre otras cosas, se argumenta que ambos conceptos, lo cuales estn profundamente vincula- dos al Estado de Derecho, pueden concebirse como valores perfectamente distinguibles. También se ofrece una concepcién de la neutralidad como un tercer valor no-redundante respecto de la independencia y la imparcia- lidad. Por tanto, los jueces deben ser independientes, imparciales y neutra- les. Cada uno de estos valores contribuye de maneras bien diferentes a que el Derecho cumpla su funcién distintiva de facilitar la interaccién social en sociedades complejas y plurales. . Palabras clave: independencia, imparcialidad, neutralidad, decisién judicial, —__ ra junc Serra Htinter de Filosofia del Derecho e Inv tigador de la royecto DER2014« i iversidad de Girona (Espafa). Con apoyo del pt ependence, Im- ples ina taduecion revionda del ariculo Publicado bajo el titule eee 'y, and Neutrality in Legal Adjudication», Reous (2016), Endicott, Pierluigi comentag hianttrios de Sebastian Aj dre Bon Jordi Ferrer, Pedro F tej Kristan, M; ‘i is Giovanny 8 ortes, C. sy San Juan, Marcela Chahuan, Timothy (dad, Carolina Fernandez Blanco, Lucila Fer’ latias Parmigiani, Esteban Pereira Fredes, Lorena Ramirez iver, a1 ‘attista Ratti, Cristina Redondo, Alessio Sa rdo, Marco Segattt, ‘armen Vazquez y Matija Zgur. Andez Alle, An~ Pablo Rapet- endra, Isse DIEGO M. PAPAYANNIg 132 1 INTRODUCCION independencia ¢ imparcialidad del juzgador y, en acionales, aunque profusa, no siempre imera dificultad para quien se aproxima al tema del todo clara, te Pique se refieren i Pautores cuando hablan de inde aa cia ai are flidad. "Se trata de valores, de principios juridicos, de Pendiciones inetitucionales, de genuinos deberes de conics de carac- teristicas personales del juzgador (0 virtudes), de esta los mentales, entre otras posibilidades? En segundo lugar, los autores serepan respecto de las relaciones conceptuales que existen entre la inc fepen jencia y la impar- Galidad. ;Son intercambiables ambos conceptos?!. Es decir, gson sinéni- mos 0, por el contrario, tienen un contenido distinto? cExiste alguna re- lacion de implicacién material entre ellos? Es posible que un drbitro sea imparcial pero no independiente, o independiente pero no imparcial? Y, adicionalmente, zqué relacién existe entre la independencia y la imparcia- lidad, por un lado, y la neutralidad, por el otro? Por supuesto, responder esta ultima pregunta requiere comprender cabalmente la naturaleza de la neutralidad. Nuevamente, zes un valor, un principio, un deber...? La literatura sobre A articular, de los Arbitros intern: En este trabajo sostendré que la independencia, la imparcialidad y la neutralidad son principalmente valores (pero no solo eso), e intentaré identificar donde yace el valor de cada elemento. Ademés, el hecho de que la independencia, la imparcialidad y la neutralidad sean valiosas —argu- mentaré— impone a los Arbitros el deber de actuar de manera indepen- diente, imparcial y neutral, al menos hasta donde ello sea posible. Va de styo, este breve ensayo no se ocupa de la naturaleza de estos valores des- de una perspectiva filoséfico-politica general, sino solo en el contexto en el cual alguien est llamado a decidir un caso aplicando el Derecho. Lo que diré de cada valor y sus relaciones mutuas se circunscribe a las sentencias judiciales y laudos arbitrales. En lo que respecta a las razones por las cua- les un juzgador debe comportarse siguiendo estos lineamientos, no obser- vo a primera vista una diferencia relevante entre ambos tipos de decisién. Procederé del siguiente modo: revisaré inicialmente el discurso de la independencia y la imparcialidad en la literatura, y las relaciones que se han establecido con la neutralidad, alli donde esta tercera nocién haya sido introducida. Luego, ofreceré un anilisis de estos conceptos que nos permita articularlos coherentemente y nos dé alguna pista de dénde po- dria radicar el valor de cada uno. Finalmente, realizaré algunas considera- ciones iusfilos6ficas para intentar delimitar el alcance de los deberes que estos valores imponen al juzgador y mostraré de qué manera se vinculan con el imperio del Derecho (Rule of Law) y la igualdad de las partes en la resoluci6n juridica de sus diferencias. * Para algunos autores, los conceptos de independencia e imparcialidad se utilizan de modo intercambiable (Turstan, 1989: 29). Otros afirman, por ejemplo, que «no es facil y, quizd. tampoco es necesario distinguir independencia e imparcialidad» (JON Letort, 2007: 27). out SON LA INDEPENDENCIA Y LA IMPARCIALIDAD? acter meramente exploratorio, an, Con Tencionadas. Mi idea es que son, cor nativa® “gimensiones de la independencia y so. Las dime por qué en la literatura se las 7 alizaré alg a izaré algunas de las Mo dije, valo} ‘ alores, pero la imparcialidad hn mnt las define de plemente, la idea mas difundida sea que la inde i _parcialidad Son conceptos distintos, aunque Talimanependenci ie imps La independencia, por influencia de los ordenamientos ositive stataleS, suele asociarse con ciertas garantias institucionales e : pen estatale Szgador liberarse en alguna medida de Is onales que per- miten mento de tomar sus decisiones. Ei Ee mom 4 Hi ene inbramicnt© mediante procedimientos ° §e la politica), 1a bat en el cargo, la autonomia respecto de otros jeres del Estado, la intangibilidad de su salario, entre muchas ohne fr el mundo del arbitraje internacional, por razones obvias, estas garam. tias no existen. Por ello, la independencia es entendida de maners dife- fente, como una ausencia de relacién familiar, social, profesional, comen. cial, etc.4, entre el jenepeer’ y alguna de las partes 0 un tercero que tenga un interés en el litigio®. Asimismo, no debe menospreciarse al evaluat ta independencia de un arbitro su resistencia a la presién de la opinién pt- blica internacional. alter- 10 solo ad son multiples forma tan diversa. yes exp! proba La imparcialidad, en cambio, se asocia usualmente con la objetividad dela decision®, o con la ausencia de prejuicios respecto de alguna o ambas artes’. También se distingue entre la imparcialidad personal, que depende Hono tener intereses en juego en la resolucién del litigio —con lo cual el juzgador serfa un actor mas en el conflicto que esta dirimiendo— de la {mparcialidad institucional, mas bien relativa a lo que usualmente se Hama independencia®. De esto tiltimo tal vez derive una tesis muy difundida respecto de estas ideas. Se dice comtinmente que la independencia es un requisito indispensable de la imparcialidad; en otras palabras, la indepen- dencia seria condicién necesaria, pero no suficiente de la imparcialidad®, Es importante anticipar que, como mostraré en el apartado 3, esta afirma- Vease Kleyn y otros c. Holanda, Tribunal Europeo de Derechos Humanos, 6 de mayo de 2003, especialmente en § 192. + Para un estudio completo de la independencia judicial en el émbito interno, véase MAR- tinez ALARc6n (2004). Para un argument en contra de la posibilidad de aplicar automat camente los tests de independencia e imparcialidad, validos en el contexto interno, al émbito intemacional, véase GéLINAs (2011), 1-48. * Gftiwas (2011), 8. Explica que el arbitraje internacional esta repleto de tribunales ad hoc, con juzgadores designados y remunerados por las partes. Estas caracteristicas hacen que la dimensién instituci ja independencia quede casi totalmente diluida. 5 Sobre los distintos tipos de terceros, véase ENTELMAN (2002), capitulo 8. $ Romero Secet. (2001), 518. 7 Brown (2003), 75, { Tanurro (2008), 102, NDRES I nua IBANEZ (2009), 5: “ARUEFO (2009), 98; ATIENZA (2009), 174; JIMENEZ ASENSIO DIEGO M. Par ‘APAYANY . NNIS ajadera en alguna dimension de la independe Nia y en otra. v1 or ve eign podria se Cnparcialidad, pero falsa la macion nos sitve para comenzar a pensar 5 i ah arcialidad y la independencia. Consideremos Esta primera aproxi naturaleza de posibilidades obre Ia algunas 21. Estados mentales cisiones arbitrales del CLADI, se ha afirmado que | ja ine ‘alidad son estados mentales que «solo in. En algunas decisiones is ep encia y la impare son s ' a sere eidos de la ™P Aveta del drbitro o las personas vinculadas‘a gest ser De inicio, esta tesis parece dudosa en lo que se refiere ala independen. ue los estados mentales son puramente subjetivos. En cam. cia, puesto que IF {do brevemente mas arriba, los autores suclen asu bio, como he terwa de la independencia: un juzgador es independ aia una vision objetiva Of Treo institucional adecuado que lo protege de lax se desenvuelve on tp, en la versiGn del arbitro internacional, si no tiene influencias enters sctuales con alguna de las partes o wn tercero intere: fado en el litigio. Ambas condiciones pueden verificarse mas all de los estados mentales del arbitro. Un arbitro po Hie sentirse independiente, aunque no goce de las garantias institucional es minimas para ello. Por atin parte, puede creer que sus relaciones previas con una de las partes otra Patan aa capacidad de resolver la controversia objetivamente. Pese a tio, es razonable pensar que la independencia de un arbitro que tiene una relacién personal, social 0 econdmica con una de las partes, o que no esta minimamente protegido en el plano institucional, se encuentra seriamente comprometida. Siendo ello asi, la independencia no puede ser un mero estado mental. Dicho esto, corresponde matizar un poco esta postura, ya que también es claro que la independencia como proteccién institucional o ausencia de relacion con las partes no garantiza la completa impermeabilidad del juzgador en todos los casos. Un juez protegido de ese modo todavia puede ser tentado, puede tener aspiraciones politicas o puede ser presionado con mecanismos distintos de los que las reglas sobre independencia asumen como habituales. En este caso, un juez no es independiente si siente la pre- sién y ella afecta sus razones para decidir la controversia. Parece, enton- ces, que la independencia es un estado mental en este sentido. Notese, sin embargo, que no es necesario para recusar a un juzgador que sienta esta presion, puesto que las relaciones personales preexistentes (que son una cuestin de hecho, es decir, objetiva) suelen ser suficientes tanto en el De- recho interno como en el arbitraje internacional. Esto muestra que no solo es importante que el juzgador sea independiente, sino que lo parezca". Diré algo més sobre la «regla de la apariencia» en la seccion 5. © Crawror (2013), 3, aap Jef? HP andlisis de la cuestion en el arbitraje intemacional, véase Bortins coo, {pEPENDENCIA, IMPARCIALIDAD Y NEUTRALIDAD | INDEP™ En cuanto a la imparcialidad, el tema es, difer jalidad como proximidad a una de las Partes, cia actitud favorable respecto de ellao sentraria, presupone necesariamente ciertos estados me @ inconscientes. En general, la convergencia de intere rcibida por el juzgador. Ello no supone ni s objetivos. De hecho, buena parte de nuestra jhumanos tienen este cardcter, Y esto significa que no tros estados mentales. Nuestro interés en no sufrir m nuestra salud © integridad fisica, en prosperar econo: medida, en. gozar de Prestigio, Se muento: ° dad, entre muchos otros, son buenos ejemplos". Si Se mn intereses objetivos, compartidos por todos los sree eee moon rae afectan la imparcialidad del juzgador. Por el contrario, solo los fester as subjetivos tienen el tipo de fuerza motivacional que la recusadon eens lificacién intenta contrarrestar. Es por ello que la imparcialidad si nde ser concebida como un estado mental a este respecto. peace Los prejuicios, por su parte, también pueden ser caracterizados como estados mentales. Es posible que un drbitro piense que los argentinos in- cumplen sistematicamente sus obligaciones. Su creencia es un estado men- tal. Pero no todos los estados mentales son conscientes. Un juzgador po- drfa tener una predisposici6n a evaluar la conducta reincidente de la parte argentina de modo negativo, 0 a exigir un estandar de conducta mayor a quien percibe como incumplidor sistematico sin ser consciente de que concibe a los argentinos como incumplidores sistematicos. Si es posible que sus propios sesgos cognitivos y prejuicios pasen inadvertidos al juzga- dor, entonces es posible que el juzgador no advierta su falta de imparciali- dad. Justamente, el peligro de los sesgos y prejuicios es que muchas veces no somos capaces de controlar todos los factores que inciden en nuestros juicios”, En definitiva, es correcto caracterizar la imparcialidad como un esta- do mental, pero en Jo que hace a la independencia no es necesario que se verifique ningtin extremo subjetivo para afirmar que un determinado juzgador carece de independencia, ya que en muchos casos la falta de in- dependencia tiene que ver con cuestiones puramente objetivas relativas ala proteccién institucional de que goza el juzgador o sus relaciones pre- existentes con las partes o terceros interesados. enoscabo alguno en micamente en alguna aprecio en nuestra comu- 2.2. Condiciones institucionales en el 4mbito de los sistemas juri- las garantias as que _ Evidentemente, la independen ‘cos estatales admite un anilisis institucional, dado que ™encionadas mas arriba solo pueden ser implementadas por norm — B Estoy pensando en aly ido . Aiferencia pe ones algo parecido a lo que Véase Kansan (2011), 3-4. Wiccins (1998: 6) denomina «necesidad», a DIEGO M. PAPAYAND 136 S establezcan un marco de actuacién en el cual el juzgador esté protegido contra las presiones externas. Pero, como sugeri en el apartado anterior, incluco cl mejor diseivo institucional es incapaz de impedir foda influencia de terceros (0 alguna de las partes) sobre el juzgador. Ello es asi porque Jos juzgadores son personas que también desarrollan una vida social an- Miurante y después del ejercicio de la vida jurisdiccional. A lo sumo, las garantias institucionales limitan ciertas fuentes de influencia concretas pero no todas las imaginables. En el arbitraje internacional, se vio, la idea Fe condiciones 0 garantias institucionales es mucho menos relevante. Por tanto, solo una parte de la independencia tiene que ver con la satisfaccién de condiciones institucionales apropiadas. zQué ocurre con la imparcialidad? Las condiciones institucionales constituyen un aspecto formal de la imparcialidad, es decir, un conjunto de restricciones sobre la actuacién del juzgador que tienden a reducir los efectos de la parcialidad, regulando la manera en que debe proceder res- pecto de las partes": los momentos en que debe escucharlas, la manera en que debe permitir la produccién de la prueba, y la forma en que debe justificar su decision, atendiendo a los argumentos esgrimidos y la prueba producida, parecen limitar en algtin grado incluso a un juzgador parcial. Por tanto, la regulacién de los procedimientos es un componente de la imparcialidad, de modo que puede afirmarse que hay un aspecto de la im- parcialidad relacionado con las restricciones institucionales impuestas a la tarea del juzgador, pero seguramente no es el mas importante. Todavia el respeto de las condiciones formales de la imparcialidad es compatible con una buena cuota de arbitrariedad en las decisiones del juzgador. Un vinculo mas interesante entre las condiciones institucionales y la imparcialidad puede quedar reflejado por un cuidadoso anélisis de la con- tribucion de los procesos juridicos en la creacién de un contexto adecuado en el cual los juzgadores forman sus creencias y opiniones juridicas. Algu- nas estructuras funcionales son mds eficaces que otras para la prevencion de ciertos tipos de sesgos. Los problemas mas comunes son el juticio antici- pado (p. ¢j., cuando el mismo juez participa de la investigacin preliminar y luego en la decisién final), el juicio inapropiado (p. ¢j., cuando 1a misma persona que actué como fiscal en etapas posteriores acttia como juez en el tribunal de apelacién) y el sesgo de confirmacién (p. e)., cuando el mismo juez actua en primera instancia y luego, afios mas tarde, forma parte del tribunal que debe decidir la apelacién)'’. Volveré sobre este punto en la seccion 5. 2.3. Valores En sociedades complejas y plurales, en las cuales sus miembros nen doctrinas comprehensivas divergentes, incluso los individuos de M_Véase Anprts Indie7. (2009), 60, 63, 64. Para un buen andlisis de estos y otros problemas de imparcialidad relacionados con las estructuras funcionales, véase FERNANDEZ BLANCO (2016), 231.

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