Diagnóstico 6° 2022

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Unidad Diagnóstica 2022

6° grado
Lengua y Ciencias Naturales

Actividad de inicio
Como primera actividad, conversaremos con los niños y las niñas acerca de los
deseos y expectativas positivas que tenemos para este año en la escuela. Para realizar
esta actividad les entregaré la siguiente hoja para que lo escriban allí y quede asentado
en sus carpetas:

Actividad N° 1: ESTA ACTIVIDAD LA


REALIZAREMOS
A) Para iniciar la clase, CADA DOCENTE
les haré un par de
CON SU GRUPO
preguntas en forma oral y escribiré sus respuestas
en el pizarrón.
 Para vos ¿qué es ser perfecta o perfecto?
 ¿Cómo tiene que ser una persona perfecta?
 ¿Conocés a alguien que sea así?
 ¿Creés que tendrías que cambiar algo tuyo para llegar a ser perfecto o perfecta?}

B) Una vez respondido, dividiré a la clase en grupos y les entregaré el siguiente cuento
para que realicen una lectura compartida, luego de su presentación:

En un barrio existió, alguna vez, un club llamado El club de los perfectos. A ese club
sólo entraban ciertos hombres y mujeres que se creían superiores, perfectos. Pero una
noche, ocurrió algo más perfecto que ellos mismos y se desató el caos.

EL CLUB DE LOS PERFECTOS de Graciela Montes

Hay gente que ya está cansada de que yo cuente cosas del barrio de Florida. Pero no es
culpa mía: en Florida pasa cada cosa que una no puede menos que contarla.
Como la historia esa del Club de los Perfectos.
Porque resulta que los perfectos de Florida decidieron formar un club.
Alguno de ustedes preguntará quiénes eran los Perfectos. Bueno, los Perfectos de
Florida eran como los Perfectos de cualquier otro barrio, así que cualquiera puede
imaginárselos.
Por ejemplo, los Perfectos no son gordos, pero tampoco son flacos.
No son demasiados altos, y mucho menos petisos.
Tienen todos los dientes parejos y jamás de los jamases se comen las uñas.
Nunca tienen pie plano ni se hacen pis encima.
No son miedosos. Ni confianzudos.
No se ríen a carcajadas ni lloran a moco tendido.
Los Perfectos siempre están bien peinados, siempre piden “por favor” y jamás hablan
con la boca llena.
Hay que reconocer que los Perfectos de Florida no eran muchos que digamos.
Es más, eran muy pocos. Tan pocos que había calles, como Agustín Álvarez, donde no
podía encontrarse un Perfecto ni con lupa. Pero –pocos y todo–decidieron formar un
club porque todo el mundo sabe que a los Perfectos sólo les gusta charlar con Perfectos,
comer con Perfectos y casarse con Perfectos.
El Club de los Perfectos fue el tercer club de Florida. Los otros dos eran el Deportivo
Santa Rita y el Social Juan B. Justo.
El Deportivo Santa Rita era sobre todo un club de fútbol. Los sábados por la tarde se
llenaba de floridenses porque los sábados por la tarde se jugaban partidos amistosos con
el equipo de Cetrángolo.
El Social Juan B. Justo era el club de los bailes. Los sábados por la noche los
floridenses que querían ponerse de novio se reunían a bailar con los Rockeros de Florida
entre guirnaldas verdes, rojas y amarillas.
Pero el Club de los Perfectos era otra cosa.
Para empezar, no era ni un galpón ni una cancha. Era una casa en la calle Warnes, con
grandes ventanales y una verja alta de rejas negras.
Y en el jardín que daba al frente, nada de malvones, dalias y margaritas, sólo palmeras
esbeltas, rosales de rosas blancas y gomeros de hojas lustrosas.
Los sábados por la noche, los Perfectos llegaban al club con sus ropas planchadas y sus
corbatas brillantes. Como eran perfectamente puntuales llegaban todos juntos.
Se sentaban alrededor de la mesa con mantel almidonado y vajilla deslumbrante.
Comían tranquilos y educados. Masticaban bien. Sonreían. Nunca parecían tener
hambre. Ni apuro. Ni sueño. Ni rabia. Ni ganas.
Ni celos. Ni frío.
Tan diferentes eran, que a los floridenses se les hizo costumbre eso de ir a visitar el
Club de los Perfectos.
Bueno, visitar es una manera de decir porque al club de los Perfectos sólo entraban
Perfectos, y los demás miraban de afuera.
Lo cierto es que, a eso de las siete de la tarde, en cuanto terminaba el partido, los del
Deportivo Santa Rita se venían en patota a la calle Warnes y, a eso de las ocho, antes de
ir para el baile del Social Juan B. Justo, las parejas de novios pasaban por la calle
Warnes para echarles una ojeadita a los Perfectos.
Los floridenses se apretaban todos junto a la verja.
Eran un montón, pero ninguno era perfecto. Estaba doña Clementina, llena de arrugas;
el nieto de don Braulio, que era un poco bizco; el chico del almacén, que era petiso;
Antonia, llena de pecas… y chicos que usaban aparatos en los dientes, chicos que a
veces se comían las uñas, chicos que a veces se hacían pis encima, chicos con mocos,
muchachos que clavaban los dientes en los sánguches de milanesa porque tenían hambre
y chicas un poco despeinadas porque había viento.
Los sábados por la noche, el Club de los Perfectos estaba siempre rodeado de
floridenses. Y fue por eso que, cuando pasó lo que tenía que pasar, hubo muchos que
pudieron contarlo.
Resulta que estaban ahí los Perfectos, tan perfectos como siempre reunidos alrededor de
la mesa, perfectamente bronceados porque era verano y perfectamente frescos y
perfumados, cuando pasó lo que tenía que pasar.
Pasó una cucaracha.
Una cucaracha lisita, negra, brillante, en cierto modo una cucaracha perfecta, que trepó
lentamente por el mantel almidonado y empezó a caminar perfectamente serena, por
entre los platos.
El primero que la vio fue un Perfecto de saco blanco y corbata a rayas, perfectamente
rubio. La cucaracha se acercaba, pacíficamente, hacia su plato.
El Perfecto rubio se puso de pie… demasiado bruscamente, porque volcó la silla,
empujó con el codo el plato decorado, que se estrelló contra el piso, y derramó el vino
tinto de su copa labrada sobre la Perfecta de vestido blanco.
La cucaracha entre tanto, posiblemente sorda y seguramente valiente, seguía recorriendo
la mesa, desviándose sin sobresaltos cuando se le interponía algún plato.
Los Perfectos en cambio sí que parecían sobresaltados. Había algunos que se subían a
las sillas y gritaban pidiendo ayuda, y otros que se comían velozmente las uñas
acurrucados en los rincones.
Había algunos que lloraban a moco tendido y otros que, de puro nerviosos, se reían a
carcajadas.
El mantel ya no parecía el mismo, lleno como estaba de platos rotos y copas volcadas. Y
serena, parsimoniosa, la manchita negra y lustrosa proseguía su camino.
Los floridenses que estaban junto a la reja al principio no entendían. Se agolpaban para
ver mejor, los de la primera fila les pasaban noticias a los de atrás. Aníbal, el relator de
los partidos amistosos, se trepó a lo alto de la verja y empezó a transmitir los
acontecimientos:
–El Perfecto de la Camisa a Cuadros se cae de espaldas. Rueda. Quiere ponerse de pie,
trastabilla y cae sobre la Perfecta del Collar de Nácar. La Perfecta del Collar de Nácar
pierde la peluca. Se arroja al suelo y camina en cuatro patas tratando de recuperarla. El
Perfecto del Traje Azul tropieza con ella, pierde el equilibrio y cae… Cae también su
dentadura, que golpea ruidosamente contra la pata de la mesa…
Arrugados, despeinados, manchados y llorosos, los Perfectos fueron abandonando la
casa de la calle Warnes. Los floridenses los miraban salir y no podían casi reconocerlos.
Algunos estaban pálidos. Otros parecían viejos. Algunos, si se los miraba bien, eran
francamente gordos. Y todos, uno por uno, estaban muertos de miedo.
A los floridenses más burlones les daba un poco de risa.
Los floridenses más comprensivos les sonreían y les daban la bienvenida: al fin de
cuentas no era tan malo estar de este lado de la reja.
De más está decir que ese mismo día se disolvió el Club de los Perfectos.
Y cuentan en el barrio que los sábados por la tarde algunos de los que fueron sus socios
llegan cansados y hambrientos al Deportivo Santa Rita y que otros van, un poco
despeinados, al Social Juan B. Justo.
Cuentan también que en la casa de la calle Warnes ahora crecen malvones.
Y parece que así es mucho mejor que antes.

C) Finalizada la lectura responderán lo siguiente:

 ¿Dónde transcurre esta historia?


 ¿Quiénes son sus protagonistas?
 ¿Por qué se llamaban así?
 ¿Cuántos clubes había en el barrio? ¿Cómo se llamaban y de qué eran?
 ¿Qué hecho cambió la situación de los protagonistas?
 Al final ¿eran perfectos?
 ¿Qué sucedió finalmente?
 Buscá en el diccionario las siguientes palabras y ordenalas alfabéticamente:

Parsimoniosa:
Temerario:
Sustantivos

Comunes Propios Almidonado:

Abstractos Concretos

Actividad N° 2:
Individuales
A) Comenzaremos la clase
repasando los siguientes conceptos:
Colectivos
Un sustantivo es una clase de palabra que
se utiliza para nombrar un objeto, sujeto, lugar, concepto. Por ejemplo: Juan, autos,
casa, Neuquén. Tiene género (femenino y masculino) y número (plural y singular)
El sustantivo puede clasificarse según lo que nombra en:
 Sustantivos propios. Nombran a un objeto o sujeto de forma concreta y de manera
particular y siempre se escriben con mayúscula. Se utilizan para nombrar: personas
(María, Juan), países, ciudades y continentes (Argentina, Centenario, América),
marcas (Bimbo, Sony), organizaciones o instituciones (Universidad Nacional del
Comahue, Greenpeace), festividades (Navidad), grupos musicales (La Renga, La
Konga), obras literarias (El Quijote de la Mancha).
 Sustantivos comunes. Designan una persona, animal o cosa de manera general. Por
ejemplo: mesa, silla, vaca, perro, montaña, amor. Los sustantivos comunes siempre
se escriben con minúscula y se clasifican de diferentes maneras:
Los sustantivos comunes se clasifican en:
 Sustantivos abstractos. Designan ideas, conceptos y sentimientos que no pueden
ser percibidos por los sentidos. Por ejemplo: libertad, felicidad, odio, compasión.
 Sustantivos concretos. Nombran cosas y objetos que sí pueden ser percibidas por
los sentidos. Por ejemplo: casa, gato, árbol, pelota.
Los sustantivos concretos se clasifican en:
 Sustantivos individuales. Nombran un ser en particular en singular. Por ejemplo:
pez, perro.
 Sustantivos colectivos. Nombran de manera global o grupal a un conjunto de
personas, animales, objetos. Por ejemplo: “pez” es individual y “cardumen” es
colectivo, ya que hace referencia a un conjunto de peces.

B) Una vez repasada esta información, extraerán 20 sustantivos del cuento trabajado y
deberán clasificarlos según la clasificación anterior.

C) Armaremos el siguiente esquema utilizando ejemplos con palabras extraídas del


cuento:
D) Elegimos 4 sustantivos de las extraídos del cuento e invento una oración con cada
una.
Todas las personas nacemos con un cuerpo, con una cara, con determinados
rasgos: color
Actividad N° 3:de piel, color de ojos, tipo de pelo, etcétera. Podríamos decir que
es en el cuerpo donde se “materializa” nuestra esencia: el componente físico
A) El tesoro
individual secreto:
que nos distingue y nos hace únicos.

Pero este cuerpo, así como lo vemos hoy, no ha sido siempre así. Todos los
Para esta actividad,
cuerpos pondré
se modifican un “cofre
al ritmo del tesoro”
de nuestro en mi escritorio,
crecimiento que será unaque
y las experiencias cajaloscon
un
componen. ¿Alguna vez te detuviste a pensar en el cuerpo pequeño y flexibleque
espejo adentro. Pediré que pasen de a uno, de una, a ver el valioso secreto de se
esconde dentro,
un bebé?, pero
¿o el no pueden
cuerpo que vadecirle nada a susuncompas
desarrollando de qué tras
maratonista se trata.
mucho tiempo
de entrenamiento?, ¿o cómo se transforma el cuerpo de
Una vez que hayan pasado todas y todos, les diré que en sus carpetas describan una mujer
el tesoro
embarazada? Es decir que a medida que crecemos
que vieron, qué tiene ese tesoro que lo hace valioso. y nos desarrollamos, el
cuerpo se va transformando y esto va cambiando nuestra manera de
Cuando finalicen, deberán decir de qué se trataba el tesoro y quien se anime, leerá lo
reconocernos, de manifestarnos y de hacernos presentes en el mundo.
que escribió.
Transitar los cambios de los diferentes ciclos de la vida, las expectativas de lo
que es posible y deseable en cada una de sus etapas, genera cierta
A continuación, les daré el siguiente texto para leer y analizar.
desorientación. Por lo cual, el cuidado mutuo –es decir el cuidado de sí mismo y
Luego de leído
el cuidado de haremos
los otrosuna puestaesenprimordial.
y otras- común sobreEsolose
que opinan delen
materializa texto.
la
forma en que una persona se siente con
respecto a sí misma y también con los
Actividad
demás, lasN°maneras
4: en las que se vincula Por eso, el reconocimiento de nuestro
con la familia, amistades, en la escuela, cuerpo es indispensable para
el trabajo, con la pareja, etcétera. aceptarnos, respetarnos y tomar
decisiones más informadas y
acertadas sobre cómo vivir. Porque la
corporalidad estará siempre
atravesada por el contexto social, la
educación familiar, escolar y la
cultura.
A) Les daré a los chicos y chicas el siguiente cuento:

Julieta Piruleta, la niña que tenía muchos sombreros


Julieta Piruleta, era una niña que vivía en una bonita casita. En su habitación
tenía un gran armario con muchos sombreros. Tenía sombreros de todos los colores y
formas que se puedan imaginar. Cada mañana antes de salir de casa elegía un sombrero,
aquel que más le iba a gustar a la gente que iba a ver aquel día.
Tenía un sombrero rojo con un lacito blanco, es el que se ponía cuando salía con
su mamá, porque a su mamá le gustaba este sombrero. Cuando iba a ver a su abuelita se
ponía el sombrerito blanco con flores verdes que le gustaba a ésta. Para salir con papá se
ponía el sombrero amarillo que adoraba su padre. Para ir al cole se ponía un gorrito gris
con cuadraditos que es el que les gustaba a sus profesoras. Para salir con sus amigas
usaba en cambio el sombrero azul ya que sabía que este era el que las niñas preferían.
De todos los sombreros que Julieta Piruleta tenía en su gran armario, había uno
que a ella le gustaba especialmente, era un sombrero rosa que tenía un lazo plateado con
el brillo de las estrellas. Eran muchas las mañanas que, al abrir el armario, Julieta
miraba este sombrero y hasta en algunas ocasiones se lo probaba, pero antes de salir
acababa cambiándolo por otro sombrero, el más adecuado para las personas con las que
se iba a encontrar. Y allí dejaba su sombrero rosa con un lazo plateado que tenía el
brillo de las estrellas para otra ocasión más adecuada.
Una mañana antes de salir de casa, ocurrió que Julieta Piruleta se equivocó de
sombrero. Iba a ver a sus amigas, y tenía mucha prisa, por eso tomó rápidamente un
sombrero creyendo que era el azul, ya que este era el que preferían sus amigas. Salió de
casa rápidamente sin mirarse en el espejo, por eso no se pudo dar cuenta de que, en
lugar del sombrero azul, llevaba puesto sobre su cabeza el sombrero rosa, el que tenía
un lazo plateado que brillaba como las estrellas.
No se dio cuenta de su error hasta que estuvo con sus amigas.
- ¡Que sombrero más bonito! - le dijeron- no le habíamos visto nunca. Te queda
mejor que el otro.
Julieta miró su sombrero y comprobó asombrada que llevaba puesto el sombrero
rosa. En un primer momento le disgustó esta idea, pero al cabo de un rato nadie prestaba
atención a su sombrero. Y como era el que más le gustaba a ella, era el que mejor le
sentaba de todos y era con el que más a gusto estaba.
Más tarde, aquel mismo día, recordó que tenía que pasar por casa de su abuelita,
pensó en ir a casa a cambiarse el sombrero y ponerse el sombrerito blanco con flores
verdes que adoraba su abuelita. Pero no tenía tiempo de hacerlo, y después de todo
pensó este es el sombrero que a mí me gusta. Su abuelita le dijo que le gustaba su nuevo
sombrero y que estaba muy guapa.
Julieta estaba muy sorprendida porque tanto a sus amigas como a su abuelita les
había encantado el sombrero con el que ella se sentía más cómoda.
Cuando llegó a casa con su sombrero rosa en la cabeza, su mamá y su papá,
sorprendidos de verla llevar aquel sombrero puesto, le dijeron:
-Pero que sombrero más bonito, te queda fenomenal, ¿Por qué nunca usabas este
sombrero, si es el que más te gusta?
Julieta estuvo todo lo que le quedaba del día con ese sombrero puesto. Entonces
descubrió que a la gente le da igual el sombrero que lleve puesto, que a las personas les
encantaba el sombrero rosa que era con el que ella se sentía más cómoda. No necesitaba
ponerse un sombrero que le gustara a la gente, sino ponerse el sombrero que a ella le
gustara.

B) Una vez leído, deberán responder:

1. ¿Por qué Julieta tenía tantos sombreros?


2. ¿Cómo elegía cada mañana el sombrero que iba a llevar puesto?
3. ¿Creés que elegía bien?
4. ¿Cuál era el sombrero que más le gustaba a ella? ¿Cuándo usaba este sombrero?
5. ¿Qué le ocurrió cuando se equivocó de sombrero? ¿Le gusto a la gente su nuevo
sombrero?
6. ¿Por qué creés que antes no usaba ese sombrero?
7. ¿Qué pensó después de llevar un día puesto su sombrero rosa?
 Pensá alguna ocasión en la que no has hecho lo que querías hacer por agradar a los
demás: ¿Qué cosas dejaste de hacer o qué cosas hiciste?

Actividad N° 5:
A) Entregaré a los niños y niñas el siguiente texto:
B) Una vez leído el texto, veremos cómo eso que leímos es cierto. Para ello, pediré a
los y las estudiantes que se pongan de dos en dos. Durante algunos minutos, cada
estudiante pensará en alguna situación incómoda, triste o vergonzosa que otra persona le
haya hecho pasar en la escuela. En ese momento, imaginará que esa persona está
delante de él o ella.
Una vez que visualice la situación en la que le hicieron daño, le dirá a quien esté delante
de él
o
ella, aquello que le diría a quien le hizo daño. Quien escucha no puede hacer ningún
comentario. Después, se intercambiarán los roles: quien haya hablado será oyente, y
viceversa. Para finalizar, haremos una reflexión grupal:
¿Cómo te sentiste al hablar?
¿Sigue molestando hoy tanto como la vez que pasó? ¿O el paso del tiempo ayudó a
sanar?
¿Cómo te sentiste al estar de oyente?
¿Qué emoción te dio al conocer los sentimientos de tu compañero o compañera?

Tarea: averiguar en casa qué es un estereotipo


Actividad N° 6:
A) Palabras que describen…
En el cuento “Julieta Piruleta” se describe a los sombreros que la niña usaba, pero…
¿qué clase de palabras son las que se usan para describir?
Los adjetivos
Los adjetivos son palabras que señalan características de los sustantivos a los que
acompañan
Algunas clases de adjetivos:
Calificativos: señalan cualidades o propiedades de los sustantivos a los que refieren.
Ejemplo: niño pequeño, muchacha amable.
Gentilicios: indican lugar de origen o procedencia. Ejemplo: estudiantes neuquinas,
compañero chileno.
Numerales: dan idea de número o cantidad. Algunos adjetivos numerales son:
Cardinales: sólo indican número. Ejemplo: dos gatos.
Ordinales: indican orden. Ejemplo: el cuarto lugar.
Múltiplos: agregan la idea de multiplicación. Ejemplo: doble porción de torta.
Partitivos: agregan la idea de división. Ejemplo: media porción de torta.
Posesivos: señalan a quién pertenece lo que nombra el sustantivo al que refieren.
Ejemplo: mi juguete (el juguete pertenece a la persona que habla)
Demostrativos: señalan distancia con respecto al emisor. Ejemplo: esta pelota (la
pelota está cerca del emisor). Aquella pelota (la pelota está lejos del emisor).

Una vez repasado esto, realizarán las siguientes actividades:


B) Extraé 10 adjetivos de los cuentos El Club de los Perfectos y Julieta Piruleta, y
clasificalos:
C) Tomando en cuenta lo trabajado en Ciencias Naturales, pensemos en adjetivos que
se utilizan para hacer sentir bien a alguien y cuales se usan para ofender:
Adjetivos Positivos Adjetivos Negativos

D) Con estos adjetivos, pensá y escribí oraciones. Indicá qué tipo de adjetivo es:
 Mendocina  Divertido
 Aquella  Primera
 Cuatro  Triste
 Sus  Uruguayo
Actividad N° 7:
A) Hablando de feos adjetivos…
Pediré a los chicos y chicas que lean lo que trajeron de estereotipo. Luego de su lectura,
leeremos la siguiente información:
B) Luego de lo leído el texto, pensaremos en aquellos estereotipos que existen con
respecto a cómo deben ser las personas, tanto física como actitudinalmente y cómo eso
afecta a algunas personas y hace que otras ofendan a quienes no cumplen con esos
estereotipos.
Actividad N° 8:
A) Palabras de acción…El verbo
El verbo es la palabra que indica acción, existencia, movimiento, consecución o
estado y estos pueden estar en tiempo presente, pasado o futuro.
Conjugación de verbos
Los verbos regulares siguen un modelo de conjugación según la terminación de
su infinitivo:
Infinitivos terminados en “ar”: verbos de la primera conjugación (saltar,
caminar, amar, arrastrar, cantar, bailar).
Infinitivos terminados en “er”: verbos de la segunda conjugación (correr,
comer, temer, suceder, ceder, beber).
Infinitivos terminados en “ir”: verbos de la tercera conjugación (vivir,
morir, sacudir, ir, existir, corregir).
B) Buscamos en los cuentos trabajados verbos con estas conjugaciones.

1° conjugación ar 2° conjugación er 3° conjugación ir


Cocinar permanecer aplaudir
C) Colocale a cada verbo conjugado su infinitivo:

entendían: golpea: miraban: cae:


rueda: tropieza: equivocó: preferían:
salió: descubrió: etiquetan: comprenden:

Actividad N° 9:
A) Continuamos con el verbo…
El verbo es una clase de palabra que sufre varios cambios en su composición. Estos
cambios se denominan accidentes y son: el número, la persona y el tiempo.
En cuanto al número, el verbo puede estar en singular (salgo, come) o en plural (comen,
salimos).
La persona de un verbo indica quién realiza la acción. El verbo presenta tres personas:
Primera persona, Segunda persona y Tercera persona.
Personas gramaticales Singular Plural
1° Persona YO NOSOTROS- NOSOTRAS
2° Persona VOS- TU- USTED USTEDES
3° Persona EL- ELLA ELLOS- ELLAS

El presente señala que la acción ocurre en el momento actual, ahora. (Lucas lee un
libro)
El pasado o pretérito indica que la acción ocurrió antes del momento de hablar (Lucas
leyó un libro).
El futuro indica que la acción sucederá después del momento de hablar (Lucas leerá un
libro).
B) Ahora a practicar… indicá la persona, el tiempo y el número de los verbos antes
trabajado:

entendían: golpea: miraban: cae:


rueda: tropieza: equivocó: preferían:
salió: descubrió: etiquetan: comprenden:

C) Cambiá el tiempo, persona y número de los verbos anteriores e indicá qué


conjugación tienen ahora.
Ejemplo: entendían: entenderá (3° persona del singular, futuro)

Actividad N° 10:
A) En una de las primeras actividades, cada una y uno se miró en el espejo, hoy
veremos cómo es mirarse en el espejo de los demás. Para eso, leeremos el siguiente
texto:

Como ya vimos, nuestro cuerpo es una construcción, donde se


mezclan el yo corporal y el yo emocional. En otras palabras,
cuerpo y mente se unan para conformar a cada uno de
nosotros, como unidad.
Pero en esa construcción se suma algo más: el yo social. Esto significa que los otros y
otras, todas las personas que nos rodean (familia, amigas, amigos, compas de la escuela,
docentes, etc.) colaboran en la construcción que cada persona hace de sí misma. Esto
determina que el cuerpo sea también una construcción social.
¿Y de qué manera los y las demás ayudan en nuestra propia construcción? Con
herramientas muy poderosas: los pensamientos y las palabras.
Todo lo que los otros y otras piensen y deseen de
nosotros y nosotras, lo que esperen que seamos y,
luego, lo que nos digan, serán elementos muy
influyentes en la construcción que hagamos de nosotras
y nosotros mismos.
Y si ese espejo nos devuelve una imagen que no nos
gusta, si nos devuelve agresiones, si nos discrimina, si
nos etiqueta con expresiones feas, construiremos un yo
triste, desganado y solitario.

B) Teniendo en cuenta los textos leídos en esta clase y las anteriores, armaremos
afiches con mensajes que les quieran dejar a sus compañeros y compañeras, no sólo de
su grado, sino también de los otros grados. Luego los pegaremos por la escuela.

Actividad N° 11:
A) Realizaremos el juego “Laboratorio de emociones”
Antes del juego:
1. Hagan una ronda y numérense.
2. Reúnanse en parejas: cada chico o chica que tenga un número par se juntara con
alguien que tengo uno impar.
3. En un primer momento del juego el que tiene el número par (A) guiará al que
tiene número impar (B).
4. Con un pañuelo, los A vendarán los ojos de los B.

Durante el juego:
5. Los A se colocarán delante de los B, quienes los tomarán con firmeza de los
hombros y se dejarán guiar.
6. Iniciarán una caminata en el espacio donde armaron la ronda.
7. Recuerden que el que conduce debe cuidar al que tiene los ojos vendados,
tratando de hablarles lo menos posible e iniciando la caminata sin apuro.
8. Si la experiencia merece continuarse, podrán buscar otras alternativas, ya sea
fuera del espacio conocido o incorporando obstáculos en el lugar, como tender
una soga para que pasen por debajo o por encima de ella, colocar una silla para
esquivarla, etc.
9. Luego, el guía se colocará detrás del guiado y, tomándolo de los hombros, lo
conducirá nuevamente, pero con un recorrido diferente.
10. Por último, cambiarán de posición y ahora los B vendarán los ojos de los A y los
guiarán, repitiendo la experiencia.
Después del juego deberán anotar todas las palabras que se les ocurran relacionadas con
lo que sintieron en el transcurso del juego: las emociones, las sensaciones siendo guiado
o siendo guía.
MIENTRAS YO GUIABA SENTÍ……………………………………………………….
MIENTRAS ME GUIABAN SENTÍ …………………………………………………….
Cada pareja intercambiará su información.
Se rescatará la importancia de sentirnos acompañados y ayudados “por otros”, en este
caso, los compañeros y compañeras. Además, se hará hincapié en la valoración de
dejarse ayudar, de permitir, de dar lugar… lo que genera confianza entre las personas y
de alguna manera nos hace sentir mejor.
B) Un último juego… Moviéndonos entre las sillas

Los y las estudiantes colocarán las sillas en U, una al lado de la otra. Se pararán sobre
ellas y les daré la siguiente consigna:
Deben acomodarse de menor a mayor sin bajarse nadie de la silla. Luego se acomodarán
por orden alfabético.
Al finalizar, deberán bajarse y comentar qué estrategias utilizaron para lograr el
objetivo. Y si no lo lograron, que comenten a qué se debió.
Iremos arribando a la idea de que con ayuda y trabajo en equipo es posible alcanzar un
objetivo. Además, al participar, ayudar, se favorecen las relaciones de un grupo.
Les diré que es eso lo que espero durante todo este periodo escolar.

Actividad N° 12:
A) Les entregaré a las chicas y chicos el siguiente cuento:

Los sueños del sapo


Una tarde un sapo dijo:
–Esta noche soñaré que soy árbol. Y dando saltos, llegó a la puerta de su cueva.
Era feliz; iba a ser árbol esa noche.
Todavía andaba el sol girando en la rueda del molino. Estuvo un largo rato
mirando el cielo. Después bajó a la cueva, cerró los ojos y se quedó dormido.
Esa noche el sapo soñó que era árbol.
A la mañana siguiente contó su sueño. Más de cien sapos lo escuchaban.
–Anoche fui árbol –dijo–, un álamo.
Estaba cerca de unos paraísos. Tenía nidos. Tenía raíces hondas y muchos
brazos como alas, pero no podía volar. Era un tronco delgado y alto que subía. Creí que
caminaba, pero era el otoño llevándome las hojas. Creí que lloraba, pero era la lluvia.
Siempre estaba en el mismo sitio, subiendo, con las raíces sedientas y profundas. No
me gustó ser árbol.
El sapo se fue, llegó a la huerta y se quedó descansando debajo de una hoja de
acelga.
Esa tarde el sapo dijo:
–Esta noche dormiré y voy a soñar que soy río.
Al día siguiente contó su sueño. Más de doscientos sapos formaron rueda para
oírlo.
–Fui río anoche –dijo–. A ambos lados, lejos, tenía las riberas. No podía
escucharme. Iba llevando barcos. Los llevaba y los traía. Eran siempre los mismos
pañuelos en el puerto. La misma prisa por partir, la misma prisa por llegar. Descubrí
que los barcos llevan a los que se quedan. Descubrí también que el río es agua que está
quieta, es la espuma que anda; y que el río está siempre callado, es un largo silencio
que busca las orillas, la tierra, para descansar. Su música cabe en las manos de un niño;
sube y baja por las espirales de un caracol. Fue una lástima. No vi una sola sirena;
siempre vi peces, nada más que peces. No me gustó ser río.
Y el sapo se fue. Volvió a la huerta y descansó entre cuatro palitos que
señalaban los límites del perejil.
Esa tarde el sapo dijo:
–Esta noche voy a soñar que soy caballo. Y al día siguiente contó su sueño.
Más de trescientos sapos lo escucharon. Algunos vinieron desde muy lejos para oírlo.
–Fui caballo anoche –dijo–. Un hermoso caballo. Tenía riendas. Iba llevando
un hombre que huía. Iba por un camino largo. Crucé un puente, un pantano; toda la
pampa bajo el látigo. Oía latir el corazón del hombre que me castigaba. Bebí en un
arroyo. Vi mis ojos de caballo en el agua. Me ataron a un poste. Después vi una estrella
grande en el cielo; después el sol; después un pájaro se posó sobre mi lomo. No me
gustó ser caballo.
Otra noche soñó que era viento. Y al día siguiente dijo:
–No me gustó ser viento.
Soñó que era luciérnaga, y dijo al día siguiente:
–No me gustó ser luciérnaga.
Después soñó que era nube, y dijo:
–No me gustó ser nube.
Una mañana los sapos lo vieron muy feliz a la orilla del agua.
–¿Por qué estás tan contento? –le preguntaron.
Y el sapo respondió: –Anoche tuve un sueño maravilloso. Soñé que era sapo.

Al finalizar la lectura hablaremos acerca de lo que trata el cuento y de la importancia de


sentirse bien siendo uno mismo, de lo diferente que somos y de que cada persona tiene
algo bueno para aportar al grupo. A su vez, también destacaremos la importancia de
respetar esas diferencias, de respetar al otro y la otra y de esa manera generar un buen
ambiente en los lugares en donde nos encontremos.
B) En la carpeta responderán:

 ¿Sobre qué trata el cuento?


 ¿Cómo se sentía el sapo siendo otra cosa?
 ¿De qué manera se sintió mejor?
 ¿Qué opinás acerca de lo que sintió el sapo?

C) En el cuento hay palabras destacadas en negrita. Transcribilas a tu carpeta y


clasificalas.

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