Agresión Sexual y Violencia Domestica
Agresión Sexual y Violencia Domestica
Agresión Sexual y Violencia Domestica
Ginecología
Docente:
Dr. Roberto Armas Guillen
Alumno:
Guzman Moreno Johann Emmanuel
Los problemas que puede dejar el abuso sexual, además de físicos y psicológicos,
pueden llegar a afectar en el ámbito sexual.
Los datos de mujeres que han llegado a experimentar algún tipo de agresión sexual
no son del todo claro, puesto que muchas veces estas no lo informan a las
autoridades correspondientes por miedo o por algún otro factor, a veces prefieren
decir que fueron víctimas de un asalto. Muchas veces la sociedad y la ignorancia
tiene mucho que ver con esto, pues suelen echarle la culpa a la víctima culpando
su vida sexual, su vestimenta, por no mostrar la suficiente resistencia ante la
agresión, etc. Es frecuente que las víctimas internalicen esta culpabilidad equívoca
y quizá esto explique su renuencia a informar el delito violento ante las autoridades.
Se tiene informe que entre 700,000 y 1,000,000 de mujeres en Estados Unidos han
sido víctimas de agresiones sexuales en el último año. Se hace mención que solo
el 30% de las violaciones se informa a la policía y el 50% de las víctimas no le
cuenta a nadie. Al menos el 20% de las mujeres adultas, el 15% de las mujeres en
edad universitaria y el 12% de las adolescentes han sufrido abuso o agresión sexual
en algún momento de sus vidas. grandes. Estudios muestran que el 45% de las
mujeres maltratadas han experimentado sexo forzado y el 74% han sido víctimas
de coacción sexual. Otras estadísticas señalan que el 29.3% ha tenido relaciones
sexuales no consentidas.
Las víctimas de una agresión sexual llegan a tener secuelas psicológicas, pues
tienden a desarrollar estrés postraumático, esta es una secuela a largo plazo y se
caracteriza por aturdimiento psíquico, reexperimentación intrusiva del trauma,
evitación de los estímulos asociados con el trauma e intensa angustia psicológica.
Las víctimas también llegan a tener alteraciones en el estado de ánimo, ansiedad,
inicio o recaídas en el consumo de drogas y comportamientos suicidas.
Podemos tener dos fases en una víctima de una agresión cuando nos referimos a
lo que experimenta, la fase aguda y la fase demorada:
La fase aguda se caracteriza en que puede durar de unas horas a días después de
la agresión sexual, el individuo experimenta una distorsión o parálisis de sus
mecanismos de afrontamiento. Las respuestas externas pueden variar desde una
pérdida total del control emocional (como llanto o enojo incontenible) hasta una
calma y desinterés inusuales, con signos físicos como temblores y disminución de
la temperatura de la piel. Este comportamiento refleja un intento de la víctima de
recuperar el control mientras enfrenta la invasión de su privacidad durante el
interrogatorio y la exploración física.
De tal forma que es muy importante darles tratamiento a las víctimas, los casos de
agresión sexual son urgencias médicas y requieren atención inmediata.
Es importante que la víctima acuda a un médico para que este pueda hacer una
revisión completa en busca de lesiones en el cuerpo y si las hay darle un tratamiento
de inmediato, además de recibir tratamiento farmacológico por alguna infección de
transmisión sexual, puesto que la falta de control en la situación de la agresión
puede dar lugar a la transmisión de alguna infección
Los objetivos en la atención a personas que han sido violadas incluyen estabilizar
al individuo, reparar los daños y prevenir complicaciones mediante la evaluación y
tratamiento de las lesiones físicas, además de fomentar la estabilidad emocional a
través de la intervención en crisis y el seguimiento psicológico posterior.
Se estima que cada año entre 4 y 5 millones de mujeres sufren agresiones por parte
de sus parejas íntimas. La violencia de pareja representa aproximadamente el 21%
de todos los delitos violentos contra mujeres. Más del 40% de las mujeres que
mueren por homicidio lo hacen a manos de sus esposos, novios o ex parejas.
En los consultorios médicos, se debe contar con una lista de recursos para la ayudar
a la víctima. Esta lista debe incluir los números de teléfono de los departamentos de
policía, servicios de urgencias, refugios para mujeres maltratadas, centros de crisis
para casos de violación, servicios de asesoramiento psicológico, programas de
autoayuda y organizaciones de defensa que puedan proporcionar apoyo legal,
económico y emocional.
Es importante que el médico o la persona a la que acuden por ayuda puedan realizar
una identificación adecuada de que la persona esté pasando por violencia
doméstica.
Para esto se deberá hacer un interrogatorio con preguntes que busquen evidenciar
esto, si la paciente llega acompañada de alguien lo mejor sería pedir hablar a solas
con ella. Es importante reforzar a la víctima afirmándole que ella no tiene la culpa,
ya que muchas víctimas tienen problemas para creer que no son responsables del
abuso. En vista del elevado índice de síntomas psiquiátricos en esta población,
puede ser útil la canalización a detección psiquiátrica y orientación psicológica.
BIBLIOGRAFÍA: