Ley 68
Ley 68
Ley 68
En el presente trabajo le hablaremos sobre la ley 68 que regula los derechos y obligaciones
de los pacientes, en materia de información y de decisión libre e informada la cual tiene
como objetivo regular los derechos y obligaciones de los pacientes, personas sanas,
profesionales, centro y servicios de salud públicos y privados en materia de información y
de decisión libre e informada.
La ley presenta una detallada regulación que abarca los derechos y las responsabilidades
tanto de los pacientes como de los profesionales de la salud, así como de los centros
médicos, en el contexto del sistema sanitario de Panamá. Su enfoque principal se centra en
asegurar que los pacientes reciban información adecuada y que puedan tomar decisiones
informadas y autónomas sobre su atención médica.
Tiene como objetivo principal proteger los derechos y la dignidad de los pacientes,
garantizando que puedan participar activamente en las decisiones relacionadas con su
atención médica y que reciban un trato respetuoso y ético por parte de los profesionales de
la salud y los centros médicos.
LEY 68: QUE REGULA LOS DERECHOS Y OBLIGACIONES DE LOS
PACIENTES, EN MATERIA DE INFORMACION Y DE DECISION LIBRE E
INFORMADA
20-11-2003
CAPITULO 1
Disposiciones generales
Artículo 1. El objeto de la presente Ley es regular los derechos y las obligaciones de los
pacientes, personas sanas, profesionales, centros y servicios de salud públicos y privados
en materia de información y de decisión libre e informada.
Artículo 3. Los derechos enunciados en los artículos anteriores podrán llevarse a efecto
por medio de una declaración expresa sobre sus opciones e instrucciones ante
intervenciones sanitarias y procedimientos, así como con respecto a la donación de sus
órganos.
Es un breve resumen de los demás capítulos, nos resalta los deberes y derechos del
paciente y como puede decidir sobre su salud.
La ley presenta una detallada regulación que abarca los derechos y las responsabilidades
tanto de los pacientes como de los profesionales de la salud, así como de los centros
médicos, en el contexto del sistema sanitario de Panamá. Su enfoque principal se centra en
asegurar que los pacientes reciban información adecuada y que puedan tomar decisiones
informadas y autónomas sobre su atención médica.
Capítulo II
Derecho a la Información
Artículo 4. Los usuarios de los centros y servicios de salud públicos y privados tienen
derecho a recibir información sobre los servicios a que pueden tener acceso, así como a la
prestación de estos sin discriminación alguna y con respeto a su personalidad. No obstante,
se respetará la voluntad de una persona de no ser informada.
Artículo 6. La información, que debe formar parte de todas las actuaciones asistenciales,
incluyendo el diagnóstico, pronóstico y alternativas terapéuticas, será verídica y debe darse
de manera comprensible y adecuada a las necesidades y los requerimientos del paciente
para ayudarle a tomar decisiones de una manera autónoma y teniendo en cuenta el nivel
intelectual, emocional y cultural de paciente.
Artículo 9. En caso de incapacidad del paciente, este debe ser informado en función de su
grado de comprensión, sin perjuicio de tener que informar también a quien tenga su
representación, personas a él vinculadas por razones familiares y de hecho que asuman la
responsabilidad de las decisiones que hayan de adoptarse propuestas por el médico.
Artículo 12. Los ciudadanos y ciudadanas tienen derecho a tener conocimiento adecuado de
los problemas generales que impliquen un riesgo para la salud colectiva, y a que esta
información y las medidas sanitarias de prevención o tratamiento se difundan en términos
verídicos, comprensibles y adecuados para la protección de la salud.
Este capítulo de ley indica que los datos del paciente deben ser resguardados y que nadie
puede tener acceso a ellos y la autorización del paciente salvo que lo prevea la legislación
vigente, puede tener acceso a esta información el servicio de salud que están atención
directa del paciente y que colaboran de manera estrecha para su recuperación.
Indica además la ley que los centros sanitarios deben tener protocolos para salvar guardar
la información y legitimizar el acceso a los datos de los pacientes.
Artículo 15. Los centros y servicios de salud, públicos y privados, informarán por escrito
de los derechos que esta Ley reconoce a los ciudadanos y ciudadanas desde el momento de
su ingreso, mediante la disposición de documentos o formularios que informen con
claridad y acrediten mediante su firma el conocimiento de sus derechos en cuanto a la
utilización de los servicios médicos, además del consentimiento específico en las
intervenciones quirúrgicas.
Artículo 17. El documento de consentimiento debe ser específico para cada procedimiento
de diagnóstico o terapéutico, sin perjuicio de que se puedan adjuntar hojas y otros medios
informativos de carácter general. Dicho documento debe contener información suficiente
sobre el procedimiento de que se trate y sobre sus beneficios y posibles riesgos.
Artículo 18. Son situaciones de excepción a la exigencia general del consentimiento que
permiten realizar las intervenciones clínicas indispensables a favor de la salud de la
persona afectada:
1. Cuando hay un riesgo para la salud pública, si lo exigen razones sanitarias de
acuerdo con lo que establece la legislación aplicable.
2. Cuando en una situación de riesgo inmediato grave para la integridad física o
psíquica del enfermo, por la posibilidad de ocasionar lesiones irreversibles o existir
peligro de fallecimiento, no es posible conseguir la autorización de este o de
personas a él vinculadas por razones familiares o de hecho. En estos supuestos se
podrán llevar a cabo las intervenciones indispensables desde el punto de vista
clínico a favor de la salud de la persona afectada.
3. Cuando no esté capacitado para tomar decisiones, en cuyo caso el derecho del
paciente deberá ser ejercitado por las personas a él vinculadas por razones
familiares o de hecho.
4. Cuando el paciente haya manifestado expresamente su deseo de no ser informado,
en cuyo caso deberá respetarse su voluntad, sin perjuicio de obtenerse el
consentimiento previo para la intervención, dejando constancia documentada de
esta renuncia a la información.
Artículo 20. En los supuestos definidos en los numerales 1 y 2 del artículo anterior, se
podrán realizar, sin el consentimiento exigido, las intervenciones urgentes e indispensables
para evitar lesiones irreversibles o peligro de muerte de la persona afectada, incluyendo los
casos de suicidio.
Los centros y servicios de salud públicos y privados informaran por escrito los derechos
que esta ley reconoce a los ciudadanos desde el momento de su ingreso, la disposición de
documentos o Formularios que informen con claridad y acredite mediante su firma el
conocimiento sus derechos en cuanto la utilización de servicios médicos.
En este capítulo se puede resaltar la importancia de que el paciente este orientado de forma
verbal y escrita para los diferentes procedimientos invasivos.
Cada consentimiento debe ser redactado de forma específica y debe contraer información
suficiente sobre el procedimiento, beneficios y riesgos. Dicho consentimiento puede ser
revocado en cualquier momento.
Capítulo V
Derecho de los Pacientes en Fase Terminal
Artículo 22. Toda persona que padezca una enfermedad irreversible, incurable y se
encuentre en fase terminal, o haya sufrido un accidente que la coloque en igual situación y
esté informada de forma clara y confiable de su diagnóstico, su pronóstico y de las
alternativas de los tratamientos clínicos y/o quirúrgicos posibles, podrá oponerse a la
aplicación de estos, cuando sean extraordinarios o desproporcionados a las perspectivas de
mejoría y produzcan dolor y/o sufrimiento.
La información será brindada por el profesional médico, en términos claros y
adecuados a su nivel de comprensión y estado psíquico, de acuerdo con la personalidad del
paciente, a efecto de que al prestar su consentimiento lo haga debidamente informado. En
todos los casos, deberá dejarse constancia por escrito, con las firmas de ambas partes.
Cuando se trate de incapaces o personas imposibilitadas para prestar su
consentimiento, se habilitará la vía judicial para que el juez competente, en un término
perentorio de 72 horas, verifique o determine la representación legal del enfermo a este
solo efecto, siendo quien revista tal carácter quien podrá asumir la decisión de oponerse de
acuerdo con lo prescrito en el primer párrafo del presente artículo.
Artículo 23. El equipo de salud actuante de toda unidad hospitalaria deberá mantener
aquellas medidas que permitan la mejor calidad de vida posible del paciente, hasta su
fallecimiento, para lo cual deberá contar con unidades operativas de cuidados paliativos.
Los centros de atención primaria ofrecerán los cuidados paliativos prolongados,
que garanticen la mejor calidad de vida y alivio del dolor mediante la atención del
personal médico de que dispongan.
Artículo 24. Para la aplicación del artículo 22, serán necesarios los siguientes requisitos:
1. Que el paciente esté en uso de sus facultades mentales, excepto que se den las
situaciones previstas en el último párrafo del artículo 22;
2. Que la oposición se realice mediante un documento escrito donde conste su
voluntad;
Artículo 26. El profesional médico acatará la decisión del paciente a oponerse a los
tratamientos médicos o quirúrgicos, cuando sean extraordinarios o desproporcionados a las
perspectivas de mejoría y produzcan dolor y/o sufrimiento, previo cumplimiento de las
siguientes condiciones:
1. Que le haya informado al paciente o al representante legal, cuando se tratare de
incapaces o personas imposibilitadas para prestar su consentimiento, sobre la
naturaleza de su enfermedad o características del accidente, y su probable
evolución, así como el tratamiento médico aconsejado, incluyendo asesoramiento y
apoyo psiquiátrico, y las medidas adecuadas y disponibles para mantenerlo con
vida.
2. Que la oposición sea firmada por el interesado o, en caso de imposibilidad física de
este, por otra persona que él designe, ante el profesional médico interviniente, junto
con dos testigos que no sean parientes del paciente hasta el cuarto grado de
consanguinidad, o sus beneficiarios testamentarios o de un seguro de vida.
En el caso de incapaces o personas imposibilitadas para prestar su
consentimiento, la oposición será firmada por sus representantes legales.
3. Cuando resulte necesaria la intervención de un intérprete o traductor para la
adecuada firma de la oposición, esta también debe ser suscrita por ellos, con
expresa mención de que el paciente ha comprendido correctamente su contenido.
En caso de no existir intérprete o traductor adecuado, se recurrirá a la
persona que se considere más idónea para el caso, dándose debida cuenta a la
autoridad consular respectiva, cuando ello corresponda.
Artículo 27. El que hubiere intervenido como testigo estando incluido en las limitaciones
previstas por el numeral 2 del artículo anterior, será sancionado de conformidad con las
normas del Código Penal.
Artículo 29. La oposición podrá ser revocada en cualquier tiempo y en forma fehaciente
ante el profesional médico interviniente.
Artículo 30. Los derechos y obligaciones resultantes de hechos y actos existentes con
anterioridad a la vigencia de la presente Ley, no estarán condicionados ni limitados por la
presentación o revocación de la oposición.
Artículo 31. Ningún profesional interviniente que haya actuado de acuerdo con las
disposiciones de la presente Ley, estará sujeto a responsabilidad civil, penal ni
administrativa.
En resumen, la ley tiene como objetivo principal proteger los derechos y la dignidad de los
pacientes, garantizando que puedan participar activamente en las decisiones relacionadas
con su atención médica y que reciban un trato respetuoso y ético por parte de los
profesionales de la salud y los centros médicos.
Los artículos presentados conforman una serie de disposiciones relacionadas con los
derechos de los pacientes en el ámbito de la salud, específicamente en cuanto al acceso a la
información y la protección de la intimidad.
CONCLUSIONES