Discapacidad Sensorial 210924

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Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua

UNAN – Managua
Facultad de Educación e Idiomas
Departamento Pedagogía

Componente: Discapacidad Sensorial

III Unidad: Atención psicopedagógica en las discapacidades visuales,


auditivas y sordocegueras.

Docente: Lic. Ana María Bejarano Espinoza.

Jinotepe, Septiembre 21 de 2024


¿Qué es la discapacidad visual y cuántos tipos hay?

La vista es uno de los sentidos que más estimamos, pues es el que usamos para distinguir
los colores, tamaños, formas y muchos otros aspectos. Sin embargo, hay diferentes causas
que pueden afectar a este sentido, generando una condición conocida como: discapacidad
visual.

¿Qué es la discapacidad visual?

Podemos conocer a la discapacidad visual como cualquier manifestación física que tenga
consecuencias directas con la calidad de la visión de una persona. Esta condición suele ser
resultado de infecciones virales, edad, traumatismos y problemas congénitos o hereditarios.
Así pues, se entiende por discapacidad visual a la disminución parcial o total del sentido de
la vista. Dentro de esta limitación existen diferentes manifestaciones, las cuales se diferencian
dependiendo del tipo de limitación, ya sea por la percepción del campo visual o por la
agudeza.

En el planeta hay 285 millones de personas que presentan un perfil con discapacidad de la
visión, siendo 39 millones ciegas y 246 millones personas con baja visión. A través de la vista
conseguimos percibir alrededor del 80% de nuestro alrededor, por lo que esta condición tiene
consecuencias importantes que conoceremos más adelante.

¿Cómo se mide la discapacidad visual?

Cuando hablamos de esta discapacidad de la visión, es habitual que lo relacionemos con


gente ciega o con un gran porcentaje de ceguera, pero no es así. En realidad, hay dos
parámetros que se emplean para obtener información sobre la definición visual:

Campo visual: con este término nos referimos al ángulo de visión de los ojos. Cada ojo tiene
la capacidad de ver 90º de su alrededor. Por lo tanto, una persona que presente un campo
visual normal puede ver 180º de su plano horizontal y 140º del vertical. Sin embargo, las
personas que son consideradas ciegas no superan los 10º.

Agudeza visual: se trata de la capacidad de la vista para identificar las formas de los objetos
a una distancia determinada. Para medirlo se lleva a cabo con la prueba de figuras o letras
geométricas de tamaño decreciente.

¿Cuáles son los tipos de discapacidad visual?

Hay diferentes tipos o grados de discapacidad visual. Ya sabemos cómo se mide la visión de
los ojos, así que ahora vamos a conocer la clasificación de estos tipos de discapacidad.

• De 20/30 a 20/60: es la más leve y cercana a la visión normal.

• De 20/70 a 20/160: esta es moderada y supone una baja visión.

• De 20/200 a 20/400: se trata de la discapacidad visual grave o una baja visión más severa.
• De 20/500 a 20/1000: discapacidad visual casi completa o ceguera casi total.

• Falta de percepción de la luz: esta es la ceguera total.

Además, hay otra clasificación que depende de ciertas condiciones de la visión:

• Agudeza visual pobre y campo visual completo.

• Agudeza visual moderada y campo de visión más reducido.

• Agudeza visual moderada y pérdida grave del campo de visión.

Causas de la discapacidad en la visión

La realidad es que no hay una sola causa que provoque esta disminución de la vista, sino que
existen diversos detonantes que generan esta discapacidad y que pueden llegar a provocar
la ceguera. Principalmente, hay ciertas causas habituales que generan una de estas dos
condiciones:

• Lesiones cerebrales

• Traumatismos

• Infecciones oculares

• Miopía degenerativa

• Defectos de la genética

• Glaucoma

• Lesiones producidas en el ojo

• Cataratas

• Retinopatía diabética

La discapacidad visual es algo que afecta en mayor proporción a personas que tienen una
edad más avanzada. Además, se trata de algo más visto en mujeres. También es interesante
saber que, con un cálculo aproximado, un 85% de los casos se pueden evitar.

¿Cuáles son las características de la discapacidad visual?

Estas características pueden ser muy variadas, ya que dependen de las causas que hayan
generado la condición. De igual forma, entre las más destacadas se encuentran las siguientes:
Visión borrosa de las formas: esto se produce cuando la retina no tiene la capacidad de
enfocar correctamente las imágenes.

Ceguera de 10% como mínimo: la vista es capaz de detectar sombras o luces, pero no tienen
la posibilidad de distinguirlas.

Disminución del campo visual central: que se relacionan con las patologías del deterioro
crónico de la vista. También está ligado con los problemas de la retina o las consecuencias
de la edad.

Cristalino opaco: lo que provoca la conocida catarata.

Disminución del campo visual periférico: se trata de una condición asociada con patologías
progresivas que afectan al nervio óptico.

Ceguera total: los órganos que funcionan para la visión no tienen la capacidad de captar la
luz, por lo que es imposible que la persona vea el entorno de su alrededor.

¿Qué tratamientos existen?

Hay diversos tratamientos o ayudas que pueden emplearse para la discapacidad visual parcial
y total. A continuación, vamos a conocer los tratamientos más habituales:

• Ayudas para favorecer a la movilidad: perros guía, bastones, entre otros.

• Control de la enfermedad: para aspectos relacionados con la discapacidad visual.

• Ayudas para la lectura: como el Braille, libros audiodescritos (cada vez más frecuentes y
de fácil acceso).

• Sistemas de ampliación: se conocen los prismas, sistemas de espejo o lentes.

• Sistemas tecnológicos: los amplificadores de pantalla, lectores o teclados Braille.

Necesidades educativas derivadas de la discapacidad visual

El alumnado con ceguera construirá su conocimiento del mudo a través de sentidos como el
oído, el tacto o el olfato. Su aprendizaje social se llevará a cabo a través de la guía física en
vez de por imitación.

Necesidades relacionadas con la identidad y la autonomía personal:

Tienen limitaciones en el esquema corporal, el control postural o en habilidades manipulativas.

Necesidad de acceder a la información escrita.

Necesidad de conocer y asumir su situación visual.


Suelen tener mayores dificultades para identificarse como personas con discapacidad, lo que
pueden tender a rechazar ayuda óptica o atención educativa.

En una línea similar, la Consejería de Educación de la Junta de Extremadura hace referencia


a las siguientes necesidades:

Alumnado con Ceguera:

Necesidad de relacionarse con el mundo físico y social a través de otros sentidos distintos a
la visión.

• Necesidad de aprender técnicas para orientarse y desplazarse en el espacio.

• Necesidad de adquirir hábitos de autonomía personal.

• Necesidad de conocer y asumir su situación visual.

• Necesidad de entrenamiento específico en habilidades sociales.

Alumnado con resto visual:

• Necesidad de complementar la información recibida visualmente con otros sentidos.

• Necesidad de mejorar la funcionalidad del resto visual mediante estimulación y


entrenamiento visual: “aprender a ver”.

Para los niños con baja visión, Leonhardt (1984) destaca distintas dificultades:

• Sufren distorsiones de la realidad que los llevan a hacer interpretaciones erróneas.

• Perciben de forma analítica y secuencia, lo cual hace que su ritmo de aprendizaje sea
menor.

• Dificultades en su desarrollo motor.

• Dificultades en la atención e hiperactividad exagerada.

• Dificultades para imitar conductas, gestos y juegos.

• Autoimagen alterada. El niño no suele responder de la forma que esperan los padres.

• El niño percibe frustración de sus padres.

• Posibles problemas de conducta.

• En ocasiones puede ignorar a otros niños dadas sus dificultades para seguirlos.
• En ocasiones pueden tener miedos a sombras y ruidos desconocidos.

La importancia del tutor como profesional de referencia

Parece evidente que cualquier alumno, independientemente de sus características, necesita


profesionales de referencia en su proceso formativo. En este sentido, Albertí y Romero (2010),
señalan que el tutor suele ser el guía de referencia que conoce todas las necesidades de su
alumnado pero que, en el caso del alumnado con discapacidad visual, no ocurre así, ya que
su profesional de referencia suele ser el especialista en necesidades educativas especiales
de su centro educativo. Estas autoras otorgan gran relevancia al rol del especialista del centro,
ya que aporta seguridad al resto del equipo docente, pero, afirman, nunca debería sustituir
las funciones que realiza el tutor, ya que, cuando esto ocurre, al alumno con discapacidad
visual se le está tratando de forma diferente que, al resto de sus compañeros de clase,
quedando diferenciado y señalado, lo cual puede impedir su plena inclusión. En esta misma
línea, López Melero (2011) hace referencia a esta realidad cuando señala que, al sacar al
alumno del aula, este pierde los conocimientos que se producen en el grupo, produciéndose
lagunas culturales.

(Nussbaum, M. 2006. y Young, I. M. según citado en López Melero, 2011) Pero las personas
con hándicaps no suelen tener las mismas oportunidades de aprendizaje que el resto del
alumnado incluso, cuando aquellas se encuentran incluidas dentro de un aula, suele ocurrir
lo que se denomina como una “exclusión interna”, originándose ‘zonas de discriminación’.
Juntos en la misma clase, pero separados por el currículum (p.39)

De lo anterior, y en base a lo que proponen Albertí y Romero (2010), se infiere que el tutor
debe ser quien ejerza el rol de referencia para todo el alumnado, incluido el alumnado con
discapacidad visual; y tenerlo presente en sus programaciones de aula, con los apoyos y
materiales necesarios para que pueda aprender y participar en el marco ordinario, siendo el
profesor especialista el profesional que ofrezca apoyos a los docentes para que atiendan al
alumnado con discapacidad.

Pero la formación del profesorado de Primaria y Secundaria tiende a ser muy deficitaria en lo
que al tratamiento educativo de la diversidad se refiere. Es por esto que el asesoramiento de
especialistas se convierte en un elemento importante en la atención a la diversidad de un
aula. Esta modalidad, a pesar de ser necesaria, considero debería ir desapareciendo
progresivamente a medida que vaya mejorando la formación inicial de los docentes, siendo
ellos los que encuentren respuestas que satisfagan las necesidades de todos los alumnos.

Aunque pueda parecer utópico, considero que los docentes deben crear su programación
didáctica de tal forma que atienda a todo el alumnado sin excepciones. Pienso que un
profesional de la educación debe tener la formación suficiente para encontrar recursos y
metodologías que incluyan todas las capacidades, evitando la creación de pequeñas zonas
de exclusión dentro del aula.
Intervención educativa

Ochaíta y Espinosa (1999) señalan que las personas encargadas de la educación de los niños
ciegos han de conocer las características más importantes que tiene el desarrollo y el
aprendizaje de los niños con deficiencias visuales severas, porque solo de esta forma podrán
adaptar sus acciones educativas a las peculiaridades del niño. Esas acciones han de buscar
objetivos de adaptación en lo académico y curricular, pero sobre todo en lo personal y social,
como elementos propios de su desarrollo.

Martín Andrade (2016), haciendo referencia a Martínez Liébana (2000), indica que la
presencia de un alumno con baja visión o ciego obligará al docente a realizar ciertas
modificaciones organizativo-didácticas que pueden resumirse en los siguientes puntos

Ha de hacer uso de medios alternativos a los usuales para el cumplimiento de los diferentes
objetivos curriculares.

Ha de atender, en cada momento, al ritmo con que el alumno realiza las diferentes tareas
escolares.

• Ha de permitir la instalación en el aula de instrumentos y material didáctico específicos.

• Ha de verbalizar cuanto escriba en la pizarra.

• Ha de reiterarle la presentación de información.

• Ha de ser flexible en la elección de los sistemas de evaluación,

• Ha de animar al alumno a la participación en clase y a la interacción con sus compañeros.

• Ha de considerar al profesor de apoyo como un elemento esencial dentro y fuera del aula,
con el que ha de cooperar y coordinarse continuamente.

Para Albertí y Romero (2010), la intervención en el aula con el alumnado con discapacidad
visual debe girar en torno a las siguientes medidas:

Organizar el aula en función de la iluminación, la pizarra, el mobiliario y el material.

• Iluminación: será fundamental conocer cómo afecta la luz al alumno para poder ofrecerle
la que facilite su funcionalidad visual. Se procurará que la luz natural incida sobre el lado
opuesto a la mano que use para escribir, a fin de evitar sombras. Si la luz natural no es
suficiente, se le proporcionará una lámpara de sobremesa, evitando los reflejos en la
medida de lo posible.

• La pizarra: el alumno podrá acceder mejor a la información mediante un ordenador portátil


en su pupitre que le permita ver la pizarra digital, ya que suelen tener muchas dificultades
para ver las pizarras tradicionales. No obstante, también se debe procurar que estas
últimas tengan unas condiciones óptimas: información escrita con un contraste adecuado,
evitar reflejos, limpieza adecuada…

El mobiliario y el material del aula deben guardar un orden estable, comunicándose con
antelación cualquier cambio en su distribución.

• Solo se usarán los muebles necesarios.

• Se proporcionará un pupitre y una silla cómodos.

• Se facilitará espacio suficiente para que el alumno organice sus materiales.

Ubicar adecuada mente al alumno con discapacidad visual.

• El mejor sitio será el centro de la primera fila.

• La proximidad al maestro facilitará su desempeño.

Distribuir de manera correcta la información escrita.

• Evitar el exceso de información. Seleccionar solo la más importante.

• Verbalizar todos los detalles de cualquier situación en el centro escolar.

• Anticipar las nuevas situaciones, actividades o espacios.

• Respetar el ritmo de trabajo.

• Respetar los propios recursos del alumnado.

• Procurar que el alumno con discapacidad visual tenga las mejores condiciones en
cualquier situación escolar.

Adaptaciones curriculares: ¿Necesarias?

Según Albertí y Romero (2010), no siempre es necesario poner en marcha una adaptación
curricular con el alumnado con discapacidad visual. Los alumnos con discapacidad visual
necesitan complementar los aprendizajes ordinarios con otros específicos para promover su
desarrollo y autonomía, por lo que, en algunos casos, se plantea la necesidad de un plan
individualizado, donde las intervenciones del profesional especialista y el maestro sean
complementarias.

El profesor especialista deberá priorizar su intervención educativa en los siguientes


aspectos:

• Optimización del funcionamiento visual:


• Funciones óculo – motoras.

• Funciones óptico – perceptivas.

• Funciones perceptivo – visuales.

Programas de entrenamiento visual:

• Programa para desarrollar la eficiencia en el funcionamiento visual de Natalie Barraga.

• Proyecto para el adiestramiento perceptivo visual de niños ciegos y videntes parciales de


5 a 11 años (Mira y Piensa).

Optimización de los otros sentidos:

• Sentido táctil-cenestésico: exploración de objetos con las manos o con otros objetos como
el bastón o la suela de los zapatos.

• Sentido auditivo: atención, identificación, discriminación y localización de sonidos.

• Sentido olfativo: identificar y discriminar olores.

• Sentido gustativo: identificar y discriminar sustancias.

Orientación y movilidad.

• Puntos de referencia y puntos de información.

• Protección personal en pequeños desplazamientos.

• Seguimiento del tacto.

• Técnica de guía vidente.

• Movilidad con bastón.

Habilidades de la vida diaria:

• Cuidado personal.

• Tareas domésticas.

Nuevas tecnologías:

• Opciones de accesibilidad (pantalla, cursor…)

• Tableta digital.
• Teclado ampliado.

• Ampliadores de pantalla.

• Lectores de pantalla.

• Aprendizaje de mecanografía.

• Pizarras digitales interactivas.

Pueden incidir diferentes aspectos en el desarrollo de un alumno con discapacidad visual: las
limitaciones que impone la discapacidad, la personalidad, la aceptación de la discapacidad,
la adolescencia, la relación con otros alumnos con discapacidad visual y los aspectos
externos.

¿Qué es la hipoacusia?

La hipoacusia, sordera o deficiencia auditiva, es un trastorno sensorial que consiste en la


incapacidad para escuchar sonidos, y que dificulta el desarrollo del habla, el lenguaje y la
comunicación.

Puede presentarse en forma unilateral, cuando afecta a un solo oído, o ser bilateral cuando
ambos oídos están afectados.

¿Cuáles son sus causas?

La pérdida de audición puede existir ya en el momento del nacimiento (causas congénitas), y


también puede suceder a cualquier edad (causas adquiridas).

Entre las causas congénitas se encuentran:

• Factores hereditarios o no hereditarios.

• Complicaciones en el embarazo o en el parto. Por ejemplo, falta de oxígeno en el momento


de nacer, ictericia grave durante el período neonatal, bajo peso en el nacimiento.

• Infecciones que haya sufrido la madre durante la gestación, como la rubeola o la sífilis.

• El uso incorrecto de determinados fármacos durante el embarazo (por ejemplo:


aminoglucósidos, medicamentos citotóxicos, antipalúdicos y diuréticos).

Entre las “causas adquiridas”, se destacan las siguientes:

• El envejecimiento.

• Padecer infecciones crónicas del oído. En los niños, la otitis media crónica -presencia de
líquido en el oído- es una causa frecuente.
• Sufrir enfermedades infecciosas como la meningitis, el sarampión y la parotiditis.

• La obstrucción del conducto auditivo por cerumen o cuerpos extraños.

• Padecer traumatismos craneoencefálicos o de los oídos.

• El consumo de algunos medicamentos como los que se prescriben en el tratamiento de


infecciones neonatales, el paludismo, algunos tipos de tuberculosis y algunos tipos de cáncer.

• Exponerse a un ruido excesivo (la OMS recomienda un límite de 65 decibeles). Esta


circunstancia puede producirse en el puesto de trabajo, si está relacionado con maquinaria
ruidosa o explosiones, o durante actividades y eventos recreativos en bares, discotecas o
conciertos, donde se alcanzan a veces los 110 decibelios. También puede ser perjudicial usar
los auriculares para escuchar música a un volumen excesivamente alto.

¿Se puede prevenir?

Hay muchas maneras de prevenirla:

• Realizar todos los controles prenatales durante el embarazo.

• Recibir todas las vacunas del Calendario Nacional.

• Pedir para los recién nacidos la Prueba de Pesquisa Neonatal Auditiva antes de salir de la
maternidad o dentro del primer mes de vida. -Llevar a las niñas y niños al control periódico de
salud, aunque estén sanos.

• Limitar el volumen y el tiempo de uso de los auriculares, y evitar los ambientes ruidosos.

¿Cuáles son sus síntomas?

En la etapa anterior al desarrollo del lenguaje, puede no haber síntomas, pero sí algunas señales
de alarma:

• Falta de reacción del niño ante ruidos fuertes.

• El bebé no balbucea o deja de hacerlo.

En otras etapas de la vida, la pérdida de audición se puede manifestar con síntomas como:

• Problemas para seguir una conversación que se produce entre dos o más personas.

• Dificultad para oír en ambientes con mucho ruido.

• Problemas para diferenciar sonidos agudos.

• A veces puede producirse sensación de falta de equilibrio o mareo, sensación de presión en


el oído o escucharse un zumbido.
¿Cómo se trata?

La detección e intervención oportuna son fundamentales para disminuir las consecuencias de la


pérdida de audición en edades tempranas.

En cualquier caso y en función del tipo de hipoacusia, su grado y el momento de aparición, existen
varios tipos de tratamientos:

• La utilización de audífonos: amplifican el sonido hasta volverlo audible para la persona.

• La intervención fonoaudiológica temprana y la habilitación/rehabilitación auditiva.

• Además, existen otras herramientas que pueden favorecer la comunicación de estas


personas: la lectura de los labios, los textos escritos o el lenguaje de señas.

Por la vía quirúrgica, y de acuerdo a la clínica y patología del paciente existen las siguientes
opciones:

• La cirugía de reparación del oído medio: puede consistir en la colocación de una prótesis que
reemplaza el estribo, en la reparación de perforaciones del tímpano, etc.

• El implante coclear: es un tratamiento muy común en caso de hipoacusia profunda. Se trata


de un dispositivo electrónico que sustituye al oído externo, medio e interno, capaz de recoger
los sonidos, transformarlos en estímulos eléctricos para transmitirlos al nervio auditivo y
restablecer el flujo de información auditiva que llega al cerebro.

• El implante de tronco cerebral: es una técnica similar a la anterior, pero los electrodos que se
implantan estimulan directamente los núcleos cocleares en el tronco cerebral.

• El implante de conducción ósea: se coloca bajo la piel un dispositivo que transmite al hueso
del cráneo vibraciones, que el oído interno percibirá como sonido.

Sordoceguera

La sordoceguera es una única discapacidad que combina dos deficiencias: la deficiencia


visual y la deficiencia auditiva.

La escuela de Perkins for blind de Estados Unidos fue la primera que se dedicó a la educación
de niños sordociegos, la cual y expresa:

“El término sordoceguera se refiere a aquel que representa deficiencias visuales y auditivas
sin consideración del grado de deficiencia y cuya combinación provoca unos problemas de
comunicación y desarrollo educativos tales que no pueden encajar adecuadamente en los
programas de educación especial para déficit auditivo o visual”.

Síntomas y dolencias

Existe al mismo tiempo sordera y ceguera. Básicamente se pueden diferenciar:


• Sordera de nacimiento

• Sordera antes de adquirir el lenguaje hablado

Y también:

• Ceguera de nacimiento

• Ceguera en la niñez

• Ceguera en la edad adulta

Es fácil de entender que en las primeras dos situaciones los medios de ayuda desempeñan
un papel muy importante.

Causas

Hay más de 70 diferentes causas para la sordoceguera, pero la principal es el síndrome de


Usher. En general, los casos de sordoceguera se pueden clasificar en dos grandes grupos:
congénita (por ejemplo, el síndrome de Alström o la enfermedad de Norrie) y adquirida.

Tratamiento

La sordoceguera es una discapacidad y no una enfermedad. Por lo tanto, no se puede


prescribir tratamiento. Enseguida se alistarán una serie de consejos básicos que pueden
ayudar a superar las limitaciones de ambos sentidos.

Para poca capacidad de visión se puede emplear ayudas auxiliares para leer, como por
ejemplo pantallas más grandes o lupas de agrandamiento. Para poca capacidad auditiva se
pueden emplear ayudas de audición. Una pequeña cantidad de infantes sordociegos pueden
ser atendidos con un implante coclear, esto es, con audífonos. Esto es posible cuando el
nervio auditivo tiene buena capacidad de funcionamiento. Pero hasta hoy no hay
conocimientos seguros sobre la utilidad de este método quirúrgico.

Secuelas y complicaciones

La sordoceguera dificulta enormemente llevar una vida independiente: esto incluye la


formación escolar, la selección de oficio o profesión, la vida laboral, la vida en pareja o
matrimonio, la educación y la movilidad para superar los problemas cotidianos.

La ceguera dificulta, en este contexto, la orientación espacial, la movilidad y la recepción de


información, que son exclusiva o predominantemente visuales.

En Alemania y en otros países europeos, así como en Estados Unidos se emplea el alfabeto
Lorm o Lormen y también el lenguaje artificial Tadoma (desarrollado en Noruega) como forma
de comunicación para sordociegos y para entenderse con otras personas. En el alfabeto Lorm
"hablante" se toca en la palma de la mano del "lector" y cada letra del alfabeto tiene asignadas
partes o puntos de la palma de la mano. En otros países, como España, se utiliza la lengua
de signos española, con una adaptación específica que se denomina "lengua de signos
apoyada", en la que la persona con sordoceguera pone las manos sobre las del interlocutor,
y este va signando con ambas manos de forma que la persona con sordoceguera percibe los
signos que va haciendo. También se utiliza en España el sistema dactilológico y la "escritura
en palma".

Las personas sordociegas

Comparten puntos comunes con otros colectivos como el de los invidentes o el colectivo
sordo; sin embargo, la combinación de las dos discapacidades (visual y auditiva) originan
problemas diferentes, por lo que necesitan otro tipo de alternativas.

Hay que tener en cuenta que la vista y el oído son los principales canales a través de los que
una persona percibe y experimenta el mundo; cuando estos dos canales sufren un deterioro,
el mundo de esta persona puede estar restringido solamente a aquello que puede alcanzar
con la punta de los dedos. Por ello, la clave de su educación y rehabilitación es la
comunicación, que se basa en el sentido del tacto, y más concretamente en la utilización de
los dedos y la palma de la mano como receptivo.

La sordoceguera debe presentarse como una discapacidad única: la dualidad de la


discapacidad evidencia la necesidad de poner en práctica estrategias educativas y una
adaptación del entorno, así como servicios de atención específicamente diseñados para
sordociegos y que cuenten con profesionales especializados, Todo esto genera una serie de
complicaciones, que son diferentes según la edad en la que aparezca la sordoceguera, que
como se ha mencionado, es más que la simple combinación de dos disfunciones, y constituye,
por lo tanto, uno de los problemas más difíciles en el campo de la educación y la rehabilitación.

Características generales de la población sordociega

Sordoceguera es el término que se utiliza de forma general para designar la dualidad de dos
discapacidades, pero, al igual que sucede con la sordera o la ceguera por separado, las
lesiones pueden presentarse en diferentes grados.

La mayoría de las personas con esta discapacidad poseen algún resto sensorial, al menos en
uno de los sentidos.

De la población total se estima aproximadamente que entre un 5 % y un 10 % poseen


sordoceguera total.

División de la población sordociega

La población sordociega se divide cuatro grupos.

Sordoceguera congénita

Aquella persona que nace con sordoceguera o presenta la discapacidad antes de la aparición
del lenguaje. Muchos de ellos sufren, además, problemas adicionales.
Sordos congénitos

Nacen sordos y adquieren la ceguera más tarde. Este grupo está formado en su mayor parte
por personas afectadas por el síndrome de Usher.

Ciegos congénitos

Nacen ciegos y adquieren la sordera más tarde. La pérdida pues ser progresiva y gradual,
como en algunas enfermedades degenerativas o enfermedades intercurrentes. Pero también
puede ocurrir de forma repentina, como consecuencia por ejemplo de un traumatismo o una
meningitis.

Sordociegos tardíos

Normalmente causados por algún tipo de accidente.

Personajes famosos

La personalidad sordociega más conocida es Helen Keller por poder superar su discapacidad.
Keller perdió a los diecinueve meses de edad las capacidades de la vista y auditiva por una
enfermedad no identificada; a esa edad estaba adquiriendo el lenguaje inicial, que pudo
apenas continuar cuatro años más tarde con la ayuda de Anne Sullivan.

Desarrollo y aprendizaje del niño sordo

El niño sin deficiencia auditiva, empieza a escuchar en el vientre de su madre. Tras su


nacimiento, su contacto con la realidad lo realiza a través del oído y de la visión; aunque, este
campo, sea bastante reducido. El recién nacido sordo sólo tiene contacto con la realidad a
través de las relaciones táctiles y visuales. No tiene previsibilidad a través del ruido; por lo
cual, los sucesos le llegan de forma abrupta, a menudo, por el contacto con su cuerpo.

Al niño sordo sólo le llegan restos del lenguaje oral. Con ellos, debe construir un sistema, la
Lengua, de la que no posee la forma completa. En consecuencia, la comprensión y producción
del léxico es lenta, reducida e inestable. Todas las carencias anteriores, dificultan la creación
del lenguaje interior.

El niño sordo tiene problemas emocionales que provienen de situaciones de miedo, angustia
e incomodidad; para él, su realidad es sólo la que está en su campo visual. Por eso, el sujeto
sordo se vuelve desconfiado, inseguro, egocéntrico, arisco e incluso puede convertirse en un
pequeño tirano, porque no entiende el porqué de las sucesiones de las cosas. No puede tomar
fácilmente una conversación grupal o frena el ritmo de ésta.

El sordo no establece más relaciones (sonido – hecho) de las que ve. Esto impide la formación
del desarrollo de la capacidad intelectual del sujeto. La realidad, la adquiere a través de las
informaciones visuales que pueden ser incompletas o deficitarias y accede con mucha
dificultad a lo abstracto y a los conceptos intelectuales. De ahí, la importancia de poner un
sistema de comunicación alternativo a su alcance.

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