GEOGRAFÍA 4º Globalización. Conceptos Ventajas y Desventajas.
GEOGRAFÍA 4º Globalización. Conceptos Ventajas y Desventajas.
GEOGRAFÍA 4º Globalización. Conceptos Ventajas y Desventajas.
ARTÍCULO
Ventajas de la globalización
En la cara amable de la globalización se pueden encontrar las señales que caracterizan a las sociedades
más modernas: integración y facilidad de las comunicaciones, libre movimiento de mercancías o
extensión de los derechos humanos. Son signos de modernidad que definen a los países desarrollados
y mejoran la vida de sus ciudadanos.
1. La extensión de la comunicación
Si hay un aspecto en el que se ha hecho visible la globalización es el de las tecnologías de la
comunicación. La irrupción y consolidación de las redes sociales y la posibilidad de contactar en
tiempo real con cualquier parte del planeta han sido dos de sus claves.
Esto también ha afectado a la percepción que el ciudadano tiene del mundo como un ente único. Para
las personas del siglo XXI la Tierra es la casa común, y mucho más pequeña de lo que era para los
humanos de los siglos pasados.
La globalización caracteriza a las sociedades más modernas: integración y facilidad de las
comunicaciones, libre movimiento de mercancías o extensión de los derechos humanos
Los beneficios son también para las empresas, que pueden agilizar todos sus procesos y aumentar
sus ventas. O para los investigadores y estudiantes, que pueden conectarse entre sí y acceder con
inmediatez a nuevos conocimientos.
Por otra parte, la comunicación y el uso global de dispositivos electrónicos ha creado todo un nuevo
entramado social y económico. Gracias a él, han aparecido nuevas profesiones que se pueden
desarrollar en cualquier parte del globo.
2. Intercambio cultural
La comunicación permite el intercambio cultural. Este conocimiento compartido enriquece a todos,
tanto en el ámbito de las ideas como en el económico. En la historia de la humanidad nunca ha
habido mayor trasvase de valores culturales que en la actualidad.
Este hecho plantea retos y debates, pero la multiculturalidad es una realidad en los países avanzados.
Las grandes capitales del mundo tienen pequeños microcosmos identitarios en sus barrios y reflejan
una nueva forma de convivencia entre las distintas culturas.
3. Desaparición de las fronteras económicas
La libre circulación de mercancías y capitales ha generado algunos aspectos positivos para la
economía global, aunque no siempre se han visto reflejados en la población. Que los mismos
productos se puedan consumir en distintos países con las mismas características es uno de los
símbolos de la globalización comercial.
Como en todo proceso, hay avances y retrocesos, y tal vez el aspecto económico sea uno de los más
conflictivos. En la actualidad, hay dos tendencias opuestas: la de globalizar aún más la economía y la
vuelta al proteccionismo. Dos ejemplos destacados de esto último son las políticas de la
Administración Trump, en los Estados Unidos, o la salida del Reino Unido de la Unión Europea.
En la actualidad, hay dos tendencias opuestas: la de globalizar aún más la economía -Trump- y la
vuelta al proteccionismo -Brexit-
Hay que aclarar que los defensores de estas restricciones no son contrarios a la globalización, en
general, sino solo a los factores que ellos consideran que les perjudican. Por lo que, con el aumento
de aranceles a la importación de productos de algunos países y la reducción de las exportaciones, hay
quien opina que la desglobalización ha comenzado.
4. Intercambio lingüístico
La permeabilidad cultural que favorecen las redes sociales es uno de los factores que favorecen
el intercambio lingüístico en todo el planeta. Otro es la aparición de las plataformas en línea que
ofrecen series de televisión y que se han convertido en fenómenos culturales globales.
Estas plataformas, que permiten el visionado en versión original con subtítulos, son un gran avance
para el conocimiento de otros idiomas en países que, como España, solo tenían esta opción en casos
aislados.
Los videojuegos, la música y el cine se han hecho todavía más globales y han servido, sobre todo,
para que el inglés se haya convertido en la lengua franca más utilizada en las últimas décadas. En este
espacio global, el español también ha ido ganando terreno.
5. Extensión de los derechos humanos
Tampoco ha dejado de crecer la difusión de los valores y derechos recogidos en la Declaración
Universal de los Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Firmada en 1948, esta declaración se ha ido completando con pactos y protocolos hasta conformar la
Carta Internacional de Derechos Humanos. La globalización funciona aquí de dos maneras
principales: como difusora de estos derechos y como instrumento de control frente a sus violaciones.
Las organizaciones no gubernamentales (ONG) son una pieza clave para la extensión de estos
derechos, como también lo son los profesionales del periodismo, la medicina y otros que alertan al
resto del mundo cuando hay una vulneración en algún punto del globo. En este sentido, la
implicación de las opiniones públicas de los países desarrollados es un fenómeno novedoso y muy
importante.
Desventajas de la globalización
En la cara negativa del proceso de globalización están, principalmente, la uniformidad cultural y la
desigualdad económica. Resulta paradójico que se fomente un mismo estilo de vida global cuando
las diferencias en la calidad de vida son tan grandes, no solo entre países, sino dentro de cada uno de
ellos.
1. Intervencionismo extranjero
Entre los problemas que algunos ven al proceso globalizador está una cierta disminución de la
soberanía nacional. Como los países están tan interrelacionados en lo económico, social, político y
cultural, cualquier desvío de las pautas generales es visto con recelo.
Sin embargo, este intervencionismo no es malo ni bueno por sí mismo, simplemente es un rasgo
característico de los nuevos tiempos. La bondad o maldad dependerá de las consecuencias. Por
ejemplo, que la comunidad internacional obligue a un país a respetar los derechos humanos es algo
positivo para sus ciudadanos. Sin embargo, si un grupo de países obliga a otro a adoptar determinadas
políticas económicas que van contra la mayoría de su población, será negativo para su sociedad.
2. Pérdida de la identidad nacional
También hay quien ve un peligro de pérdida de la identidad nacional, ya que las sociedades cada
vez se parecen más entre sí, con los mismos gustos culturales, modas, etc.
Tal vez haya que situar el debate en si esas identidades nacionales son estáticas o si siempre han
estado evolucionando. En este segundo caso, el problema estaría más en la uniformidad que en la
transformación. Más que el cambio, lo que preocupa es que este cambio lleve a todos los países al
mismo sitio, al mismo estilo de vida.
Pero este proceso no es nuevo. Por ejemplo, un habitante de Nueva York puede tener más en común
con uno de Londres que con alguien del rural de su propio país. Y eso ya sucedía hace siglos. Así las
cosas, el miedo a la pérdida de la identidad nacional no es solo creer que se abandonan las propias
raíces, sino que no se diferencie la forma de vida de un país a otro.
Un habitante de Nueva York puede tener más en común con uno de Londres que con alguien del rural
de su propio país
Sin embargo, en la arena política no faltan quienes han enarbolado sus banderas como elemento de
diferenciación, apelando a las emociones primarias del sentido de pertenencia. Es el caso de los
nacionalismos de extrema derecha en los países del este de Europa y de otros más cercanos, como el
caso italiano.
3. Declive de las lenguas minoritarias
Para las lenguas minoritarias sí que se ha detectado un riesgo real de desaparición o, al menos,
de pérdida de influencia en sus territorios. En la vida de una persona esto puede ser casi imperceptible,
pero en el transcurso de varias generaciones puede darse una paulatina desaparición de muchas
lenguas en todo el planeta.
El problema de que una lengua desaparezca no es algo menor. La lengua es el máximo exponente de
una cultura y su pérdida conlleva la desaparición de una identidad única e irreemplazable. Por eso,
un correcto proceso de globalización debe preocuparse de que esas esencias que definen a los pueblos
perduren, en la medida de lo posible.
4. Aumento del desempleo en los países desarrollados
Uno de los aspectos más criticados por los detractores de la globalización económica es la fuga de
empresas nacionales a países donde los costes de producción son más bajos. Esta deslocalización ha
tenido dos consecuencias perniciosas. Por un lado, al desaparecer los puestos de trabajo se ha
incrementado el paro en los países desarrollados y se abarata la mano de obra. Por otro, se han
precarizado los empleos y se han perdido derechos que formaban parte del llamado estado del
bienestar.
5. Concentración del capital en grandes multinacionales
Una de las consecuencias del punto anterior es que han crecido las desigualdades. Aumentando sus
beneficios y sus posibilidades de competir, las grandes multinacionales son las grandes vencedoras
de este modelo de globalización económica. Por el contrario, las pequeñas empresas nacionales y los
profesionales autónomos han visto mermar sus ingresos y como consecuencia verse afectados por un
desequilibrio económico. Por su parte, los trabajadores han perdido capacidad adquisitiva.
Mientras el proceso avanza, en muchos países se han vuelto a levantar banderas nacionales que hacen
sospechar que, tal vez, la humanidad aún no está preparada para lograrlo
En una perspectiva global se puede ver cómo esa concentración del capital en unas pocas manos
empobrece también a los países. Muchas naciones tienen un producto interior bruto más bajo que la
cifra de negocio de las grandes compañías, lo que sitúa a sus Estados en una posición de inferioridad.
Sobre todo a aquellos que se encuentran en vías de desarrollo. Es por eso que son muchos quienes
ven menos ventajas y más desventajas de la globalización.
En resumen, se podría decir que la globalización es un proceso irreversible, pero está por ver de qué
manera se desarrolla. Mientras el proceso avanza, en muchos países se han vuelto a levantar banderas
nacionales que hacen sospechar que, tal vez, la humanidad aún no está preparada para lograrlo.