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EDUCAR EN LA ERA DIGITAL

Book · December 2023

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Marcelo Storoszczuk Durán


Orvium Education
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EDUCAR EN LA ERA DIGITAL

Marcelo Storoszczuk Durán


Educar en la Era Digital ©.
M. Storoszczuk Durán.
Segunda Edición, 2024.
ISBN: 978-9915-42-160-5
Montevideo, Uruguay.

Ilustración de Giuseppe Ramos S & Andrew S.


Revisión de Noah Mitchell & Johanne Meier.
© Marcelo Storoszczuk Durán, 2023/2024

Todos los derechos reservados.

Esta obra y su contenido están protegidos por las leyes de derechos de


autor aplicables. Queda estrictamente prohibida cualquier reproduc-
ción, distribución, modificación y/o uso no autorizado de esta obra, ya
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La presente obra, incluyendo, pero no limitada a su texto, imágenes,


gráficos, logotipos, ilustraciones y diseños, es propiedad exclusiva de
Marcelo Storoszczuk Durán. Cualquier referencia a nombres, marcas
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El uso y cita de esta obra, siempre y cuando sus objetivos sean acadé-
micos o de uso bibliográfico, estará permitido sin necesidad de autori-
zación, siempre y cuando se realice una cita formal en la página corres-
pondiente a bibliografía, bajo el siguiente formato:

“Storoszczuk Durán, M. (2023). Educar en la Era Digital. Montevideo,


Uruguay.”

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copyright dará lugar a medidas legales y reclamaciones por daños y per-
juicios según lo permitido por las leyes aplicables. Para solicitar las li-
cencias correspondientes para el uso de la obra protegida, así como para
reclamos y descargos relacionados con el fair use, contáctese con el ti-
tular de los derechos de autor.
Índice
Prefacio............................................................................. 11

Sección I: Historia de la educación. ..................................13


El camino hasta hoy..........................................................15
El rol del docente ..............................................................31
La educación, hoy .............................................................43

Sección II: Consecuencias de la modernidad. ..................53


La especialización educativa. ...........................................55
El docente moderno. .........................................................67
El futuro de la humanidad. ...............................................75

Sección III: El Estado presente. ........................................81


¿Quién toma las decisiones? .............................................83
Privatizar la educación....................................................103
La política en la educación. ............................................125

Sección IV: La era digital. ...............................................131


La modernización del aula..............................................133
La alfabetización digital. ................................................151
¿A quién sentamos en la mesa? ......................................161

Conclusiones..........................................................................171
Referencias ............................................................................173
| 11

Prefacio

Desde el año 2019 me he dedicado a escribir artículos


sobre educación, economía, ciencia, e incluso de religión y teo-
logía. Con el tiempo, los mismos comenzaron a tener cierta re-
percusión, lo que me motivó a darles orden y profesionalismo.
Decidí reunir todo el trabajo realizado hasta ahora, y combinarlo
con nuevos temas que nunca antes había explorado, logrando así
un nuevo artículo sobre la educación, pero mucho mejor desarro-
llado que sus antecesores. No obstante, a medida que avanzaba
en este proyecto, note que tenía la posibilidad de escribir un libro
que no solo diera coherencia narrativa a estos artículos, sino que
también proporcionara a los lectores una perspectiva mucho más
amplia sobre aquellos aspectos de la educación que considero
más relevantes.

El principal desafío de este libro fue unir artículos que


siempre fueron autoconclusivos. Esto no resultó tan sencillo
como simplemente organizarlos y colocarlos uno tras otro, ya que
requería revisar todo el contenido, encontrar puntos de conexión,
verificar nuevamente las fuentes que fueron consultadas, y ex-
traer lo que cada artículo podía aportar a cada sección. Además,
quería que este libro ofreciera una experiencia novedosa tanto
para quienes nunca han leído mis escritos como para aquellos que
están familiarizados con mis artículos anteriores. Por esta razón,
he reformulado todos los capítulos, incluyendo más información
y añadido un nuevo contenido centrado en el trabajo del docente.

A lo largo de todas mis obras, he incluido mis opiniones


y experiencias personales, ya que considero que enriquecen el
texto y permiten que los lectores se identifiquen con los ejemplos
12 | Educar en la era digital

y situaciones expuestas. No pretendo que mis trabajos sean con-


siderados como una verdad absoluta, ya que incluso aquellos de
naturaleza objetiva o informativa están imbuidos de mis perspec-
tivas y experiencias personales. Este libro ofrece una lectura
fluida y eficaz, combinada con las particularidades y utilidades
de un artículo científico. Puede ser citado y utilizado como parte
de la bibliografía para aquellos interesados en estudiar más a
fondo los temas expuestos, al mismo tiempo que da una lectura
informativa a aquellos interesados simplemente en aprender.

Agradezco a todos los autores citados, a los lectores, a


las plataformas que brindaron herramientas y permitieron la pu-
blicación de mis artículos, y a todos los expertos consultados, que
con esfuerzo y buena voluntad han contribuido a agregar un sello
de confianza a un libro que representa años de investigación y
trabajo. Gracias por la confianza, y a seguir construyendo juntos.
| 13

Sección I:
Historia de la educación.
14 | Educar en la era digital
| 15

El camino hasta hoy

Un clásico de cualquier estudio sobre educación es co-


menzar con un análisis histórico desde su creación. Este enfoque
nos ayuda a comprender cómo llegamos a donde estamos hoy, ya
que nos permite ver retrospectivamente cómo la sociedad ha
cambiado su manera de aprender y enseñar producto de las trans-
formaciones sociales vividas. Por otro lado, también permite
identificar aquellas áreas donde el sistema ha sido más conserva-
dor, ya que, por muy revolucionaria que sea la naturaleza hu-
mana, también somos criaturas de costumbres.

No obstante, sería absurdo comenzar un análisis histó-


rico sobre el paradigma de la educación, sin saber lo que significa
este concepto. Entonces, la primera pregunta que debemos hacer-
nos es: ¿qué es la educación? “Educar” es un verbo que proviene
del latín “educāre”, y significa “dirigir, encaminar, doctrinar”, así
como también “desarrollar o perfeccionar las facultades del niño
o del joven, por medio de preceptos, ejercicios, ejemplos, etc.”.
Esto implica que en educación no se crean las facultades del
alumno, sino que se desarrollan y perfeccionan a través de un
sistema de instrucción donde se transmite conocimiento por me-
dio de estrategias perfectamente planeadas para este propósito.
Sin embargo, la orientación de estas facultades y cono-
cimientos siempre ha dependido del contexto histórico y de las
necesidades que las sociedades exponen en puntos cruciales de
la historia. Un sistema educativo en tiempos de dictadura no es
comparable con uno en tiempos de democracia, al igual que un
sistema educativo en tiempos de paz difiere significativamente a
uno en tiempos de guerra.
16 | Educar en la era digital

Comencemos desde el principio: ¿cuándo surge la nece-


sidad de aprender? Según los expertos, nuestra especie ha estado
en este planeta durante aproximadamente 200 mil años. Hoy en
día, los seres humanos somos muy diferentes a lo que éramos
hace 50 mil años, pero un humano de esa época es muy similar
al que existía hace 150 mil años. Esto implica que, en el último
cuarto de existencia, hemos experimentado más cambios como
especie que en los tres cuartos anteriores. Esta idea puede parecer
confusa por sí sola, pero cobra sentido cuando consideramos la
creación de algo que, aunque su fecha exacta aún está en intensa
discusión académica, suponemos que tiene al menos 50 mil años
de antigüedad: el lenguaje.
Antes de la invención del lenguaje, los seres humanos
vivían bajo las normas de la supervivencia, aprendiendo todo a
través de la experimentación. Las mentes de estos seres estaban
llenas de conocimientos prácticos sobre el mundo, así como de
memorias de eventos pasados que les proporcionaban informa-
ción para enfrentar situaciones similares. Sin embargo, debido a
la falta de una forma efectiva de transmitir ese conocimiento a
otros, todas esas experiencias y memorias estaban aisladas,
siendo individuales para cada persona. Cada individuo tenía que
depender de las herramientas de supervivencia que había logrado
adquirir por sí mismo.

Esto conlleva dos consecuencias: la primera es que cada


ser humano se encontraba en ventaja o desventaja con respecto
al resto de su especie, únicamente en función de las situaciones
que le hayan tocado vivir. Por lo tanto, no era posible lograr una
colaboración entre pares para avanzar más rápido; cada quien de-
bía descubrir el camino por su cuenta.
La segunda consecuencia es que, cuando una persona
moría, todo el conocimiento que había adquirido a lo largo de su
vida se perdía para siempre, ya que no podía comunicarlo. Las
nuevas generaciones tenían que empezar desde cero, desperdi-
ciando así toda esa información que el ser humano había
El camino hasta hoy | 17

aprendido. Sin embargo, con la invención del lenguaje, esto ya


no ocurriría nunca más. Los seres humanos siguieron viviendo, y
obteniendo grandes cantidades de conocimiento a través de la ex-
perimentación con el mundo, pero ahora podían intercambiar in-
formación con sus semejantes, y así ayudarse mutuamente para
sobrevivir por más tiempo. Los padres transmiten ese conoci-
miento a sus hijos para que, cuando ellos ya no estén, las nuevas
generaciones conserven todo lo aprendido por sus antepasados.
Esto les permite dedicar sus esfuerzos en adquirir aún más cono-
cimiento. Fue la educación la que creó la colaboración ciuda-
dana, y sentó las bases sobre las que hoy sustentamos nuestra so-
ciedad.

Sin embargo, sería ingenuo pensar que, porque esto fun-


cionó hace 50 mil años, debemos conservar el mismo modelo hoy
en día. Sin embargo, en contraposición a esta idea, junto con el
lenguaje, la educación es uno de los ámbitos humanos en los que
menos innovación ha habido a lo largo de la historia. ¿Cómo es
esto posible? ¿Qué consecuencias tiene usar un modelo obsoleto,
en un pilar tan fundamental como la educación? ¿Son los docen-
tes responsables de esta negación a la modernización educativa?
Para abordar estas cuestiones, es necesario entender cómo fue el
proceso en el que surgió esta idea de educar, y cómo ha evolu-
cionado hasta lo que es hoy.
Al momento de hablar de la historia de la educación, po-
demos dejar de lado los procesos proto-formativos comentados
anteriormente, ya que estos eran más una continuidad de necesi-
dades psicosociales y de supervivencia, que un sistema planifi-
cado y destinado a educar y formar a la especie humana. Por lo
que los primeros vestigios reales de una sistematización educa-
tiva, los podemos encontrar en Mesopotamia. El funcionamiento
de la educación en Mesopotamia se separaba en dos etapas: hasta
los diez años, los niños eran educados por sus madres, y a partir
de entonces, esa responsabilidad recaía en el padre (aunque las
niñas seguían bajo un estricto control de sus madres).
18 | Educar en la era digital

Las mujeres podían recibir formación en un templo,


donde se les enseñaba religión, o en sus hogares, donde se las
preparaba para el matrimonio. En el caso de los hombres, si per-
tenecían a una familia adinerada, podrían enviarlos a escuelas co-
nocidas como “Bit Tuppi”. Aquí se les enseñaba la escritura cu-
neiforme y conocimiento asociado a la agricultura. La mayoría
de estas escuelas se encontraban cerca de diversos templos de
culto, donde los sacerdotes impartían educación para convertir a
los niños en sacerdotes o escribas. En algunos casos muy inusua-
les, los mismos podrían incluso aprender oficios.
En los templos, era común encontrar estudiantes siendo
formados en artes y cultos, así como también en ciencias como
la geometría, la astronomía y la medicina. Sin embargo, su obje-
tivo principal no era formar profesionales en estas áreas, sino pre-
servar dichos conocimientos a través de la escritura para conti-
nuar con la formación de nuevos estudiantes.

Alrededor del 3000 a.C, los egipcios también tenían su


sistema de instrucción, donde la familia comenzaba a formar a
sus hijos en la religión, las normas de conducta en la sociedad, y
respeto a las deidades desde temprana edad. La única excepción
eran los hijos del faraón, quien, debido a las responsabilidades de
su rol, no podía educar a sus propios hijos, dejando esta tarea en
manos de tutores reales. Posteriormente, alrededor de los seis
años, la educación que recibían los niños difería según su sexo y
el rol que ocupaban sus padres en la sociedad. En la mayoría de
familias, que eran campesinos y artesanos, los niños aprendían el
oficio de su padre, mientras que las niñas aprendían de sus ma-
dres las tareas del hogar, el canto, el baile, y a tocar instrumentos.
Cabe aclarar que este sistema no incluía a los esclavos, ya que no
se les consideraba ciudadanos.

Por otro lado, los niños varones de la nobleza tenían dos


opciones. La primera consistía en las llamadas “Casas de
El camino hasta hoy | 19

Instrucción”, donde eran formados por los sacerdotes de los tem-


plos cercanos. Aquí aprendían a leer y escribir, mediante la copia
repetida de textos. Para este propósito, utilizaban tablillas de ma-
dera recubiertas de yeso blanco, lo que les permitía limpiarlas y
reutilizarlas. Contaban con un silabario1 para aprender los signi-
ficados y pronunciación de los signos más comunes. Los estu-
diantes los memorizaban, los copiaban, y los recitaban en voz
alta, mientras que el maestro señalaba los errores que cometían.
Posteriormente, profundizaban en gramática estudiando textos
clásicos y religiosos.

Al culminar con su proceso educativo, se les instruía en


disciplinas más técnicas, principalmente en aquellas utilizadas
para labores particulares como el cálculo de estaciones o los es-
tudios topográficos necesarios para la infraestructura, como la as-
tronomía, las matemáticas, la aritmética y la geometría. En los
últimos años de formación, era común que los estudiantes más
avanzados trabajaran en colaboración con maestros especializa-
dos para aprender oficios particulares importantes, continuando
su educación en el palacio real o los templos de culto, e incluso
en el ejército.
La otra opción era la conocida como “Escuela de los Es-
criba”, donde los alumnos eran formados por escribas y sacerdo-
tes. Además de recibir la misma formación que en las casas de
instrucción, se les instruía en los tres tipos de escritura egipcia:
La demótica, la religiosa, y la jeroglífica. Esta opción tenía un
mayor prestigio que las casas de instrucción, porque el trabajo
del escriba era altamente respetado y bien remunerado, lo que lo
hacía una profesión muy aspiracional.

1
Un silabario es un texto destinado a la enseñanza inicial de la lectura, o al-
fabetización, basado en la presentación de palabras sencillas descompuestas
en sílabas.
20 | Educar en la era digital

Moviéndonos hacia otra cultura, los antiguos griegos


también contaban con su propio sistema educativo. Esta civiliza-
ción, que fue de las más influyentes de la historia, se desarrolló
aproximadamente entre el 1200 a.C., y el 145 a.C., sentando las
bases fundamentales de las sociedades occidentales que vemos
hasta día de hoy. Por lo que no es sorprendente que, así como en
el arte y la política, la civilización griega fue también revolucio-
naria en el ámbito educativo. Durante la época arcaica2, se cen-
traba en el concepto del héroe, idealizando al hombre heroico
como dominador tanto física como intelectualmente. Un héroe
era aquel hombre que sabía dominarse a sí mismo y a los demás,
poseedor de una capacidad espiritual y corporal, siempre dis-
puesto a emplear sus dones para lo bueno y lo bello. Los niños
eran educados con la idea de ser héroes, de ser recordados en la
historia por sus capacidades físicas e intelectuales.

Posteriormente, después de la caída de Troya, esta idea


comienza a separarse de la educación, volviéndose algo más pa-
recido a lo que hemos visto hasta ahora. Con la introducción del
concepto de “Paideia” 3, si eras un niño varón de una familia adi-
nerada, hasta los siete años serías educado por tus padres. Estos
te enseñaban acerca del culto, poesías, cantos, cuentos y amor a
la patria. Además, la formación de los niños era acompañada de
un pedagogo, un esclavo encargado de transmitir los ideales fa-
miliares, así como de moldear el carácter y la moral de los niños.
Este pedagogo también se encargaba del cuidado y acompaña-
miento educativo del niño durante su vida escolar. A los siete
años, estos ingresaban en las instituciones escolares griegas.

Es importante señalar que la educación variaba conside-


rablemente según el lugar donde hubieras nacido. Por ejemplo,

2
Periodo de la antigua Grecia, que tuvo lugar entre el siglo X, y el VI a.C.
3
Paideia significaba “técnica de preparar al niño”, así como también “trata-
miento que conviene aplicar al niño para hacer de él un hombre".
El camino hasta hoy | 21

en Atenas, se fomentaba una educación filosófica e intelectual,


centrada en materias tales como la música o la poesía, mientras
que, en Esparta, el Estado proporcionaba educación en temas mi-
litares, y táctica de guerra. Fue durante esta época de la educa-
ción, conocida como “Educación Humanística”, que sofistas
como Sócrates, Aristóteles, Platón, Isócrates, entre otros, comen-
zaron a profundizar en el estudio de la educación, analizando y
estableciendo los pilares del sistema educativo.

En este periodo, existían tres etapas escolares importan-


tes para los niños: la escuela de primeras letras, el gimnasio, y la
efebía. En la primera etapa, el pedagogo te llevaba a la escuela,
que generalmente era una plaza donde un maestro denominado
como gramatista, se encargaba de enseñarte a leer y escribir. El
gramatista tenía un asiento en el centro, y los alumnos se agrupa-
ban a su alrededor. Los maestros griegos no gozaban del prestigio
ni la retribución económica que tenían los sacerdotes y los escri-
bas en el Antiguo Egipto, por lo que sus métodos educativos se
caracterizaban por ser bastante primitivos, y la disciplina a través
de castigos físicos era una práctica común.

El proceso de aprendizaje era sencillo. Comenzaba con


el reconocimiento y la pronunciación de las letras, luego se pa-
saba a las sílabas, y finalmente a las palabras. Para lograr esto, el
gramatista leía primero, y los alumnos repetían en voz alta lo que
escuchaban. Una vez que habían adquirido estas habilidades, co-
menzaban a estudiar textos poéticos. Los alumnos debían copiar
utilizando un punzón sobre tabletas de madera cubiertas en cera.
Luego, comparaban sus copias con el original, para identificar
posibles errores. Finalmente, seguía la lectura, la cual era acom-
pañada de críticas y discusiones.
Una vez culminado el proceso de aprendizaje literario y
gramatical, era común que se instruyera a los alumnos en nocio-
nes básicas de matemática o astronomía, tales como contar con
los dedos, o realizar operaciones matemáticas simples.
22 | Educar en la era digital

Terminada la escuela de letras, los jóvenes pasaban a la


formación atlética, la cual se impartía en el gimnasio. Esta con-
sistía en entrenamiento físico para destrezas como el salto alto y
largo, el lanzamiento de disco y jabalina, las carreras de veloci-
dad y las luchas. También solía impartirse conocimiento en mú-
sica y poesía, aunque esto no era parte fundamental de la educa-
ción de los jóvenes, sino más bien un añadido que algunos estu-
diaban. En esta etapa, el Estado tenía un papel más presente en la
educación, siendo los llamados “gimnasiarcas” (los “educado-
res” de los gimnasios), personas elegidas por la asamblea popu-
lar. Además, era el Estado el que se encargaba de admitir a los
alumnos y definir las horas que se dedicarán a la formación, así
como de aquellos textos que serían utilizados.

Tras completar estas etapas, llegaba el momento de la


efebía. A partir de los dieciocho años, los jóvenes se preparaban
para asumir la responsabilidad de la ciudadanía completa a los
veinte años. Para este objetivo, eran enviados a una especie de
servicio militar proporcionado por el Estado, donde se les ense-
ñaba sobre sus responsabilidades cívicas, así como sobre sus de-
rechos y obligaciones. Más adelante en la historia, con la llegada
de Alejandro Magno y la creación de su imperio4, la formación
centrada en la literatura y las disciplinas físicas, así como el con-
cepto de la educación como algo privado y reservado para los
más pudientes, comenzó a perder fuerza. Esto se debió a que las
polis griegas como Atenas o Esparta, habían perdido mucha im-
portancia debido al rápido desarrollo de otras ciudades como
Alejandría o Antioquía.

Es en este punto donde el concepto de paideia perdió sus


raíces, y se empezó a formar a los estudiantes en la ciencia. A
través de esto, se buscaba alcanzar un conocimiento más

4
A este punto de revolución educativa, se lo suele denominar “Educación
Helenística”.
El camino hasta hoy | 23

universal y relevante, sin dejar de lado el estudio de la literatura


y el arte. De esta manera, el concepto de paideia se transformó
en uno nuevo conocido como enkyklios paideia5, haciendo refe-
rencia a la nueva dirección en la que se formaría a los alumnos.
Además, se comenzó a dar relevancia a una cuarta etapa en la
formación, conocida como “enseñanza superior”, que tendría lu-
gar entre el gimnasio y la efebía, la cual ya no era obligatoria.
Aquí se impartiría conocimiento en áreas de estudio más técni-
cas, como matemáticas, geometría, astronomía, dialéctica, meta-
física, ética, política, entre otras disciplinas.
Sumado a esto, las escuelas de formación, que hasta el
momento eran privadas, ya que se crean con pequeños aportes
financieros de los más pudientes, empezaron a volverse públicas
gradualmente. Esto se debió a que los monarcas y las altas esferas
de la sociedad comenzaron a realizar estos aportes, lo que mejoró
la reputación y la remuneración económica de los maestros. Al
mismo tiempo, permitió que más ciudadanos puedan optar por
recibir una educación financiada por el Estado.

Saliendo del mundo griego, llegamos a la edad media, un


período crucial en la historia de la humanidad a todos los niveles,
marcado por una época de revoluciones en la educación. Durante
este tiempo, la iglesia se convirtió en el centro de todo lo rele-
vante para el ser humano, incluyendo y transformando cada as-
pecto de la vida de las personas, e imponiendo lo que se conoce
como “filosofía escolástica medieval”6. En esta época, la mayoría

5
Este concepto griego es la raíz de la palabra “Enciclopedia”, que significa
“Conjunto de todas las ciencias o de todas las partes de una ciencia.” así
como “Obra en que se expone el conjunto de los conocimientos humanos o de
los conocimientos referentes a una ciencia o un arte, en artículos separados,
generalmente dispuestos alfabéticamente.”

6
La filosofía escolástica medieval plantea que la fe y la razón deben ir siem-
pre de la mano, aunque en caso de conflicto, la primera siempre debe ante-
ponerse. Es decir, que era más importante la fe y los dogmas impuestos, que
24 | Educar en la era digital

de las personas eran analfabetas, por lo que esa minoría que po-
seía conocimientos, y sabía leer y escribir, gozaba de un alto
prestigio social. Estos individuos, conocidos como “escolásti-
cos”, se encargaban de la formación de los jóvenes destinados a
ser futuros clérigos.
Las escuelas se encontraban en los monasterios, donde
los sacerdotes enseñaban religión y conocimientos a aquellos que
estaban en camino a formar parte del clero. La formación estaba
enfocada completamente en la palabra de Dios, así como en el
estudio de las sagradas escrituras, el culto, la liturgia, la oración
y los valores cristianos. Sin embargo, esta situación cambió con
el ascenso al poder de Carlomagno. Él introdujo un nuevo con-
cepto de escuela, esta vez abierta a todos y no solo a los miem-
bros futuros y presentes del clero. Por primera vez en la historia
de la educación, se incluyó en el sistema a mujeres y esclavos.

En este momento histórico, existían dos tipos de escue-


las: las monásticas y las episcopales. Las escuelas monásticas,
impartidas en los monasterios, ofrecían educación gratuita que se
centraba en conceptos religiosos básicos y habilidades orales. La
educación que recibían los niños dependía de su futuro evidente,
aquellos pertenecientes a familias extremadamente pobres no
aprendían a leer ni a escribir, ya que no lo necesitarían, y solo se
les enseñaba religión. Aquellos niños que tenían un futuro más
prometedor, como los hijos de algunas familias nobles de bajo
nivel y algunos niños levemente pobres de alta capacidad inte-
lectual, eran enseñados a leer y a escribir. Estudiaban una gran
cantidad de escritos clásicos y, por supuesto, la Biblia.

Por otro lado, la escuela episcopal se centraba más en las


artes liberales, los mismos campos de estudio que eran imparti-
dos en la educación superior griega tras la enkyklios paideia, ade-
más de otras disciplinas como la teología y la medicina. Aquí

cualquier razonamiento que fuera en contra de las ideas establecidas por la


iglesia.
El camino hasta hoy | 25

estudiaban tanto los estudiantes de familias ricas y nobles de alto


nivel, quienes financiaban las escuelas y pagaban a los maestros,
como aquellos estudiantes provenientes de familias más pobres,
pero con destacadas capacidades intelectuales. A estos últimos se
les brindaba educación gratuita, y se les proporcionaba comida,
ropa y alojamiento mientras estudiaban.
La metodología de enseñanza en las escuelas episcopales
se basaba en maestros que leían junto con los estudiantes diver-
sos textos autorizados por el centro educativo7. Luego, se proce-
día a la discusión y el debate entre los alumnos (guiados por el
maestro), sobre el texto previamente leído. Es importante señalar
que este debate se centraba en aclarar las ideas que el texto había
querido transmitir, ya que durante esta época no se cuestionaba
lo escrito. Cuando un maestro citaba un texto, se esperaba que el
alumno no dudara de él, ya que la mención de un autor por sí sola
era equivalente a la verdad absoluta. Las escuelas episcopales
fueron las semillas de las universidades modernas que comenza-
ron a difundirse por Europa en aquella época.

Con la llegada de la era moderna, la concepción religiosa de la


educación perdió su fuerza debido al declive de poder e influen-
cia de la iglesia. En este contexto, surgió la necesidad de crear un
nuevo enfoque educativo, fundamentado principalmente en el
antropocentrismo que dominaba la política, la cultura y la inves-
tigación8. Se abandonó la noción de la indiscutibilidad de lo es-
crito, y se empezaron a considerar las escrituras y los textos clá-
sicos como diversas fuentes de conocimiento, que debían

7
Recordar que, en el medioevo, la filosofía escolástica era fundamental, por
lo que se rechazaba cualquier texto que fuera en contra de los textos sagra-
dos y los dogmas de la iglesia. Aquellos que representaban una importancia
muy elevada, eran adaptados para no caer en conflictos con la palabra sa-
grada.
8
Esto fue fomentado por el movimiento cultural conocido como “Huma-
nismo”, que buscaba la recuperación del intelecto individual, el libre pensa-
miento y la independencia de las ideas establecidas como ciertas.
26 | Educar en la era digital

analizarse desde todas sus perspectivas. Esto permitía formar un


conocimiento y una opinión más personal e independiente.

Pensadores destacados de esta época, como Juan Comenio, pro-


pusieron crear métodos de enseñanza que implicaban una parti-
cipación más activa por parte de los estudiantes, en contraposi-
ción a la mera transmisión de conocimiento por parte del docente.
El objetivo era que los alumnos adquieran conocimiento en lugar
de limitarse a memorizarlo. Otros pensadores, como Johann Pes-
talozzi, abogaban por que los educadores estimularan la curiosi-
dad natural del estudiante, para generar ambición e interés por
aprender. Además, se reconoció la necesidad de eliminar la vio-
lencia como mecanismo de control y autoridad en las aulas. El
desarrollo de la pedagogía estuvo marcado por grandes revolu-
cionarios, como Jean-Jacques Rousseau, quien proponía que las
metodologías de enseñanza debían adecuarse a los gustos y ca-
racterísticas individuales de cada estudiante. Se argumentaba que
el sistema educativo no debía concebirse como algo uniforme y
universal para todos los alumnos, una idea que hoy en día sigue
sonando revolucionaria

Finalmente, en la era contemporánea, el Estado asumió


la responsabilidad de la educación pública para alinear a los ciu-
dadanos con los objetivos profesionales que se estaban desarro-
llando. Es importante recordar que en este período se comenza-
ron a consolidar las naciones como las conocemos hoy en día.
Esto implicó una globalización en el comercio, y un rápido
avance en ciencia, eventos influenciados significativamente por
tres acontecimientos históricos: la Revolución Francesa, la inde-
pendencia de los Estados Unidos de América, y la Revolución
Industrial.

Se dejaron atrás conceptos como el feudalismo para dar


paso a los primeros sistemas económicos y comerciales, como el
capitalismo. Esto dio origen a un nuevo grupo social, responsable
El camino hasta hoy | 27

del trabajo industrial en las fábricas, y que se convirtió en la


nueva mano de obra de las industrias emergentes: el proleta-
riado9. Fue con la aparición de este grupo social, que se empezó
a notar la necesidad de adaptar el sistema educativo para preparar
apropiadamente al proletariado para su nuevo papel en las indus-
trias nacientes y, por ende, en el desarrollo de las economías
mundiales. Las nuevas tendencias educativas iban desde la cre-
ciente popularidad de la laicidad, hasta el desarrollo intensivo e
investigativo de la pedagogía.

Durante este período, las necesidades de la sociedad es-


taban más orientadas hacia la formación de mano de obra indus-
trial, lo que requería de un sistema de instrucción más complejo
e innovador, que pudiera incluir a todos los nuevos grupos popu-
lares. Surgieron nuevas instituciones, como las escuelas de for-
mación para enseñantes (también conocidas como escuelas para
docentes), que fomentaron la profundización y la investigación
en materia educativa.
Fue durante esta época cuando también se crearon y po-
pularizaron las escuelas infantiles10, siendo notable la fundada
por Robert Owen en 1816. Hasta ese momento, las guarderías de
primera infancia eran más bien una especie de “transitorio” para
niños. Eran obligados a sentarse en incómodas sillas, mientras
permanecían en silencio e inmóviles durante largas horas, y ape-
nas se les proporcionaban actividades para entretenerse.

9
Nótese que, durante los comienzos de la edad contemporánea, se llamaba
proletario a todo aquel que no era capaz de producir sus propios bienes y
servicios, por lo que debía vender su trabajo al empresario para subsistir. Sin
embargo, en la época actual, proletario se refiere a cualquiera perteneciente
a la clase obrera, es decir, cualquier trabajador independientemente de sus
recursos o posición social.
10
Nacen bajo el nombre de “Kindergarten”, que en alemán refiere al jardín
de niños, o a la escuela maternal. Es en referencia a esto que, en algunos paí-
ses, a la educación de primera infancia se la denomina “Kínder”.
28 | Educar en la era digital

Owen, inspirado en las ideas del alemán Friedrich Froe-


bel, revolucionó estas instituciones, estableciendo un modelo
donde los niños no eran simplemente soldaditos vigilados y con-
trolados, sino verdaderos alumnos. Se les enseñaban rezos y can-
tos religiosos, pero también se fomentaba el trabajo en manuali-
dades, y se destacaba la importancia de actividades recreativas al
aire libre. Con la popularización de la educación inicial11, esta se
incluyó en la reglamentación gradual de la educación, que ahora
se extiende desde este nivel hasta el universitario. El impacto ge-
nerado por este nivel educativo fue tan significativo que perdura
hasta el día de hoy.

Otro hito destacable en el ámbito educativo fue la apari-


ción de las primeras escuelas técnicas, que ocupaban un lugar in-
termedio entre la educación secundaria y la universitaria. Su ob-
jetivo principal era formar a los alumnos en áreas específicas del
sector industrial para facilitar su rápida inserción laboral en las
fábricas. Estas nuevas instituciones llevaron al desarrollo de la
pedagogía, ya que era necesario crear métodos educativos más
eficientes y modernos para atender a un grupo de estudiantes mu-
cho más numeroso que en cualquier otra época de la historia.
Además, fue necesario organizar los conocimientos y los temas
de interés para proporcionar una guía clara a las escuelas sobre
los contenidos en los que debían hacer hincapié en la educación
de los alumnos.

No pasó mucho tiempo antes de que las nuevas políticas


educativas, ahora extendidas a la población, comenzarán a

11
A este nivel educativo en concreto se lo suele denominar tanto educación
inicial, como de primera infancia, así como educación parvularia. Otros térmi-
nos, como el de “preescolar” han quedado en desuso, debido a que se los
considera inadecuados. Esto se debe a que la educación inicial no prepara a
los niños para el nivel escolar, sino que es un nivel educativo en sí mismo, y al
igual que los demás, tiene como objetivo, preparar a los niños para la vida.
El camino hasta hoy | 29

revelar la existencia de niños con dificultades del aprendizaje, en


ese momento denominados como niños “anormales”12. Esta si-
tuación puso de manifiesto la necesidad de establecer un vínculo
más estrecho entre la pedagogía y la psicología, con el fin de
crear planes educativos que pudieran adaptarse a las necesidades
psicológicas individuales de cada persona. De esta manera, se
buscaba evitar que quedaran excluidos del sistema educativo por
presentar dificultades en el aprendizaje. Sin embargo, antes de
analizar cómo se establece ese vínculo, es fundamental compren-
der el papel más importante en la educación: el del docente.

12
Este término, que a la sociedad actual puede resultar incómodo, o de mal
gusto, en su etimología aparece como “Que es distinto de lo general o de lo
común o se aparta de su estado natural o de las condiciones que le son inhe-
rentes.”, así como un adjetivo que describe a aquella persona que tiene un
desarrollo físico o mental inferior al que se considera normal. Hago esta acla-
ración, para que se entienda que, aunque el uso coloquial de esta palabra
sea y haya sido peyorativo, a nivel académico era solo una referencia sin mal-
dad, hacia una condición a la que no se estaba acostumbrado a ver.
30 | Educar en la era digital
| 31

El rol del docente

A lo largo de la historia, el docente ha desempeñado un


papel fundamental en la formación de las sociedades. Desde la
antigüedad, cuando eran quienes transmitían conocimientos bá-
sicos y fundamentales a los alumnos, hasta la actualidad, con el
advenimiento de la tecnología y la educación digital, los docentes
han sido los responsables de guiar y enseñar a las nuevas genera-
ciones de futuros profesionales y ciudadanos.
Analizando toda su existencia, los docentes fueron vene-
rados y respetados como sofistas, luego como jefes de iglesia, y
finalmente, como profesionales elegantes y formadores de seres
humanos. A pesar de las múltiples transformaciones en este
campo, ciertas aptitudes se han mantenido desde el inicio de la
educación. Estas cualidades trascienden el tiempo y son funda-
mentales para el éxito en la enseñanza.

Una de las características clave de un docente en cual-


quier época, es su conocimiento y competencia en los contenidos
que enseña, ya que los docentes comprometidos dedican gran
parte de su vida al aprendizaje en una o múltiples áreas del cono-
cimiento, además de invertir tiempo y esfuerzo en la actualiza-
ción constante de sus conocimientos para brindar una educación
de calidad. Sin embargo, todo ese conocimiento no tendría valor
sin vocación. Un buen docente debe tener un amor auténtico por
su profesión, y sentir una profunda satisfacción al ver el progreso
y crecimiento de sus estudiantes. Un docente apasionado inspira
a sus alumnos y les motiva a alcanzar su máximo potencial. Pero
la pasión, por sí sola, no es suficiente; también se necesita empa-
tía y paciencia. Cada estudiante es único, y enfrentar cada desafío
educativo con altura y respeto, fomentando la confianza entre el
educador y los alumnos, es esencial.
32 | Educar en la era digital

Sin embargo, la idea del docente como mero poseedor de


conocimiento, vocación y pasión es tan solo la superficie de la
labor que realizan. Esta idea ha quedado obsoleta y ya no define
completamente la complejidad de su trabajo. Si nos quedamos
solo con estos puntos, podríamos concluir que cualquiera puede
ser un docente, siempre y cuando tenga ciertas cualidades huma-
nas básicas, y un amplio rango de conocimiento sobre un tema
en particular. Esta malinterpretación, junto con la falta masiva de
docentes para cubrir las horas necesarias, contribuye a que, en el
mundo moderno, los maestros y profesores estén cada vez menos
preparados para asumir un cargo de tanta importancia.

Si nos cuestionamos cuáles son los principales desafíos


que un docente debe afrontar, rápidamente se me ocurren cuatro:
La planificación creativa, la motivación intrínseca, la técnica do-
cente y la relación docente-parental. La planificación creativa
implica que el docente debe de adaptar sus lecciones al contexto
social y temporal de sus alumnos, evitando ejemplos, ejercicios,
ideas, o metodologías que el estudiante no pueda identificar o
entender. No debemos olvidar que, aunque los docentes están
formando a los profesionales del mañana, también son los ciuda-
danos del presente. Por lo tanto, lo que tiene sentido para el pro-
fesor no necesariamente tendrá el mismo efecto en los alumnos.

Un buen docente debe ser capaz de ajustar y actualizar


sus planificaciones según la dirección que el grupo de estudiantes
considere apropiada, ya que el docente es tan solo un guía y son
ellos quienes recorren el camino. Es un grave error que muchos
docentes cometen al planificar una vez y luego simplemente re-
utilizar las mismas planificaciones a lo largo de toda su carrera,
ya que los términos en los que fueron concebidas pueden haber
perdido relevancia en el mundo moderno, especialmente en una
época en la que el mundo cambia a una velocidad vertiginosa.
El rol del docente | 33

Existen diversos tipos de docentes, y es posible clasifi-


carlos según varios criterios; uno de los más interesantes está re-
lacionado con la planificación creativa, y se basa en el nivel edu-
cativo que enseñan. Tomemos como ejemplo a un docente de
educación inicial. ¿Qué características distintivas presenta?
Al trabajar con niños de corta edad que aún no han desa-
rrollado una psiquis compleja ni han acumulado experiencia de
vida, los docentes de educación inicial deben desplegar una crea-
tividad extraordinaria en sus planificaciones. Su tarea implica es-
timular comportamientos que despierten el interés en los niños, a
menudo utilizando colores, imágenes, sonidos, entre otros ele-
mentos. En resumen, estos docentes centran sus lecciones en cap-
tar la atención del niño, sin profundizar demasiado en los conte-
nidos en sí.

Las planificaciones en este nivel se enfocan en conceptos


más básicos como el desarrollo emocional, las habilidades moto-
ras y los fundamentos de la lecto-escritura, que se explorarán más
a detalle en etapas posteriores de la vida del niño. Es decir, los
contenidos no son prioritarios en estos niveles. Esto se debe a que
los niños a tan corta edad no pueden comprender ciertos concep-
tos altamente complejos, y también porque los docentes en este
nivel, no son especialistas en áreas del conocimiento específicas.
Por lo tanto, el énfasis recae en el desarrollo afectivo del niño,
fomentando una relación casi paternal con los estudiantes. Esta
es la razón por la que los niños en este nivel educativo a menudo
desarrollan fuertes lazos afectivos con sus maestros, una cone-
xión que rara vez se encuentra en etapas más avanzadas de su
educación.

Mientras tanto, un docente de secundaria presenta un en-


foque totalmente distinto al visto anteriormente. En estas etapas,
los contenidos desempeñan un papel fundamental en el proceso
de aprendizaje, dado a que se espera que el desarrollo emocional
y moral del estudiante haya sido moldeado anteriormente. Estos
34 | Educar en la era digital

docentes son radicalmente diferentes a los anteriores, ya que sue-


len ser expertos en una o más áreas del conocimiento, lo que da
a sus lecciones una carga de contenido elevada con el propósito
de ayudar a los estudiantes a desarrollar su perfil profesional y
laboral. Sin embargo, a cambio de esto, suelen sacrificar su co-
nocimiento en cuanto a creatividad y técnica.
Estos docentes dedican tantos años a perfeccionar su co-
nocimiento en su área de estudio que, posteriormente, a menudo
encuentran dificultades para complementar esto con una sólida
formación en pedagogía y didáctica, lo que, a su vez, limita su
capacidad para ser creativos en sus clases. Sus planificaciones
suelen ser toscas, monótonas y poco pedagógicas, aunque están
cargadas de conocimiento y contenido.

Todo esto se vuelve aún más evidente en el caso del do-


cente universitario, ya que este no trabaja con niños, sino con
adultos. Por lo tanto, debe adaptarse a la situación y presentar un
contenido y dinamismo propios de un futuro profesional. Ade-
más, la vocación educativa de los docentes universitarios suele
ser considerablemente baja. Muchos de ellos se consideran ex-
pertos en sus áreas correspondientes, y la docencia es solo una
faceta más en su carrera profesional. Esto lleva a que dediquen
muy poco tiempo a perfeccionar sus habilidades psicopedagógi-
cas, o a actualizar sus lecciones al contexto histórico de su grupo
de estudiantes, a menos que sea estrictamente necesario.
En general, en su currículum se describen como investi-
gadores, expertos, escritores de artículos, genios galardonados, y
solo al final de esa lista aparece el rol de docente.

Esto dificulta mucho la conexión con los alumnos, quie-


nes terminan más preocupados por memorizar todo el contenido
que este profesor entrega de manera casi indiscriminada, en lugar
de comprender y adquirir ese conocimiento mientras disfrutan
del proceso de aprendizaje. En casos donde un alumno se dedica
a un área que le apasiona, este tipo de docentes y sus lecciones
El rol del docente | 35

ricas en conocimiento, pero pobres en didáctica, pueden provocar


un desgaste en el estudiante. Este asociará su desmotivación con
la dificultad del contenido, y no con la metodología empleada, lo
que puede disminuir su pasión por su carrera. Por otro lado, un
estudiante que no se siente particularmente entusiasmado por el
contenido, nunca logrará desarrollar ese deseo de saber, ya que
el docente no tiene las herramientas para guiarlo en esa direc-
ción.

En conclusión, la planificación creativa debe equili-


brarse adecuadamente para lograr que el alumno aprenda de las
lecciones y, al mismo tiempo, desarrolle un vínculo con lo que
estudia. Esto le permitirá entusiasmarse con la idea de convertirse
en un profesional y transmitirá esa vocación y amor a su futuro
puesto laboral. Las lecciones no pueden limitarse a ser solo juego
y colores, como las que se dictan en educación inicial, ni tampoco
deben convertirse en un simple audiolibro de conocimiento, ca-
rente de alma y desarrollo didáctico. Es aquí donde entra en juego
la “motivación intrínseca”, que consiste en fomentar ciertas apti-
tudes y emociones que impulsan a los estudiantes a participar ac-
tivamente, y a disfrutar del proceso de aprendizaje. Además, les
ayuda a encontrar valor e identidad en lo que aprenden.

La motivación intrínseca puede ser cultivada por los do-


centes mediante un enfoque pedagógico adecuado en sus leccio-
nes y en sus respuestas ante la evolución del curso. Por ejemplo,
cuando los docentes permiten a los estudiantes participar en de-
cisiones importantes, como el ritmo o la dirección que tomarán
las lecciones, esto fomenta la autonomía y genera en el alumno
un sentido de pertenencia e independencia. Esto a su vez hace
que se sienta más cómodo con el desarrollo de la lección, ya que
ha elegido su propio camino, y no se siente obligado a seguir uno
preestablecido.
36 | Educar en la era digital

Otra forma efectiva de motivar a los estudiantes, es a tra-


vés de desafíos proporcionales, también conocidos como desa-
fíos n+113. Esto implica que las lecciones deben incorporar siem-
pre un elemento nuevo para el alumno, pero que esté estrecha-
mente relacionado a lo que ya saben. No todo el contenido puede
ser completamente nuevo y desafiante, pero tampoco puede caer
en la repetición, donde el estudiante ya conoce todo lo que se está
enseñando. Al mantener un equilibrio adecuado entre desafíos y
lecciones, el alumno será capaz de cumplir con las expectativas,
y experimentará un sentido de orgullo al superar los obstáculos
planteados, al mismo tiempo que siente que ha adquirido nuevos
conocimientos.

Sin dudas, la estrategia más efectiva para motivar intrín-


secamente a los estudiantes radica en la retroalimentación cons-
tructiva. Esta consiste en que los consejos, herramientas y críticas
proporcionados por el docente se centren en el proceso y esfuerzo
del estudiante, y no solo en los resultados de una evaluación. Por
ejemplo, al analizar los resultados de una instancia evaluatoria,
si se concluye que el grupo está muy por debajo de lo esperado,
el docente debe identificar las secciones de la lección donde se
cometieron la mayoría de los errores, analizar posibles causas y
abordarlas adecuadamente. La atención debe centrarse en el pro-
ceso de aprendizaje, y en proporcionar retroalimentación perso-
nalizada a quienes la necesiten, sin enfocarse únicamente en los
resultados finales.

13
Los desafíos n+1 son mencionados múltiples veces por diversos autores, y
poseen ese nombre ya que se denomina n al grupo de conocimientos que el
alumno ya posee, y n+1 al grupo de conocimientos que el alumno no posee,
pero está en condiciones de poseer. Algunos autores agregan también el ni-
vel n+100, para nombrar el grupo de conocimientos que el alumno no posee
y que no está en condiciones de aprender.
El rol del docente | 37

Al fomentar la motivación intrínseca, la mentalidad del


alumno experimenta un cambio radical. Ahora, su enfoque se di-
rige hacia un aprendizaje duradero, con identidad y valor. Este
cambio tiene un impacto significativo no solo en su éxito acadé-
mico, sino también en su desarrollo emocional, ya que aprenderá
a ser más activo, autónomo, y feliz.

Saliendo de este tema, otro factor que define la diferencia


entre un buen docente y uno mediocre es su técnica. Muchos au-
tores suelen confundir lo que se mencionó anteriormente (la pla-
nificación creativa y la motivación intrínseca) con la técnica do-
cente, pero en mi opinión, son dos aspectos totalmente distintos
que a veces se superponen. La técnica hace referencia a las estra-
tegias visuales, la actitud, la forma de dirigirse al alumno, y la
capacidad de simplificar y reformular conceptos sobre la marcha.
La razón principal para separarla de la planificación creativa ra-
dica en que la técnica es algo que se aprecia inmediatamente al
estar al frente del salón de clases, y la planificación, como su
nombre lo indica, es algo que se prepara con antelación.

Un docente que no posea técnica puede realizar una gran


planificación si se toma el tiempo adecuado para prepararla y
adornarla como sea posible, pero es la presentación y las formas
al enfrentarse a los alumnos lo que define a un docente con téc-
nica, en comparación con uno que carece de ella. Quizá sea uno
de los pocos aspectos de la labor docente que viene con la voca-
ción, y no tanto con el estudio14, lo que hace que los docentes que
la posean, sean altamente demandados y exitosos en sus carreras
profesionales. Un ejemplo claro de esta técnica es la forma de
expresarse que tiene el docente, la cual debe ser clara y coherente,

14
Con esto no pretendo decir que es imposible que un docente adquiera
técnica, pero generalmente aquel que siente la vocación de ser docente, la
tiene sin estudiarla. Por no hablar de que es fácilmente notable cuando uno
la posee, y cuando no.
38 | Educar en la era digital

con una velocidad moderada, y un tono agradable y enérgico. Los


docentes no deben hablar rápido ni tampoco usar un tono agre-
sivo o somnoliento, ya que esto causa distracción y pérdida de
interés en los alumnos.

Otro aspecto en el que un buen docente debe enfocarse


es evitar el uso de lenguaje complejo o coloquial15, que pueda
dificultar la comprensión de las explicaciones. Además, se debe
evitar a toda costa el uso de palabras vulgares y ofensivas, incluso
cuando se utilizan en tono jocoso. También es fundamental adap-
tar el nivel de intelectualidad y complejidad del vocabulario al
nivel de comprensión y habilidades del estudiante, evitando tratar
a los niños como adultos, y a los adultos como niños. Para fo-
mentar los conceptos previamente discutidos sobre la motivación
intrínseca, se pueden utilizar diversas técnicas. Por ejemplo,
crear situaciones continuas de preguntas y respuestas puede in-
volucrar activamente al alumno en el proceso de aprendizaje.

Otra área donde estas técnicas se entrelazan con la plani-


ficación creativa, es al evaluar las interacciones de los alumnos.
Al ofrecer juicios y retroalimentación, es crucial reconocer los
esfuerzos y resaltar las fortalezas, sin caer en adulación excesiva,
ni construir una percepción irrealista del rendimiento del alumno.
Los buenos docentes tienen la habilidad de comunicar críticas
constructivas con palabras alentadoras que orientan hacia la me-
jora del desempeño. Este enfoque no se limita únicamente a las
críticas negativas. Un error común entre los docentes sin expe-
riencia es no tener comentarios significativos a la hora de dar un
juicio positivo. Recuerda que, como docente, ocupas el rol prin-
cipal en el aula por una razón: tus capacidades y conocimientos
superan los de los estudiantes. Tu misión es orientarlos hacia el
perfeccionamiento de sus capacidades y liberar su máximo

15
Con “coloquial” me refiero a modismos y jergas que no sean fácilmente
comprensibles, o que puedan ser malinterpretadas.
El rol del docente | 39

potencial. Incluso en el caso de los alumnos sobresalientes, siem-


pre hay áreas que se pueden mejorar o perfeccionar. También,
evita la tentación de descuidar a los alumnos destacados para
concentrarte en los casos más difíciles. Este enfoque puede llevar
a que los estudiantes sobresalientes se perciban como perfectos y
crean que no tienen ningún margen de mejora, lo que a su vez
puede hacer que pierdan interés por la lección. Este efecto do-
minó suele culminar en que descuiden su rendimiento y, final-
mente, pasen de ser alumnos de alto rendimiento a convertirse en
casos problemáticos.

Habiendo dominado la planificación creativa, estando


bien versado en la motivación intrínseca, y habiendo arraigado
las técnicas docentes, uno podría pensar que es suficiente para
ser un formador exitoso. Sin embargo, existe un factor adicional
que a menudo se pasa por alto, pero que es crucial: la relación
entre docentes y padres. Estamos todos de acuerdo en que padres
y profesores son dos actores completamente separados en la edu-
cación de los individuos. No obstante, la realidad es que están
íntimamente relacionados. En la primera infancia, cuando la for-
mación emocional y motora establece los cimientos del sistema
educativo, los roles de padre y docente pueden superponerse de
manera natural y constante. Esto puede llevar a que los niños
desarrollen un afecto parental con sus educadores, creando en el
niño necesidades emotivas con ambas partes. Sin embargo, quizá
elija formar un vínculo de confianza con tan solo una de ellas.
Como consecuencia, sin una correcta comunicación entre ambas
partes, las necesidades, problemas e intereses del niño pueden
quedar ocultos para una de las dos, o incluso, en situaciones ex-
tremas, para ambas partes.

Otra consecuencia significativa que puede surgir en la


primera infancia, producto de una mala relación docente-padres
es el riesgo de una descoordinación en la crianza. Cuando los ni-
ños pasan la mitad de su día con sus “padres maestros” y la otra
40 | Educar en la era digital

mitad con sus verdaderos padres, en la mente del niño no se crea


una línea divisoria que separe lo que se aprende en el centro edu-
cativo, y lo que se aprende en casa. Sin una comunicación ade-
cuada y fluida entre ambas partes, podríamos inadvertidamente
crear una dicotomía en la mente del niño. Por un lado, el mismo
puede querer reflejar todo lo que aprende y desarrolla en el centro
educativo, y por otro lado desea manifestar lo que se fomenta
desde su hogar. Si los padres tienen una estrategia de crianza muy
distinta a la que se intenta promover desde la perspectiva del do-
cente, esto dará lugar a enfoques inconsistentes, contradicción
sentimental, confusión y estrés en el niño. Sus límites psicológi-
cos no le permiten entender cuál de las dos versiones debe seguir
como guía en su desarrollo emocional y moral.

Sin embargo, las consecuencias de la falta de comunica-


ción entre padres y docentes no se limitan únicamente a la pri-
mera infancia. Durante la adolescencia, los padres a menudo se
desvinculan de la educación de sus hijos, delegando esa respon-
sabilidad exclusivamente en los docentes. Esta falta de conoci-
miento sobre el progreso académico de sus hijos puede llevar a
la ausencia de apoyo y motivación por parte de los padres. Como
resultado, los docentes se ven privados de la oportunidad de co-
laborar para crear un entorno educativo más enriquecedor en el
hogar. En muchos casos, esta desconexión conduce a un bajo ren-
dimiento académico y problemas de comportamiento. Los do-
centes, al carecer de autoridad sobre los alumnos fuera del aula,
se ven limitados para corregir actitudes de rebeldía o faltas de
respeto. A diferencia de los docentes de primera infancia, aque-
llos que trabajan con adolescentes tienen un tiempo limitado para
interactuar con ellos. Esta limitación de tiempo dificulta la cons-
trucción de una relación de confianza, en la cual los estudiantes
estén dispuestos a abrirse emocionalmente y seguir las recomen-
daciones del docente.
El rol del docente | 41

Otra consecuencia común de esta falta de comunicación


entre el hogar y la escuela, es la dificultad para tomar decisiones
informadas. Los docentes carecen de información sobre el estilo
de vida, la calidad de vida, y las condiciones socioeconómicas de
las familias, lo que les impide ofrecer soluciones personalizadas
para situaciones extremas. Esta carencia de apoyo suele dar lugar
a sentimiento de incomprensión, depresión y falta de orientación
vocacional. En casos más graves, lamentablemente cada vez más
frecuentes, también puede desencadenar conductas autodestruc-
tivas.

Como se puede apreciar, la labor docente no es, ni nunca


ha sido, una tarea sencilla. Es por este motivo que cualquiera que
sea lo suficientemente valiente como para decidir formar parte de
ella, debe saber que este trabajo demanda mucho más que sim-
plemente saber mucho sobre algo, y posteriormente poder expli-
carlo. Hay toda una maquinaria psicológica y pedagógica detrás,
que requiere de mucho tiempo, esfuerzo y experiencia para lograr
que quede grabada a fuego en tu mente. Y todo esto se vuelve
más y más complejo día tras día, así que procedamos a ver cómo
funciona la educación moderna.
42 | Educar en la era digital
| 43

La educación, hoy

Si queremos analizar los mayores avances educativos de


la modernidad, es crucial centrarnos en el estudio de dos disci-
plinas clave: la psicopedagogía, y la didáctica. Como se explicó
en el primer capítulo, el rol del docente ha ido evolucionando a
lo largo de la historia, adaptándose a diferentes contextos y res-
ponsabilidades. La labor psicológica y empática del educador,
que ahora consideramos esencial, es en realidad un fenómeno re-
lativamente moderno. Con el avance y la consolidación de la psi-
copedagogía en el ámbito educativo, parece que el problema
siempre estuvo presente, pero ahora se ha vuelto más evidente,
gracias al análisis científico que hemos aplicado en el sistema.

La psicopedagogía se define como la ciencia que estudia


los procesos del aprendizaje, con el objetivo de detectar, estudiar
y mejorar el desarrollo educativo, para reducir la influencia de
las dificultades del aprendizaje que afectan a los estudiantes. Esta
disciplina nos ayuda a identificar alteraciones negativas causadas
por factores externos, como la falta de nutrición apropiada, pro-
blemas familiares, falta de sueño adecuado, o dificultades de con-
centración en el niño, entre otros. Al fusionar la pedagogía y la
psicología, se esperaba desarrollar un nuevo campo de conoci-
miento que proporciona una herramienta infalible para crear un
sistema educativo “perfecto”. Un sistema que equilibrara las ne-
cesidades y dificultades del estudiante, las responsabilidades y la
vida del docente, y los objetivos académicos y sociales del sis-
tema.

En sus inicios, los resultados fueron impresionantes


tanto por la rapidez con la que se descubrieron, como por su
44 | Educar en la era digital

efectividad. En pocos años, el enfoque del alumno cambió de ser


simplemente un receptáculo de conocimiento, a ser visto como
un ser humano con necesidades y desafíos que el docente debe
reconocer y superar, para guiar a los estudiantes en su formación
académica y personal. Además, la psicopedagogía también dio
visibilidad a diversas dificultades o deficiencias de los alumnos,
que antes eran ignoradas o pasadas por alto, como el déficit de
atención, los trastornos hiperactivos, los casos menos evidentes
de autismo, etc. Un ejemplo de su impacto, es el concepto de
“Conocimiento escalonado”16, que establece que, para adquirir
conocimiento, este debe ser presentado de manera procedural, en
lugar de ser presentado como una verdad absoluta desde la infan-
cia.

Para los que no lo entienden aún, aquí va un ejemplo.


Considera las siguientes explicaciones sobre el proceso de la fo-
tosíntesis: «La fotosíntesis o función clorofílica es un proceso
químico que consiste en la conversión de materia inorgánica a
materia orgánica gracias a la energía que aporta la luz solar. En
este proceso, la energía lumínica se transforma en energía quí-
mica estable, siendo el NADPH (nicotín adenín dinucleótido fos-
fato) y el ATP (adenosín trifosfato) las primeras moléculas en las
que queda almacenada esta energía química. Con posterioridad,
el poder reductor del NADPH y el potencial energético del grupo
fosfato del ATP se usan para la síntesis de hidratos de carbono a
partir de la reducción del dióxido de carbono (CO2).»17

«La fotosíntesis es un proceso mediante el cual los organismos


vegetales y algunas bacterias son capaces de crear materia orgá-
nica a partir de materia inorgánica y luz. Esto es lo que diferencia
a los organismos autótrofos, capaces de sintetizar su propio

16
El conocimiento escalonado suele ser citado bajo el nombre de “Scaffol-
ding”.

17
Extraído de Wikipedia
La educación, hoy | 45

alimento a partir de sustancias inorgánicas, de los heterótrofos,


que necesitan alimentarse de organismos autótrofos o de otros
heterótrofos. Gracias a los cloroplastos y al proceso de fotosínte-
sis, estos ingredientes se acaban transformando en glucosa y oxí-
geno. El oxígeno es expulsado de vuelta a la atmósfera, para ser
utilizado por los demás seres vivos para respirar, mientras que la
glucosa se utiliza para proporcionar energía a la planta y producir
compuestos como proteínas, almidón o lípidos, entre otros»18

«La fotosíntesis es un proceso que realizan las plantas, con el fin


de crear sus propios alimentos a partir de varios elementos que
encuentran en su ambiente: luz del sol, dióxido de carbono y
agua. Las plantas y árboles realizan este proceso para alimentarse
y crecer. Es importante ya que durante este proceso se libera oxí-
geno, que luego los animales y los seres humanos respiramos.»19

¿Cuál es la diferencia entre estas tres explicaciones? A


simple vista se puede apreciar que la primera de ellas está clara-
mente dirigida a un estudiante que tiene una formación en quí-
mica y biología, mientras que la segunda está orientada a un
alumno que comprende procesos químicos y compuestos. La ter-
cera está dirigida hacia alguien que, probablemente por primera
vez en su vida, se encuentra con el término “fotosíntesis”. Esta
diferenciación por niveles del conocimiento fue impulsada por
los descubrimientos de la psicopedagogía a comienzos del siglo
XX. Antes de eso, el alumno independientemente del nivel edu-
cativo, era visto como alguien que debía aprender distintos con-
ceptos e ideas de memoria, sin importar si los comprendía o no.
El maestro tenía la verdad absoluta; entraba al salón de
clases y les decía a los niños que dos más dos es cuatro, luego los
niños lo repetían hasta memorizarlo. No importaba si entendían

18
Extraído de EcologiaVerde

19
Extraído de Educapeques
46 | Educar en la era digital

el concepto de suma, el concepto de dos, el concepto de igual o


el concepto de cuatro, ya que no era necesario que cuestionaran
el conocimiento que el maestro impartía. Lo que él decía siempre
se aceptaba como cierto, y el rol del alumno era memorizar tanto
conocimiento como fuera posible.

Por este motivo, los maestros no percibían ninguna ne-


cesidad de separar los conocimientos por niveles. “¿Importa si
un alumno sabe lo que es un carbohidrato? No, lo que realmente
importa es que comprenda qué es la fotosíntesis.” Esta era la
mentalidad previa a la psicopedagogía; se enseñaba sin importar
si el alumno comprendía los conceptos o no. Si un estudiante po-
día recitar de memoria las definiciones que el maestro había men-
cionado, incluso si no las entendía en lo absoluto, se consideraba
un éxito académico. Gracias a la idea de guiar al alumno en su
conocimiento, en lugar de simplemente proporcionar respuestas,
surgieron conceptos como la formación multinivel o conoci-
miento escalonado. Ahora, se fomenta que los niños, jóvenes y
adultos en el sistema educativo comprendan los conceptos que se
les enseñan, en lugar de simplemente memorizarlos. Este enfo-
que, junto con la nueva conciencia sobre las dificultades en el
aprendizaje, eliminó prácticas como los castigos físicos y las hu-
millaciones por falta de conocimiento. Además, sentó las bases
para que la educación fuera reconocida como un derecho humano
universal.

La psicopedagogía ha transformado la educación, do-


tando tanto a alumnos como a docentes de un enfoque más hu-
mano, que se centra en formar seres pensantes en lugar de sim-
plemente máquinas de conocimiento. Esta es la principal diferen-
cia moderna entre nuestro sistema educativo actual, y los men-
cionados en el primer capítulo. No obstante, tras los avances edu-
cativos que esto presentó, los investigadores y educadores co-
menzaron a tener dudas sobre hacia dónde dirigir la psicopeda-
gogía, luego de todos sus éxitos iniciales. A principios del siglo
La educación, hoy | 47

XX era comprensible que esta unión fuera tan relevante, ya que,


a pesar del desarrollo de la pedagogía a lo largo de la historia, se
necesitaba un estudio más exhaustivo de la psiquis humana para
lograr llegar al punto al que estamos hoy.
Sin embargo, este problema parece estar resuelto ahora.
A excepción de pequeños detalles, como el desarrollo de mejores
modelos educativos orientados a las nuevas tecnologías y sus
efectos sobre la mente humana, parece que la psicopedagogía no
tiene mucho más que aportar.

Otro dilema que se presenta es que, por muy científica


que sea, la psicopedagogía no es tan rigurosa como otras disci-
plinas. Esto se debe a que, cuando hablamos de ciencia, nos re-
ferimos a un estudio basado en el método científico. Debido a la
juventud de la psicología, y al hecho de que los efectos de la mo-
dernidad en la mente humana seguirán cambiando, la psicopeda-
gogía está limitada por los avances en el campo de la psicología.
Esta ciencia aún no tiene la rigurosidad y la meticulosidad de las
disciplinas más avanzadas, ni existe un método probado para su
estudio en la educación. Es decir que, aunque en el futuro la psi-
cología lograra tener la meticulosidad y rigurosidad necesaria
para compararse con las ciencias duras, como la física, matemá-
ticas, o química, aun así, no tendría un método desarrollado y
probado que nos proporcione conclusiones pedagógicas certeras,
ni que nos ayude a desarrollar modelos educativos mejores que
los actuales.

Sin embargo, todo esto es poco comparado con lo que,


para mí, es la mayor falencia de la psicopedagogía. Pero para
abordar este tema, necesitamos comprender otro concepto edu-
cativo que ha cobrado mucha fuerza en los últimos cuarenta años.
La didáctica, a menudo referida como el “hijo bastardo” de la
psicopedagogía, es una rama que estudia las técnicas y metodo-
logías de enseñanza en sí misma. Mientras que la pedagogía se
encarga de entender el proceso de aprendizaje, la didáctica se
48 | Educar en la era digital

enfoca en desarrollar los métodos que utilizan los docentes para


transmitir el conocimiento. En pocas palabras, es un manual de
educación.

Su existencia es un producto de la fusión entre la peda-


gogía y la psicología, ya que al entender que los estudiantes no
son máquinas, ni simples receptáculos de conocimiento, se com-
prende la necesidad de desarrollar metodologías de aprendizaje
que no consistan en introducir información de manera forzosa en
los alumnos. En cambio, estas metodologías deben servir como
ayuda para que los estudiantes comprendan y adquieran dicha in-
formación de manera más suave y natural. Para lograr esto, es
fundamental entender cómo funciona la mente del estudiante:
qué estímulos los hacen concentrarse, qué efectos tienen las di-
ferentes estrategias en los distintos perfiles individuales, y cómo
se pueden aprovechar los nuevos recursos para enriquecer el pro-
ceso de aprendizaje, entre otros aspectos. Podemos definir su ob-
jetivo como el desarrollo de metodologías educativas que fomen-
ten el desarrollo integral de los estudiantes, favoreciendo factores
psicológicos como la comprensión, la curiosidad y la integración.

Para comprender cómo funciona la didáctica, es necesa-


rio entender el proceso de desarrollo de un método educativo, en
consonancia con la psicopedagogía actual. El primer paso im-
plica conocer los agentes que participan en el acto didáctico: el
docente, quien promueve y orienta el aprendizaje; el discente
(alumno), a quien se dirige el aprendizaje; los objetivos, que son
las metas educativas que se espera alcancen los discentes; la ma-
teria, que constituye el conjunto de contenidos que deben ser en-
señados (generalmente parte del temario o currícula); el método,
que es el procedimiento seguido para alcanzar los objetivos en la
materia; y el contexto, que comprende el escenario geográfico,
cultural, social y temporal en el que se desarrolla el proceso edu-
cativo. Esto se traduce en la creación de un método de enseñanza,
que incluye procedimientos que el docente puede utilizar para
La educación, hoy | 49

guiar al discente hacia los objetivos de la materia, siempre te-


niendo en cuenta el contexto de la sociedad en la que tiene lugar
dicho proceso.

El segundo paso implica comprender la currícula educa-


tiva, que es un sistema de organización para el proceso educativo
que consta de cuatro puntos: los objetivos, los contenidos, la me-
todología, y la evaluación. La currícula abarca todos los aspectos
relacionados con la educación, y tiene como objetivo proporcio-
nar una estructura que garantice y avale los conocimientos, habi-
lidades, aptitudes requeridas por los estudiantes a nivel nacional.
Actúa como un manual sobre el cual los docentes realizan el pro-
grama educativo, y sus respectivas planificaciones. Es impor-
tante señalar que la currícula es un ente dinámico, ya que puede
modificarse según el contexto histórico, las necesidades de la so-
ciedad, los conocimientos relevantes y las profesiones aspiracio-
nales, y los intereses políticos de las naciones.

La planificación se basa en la currícula y en la aplicación


de diversas metodologías, combinadas con el conocimiento del
docente, para guiar a los estudiantes hacia el logro de los objeti-
vos académicos. Para completar el proceso de creación de una
metodología educativa, solo falta una evaluación para asegurar-
nos de que hemos tenido éxito en la aplicación de nuestro mé-
todo. Esta evaluación puede consistir en un proyecto, una prueba,
un examen, una exposición, o cualquier otra variante. Es impor-
tante aclarar que, aunque los resultados de esta evaluación oca-
sionalmente pueden proporcionar información sobre casos indi-
viduales, generalmente solo sirven como indicadores globales
del grupo evaluado y, por lo tanto, de la metodología del docente.
En otras palabras, lejos de ser un juicio en el que los alumnos
basan su éxito educativo individual, esta evaluación debe enten-
derse como una herramienta o guía que permite al profesor cono-
cer las principales fortalezas y debilidades, así como servir de
50 | Educar en la era digital

autoevaluación para identificar áreas de enfoque necesarias para


cumplir con los objetivos

Sin embargo, para la correcta aplicación de la didáctica


no es suficiente con crear un método de enseñanza, ya que tam-
bién se requiere un componente empático y motivacional. Es
esencial que el docente despierte el interés de los alumnos para
fomentar su participación activa en su proceso formativo. Esto
generalmente se logra estableciendo conexiones entre la infor-
mación que se pretende enseñar y el mundo real en el que los
estudiantes se convertirán en ciudadanos y profesionales en el
futuro. Es fundamental tener en consideración el contexto histó-
rico para que estas conexiones sean creíbles para el estudiante.
Por lo tanto, se descarta el uso de ejemplos con profesiones no
aspiracionales o ya extintas, así como referencias a conceptos que
los estudiantes no puedan relacionar con su propia experiencia.

Con todo lo expresado anteriormente, podemos definir


seis pilares fundamentales de la didáctica: los objetivos, los con-
tenidos, las metodologías, las evaluaciones, los recursos y el con-
texto. En conjunto con la psicopedagogía, forman la dupla mo-
derna que define los sistemas educativos contemporáneos, es de-
cir, los que tenemos hoy en las aulas de todo el mundo. La apli-
cación de estos conceptos fue lo que permitió que no solo los
estudiantes fueran vistos como partícipes activos de su educa-
ción, sino que también logró la integración de todos los indivi-
duos, incluyendo a aquellos con dificultades del aprendizaje. Hoy
en día, todas las personas, independientemente de sus capacida-
des individuales, posición socioeconómica, o aspiraciones profe-
sionales, pueden acudir a los centros de formación para recibir
una adecuada guía hacia su éxito académico.

Gracias a esto, la educación ya no es un privilegio, sino un dere-


cho y una obligación. Sin embargo, a pesar de estar en la época
más moderna posible, no hemos mencionado las tecnologías de
La educación, hoy | 51

la información, ni el papel actual del docente, ni cómo todo esto


ha impactado sobre los alumnos. Comenzaremos por este último
punto.
52 | Educar en la era digital
| 53

Sección II:
Consecuencias de la modernidad.
54 | Educar en la era digital
| 55

La especialización educativa.

Una de las consecuencias más evidentes de la moderni-


dad en la educación es. sin lugar a dudas, la especialización.
Quizá no lo hayan notado, pero cada vez las carreras universita-
rias son más específicas y acotadas en su rama del conocimiento,
haciendo que áreas como la ingeniería se ramifiquen en ingenie-
ría informática, ingeniería eléctrica, ingeniería industrial, entre
otras. A su vez, se ha observado que países que favorecen este
tipo de oficios terminan fragmentando aún más estas ramas,
creando especialidades dentro de la ingeniería informática, diver-
sificaciones como el desarrollo de software, ciberseguridad, ad-
ministración de tecnología, y muchas más.

La realidad es que la especialización llegó para quedarse,


ya que esta tiene características propias de lo que se suele deno-
minar “Adaptación social evolutiva”, que consiste en un conjunto
de medidas que se adoptan en una sociedad, cuando hay desafíos
que amenazan la supervivencia y el bienestar de sus miembros.
Pero no entremos en eso aún, y centrémonos en una pregunta que
durante mucho tiempo dio vueltas por mi mente: ¿Por qué ya no
hay sabios? Tales De Mileto, Sócrates, Aristóteles, Platón, Pí-
taco, Quilón. Todos ellos son considerados sabios de la antigüe-
dad, seres humanos que vivieron hace mucho tiempo, y que son
considerados sabios porque eran eruditos en prácticamente todo
el conocimiento existente en esos tiempos. Parecía que lo sabían
todo; eran conocedores de medicina, física, astronomía, matemá-
ticas, filosofía, química, biología, geometría, ingeniería, etc. No
había pregunta que intimidara a estos grandes genios.
56 | Educar en la era digital

Teniendo en cuenta que vivieron hace más de dos mil


años, y que no tenían todas las facilidades que tenemos hoy para
obtener información sobre cualquier tema, parecería lógico que
la condición de sabio fuera algo sumamente extendido en la ac-
tualidad. Pero nada más lejos de la realidad, ya que pareciera que,
desde aquel entonces, la existencia de sabios se ha reducido con-
siderablemente, llegando prácticamente a cero en la actualidad.
Ya no encontramos sabios, ni existe gente erudita en todas las
ramas del conocimiento, ni siquiera en múltiples áreas. Más bien,
la tendencia, como mencioné anteriormente, se inclina hacia la
especialización. En otras palabras, los profesionales cada vez sa-
ben más de una rama específica del conocimiento, pero a cambio,
desconocen parcial o totalmente el resto de ellas.

Hace mucho tiempo, de la mano de un gran profesor de


filosofía, encontré una posible respuesta al porqué de esto: la can-
tidad de conocimiento que existía en esa época, es apenas un por-
centaje ínfimo de la cantidad de conocimiento que tenemos hoy.
En aquellos tiempos, era relativamente sencillo para personas
con suficiente tiempo y dinero dedicarse por completo a la cien-
cia y al estudio, obteniendo todo el conocimiento disponible en
ese momento, que no era mucho. Además, gran parte de ese co-
nocimiento, aunque revolucionario y novedoso en su época, es
miles de veces menos complejo y detallado que el que desarro-
llamos en la actualidad.
Esta explicación no busca menospreciar a los genios que
sentaron las bases de toda la ciencia moderna. Sin embargo,
desde la perspectiva del siglo XXI, aquellas preguntas a las que
dieron respuesta están varios órdenes de magnitud por debajo de
las que nos planteamos hoy, en cuanto a su complejidad y funda-
mentalidad.

Así que la respuesta a la pregunta con la que inicié este


capítulo parece ser evidente y sencilla: La cantidad de conoci-
miento que tenemos hoy en día y la complejidad del mismo, están
La especialización educativa | 57

tan por encima de los niveles de la antigüedad, que nos han obli-
gado a delimitar nuestro conocimiento general. Visto de esta ma-
nera, la especialización educativa es la respuesta natural a este
hecho, en una sociedad donde el conocimiento se segmenta para
que, ante cualquier problema que surja, haya un profesional ex-
perto en ese campo específico. Esto permite que, por muy com-
plejo que sea el problema, la profundidad del conocimiento de
este profesional le permita abordarlo adecuadamente, y encontrar
una solución de manera eficaz.

Sin embargo, considero que este razonamiento, aunque


satisface a la mayoría de los autores, resulta insuficiente para ex-
plicar la especialización que vivimos en la actualidad. En primer
lugar, afirmar que los desafíos enfrentados por los sabios del pa-
sado eran de menor complejidad que los actuales, me parece una
perspectiva egocéntrica desde el punto de vista generacional.
Hoy en día, tareas como detectar un planeta que orbita en nuestro
sistema solar, o estudiar los ciclos estelares, no se consideran de
una complejidad elevada. Esto se debe no solo a los siglos de
estudio astronómico acumulado, sino también a los instrumentos
de medición y protocolos de estudio desarrollados a lo largo de
miles de años de perfeccionamiento teórico y práctico.

Los sabios antiguos no contaban con dicha instrumenta-


ción, ni siquiera tenían la ventaja de la experiencia previa, o la
posibilidad de compartir sus resultados con sus pares. Su apren-
dizaje se basaba en ser discípulos de otro sabio y, a partir de una
colaboración conjunta, llegaban a conclusiones y resultados teó-
ricos. Luego, se veían obligados a imaginar, diseñar y materiali-
zar ellos mismos cualquier instrumento, experimento y análisis
de datos necesario para poner a prueba sus hipótesis. Incluso si
observamos figuras más recientes, como Sir Isaac Newton, a
quien considero el físico y genio más importante de todos los
tiempos, nos damos cuenta de que, en el desarrollo de sus contri-
buciones a la física, como sus famosas leyes de la dinámica, o la
58 | Educar en la era digital

ley de la gravitación universal, tuvo que depender de sus propias


creaciones matemáticas. Estas creaciones eran esenciales para la
formulación de la mecánica clásica, y son el cálculo diferencial e
integral. Es decir que, para inventar la física tal como la conoce-
mos hoy en día, Newton no solo necesitaba un profundo conoci-
miento del máximo estudio de la naturaleza del universo, sino
también ser un matemático y genio creativo capaz de inventar
una rama completamente nueva de las matemáticas, sin prece-
dentes, que pudiera ser utilizada en sus posteriores trabajos en
física.

Sin embargo, aunque es el más conocido, no es el único


caso que evidencia este egocentrismo generacional mencionado
anteriormente. Aristarco de Samos fue un astrónomo griego de la
antigüedad, quien fue el primero en proponer un enfoque serio al
modelo heliocéntrico, que sostiene que los planetas, incluida la
tierra, orbitan alrededor del Sol, no alrededor de la Tierra (aunque
generalmente esto se atribuye a Nicolas Copérnico). Todo esto lo
logró sin la posibilidad de utilizar mega telescopios como los ac-
tuales, ni de observar paralajes estelares, ni tampoco pudo estu-
diar con precisión las órbitas de los demás planetas. Solo con-
tando con geometría bastante imprecisa y su ingenio, Aristarco
calculó que la distancia Tierra-Sol era mucho más grande que la
distancia Tierra-Luna. Al relacionar esto con el hecho de que el
Sol y la Luna se ven aproximadamente del mismo tamaño en el
cielo, dedujo que el astro rey debía ser mucho más grande que
los otros dos cuerpos celestes.

Con este razonamiento, Aristarco notó que, si las estre-


llas estaban mucho más lejos de lo que se pensaba, esto podría
resultar en que, aunque la tierra orbitara alrededor de otro objeto,
el paralaje estelar no sería perceptible. Este era uno de los gran-
des problemas que surgen al considerar que la Tierra no era el
centro del sistema solar. Para aquellos sin conocimientos en as-
tronomía, el paralaje es un efecto visual que hace que, al moverse
La especialización educativa | 59

un objeto con respecto a otros, los demás objetos parecen mo-


verse entre ellos también. Este fenómeno es extremadamente útil
para medir distancias entre objetos, pero en el caso de la Tierra
el problema no era el paralaje en sí, sino su ausencia. En términos
sencillos, el hecho de que las estrellas se movieran muy poco en
relación a ellas mismas, sugería que la Tierra era un objeto fijo
en el centro del sistema solar.

La explicación de Aristarco de Samos logra abordar per-


fectamente esto con la Tierra orbitando alrededor de otro objeto,
lo que inclinó la balanza hacia el heliocentrismo. Así, usando su
conocimiento básico de geometría, astronomía y matemáticas,
fue capaz de proponer hace más de 2200 años la posibilidad pal-
pable de que la tierra no fuera el centro del sistema solar. Si te-
nemos en cuenta que el modelo heliocéntrico de Copérnico fue
propuesto hace poco menos de 500 años, resulta fascinante ver
cómo, con tan limitados recursos experimentales y escaso estudio
previo, ya eran capaces de plantear problemas y soluciones que
sorprenden a los genios más eruditos de la historia moderna.

Todo esto sirve como evidencia de que el argumento


egocéntrico que afirma que la complejidad de los problemas ac-
tuales nos impiden ser eruditos en más de un área del conoci-
miento, no tiene ningún sustento histórico. Por lo tanto, debe ha-
ber otro motivo que explique por qué ese nivel de conocimiento
parece estar limitado a los sabios de la antigüedad y no a los pro-
fesionales actuales. Después de darle muchas vueltas en mi
mente, concluí que, sí, hay otro motivo, y ahora me tomaré el
tiempo de compartirlo con ustedes.
Adquirir conocimiento no es tarea sencilla; requiere
tiempo, esfuerzo, dedicación y un poco de suerte. Aunque somos
la especie más inteligente conocida, lamentablemente estamos
atravesando una de las peores épocas posibles para la adquisición
de conocimiento. En unas pocas décadas, hemos pasado de com-
partir tiempo con nuestras familias, y conectarnos con la
60 | Educar en la era digital

naturaleza, a dedicar ese tiempo a la tecnología, el estudio y el


trabajo. Por supuesto que en todas las épocas de la humanidad se
ha estudiado y trabajado; no es algo nuevo. Sin embargo, lo que
sí es novedoso son los efectos en nuestra mente, producto de la
exposición prolongada al mundo moderno, la tecnología y la glo-
balización. Esto se conoce como “Tecnoestrés”, un término que
los expertos utilizan para describir el estrés causado por tener que
adaptarse constantemente a nuevas tecnologías y formas de vida.

La mente humana no está diseñada para la inmensa can-


tidad de estímulos, cambios y presiones a los cuales la somete-
mos día tras día, producto de nuestra rutinaria necesidad de estar
conectados a internet. La tecnología, originalmente concebida
para facilitar nuestras vidas, está causando un sinfín de proble-
mas a nivel psicológico y fisiológico, a los cuales estamos ha-
ciendo caso omiso, fingiendo que no están ahí, mientras intenta-
mos una y otra vez realizar tareas tan complejas como adquirir
conocimiento y aplicarlo. Este es un factor que a menudo se pasa
por alto al comparar las generaciones.
El estrés que enfrenta un trabajador o un estudiante en el
mundo de hoy, es incomparablemente mayor que el estrés que
tuvieron que soportar las generaciones previas. Estudios demues-
tran que el tecnoestrés genera múltiples alteraciones, como pos-
turas inadecuadas, falta de concentración y de atención, fatiga,
cansancio mental, agotamiento cognitivo, ansiedad, disminución
del rendimiento laboral, adicción y la necesidad de estar perma-
nentemente conectado, trastornos del sueño, y muchos otros que
aún ni siquiera conocemos.

Si ya es difícil estudiar debido a la cantidad de conoci-


miento que debemos adquirir, añádele a eso la falta de concen-
tración, el cansancio mental y la falta de sueño causados solo por
el hecho de estar viviendo en el mundo moderno. Pero va más
allá, ya que este estrés se multiplica en el tiempo, ya que a mayor
tecnología y más conectividad, mayores son sus efectos y más
La especialización educativa | 61

complicado se vuelve contrarrestarlo. Con la pandemia del 2020,


todos, incluyendo profesionales y estudiantes, experimentaron
un mundo aún más dependiente de la tecnología, en el cual tuvi-
mos que idear mecanismos de estudio y trabajo que solo podían
realizarse mediante el uso de internet, sumado a la presión del
confinamiento y la incertidumbre. Aún es demasiado pronto para
tener un estudio que proporcione cifras exactas, pero no sorpren-
dería en lo más mínimo que futuros estudios muestran que el
tecnoestrés, la falta de sueño y la incapacidad de los profesiona-
les y estudiantes de realizar su trabajo hayan aumentado en los
últimos dos o tres años mucho más de lo que lo han hecho en las
dos últimas décadas.

Pero esto no termina aquí, ya que, en los últimos tiem-


pos, los seres humanos hemos desarrollado un nuevo miedo, una
fuente de estrés aún más profunda en el mundo moderno: el
miedo a ser reemplazados. Una obra de teatro que representa esto
de manera muy completa es “Mateo”, una representación artís-
tica ambientada en el siglo pasado, pero que refleja problemas y
situaciones vigentes. En esta obra, se critican numerosos aspec-
tos de la sociedad, como la falta de comunicación en la familia,
la necesidad y pobreza, y el que más me interesa para esta redac-
ción: la tecnología.
En esta obra, el padre de la familia, quien es conductor
de carroza, ve como su empleo se reduce cada vez más debido a
la creciente presencia de automóviles. Sin embargo, en lugar de
adaptarse y convertirse en conductor de automóviles (Como fi-
nalmente hará su hijo mayor) prefiere defender su “honor”, insis-
tiendo en que no permitirá que la tecnología le robe su empleo.
Esto provoca que no pueda generar suficiente dinero para alimen-
tar a su familia, llevándolo a endeudarse. A lo largo de la trama,
el padre se enoja con su familia, con los automóviles y consigo
mismo, pero nunca se cuestiona la posibilidad de adaptarse al
nuevo mundo al que ahora pertenece. Podría sacar adelante a su
62 | Educar en la era digital

familia y vivir dignamente si aceptara que el mundo avanza, y


que debe adaptarse.

Es relevante mencionar que este hombre llega incluso a


intentar cometer un delito para pagar sus deudas, sin considerar
que hay formas morales y legales para evitarlo. Esta obra ilustra
la postura de millones de personas en la actualidad, quienes en
lugar de aceptar el avance constante del mundo y adaptarse, eli-
gen luchar en una batalla perdida por una falsa necesidad de pro-
teger su humanidad, sin darse cuenta de que los únicos afectados
por tal decisión, son ellos mismos. Si bien los seres humanos so-
mos la especie más avanzada e inteligente que conocemos, desde
hace varias décadas hemos creado una nueva forma de inteligen-
cia, que nos ha estado superando día tras día en diversas tareas:
la inteligencia artificial. Esta tecnología ha sido potenciada y me-
jorada desde las sombras, desplazando antiguos empleos y elimi-
nando carreras universitarias.

Sin embargo, gracias a la innovación tecnológica, este


desplazamiento no se ha sentido tan intensamente, ya que ha
creado tantos trabajos y especializaciones como los que ha elimi-
nado. Hoy en día, las personas deben de estudiar carreras muy
específicas y altamente especializadas para competir con las má-
quinas en el mercado laboral. Esto ha añadido un componente de
estrés para los estudiantes, que ahora deben asimilar una cantidad
cada vez mayor información técnica y especializada. Esta situa-
ción también afecta a los trabajadores, quienes viven con la cons-
tante presión de que, en cualquier momento, podría surgir una
máquina capaz de realizar su trabajo de manera más eficiente, a
coste cero. Esto los dejaría sin empleo, obligándolos a buscar otra
fuente de ingresos y, en muchos casos, sin los estudios necesarios
para hacerlo. En este contexto, estas personas tienen solo dos op-
ciones: reintegrarse en el sistema educativo (lo cual, dependiendo
de la edad y las responsabilidades personales, puede ser una tarea
titánica), o comprometer las finanzas de su hogar al quedar
La especialización educativa | 63

desempleados o al aceptar trabajos menos estables y mal remu-


nerados.

Este estrés causado por la presión que ejerce la automa-


tización en el mundo moderno, ha transformado la percepción
sobre la educación. Estudiar ya no se ve como una forma de sa-
ciar la sed natural de conocimiento del ser humano, sino como
una especulación a futuro. Las carreras elegidas deben ser cada
vez más específicas y especializadas para evitar que una máquina
desplace a las personas del mercado laboral, antes de que siquiera
tengan la oportunidad de ingresar en él.
La exposición a la tecnología, la presión constante sobre
estudiantes y trabajadores, la necesidad de innovación para gene-
rar empleos, la demanda de especialización para competir en un
mundo cada vez más competitivo, y las consecuencias de salud
que esto conlleva. Todo esto es una bomba de tiempo que exige
una respuesta inmediata, mientras estos problemas siguen cre-
ciendo a un ritmo exponencial, superando nuestras capacidades
humanas. Es por este motivo que resulta imposible para cualquier
persona, considerar añadir más conocimiento a esa montaña de
ansiedad. Esta si es una respuesta coherente y, desde mi perspec-
tiva, explica por qué ya no hay sabios.

Además, consideremos un último componente de grave-


dad: esta tendencia del tecnoestrés y la presión educativa se mul-
tiplica con cada generación, es decir. Los hijos de los actuales
graduados universitarios tendrán que enfrentar un nivel de pre-
sión y ansiedad tecnológica muy superior al actual. Un modelo
educativo como este, es todo menos sustentable. Si continúa cre-
ciendo como hasta ahora, o incluso más rápido, en una o dos ge-
neraciones habremos superado nuestra capacidad psicofísica.
Nuestros cerebros y capacidad cognitiva se verán afectados desde
la infancia, y se agotará la fuerza laboral mundial. Es crucial bus-
car soluciones alternativas, y cambiar esta tendencia antes de que
lleguemos a un punto sin retorno.
64 | Educar en la era digital

Dejemos de hablar en potencial, hablemos de números.


¿Qué tan complicada está la situación hoy? En 2018, Microsoft
realizó un estudio en el que encuestó a 20.000 empleados euro-
peos de 21 naciones. El estudio reveló que, a pesar de tener ac-
ceso a una abundancia de tecnología, solo el 11,4% de los en-
cuestados se sentían altamente productivos. La principal razón
citada para esta baja productividad, fue la abrumadora cantidad
de correos electrónicos, mensajes y notificaciones diarias. La
presencia de la tecnología en el lugar de trabajo se percibía más
como una distracción constante que impedía la concentración. Es
evidente que necesitamos un cambio en nuestro estilo de vida,
antes de que empeore y nos sumerja en la ansiedad y la miseria.

En cuanto a los estudiantes, el escritor John Pugliano,


autor de un polémico libro20 sobre el tema. En el mismo, afirma:
"Cualquier trabajo que sea rutinario o predecible, será hecho
por un algoritmo matemático en cinco o diez años más". ¿Qué
tan cierto es esto? Según Pugliano, las carreras populares que re-
quieren estudios de nivel terciario o superior, y que están más
amenazadas por la automatización en términos de velocidad de
avance son: medicina, abogacía, arquitectura, economía, seguri-
dad y milicia, especialmente la fuerza aérea.

En el caso de la medicina, tecnologías como “Sedasys”


de Johnson&Johnson21, que ya han sido aprobadas y probadas,

20
El libro de Pugliano es titulado “The Robots are Coming: A Human's Survi-
val Guide to Profiting in the Age of Automation", o por su traducción al espa-
ñol, “Vienen los robots: una guía de supervivencia humana para ganar dinero
en la era de la automatización"

21
Johnson&Johnson es una empresa estadounidense que fabrica y vende
productos de salud y cuidado personal. En el área farmacéutica, desarrollan
medicamentos recetados. En el campo de productos médicos, fabrican dispo-
sitivos y suministros para hospitales y profesionales de la salud. Su objetivo
La especialización educativa | 65

pueden automatizar aplicaciones anestésicas de bajo nivel, como


las usadas en colonoscopias. Los cirujanos ya están utilizando
tecnologías similares para respaldar procedimientos de anestesia
no invasiva. En este punto, el médico controla el funcionamiento
de las máquinas y se están desarrollando y perfeccionando siste-
mas robóticos que pueden realizar diferentes procedimientos au-
tomáticos en tejidos artificiales.

En el caso de la abogacía, la automatización se centra


principalmente en tareas de oficina y en el análisis de datos para
investigación mediante software de análisis sintáctico, en lugar
de en las tareas específicas judiciales que requieran de presencia
humana. El sistema judicial posee cierta similitud con el sistema
educativo, en aspectos como la dificultad de automatizarlo tec-
nológicamente, y su resistencia al mundo moderno.
En arquitectura, los softwares de análisis y producción
3D pueden reemplazar completamente el trabajo de los arquitec-
tos, especialmente en proyectos prediseñados o estandarizados
que no requieran creatividad. Sin embargo, esta excepción es efí-
mera, y con el desarrollo de las inteligencias artificiales basadas
en modelos de generación creativa, podrían realizar también esa
parte del trabajo.

En economía, la automatización afecta principalmente a


los contadores y asesores financieros, lo cual ya es una realidad
en los estudios económicos más importantes del mundo. La inte-
ligencia artificial puede manejar la gestión de grandes cantidades
de datos, por lo que su potencia de cálculo le da una ventaja con-
siderable en cuanto al análisis de mercados financieros y cálculo
económico.
En cuanto al área militar, la milicia automatizada ha es-
tado en desarrollo durante años, con los ejércitos más avanzados
del mundo invirtiendo gran parte de sus presupuestos en

es mejorar la salud y el bienestar de las personas a través de la innovación y


la calidad.
66 | Educar en la era digital

vehículos no tripulados. Por otro lado, la seguridad callejera tam-


bién se está volviendo más automatizada, con radares, cámaras y
sistemas de telepeaje, sustituyendo gradualmente a los agentes
humanos, quienes quedan principalmente relegados a operativos.
Sin embargo, estas son solo las carreras que requieren estudios
superiores. Otros empleos, como el de chofer, podrían desapare-
cer mucho más rápido, y los trabajos que ocupen tareas comple-
jas en una computadora podrían desvanecerse incluso antes que
lo hicieron los empleos industriales.

Indudablemente, este tema es muy interesante para ana-


lizar, ya que nos ofrece una perspectiva sobre la creciente presión
a la que se enfrentan los estudiantes, mientras se espera de ellos
los mismos resultados que generaciones pasadas pudieron obte-
ner. Y si pensaban que eso era todo, están equivocados. Como
todo en la vida, esto puede complicarse aún más. Hasta ahora
solo hemos hablado de los estudiantes y los jóvenes profesiona-
les, pero ¿qué ocurre con el resto de los actores del sistema edu-
cativo?
| 67

El docente moderno.

En una época en la que parece que todos los sectores es-


tán siendo dominados por las máquinas, la labor docente emerge
como uno de los últimos bastiones de la humanidad. Resulta que
automatizar labores complejas que requieren empatía y sensibi-
lidad humana, más que pura lógica y cálculos, no es tan sencillo.
La figura del docente encarna estos conceptos a la perfección, ya
que implica una vocación muy profunda, en un trabajo estresante,
mal remunerado, pero fundamental para el desarrollo integral de
los ciudadanos en una sociedad moderna.

A pesar de las diversas figuras que conforman el sistema


educativo, podemos estar de acuerdo en que la más importante y
compleja de todas, es la del docente. Este desempeña un papel de
autoridad en el aula, pero al mismo tiempo debe ser empático y
estar familiarizado con las necesidades individuales de un grupo
diverso de seres humanos, la especie más compleja de todas.
Además de ser un formador en el ámbito profesional y acadé-
mico, el docente también tiene una responsabilidad humanitaria
y social. Debe encontrar el equilibrio adecuado entre ambos para
formar futuros profesionales, pero también ciudadanos social-
mente conscientes.
El docente tiene la tarea de cumplir con los objetivos del
curso, sin que este se vuelva tedioso ni aburrido. Debe reconocer
y atender las dificultades de aprendizaje que pueden surgir en
cada uno de los alumnos, desarrollando un papel que a veces
puede resultar molesto para los estudiantes, pero que al mismo
tiempo requiere establecer vínculos humanos significativos con
ellos. Además, debe evaluar el desempeño de sus alumnos (y, por
ende, el suyo propio) utilizando métodos estandarizados de
68 | Educar en la era digital

manera arbitraria. Los resultados subjetivos de las evaluaciones


se convierten en guías para redirigir el curso hacia una dirección
más productiva, sin que ésta se aparte demasiado de la original,
y termine interfiriendo con el programa y los objetivos estableci-
dos.

Todo esto implica un delicado equilibrio, ya que el do-


cente debe evitar el agotamiento, lo que podría hacerlo menos
productivo, empático y racional. Este fenómeno es conocido
como “síndrome de burnout” o “desgaste profesional”. El mismo
refiere al estrés causado por la vida laboral, especialmente
cuando los objetivos personales del trabajador no se alinean con
los del trabajo que realiza. Quienes lo experimentan suelen sentir
una frustración dirigida hacia su labor, lo que genera desinterés,
desmotivación e irritabilidad, además de cansancio físico y men-
tal. Este síndrome es muy común en trabajos que requieran un
trato directo con desconocidos, como el servicio de atención al
cliente, o también en aquellos realizados en entornos altamente
estresantes, como la docencia y la aviación, aunque puede mani-
festarse en cualquier campo laboral.

Como puedes apreciar, la labor del docente es todo me-


nos sencilla. La presión que genera la importancia de su rol, la
gran cantidad de información con la que deben trabajar, la falta
de tiempo de ocio como resultado de las numerosas horas de tra-
bajo no remunerado, y la necesidad de enseñar en múltiples cen-
tros educativos debido a los bajos salarios, convierten la labor
docente en una actividad propensa a generar un estrés grave en
quienes la ejercen. Pero, ¿esto siempre fue así? Si lo analizamos
desde el bajo nivel de cambio que el sistema parece haber sufrido
en la modernidad, podríamos pensar que el rol del docente no ha
experimentado cambios tan drásticos a lo largo de la historia. Sin
embargo, aunque ciertos aspectos de esta profesión se han man-
tenido desde la antigüedad, como la transmisión de conocimien-
tos del docente al alumno, la sociedad moderna ha atribuido valor
El docente moderno | 69

a otros aspectos clave de la educación. De hecho, para adaptarse


a los cambios y necesidades actuales, un docente hoy debe poseer
ciertas características distintivas, que no eran necesarias en nin-
gún otro momento de la historia humana.

En primer lugar, un docente moderno debe dominar las


nuevas tecnologías y utilizar recursos digitales para fomentar la
interacción con los estudiantes y promover un aprendizaje más
participativo. Además, es fundamental adoptar un enfoque cen-
trado en el estudiante. A diferencia de la enseñanza magistral tra-
dicional, el aula moderna se preocupa por conocer las necesida-
des individuales de cada estudiante, por lo que diseñar activida-
des y evaluaciones que fomenten la creatividad de los alumnos,
se ha vuelto algo fundamental.
Otra característica clave de un docente moderno es fo-
mentar habilidades de alta demanda en el mundo laboral, como
el pensamiento crítico, la resolución de problemas, la colabora-
ción, la comunicación efectiva y la alfabetización digital. Si com-
paramos las aptitudes necesarias para ser docente en la actuali-
dad, con las que tenían los docentes en la antigua Grecia, en la
Edad Media o incluso en la época moderna, la realidad es que
hoy son infinitamente más complejas e intelectualmente exigen-
tes. Por lo tanto, no es sorprendente que el estrés derivado de su
desempeño haya crecido de manera exponencial.

Esto solo considera el aumento de responsabilidades,


pero también se debería tener en cuenta lo que hablamos ante-
riormente, donde prácticamente todas las profesiones están a un
paso de ser reemplazadas. Actualmente, alrededor del 5% de to-
das las profesiones existentes son completamente automatizables
utilizando tecnologías ya desarrolladas y probadas. Aunque esta
cifra pueda parecer pequeña, es importante tener en cuenta que
aproximadamente el 60% de las profesiones tienen componentes
que podrían ser automatizados, lo que representa, como mínimo,
un 30% del total de la profesión. Estimar cuánto tiempo tomará
70 | Educar en la era digital

que las máquinas ocupen el 50% de todas las actividades labora-


les mundiales sigue siendo difícil, ya que depende de factores
técnicos, económicos y sociales que determinarán el ritmo y el
alcance de la automatización. Sin embargo, los estudios más op-
timistas sugieren que esto podría ocurrir para el año 2030, mien-
tras que las predicciones más pesimistas se extienden sólo vein-
ticinco años más, apuntando al año 2055 como el momento en el
que el 50-50 será alcanzado.

Esto implica que, incluso en las circunstancias más pesi-


mistas posibles, la tecnología podría desplazar a entre 400 y 800
millones de personas de sus empleos, en poco más de treinta años
como máximo. Teniendo en cuenta que la culminación de un tí-
tulo universitario dura actualmente entre cuatro y diez años, y
que un gran número de las carreras elegidas por los estudiantes
se encuentran en el top veinte de las más fácilmente automatiza-
bles, un gran número de estas personas no serán capaces de en-
contrar otro empleo. Esto podría resultar en aproximadamente
375 millones desplazadas, que representan el 14% de la fuerza
profesional mundial, y que no podrán reincorporarse al mercado
laboral.

Sumado a esto, la población mundial sigue creciendo año


a año, lo que implica la necesidad de crear más empleos para sa-
tisfacer la demanda. Esta situación reduce aún más las probabili-
dades de encontrar trabajo para aquellos con educación universi-
taria en campos no técnicos. Un estudio del WEF (World Econo-
mic Forum) en 2020 determinó que, aunque el número de em-
pleos destruidos será superado por la cantidad de empleos crea-
dos, la creación de puestos de trabajo está disminuyendo, mien-
tras que la destrucción de estos está acelerando. Basado en las
proporciones de crecimiento en empleos técnicos y empleos que
no requieren titulación universitaria, el WEF estima que, para
2025, al menos 85 millones de empleos serán reemplazados por
máquinas, mientras que solo se crearán 97 millones. Además, en
El docente moderno | 71

los empleos creados se requerirá de habilidades técnicas y titula-


ción profesional, mientras que la mayoría de los empleos despla-
zados serán aquellos que no requieran dichas certificaciones.

Esto implica que, aunque todavía se están creando más


puestos de empleo, la brecha no es significativamente grande, y
además no logra reintegrar al mercado laboral a los trabajadores
ya desplazados. Esta situación se asemeja a una carrera entre dos
autos, donde el primero tiene una ventaja sobre el segundo de un
kilómetro de distancia, pero viaja a 20 km/h mientras que el se-
gundo se desplaza a 80 km/h. Además, el primer auto está des-
gastado y pierde combustible, mientras que el segundo se mejora
durante el trayecto. Es evidente quién perderá la carrera, y es fácil
deducir que el momento en que el segundo alcance y supere al
primero, ocurrirá más temprano que tarde.

Pero es importante aclarar que todo lo anteriormente


mencionado solo toma en cuenta trabajos fácilmente automatiza-
bles, ya que en su mayoría requieren de almacenar grandes can-
tidades de datos para luego utilizarlo en la creación de respuestas
o acciones que puedan ser perfeccionadas mediante entrena-
miento. Por lo tanto, podría parecer que la labor del docente está
a salvo por ahora. Sin embargo, si somos meticulosos, la realidad
es que estas estimaciones solo tienen en cuenta las tecnologías ya
probadas y en el mercado, sin considerar que mañana mismo po-
dría lanzarse una nueva tecnología superior. Ya hemos tenido un
ejemplo de esto con las inteligencias artificiales, específicamente
con una muy popular llamada “ChatGPT”.
Este modelo de lenguaje se basa en la arquitectura de in-
teligencia artificial GPT22, y puede generar respuestas inmediatas

22
GPT es un modelo de aprendizaje automático basado en inteligencia artifi-
cial que utiliza una red neuronal llamada Transformer. Se pre-estrena en
grandes cantidades de datos de texto para aprender patrones y estructuras
lingüísticas, y luego se ajusta para realizar tareas específicas, como buscar in-
formación en tiempo record. Es capaz de comprender y generar texto
72 | Educar en la era digital

a preguntas complejas de cualquier campo del conocimiento, e


incluso simular una clase real, y evaluar los resultados de tus pro-
pias interacciones. Puede ser usada para revisar texto, para gene-
rarlo, para evaluarlo, para compararlo, incluso para resumirlo.
Esto ha despertado ciertas alarmas sobre si su creación puede sig-
nificar el primer paso para la desaparición de los docentes, ya que
sus características parecen orientarse en esa dirección. Sin em-
bargo, en mi experiencia tanto como usuario de nuevas tecnolo-
gías, y como docente, puedo afirmar, sin miedo a equivocarme,
que este no es el caso.

La principal razón por la que no considero que esta revo-


lución está orientada hacia la desaparición de los docentes, no
solo se basa en que aún necesita mucho desarrollo para ofrecer
una crítica verdaderamente pedagógica e individualizada, sino
también porque los análisis fríos, donde se evalúa según paráme-
tros preestablecidos, no suelen dar lugar a feedback que pueda
ser interesante para el alumno.
No obstante, considero que la tecnología GPT es una de
las más poderosas creadas hasta la fecha, y debe implementarse
de inmediato en el aula. No solo por su utilidad potencial, sino
también por cómo puede impactar positivamente en la reducción
de responsabilidades y, por ende, en la disminución del agota-
miento. Es decir, que el problema creado por las nuevas tecnolo-
gías podría ser solucionado por ellas mismas, logrando que la re-
lación entre tecnología y educación avance hacia ser una dupla
tan poderosa y revolucionaria como lo fueron la psicopedagogía
y la didáctica en el siglo pasado.

Me alegra ver que esta vez la acción se tomó a tiempo.


Normalmente cuando una nueva tecnología se pone de moda, los
primeros en utilizarla hasta el cansancio suelen ser los más jóve-
nes, mientras que los adultos y los docentes no nos enteramos de

coherente, lo que lo hace útil para aplicaciones de conversación y asistencia


basadas en IA.
El docente moderno | 73

su existencia ni de sus utilidades. Para cuando finalmente comen-


zamos a incorporarlas al aula, a los jóvenes ya no les interesa y
les resulta anticuada, por lo que deja de ser útil. Sin embargo,
con ChatGPT, hubo un interés sin precedentes por parte del
cuerpo docente en aprender sus usos y limitaciones. Aunque tal
vez este interés se deba a las alarmas que advierten acerca de las
capacidades de estas tecnologías, es digno de celebración que se
manifieste un interés educativo de implementar herramientas tan
poderosas. Esto parece significar que los docentes están per-
diendo el miedo a la tecnología, y que hay un interés interno en
desarrollar currículas más atrevidas y pertinentes para la época
en la que vivimos.

En concreto, ChatGPT podría ser implementado en el


aula para prácticas de idiomas, revisión de escrituras, y respues-
tas inmediatas a dudas concretas, como la búsqueda de un sinó-
nimo, o de la etimología de una palabra, así como para ayudar a
crear formatos de texto fácilmente replicables. Vinculado a esto,
uno de los desafíos clásicos para los educadores modernos es li-
diar con una nueva generación de estudiantes que están fuerte-
mente acostumbrados a recibir estímulos constantes, gracias a los
dispositivos y formas de entretenimiento actuales. Estos jóvenes
son conocidos como “nativos digitales”: nacieron conectados a
internet, y se han acostumbrado desde muy temprana edad a la
inmediatez que ofrece la tecnología. Esto ha llevado a que sean
impacientes, con un rango de atención sostenida extremadamente
bajo, apenas unos pocos segundos23. Además, dado que se comu-
nican principalmente a través de las redes sociales, sus habilida-
des sociales interpersonales se han visto reducidas, lo que se tra-
duce en dificultades para escuchar y expresarse adecuadamente.

23
Hay muchos estudios sobre este tema, lo que ha vuelto difícil concluir cuál
es el tiempo exacto de atención sostenida de los nativos digitales. Sin em-
bargo, no hay ninguno que concluya un tiempo superior a los 10 segundos.
74 | Educar en la era digital

Crecer con el internet también los ha hecho dependientes


de la web para investigaciones personales, lo que los lleva a evi-
tar fuentes no digitales, como libros o enciclopedias. Aunque
toda la información parece estar digitalizada hoy en día, esto se
convierte en un problema cuando se combina con su necesidad
de inmediatez. Los nativos digitales tienden a conformarse con
la primera fuente de información que encuentran, sin cuestionar
ni consultar a expertos. Teniendo en cuenta que el sistema edu-
cativo actual no está fomentando el aprendizaje y la utilización
de la tecnología con fines académicos, significa que las nuevas
generaciones no están siendo instruidas en cómo investigar ade-
cuadamente, ni en desarrollar un enfoque crítico hacia sus lectu-
ras. Los docentes se encuentran en la difícil posición de solucio-
nar este problema sin tener la capacidad de modificar la currícula.

Aunque afirmar categóricamente que los educadores


modernos llevan la carga más pesada de la historia podría ser un
poco egocéntrico desde un punto de vista generacional, es inne-
gable que su labor requiere un nivel de formalidad y habilidades
psicopedagógicas sin precedentes. Esto se debe principalmente a
que hemos dirigido la educación hacia la adquisición de conoci-
mientos, la diversidad, y la preparación para una forma de vida
basada en la especialización. En un mundo que cambia a un ritmo
vertiginoso, no podemos permitirnos ser estáticos. A pesar de lo
difícil que pueda ser, debemos adaptarnos a los cambios, las ac-
tualizaciones y la continua modernización que caracterizan nues-
tra era. Así, podemos prepararnos para lo que el futuro, muy pro-
bablemente, nos tiene reservado.
| 75

El futuro de la humanidad.

La Biblia es uno de los libros más antiguos de la huma-


nidad, y, sin embargo, no es difícil encontrar similitudes entre los
escritos de las partes más antiguas de la Biblia y los eventos mo-
dernos. Esto se debe a dos razones: en primer lugar, los seres hu-
manos de hoy somos exactamente iguales a los seres humanos
del 900 a.C, y aunque nuestras costumbres, sociedades e intere-
ses cambian, la naturaleza humana que reside en nosotros sigue
siendo la misma. En segundo lugar, las historias que se relatan en
la Biblia simbolizan situaciones que son inherentemente huma-
nas, como el miedo a la muerte, los desafíos de la vida social y,
por supuesto, enfrentarse a adversarios más poderosos que noso-
tros mismos.

Una de estas historias es la conocida como “David y Go-


24
liat” . Por si nunca has tenido la oportunidad de leerla, se trata
del enfrentamiento entre David, un joven y pequeño pastor de
ovejas que había sido ungido recientemente por el profeta Sa-
muel como el próximo rey de Israel (aunque nadie lo sabía), y
Goliat, un mercenario filisteo de casi tres metros de altura, con
una fuerza incomparablemente grande, que nunca había perdido
una batalla. Ambos bandos estaban en guerra, y Goliat envió un
desafío al ejército israelita: si algún miembro del ejército lo ven-
cía en un combate uno a uno, la guerra terminaría. Durante 40
días, el desafío se mantuvo en pie, pero nadie tuvo el valor sufi-
ciente para aceptarlo, ni siquiera el rey Saúl. David, a petición de
su padre, fue al campamento israelita para llevar comida y agua
a sus hermanos, quienes eran miembros del ejército. Fue allí

24
Esta historia forma parte del antiguo testamento, y la cual podemos en-
contrar en el libro de 1 Samuel 17:1-58.
76 | Educar en la era digital

donde se enteró del desafío, y se indignó al ver que nadie tenía el


coraje de enfrentar al gigante. David decidió aceptar el desafío,
lo que llegó a oídos del rey Saúl. Sorprendido por la aparición de
un voluntario, el rey se presentó ante él. A pesar de la increduli-
dad del mismo debido a la juventud y el tamaño de David, deci-
dió apoyarlo y le ofreció su armadura y espada personal. Sin em-
bargo, éstas eran demasiado grandes y pesadas para él, por lo que
optó por combatir con su ropa de pastor, armado únicamente con
una honda que usaba para alejar a los depredadores de su rebaño.

Cuando se encontraron cara a cara, Goliat se burló al ver


que su oponente era tan solo un joven bajito y débil. Sin embargo,
David no se intimidó, y proclamó en voz alta que venía en nom-
bre de Dios. A pesar de la insistencia de Goliat para que se acer-
cara y tuvieran un enfrentamiento cuerpo a cuerpo (en el cual
David sin duda perdería), este no se dejó engañar. En su carrera
hacia Goliat, decidió lanzar una piedra con su honda que impactó
en la cabeza del gigante, haciéndolo caer al suelo. Rápidamente
corrió hasta Goliat, le quitó la espada y le cortó la cabeza.

Si bien esta idea originalmente hace alusión al poder de


Dios, y a la necesidad de confiar en Él, el público general le ha
dado otra interpretación: no importa que tu rival sea más fuerte,
ya que, aunque todas las variables jueguen en tu contra, si utilizas
adecuadamente tus fortalezas, puedes salir victorioso. Es aquí
donde encontramos una posible solución a nuestro problema. Si
establecemos un paralelismo, el enfrentamiento entre los huma-
nos y las máquinas es similar al contexto de esta historia bíblica.
Las máquinas son como Goliat, un rival que desafía con arrasar
en esta guerra y que parece ser superior en todo sentido a su rival,
que somos nosotros. Por lo tanto, si la situación es similar, quizá
la solución también lo sea. No me refiero a lanzar piedras a las
máquinas, sino a utilizar aquello en lo que las superamos, y an-
teponer eso a sus virtudes: la creatividad. Las máquinas son ex-
celentes aprendiendo, agilizando y mejorando las tareas que
El docente moderno | 77

realizamos, pero no son tan buenas diseñando y creando estas ta-


reas. Frente a un problema, las máquinas podrán implementar rá-
pidamente una solución de manera eficiente, pero no serían ca-
paces de crear dicha solución.

La razón por la que estamos perdiendo esta guerra no


tiene nada que ver con que nuestro rival sea mejor que nosotros,
sino con que estamos intentando vencerlos en algo para lo que
fueron diseñados para superarnos. No importa cuánto estudien,
cuánto se esfuercen, o cuánto perfeccionen millones de técnicas
distintas, ningún ser humano será capaz de aprender, calcular, al-
goritmizar, almacenar y analizar mejor que una máquina desde el
momento de su creación. Es por esta razón que encuentro muy
poco inteligente de nuestra parte seguir fomentando carreras que
se basen en mejorar esas habilidades, así como seguir estudiando
en un sistema educativo que premia habilidades como la memo-
rización y la algoritmización. Esta estrategia es negligente e inú-
til, y solo facilita el trabajo de las máquinas para eliminarnos del
mercado laboral.

Hoy en día, el estándar de los exámenes sigue siendo mo-


tivo de debate. A menudo, los profesores enseñan una gran can-
tidad de información que forma parte de un temario, y se espera
que los alumnos memoricen la mayor cantidad posible de este
conocimiento, para demostrarlo en los exámenes. La calificación
que obtienen en función de cuánto de este conocimiento has me-
morizado se percibe como un indicativo de tu éxito en el estudio,
y la eficacia de tus métodos de aprendizaje. Sin embargo, a me-
dida que analizamos más a fondo los exámenes, es evidente que
no sólo son ineficaces para evaluar habilidades individuales, sino
que también se centran en aspectos que son irrelevantes en el
mundo moderno, como la memorización o el aprendizaje de
grandes cantidades de información aparentemente desconectada.
78 | Educar en la era digital

El sistema educativo debería poner un énfasis en dos


áreas fundamentales. En primer lugar, se debería enseñar a los
estudiantes a utilizar la tecnología de manera efectiva como una
herramienta de conocimiento, fomentando la capacidad de bus-
car información sobre cualquier tema, y la habilidad para identi-
ficar fuentes confiables. En segundo lugar, se debería promover
la creatividad, permitiendo a los estudiantes aplicar el conoci-
miento adquirido para resolver problemas de manera creativa e
innovadora. Este enfoque dejaría de crear profesionales automa-
tizados y, en su lugar, fomenta la formación de individuos inno-
vadores, disruptivos, y altamente capaces intelectualmente. Estos
individuos serían expertos en áreas en las que las máquinas no
pueden superar a los seres humanos. De esta manera, podremos
sobresalir en la modernidad, formando una nueva relación con la
tecnología que nos permitiría alcanzar la libertad creativa y des-
estresante. Esto contribuye a reducir el tecnoestrés, como mí-
nimo, a niveles que nuestra mente pueda manejar sin problemas,
evitando así las consecuencias psicofísicas.

En cuanto al síndrome de burnout, también podríamos


beneficiarnos de maneras inesperadas. Con currículas modernas
basadas en el uso adecuado de la tecnología, pero con un enfoque
más creativo y menos mecánico, es posible reducir considerable-
mente los efectos producidos por la presión laboral en los docen-
tes. Estas currículas son más flexibles, permitiendo su adaptación
a casos más individualizados, lo que las vuelve dinámicas en
comparación con las currículas clásicas y monótonas. Al combi-
nar la creatividad humana con los beneficios de la tecnología, se
facilita el desarrollo de evaluaciones y recursos educativos más
entretenidos tanto para implementar como para diseñar, disminu-
yendo el desgaste causado por la monotonía.
Además, al centrarse en las competencias y habilidades
relevantes para el mundo moderno, estas currículas abandonan el
enfoque en la memorización de lo visto en clase. Desde el punto
de vista del estudiante, esto fomenta el pensamiento crítico y la
El docente moderno | 79

resolución de problemas. Pero también existen beneficios para el


profesor, como la percepción de un mayor sentido de propósito y
relevancia en lo que hacen, que se traduce en mayor motivación
y entusiasmo por el trabajo realizado.
Los beneficios no terminan aquí, ya que la integración
tecnológica y moderna de currículas actualizadas facilita el desa-
rrollo de materiales educativos más interactivos, y posibilita la
creación de una cultura de colaboración entre docentes, y de do-
centes a alumnos. Esto reduce la carga administrativa de la labor
docente, que es la más propensa a generar agotamiento y
desánimo, permitiendo que se centren en la enseñanza y la plani-
ficación creativa, áreas en las que son expertos.

Y como si todo esto fuera poco, los modelos de trabajo


orientados hacia la modernidad y la correcta relación entre las
habilidades creativas humanas, y las capacidades automatizadas
de las máquinas, han demostrado ser superiores en cuanto a la
gestión de la salud mental de aquellos que desempeñan trabajos
de alto estrés. Eliminar del trabajo todas esas horas de carga ad-
ministrativa, replicación constante y monotonía, libera tiempo en
el día del docente, que puede ser utilizado para gestionar el estrés
y mantener un equilibrio sano entre la vida laboral y perso-
nal. Por ejemplo, puede dedicar ese tiempo a pausas activas, ac-
tividades físicas, o incluso a realizar cursos flexibles que ayuden
a mejorar sus habilidades psicopedagógicas y didácticas. A los
buenos docentes les encanta actualizar sus metodologías, y capa-
citarse para desempeñar su trabajo de la manera más adecuada.
Aquel que solo quiera estudiar una vez, y luego realizar lo mismo
durante toda su vida profesional, déjeme advertirle que se en-
cuentra en el rubro equivocado

Desde la pandemia del 2020, se ha observado una clara


tendencia hacia el trabajo remoto, que parece haber llegado para
quedarse. Este trae consigo grandes beneficios, como la gestión
del tiempo de la que estamos hablando. Al trabajar desde casa, es
80 | Educar en la era digital

posible adaptar tus horarios para desarrollar hábitos alimenticios


adecuados, realizar actividades físicas o incluso tener momentos
de relajación mental. Todas estas ventajas son impensables con
el trabajo presencial, y eso sin considerar los ahorros en trans-
porte, las comodidades del hogar, y las facilidades que propor-
ciona para pasar tiempo con la familia.

Todo esto suena como un sueño utópico, donde la edu-


cación y la tecnología se han convertido en aliados inseparables,
trabajando juntos por un mundo mejor. Sin embargo, en la vida
las cosas rara vez son tan sencillas. Es muy bonito e idílico hablar
de esto en el papel, pero ¿qué pasa con la realidad? Aquí, aquellos
que toman decisiones y manejan la educación no suelen ser los
profesionales ni los expertos, sino los políticos. Así que, si que-
remos entender la educación en el mundo moderno, es necesario
hablar de política, y de cómo esta puede entrar en conflicto con
los objetivos educativos de una sociedad moderna.
El docente moderno | 81

Sección III:
El Estado presente.
82 | Educar en la era digital
| 83

¿Quién toma las decisiones?

La educación es una herramienta poderosa e importante


en el desarrollo de una sociedad, por lo que no es sorprendente
que sea el eje central de la mayoría de los discursos políticos y
los planes de gobierno de cualquier partido en todo el mundo. Si
alguna vez has leído alguno de mis escritos previamente publica-
dos, sabrás que no oculto mi aversión hacia la política. Aunque
no me considero un anarquista, creo que los seres humanos nos
hemos acostumbrado a delegar las tareas difíciles a los políticos,
dándoles el poder para tomar decisiones sobre aspectos críticos
de nuestra vida, como la salud, la educación, la seguridad, la jus-
ticia, y el desarrollo.

Nuestra propia pasividad nos ha llevado a creer falsa-


mente que los políticos pueden hacerlo todo mejor que nosotros
mismos. Esto ha generado en la sociedad un rechazo al sector
privado y una afinidad hacia el público, llegando a considerar al
primero como un oportunista y egoísta, y al segundo como un
benefactor social. Aunque entiendo que mi posición no es parte
de un lobby tan difundido como otras ideas, considero que tengo
argumentos sólidos para sostenerla. Desde mi perspectiva, todas
las opiniones son respetables si se basan en un razonamiento vá-
lido y surgen de un pensamiento crítico personal. Incluso las
ideas más alocadas pueden resultar atractivas, si quienes las di-
funden creen en ellas debido a su propio razonamiento. Por otro
lado, las ideas más formales e intelectuales pueden parecer bana-
les si sus comunicadores son meros seguidores sin cuestionar.

En la política, el comunicador puede ser tan importante


como el mensaje, y es por eso que, aunque mi análisis se orienta
84 | Educar en la era digital

hacia una idea política personal, considero que tiene todos los
argumentos para ser respetado, ya que se basa en mi propio razo-
namiento y pensamiento crítico.
Hablar de política siempre genera controversia, y las
ideas que no son compartidas, acaban siendo tildadas de sesga-
das. El análisis educativo presente en este libro fue realizado por
mí, que al igual que todos los demás seres humanos, tengo una
posición ideológica. Sin embargo, esto no quita que mi análisis
está respaldado en el estudio de hechos históricos comprobables.
Aclarado esto, podemos comenzar.

Es innegable que la mayoría de los seres humanos esta-


mos de acuerdo con que la educación es fundamental, y debemos
dedicar todos nuestros esfuerzos a su desarrollo continuo. Sin
embargo, al igual que con las leyes de un país, resulta imposible
que todos decidamos conjuntamente cómo se gestionará la edu-
cación en todo el territorio nacional. Esto abre la puerta para que
la educación se convierta en una herramienta política en manos
del Estado, utilizada por unos pocos como moneda de cambio
ante la sociedad. Las políticas educativas y las promesas de cam-
paña se convierten en instrumentos para comprar el voto popular,
sin mecanismos efectivos a nivel social que garanticen a los vo-
tantes que aquellos a quienes eligen, cumplan con sus promesas.

Este escenario representa un peligro sin precedentes para


cualquier sociedad, ya sea desarrollada o en vías de desarrollo,
ya que siembra en la mente colectiva las semillas del autorita-
rismo estatal. Este mecanismo inmoral y violento ha sido histó-
ricamente usado por diversas ideologías para llenar las mentes de
los ciudadanos con discursos de odio y adoctrinamiento. Ejem-
plos de ello los encontramos en el nazismo alemán, al fascismo
italiano, el franquismo español, y en casos más recientes, en dic-
taduras o autocracias ideológicas como las de Venezuela, Cuba,
China, Corea del Norte, y gran parte del continente africano.
¿Quién toma las decisiones? | 85

A modo de explicación para aquellos que consideran


exagerada la comparación entre sistemas genocidas como el na-
zismo de Hitler o el comunismo alemán previo a la caída del
muro de Berlín en el año 1989, con un sistema actual en el que
se eligen candidatos e ideas democráticamente y con amplia par-
ticipación ciudadana, es importante entender que aunque las atro-
cidades de estos regímenes no se reproduzcan en la misma escala
hoy en día, los cimientos ideológicos y los mecanismos sociales
que desencadenaron tales situaciones vergonzosas y sumamente
criticables en la historia humana son, exactamente, los mismos
que fomentan este funcionamiento falaz, autoritario y censurador
que encontramos en varias partes del mundo moderno.

Sin embargo, es fundamental aclarar que esta acusación


de gran magnitud no está vinculada a ningún partido y/o ideolo-
gía política específica, ya que no surge de la elección democrá-
tica de una idea o conjunto de ideas sobre otras, sino más bien
del acto tiránico, antidemocrático y autoritario de aquellos que
censuran y limitan el debate, así como la libre expresión de la
soberanía inherente al ciudadano. En otras palabras, utilizar la
educación u otras preocupaciones legítimas como medio político
para atraer al votante y, posteriormente, imponer un modelo per-
sonal como el único válido, utilizando el poder del Estado y los
fondos fiscales para eliminar la competencia de ideas y proyec-
tos, representa un fallo en el sistema democrático independiente-
mente de la ideología que se profese. Además, cabe destacar que,
ya sea bajo un gobierno conservador y privatista, o bajo uno pro-
gresista y estatista, el mecanismo violento mediante el cual se
controla y regula la libertad individual, así como la forma en que
se financian estas medidas, sigue siendo el mismo.

Esto implica que, sin las garantías necesarias, el Estado


puede conspirar en contra de la población, utilizando la educa-
ción como medio. Esto obliga a la sociedad a realizar un esfuerzo
extra a la hora de votar, investigando y profundizando por medio
86 | Educar en la era digital

de las tecnologías modernas en las verdaderas dinámicas internas


de los partidos políticos.

Sin embargo, este proceso requiere cierto dominio de la


investigación y un carácter autónomo. Todo ese esfuerzo sería en
vano si la currícula no está alineada con la tecnología y la mo-
dernización. Quizás puedas pensar que esto ya está sucediendo,
ya que las nuevas tecnologías tienen el potencial de mejorar la
educación de los jóvenes, y representan la evolución natural del
paradigma, que siempre está influenciado por las necesidades de
la época. Pero te sorprenderá saber que, a pesar de que las TIC
han sido parte de nuestra vida cotidiana hace casi un cuarto de
siglo, no parece haber habido avances significativos en este as-
pecto. Entonces, ¿qué hace que sea diferente esta vez?
Para responder a esta pregunta, debemos plantearnos otra
más básica: ¿Por qué el contexto social de una época impacta de
manera tan directa en el paradigma educativo y, por ende, en la
currícula? Como mencioné anteriormente, es el gobierno de las
naciones quien regula la currícula en última instancia y, por lo
tanto, determina la dirección de la educación. En realidad, la de-
cisión de modificar este camino no responde a las necesidades de
la sociedad, sino a la necesidad política de controlar la tendencia
revolucionaria de los pueblos.

A finales del siglo XIX, cuando Uruguay era un país na-


ciente, el paradigma educativo apuntaba hacia el patriotismo y el
nacionalismo. El sistema educativo se utilizaba como herra-
mienta para que la población sintiera amor y devoción por su tie-
rra natal, algo digno de ser defendido. Esto creaba un sentimiento
de lealtad que facilitaba la entrega del poder y el control a aque-
llos que defendían la patria. La intención oculta en este senti-
miento patriótico, era inculcar en el pueblo la necesidad de solo
depender de un gobierno interno, y que la población no sintiera
la tentación de unirse a otros países nacientes que tuvieran
¿Quién toma las decisiones? | 87

mejores proyecciones, como en su momento lo eran Argentina y


Brasil.

Después de la Revolución Industrial, estas ideas evolu-


cionaron hacia el orgullo obrero, y la dignificación del trabajo.
Esto permitía tener mano de obra barata, dispuesta a trabajar en
condiciones inhumanas, con la creencia de que su sacrificio con-
ducirá a un futuro mejor para sus familias. En este contexto, sur-
gieron lemas que idealizaban el proceso de ascenso en la pirá-
mide social, y que generaban en los estudiantes el deseo de sacri-
ficarse para que su descendencia tuviera las oportunidades que
ellos no tuvieron. A pesar de que esta narrativa era en gran me-
dida una falacia, ya que la movilidad social era limitada, y si un
niño nacía en una familia de obreros, probablemente acabaría
siendo obrero también. Sin embargo, la esperanza que proporcio-
naba era suficiente para que las personas aceptaran condiciones
de vida y trabajo extremadamente precarias. Este sentido de es-
peranza se convirtió en una pantalla que ocultaba la explotación
de los gobiernos, manteniendo a las personas en estas condicio-
nes, sin despertar sus instintos revolucionarios.

Como se puede apreciar, el cambio paradigmático en la


educación apunta hacia una dirección donde el contexto es el ac-
tor principal, pero el verdadero objetivo es el control social.
Comprender esto hace que sea mucho más sencillo entender por
qué las aulas no se ha modernizado a la misma velocidad que
avanzan las tecnologías; la información a la que se puede acceder
con el uso adecuado de las mismas es tan crucial y vasta, que
podría incitar a un pueblo a rebelarse contra el gobierno.
Se busca que las tecnologías entren al aula porque es la
naturaleza del sistema, pero al mismo tiempo deben evitar que lo
hagan en un potencial donde sean incontrolables y capaces de
desencadenar una revolución. Este dilema político convierte la
modernización del aula en un tema polémico. Aunque a lo largo
de los años han existido proyectos, como el Plan Ceibal, que han
88 | Educar en la era digital

buscado impulsar estas ideas, resulta difícil ignorar que estos pro-
yectos fueron iniciativas gubernamentales. Esto me lleva a con-
cluir que estos esfuerzos fueron cuidadosamente diseñados para
no ser tan exitosos como podían serlo, debido a las posibles con-
secuencias que esto podría acarrear. Incluso podría afirmar que
modernizar el sistema para integrar las nuevas tecnologías podría
ser un error. De hacerlo, estaríamos cayendo nuevamente en la
trampa anterior, ya que, si aceptamos y utilizamos estas tecnolo-
gías sin profundizar en el funcionamiento general, nos volvemos
más inútiles en sus usos más relevantes. Por otra parte, si nos
negamos a adoptar estas tecnologías, simplemente nos quedare-
mos atrapados en un sistema anticuado donde no habrá progreso
alguno, lo que me recuerda al dilema de la manta corta25.

Al cuestionarnos sobre cómo funciona la educación en


manos del Estado, es necesario volver a uno de los temas que
examinamos anteriormente. ¿Recuerdan cuando expliqué cómo
se crea un método de enseñanza? En aquel momento, menciona
repetidamente que dos de los pilares fundamentales de la didác-
tica y las metodologías son los objetivos y la currícula. Sin em-
bargo, hay un detalle que decidí omitir hasta este momento:
¿Quién define los objetivos y las currículas?
Comúnmente, pensamos que esta tarea recae en los do-
centes, ya que califican en función a una comparación entre sus
objetivos y los resultados de la evaluación. Sin embargo, esto no
es del todo cierto. Los docentes ajustan los objetivos del curso a
lo que se conoce como la “Currícula Nacional Base”26, un

25
El dilema de la manta corta es una de esas situaciones donde debemos
elegir entre dos opciones malas, donde no parece beneficiarnos ninguna en
particular. Describe una situación donde en una noche de frío, la manta que
tienes es demasiado corta para cubrir todo tu cuerpo, y debes decidir si dejar
fuera de la misma la cabeza o los pies. Sabes que no importa lo que elijas, no
habrá beneficio alguno, pero de todas formas debes elegir.
26
En distintos lugares, así como en mi país Uruguay, también se lo suele de-
nominar “Marco Curricular Nacional”, e imagino que en distintos países
¿Quién toma las decisiones? | 89

conjunto de directrices que indican a los docentes los fundamen-


tos sobre los que se debe educar, así como los tipos de ciudadanos
que la sociedad actual necesita. No obstante, y aunque esto suena
positivo, esta herramienta ha sido utilizada por los organismos
educativos y, por ende, por los políticos, con el fin de manipular
el sistema educativo y, en última instancia, a la ciudadanía.

En otras palabras, son los gobiernos quienes imponen a


los docentes los objetivos educativos que se esperan del alum-
nado, lo cual es una completa incoherencia por diversas razones.
En otros artículos que he publicado, he insistido en la idea de que
los políticos no tienen la obligación ni la inclinación natural de
luchar por el beneficio del pueblo, sino que actúan en función de
sus propios intereses, que a veces se superponen con los de la
sociedad. He explorado esta idea desde las perspectivas econó-
micas y sociales27, pero en esta ocasión intentaré profundizar en
las consecuencias de la intervención política en el funciona-
miento interno del sistema educativo.
Desde mi experiencia, considero que la principal conse-
cuencia de vincular al Estado con la educación es la existencia de
un conflicto de intereses. Esto se puede entender mejor con una
frase célebre de Simón Bolívar: «Un pueblo ignorante es el ins-
trumento ciego de su propia destrucción; la ambición, la intriga,
abusan de la credulidad y de la inexperiencia de hombres ajenos
de todo conocimiento político, económico o civil; adoptan como
realidades las que son puras ilusiones; toman la licencia por la
libertad, la traición por el patriotismo, la venganza por la

tendrá distinto nombre. Sin embargo, todos los países cuentan con uno, y no
es difícil de encontrar ya que son documentos públicos.

27
En el artículo “Libertad Educativa: La gran estafa del Estado presente en la
educación” dediqué gran parte del mismo a las consecuencias de la incursión
del Estado en la educación y la sociedad en general. También lo he mencio-
nado levemente en el artículo “La especialización educativa: Educando sabios
en el siglo XXI”.
90 | Educar en la era digital

justicia “. Si analizamos esta frase, podemos concluir que se re-


fiere a que cuanto más ignorante es el pueblo, más manipulable
se vuelve y, por ende, más fácil es para los políticos aprovecharse
de nosotros.

Existen muchas maneras de volvernos ignorantes, in-


cluso algunas que permiten hacerlo sin que parezca que están ha-
ciéndolo. Por ejemplo, el uso del sistema educativo puede pare-
cer una idea poco disimulada, ya que es muy sencillo determinar
si un sistema educativo idiotiza a la población. Sin embargo, al
afirmar esto, ignoramos que los ciudadanos formamos obligato-
riamente parte del sistema educativo desde muy temprana edad,
cuando aún somos fácilmente manipulables debido a la falta de
experiencia en la vida, y a nuestro desconocimiento de que puede
haber un interés oculto por parte de quienes se supone que traba-
jan por nuestro bienestar.
Además, cuando se habla de utilizar el sistema educativo
para adoctrinar a las masas, se suele plantear como una artimaña
compleja y grotesca, que parece evidente, cuando en realidad es
posible hacerlo disimuladamente, Para ilustrar esto, utilizaré un
ejemplo publicado en uno de mis textos anteriores: El ejemplo de
los sectores.

Imaginemos un país formado por tres sectores separados


- A, B y C -. En el sector A se encuentran las viviendas de la
población general, y se encuentra conectado con el sector B,
donde viven personas exitosas con oficios particulares: jefes de
obra, arquitectos, zapateros, entre otros. En el sector C, el cual
está separado de los otros dos por un río ancho y caudaloso, se
encuentran las empresas donde la población del sector A trabaja,
y todos los días deben atravesar el río. Para resolver este pro-
blema, deciden financiar un puente entre todos, y pagarle al sec-
tor B para que lo construyan, ya que ellos son los profesiona-
les. El sector B acepta; utilizando parte del dinero, construyen un
puente extremadamente bueno que no generará problemas
¿Quién toma las decisiones? | 91

estructurales por muchos años, y la otra parte del dinero es repar-


tida entre el sector B como pago de sus servicios. El sector A les
agradece el trabajo y el problema queda resuelto.

Este es un ejemplo de cómo se relaciona la sociedad con


el sector privado: primero las personas tienen un problema, y
aquellos afectados por el mismo invierten dinero en alguien que
se los pueda solucionar. Una empresa les vende la mejor solución
posible para asegurarse mayores ganancias y ambas partes ganan.
Cambiemos un poco la situación. Ahora, un pequeño grupo del
sector A presenta una propuesta: se encargarán de resolver el pro-
blema del puente y de su posterior mantenimiento, a cambio de
pagos mensuales de los residentes del sector A, para contar con
los fondos necesarios. Nace así el “Ministerio del Puente”.

Sin embargo, las personas que componen este grupo se


dan cuenta de que no tienen la capacidad para construir un puente
de alta calidad como lo harían los profesionales. Además, com-
prenden que, incluso si lograran construir un puente de calidad
similar, esto no sería un buen negocio, ya que no requerirá de
mantenimiento durante muchos años, y la gente no querrá seguir
pagando mensualidades. Para mantener el flujo de dinero, deci-
den gastar el menor dinero posible en los materiales, y construir
un puente funcional, pero propenso a deteriorarse fácilmente.
Esto les permitirá justificar la necesidad de seguir recaudando di-
nero del sector A para mantenimiento. Con el tiempo, los fami-
liares y amigos de los miembros del ministerio desean unirse a
ellos, viéndolo como una fuente de ingresos sin tener que trabajar
en el sector C.
El ministerio del puente, con las ganancias que les gene-
ran los impuestos, crea un nuevo ministerio que se encarga de
dañar el puente en secreto, proporcionando una excusa para se-
guir cobrándole a estas personas, bajo el nombre de “Ministerio
de inspección de puentes”. Con el paso del tiempo, el dinero ya
no será suficiente para pagar las lujosas vidas de todos, por lo que
92 | Educar en la era digital

tendrán que aumentar la cuota al sector A. Sin embargo, como


demasiada gente dejó de trabajar en el sector C para trabajar en
los ministerios, estas empresas quebraron y dejaron a gran parte
del sector A desempleado. Ahora, estas personas ya no pueden
dar más dinero al ministerio sin comprometer su alimento, hogar,
y otras necesidades. Hemos creado pobreza en nuestro país ima-
ginario.

Al ver el problema desde fuera, la solución se vuelve evi-


dente; los ciudadanos deberían cerrar esos ministerios, para que
la gente pueda volver a trabajar en el sector C, y luego pagarles
a los profesionales para que hagan el puente, resolviendo el pro-
blema original y eliminando la pobreza. Es aquí donde entra la
manipulación educativa, ya que, con el adoctrinamiento ade-
cuado, el ministerio podría evitar que alguien se diera cuenta de
esto. Aprovechándose de su control de la opinión pública, los
miembros del ministerio culpan a los sectores B y C, para luego
censurar las respuestas de los mismos. Los ciudadanos, que ahora
son incapaces de ver quiénes son los verdaderos responsables,
aprenden a despreciar a los otros sectores, pero nunca al ministe-
rio.

¿Les suena familiar esto? Esconden, disfrazan y tergiver-


san los hechos con el único objetivo de beneficiarse individual-
mente, y luego simplemente buscan un enemigo ficticio a quien
culpar. Esto es, asimismo, lo que ocurrió en Alemania cuando los
nazis culparon de todos los males existentes a los judíos, tras la
Primera Guerra Mundial. Con este mismo patrón de adoctrina-
miento y manipulación, tuvimos como resultado uno de los he-
chos más vergonzosos de la historia humana: el Holocausto. No
pretendo afirmar que los políticos actuales tienen una ideología
nazi, sino establecer que los métodos que utilizan para controlar
la opinión pública, son los mismos que los usados en tiempos de
guerra, en dictaduras, en democracias, en genocidios, etc., porque
es la naturaleza misma del sistema.
¿Quién toma las decisiones? | 93

Este ejemplo también sirve para explicar cómo un go-


bierno puede adoctrinar a toda la sociedad a través de las currí-
culas y las organizaciones educativas. Lo primero que hay que
hacer, es diseñar un temario que contengan multitud de temas de
naturaleza formativa irrelevante28, como funciones matemáticas
complejas, formaciones artísticas, geografía, geología, etc. De
esta manera, se cubrirán todas las horas correspondientes a un
sistema educativo promedio, con conocimientos complejos y que
aparentan ser importantes.
Así, los niños, jóvenes y adultos pasan horas y horas for-
mándose, pensando que están aprendiendo y creyendo que cada
vez son más libres de pensar por sí mismos, cuando en realidad
solo están perdiendo el tiempo mientras que el sistema evita en-
señar las materias realmente valiosas.

Luego, hay que imponer estas rúbricas sobre las institu-


ciones, usando al Estado como herramienta. Es aquí donde entra
el concepto de libertad de cátedra, que es el derecho de los pro-
fesores, estudiantes e instituciones académicas de tener como
meta la búsqueda desinteresada de la verdad y del conocimiento,
sin importar hacia dónde conduzca y sin interferencias indebidas
o irrazonables. Es decir, que todo conocimiento que lleve a un
mayor desarrollo del individuo a nivel intelectual y personal debe
ser incluido en la educación, no solo el que convenga arbitraria-
mente al político de turno.

28
Antes de que los profesionales en dichas materias se den por aludidos,
permítanme decirles que no me refiero a que, en la sociedad, o en la vida, di-
cho conocimiento resulte irrelevante. A lo que me refiero es a que dicho co-
nocimiento no acabará siendo relevante para la mayoría de la población.
Quien decida estudiar, por ejemplo, matemáticas a nivel universitario, apren-
derá todo ese temario nuevamente, y quien decida estudiar otra materia, ol-
vidará gran parte de ese conocimiento. Esa es la prueba de que el conoci-
miento tenía naturaleza educativa irrelevante, y no fue colocado en la currí-
cula porque era necesario, sino porque era capaz de aparentar serlo.
94 | Educar en la era digital

Al ser los propios políticos los que deciden qué conoci-


miento es válido, las instituciones, presionadas por estos, se en-
cargarán de asegurarse de que los docentes respeten esta rúbrica
al pie de la letra; de lo contrario, serán despedidos. Esto repre-
senta una clara violación a un derecho humano, pero esto no
preocupa a los políticos ya que ellos crean y ejecutan las leyes
que los garantizan. De hecho, la libertad de cátedra fue recono-
cida como un derecho humano por la UNESCO en el año 1997,
contando con la aprobación de más de 190 países. Junto con esto,
había un compromiso de incluir las garantías de la libertad aca-
démica en las leyes institucionales de cada una de estas naciones,
pero hasta el momento, nadie ha cumplido con dicho compro-
miso.

El siguiente paso es esperar a que las primeras genera-


ciones se gradúen, y el ciclo vuelva a comenzar, hasta que la so-
ciedad esté convencida de que son exitosos educativamente ha-
blando. Mientras tanto, se deben fomentar ideas falsas como: “Si
te esfuerzas, puedes lograr lo que te propongas”, “Lucha por tus
sueños”, “Si eres pobre y estudias, progresaras, y quizás algún
día, tú y tus hijos serán ricos”, “Si sacas puros sobresalientes, eso
significa que eres inteligente y que tendrás un gran futuro”. To-
das esas frases tienen algo en común: son falsas pero bonitas, y
nos agrada escucharlas cuando nos sentimos identificados. Sin
embargo, son altamente peligrosas, ya que se usan como trampas
dobles para generar un sentido de pertenencia, que nos hace sen-
tir parte del problema y no nos permite reconocer realmente
quién es el verdadero enemigo. Los políticos saben esto, y se
aprovechan para seguir beneficiándose, mientras la sociedad y la
educación están en declive.

Quizá te preguntes a qué conocimiento exactamente me


refiero cuando hablo del omitido por el sistema educativo para
mantener a la gente en la ignorancia. En términos generales, me
refiero a cualquier conocimiento que permita utilizar las nuevas
¿Quién toma las decisiones? | 95

tecnologías y métodos de información de manera apropiada, o


que fomente habilidades como el pensamiento crítico, la autono-
mía y la investigación. Si has sido estudiante durante suficiente
tiempo, seguramente hayas dedicado un tiempo considerable al
estudio de, por ejemplo, las leyes de Newton, los logaritmos, las
reacciones químicas, entre otros. Pero, ¿cuánto tiempo ha dedi-
cado el sistema educativo a enseñarte a utilizar ese dispositivo
rectangular en tu bolsillo, que tiene la capacidad de acceder a la
mayor biblioteca del conocimiento humano y que deja a cual-
quier profesional como un simple mortal más?

¿Bajo qué argumento se considera que ese conocimiento


es menos relevante que las leyes de Newton? Hoy en día, es po-
sible buscar las leyes de Newton en Google, ver un video de un
profesor explicándolas en YouTube, y leer todos los libros de fí-
sica jamás escritos. En resumen, hoy un niño puede hacer todo lo
que el sistema tradicional de enseñanza hace y mucho más, si tan
solo aprendiera a utilizar esas herramientas apropiadamente. A
pesar de que esto demuestra que dicho conocimiento es mucho
más relevante que el resto, ningún gobierno en el mundo parece
estar dispuesto a llevar a cabo un plan educativo con ese fin. La
razón es la misma por la cual ningún gobierno en el mundo ha
cumplido con su compromiso con la UNESCO: va en contra de
sus intereses.

Imagina que vivieras en un país gobernado por políticos


malintencionados que solo quieren aprovecharse de ti para enri-
quecerse y ganar poder. Tienen el control de la economía, las po-
líticas sociales, las fuerzas armadas y, por supuesto, la educación.
¿Cuál sería su primera medida, si quisieran que nadie se diera
cuenta de sus verdaderas intenciones? La respuesta es simple:
idiotizar a la población. Si el pueblo es capaz de pensar libre-
mente, de razonar objetivamente, y de tomar decisiones informa-
das, pronto se darán cuenta de que no necesitan políticos a cargo
de sus vidas, y que la única razón para que los líderes digan que
96 | Educar en la era digital

son necesarios, es para aprovecharse de ellos. Esto podría gene-


rar una revolución, lo que no es conveniente, ya que, aunque po-
drían intentar reprimir con miedo, con el uso de las fuerzas arma-
das, e incluso con penas crueles y despiadadas, a la larga esto no
servirá. La gente superará su miedo cuando no tenga nada que
perder, y se levantará igualmente.

La única manera de evitar esto, es hacer que se sientan


conformes con el régimen, idiotizándolos para que solo vean lo
que el gobierno quiere que vean. Para este objetivo, el sistema
educativo encaja perfectamente. Desde la primera infancia, te en-
señarán sentimientos patrióticos, el valor de la política, el respeto
a las instituciones y a las figuras de autoridad, entre otros aspec-
tos. A su vez, te harán estudiar inmensas cantidades de informa-
ción de naturaleza irrelevante, bajo el argumento de que es
“orientación vocacional”, para que encuentres aquello en lo que
destacas. Con esto, pretenden que te sumerjas en esa vocación
hasta convertirte en un profesional en la materia, haciéndote sen-
tir inteligente, exitoso y en una posición cómoda de la que no
quieras desarraigarte.
Una vez te encuentres en esa posición, te convertirás en
un ejemplo para el régimen, mostrándote como un caso del éxito
alcanzado gracias a ellos, y como un testimonio de la elegancia
del sistema que han creado. Incluso aquellos que no logren al-
canzar el “éxito”, terminarán culpando al enemigo señalado por
el régimen, desviando su frustración hacia ellos, en lugar de hacia
quienes tomaron las decisiones que condenaron su futuro al fra-
caso. ¡Larga vida al líder!

Sin embargo, a pesar de que todo esto parezca un plan


perfecto para crear una sociedad ciega ante las manipulaciones
externas, en la modernidad, los regímenes se han enfrentado con
un nuevo desafío si su intención es controlar a la población. ¿Re-
cuerdan cuando mencioné que las tecnologías modernas, como
los teléfonos móviles y el internet, no son funcionales para el
¿Quién toma las decisiones? | 97

régimen? Aquí entra el segundo ingrediente para crear a la socie-


dad perfecta según los políticos: censura.
No sirve de nada educar en una ideología específica si
los ciudadanos pueden utilizar las tecnologías de la información
para obtener una imagen más precisa de la realidad, ya que aún
podrían revelarse en contra del régimen. Este problema lo re-
suelve la censura, a través de un mecanismo muy conocido. Se
comienza emitiendo órdenes desde el gobierno a los medios de
comunicación tradicionales para que, mediante sobornos, coer-
ción y amenazas, solo transmitan noticias e información afines a
los intereses del régimen, obligándolos a realizar adoctrina-
miento masivo sobre la población.

En la era de los medios modernos, la gestión de la infor-


mación se ha vuelto más compleja. Esto comienza por la censura
de los periódicos digitales nacionales, que pueden ser restringi-
dos de la misma manera que los medios tradicionales. En cuanto
a los medios internacionales y las redes sociales, surge un pro-
blema más difícil de abordar, ya que no es posible controlarlos
de la misma manera. Intimidar a los dueños de empresas gigan-
tescas, cuyas sedes probablemente están fuera del país, resulta
complicado porque este hecho los deja exentos de acatar políticas
extranjeras. No obstante, es posible bloquear el acceso a sus ser-
vicios, impidiendo que los dispositivos conectados a internet a
través de redes nacionales accedan a información no regulada por
el Estado, como periódicos internacionales, revistas, e incluso
motores de búsqueda como Google.

Siguiendo estos pasos, se puede ejercer un control total


sobre la información a la que se expone la población. Dado que
el pueblo no ha sido educado en el dominio de la tecnología, y
no tiene acceso al conocimiento general debido al control de las
currículas, es improbable que puedan eludir este sabotaje y pro-
bablemente asumirán que lo que leen es la única verdad. Ejem-
plos de esto se pueden encontrar en países como Corea del Norte
98 | Educar en la era digital

o China, donde los principales motores de búsqueda y los princi-


pales periódicos internacionales están bloqueados de manera per-
manente, lo que hace que la mayoría de la población solo vea lo
que el régimen quiere que vean, y nada más. Sin embargo, estos
no son los únicos ejemplos, ya que otros países, menos extremis-
tas, pero igual de autoritarios, como Cuba, siguen principios si-
milares de control.

En occidente, a menudo caemos en la falsa ilusión ego-


céntrica de creer que, en países tan libres y prósperos como Uru-
guay, Chile o Estados Unidos, no sería posible recurrir a tácticas
políticas tan cuestionables. Sin embargo, debemos recordar que
la necesidad de tales tácticas no siempre proviene de circunstan-
cias económicas, sino de la ideología y el beneficio propio de los
políticos. Esto significa que, en cualquier momento y en cual-
quier país, un grupo de personas con estos ideales puede llegar al
poder, y llevar a la sociedad por un camino peligroso, indepen-
dientemente de su nivel de prosperidad o su sistema político. Es
por esta razón que el control sobre la educación, aunque no ne-
cesariamente autoritario en su intención, puede resultar peli-
groso, ya que deja a los ciudadanos expuestos ante la posibilidad
de que líderes con tendencias dictatoriales lleguen al poder.

Además, es importante reconocer que todos los sistemas


de gobierno, incluso los menos corruptos, utilizan la educación
como medio de control y, en ocasiones, como un generador de
ignorancia. Esto se debe a que el gobierno por más transparente
que sea, desempeña un papel en el control social que es funda-
mental para el desarrollo de la sociedad. La creciente popularidad
de movimientos como el liberalismo, el libertarianismo, e incluso
algunas vertientes del anarquismo, demuestra cómo la población
puede abogar enérgicamente por la reducción o la eliminación
del papel del Estado, si la idea surge en un momento de represión,
y si quienes representan estas ideas tienen una perspectiva bien
informada.
¿Quién toma las decisiones? | 99

Para cualquier gobierno, enfrentar a una población que


busca la eliminación de la clase política, es una situación que se
desea evitar. Incluso en el caso de un gobierno transparente y
considerado “benefactor”, siempre subsiste la necesidad de man-
tener cierto grado de control sobre la ciudadanía, y la utilización
de la educación para tal fin se convierte en una solución extre-
madamente eficiente, eficaz y tentadora, que no se puede ignorar
por completo. Es por esto que existen numerosos programas y
modelos pedagógicos desde finales del siglo XIX y principios del
siglo XX, que podrían ser perfectamente aplicables hoy con lige-
ras adaptaciones, y que mejorarían las capacidades intelectuales
de los estudiantes. Lamentablemente, estos métodos han sido se-
pultados e inutilizados porque no fueron diseñados considerando
las restricciones necesarias para que el Estado mantenga cierto
control social.

Por estas razones, estoy en contra de la existencia de la


educación del Estado. No me malinterpreten, estoy de acuerdo
con que la educación es un derecho humano y que todos deben
tener acceso a ella, independientemente de su clase social. Sin
embargo, estoy en desacuerdo en que la educación pública y es-
tatal sea la solución. Para mí, la educación es el pilar más funda-
mental en cualquier sociedad, y saber que los políticos no solo
pueden, sino que usarán la educación como herramienta de con-
trol social, hace que mi desconfianza me lleve a la conclusión de
que la educación impartida por el Estado acaba generando más
daño que el que soluciona. Esta situación es el equivalente a tener
un objeto altamente valioso que requiere de cuidados muy eleva-
dos, y entregárselo a la persona más descuidada y poco respon-
sable que conozcas.

Cabe aclarar que no me refiero a problemas superficiales


y hasta risibles, como la pésima gestión que tienen los organis-
mos de control educativo, o la falta de modernidad de nuestro
sistema, o incluso la falta de especialización presente hasta en
100 | Educar en la era digital

avanzada edad del estudiante. El problema no radica en ninguno


de estos puntos, sino en la exposición prolongada a la manipula-
ción educativa con objetivos de control social. Esto crea una so-
ciedad demasiado ociosa y desinformada como para notar cuándo
un sistema ha quedado obsoleto, o cuando un candidato con un
perfil claramente dictatorial se presenta para asumir las riendas
del país. Supongamos que tuviéramos un grupo de representantes
malvados, censuradores y criminales que quisieran ocultar he-
chos vergonzosos que han realizado a lo largo de su mandato. Al
entregar el control de la educación a quien sea que se encuentre
en el poder, sería tan sencillo como eliminar esos temas del te-
mario, o llevar a cabo controles educativos mediante los organis-
mos gubernamentales. Así, todo su mal accionar quedaría oculto
tras una densa niebla de ignorancia que ellos mismos fomentaron.

¿Cuál es la solución a este dilema? No podemos quitarle


la educación del alcance del Estado, pero tampoco podemos ce-
der tanto control como para que represente una amenaza. ¿Qué
otras opciones tenemos? Probablemente sepas que existen varios
tipos de centros educativos, desde los públicos (financiados por
el Estado), hasta los privados (financiados por organizaciones
privadas), incluso algunos que se encuentran a medio camino en-
tre ambos, donde el centro es de carácter público, pero su finan-
ciamiento es compartido entre el Estado y diversas empresas. Sin
embargo, los aspectos relevantes en el proceso educativo, como
los temas a enseñar en cada curso, el sistema de evaluación, la
carga horaria, las asignaturas a ofrecer, y los reglamentos de pa-
saje de grado, entre otros, son siempre los mismos sin importar
el tipo de centro educativo que se elija.

El Ministerio de Educación y Cultura emite, regula y


cambia de manera oficial y unilateral todo lo relacionado a la
educación en el territorio nacional, excepto en lo que respecta a
su financiamiento o actividades extracurriculares. Esto se aplica
sin importar si el centro es público o privado. Dado a que este
¿Quién toma las decisiones? | 101

organismo es estatal, se concluye que el Estado tiene el poder de


regular por completo la educación que reciben los ciudadanos.
Ningún centro educativo puede elegir libremente qué asignaturas
ofrecer, cuántas horas asignarles, o qué temas deben enseñar a
sus estudiantes. Esto puede tener sentido para la educación pú-
blica, pero no justifica que la educación privada deba estar sujeta
a las regulaciones impuestas por el Estado. ¿Quién es el Ministe-
rio de Educación y Cultura para determinar qué es importante
enseñar y qué no?
Podrías argumentar que los empleados del ministerio son
personas muy preparadas y que sus decisiones tienen peso, pero
esto vuelve a ser una falacia de autoridad, ya que, por muchos
títulos que tengan, eso no les da la razón. Además, aun validando
esos títulos, no es descabellada la posibilidad de formar un grupo
de personas con más títulos y más experiencia pero que sean ex-
ternas al gobierno, y junto con ellas formar mi propio sistema
educativo. Aun así, el Estado jamás me permitiría brindar for-
malmente dicho sistema a la sociedad, tildándolo de no recono-
cido, o de informal.

Esto se hace evidente cuando hablamos de la oposición


política, que consiste en partidos ideológicamente opuestos al
partido en el gobierno. Cuando un partido político llega al poder,
la oposición asume la tarea de cuestionar todas las decisiones to-
madas por el gobierno, a modo de estrategia para atraer a aquellos
votantes que no comparten sus mismas ideas, pero que están des-
contentos con el partido que inicialmente apoyó. Para llevar esto
a cabo, la oposición se apoya en expertos y políticos afiliados a
su partido, quienes analizan minuciosamente cada decisión to-
mada por el partido rival. Buscan identificar errores o incluso
malinterpretaciones intencionales, que puedan ser usadas como
herramientas para atacar al partido en el poder. Es decir que los
partidos políticos pueden, al igual que mencione anteriormente,
formar grupos de expertos capaces de identificar problemas que
aquellos en el gobierno no son capaces de apreciar o no desean
102 | Educar en la era digital

reconocer. Esto demuestra que no siempre son las personas más


preparadas, quienes acaban tomando las decisiones.

El Estado no tiene la intención de competir con el sector


privado, ya que, al no estar sujeto a las restricciones que los po-
líticos deben obedecer para mantener control social, el privado
terminaría erosionando cualquier sistema público, debido a su
potencial para ofrecer un mejor rendimiento sin pensar en las
consecuencias políticas que podría tener. Además, a diferencia
de otros asuntos, como programas sociales o controles de precios,
el interés del Estado en la educación no es principalmente econó-
mico, sino más bien una cuestión de control.
| 103

Privatizar la educación.

Todo lo mencionado anteriormente nos podría llevar a


concluir que la existencia misma de un Ministerio de Educación
y Cultura refleja una idea errónea sobre la educación: la creencia
de que todos debemos aprender lo mismo de la misma manera, y
que los únicos contenidos relevantes para enseñar son los que
dictamine el gobierno. ¿Quién decide cuál es la mejor manera de
aprender? No existe una única forma de adquirir conocimiento,
ni una cantidad mínima requerida de los mismos. Además, el
mundo moderno se basa en la especialización, por lo que un sis-
tema basado en la memorización de grandes cantidades de cono-
cimiento general que no tiene vínculo entre sí, ni con la vida la-
boral y social del individuo, carece de sentido.

Sumado a esto, sabemos gracias al estudio de la psicolo-


gía y la educación que todo el conocimiento que adquieras y pos-
teriormente no acabes utilizando en tu vida adulta, acaba desva-
neciéndose de tu memoria, haciendo que el tiempo dedicado a
aprenderlo haya sido un desperdicio. Un ejemplo de esto es la
llamada “Curva del olvido”, propuesta por el psicólogo alemán
Hermann Ebbinghaus en 1885. Él planteó que, tras estudiar los
ciclos de aprendizaje, se puede concluir que, debido al deterioro
natural de la memoria, todo conocimiento acaba siendo gradual-
mente olvidado. Sin embargo, dependiendo de qué manera sean
tratados estos conocimientos, el ritmo al que son olvidados puede
variar significativamente.
Según sus estudios, tras aprender algo nuevo, tendemos
a olvidar aproximadamente el 50% de dicha información dentro
de la primera hora, un 70% después del primer día, y más del
104 | Educar en la era digital

90% al final de la semana29. Al final de este periodo acelerado de


pérdida de información, el ritmo se ralentiza y estabiliza. Sin em-
bargo, la velocidad real de esta pérdida de conocimiento puede
variar debido a una multitud de factores, como la cantidad de in-
formación, la repetición de la misma, y la que nos interesa para
este libro, la forma en la que se aprendió.

Estudiando estos ciclos de aprendizaje desde la psicope-


dagogía, podemos crear estrategias cuyo objetivo sea contrarres-
tar los efectos de la curva del olvido, como la “Repetición Espa-
ciada”. Esta consiste en programar la revisión de la información
de manera regular, pero espaciada en el tiempo. Tras analizar en
profundidad los efectos de la repetición en la mente humana, se
pudo concluir que la estrategia más apropiada de evitar el olvido
de la información no es repetir el mismo conocimiento una y otra
vez, sino que resulta más efectivo realizar un repaso periódico
del mismo, que se encuentre separado por un plazo corto pero
notable. En cuanto al tiempo óptimo para maximizar la eficien-
cia, Ebbinghaus propuso un método que consiste en realizar el
primer repaso dentro de la primera hora de adquirido el conoci-
miento, el siguiente dentro del día posterior, y luego se puede
distanciar más, llegando a programar el siguiente repaso a la se-
mana, luego al mes, y luego cada varios meses. Esto se puede
lograr con tareas domiciliarias, material complementario, o in-
cluso transcripciones o videos de la clase.

Otro método que se puede aplicar en la educación para


combatir la curva, es el conocido como “Práctica Activa”, que
como puedes imaginar, implica involucrar a los estudiantes de
forma activa en el conocimiento que se pretende que aprendan.
Esto se logra a través de sustituir las lecturas y escuchas pasivas,
por actividades prácticas, discusiones, debates, y proyectos. Es

29
Estos números están basados en el promedio de un patrón general, por lo
que solo sirven de guía. Cada ser humano tiene sus propias características,
que actúan de diferenciador en este ejercicio.
Privatizar la educación | 105

muy efectivo a la hora de evitar el olvido, ya que se apela al


aprendizaje por adquisición, donde el alumno encuentra usos
prácticos al conocimiento que se le transmite, a diferencia del
aprendizaje por memorización donde el alumno tan solo trata de
almacenar tanta información como sea posible, sin realmente lle-
gar a comprenderla.
Finalmente, tenemos al “Enfoque de comprensión pro-
funda”, que surge tras entender que la información resulta más
fácil de retener cuando se comprende en profundidad, ya que se
logra conectar verdaderamente los conceptos con conocimiento
previo y con experiencias de la vida,

Analizando esto, se puede concluir que el funciona-


miento actual de la educación es incapaz de aplicar dos de los
tres mecanismos recomendados para combatir la curva, ya que
no es posible conectar conocimiento abstracto, irrelevante y poco
práctico, a una idea como el enfoque de comprensión profunda,
o a la práctica activa. Es por esto que se ha popularizado la idea
de dar cierta libertad a los centros educativos sobre las currículas,
ya que estas instituciones son quienes pueden conocer realmente
las necesidades relevantes en el mundo moderno, e incluso pro-
porcionar bolsa de trabajo privado a los estudiantes, para que los
mismos no queden en el paro tras acabar sus estudios.

Pero para esto, habría que quitarle el control de la educa-


ción al Estado, y entregárselo a las instituciones. Que la solución
sea tan drástica, nos hace cuestionarnos si la realidad es tan pro-
blemática como para que sea necesario entregar la educación al
sector privado. Analizando esta posibilidad, el punto realmente
negativo sobre la educación controlada por el gobierno, es que
los estudiantes aprenden, leen, deciden y se posicionan social-
mente, usando única y exclusivamente las herramientas que los
políticos están dispuestos a darles. Esto tiene como consecuencia
principal la desaparición de las opiniones calificadas y compe-
tentes producto del nivel educativo. Un ejemplo de esta idea es,
106 | Educar en la era digital

por ejemplo, este mismo libro. La única diferencia entre leer este
libro escrito por mi (que lejos estoy de ser una autoridad de las
ciencias económicas y políticas), o leer uno escrito por un licen-
ciado o un analista político, es tan sólo la interpretación que cada
uno de nosotros da a los hechos en los que individualmente fun-
damos nuestros escritos, pero no tiene nada que ver con el nivel
de formación que tenemos en este campo.

Esto se debe a que, aunque ellos fueron educados acadé-


micamente en sus conocimientos políticos, los entes que regulan
y certifican oficialmente sus estudios, están directa o indirecta-
mente regulados por el Estado. Por lo tanto, no hay manera de
garantizar que estos profesionales no hayan sido formados bajo
un sistema que censuró y descarto los hechos fácticos del funcio-
namiento de la sociedad, y las medidas implantadas, impidiendo
que tengan suficientes fuentes confiables como para dudar del
sistema. ¿Recuerdan el ejemplo del sector A? ¿Recuerdan cómo,
después del fracaso abismal de los ministerios, sus miembros se
dedicaron a censurar al sector B y C con mentiras? Con el
tiempo, esas mentiras se convirtieron en la única verdad posible.
Ahora, si este grupo creara un nuevo ministerio encargado de re-
gular la educación impartida en el sector A, y un ciudadano de-
cide formarse para ser economista o educador dentro de este sis-
tema, ¿sería capaz de darse cuenta de que todo lo dicho por el
ministerio y las autoridades es mentira? ¿Podría comprender que,
en realidad, son los culpables de los problemas del sector A?

No obstante, descartar la opinión de un profesional úni-


camente por ese motivo sería un grave error, que evidenciaría una
arrogancia desmedida. Pero argumentar que una opinión tiene un
valor 'extra' debido a una formación educativa de la cual tenemos
razones para dudar, y luego utilizar esto para desestimar otros
puntos de vista, cae en la falacia ad verecundiam, también cono-
cida como “argumento de autoridad”. Cualquier individuo que
recurra a falacias lógicas para respaldar sus argumentos, está
Privatizar la educación | 107

implícitamente admitiendo que estos carecen de solidez propia.


Los hechos son inmutables y no pueden ser alterados por falacias.
Si una de las partes tiene razón, son los hechos mismos los que
se la otorgan, no un título universitario.

Para aquellos que, a pesar de todo, sigan en desacuerdo


con esta afirmación, permítanme compartir otra de mis ejempli-
ficaciones. Supongamos que un bloque de diez toneladas cae
desde un 30° piso, impactando fuertemente contra un transeúnte.
¿Qué ocurrirá? Para aquellos que han pensado “el transeúnte
muere”, gracias a muchos años de estudio de la física y la anato-
mía humana, hoy podemos afirmar que, de hecho, tienen razón.
Este es un hecho, y no existe un debate o una diferencia de opi-
niones sobre el mismo. Nadie refuta este hecho con argumentos
como “Hay científicos que no están de acuerdo” o “Bueno, esa
es tu opinión”. Ahora, supongamos que pudiéramos traer al mis-
mísimo Isaac Newton para debatir sobre esto, enfrentándolo a un
adolescente de ciclo básico. El estudiante argumenta que ha rea-
lizado los cálculos (los cuales lleva consigo y sabe justificar) y,
tras haber realizado la correspondiente experimentación previa,
llega a la conclusión de que el transeúnte muere. Sin embargo,
Isaac Newton afirma que, por el contrario, ha decidido realizar
los cálculos con un enfoque diferente, y ha concluido que el tran-
seúnte no muere. No obstante, Newton no muestra sus cálculos,
ni explica por qué decidió cambiar la metodología, ni tampoco
presenta ningún tipo de evidencia comprobable.

Para sorpresa de todos, los jueces del programa le dan la


razón a Newton, argumentando que él es un ídolo de la física y
un erudito sobre el tema, por lo que no es posible que un chico
de secundaria sepa más que él sobre cómo determinar si ese blo-
que mata al transeúnte o no. Sin embargo, todos nosotros sabe-
mos perfectamente que el transeúnte muere; es un hecho fáctico,
no sujeto a discusión. Si Newton tiene razón, lo que debería hacer
es mostrar sus cálculos. Los jueces deben evaluar ambos
108 | Educar en la era digital

resultados de manera crítica y, mediante experimentación o aná-


lisis, decidir quién tiene la razón. Pero en cambio, deciden des-
cartar un resultado, aunque esté respaldado por evidencia empí-
rica y los hechos están de su lado, basándose únicamente en un
simple y arrogante argumento de autoridad.

Quizá el caso de Newton sea un poco exagerado, ya que,


después de todo, él sabría cómo realizar el cálculo apropiada-
mente. La única forma en la que podría equivocarse en una de-
claración como esa, sería si tomara conscientemente la decisión
de mentir, algo poco probable dado a que no tiene ningún motivo
para hacerlo. Sin embargo, si cambiamos a Newton por un polí-
tico o economista asociado a un partido, podrían tener razones
para emitir un juicio falso, ya que perfectamente podría haber in-
tereses económicos o políticos en juego, como una coima o un
beneficio prometido.

Por otro lado, existe otra dimensión en este tema: el aca-


démico podría mentir sin necesidad de obtener un beneficio per-
sonal, siempre que el sistema educativo está completamente en
manos del Estado. Si un economista es mal preparado a la hora
de aprender ciencias económicas, ya sea por un profesor incapaz
o por un sistema educativo autoritario, podría transmitir y perpe-
tuar conocimiento falso en el futuro. Imagina un país en grave
crisis económica, con una altísima inflación. En él, un joven al
cual vamos a llamar Miguel, toma la decisión de estudiar econo-
mía. Cuando acude a sus clases, resulta que el docente que le fue
asignado, enseña teorías económicas incorrectas30. Miguel, al
confiar en su profesor y en el sistema educativo del gobierno,
adquiere estas ideas erróneas hasta que se convierte en econo-
mista, y ahora transmite esos errores a sus estudiantes y colegas.

30
El docente del ejemplo podría hacer esto por dos motivos: el primero se-
ría porque cree en esas ideas, mientras que el segundo es que la educación
en el país haya sido alterada por los políticos, para que se le de ese enfoque
equivocado. De esta manera, las personas no culparían al Estado por la crisis.
Privatizar la educación | 109

Aunque Miguel no obtuvo ningún beneficio personal al difundir


conocimiento falso, fueron las circunstancias de su educación las
que llevaron a la perpetuación del error en el campo de la econo-
mía, afectando al país y a las generaciones futuras.

Después de considerar todo lo expuesto anteriormente,


es evidente que la educación pública estatal presenta problemas
significativos. Por lo que, plantear la posibilidad de transferir esta
responsabilidad al sector privado, cae dentro de lo debatible. La
idea de laicidad escolar no debe limitarse únicamente a religiones
teístas, sino también al adoctrinamiento inherente al sistema po-
lítico. Si buscamos una formación laica, esta debe estar desvin-
culada tanto de la política partidaria, como de los intereses del
Estado. Esto es crucial si queremos que el sistema educativo se
desarrolle al mismo ritmo que nuestra sociedad, en lugar de estar
sujeto al enfoque que decidan los políticos. Sin embargo, surgen
las preguntas: ¿es la privatización una opción viable? ¿Cuáles se-
rían las consecuencias para nuestra sociedad?
Imagina un grupo de empresas privadas interesadas en
invertir en el país, relacionadas con, por ejemplo, la programa-
ción y sistemas informáticos. Por razones de eficiencia y costos,
les resultaría muy útil contratar empleados locales, ya que, de no
hacerlo, tendrían que importar trabajadores, lo que implicaría
costos y demoras significativas. Sin embargo, las empresas tam-
bién desean empleados capacitados, que estén versados en los
lenguajes de programación específicos que requieran. Por ejem-
plo, una empresa podría preferir programadores en java, mientras
que otra podría preferirlos en C + + o en Python.

Al llegar a este punto, las empresas comienzan el proceso


de contratación, y se encuentran con la sorpresa de que los gra-
duados locales están muy por debajo del nivel esperado por las
empresas. Esto no solo se refleja en términos de conocimientos,
sino también en la especificidad de los mismos, ya que como
mencione anteriormente, en los países más desarrollados, la
110 | Educar en la era digital

especialización se vuelve más profunda. En otras palabras, las


empresas deberán elegir entre empleados locales no cualificados,
o invertir grandes sumas de dinero en importar empleados capa-
citados. Esta decisión, ciertamente, no es fácil desde el punto de
vista empresarial.

Este problema podría ser fácilmente solucionado por la


privatización educativa. En primer lugar, una o varias de estas
empresas podrían establecer centros educativos locales donde los
futuros programadores se formen de acuerdo a las necesidades
específicas de cada empresa. Podrías pensar que esto ya es posi-
ble en la actualidad, que simplemente se trata de abrir una acade-
mia. Sin embargo, mi planteo va mucho más allá. Estudiar una
carrera implica prepararse para el futuro laboral, por lo que no
tendría sentido que el futuro programador, además de la educa-
ción impartida por las empresas, sienta la necesidad de buscar
una certificación en la educación tradicional.
Estas empresas podrían formar a los estudiantes, desde
una edad más temprana y productiva, en asignaturas que les re-
sulten útiles para el trabajo que estos desempeñarán. Conside-
rando la edad laboral como los 18 años, sus estudios en estas es-
cuelas profesionales podrían comenzar a los 15 años, cuando los
alumnos culminen el ciclo básico. Este nivel educativo ocuparía
el lugar de las escuelas técnicas, cumpliendo con el equivalente
al bachillerato, y obteniendo trabajo inmediatamente al culminar
sus estudios, sin la necesidad de perder aún más años en estudios
de grado.

La razón por la que la privatización es necesaria para


esto, es porque estas empresas podrían requerir de evitar la currí-
cula y los temarios, ya que en el contexto del trabajo que ofrecen,
quizá no tenga sentido formarlos en literatura o en ciencias vi-
suales, y que dediquen ese tiempo a profundizar en áreas como
matemática, programación en diversos lenguajes, o idiomas im-
portantes en el mundo de la informática, como el inglés o los
Privatizar la educación | 111

dialectos chinos. Lo importante es que esto no solo podrían ha-


cerlo los programadores. Las empresas de construcción también
podrían beneficiarse en establecer sus propios centros educativos
donde fomenten la formación en ciencias visuales, matemáticas,
arquitectura y diseño, en lugar de biología y literatura, por ejem-
plo. Un estudio jurídico podría promover la formación en dere-
cho, en humanidades, o en ciencias políticas y sociales. Un estu-
dio financiero podría centrarse en materias como matemáticas,
ciencias económicas, historia y formación legal, entre otras.

Cada sector podría ofrecer educación en el ámbito en el


que se considere más adecuado, con una carga horaria y una du-
ración que se adecue a las necesidades de cada empresa. Esto no
solo beneficiaría a los estudiantes, sino también a la economía
del país; el Estado reduciría significativamente los gastos en edu-
cación, mientras que generaría considerables inversiones e im-
puestos provenientes de estas industrias emergentes. Además,
tanto los profesionales técnicos como los educadores se verían
favorecidos, ya que habría numerosas oportunidades de empleo
bien remuneradas en el sector privado. Incluso grupos de perso-
nas sin un interés particular en ninguna profesión podrán partici-
par de este proceso, deseando educar en las diversas asignaturas
posibles, pero con una carga horaria, enfoque o plan de estudios
diferente al propuesto por el Estado.

Lo mejor de todo es que, gracias a la competencia, estos


sistemas se financiarían mediante fondos empresariales o las ma-
trículas de los estudiantes. Si surgiera un sistema ineficiente o
mal gestionado, inevitablemente perdería dinero, lo que lo obli-
garía a mejorar o cerrar, dejando espacio para un sucesor más
competente. A la larga, todas las variantes del sistema educativo
privado serán excelentes, y se habrán desarrollado a un ritmo
inalcanzable por la educación estatal.
112 | Educar en la era digital

En principio, estas empresas no deberían tener ningún


interés político en las instituciones. Por lo tanto, no hay riesgo de
adoctrinamiento por parte del Estado, ya sea en favor de unos
intereses u otros. Además, esta competencia puede presionar al
Estado para que mejore las condiciones de la educación pública,
Si no se adapta y mejora, el sistema público será superado por
sus contrapartes privadas, lo que lo obliga al Estado a competir,
perdiendo ese peligroso poder y control que poseían anterior-
mente. Estos son los beneficios institucionales de las empresas,
pero no estamos considerando los beneficios para los estudiantes
y los centros educativos. No me refiero solo a mejores oportuni-
dades laborales, o a un sistema más adecuado para la sociedad
moderna, sino también a cuestiones de financiación y desarrollo
integral de la calidad del sistema.

Por supuesto, este sistema no está exento de problemáti-


cas, siendo una de las más mencionadas la validación futura de
los diplomas. Dado que cada institución emite sus propios certi-
ficados, existe el riesgo de que una de ellas termine en quiebra o
desaparezca. Esto plantea un desafío significativo, ya que no ha-
bría manera de respaldar la validez de estos diplomas, dejando al
alumno sin ningún medio para demostrar sus competencias. Po-
drías pensar que esto se soluciona creando un organismo estatal
que se encargue de respaldar las certificaciones de todas las ins-
tituciones. Sin embargo, esto iría en contra de la idea misma de
privatizar, ya que entonces el Estado tendría en su poder un or-
ganismo que define qué instituciones son formales y cuáles no.
En última instancia, esto sería equivalente a controlar la educa-
ción por completo.

El problema anterior se conecta directamente con el si-


guiente: dado que cada institución tiene una currícula distinta,
queda en manos de cada empleador definir cuáles son las institu-
ciones cuyas certificaciones acepta. Debido a que el sector pri-
vado puede cambiar sus requisitos a su antojo, un alumno podría
Privatizar la educación | 113

decidir estudiar en una escuela específica porque en ese momento


hay una alta demanda laboral de dicha institución. Sin embargo,
esta situación podría cambiar para el momento que se gradúe,
dejándolo con un certificado sin valor por el cual invirtió años de
su vida.
A pesar de esta crítica, es importante señalar que existe
cierta hipocresía en este argumento. La situación expuesta es si-
milar a lo que ocurre en el sistema actual: un estudiante puede
desear años a estudiar una carrera, solo para descubrir que hay
muy pocas oportunidades laborales debido a la baja demanda en
comparación con la oferta. Sin embargo, en este caso, el título
obtenido no pierde validez, y son factores externos los que difi-
cultan la obtención de un empleo.

Otro gran desafío de la educación privatizada, es el im-


pacto que tiene en la sociedad a corto plazo. Supongamos que
hoy se decidiera privatizar todo el modelo educativo. ¿Qué pasa-
ría? En primer lugar, las industrias emergentes necesitarían un
período para definir su plan de negocios, reunir recursos, y cons-
truir la infraestructura necesaria. Durante este tiempo, no estarían
en condiciones de recibir alumnos, lo que requeriría que los es-
tudiantes continúen estudiando en las opciones existentes hasta
que las nuevas instituciones estén listas para abrir sus puertas.
Después, habrá un período de adaptación, ensayo y error, ya que
al ser algo completamente novedoso, se cometerán muchos erro-
res y se enfrentarán desafíos, que irán desapareciendo gradual-
mente a medida que se estabilice el sistema.

Cuando las industrias finalmente aprendan el negocio, y


se encuentren listas para embarcarse en el mundo de la educa-
ción, se enfrentarán a la parte más difícil de todas: La competen-
cia. Ahora, con miles de nuevas instituciones que buscan desta-
carse y capturar la mayor parte del mercado, deberán implemen-
tar estrategias empresariales para competir. Existen dos posibles
caminos que pueden tomar: competir a largo plazo, o a corto
114 | Educar en la era digital

plazo. Si se opta por una competencia a largo plazo, las institu-


ciones comenzarán con una disparidad de recursos basada en la
inversión privada que dispongan. Sin embargo, con el tiempo, las
decisiones empresariales y educativas que tomen determinarán
qué instituciones sobresalen. En este escenario, el mayor riesgo
para los alumnos es elegir una institución que tome decisiones
equivocadas, lo que podría llevar a la pérdida de prestigio o in-
cluso a la desaparición de la misma, dejando a los estudiantes y
al personal desamparados y desperdiciando todo el tiempo que
dedicaron.

La segunda opción es que las instituciones compitan a


corto plazo. Esto implica que el proceso para establecerse en el
mercado se acelera considerablemente, pero con el riesgo notable
de que las decisiones tomadas por estas instituciones no están
orientadas a maximizar la educación integral de los estudiantes,
sino a demostrar cuantitativamente que sus resultados son supe-
riores. Esto puede llevar a que los alumnos sean educados de
forma superficial, y sean evaluados constantemente con el único
propósito de utilizar esos resultados para atacar a la competencia
y obtener mayor inversión. En este caso, la situación más ries-
gosa es que las primeras generaciones de alumnos sean medio-
cres en comparación con las que teníamos en los tiempos de la
educación puramente pública. Solo veremos mejoras considera-
bles cuando la feroz competencia se haya estabilizado, lo que ge-
nerará descontento en la población.

Como puedes observar, la privatización no está exenta


de problemas, pero el alcance de estos depende de qué tan
abrupto sea el proceso de privatización. Este proceso no significa
necesariamente eliminar por completo la educación pública, sino
más bien permitir que las instituciones educativas privadas de-
pendan plenamente de ellas, y no de una currícula impuesta por
el gobierno. De esta manera, las universidades e instituciones que
no sean exitosas en formar profesionales más calificados
Privatizar la educación | 115

recibirán menos matrículas y no podrán financiarse, lo que even-


tualmente las llevará al cierre. A largo plazo, solo quedarán aque-
llos centros cuyos planes educativos sean exitosos en formar in-
dividuos perfectamente calificados, lo que les generará un pres-
tigio institucional como el que poseen universidades como Har-
vard o el MIT.

Hoy en día, esto no sucede por dos razones: en primer


lugar, debido a que la currícula impone un modelo educativo
único que debe ser respetado tanto en centros públicos como pri-
vados. En segundo lugar, la educación pública tiene la ventaja de
no depender de las matrículas ni del prestigio de su modelo. Al
financiarse a través de una fuente ilimitada y permanente de in-
gresos (los impuestos), los centros públicos pueden ofrecer edu-
cación “gratuita”, lo que obliga a las personas de bajos recursos
a utilizar estos centros. Este fenómeno puede compararse con las
marcas de refrescos como Manaos y Coca Cola. A pesar de la
abismal diferencia en calidad entre ambas, algunas personas eli-
gen Manaos debido a su precio considerablemente más bajo. Las
personas tienden a pensar primero en su bolsillo, y luego en la
calidad del producto. Por lo tanto, la educación pública al ser
“gratuita”, siempre parecerá una opción más atractiva para el bol-
sillo, incluso si la calidad no es comparable.

Algunos lectores podrían argumentar que incluso si Ma-


naos fuera gratis, aún habría personas que seguirán eligiendo
Coca Cola. Esto es cierto, pero se debe a que hay una diferencia
sustancial de calidad entre ambas marcas. En lo que a mi con-
cierne, no hay una diferencia tan marcada entre la educación pú-
blica y la privada. Sin embargo, esta falta de diferencia en calidad
no se debe a las instituciones privadas, sino a las currículas edu-
cativas obsoletas que ambos tipos de instituciones están obliga-
dos a seguir. Mientras el gobierno puede tener sus razones para
implementar estas currículas, las instituciones privadas no nece-
sariamente comparten los mismos intereses. Para utilizar esa
116 | Educar en la era digital

analogía correctamente, deberíamos considerar que ambas estu-


vieran hechas con la misma fórmula y proceso industrial que la
Manaos. Lo que hace especial a Coca Cola no es solo su bran-
ding, sino también los años de investigación y los millones de
dólares invertidos en crear una fórmula que cautive al cliente de
este tipo de bebidas. Su monopolio es una consecuencia de esto.

Sin embargo, en el campo de la educación no existe algo


similar. Cuando un modelo pedagógico demuestra ser más com-
petente que el actual, si no es posible utilizarlo para mantener
cierto control sobre el mismo, simplemente es desechado y olvi-
dado. Contrario a lo que piensa la mayoría del mundo, que la
educación parezca obsoleta y anticuada no tiene nada que ver con
que no hayamos desarrollado modelos pedagógicos modernos.
De hecho, la inclusión de tecnologías en modelos provenientes
de principios del siglo XX, es perfectamente plausible y podría
tener resultados mejores que cualquier sistema actual. El pro-
blema radica en que la única manera de demostrar esto sería per-
mitir la competencia privada en la educación, algo que no con-
viene al Estado ni económicamente ni socialmente.

Aquí, el debate se vuelve principalmente filosófico, ya


que dependerá de cada individuo analizar qué modelo conlleva
más riesgos, y qué consecuencias son más relevantes a corto, me-
diano y largo plazo. No obstante, expresando mi opinión perso-
nal, considero que los problemas que mencionados relacionados
con una posible privatización son más solucionables y menos sig-
nificativos que los temas que hemos discutido sobre la educación
del Estado. Desde mi perspectiva, un sistema cuyo uso puede lle-
var al adoctrinamiento masivo, dejando a la sociedad expuesta a
dictaduras, autocráticas o incluso a su propia destrucción, es mu-
cho más peligroso que un sistema cuyo principal inconveniente
sea la validez futura de los títulos, o si las primeras generaciones
no logran resultados destacables.
Privatizar la educación | 117

Independientemente de la vía elegida para privatizar,


siempre existirán ciertos desafíos a superar. Esto hace que la con-
clusión dependa de pensar críticamente acerca de cuáles benefi-
cios son más relevantes, y cuáles desafíos son más peligrosos.
Sin embargo, alrededor de la idea de la privatización, siempre
han existido ciertos mitos que no son ni beneficios ni problemas,
pero que un sector de la sociedad ha intentado hacer pasar como
tales. Estas ideas han sido instauradas por un grupo de personas
con intereses políticos, que desean que la educación permanezca
en manos del Estado. A primera vista, esto parece ilógico, ya que
estas personas no necesariamente forman parte del poder, por lo
que en principio no deberían beneficiarse de difundir ideas des-
informativas. Sin embargo, estaríamos ignorando los efectos del
fanatismo, y el sesgo que se crea debido a un prejuicio implan-
tado en la sociedad, fomentado desde un sector político que si
tiene intereses en que esa idea se difunda.

Generalmente, las ideas anti-privatización suelen orien-


tarse a las personas de bajos recursos. Por ejemplo, quizá la pri-
mera preocupación que surja en tu mente al analizar esta posibi-
lidad es la diversidad social. Si se privatiza la educación, ¿no im-
plicaría esto que solo los ricos podrían acceder a ella? ¿Cómo es
eso compatible con la inclusión que yo mismo he defendido? El
razonamiento lógico subyacente de una persona de bajos recur-
sos es: “Actualmente no puedo pagar la educación privada, por
lo que, si se privatizara por completo, no podría costearla y, como
resultado, mi familia se quedaría sin acceso a la educación”. Sin
embargo, esta afirmación, así como muchas otras, se basa en mu-
chos supuestos que no necesariamente son ciertos.
Comencemos desde el principio: privatizar implicaría fi-
nanciar la educación de cada individuo en las instituciones priva-
das. Sin embargo, ¿es posible lograrlo, y al mismo tiempo garan-
tizar que todos los miembros de la sociedad tengan acceso libre
a la educación, sin importar su situación económica? Esta pre-
gunta es importante, ya que, aunque la privatización parece
118 | Educar en la era digital

factible y atractiva, aún no he dado una respuesta contundente


sobre cómo se podría lograr sin que las personas de más bajos
recursos, y los escalones más bajos de la clase media pierdan su
derecho a la educación. Porque, por muy deficiente que pueda ser
la educación del Estado, al menos nos asegura que todos tendre-
mos un lugar en ella, y que no seremos discriminados por el sis-
tema según los ingresos familiares.

Este argumento es el principal pilar de quienes defienden


la educación pública. Sin embargo, este no considera que existen
diversas formas de financiar un plan social, y el hecho de que el
Estado no sea quien decida sobre la currícula, no impide que este
la financie parcialmente. En primer lugar, estas empresas, al in-
vertir en nuestro país, actuarían como contribuyentes corporati-
vos, es decir, pagarían impuestos al Estado. Este ingreso adicio-
nal se está desperdiciando en la actualidad, debido a que las gran-
des empresas que podrían estar interesadas en invertir son des-
alentadas por la falta de libertad académica.
¿Tiene sentido gastar millones de dólares en establecer
un centro educativo especializado, si la única formación que pue-
den ofrecer es idéntica a la que ya se imparte en los centros pú-
blicos? Sin embargo, al permitir mayor libertad de cátedra, esta-
ríamos brindando a estas empresas un incentivo para invertir, lo
que generaría una nueva fuente de ingresos para la educación.

Otra cuestión económica a tener en cuenta, es el impacto


demográfico que se generaría con la transición hacia este nuevo
sector privado. Esto resultaría en una disminución significativa
de alumnos en el sector público, lo que a su vez llevaría a la ne-
cesidad de menos docentes, administrativos, centros educativos,
organismos de control, y personal encargado de inspección y ges-
tión del ministerio, entre otros. Todos estos gastos eliminados se
traducirán en un flujo de ingresos para las arcas públicas, lo que
permitirá generar un superávit que podría destinarse a financiar
diversas modalidades de becas académicas. Estas becas se
Privatizar la educación | 119

entregaron a aquellos sectores de la población que no dispongan


de los recursos necesarios para costear la educación privada de
sus hijos, permitiéndoles elegir el centro educativo que deseen.
De esta manera, se garantiza que todos los estratos so-
cioeconómicos tendrán acceso a educación de calidad, y no solo
los afortunados hijos de familias adineradas que puedan cos-
tearla. Para controlar el gasto en estas becas, se podrían estable-
cer objetivos académicos relativos al monto total requerido, que
los estudiantes deben cumplir para mantenerla. En caso de que
no cumplan con estos objetivos, o no demuestren interés en su
educación privada, la beca se suspenderá.

Otro argumento comúnmente utilizado para criticar esta


idea, es que fomenta la discriminación entre aquellos que pueden
pagar, y aquellos que reciben becas. En primer lugar, ya existen
becas académicas en la actualidad, por lo que ya hemos tenido
experiencia con estas situaciones. En segundo lugar, la existencia
de una cultura de la discriminación, sin importar la razón detrás
de ella, es un indicativo de una educación deficiente de la socie-
dad. El problema de la discriminación no está relacionado con el
sistema de becas o con financiar la educación de aquellos que no
puedan pagarla. Es más bien una cuestión sistemática derivada
de estrategias fallidas de crianza, que inculcan en los jóvenes la
idea errónea de que no pertenecer a una familia adinerada, o ne-
cesitar ayuda especial, tiene connotaciones negativas.
Al usar este argumento, se está expresando indirecta-
mente que no es posible dar ayuda a quienes la necesitan, ya que
esto genera falta de educación y respeto. Sin embargo, lo que
realmente causa esas reacciones, es la incapacidad de los padres
para educar apropiadamente a sus hijos en cuanto al respeto, los
modales, y la empatía. De manera similar a la educación, el sis-
tema no es perfecto. Pero esto no implica que todo sea culpa del
sistema en sí; también hay responsabilidad de todos los actores
que influyen en él, incluyendo padres, docentes, profesionales
multidisciplinarios, entre otros.
120 | Educar en la era digital

Al desmitificar la privatización educativa, surge la pre-


gunta de cómo debería funcionar el sistema de becas en conso-
nancia con este nuevo paradigma. Una de las propuestas más in-
fluyentes ha sido la de los “vouchers educativos” o “cheques es-
colares”, introducidos por primera vez en 1955, por el premio
Nobel de Economía Milton Friedman, en su ensayo académico
titulado “The Role of Government in Education”. En este ensayo,
Friedman plantea la idea de que los padres deberían recibir algún
tipo de subsidio monetario que les permitiera elegir libremente la
escuela a la que desean enviar a sus hijos. Defendía ferviente-
mente la competencia privada en la educación, argumentando
que, al depender de los padres y estudiantes para que gasten sus
subsidios, las escuelas estarían incentivadas a ofrecer propuestas
educativas de la más alta calidad para atraer a estos estudiantes.

Aunque el ejemplo de Friedman suele ser catalogado


como “discriminatorio”, la realidad es que, si analizamos tanto el
sistema propuesto por él, como el que se encuentra en la mayoría
de países del mundo, la propuesta de Milton Friedman es mucho
menos discriminatoria. Piénsalo de esta manera: sin este subsi-
dio, las únicas personas que pueden decidir completamente sobre
la educación de sus hijos, son aquellas que tienen el dinero para
financiar la escuela que deseen. Por otra parte, las familias de
bajos ingresos solo podrán enviar a sus hijos a las limitadas op-
ciones del sistema educativo público. Por lo tanto, la idea de los
vouchers puede traer, como beneficio colateral, la libertad e
igualdad para las familias de decidir sobre la educación que
desean que sus hijos reciban.
Otra crítica común dirigida al modelo de Friedman, es
que nunca se ha implementado en ningún lugar del mundo, lo que
lo convierte en algo impracticable. La razón por la que este “ar-
gumento” carece de validez es porque, aunque en ningún lugar
del mundo existe un sistema integral con introducción a la mo-
dernidad que incluya a todas las generaciones, con currículas que
Privatizar la educación | 121

motiven e identifiquen a los estudiantes con sus contenidos, ni


tampoco existe ningún plan de gestión laboral integral que com-
bata el burnout, sí está demostrado que sería ampliamente bene-
ficioso tener un sistema de estas características.

Cuando se han estudiado, desarrollado, probado sistemas


con diversas variantes para incorporarlos y, a pesar de ello, no se
llevan a cabo en ningún ámbito, esto demuestra dos cosas: la in-
competencia de quienes toman decisiones, o su malicia en no im-
plementar ideas que quizá no les beneficien personalmente (y que
incluso podrían perjudicarlos), serían sumamente beneficiosas
para la sociedad. Al final del día, son los ciudadanos quienes les
confían el poder y pagan cada una de sus decisiones con sus in-
gresos y, en última instancia, con sus vidas.
Es cierto que la propuesta original de Friedman nunca se
implementó completamente, ya que requiere una apertura total
de la libertad de cátedra en la currícula, para permitir el desarrollo
de una economía interna de educación privada. No obstante, al-
gunos países han intentado adaptarla para financiar la educación
en el sector privado de familias menos privilegiadas.

Por ejemplo, Chile implementó esta idea en 1980, me-


diante un programa conocido como “Sistema de Financiación
Compartida”, en el cual el Estado financiaba la educación en cen-
tros privados o subvencionados, para aquellos que no podían pa-
garla. Suecia también lo hizo en los años 90, estableciendo un
sistema muy similar que incluía escuelas independientes con fi-
nes de lucro31. Países Bajos y Estados Unidos también han ex-
plorado este tipo de enfoque, este último implementando progra-
mas de financiación en ciertos estados como Florida, Ohio y

31
Una escuela independiente con fines de lucro es una institución educativa
que opera como una empresa con el objetivo principal de generar ganancias
para sus propietarios o accionistas. A diferencia de las escuelas públicas y las
escuelas privadas sin fines de lucro, estas escuelas cobran matrículas y men-
sualidades a los estudiantes.
122 | Educar en la era digital

Arizona, tales como “Florida Tax Credit Scholarship Program”.


Sin embargo, en todos estos casos, la implementación de este sis-
tema ha sido motivo de controversia, ya que los datos disponibles
no son concluyentes.

En la mayoría de los estudios y revisiones realizados en-


tre 2015 y 2022, los resultados han mostrado una mejoría en las
calificaciones académicas y una mayor diversidad de opciones
educativas. Específicamente, los resultados en los Países Bajos
han sido especialmente destacados. Sin embargo, también se ha
observado un ligero aumento en la segregación tanto socioeco-
nómica como étnica. A pesar de que las familias más pobres
ahora cuentan con una subvención que les permite elegir cual-
quier centro educativo, tienden a tomar decisiones basadas más
en la practicidad que en criterios académicos. Las familias más
pobres priorizan aquellos centros educativos cercanos a sus ho-
gares, o aquellos que ofrecen horarios completos y servicios de
alimentación. Otro problema que se ha podido apreciar tras la im-
plementación de los vouchers, es la creciente competencia entre
las escuelas por obtener la mayor cantidad de subsidios posible.
Aunque puedas considerar que esto era parte del concepto de
Friedman, debes tener en cuenta que esto solo era válido siempre
y cuando haya total libertad de cátedra. Si los centros educativos
no pueden competir en el plan de estudios, se verán obligados a
hacerlo en comodidades, estrategias de marketing, y prácticas
desleales. Esto no mejora el sistema, sino que crea una cultura
basada en cuestionar a la competencia, más que en mejorar el
producto ofrecido.

Por mi parte, estoy convencido de que el motivo real por


el cual los vouchers educativos no han tenido resultados revolu-
cionarios no tiene que ver con si son o no una buena idea. Más
bien, creo que estos deben estar acompañados por una reforma
educativa completa, que permita una competencia privada legí-
tima y la creación libre de currículas basadas en los intereses
Privatizar la educación | 123

económicos, académicos, y profesionales de cada centro educa-


tivo. Esto eliminará todos los problemas de competencia desleal.
La forma más sencilla de atraer a los subvencionados será ofrecer
un sistema más práctico, elegante, funcional y efectivo que el de
la competencia, lo que obligará a las empresas a realizar consi-
derables inversiones en mejoras, investigación y desarrollo. Este
dinero, a su vez, financiará aún más vouchers, cubriendo así la
demanda creciente que inevitablemente ocurrirá debido al creci-
miento de la población mundial.

La privatización es factible, pero a cambio, requiere que


el Estado ceda su control sobre la currícula nacional y, por ende,
su relevancia en la educación. Como sociedad, también tendre-
mos que hacer sacrificios, ya que, al quitar al Estado, quien solía
indicarnos lo que era correcto en cada contexto histórico, ahora
esa responsabilidad recae en los ciudadanos, tanto a nivel indivi-
dual como colectivo. Esto demandará autonomía, investigación
y análisis crítico de las carreras más demandadas, así como eva-
luación de los diferentes centros educativos y sus correspondien-
tes propuestas, entre muchas más responsabilidades.
Sin embargo, si como sociedad estamos dispuestos a rea-
lizar ese esfuerzo adicional por el bien de la educación de las fu-
turas generaciones, estoy convencido de que los resultados asom-
brarán incluso al más escéptico. Esta solución, además de todo lo
mencionado, es la única que puede proporcionar tranquilidad a la
sociedad, asegurando que la llegada al poder de un dictador o
sistema político represor, se vuelva considerablemente más difí-
cil.
124 | Educar en la era digital
| 125

La política en la educación.

Hay un concepto que, por mucho que intento, no logro


comprender del todo: los “partidos políticos”. No me malinter-
preten, entiendo perfectamente por qué son necesarios en un sis-
tema de gobierno representativo, y comprendo cómo funcionan
internamente. Sin embargo, lo que no logro comprender es por
qué las sociedades los tratan como si fueran equipos de fútbol,
eligiendo uno y defendiéndolo a capa y espada, sin importar
cuántos errores cometan. Parece ser que a la militancia le importa
más la idea que el resultado, lo cual me parece completamente
absurdo. La “gracia” de la política (sí tiene sentido utilizar este
término), radica en asegurarse de que quienes nos gobiernan sean
efectivos en satisfacer nuestras necesidades como sociedad. Esto
difiere marcadamente con la idea de defender a aquellos que re-
presentan ideologías individuales, y atacar a quienes se oponen a
ellas.

Al igual que en cualquier otro contexto en la vida en so-


ciedad, es responsabilidad de los ciudadanos promover aquellas
ideas que generen los mejores resultados, sin importar si estas
coinciden o no con mis propias creencias. ¿Quién no desearía vi-
vir en un mundo donde todos tengamos igualdad de oportunida-
des y capacidades, y donde podamos alcanzar todas nuestras me-
tas? Sin embargo, si para lograrlo debemos adoptar ideologías
que han probado ser nocivas y perjudiciales para la sociedad, y
que limitan las libertades individuales de aquellos que no inter-
fieren con los proyectos de vida del resto, esta deja de ser una
idea atractiva en lo que a mi concierne. Es aquí donde entra la
militancia, ya que sus integrantes llevan la política partidaria a
un nuevo nivel. En este contexto, los partidos presentan sus ideas
126 | Educar en la era digital

sin importar a quién perjudiquen en el camino, y la militancia los


defenderá frente a la opinión pública. Este fenómeno no está li-
gado a ninguna ideología en particular, ya que todos los partidos
tienen militancia. La frase “Todo es veneno dependiendo la can-
tidad” explica por qué este es un problema.
En principio, no hay nada de malo en defender tus ideas
y opiniones. Sin embargo, como vimos anteriormente, para poder
hacerlo apropiadamente se necesita de un razonamiento libre, vá-
lido y laico. Esto asegura que la ideología represente tus verda-
deros pensamientos y valores, en lugar de ser simplemente una
adhesión a las creencias de un grupo al cual te encuentras unido
por un vínculo empático. Es similar a cuando un joven manifiesta
una idea política o religiosa, debido a que sus padres le inculca-
ron esa ideología desde su infancia, ligándola a su personalidad.
En este caso, el individuo independiente y pensante defiende una
idea que quizá no crea, ni sepa a ciencia cierta si es la correcta,
solamente porque fue criado para pensar que lo es.

Cuando la militancia se entrelaza con los conflictos de


interés, ciertas discusiones cruciales quedan en el olvido, impi-
diendo el avance del sistema. ¿Dónde podemos observar estas
consecuencias en acción? Si alguna vez has sido testigo de algún
paro “por la educación”, o has presenciado la ocupación de un
centro educativo, seguramente habrás notado que los reclamos
más comunes están relacionados con presupuestos, salarios, ho-
ras docentes, e infraestructura. Resulta sorprendente que, excep-
tuando este último punto (que tiene poca relevancia), ninguno de
estos reclamos beneficia directamente al estudiante.
Personalmente, considero una falta de respeto que se uti-
lice la educación como medio político para apoyar medidas que,
aunque me beneficien, no hagan lo mismo por el alumno. Por lo
tanto, resulta incomprensible que aquellos que reclaman en nom-
bre de la educación, no cuestionan aspectos esenciales como la
currícula, la falta de libertad de cátedra o la ausencia de inclusión
La política en la educación | 127

tecnológica. En lugar de eso, sus discursos se enfocan en presu-


puestos y demandas salariales.

Hago un pequeño paréntesis para aclarar que considero


que la labor docente debe ser correctamente remunerada de
forma obligatoria, y también adhiero a que las instituciones edu-
cativas merecen una infraestructura digna. Por lo tanto, no pre-
tendo decir que dichas causas no requieran movilización o que
no sean válidas, ya que, por el contrario, simpatizo con ellas. Sin
embargo, no estoy de acuerdo con catalogar estas medidas de lu-
cha como “en pro de la educación”. Me parece absurdo que una
medida proclamada de esa manera, no reclame por beneficios di-
rectos al eje central del sistema educativo, es decir, los estudian-
tes. Estas medidas suelen dirigirse hacia los demás agentes pre-
sentes que, aunque importantes, no son aquellos para quienes el
sistema es funcional.

Una medida no puede considerarse como “educativa”, si


su beneficiario no es, de manera directa, el estudiantado. Se que
mi opinión será cuestionada, pero creo firmemente que la labor
docente y todos los demás actores del sistema educativo, tienen
una responsabilidad institucional y de formación que debe estar
por encima de cualquier contexto, situación o reclamo. La cali-
dad de la labor docente no debería verse afectada por la remune-
ración. Si actuáramos de esa manera, estaríamos implicando que
no comprendemos la importancia de nuestra posición en el sis-
tema educativo. De manera similar, el aprendizaje de los estu-
diantes no se ve mejorado por un mayor presupuesto en las insti-
tuciones educativas.
Todos estos reclamos son válidos y significativos, pero
están fuera de las necesidades y problemáticas de la educación
nacional, por lo que deben ser atendidos y discutidos por fuera
del cronograma educativo. No veo razón para interrumpir y difi-
cultar el aprendizaje de los alumnos mediante paros y
128 | Educar en la era digital

ocupaciones. Esto es tan absurdo como ejecutar a los jubilados


para reclamar por mejores pensiones y jubilaciones.

La politización ha alcanzado niveles extremos, en los


que los estudiantes han formado gremios estudiantiles para abo-
gar por causas supuestamente relacionadas a su educación. Esto
parece carecer de sentido, dado que el sistema está diseñado con
múltiples mecanismos de control para abordar estas preocupacio-
nes. Sin embargo, esta tendencia revela una falla en las institu-
ciones, ya que los estudiantes sienten la necesidad de asumir el
control por sí mismos. Como resultado, debido a la naturaleza
tabú de la política en la educación, muchos estudiantes carecen
de un interés genuino en estos gremios. Esto conduce a que solo
un pequeño grupo participé de ellos, pero que, no obstante, ten-
gan el poder de tomar decisiones que afectan a toda la comunidad
estudiantil. Esta situación nos obliga a cuestionar si la política
debe abordarse o no en el ámbito educativo. Si los gremios son
una realidad que ha llegado para quedarse, entonces es impor-
tante que sean utilizados de manera coherente y constructiva, en
beneficio de todos.

Existen numerosas razones para incluir educación polí-


tica en las instituciones, ya que el objetivo es formar ciudadanos
informados y participativos en el mundo en el que viven. Uno de
estos motivos es la llamada “responsabilidad cívica”, que esta-
blece que, si la política no se discute en la educación, existe el
riesgo de que los estudiantes desarrollen apatía o desinterés en
este tema tan importante. Esto, a su vez, puede disminuir la par-
ticipación ciudadana, y aumentar las probabilidades de que el Es-
tado caiga en manos de políticos malintencionados.
Otro motivo que ha cobrado fuerza con la modernidad,
es el de la “conciencia social”, que se refiere a la comprensión de
los desafíos y problemáticas que enfrenta una sociedad, y que es-
tán intrínsecamente relacionados con las decisiones políticas to-
madas por el gobierno. Ejemplos de esto podrían ser las políticas
La política en la educación | 129

medioambientales, la lucha contra el cambio climático, la po-


breza, la desigualdad ante la ley, entre otros.
Todas estas causas son problemáticas y, por ende, es res-
ponsabilidad de los ciudadanos enfrentarlas haciendo uso de
nuestra soberanía. Sin embargo, esto se vuelve muy complicado
de lograr si los individuos del futuro no han podido comprender
estos temas, y desarrollar empatía hacia ellos.

Con todo esto, se podría pensar que la necesidad de in-


cluir a la política en el sistema educativo debería considerarse
muy seriamente. A pesar de ello, no se pueden ignorar los diver-
sos riesgos que esto podría conllevar si se hace incorrectamente,
como el “sesgo político”. Si el docente no presenta una variedad
equilibrada de perspectivas políticas, podría promover (de ma-
nera intencional o no) una ideología en particular, y limitar así la
libertad de pensamiento. Recordemos que el docente es una fi-
gura de autoridad en el aula, por lo que la opinión que transmite
hacia la clase adquiere un valor intrínseco adicional. Esto puede
crear un entorno no inclusivo, donde los alumnos eviten expresar
sus opiniones libremente por miedo a represalias.
Este problema nos lleva al siguiente punto: la muy pro-
bable generación de conflictos entre los alumnos al discutir temas
candentes, que involucren posiciones políticas opuestas. Si el do-
cente no logra actuar como guía de manera adecuada, o no puede
crear un ambiente libre de hostilidades, esto inevitablemente con-
ducirá a tensiones y debates poco respetuosos, que en última ins-
tancia no contribuyen en absoluto32.

Otro gran problema de esta inclusión política, es el riesgo


de normalizar el adoctrinamiento. ¿Recuerdas cuando mencioné
previamente de cómo la educación podría convertirse en una he-
rramienta muy peligrosa, en manos de un gobierno

32
Desde luego que esto puede ocurrir en cualquier tema que se debate en
un salón de clases, pero la política tiene mayor facilidad para generar hostili-
dad debido a la grieta ideológica que suele separar a los individuos.
130 | Educar en la era digital

malintencionado? Si además añadimos una cultura de discusión


política en las aulas, estaríamos entregando la posibilidad de ma-
nipular ideológicamente a los alumnos en bandeja de plata, lo
cual tendría gravísimas consecuencias en el desarrollo de la so-
ciedad. Al incluir la política de manera tan intrusiva en el sistema
educativo, estamos jugando con fuego, arriesgándonos a que este
mismo incendie todo lo que hemos construido. Ya es algo relati-
vamente común el encontrar docentes que presentan información
política con una voz autoritaria y adoctrinante. Por lo tanto, es
esperable que, al incluir la política en el aula, esto incremente
considerablemente, llegando a un punto donde podría ser impo-
sible de controlar para el centro educativo.

Por supuesto, una adecuada inclusión tecnológica en las


currículas podría reducir significativamente estos riesgos, ya que
los estudiantes estarían mucho más preparados para enfrentar si-
tuaciones extremas, como la llegada al poder de un grupo mali-
cioso. De todas formas, esto requiere una modernización integral
del aula que, como hemos observado, no parece contar con un
respaldo político que apoye su implementación, ni que nos dé ra-
zones para creer que esta realidad cambiará en el corto plazo.
No obstante, sería hipócrita si afirmara que los políticos
son los únicos responsables de obstaculizar el progreso del sis-
tema. En ocasiones, los propios educadores y expertos caemos en
la tentación de elegir la “menos mala” entre varias propuestas
negativas, dando la impresión de que modernizar el aula equivale
a saturarla de tecnología. Por lo tanto, propongo que considere-
mos las consecuencias negativas de no llevar a cabo una moder-
nización adecuada en la educación.
| 131

Sección IV:
La era digital.
132 |
| 133

La modernización del aula.

Llegó el momento de adentrarnos en las novedades edu-


cativas que nos ofrece la modernidad, y conocer cuáles son sus
principales falencias en la actualidad. Como mencioné anterior-
mente, existen numerosos planes pedagógicos que fueron crea-
dos entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX, y que
con pequeñas modificaciones podrían ser perfectamente aplica-
bles en la sociedad actual, resultando sumamente exitosos. A
continuación, quiero compartirles más sobre esos planes, y men-
cionar cuáles son esas modificaciones.

Comencemos por un concepto que podría resultar ajeno


para aquellos que no están inmersos en el ámbito educativo o de
las telecomunicaciones: las TIC. Esta sigla se refiere a las “Tec-
nologías de la Información y la Comunicación”33, y su implica-
ción en la vida cotidiana de las personas, ha suscitado un gran
interés en el desarrollo de la pedagogía moderna. El objetivo de
implementar estas tecnologías en la educación es, por supuesto,
modernizar el aula. Lograr llevar las maravillas del mundo mo-
derno al salón de clases, es algo que tanto alumnos como docen-
tes han estado solicitando unánimemente desde que se convirtie-
ron en una parte fundamental de nuestras vidas. Sin embargo, lo
que se busca no es incluir las tecnologías de manera forzada, sino
hacerlo naturalmente para que estas no sólo proporcionen

33
A pesar de que en este libro haya decidido presentar dichas tecnologías
en el marco educativo, se entiende por TIC a cualquier tecnología que alma-
cene, recupere, manipule, transmita o reciba información electrónicamente
en forma digital. Cuando una TIC es correctamente implementada a nivel
educativo, pasa a ser denominada como una TAC (Tecnologías del Aprendi-
zaje y el Conocimiento).
134 | Educar en la era digital

información, sino también conocimiento. De nada sirve tener un


aula modernizada y llena de tecnología, si eso no ayuda a que los
alumnos aprendan más y mejor. Para alcanzar ese punto, es ne-
cesario realizar una labor psicopedagógica muy importante,
donde todos los docentes debemos aportar nuestro granito de
arena, animándonos a probar las nuevas herramientas digitales y
proporcionando feedback a los desarrolladores.

Gracias a la pandemia del año 2020, hemos incorporado


en nuestra vida diaria una gran cantidad de estas tecnologías.
Esto ha creado una nueva forma de trabajar y estudiar a distancia,
perfeccionando los modelos existentes. Aunque para muchas
personas fue la confirmación de que prefieren estudiar de manera
presencial y tener una interacción más directa, para muchas otras
fue un camino de autodescubrimiento, donde se dieron cuenta de
que la metodología semipresencial, o incluso la completamente
virtual, les permitía mostrar su máximo potencial.
La introducción de tecnologías que permiten la colabo-
ración y el trabajo en equipo a distancia, como Zoom, Google
Drive, Microsoft Office y Trello, ha facilitado esta nueva tenden-
cia tanto en el ámbito laboral como educativo. En cuanto a la
evaluación, la necesidad de realizarla a distancia ha generado un
perfeccionamiento en las calificaciones automáticas, eliminando
la carga de revisión por parte del docente. Esto permite que los
profesores se centren en el uso de los resultados como herramien-
tas de autoevaluación, en lugar de considerarlos como un reflejo
absoluto de las capacidades del estudiante.

Una consecuencia positiva de esto es que se ha generado


una gran cantidad de datos para su posterior análisis. Dado a que
todo está digitalizado, diversas aplicaciones pueden recopilar in-
formación relevante sobre el desempeño y desarrollo del curso,
para ser procesada automáticamente y entregada al docente Con
esta información, el docente podrá perfeccionar el modelo y pro-
porcionar retroalimentación donde sea necesaria. A su vez, esto
La modernización del aula | 135

abre la puerta a una diversificación en las estrategias didácticas,


que ahora pueden ser más ambiciosas y enriquecidas gracias al
tiempo extra del que dispone el docente, y al incentivo que dan
las herramientas digitales modernas.
Un ejemplo de esto, es la denominada como “Gamifica-
ción”, que consiste en utilizar elementos y mecánicas de juego y
ocio en contextos no lúdicos. La implementación de juegos edu-
cativos, como Kahoot, Quizlet, Class Dojo, o Epic Books, ha per-
mitido incorporar un componente entretenido y atractivo para los
alumnos más jóvenes. Este grupo de estudiantes tiende a perder
la atención con facilidad si no se les estimula constantemente.
Contrario a lo que podrías pensar, esta metodología no es tan no-
vedosa, ya que desde el siglo pasado existen propuestas similares
sobre la gamificación. La evolución de la educación ha sepultado
este tipo de ideas, las cuales resurgieron debido a la necesidad de
variar el contenido para mantener enfocados a los estudiantes a
distancia durante la pandemia.

Personalmente, no soy adepto al uso de estas metodolo-


gías, ya que tienen varios componentes de riesgo a la hora de
implementarlas. Un ejemplo de esto es que pueden generar una
“falsa motivación intrínseca”, ya que, al vincular los éxitos aca-
démicos a premios o tablas de puntos, los estudiantes pueden
desarrollar una dependencia al reconocimiento, desvinculándose
del objetivo real de los mismos, que es motivarlos a mejorar. Otro
gran problema de la gamificación es la pérdida del enfoque edu-
cativo. Mal implementados, los juegos pueden darle demasiada
importancia al componente lúdico, y muy poca o nula importan-
cia al componente académico, lo que resulta en un aprendizaje
superficial. La gamificación también presenta desafíos cuando se
trata de crear identidad en el contenido, ya que, al tratarse de jue-
gos, puede resultar difícil para los estudiantes aplicar el conoci-
miento adquirido en un contexto más realista o relevante, como
el mundo real. Para abordar este problema, los docentes podrían
considerar la idea de crear juegos que están estrechamente
136 | Educar en la era digital

vinculados con situaciones prácticas. No obstante, esto puede lle-


var a la situación opuesta; al hacer que el juego sea demasiado
específico y realista, se corre el riesgo de quitarle ese compo-
nente de entretenimiento que lo hace interesante para los estu-
diantes. Mantener el equilibrio entre lo lúdico y lo útil representa
uno de los desafíos más grandes en la gamificación, ya que las
personas juegan para divertirse, y el objetivo de aprender puede
quedar en segundo plano.

Finalmente, llegamos al último componente que dificulta


la implementación de la gamificación: la desigualdad participa-
tiva. Al crear una metodología educativa, es fundamental tener
en cuenta la diversidad de estudiantes que pueden estar presentes
en el curso. Esto implica que el método debe ser lo suficiente-
mente inclusivo e individualizable para evitar que las caracterís-
ticas del mismo, en conjunto con las diferencias entre los estu-
diantes, afecten su rendimiento académico. A diferencia de mé-
todos más individualistas o personalizables, los juegos pueden
resultar más atractivos para aquellos alumnos que tienen afinidad
por ellos. Sin embargo, los estudiantes que no encuentren moti-
vación o interés en aprender mediante juegos, disminuirán drás-
ticamente su participación activa en el curso. Esto no implica que
la gamificación sea algo negativo para el aula; simplemente des-
taca la necesidad de una cuidadosa planificación para evitar erro-
res comunes, como los que he mencionado hasta ahora.

Si eres un docente que tiene la intención de utilizar esta


técnica en tus clases, y cuentas con el tiempo y la capacidad de
planificar detenidamente todo lo necesario para su implementa-
ción, permíteme darte algunos consejos. Comienza por definir
objetivos claros y específicos para la lección, ya que esto será de
gran ayuda al momento de diseñar actividades lúdicas que los
lleven a cabo. Luego, imagine una situación interesante que vin-
cule el contenido a enseñar con un componente lúdico o, en su
defecto, con una actividad que consista en seguir una serie de
La modernización del aula | 137

pasos ordenados. El juego debe contar con un conjunto sencillo


y claro de reglas o instrucciones, que permitan a los alumnos en-
tenderlo rápidamente, evitando que pierdan tiempo de la lección
en las etapas previas del mismo. Además, el juego debe basarse
en algo fácilmente identificable y que genere entusiasmo en el
alumno, por ejemplo, un juego de roles.

Al implementarlo, equilibra de manera saludable la com-


petencia y la cooperación, motivando de igual manera la autono-
mía y la colaboración entre los estudiantes. Esto asegurará que
todos los alumnos encuentren entretenimiento en la actividad,
evitando el riesgo de desmotivar a algunos de ellos y disminuir
su participación. Finalmente, cuando el juego haya terminado,
realiza un seguimiento adecuado de esta actividad, evaluando su
influencia en la participación y motivación intrínseca de la clase.
Con esta información, podrás determinar si la implementación
fue exitosa en sus objetivos, lo que te permitirá decidir si vale la
pena incluir estas técnicas en tu planificación habitual. Si estás
interesado en profundizar aún más en los fundamentos de la ga-
mificación y sus variantes para implementar, te recomiendo leer
a autores especializados como Karl Kapp, Sebastian Deterding o
Andrzej Marczewski.

Sin embargo, las tendencias educativas no solo han cam-


biado la forma en que entendemos el proceso de aprendizaje, sino
que también nos permiten cuestionar uno de los escenarios más
tradicionales de la educación: el aula. La presencialidad nos tenía
acostumbrados a un único ritmo de aprendizaje, donde el alumno
estaba condicionado por las estrategias de enseñanza y la dura-
ción del curso. En la presencialidad clásica, el profesor generaba
los materiales, el temario, las lecciones y las evaluaciones, adap-
tándolos al tiempo del que se dispone, y asignándolos a las fechas
correspondientes. Esto causaba que, si un estudiante quedaba in-
capacitado para asistir a clases, ya sea por motivos médicos o de
cualquier índole, este acabaría perdiéndose gran parte del
138 | Educar en la era digital

contenido del curso, ya que el docente no tendría ninguna forma


de adaptar los tiempos del curso a las necesidades individuales
de cada estudiante.

La pandemia requirió la creación de cursos donde una


parte de la educación, o incluso su totalidad, se imparte de ma-
nera digital, lo que convierte a la tecnología en un factor clave y
decisivo en un modelo educativo como este. No obstante, la si-
tuación de emergencia en la que se implementó el sistema com-
pletamente virtual, impidió que se considerarán todos los enfo-
ques importantes. Como consecuencia, sus resultados no son úti-
les para determinar si este mecanismo es exitoso o no. Por ejem-
plo, un aspecto que normalmente se habría considerado es la ca-
pacidad de los estudiantes para obtener resultados satisfactorios
a través de una modalidad virtual. No todos los alumnos tienen
desarrollada la autonomía necesaria para estudiar sin interacción
presencial. Así mismo, no todos los docentes tienen experiencia
en el uso de herramientas completamente digitales para llevar a
cabo sus lecciones.

Esto no quiere decir que la presencialidad sea una parte


fundamental del sistema, ya que la educación virtual no es algo
nuevo, y ha existido en múltiples partes del mundo desde que
existen las telecomunicaciones. Sin embargo, es evidente que
trasladar siglos de desarrollo educativo presencial al ámbito di-
gital no es tarea sencilla. Tanto para alumnos como para docen-
tes, existen numerosos conceptos y matices que deben ser com-
prendidos en profundidad antes de comenzar un curso en línea.
Además, personalmente creo que cuando se habla de la educa-
ción no presencial, a menudo se la presenta como el futuro de la
educación, afirmando que todos los alumnos, centros educativos
y docentes acabarán formando parte de un sistema virtual sin pre-
sencialidad alguna. Sin embargo, esto no podría estar más lejos
de la realidad, ya que, aunque su implementación podría resultar
sumamente útil para modernizar el aula, existen numerosos
La modernización del aula | 139

enfoques sobre cómo implementar adecuadamente estas modali-


dades en las currículas.

Comencemos con el enfoque semipresencial, el cual se


sitúa en un punto intermedio entre la educación tradicional y la
moderna. La semi-presencialidad es una metodología que divide
el proceso de aprendizaje en una parte presencial, y otra virtual.
La componente presencial funciona de la misma manera que
siempre, sin grandes cambios. Es en el componente virtual donde
encontramos las primeras diferencias. Aquí, el docente debe ele-
gir entre dos tipos de interacción: la “sincrónica”, que implica
una interacción en tiempo real entre el docente y el alumno, y la
“asincrónica”, donde el alumno marca su propio ritmo y crono-
grama34. En el caso de la semi-presencialidad, el resultado suele
ser una mezcla de ambos enfoques, con una inclinación leve ha-
cia el asincronismo. Esta tendencia se debe a que el asincronismo
favorece el desarrollo autónomo y responsable de los alumnos,
mientras que la sincronía se asemeja más a la orientación educa-
tiva que se imparte en un aula tradicional.

Cuando un docente planifica un curso semipresencial, es


fundamental comenzar definiendo los objetivos del curso, y di-
señar el temario de la misma manera que siempre lo ha hecho.
Sin embargo, una vez que estos aspectos están establecidos, el
docente comenzará a plantearse diversas preguntas. Por ejemplo,
¿qué porcentaje del curso se destinará a la componente presencial
y a la virtualidad? En realidad, no existe un consenso sobre este
tema y, por lo tanto, cada docente es responsable de definir, en
función de sus objetivos, qué tópicos o instancias del curso se
beneficiarán más de una u otra componente. Luego, en base a su
planificación anual, deberá determinar los tiempos que se dedi-
caran a cada una de ellas.

34
Ejemplos de la educación sincrónica pueden ser las videoconferencias, o
los chats, y de la asincronía podría ser enviar a los estudiantes un material
para leer, o un videotutorial.
140 | Educar en la era digital

Una de las formas más comunes para dividir el tiempo


entre lo presencial y lo virtual, es elegir una de ellas como foco
principal del aprendizaje, y utilizar la otra como apoyo. Por ejem-
plo, se pueden enseñar los contenidos en el entorno virtual, y
luego utilizar el aula presencial para enfocar el contenido teórico
hacia situaciones prácticas, permitiendo a los alumnos manipular
físicamente los conceptos aprendidos. Otra opción sería impartir
el conocimiento de forma presencial, y utilizar el componente di-
gital para resolver dudas más individuales que puedan tener los
alumnos, mediante tutorías virtuales y material de apoyo. No
obstante, aunque esto suene excelente, a la hora de llevarlo a cabo
se deben cumplir una serie de condiciones fundamentales para el
correcto desarrollo del curso. Por ejemplo, es esencial garantizar
previamente que todos los alumnos cuenten con las herramientas
tecnológicas necesarias. Todos necesitan una conectividad esta-
ble a internet, pero también se requiere disponer de teléfonos, ta-
blets o laptops para participar en el curso.

Además, se debe considerar que, en caso de planificar el


uso de un software específico en la parte virtual, el docente o el
centro educativo debe proporcionar una copia oficial del pro-
grama, y dedicar tiempo en clase para enseñar a los estudiantes a
utilizarlo correctamente. En términos técnicos, se necesita un
adecuado Sistema de Gestión de Aprendizaje, o, por sus siglas en
inglés, “LMS”. Esto no implica necesariamente un gasto signifi-
cativo para el presupuesto de la institución, ya que existen mu-
chos programas de licencia gratuita, así como plataformas de có-
digo abierto35 como Moodle, donde se pueden crear los progra-
mas necesarios, y adaptarlos a las necesidades personalizadas del
curso. Incluso, en caso de elegir la segunda opción, debe

35
Código abierto significa que su código fuente (que es el conjunto de ins-
trucciones que le dicen al programa lo que debe hacer) es accesible para
todo el mundo, y puede ser utilizado, modificado y distribuido gratuitamente
por cualquier persona, sin riesgos legales.
La modernización del aula | 141

considerarse que el gasto de desarrollo se desembolsa una sola


vez, ya que, una vez creado el software, solamente sería necesa-
rio modificar aquellos aspectos del código fuente que ya no re-
sulten relevantes con el tiempo. Cada institución podría tener su
propio software, o las empresas podrían desarrollar uno más ge-
nérico y vender claves de acceso a las instituciones.

Hay varias perspectivas desde las cuales se pueden ana-


lizar los beneficios de la modalidad virtual. Desde el punto de
vista del alumno, esta modalidad ofrece la posibilidad de acceder
al contenido y participar en actividades de aprendizaje en hora-
rios que se adapten a sus necesidades individuales. Esto significa
que pueden estudiar y aprender a su propio ritmo, conciliando sus
responsabilidades personales y/o laborales con su vida estudiantil
de una forma más saludable. La flexibilidad temporal del apren-
dizaje en línea ofrece mayor autonomía al estudiante, permitién-
dole desarrollar su responsabilidad, a la vez que atiende sus pro-
pias necesidades individuales.
Además, elimina las barreras geográficas y de transporte,
permitiendo la participación de los estudiantes sin importar la
ubicación. Tanto si el alumno como el docente se enferman, su-
fren una lesión, deben viajar, se ven afectados por cuestiones me-
teorológicas, paros de transporte o problemas de infraestructura
en el centro educativo, esto no impedirá que las clases sean dic-
tadas. Esta flexibilidad beneficia especialmente a los cursos com-
pletamente virtuales, ya que posibilita estudiar en cualquier uni-
versidad o centro educativo en cualquier parte del mundo, sin ne-
cesidad de trasladarse físicamente.

Este punto se conecta directamente con el siguiente; el


aprendizaje en remoto puede resultar considerablemente más
económico que la educación presencial, debido a que los estu-
diantes ahorran en materia de transporte, alojamiento y alimen-
tación, al no necesitar desplazarse físicamente a la institución.
Este efecto es aún más notable al estudiar en otro país, ya que los
142 | Educar en la era digital

gastos asociados con el alojamiento, el costo de vida u otras va-


riables, pueden ser eliminados por completo. Si consideramos
que los programas de aprendizaje en línea suelen tener costos de
matrícula más bajos, podemos concluir que es una opción más
accesible para aquellos que buscan obtener una educación de ca-
lidad, pero no cuentan con los recursos y facilidades para acceder
a ella.

El aprendizaje en remoto también ofrece una amplia va-


riedad de recursos digitales. Los estudiantes tienen acceso a bi-
bliotecas en línea, bases de datos, videos, simulaciones interacti-
vas y otras herramientas que enriquecen su proceso de aprendi-
zaje. Estos recursos digitales brindan a los estudiantes la oportu-
nidad de explorar diversas fuentes de información, estudiar de
manera interactiva y desarrollar habilidades de búsqueda y ges-
tión de la información. Como vimos anteriormente, esto favorece
el desarrollo de la motivación intrínseca, las habilidades profe-
sionales. Sobre los puntos débiles, al implementar esta modali-
dad los docentes se enfrentan a varios desafíos al evaluar adecua-
damente el desempeño y el desarrollo del curso. Un ejemplo de
esto es la falta de familiaridad que tanto el docente como alumnos
pueden tener con las herramientas digitales que se utilizarán. Esto
implica que el docente debe tomar el tiempo necesario para ex-
plicar a los estudiantes los detalles más relevantes sobre aquellos
recursos digitales que elija usar, así como dejar bien en claro cuá-
les son sus objetivos al utilizarlos. Esto no solo les dará una com-
prensión más profunda de su educación, sino que también les per-
mitirá aprovechar al máximo su potencial.

La motivación también puede ser un desafío significa-


tivo, dado que al no tener al docente todo el tiempo, y tener que
ser autodidacta en gran medida, puede resultar más difícil man-
tener la atención del estudiante. En este caso, es fundamental fo-
mentar una participación activa, y crear instancias de comunica-
ción entre alumno y docente. Estas instancias permitirán que las
La modernización del aula | 143

necesidades del mismo se expongan para que el docente pueda


abordarlas adecuadamente. La comunicación abierta y regular
entre ambas partes es clave para superar este desafío, y garantizar
un aprendizaje efectivo en esta modalidad.

Esta necesidad está vinculada con lo que podría ser el


desafío más grande a superar: la gestión y organización del
tiempo. Al eliminar la comunicación más sincrónica, es muy pro-
bable que el docente se vea consumido por correcciones, retro-
alimentación personalizada, adaptaciones del diseño individual,
y evaluaciones, lo que finalmente conducirá a un fenómeno que
ya hemos discutido anteriormente: el Síndrome de Burnout. Ges-
tionar adecuadamente los plazos, los horarios, los canales de co-
municación, y las instancias de evaluación, será fundamental
para evitar que el docente se sienta abrumado por la elevada pre-
sión de su trabajo, lo que podría afectar negativamente sus fun-
ciones debido al agotamiento mental.
El teletrabajo nos ha demostrado que, al realizar nuestras
labores desde casa, tendemos a derribar la pared que separa nues-
tra vida personal de nuestra vida laboral. Esto hace que los traba-
jadores a distancia pasen gran parte de su día dedicados a su tra-
bajo, en lugar de cumplir un horario específico. Esta situación
conduce a problemas del sueño, mala alimentación y fatiga. Es-
tablecer un horario, marcar límites entre lo personal y lo laboral,
y tomarse el tiempo necesario para desconectarse son los puntos
clave para el éxito en una educación virtual.

Sin embargo, si eres un docente que prefiere la planifi-


cación y la asesoría a la implementación en tiempo real de las
lecciones, existe una modalidad de enseñanza que ha ganado po-
pularidad gracias a la pandemia: el “Aprendizaje total asincró-
nico”. Esta modalidad implica la creación de un curso virtual,
donde se cargan todos los materiales, explicaciones y clases pre-
grabadas, permitiendo que los alumnos accedan a ellos a su pro-
pio ritmo, sin necesidad de estar conectados simultáneamente
144 | Educar en la era digital

con el docente. Este tipo de aprendizaje ofrece flexibilidad hora-


ria y espacial, ya que, al no requerir de interacción en tiempo real,
tanto estudiantes como docentes pueden realizar sus tareas edu-
cativas en el momento del día que les resulte más cómodo, y
desde cualquier lugar del mundo. Esto posibilita tener horarios
adaptables y responsables, al mismo tiempo que brinda libertad
al docente en la elaboración del material didáctico.

Durante la pandemia, los cursos asincrónicos se convir-


tieron en un mecanismo fundamental para la recuperación labo-
ral. Las personas podían realizar cursos sin tener que asistir a cla-
ses sincrónicas, y obtener certificados que les ayudaban a conse-
guir mejores oportunidades de trabajo. Universidades importan-
tes como Oxford, Stanford, Harvard, MIT, y grandes empresas
como Google o IBM ofrecieron una amplia variedad de cursos
en modalidad asincrónica total, repartiendo certificaciones que
ayudaron a miles de personas a progresar en sus carreras, sin la
presión de asistir a clases en línea. Los docentes encargados del
diseño tuvieron la oportunidad de desafiarse a sí mismos, apli-
cando sus conocimientos y habilidades para crear cursos asincró-
nicos capaces de transmitir tanto conocimiento como fuera posi-
ble, evaluarse automáticamente y, al mismo tiempo, mantener
cierto grado de validez en sus certificaciones. Algunas de estas
universidades incluso permitieron obtener títulos de grado y pos-
grado universitarios en modalidad asincrónica, reduciendo la in-
teracción sincrónica a sesiones de asesoría.

Este tipo de educación tiene numerosas ventajas. Para los


profesores, permite impartir clases y cursos a estudiantes de cual-
quier parte del mundo, sin preocuparse por cuestiones como la
diferencia horaria, la evaluación, o la personalización del mate-
rial. Por otro lado, los alumnos también se benefician de la posi-
bilidad de estudiar en cursos de otros países sin tener que preo-
cuparse por el cambio de horario. Además, existen ventajas de
motivación intrínseca, como la autonomía, la adaptabilidad, y la
La modernización del aula | 145

responsabilidad, moldeando habilidades y comportamientos im-


portantes en la actualidad.
Esta modalidad puede resultar muy interesante para
quienes, además de su educación, tienen otras responsabilidades,
como un trabajo o una familia. Dado a que el material del curso
se publica completo, está disponible en todo momento de forma
permanente. Esto permite a los estudiantes visitarlo tantas veces
como sea necesario, y revisarlo incluso después de que el curso
haya concluido. Es una de esas maravillas del mundo moderno
que afortunadamente han llegado para quedarse.

Sin embargo, como todo en la vida, existen múltiples


desafíos a superar. Por ejemplo, esta modalidad requiere que los
estudiantes se motiven a sí mismos para cumplir con las tareas,
los plazos y las lecturas. Al no tener un docente en tiempo real
que proporcione retroalimentación, esto puede dificultar el
avance en el curso si el alumno no es lo suficientemente discipli-
nado e independiente. Otro problema muy común en el aprendi-
zaje asincrónico es la necesidad de monitorearse y evaluarse a sí
mismos, basándose en la comprensión de los materiales. Dado a
que no disponen de un profesor que personalice el material para
cada caso concreto, los estudiantes deben ser capaces de identi-
ficar y resolver por sí solos todas las dudas y preguntas que pue-
dan surgir en el proceso. El último gran desafío es, por supuesto,
las barreras tecnológicas que algunos pueden tener. En esta mo-
dalidad, los alumnos dependen de estar conectados a internet de
manera estable, y de disponer de los dispositivos electrónicos ne-
cesarios. Esto, que puede parecer algo trivial, es un gran pro-
blema para un porcentaje importante de la población, lo que
puede dificultar o incluso imposibilitar su implementación en
ciertos casos.

Estos desafíos son la fuente principal de los consejos


para los docentes que están considerando crear un curso asincró-
nico. Para hacerlo adecuadamente, se comienza (como siempre)
146 | Educar en la era digital

con una definición clara de los objetivos del curso. Sin embargo,
a diferencia de un curso tradicional, el docente debe adoptar una
visión más panorámica de los mismos, ya que no podrá establecer
metas parciales, sino solo aquellas que involucren al curso en su
totalidad. En cuanto al curso en sí, este debe estar bien estructu-
rado y organizado, de manera que los contenidos sean escalona-
dos y estrechamente relacionados entre sí. Para lograr esto, es
común dividir el curso en módulos o unidades temáticas, donde
cada una tenga un nexo que las conecte entre ellas. Esto ayuda a
que el alumno pueda vincular rápidamente los contenidos, y no
pierda tiempo tratando de establecer esas conexiones por sí
mismo.

La selección de materiales es una etapa crucial que re-


quiere dedicar tiempo y esfuerzo antes de la publicación del
curso. Estos materiales deben ser de alta calidad, atractivos e in-
teresantes para los estudiantes. Los recursos más comunes inclu-
yen lecturas de artículos, clases pregrabadas, presentaciones, y
videos demostrativos. Es fundamental que el docente estudie a
fondo cualquier contenido que vaya a ser introducido en el pro-
grama, para asegurar que cumple con los estándares requeridos
para un curso de esta índole. Cualquier material considerado debe
ser revisado cuidadosamente hasta garantizar que presenta la in-
formación de manera precisa y completa, y que está alineado
efectivamente con los objetivos del curso.

Finalmente, para evitar que el estudiante se quede estan-


cado debido a la falta de comprensión del material, es posible
establecer instancias de asesoría sincrónica personalizada para
aclarar estas dudas, y que el alumno continúe con su proceso edu-
cativo sin demoras. Estas asesorías pueden ser periódicas, como
semanales o mensuales, o pueden llevarse a cabo bajo solicitud
previa del alumno. En este último caso, es el alumno quien soli-
cita la asesoría y el docente quien la programa. Esta opción tam-
bién implica una mayor responsabilidad por parte del alumno, ya
La modernización del aula | 147

que debe preparar con anticipación sus dudas y preguntas de ma-


nera eficaz, de modo que no necesite asesoramiento adicional
posteriormente.

Como pueden apreciar, la modernidad ha transformado


el aula, permitiendo desarrollar mecanismos de aprendizaje indi-
vidualizados e incluso modalidades de estudio que se adaptan a
las posibilidades de cada estudiante. Sin embargo, a pesar de es-
tos avances, la verdadera modernización no parece haber lle-
gado. El problema radica en que los desarrollos actuales de la pe-
dagogía se centran en las variaciones de cómo los niños apren-
den, pero no en qué aprenden. Es decir, los modelos pedagógicos
actuales no buscan obtener más y mejor conocimiento, sino en-
contrar formas más creativas de adquirir el mismo de siempre.
Como ejemplos de esto, podemos mencionar las ideas de Spencer
Kagan sobre el aprendizaje cooperativo, donde el conocimiento
llega a los alumnos a través de la interacción con sus pares. Tam-
bién podríamos mencionar a Javier Monteagudo, quien aboga por
el aprendizaje basado en el modelaje y la práctica individual, lo
que comúnmente llamamos proyectos.

Sin embargo, como mencioné anteriormente, todas estas


ideas parten de la misma premisa: el sistema educativo no fun-
ciona porque es obsoleto. En realidad, el sistema educativo no
cumple su función debido a que el conocimiento impartido no se
adapta a la modernidad, ni la naturaleza tecnológica que tenemos
hoy día. En el mundo real, cuando un profesional tiene una duda
en su trabajo, recurre a la tecnología para solucionarlo. Cuando
un matemático necesita hacer un cálculo complejo, utiliza una
calculadora o un algoritmo. Cuando un chef quiere preparar una
receta que no conoce, busca una página web de cocina. Esta es la
realidad actual: el conocimiento está al alcance de cualquiera que
tenga acceso a internet; solo es necesario ser prudente y sabio al
buscarlo. No tiene sentido seguir enseñando contenido variado y
memorizable para el cual ya disponemos de una biblioteca digital
148 | Educar en la era digital

completa a la que podemos acceder. Debemos invertir nuestro


tiempo, dinero y mentes en desarrollar currículas que fomenten
el conocimiento en áreas donde aún no somos superados por las
máquinas: las áreas creativas.

El uso adecuado, ético y moral de las tecnologías, así


como los límites de nuestra imaginación e ideas innovadoras,
junto con la posibilidad de buscar respuestas a las preguntas más
trascendentales, son solo algunas de las muchas tareas que solo
nosotros, los humanos de carne y hueso, podemos realizar. En
cambio, estamos dedicando nuestro tiempo a aprender conoci-
mientos triviales y prescindibles que, si no se les da un uso prác-
tico, olvidaremos en pocos años. Indudablemente, el futuro de la
pedagogía y la educación es incierto y delicado, ya que ni si-
quiera aquellos que nos dedicamos por completo a ellas com-
prendemos con exactitud hacia dónde nos están llevando. Aun-
que personalmente creo que la pedagogía todavía tiene mucho
espacio para madurar y crecer, mientras exista un límite en
cuánto podemos desarrollar tecnológicamente el sistema, llegará
un punto en que no haya más margen de mejora y, a pesar de eso,
seguirá siendo mediocre.

Anteriormente en este texto, mencioné el “Plan Ceibal”,


que consistía en proporcionar a las instituciones un conjunto de
laptops limitadas, y desarrollar modelos educativos que las im-
plementen. Lo más curioso del caso es que este plan alcanzó su
apogeo entre 2007 y 2013, años donde el uso masivo de smartp-
hones se convirtió en una tendencia mundial. Si se hubiera pre-
visto esto, no habría sido necesario crear toda una red de máqui-
nas, ni adaptar todas las propuestas para su uso, ni desarrollar
bibliotecas digitales. Incluso si se hubiera utilizado la tecnología
de las primeras laptops de bajo presupuesto disponibles en esa
época, se habría logrado que, en lugar de disponer de dispositivos
poco eficientes y limitados, las planificaciones educativas
La modernización del aula | 149

hubieran contado con dispositivos altamente potentes y repletos


de información.

Además, personalmente creo que la idea misma de la


modernización está muy distorsionada, llevando a la gente a pen-
sar que solo se logra mediante computadoras, pizarras electróni-
cas, y asientos con calefacción. Se ha transmitido al mundo que
la modernización del aula implica incorporar tecnologías al pro-
ceso de aprendizaje, en lugar de al contenido. Una pizarra con-
vencional cumple la misma función que una electrónica, al igual
que un libro cumple la misma función que un ordenador. Por lo
tanto, la solución no radica en reemplazar los ingredientes clási-
cos por sus versiones modernas, sino en modernizar la receta.
Enseñar a niños, adolescentes y adultos a utilizar las nue-
vas herramientas del mundo moderno es mucho más importante
que incorporarlas forzadamente en el aula. De hecho, existe un
concepto en educación moderna conocido como “RAT”, que son
las siglas para “Reemplazo, Amplificación y Transformación”36.
Este concepto se refiere a las fases que se deben seguir en la im-
plementación y el uso de tecnologías en el aula. En la primera
fase, se implementan tecnologías que sustituyen a las herramien-
tas tradicionales, para lograr una mayor eficiencia y mejor fun-
cionamiento.

En la segunda fase, es fundamental agregar un valor di-


ferenciador pedagógico a las nuevas tecnologías, de modo que
puedan brindar beneficios significativos. Finalmente, en la ter-
cera fase, se busca transformar el proceso educativo para que in-
cluya las tecnologías de manera integral. Esto implica un cambio
profundo en el enfoque del estudiante, que debe adaptarse y
aprender de una forma más adecuada para enfrentar las demandas
del mundo moderno.

36
Al momento de escribir este libro, he encontrado múltiples nombres para
este concepto. No obstante, todos acaban refiriéndose a las mismas fases.
150 | Educar en la era digital

Como podrán notar, parece que todas las currículas del


mundo se están quedando estancadas en la fase uno, impidiendo
el desarrollo tecnológico en la educación. Aquí es donde me
cuestiono si este problema alguna vez tendrá solución, ya que
para resolverlo no basta con estudiar y trabajar en el desarrollo
de la pedagogía y las TIC, sino que también es necesario un cam-
bio en cómo entendemos las políticas sociales. Esto significa que
todos, incluyendo aquellos que no están lo suficientemente infor-
mados y quienes se benefician de esta situación, deben actuar en
contra de sus propios intereses. ¿Es posible que los seres huma-
nos seamos lo suficientemente altruistas como para anteponer los
principios y los valores éticos al beneficio personal? ¿Pero in-
cluso si logramos superar estos desafíos, será suficiente?
| 151

La alfabetización digital.

A pesar de vivir en la era de la información, resulta sen-


cillo encontrar personas mal informadas sobre temas cotidianos,
e incluso difundiendo esa desinformación a través de medios de
comunicación masivos. ¿Cómo es posible que exista la ignoran-
cia, en un mundo donde las respuestas están al alcance de to-
dos? A lo largo de este libro, he deliberadamente insinuado que
la tecnología y el avance moderno como algo universal, que no
discrimina por ubicación geográfica, edad, sexo, religión o con-
texto socioeconómico. Sin embargo, la realidad es mucho más
compleja.

En el mundo moderno, las desigualdades desempeñan un


papel decisivo en el avance y en el desarrollo, por lo tanto, no
podemos pasar por alto las causas subyacentes que se derivan de
estas desigualdades. El último estudio realizado por la Unión In-
ternacional de las Telecomunicaciones, determinó que el 37% de
la población mundial (aproximadamente 2900 millones de per-
sonas) nunca ha tenido acceso a Internet. Las razones detrás de
estas cifras son diversas y complejas. Van desde la desigualdad
económica entre países desarrollados y aquellos en vías de desa-
rrollo, hasta conceptos más abstractos como la brecha generacio-
nal37 y la brecha urbano-rural38, entre otros.

37
Brecha generacional refiere al hecho de que las personas más jóvenes
tienden a tener mayor acceso a internet y a las tecnologías, mientras que di-
cho acceso se reduce conforme aumenta la edad media del grupo medido.

38
Brecha urbano-rural refiere al hecho de que, a nivel mundial, las personas
que residen en zonas urbanas tienen el doble de probabilidad de utilizar in-
ternet que aquellas que lo hacen en zonas rurales.
152 | Educar en la era digital

Este último, aunque importante, se manifiesta principal-


mente en países en desarrollo, ya que las naciones desarrolladas
tienen una población rural mucho más modernizada. Sin em-
bargo, en el caso de la brecha generacional, nos enfrentamos a
uno de los desafíos más significativos en la educación. Las deci-
siones más importantes en la educación de un país son tomadas
por personas que no se educaron bajo los mismos criterios que
los nativos digitales, donde los avances eran más analógicos y
sencillos. Este efecto provoca que estas personas sientan una re-
pulsión natural hacia la tecnología, lo que los impulsa a retrasar
consciente o inconscientemente la modernización de la educa-
ción.

No obstante, esto no impide la exposición constante de


los más jóvenes a la tecnología. La falta de alfabetización digital
simplemente limita su capacidad para utilizar estas tecnologías
adecuadamente. Aunque desde los medios de comunicación po-
damos escuchar que este problema se soluciona simplemente con
una nueva generación de ministros o directores, esto no es cierto
del todo. Aquellos quienes ocupen estos cargos tampoco estarán
al día con las tecnologías más recientes ni las tendencias actuales,
lo que nos pondrá en esta situación nuevamente. Por lo tanto, si
queremos avanzar en la modernización, debemos ampliar la alfa-
betización digital para incluir a tantas personas como sea posible.
Esto solo es posible al reducir significativamente las brechas an-
teriormente mencionadas.

Crear medidas que reduzcan la brecha generacional ha


sido siempre un desafío formidable, ya que es un problema mul-
tidimensional. Esta brecha tiene un fuerte impacto en la alfabeti-
zación digital, debido a la falta de familiaridad que las genera-
ciones mayores tienen con las nuevas herramientas y plataformas
digitales. Los jóvenes han tenido más oportunidades para adqui-
rir habilidades de esta índole a través de su exposición prolon-
gada al mundo moderno, mientras que las personas mayores
La alfabetización digital | 153

pueden tener dificultades para adaptarse a los nuevos dispositi-


vos y aplicaciones debido a su falta de experiencia previa.
Además, los cambios constantes en la tecnología tam-
bién pueden contribuir, ya que los avances rápidos e inesperados
resultan abrumadores para aquellos que no están acostumbrados
a tales estímulos, generando una sensación de desmotivación y
frustración que dificulta su capacidad para mantenerse actualiza-
dos. Esto se puede observar en situaciones cotidianas modernas,
como el acceso a servicios gubernamentales en línea, trámites
bancarios y transacciones por e-commerce, entre otros.

Este problema es tan significativo que varios estudios,


realizados desde 2016, han demostrado que los adultos que se
involucran activamente en el avance tecnológico, logran exten-
der considerablemente la vida útil de sus habilidades cognitivas
y motoras. Sumado a esto, pueden prevenir síntomas clásicos de
la vejez, como la pérdida de memoria, el desvío involuntario de
la atención y el desgaste de sus relaciones sociales. Estos sínto-
mas suelen tener como consecuencias el aislamiento del adulto
mayor, y un resentimiento hacia la tecnología. El único meca-
nismo que se ha demostrado efectivo en la reducción de esta bre-
cha, es la implementación de campañas educativas impulsadas
tanto desde el gobierno, como por la sociedad en su conjunto.
Estas campañas tienen como objetivo crear una cultura interge-
neracional en la que los adultos mayores comprendan la impor-
tancia de formar parte del avance tecnológico. Al mismo tiempo,
se les proporcionan las herramientas necesarias para adaptarse
adecuadamente.

Para los docentes interesados en llevar a cabo proyectos


sociales de esta índole, me gustaría compartir algunos consejos
que pueden ser de gran ayuda para garantizar su éxito. Para em-
pezar, sugeriría que los cursos estén conformados por no más de
154 | Educar en la era digital

cinco personas, con un rango de edad de entre 50 y 70 años39. Al


mantener el número de estudiantes simultáneos en menos de
cinco, se garantiza el feedback personalizado y la posibilidad de
adaptar el ritmo del curso sin afectar a nadie en particular.
Los contenidos deben ser básicos, pero se debe hacer es-
pecial hincapié en la importancia de conocerlos, independiente-
mente de la edad o situación de vida del adulto mayor. La clave
está en generar un ambiente práctico en el que el intercambio de
información sea mayormente entre los propios estudiantes al
compartir los avances que vayan consiguiendo. También intenta-
ría crear una imagen amigable de la tecnología, ya que esta puede
resultar intimidante para quienes no están acostumbrados a ma-
nipularla con normalidad.

Es fundamental adoptar un enfoque cualitativo que tenga


en cuenta las condiciones individuales de cada uno de los alum-
nos. El eje central del curso deben ser las especificidades, nece-
sidades, rutinas, y actividades que encuentran entretenidas o que
formen parte de su vida cotidiana. Por ejemplo, si estamos traba-
jando con un grupo de adultos mayores aficionados a la cocina,
podemos enfocar el uso de la tecnología en la búsqueda de rece-
tas en línea y en la visualización de videos explicativos.
Es importante tener en cuenta que nuestro objetivo no es
formar programadores, sino simplemente acercar a estas perso-
nas hacia la tecnología, permitiéndoles ser proactivas a la hora de
manipularla. Este enfoque se relaciona con las técnicas pedagó-
gicas que hemos visto anteriormente. Buscamos que el alumno
se identifique con los contenidos que estamos enseñando, ya que
eso genera motivación intrínseca y, por ende, comodidad frente

39
El rango de edad escogido tiene como fundamento que son aquellas gene-
raciones de mayor actividad en el mundo moderno, que menor exposición
promedio a la tecnología presentan. De esta manera, es posible asegurar que
no habrá muchas variaciones en cuanto a los conocimientos previos, y permi-
tirá avanzar escalonadamente, brindando apoyo individualizado.
La alfabetización digital | 155

a situaciones desafiantes, como puede ser el uso de la tecnología


para un adulto mayor.

Finalmente, es necesario mantener una actitud flexible,


paciente y adaptable, ya que, al igual que en un salón de clases,
los alumnos pueden tener limitaciones físicas y cognitivas que
afecten no solo sus vínculos interpersonales, sino también a su
predisposición a interactuar con la tecnología. Es esencial prepa-
rar variaciones en las planificaciones, que puedan adaptarse a las
situaciones comunes. Por ejemplo, se pueden utilizar fuentes de
texto más grandes para aquellos con baja visión, implementar una
interfaz predecible y simplificada, y ofrecer una variedad de te-
mas interesantes que se relacionen con la vida de los adultos ma-
yores. Generar empatía e identidad es la clave del éxito en un
proyecto social como este.

No obstante, aunque la brecha generacional contribuye


en gran medida a la falta de alfabetización digital, no se puede
ignorar que la desinformación colectiva y la falta de habilidades
autónomas individuales en la sociedad, están presentes también
en los jóvenes estudiantes. Por lo tanto, debe haber más factores
que se deben tener en cuenta al hacer un juicio de valor sobre las
causas intrínsecas de la ignorancia generalizada. Uno de los más
importantes es, indudablemente, el arma de doble filo más pode-
rosa que puede tener una sociedad moderna: la libertad de expre-
sión. En teoría, la libertad de expresión es una garantía que tene-
mos los seres humanos para expresar nuestras ideas y opiniones
de manera abierta, sin temor a la censura por parte de otros indi-
viduos que posean suficiente poder para restringirlas.
La opinión pública ha demostrado estar completamente
condicionada hacia aquello que se difunde mayoritariamente.
Existe algo llamado el “efecto de verdad ilusoria”, que explica
cómo la repetición constante de información, incluso cuando esta
sea falsa, puede hacer que las personas la encuentren familiar y
156 | Educar en la era digital

creíble. En otras palabras; cuanto más fácilmente lo recordamos,


más creíble nos resulta.

La censura mediática no nació con las redes sociales, y


existen diversas formas de ejercerla. Una de ellas es la censura
respaldada por la ley, también conocida como censura dictatorial.
En este caso, un grupo de personas toma el control de un país,
generalmente a través de golpes de Estado. Una vez en el poder,
obtienen también el control de las fuerzas armadas y los cuerpos
de seguridad nacionales, lo que les permite influir sobre los me-
dios de comunicación masivos para que solo transmitan informa-
ción que haya sido previamente aprobada por el régimen.
A pesar de vivir en la era de la información, muchos paí-
ses en el mundo todavía tienen sistemas como los descritos ante-
riormente. En estas naciones, a pesar de la gran cantidad de in-
formación que los seres humanos tenemos acceso hoy en día, es
imposible que la población se informe adecuadamente. Todo lo
que llega a sus manos está fuertemente regulado y contaminado
con ideología y censura, por lo tanto, mediante el efecto de ver-
dad ilusoria, podrían mantener un régimen estable por mucho
tiempo.

Sin embargo, esto nos podría hacer pensar que una dic-
tadura es la única vía en la que podemos ver limitada nuestra li-
bertad de expresión, lo cual no es cierto. Las personas encargadas
de las redes sociales, los dueños de cadenas televisivas, los direc-
tores de periódicos y revistas, entre otros, tienen el poder de dar
visibilidad y difusión a las ideas con las que se identifican, y cen-
surar aquellas con las que discrepan. Y así como ellos, personas
con influencia en las nuevas generaciones pueden ejercer este po-
der en favor de las ideas de terceros a cambio de un beneficio,
convirtiéndose en lo que cotidianamente denominamos
La alfabetización digital | 157

“ensobrados”40. Al permitir que cualquiera opine y comparta in-


formación sin ningún tipo de control, se abre la posibilidad de
que grupos con gran alcance mediático difundan ideas falsas que
se alineen con su ideología, propagando así la ignorancia a nivel
global. Y esto puede hacerse intencionalmente o no, ya que no es
necesario

Si ahora se llevara a cabo una campaña masiva en redes,


televisión, radio, periódicos, etc, destacando y otorgando validez,
por ejemplo, a la idea de que se ha encontrado un dinosaurio vivo
en las costas africanas, la mayoría de la opinión pública acabaría
convencida de que esta información es totalmente cierta. Incluso,
algunos podrían llegar a agregar información falsa de manera in-
consciente, con frases típicas como “Salió en la tele que un grupo
de científicos ya lo confirmó”, “Si, están investigando”, “Dicen
que se escapó de un laboratorio”. Toda esta información no se
encuentra en ningún lugar, ni siquiera en los medios que difun-
dieron la noticia falsa. Sin embargo, la gente la comparte porque
inconscientemente ya han aceptado esta noticia como verídica.
Esto se conoce como “sesgo de confirmación”; las personas tien-
den a creer y difundir información que confirma sus creencias
preexistentes, o que está ampliamente aceptada en su comunidad
social.

Siguiendo con el ejemplo, a estas alturas ya habría ha-


bido múltiples grupos de científicos que, a través de programas
de radio, televisión, redes sociales y las principales revistas cien-
tíficas, habrían salido a desmentir esta información. Estos exper-
tos habían explicado que se trata de un bulo difundido en los me-
dios, aclarando que en no se ha encontrado ningún dinosaurio,
sino un pariente evolutivo que se creía extinto. Sin embargo, a
pesar de que estos medios tienen mucha más credibilidad que

40
Este término surge de la práctica ya anticuada de entregar sobres con di-
nero en efectivo, a aquellos que se buscaba coimear.
158 | Educar en la era digital

cualquier cadena de televisión o cualquier publicación en Face-


book, su audiencia y capacidad de difusión son mucho menores.
Al final del día, solo un grupo minoritario se habría enterado que
la noticia era falsa. Si ningún medio masivo se dedica a difundir
estos escritos científicos y la información contrastada, podrían
pasar días, meses e incluso años, y las personas seguirán pen-
sando que la noticia fue real.

Este ejemplo ilustra el poder que se puede obtener, al te-


ner la capacidad de controlar lo que se publica en los medios de
comunicación masivos y lo que no. Un desarrollo sostenible del
conocimiento general y el uso de herramientas como internet
para combatir la ignorancia no puede ser posible sin garantizar la
libertad de expresión, ni brindar acceso a la totalidad de la pobla-
ción mundial. Esto es fundamental para que las sociedades pue-
dan manifestar sus ideas sin miedo a represalias. No obstante, la
existencia de un medio de información globalizado y accesible
para todos, no es suficiente para erradicar la ignorancia. En la
medida en que la alfabetización digital siga siendo tan baja, no
es posible desarrollar un Para que los seres humanos estemos
realmente informados, necesitamos un enfoque educativo basado
en el discernimiento de fuentes confiables e información verí-
dica, acompañado de una campaña educativa sobre el uso del in-
ternet, que no discrimine en edad, sexo ni ubicación geográfica.

Quizás esto pueda sonar desalentador, ya que algo así no


existe en ningún país del mundo, ni siquiera en los más desarro-
llados. No obstante, no tengo ninguna duda de que el camino ha-
cia este destino depende en gran medida del esfuerzo adicional
que podemos realizar conjuntamente, aquellos que tenemos in-
fluencia en la educación. Colaborando juntos y estudiando aque-
llos desafíos que dificultan la integración de la tecnología al aula,
en conjunto con un paso al costado de parte de los gobiernos,
podemos comenzar la implementación tecnológica que debimos
tener hace ya muchos años.
La alfabetización digital | 159

Si algo ha quedado demostrado en estos últimos años, es


que la colaboración es una herramienta muy poderosa, con la que
se pueden luchar causas que, en primera instancia, parecen per-
didas. Nos ocurrió durante la pandemia, nos ocurrió durante
tiempos de guerra, nos ocurrió en dictaduras, y nos seguirá ocu-
rriendo ya que es la naturaleza misma del sistema. Los actores
del sistema educativo tenemos una responsabilidad institucional
y humana de trabajar en conjunto para ejercer presión sobre aque-
llos que toman las decisiones, y asegurarnos que las mismas estén
orientadas hacia el beneficio de la sociedad. Por lo que solo resta
preguntarnos, ¿quiénes son esos actores? ¿Todos podemos ser
parte de esta revolución?
160 | Educar en la era digital
| 161

¿A quién sentamos en la mesa?

A lo largo de este libro he intentado plasmar los desafíos


y contextos responsables de que el sistema educativo en el mundo
no haya alcanzado su verdadero potencial en la modernidad. Está
claro que estos desafíos van desde la economía y la política, hasta
la psicopedagogía y el contexto social, por lo que, dada su diver-
sidad y número, son muchos los actores que deben influir en el
cambio. Entonces, ¿quiénes pueden ser estos actores? Tras asistir
a una charla presentada por una experta en el tema, como lo es
Raquel Katzkowicz, fui capaz de comenzar a formular una posi-
ble respuesta a esta difícil pregunta. Fue entonces cuando entendí
que la realidad, como ya estamos acostumbrados, es mucho más
compleja de lo que uno puede llegar a pensar desde la ignorancia.

En las instituciones educativas se intenta, en la medida


de lo posible, mejorar los resultados obtenidos en la educación
del alumnado. A pesar de esto, resulta difícil lograr que todos los
actores se sientan atraídos y motivados a participar en aquellos
cambios que sean necesarios, así como también es complicado
crear un espacio donde todos ellos puedan colaborar de manera
proactiva. Un ejemplo claro de esto, es lo que comúnmente se
conoce como “Jerarquización rígida”. Esto hace referencia a que,
dentro de una institución, las responsabilidades están separadas
de forma demasiado marcada como para permitir instancias efec-
tivas de colaboración. Esto se puede ver, por ejemplo, cuando los
directores evitan establecer una comunicación fluida con los do-
centes, muchas veces respaldados por argumentos de autoridad.

En estos casos, las figuras administrativas del centro


pueden rechazar compartir información y responsabilidades con
162 | Educar en la era digital

aquellos actores que se encuentran “por debajo”41 en la cadena


de mando. Existen problemas similares a éste, como cuando es el
docente quien pone estos límites rígidos, debido a que no desea
asumir carga adicional ni responsabilidades más allá de las que
le corresponden por su trabajo. En esta dinámica, prevalece una
cultura individualista en la que cada eslabón de la cadena se en-
foca en cumplir su función sin colaborar con los demás. El do-
cente prefiere que ni padres ni administrativos interfieran en sus
planificaciones y, al mismo tiempo, el director evita que los do-
centes y padres socaven su autoridad en la institución. Es evi-
dente que la resistencia a la colaboración no se debe únicamente
a restricciones presupuestarias, sino también a un componente
cultural arraigado en las instituciones. Esta dinámica impide la
creación de espacios colaborativos y, por ende, obstaculiza el
progreso.

Una medida que ha ganado popularidad por su capacidad


de reducir el individualismo en las instituciones es el “liderazgo
colaborativo”. Consiste en promover una cultura laboral donde
todos los miembros del centro tengan la oportunidad de contri-
buir, con sus ideas y habilidades, al funcionamiento del mismo.
Para lograrlo, se llevan a cabo reuniones entre el personal direc-
tivo, docente y de apoyo, donde se debaten y definen enfoques
pedagógicos y nuevas estrategias de enseñanza que puedan resul-
tar beneficiosas. De esta manera, se elimina la idea ficticia de la
cadena de mando, adoptando un modelo colaborativo que facilita
el desarrollo profesional, comparte responsabilidades y establece
metas claras y compartidas. Posteriormente, estas metas se con-
vierten en las semillas de las acciones colaborativas que el centro
implementará para mejorar su funcionamiento.

41
Las palabras “por debajo” se encuentran entre comillas, ya que en la edu-
cación no existe una cadena de mando lineal, donde el director es visto como
más importante que el resto. Sin embargo, muchas instituciones funcionan
como si así fuera, marcando límites rígidos en las responsabilidades de cada
una de las partes que actúan.
¿A quién sentamos en la mesa? | 163

Cuando esta cultura se arraiga, el personal docente se


siente más valorado e involucrado en su entorno laboral. Al
mismo tiempo, el personal directivo experimenta un alivio al
compartir responsabilidades y delegar tareas que, por diversas ra-
zones, no pueden abordar con la rapidez requerida. Sin embargo,
a pesar de que el liderazgo colaborativo está en auge, no está
exento de desafíos. La inclusión de varios actores participativos
fomenta el debate y el intercambio de ideas, lo que puede ralen-
tizar el proceso de tomar decisiones. Este aspecto se vuelve es-
pecialmente complicado en el ámbito educativo, donde a menudo
es necesario equilibrar la eficiencia y la eficacia.

Otra dificultad adicional de este proceso es que complica


la medición de su éxito. Evaluar individualmente a los miembros
de una jerarquía bien definida es mucho más sencillo que definir
métricas claras para evaluar el aporte individual de las decisiones
tomadas de manera colaborativa. Esto se suma a otro problema
inherente a este modelo: es sumamente difícil garantizar que to-
dos los miembros tengan una voz igualmente autorizada, y que
sea posible valorar de igual manera todas las perspectivas que
puedan surgir. Sin un respeto equitativo entre todos los integran-
tes, es posible caer en sesgos y exclusiones, incluso cuando ocu-
rren de manera involuntaria.
A pesar de estos desafíos, adquirir esta cultura de la co-
laboración es una idea muy poderosa, ya que además de ayudar
a combatir el burnout, también permite crear múltiples instancias
donde se obtengan resultados impresionantes en el desarrollo
educativo de los alumnos. Un ejemplo de esto son las comunida-
des educativas, instancias que incluyen a padres, tutores, perso-
nal no docente, y otros miembros relacionados con la educación.
Al integrar a los padres en las instituciones, es posible identificar
las dificultades de los estudiantes sin depender exclusivamente
de profesionales que asesoren a los docentes. Para lograr este ob-
jetivo, se busca establecer canales efectivos de comunicación,
164 | Educar en la era digital

como reuniones regulares, con el propósito de compartir infor-


mación sobre el estudiante en cuestión. Por ejemplo, el docente
podría informarles sobre las calificaciones, el comportamiento y
la asistencia del alumno, mientras que los padres podrían com-
partir detalles como problemas en el núcleo familiar, o dificulta-
des prácticas que enfrentan para apoyar la educación de sus hi-
jos.

En conjunto, se podrán identificar las áreas que requieran


atención, y con el apoyo profesional correspondiente se podrán
crear planes de acción y apoyo que favorezcan al alumno. Esto
tiene innumerables beneficios, que van desde un mejor manejo
de la conducta, hasta una mayor motivación y compromiso aca-
démico en el estudiante, que son consecuencias más que bienve-
nidas en la labor docente. No obstante, a pesar de que todos estos
beneficios son ampliamente reconocidos por los expertos, muy
pocas instituciones han tomado las medidas necesarias para eli-
minar las jerarquizaciones rígidas, que se encuentran tan fuerte-
mente arraigadas en la cultura educativa. Pero si suponemos que
logramos incorporar esta cultura colaborativa en la educación,
¿cuál sería el mejor mecanismo a implementar, si nuestro obje-
tivo es atender las necesidades de los alumnos?

Aquí, quiero destacar personalmente mi experiencia


como investigador educativo. Recientemente, en particular des-
pués de la pandemia del Covid-19, he notado que las institucio-
nes educativas están colaborando internamente para generar un
impacto positivo en los alumnos. La mayoría de ellas muestran
un compromiso sincero con la implementación de instancias de
apoyo, no solo para las dificultades educativas clásicas como el
autismo o la dislexia, sino también para cualquier tipo de dificul-
tades, como la falta de alimentación adecuada, dificultades fami-
liares y la falta de sueño, entre otros.
¿A quién sentamos en la mesa? | 165

Estas necesidades revivieron una idea antigua, pero


siempre presente en la educación: los equipos multidisciplina-
rios. La propuesta consiste en que las instituciones contraten ex-
pertos de diversas áreas vinculadas al apoyo integral de los alum-
nos, para que trabajen en conjunto con el personal docente, y que
juntos logren un enfoque holístico42 en la educación de los estu-
diantes. Estos equipos están mayormente compuestos por psicó-
logos, trabajadores sociales, terapeutas y coordinadores, cuya
misión es identificar y dar solución a las diversas necesidades de
los estudiantes, incluso cuando éstas trascienden los límites del
centro educativo.

Su implementación global, aunque ampliamente acep-


tada, no encontró lugar en la educación debido a diversos facto-
res. El principal de ellos fue la falta de recursos y presupuesto,
ya que crear estos equipos resultaba muy costoso tanto en térmi-
nos de salarios, como de capacitación y funcionamiento. Este
problema se vuelve aún más evidente cuando consideramos un
desafío discutido anteriormente en este libro: la brecha urbano-
rural. Mientras que en las áreas urbanas es posible encontrar psi-
cólogos, terapeutas y demás especialistas con relativa facilidad,
en las zonas rurales es mucho más complicado. Por ejemplo, es
muy probable que no haya tales profesionales disponibles local-
mente, lo que significa que es necesario traerlos desde las áreas
urbanas, aumentando el costo y la complejidad de una operación
que ya era costosa y compleja. No obstante, aunque la implemen-
tación de equipos multidisciplinarios quede totalmente fuera de
discusión por cuestiones presupuestarias, existen variantes más
económicas que, aunque no son tan efectivas, pueden tener un

42
En educación, el término “holístico” se refiere a un enfoque donde el es-
tudiante es visto como un todo, y aquellos aspectos de su desarrollo, inclu-
yendo lo emocional, social y físico, se unen a las necesidades educativas del
individuo. Es decir, que la educación deja de tener un enfoque meramente
académico, para atender todos aquellos elementos que influyen en el apren-
dizaje, independientemente de sus causas.
166 | Educar en la era digital

impacto muy positivo en la educación. Algunas de estas propues-


tas son, por ejemplo, la colaboración interdisciplinaria, donde se
crean grupos o “talleres” para los docentes, brindándoles asesoría
profesional para afrontar situaciones complejas de esta índole.

También podemos considerar las alianzas estratégicas,


donde los centros educativos ceden ciertos beneficios a organi-
zaciones profesionales, para que lleven adelante los casos que re-
quieran atención especial, pero sin necesidad de contratar indivi-
dualmente a los especialistas. Esta opción reduce considerable-
mente los costos en comparación con los equipos multidiscipli-
narios habituales. Dado a que estas organizaciones no estarían
presentes permanentemente, no sería necesario pagar salarios a
funcionarios mientras no son necesarios. Las organizaciones es-
tarían a disposición de los centros, de manera que cuando se iden-
tifiquen o comuniquen situaciones que requieran atención multi-
disciplinaria, el caso sería entregado a la organización con la que
tiene alianza. Ellos se encargarán de su gestión y de informar el
seguimiento correspondiente al centro educativo.

De todas formas, la implementación de medidas con el


objetivo de abordar todos los factores influyentes en el proceso
de aprendizaje de los estudiantes, es algo que debe dejar de con-
siderarse un lujo utópico para convertirse en una necesidad del
sistema. Esta responsabilidad recae en manos de los especialistas
en educación, quienes con esmero y buena voluntad trabajan in-
cansablemente para superar las barreras socioeconómicas y cul-
turales que históricamente han dificultado el progreso en estos
aspectos. Si estás interesado en profundizar tu comprensión sobre
cómo se trabaja con estos conceptos, te recomiendo la lectura de
obras de especialistas en la materia, tales como Lev Vygotsky,
David Kolb, Robert J. Marzano, y Deborah Meier.
Asimismo, sugiero explorar las propuestas pedagógicas
más modernas e innovadoras, las cuales están estrechamente vin-
culadas a conceptos como los equipos multidisciplinarios. Un
¿A quién sentamos en la mesa? | 167

ejemplo de esto es el aprendizaje basado en proyectos, también


conocido como iniciativas ABP. Aquí se busca fomentar la reso-
lución de problemáticas prácticas, tales como la gestión de
tiempo y recursos, la creatividad, el liderazgo, el trabajo en
equipo, la autodisciplina, entre otros. Para este objetivo, se bus-
can crear propuestas de proyectos con un enfoque más realista en
aspectos típicos de la vida adulta, acompañados de contenidos
académicos variados. En una correcta implementación de las ini-
ciativas ABP, los proyectos serán desarrollados en conjunto por
los docentes y los miembros del equipo multidisciplinario,
creando desafíos educativos intrigantes que aborden problemas
del mundo real.

La evaluación en este tipo de iniciativas educativas suele


ser multidimensional, permitiendo evaluar no solo el resultado
final del proyecto, sino también el proceso y su desarrollo. Esto
incentiva a los alumnos a mantener cierto estándar de responsa-
bilidad tanto individual como grupal, ya que todos son evaluados
de manera constante. Mantener una postura responsable y coope-
radora acaba siendo la clave para el éxito académico. Este obje-
tivo se puede lograr de diversas maneras, como, por ejemplo, me-
diante la realización de exposiciones parciales distribuidas a lo
largo del año, donde los estudiantes deben mostrar los avances
de sus proyectos. Otra opción viable es la entrega de informes
mensuales. En este caso, los equipos deben elaborar un docu-
mento detallando los avances, la colaboración y las contribucio-
nes individuales de cada miembro. Algunas variantes de esta mo-
dalidad incorporan una evaluación del equipo, en la que cada
miembro evalúa sus aportes individuales, y también los de sus
compañeros.

Existe una variante de las iniciativas ABP conocida


como STEAM, que sigue la misma idea, pero orientando los pro-
yectos hacia las asignaturas que dan nombre a esta modalidad:
Science (Ciencia), Technology (Tecnología), Engineering
168 | Educar en la era digital

(Ingeniería), Arts (Arte), y Mathematics (Matemáticas). La prin-


cipal distinción de estos proyectos suele ser la posibilidad de que
los centros educativos inviten a profesionales de estas áreas, para
asesorar y guiar a los estudiantes en el desarrollo de sus proyec-
tos. Estos profesionales pueden ser tanto los mismos docentes
como expertos externos cuyos trabajos se centran en estos cam-
pos del conocimiento. Gracias a esto, los alumnos se benefician
de las mentorías y la orientación experta que estos profesionales
pueden brindar, al mismo tiempo que aprenden cómo se aplican
las ideas y el ingenio en el mundo real.

Las iniciativas ABP y STEAM son fascinantes, y han es-


tado siendo implementadas experimentalmente en distintos nive-
les educativos. Se presentan como ideas innovadoras que podrían
llevarse a cabo, siempre y cuando las instituciones tengan acceso
a cualquier variante de los equipos multidisciplinarios. Sin em-
bargo, la educación basada en proyectos no es la única medida
que podría ser implementada de contar con este recurso.
Dentro de esto, podemos destacar un enfoque pedagó-
gico denominado “Diseño Universal para el Aprendizaje”, o
DUA. Este enfoque se basa en aprovechar la diversidad educa-
tiva presente en las aulas para flexibilizar los recursos académi-
cos, y adaptar las propuestas al individuo que se pretende educar.
Las contribuciones más significativas a este enfoque provienen
de David H. Rose, y a Anne Meyer, ambos especialistas del Cen-
tro de Tecnología y Discapacidad del MIT. El DUA se basa en
tres principios clave. En primer lugar, tenemos la representación,
que consiste en poner a disposición de los alumnos diversas ver-
siones de los materiales y recursos didácticos, para que sea el es-
tudiante quien escoja aquellos que mejor se aprovechen de sus
habilidades individuales. Esto puede incluir formatos como au-
dio, video, imágenes, texto, lecturas largas, lecturas cortas, entre
otros.
¿A quién sentamos en la mesa? | 169

En segundo lugar, encontramos la acción y expresión.


Este principio consiste en permitir a los estudiantes expresar sus
conocimientos de la manera que consideren más conveniente. Si
un estudiante no logra desempeñarse con soltura en una evalua-
ción convencional, como un examen, se debe considerar la posi-
bilidad de incorporar otras variantes, como un proyecto, una pro-
ducción escrita o audiovisual, o cualquier método que demuestre
sus conocimientos de manera efectiva. Por último, pero no menos
importante, está la participación y compromiso. Este principio
destaca la importancia de fomentar la motivación de los estudian-
tes, al ofrecer lecciones relevantes y atractivas. Las temáticas de-
ben ser interesantes y tener un fundamento sobre por qué es im-
portante que los estudiantes las comprendan. Además, se debe
proporcionar oportunidades para que los alumnos exploren más
a fondo los temas, lo que puede traducirse en una orientación vo-
cacional efectiva. Fomentar la participación activa de los estu-
diantes es esencial para un aprendizaje significativo en un mo-
delo DUA.

No obstante, al igual que con todas las demás variantes


mencionadas a lo largo de este libro, la implementación de un
sistema DUA requiere una cultura interesada tanto en el desarro-
llo académico del estudiante, como en la adecuada atención de
sus necesidades y diversidades sociales. Por este motivo, para
que tenga éxito, se necesita que los centros educativos adopten
una mentalidad moderna y comprometida. Además, es esencial
contar con docentes versados en el diseño y presentación de lec-
ciones cuyo objetivo sea ser inclusivas y motivadoras.
En consecuencia, la implementación de un sistema DUA
exige una reforma integral en la formación docente y en las ase-
sorías que reciben los centros educativos. Es aquí donde el ciclo
vuelve a comenzar, y para lograr un cambio profundo en la edu-
cación, volvemos a requerir de recursos, interés político, y una
revolución cultural. Y como profesional de la educación, no veo
un futuro cercano donde todas las condiciones y motivaciones se
170 | Educar en la era digital

alineen, y logremos encaminarnos hacia un avance social nunca


antes visto, que se equipare a la importancia histórica que, como
vimos en el capítulo uno, tuvo lugar cuando inventamos el len-
guaje. Este ciclo eterno ha mantenido a la educación sumisa a la
realidad moderna. Hoy en día, la colaboración y la comunicación
constante están de moda, ya que todos estamos permanentemente
conectados, y tenemos la posibilidad de comunicarnos con cual-
quier persona sin importar en qué parte del mundo se encuentre.
Por esta razón, un sistema que representa y manifiesta las nece-
sidades históricas de la sociedad, debe tener en consideración
aquellos motivos que han hecho que la misma avance a un ritmo
tan rápido.

Al negarnos al cambio, y fomentar el conservacionismo,


lo que realmente estamos haciendo es negar nuestros principios
más elementales, así como desacatar las funciones que natural-
mente desempeñamos desde nuestro rol educativo. Un docente
que se resiste a la modernización, un director que hace todo lo
posible por marcar una jerarquización rígida, e incluso un minis-
tro que no base sus políticas en pos de una mejora objetiva del
sistema educativo, son ejemplos que representan a todos aquellos
que incumplen con los pilares de su labor. En lo que a mí res-
pecta, deberían ser relevados de sus cargos con efecto inmediato,
basados en su incapacidad de ocupar un puesto con tanta impor-
tancia en el desarrollo de una sociedad. La necesidad de un cam-
bio es innegable, ya que la huella decadente que dejan estos fun-
cionarios repercute directamente en las futuras generaciones.
Solo a través de un compromiso genuino con la mejora y la adap-
tación de las demandas cambiantes, podremos aspirar a un sis-
tema educativo verdaderamente útil en la modernidad.
| 171

Conclusiones

Con todo lo explicado a lo largo de este libro, espero ha-


ber sido capaz de transmitir la idea de que los avances esperados
en la educación no dependen de que un genio resuelva algún pro-
blema. Más bien, requieren de un esfuerzo social, económico y
político, donde la educación se convierta en un eje central de las
preocupaciones de aquellos con la capacidad de tomar decisio-
nes. No debería ser simplemente por el potencial que estas pro-
puestas puedan ofrecer a los candidatos a presidente, ministro o
diputado, sino por el genuino deseo de proporcionar un futuro
mejor a todos los estudiantes.
Aunque esto pueda sonar utópico, no hay que olvidar que
el Estado y las instituciones siguen dependiendo de la confianza
depositada en ellos por la ciudadanía. Es responsabilidad de cada
individuo impulsarlos a tomar las decisiones necesarias para el
avance que se está exigiendo. Como sociedad, estamos acostum-
brados a enfocar nuestros esfuerzos solo en los temas que nos
afectan directamente, olvidándonos de cuidar a los demás de la
misma manera en que nos gustaría ser cuidados. A pesar de que
las instituciones tienen la responsabilidad de cambiar hacia una
cultura de colaboración, el ciudadano también está moralmente
obligado a realizar un cambio en cuanto a empatía y atención al
prójimo.

Resulta ilógico esperar un resultado diferente, al repetir


sistemáticamente los mismos pasos, al igual que es absurdo pen-
sar que, siendo tan poco interesados y atentos con algo tan im-
portante como la educación de las próximas generaciones, poda-
mos lograr un país educado y profesional, digno de ser conside-
rado “desarrollado”. Tener presente la realidad es una cosa, pero
llevar a cabo las acciones necesarias para cambiarla es otra muy
distinta. En el caso de la educación, debido a las características
172 | Educar en la era digital

del sistema, todo se reduce a formar parte del problema o de la


solución.

Con este libro, reafirmo mi posición como parte de la so-


lución. Aunque sé que el futuro no parece prometedor, nadie sabe
lo que depara el mañana. Confío en que las futuras generaciones
de docentes y alumnos lograrán ver lo que pocos vemos, y
cuando lo hagan, serán capaces de hacer lo que hoy nadie se
atreve a hacer. El tiempo dará la razón a quien la tenga, y por mi
parte, entrego este libro para que sea un renglón más en la biblio-
grafía de esa revolución.

M. Storoszczuk
| 173

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