Pautas de Crianza
Pautas de Crianza
Pautas de Crianza
El especialista Álvaro Izquierdo explica otras razones por las que un niño
podría desobedecer: “Puede tener retardo mental, poca comprensión del
lenguaje, déficit de atención o trastorno de posición desafiante”.
Vamos aquí a mirar los cuatro procedimientos útiles para enseñar el niño a
aprender cualquier conducta, ellos son:
I. El castigo
II. El premio
III. El ignorar
IV. Los modelos
2. Se debe hacerse SIN RABIA. Si usted pega con rabia, corre el riesgo de que
se le vaya la mano. Por que ese sentimiento, nos impide medir la fuerza y
terminamos en un accidente, que según el código del menor y el código penal,
se constituye en un delito llamado “lesiones personales”.
La rabia además enseña al niño otro sentimiento bien distinto y perverso que
deberíamos acabar, cual es LA VENGANZA. Fíjese como Usted no castiga
cuando no tiene rabia y termina diciéndole al hijo: “la próxima vez…
convirtiendo entonces la amenaza y el chantaje en norma educativa.
3. Debe ser adecuado a la falta, si Usted castiga físicamente por todo, faltas
grandes y chiquitas y a veces por situaciones que no son falta, el niño podrá
discriminar la gravedad de sus actos, ya que se le pega indiscriminadamente,
volviendo al niño como usualmente dicen algunos padres, insensible o
indolente y a sus padres creer que lo que se necesitan son castigos mas
fuertes y severos.
Quiere que su hijo aprenda a respetar? Sea Usted una persona respetuosa con
el y con los demás y eso él, lo aprenderá de verlo en Usted.
Para que su hijo no mienta no debe mentirle nunca. Y así cada cosa que usted
desee moldear en su hijo, recuerde que su hijo lo imita a Usted y es esa
condición de modelo lo que Usted debe revisar.
Toda conducta premiada incrementa la frecuencia de aparición y toda conducta
castigaga decrementa su aparición pero frente a quien la castiga o si no
recuerde usted todas las cosas prohibidas en su crianza que de saberlo sus
padres le castigarían, no las repitió usted mil veces?
Aprender a ignorar: Una clave para enseñar el buen comportamiento para su
hijo es el ignorar lo malo y premiar inmediatamente lo bueno, pues la atención
que Usted de al mal comportamiento lo agrava; así las cantaletas y los regaños
sirven como premios al MAL comportamiento.
Hay conductas como la pataleta o las malas palabras que si nosotros
atendemos los reforzamos; si queremos que esto pase y se extinga tendremos
que ignorarlos y premiar siempre las aproximaciones sucesivas a la conducta
que deseamos fomentar y dejar en firme.
Entonces una mezcla de estas (4) estrategias o medios nos serán de inmensa
utilidad en la difícil tarea de la crianza para la cual nadie fue entrenado.
El Rechazo: Es uno de los modelos más perniciosos, puede ser utilizado por
los padres de forma no intencional, pues muchas veces está relacionado con el
comportamiento del niño, los niños “difíciles” generan en los padres
sentimientos de frustración, de impotencia, pero esto a su vez reforzará el
comportamiento del niño y afirmarán su idea de ser rechazado o ser diferente,
generando en él sentimientos de rabia, resentimiento tanto hacia los otros
como hacia él mismo. Los niños necesitan sentirse aceptados
incondicionalmente, pues eso ayudará a desarrollar seguridad y confianza en sí
mismo y en los demás.
La Indiferencia: Son padres que no son afectuosos con sus hijos, pero
tampoco muestran un rechazo abierto; el mensaje que le dan al niño es “no me
importas”. No proporciona en el niño ni la sensación de protección ni de
rechazo, sino una sensación de no importar, de no ser querido. El niño
desarrolla frente a esto, una actitud de autocompasión, se queja de no ser
valorado, de no ser querido, lo que puede llevarlo a pensar que no es digno de
ser amado y puede generar un desinterés afectivo.
Lo anterior exige entonces, que los padres tengan una actitud diferente frente
al niño y la administración de la norma, de manera que les permita tener una
adecuada interacción y así pueda ayudar al niño a desarrollar adecuadamente
su identidad, partiendo de su dignidad de hijos de Dios.
Frente a la norma y los hijos, la actitud de los padres debe ser de “realismo”,
parte de lo que puede realmente suceder, parte de la realidad, no de lo que
debería o tendría que pasar. La idea fundamental es que la adhesión a la
norma por parte del niño es libre, no es una imposición de los padres, ante la
norma hay dos opciones que se cumpla o no. Esto implica educar al niño en el
recto ejercicio de su libertad para que sepa escoger entre lo mejor y lo óptimo,
educar la capacidad de juicio de los niños y en la asunción responsable de las
consecuencias de sus actos. La libertad nos hace responsables de nuestros
actos, al reconocer que todo acto es una decisión personal, si bien los padres
no la imponen deben orientar a sus hijos a decidir correctamente, y exige de los
padres tener expectativas realistas frente a sus hijos para poder esperar lo que
ellos, de acuerdo a su edad, están en capacidad de dar.
Déle órdenes al niño de una forma clara, que el niño las entienda.
No le muestre rabia o prevención; háblele suavemente pero con firmeza.
Espere un momento para ver si las cumple. Si no las cumple, guíe al niño y
hágalo obedecer (sin mostrarle rabia); si no es posible, anímelo con cosas que
sean del interés del niño. Cuando las cumpla, felicítelo y si le promete algo,
cúmplalo.
Mantenga un mismo criterio acerca de las normas que debe cumplir el niño:
prohibir hoy unas cosas y mañana permitirlas, le ocasionará inseguridad y
dificultades.
Piense si el niño puede cumplir las órdenes que le dan, o si lo que le prohíbe es
justo.
Enséñele a obedecer sin crear miedo y rabia en el niño. El miedo le impide
organizar su mente y se puede convertir en odio.
Asígnele al niño pequeñas tareas y permítale participar en las actividades y
decisiones de la familia.
Algunas pautas para ejercer adecuadamente la autoridad:
Establezca previamente las "reglas del juego", procure que sean formas
aceptadas por todos y exigibles a todos.
Póngase de acuerdo en quien ejerce la autoridad en un momento dado y
apóyense, para que su hijo confíe en ambos.
No ejerza la autoridad fiscalizadora, su hijo necesita un margen de libertad y
confianza para su desarrollo.
Ofrezca razones claras, válidas y cortas, evitando la "cantaleta", cuando hagan
uso de su autoridad. Su hijo necesita saber por qué y para qué razón obedece.
Respeten sus procedimientos o estilos personales de mandar siempre y
cuando estén en función del beneficio del hijo.
Procuren exigirse a sí mismos lo que exigen a sus hijos.
El ejercicio de la autoridad es para siempre, algunas veces no se obtiene lo
deseado, pero hay que insistir.
Evite chantajear o amenazar afectivamente al hijo, eviten la ironía despectiva,
la burla o el sarcasmo porque la autoridad se desgasta en ella.
Garanticen la armonía familiar con una autoridad razonable y justa.
Sepan resistir las dificultades y frustraciones. No se desanime cuando el hijo
falle, acójanlo por grande que sea la falta.
Recuerde que comprender a su hijo no significa dejar de hacerle exigencias.
Confíe en el ejercicio de la autoridad que ustedes, como padres, establecen.
No lo suprima por el hecho de que los demás no lo hacen, o lo hacen de forma
diferente.
Procuren que la sanción sea proporcional a la falta, piensen antes de hacerlo y
sean firmes. Ofrezca siempre una explicación.
Hagan participar al hijo en la elaboración de las sanciones y revísenlo
periódicamente.
Ofrezcan disculpas al hijo cuando lo hayan juzgado equivocadamente o le
hayan impuesto una sanción injusta, ganarán su respeto y él seguirá aceptando
su autoridad.
Eviten que la sanción sea humillante para el hijo o que lo avergüence frente a
otros, la discreción, y la oportunidad tienen mejores efectos educativos.
Valoren a su hijo por lo bueno que hace, no estén pendientes sólo de sus
fallas.
Demuéstrele a su hijo que confía en él, no preguntándole constantemente
sobre su vida, sino esperando pacientemente que él decida qué y cuando
quiere contarle, escúchelo como amigo sin juzgarlo: después serenamente
pensarán que conviene decir o hacer.
Sean respetuosos con las confidencias que hacen los hijos.
Formación Integral
A la hora de educar a sus hijos los padres deben tener en cuenta que cada
persona es una unidad biopscioespiritual, esto implica que la formación que
se les dé esté orientada al desarrollo de cada una de estas dimensiones en el
niño y el adolescente para que pueda crecer en armonía en todo su ser.
Creador del Universo, hoy te pedimos que compartas con nosotros una fuerte
comunión de amor. Sabemos que tu verdadero nombre es Amor, que comulgar
contigo significa compartir tu misma vibración, tu misma frecuencia, porque tú
eres lo único que existe en el Universo.
Hoy te pedimos que nos ayudes a ser como tú, a amar la vida, a ser vida, a ser
amor. Ayúdanos a amar como tú, sin condiciones, sin expectativas, sin
obligaciones, sin juicios. Ayúdanos a amarnos y a aceptarnos a nosotros
mismos sin juzgarnos, porque cuando nos juzgamos, nos hallamos culpables y
necesitamos ser castigados.
Ayúdanos a amar a los demás tal como son, sin condiciones. Ayúdanos a
aceptarlos como son, sin juzgarlos, porque si los juzgamos, los encontramos
culpables y sentimos la necesidad de castigarlos.
Limpia hoy nuestro corazón de todo veneno emocional, libera nuestra mente de
todo juicio para que podamos vivir en una paz y un amor absolutos.
Hoy es un día muy especial. Hoy abrimos nuestro corazón para amar de nuevo
y para decirnos los unos a los otros: “te amo”, sin ningún miedo, de verdad.
Hoy nos ofrecemos a ti. Ven a nosotros, utiliza nuestra voz, nuestros ojos,
nuestras manos y nuestro corazón para compartir la comunión del amor con
todos. Hoy, Creador, ayúdanos a ser como tú. Gracias por todo lo que
recibimos en el día de hoy, en especial por la libertad de ser quienes realmente
somos. Amén.