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Capítulo 26
La cuidada movilización de los recursos forestales.
La industria forestal.
Armando Torres Lezama
armando torres lezama. Nació en 1950 en Punta de Mata, estado Monagas. Venezolano.
Ingeniero Forestal egresado de la Universidad de Los Andes (ULA). Maestría en Manejo
de Bosques, ULA, y doctorado (Ph.D.) en Ecología, Universidad de California, Davis. En 1974
inició su actividad investigadora y docente en la ULA, donde actualmente se desempeña como
profesor titular y coordinador del Grupo de Investigación Biodiversidad y Desarrollo Sustentable
en Ecosistemas Forestales (Biodesus). Ha sido director del Instituto de Silvicultura en dos
oportunidades (1979- 1992 y 1993- 1996). Es director del proyecto Laboratorio Nacional (Fonacit)
«Red venezolana de estaciones de investigación ecológica a largo plazo» (EcoRed Venezuela).
Es miembro del Sistema de Promoción al Investigador desde 1994, Nivel II; también recibió el
reconocimiento académico Conades 1998. Ha sido merecedor del Premio Estímulo al Investigador
G
(PEI) CDCHT- ULA en 1995, 1997, 1999, 2003 y 2005. Entre los principales trabajos publicados
en la especialidad en que versa el capítulo desarrollado por el autor se cuentan: «Productividad
del bosque natural en varias zonas de vida de Venezuela y su relación con algunas variables
climáticas y edáficas», en Revista Forestal Venezolana (2002); «Natural hazards assessment and
management in Caribbean pine plantations of eastern Venezuela», en The Economics of Natural
E Hazards in Forestry (Padua University Press, España, 2001); «Consecuencias de la explotación
maderera sobre el crecimiento y el rendimiento sostenible de un bosque húmedo deciduo en
los llanos occidentales de Venezuela», en Revista Forestal Venezolana (2002); «Logging history of
the western Venezuelan plains and the prospects for a sustainable forest management», en Forest
Ecology and Management (2001). Actualmente se desempeña como árbitro de esta publicación.
O
A r m a n d o To r re s L ez a m a La cuidada movilización de los recursos
forestales. La industria forestal
GeoVenezuela. Fundación Empresas Polar
383
introducción
1
Los bosques constituyen hogar y sustento para millones de habitantes de diferentes
culturas. En muchos países representan, además, una amplia base para el crecimiento
económico, un vínculo con la economía internacional y una importante fuente de divi-
sas. EnVenezuela, no obstante, al igual que en otros países tropicales, tanto la elevada
deforestación y fragmentación como el uso insostenible de los bosques, ocasionan la
pérdida de muchos bienes y servicios públicos.
2
Asimismo, los bajos ingresos que el Estado venezolano obtiene por el aprovechamien-
to de los bosques naturales, la baja inversión en los bosques, la deficiente industrializa-
ción, la escasa participación de la gente, entre otros, determinan que la incidencia del
sector forestal en la economía del país sea todavía baja.
3
ComoVenezuela todavía cuenta con abundantes recursos forestales, ocasionalmente el
Ejecutivo Nacional ha planeado su movilización ante la necesidad de obtener divisas
para pagar la deuda externa, y superar la crisis económica y la miseria. Los problemas
estructurales del país y la inadecuada planificación, sin embargo, han determinado que
estos planes no se hayan ejecutado o que no hayan tenido los efectos esperados.
4
En esta contribución presentamos la base de recursos forestales deVenezuela, un análi-
sis de los cambios de la cobertura forestal durante los últimos 50 años, los esfuerzos
realizados durante más de 30 años para alcanzar una cuidada movilización de los
recursos forestales y las dificultades encontradas, los aspectos socio-económicos y
políticos que han incidido en la pérdida de los bosques y su aprovechamiento, la situa-
ción de la industria forestal, las posibilidades de utilización sostenible de los bosques
y, finalmente, las perspectivas del desarrollo forestal en un horizonte de 30 años.
5
Uno de los factores que ha complicado la elaboración del presente trabajo ha sido las
numerosas debilidades de las estadísticas forestales a nivel nacional que limitan, entre
otros, una cuantificación realista de la producción, comercialización y movimiento de
los diferentes productos forestales que son aprovechados en nuestro país. Esta proble-
mática, no obstante, ya ha sido tratada in extenso por otros autores, por lo que en pocos
casos se ofrecen detalles al respecto en esta contribución(1).
base de recursos forestales
6
Venezuela es uno de los diez países con mayor extensión de bosques tropicales en el
mundo; en Suramérica, ocupa el quinto lugar(2). Asimismo, nuestro país se ubica en el
(1 ) Cf. J.C. Centeno. Estrategia para el desarrollo forestal enVenezuela; Documento Comisionado
por el Fondo Nacional de Investigación Forestal, Caracas,Venezuela, 1995; R. Silva. Colección, análisis
y presentación de información socioeconómica,Venezuela. Proyecto FAO: Información y análisis para
el manejo forestal sostenible: integrando esfuerzos nacionales e internacionales en países tropicales en
América Latina, Santiago, Chile. 2001, Disponible en línea en:
http://www.rlc.fao.org/proyecto/rla133ec/-pdf/%20Ven.; omb-Ven, Situación de los bosques
enVenezuela: La región de Guayana como caso de estudio; Caracas, Fundación Polar, Litografía
ImagenColor, 2002; Aicher. «El conocimiento técnico-forestal y sus efectos en la política forestal en
Venezuela». Revista ForestalVenezolana 46 (2), 77-103, 2002.
(2 ) Instituto Mundial de Recursos; World Resource Institute (wri), Earthtrends:The Enviromental
Information Portal: Country Profiles:Venezuela, 2001; (29 de enero de 2004). En línea:
http://earthtrends.wri.org/.
384
quinto lugar a nivel mundial en diversidad de especies vegetales, con unas 21.073 espe-
cies aproximadamente, de las cuales 8.000 son endémicas(3), lo que indica el enorme
potencial de uso de la diversidad biológica.
7
Durante bastante tiempoVenezuela se ha caracterizado por la falta de información
confiable y actualizada de sus recursos forestales; por tanto, el Informe del Capítulo de
Venezuela del Observatorio Mundial de Bosques (4) resalta que es extremadamente
dificil determinar el tamaño y los cambios experimentados en los bosques del país. Se
espera que estas deficiencias sean parcialmente superadas con el Inventario Forestal
Nacional, planificado por el Ministerio del Ambiente y Recursos Naturales (marn),
con la asistencia de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Ali-
mentación (fao) y la Universidad de Los Andes (ula).
Tipos de bosques
8
En el neotrópico se han usado varios sistemas de clasificación de la vegetación (florísti-
co, fisionómico y bioclimático); sin embargo, no se cuenta con una clasificación
moderna y detallada de los bosques de la región(5). Huber y Alarcón(6) elaboraron un
mapa de la vegetación deVenezuela en el que representan hasta 150 tipos diferentes.
Una versión simplificada puede observarse en el mapa Grandes paisajes vegetales, en el
Apéndice cartográfico. Se requiere, no obstante, de información actualizada y maneja-
ble sobre la situación de los principales tipos de bosques.
9
Tomando en cuenta varios sistemas de clasificación(7) se ha elaborado una tipología
general donde se ofrece una visión de los bosques en el país y sus principales caracte-
rísticas (tabla 1). Se incluyen los tipos de bosques más extensos del país, como los bos-
ques y selvas (ombrófilos) de tierras bajas (también conocidos como bosques húme-
dos siempreverdes), los bosques secos, y las selvas y bosques de montaña. Además, se
describen otros menos extensos, pero que tienen gran importancia desde el punto de
vista de la diversidad biológica o de los servicios que prestan, como los bosques de
galería (ribereños), los manglares y la vegetación tepuyana. Mayores detalles acerca de
éstos pueden encontrarse en el libro recientemente publicado sobre la biodiversidad
enVenezuela(8).
(9 ) fao, Proyecto información y análisis para el manejo forestal sostenible: integrando esfuerzos
nacionales e internacionales en países tropicales enAmérica Latina (GCP ⁄ RLA//EC).
Recursos forestales y cambio en el uso de la tierra enVenezuela. Santiago, Chile, 2001.
(10 ) omb-Ven, op. cit.
(11 ) marn-dgrf. Boletín Estadístico Forestal Nº -Año . Caracas, 2001.
(12 ) Global Forest Watch (gfw por sus iniciales en inglés): una iniciativa del wri.
(13 ) wri, en línea, www.wri.org.
(14 ) mac. Atlas forestal deVenezuela. Dirección de Recursos Naturales Renovables, Ministerio
de Agricultura y Cría, Caracas, 1961; omb-Ven, op. cit.
(15 ) Jean PierreVeillon, 1976. «Las deforestaciones en los llanos occidentales deVenezuela desde
1950 hasta 1975». En: L.S. Hamilton; J. Steyermark; J.P.Veillon y E. Mondolfi (Eds.).
Conservación de los bosques húmedos deVenezuela. Sierra Club, Caracas,Venezuela, 1977.
(16 ) J.P.Veillon, op. cit.
386
Deciduos
Semideciduos
Siempreverdes
Bosques siempreverdes
Selvas ombrófilas de tierras bajas
manglares ˙ — —
0–500 (600–800 msnm) Zona reducida (serranía del litoral) sur del lago de maracaibo: Virola sebifera,
de la cordillera de la Costa, Pouteria spp., Ocotea spp., Anacardium excelsum.
sur del lago de Maracaibo, ocupan sur del río orinoco: Mora excelsa, Ceiba
la mayor parte de la superficie de los pentandra, Tabebuia spp., Catostemma commune,
estados Bolívar y Amazonas. Manilkara bidentata, Protium spp., Hymenaea
courbaril, Erisma uncinatum, Bactris spp.
Gran variedad de especies de la familia Orchidaceæ;
Presencia de lianas, trepadoras (epifitas). Un gran
porcentaje de especies endémicas.
Desde los 500 m Ampliamente distribuido en los cordillera de los andes: Podocarpus oleifolius,
en montañas aisladas; Andes (cordillera de Mérida y Macizo Ocotea calophylla, Clusia multiflora, Palicourea
ElTamá); sierra de Perijá; cordillera demissa, Psychitria aubletiana, Anthurium gehrigeri,
800–1.000 a 2.500 m
de la Costa; diversas zonas altas Mikania, spp., Tillandsia biflora, Epidendrum
en serranías;
al sur del Orinoco (estados Bolívar dendrobii.
desde 1.800 hasta 3.000 m y Amazonas). sierra de perijá: Ficus urbaniana, Cordia alliodora,
en los Andes. Piper spp., Epidendrum spp., Tillandsia deppeana,
Guzmania patula.
cordillera de la costa: Sloanea sp., Guapira
olfersiana, Inga marginata, Tournefortia sp.,
Oncidium boothianum, Guzmania ligulata.
A partir de los 500 msnm se distinguen hasta 15 tipos
distintos en estos ecosistemas.
Ecosistemas asociados Planicies de inundación del Orinoco Importante proporción ocupada por
a cursos de agua con diferentes y tributarios; sabanas de Caracas y comunidades casi homogéneas de Mauritia flexuosa;
rangos altitudinales. Litoral Central; diversas zonas Diferentes tipos de asociaciones florísticas
de la biorregión de los llanos; zonas dependiendo de la zona. Pterocarpus spp.,
bajas de los Andes. Tabebuia rosea, Anacardium excelsum,
diversas especies de gramíneas.
Desde el nivel del mar hasta unos Desde el golfo deVenezuela Unas 70 especies de árboles y arbustos, en
pocos metros de altitud. hasta el delta del río Orinoco, Venezuela dominan tres especies: Rhizophora mangle,
incluyendo algunas Avicennia germinans y Laguncularia racemosa.
islas de la biorregión insular. Su composición florística depende de la situación
geográfica, salinidad del agua, frecuencia,
duración y nivel de las inundaciones.
Se considera este tipo de Sur del río Orinoco: Este tipo de formación puede desglosarse según
vegetación exclusiva de este tipo estados Bolívar y Amazonas. su composición florística y su ubicación altitudinal:
de formaciones geológicas. a) herbazales con predominio de especies de
A partir de los las familias Cyperaceæ y Rapataceæ; b) arbustales
1.200 msnm aprox. con una alta variabilidad en su composición por
variaciones en altitud, familias Asteraceæ, Rubiaceæ,
Theaceæ, Melastomataceæ. Importante grado
de endemismo con numerosas especies de varias
familias (e.g Bromeliaceæ ); la gran mayoría
de estos ecosistemas se encuentran «protegidos»
bajo alguna de las figuras de abrae.
( – ) Resulta complicado establecer rangos estrictos de variables climáticas para estos ecosistemas pues pueden considerarse dentro
de otros tipos de formaciones como por ejemplo los bosques húmedos; estos ecosistemas (bosques riparios y manglares) están determinados
por características específicas (salinidad, formaciones geológicas específicas, entre otros factores).
Fuentes: Veillon,1985; Lamprecht,1990; Kapelle y Brown, 2000; Aguilera et al., 2003; Guariguata y Kattan, 2003.
388
13
Para la región occidental del país, usando imágenes satelitales landsat mss y tm, Cata-
lán(17) encontró que para el período 1975–1988, se habían deforestado 2.940.326 ha, lo
que representa un 35,9% del total de bosques existentes en 1975, equivalente a una
deforestación anual de 216.188 ha. Los majestuosos bosques húmedos siempreverdes
de la depresión del lago de Maracaibo fueron convertidos a pastizales, casi en su totali-
dad. Las consecuencias ambientales y económicas para el país de esta devastación
aún están por evaluarse.
14
En los últimos años, debido a la crisis económica y la situación sociopolítica del país,
la presión sobre los bosques al sur del Orinoco se ha acentuado (18) . Empero, ya en
1975, Hamilton et al.(19) mencionan que «en el estado Bolívar se ha explotado y se ha
deforestado una considerable superficie de tierras boscosas, especialmente para esta-
blecer potreros».
(17 ) Américo Catalán. El proceso de deforestación enVenezuela entre -. Ministerio del Ambiente
y de los Recursos Naturales Renovables. Caracas, 1992.
(18 ) Ver omb-Ven, op. cit.
(19 ) L.S. Hamilton, J. Steyermark, Jean PierreVeillon y Edgardo Mondolfi (Eds.). Conservación
de los bosques húmedos deVenezuela, Sierra Club, Caracas,Venezuela, 1977.
GeoVenezuela. Fundación Empresas Polar
19
El permanente seguimiento a los cambios de la cubierta forestal en la Amazonia brasi-
leña, por ejemplo, ha permitido determinar que la superficie forestal fragmentada (con
bosques de menos de 10.000 ha de superficie) o susceptible de sufrir efecto de borde
(menos de 1 km de los claros), es al menos un 150% más extensa que la superficie defo-
restada(25). EnVenezuela, se considera imperativo iniciar este monitoreo.
Crecimiento de los diferentes tipos de bosques enVenezuela
20
Desde 1956, el Instituto de Silvicultura de la ula, ahora Instituto de Investigaciones
para el Desarrollo Forestal (indefor), ha establecido más de 70 parcelas permanentes
en diferentes tipos de bosque del país, con el propósito de monitorear el crecimiento y
rendimiento en bosques naturales no perturbados y explotados. Este esfuerzo, que
ahora recibe la atención internacional, fue iniciado por el ingeniero forestal Jean Pierre
Veillon, cuando se desempeñaba como profesor e investigador de Ordenación Fores-
tal, y continuado varios años después de su jubilación en 1977. Los resultados para ese
período han sido reseñados porVeillon(26). Desde 1993, el monitoreo de las parcelas
está a cargo del Grupo Biodiversidad y Desarrollo Sustentable en Ecosistemas Fores-
tales (biodesus).
especies arbóreas número área basal volumen diámetro área basal volumen
más abundantes (arbol / ha) (m / ha) ( m / ha) (cm /arbol / año) (m / ha/ año) (m / ha / año)
Brosimum alicastrum
Guazuma ulmifolia
˙ 235 – 299 ˙ 29,63 ˙ 311,37 ˙ 0,31 ˙ 0,42 ˙ 5,73
Attalea butyracea
Guazuma ulmifolia
Casearia nitida
˙ 247–337 ˙ 18,72 ˙ 195,50 ˙ 0,22 ˙ 0,31 ˙ 3,45
Pterocarpus acapulcensis
Bulnesia arborea
Lonchocarpus sp.
˙
536–578 ˙ 26,34 ˙ 232,86 ˙ 0,16 ˙ 0,35 ˙ 3,50
Machaerium moritzianum
Mora gonggrijpii
Protium guianense
˙ 536–569 ˙ 30,90 ˙ 317,53 ˙ 0,19 ˙ 0,48 ˙ 6,06
Licania densiflora
Myrcia fallax
M. acuminata
˙ 707–808 ˙ 35,53 ˙ 329,14 ˙ 0,13 ˙ 0,36 ˙ 3,52
Graffenrieda latifolia
21
En la tabla 2 se presenta un resumen de la información actualizada relativa a la estructu-
ra y crecimiento de la mayoría de los bosques monitoreados durante más de 25 años.
En éste se observa que uno de los mayores volúmenes corresponde a los bosques
húmedos, que también muestran los mayores valores de crecimiento. Estos bosques
corresponden a la zona de la Reserva Forestal de Imataca, los cuales están actualmente
siendo sometidos a manejo forestal. Esta información, aun cuando corresponde a una
muy pequeña superficie, es de gran importancia pues puede orientar dicho manejo,
en lo relativo a extensión de los ciclos de corta.
22
Así mismo, destaca el alto volumen observado en las parcelas establecidas en bosque
nublado, pero el crecimiento es uno de los más bajos. Este ecosistema de singular
importancia está siendo sometido a procesos de intervención acelerados que compro-
meten seriamente su existencia, principalmente por expansión de la frontera agrícola y
por extracción selectiva para uso como leña o material constructivo. Ramírez et al.(27)
encontraron un incremento en la densidad de árboles, en un análisis para un período
de 30 años, debido a que el ingreso fue mayor que la mortalidad. Los autores afirman
que, aparentemente, la dinámica del bosque no ha sido afectada pero que la situación
podría cambiar debido a la presión que existe sobre el área, y recomiendan establecer
estrategias de conservación orientadas a reducir esa presión.
(28 ) iucn. Categories, Objectives and Criteria for ProtectedAreas.A final Report by Committee on criteria
and Nomenclature Commission on National Parks and ProtectedAreas. International Union for
Conservation of Nature and Natural Resources. International Union for Conservation of Nature and
Natural Resources. Morgues, Switzerland, 1978.
(29 ) marnr, seforven (dgrf). Mapa de las Áreas Bajo Régimen deAdministración Forestal (ABRAE).
Caracas,Venezuela, 1998.
(30 ) Ver omb-Ven, op. cit.
(31 ) wcmc, 1997, citado por María Bevilacqua, 2002. «Áreas Protegidas y conservación de la diversidad
biológica». En: M. Aguilera et al., op. cit.
(32 ) María Bevilacqua, op. cit. En: M. Aguilera et al., op. cit.
(33 ) María Bevilacqua, op. cit.
395
tabla Áreas bajo Régimen de Administración Especial (abrae).
porcentaje
superficie del territorio
categoría figura (ha) * nacional
producción forestal Reservas forestales ˙ 11.812.606,00 ˙ 12,890 %
Lotes boscosos ˙ 1.224.626,00 ˙ 1,336 %
Áreas boscosas bajo protección ˙ 3.387.889,00 ˙ 3,697 %
Áreas de protección y
recuperación ambiental
˙ 4.168,00 ˙ 0,005 %
áreas boscosas
bajo protección
Márgenes del río Güere ˙ Anzoátegui ˙ 93.036
Río Arauca–Güere ˙ Anzoátegui ˙ 26.314
Río Orichuna ˙ Apure ˙ 44.541
ElYagual ˙ Apure ˙ 41.419
Achaguas ˙ Apure ˙ 84.213
San Fernando ˙ Apure ˙ 37.410
Santo Domingo ˙ Barinas ˙ 155.152
La Danta ˙ Barinas ˙ 13.129
Río Apure–Caparo ˙ Barinas ˙ 18.535
Chivapure–Cuchivero ˙ Bolívar ˙ 620.133
San Francisco de La Paragua ˙ Bolívar ˙ 67.000
El Choco ˙ Bolívar ˙ 15.000
Libertad ˙ Cojedes ˙ 38.088
El Amparo ˙ Cojedes ˙ 41.140
El Baúl–Corralito ˙ Cojedes ˙ 120.385
RíoTucurere ˙ Falcón ˙ 73.473
A r m a n d o To r re s L ez a m a La cuidada movilización de los recursos
forestales. La industria forestal
GeoVenezuela. Fundación Empresas Polar
397
superficie
figura nombre ubicación decretada ( ha)
Río Los Remendios ˙ Falcón ˙ 80.315
Matícora y Cocuiza ˙ Falcón ˙ 40.402
Barbacoas ˙ Guárico–Aragua ˙ 222.640
Río Orituco ˙ Guárico ˙ 100.205
Pueblito ˙ Guárico–Cojedes ˙ 98.731
Tiznados ˙ Guárico ˙ 20.380
Márgenes del río Guárico ˙ Guárico ˙ 166.677
Caño Caballo ˙ Guárico ˙ 125.960
Nirgua-Aroa ˙ Yaracuy ˙ 68.467
Río Guanipa ˙ Monagas ˙ 111.562
Botucal ˙ Portuguesa ˙ 13.244
Delgadito ˙ Portuguesa ˙ 3.390
El Clavo ˙ Portuguesa–Barinas ˙ 9.544
Pie de Monte Portuguesa ˙ Portuguesa–Barinas ˙ 54.065
Río GuanareViejo ˙ Portuguesa ˙ 20.076
RíoTocuco ˙ Zulia ˙ 31.665
Cerro Machado–El Silencio ˙ Táchira ˙ 5.956
Páramo Las Lajas ˙ Táchira ˙ 2.231
Río Aricuaiza ˙ Zulia ˙ 15.114
RíoTarra ˙ Zulia ˙ 59.915
Santa Rosa ˙ Zulia ˙ 99.264
Pedernales ˙ Delta Amacuro ˙ 246.625
Merejina ˙ Delta Amacuro ˙ 302.493
subtotal ˙ 3.387.889
total 16.425.621
(*) La superficie total de la R.F Imataca no está totalizada; restan algunos cálculos
cartográficos que permitan delimitarla completamente.
(**) Superficie actualizada según Decreto1603. G.O N° 5113-E de fecha10-12-1996.
(***) Han sido objeto de fuertes procesos de ocupación con fines agropecuarios.
Fuente: MARN, 2003
= 28
Según el marn(34), para el año 2000, de la superficie total de la zfp (16,43 millones de
ha), que representa un 17,9% de la superficie del país, el 71,91% correspondía a Reser-
vas Forestales (11,32 millones ha), el 20,63% a las Áreas Boscosas Bajo Protección (3,39
millones de ha) y el restante 7,45% a los Lotes Boscosos (1,22 millones ha). No obstan-
te, de esta superficie total hay que segregar las áreas que están solapadas por otras
figuras con un grado de protección más estricto, y que legalmente privan sobre las
anteriores.También existiría una proporción de esta superficie que, aunque no sobre-
(35 ) Ministerio de Planificación y Desarrollo (mpd). Plan Nacional de Desarrollo Forestal, Caracas,
Venezuela, 2002.
(36 ) mpd, op. cit.
(37 ) marn-dgrf, op. cit.
A r m a n d o To r re s L ez a m a La cuidada movilización de los recursos
forestales. La industria forestal
GeoVenezuela. Fundación Empresas Polar
399
34
La mayor extensión corresponde a plantaciones de pino caribe (Pinus caribaea var.
hondurensis) en el oriente del país, al norte del río Orinoco, en los estados Monagas y
Anzoátegui. Este programa se inició en 1969 en la zona de Uverito, y es la plantación
industrial pionera del país. Para 1999, alcanzaba las 533.018 ha, constituyendo así una
de las plantaciones forestales continuas más grande del mundo tropical.
proyecto
cvg–proforca
terranova de venezuela
smurfit–cartón de venezuela
contaca
emallca
trafor, c.a.
deforsa
agroforestal anzoátegui
marn
forestal orinoco
agropecuaria la bombonera
cvg–bosque natural
Anzoátegui
Monagas
˙ 115.600 ˙ Pinus caribea var. hondurensis Materia prima para aserrado
y tableros
Cojedes
Lara
˙ 22.000 ˙ Pinus caribaea, Eucalyptus spp. Materia prima
para pulpa y papel
Portuguesa
Diversos estados
del país
˙ 21.915 ˙ Pinus caribea, P. oocarpa Conservación de suelos.
Materia prima para la industria forestal
R.F. deTicoporo,
Edo. Barinas
˙ 6.000 ˙ Tectona grandis, Gmelina arborea,
Eucalyptus spp., Cordia spp.,
Materia prima para la industria
mecánica de la madera
Swietenia macrophylla
R.F. deTicoporo,
Edo. Barinas
˙ 5.680 ˙ Tectona grandis, Gmelina arborea,
Tabebuia rosea, Cordia spp.,
Materia prima para la industria
mecánica de la madera
Swietenia macrophylla
Soledad,
Edo. Anzoátegui
˙ 4.500 ˙ Pinus caribaea, E. grandis Materia prima
para la industria forestal
San Carlos,
Edo. Cojedes
˙ 3.875 ˙ Eucalyptus spp. Materia prima para pulpa y papel
Tabaro,
Edo. Anzoátegui
˙ 3.000 ˙ Pinus caribea, Eucalyptus spp. Materia prima para aserrío
Mapire,
Edo. Anzoátegui
˙ 550 ˙ E. tereticornis,
E.urograndis, E. urophylla
Materia prima
para pulpa y papel
La Paragua,
Edo. Bolívar
˙ 480 ˙ Tectona grandis, Gmelina arborea,
Pinus spp., Cordia spp.,
Producción de materia prima
Swietenia macrophylla
total ˙ 721.010
402
35
Más de 400.000 hectáreas, de esta superficie, están siendo manejadas por cvg Profor-
ca, una empresa de capital nacional creada en 1988. Sin embargo, ya la empresaTerra-
nova deVenezuela S.A. (tdv), con capital internacional, compró la cosecha correspon-
diente a 53.500 ha, a cvg-Proforca, en 1997, y adquirió el derecho de usufructo del
suelo durante 30 años(38). Más tarde (2001), se convertiría en la accionista mayoritaria y
administradora de un patrimonio forestal de 62.100 ha constituido por los proyectos
Guayamure e Imataca, anteriormente bajo la administración del grupo manpa. En con-
secuencia, actualmente tdv administra un recurso forestal de 115.600 ha de plantacio-
nes de pino caribe, el cual le permite cumplir con un abastecimiento anual aproximado
de 850.000 metros cúbicos (m3) sólidos sin corteza, volumen necesario para la pro-
ducción de madera aserrada, tableros de densidad media y de partículas, en las plantas
industriales del GrupoTerranova enVenezuela.
36
Otra empresa que merece una mención especial es Smurfit-Cartón deVenezuela, una
compañía internacional que comenzó a comprar tierras a principios de la década de los
ochenta, para establecer monocultivos en el estado Portuguesa con el fin de producir
madera para pulpa. Para el 2001, la empresa contaba con 22.000 ha, sin incluir la supe-
rficie ya aprovechada, principalmente con Eucalyptus sp. (híbrido de E. urophylla
E. grandis, 9.500 ha), Pinus caribaea (7.300 ha) y Gmelina arborea (5.500 ha). El ren-
dimiento de estas plantaciones, ubicadas en suelos de mejor calidad, es de 3 a 10 veces
superior al de aquellas situadas en los llanos orientales del país.
37
Asimismo, se reporta que las empresas manejadoras de bosque en reservas forestales y
lotes boscosos han establecido, hasta el año 1999, unas 72.500 ha de plantaciones bajo
dos modalidades: a campo abierto y en fajas de enriquecimiento, como parte de los
compromisos de «reposición» del bosque aprovechado. El 61% de estas plantaciones
se encuentra en el occidente del país y el resto en la región de Guayana(39). Las implica-
ciones de la transformación indirecta del bosque, mediante las plantaciones en fajas,
serán discutidas más adelante.
38
El marn (2001) (40) reseña, adicionalmente, que conare ha establecido, hasta el año
1999, unas 21.915 hectáreas de plantaciones en 14 estados del país, con predominancia
de especies exóticas, con fines de conservación o protección. Se desconoce, no obstan-
te, la superficie actual de estas plantaciones.
39
Por otra parte, en cuanto a especies plantadas, además del pino caribe, se destaca el
establecimiento de especies latifoliadas exóticas como: Eucalyptus spp. (unas 35.000
ha), Tectona grandis (unas 20.000 ha) y Gmelina arborea (unas 10.000 ha); y extensio-
nes menores de Leucaena (Leucaena leucocephala), Fresno (Fraxinus americana),
Ciprés (Cupressus spp.), entre otras.También existen plantaciones de especies nativas
como Apamate (Tabebuia rosea), Cedro (Cedrela odorata y C. angustifolia), Caoba
(Swietenia macrophylla) y Pardillo (Cordia spp.)(41).
(47 ) Ver Gaceta Oficial º 37.323 del 13-11-2001. Ley de Tierras y DesarrolloAgrario.
(48 ) Ver marnr, Decretos conservacionistas del Libertador. Ministerio del Ambiente y de los Recursos
Naturales Renovables. División de Ediciones, Ministerio de Agricultura y Cría, Caracas, 1979.
(49 ) mpd, op. cit., p. 29.
A r m a n d o To r re s L ez a m a La cuidada movilización de los recursos
forestales. La industria forestal
GeoVenezuela. Fundación Empresas Polar
405
Decreto 369(50), se separan las funciones de producción, industria y comercio, asigna-
das ahora al nuevo Ministerio de la Producción y el Comercio (mpc).
49
Debido a los intereses que esta decisión afecta, se ha planteado una disputa entre los
actores del sector forestal sobre a quién le compete la administración de los recursos
forestales(51). Aparentemente, esta disyuntiva se genera debido a que en el artículo 50
del decreto se establece que el marn sigue siendo el encargado de la administración de
las áreas bajo régimen de administración especial que le corresponda, dado que, salvo
las plantaciones forestales y algunos lotes de bosque natural privados, los bosques con
fines de producción se encuentran dentro de figuras abrae.
50
La separación de funciones se profundiza con la creación, en 2002, del Ministerio de
Agricultura yTierras (mat), el cual debe promover el mejoramiento de la dinámica del
medio rural y, por consiguiente, del sector forestal(52). Sin embargo, aún no se han visto
los resultados de estas definiciones.
Aprovechamiento forestal
Fase inicial
51
La recolección de productos forestales alimenticios ha sido una práctica ancestral en el
Amazonas venezolano. Se menciona, por ejemplo, el uso por los Huottûjas, también
llamados piaroas, de especies de palma como seje pequeño (Oeonocarpus bacaba), seje
grande (O. bataua) y moriche (Mauritia flexuosa)(53). Los sejes crecen en el bosque
medio denso de tierra firme, aunque el seje grande también medra en áreas inundadas.
Los morichales se encuentran en zonas pantanosas.
52
A principios del siglo xx la cosecha del látex de caucho (Hevea brasiliensis) en la cuen-
ca amazónica tuvo una relevancia mundial. Esta práctica se basó en el «ordeño» de
árboles en pie sobre grandes superficies(54). La exportación de fibras de la palma chi-
quichiqui (Leopoldinia piassaba) también fue importante en el Amazonas. Igualmen-
te, sus frutos son muy apreciados.
53
El aprovechamiento forestal en el siglo xx, no obstante, estuvo dominado por la explo-
tación comercial de madera. Su inicio se registra en le década del veinte, en los bosques
húmedos semi-deciduos de Portuguesa y Cojedes(55). La cercanía a los centros indus-
triales del país, especialmenteValencia y Caracas, y la relativa riqueza de las especies
maderables valiosas hizo de estos bosques los principales objetos de la explotación(56).
Turén,Ticoporo (1955), Caparo y San Camilo (1961), con una superficie inicial acumulada de
1.006.400 ha aproximadamente; en otras partes deVenezuela también se reservaron áreas
entre 1961 y 1969, pero la mayor superficie (10.334.750 ha), un 90% de la zfp, se estableció en
terrenos baldíos al sur del Orinoco.
(61 ) J.P.Veillon, op. cit.
(62 ) Jean PierreVeillon, Importancia económico-social de los bosques del estado Portuguesa,
Venezuela. Universidad de Los Andes, Mérida,Venezuela, 1971.
(63 ) Ya en 1956, Hans Lamprecht había advertido que estos dmc comprometerían las posibilidades
de explotar la masa boscosa en el futuro. En efecto, en las zfp de los Llanos occidentales
deVenezuela, nunca fue posible llegar al segundo ciclo de corta para ninguna de las concesionarias
madereras.
408
64
Uno de los antecedentes importantes del manejo forestal enVenezuela es el Estudio de
Preinversión para el Desarrollo Forestal de la GuayanaVenezolana, conocido como
mac-fao-ven-05. Uno de los productos de este proyecto fue la elaboración de un Plan
de Ordenación (1970) para 144.000 ha, el área adjudicada a la cvg. Una versión modifi-
cada de este plan sería posteriormente implementada por esta corporación. La unidad
se encuentra actualmente inactiva. Otra iniciativa fue el proyecto mac-fao-ven-019; su
enfoque se dirigió hacia otros valores que generan las tierras forestales. Se localizaron
áreas valiosas como reservas bióticas y otras que son protectoras de importantes cuen-
cas hidrográficas, dentro de la totalidad de tierras bajo estudio, a fin de someterlas a
planes de manejo forestal(64).
65
Aunque las primeras reservas se decretan al inicio de la década de los cincuenta, es
después de 20 años (1970) cuando se dan las primeras concesiones a largo plazo (30
años), específicamente a Contraenchapados Táchira c.a. (contaca) y a la Empresa
Maderera de los Altos Llanos Occidentales c.a. (emallca), sobre superficies de 40.700
ha y 60.300 ha en la Reserva ForestalTicoporo. Las áreas accesibles de esta reserva ya
habían sido explotadas extensivamente para la extracción de caoba, cedro y otras espe-
cies. Sólo un 40% de la zfp original en esta subregión llegó a estar manejada bajo un sis-
tema de concesiones. Hasta el año 1982 la superficie bajo concesión no llegaba a
200.000 ha.
66
La política de concesiones forestales fue descontinuada hasta inicios de la década de
1980, para luego comenzar a escalar hasta casi 3,2 millones de ha para el año 1992, dis-
tribuidas en más de 30 unidades de manejo forestal; la mayor proporción se encontra-
ba en la R.F. Imataca(65). Fue en ese período que se otorgaron, también, las concesiones
para la Reserva Forestal de Caparo; por ejemplo, las unidades I y II en el año 1983 y la
Unidad III en el año 1988.
67
El IX Plan de la Nación(66) previó un aumento a 10 millones de hectáreas del área bajo
concesiones forestales en cinco años. Sin embargo, debido a los cambios estructurales
del país y al fuerte cuestionamiento del manejo forestal, especialmente en Imataca, esto
no ocurrió. La información oficial revela que la superficie más bien había disminuido a
1,89 millones de ha para el 2000(67) y sólo 12 unidades de manejo se encontraban en
producción(68).
68
Aunque para el año 1987 el 40% de la producción nacional de madera en rolas llegó a
provenir de concesiones forestales, en contraste con el 90% que era suplido por los
permisos anuales de corta en 1975(69), este aporte comenzó a declinar en 1997. A partir
de 1994 comenzó a aumentar de manera significativa la participación de la madera
900
800
700
600
500
400
300
200
100
0
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
(*) 2000
Años
Plantaciones de pino caribe. Manejo forestal (concesiones).
Permisos anuales.
(*) Estimaciones.
Fuente: Adaptado de MARN 2001. Los datos son tomados de permisos anuales y
manejo forestal MARN - DG. Recurso Forestal, 2000; datos de plantaciones de pino caribe
CVG - PROFORCA, 2000 y Terranova de Venezuela, 2000.
69
Esta situación en buena parte puede ser explicada por los procesos de invasión de que
han sido objeto la mayoría de las unidades bajo concesión en los Llanos occidentales,
lo que ha implicado una disminución sustancial de la producción maderera provenien-
te del bosque natural. Los bosques húmedos semideciduos de esta subregión se
encuentran desde hace un tiempo considerable bajo una enorme presión social, tra-
yendo como consecuencia prácticamente su desaparición(70). Los procesos intensivos,
no planificados y no controlados de ocupación y cambios en el patrón de uso de la tie-
rra contribuyeron a una drástica reducción en la superficie boscosa original(71), y los
fragmentos forestales, que para el 2000 representaban menos de un cuarto de la exten-
sión boscosa original, se encuentran gravemente amenazadas(72).
(70 ) José Rojas-López, La colonización agraria de las reservas forestales: ¿un proceso sin solución?,
Cuadernos Geográficos, º 10. Universidad de Los Andes, Facultad de Ciencias Forestales
y Ambientales, Mérida,Venezuela, 1993.
(71 ) Ver J. Lopez, E. Pernía, y Ennio Pozzobon, «Avance de las deforestaciones en la reserva forestal
de Caparo, estado Barinas,Venezuela, entre 1987 y 1994». En: Revista ForestalVenezolana, 40 (2),
pp. 29-36, 1996; Pozzobon y Osorio, op. cit.
(72 ) ArmandoTorres-Lezama; Luis Rodríguez P.; José León; Marcelino Quijada; Rafael Rojas;
Miguel Plonczak; Hirma Ramírez; Leonardo Lugo; Silvino Reyes; José Guevara y Omar Carrero.
Visión estratégica de la Estación de Investigación Caparo. Informe final. Universidad
de Los Andes, Facultad de Ciencias Forestales y Ambientales, Mérida,Venezuela, 2001.
410
70
De igual manera, aunque hasta hace poco se sostuvo que las unidades de contaca y
emallca aseguraban la permanencia del bosque(73), la dudosa efectividad de los pomf
como instrumentos de gestión, y el manejo inadecuado de las unidades de manejo
forestal, implicó una merma importante en las existencias y facilitó eventualmente la
colonización agraria. A pesar de que ya en la década de los setenta varias organizacio-
nes y personas habían advertido sobre los riesgos del manejo forestal como fue conce-
bido e implementado en esa década, sus observaciones tuvieron poco efecto sobre las
normativas oficiales y las estrategias utilizadas posteriormente por las empresas conce-
sionarias.
aspectos socio-económicos
71
El desarrollo sostenible implica el balance de la ecología y la economía para la satisfac-
ción de las necesidades de la población, protegiendo la capacidad de los ecosistemas
de satisfacer las demandas de las generaciones futuras. Desafortunadamente, las
poblaciones que viven en los bosques tropicales o en sus proximidades rara vez parti-
cipan en las decisiones del manejo o se benefician de éste apreciablemente.
72
EnVenezuela, la gran mayoría de la población venezolana (aproximadamente el 85%)
ha ido estableciéndose en los principales centros urbanos ubicados al norte del Orino-
co(74) marcando una clara diferencia en la densidad poblacional a ambos lados de este
eje de importancia estratégica para el desarrollo nacional.
73
Los resultados preliminares del censo poblacional del año 2001 indican que nuestro
país posee alrededor de 23.920.902 habitantes, de los cuales el 2,3% conforman la
población indígena(75). Asimismo, el Instituto Nacional de Estadísticas (ine) indica
que respecto a 1990, la población aumentó 28,3%, lo que corresponde a una tasa de
crecimiento anual de 2,3 personas por cada 100. El índice para el período 1981–1990
fue 2,5%. En contraste, los llanos occidentales, una de las áreas más dinámicas, en tér-
minos de crecimiento poblacional, mostraron un incremento de 7,0%, 5,5% y 4,0%
durante las décadas de 1950, 1960 y 1970, respectivamente(76).
74
Mientras ha ocurrido un creciente aumento de la población en nuestro país, el Produc-
to Interno Bruto (pib) per cápita fluctuó considerablemente durante el período
1991–1998 y se ha venido deslizando desde ese año (ver fig. 10), influyendo esto en las
condiciones socioeconómicas de la población y, por tanto, en la presión que ésta ejerce
sobre los recursos forestales.
(73 ) Cf. A. Luna. Cómo lograr el rendimiento sostenido en el manejo de los bosques tropicales.
Instituto Forestal Latinoamericano, 1996; Harcourt y Sayer. The ConservationAtlas of Tropical
Forests in theAmericas; NuevaYork, Simon & Schuster, 1996; Rodríguez et al. «Consideraciones
conceptuales sobre el manejo forestal enVenezuela en el marco del desarrollo sustentable».
En: Revista ForestalVenezolana 41: 77-85, 1997.
(74 ) Instituto Nacional de Estadística (ine). Resultados Preliminares del Censo .
Recuperado el 4 de febrero de 2004. Disponible en línea:
http://www.ine.gov.ve/ine/censo/fichascenso/fichacenso.asp.
( ) Instituto Nacional de Estadística, op. cit.
75
(76 ) Ver José Rojas-López, op. cit. Un resumen del patrón de desarrollo y los agentes de la colonización
agraria ilegal en la zfp de esta región se presenta en Kammesheidt et al., op. cit.
A r m a n d o To r re s L ez a m a La cuidada movilización de los recursos
forestales. La industria forestal
GeoVenezuela. Fundación Empresas Polar
411
fig. 10 Población enVenezuela y pib per cápita para el período 1991–2000.
Miles de habitantes
25.000 27.000
20.000 26.000
15.000 25.000
10.000 24.000
5.000 23.000
0 22.000
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
Años Población. Producto interno bruto per cápita.
75
EnVenezuela, debido a que la industria petrolera es la que sostiene la economía y tiene
mayor peso en el pib, se presta poca atención a otras ramas de la producción económi-
ca. El sector agropecuario ha sido uno de los más afectados y sus características pro-
pias implican enormes diferencias de orden social y de poder adquisitivo de los
diferentes actores, como colonos y terratenientes.
76
Un factor crucial es la todavía cruda disparidad en la tenencia de la tierra, 9% de
los propietarios poseen el 87% de la tierra(77). Aún más, el 85,5% de los propietarios
poseen explotaciones menores a 50 ha, que apenas totalizan el 10,7% de las tierras,
mientras el 1% de los propietarios poseen explotaciones agropecuarias mayores a
1.000 ha que representan el 46,5% de las tierras(78).
77
A continuación se analiza la incidencia de algunos aspectos socioeconómicos sobre la
conservación y manejo de los bosques naturales y las plantaciones forestales.
Bosque natural
78
El patrón de desarrollo y los agentes de la colonización agraria ilegal en los Llanos occi-
dentales han tenido una fuerte incidencia en la disminución de la zona forestal perma-
nente en esta región. En el estado Barinas, por ejemplo, donde la ganadería extensiva
ocupa un lugar privilegiado, la necesidad de tierras para la agricultura de una pobla-
ción de escasos recursos y pobremente educada con respecto al tema ambiental, ha
sido aprovechada tanto por políticos de la zona como por hacendados con fincas adya-
centes a las reservas forestales (en ocasiones se dan casos de políticos-hacendados) que
han utilizado a los pobladores de menores recursos económicos para realizar invasio-
nes. Una vez que el Estado desafecta las áreas invadidas por causas de «interés social»,
los hacendados de mayor poder adquisitivo compran estas tierras a los agricultores
pobres aumentando sus bienes y reduciendo el área de la reserva(79). De allí que las des-
(89 ) Ver Ronald González; Miguel Plonczak; Jurgen Stock. Plantaciones forestales e industrias
asociadas enVenezuela.Aspectos socio-económicos . Memorias del xii World Forestry Congress.
Quebec, Canadá, 2003.
(9 0 ) Ver González et al., op. cit.
(91 ) Para mayor información de los aspectos económicos, ver González et al., op. cit.
A r m a n d o To r re s L ez a m a La cuidada movilización de los recursos
forestales. La industria forestal
GeoVenezuela. Fundación Empresas Polar
415
suelos Clase III y IV están muy por encima de aquellos obtenidos en suelos VII y VIII,
esta disposición está limitando el establecimiento de plantaciones y constituye una
seria restricción para el desarrollo del sector forestal. La mayoría de las plantaciones
forestales enVenezuela, con fines de producción y protección, se encuentran sobre
suelos de Clase III- VIII(92).
92
Por otra parte, en el área de influencia de las plantaciones de pino caribe en el oriente
del país existen varias comunidades vinculadas a la actividad forestal e industrial. Un
estudio elaborado por la Universidad Católica Andrés Bello para tdv, revela que la
situación socio-económica de los pobladores residenciados en las localidades adya-
centes a la empresa es preocupante(93). Ésta puede resumirse en un alto nivel de desem-
pleo, viviendas deficientes, baja cobertura de servicios públicos y restringido acceso
vial. Esta precaria condición de vida de los habitantes de los poblados contrasta con el
reducido número de personas que por sus calificaciones, sitio de residencia y edad
entran a formar parte de la fuerza laboral de las empresas de la zona.
93
Es importante, entonces, prestar atención a la relación entre la población rural y este
«nuevo» tipo de actividad económica como son las plantaciones, dado que, como se
dijo, actualmente son éstas las principales suplidoras de madera a la industria forestal,
por lo que una buena relación entre las partes puede ser beneficiosa para ambas.
industria forestal
94
La escasa atención que tradicionalmente la economía nacional ha prestado a la indus-
tria forestal venezolana y la actuación del Estado en materia fiscal, han provocado que
el sector forestal nacional no sea altamente competitivo y rentable. A pesar de que en el
Plan de Acción generado del estudio desarrollado por «Monitor Company» en 1997(94)
se proponía crear las bases y acciones para lograr la competitividad del sector, en gene-
ral, la industria forestal nacional atraviesa, según el informe presentado porVenezuela
en la Cumbre de Johannesburgo, por un período de recesión prolongado, con poca
propensión a la inversión(95).
95
En esta sección se busca dar una idea general de los principales aspectos relacionados
con la producción y consumo de «bienes forestales» a nivel nacional, así como también
mencionar algunas características del sector forestal nacional en materia de comercia-
lización (importación y exportación) de productos forestales, incluyendo lo referente a
productos forestales no madereros (pfnm), a pesar de que en nuestro país este rubro es
poco considerado cuando se mencionan las estadísticas forestales nacionales.
96
Hasta ahora, la industria forestal venezolana se ha caracterizado principalmente por
destinar casi la totalidad de la madera rolliza producida al consumo interno; las impor-
(96 ) Ver Renzo Silva. Información sobre productos forestales madereros. Proyecto FAO: Información y
análisis para el manejo forestal sostenible: integrando esfuerzos nacionales e internacionales en países
tropicales enAmérica Latina. Santiago, Chile, 2001. Documento disponible en línea en:
http://www.rlc.fao.org/proyecto/rla133ec/-pdf/PF%20Ven..
(97 ) fao, op. cit.; onu, en línea, op. cit.
(98 ) J.C. Centeno. op. cit., Kammesheidt et al., op. cit.
A r m a n d o To r re s L ez a m a La cuidada movilización de los recursos
forestales. La industria forestal
GeoVenezuela. Fundación Empresas Polar
417
101
La década de los noventa se caracteriza por el mantenimiento de esta tendencia, pero
con fuertes fluctuaciones (ver fig. 11). Como ya se mencionó y se mostró en la figura 9,
en este caso la mayor proporción proviene de las plantaciones de pino caribe en
el oriente del país. En 1999 la producción de madera rolliza superó 1.400.000 m 3
(ver fig. 11). Aun tomando en cuenta que este valor está subestimado, como los sumi-
nistrados en el párrafo anterior, puesto que la fórmula de cubicación oficial arroja
resultados inferiores casi en un 40% del volumen real, la producción de madera en
Venezuela está por debajo de la mayoría de los países de la región andina.
fig. 11 Producción nacional de madera rolliza. Período 1989–2000.
Miles de
metros cúbicos
1.200
1.000
800
600
400
200
0
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
Años
106
El rubro de papeles (tissue), cartulinas y cartones representa, todavía, el mayor por-
centaje en la producción de este sector. Es importante mencionar, no obstante, que el
consumo de productos tales como papel y cartón se ha mantenido fuertemente depen-
diente de las importaciones.
fig. 13 Producción nacional de madera procesada por la industria
mecánica. Período 1994–2001.
Miles de
metros cúbicos
200
150
100
50
0
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
Años
300
250
200
150
100
50
0
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
Años
(103 ) Ver J.C. Centeno, op. cit.; wri, Earthtrends, en línea, op. cit.
(104 ) mpd, op. cit., p. 50.
(105 ) fao, op. cit.
(106 ) Renzo Silva, en línea, op. cit., p. 5.
A r m a n d o To r re s L ez a m a La cuidada movilización de los recursos
forestales. La industria forestal
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421
tabla Producción nacional de productos forestales no madereros (pfnm).
descripción del producto
Leña ( kg ) ˙ 11.533.386 ˙ 12.146.353
Recortes ˙ 4.535.275 ˙ 14.557.968
Carbón vegetal ˙ 8.222.786 ˙ 4.615.614
Frutos ˙ 60.000 ˙ –
Fibras ˙ 60.000 ˙ 61.426
Bejucos ˙ 6.375 ˙ 5.208
Bejuco mamure ˙ 1.300 ˙ –
Desperdicios ˙ – ˙ 1.322.193
Chiquichique ˙ – ˙ 17.000
Corteza ˙ 1.300 ˙ 12.000
Astillas ˙ – ˙ 1.594
totales en kilogramos 24.420.422 ˙ 32.739.356
113
Así mismo, la fibra de la palma chiquichiqui (Leopoldinia piassaba), constituye otro
producto forestal no maderero de importancia, sirviendo de materia prima para una
gran variedad de productos industriales y artesanales. Entre otros productos no made-
reros destacan las fibras de mamure, aceites, bejucos, gomas, leñas, estantillos y carbón
vegetal.Todos estos productos revisten importancia para las comunidades locales y es
necesario impulsar su aprovechamiento bajo planes de manejo sostenible(108).
114
El desarrollo de este subsector ha encontrado una serie de obstáculos, comenzando
con la ignorancia sobre su potencial de desarrollo. Este campo ofrece una serie de
innumerables beneficios que, de aprovecharse de forma sustentable, ofrecería garan-
tías de bienestar social a las comunidades que hacen uso y comercialización de estos
productos; «…los productos no maderables ofrecen posibilidades importantes para
desarrollar métodos de manejo forestal con objetivos múltiples […] la función de estos
productos puede ser especialmente importante en el nivel local donde otras opciones
suelen ser limitadas»(109).
(110 ) Kirmse et al., 1993; citados por Dourojeanni, 1999, en: K. Keipi (editor), op. cit.
(111 ) Rodríguez et al., op. cit.
(112 ) Las mayores deficiencias de este proceso se discuten en Kammesheidt et al., op. cit.
(113 ) Ver Johnson y Cabarle. Surviving the Cut: Natural Forest Management in the Humid Tropics.
Washington, 1993.
(114 ) Organización Internacional de las MaderasTropicales (oimt), op. cit., p. 65.
(115 ) Food and Agriculture Organizations of the United Nations. Disponible en línea:
http://www.fao.org/forestry/index.jsp.
424
traste, la normativa nacional fija pocas prescripciones al respecto; por tanto, general-
mente, las operaciones de aprovechamiento remueven casi todos los individuos de las
especies maderables más valiosas desde el punto de vista económico que superan el
diámetro mínimo de corta (dmc), alterando considerablemente la estructura vertical de
los rodales remanentes, y causan un daño importante tanto en términos del porcentaje
de árboles dañados en las zonas de tumba y arrastre, como en la proporción del área
donde la capa vegetal es casi completamente eliminada (patios)(116).
120
En nuestro país, el manejo forestal ha estado, desde sus inicios, basado en la premisa de
que, una vez explotado el bosque, el crecimiento permite la recuperación de la masa
forestal en un período promedio de 30 años, de acuerdo al tipo de bosque. Este perío-
do es considerado como ciclo de corta, y al regresar a la misma área luego de ese tiem-
po, se debería encontrar un volumen de madera similar.
121
Esa premisa parece lógica; sin embargo, existe una serie de aspectos que se descono-
cen de la recuperación del bosque explotado. Entre estos, se encuentran las tasas de
crecimiento de los árboles, las características de regeneración de las especies y el hecho
de que la gran mayoría de las especies maderables de alto valor comercial (nómadas o
tolerantes intermedias) aparecen tarde en el proceso de sucesión vegetal(117), dado que
en las primeras instancias el área explotada es colonizada por especies pioneras de muy
poco valor comercial. La situación se agrava en la medida en que la intervención
aumenta en intensidad. Guariguata y Ostertag(118) sostienen que, luego de una inter-
vención fuerte, a las especies nómadas les puede tomar 100 años (inclusive pudiera lle-
var hasta 400 años), ocupar nuevamente el dosel. Cuando los aprovechamientos son
de menor impacto las nómadas podrían ser favorecidas en su crecimiento.
122
En un estudio realizado en un bosque húmedo deciduo de los Llanos occidentales, se
encontró que después de casi 20 años de explotación la cantidad de árboles gruesos
(diámetro a la altura de pecho dap 50 cm), es menor respecto al bosque no explota-
do recientemente(119). El desarrollo es aún más negativo en áreas donde se utilizaron
métodos de explotación más impactantes, lo que dio como resultado claros mucho
más grandes, sobre los cuales dominan especies de muy poco valor comercial.
123
En consecuencia, se considera que la manera como se realizaba el aprovechamiento
de la masa forestal, con un ciclo de corta de 30 años, con los dmc prescritos y los
métodos de explotación empleados, no permite el logro de los objetivos de manejo
(116 ) Kammesheidt et al., op. cit., presentan un análisis detallado del impacto del aprovechamiento
en los bosques húmedos deciduos de los llanos occidentales.
(117 ) M. Martínez-Ramos. «Claros, ciclos vitales de los árboles tropicales y regeneración
natural de las selvas altas perennifolias». En Investigaciones sobre la regeneración de selvas altas
enVeracruz, México,vol. . (Gómez-Pompa, A & Del Amo, S.); Editorial Alambra
Mexicana S. A. México, 1985; Manuel Guariguata y Rebeca Ostertag. Sucesión secundaria,
2002. En M. Guariguata y G. Kattan (editores), op. cit.
(118 ) Manuel Guariguata y Rebeca Ostertag, op. cit. En M. Guariguata, y G. Kattan (editores), op. cit.
(119 ) L. Kammesheidt, A.Torres-Lezama y Franco Wilfredo. «Efecto de la explotación selectiva
sobre la estructura y sostenibilidad del bosque tropical: un caso de los llanos occidentales
venezolanos». Revista ForestalVenezolana, 39-1, pp. 9-24, 1995.
A r m a n d o To r re s L ez a m a La cuidada movilización de los recursos
forestales. La industria forestal
GeoVenezuela. Fundación Empresas Polar
425
sostenible. Resultados similares se encontraron al aplicar un modelo de simulación en
un bosque de la región(120). Además, la oferta de madera del bosque explotado estaría
basada, en su mayoría, en especies maderables de menor valor comercial o en indivi-
duos de menores dimensiones. Sin embargo, mediante un manejo de la masa forestal
basado en metodologías de aprovechamiento de bajo impacto, con ciclos de corta
y dmc establecidos con base en el conocimiento logrado de la dinámica del bosque,
se puede contribuir al logro del tan ansiado manejo sostenible de nuestros recursos
forestales.
124
Diferentes visiones sobre la evolución histórica y los desarrollos recientes de la silvi-
cultura enVenezuela han sido presentados(121). Aunque se le ha visto como una estrate-
gia para recuperar el potencial productivo de los bosques naturales una vez explota-
dos, las prácticas silviculturales, además de frecuentemente ignorar la importancia de
las operaciones pre-cosecha y la dinámica del bosque tropical, generalmente, ni han
aumentado la productividad del sistema, ni han contribuido a su sostenibilidad(122).
Por el contrario, sus efectos negativos han generado un fuerte cuestionamiento.
125
La aplicación del Método Limba-Caparo, en los Llanos occidentales, es una de las
escasas experiencias relativamente exitosa (123). Se trata de un tipo de plantación en
líneas donde, una vez extraídas las especies comerciales, se eliminan las palmas y la
vegetación baja 10 cm dap, y se procede a una quema controlada. El impacto ambien-
tal de este método, no obstante, debe ser cuidadosamente evaluado.
126
La silvicultura tradicional pretendió hacer más «manejable» el ecosistema a través de la
reducción de la biodiversidad, es decir, «domesticar» el bosque. Actualmente, sin
embargo, esta práctica es considerada incompatible con los postulados de conserva-
ción de la diversidad biológica en los bosques tropicales. Un ejemplo es el de las plan-
taciones de enriquecimiento, que persiguen la transformación del bosque. En los
bosques de Guayana se espera que los concesionarios dediquen un 30% de la superfi-
cie aprovechada a este tipo de plantaciones. Estas fajas generalmente se establecen de
manera mecanizada con una separación de 30 a 50, donde se planta un reducido núme-
ro de especies comerciales.
(128 ) I. Sánchez. «Algunos aspectos ecológicos del mamure (Heteropsis spruceana Schott) de interés
potencial para su domesticación y manejo» ucv, 1999; en omb, op. cit., p. 34.
(129 ) R. D. Barnes, B.T. Styles, R. A. Plumptre y M. H. Ivory. «Tropical pines». En: Last, F.T.,
Tree Crop Ecosystems. Elsevier. Ecosystems of the world Series 19. 2001.
430
138
Según lo descrito en la literatura, aparentemente las plantaciones de pino pueden
resistir serios pero cortos períodos de estrés fisiológico, respondiendo con un cambio
en su productividad. Sin embargo, períodos más largos de estrés hídrico, solos o en
combinación con otros factores, pueden conducir al colapso del sistema. Aunque la
sobrevivencia y tasas de crecimiento del pino caribe pueden considerarse aceptables
en la zona, es necesario señalar que el sistema ha presentado indicios de inestabilidad
desde muy temprana edad, como ha ocurrido con otros pinos tropicales en diferentes
regiones del mundo. Dos expresiones del mismo han sido la exhibición de colas de
zorro («foxtailing»), anomalía que raramente ocurre en rodales naturales no perturba-
dos de cualquier especie de pino, y la asincronía reproductiva de los individuos. No
obstante, la manifestación más grave de inestabilidad de estos extensos monocultivos,
que puede conducir al colapso del sistema, ha sido la inicialmente llamada «muerte
regresiva»(130).
139
La mortalidad ha ocurrido en grupos de rodales de diferentes edades, en plantaciones
de alta y baja densidad y en todas las clases operativas de suelos existentes en el área.
Ello puede traducirse en reducción de los niveles de rentabilidad y dificultades en el
abastecimiento de materia prima en cantidad, calidad y pérdida de mercados, a pesar
de lo cual la producción nacional de madera rolliza proveniente de estas plantaciones
ha venido en aumento.
140
En un análisis integral y multidisciplinario del problema de mortalidad en las planta-
ciones de pino caribe de los llanos orientales deVenezuela,Torres-Lezama et al.(131)
encontraron que la mortalidad tiene una distribución espacial de patrón gregario
(grandes y pequeños grupos), relacionado con la textura de los suelos y la precipita-
ción, e influenciado por la edad y las características del rodal. Los autores consideran
que la clave puede estar en la aplicación de los principios de la forestería del paisaje y el
manejo del ecosistema a través de la selección adecuada de sitios y especies, la ecofisio-
logía, la silvicultura y la genética. De igual manera, plantean que la diversificación de la
producción forestal, aunque complicada en la zona, puede ser una de las opciones para
reducir los riesgos.
141
Aunque en las plantaciones administradas por cvg-Proforca se mantiene el problema,
posiblemente agravado, la empresa de capital chilenoTerranova deVenezuela, ha reali-
zado esfuerzos considerables hacia el manejo sostenible de sus plantaciones, hasta el
punto de que recientemente (2003) recibiera la certificación de su patrimonio forestal
por el programa SmartWood (139.650 ha) bajo el sistema del Consejo de Manejo
Forestal (fsc)(132). Las operaciones forestales que logran esa certificación pueden usar
el sello SmartWood para mercadeo y publicidad.
(130 ) Los primeros reportes sobre este problema datan por los menos del año 1977, en Uverito; pero
la frecuencia e intensidad del fenómeno se ha incrementado a partir de la década de los noventa.
(131 ) ArmandoTorres-Lezama; Miriam Díaz; Hirma Ramírez; Wilfredo Franco; Leonardo Lugo;
Luis Cedeño y Chrystian Carrero. Informe final del estudio diagnóstico y presentación de posibles
soluciones al problema de mortalidad en las plantaciones de pino caribe de la empresa CVG-
PROFORCA. Universidad de Los Andes, Facultad de Ciencias Forestales y Ambientales, Mérida,
Venezuela, 2000.
A r m a n d o To r re s L ez a m a La cuidada movilización de los recursos
forestales. La industria forestal
GeoVenezuela. Fundación Empresas Polar
431
142
En principio, la Certificación Forestal es un instrumento de mercado que a través de
una evaluación independiente, garantiza y demuestra al consumidor que la madera o
cualquier otro producto forestal procede de un bosque gestionado de manera respon-
sable y sostenible. La certificación junto al llamado «ecoetiquetado» se percibe como
uno de los principales instrumentos para que el comercio internacional contribuya al
manejo sostenible de los recursos naturales(133). Existen, no obstante, puntos de vistas
opuestos(134).
futuro del sector forestal
143
Venezuela cuenta con una base de recursos forestales del bosque natural que, adecua-
damente utilizada, podría aportar bienes y servicios fundamentales para el desarrollo
del país. Así mismo, tiene un potencial en materia de plantaciones forestales que sola-
mente realizado en menos de un tercio podría convertirse en la fuente principal de
materia prima la cual, eficientemente procesada, podría abastecer la demanda nacio-
nal y convertirse en un sector de exportación significativo.
144
No obstante, diversos factores económicos, políticos, institucionales, sociales y
ambientales, hacen que la contribución de los bosques al desarrollo del país y al
bienestar de la gente se mantenga como un formidable reto que demanda el aporte de
todos los grupos de interés.
145
Centeno estimó que para el año 2020, la demanda interna de madera industrial, para
aserrío, chapas y contraenchapados, alcanzaría los 2,5 millones de m3/año(135). Si se
mantienen las condiciones actuales, donde la sostenibilidad de los recursos forestales
se ha visto comprometida por el aumento en la demanda de tierras para el desarrollo
agrícola y urbanístico, la deficiente planificación del aprovechamiento en bosques
naturales y la fragilidad de las plantaciones de pino caribe, existen motivos para estar
preocupados.
146
Consideramos, sin embargo, que para el año 2030 el sector forestal podría estar ocu-
pando una posición de liderazgo en el desarrollo y mejoramiento de la calidad de vida
de la población. No obstante, es evidente que mientras se siga dependiendo en grado
sumo del petróleo, y no se preste la debida atención a la diversificación de la produc-
ción, el país continuará inmerso en el dilema de la generación de los ingresos petrole-
ros y su distribución; y los demás sectores productivos no lograrán posicionarse
adecuadamente dentro de la economía venezolana.
(132 ) Smartwood Program, en línea, op. cit. Se espera que esto contribuya al mejoramiento en la
comercialización de sus productos y garantice el manejo sostenible de tan importante superficie de
plantaciones forestales.
(133 ) Ver Simula, op. cit. En K. Keipi (editor), op. cit.
(134 ) Cf., por ejemplo, P. Romeijn. Green Gold: on variations of truth in plantation forestry,Treemail,
Heelsum, Holanda, 1999, quien analiza la certificación del manejo de plantaciones de teca en Costa
Rica, expedida justamente por SmartWood. Esta publicación ofrece una visión de la credibilidad del
etiquetado de productos forestales.
(135 ) Ver J.C. Centeno, op. cit.
432
147
Así mismo, es muy dificil hablar de mejoras a futuro con instituciones disfuncionales y
sin un nivel apropiado de gente capacitada. En el sector forestal venezolano esta debili-
dad está presente en todos sus componentes (organismos oficiales, industria, acade-
mia y gremios). Se requieren decisiones urgentes vinculadas a la definición efectiva de
las funciones de los organismos vinculados al sector forestal y su consecuente reorga-
nización, la descentralización de la administración forestal y el desarrollo de un siste-
ma nacional de investigación forestal. Afortunadamente, se cuenta con organizaciones
equipadas, como la fao, dispuestas a apoyar el fortalecimiento institucional en mate-
ria forestal.
148
Íntimamente vinculada a esta situación se encuentra la formación del capital humano
en todos los niveles, para contribuir al manejo forestal sostenible. En el Capítulo 37 de
la Agenda 21, un plan de acción para el futuro sostenible, aprobado en la Cumbre de la
Tierra de 1992, se resalta: «La capacidad de un país para seguir el camino del desarro-
llo sostenible está determinada en gran medida por la capacidad de su gente y sus insti-
tuciones…»(136). Algunas universidades, instituciones científicas y empresas vienen
realizando, desde hace más de medio siglo un trabajo importante en tal sentido; sin
embargo, es necesario multiplicar este esfuerzo bajo el principio de la «formación de
calidad y sensibilidad social», que haga posible un mundo diferente.
149
Por otro lado, la reciente propuesta de Plan Nacional de Desarrollo Forestal adecuada-
mente revisada y sintetizada, puede constituirse en uno de los marcos estratégicos de
un Programa Forestal Nacional (pfn). Es necesario, no obstante, conceder más aten-
ción a las políticas nacionales, los compromisos internacionales, las estrategias de
desarrollo sostenible del país, la colaboración y participación nacional e internacional,
los enfoques globales e intersectoriales y la reforma normativa institucional y creación
de capacidad, entre otros principios básicos de los pfn.
150
Dicho programa contribuiría a detener la deforestación y la fragmentación de los bos-
ques. A pesar de todas las dificultades con las estadísticas, es obvio que los bosques
naturales enVenezuela vienen desapareciendo a un ritmo acelerado. Con frecuencia se
argumenta que el establecimiento de plantaciones forestales contribuye a aliviar la pre-
sión sobre los bosques naturales. Esta premisa, no obstante, es dificilmente aplicable a
nuestro país, donde las fuerzas primarias que causan la destrucción de los bosques no
son movidas primordialmente por la obtención de productos forestales. Es necesario,
entonces, actuar sobre las causas subyacentes ya mencionadas.
151
Así mismo, es perentorio redefinir la zona forestal permanente (zfp) con fines de pro-
ducción a través de:
a) la segregación de áreas que, aunque todavía siguen siendo consideradas legalmente
como zfp, ya no tienen una cubierta forestal ni la posibilidad de convertirlas a
plantaciones forestales;