A Modo de Preludio Con Vicente Zito Lema
A Modo de Preludio Con Vicente Zito Lema
A Modo de Preludio Con Vicente Zito Lema
Algunos meses después de entregarle el borrador definitivo de este libro para que
que esperábamos. La propuesta inicial fue alojada, una vez más, por la generosidad del
¿Desde dónde partir? Siempre ¿desde dónde partimos? Uno parte desde la
historia del otro y desde nuestra propia historia. Mi maestro Pichón Rivière decía que
siempre estamos marcados por el hoy y aquí. Ese hoy y aquí son ustedes. No es lo
mismo hablar en una universidad, en el marco de una cátedra que tiene una propuesta
que en otra época hubiera sido vista de ruptura total, de descreimiento de los caminos
académicos, y qué tal vez sí eso sea positivo, hoy está más abierta la universidad para
desesperada. A esta altura de mi vida puedo decir que es agónica, que tal vez no tenga
sentido pero también es cierto que la vida finalmente será el conjunto de los sin sentidos
que la alumbraron.
Por ahí andamos con ustedes que, viéndolos, me doy cuenta que siento ganas de
decir ciertas cosas que en otro aquí no se hubieran despertado. Por ejemplo, puedo tocar
temas relacionados con la muerte sabiendo que el impacto sobre sus cuerpos y sus
transitando la edad donde la muerte no existe y además son parte de una generación que
no conoció lo que mi generación conoció, que los jóvenes morían antes que lo que
normalmente morían los viejos. Ese exasperado conocimiento no lo han tenido. Yo soy de
una generación donde los jóvenes morían antes que los viejos y eso me marcó mucho. En
este país, por lo menos hoy, podemos pensar que el curso natural de la muerte, a pesar
que sucedan alteraciones (pero en general estamos viviendo como debe vivirse) los
jóvenes viven más que uno y que uno se muera antes. Y que están en una edad, vuelvo a
insistir, en que la muerte no existe. La muerte toca su tambor en la puerta del otro.
Entonces esto me permite hablar, casi hasta con tranquilidad, de un tema que es
imprescindible tocar en una cátedra como esta que quiere tocar todas las puertas, por lo
La palabra. Ahora puedo saber que la vida es la agonía del conjunto de nuestras
palabras. O sea, la vida es, finalmente, todo lo que alguna vez hemos dicho y que aquello
que queda en el final de nuestras vidas son las palabras que hemos podido vivir con el
cuerpo, no solamente las palabras que se dijeron. Lo que nos queda del conjunto de
nuestra vida: yo en estos días cumplo 79 años, es no solo todas las palabras sino
aquellas que podemos llegar a sostener frente a un espejo, que son las palabras que
hemos vivido con el cuerpo. Y no son todas las palabras, porque no hay cuerpo que sea
capaz de soportar semejante carga. De ahí en más, “Vicente maestro ciruela”: no excedan
en las palabras para que las palabras no pierdan su potencia de ser. Y háganse cargo con
el cuerpo de cada palabra que sean capaces de poner en la vida. La vida es eso, nuestras
palabras; pero la verdadera palabra es aquella que se convirtió en el cuerpo, que se hizo
acto. Y ahí entonces la responsabilidad absoluta de ser con la palabra. Tarde o temprano
tendrás que rendir cuentas, qué hiciste con tus palabras. Hay un instante en el espejo,
La palabra concentrada
gigantescas virtudes. La virtud nos viene de la tradición del saber. Nos guste o no, la
cultura greco-romana pesa sobre nuestro espíritu, pesa sobre nuestros actos. No es la
única que pesa pero está. Así viene la concentración, el bien de la concentración, el
concentra logra al expandirse una potencia de ser que solo se da allí, en la concentración.
Por eso, que la propuesta sea escritura concentrada, tiene la virtud de poner en acción la
mayor potencia que la palabra encierra como cosa en sí. Siguiendo a Heidegger: ¿qué
cosa tiene esa cosa que si la cosa no estuviera esa cosa no sería? Esa cosa que la
determina. ¿Qué tiene la palabra como propio frente a otras cosas de la vida? Su potencia
que nos alejaron de la verdad que buscábamos. Hasta podríamos decir, que en el exceso
Eso suena todo fantástico. Entonces, menos trabajo para ustedes, les proponen
trabajos cortos, les proponen la posibilidad de acceder con voluntad o sin ella a una de las
virtudes más gigantescas de lo humano, que es usar una palabra concentrada. Todo eso
está fantástico ¿Qué riesgos veo? Los riesgos que a la concentración no se llega por
desesperación ante la muerte. Ahí vienen entonces los desafíos: ¿qué es la muerte como
estar vivo. Vivo en la vida y no vivo en la vida que no se vive, en la vida que se convierte
convierte en sudor de cadáver y no transpiración del cuerpo amado. Ahí están entonces
los desafíos. Escribir corto, sí pero ¿para qué carajo escribir corto?; ¿para mentirle a la
tarea? O escribir la tarea con todas las palabras que se te demanden, o escribir la tarea
concentra está toda la potencia de la vida que podrías poner allí. Si no, es el simulacro de
concentrado, pero para llegar a la concentración muchas veces tenés que pasar por el
dispuestos? ¿Están dispuestos a concentrar la palabra hasta que la palabra sea tan
la vida que estaba. Hubo un momento que uno puede imaginárselo, en que el humano fue
esclavo de su palabra. Ahora hay una posibilidad de decir lo que se dice y no decir nada.
porque lo que no tiene verdad es lo no hablado por más que tenga apariencia de mensaje,
apariencia de relato, apariencia de discurso. La palabra sin agonía es una palabra que no
existe. Y la palabra sin agonía no puede ser mentira, tiene que ser la desesperada
liviandad, el destino es la estupidez; la complicidad con esta pesadilla que llamamos vida
y que cada vez huele más a una muerte que tampoco es muerte pero tampoco es vida: es
una no-nada. Y eso es lo que nos presenta el tiempo de hoy. ¿Cómo te jugás por la
palabra? ¿Qué hacemos con nuestras vidas para que cada vez que las palabras
aparezcan tengan el sentido inocente, original, primigenio: como lo que nace de la vida
para ser la vida, para ser respetado como vida, para ser amado como vida?
Entonces, pueden entrar en la propuesta de esta cátedra desde varias formas: una
es mintiendo, escribo poco así tengo menos tarea. Otra es: me animo a sostener la
palabra que pongo y cuanto menos palabras pongo cada palabra de esas me está
despierta el actual gobierno es una sensación de que me voy a morir en el tiempo de los
monstruos. Y si me tocaba morir con los monstruos, prefiero enfrentar a los monstruos
monstruos con uniforme, con discurso de monstruosidad, los monstruos que hoy nos
dominan son monstruos de la mentira, que hablan de diálogo, que hablan de amor, que
hablan de alegría y exudan veneno por sus poros. Y han convertido el cuerpo en cadáver.
Pero no asumen la responsabilidad de la muerte. Por más que la muerte nos llegue por
todas las formas. Primero imponiendo que la mentira es la verdad, imponiendo que el
cuerpo para responder ante la vida y tiene que enfrentar a los dueños de la vida,
apoderados de la economía, apoderados del poder, de la represalia, del discurso, de los
medios de comunicación, de la riqueza del país, de la historia del país, de la tradición del
país, del mañana del país. ¿Qué más esperan para desnudar a los monstruos? Y si no se
animan a desnudar a los monstruos terminen con la falsedad esencial de buscar palabras
poderosas cuando no son capaces de enfrentar la mentira que desnutre las palabras.
Basta de joda. Para hablar en serio hay que vivir en serio. Los huesos responden
por las palabras, los actos responden por las palabras, la verdad responde por la palabra,
con la cobardía. La belleza es un niño ahogado en un aire que huele a cadáver, todos los
silencio. Miren qué tarea. ¿Serán capaces? ¿Serán capaces de escribir corto? Yo, si les
miro los rostros, puedo sospechar que si alguien cuando yo tenía la edad de ustedes me
decía todas estas cosas y yo escuchaba, por lo menos queda abierta la sospecha de que
sean capaces de hacerse cargo del desafío. Apuesto a esa sospecha. Apuesto a que se
hagan cargo de ese desafío. El tema de nuestra vida es que cuando te llega el desafío,
encrucijada te podés hacer el tonto pero desde el día en que te la plantean: ¿qué hacés
Aristóteles habla del estúpido como aquel que cree que Atenas puede seguir siendo con
gente que solo piensa en sí misma. Dice Aristóteles: pobre Atenas, con tanta gente que
válido o, como del mañana, como la necesaria capacidad para enfrentar a la agonía del
presente.
Me siento mejor por haberlo dicho. Además son los lujos que me doy a esta edad, porque
si no me los doy a esta edad, para qué carajo viví hasta esta edad. Ahora puedo decir lo
que pienso. Algunas veces uno se pone la piel de otro para decir. El tema es que llega un
instante en tu vida en que te sacás la piel del otro y te quedás con tu propia piel, y la tenés
que aceptar. Mi sueño es que si uno se saca la piel del otro le queda en su rostro la
maldita piel de la poesía. ¿Será ese finalmente mi rostro? ¿Habré pagado lo suficiente
para tener el rostro que llevé toda la vida? ¿Verán en mí ese rostro o ni siquiera yo lo
puedo ver? Y ¿cuál es el rostro de ustedes? ¿Qué rostro buscan tener? ¿Se quedarán
Vicente: Voy a buscar algún amparo, con los años uno busca amparos. Imanuel Kant ha
naturalizado, que lo aceptamos, que es esa belleza que se liga con lo armónico, que se
liga con lo calmo, que se liga con lo ordenado y que Aristóteles a la vez lo pone en la
está bien hecho, de la mejor manera, o tal vez de la única manera para que todo se
Ahí se fue acunando el concepto de la belleza, que además como todo concepto
puede ser falso, y lo es si se excede algo que es también parte de la vida. En la vida hay
porque el concepto de lo bello y el concepto del bien son los dos grandes conceptos que
mueven la vida de una manera u otra. Tienen su origen allí, en ese momento de
esplendor de la cultura griega, se han tomado como modelos y nos guste o no, siguen
pesando en nuestras vidas. Como alguna vez dijera el pensador Humberto Eco, todo lo
demás que se construyó en relación al bien y la belleza son anotaciones al pie de página
Entonces, de qué hablan Platón y Aristóteles que han fundado el concepto del poder
dominante. Acá viene el otro tema. Porque nosotros nos mentimos. No hay un solo
Parto de la idea de que todos los valores deben ser vistos en relación al poder
concreto en cada momento histórico. Cuando Aristóteles dice que las mujeres no son
plenos seres humanos, no está diciendo algo en el aire que permita una risa. Determina
una realidad concreta que siguió vigente en la humanidad y que, entre otras cosas,
legitimó y legalizó que la mujer no participará de la vida política. O sea, por un lado
Aristóteles dice: el ser humano es un ser político por excelencia, es la política lo que da
ser humano pleno. En este país la mujer recién pudo votar en 1949, es decir, que un
pensamiento de más o menos 330, 340 años antes de Cristo duró hasta 1950. O sea más
de 2000 años, no es un chiste, es un poder. Cuando Aristóteles dice: los pobres por
naturaleza son feos, sucios y malos no es un tema menor. Los pobres por naturaleza son
sucios, malos, pero además feos. Lo contrario del concepto de lo bello. En el libro mayor
de la belleza, que nos viene vía Aristóteles, ya hay una marca fundante. Si sos pobre sos
Aristóteles y un pensamiento que concretamente sigue hasta el día de hoy, no hay que
pensando así.
¿Cuándo aparece el rostro del “feo” como protagonista del arte? Recién en el
siglo XIX, en el año 1885, cuando Vincent Van Gogh pinta Los comedores de papa. Hasta
ese momento ningún “feo” fue protagonista de una obra de arte. Tenemos siglos con arte
feos de Vincent Van Gogh son trabajadores, humildísimos trabajadores que están
comiendo lo que comen los trabajadores, poquita cosa, ellos que son campesinos, que
plantan papas, están comiendo lo poquito que un campesino podía comer en Europa en
esa época, una sopa de papas. Y huelen mal, a la tierra. Y están pintados del color de la
tierra y tienen rostros de caballo. Y la pregunta es ¿hay belleza ahí? Ahí empieza, si se
puede decir con seriedad, una nueva disputa sobre qué es la belleza a partir de la “no
belleza”, que por primera vez aparece en un cuadro potentísimo como es ese. Ese cuadro
cuando distingue entre lo bello y lo sublime. Kant dice lo bello es el orden, la serenidad, lo
“tranquilo”, lo que pueden tener los ricos, esa serenidad del que tiene, que no sufre la
agonía cotidiana que sufrimos buena parte de la humanidad y que sufren muchos
estudiantes.
Sigo dando clases en la universidad, los otros días hubo una reunión de
estudiantes para ver cómo pueden hacer para faltar un día más porque no pueden pagar
el gasto de viajar todos los días ¿Y qué plantean? Lo respetamos, nos gustan sus clases
pero ¿cómo podemos hacer? Estamos hablando con varios docentes a ver si podemos
venir un día menos porque el viaje nos sale muy caro. Entonces empezás a darte cuenta
de que las relaciones de la vida con el bien, con la belleza, con el conocimiento, y con
todo, nos guste o no, están marcadas cotidianamente por algo antiguo que se llama la
lucha de clases entre el pobre y el rico. De esa lucha surge qué es el bien y qué es el mal,
qué es la ética, qué es la estética. Creer que las concentraciones de conocimiento van
fuera de la vida cotidiana dura poco si alguna vez querés mirarte en el espejo. Dura poco,
te da tranquilidad para no mirar al que está tirado en la calle, pero si algún día querés
mirar al que está tirado al costado te empezás a plantear un montón de cosas. ¿Qué es lo
¿qué es belleza? ¿Quién determina qué es lo bello? Es tan potente el que determina qué
es lo legal como lo bello. ¿O alguien quiere vivir sin belleza? Pero ¿qué es la belleza?
tenés riqueza la historia enseña que determina la ley; la moral; la ética; y hasta casi, si no
lo toma mal nadie, qué es el pecado y el no pecado. Honestamente, creo que hasta la
Kant dice: está esa belleza clásica, y podemos acuñar el concepto de “lo sublime”.
Y hasta ahí llega Kant. Pero te dice “lo sublime” y te da pie para subirse a ese tren, yo
armonía, la calma de un día de sol fantástico”. ¿Qué sería lo sublime? Porque también te
lengua de Kant es un rostro sufriente, que no es armónico, porque el que sufre no tiene
armonía, no tiene esa plácida serenidad y belleza del estómago sereno con la comida,
porque hasta la comida pobre en general es mala de digerir y por más hermosa que sea y
si, con el estómago hinchado, inflamado por la mala comida, tu belleza se escapa como
- Daniel Sans: Otra cuestión que tiene tanto que ver con tu escritura es ¿qué es la
belleza de lo no bello y qué relación tiene con la propuesta de Enrique Pichón Rivière de
- Vicente: Bueno, eso también es muy complejo, todo es complejo. Y además ¡me
encanta que sea complejo! Lo único malo es, por ejemplo, que los otros días mi hija se
necesitaba un consejo y yo le digo “lo que me planteás es complejo”; y dijo: “papá no,
minutos, para ella es importante, entonces me dí cuenta que mis tiempos y cada vez más,
me voy convirtiendo cada vez en un hombre más lento. Ayer no veía nada, porque algo
me pasa en la vista. No me podía poner lentes, entonces, tenía que hacer el trámite para
subirme al avión y digo “¿qué hago?”. Entonces fui, me presenté y dije: “desde hoy me
declaro ciego, no veo” y el muchacho que me atendía, no era un mal chico pero ya se
a sacar pasaje en una oficina que era para discapacitados, y conocí el mal trato. Me
asumí como discapacitado porque en ese momento concreto no podía ver nada y tenía
que llenar cosas ahí, en la computadora, que soy torpe pero algo puedo hacer, pero con
los ojos como los tengo, creo que se darán cuenta, no veía nada, y simplemente fui a la
oficina que atiende a los discapacitados y conocí un nuevo mal trato. El mal trato que en
general he conocido, permítanme reírme de mí, es cuando en algún lugar digo “soy
hincha de Racing” (risas). He visto que en general la gente me trata mal, aunque sé que
ahí está la envidia (risas). No, no, ríanse, eso es de envidia pero ¿cuál es la envidia y el
prejuicio que lleva al mal trato? Pichón Rivière se lo planteaba, dice que te tratan mal
porque finalmente hay una envidia, una envidia aún en el sufrimiento. Por ejemplo, alguna
gente me miraba con envidia porque yo podía hacer el trámite más rápido, es decir, no
hay un buen amor. Estamos viviendo en tiempos del mal amor, de mucho enojo. El mal
trato es una forma de la lucha de clases; hay que tratar mal al pobre, al que tiene algún
impedimento, porque todo el mundo sabe que esta sociedad está organizada desde los
actos del mal y no desde los actos del bien, y a partir de ahí, por más que te lo quieras
mentir, sabemos que las cosas finalmente están hechas desde el mal y no desde el bien y
menos desde el amor. Ese es el tema, vivimos en sociedades sin amor. Me permito ahora
volver a la pregunta que me había hecho mi querido amigo ¿qué sería lo esencial de lo
Ahí empecé a sacar experiencias, en la cárcel, y estas experiencias no son tan poquitas
mujeres del Chaco, en el intervalo siempre lo seguí haciendo. Entonces, uno ahí puede
ver una experiencia acumulada, hasta podría ser un cierto saber, porque si sigo haciendo
talleres en las cárceles, en los manicomios, en tantos espacios donde roza la muerte y el
dolor extremo, tal vez desde ahí me acerque a ciertas respuestas que tengan algo de
mundo es un trabajo que angustia, y hay momentos que te angustian más porque uno
queda comprometido, por lo menos si querés vivir la vida en serio, quedás comprometido
con la vida y cualquier cosa que reflexionás, aunque sea poquita cosa lo que vos hagas o
digas, te exige una coherencia con tus actos. En general he pagado con el cuerpo por
todas las locuras que he escrito y he dicho y he pagado duro, he pagado con usura,
universidad. Es decir, conocí el exilio, la cárcel, más o menos he pagado con el cuerpo,
con exceso, con usura. Entonces creo que puedo tener una cierta verdad en el sentido de
desde trabajos, años de trabajo, y ahí puedo ver ciertas cosas. Primero, la pregunta
puerto. Si les importa el puerto, dedíquense, por ejemplo, a tener un banco; que los
bancos tienen que existir porque si no existen ¿cómo cumplo el sueño de asaltarlo?
(Risas) Para lo único que sirve un banco es para el sueño de asaltarlo, es un sueño
fantástico, ya es difícil que lo cumpla, pero si alguien me dijese “Vicente, te damos una
chance de que seas más feliz que nunca en tu vida”. Entonces, mi duda sería ¿qué
banco? (Risas) ¿Cuál podría ser el peor banco? Bueno, no tengo nada contra los chinos
pero la vez pasada hice un trámite en el banco, no sé cómo se llama, sé que era de banca
china, me trataron muy mal, porque soy lento, ese es el tema, y los empleados de ese
banco eran todos muy rápidos, entonces yo llego: “¿qué tal, cómo le va? Buenas tardes”,
“bueno a ver…a ver…”, “bueno, tranquilo”, ahí no se puede ser tranquilo, parece que hay
que ser muy rápido. Yo, ahora si volviera al banco chino, antes de robarlo todo les
recitaría un brevísimo poema de un chino, Li-Pó. Dice el poema “¿Y Li-Pó?, ah, murió de
alcohol, quiso besar a la luna en el río Amarillo”. Miren qué hermoso poema. Claro, si yo
voy y el tipo todo apurado: “¿qué quiere?” Y yo: “vengo a averiguar por qué de la
universidad ahora me van a depositar el sueldo acá”. “Bueno, a ver, rápido, rápido”;
“bueno, mire, primero, Li-Pó, ¿para usted qué quiso decir besar a la luna en el río
las cosas, por lo tanto, dejemos el banco chino, lo que sí sé es que si no es el banco
chino, algún banco, yo quisiera robármelo antes de morir; ahí viene la parte anarquista de
mi abuelo, yo tengo un abuelo que fue anarquista, y todo anarquista soñaba con robar un
banco pero ¿para qué? El tema es de fondo ¿qué hacés con lo que sacas del banco?
Bueno, los anarquistas en general fundaban bibliotecas, editaban libros, me parece que
no estaba tan mal. Y ¿detrás de eso qué? Intentamos pasar de lo siniestro a lo maravillo.
que está pensado, no conozco bien la cabeza, cómo piensa un alemán pero pasé mi exilio
en Holanda, mi mujer es holandesa, tengo hijos y nietos holandeses, veo más o menos
cómo funciona y funcionan más o menos con ciertas pautas de pensamiento. ¿Qué es lo
siniestro? Detrás de lo siniestro es que todos finalmente aunque no sabemos qué es,
tenemos sospecha de lo que es y que es muy antiguo. Cómo se va de esa situación que
es lo opuesto, que podría ser no de lo feo a lo bueno, porque ahí está, yo no quiero entrar
en contradicción con lo que dije antes, no quiero pasar de lo feo a lo lindo, porque no hay
lo feo y no hay lo lindo, ese es el tema. Entonces si siniestro lo tengo que poner como si
mi maestro lo hacía, yo soy más extremista que mi maestro Pichón Rivière; él tenía una
formación más clásica, para él había un arte normal y un arte patológico. En mi libro
Conversaciones con Enrique Pichón Rivière sobre el arte y la locura, mi maestro mantiene
feo, patológico y un arte bello, un arte normal; yo no creo en nada de eso, yo no creo que
hay un arte bello y un arte feo; hay arte, no entiendo esa diferencia. Por lo tanto ¿qué
deposito detrás de siniestro y qué deposito detrás de maravilloso? No lo tengo claro, pero
sí cierta claridad podría aportar levemente: es aquello que no era, ahora es lo creado;
porque lo no creado es muerte y la muerte sí que podemos decir, es del orden de lo feo,
porque la vida para mí es maravillosa. Entonces, a partir de ahí todo proceso creador es
maravilloso. Y entonces “el mal” es no hacer la cosa, en la medida que se hace ya tiende
acto de la creación “lo feo y lo bello” son tan necesarios porque en la vida está
comprendido todo. El tema es la división que uno hace a posteriori, y en la división que
uno hace a posteriori quiero ver en qué lugar estás, sos el dueño del banco o sos el
dueño de la chacra. Como pasaba en esta región, en una etapa de la región, que la gente
calle. Fue cuando comenzó a nacer la agrupación de mujeres chacareras que se iban a
cada chacra que el banco quería rematar y se paraban ahí y peleaban a lo loco frente a
los banqueros. Tienen que recordarlo, es parte de la herencia que tienen que tener
ustedes, porque es fácil vivir sin herencia, cualquier idiota vive así sin herencia histórica,
hay que hacerse cargo de las herencias, no que vayan a robar un banco, pero sí hacerse
cargo de la herencia de las mujeres chacareras enfrentando al banco que quería rematar
con el riesgo que le trae al docente. Si vos sos docente y seguís por el camino que te
cómo va a terminar con vos, con los docentes, con la universidad, abrís algo a una
disputa, es potentísimo. El bien acá, en mi criterio, es que ustedes escriban los textos. Si
les salen concentrados, mejor; y si no, disputen con la cátedra y díganles, no los podemos
que hagamos el proceso de concentración, empiezo a hacerlo más extenso y luego voy
aprendiendo a concentrar. La tarea del sabio es justamente del gran poeta, es que con el
instrumento y logra finalmente con lo menos decir lo más, que es finalmente el bien y la
belleza. ¿Qué es la belleza para mí? Con lo menos decir lo más, es el verdadero arte. Y
ahí me doy la mano con Aristóteles porque finalmente Aristóteles dice que el orden de la
naturaleza está, no en el lindo y el feo, esa es una boludez de Aristóteles; está en lo otro,
lengua de Baruch Spinoza, que es el primero que se atreve a decir, en esa armonía de la
naturaleza está la esencia Dios. Por eso a Spinoza luego lo quieren matar, los judíos y los
católicos, y las dos religiones lo expulsaron de sus filas, y para colmo luego el propio
gobierno de Holanda también lo expulsó. O sea, cuando vos te animás a ver el bien en la
autoritario tiene que estar la valentía del sujeto. Ustedes son estudiantes sujetos. Si de
vagoneta no hacés la tarea, y, no es serio; pero si vos disputás porque creés que la tarea
es un proceso y lo planteás, todo docente se siente maravillado porque quiere decir que
su trabajo sirve para algo, para despertar un diálogo de verdad, para hacer un proceso en
serio. Bueno, ese es el desafío y como todo desafío pone en riesgo al que lo hace
también, a la cátedra, obvio. No, no es fácil caminar sobre el camino que vas haciendo.
Daniel: “¿Sobre qué escribo?” Te dijo el interno del hospicio y vos le contestaste:
Vicente: (se ríe) Yo tengo siempre algo armado, pero vos lo largas así… (Risas).
domingos una obra que yo he escrito que se llama El Cristo Rojo. Es sobre la vida del
poeta y filósofo Jacobo Fijman, que estuvo 28 años internado en un hospital psiquiátrico.
empecé a buscar y lo encontré en el hospital, y bueno, luché por él. Logré que sus últimos
dos años de vida pudiera vivir afuera conmigo. En esta obra que estoy haciendo, todos los
domingos interpreto a Jacobo Fijman y un joven poeta que estuvo internado y ahora está
muy bien y afuera, hace de mí cuando yo era joven. O sea: esto, nadie está claro, porque
yo aparentemente soy el sano y hago del enfermo y él que estuvo enfermo, hace del
sano, entonces ya nadie sabe nada, que es fantástico, porque nadie está loco ni nadie
está sano. Y si yo veo los rostros de ustedes y me detengo en cualquiera, no sé dónde los
quiero escribir, el tema de fondo es que se me van los años, pero tengo una obra que no
terminé que está basada en que Abraham, en la biblia cuenta que Dios le manda a
Abraham que acuchille, “acuchille” al hijo, a su único hijo, y Abraham había tenido ese hijo
cuando tenía como 100 años y Dios le dice por vía del ángel “tenés que acuchillar a tu
hijo”, “Tenés que mostrarme tu amor, y para mostrar tu amor vas a tener que acuchillar,
Guevara, que está en Bolivia. Lo narra Guevara en su propio diario, los están
boliviano, lo tiene frente a él, y él había dado orden a su pequeño grupo que cuando los
vieran había que matarlos porque iban a denunciarlos y era el fin de esa revolución que
del campesino no le dispara. El campesino hace lo que para él es el bien, va ahí cerca
donde había un grupo de militares, lo denuncia al Che, vienen los militares, matan al Che
y matan a los compañeros del Che. Miren la situación: el Che muere finalmente por ir en
contra del propio principio que él había puesto de que, si querés hacer la revolución y el
bien a la humanidad, la muerte de uno no puede ser más importante que la vida en la
revolución, en el bien y en el nuevo mundo que vas a hacer para los todos. El uno o el
socialismo para el bien de todos. Y en el momento, por más que él había dado la orden, él
elige la vida del uno, porque el uno lo había mirado. Entonces quiero relacionar esto,
porque también por otra parte, Dios en principio por amor quiere probar el amor concreto
del otro, pero por amor da la orden de matar; orden que por supuesto era un poner a
prueba, porque luego viene el ángel y le dice “insensato” al pobre Abraham, que ya había
cada vez que me pongo a trabajar en algo, me pongo a pensar, me quedo siempre sin
saber dónde es el acto del bien y dónde es el acto entre comillas del mal, porque es más
complejo y en la medida que leo más y que me hago menos autoritario, se me complica
mi propia vida. Es decir, cuando yo me encuentro con Fijman era muy joven, no soy el
hombre viejo que soy ahora, entonces desde algún lugar yo quería mostrarle al gran
poeta, al gran filósofo, que aunque estuviera en un manicomio yo sabía que era un gran
poeta, yo sabía que era un filósofo. Porque no soy un genio pero sé de filosofía, y no soy
un genio pero escribo (creo que buena poesía) y sabía que él era un maestro. Entonces
desde algún lugar lo quise poner en la exasperación. Así, de muy joven le quise preguntar
lo máximo, y finalmente hoy me doy cuenta que si alguien viene y me hace esa pregunta
a mí, podría mirarlo y decirle: “tenés que caminar más para tener derecho a esa
pregunta”. Por eso lo pregunté, era muy joven, y todavía no tengo respuesta. Ese es el
tema de fondo ¿Qué hacemos? ¿Por dónde pasa el bien? ¿Por el que está cerca nuestro
o por la totalidad? A esta altura creo que si vos querés salvar al mundo y no amás al que
está cerca, tengo derecho a sospechar de tu amor al mundo; y si solo sos capaz de amar
al que tenés a tu lado, tiendo a dudar de que vos realmente al que está a tu lado no lo
amás. Y la pregunta final es ¿puede ser el mundo algo más que una sospecha?
Asamblea Clínica
Shirley Avila (estudiante de Psicología, 26 años): Hola a todos y a todas. Primero
agradecer a Vicente, porque me generó toda una vorágine de pensamientos que estuvo
zarpado y creo que me va a durar toda la semana. No sé cómo expresar muy bien esta
inquietud, estos pensamientos que estuve teniendo. Esto de lo que es lo bello, lo que no
pobreza, que pasa mucho con esto de romantizar lo pobre. Desde el pensamiento
bello en eso de lo cual somos víctimas, o sea es simplemente una inquietud, no sé si está
muy bien encaminado pero me hizo pensar mucho en eso, esto de la romantización que en el
arte se ven muchas veces, se ve lo bello del sufrimiento, del padecer ¿qué piensan
en relación a eso?
Vicente: En una carta Vincent Van Gogh plantea lo que dice la compañera. Cuando él
pinta Los comedores de papa, le hacen críticas feroces porque dicen que pinta a los
trabajadores como gente muy fea, que no ve la belleza que tienen. Hay un gran pintor que
pinta, son famosos esos trabajos, a los pobres con una increíble belleza. Y dice Van Gogh
en una carta imaginaria: “Querido maestro Milliet”… “los que pintan como usted ven lo que
yo no veo, yo veo que a los pobres, los ricos y los poderosos los transforman en bestias;
tal vez en el cielo, si esos pobres llegan, como dicen en la biblia, serán los más hermosos,
pero aquí en la tierra los pobres de hermoso no les dejan nada porque están condenados
a un trabajo animal. Y yo entonces los pinto, no como serán tal vez cuando estén muertos
en el cielo, pero los pinto como son acá, y los trabajadores que veo, los mineros que veo,
los tejedores que veo, los agricultores que veo, son gente a la que el trabajo y la comida,
y la vida concreta animal los pone tal como yo los pinto”. Y no lo trata mal a Milliet porque
sabe que él los pinta desde su amor y quiere pintar a la pobreza amorosamente, para
decir que los pobres son los únicos bellos en la tierra. Pero la realidad concreta que hace
el romanticismo con la pobreza, que hace el romanticismo con los internados en los
hospitales psiquiátricos o en los asilos, no digo que sea una actitud de mentira, pero sí es
una actitud peligrosa porque dá una lectura del mundo que no se condice con el
verdadero dolor del que está sufriendo esa situación concreta. Muy buena tu intervención,
Yonatan Cid (estudiante de Psicología, 28 años): Me quedé pensando en algo que dijo
Vicente, que el que sufre no tiene armonía, y ahí lo fui conectando con otra frase que dijo,
uno reflexiona desde la angustia, y con esto, conectando a Marx, que dice en uno de sus
ve la verdadera lucha de clases. Que la reflexión la podés generar en esa no armonía que
Vicente: Está fantástico lo que dice, hay un pensamiento de Marx que va muy directo a lo
experiencias de la existencia.
Constanza Garcilazo (estudiante de Psicología, 19 años): Hola a todos y a todas. Hay una
letra muy hermosa que me parece oportuno con lo que nos vino a contar el compañero
que es: “la cobardía es asunto de los hombres, no de los amantes”. Uno cuando milita o
tiene que ser partidario, porque estar hoy acá sentados escuchando esta charla es un
acto político, es un acto de amor, un acto de valentía. Me parece que defender los
intereses de los poderosos, de los que siempre manejaron este mundo, es un acto de
cobardía muy grande. Y hay otra letra de una canción de este mismo autor que dice
“porque el Che Guevara, quizás buscando la vida, quizá buscando la muerte”, y creo que
por ahí, esa es nuestra incertidumbre. Si estamos acá buscando la vida o buscando la
muerte, pero sí nuestro arte, nuestra sabiduría y nuestro conocimiento que podemos
adquirir acá, tiene que estar siempre al servicio del pueblo. Porque ese es el acto de
valentía y el acto de amor más grande que podemos hacer, amar y querer al que no
conocemos, entender al que quizás nunca le veamos la cara, nunca sepamos sus
padecimientos personales pero sí sus padecimientos colectivos, así que me parece que
hoy tomar la palabra es tener valentía y tener amor.
Daniel: Esto que llamamos El aula feroz da cuenta que es feroz el aula cuando naturaliza
que los estudiantes no escriben más que las palabras de otros; o no toman la palabra más
que cuando son indagados en el examen final y al borde del temblor y de la dificultad
mayor de expresar lo que piensan y lo que sienten. El aula es feroz cuando naturalizamos
las prácticas de poder que son necesarias para una sociedad que quiere entronizarse en
la injusticia. Entonces en cada escrito, en cada búsqueda de lo que Vicente hoy nos
enseñó que es palabra concentrada, en cada escrito breve, en cada asamblea clínica, en
cada acto en donde nos imponemos al temblor del rol asignado y logramos otra cosa,
estamos discutiendo ese lugar que se nos ha asignado. Muchas gracias, entonces a
todas, muchas gracias a todos, por estar disputando, minuto a minuto, palabra a palabra,
escrito a escrito, eso que es lo siniestro que poco a poco vamos transformando y estamos
transformando en maravilloso.