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FACULTAD DE PSICOLOGÍA - UBA / SECRETARÍA DE INVESTIGACIONES / ANUARIO DE INVESTIGACIONES / VOLUMEN XXVIII

EL NIÑO EN LA ENSEÑANZA DE JACQUES LACAN:


CONTRIBUCIONES TEÓRICAS E INCIDENCIAS EN LA CLÍNICA
THE CHILD IN JACQUES LACAN’S TEACHING: THEORETICAL CONTRIBUTIONS
AND CLINICAL CONSEQUENCES
Romé, María1

RESUMEN ABSTRACT
Este trabajo tiene por objetivo realizar una lectura y siste- This work aims to analyse and systematize the contribu-
matización de las contribuciones de la enseñanza de La- tions of Lacan’s teaching for a conceptualization about the
can para una conceptualización sobre el niño, teniendo en child, taking into account its clinical consequences. Con-
cuenta sus incidencias en la clínica. Partiendo de conside- sidering his contributions to current discussions on this
rar sus aportes a los debates actuales en este campo, se topic, we try to situate the lacanian originality regarding the
trata de situar su originalidad así como sus consecuencias child, as well as its incidences in clinical orientation. With
en la orientación de la cura. Para esto, analizamos sus that purpose, we analise his main references on this topic,
principales referencias al respecto, precisando las varia- specifying their variations and invariants thoughout his
ciones e invariantes a lo largo de su enseñanza. Entre las teaching. Among the conclusions, we highlight that the
conclusiones, destacamos que la tensión que sostiene la tension between structure and temporality enables a con-
perspectiva lacaniana entre estructura y temporalidad da ception of the child as a being capable of resignify the
lugar a una concepción del niño como un ser capaz de marks of his hystory, a desiring subject who can become
responder a las marcas de su historia, en tanto sujeto responsible of his position.
deseante y responsable de su posición.
Keywords:
Palabras clave: Child - Psychoanalysis - Lacan - Clinic
Niño - Psicoanálisis - Lacan - Clínica

1
Universidad Nacional de La Plata, Facultad de Psicología. CONICET. Email: [email protected]

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EL NIÑO EN LA ENSEÑANZA DE JACQUES LACAN: CONTRIBUCIONES TEÓRICAS E INCIDENCIAS EN LA CLÍNICA
THE CHILD IN JACQUES LACAN’S TEACHING: THEORETICAL CONTRIBUTIONS AND CLINICAL CONSEQUENCES
Romé, María

Introducción pectiva lacaniana brinda una orientación pertinente y de


Este trabajo propone una lectura y un ordenamiento de las plena vigencia para la clínica con niños, es preciso señalar
contribuciones de la enseñanza de Jacques Lacan para que no es la única posible y que desde otras perspectivas
una conceptualización del lugar del niño1, teniendo en -incluso al interior del psicoanálisis- suele ser criticada por
cuenta sus incidencias en la clínica. Partiendo de conside- diluir al niño y borrar su especificidad. Considerando tales
rar sus aportes a discusiones aún vigentes en este campo críticas planteamos que, si la perspectiva de Lacan es
de la práctica, se trata de situar la originalidad lacaniana pertinente para orientar el psicoanálisis con niños, es pre-
con respecto al abordaje del sujeto en la infancia, en la ciso poder extraer de sus enseñanzas una concepción del
teoría y en la clínica. Proponemos como punto de partida sujeto en la infancia que habilite su entrada en el disposi-
la siguiente pregunta: ¿Cuáles son las particularidades del tivo analítico. Es decir que por un lado permita superar una
estado del sujeto al que nos dirigimos en la clínica con perspectiva evolutiva o adaptativa, pero que al mismo
niños orientada por la enseñanza de Lacan? tiempo no diluya a lo infantil en una concepción estructural.
Tal interrogante pretende, en primer lugar, evitar el equí- Tal concepción implica sostener la tensión entre la estruc-
voco con respecto a lo infantil en la teoría psicoanalítica, tura del lenguaje y la emergencia del sujeto en la estruc-
entendido -desde Sigmund Freud en adelante- como una tura, entre la sincronía y la dinámica temporal, teniendo en
construcción que realiza el neurótico adulto a posteriori, cuenta diferentes órdenes de temporalidad: los tiempos
en transferencia. Asimismo, en diversos momentos de su del desarrollo, los tiempos de efectuación de la estructura,
obra, Lacan se refiere al niño o a lo infantil en alusión a así como la temporalidad propia del dispositivo y su arti-
cierta posición subjetiva característica de la neurosis, que culación con los tiempos lógicos del sujeto.
se encuentra principalmente al inicio de la cura. Es en
virtud de ese equívoco que en el campo del psicoanálisis Del desarrollo infantil, al sujeto y su temporalidad
con niños ha sido necesario distinguir la “neurosis en la Si bien Lacan no se ha dedicado específicamente a la
infancia” de la “neurosis infantil” (Piro y Romé, 2013). clínica con niños, el problema que plantea al psicoanálisis
En segundo lugar, dicha pregunta implica algunos supues- la cuestión de la infancia es uno de los motivos que lo
tos previos que dan cuenta de la posición desde la cual conducen a su retorno a Freud, inaugurado en el año 1953
abordamos esta temática. Además de la existencia y efi- por su “Discurso de Roma” (Rabanel, 2011). Ya temprana-
cacia del psicoanálisis en la infancia -suficientemente de- mente, en un texto redactado para la Sociedad Psicoana-
mostrada- tal interrogante parte de suponer: 1- que en la lítica de Paris, evoca algunos problemas de este campo
práctica con niños nos dirigimos al sujeto, que no es algo de la práctica (Lacan, 1949). Allí expone sus críticas a las
que está de entrada, sino algo a producir cada vez; 2- que desviaciones de autores postfreudianos, en particular a las
el sujeto al que nos dirigimos presenta particularidades en teorías genéticas y evolutivas del desarrollo libidinal, que
función del estado en que se encuentra en la estructura, conciben al niño como “sujeto en constitución” hacia una
que será preciso especificar. Lejos de constituir eviden- supuesta maduración acabada. Oponiéndose a tales teo-
cias, tales supuestos implican una toma de posición en rías, Lacan inaugura al respecto una perspectiva original,
relación a cuestiones que han generado debates en el coherente con su concepción del sujeto articulado a la
transcurso de la historia del psicoanálisis con niños, y estructura del lenguaje. Así, en 1950 se pregunta:
continúan suscitando controversias en la actualidad.
En dichas discusiones, si bien las cuestiones que son ¿Pues el hecho de estructura esencial para el estudio del
objeto de debate son diversas -la cuestión del sujeto, el psiquismo del niño, no es acaso que hablando, con razón, la
estatuto de lo inconsciente, las particularidades de la lengua de la cual se sirven los adultos, usa sus formas sin-
transferencia, el estatuto de la interpretación, entre otras-, tácticas con una precisión llamativa desde los inicios de su
las posiciones que surgen se ordenan en función de dos aprendizaje? (Lacan, 1950/1999, p. 33).
polos, con algunos matices intermedios. En tal polariza-
ción de las discusiones es posible distinguir, en un extre- Es a partir del supuesto fundado en ese hallazgo que, más
mo, a quienes plantean que no hay diferencias significati- adelante, se sustenta la consideración del niño como
vas entre la clínica con adultos y la clínica con niños; y en “analizante de pleno derecho” (Miller, 2006, p. 14), “sujet
el otro, a quienes plantean que ésta última presenta con- à part entière” (Miller, 2009, p. 7), sujeto de pleno ejercicio
diciones absolutamente disímiles, que podrían conducir a para el psicoanálisis.
la pregunta de si se trata o no de psicoanálisis. De esta Ahora bien, en la medida en que la noción de sujeto es
manera, podemos decir que lo que se discute es la conti- intemporal, como efecto del lenguaje, esta consideración
nuidad o discontinuidad de esta práctica en la infancia, con parece entrar en tensión con otros desarrollos de Lacan
respecto al psicoanálisis en general. con respecto a la particular posición del niño en la estruc-
El propósito de este texto es entonces localizar algunas de tura. Retomamos entonces la pregunta antes formulada,
las contribuciones de Lacan a esas discusiones, teniendo con respecto a las particularidades del sujeto al que nos
en cuenta las lecturas y posiciones a las que ha dado lugar dirigimos en la clínica con niños. Para abordar esta cues-
entre analistas que ejercen esta práctica. Si bien la pers- tión, trataremos de situar las principales formulaciones de
Lacan acerca del estatuto del sujeto en la infancia, subra-
1
En este trabajo usaremos el término genérico “niño” para referir- yando aquellas que permiten sostener la tensión entre
nos tanto al niño como a la niña. sincronía y diacronía, inherente al lugar que ocupa en la

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experiencia analítica. Se tratará de precisar sus contribu- evidencia la falta que afecta a tal estructura. Es esa falta
ciones a este campo de la práctica, destacando aquellas la que da lugar a cierta discordancia entre el orden signi-
que confluyen en una concepción de lo infantil acorde a la ficante y los efectos de significación, y por lo tanto al suje-
ética del psicoanálisis. to en su singularidad. Tal dinamismo nos permite sostener
que este primer momento de su obra no se opone sino que
Variaciones e invariantes con respecto a lo infantil en confluye con el siguiente, en tanto ambos dan lugar a
la enseñanza de Lacan cierta diacronía que se plasma en tiempos de efectuación
Para un primer ordenamiento de sus conceptualizaciones, de la estructura, que cada sujeto atraviesa de manera
tomaremos como principal referencia las periodizaciones singular.
propuestas por Éric Laurent (1994, 2009) y Jacques-Alain En un segundo momento, cuyo comienzo ubicamos entre
Miller (2003, 2009). fines de los años cincuenta y principios de los sesenta, la
Partiendo de tales lecturas, es posible distinguir dos gran- estructura es presentada explícitamente en términos de su
des momentos en las elaboraciones lacanianas. El prime- carácter incompleto e inconsistente, dando lugar a la for-
ro corresponde a los inicios de su enseñanza propiamente malización del objeto a. Encontramos entonces un viraje
dicha, situando su punto de partida en el “Discurso de en las formulaciones lacanianas sobre el sujeto en la in-
Roma” (Lacan, 1953/2003), en ocasión de la primera es- fancia a partir de la conceptualización del objeto a como
cisión dentro del movimiento lacaniano. Es allí donde in- resto -desecho de la operación significante y de la dialéc-
troduce la proposición del inconsciente estructurado como tica especular- y al mismo tiempo causa del deseo.
un lenguaje, correlativa de la distinción de los tres registros Es en ese marco que Lacan rinde homenaje a Donald W.
y de la prevalencia de lo simbólico sobre lo imaginario. Se Winnicott, al considerar al objeto transicional como un
trata entonces, en ese primer momento conocido como su antecedente de su objeto a. Lo plantea abiertamente en
retorno a Freud, de reformular en términos estructurales su Seminario XV sobre “El acto psicoanalítico”. Allí reco-
el concepto de deseo inconsciente y su relación con la noce la ayuda que le aportó el objeto transicional cuando
dimensión libidinal. se interrogaba sobre la forma de desmitificar la función del
Dicha concepción estructuralista del inconsciente incide objeto llamado “parcial”, que aparece en la teoría sobre las
sobre la concepción del sujeto, concebido hasta entonces supuestas relaciones desarrollantes de lo pre-genital a lo
a partir de la dialéctica intersubjetiva. El tratamiento que genital (Lacan, 1967-1968). A diferencia del objeto libidinal
hace Lacan del signo saussureano implica consecuencias -diferencia que el mismo Winnicott establece- el objeto
fundamentales en la elaboración de la estructura del de- transicional se define según Lacan como el apoyo, el
seo inconsciente, que se desprende -a partir de “La ins- puente fundamental gracias a lo cual nada será desarro-
tancia de la letra…” (Lacan, 1957/2003)- de la acción del llado en términos de relaciones duales: la relación entre el
significante y sus efectos de significación, así como de la niño y la madre se ve inmediatamente interferida por la
imposibilidad que este proceso implica (Napolitano, 2008). función de ese pequeño objeto cuyo estatuto Winnicott
Las principales formulaciones de ese primer momento con articula. Y a continuación explicita el parecido de ese ob-
respecto al sujeto en la infancia se encuentran en el Se- jeto con su a:
minario IV (1956-1957/2008), el Seminario V (1957-
1958/2004) y en los artículos “La significación del falo” ¿Qué es este objeto a? Que no está ni en el exterior ni en el
(1958/2005a) y “De una cuestión preliminar a todo trata- interior, ni real, ni ilusorio, ni esto, ni aquello. No entra para
miento posible de la psicosis” (1958/2005). El modo de nada en toda esa construcción artificiosa que el común del
inscripción del sujeto en la estructura del lenguaje aparece análisis edifica alrededor del narcisismo (…) Entonces a toda
entonces condicionado por su relación al Otro que lo pre- esa descripción, tan preciosa como fina, del objeto a, sólo le
cede, definiéndose el lugar del niño por su relación al falo falta una cosa, es mostrar que todo lo que se dice no quiere
como efecto de significación de la metáfora paterna. De decir nada, que el brote, la punta, el primer retoño, ¿de qué?
esta manera, la distribución de la clínica a partir de la De lo que el objeto a comanda, a saber simplemente el suje-
consideración del falo, así como la delimitación de tres to, el sujeto como tal, funciona al principio a nivel de este
tiempos del Edipo como tiempos de efectuación de la es- objeto transicional. (Lacan, 1967-1968, pp. 4-5).
tructura, se contrapone a las perspectivas psicogenéticas
o evolutivas que Lacan critica. Así, por ejemplo, la de Karl Nos interesa subrayar la consideración del objeto transi-
Abraham, que concibe estadios del desarrollo ordenados cional como “el brote, la punta, el primer retoño” del sujeto
en función de una progresión hacia una maduración que, como tal. Ahora bien, ¿qué implicancias tiene que el suje-
se supone, conduce al encuentro de un objeto adecuado. to funcione al principio, como dice Lacan, a nivel de este
Tal concepción del sujeto condicionado por la estructura objeto transicional? De ese objeto que no está “ni en el
del lenguaje implica cierta originalidad, que le permite ir exterior ni en el interior, ni real, ni ilusorio, ni esto, ni aque-
más allá de un enfoque determinista, que podría derivarse llo”. Desde una lectura posible, ese “ni-ni” remite al tiempo
de la perspectiva estructural. A diferencia de la lingüística de la estructura: “tiempo lógico en que Lacan articula el vel
y de la antropología estructural, al abordar el problema de ni-ni en el tiempo de constitución del sujeto alienado entre
la representación del sujeto por el significante Lacan no dos significantes, S1 y S2” (Tischkovsky Palant, 1986, p.
concibe a la estructura como un sistema, como una totali- 60). Desde esa perspectiva, en su referencia al objeto
dad, sino que desde un inicio de su enseñanza pone en transicional como antecedente del objeto a, Lacan evoca

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EL NIÑO EN LA ENSEÑANZA DE JACQUES LACAN: CONTRIBUCIONES TEÓRICAS E INCIDENCIAS EN LA CLÍNICA
THE CHILD IN JACQUES LACAN’S TEACHING: THEORETICAL CONTRIBUTIONS AND CLINICAL CONSEQUENCES
Romé, María

las operaciones que teoriza en su Seminario XI (1964/2006) placer? Comoquiera que sea, si en el caso examinado ese
y en su artículo contemporáneo “Posición del inconscien- esfuerzo repitió en el juego una impresión desagradable, ello
te” (1964/2005), para dar cuenta del advenimiento del se debió únicamente a que la repetición iba conectada a una
sujeto: alienación y separación. El objeto transicional mar- ganancia de placer de otra índole, pero directa. (Freud,
caría entonces la transición entre un primer tiempo lógico, 1920/2008, p. 16).
en que el infante aparece en posición de objeto a -que
dejará marcas indelebles en su estructura-, y un segundo Al acentuar la vertiente de la ganancia de placer de otra
tiempo, en que el sujeto adviene a partir de la producción índole presente en este juego, Lacan lo reformula como
de dicho objeto. una “respuesta del sujeto”.
Pensar la temporalidad de la clínica con niños en función
del objeto a, “ese objeto que tiene un pie en el Otro y un …el juego del carrete es la respuesta del sujeto a lo que la
pie fuera del Otro” (Laurent, 1994, p. 38), implica una ausencia de la madre vino a crear en el lindero de su domi-
orientación que va más allá del Edipo, de la alienación y la nio, en el borde de su cuna, a saber, un foso, a cuyo alrede-
indeterminación del sujeto en función de la captura en el dor sólo tiene que ponerse a jugar el juego del salto. (Lacan,
lenguaje. Se trata entonces de un enfoque que, sin dejar 1964/2006, p. 70).
de considerar la dependencia del sujeto con respecto al
discurso del Otro, no hace de eso un destino ineludible sino Siguiendo la lectura de Silvia Salman, nos interesa subra-
que da lugar a una solución en la que el sujeto se produce a yar la diferencia entre considerar al juego como respuesta
partir de lo que ha perdido por su inscripción en el lenguaje. a la ausencia de la madre, lo cual se resolvería con un
Más allá de las variaciones señaladas con respecto al es- simple grito en reclamo de su regreso, y considerar en
tatuto de lo infantil entre esos dos grandes momentos de cambio al juego -como lo hace aquí Lacan- como la res-
la enseñanza de Lacan, nos interesa subrayar las invarian- puesta a lo que la ausencia de la madre desencadena en
tes que consideramos hacen a la especificidad de la pers- él (Salman, 2006a, p. 168).
pectiva lacaniana sobre esta cuestión. Como vimos incluso ¿Y qué es lo que tal ausencia desencadena? Lacan mismo
en su primera versión, en el marco de su concepción es- lo dice: un foso, es decir un hoyo, un agujero, a partir de
tructuralista, la falta inherente al encuentro del sujeto con que algo se sustrae. En ese sentido, el carretel que arroja
la estructura del lenguaje da lugar a cierto dinamismo, el niño no es la madre, sino que es “como un trocito del
abriendo el juego de la temporalidad. Tal original conjuga- sujeto que se desprende sin dejar de ser bien suyo, pues
ción de la sincronía y la diacronía es lo que encontramos sigue reteniéndolo”. Y continúa:
como invariante en la perspectiva lacaniana del sujeto en
la infancia, y es allí donde reside la originalidad de su con- Si el significante es en verdad la primera marca del sujeto,
cepción, en función de la reformulación de la estructura cómo no reconocer en este caso -por el solo hecho de que
afectada por un defecto irreductible, que recibirá diferentes el juego va acompañado por una de las primeras oposicio-
tratamientos en el curso de sus conceptualizaciones. nes en ser pronunciadas- que en el objeto al que esta opo-
sición se aplica en acto, en el carrete, en él hemos de desig-
Antes y después del fort-da nar al sujeto. A este objeto daremos posteriormente su
En el marco de ese segundo momento de su transmisión, nombre de álgebra lacaniana: el a minúscula. (Lacan,
Lacan se interesa por el juego infantil, en una lectura que 1964/2006, p. 70).
prolonga y profundiza la interpretación freudiana del fort-
da. Según esta última, que pone el foco sobre el acto de Como vemos entonces, el carretel no representa a la ma-
dominio sobre una situación antes vivenciada pasivamen- dre sino que ocupa el lugar del objeto no significante que
te, el juego es entendido como una actividad catártica re- escapa al sujeto representado por el significante. Es por
gulada por el principio del placer. Por su parte, Lacan eso que Lacan precisa que el conjunto de la actividad
rescata otra dimensión del juego que el mismo Freud vis- simboliza la “repetición de la partida de la madre como
lumbra en 1920. Al presentar la experiencia del fort-da causa de una Spaltung en el sujeto” (Lacan, 1964/2006, p.
como uno de los ejemplos clínicos de la compulsión a la 70). El sujeto se desprende de una parte de sí, inscribién-
repetición, Freud advierte con gran agudeza que la mayor dose en ese acto una primera marca significante, junto con
cantidad de veces el niño repite sólo la primera parte del la pérdida que tal inscripción implica. Edmundo Mordoh lo
juego: arrojar objetos lejos de sí profiriendo un fuerte o-o- plantea claramente: “El carretel señala lo que se pierde del
o-o, que lee como “fort”, se fue. Considerando entonces sujeto en la alienación significante. El juego del fort-da
que en lugar del juego completo, que incluye el traer nue- pone en escena el efecto de significancia de una marca
vamente al objeto ante sí profiriendo un “da” -acá está-, lo primera invisible y de la pérdida original de goce, que la
que se repite es una experiencia displacentera, que impli- compulsión a la repetición intenta reencontrar.” (Mordoh,
ca la renuncia pulsional de admitir sin protestas la partida 2013, p. 47).
de la madre, Freud se pregunta: Es precisamente tal pérdida de goce lo que da lugar a la
puesta en juego del deseo, como apuesta del sujeto. Así
¿Puede el esfuerzo (Drang) de procesar psíquicamente algo es como Lacan lo concibe en su Seminario XII:
impresionante, de apoderarse enteramente de eso, exterio-
rizarse de manera primaria e independiente del principio de

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…el juego es la forma propicia, ejemplar, aislante, aislable, do que el “maternaje” es una actividad sexual, y no mera-
de la posición del deseo. El deseo no siendo otra cosa que mente educativa o sublimada, anticipa un posible lugar del
la operación de esta apuesta, de ese a, que es el ser jugador, infante en el fantasma materno, que desarrollará más
en el intervalo de un sujeto dividido entre su falta y su saber. adelante a partir de sus “dos notas”. Es precisamente a
(Lacan, 1964-1965, p. 76). partir de ese breve texto que Lacan localiza a la sexualidad
femenina como una cuestión preliminar a todo tratamiento
En tal experiencia encontramos cierto entrelazamiento de posible con niños (Laurent, 1994).
los tres registros: un costado de simbolización, dado por Hacia el final de su discurso, Lacan evoca la frase de An-
la alternancia significante; un costado real, en tanto el dré Malraux: “il n’y a pas de grandes personnes” (Lacan,
juego produce al objeto a; y una dimensión imaginaria del 1967/2001, p. 369), traducida al español como “no hay
juego, esencial para que se sostenga la escena a repetir. personas mayores”2 (Lacan, 1967/2012, p. 389), como
Así, el juego se constituye como puesta en escena de la señal de la entrada del mundo en la vía de la segregación.
repetición, y es en ese sentido que podemos concebirlo En dicha frase encontramos, por un lado, una referencia a
como un “aparato de goce” (Salman, 2006a, p. 165). Des- una cuestión de estructura, en tanto no todo el goce es
de la perspectiva de Hartmann, “…la repetición en el juego absorbible por el significante; pero además una referencia
(…) sería un camino para la detección temprana de los a la época: a un mundo transformado por la ciencia y el
puntos de goce.” (Hartmann, 2009, p. 14). De esta mane- capitalismo, en que el padre ya no conserva su estatuto
ra, el juego en la infancia, en tanto momento de transición trágico sino que, en el transcurso del siglo XX, ha deveni-
entre una primera marca -primera inscripción del ser ha- do un “padre humillado” (Laurent, 1994, p. 35). De alguna
blante frente al sexo- y una segunda -que viene a descom- manera esta transformación ya era anticipada por Lacan
pletar a la primera-, constituye al mismo tiempo un modo en el año 1938, cuando se refiere al “declive social de la
de tratamiento y una orientación para su dirección. imago paterna” (Lacan, 1938/2012, p. 71). En 1967, con-
En continuidad con lo que situamos como invariante en la trapone el estatuto del “niño generalizado” al de “grande
enseñanza de Lacan con respecto al sujeto en la infancia, personne”, que sería un sujeto que puede hacerse respon-
su lectura del fort-da permite sostener la tensión entre la sable de su propio goce (Laurent, 1994). De esta manera,
sincronía y el dinamismo temporal: entre la captura del Lacan nos recuerda que el par de opuestos que interesa
sujeto por la batería significante y su sustracción de dicha al psicoanálisis no es el mismo que el del sentido común,
captura, entre determinismo e indeterminación; tensión “niño - adulto”, sino el de “niño – grande personne”. Cabe
que se pone en juego en la brecha entre el plano del enun- preguntarse entonces, ¿de qué responsabilidad se trata
ciado y el de la enunciación. en la práctica con niños y niñas? Interrogante que ha sido
específicamente abordado en otros trabajos (Beisim,
El goce en la infancia 2010; Mordoh, 2013; Mordoh y Leivi, 2016; Romé, 2018;
Más allá del fort-da, las principales elaboraciones sobre el Romé, 2021).
tema -en el marco de este segundo momento- se encuen-
tran en una serie de textos de los años 1967-1969, princi- De la posición de niño a la posición del niño
palmente en dos artículos: “Alocución sobre las psicosis En su “Nota sobre el niño”, escrita en 1969 en una carta
del niño” (1967/2012) y “Nota sobre el niño” (1969/2012), dirigida a Jenny Aubry, Lacan comienza señalando la
solidarios de una perspectiva que va más allá del Edipo, caída de las “utopías comunitarias”. Subraya entonces la
sumamente pertinente para la clínica actual (Romé, 2018). función de “residuo” de la familia conyugal, que -más allá
La “Alocución sobre las psicosis del niño” fue pronunciada de sus transformaciones en la evolución de la socieda-
por Lacan en el marco de unas jornadas sobre ese tema, des- sostiene lo irreductible de una transmisión que tras-
organizadas por Maud Mannoni, en el año 1967. Lacan ciende la satisfacción de las necesidades; transmisión
había sido invitado allí para hablar sobre la cuestión de las que da lugar al advenimiento del sujeto, que implica “la
psicosis en la infancia, y terminó centrando su exposición relación con un deseo que no sea anónimo” (Lacan,
sobre otros puntos que no eran tomados en consideración 1969/2012, p. 393).
por los terapeutas allí reunidos: después de dos días de Del lado de la madre, ubica tal “función residual” en un
debate con psicoanalistas destacados por su trabajo con interés particularizado que signa sus cuidados, que están
niños, Lacan señala que en esos días no se había pronun- entonces en articulación con su propia falta. De esta ma-
ciado la palabra “goce”, dimensión esencial en la experien- nera, no se trata de la función materna universal sino de
cia analítica. las particularidades que singularizan el desempeño de
Subrayando la importancia del objeto a en la relación con esta función, allí donde falla el cuidado y aparece el deseo.
la madre, vuelve a evocar el objeto transicional: “Lo impor- Con respecto al padre, indica que su nombre es el vector
tante no es sin embargo que el objeto transicional preser- de la encarnación de la ley. Para esto, es preciso que re-
ve la autonomía del niño, sino que el niño sirva o no como presente la ley sin creer que él la es, y que la prohibición
objeto transicional para la madre” (Lacan, 1967/2012, p. se articule con el deseo que porta hacia esa mujer. Es allí
389). De esta manera, sostiene que el niño puede ocupar 2
Con respecto a esta frase, el francés habilita un equívoco que
para la madre el lugar de un “condensador para el goce,
se pierde en dicha traducción al español. Otras traducciones po-
en tanto que por la regulación del placer, aquel le es sus- sibles, menos precisas, preservan mejor el equívoco original: po-
traído al cuerpo” (Lacan, 1967/2012, p. 389). Consideran- dríamos decir no hay “personas grandes” o “grandes personas”.

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THE CHILD IN JACQUES LACAN’S TEACHING: THEORETICAL CONTRIBUTIONS AND CLINICAL CONSEQUENCES
Romé, María

donde se sitúa el aspecto “residual” de su función. marcas es impredecible y absolutamente singular.


Lacan se pregunta entonces por el lugar al que puede ad- Algunos años más tarde, en su “Conferencia en Ginebra
venir el niño en la pareja parental, y propone diferenciar dos sobre el síntoma” (1975/2007), luego de definir al incons-
modalidades paradigmáticas. En una de ellas el síntoma ciente no sólo como un “saber no sabido” sino como “el
del infante, por estar articulado a la metáfora paterna, re- goce de un saber”, Lacan vuelve a referirse al lugar del
presenta la verdad de la pareja en la familia. El sujeto que infante de un modo que nos interesa especialmente:
ha advenido como producto del malentendido de los goces,
se encuentra “en posición de responder a lo que hay de Si aquello de lo que hablamos es verdadero, si efectivamen-
sintomático en la estructura familiar”. Este es el caso más te se cristaliza en una etapa precoz para el niño lo que cabe
abierto a las intervenciones del analista, por dar lugar a llamar por su nombre, a saber los síntomas, si la época de
sustituciones metafóricas. (Lacan, 1969/2012, p. 393). la infancia es efectivamente decisiva en ello, ¿cómo no re-
En la otra modalidad en cambio, el niño, que ha quedado lacionar este hecho con el modo en que analizamos los
capturado como realización del fantasma materno, revela sueños y los actos fallidos? (Lacan, 1975/2007, p. 123).
la verdad de su objeto: realiza entonces la presencia de lo
que Lacan designa como objeto a en el fantasma materno, A continuación, propone definir al inconsciente como la
saturando así el modo de falta en el que se especifica el manera que tuvo el sujeto de estar impregnado por el
deseo de la madre, cualquiera sea su estructura (Lacan, lenguaje; más precisamente, por el modo en que fue de-
1969/2012, p. 394). seado. Y continúa:
Más allá de la orientación que brindan estas dos notas
para el diagnóstico en la infancia, nos interesa destacar la Los padres modelan al sujeto en esa función que titulé como
perspectiva que se desprende con respecto al estatuto del simbolismo. Lo que quiere decir (…) que la manera en que
niño, en sintonía con la lectura lacaniana del fort-da: si le ha sido instilado un modo de hablar, no puede llevar sino
consideramos al síntoma como “respuesta que el sujeto la marca del modo bajo el cual lo aceptaron sus padres
produce en su encuentro con lo real” (Salman, 2006, p. (Lacan, 1975/2007, p. 124).
156), concebir al niño como síntoma implica subrayar el
estatuto de respuesta que pueden tener sus juegos, sus A partir de estas citas, podría suponerse que Lacan produ-
palabras, sus producciones. Que pueda responder, de una ce cierto retroceso con respecto a sus “dos notas”, en el
manera creativa y singular, ante su encuentro con lo real, sentido de acentuar aquí el determinismo inherente a la
se contrapone a una concepción determinista -que encon- constitución del sujeto en la infancia, que se vería compe-
tramos aún vigente en el campo del psicoanálisis- según lido a llevar la marca unívoca del modo bajo el cual fue
la cual, dada cierta configuración familiar -cierta historia, hablado, deseado y gozado. Sin embargo, los párrafos que
tal o cual madre con tal o cual posición ante el deseo o siguen dan lugar a otra lectura, en sintonía con la perspec-
ante el goce-, no habría alternativa alguna para el sujeto, tiva que venimos sosteniendo. Para dar cuenta de la sin-
cuyo lugar estaría a priori determinado por esa configura- gularidad de las marcas del encuentro del lenguaje con el
ción. En contraposición con esta idea, la perspectiva pro- cuerpo, Lacan recurre a la noción de “lalangue”. Dice en-
puesta no se queda en las generalidades de la “posición tonces que “el lenguaje (…) interviene siempre bajo la
de niño”, sino que abre la pregunta por la “posición del forma de una palabra que quise fuese lo más cercana po-
niño”. Más allá de presentar dos modalidades paradigmá- sible a la palabra francesa lallation -laleo en castellano-
ticas de sus respuestas, la perspectiva lacaniana del suje- lalengua.” Y continúa: “Para nada es un azar que en lalen-
to en la infancia supone que sus respuestas tienen un gua cualquiera sea ella, en la que alguien recibió una
carácter absolutamente singular, en consonancia con la primera impronta, una palabra es equívoca.” (Lacan,
dimensión electiva que implica su posición. 1975/2007, p. 125). Es justamente tal equivocidad de lalen-
Las elaboraciones de los dos textos comentados (1967, gua lo que da lugar a que la articulación que se realice a
1969) resultan solidarias de las que Lacan introduce en su partir de ella sea absolutamente singular, escapando en-
Seminario XVII (1969-1970/2008), donde formaliza su tonces al determinismo absoluto. Lacan plantea entonces
crítica al Edipo freudiano a partir de la escritura de los que lalengua no es un patrimonio universal, sino que lo que
cuatro discursos. En tanto la cuestión del falo tal como de ella surja en los sueños, en los síntomas, en toda clase
estaba inscrita en la metáfora paterna aparece entonces de formaciones del inconsciente, puede ser leído como
como insuficiente, para comprender cómo se sitúa el su- respuesta del sujeto a la manera en que ha sido hablado,
jeto en la infancia, qué posición adopta, será preciso tener deseado, gozado. Es allí donde sitúa en este texto al “asi-
en cuenta el tratamiento del goce a una escala que va más dero del inconsciente” (Lacan, 1975/2007, p. 126).
allá de la familiar. Es en este contexto que plantea: “El Algunos párrafos más adelante, luego de evocar el proble-
objeto a es lo que todos ustedes son, en tanto están pues- ma del acceso a la palabra en la infancia, plantea:
tos ahí -cada uno el aborto de lo que fue, para quienes le
engendraron, causa del deseo” (Lacan, 1969-1970/2008, He visto muy bien niños muy pequeños, aunque más no
p. 192). En otros términos, el lugar de origen del sujeto, fuese a los míos. El hecho de que un niño diga quizá, todavía
más allá del brillo fálico, es el de ser el a, resto y causa del no, antes de que sea capaz de construir verdaderamente una
deseo. Si bien tal lugar de origen deja marcas indelebles frase, prueba que hay algo en él, una criba que se atraviesa,
en la estructura, lo que cada quien pueda hacer con esas a través de la cual el agua del lenguaje llega a dejar tras su

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FACULTAD DE PSICOLOGÍA - UBA / SECRETARÍA DE INVESTIGACIONES / ANUARIO DE INVESTIGACIONES / VOLUMEN XXVIII

paso, algunos detritos con los que jugará, con los que le será Lacan, J. (1938/2012). Los complejos familiares en la formación
muy necesario arreglárselas (Lacan, 1975/2007, p. 129). del individuo. En Otros escritos (G. Esperanza, trad.). (pp. 33-
96). Buenos Aires: Paidós.
A través de esta metáfora que equipara al lenguaje con el Lacan, J. (1949). Règlement et Doctrine de la Commission de
agua que corre, Lacan reafirma su posición con respecto l’Enseignement déléguée par la Société Psychanalytique de
a la actividad que implica en la infancia la lectura de las Paris. Revue Française de Psychanalyse, XIII (3), 426-435.
marcas constitutivas, a partir de las cuales más tarde se Lacan, J. (1950/1999). Intervención en el Primer Congreso Mun-
“hará la coalescencia, por así decirlo, de esa realidad se- dial de Psiquiatría. En Intervenciones y textos 1 (D. S. Rabino-
xual y del lenguaje” (Lacan, 1975/2007, p. 129). Es enton- vich, trad.). (pp.32-36). Buenos Aires: Manantial.
ces a partir de los restos de ese agua que corre que se Lacan, J. (1953/2003). Función y campo de la palabra y del len-
constituye la lalengua de cada uno, de la cual el incons- guaje en psicoanálisis. En Escritos I (T. Segovia, trad.). (pp.
ciente portará las marcas. 227-310). Buenos Aires: Siglo XXI.
De esta manera constatamos que, en esta segunda parte Lacan, J. (1956-1957/2008). El Seminario, Libro IV, La relación de
de su enseñanza, Lacan subraya la dinámica que implica objeto (E. Berenguer, trad.). Buenos Aires: Paidós.
el encuentro del sujeto con aquello que lo precede, dando Lacan, J. (1957/2003). La instancia de la letra en el inconsciente
lugar a diferentes tiempos de efectuación de la estructura o la razón desde Freud. En Escritos I (T. Segovia, trad.). (pp.
que cada quien atraviesa de un modo singular. Es así 473-509). Buenos Aires: Siglo XXI.
como sostiene la tensión, presente desde los inicios de sus Lacan, J. (1957-1958/2004). El Seminario, Libro V, Las formaciones
elaboraciones, entre sincronía y diacronía, y entre deter- del inconsciente (E. Berenguer, trad.). Buenos Aires: Paidós.
minismo e indeterminación. Lacan, J. (1958/2005). De una cuestión preliminar a todo trata-
miento posible de la psicosis. En Escritos II (T. Segovia, trad.).
Algunas conclusiones (pp. 513-564). Buenos Aires: Siglo XXI.
Partimos del interrogante acerca de las particularidades Lacan, J. (1958/2005a). La significación del falo. En Escritos II (T.
del estado del sujeto al que nos dirigimos en la clínica con Segovia, trad.). (pp. 665-675). Buenos Aires: Siglo XXI.
niños. Planteamos que, si es posible sostener un análisis Lacan, J. (1964/2006). El Seminario, Libro XI, Los cuatro concep-
en la infancia orientado por las enseñanzas de Lacan, es tos fundamentales del psicoanálisis (J. L. Delmont y J. Sucre,
preciso extraer de ellas una concepción de lo infantil que trad.). Buenos Aires: Paidós.
permita superar una visión evolutiva o adaptativa, pero Lacan, J. (1964/2005). Posición del inconsciente. En Escritos II
que al mismo tiempo no lo diluya en una concepción es- (T. Segovia, trad.). (pp. 808-829). Buenos Aires: Siglo XXI.
tructural. De esta manera, una concepción propiamente Lacan, J. (1964-1965). El Seminario, Libro XII, Problemas crucia-
lacaniana del niño tendría que permitir sostener la tensión les para el psicoanálisis. Clase del 19 de mayo de 1965. Inédi-
entre la estructura del lenguaje y el desarrollo de la estruc- to. Versión digital http://www.bibliopsi.org/docs/lacan/15%20
tura, entre la sincronía y la dinámica temporal. Seminario%2012.pdf
Para eso, comenzamos por situar diferentes momentos de Lacan, J. (1967/2012). Alocución sobre las psicosis del niño. En
las elaboraciones lacanianas con respecto al sujeto en la Otros Escritos (G. Esperanza, trad.). (pp. 381-391). Buenos
infancia, subrayando en las mismas, más allá de sus va- Aires: Paidós.
riaciones, ciertos invariantes que hacen a la especificidad Lacan, J. (1967/2001). Allocution sur les psychoses de l’enfant.
de la perspectiva de Lacan. Entre ellas, destacamos las En Autres Écrits, (pp.361-371). Paris : Éditions du Seuil.
que confluyen en una concepción del niño como un ser Lacan, J. (1967-1968). El Seminario, Libro XV, El acto psicoanalí-
que, si bien depende del Otro para su advenimiento como tico. Clase del 6 de diciembre de 1967. Inédito. Versión digital
sujeto, no es una mera víctima de sus determinaciones. http://www.psicoanalisis.org/lacan/15/4.htm
Las condiciones del Otro no constituyen para él un destino Lacan, J. (1969/2012). Nota sobre el niño. En Otros Escritos (G.
ineludible, sino que siempre dejan cierto margen a la con- Esperanza, trad.). (pp. 393-394). Buenos Aires: Paidós.
tingencia, a la elección o a la invención. Es precisamente Lacan, J. (1969-1970/2008). El Seminario, Libro XVII, El Reverso
en ese margen, en ese juego por el cual se apropia de del Psicoanálisis (E. Berenguer y M. Bassols, trad.). Buenos
aquello que lo antecede y de las marcas de su historia, que Aires: Paidós.
podrá advenir como sujeto deseante y hacerse responsa- Lacan, J. (1975/2007). Conferencia en Ginebra sobre el síntoma.
ble de su posición. En Intervenciones y textos 2 (D. Rabinovich, trad.). (pp. 115-
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THE CHILD IN JACQUES LACAN’S TEACHING: THEORETICAL CONTRIBUTIONS AND CLINICAL CONSEQUENCES
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