Lo Ponencia-Bata
Lo Ponencia-Bata
Lo Ponencia-Bata
Damián Lo Chávez
Licenciado en Historia Universidad de Chile
Ponencia
1-Introducción
Los mil días de la Unidad Popular fue el mayor periodo de auge de las luchas obreras en
la historia de Chile. No solo hubo luchas económicas, también, como nunca antes,
crecieron los niveles de organización y conciencia política. Gran parte de la clase obrera
chilena se propuso transformaciones de largo alcance, que significaban la superación del
capitalismo y la dependencia de Chile. Nunca antes se estuvo más cerca de conseguir
una gran victoria histórica para los trabajadores y los sectores populares. Sin embargo
para la clase obrera chilena fue un periodo lleno de contradicciones. La huelga de Bata
se inició por reajustes salariales y el fin de medidas abusivas que recortaban
artificialmente los ingresos de los trabajadores. La lucha contó con un fuerte
componente femenino que también demandaba la nivelación de sus salarios respecto de
los hombres. Otro elemento no menor es que se trata de un gran capital extranjero y no
de una pequeña o mediana industria nacional, por lo que la lucha de Bata adquiere
ribetes incluso de liberación nacional. En resumen, la lucha se fue radicalizando hasta la
toma de la industria por parte de sus trabajadores, situación común a una época en que
los métodos de lucha obreros llegaron a niveles nunca antes vistos en la historia de
Chile. La huelga de Bata y la represión que cayó sobre sus trabajadoras y trabajadores
fue una pequeña antesala de la gran represión que caería sobre el conjunto de los
pueblos de Chile. La huelga fue un botón de muestra de las diversas contradicciones
entre los actores políticos y sociales del campo popular, y de estos con la
institucionalidad vigente. Por ultimo queda en pie el problema del poder. Si bien las
expresiones políticas del movimiento popular habían conquistado el poder ejecutivo del
Estado, otras instancias de él siguieron siendo rabiosamente antiobreras, como el poder
judicial, la mayor parte del parlamento y gran parte de los mandos de las fuerzas
armadas y de orden, debidamente adoctrinadas por los EE.UU. en la doctrina de
seguridad nacional. Este trabajo de ninguna manera pretende hacer una crítica que
coloque como “enemigos” de los trabajadores al gobierno de la Unidad Popular, esa
afirmación perversa que ha sido invocada directa o indirectamente, no resiste el menor
análisis1. El gobierno de Salvador Allende representó las más ambiciosas reformas en
pro de la justicia social y la soberanía nacional y económica jamás propuestas por
1
Afirmación propia del trotskysmo, que intenta contraponer movimiento obrero y Unidad Popular como
antípodas. http://www.juventudsinmiedo.cl/2013/09/el-mir-durante-la-unidad-popular-un-debate-
necesario-desde-el-marxismo/#.UnlLWflLPNM
gobierno alguno antes. Reformas que hoy, a pesar de su apego institucional y
contradicciones son “revolucionarias” comparadas con la realidad neoliberal imperante.
Comparto en este sentido la opinión de Sergio Grez:
Sin embargo es necesario reflexionar en estos cuarenta años, como fue posible que
habiendo un gobierno de izquierda, mayoritariamente integrado por partidos de fuerte
base obrera, una huelga contra un gran capital foráneo fuera ignorada por las
autoridades y duramente reprimida por carabineros y el poder judicial.
Para cerrar esta breve introducción debo señalar que comparto los criterios
historiográficos del profesor Sergio Grez3, y otros autores, que rechazan la separación
entre historia social y política proclamando una interrelación entre ambos campos. Es
así que la movilización obrera, uno de los elementos favoritos de la historia social, no
puede escapar a los múltiples factores políticos de uno de los periodos más complejos
de la historia de Chile. No entraremos a definir en detalle que entendemos por sectores
populares, dado que extendería innecesariamente esta ponencia, pero si tener en claro
que por sectores populares entendemos un conjunto amplio de actores que va desde el
movimiento obrero organizado a pobladores organizados, estudiantes e intelectuales
progresistas. Sus representaciones políticas fueron los diversos partidos de izquierda, y
nuestro sujeto en particular fue un sector que corresponde a la clase obrera organizada
del sector industrial.
Hipótesis
2
Revista Universum Nº 19 Vol.2 :180 - 185, 2004
3
Sergio Grez Toso Escribir la historia de los sectores populares: ¿Con o sin la política incluida?, en
Política, N°44, Santiago. págs. 28-29.
estado, que acabara con la rica experiencia organizativa del movimiento popular del
trienio de 1970-1973.
Para asegurar el desarrollo de este proyecto los partidos que componían la UP, de fuerte
base obrera, principalmente el PC y el PS, requerían tener la dirección política de la
clase obrera y que esta se enmarcara exclusivamente en los esquemas institucionales del
proceso. El historiador Frank Gaudichaud hace una excelente reseña de esta compleja
realidad, en la que el movimiento obrero está profundamente comprometido y
subordinado a la Unidad Popular y su vía institucional, pero que:
4
Véase por ejemplo: Daire T, Alonso. “La política del Partido Comunista desde la post-guerra a la
Unidad Popular”, en El Partido Comunista en Chile. Estudio multidisciplinario, Augusto Varas (comp.),
Santiago, CESOC-FLACSO, 1988. Casals Araya, Marcelo, El alba de una revolución, Santiago, LOM
Ediciones, 2010. Arrate, Jorge y Rojas, Eduardo, Memoria de la izquierda chilena. Tomo I (1850-1970),
Jorge Vergara Editor, 2003. Furci, Carmelo, El Partido Comunista de Chile y la vía al socialismo,
Santiago, Ariadna, 2008. Gómez, María Soledad, “Factores nacionales e internacionales de la política
interna del Partido Comunista de Chile (1922-1952)” en El Partido Comunista en Chile. Estudio
multidisciplinario, Augusto Varas (comp.), Santiago, CESOC-FLACSO, 1988. Halperin, Ernest,
Nationalism and Communism in Chile, Massachusetts, The M.I.T Press, 1965. Moulian, Tomas y Torres,
Isabel, “¿Continuidad o cambio en la línea política del Partido Comunista de Chile?” en El Partido
Comunista en Chile. Estudio multidisciplinario, Augusto Varas (comp.), Santiago, CESOC-FLACSO,
1988. Palacios Calmann, Jorge, Chile: ensayo de compromiso histórico, Barcelona, 1976. Por ultimo una
síntesis y reinterpretación en base a las obras recién presentadas se encuentran la tesis del autor Damián
Lo Chávez, Comunismo rupturista en Chile (1960-1970), Universidad de Chile, Facultad de Filosofía y
Humanidades, Santiago, 2013.
“Sin embargo hay que recordar que el proceso de la Unidad Popular corresponde
también al periodo histórico de mayor participación social y política de la
población chilena, y de mayores conquistas sociales para la clase obrera.
Durante esos mil días, el movimiento obrero alcanza niveles de movilización,
organización e intervención políticas, hasta entonces desconocidas”5.
Sin embargo la huelga en Bata probó no tener la simpatía de estas direcciones obreras
oficiales a pesar de ser una gran empresa transnacional.
Sin embargo, a pesar de esta situación, la dirección del sindicato era mayoritariamente
“amarilla” o “pro-empresa”, es decir valoraba por sobre todo el dialogo y el acuerdo con
la empresa, antes que la movilización huelguística de los trabajadores 14. Sin profundizar
más allá en el debate teórico sobre la conciencia de clase y el problema de la falsa
conciencia, este caso no fue aislado. Los casos más emblemático fueron la refinería de
azúcar de Valparaíso, que fue tomada por sus trabajadores para evitar el ingresó a la
APS dadas las buenas relaciones que estos cultivaban con la empresa y la huelga de El
9
El abogado Rodrigo Campo se hizo conocido durante la época de la UP por su aparición en el programa
de debate político Canal 13 “A esta hora se improvisa”, junto a uno de los máximos teóricos y dirigentes
del PCR, Jorge Palacios y personajes de la derecha como Jaime Guzmán. Actualmente vive en
Francia .En este link se le puede ver discutiendo junto a Palacios y Guzmán en el programa mencionado.
http://www.youtube.com/watch?v=P-5gjGN-Sgw
10
El Pueblo, Nº26, Santiago, octubre de 1972.
11
Ibíd.
12
Ibíd.
13
El Rebelde, Nº50, Santiago, octubre de 1972.
14
Entrevista a Francisco Gallardo, Santiago, 17/092012. Entrevistador: Damián Lo Chávez
Teniente, manipulada por la oposición al gobierno. Finalmente, los trabajadores también
exigían participación en el control de la producción y la administración,
“particularmente en lo que refiere al abastecimiento, a la compra de materias primas y a
la política de personal”15 . En general esta demanda estuvo en consonancia con una
característica propia del movimiento obrero de la época: una democratización
económica que los hiciese participes de la gestión de las empresas. Esta aspiración tenía
cabida en el gran programa de democratización de la Unidad Popular. Hubo una última
reivindicación que surgió en el transcurso de la ocupación de la industria misma. El fin
de las practicas que incentivaban artificialmente la productividad y competitividad del
obrero, y la sensación de “familia” entre este y la dirección de la empresa. Francisco
Gallardo recuerda:
Francisco Gallardo nos relató cómo ante esta realidad los trabajadores democratizaron,
mediante un proceso de asambleas, el funcionamiento del sindicato y consiguieron
llevar a la dirección obreros más proclives al enfrentamiento huelguístico con la
empresa. Esta nueva dirección estuvo encabezada por Luis Torres Ravello. Francisco
Gallardo recuerda que esa nueva dirección estuvo integrada por militantes de varios
partidos, incluidos de gobierno y Demócratas Cristianos, pero que tenían, a pesar de sus
diferencias políticas, unidad en torno a las demandas de las obreras y obreros de Bata 17.
La huelga fue votada en septiembre pero su punto más álgido se desarrolló en el
complejo mes de octubre de 1972.
Los trabajadores denunciaron los oídos sordos de la empresa y una extraña reacción por
parte de las autoridades de gobierno:
15
El Rebelde, Nº50, Santiago, 7 de octubre de 1972.
16
Entrevista a Francisco Gallardo, Santiago, 17/092012. Entrevistador: Damián Lo Chávez.
17
Ibíd.
18
El Pueblo, Nº26, Santiago, octubre de 1972.
Este episodio puede tener más de una explicación sin embargo, al no contar con un
testigo que haya trabajado en el ministerio del trabajo solo podemos especular. Es
posible que el gobierno no haya querido tomar parte por una huelga, en un contexto en
que la oposición pretendía paralizar el país para derribar al gobierno. También es
posible que toda huelga fuera asimilada al movimiento huelguístico patronal de ese mes,
y por ende no gozara de la simpatía del gobierno. Lamentablemente los hechos de El
Teniente demostraron que no siempre una movilización obrera corresponde a los
intereses del proyecto histórico de la mayoría de la clase obrera organizada de aquel
momento. Ante la indiferencia del gobierno y la negativa de la empresa de dar su brazo
a torcer, los trabajadores pasaron a la acción.
La base de operaciones para los distintos cortes de camino que tuvieron lugar durante el
conflicto fue la misma Industria ocupada. Sin embargo casi al comenzar la huelga la
empresa se querelló contra Luis Torres Ravello y este fue encarcelado e incomunicado
en la cárcel de Talagante. Ante esta detención y la negativa a ofrecerles solución, los
trabajadores procedieron al primer gran corte de camino. Más no estaban solos. Un
importante factor en las luchas sociales de los sectores populares se hizo presente: la
solidaridad. Los trabajadores del Cordón Cerrillos y gente de Peñaflor llegaron para
reforzar las acciones del sindicato Bata-CATECU. Estos habían comprometido su
apoyo a la huelga desde el 29 de septiembre, casi al comenzar esta 19. Este primer gran
corte de camino tuvo lugar exactamente el miércoles 11 de octubre a las 10 de la
mañana. Tenía por objeto, como ya señalamos no solo exigir satisfacción a las
demandas del sindicato, sino que además exigir la libertad de Torres. Tanto El Pueblo
como El Rebelde hablan de más de mil personas. “Se hicieron barricadas con lo que
teníamos al alcance”20. El enfrentamiento con carabineros fue de proporciones según los
relatos periodísticos de la prensa involucrada. Lamentablemente la información
periodística no es masiva dado los intereses políticos puestos en juego. Para el Partido
Comunista de Chile , PC, lo más importante en octubre de 1972 fue asegurar la más
absoluta normalidad laboral y productiva en el país, en respuesta al paro sedicioso de
los gremios patronales y parte de las capas medias en contra del gobierno. Por ende en
las ediciones de El Siglo del mes de octubre no hay mención alguna a la huelga, a pesar
de la importancia de la Industria de Bata en la economía nacional. Es más, llegó al lugar
del corte, el gobernador de Talagante, Víctor Reyes, del PC, quien invocó la fuerza
pública contra los trabajadores de Bata alegando “que estos gallos están de acuerdo con
los fascistas”21. El relato periodístico y los testimonios nos permiten reconstruir la
violencia del enfrentamiento entre los trabajadores de Bata, sus colaboradores y el
cuerpo antidisturbios de carabineros:
“Esa solución que los trabajadores esperaban llegó a las nueve y media de la
noche transportada por ‘buses Pegaso’ de los mal llamados “servicios
especiales”, que traían al lugar de la toma cerca de 300 carabineros; en tanquetas
que disparaban bombas al cuerpo de los obreros, mujeres y niños en las
camionetas de detectives que ‘cuidaban’ el sector”22.
19
El Rebelde, Nº50, Santiago, 7 de octubre de 1972.
20
El Pueblo, Nº26, Santiago, octubre de 1972.
21
Ibíd.
22
El Rebelde, Nº52, Santiago, 16 de octubre de 1972.
No fue fácil sacar a los trabajadores del camino. Estos emprendieron una dura
resistencia contra las fuerzas policiales. En las primeras horas de la batalla campal se
registró el siguiente saldo, según el relato de un obrero entrevistado por El Pueblo: “de
100 heridos, más de 70 fueron carabineros. De 6 tanquetas que llevaron los pacos, los
compañeros les incendiaron e inutilizaron 4”23, pero:
“La acción del Grupo Móvil no se hizo esperar. ‘Nunca habíamos visto tanta
maldad o crueldad juntas’ nos dicen los compañeros de Bata. Con las
compañeras mujeres fue con quienes más se ensañaron. Les retorcían los pechos
y les pegaban puntazos bajo el vientre”24.
Hay que precisar que la denominación “Grupo Móvil” es para criticar políticamente al
cuerpo antidisturbios de carabineros. El “Grupo Móvil” existió entre 1963 y 1970,
siendo disuelto por la medida 37 de las primeras 40 medidas del gobierno de la UP
debido a su impopularidad y su mala fama represiva. En Noviembre de 1970, el cuerpo
antidisturbios de carabineros paso a llamarse “Prefectura de Servicios Especiales”. Sin
embargo, al igual que el poder judicial, no por el hecho de que hubiera un gobierno de
izquierda dejó de cumplir un papel represivo, hostil a los sectores populares
organizados.
Conclusiones y reflexiones
Nuestras hipótesis en lo esencial son comprobadas. Sin embargo no somos los primeros
en avanzar ciertas ideas que sirven de base a esta pequeña investigación y ponencia. La
historiadora Verónica Valdivia señaló como los enemigos del proyecto de la Unidad
Popular controlaban gran parte del Estado y del conjunto de la institucionalidad. Esto
favoreció a su vez la politización en términos conservadores y derechistas de las
Fuerzas Armadas y de orden28. Si a esto le sumamos la desconfianza y hostilidad que
mantenían los sectores más adictos a la tesis de vía pacífica al socialismo, que
encarnaba la UP, con el sector del movimiento obrero más radicalizado que tuvo entre
sus expresiones a los obreros de Bata, tenemos una triple contradicción. Por otra parte la
huelga de Bata se suma a varios hechos que tuvieron lugar a lo largo del trienio de la
Unidad Popular y que demostraron la hostilidad de parte de la institucionalidad vigente
hacia un movimiento obrero y popular. Los hechos más conocidos fueron los sucesos de
Lo Hermida el 5 de agosto de 1972 29 y la implementación, en 1973, de la Ley de
Control de Armas votada por casi todo el congreso. Esta ley aprobada por la oposición y
por casi toda la Unidad Popular supuso el allanamiento masivo por parte del ejército de
fábricas y poblaciones, incluso con un obrero muerto durante uno de estos
allanamientos. La historia de los trabajadores de Bata, así como una posible historia
detallada de los sucesos recién nombrados cobran particular relevancia hoy por hoy,
dado que los pueblos de Chile han comenzado un despertar político y orgánico luego del
largo letargo despolitizante que sobrevino con el llamado retorno a la democracia. Se
comienzan a perfilar proyectos, ideas nuevas y propuestas hacia una sociedad más
humana y equitativa. Sin embargo en frente de nosotros tenemos, otra vez, una
institucionalidad enajenada de una decisión constituyente popular y democrática, nacida
en plena dictadura y orientada hacia los intereses de una sociedad de mercado. ¿Cómo
superaremos estas barreras de cara a un futuro donde el bienestar y los derechos de las
amplias mayorías estén garantizados sobre cualquier otra cosa? En esta ponencia
queremos partir de la necesidad de que todo ejercicio de ciencia histórica tenga la
perspectiva de ser funcional a la construcción, hoy, de un futuro distinto y mejor.
27
El Pueblo, Nº27, Santiago, enero de 1973.
28
Valdivia, Verónica, “Todos juntos seremos la historia. Venceremos’ Unidad Popular y Fuerzas
Armadas” en Cuando hicimos historia. La experiencia de la Unidad Popular. Julio Pinto (Coordinador-
editor) Pag.200
29
Adecuadamente documentada en Punto Final, Nº165, Santiago, 29 de agosto de 1972. No es casual que
el historiador del PC, Ivan Ljubetic , omita toda muerte popular durante la Unidad Popular.
Bibliografía citada
Grez Toso, Sergio. Escribir la historia de los sectores populares: ¿Con o sin la política
incluida?, en Política, N°44, Santiago
Fuentes
El Pueblo
El Rebelde