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El mundo y sus demonios” Carl Sagan.
Capitulo- 2Fuerza y esperansa
un tiempo e incluso en la actualidad se considera como obvio, asimismo a lo más que pueden aspirar las siguientes generaciones después de los grandes descubrimientos es reducir el margen de error poniéndolo a prueba e intentar comprobar sus propias ideas, costándoles bastante esfuerzo y tiempo, pero si su teoría no tiene validez deben aceptar las críticas que lo demuestran, para después continuar con lo que sigue. La ciencia no está separada del espiritualismo, pues cuando comprendemos algo la satisfacción que sentimos ya sea en mínima o gran cantidad sin duda es espiritual, más, sin embargo, no debe confundirse la precisión de está con los “magos, adivinos y demás personajes espiritualistas” a los que podemos consultar, pero no realmente no poseen la precisión de la ciencia en cuando a predecir las cosas, en cosas incluso tan cotidianas como el sexo de un bebé, así como la posible situación que viviremos dentro los próximos años, loa avances tecnológicos y los riegos a los que estamos expuestos al no cuidar nuestro medio ambiente. La ciencia no es un sistema de conocimiento perfecto, pero es el mejor que tenemos, tal como en la democracia alienta a dar vivas opiniones y debates con raciocinio suficiente, argumentos coherentes, niveles rigurosos de probabilidad y honestidad. Si somos fieles a la ciencia difícilmente seremos engañados, va contra la pseudociencia y la superstición, necesita valor, atención, dedicación y valentía para evitar convertirnos en ingenuos. El párrafo final llamó mucho mi atención y me gustó bastante, fue mi favorito: “Un ser extraterrestre recién llegado a la Tierra —si hiciera un examen de lo que presentamos principalmente a nuestros hijos en televisión, radio, cine, periódicos, revistas, cómics y muchos libros— podría llegar fácilmente a la conclusión de que queremos enseñarles asesinatos, violaciones, crueldad, superstición, credulidad y consumismo. Insistimos en ello y, a fuerza de repetición, por fin muchos de ellos quizá aprendan. ¿Qué tipo de sociedad podríamos crear si, en lugar de eso, les inculcáramos la ciencia y un soplo de esperanza?”. A decir verdad, lo considero extremadamente cierto, por experiencia propia y ajena, esto me hace entender un poco más el título del libro, los demonios del engaño a los que estamos expuestos, así como a las futuras generaciones.