ENSAYO
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SUMARIO.
INTRODUCCIÓN
Según San Martín (2020), la ley establece límites claros en cuanto al período de
detención, pero en la práctica estos límites no siempre se respetan, porque la extensión
indebida de la prisión preventiva puede resultar en violaciones de derechos humanos,
dando lugar a tratos injustos y. inhumano hacia los prisioneros. demandado, es uno de
los principales problemas.
1
La jurisprudencia se deriva de juris (ley) y prudentia (sabiduría) en el derecho romano. Basado
en nuestro Código Civil y sus principios, complementa el ordenamiento jurídico español, es
decir, todas las normas que existen en nuestro país.
2
CÉSAR San Martín Castro: Derecho Procesal Penal - Lecciones
adecuadamente los supuestos sustantivos necesarios, como la gravedad del hecho
delictivo, la necesidad de la medida, etc. Peligro. Fuga u obstrucción de la justicia. Esta
arbitrariedad puede generar desigualdades y abusos cuando personas en situaciones
similares reciben un trato diferente, lo que socava la justicia en el sistema penal.
Marchuk Gaona (2017) también enfatiza que la falta de criterios claros y uniformes para
la aplicación de la prisión preventiva genera inseguridad jurídica y afecta la confianza
en el sistema de justicia.
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Corte Suprema De Justicia De La República Sala Penal Permanente, Recurso Casación N.º 2215-
2021/Cusco, sumilla N°4
LA PRISIÓN PREVENTIVA COMO MEDIDA COERCITIVA Y CAUTELAR
La prisión preventiva se define como una acción preventiva de carácter personal que
afecta a la libertad de circulación del imputado, y generalmente dura todo el proceso,
salvo que se trate de absolución, absolución, medidas sustitutivas o sustitutivas de la
prisión, revocación de la prisión y otras medidas procesales cifras que permiten al
imputado defenderse libremente de los cargos (Köhn, 2000 citado por Marchuk, 2017).
Las medidas de coerción personal son medidas que restringen la libertad personal del
acusado. La más grave de ellas es la prisión preventiva, que consiste en privar de
libertad al imputado durante el proceso penal hasta que se dicte sentencia firme. Esta
medida debe aplicarse en casos excepcionales y sólo cuando otras medidas menos
restrictivas sean insuficientes para alcanzar los objetivos del proceso (San Martín,
2020). Además de la prisión preventiva, existen otras medidas coercitivas personales
como el arresto domiciliario, la prohibición de salir del país y la comparecencia
periódica ante las autoridades; todos ellos tienen por objeto impedir la fuga del acusado
y garantizar su disponibilidad durante el juicio.
Por otra parte, las medidas de coerción real o material afectan el patrimonio del
imputado. Estas medidas incluyen la incautación de activos y la prohibición de transferir
activos. El objetivo de estas medidas es garantizar que los activos del demandado
estén disponibles para cubrir responsabilidades futuras, como posibles daños civiles. El
uso de estas medidas es fundamental para evitar que el acusado disponga de sus
bienes de una manera que pueda interferir con la ejecución de una sentencia futura
(Marchuk, 2017).
Las medidas cautelares, a su vez, son un tipo de medidas coercitivas y se aplican para
mantener la situación existente hasta que se tome una decisión final. Estas medidas
pueden ser personales o reales y tienen carácter temporal. Las precauciones
personales, incluida la prisión preventiva, se utilizan con tanta frecuencia como es
necesario, lo que lleva a un uso excesivo de medidas más restrictivas como la prisión
preventiva (Marchuk, 2017).
Las alternativas a la prisión preventiva, como el arresto domiciliario, la fianza y otras
formas de supervisión judicial, pueden lograr los mismos objetivos sin los costos
humanos y económicos asociados. Es vital fomentar el uso de estas alternativas para
evitar el abuso de la prisión preventiva y garantizar un proceso más justo y equilibrado.
Introducir criterios más estrictos para la aplicación de la prisión preventiva y mejorar la
capacitación de jueces y fiscales son pasos necesarios para abordar estos problemas
(San Martín, 2020).
Por lo tanto, las medidas coercitivas y cautelares son esenciales para el funcionamiento
del proceso penal, pero su aplicación debe ser estrictamente controlada para prevenir
abusos y garantizar el respeto de los derechos fundamentales del imputado. Es crucial
que los sistemas de justicia promuevan el uso de medidas alternativas menos
restrictivas y garanticen que medidas más estrictas, como la prisión preventiva, sólo se
utilicen cuando sea estrictamente necesario y durante el tiempo estrictamente
necesario. El sistema de justicia penal debe equilibrar la necesidad de garantizar el
juicio con la protección de los derechos del acusado y garantizar que la prisión
preventiva sólo se utilice como último recurso, el arresto domiciliario y la prohibición de
salir del país, similares a las medidas coercitivas personales, son utilizados con el
objetivo específico de garantizar el buen desarrollo del proceso penal. Se toman
medidas cautelares reales como el comiso de bienes y la prohibición de enajenar
bienes para evitar que el imputado disponga de sus bienes de forma que pueda
perjudicar la ejecución de una futura sentencia (San Martín, 2020).
Para que las medidas coercitivas y de seguridad sean legítimas deben cumplirse
ciertos requisitos objetivos y subjetivos. Los requisitos objetivos incluyen la existencia
de un delito grave y la necesidad de la medida para garantizar la eficacia del proceso
penal. Los requisitos subjetivos, sin embargo, incluyen el riesgo de que el acusado se
escape y el riesgo de obstaculizar la investigación. Estos requisitos deben evaluarse
cuidadosamente para evitar abusos y garantizar que las medidas se apliquen de
manera justa y proporcionada (Marchuk, 2017).
A pesar de su importancia, el uso de medidas coercitivas y cautelares está asociado a
varios problemas. Uno de los problemas más críticos es el abuso y uso excesivo de la
prisión preventiva. Si bien debería ser una medida de último recurso, en la práctica
suele utilizarse más allá de su carácter excepcional y afecta significativamente los
derechos del imputado (Gálvez, 2017). Otro problema significativo es la larga duración
de la prisión preventiva, que muchas veces excede los límites legales, constituye una
violación de los derechos humanos y tiene un impacto negativo en la vida del imputado,
su familia y su entorno social (San Martín, 2020).
PRESUPUESTOS MATERIALES
El artículo 293 del Código Procesal Penal establece que un juez sólo puede ordenar la
prisión preventiva si se cumplen las siguientes condiciones:
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XI Pleno | Prisión preventiva: presupuesto y requisitos [Acuerdo Plenario 01-2019/CIJ-116]
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Sentencia del Tribunal Constitucional Exp. 03223-2014-PHC/TC, Fundamento 11
1. La existencia de un hecho punible con delito grave: Debe existir prueba suficiente de
que el hecho punible con delito ha ocurrido y de que el imputado participó en él. Esto
se evalúa a través de la acusación del fiscal y las pruebas aportadas hasta el momento.
Según San Martín Castro (2020), esto implica un “conocimiento sumario” de los
hechos, que permite al juez formarse una creencia razonable sobre la probable
culpabilidad del imputado.
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Proporcionalidad y duración (doctrina jurisprudencial vinculante, Casación 626-2013, Moquegua
varía entre la gravedad del delito establecido en el artículo 272 7 del Código Procesal
Penal y la pena mínima por el delito imputado.
Referencias
Gálvez Villegas, T. A. (2017). Medidas de coerción personales y reales en el
Proceso Penal*.
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Artículo 272.- Duración: 1. La prisión preventiva no durará más de nueve (9) meses. 2. Tratándose de
procesos complejos, el plazo límite de la prisión preventiva no durará más de dieciocho (18) meses.3.
Para los procesos de criminalidad organizada, el plazo de la prisión preventiva no durará más de treinta y
seis (36) meses.
Marchuk Gaona, Y. I. (2017). Medidas de coerción personal en el proceso penal
– prisión preventiva y medidas alternativas. Revista Jurídica Universidad
Americana.
San Martín Castro, C. (2020). Derecho Procesal Penal - medidas de coerción
procesal. Segunda Edición.
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