Batalla San Jacinto
Batalla San Jacinto
Batalla San Jacinto
capitán Francisco Sacasa. Esto se debió a que Estrada solicitó refuerzos a Martínez, de acuerdo al
testimonio del capitán Carlos Alegría. Según el testimonio de Walker en su libro "La guerra en
Nicaragua" los filibusteros salieron de Granada la tarde del día siguiente, el 12, pasaron por
Masaya y en Tipitapa acamparon el 13, para atacar la hacienda la mañana del día siguiente.
Al amanecer del 14 de septiembre llegaron los filibusteros a San Jacinto, en medio de la neblina; el
cabo Faustino Salmerón, que era el vigía, los divisó y corrió a la casa hacienda cuando los 160
patriotas estaban desayunando, avisando al Coronel Estrada que el enemigo en número de 300
hombres venía por el sur por lo que el grupo se extendió en 3 posiciones:
Se les dio la orden de no disparar hasta que el enemigo estuviese cerca, pues el alcance eficaz de
los fusiles de chispa era de 50-70 metros.16 Los filibusteros, que casualmente habían recibido la
misma orden, se habían dividido en 3 columnas para el ataque y a las 7 de la mañana atacaron los
tres frentes:
la primera, bajo las órdenes del teniente coronel Byron Cole y del teniente Robert
Milligan, atacó el flanco izquierdo del corral de madera;
la segunda, al mando del mayor kevin O'Neal, avanzó por el frente (la casa hacienda) y
la tercera del capitán Lewis D. Watkins en la dirección del flanco derecho, donde se unía el
corral de madera con el cerco de piedra.
Después de las primeras horas, los combates se hicieron cada vez más fuertes y sangrientos,
imponiéndose la lucha cuerpo a cuerpo; a las 9 a. m. las fuerzas filibusteras lograron romper la
defensa del flanco izquierdo (el corral de madera) ya que sus columnas se unieron al haber
comprendido la imposibilidad de tomar en un ataque frontal el corral de piedra y la casa
hacienda,17 ante ello el coronel Estrada maniobró con las tropas y los oficiales Miguel Vélez,
Alejandro Eva y Adán Solís para reforzar esta posición.
La lucha era tan violenta y a falta de municiones, muchos siguieron el ejemplo de Andrés Castro
Estrada, quien derribó a un filibustero de una certera pedrada. Pero la situación era crítica para
los patriotas.
Las columnas filibusteras a las 10 de la mañana, cuando habían roto el cerco de defensa, iniciaron
un reagrupamiento para concentrar sus esfuerzos principales en esa dirección. Ante esta situación,
Estrada tomó la iniciativa y decidió enviar al capitán Liberato Cisne, al teniente José Siero y al
subteniente Juan Fonseca con sus escuadras, a flanquearlos por la izquierda. Pasaron entre el
monte y la serranía para atacar la retaguardia de los filibusteros y gritando ¡Viva Martínez! ¡Viva
Nicaragua!, cargaron a la bayoneta con arrojo admirable y les hicieron una descarga de fusilería; el
ataque asustó a la yeguada y los potros de la hacienda que estaban en el cerro vecino, y en
ruidosos tropel, bajaron hacia el campo de batalla. Siero dice en su testimonio que el teniente
coronel Patricio Centeno y un oficial Flores de Granada arreaban a los caballos. Los filibusteros al
creer que llegaban refuerzos huyeron en retirada, con dirección a la hacienda San Ildefonso.
El capitán Bartolo Sandoval y el teniente Miguel Vélez, montados en bestias capturadas, realizaron
la persecución junto con otros soldados que iban a pie. Esta acción fue tan violenta que el
sargento Francisco Gómez cayó muerto de fatiga. Sin embargo, producto de la persistencia de los
nicaragüenses en lograr una contundente victoria, lograron dar muerte al jefe de la tropa
filibustera Byron Cole, muerto por el cabo Faustino Salmerón según Alejandro Eva, aunque Siero
diga que fue 2 días después el 16 de septiembre a las 6 a. m. en San Ildefonso.
Los resultados de la batalla de cuatro horas fueron reflejaron en el parte oficial firmado por el
coronel Estrada, teniendo los nicaragüenses 10 muertos y 7 heridos; y el ejército filibustero 27
muertos, habiendo capturado 20 bestias, 25 pistolas, 32 rifles Sharp y Minié, 47 paradas,
chamarras y sombreros.