Ensayo Sobre Las Emociones y La Motivación en La Educación

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La importancia de la motivación y las emociones en la educación

motivación es muy importante en el momento de aprender dado que está


ligado directamente con la disposición del alumno y el interés en el aprendizaje,
ya que sin el trabajo del estudiante no servirá de mucho la actividad del
docente, por lo cual se considera que mientras más motivado está el alumno
más aprenderá y llegará fácilmente al aprendizaje significativo.
Los factores motivacionales juegan un rol importante en la organización y
dirección de la conducta positiva del estudiante ante el proceso de aprendizaje,
pues la motivación contribuye a desarrollar sus capacidades, superar sus
limitaciones y atender sus intereses.
La tarea esencial del docente es mantener motivado al estudiante para que este
desarrolle tareas por satisfacción propia mas no por una calificación, es decir,
realizo mis tareas porque me interesan.
La motivación el estímulo, es aquel motor que nos impulsa a alcanzar un determinado
objetivo, en este caso es el interés por aprender las diferentes asignaturas
La motivación no es un proceso unitario, ya que abarca diversos componentes que se
puede definir como un conjunto de procesos implicados en la actividad, dirección y
persistencia de la conducta. Por lo cual es el pilar principal en todo, términos generales
se puede afirmar que es la base que mueve al ser humano lo que permite modificar la
conducta personal, social y estudiantil. La motivación es aquel motor que nos mueve a
realizar una acción. Desde el sentido común se lo reconoce como aquel proceso no
innato en el ser humano que se desarrolla interactuando unos con otros y con el
entorno que les rodea. Es aquella parte que impulsa a plantearse objetivos o a tener
aquellos pensamientos íntimos tales como son: me gustaría saber, quiero ser y estoy
esforzándome por. Esto nos hace referencia a la famosa pregunta ¿por qué? la misma
que no es otra cosa que la forma evidencial de la motivación y con ella el interés por el
conocimiento La motivación no es un proceso netamente afectivo, sino que implica
cierto grado de actividad cognoscitiva dado que el ser humano desarrolla nociones de
lo que necesita y quiere saber, planea actividades y acciones para el logro y
satisfacción que le permite alcanzar sus metas. Anteriormente ha existido separación
entre los aspectos cognitivos y los afectivo-motivacionales en el aprendizaje. Ya que en
el momento de aprender se olvidaba casi en totalidad de la parte afectiva dado que se
centraba en el aspecto cognitivo, el estudiante era visto como un cerebro pero ahora se
reconoce al alumnado como un ser integral tratando de precisar y clarificar qué
elementos o constructos se engloban dentro de este amplio y complejo proceso que
etiquetamos como aprendizaje, por lo cual al desarrollarse el conocimiento este debe
ser realizado de una forma en la cual sea tomada en cuenta la parte emocional de los
individuos.
Otra investigación: Diferentes investigaciones han comprobado que la relación positiva
entre la motivación del profesorado y la motivación del alumnado, desencadena en el logro
académico del estudiantado (Bernaus, Wilson y Gardner, 2009). De igual manera, se reconoce
que la conducta que los docentes muestran en el aula influye tanto sobre el comportamiento del
alumnado, como sobre su rendimiento académico (Fernández, 2008).

Por consiguiente, consideramos que conocer el grado de motivación del profesorado es


muy importante. Un profesor motivado tendrá interés en analizar las causas del fracaso
escolar de sus alumnos/as para buscar soluciones a las mismas y de igual manera,
compartirá su entusiasmo y saber hacer, para atraer y motivar a sus alumnos hacia la
mejora de su aprendizaje.
Como señala el catedrático Buñuel, en la noticia publicada por la edición online de El
Mundo (2016), “Es más imprescindible la motivación del docente que la del alumno.
Porque el docente es un generador de emociones y dinámicas. Un docente motivado
es una pieza fundamental en las reglas de la enseñanza”. Este autor asegura que un
docente motivado tiene más probabilidad de crear alumnos apasionados, y por el
contrario, un profesor desmotivado, es muy difícil que suscite algo útil en sus
estudiantes.

La motivación es uno de los constructos centrales en educación ya que de ella


depende en parte, el éxito del sistema educativo.
Los resultados de nuestro estudio insinúan que las estrategias de
afrontamiento utilizadas por los docentes parecen surtir efecto en las metas
que utiliza el alumnado en su proceso de aprendizaje. Aquellos docentes que
se encuentran más orientados a utilizar estrategias de afrontamiento activo, es
decir, disponen de una predisposición mayor a actuar ante un problema en el
aula, influyen de manera positiva en su alumnado y éstos, muestran más
interés en su aprendizaje orientándose hacia la utilización de metas de
dominio. Los resultados también insinúan el efecto que tiene la intención de
enseñar frente a la intención de aprender. Hemos podido comprobar cómo el alumnado
cuyo docente cuenta con una predisposición elevada en enseñar, dispone también de
una intención alta en aprender. Por lo que tal y como se ha tratado de poner de
manifiesto en todo el documento, consideramos que la motivación docente es una de
las piezas clave en el proceso educativo de enseñanza/aprendizaje. Por ello,
consideramos que ante el reto de reducir el fracaso escolar se debería hacer inciso en
el aumento de la intencionalidad de enseñar. Para conseguir aumentar dicha
motivación, consideramos primordial la formación del profesorado en herramientas de
desarrollo emocional y en competencias motivacionales. Ya que pensamos que a
través de la implementación de dichas competencias, se generará un mejor clima de
aula, mejorará la percepción del proceso de enseñanza/aprendizaje, así como
aumentará el bienestar del alumnado y del profesorado, lo cual ayudará a la mejora de
la salud psicológica del cuerpo docente. Este trabajo se ha desarrollado durante el
período de prácticas en el IES El Caminás, donde observando la realidad educativa, he
podido comprobar cómo la mayoría de los docentes estaban formados en sus materias,
pero sin embargo no tenían nociones de inteligencia emocional o desconocían técnicas
de motivación para aplicarlas en el aula. Los mismos, se regían por los resultados
académicos y no por la experiencia de aprendizaje de sus alumnos/as. Por todo esto
considero que los primeros que han de saber de la importancia de la motivación tanto
del alumnado como de sí mismos, son los propios educadores. Aunque los resultados
obtenidos en el presente estudio son satisfactorios, exponen la alta intencionalidad de
enseñar por parte de los docentes encuestados, así como muestran que las estrategias
de afrontamiento que utilizan los docentes pueden influir en la intencionalidad de
aprender del alumnado, este estudio al contar con una muestra muy reducida, los datos
obtenidos son poco rigurosos y por tanto, no permiten la generalización de los
resultados.
Las investigaciones sobre los procesos de aprendizaje apuntan que la emoción y la
cognición son inseparables. Este vínculo se establece por múltiples razones, entre
ellas, porque las emociones influyen en la capacidad de razonamiento, la memoria, la
toma de decisiones y la actitud para aprender. Por ello, se considera que las
emociones forman parte del proceso de aprendizaje.

De acuerdo con Bisquerra, "aprendemos aquello que realmente queremos


aprender. Las personas quieren aprender aquello que es importante para ellas, para su
vida y para su supervivencia. Y como todo no cabe en el cerebro, aquello que
consideramos no importante, no nos interesa y lo olvidamos".
De todo ello se deriva la siguiente conclusión: "emoción y motivación son anverso y
reverso de la misma moneda". La motivación puede surgir principalmente del valor que
le atribuyas a aprender algo, ya sea por el placer de aprenderlo (intrínseco) o por la
utilidad que tiene para alcanzar otros objetivos (extrínseco).
Estar motivado implica dedicar más atención, tiempo y esfuerzo a algo y, en
consecuencia, aprenderlo mejor. Así pues, se podría decir que la emoción dirige
nuestra atención que, a su vez, permite una mejor focalización para adquirir y
consolidar los aprendizajes en la memoria.
Hay emociones que ayudan a aprender, como la curiosidad, pero otras limitan el
aprendizaje, como el miedo. En el primer caso, las emociones positivas te motivarán a
seguir aprendiendo. En el segundo, las emociones negativas harán que quieras dejar de
hacerlo.

Emociones que benefician o dificultan el aprendizaje


Se ha comprobado que existen emociones que potencian el aprendizaje y otras que lo
obstaculizan. Los principales estados emocionales que benefician o dificultan el
proceso de aprendizaje son los siguientes:

Favorecen el aprendizaje Dificultan el aprendizaje

 Seguridad  Miedo y ansiedad


 Entusiasmo  Tensión
 Alegría  Ira y enfado
 Expectación y asombro  Culpabilidad
 Sensación de triunfo  Aburrimiento
 Curiosidad  Envidia y celos

Introducción La motivación es un concepto que se utiliza en multitud de ámbitos y situaciones porque


permite explicar las razones por las cuales se produce el comportamiento, ayudando a generar por lo
tanto una estructura causal que permita explicarlo. Desde el punto de vista psicológico, se entiende
como un proceso en el que influyen multitud de variables, y que determina la intensidad, la persistencia
y la dirección de la conducta en una situación concreta. A lo largo de la historia del estudio de la
motivación, se ha hecho hincapié en distintos aspectos que pueden explicar las razones por las que se
actúa y que han permitido ir identificando factores, tanto internos como externos al individuo, que
clarifiquen este ámbito. El estudio de los motivos humanos tiene una gran relevancia desde el punto de
vista aplicado, ya que la identificación de los factores que controlan la conducta puede ayudar a
cambiarla en aquellos casos en los que sea necesario o a mantenerla si la conducta que se está
manifestando es deseable. Igualmente, hay casos en los que lo que interesa explicar es la razón por la
que no se produce una determinada manifestación conductual que sería esperable. Por lo tanto, la
motivación se puede entender tanto desde un punto de vista generador de comportamiento como
desde un planteamiento inhibidor de éste, aunque tradicionalmente el primer enfoque se ha empleado
con más frecuencia, al ser más accesible a la investigación empírica la conducta manifiesta y observable.
Deckers (2001) planteó que el estudio de la motivación debe considerar tanto la conducta manifiesta de
los individuos como su estado interno. Esto supone tener en cuenta tres posibilidades: • el cambio en
las circunstancias personales y situacionales que puede ayudar a conocer si un objetivo determinado
atrae o no a una persona; • el estudio de las diferencias individuales dentro de la misma especie, que
ayudaría a explicar el cambio de las manifestaciones conductuales, y • el estudio de los cambios entre
distintas especies que permitiría identificar patrones de conducta específicos de cada una de ellas. 4 |
Universidad CEU San Pablo A la hora de explicar una conducta, hay que considerar tanto los
antecedentes que la han originado como las consecuencias que pueda tener para el individuo, es decir,
el objetivo o meta que se pueda o desee conseguir. Por lo tanto, es fundamental considerar el esquema
Antecedentes → Conducta → Consecuentes. Este componente de finalidad del comportamiento supone
en muchas ocasiones que la persona tenga que realizar elaboraciones que le lleven a establecer dicho
objetivo, lo que aporta un determinante cognitivo básico a la motivación. Pero la motivación también
está íntimamente ligada a las emociones, hasta el punto de que estas últimas se han estudiado durante
mucho tiempo como provocadoras de conductas, es decir, desde su perspectiva motivacional, lo que ha
generado que en los últimos años se hable más frecuentemente de procesos afectivo-motivacionales,
sobre todo en determinados ámbitos como el educativo. Focalizando la atención en el área académica,
parece que hay acuerdo, tanto entre los docentes como entre los investigadores de este ámbito, en que
la motivación se puede considerar un condicionante fundamental del aprendizaje y el rendimiento.
Basta con escuchar a los profesores quejarse de que algunos alumnos «no quieren estudiar» o «no
estudian suficiente» aunque tengan capacidad para hacerlo, sabiendo que esto determina sus
resultados y su futuro académico y, por lo tanto, preocuparse por lo que pueden hacer para que sus
alumnos aprendan y desarrollen las competencias que se requieren.

En conclusión
la motivación y las emociones son componentes esenciales en el proceso educativo.
La interrelación entre ambas influye en la disposición y el interés de los estudiantes
hacia el aprendizaje. Los docentes desempeñan un papel crucial en la creación de un
ambiente motivador que fomente el desarrollo emocional y académico de sus alumnos.
Al reconocer la importancia de la motivación y las emociones, podemos trabajar hacia
un sistema educativo más efectivo y enriquecedor para todos los involucrados.

Cita= Sellan Naula, M. E. (2017). IMPORTANCIA DE LA MOTIVACIÓN EN EL


APRENDIZAJE. Sinergias Educativas, 2(1), 13–19. https://doi.org/10.37954/se.v2i1.20
Referencia: https://sinergiaseducativas.mx/index.php/revista/article/view/20#:~:text=La
%20motivaci%C3%B3n%20es%20muy%20importante,el%20alumno%20m%C3%A1s
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Referencias:
1. https://repositori.uji.es/xmlui/bitstream/handle/10234/186170/
TFM_Ramos_Pallares_Marta_01_10_2019_memoria.pdf?sequence=1

2. https://www.educaweb.com/contenidos/educativos/tecnicas-estudio/como-
influyen-emociones-aprendizaje/#:~:text=Estar%20motivado%20implica
%20dedicar%20m%C3%A1s,los%20aprendizajes%20en%20la%20memoria.

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