El Gato Manchado y La Golondrina Sinhá
El Gato Manchado y La Golondrina Sinhá
El Gato Manchado y La Golondrina Sinhá
LA ESTACIN DE LA PRIMAVERA Cuando la primavera llego vestida de azul, de colores y de alegria, olorosa de perfumes sublimes, desabrochando las flores y vistiendo a los rboles de ropajes verdes, el gato manchado estiro los brazos y abrio sus ojos pardos, ojos feos o malos. Feos y malos era la opinin general, tambien decian que los ojos del gato manchado reflejan maldad, y asi, todo corpulento fuerte y agil, de rayas negras y amarillas. Se trataba de un gato de edad media, ya distante de la primera juventud, cuando amaba correr por entre los rboles, vagabundear por los tejados, maullaudo a la luna, llenandola de canciones de amor, ciertamente picarescas y relajadas. Nadie podia imaginarlo, entonando canciones romanticas y sentimentales. En aquellos alrededores no existia criatura mas egoista e solitaria. No mantenia relaciones de amistad con sus vecinos y casi nunca respondia a los raros cumplidos que por miedo y no por gentileza algunos paseantes le dirigian. refunfuaba de mal humor y volvia a cerrar los ojos, como si todo su alrededor le molestara. Al gato manchado nadie se acercaba, las flores se cerraban si el se aproximaba en su direccin, dicen que cierta vez derrumbo con una patada, un timido lirio blanco del cual todas las rosas se habian enamorado. nadie presento pruebas, pero quien podia poner en duda la ruindad del gato maoso? Las avses ganaban altura al volar en las inmediaciones del escondite donde l dormia. murmuraban inclusive que el gato manchado habia sido el malvado, quien se habia robado al pequeo Sabi (un pajarito del Brasil de canto melodioso) de su nido de entre las ramas de un rbol. Mam Sabi al no encontrar a su pequeo hijo al cual le traa su alimento, se suicido ensartando su pecho en las espinas del Mandacaru. Un entierro triste y aquel dia muchas maldiciones fueron pronunciadas a favor del gato manchado. Pruebas no existieron, peo Quien otro pudo haber sido? bastaba mirar la cara del villano para localizar al asesino. Bicho feo ese... Um gato malo, malo y egoista. Se levantaba por la maana sobre las plantas, para que el sol lo calentase, pero apenas el sol suba al cielo, l lo abandonaba por cualquier sobra cariosa. Ingrato...
Debo decir, para ser exacto que el gato manchado no tomaba conocimiento de lo mal que hablaban de l. si lo saba no le importaba, pero es posible que ni supiese que era tan mal visto. pues casi no conversaba con nadie, a no ser en ciertas ocaciones con la vieja lechuza, a pesar de eso la lechuza, cuyas opiniones eran muy respetadas, debido a su edad, acostumbraba a decir que el gato manchado no era tan malo asi, tal vez todo eso no pasase ms all de la incomprensin general. Los demas oian, movian la cabeza y a pesar del respeto que le tenian a la lechuza, preferian seguir evitando al gato manchado.
INICIO DE LA ESTACIN DE LA PRIMAVERA Asi viva el gato manchado, cuando la primavera entro al interior del parque, en un despilfarro de colores, de aromas, de melodias. Colores alegres, aromas para aturdirse, sonoras melodias. El gato manchado dorma cuando la primavera irrumpio, repentina y poderosa. Pero su presencia era tan insitente y fuerte que desperto de su sueo sin sueos, abri sus ojos pardos y estiro sus brazos. El pato negro, que casualmente lo miraba, casi cayo esmayado de espanto porque tuvo la impresin de que el gato manchado estaba sonrriendo. fijo su vista, llamo la atencin de la pequea pata blanca: - no te parece que se est riendo? -Santo Dios! Se est riendo... Jams lo habia visto reir. La pequea pata blanca tuvo que poner su mano en el corazn, tan espantada estaba con aquella risa en la boca feroz del gato manchado. Reia por la boca, y lo que era an mas inexplicable, reia tambin por sus ojos pardos. Derepente comenzo a revolcarse sobre el pasto, como si fuera un jven gato adolecente, solto un maullido que ms parecia un gemido. Fue una emocin general por todo el parque. La gallina Carij que pasaba cerca con su bandada de pollitos dorados, grito: Uy! y se desmayo en los brazos de sus hijos. El gallo don juan de Rhode Island, vino corriendo a ver que habia sucedido. De todas las gallinas de su harm, la Carij era su preferida. La ayudo a levantarse y all lanzo su canto de guerra y de protesta, igual que una diana, cuando una vez ms el gato manchado se revolco en el pasto y lanz otro maullido... Ay mi Dios un maullido romantico. Imposible!... - Creo que enloquecio- Diagnostico una planta medicinal que tenia fama de ser buen mdico. - El se est preparando para una nueva maldad...- Susurro la gallina Carij, repuesta del ataque de pnico, aparto hacia un lado a los pollitos y al don juan de Rhode Island. Entre tanto el gato manchado se levanto, estiro los brazos y las piernas, erizo el dorso para captar mejor el calor subitamente dulce del sol, abrio sus fosas nasales para respirar profundo los nevos olores que rondaban en el aire, dejo que todo su rostro feo y malo se abriese en una
cordial sonrisa para las cosas y los seres de su entorno. Comenzo a caminar. Sucedi entonces una estampida general... Toda esa estampida hizo un gran alboroto, llamando la atencin del gato manchado. Miro espantado, por que huian todos si era tan bello el parque en el tiempo de la llegada de la primavera? No haba tempestad, no corria viento frio botando las hojas, la lluvia no caia en lagrimas sobre los tejados. Como huir y esconderse cuando la primavera llegaba trayendo consigo toda la dulcura de vivir? Ser que la cobra cascabel habia vuelto?, habia osado retornar al parque? El gato manchado busco con los ojos. Si fuese ella, le daria ah una nueva leccin para que no volviera jamas a robar huevos, botar pjaros de los nidos, comer pollitos y tragar palomas. Pero no la Cascabel no estaba. El gato manchado refleccion. Y comprendi, entonces que huian de l, hacia tanto tiempo que no lo oian maullar ni sonreir que ahora se amedrentaban. Fue una triste constatacin. Primero dejo de reir, pero despus encongi sus hombros en un gesto de indiferencia. Era un gato orgulloso, poco le importaba lo que pensasen de l. Hasta guio un gesto un poco forzado- un ojo malandro hacia el sol, y ese gestim an mas inesperado, hizo que la enorme piedra, que hacia muchisimos aos vivia en las proximidades del lugar donde el gato estabam rodo corriendo para el campo.El gato manchado respido llenando sus pulmones, la primavera rcien llegaba. Se sentia liviano, queria decir palabras sin compromiso, de andar sin rumbo, inclusive hasta conversar con alguien. Miro una vez ms con sus ojos pardos, pero no vio a nadie. Todos habian huido. No, todos no. En una rama de un rbol la golondrina sinh piaba y sonrreia al gato manchado. Solamente ella no habia huido. Desde lejos sus padres la llamaban con nerviosos gritos. Y desde sus escondites, todos los habitantes del parque miraban espantados a la golondrina Sinh que le sonrreia al gato manchado. Entorno estaba la primavera, el sueo de un poeta. LA GOLONDRINA SINH Cuando ella paseaba, risuea y coqueta, no habia pajaro en edad de casarse que no suspirase por ella. Era muy jven an, pero donde quisiera que estuviese, luego se acercaban todos los jvenes del parque. Le hacian declaraciones, le escribian poemas, el ruiseor, un conquistador afamado, venia al claro de luna a cantar serenata en su ventana. Ella reia con todos, con todos se daba, no amaba a nadie. Libre de todas las preocupaciones volaba de rbol en rbol por el bosque. Curiosa y conversadora, inocente d ecorazn. A decir verdad, no existia, en ninguno de los parques por alli cerca, golondrina tan bella ni tan gentil, como la golondrina Sinh. PARTE CINCO
CONTINUACION DE LA ESTACION DE LA PRIMAVERA "En todos lados era primavera, el sueo de un poeta. El gato manchado tuvo que decirle algo a la golondrina Sinh. Se sent en el suelo, se aliso los bigotes, y apenas pregunto:
- Tu no huiste con los otros? - Yo? huir? No tengo miedo de ti, los dems son todos unos cobardes Tu no me puedes alcanzar, no tienes alas para volar, eres un gordinfln, loco y sin juicio adems feo. Y mira que feo. - Feo, yo? El gato manchado ri, risa espantosa de quien no estaba acostumbrado a reir, y esta vez hasta los rboles ms valientes, como el pau Brasil un gigante- se estremecieron. Ella lo insulto y l la va a matar, penso el viejo perro dinamarques. El reverendo Papagayo reverendo porque paso un tiempo viviendo un tiempo en un seminario, donde aprendio a rezar de memoria y a decir frases en latn de corrido, lo que le daba valiosa reputacin de erudito- cerr los ojos para no ser testigo de semejante tragedia. Por dos razones: la primera porque era muy emotivo, no le gustaba ver sangre, menos an, sangre de una golondrina tan famosa, y segundo pora no servir de testigo de un crimen, llegara la policia, una lata sin tamanho, intentando decir o entre decir la verdad y cargar con las consecuiencias de la ira del gato manchado proceso por calumnias, unas cachetadas, un pico araado, y quien sabe que cosas ms o mentir y quedar con fama de cobardem o de complice de asesinato. Situacin difcil, lo mejor era no dar testimonio. A cambio rezo por el alma de la golondrina Sinh, quedando en paz con su conciencia, una barca llena de exigencias. La propia golondrina Sinh sinti que exageraban y por las dudas, vol a un gancho ms alto donde quedo picoteando sus plumas en un gesto de extrema vanidad. El gato manchado continuaba riendose, a pesar de sentirse un tanto ofendido. No porque la golondrina lo hubiese tachado de malo, sino porque lo habia llamado feo, pues el se encontraba bonito, una belleza de gato. Elegante tambin. - Tu me encuentras feo? De verdad? - Feisimo - Reafirmo ella desde lejos la golondrina. - No te creo. Solo una criatura ciega podria encontrarme feo. - Feo y convencido! La conversacin no continuo porque los padres de la golondrina Sinh, el amor por su hija super su miedo, llegaron volando, y se la llevaon con ellos, rabiendo con ella, reprendiendola en voz alta, le dieron un sermn de aquellos. Pero la golondrina mientras se la llevaban, grito para el gato: - Hasta luego, su feo Fue asi, con ese dialog un poco idiotam que comenzo toda la historia del gato manchado y la golondrina Sinh. De verdad la historia, por lo menos en lo que se refiere a la golondrina,
" los padres de Sinh iban rabiando con ella. Pero estaban conmovidos con su propio heroismo- tubieron el coraje de enfrentar al gato manchado para salvar a su hija- que no la regaaron demasiado. La golondrina pap le decia a la golondrina mam: nosotros amamos a nuestra hija, nosotros la salvamos. La mam golondrina respondia: - Nosotros somos buenos padres, protegemos a nuestra hija. - Y se miraban el uno al otro con admiracin. Prohibieron terminantemente a la golondrina aproximarse una vez ms a su enemigo feroz. Si los juramentos de una golondrina joven no tuviesen ninguna validez, estas bruscas prohibiciones solo harian aumentar el interes y la curiosidad. No es que Sinh fuese de esas golondrinas las cuales basta que les digan no lo hagas para que inmediatamente no lo hicieran. Al contrario, era tierna y obediente, amaba a sus padres. Era amable y bondadosa de buen comportamiento en general. Pero le gustaba que la convenciesen de las cosas con buenas y justas razones, y an nadie le habia probado que era un pecado o un crimen mantener relaciones cordiales con el gato manchado. As, cuando pos su gentil cabecita sobre el ptalo de la rosa que le servia de almohada, habia decidido continuar su conversacin con el gato al otro da: - l es feo pero es simpatico - murmuro al adormecer. En cuanto al gato manchado, tambien penso en la arisca golondrina Sinh, en aquella primera noche de primavera, al reposar su cabeza sobre su almohada. Sin embargo, habia una cosa que el no poseia: almohada. Adems de malo y feo, el gato manchado era pobre; reposaba su cabeza encima de sus brazos. Era un ser de pocos lujos, no le preocupaba.Falta senta de otras cosas: de afectos, de cario y de salchichas vienesas. Se recojio tarde. Antes camino por el parque, vagando. Araaba la corteza de los troncos de los rboles, maullaba sin motivo aparente, senta deseos de volver a vagabundear por los tejados como lo hacias en esa distante adolescencia. El buen perfume penetraba por sus narices, y sus grandes bigotes se movin inquietos. Se sentia jven, hasta tuvo ganas de correr con los perros. Y lo hubiese hecho, tranquilamente, si los perros no se hubiesen asustado, llenos de recelo, cuando l los busc. Tal era su estado de cansancio y de indefinido deseo qu murmuro para si mismo: - debo estar enfermo.
puso una de sus patas sobre su cabeza y concluyo: - Estoy ardiendo en fiebre. Cuando cay la noche, y volvia a su cama. un viejo trapo peludo- mir una flor y en ella vi reflejado los rasgados ojos de la golondrina. Febril, fue al lago a beber agua, y en el agua tambin encontr a la golondrina que le sonrea. Y la reconocio en cada hoja, en cada gota del rocio, en cada rayo del sol crepuscular, en cada sombra de la noche que llegaba. Despus la descubrio vestida de plata en la luna llena, para la cual maullo y maullo adolorido. Ya era tarde y muy de noche cuando consigui dormir. Soo con la golondrina, era la primera vez que soaba , desde hace ya muchos aos. Debo concluir que el gato manchado de feos ojos pardos, de oscura fama de malvado, se haba enamorado? Ahora que l y la golondrina duermen, y que solo la vieja lechuza esta despierta, me permito filosofar un poco. Deseo decir, que hay gente que no cree en el amor a primera vista, otros por el contrario, adems de creer, afirman que este es el nico y verdadero amor unos y otros tienen razn. Es que el amor esta en el corazn de las criaturas, adormecido, y un dia cualquiera se despierta, con la llegada de la primavera o incluso con el rigor del invierno.De repente el amor despierta de su sueo en la inesperada visin de otro ser. Da igual si ya lo conocemos, es como si lo viesemos por primera vez y es por eso que se dice que fue amor a primera vista. As como el amor del gato manchado por la golondrina Sinh. En cuanto a lo que pasaba por el pequeo y valeroso corazn de Sinh, no esperen que yo les explique o les saque la venda de sus ojos. No soy tan tonto al punto de sentirme capaz de entender el corazn de una mujer, peor an el de una golondrina. Ninguna de esas consideraciones perturbo aquella noche al gato manchado. En verdad l an no saba que estaba enamorado. Tal idea ni se le ocurrio. Cuando era jven, se enamoraba todas las semanas () Despedaz innumerables corazones de gata de todos los colores, el de una coneja color gris y el de una zorra adolecente. Pero eso paso hace tanto tiempo que ni el se acordaba ni de los nombres ni de las situaciones. Viva a su modo, ya les expliqu, tranquilo, peresoso al sol, gozando las dulces caricias de la brisa, el frescor de las noches de verano, y el gustoso frio del invierno. Ahora llegaba la primevera a perturbar su paz. Al da siguiente, al levantarse y lavarse la cara, pens en la golondrina, recordando el sueo que lo acompao durante la noche: l y sinh discutiendo de belleza y fealdad. Se ri: Ayer estube enfermo y resolvio no pensar ms en la golondrina. Se dirigi a su prado preferido para calentarse al sol sobre su trapo viejo y peludo. La vida se desenvolva por el parque. Bien, alli estaba el gato manchado. Relajado, como siempre, estirado cual largo era para que el gustoso sol de la primavera lo envolviera por entero. Pero, lo que era extrao, no conseguia cerrar sus ojos como lo hacia habitualmente. La experiencia le habia enseado que con los ojos cerrados, se goza mucho mejor del calor del sol y de la frescura de la brisa. Pero en cuanto, a aquel segundo da de primavera, tenia los ojos abiertos, y adems, volcaods hacia los arboles, buscando que estuviera la golondrina Sinh. Cuando se dio cuanto de lo que estaba sucediendo, se puso furioso. Desviaba la mirada, silbando despacito, buscaba fijar su mirada
en otros paisajes. Mir los perros que corrian, los idiotas no saben hacer otra cosa, los arboles llenos de hojas, mir hasta el papagayo ocupado rezando sus oraciones matinales () - Buen da mi queridisimo doctor gato manchado. Como se siente? Gacias a Dios, Bien? El gato nisiquiera se digno a responderle. A pesar de todo su mirar, ya estaba de nuevo con su mirada fija en los arboles, donde de posara la golondrina () En la esperanza de que la golondrina Sinh viniese Pero ella no llego, ingrata! Vamos a reencontrar a nuestro amigo manchado ya sin ninguna alegria, en un estado de su espiritu muy diferente al de la maana, la liviandad que sentia desde la tarde del encuentro ya no estaba, sus bigotes estaban caidos, desmoralizados, marchitos. Eso era una triste y peligrosa seal tratandose del gato manchado. Sus bigotes eran el indicador de su humor. Espia una vez mas los arboles, como ya tantas veces lo hiciera antes no vio a la golondrina, la sombra del arbol le cubra su cuerpo completo. Sus ojos pardos se oscurecieron. Por que siente su corazn adolorido? Entre tanto, es primavera en todo alrededor. FIN DE LA ESTACION DE LA PRIMAVERA PARTE 2 PARTE OCHO Fin de la estacin de la primavera - Parte II Sucedi entonces que sintio la necesidad de levantarse, Por qu? Ni el mismo seria capaz de explicarlo. Talvez para solo tomar el sol. Se levanto y salio de paseo. Y, de repente noto que sus pies, lo habian llevado , Ser que l ya no los gobernaba? sin que l lo quisiese, cerca juntito al rbol donde vivia la familia de la golondrina sinh. Debo aclarar que este rbol quedaba del otro lado del parque. Los padres sinha haban salido en busca de alimentos. La golondrina haba visto venir al gato desde lejos y lo esperaba sonriente. Ato manchado se detiene debajo del rbol, comenz a espiar y descubri a la golondrina. Fue entonces que percibio donde habia llegado, sin darse cuenta. Qu estoy haciendo aqui? Y decidio devolverse rapidamente (Diablos! Sus pies estaban tan pesados que parecian estar clavados al suelo), pero la golondrina le hablo con una dulce voz: -No me vas a decir buenos dias, mal educado? -Buen da, Sinh - habia hasta cierto acento armonioso en la voz seca del gato. - Seorita Sinha, me hace el favor Y , su una cara se puso muy triste ( era an ms feo cuando estaba triste) , ella dijo: - Esta bien llamame Sinha Si eso quieres y yo te llamar feo. Ya te dije que no soy feo.
Pucha! Que convencido! Eres la persona ms fea que yo conozco. A tu lado mi madrina la lechuza es un premio de belleza Al final que estoy haciendo aqu? Pensaba el gato manchado. Aquella joven golondrina, era apenas una adolecente, que no lo trataba con el debido respeto (Ser que realmente el queria que ella lo tratase con respeto?), insultarlo, agredirlo, llamarlo feo. Era el resultado de haberle dado confianza a una joven golondrina cualquiera.que ella sino una estudiante, una alumna de religin del papagayo, que podia tener en la cabeza, que especie de conversacin podria matener con el?, un gato serio, viajado, que se consideraba un ser superior, ms culto que todo ese monton de gente del parque, y que se encontraba principalmente- un gato bonito? Resolvio retirarse y nunca mas volver a hablarle a esa irrespetuosa golondrina (ah! Pero sus pies como chuzos como si estubiesen pegados al suelo, no los podia mover) Hizo un esfuerzo: - hasta luego - vaya, se ofendio? ms convencida de que el feo Porque diablos el comenzaba a encontrar divertido este comentario? Ahora ya o eran solo los pies los que no le obedecian, tambien la boca se abria y sonreia cuando el queria quedarse serio, con un aire irritado. Era una gran conspiracin contra el gato manchado. La golondrina seguia, en un parlotear incesante, era una linda adolecente de los campos,cuja juventud dominaba todo alrededor: No es necesario que te vayas ahora. No te llamare mas feo. Ahora solo te dire hermoso. No tampoco quiero Entoces como te voy a llamar? Gato. Gato, no puedo Porque? Sera que ella se puso triste? Ahora su voz ya no era juguetona. El gato manchado de pronto pregunto: Porque no puedes? No puedo conversar con ningun gato. Los gatos son enemigos de las golondrinas. Quien dijo eso? Es vedad,yo lo se. El gato puso la cara mas triste del mundo. La golondrina Sinha que amaba la alegria y que no podia ver a nadie triste, continuo:
Pero nosotros no somos enemigos, verdad? Nunca Entonces nosotros podemos conversar. Pero luego agrego: Ahora deber irte porque mi papa viene alli. Despus yo ire a conversar contigo. Feito. El gato rio y trato de desaparecer entre las motas de algodn que crecian por all. Estaba nuevamente alegre. En cuanto iba atravesando gilmente los matorrales, del campo iba recordando el dialogo con la golondrinam su voz elodiosa volvia a resonar en sus oidos. Ella no podia conversar con los gatos, los gatos son malos, algunos fueron atrapados in fragantti almorzando golondrinas, habia verdad en eso.Como seria posible ser tan malo asi? Como comerse un ser tan frgil y tan hermoso como la golondrina Sinha? Se recosto sobre un campo de hierbas en flor, ms tarde llego la golondrina, haciendo cierculos en el aire, en un vuelo improvisado, como danzando en un baile gentil y primaveral. De lejos el ruiseor que la vigilaba con sus ojos, comenzo a cantar y su meloda de amor hincho el parque. El gato aplaudio cuando la golondrina se poso en una rama baja del rbol. Y continuaron la conversacin que habia sido interrumpida. No voy a reproducir mas los dialogos. Y tomo tal decisin porque eran todos un poco parecidos y solamente, al pasar el tiempo y unas pocas conversaciones, se hicieron dignos de una historia de amor. Quien sabe, talvez s adelante pueda contarles uno, si se da la ocasin.por ahora, solo quiero decir que ellos conversaron durante toda la primavera, sin que jams les faltase tema. Fueron conociendose el uno al otro, cada da un nuevo descubrimiento. Y no solo conversaron. Juntos el corriendo por el suelo verde lleno de pasto, ella volando por el cielo azul, vagabundeaban por todo el parque, encontraban rincones deliciosos, descubrian nuevos matices del color de las flores, variaciones en la dulzura de la brisa,y una alegria que talvez estuviese mas dentro de ellos mismos que en las cosas alrededor. El bien de la alegria estaba presente entodas las cosas y ellos no lo veian antes. Porque yo les digo: Tenemos jos para ver y ojos para no verm depende del estado del corazon de cada uno. Quiero agregar, finalmente que ya no se trataban de usted. Cuando, por la maana, se veian por primera vez en el da, el le preguntaba: Que hiciste de ayer hasta hoy? Hoy estas mas linda que ayer y aun mas linda de lo que estabas esa noche del sueo en que te vi Cuentame tu sueo. Yo no te cuento el mio porque soe con una persona muy fea: Soe contigo Se reian los dos, el con su risa seca de gato malo, ella con su risa de plata de golondrina adolecente.
La estacin del verano Este capitulo es un capitulo corto porque le verano paso muy deprisa con el sol ardiente y sus noches llenas de estrellas. Siempre es rapido el tiempo de la felicidad .El tiempo es un ser difcil, cuando queremos que se prolongue, sea lento y se demore, el corre deprisa, ni sentimos el correr de las horas, cuando queremos que vuele deprisa, ms rapido que el pensamiento, porque sufrimos, porque estamos en un mal momento, el se vuelve lento, largo es el desfilar de las horas. Corto fue el tiempo de verano para el gato y la golondrina. Gozaron compartiendo esos paseos vagabundos por el parque,con largas conversaciones a la sombra de los arboles, con sonrisas, con palabras murmuradas, con miradas timidas compartiendo expresiones, con algunos enfados tambien Nose si enfados seria la palabra correcta. Voy a explicar: a veces la golondrina encontraba al gato un poco abatido, con sus bigotes mustios, y sus ojos aun mas pardos. La causa no era otra sino que: la golondrina sala con el ruiseor, con el conversaba o tena clases de canto- el ruiseor era el profesor. La golondrina no comprendia la actitud del gato, aquellas repentinas tristezas que se prolongaban en silencios difciles. Entre ella y el gato jamas habian compartido una palabra de amor, adems, por otro lado, la golondrina, segn se dice, consideraba al ruiseor un hermano. Un da, dia que la clase de canto se alargo mas que el tiempo de costumbre- cuando los bigotes del gato estaban tan marchitos que tocaban el suelo, ella le pidio explicaiones de aquella tristeza. El gatp resndio: - Si yo no fuese gato, te pediria que te casases conmigo - La golondrina se quedo callada, en un silencio de profunda noche. Sorprendida? no lo creo, ella ya habia adivinado lo que pasaba en el corazn del gato. Enfadada? No lo creo tampoco, aquellas palabras fueron agradables en su corazn. Mas tena miedo. El eraun gato y los gatos son enemigos irreconciliables de las golondrinas. - Vol cerca sobre el gato manchadom lo toco levemente con su ala izquierda, el podia oir los latidos del pequeo corazn de la golondrina Sinh. Ella comenz a elevarse, y desde lejos lo miro, era el ltimo da de verano.
LA ESTACION DEL OTOO PARTE DIEZ La estacion del otoo. El otor da, el otoo llego, derrumbando las hojas de los arboles. El viento se sentia frio, y para calentarse corria silbando por el parque. El otoo taria consigo un caudal de nubes y con ellas pinto el cielo de colores cenicientos (de las cenizas). no solo era el paisaje El viento se sentia frio, y para calentarse corria silbando por el parque. El otoo taria consigo un caudal de nubes y con ellas pinto el cielo de colores cenicientos (de las cenizas).no solo era el paisaje que se modificaba con el correr de las estaciones, como ciertamente percibio el culto y talentoso lector. Tambien la actitud de los habitantes del parque , en relacin al gato manchado, habia sufrido un sensible cambio.no era que habia dejado de sentir rabia, tampoco era que le habian perdonado los agravios anteriores: pero ahora ya no sentian miedo de l, como lo probaban las murmuraciones y habladuras sobre su caso con la golondrina Sinh, comentarios que de timidos murmullos se trasformaron en grandes rumores. Recordemos que antes temian solo en cuanto el gato manchado abria un ojo. Como explicar entonces que ya no le temiesen, que comentasen abiertamente sus paseos con a golondrina? Es que el gato durante la primavera y el verano vivio alegre y satisfecho. No amenazaba mas a otros seres vivos, ya no despedasaba ms a las flores con patadas, no encrespaba los pelos del lomo cuando se arcercaba a algun extrao y ya no repelia a los perros erizando los bigotes, insultandolos entre los dientes. Se convirti en un ser blando y amable, era el primero en dar cumplidos a los otros habitantes del parque, el que antiguamente no respondia a los timidos buenos dias que le dirigian. No puedo aventurarme y afirmar que el mismo cultivo, en aquella epoca, buenos y generosos sentimientos. La verdad es que el gato continuaba con fama de sujeto malo e intratable. Los habitantes del parque, ante la actual amabilidad del gato manchado, habian concluido que, si bien el era malo, ya no era muy peligroso. Talvez se estaba volviendo viejo, sin fuerzas, y por eso estab intentando rehabiltarse. Le perdieron el miedo La fama de ruin del gato era antigua y arraigada. Como podria ellos entender que el gato cambiase desde que la golondrina entrara en su vida? Como entender que bajo esa cascara gruesa,bajo ese pero erizado del gato latia un tierno corazn? Tan tierno, que aquel primer dia de otoo, fuera a encontrar al manchado escribiendo un soneto. Cubierto con un pesado manto de lana (el gato era muy friolento) contaba silabas con los dedos y procuraba rimas de un grueso diccionario. Si, hasta un soneto le escribio. No solo con un manto contra el frio se cubria ellgato manchado en aquella maana de lirica inpiracin: tambien se cubria con el manto del amor. La poesia no solo esta en los versos. A veces ella esta en el corazn, y es enorme, a punto de no caber en las palabras.
Soneto del amor imposible Para mi adorada golondrina Sinh La golondrina Sinh La golondrina sinh La golondrina abrio sus alas y vol. Vida triste mi vida, No se cantar y no se volar, No tengo alas ni plumas, No se sonetos escribir. Amo mucho a la golondrina, Con ella me quiero casar. Pero la golondrina no quiere, Conmigo no puede casarse Porque soy un gato manchado, ai! CONTINUACION DE LA ESTACION DEL OTOO PARTE ONCE Continuacin de la estacion del otoo.
Criticado, discutido y juzgado el soneto del gato manchado, volvamos a nuestra historia. Lo que equivale adems, a continuar con el soneto pues no lo cite por si acaso, si porque ese soneto tiene que ver con el desarrollo de los acontecimientos. Sucedios asi: en el ltimo da de verano, despus de aquella cena ente la golondrina y el gato, el tuvo una larga conversacin con la lechuza. De todas las criaturas del parque, la lechuza era la unica que estimaba al gato Manchado, como ya fue dicho. En aquella noche despus de lo ocurrido, la golondrina no volvio. El gato intento comprender lo que estaba sucediendo con ella, entre que sentimientos contradictorios se debatia. Envuelto en tristeza y soledad, resolvio ir a conversar con la luchuza. Ella despertaba de su sueo de anciana y abria los ojos para la noche, su amiga querida.
El gato se sento sobre un gancho del rbol donde vivia la lechuza, primero hablaron de cosas indiferentes. Luego la lechuza siendo adivina, percibio lo que traia al gato manchado hasta su casa. Fue franca: No solo le conto los rumores del parque (que pisieron al gato casi loco de furia) Y por fin le dio su opinin: Viejo amigo, no hay nada que hacer. Como te pudiste imaginar que la golonrina te iba a aceptar como marido? Nunca ha habido un caso asi, incluso si ella te amase.- y quien te afirma que ella te ame? jamas podria casarse contigo. Desde que el mundo es el mundo, las golondrinas tienen prohibido casarse con gatos. Esa prohibicin es mas que una ley y esta implantada con profundas raices en el corazn de las golondrinas. Dices que ella gusta de ti, que si dependiece de su voluntad puede ser, te creo seguro que si. Pero mas fuerte para ella, debe respetar la ley de las golondrinas. Porque esta dentro de ella desde su mas viejo abuelo, desde la primera golondrina. Y para romper una ley, es preciso una revolucin Finalizo, balanceando su cabeza: En todo caso, sera hasta bueno que sucediese una revolucioncita Estamos necesitandola. El gato manchado no dijo nada. Ni el mismo que amaba a la golondrina y que soaba tenerla a su lado. Olvidara que las golondrina durmen en nidos sobre los arboles, en cuanto los gatos duermen en el suelo sobre trapos abandonados. Se despidio de la lechuza sin comentar sus palabras. Llegando a casa, comenzo a escribir el celebre soneto. En su elaboracinllevo toda la noche y parte de la maana siguiente. Todo lo que consigui realizar fue la pieza ya juzgada y condenada. No obstante, en aquel primer dia de otoo encontro a la golondrina. Ella estaba seria, ya no sonreia, no exhibia la sutil alegria de siempre, aquel aire de disponibilidad que era su mayor encanto. Tampoco el gato manchado conseguia esconder su tristeza, le pesaban en el corazn las palabras de la lechuza. Caminaron en silencio, recorriendo los lugares en los que habian estado en la primavera y en el verano. Una y otra vez intercambiaban palabras sueltas, pero ambos tenian ese aire de querer evitar un asunto que era inebitable. Llego la hora en que la golondrina tena que partir. El Gato le entrego su soneto. Ella volo,muchas veces miro hacia atrs, girando su gentil cabecita para verlo, tena lagrimas en los ojos. Al da siguiente, - ese fue el da ms largo del otoo- ella no apareci. Intilmente el rond en las cercanias del rbol donde ella vivia, pero no la vio. Esa noche recordo los rumores del parque y entonces corrio como pato negro, l emetio un susto casi mortal al papagayo (que
rezaba sus oraciones nocturnas), rasguo el hocico del perro diamarques, robo los huevos en el gallinero y para colmo de maldad- no los robo para comerselos, sino para tirarlos en el campo. El temor al gato manchado volvio a habitar en el parque y las murmuraciones ruidosas se transformaron en susurros secretos. En el tercer dia de otoo, la paloma mensajera le trajo desde muy lejos (tuvo el coraje para aproximarse) una carta. El gato la leyo tantas veces hasta que se la aprendio de memoria. Una carta triste y definitiva enviada por la golondrina Sinh. Una golondrina jamas puede casarse con un gato. Deca tambien que ellos no debian juntarse ms. En compensacin decia que jams fue tan feliz excepto en el tiempo en que vagabuendeaba con el gato manchado en el parque. Y terminaba: Siempre tuya Sinh. Ella habia jurado no volver a verlo mas. Pero como ya dije y ahora repito, juramento de golondrina no merece confianza.Volvieron a pasear por el parque, a ir a los rincones que que habian descubierto durante la primavera. Solo que ahora csi no conversaban, era como si existiera una invisible cortina que los separaba.
Fue asi como paso todo el otoo,un tiempo gris, en el que los arboles se iban despidiendo de las hojas y el cielo se iba despidiendo del azul. Como el gato manchado volvio a ser temido y nuevamente volvio a vivir aislado de todos, sin conversar con nadiem no sabia que enla casa de la golondrina trabajaban seis araas costureras que preparaban el ajuar de la joven novia. El casamiento del ruiseor con la golondrina Sinh estabafechado para el comienzo del invierno. En el ltimo da del otoo, dia humedo y ventoso, seguido por un viento que congelaba de frio, la golondrina quiso ir a todos los lugares que habia aprendido a amar en la primavera y en el verano.
Estaba extraamente ruidosa y habladora, tierna y llena de dulcura, como si se hubiese abierto de repente la cortina que la separaba del gato manchado, como si hubiese traspasado de subito la distancia que les distanciaba. Era la misma golondrina de la primavera y del verano, un poco loca, y el gato la contemplaba conmovido. Estuvieron juntos hasta que llego la noche. Entonces ella le dijo que esta sera la ultima vez que se verian, que se iba a casr con el ruiseor, porque? Porque una golondrina no se puede casar con un gato.
Com ya lo habia hecho un cierto da, volo sobre el en un vuelo rasante, lo toco con el ala izquerda- Era su manera e besar- y esta vez el no pudo oir el latido de su pequeo corazn de golondrina, eran muy debiles sus latidos. Por los aires ella se fue, esta vez no miro hacia atrs.
Este deberia ser un capitulo largo porque el comienzo del invierno fue un tiempo de sufrimiento. Pero para que hablar de cosas tristes, para que contar las maldades del gato,que sus ojos estaban negros de tan pardos, de eso hablaban las cartas enviadas por los habitates del parque, cartas que la paloma mensajerallevaba a otros parques distantes. Las noticias llegaron hasta el apartado escondrijo de la cobra de cascabel e incluso ella temblo de miedo. Hablaban de las maldades del gato pero tambien hablaban de su soledad. Jams el gato manchado volvio a dirigirle una palabra a quien quiera que fuese.
Tan grande era su soledad que llego a conmover a la rosa Ch que le confidencio al Jazmn, su reciente amante: - Pobrecito! Vive tan solito, no tiene a nadie en el mundo - Se engaaba la rosa cuando pensaba que el gato manchado vivia solitario y qie no tenia nada en el mundo. Bien por el contrario, el tenia un mindo de recuerdos, de duldesmomentos vividos, de alegres recuerdos. No voy a decir que era feliz y que no sufria. Sufria, pero todava no estaba desesperado, todava se alimentaba de lo que ella le habia dado antes.
Triste, porque la felicidad no puede alimentarse solo de recuerdos del pasado, necesita tambien de sueos del futuro.
Un da, de sueve sol invernal, se realizo el casamiento de la golondrina y el ruiseor. Hubo una gran fiesta, mesa de dulces y champaa. El casamiento civil fue en cas de la novia, el gallo ra el juez e hizo un discurso elocuente sobre las virtudes y los deberes de una buena esposa, especialmente sobre la fidelidad devida al matrimonio. De la fidelidad del marido a la esposa el no hablo. Era mahometano y no hipcrita: todos saben que el gallo Don Juan de Rhode island tena un harm.
El casamiento religioso fue en el narajal, en la linda capilla del parque. El reberendo padre Urubu vino de un convento distante para celebrar la ceremonia religiosa. El papagayo sirvio de sacristn, y la noche se embriag. El sermn del Urubu fue conmovedor.La madre de la golondrina llor mucho. En el momento en que el cortejo nupcial, en una arrebolada multitud, salia de la capilla, La golondrina vio al gato desde un rincn lejano.No se de que forma ella consigui volar sobre el y logro dejar sobre el un petalote rosa, de las rosas rojas de su ramo de novia. El gato la puso sobre su pecho, parecia una gota de sangre.
Para que esta historia terminase alegremente, mi deber seria describir la fiesta dada por los padres de la golondrina Sinh. Talvez deberia contar alguna de las anecdotas con las que el papagayo divirti a los invitados. Habian asistido todos los habitantes del parque, menos el gato manchado. La maana describio la fiesta enterita al seor tiempo, dandole detalles de los vestidos, las comilonas, la mesa de dulces y postres, de los adornos de la sala. Pertodo eso el lector lo puede imaginar a su gusto, con entera independencia. Solo dire que era maravillosa la orqueta de los pajaros e que su melodioso son llegaba hasta el gato manchado, solitario en el parque. Ya no habia futuro con que alimentar su sueo de amor imposible.
Noche sin estrellas, la noche de la fiesta de casamiento de la golondrina Sinh. Solo un petalo rojo sobre su corazn, una gota de sangre.
La musica le dolia en el corazn. Cancion nupcial para los novios; para el gato manchado un canto fnebre. Tomo el petalo de rosa miro una vez mas al parque cubierto por el invierno, salio andando lentamente- Conocen un lugar lejano, donde solo vive una cobra de cascabel, que nadie acepta ni en los parques ni en las plantaciones. El gato tomo la direccin de los estrechos caminos que conducen a la encrucijada del fin del mundo.
Cuando paso en frente de la casa de la fiesta, vio que los novios se iban. La golondrina tambien lo vio y adivino el rumo se esos pasos. Entonces algo rodo desde los cielos sobre el petalo que el gato llevaba en la mano. Sobre el rojo de sangre del petalo de rosa brillo la luz de una lagrima de la golondrina Sinh. Ilumino el solitario camino del gato manchado, en la noche sin estrellas.
Aqu termina la historia que la maana oy del viento y que le conto al tiempo que le regalo a su prometida la rosa azul.
En ciertos dias de primavera la maana coloca sobre su luminoso vestido esa rosa azul. Entonces se dice que hay una esplendida maana toda azul.
FIN.