As (179-2020-RRC) Violacion

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 20

Auto suprem TRIBUNAL SUPREMO DE JUSTICIA

SALA PENAL
AUTO SUPREMO Nº 179/2020-RRC
Sucre, 17 de febrero de 2020
Expediente : Oruro 16/2019
Parte Acusadora : Ministerio Público y otra
Parte Imputada : Christian Franco Huacota Copa
Delito : Violación de Infante Niña, Niño o Adolescente.
Magistrado relator : Dr. Olvis Eguez Oliva
RESULTANDO
Por memorial presentado el 19 de junio de 2019, cursante de fs. 156
a 160, Christian Francisco Huacota Copa, interpone recurso de
casación impugnando el Auto de Vista 20/2019 de 31 de mayo de fs.
145 a 151, pronunciado por la Sala Penal Segunda del Tribunal
Departamental de Justicia de Oruro, dentro del proceso penal seguido
por el Ministerio Público y Virginia Zubieta Escobar contra el
recurrente, por la presunta comisión del delito de Violación, previsto y
sancionado por el art. 308 bis del Código Penal (CP) modificado por el
art. 83 de la Ley 348, con relación al art. 310 inc. g) del CP.
I. DEL RECURSO DE CASACIÓN
I.1 Antecedentes
1. Por Sentencia 07/2018 de 22 de marzo (fs. 76 a 94), el Tribunal
Primero de Sentencia del Tribunal Departamental de Justicia de
Oruro, declaró la absolución de Christian Francisco Huacota
Copa, de la comisión del delito de Violación, previsto y
sancionado por el art. 308 bis del CP modificado por el art. 83 de
la Ley 348, con relación al art. 310 inc. g) del CP, debido a que la
prueba no fue suficiente para generar en el Tribunal convicción
plena sobre la responsabilidad penal del acusado, ordenando la
cancelación y la cesación de todas las medidas cautelares de
carácter personal, sin costas.
2. Contra la mencionada Sentencia, la acusadora particular (madre
de víctima) Virginia Zubieta Escobar (fs. 108 a 11 vta.) formuló
recurso de apelación restringida, resuelto por Auto de Vista
20/2019 de 31 de mayo, dictado por la Sala Penal Segunda del
Tribunal Departamental de Justicia de Oruro, que
declaró procedente el recurso planteado y deliberando en el
fondo anuló totalmente la Sentencia impugnada, disponiendo el
reenvío de la causa ante el Tribunal siguiente en número.
I.2 Motivo del recurso
La Sala en juicio de admisibilidad, pronunció el Auto Supremo
757/2019-RA de 10 de septiembre, mediante el cual flexibilizando
requisitos de admisión abrió su competencia de forma extraordinaria,
respecto al siguiente agravio:
El recurrente, acusa que la Sala de apelación, anuló totalmente
la Sentencia con el fundamento de que el Tribunal de instancia
no habría fundamentado su resolución y que fuera
contradictoria, basando su parte considerativa en aspectos que
hacen a la revalorización de la prueba, cuando este hecho está
prohibido para el Tribunal de alzada debido a que el sistema
acusatorio no admite la doble instancia; además, de
manera ultra petita habría ingresado a efectuar otras
consideraciones que luego le sirvió para anular la Sentencia,
identificando la existencia de defectos y vulneración del debido
proceso; formulando sus agravios en los siguientes puntos: i)
Que, al momento de hacer una valoración no habría tomado en
cuenta los resultados de las pruebas científicas, referidas a la
prueba toxicológica, biológica y genética, tampoco consideró la
impericia de la Médico Forense Wilma Petrona Gabriel Ramos y
contrariamente de manera reiterada la aludió como perito
toxicóloga, bióloga y genetista, estando desacreditada en juicio
por carecer de Título Académico Forense, refiere además que,
en la última prueba citada se le habría excluido como autor del
hecho. ii) Denuncia que el Auto de Vista habría aseverado que
al tratarse de un delito de violación no es posible que el
Tribunal de Sentencia haya pronunciado absolución, cuando en
su criterio la regla debió ser la probanza de un hecho para
determinar la autoría y responsabilidad penal, no depender de
la gravedad del delito para condenar a un ciudadano basándose
en la normativa penal nacional y convenios internacionales,
bajo el concepto de velar el interés superior de la minoridad y
en contra de la prueba científica demostrada en juicio. iii)
Respecto a la prueba de credibilidad de testimonio, habiendo
concluido en que el testimonio de la menor (víctima) es
probablemente creíble, el Tribunal de alzada le habría asignado
una interpretación sesgada, siendo el resultado concluyente
(existe la probabilidad de credibilidad de testimonio) y
olvidándose del principio indubio pro reo.
En conclusión, sobre los puntos planteados acusa que el
Tribunal de alzada habría asumido el rol del Tribunal de
Sentencia, efectuando flagrante y abiertamente revalorización
de las pruebas y falta de fundamentación.
I.2.1 Petitorio
Solicitó que este Tribunal deje sin efecto el Auto de Vista impugnado,
pronunciado por la Sala Penal Segunda del Tribunal Departamental de
Justicia de Oruro, en consecuencia, devuelva antecedentes a dicho
tribunal para que pronuncien nueva resolución conforme a la doctrina
legal aplicable.
II. ACTUACIONES PROCESALES VINCULADAS AL RECURSO
II.1 Sentencia
El Juzgado de Sentencia Penal Primero del Distrito Judicial de Oruro, el
7 de julio de 2016, pronunció la Sentencia 018/2016, que declaró
absuelto de culpa y pena al acusado Christian Francisco Huacota
Copa del delito de violación, previsto y sancionado por el art. 308 bis
del CP, modificado por el art. 83 de la Ley 348, con relación al art.
310 inc. g) del CP, toda vez que la prueba no fue suficiente para
generar convicción plena sobre la responsabilidad penal del imputado
en el delito acusado. Se destacan como argumentos de fundamento
de la decisión los siguientes:
“El hecho motivo de juzgamiento (…) la menor victima JMFZ de
13 años de edad, en fecha 10 de agosto de 2016, había sido
objeto de abuso sexual por parte del acusado Christian
Francisco Huacota Copa, hecho que había ocurrido en el interior
de la habitación del bien inmueble del acusado ubicado en las
calles (..) , al promediar las 19:00 p.m. y posteriormente el
acusado le había pedido a la menor que le acompañe a su casa,
habiendo aceptado la menor víctima, una vez que se
constituyeron al bien inmueble, ingresaron a la habitación del
acusado, donde le habría invitado una taza de té, cuando la
menor probo sintió que era amargo, por lo que no quiso tomar
empero el acusado le había obligado a tomar, caso contrario no
la dejaría salir, motivo por el cual la menor había tomado la taza
de té, para luego sentir un sueño y que al día siguiente la
victima despertó totalmente desnuda y adolorida, en ese
instante la menor había sido amenazada para que no diga nada
sobre lo ocurrido (sic)
“ a) Está demostrado que en fecha 10 de agosto de 2016 al
promediar las 19:00 p.m., tanto la menor victima JMFZ y el
acusado Christian Francisco Huacota Copa se encontraron por
inmediaciones del Colegio Dalence (..) y posteriormente se
trasladaron al domicilio del acusado (…)”
“b) Una vez que se constituyeron al mencionado domicilio, que
era al promediar las 11:30 a 12:00 de la noche, en versión de la
menor víctima, el acusado le habría invitado una taza o un vaso
de té y que le habría obligado a tomar, enero como
consecuencia de haber tomado, al poco rato habría entrado en
un sueño por lo que se habría quedado dormida, sin recordar lo
que le ha pasado, habiendo despertado al día siguiente sin ropa
desnuda y todo adolorido de su cuerpo 8…9 sometida a una
valoración médico forense en fecha 11 de agosto de 2016 a
horas 12:30 y conforme se tiene por el certificado médico legal,
prueba codificada como MP-D3, se tiene las siguientes
conclusiones: Himen con desgarro antiguo y 2.-Membrana
himenal contusa, lo que significa que la menos ya había tenido
una relación sexual antigua. Asimismo, en dicho certificado se
hace constar que se procedió a la toma de muestras biológicas,
consistentes en hisopos de región peri labial, mujeres, hisopos
del canal vaginal; hisopos de fondo de saco vaginal; hisopos de
sugilaciones; sangre obtenida por punción capilar y muestra de
orina”
“…Como consecuencia de los resultados de laboratorio
científico del IDIF en base a las evidencias y muestras que se
han enviado y los resultados que se ha obtenido, se ha llegado
a demostrar que se ha detectado presencia de
espermatozoides, así como antígeno prostático y que, conforme
al examen de genética forense, el PERFIL GENETICO OBTENIDO,
es diferente al perfil obtenido a partir de la muestra de
referencia del imputado (…). Lo que nos lleva a la
conclusión de que el ahora acusado no ha mantenido
relaciones sexuales con la menor víctima, eso es lo que
nos demuestra esta prueba, toda vez que el examen genético
forense es concluyente y explícito al señalar que el perfil
genético encontrado es diferente y no le corresponde al ahora
acusado Christian Francisco Huaricota Copa. Ahora bien
recurriendo a toda la prueba producida, se tiene que la menor
víctima en ningún momento ha señalado que fue abusada
sexualmente por el acusado, empero se dio a entender que fue
abusada sexualmente por el acusado, porque la noche del día
10 de agosto de 2016, en el interior de su habitación le habría
dado un vaso de té que le dejo dormida a la víctima hasta el día
siguiente, habiendo la misma despertado totalmente desnuda y
con sugilaciones, por esas circunstancias se sostenían que
había sido abusada sexualmente; sin embargo la PRUEBA
GENETICA forense es totalmente concluyente y nos demuestra
que no hubo relación sexual entre el acusado y la víctima, es
decir que no ha existido ACCESO CARNAL”
“…en cuanto se refiere al vaso de té (...) el dictamen pericial de
toxicología forense, cuya pericia fue determinar la presencia de
hipnótico sedante CONCLUSION: en la muestra IDIF -29029-16-
LP-M-1 no se detecta la presencia de sustancias hipnótico
sedante (Benzodiacepinas ni análogos. Lo que significa que
la menor víctima no fue sedada (…)”
“….la declaración de la víctima recibido en la cámara gessel no
ha aportado elementos corroborativos sobre el abuso sexual,
más al contrario ha dejado dudas, pues en dicha declaración la
menor victima ha sostenido y afirmado que fue obligada a
tomar un vaso de té, también dice café “; asimismo observan
que la referida menor dio dos versiones contradictorias
respecto a cómo se encontró con el imputado y a la hora que
salió del inmueble del imputado lo que lleva al tribunal a una
duda razonable.
“5°.- Por todo lo expuesto podemos concluir señalando que el
Ministerio Público no ha demostrado la responsabilidad penal
del acusado, por cuanto la prueba científica del IDIF, como son
el dictamen pericial de biología y el dictamen pericial de
genética forense son contundentes y concluyentes, pues dichos
elementos de prueba nos llevan a la plena conclusión de que el
acusado no tuvo acceso carnal con la víctima, porque para que
concurra el delito de violación tiene que haberse producido el
“acceso carnal” extremo que no ha sido demostrado por el
Ministerio Publico (...)”
II.2 Apelación Restringida
Virginia Zubieta Escobar madre de la menor víctima, mediante
memorial de fs. 87 a 96, interpuso recurso de apelación
restringida, observando la sentencia que absolvió de pena y
culpa al imputado porque la prueba aportada no era suficiente
para generar convicción sobre la responsabilidad penal del
imputado, aduciendo al efecto que la Sentencia era huérfana de
fundamentación y que realizó una errónea valoración de la
prueba presentada en el juicio. Al efecto hizo citó y glosó varios
Autos Supremos como precedentes contradictorios.
Dicho recurso fue subsanado mediante memorial de fs. 136 a
140, haciendo hincapié en que las vulneraciones estaban
claramente expuestas en el memorial de apelación restringida.
Acusó la vulneración del art. 173 del CPP porque la sentencia no
realizó una adecuada valoración de la prueba presentada así,
respecto al certificado médico legal por el que se concluyó que
la menor ya había tenido una relación sexual antigua, no se
tomó en cuenta que el médico forense refirió expresamente que
el himen puede incluso desgarrarse por una caída de bicicleta y
no necesariamente por una relación sexual, careciendo la
conclusión del tribunal de fundamento lógico.
Respecto al examen genético de restos de esperma y de
antígeno prostático que determinó la existencia de un ADN
distinto al acusado que permitió concluir al tribunal que el
acusado no tuvo acceso carnal con la víctima, no consideró que
la perito señaló que en los casos donde el agresor usa
protección es imposible que exista material genético además de
la posibilidad de que hubieran existido dos agresores.
Con relación al dictamen pericial toxicológico que establece que
no detectó la presencia de sustancias hipnóticas sedantes, la
perito enfatizó en que en las muestras líquidas la pericia debe
hacerse en el plazo de 1 a 2 días, lo que en el caso no ocurrió
porque la muestra fue obtenida el 11 de agosto de 2016 y la
pericia fue practicada el 24 de octubre del mismo año, con gran
probabilidad de que las toxinas hayan desaparecido.
Sobre el mismo tema se cuestionó la declaración de la víctima
que señaló que el acusado le dio un té o café para beber con
sabor extraño y que luego le dio sueño, despertándose al día
siguiente en la casa del acusado desnuda y con dolor en el
cuerpo, indicando que esa declaración no aportó elementos
omitiéndose los extremos declarados.
Por otra parte, el tribunal no consideró la prueba que demostró
que la menor pasó toda la noche en la casa del acusado y que
el certificado médico forense dio cuenta que la menor tuvo
relaciones sexuales horas antes del estudio.
II.3 Auto de Vista
En conocimiento del recurso de apelación restringida la Sala
Penal Primera del Distrito Judicial de Oruro, resolvió el recurso
mediante Auto de Vista 20/2019 de 31 de mayo de 2019, que
declaró: la procedencia del recurso de apelación restringida
deducido por Virginia Zubieta Escobar y, deliberando en el
fondo, anuló totalmente la Sentencia de 22 de marzo
pronunciada por el Tribunal de Sentencia Penal N° 1 de la
Capital, disponiendo el reenvío de la causa ante el tribunal
siguiente en número, que deberá sustanciar nuevamente el
juicio a partir de una nueva radicatoria y pronunciar el fallo que
en derecho corresponda, tomando nota de las consideraciones
y razonamientos que realizaron, con los siguientes
fundamentos:
“…por consiguiente, no se puede exigir acceso carnal, para
configurar el delito de violación; por lo mismo señalar que no
hubo acceso carnal, y por consiguiente no existe delito, esta
apreciación va en contra de las reglas de la sana critica, la
lógica la psicología y la experiencia, anticipa criterio sin tener
certeza, si el desgarro del himen es producto de una relación
sexual anterior previa, o es producto de un accidente; el
tribunal inferior, señala que la menor victima ya tuvo relación
sexual, por consiguiente sentencia absolutoria, es una decisión
contrario a la protección de la persona menor vulnerable, contra
lo estándares interamericanos (…) la menor víctima de trece
años de edad, merece protección diferenciada, en ese marco
los elementos probatorios deben ser compulsados con un
carácter reforzado amplio y no incurrir en una valoración
irrazonable, la valoración de elementos probatorios debe gozar
siempre de la presunción de veracidad y no al contrario; lo
contrario es una valoración irracional fuera de los estándares
referidos anteriormente, descalificar la existencia del hecho,
desechar la teoría de la acusación fiscal, y no tomar en cuenta
la versión del acusado que hace conocer al tribunal que, la
menor victima paso la noche bajo el mismo techo del acusado,
no considerar esta versión es ingresar en una valoración de la
prueba irracional, menos se tiene una explicación coherente por
parte del tribunal. Afirmar que el acusado no tuvo acceso carnal
con la víctima ciertamente es desproteger el interés superior de
la minoridad establecido en la CPE, derecho positivo y normas
internacionales; se incurre en defecto de sentencia prevista en
el numeral 5) del art. 370 del CPP”
“…El desgarro del himen antiguo establecido en el certificado
médico forense, no puede ser sustento para una absolución;
valoración de la prueba es conjunta, armónica e integral,
tomando en cuenta, el hecho de agresión sexual puede darse
en las personas no solo menores de trece años, sino, en
personas adultas que tuvieron hijos, por supuesto estas
personas tienen el himen con desgarro antiguo; en esa
emergencia, no siendo razonable ni requisito para exigir que el
desagarro del himen sea reciente; lo evidente del hecho ilícito
de agresión sexual, es sobre todo contra la voluntad de la
persona víctima, en este caso menor víctima, mujer infante,
acto no consentido. El hecho de no encontrarse antígeno
prostático en el estudio científico del ADN no es absoluto para
desechar la teoría de la acusación fiscal, esto en el espíritu de
la norma sustantiva del art. 308, 308 bis ambos del CP”.
“… la agresión sexual se consuma en la casa del acusado,
siendo el acusado responsable de todo lo que aconteció con la
menor desde el momento de la llamada hasta el momento que
fue encontrada en las condiciones en que se encontraba la
menor víctima es por la conducta dolosa del acusado extremo
que no fue considerado por el tribunal de apelación, todo el
acontecer que ocurrió con la menor víctima, es por conducta
dolosa del acusado; extremo que no ha sido considerado por el
tribunal inferior. En criterio del tribual esta conducta no sería
reprochable, como un acto normal, porque existe contradicción
en la declaración de la menor, este argumento no es
consistente (,,,). Lo que importa considerar, la menor victima
integra el grupo vulnerable, bajo ese antecedente, la segunda
declaración hace prueba, cobra relevancia y por su puesto
eficacia probatoria, en consecuencia, se impone obrar en una
protección eficaz y reforzada; los elementos de prueba deben
ser compulsados con carácter reforzado amplio y favorable y no
incurrir en una valoración irracional, los elementos de
convicción debe gozar siempre de la presunción de veracidad,
por tratarse de una menor víctima de 13 años de edad que
integra el grupo vulnerable”
“(…) el tribunal inferior no explica menos considera o pone en
tela de juicio el argumento de la perita, si el efecto de la toxina,
por el tiempo transcurrido desaparece o no; se limita a señalar
que la menor víctima no fue sedada, no ha bebido ningún vaso
de té, pues en el examen científico no se ha encontrado
ninguna sustancia hipnótico sedante, lo que significa la menor
no bebió ninguna sustancia liquida.”
“Que en relación a la aseveración de que la menor había
despertado al día siguiente completamente desnuda, eso habría
sido insertado únicamente por el investigador puesto que la
menor no habría declarado nada de eso, la parte recurrente
señala que omiten flagrantemente que la declaración de la
menor es la cámara Gessel, manifiesta, ‘cuando es día desperté
vi toda mi ropa en el suelo’, el actuado de inspección ocular
(MP-D119 donde manifestó, ‘me encontraba desnuda sin nada
de ropa” e inclusive el informe psicológico de entrevista (MP-
D6) cuando refirió: ‘Estaba en la cama, no estaba vestida me
había sacado toda mi ropa’; los miembros del tribunal no
realizaron la revisión de la prueba para su valoración a
momento de tomar una decisión’.
‘…la victima menor de edad declaró haber salido de la casa del
acusado a horas 09:00 a 09:30 aproximadamente, y que una de
las testigos declaro ver salir a la víctima y al acusado a horas
6:30 a 6:45 am, aproximadamente, supuesta contradicción de
la hora de salida de la hora de salida de la menor de la casa del
acusado, sería otro fundamento para la absolución, empero la
contradicción en a hora de salida, no puede ser fundamento
valido para una eventual sentencia absolutoria, porque, aquello
no incide en el fondo del hecho juzgado; por el contrario la
única declaración de la testigo de descargo corrobora que la
víctima pernoctó en dicho domicilio…’
III. FUNDAMENTOS DE LA SALA
El recurrente en casación impugna el Auto de Vista 20/2019 de
31 de mayo, dictado por la Sala Penal Segunda del Tribunal
Departamental de Justicia de Oruro, porque anuló la sentencia
que lo absolvió de culpa y pena de la supuesta comisión del
delito de violación previsto y sancionado por el art. 308 del CP
con relación al 310 inc. g) de la misma disposición legal,
revalorizando prueba para el efecto además de realizar nuevas
consideraciones de manera ultra petita, vulnerando el debido
proceso en su elemento debida motivación y fundamentación y
valoración de la prueba, señalando al efecto los siguientes
agravios: (i) no consideración de los resultados de las pruebas
científicas: toxicológica, biológica y genética cuando la última lo
excluyó como autor del hecho; tampoco se consideró la
impericia de la Médico Forense Wilma Petrona Gabriel Ramos,
que fue desacreditada en juicio por carecer de Título Académico
Forense; (ii) el Auto de Vista afirmó que al tratarse de un delito
de violación no era posible que el Tribunal de Sentencia hubiera
pronunciado absolución, cuando el hecho debe probarse para
determinar la autoría y responsabilidad penal, la gravedad del
hecho no puede determinar la condena de un ciudadano,
basándose en normativa penal nacional y convenios
internacionales, bajo el concepto de velar el interés superior de
la minoridad y en contra de la prueba científica demostrada en
juicio. iii) Respecto a la prueba de credibilidad de testimonio,
habiendo concluido en que el testimonio de la menor (victima)
es probablemente creíble, el Tribunal de alzada le habría
asignado una interpretación sesgada, siendo el resultado
concluyente (existe la probabilidad de credibilidad de
testimonio) y olvidándose del principio indubio pro reo. En este
ámbito, corresponde a la Sala emprender el análisis de fondo
para determinar, en primer lugar, si los hechos narrados por el
recurrente son evidentes y coinciden con los antecedentes del
proceso, para luego, de resultar ciertos, establecer si los
derechos que reclama fueron afectados o no.
III.1. Doctrina legal aplicable sobre la prohibición de
revalorización de la prueba en apelación
El Auto Supremo 384/2005 de 26 de septiembre, aborda el
tema de la prohibición de la revaloración de prueba por el
Tribunal de alzada, señalando entre otros aspectos, que su
facultad se limita al control sobre la aplicación correcta de la
sana crítica, razonando que en caso de su inobservancia ese
tribunal se halla facultado para ordenar juicio de reenvío. La
Sala Penal Primera de la entonces Corte Suprema de Justicia
dejó sin efecto el Auto de Vista recurrido y sentó la siguiente
doctrina legal aplicable:
“…es una premisa ya consolidada que la línea
jurisprudencial ha establecido en el sistema procesal penal
boliviano que no existe segunda instancia, y que el Juez o
el Tribunal de Sentencia son los únicos que tienen facultad
para valorar la prueba, al encontrarse en contacto directo
con la producción de la misma, percibiendo y
comprendiendo como se genera con la participación
contradictoria de las partes; razón por la que el Tribunal de
Apelación se encuentra impedido de revalorizar la prueba,
cuando su facultad es controlar que la valoración de la
prueba hecha por el inferior se encuentre conforme a las
reglas de la sana crítica, vale decir, que en el fundamento
de la sentencia debe encontrarse la experiencia,
conocimiento, entendimiento, lógica y la ciencia del
juzgador en la apreciación de las pruebas. La
inconcurrencia de uno de los elementos mencionados, la
incoherencia, la contradicción o la imprecisión del
fundamento de la apreciación de las pruebas, conlleva la
reposición del juicio, consiguientemente, la formulación de
una nueva resolución; en suma el Tribunal de Apelación
tiene la facultad de que se aplique correctamente las
reglas de la sana crítica. Por lo expuesto, el Tribunal de
Alzada debe disponer la reposición del juicio por otro
Tribunal de Sentencia, quien dictará nueva resolución
valorando la prueba con las reglas de la sana crítica".
En la misma línea el Auto Supremo 200/2012-RRC de 24 de
agosto, donde en casación se acusó que el Tribunal de
apelación, en forma ultra y extra petita anuló la Sentencia y
procedió a dictar una nueva, revalorizando la prueba, valorando
los hechos no probados o inexistentes, sobre una supuesta
conducta antijurídica, quebrantando el principio de inmediación
e intangibilidad de la prueba; de tal cuenta verificada la certeza
de la denuncia, la Sala pronunciante emitió la siguiente doctrina
legal:
“Es necesario precisar, que el recurso de apelación
restringida, constituye un medio legal para impugnar
errores de procedimiento o de aplicación de normas
sustantivas en los que se hubiera incurrido durante la
sustanciación del juicio o en la Sentencia, no siendo el
medio idóneo que faculte al Tribunal de alzada, para
revalorizar la prueba o revisar cuestiones de hecho que es
de potestad exclusiva de los Jueces o Tribunales de
Sentencia; por ello, si el ad quem, advierte que la
Sentencia no se ajusta a las normas procesales, con
relación a la valoración de la prueba y la falta de
fundamentación y motivación, que haya tenido incidencia
en la parte resolutiva, le corresponde anular total o
parcialmente la Sentencia, y ordenar la reposición del
juicio por otro Tribunal”.
Por su parte el Auto Supremo 304/2012-RRC de 23 de
noviembre, se pronunció ante la denuncia de anulación de una
sentencia absolutoria, a partir de una revalorización de la
prueba, la parte recurrente alegó que los de apelación
incursionaron en la relación histórica del hecho, valoraron
testificales asignándoles valor positivo y de forma subjetiva
otorgándoles total credibilidad. En el análisis de fondo la Sala
Penal Segunda del Tribunal Supremo de Justicia, consideró que
el Tribunal de apelación “excediendo la labor que la ley le
asigna, emitió una nueva Sentencia condenando al imputado
que inicialmente fue absuelto una vez desarrollado el acto de
juicio” afirmando que si ese Tribunal “concluyó que la Sentencia
apelada incurrió en defectos…le correspondía anular total o
parcialmente la Sentencia y ordenar la reposición del juicio por
otro Tribunal y no así dictar una nueva Sentencia que en los
hechos expresa inobjetablemente una revalorización de la
prueba, actividad que le está vedada”; de tales
consideraciones, se dejó sin efecto el Auto de Vista recurrido,
emitiéndose la siguiente doctrina legal:
“El Tribunal de alzada al resolver el recurso de apelación
restringida, tiene el deber de ejercer el control de la
valoración de la prueba realizada por el Juez o Tribunal de
Sentencia, a efecto de constatar si se ajusta a las reglas de
la sana crítica y que se halle debidamente fundamentada;
sin embargo, esto no supone un reconocimiento a la
posibilidad de que aquel Tribunal pueda ingresar a una
nueva revalorización y en consecuencia cambiar la
situación jurídica del imputado, de absuelto a condenado o
viceversa; porque de hacerlo desconocería los principios
rectores de inmediación y contradicción que rigen la
sustanciación del juicio penal, incurriendo en un defecto
absoluto no susceptible de convalidación emergente de la
vulneración de los derechos a la defensa y al debido
proceso; debiendo reiterarse que si bien el art. 413 in fine
del CPP, establece que: "Cuando sea evidente que para
dictar una nueva sentencia no es necesaria la realización
de un nuevo juicio, el tribunal de alzada resolverá
directamente", el alcance de la referida disposición legal,
no otorga facultad al Tribunal de apelación de hacerlo
respecto a temas relativos a la relación de los hechos o a
la valoración de la prueba, que al estar sujetos a los
principios citados de inmediación y contradicción, propios
del sistema procesal acusatorio vigente en el Estado
boliviano, resultan intangibles”
El Auto Supremo 0034/2013-RRC de 14 de febrero, tiene
como antecedente un proceso por el delito de Violación de
Niño, Niña o Adolescente (art. 308 Bis del CP), en el que
habiéndose dictado sentencia absolutoria y activado el recurso
de apelación restringida, el Tribunal de alzada revocó el fallo de
grado declarando la culpabilidad del imputado condenándolo a
una pena privativa de libertad de 5 años; situación que motivo
que el mismo recurra en casación denunciando que el Auto de
Vista impugnado, no cumplió con el principio de
fundamentación suficiente y razonable sobre todos y cada uno
de los puntos cuestionados en el recurso de apelación
restringida y su respaldo probatorio, conforme a la exigencia
del art. 124 del CPP; manifestando que fuera contrario a la
doctrina legal establecida en los Autos Supremos 384/2005 de
26 de septiembre y 086/2009 de 18 de marzo. En el análisis de
fondo la Sala Penal Segunda del Tribunal Supremo de Justicia,
consideró que “efectivamente el Auto de Vista impugnado
contradice la doctrina legal establecida en el Auto Supremo 384
de 26 de septiembre de 2005, en resguardo del cual, el Tribunal
de alzada, de considerar vulneradas, en la valoración de las
pruebas, las reglas de la sana crítica, debió ordenar la
reposición del juicio por otro Tribunal”; disponiendo dejar sin
efecto el Fallo del Tribunal de alzada, y emitir la doctrina legal
descrita a continuación:
“…los jueces y Tribunales son los únicos facultados para
realizar la valoración de las pruebas incorporadas durante
el juicio oral, en virtud del principio de inmediación,
estando el Tribunal de alzada impedido de revalorizar las
pruebas, por no ser competente para ello, no siendo la
apelación restringida el medio jerárquico para revalorizar
la prueba o revisar las cuestiones de hecho, actividad
reservada a los Jueces o Tribunales de Sentencia.
Tampoco el sistema procesal admite la doble instancia,
estando limitado el accionar del Tribunal de Apelación
para anular total o parcialmente la sentencia y ordenar la
reposición del juicio por otro Juez o Tribunal, cuando no
sea posible reparar directamente la inobservancia de la
Ley o su errónea aplicación, debiendo indicar el objeto
concreto del nuevo juicio cuando la nulidad sea parcial; o,
en su caso, cuando sea evidente que para dictar una
nueva sentencia no sea necesaria la realización de un
nuevo juicio, puede resolver directamente. Sin embargo,
se vulneran los derechos a la defensa y al debido proceso,
reconocidos por el art. 115.II de la CPE, y se incurre en
una inadecuada aplicación de los arts. 413 y 414 del CPP,
cuando el Tribunal de alzada, revalorizando la prueba
rectifica la Sentencia, cambiando la situación jurídica del
imputado, de absuelto a condenado o viceversa; decisión
que al desconocer los principios de inmediación y
contradicción, incurre en defecto absoluto no susceptible
de convalidación.
III.1.2 Sobre la valoración de la prueba
Conforme a los entendimientos glosados son los jueces o
tribunales de sentencia los que tienen amplias facultades para
efectuar el análisis del material probatorio en cada caso
concreto. El Tribunal de apelación se limita a revisar
esa valoración privilegiando los principios de autonomía e
independencia judicial.
No obstante ello, esa facultad debe observar los principios de la
sana crítica, atendiendo necesariamente criterios de
objetividad, racionalidad, legalidad y motivación, entre otros,
respetando las reglas establecidas por la Constitución Política
del Estado y en el CPP, lo contrario, sería entendido como
arbitrariedad judicial, que es lo que supuestamente habría
acontecido en el caso dado que según la denuncia del
recurrente el tribunal de apelación en la resolución
impugnada realizó una revalorización caprichosa y arbitraria de
las pruebas producidas en el juicio y valoradas en la Sentencia.
Como se ha sostenido la independencia y la autonomía judicial
en la valoración probatoria son principios esenciales en la
administración de justicia penal, pero no tienen carácter
absoluto, pues los jueces y tribunales de sentencia están
obligados a motivar sus fallos, exponiendo las razones que los
llevan a declarar un hecho como probado o no, para ello
tienen que circunscribirse a las reglas de la sana crítica y a los
criterios lógicos derivados de la ciencia y de la experiencia y,
justamente será el tribunal de apelación el que controlará si
esas exigencias fueron cumplidas a tiempo de valorar la
prueba, debiendo quedar claro que se produce
el desconocimiento de las reglas de la sana crítica cuando
el juez o tribunal se separa de los hechos probados adoptando
un fallo a su arbitrio, contra las evidencias. La valoración
probatoria defectuosa acontece cuando se presenta una
incongruencia entre lo probado y lo resuelto.
No obstante, no se pueden desconocer que existen ciertos
límites y dificultades probatorias que impiden a la autoridad
jurisdiccional llegar a hechos probados con grado de certeza,
representados ampliamente en las diferencias que se encuentra
entre los conceptos de verdad procesal y verdad sustancial. En
este tipo de asuntos, que no son pocos, en los cuales la certeza
probatoria no es absoluta, juegan un papel aún más decisivo las
reglas de la sana crítica, la lógica, la ciencia y la experiencia.
Por ser pertinente para la solución del presente asunto, es
importante destacar las dificultades probatorias en materia de
asuntos que involucran violencia sexual y la necesidad de la
aplicación de las referidas reglas, para acercar la verdad
procesal a la justicia material.
III.3. Dificultades y límites probatorios en materia de violencia
sexual.
Como se estableció por la obligación de motivación que tienen
los jueces y tribunales de sentencia en materia penal, éstos
deben realizar la valoración probatoria a partir de las pruebas
aportadas en el juicio oral que, en principio, les permita llegar a
declarar un hecho probado “más allá de toda duda razonable”.
Sin embargo, lo anterior no implica que “lo probado” sea
necesariamente lo cierto o lo indiscutible.
En ese ámbito la duda razonable está relacionada con lo se
entiende por razonable lo que obviamente excluye el arbitrio o
el capricho del juez o tribunal, pues sus actuaciones están
condicionadas a la existencia de razones legítimas en el marco
de la Constitución y la ley; lo que no equivale, a lo cierto o lo
indiscutible, sino a lo aceptable para las partes gozando de
suficientes condiciones para el intercambio de esas razones
jurídicamente relevantes y socialmente adecuadas.
Ahora bien, cuando se trata de la evaluación probatoria en
materia de violencia sexual, la categoría de “certeza más
allá de toda duda razonable” no puede constituirse en una
barrera judicial para las víctimas de este tipo de violencia. Los
delitos de violencia sexual traen implícitas dificultades y límites,
que no son tenidos en cuenta por las normas procesales ni por
los jueces y tribunales, afectando la neutralidad a la que debe
aspirar el derecho como sistema, y redundan en la
desprotección de los derechos fundamentales de las víctimas
en estos asuntos.
Estas dificultades y límites emergen de la peculiaridad del delito
de violencia sexual, deben ser superados por los jueces y
tribunales debido a que: (i) Los bienes jurídicos que se pretende
proteger son la vida, la dignidad y la integridad personal de
todo ser humano que haya sido sometido a esta clase de
violencia; y, (ii) las dificultades y límites probatorios, que se
presentan por factores como: a) las condiciones en que se
produce la violencia sexual (intimidad, clandestinidad, ausencia
de testigos, sesgos de género etc.); b) la tensión entre la
necesidad de las pruebas periciales y la intimidad física y
psicológica del agredido, c) la vergüenza y el temor que pueden
sentir las víctimas antes y después de la denuncia; d) las
actuaciones de los entes investigativos y judiciales frente a las
víctimas de este tipo de violencia, muchas veces permeada por
estereotipos discriminatorios de toda índole, entre otros.
Por lo mismo, ante ese conjunto de límites y dificultades
derivados de la violencia sexual, la autoridad judicial no
sólo puede obtener una prueba o demostración irrefutable
de los hechos, por lo que debe elaborar hipótesis sobre
los mismos y aplicar criterios de racionalidad y
razonabilidad que permitan establecer la fuerza y el grado
de confirmación de las mismas. Adicionalmente, el nivel
de confirmación de la hipótesis es una cuestión de grado
que se da a partir del balance de las probabilidades; razón
por la cual, el juzgador debe argumentar y derivar del
material probatorio la fortaleza o debilidad de la hipótesis
que acoge o rechaza en cada caso concreto.
En ese orden en los procesos por violencia sexual cobran
especial importancia determinados medios de prueba,
tales como: i) los dictámenes periciales, que le
permiten al juez incorporar máximas de la experiencia
ajenas a su conocimiento profesional por su carácter
técnico y especializado; ii) los indicios, dado que el abuso
suele producirse en circunstancias en las que no hay
testigos directos ni rastros fisiológicos de los hechos; y,
muy especialmente, iii) el testimonio de las víctimas,
pues frecuentemente es el único elemento probatorio
disponible, también por las condiciones en que ocurren
los hechos.
En este punto, la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos, Acceso a la Justicia para mujeres víctimas de
violencia en las américas se ha referido a la labor de
valoración de la prueba en los delitos de violencia
sexual, señalando lo siguiente:
138. La CIDH ha verificado la necesidad de considerar
pruebas más allá de la constatación médica de
lesiones físicas y la prueba testimonial para poder
fundamentar casos de violencia contra las mujeres,
sobre todo los casos de violencia sexual. Las Reglas
de Procedimiento y Prueba de la Corte Penal
Internacional se pronuncian sobre factores que
pueden inhibir a una víctima de resistir físicamente
una agresión sexual, aun cuando no ha consentido al
acto, y cómo estos factores deben ser considerados en
un proceso judicial. De acuerdo a las reglas, estos
factores pueden incluir: "la fuerza, la amenaza de la
fuerza, la coacción o el aprovechamiento de un
entorno coercitivo" que hayan disminuido la capacidad
de la víctima para dar un consentimiento "voluntario y
libre". Igualmente, la Corte Europea de Derechos
Humanos en el caso de M.C. v. Bulgaria, aduce una
serie de circunstancias que pueden inhibir la
resistencia física de la víctima, incluyendo el ambiente
de coerción creado por el agresor, lo cual se traduce
en la inexistencia de prueba directa y testimonial de la
agresión sexual. Por tanto, informes médico-legales
que se limitan a observaciones físicas, como la
determinación de la integridad del himen de la
víctima, son sólo una parte del conjunto de pruebas
que deben ser evaluadas para esclarecer los hechos
en un caso de violencia sexual.

139. La CIDH asimismo ha tomado conocimiento de


las demoras en tomar pruebas después de la agresión,
lo que presenta desafíos claves, sobre todo en materia
probatoria, ya que el paso del tiempo dificulta la
obtención de prueba testimonial idónea, y afecta la
posibilidad de realizar pruebas periciales. Asimismo,
se reporta la no incorporación de evidencias
proporcionadas por las víctimas o por familiares de las
víctimas a los expedientes en casos de violencia
contra las mujeres y la negación de los Estados de
proveer información sobre el proceso de investigación.
Adicionalmente se registra una recopilación y
procesamiento parcializados de las evidencias y una
ausencia de personal capacitado y especializado para
conducir las pruebas y los peritajes necesarios en
estos casos.
En conclusión, si bien es evidente que, por regla general, el juez
o tribunal declara un hecho como probado cuando llega a la
certeza más allá de toda duda razonable. Sin embargo, en
asuntos en los cuales es necesario probar la ocurrencia de
violencia sexual, esta exigencia tiene un estándar diferente de
aplicación, en razón a las ya referidas dificultades implícitas que
este tipo de violencia trae consigo, y que deben tenerse en
cuenta al momento de efectuar la valoración del acervo
probatorio.
III.4. Análisis del caso concreto
Como se tiene detallado, el reclamo o agravio en casación es
porque se anuló la sentencia que absolvió al recurrente de la
comisión del delito de violación previsto y sancionado por el art.
308 del CP con relación al 310 inc. g) de la misma disposición
legal, revalorizando prueba y realizando consideraciones ultra
petita, vulnerando el debido proceso en su elemento debida
motivación y fundamentación y valoración de la prueba.
A respecto, es claro conforme lo disponen los arts. 329 y 330
del CPP, asumir que el juicio oral es la fase esencial del proceso,
que se realiza sobre la base de la acusación, en forma
contradictoria, oral, pública y continúa, con la presencia
ininterrumpida de los jueces y todas las partes. Por el principio
de inmediación deben desfilar las pruebas y realizarse el debate
contradictorio respecto a las mismas; aspectos que por
cuestiones lógicas es irrepetible a posterioridad.
Por lo mismo, la valoración probatoria es facultad privativa de
los Jueces y Tribunales de Sentencia, quienes por el principio de
inmediación y contradicción se hallan en relación directa con las
partes y los elementos de prueba –testigos, peritos, etc.-,
siendo los únicos quienes, a través de una fundamentación
probatoria, tienen la facultad de otorgar determinado valor
(positivo o negativo) a las pruebas sometidas a su
conocimiento, en base a los cuales forma su convicción sobre la
existencia o no de un hecho ilícito y la responsabilidad penal del
imputado. El Tribunal de alzada al resolver el recurso de
apelación restringida, conforme se ha establecido en el FJ. III.2.,
no puede volver a valorar la prueba sino realizar el control de
que la valoración de la prueba realizada por el Juez o Tribunal
de Sentencia se encuentre conforme a las reglas de la sana
crítica, respetando la independencia y la autonomía judicial,
que no tiene carácter absoluto, porque el tribunal de sentencia
debe motivar su fallo, exponiendo las razones que lo llevaron a
declarar un hecho como probado o no, circunscribiéndose a las
reglas de la sana crítica y a los criterios lógicos derivados de la
ciencia y de la experiencia. En esa labor de revisión, el tribunal
de apelación también tiene que aplicar las reglas de la sana
crítica y lo criterios lógicos derivados de la ciencia y la
experiencia y si advierte que la valoración de la prueba
realizada por el inferior es incoherente, contradictoria,
imprecisa, parcializada, injusta y vulneratoria de derechos y
garantías debe disponer la reposición del juicio,
consiguientemente, la formulación de una nueva resolución.
Por otra parte, debe enfatizarse que el tribunal de apelación
cuando realiza la labor de control de la valoración de la prueba
en los procesos penales por violencia sexual tiene que tener en
cuenta que en estos casos la evaluación probatoria no
responde a la categoría de certeza más allá de toda
duda razonable dadas las dificultades implícitas y la
necesidad de protección reforzada de las víctimas de
estos delitos así como la aplicación de la perspectiva de
género en este juzgamiento dado que la víctima es una mujer
de 13 años de edad.
Como ya se ha establecido, en el caso el imputado cuestiona el
Auto de Vista 20/2019 de 31 de mayo, pronunciado por la Sala
Penal Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de
Oruro, porque para disponer la nulidad de la Sentencia que
lo absolvía y ordenar el reenvío del juicio habría -dice-
revalorizado prueba y considerado nuevos elementos,
planteando tres observaciones puntuales: (i) no consideración
de los resultados de las pruebas científicas: toxicológica,
biológica y genética cuando la última lo excluyó como autor del
hecho; tampoco se consideró la impericia de la Médico Forense
Wilma Petrona Gabriel Ramos, que fue desacreditada en juicio
por carecer de Título Académico Forense; (ii) el Auto de Vista
afirmó que al tratarse de un delito de violación no era posible
que el Tribunal de Sentencia hubiera pronunciado absolución,
cuando el hecho debe probarse para determinar la autoría y
responsabilidad penal, la gravedad del hecho no puede
establecer la condena de un ciudadano, basándose en
normativa penal nacional y convenios internacionales, bajo el
concepto de velar el interés superior de la minoridad y en
contra de la prueba científica demostrada en juicio. iii)
Respecto a la prueba de credibilidad de testimonio, habiendo
concluido en que el testimonio de la menor (victima) es
probablemente creíble, el Tribunal de alzada le habría asignado
una interpretación sesgada, siendo el resultado concluyente
(existe la probabilidad de credibilidad de testimonio) y
olvidándose del principio indubio pro reo.
Con relación al primer reclamo respecto a la supuesta
revalorización de la prueba hay dos situaciones que no son
claras en el planteamiento casacional, pues el imputado por
una parte, observa el hecho de que no se
consideraron los resultados de las pruebas científicas:
toxicológica, biológica y genética; y por otra observa la
credibilidad de la Médico Forense Wilma Petrona Gabriel Ramos,
afirmando además que por la prueba genética le habría
excluido como autor del hecho y que el Auto de Vista de
manera reiterada aludió a las pericias toxicóloga, biológica y
genética.
Si bien, el agravio no es claro, revisado el Auto de Vista puede
establecerse que la Sala de apelación analizó la valoración
realizada por el Tribunal de sentencia respecto a los hechos que
consideró probados observando de inicio el error de la
consideración del Tribunal de sentencia de que el tipo penal
atribuido al imputado exige la existencia de acceso carnal,
haciendo notar al respecto que ese criterio era equivocado e
irrazonable dada la clara descripción que hace la norma
sustantiva y que sin duda anticipaba criterio, exponiendo al
respecto las razones de porqué estaba equivocada esa
apreciación conforme la tipificación del delito que hace la
norma sustantiva.
Luego, el tribunal de apelación se refirió a la valoración de la
prueba realizada por el Tribunal de sentencia empezando por el
certificado médico forense, sobre el que señaló que el himen de
la menor víctima tenía un desgarro antiguo, concluyendo que la
menor ya había tenido relaciones sexuales, por lo tanto, debía
absolverse al imputado. También se refirió al estudio genético
que estableció que no se encontró el ADN del imputado en las
muestras obtenidas de la menor, concluyendo también en su
absolución; asimismo se refirió al dictamen pericial de
toxicología forense, cuya conclusión señaló que en la muestra
no se detectó la presencia de sustancias hipnótico sedante
concluyendo que la menor no fue sedada.
Sobre esas conclusiones del Tribunal de sentencia, el Auto de
Vista observó que no podía exigirse la existencia de un
desgarro de himen reciente y por lo mismo el hecho de que la
menor presente un desgarro antiguo no podía ser sustento para
una absolución, aclarando al respecto que la misma perita
aclaró que el desgarro no sólo fue producto de una relación
sexual sino también de otras circunstancias como una caída.
Respecto al hecho de no haberse encontrado antígeno
prostático en el estudio científico del ADN no era absoluto para
desechar la teoría de la acusación fiscal, esto en el espíritu de
la norma sustantiva del art. 308, 308 bis ambos del CP, pues la
agresión sexual se consumó en la casa del acusado, siendo el
mismo responsable de todo lo que aconteció con la menor
desde el momento que la llevó a su domicilio, extremo que no
fue considerado por el Tribunal de Sentencia.
Sobre la contradicción de la declaración de la menor en la que
se amparó el Tribunal de sentencia para no considerarla, señaló
que ese argumento no era consistente porque no se tuvo en
cuenta que la menor víctima integra el grupo vulnerable,
habiendo incluso aclarado esas contradicción en su segunda
declaración; incidiendo en que los elementos de prueba debían
ser compulsados con carácter reforzado amplio y favorable y no
incurrir en una valoración irracional, los elementos de
convicción debían gozar siempre de la presunción de veracidad,
por tratarse de una menor víctima de 13 años de edad que
integra el grupo vulnerable.
Para iniciar el análisis, es pertinente hacer notar que el tribunal
de apelación dio aplicación al art. 413 del CPP, en
consecuencia, anuló la sentencia absolutoria pronunciada a
favor del imputado y ordenó la reposición del juicio por otro
tribunal, en ese sentido no resolvió sobre la responsabilidad
penal del imputado, ahora recurrente.
Las observaciones realizadas por el Tribunal de apelación y que
corresponden a hechos que el Tribunal de sentencia consideró
como probados son atinentes y corresponden al control de
legalidad respecto de la valoración de la prueba que es
atribución de alzada, pues efectivamente la afirmación de que
si no existe acceso carnal no hay delito no es evidente y
muestra un desconocimiento notorio de los elementos
constitutivos del tipo penal de violación que afecta los derechos
de la víctima y a todas luces anticipa criterio. El hecho de hacer
prevalecer la íntima convicción de los juzgadores, sobre la
experticia, claramente muestran una conducta abiertamente
caprichosa que no puede ser aceptada.
Este tribunal no quiere dejar pasar la oportunidad para referirse
a la valoración discriminatoria y con sesgo de género que se
realizó en el caso cuando se pretendió desacreditar moralmente
a una menor al señalarse que como el desgarro del himen era
antiguo la menor ya hubiera tenido relaciones sexuales previas,
conclusión irrazonable y discriminatoria a todas luces con sesgo
de género, dejando de lado la segunda conclusión de ese
certificado que da cuenta que la menor presentaba la
membrana himenal contusa, por lo tanto la valoración fue
irrazonable, ilógica, discriminatoria y desigual, por lo que
efectivamente se vulneraron las reglas de la sana critica.
Asimismo, el tribunal de apelación observó que no se hizo un
análisis conjunto de toda la prueba aportada, pues si bien existe
un estudio genético que establece que en las muestras no se
encontró el ADN del imputado, no consideró el hecho de que la
menor fue llevada por el imputado a su domicilio donde pasó la
noche y donde según denuncia la menor el imputado le hizo
beber un té y que después de ello ya no recordaba nada de lo
que pasó despertándose al día siguiente en la cama desnuda y
con dolor del cuerpo, mismo día cuando fue encontrada y
sometida a la valoración médico legal y se le tomaron
muestras, aspectos que debieron ser aclarados en el juicio. Es
claro que en el caso no se aplicó el estándar que debe usarse
en casos de violencia sexual, que fue reseñado líneas arriba, y
bajo el cual en este tipo de asunto no les era dable la exigencia
de una sola y única prueba o evidencia física del acceso carnal
sino el análisis conjunto de todos los elementos de prueba, con
especial énfasis en la declaración de la víctima. Estas
observaciones demuestran que no se tienen en cuenta las
dificultades y límites probatorios inherentes a los casos que
involucran violencia sexual.
Respecto a la cuestionada valoración de la declaración de la
menor, este Tribunal concuerda con el Tribunal de apelación de
que su valoración no fue razonable, pues como bien señala el
Auto de Vista impugnado la sentencia se limitó a descreditar
esa declaración por la contradicción respecto a la sustancia que
le hubiera dado a beber el imputado a la víctima y por las hora
que dijo la víctima que salió de la casa del mismo imputado al
día siguiente, elementos que muestran una vez más la
parcialidad y la discriminación respecto a la menor víctima,
dejando de lado la importancia de esta declaración para la
aclaración del caso, cuya valoración con las peculiaridades en
los casos de violencia sexual que de ninguna manera afecta
al indubio pro reo.
Con relación al reclamo de que el Tribunal de apelación hubiera
afirmado que al tratarse de un delito de violación no era posible
pronunciarse absolución, no es evidente, por el contrario, la
Sala departamental asumió esa conclusión después de haber
observado la valoración de la prueba en el caso concreto,
exteriorizando sus observaciones a dicha valoración en
aplicación de la sana crítica, haciendo observaciones concretas
y fundamentadas. Por otra parte, debe aclararse que tratándose
de menores víctimas los jueces y tribunales están obligados a
aplicar no sólo la normativa nacional, sino también el bloque de
constitucionalidad, por expreso mandato de la CPE y el propio
CPP.
Evidentemente, en estos casos la tarifa legal que puede
emerger de los dictámenes periciales ni la íntima convicción, ni
incluso la certeza más allá de toda duda, son las formas de
evaluación probatoria para los delitos de abuso sexual. Como se
explicó, en estos casos, se debe hacer una evaluación conjunta
e integral, de acuerdo a las reglas de la sana crítica, de i) los
dictámenes periciales, ii) los indicios y iii) el testimonio de la
víctima. Además, se debe seguir la lógica para confirmar o
rechazar las hipótesis derivadas del material probatorio y
realizar un correcto balance de las probabilidades, aspectos
que en el análisis de esta Sala tuvo en cuenta el Tribunal de
apelación al realizar el control de la valoración de la prueba.
En mérito a lo expuesto, este Tribunal considera que no
son evidentes las vulneraciones reclamadas, habiendo el
tribunal de apelación fundamentado debidamente su decisión
habiendo realizado el control de la legalidad de la prueba,
ordenando el reenvío del juicio, sin haber revalorización prueba
alguna como se acusa.
POR TANTO
La Sala Penal del Tribunal Supremo de Justicia, en aplicación de lo
previsto por el art. 419 del CPP, declara INFUNDADO el recurso de
casación interpuesto por Christian Francisco Huacota Copa, de fs. 156
a 160.
Regístrese, hágase saber y devuélvase.
FDO.
Magistrado Relator Dr. Olvis Eguez Oliva
Magistrado Dr. Edwin Aguayo Arando
Secretario de Sala M.Sc. Abog. Rommel Palacios
Guereca
o 2179/2020 de 17 de febrero sobre violación

También podría gustarte