Memorias Cruzadas de La Guerra Colonial

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 22

MEMORIAS CRUZADAS DE LA GUERRA

COLONIAL PORTUGUESA Y LAS LUCHAS DE


LIBERACIÓN AFRICANAS: DEL IMPERIO A LOS
ESTADOS POSCOLONIALES

CROSSED MEMORIES OF THE PORTUGUESE


COLONIAL WAR AND THE AFRICAN LIBERATION
FIGHTS: FROM THE EMPIRE TO THE
POSCOLONIAL STATES

Miguel CARDINA y Bruno Sena MARTINS*


Universidade de Coimbra

Resumen: Entre los años 1974 y 1975, el fin de un ciclo de conflictos armados


entre el Estado portugués y los movimientos de liberación africanos daría origen a dos
importantes transformaciones: en Portugal, la ruptura con la dictadura del Estado Novo;
en las antiguas colonias africanas, el surgimiento de un conjunto de naciones nuevas
marcadas por el anticolonialismo. Este artículo propone examinar cómo se ha confor-
mado en Portugal la memoria de la guerra colonial confrontándola con una historia
colonial más amplia, caracterizada por una memoria selectiva que tiende a suprimir la
dimensión violenta del proceso. Esas «políticas de silencio» se oponen a las «políticas
de exaltación» de las luchas de liberación nacional que, surgiendo de los antiguos ter-
ritorios colonizados, fueron institucionalizando versiones de la historia y horizontes de
memoria alternativos.

Palabras clave: Colonialismo, anticolonialismo, memoria histórica, políticas de la


memoria, Portugal, África.

*
Este artículo ha ido elaborado en el ámbito de los proyectos CROME –Crossed Memories,
Politics of Silence. The Colonial-Liberation War in Postcolonial Times–, financiado por el
European Research Council en el ámbito del programa marco comunitario de investigación
e innovación Horizonte 2020 de la Unión Europea (StG-ERC-715593) y ECHOES –
Historicising Memories of the Colonial War–, financiado por la Fundação para a Ciência e
a Tecnologia (IF/00757/2013). El texto original portugués ha sido traducido al español por
María Luisa Aznar Juan. Los autores son investigadores del Centro de Estudios Sociais de la
Universidade de Coimbra. [email protected]; [email protected]

ÉNDOXA: Series Filosóficas, n.o 44, 2019, pp. 113 - 134. UNED, Madrid
114 Miguel Cardina y Bruno Sena Martins

Abstract: In 1974/75, the end of a cycle of armed conflict between the Portuguese
state and the African liberation movements would lead to two important changes: in
Portugal, the break with the Estado Novo dictatorship; in the former African colonies,
the emergence of a set of new nations marked by the anticolonialism. This article
proposes to examine the memory of colonial war in Portugal confronting it with a
wider colonial history, marked by a memorial selectivity that tends to erase the violent
dimension of the process. These «politics of silence» are confronted with the «politics
of exaltation» of the national liberation struggles that, from the former colonized terri-
tories, were instituting alternative regimes of historicity and memory horizons.

Key words: Colonialism, Anticolonialism, Historical Memory, Politics of Memory,


Portugal, Africa.

A partir de 1961 tienen lugar las guerras coloniales entre Portugal y los dife-
rentes movimientos de liberación, cuyo objetivo era conseguir la independencia
de los territorios africanos que estaban bajo el dominio colonial. La guerra,
como último estertor de un Imperio ya anacrónico, se extendió en tres frentes,
primero en Angola y después en Guinea y Mozambique. En Portugal cientos de
miles de jóvenes fueron arrancados de la «Metrópolis» para luchar en una guerra
lejana. A esta realidad se sumarían los contingentes de reclutamiento locales,
que se incorporaron al ejército portugués bajo un proceso de «africanización» de
las fuerzas armadas portuguesas que creció a medida que avanzaba la contienda.
Los trece años de conflicto resultaron en más de 8.000 soldados muertos y unos
30.000 heridos solo en las tropas portuguesas. No existen datos completos y
fiables sobre las víctimas que hubo entre la población civil y los guerrilleros de
los movimientos de liberación.

Nacida en la gesta de las luchas anticoloniales de la post Segunda Guerra


Mundial este extenso conflicto armado serviría, directa o indirectamente, como
antecámara definidora de la independencia de Angola, Cabo Verde, Guinea-Bis-
sau, Mozambique y Santo Tomé y Príncipe. A pesar de las diferencias históricas
entre los territorios, las guerras de liberación fueron la marca fundacional, non
exenta de ambigüedades, de la creación de las nuevas naciones. Como puso en
evidencia el historiador João Paulo Borges Coelho, es necesario integrar también,
en el análisis de los conflictos civiles que surgieron tras la independencia, el papel
que tuvo el «potencial de violencia» que la militarización de los espacios colo-
niales había originado durante la guerra (Coelho, 2003). Si todavía es evidente
el impacto del pasado colonial en la definición de las fronteras geográficas, en

ÉNDOXA: Series Filosóficas, n.o 44, 2019, pp. 113 - 134. UNED, Madrid
Memorias cruzadas de la guerra colonial portuguesa y las luchas de liberación... 115

la falta de inversión económica y de infraestructuras y en el muy bajo nivel de


alfabetización de la población, la guerra, además de producir una propagación
considerable de las armas en el país, causó grandes movimientos de desplaza-
miento de las poblaciones y flujos de migración interna que dejaron a los nuevos
países el desafío de acomodar a un número muy significativo de desplazados y
refugiados (Chabal, 2002: 30-50). De hecho, el lastre histórico que cargaban
las sociedades de las excolonias tiene un peso ineludible en su pasado colonial,
aunque haya sido frecuentemente desvalorizado en el análisis y la percepción
pública sobre el presente de estos países.

La guerra es el origen en Portugal de la creación del Movimiento de las


Fuerzas Armadas (MFA), que el 25 de abril de 1974 provocará el golpe militar
que derrumbaría la larga dictadura del Estado Novo y que abriría el camino a
un período revolucionario que marcará genéticamente la democracia portuguesa
(Rosas, 2016: 79). Hasta el momento actual el significado de la guerra se ha
establecido a través de diferentes instancias de memorialización y olvido, que la
definen como insurgencia fundadora, doloroso epílogo del imperio o episodio
último de una vasta historia de violencia colonial.

1. Violencia colonial, memoria y eurocentrismo

En este sentido, apelar a las historias que se cruzan y las memorias que sobre-
vivieron a las diferentes latitudes de la guerra es, igualmente, una manera de no
apagar los tiempos de la violencia colonial en cuanto un elemento constitutivo
de la secular empresa ultramarina de ultramar de Portugal, como nos recuerdan
las impresionantes cifras del tráfico atlántico de esclavizados (Bethencourt, 2013:
188)1. Este designio nos confronta con las políticas del silencio con las que los
estados europeos, instalados en una memoria eurocéntrica, se relacionan, aun
conservando la difícil etiqueta de la violencia colonial como parte de las nar-
rativas fundadoras del capitalismo global y la modernidad occidental. Se trata,
de algún modo, de confrontar las «líneas abismales de la modernidad» (Santos,
2014) con la evidencia de que Portugal, lejos de estar aislado en su vínculo
con una desmemoria aprendida, comparte con muchos otros antiguos imperios
coloniales europeos una descolonización por cumplir, aquella que resultaría del

1
Véase también http://www.slavevoyages.org/

ÉNDOXA: Series Filosóficas, n.o 44, 2019, pp. 113 - 134. UNED, Madrid
116 Miguel Cardina y Bruno Sena Martins

pleno reconocimiento de la senda colonial como parte central de la experiencia


de la modernidad occidental.

En las sociedades cuyas representaciones del pasado reposan en una matriz


eurocéntrica encontramos, reiteradamente, como rasgo característico una pro-
funda omisión de la violencia colonial que forjó el sistema-mundo moderno,
iniciado con la expansión colonial europea. Nos referimos a una violencia que,
además de genocidios, conversiones forzadas, eliminación de identidades perso-
nales y colectivas, desaparecimiento de lenguas y culturas ancestrales, guerras y
procesos de esclavitud, siempre se articuló con una violencia racial que tutela las
relaciones más básicas de la vida cotidiana, creando mundos en los que, como
decía Frantz Fanon, el sujeto colonial tenía que aprender, antes que nada, a que-
darse en su lugar, a no sobrepasar sus límites (2004: 15).

El desafío de superar una memoria pública establecida sobre los términos


dominantes de la modernidad eurocéntrica es triple. En primer lugar, implica
que consideremos como elementos constitutivos de la realidad material, simbó-
lica y política, que hegemónicamente se denomina «Occidente», toda una suerte
de historias e instituciones que han tenido lugar fuera de los límites que definen
ahora la geografía europea. Aquí el reto no es solo el de reconocer realidades
sociales e históricas que han sido silenciadas, sino el de convocar, traduciendo
visiones del mundo que permanecen ininteligibles dentro de los ceñidos modos
de representar una alteridad que ha sido relegada, según las demandas cognitivas
y materiales de una idea de Europa y su proyecto colonial (Said, 1997; Mudimbe,
1998; Dussel, 1995).

En segundo lugar, implica el rechazo a la arrogancia celebratoria que ve


en Europa la cuna de una civilización con vocación liberadora y universalista,
denunciando la insostenibilidad de un linaje que consagra, como preciosos y
singulares legados europeos, el renacimiento iluminista, la democracia y los dere-
chos humanos (Fanon, 2004; Nkrumah, 1973; Mutua, 2001; Rajagopal, 2009).
Se trata de reconocer y superar el prejuicio colonial, que impide que el mundo
eurocéntrico aprenda de las experiencias y los conocimientos de las personas que
han sufrido y sufren, en las diferentes regiones del mundo, las iniquidades de un
panorama global fuertemente organizado según los principios de las ambiciones
universalistas de la modernidad occidental (Santos, 2018). Tales conocimientos
son esenciales para confrontar los procesos de elisión promovidos por la empresa
colonial, exponer las resistencias que le sobrevivieron y, finalmente, para mostrar
cómo el Sur Global sigue siendo el espacio donde se sufren, en primer lugar,

ÉNDOXA: Series Filosóficas, n.o 44, 2019, pp. 113 - 134. UNED, Madrid
Memorias cruzadas de la guerra colonial portuguesa y las luchas de liberación... 117

los efectos de las fuerzas históricas mundiales, orquestadas por el capitalismo


moderno; siendo, además, el lugar donde a menudo se prefiguran las luchas y
tensiones que marcan el futuro del Norte Global (Comaroff y Comaroff, 2012).

En tercer lugar, el rescate de una memoria no eurocéntrica implica consi-


derar de una manera sofisticada la contradicción, sumamente cartografiada por
Partha Chatterjee (1986; 1993), que se refiere a cómo las luchas anticoloniales
encontraron en el Estado-Nación moderno, de matriz occidental, el modelo en
el que asentaron las comunidades imaginadas que emergían del colonialismo. Si,
por un lado, la concepción de nuevas comunidades se rindió a la forma moderna
occidental, asumida por los estados poscoloniales que resultaron de la indepen-
dencia, por otro, esto se llevó a cabo a través de una afirmación de culturas e
historicidades que se idearon exactamente contra las jerarquías impuestas por la
dominación colonial. Esto implica reconocer que, desde una dimensión formal e
institucional, el nacionalismo anticolonial mimetizó la movilización de recursos
hegemónicos que sedimentan la idea de Estado: bandera, himno, héroes, historia
nacional. Aun así, de manera a veces paradójica, consagró al «dominio espiritual»
un lenguaje capaz de contraponerse y visibilizar políticamente la violencia del
colonialismo y de forjar una comunidad capaz de sobrevivirle en un escenario
poscolonial.

Los pasados de guerra y la violencia, dependiendo de las comunidades de


memorialización, quedan sintetizados en espacios sociales de celebración y
denuncia o se apagan, como si no existieran. La compleja relación entre los
testimonios de la guerra, que existen a partir de diferentes biografías, cuerpos y
lugares de enunciación, su implicación en la transformación de subjetividades
y la fuerza de las comunidades políticas para determinar de forma recursiva la
revisita de lo que fue creado y aniquilado nos muestra cómo los Estado-Nación
europeos, en su relación con el colonialismo, constituyen, desde nuestro punto
de vista, mundos proverbialmente situados.

2. La guerra colonial y las políticas del silencio en Portugal

A la vez que podemos identificar la denegación de la violencia colonial en


Portugal como parte de una narración eurocéntrica, contagiada por un modelo
de poder colonial que Aníbal Quijano (2005) denominó colonialidad, es de
máxima relevancia comprender de qué modo esa narrativa nos remite a las

ÉNDOXA: Series Filosóficas, n.o 44, 2019, pp. 113 - 134. UNED, Madrid
118 Miguel Cardina y Bruno Sena Martins

características específicas del imperio portugués y las circunstancias que con-


dujeron a su decadencia. El hecho de que el fin del colonialismo portugués
haya sido consecuencia de un largo conflicto armado que movilizó importantes
recursos y contingentes militares, hace que la guerra colonial se configure como
un estudio de caso singular sobre cómo una nación post-imperial y democrática
logró formarse dándole la espalda a la guerra que la engendró. Las razones del
silenciamiento de la violencia colonial y, a su vez, de la guerra como una de sus
expresiones últimas y particulares, tienen una historicidad propia que se articula
con la forma en que Portugal imaginó su relación colonial. Ya definida como
un «impensado» (Lourenço, 2014), esa relación fue siendo encubierta por nar-
rativas ideológicas que consistieron en la naturalización de lo colonial a través
de dispositivos jurídicos, políticos, sociales y discursivos que lo caracterizan y lo
representan como no-colonial.

El conflicto denominado «guerra colonial» y también «guerra de ultramar»


–esta última expresión usada por el Estado Novo que todavía persiste en deter-
minados sectores sociales y militares– nunca tuvo una presencia en el espacio
público en Portugal que correspondiese a su impacto social y político. Sin embar-
go, tal desaparición pública permanecería tras la implantación de la democracia,
a pesar de los cientos de miles de soldados, a los que se sumarían las poblaciones
residentes en los territorios coloniales, que regresaron con vívidos recuerdos de
la guerra o del derrumbe del Imperio. Cabe, por tanto, entender las razones que
pudieron cimentar una desmemoria constitutiva, ya sea en lo que se refiere a una
historia de siglos de colonialismo, ya sea en lo que se refiere a la guerra colonial.

En primer lugar, cabe destacar la relevancia que asumieron los denominados


«Descubrimientos», o sea, las exploraciones marítimas de los siglos XV y XVI en
la definición de una identidad colectiva épica, teñida de valor y universalismo y
regularmente convocado. Esta idea de una nación que «dio nuevos mundos al
mundo» surge evocada, aún hoy, en los más diferentes ámbitos: en la política, el
deporte, el turismo o la publicidad. Asimismo, considerada frecuentemente por
el sentido común como un momento preliminar, casi sinónimo del proceso de
colonización, corresponderá en el marco del llamado «Tercer Imperio» (o sea, el
ahondamiento de la presencia colonial en África) como antecámara legitimadora
del papel civilizador y cristianizador de Portugal. Esta idea de una época áurea
de los Descubrimientos comenzó a adquirir relevancia a finales del siglo XIX,
destacándose en ese proceso el momento de la conmemoración del Tricentenario
de Camões, autor de la epopeya en verso Os Lusíadas, obra del siglo XVI.

ÉNDOXA: Series Filosóficas, n.o 44, 2019, pp. 113 - 134. UNED, Madrid
Memorias cruzadas de la guerra colonial portuguesa y las luchas de liberación... 119

Curiosamente, el acontecimiento fue dinamizado por sectores republicanos


que se basaron en las grandes fiestas civiles de la República Francesa y que se
apropiarían de este nuevo imaginario nacional exaltante de una época heroica,
políticamente movilizado en el contexto del Ultimato inglés (1890) y en las
luchas por la instauración de la República (1910). Posteriormente cabrá a la
dictadura del Estado Novo, establecida en la década de 1930, profundizar esa
«mística imperial» cuyos ejemplos públicos notables serán la Exposición Colo-
nial de Oporto (1934), con más de un millón de visitantes, y la Exposición del
Mundo Portugués (1940), con cerca de tres millones de visitantes. La verdad
es que, de hecho, ese imaginario ha llegado de manera reconfigurada hasta el
presente con una plasticidad relativa y con un éxito evidente: basta pensar en
eventos como la Expo 98, centrada en el mar y la importancia de Portugal en la
«época de los Descubrimientos» o, más recientemente, el debate en torno a la
idea lanzada por la candidata ganadora del Ayuntamiento de Lisboa de construir
en la ciudad un «Museu da Descoberta».

En segundo lugar, la visión del colonialismo sufriría un cambio con la adop-


ción casi oficial por parte del Estado Novo del lusotropicalismo como modelo
interpretativo de la experiencia colonial portuguesa, llegado a definirla como algo
diferente y más benigno en comparación con las experiencias coloniales de otras
potencias europeas. La teoría desarrollada por Gilberto Freyre en la década de
1930 en el contexto de Brasil, tendría una fuerte recepción entre las élites polí-
ticas en Portugal desde mediados de la década de 1950 (Castelo, 1999), cuando
sustituyó a las tesis de carácter más claramente racista, usadas para apoyar la
legitimidad del «Imperio Colonial Portugués», designación que el Acto Colonial
de 1930 había instituido. Destacando la capacidad innata de los portugueses de
mezclarse y de adaptase culturalmente, el lusotropicalismo no solo se incorporó
en las élites del régimen, sino que también tuvo una expresión visible en la cul-
tura de masas durante las últimas décadas de la dictadura (Cardão, 2015).

Criticada por intelectuales comprometidos como Mário Pinto de Andrade,


fundador del MPLA (Movimiento Popular para la Liberación de Angola), que,
en 1956, bajo el pseudónimo de Buanga Felê, hacía la anatomía de esa «teoría
sociológica de encargo» [«teoria sociológica de encomenda»] (Felê, 1956), las
tesis lusotropicalistas se utilizaron internacionalmente para resistir a las presio-
nes resultado de la oleada descolonizadora que comenzó durante la posguerra.
Aunque la expresión hoy en día no tenga repercusión pública, la idea de una
excepcionalidad histórica de Portugal se mantiene viva y alimenta un cierto
«nacionalismo banal» (Billig, 1995), marcado por mecanismos discursivos que,

ÉNDOXA: Series Filosóficas, n.o 44, 2019, pp. 113 - 134. UNED, Madrid
120 Miguel Cardina y Bruno Sena Martins

en el propio lenguaje oficial y en momentos conmemorativos del Estado (Loff,


2014; Cardina, 2016), omiten los procesos más relacionados con la violencia y
la guerra y destacan una singular vocación universalista. Esta genérica y persis-
tente representación del colonialismo influyó naturalmente en la forma en que
(no) se recuerda la guerra, en la medida en que se constituye como un violento
desmentido de la saludable convivencia entre pueblos hermanos que el proceso
histórico había entrecruzado.

En tercer lugar, cabe reconocer el papel relativamente limitado de las oposi-


ciones al Estado Novo en la negación del colonialismo. Es importante señalar,
en este sentido, qué representaciones lusotropicalistas fueron fortalecidas por el
régimen colonial-fascista sin que la oposición propiamente dicha lograra producir
y anclar socialmente las lecturas, representaciones y propuestas alternativas. Es
cierto que los anarquistas y un movimiento negro embrionario en la década de
los años 20 lo intentaron (Garcia & Castro, 1995; Varela & Pereira, 2019) y
que la concepción del Partido Comunista Portugués (PCP), sometida a nume-
rosas configuraciones (Manya, 2004; Neves, 2008; Madeira, 2013), afirmaría
claramente el derecho de los pueblos africanos a la independencia. Sin embargo,
varias figuras del ámbito republicano eran defensores declarados de la presencia
colonial portuguesa y los mismos socialistas mantuvieron una posición ambigua
durante la década de los años sesenta, condenando la política colonial y afirman-
do ya tarde el derecho a la independencia de los pueblos colonizados (Martins,
2005: 178-9). El PCP, principal fuerza organizada de la oposición, mantuvo una
política de unidad antifascista con los sectores republicanos que objetivamente
contribuiría a marginar el abordaje de la cuestión colonial.

Limitada a formas más o menos ritualizadas de participación durante los


actos electorales falsos o remitida a la clandestinidad, ya tardíamente la oposición
llevó a cabo una lucha anticolonial que, aun así, fue un combate más contra la
guerra colonial que un combate contra el colonialismo, sus prácticas y sus con-
secuencias. Raramente se trató, pues, de un combate que tuviera una amplitud
social que permitiese articular una agenda anticolonial y antirracista. Un nuevo
impulso fue dado por otras áreas de la política en el campo de la izquierda radical
(maoístas, marxistas-leninistas, trotskistas, socialistas radicales, católicos progre-
sistas, etc.), lo que en 1960, en Portugal y también en el exilio, supondría una
contribución para una creciente conciencia crítica sobre la guerra, denunciando
los crímenes del colonialismo y defendiendo la negativa de la participación en
la guerra, pero su impacto se concentró principalmente en los sectores juveniles
urbanos y escolarizados (Bebiano, 2005; Cordeiro, 2009; Cardina, 2011).

ÉNDOXA: Series Filosóficas, n.o 44, 2019, pp. 113 - 134. UNED, Madrid
Memorias cruzadas de la guerra colonial portuguesa y las luchas de liberación... 121

En cuarto lugar, mientras avanzaba, la guerra colonial estaba sujeta a meca-


nismos institucionales e informativos específicos. Cuando el conflicto estalla,
Portugal no reconoce estar enfrentando una guerra, sino acciones armadas dentro
de un mismo territorio nacional llevadas a cabo por «terroristas». A esto debe
sumarse una cultura de resignación que estaba determinada, entre otros aspectos
de naturaleza histórica y social, por la criminalización y demonización del debate
político. Era la eficacia de lo que el historiador Fernando Rosas designa como
«violencia preventiva», ese conjunto de órganos de vigilancia, de orden públi-
co y de inculcación ideológica, que incitaban a la obediencia y que limitaban
fuertemente la expresión de posicionamientos contrarios a la norma social y la
política definida por el Estado Novo (Rosas, 2012: 196-202). Además, hay que
añadir la voluntad activa del régimen de ocultar de la sociedad el impacto de la
guerra, desconsiderando el apoyo institucional a los combatientes y a las familias
de militares muertos y heridos. Las familias de los militares muertos recibían la
noticia en una carta con una cinta negra y con una información lacónica y formal
del Estado; los heridos desembarcaban de noche y los mantenían encerrados en
hospitales destinados para ellos (Gomes, 2004: 173). Embarcaban así en un régi-
men de invisibilidad, que se perpetuaría en el post-25 de abril, particularmente
registrado en el cuerpo de aquellos que regresaron heridos y que se constituyeron
como la expresión viva de un duro recuerdo que el orden social democrático
quiso olvidar (Martins, 2013). En este sentido, es común encontrar testimonios
de ex combatientes como Francisco Pereira, un asociado de ADFA que después
de participar durante años en los diversos frentes de la Guerra Colonial, quedaría
marcado por el peso de los recuerdos traumáticos:

¡La guerra siempre continuó y continúa! ¡Aquí adentro! Si escucho, no


diré una puerta, pero un golpe más fuerte, ¡inmediatamente me pongo en
alerta! ¡Todavía recuerdo ese shock! Si es: «¡Bum!» —un golpe seco... Vivo allá
cerca del Cuartel, en una aldea, y cuando lanzan esas granadas más fuertes, si
las escucho de primera, si no me doy cuenta que son fuegos artificiales todavía me
pongo en alerta, muy en alerta. Eso fue poco después de dejar de caminar con una
pistola en la mano. (...) Por la noche, cuando me iba a dormir, todo lo demás, la
guerra, siempre volvía. Vuelve y sé que nunca dejará de volver. Por mucho que
lo quiera olvidar, no lo olvido (Entrevista personal, 2015).

ÉNDOXA: Series Filosóficas, n.o 44, 2019, pp. 113 - 134. UNED, Madrid
122 Miguel Cardina y Bruno Sena Martins

En quinto lugar, es importante comprender las implicaciones que tuvo que


la Revolución de los claveles de 25 de abril de 1974 se produjese en estrecha
relación con la guerra colonial. El Movimiento das Fuerzas Armadas, que con-
dujo el golpe que derribaría el Estado Novo, y abriría las puertas a un intenso
proceso revolucionario, estaba compuesto esencialmente por militares de rango
intermedio que optaron por imponer una solución a una guerra que estaba
políticamente perdida. Esta íntima relación entre el proceso que estableció el
régimen democrático y la guerra colonial, a través de la figura de los militares,
interfirió necesariamente en el debate público sobre la guerra, especialmente en
sus vertientes más sangrientas. De hecho, la guerra acabaría siendo vista más
como la antecámara de la llegada de la democracia y un acontecimiento dra-
mático a contracorriente con la historia y menos como un episodio dentro del
largo tiempo de la presencia en África y la violencia colonial que supuso. A este
respecto, la contradicción es solo aparente. El hecho de que el orden político
democrático y poscolonial estuviese cimentada en una fortísima aportación de
militares, necesariamente inmersos en muchos de los indecibles de la guerra, no
permitió la existencia de una límpida voluntad con respecto a lo que sería su
evocación condenatoria.

En sexto lugar es transcendental señalar que en el contexto de la indepen-


dencia africana un número significativo de alrededor de 500 mil portugueses
vinieron de África, principalmente, de las antiguas colonias de Angola y Mozam-
bique (Pires, 1987). Gran parte de la literatura académica sobre esta experien-
cia de «retorno» se ha centrado en su «integración» en la sociedad portuguesa,
existiendo pocos estudios sobre los imaginarios políticos que trajeron y su peso
en la sociedad portuguesa del post-25 de abril, aunque sea legítimo suponer que
la «memoria infeliz» que cargaban –la memoria de una interrupción abrupta de
vidas casi siempre sin contacto directo con los escenarios de guerra, la memoria
de la turbulencia de una «descolonización» que los alcanzó directamente– haya
interferido en la representación de un colonialismo configurado ora como dulzu-
ra de los trópicos, ora como traumático alejamiento.

En séptimo lugar destacamos la articulación entre memoria y territorio. Efec-


tivamente, para entender el conflicto memorial sobre la guerra –y en última
instancia sobre la dimensión violenta del colonialismo– debe tenerse en cuenta
este último aspecto. A pesar de los grandes contingentes de tropas enviadas para
combatir en los tres escenarios africanos –que regresaron de allí con la guerra
inscrita en el cuerpo y en la mente, y que tantas veces la transmitieron de forma
dramática en su entorno doméstico– lo cierto es que la guerra tuvo lugar lejos de

ÉNDOXA: Series Filosóficas, n.o 44, 2019, pp. 113 - 134. UNED, Madrid
Memorias cruzadas de la guerra colonial portuguesa y las luchas de liberación... 123

territorio portugués. No fue en Portugal donde circularon las tropas, donde los
caminos se llenaron de minas, donde se sucedieron los ataques y los bombardeos,
donde se desplazaron poblaciones de su lugar de origen, donde se producían las
micro y macro violencias propias de las guerras. Estos hechos tienen un impacto
indiscutible en el modo de recordar, creando una «memoria sin suelo», en este
caso agravada por el hecho de que la guerra se desarrollase en lugares lejanos
territorialmente y también cultural y ambientalmente muy diferentes2.

Este conjunto de razones dio forma a la manera en que se ha recordado la


guerra en Portugal, que constituyó una específica configuración productora de
políticas del silencio, a pesar de algunos cambios observables en las últimas cua-
tro décadas. En la década de 1980, en un contexto de compleja construcción de
un Portugal democrático, europeo y poscolonial, la guerra ocupaba un lugar de
difícil manifestación. En un ambiente en el que las invocaciones heroicas de la
guerra tendrían poco apoyo, la memoria de la guerra circuló entre un silencia-
miento cada vez mayor y un conjunto de memorializaciones subalternas: en los
espacios privados y las memorias generacionales e intergeneracionales.

Sería en la década de 1990 cuando la memoria de la guerra ganaría mayor


visibilidad en el país, con la inauguración en 1994 de un gran «Monumento aos
Combatentes do Ultramar», resultado de la colaboración entre las estructuras
públicas y la Liga de los Combatientes, recuperando así la designación con la
que el Estado Novo, caracterizaba el conflicto: «guerra do ultramar», en lugar de
una guerra «colonial», cuya incorrección resultaba de que Portugal no recono-
ciese tener colonias, sino –desde la revisión constitucional de 1951– «provincias
ultramarinas» y de la aplicación en 1999 del concepto de «discapacitado de las
Fuerzas Armadas»: «perturbación psicológica crónica resultante de la exposición a
factores traumáticos de estrés durante la vida militar». Al analizar el monumento
en su contexto y en las apropiaciones de las cuales está revestido, Elsa Peralta
lo considera un «espacio de luto, no sólo para los familiares de aquellos que
murieron en las guerras coloniales, sino también para el conjunto nacional (...)
al tiempo que, hace pasar los abusos del colonialismo portugués a través del filtro
de una pedagogía de la “exaltación del amor a Portugal”» (Peralta, 2013: 403).

2
Esa distancia, además, ha dado lugar, muy recientemente, a fenómenos como los relacio-
nados con el denominado «turismo de la nostalgia», en el que excombatientes regresan a te-
rritorios donde combatieron para reencontrarse con su pasado (particularmente a Guinea).

ÉNDOXA: Series Filosóficas, n.o 44, 2019, pp. 113 - 134. UNED, Madrid
124 Miguel Cardina y Bruno Sena Martins

A partir de la década de 1990 aumentaron por todo el país el número de


encuentros y convivencias de excombatientes, los libros de memorias, los blogs y
los monumentos que evocan a los fallecidos y la valentía y esfuerzo por la Patria.
Se creó así un espacio en el que se instauró la idea del combatiente como una
víctima de una guerra a la que fue arrastrado y de la que sufriría secuelas. En
las últimas dos décadas la guerra ha servido de telón de fondo a reflexiones de
naturaleza artística, historiográfica y testimonial y se ha alojado en la memoria
pública a partir de algunos recortes de experiencias vividas. De manera general y
dominante, estas prácticas tienden todavía a destacar el hecho de que se trató de
un conflicto armado (una «guerra»), dejando en un segundo plano el hecho de que
se produjese dentro de un cierto orden que llegó a ser denominado colonialismo.

3. Memorias cruzadas

Los procesos que definen la memoria de la guerra colonial en Portugal lo han


hecho, como hemos visto, a la luz de políticas del silencio sólidamente asentadas,
ya sea en una representación imperial, ya sea en los dispositivos de una narrativa
eminentemente nacional en la que convergen diferentes imperativos, historias
sociales y legados. Por tratarse de un acontecimiento relativamente reciente, que
envuelve a grupos importantes de población y una multitud de factores geopolí-
ticos, la revisita de la guerra se puede hacer desde varios puntos de vista que van
más allá de las contingencias de un determinado nacionalismo metodológico y
epistemológico. De hecho, existen muchas perspectivas llamativas que permi-
ten una evocación de la guerra en cuanto expresión del colonialismo, violencia
colonial, racismo o derecho a la autodeterminación de los pueblos africanos.
En el ámbito portugués, por las razones ya aludidas, estas perspectivas, aunque
sea de un modo subalterno, las podemos reconocer en las reivindicaciones de
grupos cuya historia de opresión y silenciamiento se confunde con la omisión
de la guerra o del colonialismo –caso de negros/as y afrodescendientes (Martins,
2018) o discapacitados de las Fuerzas Armadas (Martins, 2016)– o de colectivos
desencadenadores de narrativas contra-memoriales, como es el caso, entre otros,
de los exiliados y desertores (Cardina, 2017).

Siendo cierto que las perspectivas que en Portugal disputan una determinada
desmemoria del colonialismo nos invitan a la pluralización de representaciones
del pasado con un potencial contra hegemónico, creemos que la descentralización
crítica de una narrativa benévola sobre las naciones europeas post-imperiales

ÉNDOXA: Series Filosóficas, n.o 44, 2019, pp. 113 - 134. UNED, Madrid
Memorias cruzadas de la guerra colonial portuguesa y las luchas de liberación... 125

nunca será hecha sin un movimiento que reconozca el protagonismo de los mun-
dos creados a partir de los territorios colonizados antiguamente. Se trata, pues, de
observar espacios de significado que a menudo todavía son vistos en Occidente
como «zonas de no ser» (Fanon, 1952), zonas consideradas expropiadas, aunque
sean especialmente susceptibles de generar un resurgimiento. El resurgimiento
que aquí se propone es el que resultará del cruce de las representaciones de la
guerra colonial y que considere los procesos memorativos que se formaron a par-
tir de las luchas anticoloniales como la antesala de la independencia de Angola,
Cabo Verde, Guinea Bissau, Mozambique y Santo Tomé y Príncipe.

De hecho una cosa es recordar la guerra en la antigua metrópoli, donde hoy


figura como espectro de un imperio tutelado por un largo régimen dictatorial,
y otra es recordarla en las antiguas colonias que, a través de ella, obtuvieron la
independencia política. En este último caso, la lucha armada proporcionó a
los movimientos de liberación un principio de legitimidad política que rápi-
damente los convirtió en el motor de la construcción de los nuevos Estados
africanos. Dependiendo de los países y períodos históricos, se crearon, de forma
discriminada, mecanismos y modos de representación del pasado, fundamen-
talmente apoyados en la celebración de los movimientos de liberación nacional,
la visibilidad pública de las «masacres fundadoras» y la definición de los héroes
individuales y figuras prototipo de la liberación.

Así pues, es relevante observar igualmente dos significantes (guerra colo-


nial y lucha de liberación) exponiendo diferentes lugares de enunciación: guerra
colonial o guerra de ultramar, expresiones utilizadas en Portugal, y luchas de
liberación, término utilizado en los países africanos. Cuando nos referimos a la
guerra colonial/guerra de ultramar y la lucha de liberación como términos que
en Portugal y en los Estados poscoloniales sitúan los violentos enfrentamientos
armados en la decadencia imperial portuguesa, el hecho más destacado es la for-
ma en la que la desmemoria en la antigua metrópoli contrasta con la celebración
de la lucha en los estados africanos que sobrevivieron. Dado que la guerra cons-
truyó la realidad poscolonial que une la historia reciente de Portugal a la de sus
antiguas colonias, hecho que nos aproxima a una comprensión poscolonial sobre
la permanencia del colonialismo, reconocida o negada de modo fantasmático, el
cruce de memorias que aquí proponemos pretende contrariar una descripción
de Portugal que minimice o apague tanto a las víctimas del colonialismo como
a las resistencias que lo confrontaron. Nos acercamos a lo que afirma Edward
Said cuando, refiriéndose a una mirada retrospectiva del archivo cultural, señala
la necesidad de volver a leer «no unívoca, sino contrapuntualmente, con una

ÉNDOXA: Series Filosóficas, n.o 44, 2019, pp. 113 - 134. UNED, Madrid
126 Miguel Cardina y Bruno Sena Martins

consciencia de la historia metropolitana que se narra y de las otras historias con-


tra y con las que opera el discurso dominante» (Said, 1993: 51).

Reconocer cómo se representan y memorializan las luchas de liberación en


los países africanos que alcanzaron la independencia supone, como afirmaba
anteriormente Edward Said, contribuir para una conciencia simultánea de la his-
toria metropolitana y de las historias que se le opusieron. De hecho, el impacto
de las luchas de liberación define de tal modo los sucesivos presentes de Angola,
Cabo Verde, Guinea-Bissau, Mozambique y Santo Tomé y Príncipe, mucho
tiempo después de la independencia, la realidad social y política de estos Estados
poscoloniales no se puede entender mínimamente sin las marcas que dejaron la
insurgencia armada o, de manera más general, la resistencia y la lucha anticolo-
nial. No es sorprendente, pues, que las relaciones de poder establecidas en estos
países dependan de la construcción de narrativas históricas y de las legitimidades
políticas y simbólicas que se unen a la lucha de liberación. Además, este dato se
refleja de modo claro en el papel que los movimientos de liberación asumieron
en los diferentes países.

Exceptuando el caso de Guinea, cuya independencia fue proclamada unila-


teralmente por el PAIGC (Partido Africano para la Independencia de Guinea y
Cabo Verde) en septiembre de 1973, las otras antiguas colonias portuguesas en
África formalizan su independencia en 1975. La historia de la lucha de cada una
fueron diferentes. En Angola hubo tres movimientos que se batieron con armas
contra el colonialismo: MPLA (Movimiento Popular de Liberación de Angola),
UPA/FNLA (Unión de los Pueblos de Angola y Frente Nacional de Liberación
de Angola) y UNITA (Unión Nacional para la Independencia Total de Angola).
La UPA/FNLA quedaría ligada a la gran revuelta ocurrida en marzo de 1961
en la que murieron miles de blancos y trabajadores negros en las haciendas del
norte de Angola, lo que acabó desencadenando una feroz reacción por parte de
los colonos. Surgida en 1966, la UNITA también llevó a cabo varios ataques
contra los portugueses, hasta que hizo un pacto de no agresión con el ejército
portugués a cambio de información sobre el MPLA y la UPA/FNLA. Surgido de
la lucha de liberación y de los conflictos que se siguieron, será el MPLA quien,
aun impulsando una larga guerra con la UNITA que acabó en el 2002, se hará
cargo del gobierno del país hasta el momento actual. Parafraseando a Christine
Messiant, eso es lo que generó en el caso angoleño lo que se podría designar
como «imprevisibilidad del pasado», en la cual se singulariza el papel del MPLA
–de su «precocidad» en la lucha, de los acontecimientos que desencadenó, de
sus dirigentes y héroes– en el movimiento anticolonial y en la construcción de

ÉNDOXA: Series Filosóficas, n.o 44, 2019, pp. 113 - 134. UNED, Madrid
Memorias cruzadas de la guerra colonial portuguesa y las luchas de liberación... 127

una Angola independiente (Messiant, 1998), que las tendencias historiográficas


recientes han ido diversificando gradualmente3.

En el caso de Mozambique fue esencialmente el FRELIMO (Frente de Libe-


ración de Mozambique) que, a partir de 1964, desencadenaría acciones armadas
contra el colonialismo portugués. Tras la independencia tendría un papel decisivo
en el gobierno del Estado, enfrentando una guerra prolongada con la RENAMO
(Resistencia Nacional de Mozambique) hasta 1992. El historiador João Paulo
Borges Coelho habla de la existencia de un «script de la liberación» en el que no
solo se hace coincidir la lucha anticolonial moderna con la historia del FRELI-
MO, como se construye un «discurso estratégico situado en la intersección de
las relaciones de poder y las relaciones de saber» que se constituye como la base
de su autoridad política (Coelho, 2013).

En el otro frente de guerra, en Guinea, el PAIGC condujo una batalla que en


realidad perseguía la doble liberación de Guinea y Cabo Verde. Dirigida por la
carismática figura de Amílcar Cabral fue, por acaso, la lucha más exitosa, no solo
por haber conseguido controlar parte sustancial del territorio, sino también por la
gran simpatía internacional que suscitó. Después de 1980, con el golpe de Estado
en el que Nino Vieira depuso a Luis Cabral, acabaría la relación umbilical entre
Guinea y Cabo Verde, determinada por la idea de tener dos Estados y el mismo
partido dirigente. En Guinea, Cabo Verde y Santo Tomé y Príncipe –donde no
hubo lucha armada pero se conquistó la independencia con el MLSTP utilizando
la misma gramática anticolonial que sus congéneres africanos– la introducción
de mecanismos de democracia liberal y la apertura al mercado, concretizada en
la década de 1990, conduciría a que en determinados momentos se pusieran en
duda a las élites oriundas de la lucha, junto con disputas sobre la fijación de la
narrativa historiográfica (sobre el caso de Cabo Verde, véase: Furtado, 2016).

Como se puede comprobar el ejercicio de escrutinio de las memorias de la


lucha de liberación en los diferentes países de africanos, nos remite a un tiempo
que, lejos de haber prescrito, define los términos de lo que Partha Chatarjee
denominaba el «dominio espiritual» anticolonial del Estado-Nación poscolonial
(1986; 1993). Esto sucede por causa de la legitimidad reclamada por parte de
los partidos herederos de los movimientos que hicieron la lucha anticolonial,
por el lugar que la lucha ocupa en cuanto factor determinante que prefiguró la

3
Véanse, a este respecto, los textos de Maria de Conceição Neto, Marcelo Bittencourt, Fidel
Reis, Aida Freudenthal, Paulo Lara y Vasco Martins en Cardina y Martins (2018).

ÉNDOXA: Series Filosóficas, n.o 44, 2019, pp. 113 - 134. UNED, Madrid
128 Miguel Cardina y Bruno Sena Martins

existencia de los Estados (las celebraciones del día de la independencia dan este
testimonio) y, también, por la multiplicidad de factores políticos cuyos poderes
se afirman en estrecha relación, a veces de oposición, con la aludida narrativa
del «script de liberación».

La constitución de Estados-Nación, cuya independencia se afirmó contra


la dominación colonial, originó un contexto marcado por la tensión entre la
herencia colonial –con sus fronteras, jerarquías y modos de administración– y
la posibilidad de nuevos comienzos. Cuando la independencia es el resultado de
la resistencia anticolonial, el diseño de nuevos comienzos se efectúa en estrecha
relación con la legitimidad de aquellos que hicieron la guerra. Se entiende así
que, por regla general y sobre todo en un primer momento histórico, el «guer-
rillero» asumió importancia como figura prototipo de la liberación en detrimento
de la figura del preso político, el militante clandestino y las retaguardias logísticas
aseguradas por las poblaciones, por no hablar de la resistencia protagonizada por
incontables hombres y mujeres a lo largo de los tiempos en las diversas áreas de
la vida colonial.

La manera como las herencias coloniales se confunden con las exaltantes


expectativas producidas por las distintas independencias define, en gran medida,
el panorama de la rememoración de los símbolos y fechas de la lucha de libera-
ción. Por un lado, tenemos la legitimidad fuertemente conferida a los movimien-
tos que emergen de la genealogía que se encuentra entre la lucha por la liberación
y la independencia. Estos movimientos –sobre todo el PAIGC, el FRELIMO y
el MPLA– fundados por el capital simbólico de una lucha que vio cumplido el
objetivo de la liberación colonial, crearon un conjunto de expectativas fuertemen-
te alentadas por las alianzas del internacionalismo tricontinental, el panafricanis-
mo anticolonial y el socialismo. Por otro lado, tenemos el modo como los países
emergentes estaban siendo confrontados con las diferentes adversidades marcadas
por la transición de una economía colonial, por las denominadas guerras civiles
que, en el caso de Angola y Mozambique, continuaban y originaban conflictos
alimentados por las luchas de la Guerra Fría y las alianzas blancas en el África
Austral (Rodesia y Sudáfrica). En este contexto, el conocimiento historiográfico
desarrollado en los últimos tiempos sobre el «Ejercicio Alcora» es educativo. El
«Ejercicio Alcora» fue una alianza, nunca reconocida públicamente, que Por-
tugal estableció con Sudáfrica y Rhodesia en 1970 para consolidar la soberanía
blanca en el sur de África durante la lucha contra los movimientos nacionalistas
africanos. Esta alianza permite comprender las continuidades entre el aparato
militar de la guerra colonial y las fuerzas que, después de la independencia de

ÉNDOXA: Series Filosóficas, n.o 44, 2019, pp. 113 - 134. UNED, Madrid
Memorias cruzadas de la guerra colonial portuguesa y las luchas de liberación... 129

los territorios bajo dominio portugués, siguieron luchando en las guerras civiles
de Angola y Mozambique (Meneses, Rosa y Martins, 2013; Afonso y Gomes,
2013).

A estos factores hay que añadir el modo como los países poscoloniales se
enfrentaron a la victoria política del neoliberalismo a escala global y a los con-
secuentes dictámenes de las instituciones internacionales. En realidad, el «ajuste
estructural» en África determinó, en gran medida, que en los horizontes de la
memoria la democracia surgiera como sinónimo de privatizaciones, de creciente
relevancia de las ONGs y de una reducción del papel del Estado (Comaroff y
Comaroff, 2012). En un panorama marcado por la presencia de partidos únicos,
nacidos de los movimientos de liberación, guerras y/o inestabilidad política, y
marcado por la permeabilidad de las realidades nacionales y elites locales a las
lógicas del capitalismo internacional, en los países africanos las celebraciones de
las luchas de liberación tanto congregaban una narrativa nacional anticolonial
como suscitaban lecturas ahora desencantadas, ahora que pretendían destituir
del poder a aquellos que políticamente fueron reclamando la legitimidad de la
lucha que creó la nación.

De hecho, los términos de la memorización de la guerra están fuertemente


definidos, en cada contexto, por el modo en que se articulan con las narrativas de
la formación de la nación (o en el caso portugués de su resignificación). Podría-
mos decir que, en cierto modo, se produce un cierre constitutivo de los términos
del debate sobre los diferentes tipos de nación que triunfaron en la posguerra. Es
decir, las «ruinas del imperio» (Stoler, 2008) desde muy temprano fueron movili-
zadas a narrativas y memorias nacionales que apenas se comunicaban entre sí. Se
crea así una curiosa paradoja. Por un lado, la guerra fue un fenómeno «comparti-
do», en la medida en que involucró vínculos de diversa orden entre movimientos y
naciones, suscitando alianzas transnacionales y embates experimentados contigua-
mente desde diferentes lados; por otro lado, se apeló a las memorias de guerra para
definir cada nación a modo de ramificaciones divergentes. Nos encontramos ante
lo que Edward Said denominó «experiencias discrepantes» (1993: 31-42), lecturas
e interpretaciones que engendraron historias y contextos sociales imposiblemente
comunicantes. Citando a Said, en lo que se refiere a la guerra colonial/luchas de
liberación, estamos ante la fuerza de aquello a lo que designamos memorias discre-
pantes, que nos reportan al modo como la imaginación de comunidades nacionales
singulares y el eurocentrismo transformaron historias comunes en guiones que
resisten a una yuxtaposición y comparación entre visiones potencialmente crea-
doras de nuevos saberes y perspectivas.

ÉNDOXA: Series Filosóficas, n.o 44, 2019, pp. 113 - 134. UNED, Madrid
130 Miguel Cardina y Bruno Sena Martins

Por lo tanto, podemos decir que las fuerzas políticas que dominaron la pos-
guerra en Portugal nos remiten a políticas del silencio determinadas por un des-
entendimiento memorial en relación con la dimensión violenta de la guerra y el
reconocimiento del colonialismo. Ahora, en los estados poscoloniales dominaron
políticas de exaltación de la lucha que tanto hacían un justo homenaje al levanta-
miento armado que puso fin al imperio portugués en África, como procuraban
definir la legitimidad marcada por la participación en la resistencia armada. En
este contexto, las relaciones a las que nos referimos entre los diferentes panoramas
de la memoria sobre la guerra colonial procuran, por un lado, valorar la memoria
de las luchas de liberación como una contribución para reconocer el pasado y
la violencia colonial a partir de instancias de enunciación plural; por otro lado,
procuran asumir que estas memorias en los varios países africanos también han
sido movilizadas por los mandos de poder que forjaron los regímenes que después
de la independencia cimentaron el Estado poscolonial.

Bibliografía

Afonso, Aniceto; Gomes, Carlos de Matos (2013). Alcora - O Acordo Secreto do Colo-
nialismo Portugal, África do Sul e Rodésia na última fase da guerra colonial, Lisboa:
Objectiva.
Bebiano, Rui (2005). «Contestação ao regime e tentação da luta armada sob o marce-
lismo», Revista Portuguesa de História, n.º 37, pp. 65-104.
Bethencourt, Francisco (2013). Racisms. From the Crusades to the Twentieth Century,
Princeton & Oxford: Princeton University Press.
Billig, Michael (1995). Banal Nationalism, London: Sage Publications.
Cann, John P. (1997). Counterinsurgency in Africa. The Portuguese Way of War, 1961-
1974, Westport, Connecticut: Greenwood Press.
Cardão, Marcos (2015). Fado tropical. O luso-tropicalismo na cultura de massas (1960-
1974), Lisboa: UNIPOP.
Cardina, Miguel (2011). Margem de Certa Maneira. O maoismo em Portugal (1964-
1974), Lisboa: Tinta-da-China.
Cardina, Miguel (2016). «Memórias Amnésicas? Nação, discurso político e representa-
ções do passado colonial», Configurações, n.º 17, pp. 31-42.
Cardina, Miguel (2017). «Olhar o avesso da guerra», Prefacio a Exílios 2. s/l: Associações
de Exilados Políticos Portugueses.

ÉNDOXA: Series Filosóficas, n.o 44, 2019, pp. 113 - 134. UNED, Madrid
Memorias cruzadas de la guerra colonial portuguesa y las luchas de liberación... 131

Cardina, Miguel y Martins, Bruno Sena (2018). As Voltas do Passado. A guerra colonial
e as lutas de libertação, Lisboa: Tinta-da-China.
Castelo, Cláudia (1999). O modo português de estar no mundo. O luso-tropicalismo e a
ideologia colonial portuguesa (1933-1961), Porto: Afrontamento.
Chabal, Patrick; Birmingham, David; Forrest, Joshua; Newitt, Malyn; Seibert,
Gerhard y Andrade, Elisa Silva (2002). A History of Postcolonial Lusophone Africa,
London: Hurst.
Chatterjee, Partha (1986). Nationalist thought and the colonial world: a derivative dis-
course? London, U.K.
Chatterjee, Partha (1993). The Nation and its Fragments: colonial and postcolonial his-
tories, Princeton: Princeton University Press.
Cordeiro, José Manuel Lopes (2009). «“Ao serviço do povo venceremos”. A oposição
estudantil nos últimos anos do fascismo (1969-1974)», Boletim Cultural de Vila
Nova de Famalicão, III Série, nº 5, pp. 119-158.
Coelho, João Paulo Borges (2013). «Politics and Contemporary History in Mozam-
bique: A Set of Epistemological Notes», Kronos, 39, pp. 20-31.
Comaroff, Jean; Comaroff, John (2012). «History On Trial: Memory, evidence, and
the forensic production of the Past». En: Jean Comaroff; John Comaroff (orgs.),
Theory from the South: Or, How Euro-America is Evolving Toward Africa, Boul-
der-London: Paradigm Publishers.
Dussel, Enrique (1995). The Invention of the Americas: Eclipse of «the Other» and the
Myth of Modernity, New York: Continuum.
Fanon, Frantz (1952). Peau noire, masques blancs, Paris: Seuil.
Felê, Buanga (1956). «O que é o lusotropicalismo?», Para Todos, 23 de Mayo de 1956,
Casa Comum (http://casacomum.org/cc/visualizador?pasta=04352.010.002#!2)
Furtado, Cláudio Alves (2016). «Cabo Verde e as quatro décadas de independência:
dissonâncias, múltiplos discursos, reverberações e lutas por imposições de sentido à
sua história recente», Estudos Ibero-Americanos, 42, 3, pp. 855-887.
Garcia, José Luís y Castro, José (1995). «A Batalha e a Questão Colonial», Ler
História, 27-28, pp.125-146.
Gomes, Carlos Matos (2004). «Quotidianos da Guerra Colonial». En: Themudo Bara-
ta, Manuel y Teixeira, Nuno Severiano (eds.). Nova História Militar de Portugal,
Lisboa: Círculo de Leitores.
Loff, Manuel (2014). «Estado, democracia e memória: políticas públicas e batalhas
pela memória da ditadura portuguesa (1974-2014)». En: Loff, Manuel; Soutelo,
Luciana y Piedade, Filipe, Ditaduras e Revolução. Democracia e Políticas da Memória,
Coimbra: Almedina.
Lourenço, Eduardo (2014). O colonialismo como nosso impensado. Organización y pre-
facio de Margarida Calafate Ribeiro e Roberto Vecchi, Lisboa: Gradiva.

ÉNDOXA: Series Filosóficas, n.o 44, 2019, pp. 113 - 134. UNED, Madrid
132 Miguel Cardina y Bruno Sena Martins

Madeira, João (2013). História do PCP. Das Origens ao 25 de Abril, Lisboa: Tin-
ta-da-China.
Manya, Judith (2004). Le Parti Communiste Portugais et la Question Coloniale 1921-
1974. Thèse pour le doctorat en Science Politique, Bourdeaux: CEAN.
Martins, Bruno Sena (2013). «Guerra e Memória Social: a deficiência como testemu-
nho», Fractal: Revista de Psicologia, 25, 1, pp. 3-22.
Martins, Bruno Sena (2016). «Corpos-memórias da Guerra colonial: os Deficientes
das Forças Armadas e o restolhar de asas no telhado». En: António Sousa Ribei-
ro e Margarida Calafate Ribeiro (orgs.). Geometrias da Memórias: Configurações
Pós-coloniais, Porto: Edições Afrontamento, pp. 305-325.
Martins, Bruno Sena (2018). «Liberdade / Diáspora. A cronologia universal da desco-
lonização da história», Memoirs Newsletter, 25, pp. 1-4.
Martins, Susana (2005). Socialistas na Oposição ao Estado Novo, Cruz Quebrada: Casa
das Letras.
Meneses, Maria Paula; Rosa, Celso Braga; Martins, Bruno Sena (2017). «Colonial
Wars, Colonial Alliances: The Alcora Exercise in the Context of Southern Africa»,
Journal of Southern African Studies, 43, 2, pp. 397-410.
Messiant, Christine (1998). «“Chez nous, même le passé est imprévisible”: l’expé-
rience d’une recherche sur le nationalisme angolais», Lusotopie, 5, pp. 157-197.
Mudimbe, V. Y. (1988). The invention of Africa: gnosis, philosophy, and the order of
knowledge, Bloomington: Indiana University Press.
Nkrumah, Kwame (1973). «Declaration to the Colonial Peoples of the World», Revo-
lutionary Path, Nueva York: International Publishers.
Neves, José (2008). Comunismo e Nacionalismo em Portugal. Política, Cultura e História
no século XX, Lisboa: Tinta-da-China.
Peralta, Elsa (2013). «A composição de um complexo de memória: o caso de Belém,
Lisboa». En: Nuno Domingos y Elsa Peralta (org.). Cidade e Império. Dinâmicas
Coloniais e Reconfigurações Pós-Coloniais, Lisboa: Edições 70, pp. 361-414.
Pires, Rui Pena et al. (1987). Os Retornados: um Estudo Sociográfico, Lisboa: IED – Ins-
tituto de Estudos para o Desenvolvimento.
Quijano, Aníbal (2005). Colonialidade do poder, Eurocentrismo e América Latina, Bue-
nos Aires: CLACSO.
Rajagopal, Balakrishnan (2009). «The International Human Rights Movement
Today», Maryland Journal of International Law, 24 (1): pp. 56-62.
Rodrigues, Fátima da Cruz (2013). «A desmobilização dos combatentes africanos das
Forças Armadas Portuguesas da Guerra Colonial (1961-1974)», Ler História, n.º
65.
Rosas, Fernando (2012). Salazar e o Poder. A arte de saber durar, Lisboa: Tinta-da-China.

ÉNDOXA: Series Filosóficas, n.o 44, 2019, pp. 113 - 134. UNED, Madrid
Memorias cruzadas de la guerra colonial portuguesa y las luchas de liberación... 133

Rosas, Fernando (2016). «História, (des)memória e hegemonia», História e Memória.


“Última Lição” de Fernando Rosas, Lisboa: Tinta-da-China, pp. 41-81.
Santos, Boaventura de Sousa (2014). «Más allá del pensamiento abismal: de las líneas
globales a una ecología de saberes». En: Santos, Boaventura de Sousa e Meneses,
Maria Paula (org.). Epistemologías del Sur (Perspectivas), Madrid: Akal, pp. 21-66.
Santos, Boaventura de Sousa (2018). The end of a cognitive empire: the coming of age of
epistemologies of the south, Durham: Duke University Press.
Santos, Boaventura de Sousa (2016). «Para uma nova visão da Europa: aprender com
o Sul», Sociologias, nº 43, set/dez, pp. 24-56.
Said, Edward W. (1993). Culture and imperialism, Nueva York: Knopf.
Stoler, Ann Laura (2008). «Imperial Debris: Reflections on ruins and ruination», Cul-
tural Anthropology, nº 23 (2), pp. 191-219.
Troiullot, Michel-Rolph (1995). Silencing the Past. Power and the Production of His-
tory, Boston: Beacon Press.
Varela, Pedro y Pereira, José (). «As origens do movimento negro e da luta
antirracista em Portugal no século XX: a geração de 1911-1933», Buala. En: http://
www.buala.org/pt/mukanda/as-origens-do-movimento-negro-e-da-luta-antirracis-
ta-em-portugal-no-seculo-xx-a-geracao-de-1
Winter, Jay (). «Thinking about silence», in Ben-Ze’ev, Efrat; Ginio, Ruth;
Winter, Jay, Shadows of War. A Social History of Silence in the Twentieth Century,
Cambridge: Cambridge University Press, pp. 3-31.

Recibido: //
Aceptado: //

ENDOXA está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComer-


cial-SinObraDerivada 4.0 Internacional

ÉNDOXA: Series Filosóficas, n.o 44, 2019, pp. 113 - 134. UNED, Madrid

También podría gustarte