Principios Procesales
Principios Procesales
Principios Procesales
Los principios procesales son una FUENTE DE DERECHO, junto con otras como la legislación, la
jurisprudencia, la doctrina, la costumbre y, eventualmente los actos de las personas jurídicas.
Los principios no derivan de la legislación, sino que se fundan en la misma, pues la legislación
es una consecuencia secundaria y cultural derivada de la sociedad. Por supuesto que podemos
extraer de la legislación cuales han sido sus principios fundantes, pero en esta extracción
también encontraremos sistemas que resultan de opciones tomadas por el legislador, pero
que no son propiamente principios.
(ii) otros porque derivan de reglas sociales admitidas inexcusablemente, que también
pueden ser receptados por la legislación, aunque en todos los casos son
presupuestos por ésta.
Aparecen por lo menos dos principios básicos: el principio de moralidad y el
principio de verdad. El principio de moralidad presenta muchas dificultades,
porque las reglas morales son autónomas y no existe un catálogo de ellas, aunque
sí existe una moral generalmente admitida en occidente, proveniente de la
concepción religiosa judeo-cristiana. El problema de las normas morales agrega un
problema menor, pero también importante, este problema consiste en determinar
si esas reglas conservan dicho carácter cuando son incorporadas a la legislación, o
ya se transforman en normas jurídicas. Los abogados –especialmente- están
sometidos a estas reglas en el ejercicio de la profesión y pueden ser Juzgados por
Tribunales especiales (generalmente en los Colegios de abogados, denominados
Tribunales de disciplina) o sancionados por los jueces. La actitud anti-ética se
refiere tanto a la sociedad, a los clientes, como al tribunal y a sus colegas. La
moralidad también aparece en el procedimiento cuando veda y castiga la
realización de ciertos actos incompatibles con la correcta actuación a través,
principalmente, del cumplimiento de los deberes de lealtad, probidad y buena fe.
La cuestión relativa a la verdad ha sido reiteradamente expuesta por la doctrina y
también recogida por la Corte Suprema en importantes fallos, por la doctrina que
manifiesta que el proceso no debe conducirse como un sistema destinado a
obtener ventajas a cualquier precio, sino que tiene como misión y como norte
tratar de hallar la verdad jurídica objetiva. Sabido es, no obstante, que la verdad y
el conocimiento son relativos y que en las ciencias el principio de falibilidad de sus
leyes es proverbial. Sin embargo, el proceso, una vez llegado a la sentencia no
puede estarse modificando indefinidamente porque es preferible el error a la NO
SOLUCIÓN de las cuestiones. Y en este sentido el sistema procesal tiene un sello
definitivo para las cuestiones llamada Cosa Juzgada, la que en definitiva construye
un subprincipio de aplicación de la verdad en el proceso. Sin embargo en ciertas
condiciones, la cosa juzgada cede frente a necesidades o valores de mayor peso.
Así el inocente penal condenado puede reabrir el juicio si encuentra pruebas que
lo absuelvan, cuando la cosa juzgada ha sido obtenida fraudulentamente puede
plantearse la cuestión y revertir su resultado.
En el campo de las cuestiones derivadas de las reglas sociales, tal vez el principio
de economía presente alguna duda, porque no sólo proviene del sistema social
que pretende llegar a sus resultados por el camino más corto y más económico (en
sentido lato de economía), sino que este es también un principio científico y
podría ser incluido en la tercera categoría.
(iii) y por último tenemos los derivados o fundados en principios lógicos o científicos
vigentes, que en el proceso especial, tienen aplicación fundamental en la prueba y
en la sentencia.
Así, por ejemplo, los principios lógicos de identidad, no contradicción y tercero
excluido, no pueden ser extraños al Derecho Procesal. Derivaciones de estas reglas
lo constituyen por ejemplo el ‘Principio de congruencia'. Pero los principios
científicos, como principios del derecho procesal además de relacionar
adecuadamente el proceso y ser estructurales en la sentencia, tienen especial
incidencia en la prueba y en el conocimiento de los hechos a que estos principios
ayudan. Algunos de estos principios son derivaciones elementales de la
construcción de cualquier sistema, por ejemplo el Principio de economía procesal.
Los “principios” derivados. Al lado de los principios fundamentales, aparecen otros llamados
principios, derivados de la selección hecha por el legislador ante sistemas particulares
adoptados por la legislación, es decir que se trata de las consecuencias o generalizaciones de
un sistema procesal dado.
Así, en el Código Procesal penal actual rigen en lo general el principio procesal acusatorio
(aunque el código sigue la línea del sistema mixto) frente al anterior que era inquisitivo; en el
Código Procesal Civil rige el principio dispositivo en contra del principio inquisitivo.
Del mismo modo pueden plantearse estas concepciones tomando el sistema de procesal oral,
frente al anterior escrito, etc. Estos “principios” son tales en cuanto son adoptados por la
legislación objetivos, con base en otros principios (acceso a la justicia, eficacia y celeridad, etc.)
y en ese sentido son bifrontales (quiere decir que tienen por lo menos dos opciones). En la
práctica estos “principios” nunca aparecen puros, y siempre tienen matices o elementos del
“principio” opuesto.
Se manifiestan en múltiples las formas que pueden adoptarse para regular el mecanismo
procesal, con el cual se piensa dar a cada uno lo suyo, y son o pueden ser diversas las
orientaciones a que obedecen; y esas orientaciones son las que nos van a explicar los sistemas
procesales y, dentro de esos sistemas, cuáles son las pautas directrices; entonces aquí veremos
los principios formativos o rectores del proceso. Estos principios formativos o monitores,
inspiran las soluciones de los códigos y están obstinadamente reflejados en cada una de sus
normas.
1) Los sistemas dispositivo o inquisitivo. El primero o principio de disposición deja librada a las
partes la disponibilidad del proceso en cuanto a la iniciativa, a las pruebas y a la deserción. En
cambio en el sistema inquisitivo es el juez (es decir el Estado) el que tiene la facultad de
promover el proceso, desarrollarlo, buscar y probar y resolver. Estos principios no aparecen
puros en la actualidad, aunque ciertos procesos donde está comprometido el orden o el
interés público tienen una mayor dosis de inquisición (proceso penal, concursal, alimentos,
laboral, etc.).
3) Los sistemas de oralidad y escritura. Ningún juicio es totalmente oral ni totalmente escrito.
En los sistemas orales la etapa introductiva y muchas veces la sentencia son escritas dejándose
la oralidad para la prueba, que en los últimos tiempos se ha desarrollado con la idea de una
audiencia preliminar (concreción de hechos, saneamiento, conciliación) y una de vista de
causa. En los sistemas escritos la oralidad aparece en las audiencias, pero de un modo limitado
ya que ellas se vuelcan en actas que por falta de inmediación son las que finalmente se toman
en cuenta.
4) Los sistemas de Instancia Única e Instancia Múltiple. Un proceso puede tener una o más
instancias. Los pactos internacionales como el de San José de Costa Rica establecen la
necesidad de una instancia de revisión. En nuestro país existen todos los sistemas: doble
instancia (unipersonal y colegiada respectivamente), única instancia colegiada, casación
general (en las provincia), casación intermedia en el proceso penal nacional, etc.
Generalmente en nuestro país la instancia única es oral, y la múltiple es escrita, pero esto no
es de la esencia de la doble instancia. La instancia única tiene no obstante instancias
extraordinarias de revisión.
6) Los sistemas de jueces técnicos y jurados. Escabinos. Las cuestiones del proceso se dividen
en cuestiones de hecho y de derecho. Si el tratamiento de ambas cuestiones lo realiza el
mismo juez se dice que el sistema es de jueces técnicos (aspecto que sirve también para
diferenciar ciertos tribunales menores de jueces legos). Si la cuestión de hecho la trata un
estamento distinto del juez (por ejemplo gente del pueblo seleccionada como jurado) y el juez
considera la cuestión de derecho (vgr. USA), se dice que el sistema es de Jurados. En algunos
países como Alemania, existen tribunales colegiados con jueces técnicos y personas ajenas al
derecho. El sistema se conoce en general como escabinado.
10) Los sistemas de unidad de vista y de preclusión. En el sistema de unidad de vista los
distintos actos que integran un proceso no se hallan sujetos a un orden consecutivo riguroso,
de manera que las partes pueden formular peticiones, oponer defensas y proporcionar
elementos probatorios que no hicieron valer en el período anterior (vgr. Proceso de adopción
en alguno de sus aspectos). En los procesos civiles en general rige el principio de preclusión. El
proceso se encuentra articulado en diversas partes y dentro de cada una de ellas deben
cumplirse uno o más actos determinados, con la consecuencia de que carecen de eficacia
aquellos actos que se cumplan fuera del período asignado.
Fuente: Título: Los principios procesales. Autor: Prof. Enrique Falcon. Publicado en: Clases
Preliminares de Derecho Procesal 1995