Espina Bífida

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La espina bífida es un trastorno congénito del sistema nervioso central que afecta el

desarrollo de la columna vertebral y la médula espinal durante el embarazo. Este


trastorno puede tener una amplia gama de consecuencias para la salud, desde
síntomas leves hasta discapacidades graves que afectan la movilidad, la función
sensorial y otras funciones corporales.

Definición y tipos de espina bífida

La espina bífida es una malformación congénita del tubo neural, una estructura
embrionaria que eventualmente forma el cerebro y la médula espinal. Durante el
desarrollo prenatal, la columna vertebral debería cerrarse completamente alrededor
de la médula espinal, pero en casos de espina bífida, este cierre no se produce
correctamente. Como resultado, hay una abertura en la columna vertebral que puede
provocar que partes de la médula espinal y sus membranas protectoras sobresalgan
hacia fuera.

Existen varios tipos principales de espina bífida, que incluyen:

1. Espina bífida oculta: En este tipo, la abertura en la columna vertebral está


cubierta por la piel, y las anomalías pueden no ser evidentes externamente. Puede
que no se manifiesten síntomas o que estos sean muy leves. 2. Meningocele: En
esta forma menos común de espina bífida, las membranas protectoras de la médula
espinal sobresalen a través de la abertura en la columna vertebral, formando una
bolsa o quiste lleno de líquido cefalorraquídeo. La médula espinal generalmente está
intacta y no se daña, lo que puede resultar en síntomas menos graves. 3.
Mielomeningocele: Esta es la forma más grave de espina bífida en la cual el tejido
nervioso de la médula espinal sobresale a través de la abertura en la columna
vertebral y está expuesto. Esto puede resultar en daño neurológico significativo y
discapacidades físicas y cognitivas.

Síntomas de la espina bífida

Los síntomas de la espina bífida pueden variar considerablemente según el tipo y la


gravedad de la afección. En los casos más leves, los síntomas pueden ser casi
imperceptibles, mientras que en los casos más graves, pueden causar discapacidades
significativas. Algunos de los síntomas más comunes incluyen:

- Problemas de movilidad y debilidad muscular.

- Alteraciones en la sensibilidad, como entumecimiento o falta de sensación en ciertas


áreas del cuerpo.

- Problemas de control de la vejiga y el intestino.

- Deformidades en la columna vertebral, como escoliosis o cifosis.

- Hidrocefalia, que es una acumulación de líquido cefalorraquídeo en el cerebro.

Factores de riesgo y causa

La espina bífida puede ser causada por una combinación de factores genéticos y
ambientales. Algunos factores de riesgo que pueden aumentar la probabilidad de que
un bebé desarrolle espina bífida incluyen:
- Deficiencia de ácido fólico: La falta de ácido fólico durante el embarazo es un
factor de riesgo conocido para la espina bífida. El ácido fólico es una vitamina B que
es crucial para el desarrollo saludable del tubo neural en el feto.

- Antecedentes familiares: Las personas que tienen un pariente cercano con espina
bífida tienen un mayor riesgo de tener un bebé con la afección.

- Medicamentos y sustancias químicas: Algunos medicamentos, como ciertos


anticonvulsivos, y la exposición a ciertas sustancias químicas durante el embarazo
pueden aumentar el riesgo de espina bífida.

- Obesidad materna: Las mujeres con sobrepeso u obesidad tienen un mayor riesgo
de tener un bebé con espina bífida.

Diagnóstico

El diagnóstico de la espina bífida generalmente se realiza durante el embarazo o poco


después del nacimiento. Durante el embarazo, se pueden realizar pruebas prenatales
para detectar anomalías en el desarrollo del feto, como ecografías detalladas o
pruebas de detección en sangre materna. Si se sospecha espina bífida, se pueden
realizar pruebas de imagen adicionales, como una resonancia magnética fetal, para
confirmar el diagnóstico.

Si la espina bífida no se detecta antes del nacimiento, puede diagnosticarse poco


después del nacimiento durante un examen físico rutinario del recién nacido.

Tratamiento

El tratamiento de la espina bífida puede variar según la gravedad de la afección y los


síntomas individuales del paciente. En muchos casos, el tratamiento puede requerir la
participación de un equipo multidisciplinario de profesionales de la salud, que pueden
incluir cirujanos pediátricos, neurólogos, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales y
otros especialistas.

En los casos de espina bífida oculta o meningocele, el tratamiento puede no ser


necesario si no se presentan síntomas significativos. Sin embargo, en casos de
mielomeningocele u otras formas graves de espina bífida, el tratamiento suele
implicar cirugía para cerrar la abertura en la columna vertebral y proteger la médula
espinal. Esta cirugía generalmente se realiza en los primeros días o semanas de vida
del bebé para prevenir complicaciones y minimizar el riesgo de daño neurológico
adicional.

Además de la cirugía, los pacientes con espina bífida pueden requerir terapias físicas,
ocupacionales y del habla para ayudarles a desarrollar habilidades motoras, mejorar
la función cognitiva y aprender a vivir de manera independiente. Estas terapias
pueden ser parte integral del plan de tratamiento a largo plazo para mejorar la
calidad de vida y la autonomía del paciente.

Perspectivas a largo plazo Las perspectivas a largo plazo para las personas con
espina bífida pueden variar considerablemente según la gravedad de la afección y la
efectividad del tratamiento. Con un tratamiento adecuado y cuidados médicos
continuos, muchas personas con espina bífida pueden llevar vidas saludables y
productivas
Sin embargo, la espina bífida puede tener un impacto significativo en la calidad de
vida y la capacidad funcional del paciente, especialmente en los casos más graves.
Las personas con espina bífida pueden enfrentar desafíos en áreas como la movilidad,
el cuidado personal, la educación, el empleo y las relaciones interpersonales. Es
importante que estas personas reciban un apoyo integral y continuo de profesionales
de la salud, familiares y cuidadores para ayudarles a alcanzar su máximo potencial y
mejorar su bienestar emocional y social. Conclusiones

La espina bífida es un trastorno congénito del tubo neural que puede tener
consecuencias significativas para la salud y el bienestar de los pacientes. Aunque no
se puede prevenir completamente, existen medidas que las mujeres pueden tomar
para reducir el riesgo de que su bebé desarrolle espina bífida, como tomar
suplementos de ácido fólico antes y durante el embarazo.

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