T2 El Salario

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 7

UNIVERSIDAD NACIONAL “SIGLO XX” DIRECCION GENERAL FORMACION POLITICO SIDICAL

UNIVERSIDAD NACIONAL “SIGLO XX”


DIRECCION GENERAL DE FORMACION POLITICO SINDICAL

ECONOMIA POLITICA

TEMA: EL SALARIO DOCENTE:


LIC. JOSE LUIS BARRAL AGUILAR
Llallagua – Potosi - Bolivia

MATERIA ECONOMIA POLITICA Docente: Lic. Jose Luis Barral Aguilar


UNIVERSIDAD NACIONAL “SIGLO XX” DIRECCION GENERAL FORMACION POLITICO SIDICAL

EL SALARIO

Cuando el obrero alquila su fuerza de trabajo al capitalista se establece de antemano un precio.


Supongamos que dicho precio haya sido estipulado en ½ moneda por cada hora y que la jornada dure
8 horas. En apariencia, si al final de la jornada el obrero recibe sus 4 monedas, todo está en regla: las
ocho horas de trabajo le han sido pagadas en su totalidad y el capitalista no le debe nada.
Confirmamos así que el salario oculta la división real de la jornada y aparenta ser la retribución de todo el
trabajo realizado.

El salario, que es en realidad el precio de la fuerza de trabajo, se disfraza en la práctica, en la


apariencia, como el precio del trabajo mismo.

Sabemos que el precio es el valor de una mercancía expresado en dinero y que todo valor está
dado por la cantidad de trabajo cristalizado en la mercancía. El valor mide la cantidad de trabajo, así
como el peso mide la gravedad y la temperatura mide el calor. Por lo tanto, el trabajo mismo no puede
tener valor, así como la gravedad no puede tener peso ni el calor temperatura.
2
Lo que el obrero alquila no es su trabajo, sino su fuerza de trabajo. Ni aun en el capitalismo el trabajo
puede ser una mercancía, puesto que no es en sí mismo un producto. Lo que bajo el capitalismo se
convierte en una mercancía muy particular es la fuerza de trabajo, cuyo valor, como sabemos, es función
de la cantidad de trabajo social necesario para mantenerla en funcionamiento. La expresión “valor del
trabajo” o “precio de trabajo” es por lo tanto falsa e irreal. Pero dada la forma visible en que se
presentan los fenómenos en el capitalismo, este absurdo se instala sólidamente en la conciencia de los
hombres, con la fuerza de una verdad cotidiana y permanente.

El salario encubre también las peores trasgresiones a la equidad más elemental. Si, por cualquier
razón, una fábrica trabaja sólo cuatro horas, ese día el obrero sólo recibe medio salario. En apariencia
todo sigue en regla: el salario corresponde exactamente a las horas trabajadas. Pero para mantener en
funcionamiento su fuerza de trabajo, el obrero necesita percibir el salario íntegro. El valor de sus medios
de subsistencia no varía un ápice por el hecho de que el capitalista use la fuerza de trabajo durante toda
la jornada normal o durante parís de ella, así como el valor de una naranja nada tiene que ver con el
hecho de que su comprador consuma sólo una porción de ella.

La prolongación de la jornada de trabajo oculta otra injusticia. La fatiga, o sea la intoxicación del
organismo, aumenta con creciente velocidad una vez transcurridas las ocho primeras horas. La fuerza
de trabajo se desgasta mucho más rápidamente en la novena hora que en la séptima u octava y más
aun en la décima o undécima. Por tal motivo, trabajar doce o catorce horas significa quemar
aceleradamente la salud y la vida misma Eso lo demostraron fehacientemente las experiencias en vivo
realizadas por Alfredo L. Palacios, que midieron la curva de fatiga durante la prolongación de la jornada.

Por todo ello no es lo mismo pagar 4 por 8 horas de trabajo que 8 por 12 horas, aunque la

MATERIA ECONOMIA POLITICA Docente: Lic. Jose Luis Barral Aguilar


UNIVERSIDAD NACIONAL “SIGLO XX” DIRECCION GENERAL FORMACION POLITICO SIDICAL

proporción matemática no varíe.

En las últimas cuatro horas ya no hay un alquiler normal de la fuerza de trabajo, sino un abuso y
destrucción de la misma. Tanto las horas extras como el doble trabajo no son sino plusvalía absoluta
arrancada por la clase capitalista a costa de la salud y la vida misma de los trabajadores.

La jornada total de trabajo se divide igualmente en trabajo necesario y excedente, así se realice en
un solo establecimiento o en dos empresas distintas.

El llamado trabajo a destajo, o sea el salario por piezas, oculta aun más el fondo del problema: El
tiempo que tarda el obrero en producir piezas por un valor igual al de su fuerza de trabajo es el tiempo
retribuido; el resto de la jornada es trabajo no retri- buido. Pero el salario por piezas aparenta, más que
el salario por tiempo, ser la retribución directa del trabajo: cuantas más piezas realizadas, más salario.
3
Se esfuma así por completo todo signo de plusvalía, de trabajo no retribuido.

Capital constante y capital variable

Supongamos que, al generalizarse el uso del gas, el consumo de leña languidece día a día. Don
Arturo decide por ello cambiar de ramo y dedicarse a la fabricación de tejidos de algodón. Donde hasta
entonces sólo existía un bosque, Don Arturo construye un edificio adecuado y compra las máquinas,
motores y demás elementos necesarios para instalar una moderna tejeduría. Adquiere además hilados
de algodón, tinturas, lubricantes, herramientas para mantenimiento, etc., etc. Todos estos medios de
producción son mercancías que tienen un determinado valor.

Don Arturo piensa: -El negocio de la leña era más sencillo y más claro: invertía 4 monedas en salario
y obtenía 8 con la venta de la mercancía. Pero para fabricar tejidos he tenido que invertir además mucho
capital en medios de producción. ¿Cómo recupero ese capital? ¿Cómo volverá a mis manos el valor de
las materias primas consumidas y el desgaste de las maquinarias y edificios?

Don Arturo está muy preocupado. Pero le basta poner en marcha la nueva fábrica para que su
problema quede automáticamente resuelto. Juan (convertido ahora en obrero textil) va trasformando
minuto a minuto el hilado de algodón en metros y metros de lienzo. Al mismo tiempo que crea un nuevo
valor, Juan trasfiere a la tela el valor de las materias primas y elementos auxiliares que se consumen,
así como el equivalente al desgaste de los edificios, maquinarias, herramientas, etcétera.

¿Qué es lo que hace posible este doble efecto del trabajo? Lo que lo hace posible es que la
labor de Juan, como todo trabajo social, tiene un doble carácter. Como trabajo concreto de tejedor,
cualitativamente distinto de todos los demás, trasfiere a la mercancía el valor de todos aquellos
elementos que se consumen productivamente en el proceso de labor. Pero como trabajo abstracto,
como trabajo humano puro y simple, crea un nuevo valor.

Como vemos, el trabajo de Juan, como cualquier otro proceso de trabajo, no varía en absoluto el
valor del capital invertido en medios de producción. Lo único que sucede, es que ese valor cambia de
MATERIA ECONOMIA POLITICA Docente: Lic. Jose Luis Barral Aguilar
UNIVERSIDAD NACIONAL “SIGLO XX” DIRECCION GENERAL FORMACION POLITICO SIDICAL

forma, que se trasfiere de unos objetos a otros. Por eso, porque el monto de su valor no aumenta ni
disminuye, Marx lo denomina capital constante. Por el contrario, hemos visto en nuestro ejemplo que el
capital invertido en salarios se incrementa. Juan, ya sea como tejedor o como leñador, ha creado
igualmente en una jornada un valor igual al de 8 monedas, mientras que, en ambos casos, la inversión
en salarios era sólo de 4 monedas. El capital invertido en salarios crece, varía. Marx lo llama por eso
capital variable.

Completemos nuestro ejemplo. Si nos informan que el valor de los medios de producción consumidos
en su totalidad en la jornada, más el desgaste de edificios, maquinarias, etc. es igual a 12 monedas, 4

¿Cuál sería el valor del lienzo producido en un día de labor? Veamos:

Valor creado.....................8 monedas

Valor trasferido..............12 monedas

Valor del lienzo.................20 monedas

Al mismo tiempo que aumenta el capital variable, el trabajo del obrero conserva el valor del capital
constante, transfiriéndolo al producto. De este modo, el obrero presta un doble servicio al capitalista.
Tanto cuando la fábrica está en marcha como cuando está inactiva, los edificios, maquinarias, materias
primas y demás rubros del capital constante se deterioran por el mero transcurso del tiempo. Es el
trabajo vivo del obrero la fuerza que impide que este deterioro inevitable se traduzca en una disminución
de capital. El obrero mantiene vivo el capital y al mismo tiempo lo hace crecer.

Hemos visto que, respecto a la forma como se consumen durante el proceso de trabajo, los
medios de producción se dividen en dos categorías. Una parte, como las materias primas y combustibles,
se consumen íntegramente y, por lo tanto, trasfieren todo su valor al producto. La economía burguesa
los incluye en el llamado capital circulante. Otros, como las instalaciones, edificios, maquinarias y
herramientas, se van desgastando paulatinamente y por eso sólo trasfieren una pequeña parte de su
valor al producto. Así, por ejemplo, si una herramienta tiene una duración de 1.000 horas, transfiere cada
hora una milésima parte de su valor, aunque su aspecto físico no varíe. Como lo señala Marx, también
el hombre muere un día cada día, aunque no lo advierta. Son las compañías de seguros las que se
encargan de recordárselo cuando calculan la prima de los seguros de vida según la edad del interesado.

Esta categoría de medios de producción, cuyo valor se amortiza paulatinamente, se llama


corrientemente capital fijo. La división del capital en fijo y circulante es típica de la economía burguesa,
la cual incluye los salarios dentro del capital circulante. Oculta así la diferencia entre capital constante
y variable, que tiene fundamento científico.

MATERIA ECONOMIA POLITICA Docente: Lic. Jose Luis Barral Aguilar


UNIVERSIDAD NACIONAL “SIGLO XX” DIRECCION GENERAL FORMACION POLITICO SIDICAL

Capitalconstante (C)
Composición organica del capital= --------------------------------
Capital variable (V)

Cuota de plusvalía y cuota de ganancia

Si la jornada de labor de Juan se dividía en dos partes iguales (4 horas de trabajo necesario y 4 de trabajo
excedente) o, lo que es lo mismo, invirtiendo 4 monedas de capital variable se obtenían 4 de plusvalía, la
cuota de plusvalía cuya fórmula es p/v, sería, en este caso, del 100%.

Formula de la cuota de plusvalía:

Plusvalia
Capital variable

Recordemos que, durante una jornada, Juan consumía un capital constante cuyo valor era de 12
monedas. El esquema de dicho proceso productivo sería el siguiente: capital constante 12 + capital
variable 4 + plusvalía 4 = 20 (o bien, 12c + 4v + 4p = 20)

La cuota de ganancia es la que resulta de comparar la plusvalía con la totalidad del capital. Su fórmula
es:
Formula de la cuota de ganancia:

Plusvalia
Capital constante + Capital variable

Supongamos, para simplificar, que todo el capital constante se consumiera en un día. En tal caso,
la cuota de ganancia de nuestro capitalista sería del 25%. En efecto, aplicando la fórmula de la cuota de
ganancia:

4p 4
--------- = ------ = 25 %
12c + 4v 16

MATERIA ECONOMIA POLITICA Docente: Lic. Jose Luis Barral Aguilar


UNIVERSIDAD NACIONAL “SIGLO XX” DIRECCION GENERAL FORMACION POLITICO SIDICAL

Como vemos, la cuota de ganancia oculta el grado de explotación de la clase obrera. Mientras que la
cuota de plusvalía era de 100 %, la cuota de ganancia es sólo de 25%. Si la parte no retribuida del
trabajo de Juan era igual a la parte retribuida, el grado de explotación, representado por la cuota de
plusvalía, ascendía a un 100%.

Pero don Arturo puede no conocer la cuota de plusvalía y ello no le preocupa. Lo que aparece
visiblemente es su cuota de ganancia, o sea su 25 %. A don Arturo le interesa el rendimiento de todo su 6

capital, pues él ama por igual a cada una de sus monedas, sean ellas capital constante o variable. Busca
el rendimiento máximo del conjunto de su capital.

En las relaciones capitalistas, la ganancia pareciera brotar de todo el capital. Pero, en verdad, dicha
ganancia es una forma trasfigurada de la plusvalía, la cual sólo tiene relación con el capital variable.

La plusvalía, que surge de la esencia misma del sistema capitalista, no aparece como tal ante
los seres humanos. En la superficie de los fenómenos, la plusvalía se oculta modestamente bajo el
disfraz de ganancia.

La economía científica, a diferencia de la vulgar y apologética, desgarra el manto de la apariencia y


presenta la plusvalía al desnudo.

La acumulación del capital

Admitamos por un instante que el capital, tal como lo afirman los economistas burgueses, sea en
su origen un fruto del ahorro, del sacrificio y de la abstinencia del capitalista (salvo, como dice Marx, "en
el año en curso"). Supongamos que nuestro don Arturo haya invertido en su fábrica un capital de
1.000.000 $, cualquiera fuese la forma en que lo obtuvo.

Hasta ahora, nuestro ejemplo abarcaba una sola jornada de trabajo. Pero ya vimos que el capital,
para mantenerse vivo, debe estar en continuo movimiento, o sea incorporado constantemente al proceso
de trabajo. Inactivo o quieto, el capital languidece y muere. Supongamos que don Arturo es un hombre
austero, que mantiene constante su nivel de gastos personales y familiares en 200.00 $. Veamos qué
pasa cuando el capital de don Arturo permanece en movimiento durante un período de varios años:

Consumo
personal Plusvalia
Capital Ganancia del que añade
Año inicial anual 25 capitalista al capital
%
1 1000 250 200 50
2 1050 263 200 63
3 1113 278 200 78
4 1191 298 200 98
5 1288 322 200 122
6 1410 353 200 153
7 1563 391 200 191

MATERIA ECONOMIA POLITICA Docente: Lic. Jose Luis Barral Aguilar


UNIVERSIDAD NACIONAL “SIGLO XX” DIRECCION GENERAL FORMACION POLITICO SIDICAL

8 1754 438 200 238


9 1992 498 200 298
10 2290 573 200 373
3663 2000 1663
7
Al cabo de diez años, en nuestro ejemplo, el capitalista que comenzó con 1.000, ha obtenido
en concepto de plusvalías totales 3,663. De ellos, ha consumido 2,000 para sus gastos personales de
todo tipo, es decir, el doble del capital inicial invertido en el negocio. Además, y por efecto de la
acumulación anual de plusvalía, ha duplicado con exceso su capital inicial. Como la inversión originaria
(1.000) ha sido consumida en buena parte, el capital restante es pura y exclusivamente plusvalía
acumulada.

El capital, en cualesquiera de sus formas, no es otra cosa que trabajo pretérito cristalizado en medios
de producción, dinero, mercancías, etc. Tales bienes son, como dice Marx, "cadáveres del trabajo
humano de ayer". El trabajo ya realizado por la clase obrera, trasformado en capital, es lo que permite a
su propietario, el capitalista, obligar al obrero de hoy a trabajar para él.

En el sistema capitalista, el trabajo acumulado (herencia del ayer) no se utiliza para mejorar la
vida de la sociedad. Sirve principalmente para esclavizar a la mayoría.

Si el fetichismo de la mercancía y el dinero eran los primeros peldaños de la alienación del hombre,
el capital la exacerba. El producto de su propio trabajo se le opone al obrero como una fuerza extraña y
todopoderosa que lo domina. Su labor creadora se trasforma en una potencia misteriosa del capital.

En apariencia es el capitalista quien "le da trabajo" al obrero, cuando en realidad es éste quien se lo
cede gratuitamente. Lo que el obrero se priva de consumir, o sea la plusvalía o ganancia, aparece como
ahorro o austeridad del capitalista. El obrero se parcializa como ser humano; ya no piensa, sólo debe
ejecutar.
Proyectar, dirigir, comprender y mejorar el proceso de trabajo es función exclusiva del capital. El
obrero es sólo un complemento de la máquina. Pero también el capitalista se aliena. Su misión es
acumular y acumular, cada vez más aceleradamente. No puede hacer un alto en su vertiginosa carrera,
sin rezagarse en la lucha por el mercado. Se convierte en una máquina deshumanizada de acumular
capital.

8
MATERIA ECONOMIA POLITICA Docente: Lic. Jose Luis Barral Aguilar

También podría gustarte