Teoría de La Justicia

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Teoría de la Justicia

JOHN RAWLS

Fue un destacado filósofo


norteamericano, su libro más
influyente es el de Teoría de la
Justicia.
Relanzo el debate sobre la filosofía política. En él se
constituyen dos principios sobre los cuales se basa la
noción de la justicia social a partir de una posición
original equivalente al contrato social, de los filósofos
políticos clásicos.
Su obra se yergue como referencia inexcusable en la
filosofía práctica del último tercio del siglo XX.

Plantada en el cruce de caminos entre la ética, la


teoría política y el Derecho, sobre de esta, domina el
ámbito de la discusión, no en el sentido de
proporcionar un acuerdo, ya que muy pocos autores
están totalmente de acuerdo con ella.
Su teoría es una versión del contrato social
modernizado, con los principios que escogerían los
representantes sociales congregados en cierta
“posición original”

Ralws nos priva de toda información relativa a su


vida personal para evitar que en la negociación
puedan buscar principios que favorezcan a su
respectivo sexo, religión, clase social etc.
Si debemos de señalar, que la exigencia rawlsiana, de
que las desigualdades sociales y económicas sean
dispuestas en forma tal que “redunden en beneficio
de los menos favorecidos”, desprecia totalmente la
incidencia del esfuerzo individual, y las decisiones
libres en el éxito económico-profesional.
LA TEORIA NATURALISTA DE
ARISTOTELES

El hombre es un animal social (zoon politicon) que


desarrolla sus fines en el seno de una comunidad. La
política del hombre se explica por su capacidad del
lenguaje, único instrumento capaz de crear una
memoria colectiva y un conjunto de leyes que
diferencia lo permitido de lo prohibido.
LA TEORIA CONTRACTUALISTA

• Jean Jacques Rousseau


Él ,parte de la igualdad natural del hombre, pero esta
se pierde y corrompe cuando se constituye en
sociedad civil, percibe dos clases de desigualdades,
una es la desigualdad natural o física (espirituales), y
la moral o política (que se establece por la
convención entre los hombres).
En el contrato social, no es producto de la
naturaleza, sino de las convenciones. El orden social,
como poder legítimo, no se presenta como fuerza,
como pura violencia en contra de los hombres, sino
que esta fuerza debe transformarse en derecho, para
que la obediencia no sea una necesidad, sino un
deber.
UNIDAD 1
LA JUSTICIA COMO IMPARCIALIDAD

Objetivo General.- Explicar el papel, objeto e idea de


la justicia como imparcialidad y diferencia del
utilitarismo y el intuicionismo.
1.1.- El papel de la Justicia.

La justicia es la primera virtud de las instituciones


sociales, como la verdad lo es de los sistemas del
pensamiento.

No importa que las leyes o las instituciones estén


ordenadas y sean eficientes, si son injustas tienen
que ser reformadas o abolidas.
Cada persona posee una inviolabilidad fundada en la
justicia, que ni siquiera el bienestar de la sociedad en
conjunto puede atropellar. Por lo tanto en una
sociedad justa, las libertades de la igualdad de
ciudadanía se dan por establecidas definitivamente.

La verdad y la justicia no pueden estar sujetas a


transacciones, estas proposiciones parecen expresar
nuestra convicción intuitiva de la supremacía de la
justicia.
La Justicia Social proporciona un modo para asignar
derechos y deberes en las instituciones básicas de la
sociedad y definen la distribución apropiada de los
beneficios y las cargas de la cooperación social.

La Justicia no es el único requisito para una


comunidad humana viable. Hay otros problemas
sociales fundamentales, en particular los de
coordinación, eficacia y estabilidad.
La desconfianza y el resentimiento corroen los
vínculos del civismo, y la sospecha y la hostilidad
tientan al hombre a actuar en formas que otro modo
evitaría.
En general, no podemos evaluar una concepción de
justicia solo por el papel distributivo.
Una concepción de justicia es preferible a otra
cuando sus consecuencias generales son más
deseables.
1.2.- El objeto de la Justicia.

De diferentes tipos de cosas se dice que son justas o


injustas: no sólo las leyes, instituciones y sistemas
sociales, sino también las acciones particulares de
muchas clases.

El objeto primario de la Justicia Social, es la


estructura básica de la sociedad, las grandes
instituciones sociales distribuyen los derechos y
deberes fundamentales y determinan la división de
las ventajas provenientes de la cooperación social.
La constitución, las disposiciones económicas y
sociales, la libertad de pensamiento, la competencia
mercantil, la propiedad privada de los medios de
producción, la familia monógama, son ejemplos de
las grandes instituciones sociales.

En estos esquemas, se definen los derechos y


deberes del hombre e influyen sobre sus
perspectivas de vida.
La estructura básica, es el tema primario de la justicia
porque sus efectos son muy profundos y están
presentes desde el principio.

Los hombres nacidos en posiciones sociales


diferentes, tienen diferentes expectativas de vida,
determinadas por el sistema político, como por las
circunstancias económicas y sociales.
De modo que las instituciones de una sociedad
favorecen ciertas posiciones iniciales frente a otras.
Estas son desigualdades especialmente profundas.
No solo son omnipresentes, sino que afectan a los
hombres en sus oportunidades iniciales en la vida, y
sin embargo no pueden ser justificadas apelando a
nociones de mérito o demerito.
Nosotros podemos preguntarnos como sería una
sociedad perfectamente justa.

Hay dos teorías, la de la obediencia total, y la de la


obediencia parcial, esta ultima los principios que
gobiernan la manera de tratar la injusticia.
Comprende temas tales como la teoría del castigo, la
doctrina de la guerra justa y la justificación de los
diversos medios existentes para oponerse a los
regímenes injustos. Desde la desobediencia civil y la
resistencia militante hasta la revolución y la rebelión.
La teoría de la obediencia parcial es más apremiante
y urgente. Son las cosas con las que nos enfrentamos
en la vida cotidiana.

Una concepción de la justicia social ha de ser


considerada como aquella que proporciona, en
primera instancia, una pauta con la cual evaluar los
aspectos distributivos de la estructura básica de la
sociedad.

Es más que una concepción de la justicia; es un ideal


social.
1.3.- La idea principal de la teoría de la Justicia.

El autor parte de una concepción


de la justicia, basada en la teoría
contractualista.

Los principios de la justicia para la


estructura básica de la sociedad
son el objeto del acuerdo
original.
Los principios que las personas libres y racionales
interesadas en promover sus propios intereses
aceptarían en una posición inicial de igualdad como
definitorios de los términos fundamentales de su
asociación. Estos principios han de regular todos los
acuerdos posteriores. (justicia como imparcialidad).

La posición original de igualdad corresponde al


estado de naturaleza en la teoría tradicional del
contrato social.
La justicia como imparcialidad, trasmite la idea de
que los principios de la justicia se acuerdan en una
situación inicial de que es justa.

Después de haber escogido una concepción de


justicia, podemos suponer que escogerán una
constitución y un poder legislativo que aplique las
leyes, de acuerdo siempre a los principios de la
justicia convenidos originalmente.
Las personas en la situación inicial escogerían dos
principios bastante diferentes: el primero exige
igualdad en la repartición de derechos y deberes
básicos, mientras que el segundo, sostiene que las
desigualdades sociales y económicas (riqueza y
autoridad) solo son justas si producen beneficios
compensadores para todos y, en particular para los
miembros menos aventajados.

No hay injusticia en que unos pocos obtengan


mayores beneficios, con tal de que con ellos se
mejore la situación de las personas menos
afortunadas.
La justicia como imparcialidad es un ejemplo de lo
que he llamado una teoría contractualista, aunque
haya objeciones al término contrato (el autor), la
justicia como imparcialidad no es una teoría
contractual completa.
1.4.- La posición original y su justificación.

La posición original es el statu quo,


inicial apropiado que asegura que
los acuerdos fundamentales
alcanzados en el área sean
imparciales.

Las concepciones de la justicia


deberán jerarquizarse según su
aceptabilidad por las personas en
tales circunstancias.
La justificación se resuelve elaborando un problema
de deliberación: tenemos que averiguar que
principios seria racional adoptar dada la situación
contractual. Esta conecta la teoría de la justicia con la
teoría de la elección racional.
Un problema de la teoría racional tiene respuesta
definitiva sólo si conocemos las creencias e intereses
de las partes, sus relaciones mutuas, las alternativas
entre las que han de escoger, el procedimiento
mediante el cual decidirán etc.

Parece razonable y generalmente aceptable que


nadie esté colocado en una posición ventajosa o
desventajosa por la fortuna natural o por las
circunstancias sociales al escoger los principios.
Los principios de justicia son los que aceptarían los
seres iguales y racionales, preocupadas por
promover sus intereses, siempre y cuando supieran
que ninguno de ellos está en ventaja o desventaja
por virtud de contingencias sociales y naturales.

Estamos seguros que la intolerancia religiosa y la


discriminación racial son injustas; sin embargo
tenemos mucha menos seguridad en lo que se
refiere a cual es la distribución correcta de la riqueza
y de la autoridad.
“Equilibrio Reflexivo” es equilibrio porque finalmente
nuestros principios y juicios coinciden; y es reflexivo
puesto que sabemos a qué principios se ajustan
nuestros juicios reflexivos y conocemos las premisas
de su derivación.
1.5.- El utilitarismo clásico.

La idea principal, es que cuando las instituciones más


importantes de la sociedad están dispuestas de tal
modo que obtienen el mayor equilibrio necesario de
satisfacción distribuido entre todos los individuos
pertenecientes a ella, entonces la sociedad está
correctamente ordenada y es, por tanto justa.
La concepción de justicia más racional es la utilitaria,
para comprobarlo consideramos que cada hombre,
al favorecer sus propios intereses, es ciertamente
libre de equilibrar sus propias perdidas con sus
propias ganancias. Podemos, así, imponernos un
sacrificio momentáneo con objeto de obtener
después una ventaja mayor.

La justicia social es el principio de prudencia racional


aplicado a una concepción colectiva del bienestar del
grupo.
Es esencial tener presente que en una teoría
teleológica el bien es definido independientemente
de lo justo.

1.- La teoría da cuenta de nuestros juicios meditados


respecto a qué cosas son buenas (nuestros juicios de
valor).
2.- La teoría nos permite juzgar la bondad de las
cosas sin referirnos a lo que es justo.
La distribución correcta en cada caso es la que
produce la máxima satisfacción. La sociedad tiene
que asignar sus medios de satisfacción cualesquiera
que sean, derechos y deberes, oportunidades y
privilegios, y diversas formas de riqueza, de tal modo
que, si puede, obtenga este máximo.

Los demás preceptos, los de la justicia derivan del


único fin de obtener el mayor equilibrio de
satisfacción.
La justicia de sentido común tiene cierta utilidad para
limitar las propensiones humanas a la injusticia y a las
acciones socialmente dañinas.

Ya que, así como para un hombre es racional


maximizarla satisfacción de su sistema de deseos,
para una sociedad es justo maximizar el equilibrio
neto de satisfacción obtenido por todos sus
miembros. Entonces, el modo más natural de llegar
al utilitarismo, es adoptar para la sociedad en
conjunto el principio de elección racional por el
individuo.
ALGUNOS CONTRASTES RELACIONADOS

Se supone que cada miembro de la sociedad tiene


una inviolabilidad fundada o, como dicen algunos,
derecho natural, el cual no puede ser anulado ni
siquiera para el bienestar de cada uno de los demás.
El razonamiento que pondera las pérdidas y
ganancias de diferentes personas como si fuesen una
sola queda excluido. Por tanto, en una sociedad
justa, las libertades básicas se dan por sentadas, y los
derechos, asegurados por la justicia, no están sujetos
al regateo político ni al cálculo de intereses sociales.

La doctrina contractual acepta nuestras convicciones


acerca de la prioridad de la justicia como, en general,
correctas, el utilitarismo pretende explicarlas como
una ilusión socialmente útil.
Un segundo contraste está en que mientras el
utilitario hace extensivo a la sociedad el principio de
elección por cada hombre, la justicia como
imparcialidad por ser una visión contractual, supone
que los principios de elección social y por tanto los
principios de justicia, son ellos mismos objeto de un
acuerdo original.

El último contaste, es que el utilitarismo es una teoría


teleológica, mientras que la justicia como
imparcialidad no lo es. Entonces, por definición, la
última es una teoría deontológica.
Hay que notar que las teorías deontológicas se
definen como no teleológicas, es decir, no como
teorías que caractericen lo justo de las instituciones y
de los actos independientemente de sus
consecuencias.
Por otra parte, en la justicia como imparcialidad, las
personas aceptan por anticipado un principio de
igual libertad y lo hacen sin un conocimiento de sus
fines más particulares.
1.6.- El problema de la prioridad.

La aplicación de estos principios requiere ser


realizada acorde a ciertas reglas de prioridad.

• Prioridad del primer principio sobre el segundo


(libertad solo puede ser restringida por la libertad
misma, ya sea para reforzar otras libertades o
porque las desigualdades que se produzcan en las
libertades básicas serán aceptables para aquellos
que detentan una libertad menor).
• Prioridad del segundo principio de justicia sobre
cualquier criterio de eficacia o bienestar (igualdad
de oportunidades y el beneficio a los menos
aventajados).

Se deriva de esto:
(a) las desigualdades de oportunidades deben
aumentar las de quienes tienen menos;
(b) (b) que todas las cantidades excesivas de ahorro
deban tener como propósito preferente alivianar
el peso de aquellos que más lo sufren como
carga.
• En forma anexa, se puede señalar implícitamente
la preferencia del derecho por sobre la idea del
bien moral.
UNIDAD 2
LOS PRINCIPIOS DE LA JUSTICIA

Objetivo General.- Conocer los principios de la


Justicia que fundamentan la teoría de la Justicia
como imparcialidad.
2.1.- Instituciones y Justicia formal.
Primero: cada persona ha de tener un derecho igual
al esquema más extenso de libertades básicas que
sea compatible con un esquema semejante de
libertades para los demás.

Las libertades básicas (libertad política, de expresión


y reunión, de conciencia y pensamiento, de persona
que comprende la libertad frente a la opresión
psicológica, agresión física; el derecho a la
propiedad personal y a la libertad respecto al arresto
arbitrario).
Segundo: las desigualdades sociales y económicas
habrán de ser conformadas de modo tal que a la vez
se espere razonablemente que sean ventajosas para
todos y se vinculen a empleos y cargos asequibles
para todos.

El segundo principio se aplica a los aspectos que


establecen desigualdades económicas y sociales
como la distribución de ingreso y riqueza que no
tiene que ser igual para todos pero si ventajosa.
Ambos principios se aplican a la estructura básica de
la sociedad y rigen a la asignación de derechos y
deberes regulando la distribución de las ventajas
económicas y sociales.

El primer principio tiene prioridad sobre el segundo,


porque al ser transgredidas las libertades básicas no
pueden justificarse ni compensarse con mayores
beneficios sociales y económicos, tampoco son
absolutas por que pueden entran en conflicto entre
sí, forman un sistema que es para todos.
Los principios llevan al planteamiento del concepto
de la justicia como: Todos los valores sociales habrán
de ser distribuidos igualitariamente a menos que una
distribución desigual de alguno o de todos
estos valores redunde en una ventaja para todos.

La injusticia son aquellas desigualdades que no


benefician a todos. La justicia no impone
restricciones al tipo de desigualdades que son
permisibles, simplemente exige que se mejore la
posición de cada uno.
1. Rawls y el derecho de gentes
Una de las intenciones de Rawls al escribir The Law of
Peoples es proponer una serie de principios de
derecho y de justicia que guíen el comportamiento
de los estados entre sí, que contribuyan a interpretar
el derecho internacional y que sirvan para el diseño
de la política de instituciones internacionales.
1. Los pueblos son libres e independientes y sus
libertades e independencia deben ser respetadas
por otros pueblos.
2. Los pueblos deben cumplir con los tratados y
compromisos.
3. Los pueblos son iguales y son partes en los
acuerdos que los ligan.
4. Los pueblos deben cumplir con el deber de no
intervención.
5. Los pueblos tienen derecho a la defensa propia,
pero no derecho a instigar la guerra por razones
que no sean de defensa propia.
6. Los pueblos deben honrar los derechos humanos.
7. Los pueblos deben observar ciertas restricciones
en la conducción de una guerra.
8. Los pueblos tienen el deber de asistir a otros
pueblos que viven en condiciones desfavorables
que les impiden tener un régimen social y político
justo.
Ahora bien, no se encuentra en la lista de principios
del ámbito internacional algo análogo al principio de
diferencia. Esto significa, en términos prácticos, que
no se ha previsto ningún mecanismo redistributivo
desde los países ricos hacia los países pobres
(mientras que sí lo hay entre sectores aventajados y
desaventajados en una sociedad liberal) y que dicha
situación no se considera injusta.
2.2.- El principio de la eficiencia y de diferencia
Este principio consiste en que es sólo es justificable
las desigualdades si las diferencias sociales y
económicas, representan beneficios para todos y
particularmente para aquellos que son menos
aventajados y que existan cargos accesibles para
todos.
Rawls establece que este principio se desarrolla en
una sociedad justa y democrática y que obviamente
en esta sociedad existen personas más aventajadas
económicamente y las que son menos aventajados y
por supuesto, como en toda sociedad siempre van a
existir desigualdades entre unos y otros.

Es por este motivo que no podía faltar en el modelo


de la estructura básica de Rawls, un principio que se
ocupara de equilibrar éstas desigualdades, a lo que
el autor llamó el principio de diferencia.
2.3.- La igualdad democrática
La igualdad democrática, es la mejor manera de
interpretar el concepto de igualdad de
oportunidades.

Este principio sostiene que “quienes tengan


habilidades y capacidades similares deberían tener
perspectivas de vida similares”

Suponiendo obviamente que los individuos en


cuestión tengan la misma disposición de usarlas.
Para conseguir este objetivo de una manera no
atente ni contra las libertades básicas ni contra la
motivación de las personas por emprender proyectos
potencialmente beneficiosos para la sociedad,

El principio de la justa igualdad de oportunidades


con el principio de diferencias, es lo que Rawls
entiende como igualdad democrática.
JUSTICIA [«justice»]:

En sus propias palabras: «La justicia es la primera


virtud de las instituciones sociales, como la verdad lo
es de los sistemas de pensamiento».
Está siempre por encima de cualquier argumentación
basada en la eficiencia o en el bienestar. O lo que es
lo mismo: «los derechos asegurados por la justicia no
están sujetos a regateos políticos, ni al cálculo de los
intereses sociales».
JUSTICIA FORMAL [«formal justice»]:

La justicia formal consiste en la aplicación imparcial y


coherente de las leyes y de las reglas de las
instituciones (sean cuales sean los principios
substanciales de justicia puestos en práctica en las
leyes o las instituciones).
JUSTICIA PROCEDIMENTAL PERFECTA [«perfect
procedural justice»]:

Según esta concepción de la justicia, es posible


elaborar un procedimiento que ofrezca una división
equitativa y con garantías en tal sentido.
Cuando una concepción procedimental de la justicia
no consigue construir un procedimiento infalible en
el sentido precedente, se puede hablar de “justicia
procedimental imperfecta”.
JUSTICIA PROCEDIMENTAL PURA [«pure
procedural justice»]:

A través de la justicia procedimental pura, Rawls


reenvia a las concepciones de la justicia en que la
exigencia de justicia no presuponen la existencia de
un criterio, independientemente del proceso
seguido, para la identificación del resultado correcto.
Estas concepciones de la justicia comportan la
identificación de procedimientos equitativos en el
sentido que el hecho de seguir tales procedimientos
garantiza el carácter correcto o equitativo del
resultado.
LIBERTADES BÁSICAS [«basic liberties»]:
Se trata de las libertades políticas (derecho a voto,
derecho a ser elegido para asumir responsabilidades
públicas), de la libertad de palabra y de asociación,
de la libertad de conciencia o de pensamiento, de la
libertad para tener propiedad privada i del principio
de «rule of law»: la protección de cada uno contra la
detención, el arresto y aprisionamiento arbitrario.
El derecho y la
justicia
Cuando en una regla de derecho expresamos que la
consecuencia debe seguir a la condición, no
adjudicamos a la palabra “debe” ninguna
significación moral.

La regla de derecho es un instrumento que sirve


para describir el derecho positivo, de aquí se
desprende que el derecho positivo y la moral son
órdenes normativos distintos uno del otro.
Esto no significa que sea menester renunciar al
postulado de que el derecho debe de ser moral,
puesto que, precisamente, solo considerando al
orden jurídico como distinto de la moral, cabe
calificarlo de bueno y malo.

Para que el orden moral sea distinto del orden


jurídico es preciso que el contenido de las normas
morales no se confunda con el de las normas
jurídicas.
Gracias a esta condición resulta posible pronunciar
un juicio moral sobre un orden jurídico; desde este
punto de vista de la moral, la norma jurídica es
buena o mala, justa e injusta. Hay aquí un juicio de
valor emitido sobre la base de una norma moral y,
por consiguiente, extraño a la ciencia del derecho,
puesto que no es pronunciamiento sobre la base de
una norma.
Los únicos juicios de valor que la ciencia del derecho
podría pronunciar teóricamente son aquellos que
comprueban la conformidad u oposición entre un
hecho y una norma jurídica. El hecho se estaría
entonces declarado lícito o ilícito. Legal o ilegal
constitucional o anticonstitucional (ej. La doble
tributación).
Cuando un acto que se presenta bajo la forma de un
acto creador de derecho no es conforme a las
prescripciones de la norma que lo rige, no adquiere
la calidad de acto jurídico y no tiene los efectos que
pretende tener (ej. Matrimonios igualitarios, uber, y
caso contrario la competencia concurrente).

Carece, pues de la significación objetiva de un acto


creador de derecho; pero solamente la autoridad
competente puede hacer en forma valida la
verificación.
Igualmente la ciencia jurídica carece de competencia
para decidir si una ley es conforme a la constitución.
Esta decisión pertenece ya sea al parlamento, al
tribunal encargado de aplicar la ley o a un tribunal
especial. Si la autoridad competente ha declarado
que la ley es constitucional, el jurista no puede
considerarla como desprovista de efectos jurídicos.
La ciencia del derecho no tiene competencia para
decidir si un Estado ha violado el derecho
internacional o si un órgano de la comunidad de la
comunidad internacional no ha cumplido con las
normas del tratado que lo instituyo. Solamente
puede describir el derecho tal y como ha sido creado
y aplicado por los órganos competentes (ej. Iva y las
afores).
Está claro que el derecho positivo no puede prever
siempre el recurso ante un órgano superior para
decidir sobre la legalidad de un órgano inferior.
Particularmente cuando se trata de la legalidad del
órgano supremo de un orden jurídico.

En un caso semejante la legalidad depende de la


actitud de los órganos inferiores. Así, cuando es
dudoso que un fallo de la Corte Suprema sea
realmente lo que pretende ser (ej. Las decisiones de
la Suprema Corte no son apelables, TJM).
El que considera justo o injusto un orden jurídico o
alguna de sus normas se funda a menudo, no sobre
una norma moral positiva, es decir, sobre una norma
que ha sido “puesta”, sino sobre una norma
simplemente “supuesta” por él. Así considerara, por
ej. Que un orden jurídico comunista es injusto puesto
que no garantiza la libertad individual.
Estos juicios de valor tienen, pues, un carácter
subjetivo, porque no se fundan en una norma
positiva, sino en una norma solamente supuesta por
el que los enuncia.
La justicia no se presenta casi nunca como un valor
relativo fundado sobre una moral positiva,
establecida por la costumbre, y por esa razón
diferente de un lugar a otro (ej. Los insultos)

La justicia absoluta es un ideal irracional. Por


indispensable que pueda ser la voluntad y la acción,
escapa al conocimiento racional, y la ciencia del
derecho sólo puede explotar el dominio del derecho
positivo.

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