Zeledon, Marco Tulio, El Acta de Independencia A La Luz Del Derecho y La Razon

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E-191-65

COSTA RICA AMERICA CENTRAL


ZELEDÓN, MARCO TULIO
Acta de Independencia de Centro América:
a la luz del derecho y la razón. San José:
Instituto cultural Costarricense Argentino,
1967. 58 p.
MARCO TULlO ZELEDON

El Acta de Independencia
de Centro América
a la Luz del Derecho y la Razón

Publicaciones del Instituto Cultural


Costarricense Argentino

San José, Costa Rica


1967
1;

215916
L Institu to Cultural Cos-

E tarricense Argentino tie-


ne el señalado honor de
ofrecer a los lectores, es-
te documentado estudio histó-
rico-jurídico de su ilustre di-
rector, el Lie. don Marco Tulio
Zeledón, que se intitula: "EL
ACTA DE lNDEPENDEN-
CIA DE CENTRO AMERICA
A LA LUZ DEL DERECHO
Y LA RAZON".
Se trata de 1:\ ponencia que
el autor, en su cHácter de De-
legado de la Academia de
Geografía e Historia de Costa
Rica, presentó a la considera-
ción del IV Congreso Interna-
cional de Historia de América,
que se reunió en la ciudad de
Buenos Aires, en octubre del
año próximo pasado, y que
mereció la aprobación y la más
cálida acogida de ese cóoclave
de eruditos historiadores hispa-
noamericanos.
Es ésta, la segunda obra que
logra editar el Instituto, en el
curso de este año y la número
30 del Lie. Zeledón, con la
cual, el expositor remata en
forma extraordinaria y brillan-
te sus primeros treinta años de
labor editorial.
(Pasa ti Id solapa siguiente)
(;,/q/
MARCO TULlO ZELEDON

El Acta de Independencia
de Centro América
a la Luz del Derecho y la Razón

Publicaciones del Instituto Cultural


Costarricense Argentino

San José, Costa Rica


1967
EL ACTA DE INDEPENDENCIA DE CENTRO
AMERICA A LA LUZ DEL DERECHO
Y LA RAZON i\/I ,
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COMISION DIRECTIVA DEL INSTITUTO CULTURAL
"
COSTARRICENSE ARGENTINO

PRESIDENTE:
Dr. Rodrigo Chacón Jinesta
VICEPRESIDENTE:
Lic. Marco TuJio Zeled6n

SECRETARIO:
Lic. Jorge Desantí

TESORERA:
Prof. Ne/va Armas

FISCAL:
/ng. Germón Leone

VOCAL 1':
Sra. Mabe/ de Chac6n

VOCAL 2°:
Dr. Guillermo Herrera
\

PREFACIO

CU'ando se celebró en Buenos Aires, del 5 al 12 de octubre


de 1966, el IV Congreso Internacional de Historia de América,
entre los setenta y cinco integrantes de delegaciones extranjeras
se destacó lo personalidad del costarricense Marco Tulio leledón,
quien fue elegido para ocupar una de las primeras Vicepresi-
dencias del Congreso y para contestar el discurso oficial del
Secretario de EdU'cación Pública de la Argentina, profesor Carlos
María Gelly y Obeso En tal oportunidad, el Licenciado Marco
Tulio leledón estaba también investido con el carácter de
Embajador Extraordinario y Plenipotenciario en Misión Especia/
a los dos gobiernos del Plata: Buenos Aires y Montevideo.
Desempeñaba entonces, el qlJe estas líneas escribe, el cargo
de Director General de Relaciones Cultura/es de la Cancillería
Argentina, yeso circunstancia le permitió establecer contactos
personales con dos estudiosos que llevaban propósitos diferentes,
uno señalar el desarrollo histórico de Costa Rica a través del
Acta de Independencia de Centro América y otro propiciar,
mediante la profundización de la historia, el gobierno mundial
que ponga fin a los particularismos nacionales. E/ uno era
Marco Tulio leledón y el otro Arnold J. Toynbee.
Quiere ahora el destino ambulante del diplomático, que
me corresponda como Embajador de la Argentina en Costa Rica
introducir ante el público de la tierra de Juan Santa maría, la
ponencia que Marco Tulio leledón presentó en el IV Congreso
Internacional de Historia de América y lo hago con singular
satisfacción porqU'e me permite expresar aquí mi agradecimiento
al hombre que supo con su palabra elocuente y mesurada,
afirmar mi interés por un país con el cual estamos los argentinos
íntimamente vinculados, como consecuencia de una sorprendente
comU'nidad de características y de idiosincrasia.

5
EL ACTA DE INDEPENDENCIA

Trata en su ponencia el Licenciado Marco Tulio leledón,


con ponderación y sutileza, uno de los aspectos esenciales de
la independencia, tanto de Costa Rica como de Argentina, y
es el de haberla declarado como una manifestación natural de
madurez, sin odio hacia España, procurando no herir a fondo
la susceptibilidad de la nación conquistadora y civilizadora y
como siguiendo subconscientemente el sabio conseio de Fray
Antonio de Liendo y Goicoechea:

"Como el leño que viéndolo encendido


por el lado que no arde lo cogemos,
al enemigo así tratar debemos
por el extremo suave y comedido".

Entiendo que el Acta de Independencia de Centro América,


de 1821 , fue el primer paso decisivo hacia el autogobierno
criollo en Costa Rica; luego vendría el Pacto de Concordia,
con sus cuatro principios fundamentales que le dieron fisonomía
propia: libertad, unidad, seguridad y tranquilidad, y por fin
la guerra de 1856 que consolidó con la acción heroica y la
sangre derramada, la fe en el destino nacional, sin la cual no
se puede sobrevivir. Mario Sancho, en sus memorias, cuenta
que un boticario de la Puebla, Juan Torres, solía decir a su
clientela al tiempo de darle el remedio de ruibarbo o de romero:
"Tóme/o en ayunas y póngale fe". Con la guerra de 1856,
Costa Rica le puso fe, y para siempre, a su existencia nacional.
Un trabaio más añade con este folleto el Licenciado Marco
Tulio leledón, a los veintinueve libros que lleva publicados en
sus treinta años de estudioso de la historia y de la política.
Esta vez llega hasta sus compatriotas por intermedio del Insti-
tuto CU'ltural Costarricense Argentino, que acaba de reiniciar
sus actividades con renovadas esperanzas después de un pro-
longado intervalo y las reinicia con el mismo espíritu del que
fue su fundador, Enrique Loudet, uno de esos argentinos que
por dondequiera que pasó deió abierto el surco o sembrada
la semilla para cosechas fu,turas. Personalmente consideraré
lograda mi misión como Embaiador en Costa Rica, si contribuyo
a mantener viva la llama de la antorcha que él nos entregó
encendida.

6
\
\
\

MARCO TUllO ZELEDON

Los países no nacen con pecados originales como los


hombres, pero los han de cometer para ir adelante. Creo que,
sin excepción, todos los pueblos de América hemos cometido
pecados, pero, casi todos, los hemos cometido "para ir ade-
lante". La Historia es la encargada de dar el veredicto supremo
y este valioso trabaio de Marco Tulio leledón contribuirá, sin
duda, en sus proyecciones locales, al iuicio de la posteridad.

San José, marzo de 1967

FRANCISCO R. BEllO

Embajador de la República Argentina

7
CAPITULO 1

BROTES DE REBELDIA Y FACTORES QUE


DETERMINARON LA DECLARACION
DE INDEPENDENCIA

Durante la dominación española, la mayor parte


del tiempo, los territorios ubicados en el istmo centro-
americano, dependieron política y administrativamente
del Reino o Capitanía General de Guatemala. Por
espacio de varios siglos, las autoridades superiores
peninsulares ejercieron, con el auxilio de funciona'rios
subordinados en cada localidad y en nombre de la
corona española, el gobierno irrestricto de las pro-
vincias de Verapaz, Chiapas, Soconusco, Guatemala,
San Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica.
Tanto los aborígenes de estas tierras descubiertas
por el intrépido navegante, como los criollos que las
habitaron después, debido al estado de indefensión,
a lo despoblado de la región y al grado de incultura
general, se vieron sometidos casi siempre, a la más
oprobiosa servidumbre. La crueldad, el fanatismo
religioso, la ambición de riquezas y el capricho de las
autoridades extranjeras, jamás conoció límites. Por
su parte, el gobierno de Su Majestad Imperial, no

9
EL ACTA DE INDEPENDENCIA

obstante la legislación aprobada al efecto para regular


las relaciones del gobierno central con sus dominios
de ultramar, es sensible confesarlo, pero fue muy poco
lo que se interesó por mejorar la suerte de sus ricas
colonias.
Esas circunstancias, unidas al conocimiento de
las informaciones sobre la emancipación de las pose-
siones británicas de América del Norte y de las luchas
libertarias emprendidas con arrojo y sacrificio por los
insurgentes mexicanos y por las huestes de Bolívar
y San Martín, en el Sur, fueron preparando el am-
biente para. la gesta emancipadora del área centro-
americana.
Los anhelos de libertad, que ya comenzaban a
aflorar en las altas esferas de la comunidad istmeña,
vinieron a 'TObustecerse notablemente ante un hecho
político insólito, como fue la vergonzosa capitulación
de los monarcas españoles en Bayona, ante el poderío.
de Napoleón Bonapa,rte, quien hizo entrega de la
corona de la madre patria a su hermano José.
Todas esas motivaciones, harto favorables para la
causa emancipadora fueron hábilmente aprovechadas
por los dirigentes del movimiento -entre los cuales
se destacaron varios clérigos distinguidos- para
abrirles los ojos a las masas populares y señalarles
el camino de la libertad y los derechos humanos.
En el ambiente de este pequeño sector de Amé-
rica, el campanazo original de la insurrección lo dio,
la Ciudad Real de Chiapas en 1809.
El 15 de noviembre de 1811, los altivos moradores
de San Salvador se amotinaron contra las autoridades
constituidas y lanzaron, a los cuatro vientos, el primer
grito de libertad que registra nuestra Historia. Sus

10
MARCO TUllO ZELEDON

consecuencias, aunque efímeras, fueron sin embargo,


las precursoras de los hechos que culminaron con buen
éxito pocos años después.
Ese mismo año memorable de 1811, se encendió
la chispa de la discordia en distintos lugares y se
registraron levantamientos en varias poblaciones del
territorio salvadoreño. También los hubo el mismo
año en Nicaragua, en las ciudades de León y de
Granada. Posteriormente ocurrieron motines por la
misma causa, en Tegucigalpa y en Chiquimula.
El 21 de diciembre de 1813 se descubrió en la.
ciudad de Guatemala y pronto fue sofocada, una muy
seria conjura que tenía el propósito de derrocar de
su silla al despótico y atrabiliario Capitán General,
J osé de Bustamante y Guerra. Este movimiento se
conoce en las páginas de la Historia, con el nombre
de la conjura de Belén, por haber sido inspirado por
frailes del convento del mismo nombre.
En enero del año 1814 se produjo una nueva
insurrección en la levantisca ciudad de San Salvador,
contra la férrea dictadura de los "chapetones", a. raíz
de la integración del Ayuntamiento de esa localidad.
Este nuevo brote de inconformidad tenía sin duda,
mejor contenido ideológico que todos los anteriores.
Pues, como acertadamente lo afirma el Lic. Carlos
Meléndez(1): "Se buscaba en esta oportunidad llegarse
a organizar políticamente bajo una Constitución cuyo
proyecto se tenía ya redactado, fundada en dos prin-
cipios: que la. soberanía debía residir en una junta
compuesta de individuos electos por el pueblo; que

(I) MELENDEZ CHAVERRI, Carlos: "El Presbítero y Doctor don José


Matías Delgado en la forja de la Nacionalidad Centroa.merlcana".
P6gina 200.

11
EL ACTA DE INDEPENDENCIA

tres individuos de ella, denominados cónsules, debían


formar un tribunal ejecutivo, siendo General en Jefe
el Primer Cónsul, Ministro de Gobierno el segundo
e Intendente el tercero".

De las provincias de la Capitanía General de


Guatemala, Costa Rica fue la única refractaria, que
permaneció todo el tiempo al margen de los movi-
mientos de insurrección que se sucedieron concatena-
damente en el suelo istmeño, en las primeras décadas
del siglo XIX. Su lealtad a la corona y a la persona
de Fernando VII, se mantuvo firme e invariable siem-
pre, llegando hasta el extremo de levantar fuerzas
armadas para combatir a los bravos y rebeldes gra- .
nadinos, previa reiteración de un solemne juramento
de fidelidad al inepto monarca.

Múltiples son sin embargo, las razones que


explican satisfactoriamente esta actitud negativa de
un pueblo eminentemente democrático y enemigo de
la fuerza como el costarricense. Conviene recordar,
en primer término, que Costa Rica, situada en el
extremo meridional del área, era la más alejada de
la capital y sus escasos pobladores, privados de vías
y medios de comunicación, vegetaban en el más triste
abandono y en condiciones harto precarias. El anal-
fabetismo alcanzaba un nivel extraordinario y la mano
fuerte de las autoridades peninsulares apenas se hacía
notar. En tales circunstancias, ni el pueblo ni las
clases más favorecidas advertían la necesidad de sa-
cudir un yugo, que muy poco o nada les pesaba. Por
el contrario, habían llegado a encariñarse con los
gobernadores españoles, que les brindaban un trato
casi paternal.

12
MARCO TUllO ZElEDON

Para reforzar la explicación de este interesante


a.specto de nuestra historia colonial, es oportuno
agregar aquí, el autorizado criterio sustentado por el
ilustre historiador nacional, don Ricardo Fernández
Guardia, que literalmente dice(2): "A primera vista
parece extraña esta conducta de un pueblo que poste-
riormente ha dado pruebas fehacientes de amor a la
libertad; pero se explica por las siguientes razones:
en primer término la actitud de la clase alta, que
lejos de iniciar e impulsar la rebeldía, se opuso resuel-
tamente a todo movimiento de independencia en
aquella época, sobre todo la, aristocracia de Cartago;
la poderosa influencia ejercida por el clero; el caso
especialísimo de que por motivo de su gran aislamien-
to, su insignificancia y el completo abandono en que
la tenían las autoridades superiores, Costa. Rica go-
zaba de una autonomía no por tácita menos efectiva".
Y, más adelante agrega: "Por otra parte, en Costa
Rica no existía contra. los españoles europeos ese odio
que fue en otros ¡ugares uno de los móviles más
fuertes de la rebelión, como sucedió en San Salvador
y Nicaragua; al contrario, eran apreciados y queridos.
A estas razones hay que sumar la índole pacífica. y
ordenada del pueblo costarricense, en el que contaba
un número muy escaso de individuos de origen afri-
cano, que fueron en Centro América los más ardientes
antiespañoles" .

Como feliz remate de los acontecimientos preli-


minares de la. separación de España, que nos hemos
visto obligados a narrar suscintamente, tanto por acatar
las disposiciones del Reglamento del Congreso, como

(2) FERNANDEZ GUARDIA, Ricardo: "Historia de Costa Rica, la Inde-


pendencia". Página 3.

13
EL ACTA DE INDEPENDENCIA

que son de sobra conocidos por los miembros de esta


docta asamblea de historiadores, arribamos por fin, al
15 de setiembre de 1821, etapa gloriosa y preliminar de
la independencia centroamericana del dominio europeo.

Los criollos de la capital del reino, que como


ya se ha visto, desde mucho tiempo atrás venían
acariciando los ideales de libertad y exponiendo su
vida y sus haberes a las represalias, que no pocos tu-
vieron que padecer y envalentonados con el paso dado
por Iturbide, con su famoso manifiesto trigarante de
Iguala y ante la resuelta actitud de tres ayuntamien-
tos de la provincia de Chiapas, que pocos días antes
habían proclamado y jurado la independencia, forza-
ron, por medio de la diputación provincial al Capitán
General y Jefe Político Interino, Brigadier Gabino
Gaínza, para que convocara inmediatamente una junta
de notables, que examinara y se pronunciara sobre las
demandas de emancipación que. el pueblo formulaba
con apremio.

La junta se verificó en efecto, en el palacio de


los Capitanes Generales ubicado en la ciudad de
Guatemala, en las horas de la mañana del sába.do 15
de setiembre del año 1821, bajo la presidencia del
propio representante de su Majestad, el timorato e
indeciso Gaínza y a ella asistieron como invitados,
las representaciones provincial y municipal, el arzo-
bispo metropolitano y los prelados de las distintas
órdenes religiosas, las autoridades militares y repre-
sentantes del claustro universitario, del consulado y
del Colegio de Abogados. La sesión fue pública y el
contingente popular jugó, al final, un papel muy des-
tacado en los acuerdos a que la asamblea llegó, des-
pués de largos y acalorados debates.

14
MARCO TULlO ZELEDON

El texto de la circular, por medio de la cual el


Capitán General convocó a la junta de notables, es
el siguiente:

"Asuntos del mayor interés que pueden ocurrir á


la felicidad y tranquilidad públicas, han llamado en
el día toda la atención de esta Superioridad. En con-
secuencia he dispuesto que el Ylmo. Sor. Arzobispo
y los individuos del Venl. Cabildo Eclesiástico, por
ausencia del Sr. Regente, dos de los S. S. Ministros
de la Aud. territorial, el primer Alel., dos Regidores
y dos de los Síndicos del Ayuntamiento Constitucional,
dos individuos de las Corporaciones, el primer Gefe o
Comandante de cada Cuerpo Militar de esta guarni-
ción, el Sr. Auditor de Grra., el Protomédico, un pre-
lado de cada orden, los Padres Curas de la ciudad y
los Secrets. de Govno. y Diputación Prov!. se reunirán
el día de mañana 15 á las ocho de ella en el Salón
del Palacio, por tanto espero que Ud. no faltará á la
hora señalada á fin de que auxilien con sus luces; y
de quedar enter:ado U., espero el correspondiente aviso.
Dios güe. a U. ms. as. - Palacio de Guatemala 14 de
Setb. de 1821, Gavino Gaínza".

La histórica sesión se inició con la lectura de las


comunicaciones recibidas el día anterior, procedentes
de los ayuntamientos de Ciudad Real, Comitán y
Tuxtla -integrantes de la Capitanía General-, por
medio de las cuales se notificaba la decisión tomada
por esos cuerpos municipilles, de haber proclamado y
jurado la independencia absoluta de la madre patria
y su adhesión al Plan de las Tres Garantías. También
se le dio lectura, a la formal invitación pa,r a que Gua-
temala adoptara la misma actitud de esos municipios.

15
EL ACTA DE INDEPENDENCIA

La indecisión que en un princIpIO provocó el


elocuente discurso del ilustrad<? hondureño, José Ceci-
lio del Valle y de otros monárquicos y españolistas,
que lo secundaron y que lucharon con él ardorosa-
mente, ese memorable día, por evitar o diferir al
menos el pronunciamiento emancipador, a la postre
fue superada por los patriotas que, en un alarde de
coraje consiguieron imponerse en el seno de la junta,
con el respaldo franco y decidido de las masas popu-
lares, que invadían frecuentemente el recinto de sesio-
nes y saludaban con vítores los votos que emitían los
partidarios de la causa y motejaban a los adversarios.
Agotada la discusión que se prolongó por muchas
horas y oída la opinión externada por cada uno de los
presentes, triunfó finalmente por amplio margen, la
tesis que sustentaba la proclamación de la inde-
pendencia de las provincias que hasta ese momento
formaban el Reino de Guatemala, bajo la tiránica
domina.ción española.
Tan pronto como quedó acordada la proclama-
ción, el pueblo enardecido por la euforia del triunfo
conquistado para tan justa causa, redobló sus esfuer-
zos y exigió a voz en cuello, que tanto Gaínza como
las autoridades provinciales y del Ayuntamiento, no
abandonaran el 'l'ecinto de sesiones, sin que antes
hubieran rendido el solemne juramento de fidelidad
a la emancipación.
Ante la presión de las masas, el Brigadier no
tuvo más camino que expresar su conformidad a
rendir el juramento que se le demandaba y así lo
hizo, allí mismo, ante el señor Alcalde primero cons-
titucional, don Mariano de Larrave, con el consiguien-
te júbilo de las multitudes. En un principio, Gaínza
pretendió hacerlo con sujeción al plan trigarante,

16
MARCO TUllO ULEDON

pero al final tuvo que aceptar las exigencias populares,


que eran radicales por la ruptura definitiva con
España.
Como fácilmente se advierte, el hecho escueto de
la proclamación de la independencia -en los términos
que se examinará más adelante--, no obstante su
trascendencia histórica y los cuantiosos intereses
económicos y políticos que afectaba, se deslizó suave-
mente, sin convulsiones de ningún género y sin que
se derramara ni una gota de sangre americana ni
europea. Ya se ha visto que hasta el propio Capitán
General y Jefe Político -máximo representante de
la Corona Imperial- aceptó, sin mucho regateo la
histórica proclamación y llegó su flexibilidad al ex-
tremo de aceptar proseguir en el ejercicio del mando
político y militar de la incipiente nacionalidad, en
estrecha colaboración con los emancipadores.
Sin embargo, sería injusto archivar en el olvido,
los ingentes sacrificios de los patriotas criollos que,
exponiéndos~ como se expusieron, en la etapa preli-
minar de la liberación, a toda clase de vejámenes,
abonaron con su sangre, el ostracismo y las prisiones,
el terreno adecuado para plantar, en fecha no distante,
el árbol de la libertad y los derechos del hombre y
del ciudadano.
Como lo demuestra, con lujo de detalles y de
auténtica información histórica, el director del Ar-
chivo General de la Nación de Guatemala, don Arturo
Valdp.s Oliva (3), es un hecho cierto, que Centro Amé-
rica alcanzó la libertad al precio de su sangre. Copie-
mos sus propias palabras al respecto: "Se ha dicho

(3) VALDES OLIVA, Arturo : "Centro América alcanzó la libertad al


precio de su sangre" , Página 5 ,

17
EL ACTA DE INDEPENDENCIA

y aún se repite, que la Independencia de Centro


América se logró sin que se derramase sangre. Ese
dicho injusto es negativo al esfuerzo de los patriotas
que se afanaron porque nuestros pueblos se hicieran
libres". Y luego agrega: "Al investigador de nuestra
Historia le parece que no puede haber nada más in-
grato ni más injusto que tal afirmación, que ofende
profundamente la memoria de los numerosos centro-
americanos que sucumbieron en las diversas luchas
registradas en nuestro suelo, cuando empuñando las
armas, quisieron tornar en realidad sus anhelos patrió-
ticos; y también debemos mantener presentes los
nombres de muchos varones que sufrieron largas con-
denas en las cárceles, el perpetuo encadenamiento,
los azotes en la picota. pública, el hambre imperante
en los presidios, y en muchos casos el confinamiento,
la crueldad del ostracismo".

Contra la adversa y no infundada opmlOn de


muchos ciudadanos significados de esa época, la eman-
cipación de las colonias ubicadas en el propio corazón
del nuevo mundo, fue, pocos años después, un hecho
definitivo y consolidado a la luz del derecho y la
razón. España, pese a su extraordinario poderío naval
y militar de otros tiempos -en cuyos dominios jamás
se ponía el sol-, pero desangrada por las encarnizadas
luchas libradas contra los suramericanos que coman-
daban esas dos grandes cumbres de la libertad: Bolívar
y San Martín, así como las sostenidas en el propio
terreno metropolitano contra las fuerzas bonapartis-
tas, usurpadoras de su soberanía, se vio imposibili-
tada de oponer su resistencia armada -ya que en
otros campos sí la ejerció- a los justos anhelos de
emancipación de estos pueblos oprimidos por el des-
potismo y la arbitrariedad de las crueles autoridades

18
MARCO TUllO ZELEDON

peninsulares. Apunta acertadamente don Ricardo


Fernández Guardia (4), que, a la consolidación de la
gesta emancipadora "contribuyó también la circuns-
tancia de haber sido detenidas en la Península, con
motivo de la. revolución liberal de Riego, las tropas
que estaban listas para embarcarse con destino a las
colonias americanas;'.

CAPITULO 11

EXAMEN Y CRITICA DEL ACTA


DE INDEPENDENCIA

Por una de esas grandes paradojas que de tiempo


en tiempo registra la Historia -similar a la acomo-
datiCia y falsa. conversión del voluble Brigadier-, el
encargado de redactar la partida de nacimiento del
futuro estado, fue el propio director intelectual de la
reacción imperialista, que luchó hasta el mismo 15
de setiembre por impedir a. todo trance el glorioso
esfuerzo separa,tista, don José Cecilio del Valle -con-
ceptuado con razón como la eminencia gris de esa
época de obscurantismo- jefe del partido españolista
y editor de un periódico conservador, pero que más
adelante luchó también, en varias oportunidades para
ocupar la Presidencia. de la República Federal de
Centro América. En la última ocasión logró al fin,
hacer que triunfara su candidatura, pero antes de
tomar posesión de ese alto cargo, la muerte le jugó
una mala pa,rtida.

(4) FERNANDEZ GUARDIA, Ricardo : "Cartilla Histórica de Costa Rica".


Póg;na 69.

19
EL ACTA DE INDEPENDENCIA

La firma de esa acta memorable, que fue califi-


cada por los más exaltados salvadoreños como "el
monumento sagrado de nuestra libertad", se realizó
el día siguiente de la proclamación -el 16 de setiem-
bre- en la residencia de Gaínza y la cubren las firmas
de doce próceres, estampadas después de la del triste-
mente célebre Capitán General. Son las siguientes:

Mariano de Beltranena
José Mariano Calderón
José Matías Delgado
Antonio de Rivera
Manuel Antonio de Molina
Mariano de Larrave
José Antonio de Larrave
y sido ro de Valle y Castrisiones
Mariano de Aycinena
Pedro de Arroyave
Lorenzo de Romaña
Secretario
José Domingo Diéguez
Secretario.

Conociendo la tela escurridiza de que estaba hecho


el sabio de Choluteca, no es de extrañar que su firma
no aparezca en el instrumento por él redactado y que
posteriormente se ufanó en reconocer como hijo de
su pluma. Sin emba.rgo, la firma de Valle si se regis-
tra, junto con la de los otros miembros, al aceptar
y jurar su cargo en la Junta Provisional Consultiva,
creada por el acta y que se instaló en el Palacio
Nacional de Gua.temala, el 16 de setiembre de 1821.
Por muchos años, el texto original de la carta
de independencia del reino de Guatemala, estuvo

20
\ ~xtraviado
MARCO TUllO ZELEDON

y sólo se conocían copias más o menos


fieles de la misma. En el año 1934, el director del
Archivo General de Guatemala, el recordado profesor
don José Joaquín Prado, tuvo el privilegio de locali-
zar ese valioso documento entre los papeles sin clasi-
ficar de la dependencia a su ca-rgo. De allí en adelante
ha sido posible obtener copias fotostáticas de la misma
para su mejor examen y difusión. La custodia de esta
reliquia histórica está a ca.rgo del gobierno de la
República y de la docta Sociedad de Geografía e
Historia de ese hermano país.
El texto del acta, es bastante sobrio y moderado.
A nuestro juicio, carece de altos vuelos literarios (5) y
adolece de poco contenido ideológico, como el de que
ha.ce gala la célebre Declaración de Independencia de
los Estados Unidos de América, de 177,6. No tiene
como otras, una amplia exposición de motivos, sino
un breve preámbulo que trata más bien de soslayar
responsabilidades. Comprende 18 artículos o apartes,
aun cuando la numeración de los mismos llega hasta.
el 19. Fue omitido el numeral 9, posiblemente por
descuido del copista, ya que no hay fundamento ni
comprobación alguna para suponer que dicha omisión
fuera ex profeso o que, a última hora se acordara
eliminar el contenido de dicho numeral.
En su aspecto material, el acta ocupa 7 folios
útiles. Está escrita a mano, con rasgos firmes y de
fácil lectura, en folios de papel sellado con el mem-
brete que dice: "Sello quarto: un quartillo: Años mil
ochocientos veinte y veinte uno". Se encuentra en

(5) Al reputado historiador nicaragüenese don Sofonías Salvatierra le


parece que el documento está escrito en un estilo literario COrrec-
tísimo, mejor que muchos de los otros similares que se conocen
de ese entonces en el resto de la América Española . "Contribución
a la Historia de Centro América". Pág ina 496.

21
':L ACTA DE iNDEPENDENCIA

perfecto estado de conservación y mide 30 centímetros


de alto por 20 de ancho.
En el preámbulo, los notables, para justificar su
actitud en caso de sobrevenir una demoledora reacción
del gobierno español, tuvieron el cuidado de dejar
constancia expresa de que eran públicos e indudables
los deseos de independencia del dominio español que,
por escrito y de palabra había manifestado el pueblo
de la capital; que habían sido recibidos por el último
correo, varios oficios de los ayuntamientos constitu-
cionales de Ciudad Real, Comitán y Tuxtla, los cuales
daban cuenta de haber sido proclamada. y jurada la
independencia y excitaban para que se hiciera lo
mismo en esa ciudad; que para tratar de asunto tan
grave se reunían en uno de los salones del Palacio
Nacional, las principales autoridades, clérigos y ele-
mentos significados de que ya se ha hecho mérito; y
que, una vez congregados todos los asistentes en el
mismo recinto y leídos los oficios expresados y discu-
tido y meditado el asunto que originaba la reunión y
oído el clamor de "VIVA LA INDEPENDENCIA",
que repetía de continuo el pueblo reunido en las calles,
plazas, patios, corredores y antesalas del palacio(6),
se tomaba por la diputación provincial e individuos
del Ayuntamiento, la trascendental resolución de
romper las cadenas que nos ataban al imperio español.

(6) " La muy ilustre señora Doña María Bedoya, esposa del prócer
Dr. Pedro Malina, notando con sorpresa que la discusión se pro-
longaba, y que el pueblo en masa no estaba allí manifestando
también sus votos; para congregar en multitud a aquella demo-
cracia naciente, hizo disparar cohetes y que un cuerpo de músicos
con sus alegres notas atrajera a los ciudadanos. En efecto, no
tardó, a pesar de que llovía, en congregarse el pueblo de todas
las clases, a vivar la independencia y a hacer presión sobre los
vacilantes y aun sobre los contrarios ". SALVATI ERRA, Sofonías,
op. cit. pág. 491 .

22
\
\
MARCO TUllO iELEOON

La declaración de independencia propiamente


dicha, la consigna el acta en examen en su artículo l Q.
A pesar de ser harto conocida, juzgamos conveniente
su reproducción para facilitar su análisis:

"1 Q) -Que siendo la Independencia del gobierno espa-


ñol' la voluntad general del pueblo de Guatemala,
y sin perjuicio de lo que determine sobre ella el
Congreso que debe formarse, el Sr. Jefe Político
la mande publicar para prevenir las consecuencias
que serían temibles en el caso de que la procla-
mase de hecho el mismo pueblo".

Este artículo, pese a que es tan claro como la


luz del medio día, ha sido objeto de múltiples espe-
culaciones. No pocos -cuyo criterio respetamos,
perQ no compartimos- advierten en él, ambigüedades
y contradicciones con el resto de la declaración, que
a nuestro juicio no existen más que en la mente de
quienes han pretendido socavarlo al gusto de sus
erradas interpretaciones. No es preciso recurrir a
ningún artificio de hermenéutica legal para constatar,
que el espíritu que animó a los firmantes del instru-
mento en referencia fue, sin lugar a dudas, el de acatar
la voluntad mayoritaria del pueblo de Guatemala y
de aprovechar el momento sicológico que ofrecía la
presencia de un hombre como Gaínza en el poder,
para dar comienzo a la tarea reivindicadora de la
libertad sin pérdida de tiempo, pero reservando eso
sí, la resolución final y definitiva de tan delicado
asunto, a un Congreso, investido de las facultades y
de la competencia necesarias, que habría de reunirse
pocos meses después y que la misma declaración se
encargó de convocar.

23
Ei. ACTA DE INDEPENDENCIÁ

La junta de notables, ante el clamor de un sector


muy apreciable pero no total de la población que
integraba la Capitanía General, decidió dar el primer
paso en la reconquista de la soberanía, pero en estricto
derecho ese pronunciamiento sólo podía ser tomado,
como se tomó, ad referendum, puesto que la mencio-
nada. junta -escogida a gusto y sabor del represen-
tante de la corona española- no estaba, no podía
estar investida de los poderes requeridos y mal podría
arrogarse, sin el consentimiento mayoritario de los
ciudadanos, el ejercicio del supremo poder constitu-
yente, único capaz de emitir un pronunciamiento defi-
tivo, de tanta, trascendencia para el devenir político
y la existencia misma de la comunidad.
Por esas razones, de suyo convincentes, estimamos
atinado, lógico y acorde con el derecho y la razón,
que el pronunciamiento útimo sobre la independencia
hubiera sido reservado como lo fue, a la ulterior deci-
sión de un Congreso, en cuya elección participarían
todas las provincias del reino, en proporción al nú-
mero de sus habitantes. Si efectivamente, el clamor
popular de todas las localidades estaba en favor de
la emancipación, ¿qué peligro podría correrse de dife-
rir la solución final del asunto hasta la reunión del
aludido Congreso? Y, si por el contrario, no estaba
maduro aún ese criterio, mayor razón había para aus-
cultar y sopesar el pensamiento global de la pobla,ción
que iba a ser afectada.
Los hechos posteriores y a muy corto plazo vinie-
ron a confirmar el carácter precario de la citada decla-
ración, ya que, antes de la -reunión del Congreso, el
mismo Jefe Político, en un nuevo acto de traición y
en complicidad, que es lo más grave, con la. Junta
Consultiva, abjuró de la célebre declaración al decretar

24
MARCÓ TUllO ZELEDON

la anexión de estos pueblos -el 3 de enero de 1822-


al imperio mexicano, contra los deseos de un fuerte
sector de la opinión pública, que encarnaba en primer
plano, el altivo pueblo de San Salvador, que poco
después tuvo que medir sus armas con las de los
imperialistas en defensa del derecho a la libertad.
No fue sino hasta el 1Q de julio de 1823, que la
independencia del solar centroamericano fue un hecho
definitivamente consumado a la luz de la Historia y
con fundamento jurídico en la declaración terminante
de la Asamblea Nacional Constituyente, m convocada
por el propio testaferro de Iturbide, el Brigadier Vi-
cente Filísola, la cual expresa: "que las provincias de
que se componía el reino de Guatemala eran libres e
independientes de la antigua España, de México y de
cualquiera otra potencia, así del antiguo como del
nuevo mundo; y que no eran ni debían ser el patri-
monio de persona ni familia alguna".
Sin negar el valor y trascendencia histórica, polí-
tica y sociológica de los hechos que culminaron con la
Carta del 15 de setiembre de 1821 en la capital del
reino, como antecedente real y positivo de nuestra
emancipación, (8) paTa ser honrados con nuestro criterio
nos vemos en el caso de declarar, sin titubeos, que el
ejercicio pleno de nuestra soberanía, arranca del 19 de
julio de 1823 y no antes, como lo afirman muchos

(7) " Este decreto fue ratificado el 1 Q de octubre siguiente para que
su validez no pudiera en ma nera alguna ser puesta en duda ,
con motivo de no hallarse presentes la primera vez los Diputados
de Costa Rica". MONTERO BARRANTES, Francisco: "Elementos de
Historia de Costa Rica". Página 204.
(8) Sostiene Montúfar que el Acta de 15 de Setiembre de 1821 es
el punto de partida de una lucha incesante entre un partido que
intenta volvernos a la Edad Media y otro que empuja al país
ha cia adelante. MONTUFAR , Lorenzo: "Reseña His't órica de Centro
América". Página sin numerar al comienzo del Tomo 19 .

25
EL ACTA DE INDEPENDENCIA

expositores, con más apego a una romántica tradición


que a la realidad histórica, ante la cual estamos obli-
gados a rendirnos sin prejuicios.
El artículo siguiente (2) de la declaración que
comentamos, viene como anillo al dedo a robustecer
la tesis que hemos venido sustentando, al disponer que
se hicieran circular oficios a las provincias por correos
extraordinarios, para que, sin demora alguna, proce-
dieran a elegir democráticamente a los diputados o
representantes suyos, que habrían de concurrir a la
capital a formar el Congreso que "deba decidir el
punto de la Independencia y fijar en caso de acor-
darla la forma de gobierno y la ley fundamental que
deba regir".
El concepto y la redacción incuestionables de este
artículo, no dejan lugar a dudas. Con buen sentido
jurídico, la junta de notables declara paladinamente
que es el Congreso, próximo a reunirse, el llamado a
decidir en definitiva tan delicado asunto. Prevee las
dos posibilidades: que la independencia pueda ser
acordada o desechada por ese alto cuerpo y determina
que, en el primer caso, el mismo Congreso fijará la
forma de gobierno y la Carta constitutiva que habría
de regir en el futuro.
La intención era pues, que ese Congreso ejerciera
el supremo Poder Constituyente, como era lógico, sin
limitación alguna de sus atribuciones y en -representa-
ción plena de la soberanía de estos pueblos hermanos.
El mismo artículo en referencia, viene también
a descartar la suposición equivocada de otros, que
pretenden que la declaración provisional de indepen-
dencia se circunscribía exclusivamente al pueblo de
Guatemala en sentido lato. De su lectura se entiende

26
MARCO TUllO ZELEDON

con facilidad que la misma abarca a todas las pro-


vincias de la. Capitanía General, sin excluir a ninguna,
puesto que, si otro hubiera sido el sentido de la
declaración, no se les habría invitado expresamente
para elegir sus diputados o representantes al tantas
veces citado Congreso, llamado a reunirse el 1Q de
marzo de 1822. Guatema.la, era en ese entonces la
capital del reino y las autoridades competentes toma-
ban sus decisiones para su acatamiento en todas las
provincias que lo integraban. Las del 15 de setiembre
no podían ser definitivas por las razones ya apuntadas,
pero no había motivo para que no cobijaran a toda la
jurisdicción colonial.

Los artículos 3 - 4 - 5 - 6, son de carácter orgánico


y se encargan de reglar la forma y proporción como
habrían de ser electos los diputados al Congreso. Asi-
mismo y por la urgencia y gravedad que el caso ame-
ritaba, se dispuso que los comicios se verificaran antes
del día 1? de marzo del año siguiente, fecha en que
estaría ya reunido ese alto cuerpo.

Por mandato de los artículos que siguen: 7-8-10,


también de la misma naturaleza que los anteriores,
se organizf.l el gobierno provisional de la incierta nacio-
nalidad. Un hecho difícil de explicar y que sólo se
concibe en un medio vacilante y temeroso de las con-
secuencias que podrían sobrevenir, y que también
reafirma la falta de solidez de la declaración del 15,
es el que no se hubiera decretado ipso facto, la remo-
ción de las autoridades políticas y militares, salvo
alguna excepción, y que se mantuviera la vigencia de
la Constitución de Cádiz y de las leyes españolas,
mientras que el Congreso no determinara lo que fuera
más justo y beneficioso.

27
EL ACTA DE INDEPENDENCIA

Hasta el mismo Ga.ínza, que sin ningún sonrojo


cambió, en el propio palacio de los Capitanes Gene-
rales, Ja casaca española por la americana, conservó
su destacado cargo de Jefe Político en ejercicio supe-
rior, tanto en lo político como en lo militar, sólo que
ahora con la complaciente colaboración de una Junta
Provisional Consultiva, la que se formaría con los
miembros de la diputación provincial y otros elementos
de apreciable significación social, religiosa. y política.
La tal junta era sin embargo, un simple órgano deco-
rativo. Carecía de autonomía y de poder coercitivo
y estaba obligada a consultar al señor Jefe Político,
todos los asuntos económicos y gubernamentales dig-
nos de su atención.
Consecuente con la intolerancia religiosa heredada
de las costumbres y del Derecho peninsular, la junta
de notables no se hallaba en condiciones ni lo intentó
siquiera, proclamar en la célebre declaración, la liber-
tad de conciencia y de cultos religiosos. En su lugar
dispuso (a.rt. 11), brindarle la más amplia protección
a la Religión Católica "que hemos profesado en los
siglos anteriores y profesaremos en lo sucesivo", y a
sus ministros eclesiásticos, seculares y regulares. Este
artículo, como era lógico suponer en esa época, no
suscitó discusión ni el menor desacuerdo. Como bien
lo afirma el historiador salvadoreño, Jorge Lardé y
Larín ( 9): "Discutir sobre la conveniencia de la tole-
rancia o libertad de cultos en dicha ocasión, era im-
propio de las circunstancias y habría malogrado la
histórica Junta".
Como corolario de esa dogmática disposición, se
ordena, acto seguido (art. 12), que se pasen oficios a

(9) LARDE Y LARIN, Jorge: "El Acta de Independencia de Centro


América". Página 15.

28
MARCO TUllO ZELEDON

los prelados de las comunidades religiosas para que


cooperen a mantener la paz y el sosiego, que los fir-
mantes del documento conceptúan, con razón, que es
la primera necesidad de los pueblos cuando pasan de
un gobierno a otro. Asimismo, para que sus indivi-
duos exhorten a la fraternidad y concordia a los que
estando unidos en el sentimiento general de la Inde-
pendencia, deben estarlo también en todos los demás,
sofocando pasiones individuales que dividen los ánimos
y producen funestas consecuencias.
La disposición inserta a continuación (art. 13),
le reconoce sin reservas al Ayuntamiento la facultad
de conserva.r el orden y la tranquilidad públicos y le
encarga tomar las medidas más activas para mante-
nerla imperturbable en toda la capital y pueblos
inmediatos.
El artículo 14 le ordena al señor Jefe Político
publicar un manifiesto a fin de hacer del conocimiento
de todos, los sentimientos generales del pueblo y la
opinión de las autoridades y corporaciones, así como
las medidas adoptadas por el gobierno provisional
y las razones que lo decidieron a prestar el juramento
de independencia y fidelidad a.l gobierno que se esta-
blezca. Gaínza, de acuerdo con lo preceptuado en este
artículo, inmediatamente puso manos a la obra y dos
días después del susodicho juramento -el 17 de se-
tiembre- emitió su famoso y difundido bando (10) , en

110) En realidad, apurado como est a ba el Jefe Político interino de


afianzar su posición en el nuevo régimen, en lugar del manifiesto
que se le había encargado, redactó e hizo circular dos. El pri-
mero, lleva fecha 15 de set iembre y está concebido en lenguaje
empalagoso y demagógico y se propone llamar a los pueblos a
la unidad yola fraternidad . Lo remitió a las autoridades de las
otras provincias, junto con el texto del acta de independencia y
una proclama firmada por "un patriota", la cual colma de elogios,
tanto al Brigadier como al Emperador Iturbide. A este último lo

29
EL ACTA DE INDEPENDENCIA

virtud del cual intepreta y limita a. su antojo los


alcances de la declaración que lo motivó, con el deli-
berado propósito de ir abriendo el camino que él se
había propuesto transitar en breve: la adhesión de
estas provincias al artificioso imperio de Agustín 1.
No podía ser otra su intención cuando afirma que "la
independencia proclamada y jurada el 15 de setiembre
es sólo para no depender del gobierno peninsular y
así poder hacer en nuestro suelo todo lo que antes
sólo podía hacerse en aquél".
Por otra parte y posiblemente para congraciarse
con los emancipadores y evitar las suspicacias que
podría despertar la peregrina afirmación anterior, puso
de manifiesto, una vez más, su conducta versátil y
simulando ser más papista que el Papa, no tuvo em-
pacho en amenazar con la pena ca.pital, a los que, por
cualquier medio, directa o indirectamente intentasen
desacreditar el sistema adoptado de Independencia
para restablecer el gobierno español. Además, los
que tuvieren conocimiento -agrega. el bando- de
que otra persona intentare conspirar contra el gobier-
no, quedaban obligados a denunciarlo, bajo los aperci-
bimientos de ser tratados y perseguidos como cóm-
plices de conspiración y sancionados con arreglo a
las leyes.
Los últimos cinco acuerdos: 15, 16, 17, 18 y 19,
son de orden formal y de secundaria importancia, que
no ameritan comentario alguno: disponen el juramento

conceptúa como a Washing ton, digno de la eterna memoria de


América. El segundo manifiesto -fechado el 17 de setiembre--,
a que se hace referencia en esta ponencia, es más bien un
decreto-ley del gobierno de facto, con no disfrazada tendencia y
calculados alcance~. Tales documentos consignan al pie, la si-
gu iente leyenda: "Imprenta de la Libertad. Por D. Ignacio Beteta ".
Archivo de la Nación de Costa Rica. Expediente N° 121, Serie:
"Provincial Independiente".

30
MARCO TUllO ZELEDON

de independencia y fidelidad que estaban obligados a


rendir, la Junta Provisional, el Ayuntamiento, las
autoridades eclesiásticas, los tribunales y jefes polí-
ticos y militares, los empleados de rentas y las tropas
de las respectivas guarniciones; enca-rgan al Jefe Po-
lítico y al Ayuntamiento de disponer "la solemnidad"
y señalar el día en que el pueblo debe hacer la procla-
ma.ción y juramento de la libertad; decretan la acu-
ñación de una medalla que perpetúe a lo largo de los
siglos, la fecha memorable en que Guatemala proclamó
su feliz independencia (11); ordenan que se impriman
esa acta y el manifiesto encomendado al Jefe Político
y que se hagan circular profusamente entre las dipu-
taciones provinciales y ayuntamientos constitucionales
y demás autoridades eclesiásticas, regulares, seculares
y militares, pa.ra su debida obediencia; y, finalmente
mandan que se cante, el día que fije el señor Jefe
Político, una misa solemne de acción de gracias, con
asistencia de las supremas autoridades y corporacio-
nes; también se dispararían salvas de artillería y la
población disfrutaría de tres días de iluminación.

(11) "De acuerdo con esta disposición se acuñó la medalla que tiene
por un lado la figura de dos mundos , representando a Es paña
y a América, un ángel al centro que tiene pedazos de la s cadenas
que nos unían y en la orla la inscripción que dice, "EL LIBRE
OFRECE PAZ, PERO EL SIERVO JAMAS". En el otro lado aparece
una mujer labrando una estatua en cuya frente tiene esta inscrip-
ción, " 15 DE SETIEMBRE DE 1821. GENER . GAINZA " , con cinco
monolitos al lado y encima del pedestal un escudo de tres mon-
tañas que en adelante sería el Escudo de la Federación; en una
arlo una inscripción que dice, "GUATEMALA LIBRE E INDEPEN -
DIENTE". Ese escudo de tres montañas era viejo a esa fecha ,
pues es el mismo que tuvo la ciudad de Santiago de los Caba-
lleros de Guatemala y así lo vemos por primera vez usado en
una medalla con motivo de la fecha de ind ependencia. No obs-
tante la declaración de setiembre de 1 821 , la adhesión de varias
provincias al Imperio de Iturbide hizo que también se acuñaran
diferentes monedas con el busto del Emperador". GURDIAN, Raúl ,
Conferencia dictada en el Museo Nacional el 8 de marzo de 1966 .

31
EL ACTA DE INDEPENDENCIA

CAPITULO !II

CONCLUSIONES

CO'mO' cO'nsecuencia del relatO' de lO's hechO's y


apreciaciO'nes a que se cO'ntrae la suscinta expO'sición
anteriO'r, el autO'r de este estudiO', se permite cO'ncretar
las siguientes cO'nclusiO'nes, que respetuO'samente SO'-
mete a la ilustrada cO'nsideración de este magnO'
CO'ngresO' de historiadO'res de América:

l.-La independencia de las prO'vincias de CentrO'


América, que durante el régimen cO'lO'nial integraban
el ReinO' O' Ca.pitanía General de Guatemala, al igual
que la emancipación de las O'tras pO'sesiO'nes españO'las
del nuevO' mundO', fue sin duda, un actO' lícitO' a la luz
del DerechO' Natural, que cO'nfO'rmó la autodetermi-
nación de estO's pueblO's para asumir el ejercicio pleno
de su sO'beranía, sin la. ingerencia de poder o gO'bierno
extrañO' algunO'.

II.-La fO'rma cruel y despótica comO' las autO'-


ridades designadas por la corona española sometieron,
las más de las veces, a sus dominios de ultramar, fue
un fa.ctor determinante para la proclamación de la
independencia y la instauración del gobiernO' prO'piO',
que mejor conviniera a sus intereses.

III.-La resuelta actitud de lO's insurgentes me-


xicanos y de los criollos de Sur América, capitaneados
estos últimos, ' por los inmortales libertadO'res, Bolívar
y San Martín, sirvió de ejemplo y de estímulo a lO's
patriotas del área istmeña, para afrontar cO'n arrO'jO'
y valentía, la arriesgada empresa de la emancipación.

32
MARCO TULlO ZELEDON

IV.-El acta de independencia del reino de


Guatemala, acordada el 15 de setiembre de 1821, aun
cuando no puede conceptuarse como un monumento
jurídico ni filosófico, tampoco debe menospreciarse
como un papel intrascendente, plagado de ambigüe-
dades y contradicciones, como afirman algunos. Es,
lisa y llanamente, una patriótica expresión, que refleja
con claridad el ansia de liberta.d de un pueblo opri-
mido. Cierto es que fue firmada ad referendum, pero
como hija legítima de las circunstancias y del am-
biente de vacilación y de temor que se vivía en esos
días, no podía ir más allá de lo que la misma estipuló.
No obstante haber sido desconocida por Gaínza y la
Junta Provisional Consultiva, cuando se dispuso la
anexión a México, tuvo la extraordinaria virtud de
renacer como el ave fénix y recibir la consagración
definitiva del supremo poder constituyente, pocos años
después. Con justicia cabe conceptua.rla como el más
fiel y positivo antecedente de nuestro ingreso a la
vida independiente y al concierto internacional.
V.-El 1Q de julio de 1823, al proclamar la
Asamblea Nacional Constituyente, que las provincias
que antes componían el reino de Guatemala, eran
libres e independientes de la antigua España, de Mé-
xico y de cualquiera otra potencia, así del antiguo
como del nuevo mundo; y que no eran ni debían ser
el patrimonio de persona ni familia alguna, debe
considerarse, con fundamento histórico y jurídico, como
la fecha memorable desde la cual arranca el ejercicio
pleno de la soberanía del estado centroamericano,
cuya estructuración política se estaba plasmando en
esos precisos momentos.
VI.-Los nombres de Manuel José Arce, José
Matías Delgado, de los tres sacerdotes de apellido

33
EL ACTA DE INDEPENDENCIA

Aguilar, José Francisco Barrundia, Mariano Beltra-


nena, Pedro Molina, Mariano de Aycinena, María
Bedoya y de los demás patriotas que lucharon deno-
dadamente por la causa de la independencia del solar
nativo, con grave riesgo de su vida, de su libertad y
de su hacienda, son acreedores al recuerdo y a la
gratitud de la na,ción centroamericana, hoy desafor-
tunadamente fragmentada en cinco pequeños estados
que propugnan por su integración.

VII.-Es de justicia reconocer que, de los pueblos


del ámbito centroamericano, el que con mayor coraje
y decisión luchó incansablemente en la etapa preli-
minar de la liberación y el que opuso en adelante, la
más franca resistencia a las fuerzas foráneas de Filísola
--que pretendían atarnos al carro de Iturbide- fue
el noble y altivo pueblo de San Salvador. Para él,
el homenaje de nuestra imperecedera admiración.

VIII.-Las razones, de suyo poderosas, que obli-


garon a romper la drástica subordinación de estas
colonias del gobierno español y los sacrificios pade-
cidos por los precursores y los gestores del movimiento
emancipador, no alcanzaron a debilitar en lo más
mínimo, los vínculos espirituales que ligan y ligarán
por siempre a los pueblos del continente colombino
-yen particular a los del istmo centroamericano a
que se contrae esta ponencia- con la madre patria, los
cuales se han mantenido invulnerables y más bien se
han fortalecido con el correr de los años, de modo que
el día de hoy, es posible palpar la existencia de una
mancomunidad de superiores intereses y de nobles
aspiraciones de contenido netamente iberoamericano,
que tiende a consolidarse más aún.
Buenos Aires, 5 de octubre de 1966,

34
ANEXO 1

ACTA DE INDEPENDENCIA DEL REINO


DE GUATEMALA

Palacio Nacional de Guatemala, quince de


Septiembre de mil ochocientos veinte y uno.
Siendo públicos é indudables los deseos de inde-
pendencia del gobierno Español que por escrito y de
palabra há manifestado el pueblo de esta Capital:
Recibidos por el ultimo correo diversos oficios de los
Ayuntamientos Constitucionales de Ciudad Real,
Comitan y Tuxtla en que comunican haber procla-
mado y jurado dicha Independencia, y excitan a que
se haga lo mismo en esta Ciudad: siendo positivo que
han circulado iguales oficios a otros Ayuntamientos:
determinado de acuerdo con la Excelentísima Diputa-
ción Provincial que para tratar de asunto tan grave
se reuniesen en uno de los Salones de este Palacio la
misma Diputación Provincial, el Ylustrísimo Señor
Arzobispo; los Señores individuos que diputasen, la
Excelentísima Audiencia territorial, el Venerable
Señor Dean y Cavildo Eclesiastico, el Excelentísimo
Ayuntamiento, el Muy Ylustre Claustro, el Consulado
y Colegio de Abogados, los Prelados Regulares, gefes
y funcionarios publicos: Congregados todos en el mismo
Salon: leidos los Oficios expresados: discutido y medi-
tado detenidamente el asunto; y oido el clamor de
Viva la Independencia que repetía de continuo el
pueblo que se veía reunido en las Calles, plaza, patio,

35
EL ACTA DE INDEPENDENCIA

corredores, y ante Sala de este palacio se acordó: por


esta Diputación é individuos del Excelentísimo Ayun-
tamiento.
1Q) -Que siendo la Independencia del gobierno
Español, la voluntad general del pueblo de Guatemala
y sin perjuicio de lo que determine sobre ella el Con-
greso que debe formarse, el Señor Gefe Politico la
mande publicar para prevenir las consecuencias que
serían temibles en el caso de que la proclamase de
hecho el mismo pueblo.
2Q )-Que desde luego se circulen Oficios á las
Provincias por Correos extraordinarios para que sin
demora alguna se sirvan proceder á elegir Diputados
o Representantes suyos, y estos concurran á esta Ca-
pital á formar el Congreso que deba decidir el punto
de Independencia y fixar, en caso de acordarla, la
forma de gobierno, y ley fundamental que deba regir.
3Q )-Que para facilitar el nombramiento de Dipu-
tados, se sirvan hacerlo las mismas juntas Electorales
de Provincia que hicieron ó debieron hacer las eleccio-
nes de los ultimo s Diputados á Cortes.
4Q )-Que el numero de estos Diputados sea en
proporción de uno por cada quince mil individuos, sin
excluir de la Ciudadanía a los originarios de Africa.
5Q )-Que las mismas Juntas electorales de Pro-
vincia, teniendo presente los ultimos censos se sirvan
determinar segun esta base, el numero de Diputados
ó Representantes que deban elegir.
6Q-~Que en atención a la gravedad y urgencia
del asunto, se sirvan hacer las elecciones de modo
que el dia primero de Marzo del año próximo de 1822,
estén reunidos en esta Capital todos los Diputados.

36
MARCO TUllO ZELEDON

7Q--Que entre tanto, no haciendose novedad en


las autoridades establecidas, sigan estas ejerciendo sus
atribuciones respectivas con arreglo a la Constitución,
Decretos, y leyes, hasta que el Congreso indicado
determine lo que sea mas justo y benefico.
89 )-Que el Señor Gefe Politico, Brigadier Don
Gavino Gaínza, continúe con el Gobierno Superior
Político y Militar, y para que este tenga el caracter
que parece propio de las circunstancias, se forme una
Junta Provisional Consultiva, compuesta de los señores
individuos actuales de esta Diputación Provincial, y
de los señores Don Miguel de Larreynaga, Ministro
de esta Audiencia, Don José del Valle Auditor de
Guerra, Marqués de Aycinena, Doctor Don José
Valdez Tesorero de esta Santa Yglesia, Doctor Don
Angel María Candina, y Licenciado Don Antonio Ro-
bles, Alcalde 39 Constitucional: el primero por la
Provincia de León, el 29 por la de Comayagua, 39 por
Quesaltenango, 49 por Sololá y Chimaltenango, 5Q por
Sonsonate, y el 69 por Ciudad Real de Chiapa.
10 )-Que esta Junta, provisional consulte al
Q

Señor Gefe politico en todos los asuntos economicos


y gubernativos dignos de su atencion.
119)-Que la Religión Católica, que hemos pro-
fesado en los siglos anteriores, y profesaremos en lo
sucesivo, se conserve pura e inalterable, manteniendo
vivo el espíritu de Religiosidad que ha distinguido
siempre a Guatemala, respetando a los Ministros
eclesiásticos, seculares y regulares, y protegiendoles
en sus personas y propiedades.
12)9-Que se pase Oficio a los dignos Prelados
de las Comunidades Religiosas, para que cooperando
a la paz y sosiego, que es la primera. necesidad de los

37
EL ACTA DE INDEPENDENCIA

pueblos cuando pasan de un gobierno a Otro, dispon-


gan que sus individuos exorten á la fraternidad y
concordia á los que estando unidos en el sentimiento
general de la Independencia, deben estarlo también
en todos los demas, sofocando pasiones individuales
que dividen los animos, y producen funestas conse-
cuencias.

13 9 )-Que el Excelentísimo Ayuntamiento, a


quien corresponde la conservación del orden y tran-
quilidad, tome las medidas mas activas para mante-
nerla imperturbable en toda esta Capital y pueblos
inmediatos.

149 )-Que el Señor Gefe politico publique un


manifiesto haciendo notorios á la faz de todos, los
sentimientos generales del Pueblo, la Opinion de las
autoridades y corporaciones: las medidas de este go-
bierno: las causas y circunstancias que lo decidieron
a prestar en manos del Señor Alcalde 1'?, a pedimento
del Pueblo, el juramento de Independencia y fidelidad
al gobierno americano que se establezca.

15"·-Que igual juramento presten la Junta Pro-


visional, el Excelentísimo Ayuntamiento: el Ylustrísi-
mo Señor Arzobispo: los Tribunales, gefes politicos y
militares: los Prelados Regulares: sus Comunidades
Religiosas, gefes y empleados en las Rentas: autorida-
des, corporaciones; y tropas de las respectivas guar-
niciones.

169 )-Que el Señor Gefe politico, de acuerdo con


el Excelentísimo Ayuntamiento disponga la solemni-
dad, y señale el dia en que el Pueblo deba. hacer la pro-
clamación, y juramento expresado de Independencia.

38
MARCO TUllO ZELEDON

179 )-Que el Excelentísimo Ayuntamiento dis-


ponga la acuñación de una medalla que perpetue en
los siglos la Memoria del dia quince de Septiembre de
Mil Ochocientos veinte y uno, en que Guatemala
proclamó su feliz independencia.
18Q )-Que imprimiendose esta acta y el Mani-
fiesto expresado, se circule a las Excelentísimas Dipu-
taciones provinciales, Ayuntamientos constitucionales,
y demás autoridades eclesiásticas, 'regulares, seculares,
y Militares, para que siendo acordes en los mismos
sentimientos que ha manifestado este Pueblo, se sirvan
oblar con arreglo a todo lo expuesto.
19Q )-Que se cante el dia que designe el Señor
Gefe politico una Misa solemne de gracias, con asis-
tencia de la Junta Provisional y de todas las autori-
dades, corporaciones y gefes, haciendose salvas de
artillería y tres dias de iluminacion.

Gavino Gaínza; Mariano de Beltranena; José


Mamo. Calderón; José Matías Delgado; Anto. de
Rivera; Manl. Ano. de Molina; Mariano de Larrave;
José Anto. de Larrave; Ysidoro de Valle y Castrisiones;
Mariano de Aycinena; Pedro de Arroyave; Lorenzo de
Romaña, Secrio. José Domingo Dieguez, Secrio.

INSTALACION DEL GOBIERNO PROVISIONAL

Palacio Nacional de Guatemala. Seto 16 de 821.


Comunicada el acta precedente a los señores Dn.
Miguel Larreinaga, Dn. José del Valle, Marqués de
Aycinena, Dn. José Valdez, Lid Q• Dn. Antonio Robles,
y Dn. José Angel María Candina; y habiendo concu-
rrido a, prestar el juramento, lo hicieron efectivamente,

39
EL ACTA DE INDEPENDENCIA

en unión de los S. S. individuos de la Exma. Dipu-


tación Provincial de S. Alce, primo. S. S. Regs., Di-
putados y S. S. Síndicos y tomando sus asientos
respectivos, quedó instalada la Junta provisional
Consultiva; y para constancia firmamos con el S. Gefe
Político -entre reng- en unión de los SS. individuos
de la Exma. Diputación Provincial, del S. Alcalde
primero, Señores Regidores, Diputados y SS. Síndicos.
Vale.

Gavino Gaínza. - Miguel Larreynaga. - José


del Valle. - El Marqués de Aycinena. - L. Antonio
Robles. - Angel Ma. Candina. - Manuel Antonio de
Molina. - José Antonio de Larra.ve. - José Valdez. -
Ma'riano de Beltranena. - Mariano de Larrave. - José
Mariano Calderón. -José Matías Delgado. - Ysidoro
de Valle y Castrisiones. - Mariano de Aycinena.

40
ANEXO JI

MANIFIESTO
DEL GEFE POLíTICO Á LOS CIUDADANOS
DE GUATEMALA

(15 de setiembre de 1821)

Otros Gobiernos hablan de necesidades del fisco


creadas ó aumentadas por su mano, de planes trasa-
dos ó providencias meditadas por ellos mismos, de
autos proveidos, ó medidas tomadas por el dictamen
de un asesor, ó el consejo de un valído.
El Gobierno de Guatemala os habla, Ciudadanos,
de lo que vosotros mismos habeis deseado, de lo que
vosotros mismos habeis proclamado.

Desde el año de 10 empesa,ron á commoverse las


dos Americas meridional y septentrional: desde enton-
ces empesaron á defender sus derechos, y sostener sus
títulos: desde entonces empesaron los a.centos, y co-
mensaron las voces de libertad é independencia.

Guatemala, colocada en medio de una y otra


América, éra espectadora alegre y tranquíla de ámbas.
Sus hijos oían con placer las voces: observaban con

41
EL ACTA DE INDEPENDENCIA

gozo los pasos de los que siempre han creído hermanos


suyos; y si nó publicaban con el labio los sentimientos
que había en el pecho, eran sin embargo americanos:
amaban lo que era amado: deseaban lo que era ansiado.
El movimiento que se propaga en lo físico con
celeridad, marcha tambien en lo político con rapides; y
era imposible que commovida al Sur y al Norte toda
la masa de este continente, siguiese el centro en reposo.
Resonó en la Nueva España la voz de indepen-
dencia y los ecós se oyeron al momento en Guatemala:
Se encendió entonces el deseo que jamas se había
apagado; pero los Guatimaltecos pacificos siempre y
tranquílos, esperaban que los de Mexico llegasen á su
último termino. Duró meses esta espectativa; pero la
energía de los sentimientos crece en progresion. Las
noticias de N. España la aumentaban á cada correo.
Se movió Oaxaca; y el movimiento pasó á Chiapa,
que es en contacto con ella.
Era natural que se comunicase á todas las Pro-
vincias, por que en todas ellas es una la voluntad,
uno el deseo. Mantenerse indiferentes era quedarse
aíslados: exponerse á divisiones funestas: cortar rela-
ciones: y sufrir todos los riesgos.
Este discurso de los hijos de Guatemala produjo
los efectos del rayo. Abrazó los pechos: encendió los
deseos, y el Gobierno, espectador de ellos, consultó
al instante á la Excma. Diputacion Provincial llevando
á su vista los papeles oficiales de Chiapa.
Conforme con su acuerdo, mandé que al dia si-
guiente 15 de este mes, se reuniesen en Palacio, el
Illmo. Señor Arzobispo, los SS. que diputase la Excma.
Audiencia territorial, el Excmo. Ayuntamiento, el ve-

42
MARCO TUllO ZELEDON

nerable Señor Dean y Cabildo, el M. 1. Claustro, el


Consulado, el M. 1. Colegio de Abogados, los Gefes
militares y de Rentas, los Prelados regulares, y los
funcionarios públicos.
El Pueblo no fué indiferente á un asunto que era
suyo. Se reunió en torno de Palacio, en la calle, en
la plaza, en el portal, en el átrio, en el Corredor y
ante sala. Manifestó la moderacion que le ha distin-
guido siempre; pero acreditó que sabe amar su causa
y celebrar sus intereses.
Quando algunos funcionarios, sin resistir la inde-
pendencia, decian solamente que se esperase el re-
sultado final de Mexico, un mormullo sordo, pero
perceptible indicaba la desaprovacion. Quando los
Prelados ú otros emplea.dos manifestaban que la voz
de Guatemala es la de América, y que era presiso
atender sus acentos, el clamoreo General publicaba
los votos de la opinion. Quando se añadió, que la
institucion de nuevo Gobierno y sancion de ley funda-
mental deben ser obra de los representantes de los
Pueblos, los VIVAS fueron tambien señal indudable
de la voluntad general.
Fué inéquivoco el resultado de la discucion, y
teniendolo presente acordé de conformidad con lo con-
sultado por la Excma. Diputacion Provincial y SS.
Individuos del Excmo. Ayuntamiento todos los puntos
expresos en el acta que tengo el honor de circular.
Miradla Ciudadanos, como el preliminar de la
Carta grande que debe asegurar vuestros derechos.
Guatemala es un todo hermoso compuesto de Cartago
y Leon, Comayagua, y Tegucigalpa, San Salvador y
San Miguel, Sacatepeques y Escuintla, Quesaltenango
y Chiapa, Sonsonate y Suchiltepeques, Sololá, Totoni-

43
EL ACTA DE INDEPENDENCIA

capan y Chimaltenango, Vera paz y Chiquimula. Que


vengan á esta Capital sus Diputados ó Representantes:
que manifiesten á la faz del mundo la voluntad de
sus provincias: que designen la forma del gobierno, y
decreten la Constitucion política que os ha de elevár
á la felicidad á que os llama la posicion geografica de
vuestro suelo.
Este es el deseo del Gobierno: esta es la voluntad
de ras Autoridades: estos son los sentimientos de
Guatemala.
Si en todos Paises y edades la union es la fuerza
de los Pueblos, en el presente es mas que en todos
tiempos precisa y necesaria. El Gobierno la -reco-
mienda á los Ciudadanos: la recomienda á los Pueblos:
la recomienda á las Provincias. Que haya diviciones
cuando la ley misma divide en dos sociedades á los
individuos de una sociedad: que las haya cuando la
ley eleva á unos Pueblos sobre la ruina de otros. Pero
en un gobierno libre, en un gobierno que debe ser
instituido por la voluntad misma de los representantes
de los Pueblos, deben cesar los motivos de divicion,
triunfar la union, y desaparecer las causas de los
partidos.
Elegid, Ciudadanos individuos de las juntas elec-
torales de Provincia, Diputados dignos de los Pueblos
que han de representar: elegid á hombres penetrados
del entuciasmo eroico de la Amé-rica: elegid talentos:
buscad genios bastante grandes para formar la legis-
lacion que deba regiros en lo sucesibo.
Todo va á ser obra vuestra, Ciudadanos. Vuestra
voluntad es la que formará el Congreso; y el Congreso
que formeis es el que hará vuestra ventura ó infeli-

44
MARCO TUllO ZELEDON

ciclad. Meditad, Ciudadanos, la obra grande que se


pone en vuestras manos. Vuestra voluntad decidirá
el gobierno; y Yo sensible á los votos que me há dado
el Pueblo, sensible á la confianza que me há echo
tanto honor, juré oy, y juraré quando se decrete
vuestra Constitucion, ser fiel al gobierno Américano,
y sostenerle con las fuerzas que habeis puesto á mi
mando. Pala.cio nacional de Guatemala 15 de Setiem-
bre de 1821.
GAVINO GAINZA

45
ANEXO III

BANDO
DEL GEFE POLíTICO Á LOS CIUDADANOS
DE GUATEMALA

(17 de setiembre de 1821)

D. GAVINO DE GAINZA, CAPITAN GENERAL


DE ESTAS PROVINCIAS, GEFE POLITICO SU-
PERIOR Y PRESIDENTE DE LA JUNTA CON-
SULTIVA PROVISIONAL:

Habiendo resuelto el quince del corriente con


acuerdo de la Excma. Diputación Provincial, y el
Excmo. Ayuntamiento patriótico de esta Ciudad, oído
el parecer de los demás cuerpos civiles, eclesiásticos
y militares por medio de sus representantes, proclamar
y jurar LA INDEPENDENCIA del Gobierno Español
por las graves causas que se manifiestarán separada-
mente, manteniendo entre tanto las autoridades cons-
tituidas hasta la próxima reunión del congreso general
de todas las Provincias, con lo demás que se contien~
en la acta que se celebró al efecto; no determinado
igualmente con acuerdo del mismo Excmo. Ayunta-
miento publicar este bando para hacer saber a todos
los habitantes de este honrado y virtuoso pueblo, tan
glorioso, e importante acontecimiento, para que lle-
gando a noticia de todos puedan en consecuencia
arreglar a él su conducta y cooperar a la consolidación

46
MARCO TULlO ZELEDON

y firmeza de un sistema tan justo y nee-esario en todos


los tiempos, y especialmente en los presentes. Y por
cuanto no sería remoto que hubiese algunas personas
que sin respetar los derechos del Pueblo, ni a la caridad
cristiana, intentásen dividir la opinión tan claramente
pronunciada en favor de LA INDEPENDENCIA del
Gobierno Español, bien sea por mala intención, in-
terés u otra pasión criminal, he decretado lo siguiente:

LA INDEPENDENCIA proclamada y jurada el


15 del corriente, es sólo para no depender del Gobierno
de la península, y poder hacer en nuestro suelo, todo
lo que antes sólo podía hacerse en aquél.

II

Quedan consecuentemente en su fuerza y vigor


todas las leyes, ordenanzas y órdenes que antes regían,
y si algunas hubiese inadaptables se reformarán, o
abrogarán por el próximo congreso nacional consti-
tuyente.

III

Quedan en vigor y pleno ejercicio de su jurisdic-


ción, todos los Tribunales, Juzgados, y demás funcio-
narios públicos, militares, civiles y eclesiásticos.

IV

Aunque no es de esperar que alguna persona se


oponga a la decidida voluntad general, ni proponga
perturbar la quietud con que este honrado vecindario

47
EL ACTA DE INDEPENDENCIA

ha entra.do al goce de sus derechos; si alguna hubiese


de cualquier clase, grado y condición que directa o
indirectamente con discursos o con obras intentase
trastornar, o desacreditar el sistema adoptado de
INDEPENDENCIA, y restablecer el gobierno espa-
ñol, será tratado, perseguido y castigado como cons-
pira.dor, imponiéndole la pena de muerte en la forma
prevenida por las leyes.

v
Toda persona que supiese que otra u otras
intentan conspirar contra el Gobierno independiente,
adoptado y jurado, está en obligación de denunciarla
a la autoridad legítima, y sino lo hiciere, será trata.da
y perseguida como cómplice de conspiración con
arreglo a las leyes.

VI
Si alguna persona de palabra, o de hecho promo-
viese la división entre los honrados vecinos de esta
Ciudad que todos componen una. misma y sola familia,
será tratada como perturbador público con arreglo a
las leyes.

VII

Se prohibe que ningún ciudadano abusando de


los transportes de público regocijo toque campanas,
ande con armas prohibidas, maltra.te las vidrieras,
puertas y casa de otro ciudadano con ningún motivo,
ni pretexto, bajo la pena de que será arrestado, proce-
sado y entregado al Juez competente para que le

48
MARCO TULlO ZELEDON

castigue con arreglo a las leyes. Se previene igual-


mente que todo el que quiera poner música en algún
paraje o andar con ella por las calles, deberá hacerlo
bajo su responsabilidad, dando antes aviso a uno de
los SS. Alcaldes.

VIII

La buena policía exige que no haya corrillos, ni


pelotones de gente inquietando o perturbando a los
vecinos, y así los que se encontraren desordenada-
mente después de las once de la noche, serán detenidos
y juzgados con arreglo a los bandos y ordenanzas
anteriores.

IX

Los taberneros y estanquilleros cumplirán exacta-


mente con los reglamentos y órdenes expedidas sobre
su buen gobierno, bajo sus penas respectivas, que
serán irremisiblemente ejecutadas.

y siendo manifiesto el respeto y acatamiento que


se debe a los señores Alcaldes Constitucionales y
demás autoridades, debe también guardarse el mismo
a los SS. Regidores que auxiliando a aquéllos se
ocupen en las rondas y celo de la quietud y tranqui-
lidad pública; por lo que si alguno, que no es esperar,
atentare contra sus fueros y preeminencias, será cas-
tigado con toda la severidad que previenen las leyes.
y para que nadie alegue ignorancia, mando se

49
EL ACTA DE INDEPENDENCIA

publique por bando con toda la solemnidad, se im-


prima y se fije en los lugares públicos, pasándose
ejemplares a los Alcaldes Constitucionales y a los
Jefes Militares y Eclesiásticos.
Dado en el Palacio Nacional de Guatemala, a
diez y siete de setiembre de mil ochocientos veintiuno.

GAVINO GAINZA

Por mandato de S. E.,


José Ramón Selaya

En la misma fecha se publicó este bando con la


solemnidad que corresponde. - Conste Ut. retro.

SE LAYA

50
ANEXO IV

PROCLAMA DE "UN PATRIOTA"

Al congratularme con mis conciudadanos en este


fausto día, por los felices sucesos de la Patria: al
derramar en sus aras los inciensos de la gratitud,
debidos á los ilustres promovedores de su libertad, y
al heroico, al virtuoso pueblo que supo proclamarla,
no puede negarse el reconocimiento á los que renun-
ciando á los paises que les vieron nacer, eligieron la
nuestra por su patria, y uniendose para siempre con
nosotros, han jurado morir por nuestra independencia.

Todos somos yá hermanos: si las preocupaciones,


si los contrarios intereses nos dividieron en clases y
en partidos, hoy no respira Guatemala si no un senti-
miento, y un interés comun.

Escritores ilustrados, humanos y justos poniendo


en claro nuestros derechos, fixaron la opinion de los
pueblos, persuadiendoles que en Guatemala no debía
existir otro partido que el de la independencia. Des-
corriendose el velo del engaño, la revolucion de N.
España no era, como en sus principios la pintó la
impostura, al favor de hechos lejanos y de correspon-
dencias interceptadas, una revolucion incendiaria pro-

51
EL ACTA DE INDEPENDENCIA

movida por la códicia y la impiedad; era la expresion


de la voluntad general, protegida por el heroe mexi-
cano, el primer gefe de las tres garantías, digno como
Wasinthon de la eterna memoria de América. Si falsas,
si equivocadas noticias, si intereses contrarios persua-
dieron á los gobiernos subordinados que los planes del
ilustre Iturvide se dirigían á contentar su ambicion,
y á dividir para dominar como gefe absoluto; el patrio-
tismo, entre los Tiesgos del anterior sistema, descubrió
que no tenian por objeto si no defender la libertad
del hermoso Imperio de Anahuac, facilitando la
nuestra.

Antes de que Guatemala proclamase su absoluta


independencia, el gefe á quien confiamos el gobierno
estaba ya persuadido de las virtudes de aquel héroe,
y jamas dudó de nuestra justicia. Sus tratados y
relaciones con el gobierno independiente de la América
del Sur, son una prueba de lo que años antes pesaba
en su corazon la causa justa de su libertad, y los
deseos de terminar una guerra de hermanos; pero
dependía de un Virrey, y no vió lograda su esperanza.
Unido al continente americano por los dulces lazos
del parentezco y la amistad, y por los mismos vinculos
con varios de los principales libertadores del suelo en
que pasó la mayor parte de su vida, y en que formó
su caracter y costumbres, propia de la honradez espa-
ñola, y de la dulce humanidad americana, era llamado
para proteger los derechos del nuestro.

Deseaba con el mismo ardor que nosotros la feliz


independencia de Guatemala; pero aun desconfiaba

52
MARCO TUllO ZELEDON

de su exito, como muchos patriotas: desconfiaba del


feliz suceso de la de Mexico: temía las divisiones de
nuestra Capital, y la destruccion mutua de sus dos
partidos. Trabajó por neutralizarlos: sin decidirse por
ninguno hizo justicia á todos, igualmente fueron pro-
tegidos sus individuos, y veló por la seguridad general,
como un padre vela en su casa por la uníon de sus
hijos. Pero cuando uniformada la opinion cedió el
partido que resistía la independencia, y sin ejemplo
en la historia de las revoluciones, se produjo la con-
cordia del germen mismo de la division, no dudó
corresponder á sus opiniones, ni pudo vacilar en el
partido que abrazó. Sensible á los votos del pueblo,
juró defender su independencia con la ultima gota de
su sangre, la patria escuchó su juramento, y le confió
el don precioso de su libertad: desde aquel momento
solo travaja por merecer nuestra confianza, por labrar
nuestra dicha.

Ciudadanos: yo solo pertenezco á mi patria: mis


intereses, y mi vida solo dependen de ella: mi segu-
ridad estriva en la suya: observo de cerca, y solo hallo
motivos de confianza y de placer. Un gobierno for-
mado por nosotros mismos cuida de nuestra seguridad
presente, y de nuestra felicidad futura. Los que por
participar de ella renuncian su pais y las conexiones
mas intimas, tienen derecho á nuestra gratitud, son
hijos de nuestra patria, ya no tienen otra, la defen-
derán con su vida: los que no se acomodan con nuestro
gobierno, los que se regresan a su pais y respetan
nuestros derechos, son dignos de la hospitalidad que
caracterizan al americano libre y al americano esclavo.

53
EL ACTA DE INDEPENDENCIA

Guatemaltecos: que este dia de gloria y de placer,


el 2Q de nuestra existencia política, sea el de la union
de todas las voluntades: que el acto augusto de pro-
clamar nuestra. independencia se consigne para siem-
pre en nuestros annales como el de la alianza y la
fraternidad general: que desaparezcan los resentimien-
tos y las desconfianzas. Vá á reunirse el Congreso
constituyente, y mientras tanto un gobierno popular,
un gobierno justo, está encargado de nuestra seguri-
dad: auxiliemosle para la conservacion del orden, de
la. paz, y de la union; y el Ser supremo, protector
de la libertad, bendecirá una revolucion formada con
arreglo a sus eternas leyes.

Guatemala 23 de Setiembre de 1821 .


Año 19 de la Independencia.

UN PATRIOTA

Imprenta de la libertad. Por D. Ignacio Beteta.

54
BIBLIOGRAFIA

Castellón H. A.: "HISTORIA PATRIA ELEMEN-


TAL". Managua, Nicaragua.
1940.
Fernández León: "DOCUMENTOS RElATIVOS A
LOS MOVIMIENTOS DE INDE-
PENDENCIA EN EL REYNO DE
GUATEMALA" . San Salvador, El
Salvador. 1929.
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San José, Costa Rica . 1941.
Gómez Carrillo Agustín: "ELEMENTOS DE HISTORIA DE
CENTRO AMERICA" . 3 ~ edición.
San José, Costa Rica. 1899.
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San José, Costa Rica. 1958.
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Tomo 3~. Guatemala, Guatema -
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LA INDEPENDENCIA". San José,
Costa Rica. 1899.
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LAS REVOLUCIONES DE CEN-
TRO AMERICA desde 1811 has-
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Guatemala. 1877.
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DON JOS E MA TlAS DElGADO
EN LA FORJA DE LA NACIO-
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1961.
Montúfar Lorenzo: "RESEÑA HISTORICA DE CEN-
TRO AMERICA". Tomo 19 Gua-
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55
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1939.
Soto Hall Máximo : " COSTA RICA EN EL SIGLO
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Townsend Ezcurra Andrés: "FUNDAClON DE LA REPUBLI-
CA". Tomo 1º. Editorial del Mi-
nisterio de Educación Pública .
Guatemala¡ Guatemala. 1958.
Unión Panamericana: "LAS ACTAS DE INDEPENDEN-
CIA DE AMERICA". Estudio de
Charles C. Griffin. Washington
D. C. 1955.
Valdés Oliva Arturo: " CENTRO AME RICA ALCANZO
LA LIBERTAD AL PRECIO DE SU
SANGRE". Guatemala¡ Guate-
mala. 1965.

....

OBRAS DEL AUTOR

l .-LA TOXICOMANIA ............ ........ .................................... ....... .. ....... 1937


Tesis de graduación de Abogado. 24 págs. Imprenta
Nacional de Costa Rica.
2.-LEGISLAClON SANITARIA (1936-37) ..... ...... ................... 1937
Tomo 19• 136 págs. Imprenta Nacional de Costa Rica .
3.-LEGISLAClON SANITARIA (1937-39) ..................................... 1939
Tomo 2 9• 174 págs. Imprenta Nacional de Costa Rica
4.-LEGISLACION SANITARIA (1939-41) ......................................... 1941
Tomo 3º. 144 págs. Imprenta Nacional de Costa Rica

56
S. -RESEÑA HISTORICA DEL REGIMEN CONSTITUCIO-
NAL DE COSTA RICA ........................................................................... 1941
Medalla de oro de la Universidad de Costa Rica .
29 págs. Imprenta Nacional de Costa Rica.
6.-PROYECTo. DE CODIGO SANITARIO .................................... 1943
En colabora ci ón . 70 págs. Imprenta Nacional de
Costa Rica.
7.-LEGISLACION SANITARIA (Código Sanitario) ............... 1944
Tomo 4~. 84 págs. Imprenta Nacional de Costa Rica .
8.-NUESTRA LEGISLACION ANTIVENEREA ........................... 1944
Medalla de oro de la Liga Social Antivenérea .
16 págs. Imprenta Nacional de Costa Rica.
9.-PRIMERA SEMANA NACIONAL ANTIVENEREA ......... 1944
Memoria. 116 págs . Imprenta Nacional de Costa Rica
10.-LECCIONES DE CIENCIA CONSTITUCIONAL ............ 1945
Obra de texto oficial para los Colegios de Enseñan-
za Media. 140 pág s. Imprenta Nacional de Costa Rica
11.-NOClONES DE DERECHO POllTlCo. PARA EL BA-
CHILLERATO ...................................................................................................... 1946
Ob ra de te xto oficial para los Colegios de Ense-
ñanza Media . 175 págs. Imprenta La Tribuna.
12. -DIGESTO CONSTITUCIONAL DE Co.ST A RICA ......... 1946
Edición ordenada por el Colegio de Abogados.
318 págs . Imprenta La Tribuna .
13.-COLUMNAS DE LA PRENSA ............................................................ 1946
138 págs. Imprenta La Tribuna .
14. -EL RECURSO DE INCONSTITUClONAlIDAD .................. 1948
Ensayo jurídico. 40 págs. Imprenta La Tribuna .
15.-FRONTERAS DE COSTA RICA ...................................................... 1949
Tesis de incorporación a la Academia Costarricense
de la Historia. 16 págs. Imprenta Nacional de Costa
Rica .
16.-LA CONSTITUClON POUTICA DEL 49 .................................... 1950
Ensayo. 16 págs. Imprenta La Na'ci ón .
17.-H ISTORIA CONSTITUCIONAL DE COSTA RICA EN
EL BIENIO 1948-49 .................................................................................... 1950
(Dos ediciones). 80 págs. Imprenta La Nación.
18.-LA LIBERTAD DE Co.NCIENClA COMO DOGMA DEL
DERECHO POllTICO MODERNO ................................................ 1952
Ensa yo de Derecho Comparado. 20 págs. Imprenta
Falcó.

57
19.-DON MIGUEL OBREGo.N, BENEMERITO DE LA
ENSEÑANZA ................................................................................................... 1956
Apología' de un maestro insigne. Discurso.
30 págs. Imprenta Nacional de Costa Rica.
20.-DIEClOCHO AÑOS DE VIDA ESTUDIANTIL .................. 1959
Crónicas. 80 págs. Imprenta Nacional de Costa Rica
21.-BOSQUEJO BIOGRAFICO DEL BENEMERITO DON
JOAQUIN GARCIA MONGE ......................................................... 1960
Conferencia. 28 págs. Imprenta Nacional de El
Salvador.
22.-UN AÑO. EN LA ODECA ........................................................ ..... 1961
Memoria de la Secretaría General de la Organiza-
ción de Estados Centroamericanos (1960-61). 456
págs. Imprenta Nacional de El Salvador.
23.-DESDE LA TRIBUNA DE LA ODECA ........................................ 1961
Discursos. 94 págs. Imprenta Nacional de El Salvador
24.-SEGUNDo. AÑO EN LA ODECA ............................................. 1962
Memoria de la Secretaría General de la Organiza-
ción de Estados Centroamericanos (1961-62). 332
págs. Imprenta Nacional de El Salvador
25.-DIGESTO CONSTITUCIONAL CENTROAMERICANO 1962
400 págs. Imprenta Nacional de El Salvador
26.-TERCER AÑO. EN LA ODECA .................................................... 1963
Memoria de la Secretaría General de la Organiza-
ción de Estados Centroamericanos (1962-63). 527.
págs. Imprenta Nacional de El Salvador.
27.-LA ODECA EN LA POLITICA CENTROAMERICANA 1963
Conferencia . 36 págs. Imprenta Nacional de El Sal-
vador.
28.-CUARTO AÑO EN LA ODECA ................................................... 1964
Memoria de la Secretaría General de la Organi-
zación de Estados Centroamericanos (1963-64). 254
págs. Edición a mimiógrafo.
29.-LA ODECA, SUS ANTECEDENTES HISTORICOS y
SU APORTE AL DERECHO INTERNACIONAL AME-
RICANO .................................................................................................................. 1966
Premia Alberto Brenes Córdoba 1965, del Colegio
de Abogados de Costa Rica. 208 págs. Imprenta
Lehmann .
30.- EL ACTA DE INDEPENDENCIA DE CENTRO AME-
RICA A LA LUZ DEL DERECHO Y LA RAZON ............ 1967
Ponencia presentada al IV Congreso Internacio-
nal de Historia de América (Buenos Aires: 5-12 de
octubre 1966). 58 págs. Imprenta Lehmann.

58
Treinta volúmenes publica-
dos, en el término de tres dé-
cadas, por un escritor costarri-
cense, constituyen sin duda, un
caso excepcional que merece
destacarse, máxime si se toma
en cuenta, no sólo el número
sino también la calidad de las
obras, varias de las cuales han
sido laureadas en certámenes
científicos y literarios, promo-
vidos por institucion es de in-
discutible prestigio académico,
como la Universidad y el Cole-
gio de Abogados de Costa Rica.
Otros libros de carácter di-
dáctico, del mismo autor han
prestado valiosos servicios a la
juventud estudiosa que frecuen-
ta los colegios de enseñanza
media y han sido elevados al
rango de obras de texto oficial,
por mandato del supremo go-
bierno de la República, a pro-
pUEsta de los señores directores
de los liceos.
Cabe agregar, que el escritor
Zclcdón. simultáneamente a sus
quehaceres editoriales, ha servi-
do a su patria desde muy ele-
vadas posiciones y le ha tocado
cum plir arduas tareas profes io-
nales, docentes y diplomáticas,
en las cuales siempre ha dejado
impreso el sello inconfundible
de su devoción y su talento.
El Instituto Cultural Cos-
tarri cense Argentino, tiene la
firme cOO\'icci ón de que este
estudio, producto del examen y
refl exión de un alto exponente
de la intelectualidad americana
y ferviente admirador de las
glorias y de la cultura argenti-
nas, será recibido con general
beneplácito por los intelectua-
les y estudiosos de estas dos
patrias tan afines: Costa Rica
y Argentina.

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