Analisis de Daño y Riesgo Ambiental
Analisis de Daño y Riesgo Ambiental
Analisis de Daño y Riesgo Ambiental
Fundada en 1922, es una destacada empresa argentina de energía con una presencia integral en la
cadena de valor del petróleo y gas. Sus actividades abarcan desde la exploración y producción hasta la
refinación, transporte y venta de derivados como combustibles, insumos petroquímicos, lubricantes y
productos agrícolas. Además, YPF se involucra en iniciativas de energía renovable y generación de
electricidad a través de YPF LUZ. Con una estrategia centrada en la sostenibilidad, YPF busca
posicionarse como la empresa integrada de energía líder en Argentina. Su enfoque se dirige hacia la
producción y comercialización sostenible de hidrocarburos, demostrando un compromiso con la
transición hacia un modelo energético más sostenible y diversificado.
YPF, la empresa seleccionada para este análisis de riesgo e impacto ambiental, opera en la industria
petrolera, lo que implica la presencia de diversas sustancias de interés. Entre ellas se encuentran
hidrocarburos, abarcando compuestos orgánicos volátiles (COV) derivados del petróleo. Además, se
emplean productos químicos durante la perforación, como solventes, lodos de perforación e
inhibidores de corrosión. Los subproductos de la extracción de petróleo también son relevantes, así
como metales pesados como el cobre, plomo, mercurio, zinc y manganeso, entre otros.
La exposición a estas sustancias ocurre principalmente a través del aire (atmósfera), suelos y cuerpos
de agua (tanto subterráneos como superficiales). La liberación de emisiones atmosféricas durante las
fases de extracción, destilación y transporte contribuye significativamente a la contaminación del aire.
Los suelos pueden ser afectados por vertidos, fugas o la disposición inadecuada de residuos, mientras
que la contaminación de cuerpos de agua incluye fuentes subterráneas y superficiales.
Las vías de exposición involucran la inhalación de contaminantes presentes en el aire, la ingestión a
través del consumo de alimentos o agua contaminada, y el contacto dérmico, especialmente para los
trabajadores que manipulan directamente sustancias peligrosas.
La duración de la exposición se extiende a lo largo del período de extracción, destilado y transporte de
hidrocarburos. La persistencia a largo plazo de estos contaminantes en el medio ambiente agrega un
componente crítico a la evaluación de riesgos.
Las poblaciones expuestas abarcan comunidades cercanas a las instalaciones de YPF, quienes
enfrentan riesgos potenciales para la salud y el medio ambiente. Los trabajadores en el sitio,
involucrados en actividades de extracción, refinación y transporte, constituyen otro grupo vulnerable.
Además, la fauna y flora local en los ecosistemas circundantes pueden experimentar impactos
negativos debido a la contaminación derivada de estos agentes.
Las operaciones petroleras conllevan posibles impactos ambientales y riesgos para la salud a lo largo
de todas las fases del proceso. Las emisiones de gases y compuestos químicos durante estas
operaciones pueden afectar la calidad del aire, planteando riesgos respiratorios para la población
circundante, incluyendo trabajadores y fauna local.
La extracción de gas asociado al petróleo a menudo resulta en la quema de gas, liberando emisiones
atmosféricas que incluyen CO2, metano, etano, butano, propano, hidrógeno, helio, argón,
hidrocarburos aromáticos volátiles, óxidos de nitrógeno, dióxido de sulfuro, ozono, monóxido de
carbono, halones y CFCs. Esta quema acelera el calentamiento global y afecta directamente a la
biodiversidad. El gas natural, con baja solubilidad en el agua, al quemarse en estaciones de separación
cercanas genera lluvias ácidas con altos contenidos de hidrocarburos. El hidróxido de sulfuro,
subproducto de la quema, puede ser tóxico para la biodiversidad local. Los impactos incluyen la
disminución de insectos atraídos por la luminosidad de la quema, alteraciones en poblaciones de
microorganismos y aves, así como efectos adversos en animales marinos. La exposición continua al
gas metano provoca envenenamiento crónico con consecuencias bioquímicas y fisiológicas, como
rupturas de tejidos y cambios en el comportamiento de peces.
La amenaza significativa de derrames de petróleo en cuerpos de agua impacta la hidrología y
biodiversidad acuática, afectando la calidad del agua y la salud de los ecosistemas acuáticos. La
actividad petrolera extiende su influencia más allá del área inmediata, contaminando acuíferos y
cuerpos de agua superficial, tanto por desechos como por la interrupción directa durante la perforación.
La construcción de infraestructuras, como carreteras y trochas sísmicas, puede alterar patrones de
drenaje y afectar cuerpos de agua. La contaminación de cuerpos de agua cercanos a las operaciones
con ripios de perforación, lodos, aguas de formación y derrames petroleros tiene graves consecuencias
en hábitats dulceacuícolas. La persistencia del crudo afecta a plantas y animales, recolectándose en
vegetación, sedimentos y causando impactos severos en organismos bentónicos. La presencia tóxica de
hidrocarburos en fuentes de agua destinadas al consumo humano, cercanas a instalaciones de lodos de
perforación y un río asfaltado con crudo, subraya riesgos inminentes para la salud pública en áreas
afectadas por la actividad petrolera.
En términos de geología y suelos, la presencia de contaminantes químicos, incluyendo el petróleo
crudo y sus componentes, plantea preocupaciones sobre la composición del suelo y la geología local,
afectando los ecosistemas terrestres. Las actividades petroleras generan diversos impactos en el suelo,
incluyendo compactación, destrucción de la rizósfera, erosión, y pérdida de suelo debido a la pérdida
de vegetación. La construcción de infraestructuras petroleras, como carreteras y oleoductos, es una
causa principal de compactación. La contaminación del suelo proviene de piscinas de desechos,
derrames petroleros y aguas de formación, afectando la biodiversidad microbiana y generando
mutaciones perjudiciales. También produce sofocamiento de raíces, disminución de poblaciones de
microfauna y pérdida de fertilidad. En zonas cultivadas, se registran pérdidas en cosechas, afectando la
economía local. En conjunto, estas actividades afectan negativamente la biodiversidad y la fertilidad
del suelo, impactando tanto a las poblaciones humanas como a los ecosistemas naturales.
La prospección sísmica, tiene impactos significativos en la salud de la fauna local. La contaminación
sonora y lumínica perturba los patrones naturales de comportamiento, migración y reproducción de
especies. La prospección sísmica implica la generación de temblores artificiales mediante explosivos
para obtener imágenes del subsuelo, afectando la biodiversidad. La detonación de dinamita cada 6
metros durante la prospección sísmica genera niveles de ruido considerable, junto con el ruido de los
helicópteros utilizados en la logística, intensificando la contaminación acústica en la zona.
La presencia de petróleo conlleva riesgos importantes para la salud humana, ya que la exposición a
gases y compuestos químicos puede resultar en problemas respiratorios. Además, existe la posibilidad
de afectar la calidad del agua, lo que representa una amenaza para aquellos que dependen de estas
fuentes para su consumo diario. La frecuente exposición al petróleo crudo, tanto por inhalación como
por contacto con la piel, se ha asociado con diversos problemas de salud, como cefaleas, aturdimiento,
dificultades de concentración, sensación de entumecimiento/hormigueo, visión borrosa, pérdida de
memoria/confusión y alteraciones neurológicas. Los síntomas informados debido a la exposición
excesiva al crudo o a dispersantes incluyen irritación de ojos, nariz y garganta, dolores de cabeza,
mareos, malestar estomacal, tos o dificultad para respirar.
Remediación Elegida:
YPF implementa una serie de medidas de mitigación, que van desde un plan de gestión de riesgo al
desarrollo de tecnologías y la elaboración protocolos de respuesta rápida en caso de emergencias
ambientales. Se destacan a continuación algunas de las estrategias desarrolladas por la empresa.
1 Producción sostenible > Llevar adelante operaciones seguras y responsables que reduzcan la huella
de carbono, con enfoque de economía circular. > Consumir y poner a disposición de clientes productos
más bajos en carbono.
2. Acción por el clima > Incorporar los desafíos del cambio climático para fortalecer la resiliencia del
negocio y de las operaciones. > Proveer de energía cada vez más limpia a través de un portafolio de
petróleo y gas eficiente en emisiones de carbono. > Continuar la producción rentable de energía
eléctrica y energías renovables a través de YPF LUZ.
3. Personas > Garantizar el cuidado de la salud y la seguridad de las personas, así como la integridad
de nuestros activos. > Trabajar comprometidos con el desarrollo de las personas y sus capacidades,
como también con la promoción de la diversidad y la inclusión, valores que aportan al éxito de la
compañía.
4. Valor social compartido > Producir energía para millones de argentinos todos los días. > Crear
valor para nuestros accionistas y demás grupos de interés. > Mantener un diálogo fluido con todos
ellos y gestionar los impactos ambientales y sociales de nuestras actividades. > Impulsar la adopción
de estándares de sustentabilidad en la cadena de valor. > Contribuir a la educación de calidad y al
desarrollo local sostenible.
Gestión de Riesgos:
Emplea un modelo corporativo de gestión de riesgos basado en normativas como ISO 31000 y COSO
ERM. Este enfoque integral aborda riesgos vinculados a sustentabilidad y cambio climático. La alta
dirección y el Directorio supervisan a través del Comité de Riesgos y Sustentabilidad.
El proceso incluye la creación periódica de un mapa corporativo de riesgos, con participación de
unidades y áreas de YPF. Se clasifican riesgos en categorías (entorno, estratégicos, operativos y de
cumplimiento) y se analizan escenarios financieros, operacionales y climáticos. Se evalúa el nivel de
riesgo considerando exposición, probabilidad y consecuencias.
El modelo se apoya en una herramienta informática que facilita identificación, evaluación y monitoreo
de escenarios, generando reportes e indicadores. Los proyectos tienen evaluaciones de riesgos
específicas. Para riesgos financieros, se realizan análisis de sensibilidad. Para no financieros, se
simulan escenarios de pérdida en instalaciones relevantes, incluyendo análisis de sensibilidad
ambiental en ductos.
En cuanto a los principales riesgos emergentes, se destaca el enfoque en el cambio climático,
considerando tanto riesgos físicos como de transición. En relación con el riesgo físico del cambio
climático, se evalúan posibles impactos a largo plazo en operaciones e instalaciones debido a eventos
climáticos extremos. Este análisis se basa en el Sexto Informe de Evaluación del Panel
Intergubernamental de Cambio Climático. Se subraya la necesidad de evaluar vulnerabilidades y
fortalecer la resiliencia de las instalaciones frente a posibles eventos climáticos extremos. Se
mencionan riesgos específicos asociados a cambios en precipitaciones y sequías, con medidas de
prevención y mitigación, como barreras físicas y cambios en la fuente de suministro de agua. La
gestión de riesgos climáticos se realiza siguiendo las Recomendaciones del TCFD, con supervisión por
parte del Directorio y el Comité de Riesgos y Sustentabilidad.
Desarrollo de nuevas tecnologías:
Y-TEC, creada en diciembre de 2012 a través de la asociación entre YPF y el Consejo Nacional de
Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), se dedica a proporcionar soluciones tecnológicas
para el sector energético y a formar especialistas para el desarrollo de la industria en la región.
En 2022, los trabajos de Y-TEC se centran en diversas temáticas, como el aumento de la producción
de Oil & Gas en Upstream NOC, la sustentabilidad ambiental (con enfoque en descarbonización,
CCUS, disminución del azufre en combustibles y resolución de situaciones ambientales), eficiencia en
el transporte de gas y agro sustentable.
El Programa de Sostenibilidad de Y-TEC se enfoca en tres ejes: huella ambiental, agro y valorización
de biomasa. Se destacan acciones como Y-CALCITE y Y-FRED, así como estudios de prefactibilidad
para una central térmica de gas natural con CCS, biorremediación de corrientes oleosas y revegetación
y restauración ecológica de suelos mediante siembra directa (Y-Siembra).
La empresa está fuertemente comprometida con el desarrollo de hidrógeno verde y azul,
considerándolos vectores energéticos prometedores. En 2020, lanzaron el Consorcio H2ar, una
colaboración entre más de 50 empresas para impulsar la economía del hidrógeno en Argentina.
La Misión Agro de Y-TEC tiene como objetivo desarrollar tecnologías para una agricultura
sustentable, priorizando el aumento de la productividad y la reducción de la huella ambiental asociada
al negocio del agro. Trabaja en el desarrollo de productos biológicos y fitosanitarios inteligentes,
implementando acciones como bioinsumos, tratamiento de semillas (Y-TERRA), insumos de bajo
impacto y digitalización en venta a granel.
Sustentabilidad:
En el contexto de la transición energética a largo plazo, el litio y el hidrógeno verde se destacan como
vectores clave de crecimiento. El litio, con su capacidad superior de almacenamiento de energía,
desempeña un papel fundamental en la expansión de las energías renovables y en el impulso a la
electromovilidad. Argentina, con el segundo mayor depósito mundial de litio, se posiciona
estratégicamente en este ámbito.
En cuanto al hidrógeno verde, su desarrollo como fuente de energía principal requiere avances
tecnológicos para reducir los costos de la electrólisis y determinar la mejor forma de transporte.
Argentina, con su abundante capacidad de energía solar y eólica, posee una oportunidad única. La
Patagonia, con su capacidad para generar plantas de energía eólica, se destaca como una región con
gran potencial para el país y YPF.
YPF identifica un potencial significativo en la proyección de parques eólicos, concentrándolos en un
único punto de transmisión, alcanzando hasta 100 GW. Esto equivale a más del doble de la capacidad
instalada de toda la energía eléctrica del país, generando aproximadamente 8.5 millones de toneladas
de hidrógeno verde al año. Para lograrlo, es esencial avanzar en el desarrollo eficiente de instalaciones
renovables y generar entre 100 y 150 megavatios por año.
YPF aborda las vulnerabilidades climáticas en sus operaciones mediante medidas de adaptación y
planificación de resiliencia, integrando la identificación, evaluación y gestión de riesgos relacionados
con el cambio climático en su sistema de gestión empresarial basado en ISO 31000. La evaluación de
la exposición a riesgos físicos se realiza a través de mapas de riesgo climático, considerando
escenarios a corto, mediano y largo plazo mediante el uso de un Sistema de Información Geográfica
(GIS). Además, implementa la herramienta Business Areas Climate Impact Assessment Tool
(BACLIAT) para evaluar impactos climáticos, identificar riesgos y acciones de mitigación.
En el contexto de la transición energética, YPF analiza escenarios a largo plazo, considerando
regulaciones, tecnologías y cambios en el sistema energético, incluyendo los escenarios de la Agencia
Internacional de Energía. Desde 2019, incorpora criterios ambientales en la revisión de proyectos,
incluyendo emisiones de carbono, con un precio establecido de USD 50 por tonelada de CO2. Se
actualiza este precio sombra en 2022 tras revisar tendencias y mejores prácticas de la industria. La
empresa identifica y gestiona los principales riesgos y oportunidades relacionados con estos aspectos.
2. Operaciones de petróleo y gas más bajas en carbono
YPF prioriza la descarbonización del negocio de hidrocarburos para cumplir con las metas climáticas
nacionales. En el sector Upstream, se mejoró la metodología de cálculo de emisiones, logrando una
disminución del 70% en las emisiones de CH4 en tanques. El 2022 marcó el quinto año consecutivo de
disminución de intensidad de emisiones directas, superando el objetivo de reducir en un 30% para
2027, con una reducción total del 34% desde 2017.
La reducción se atribuye a acciones como el cambio de cartera hacia el Upstream no convencional,
generando un 66% menos de emisiones GEI por tonelada de producción en comparación con el
convencional. Otros factores incluyen la optimización de la metodología de cálculo, ejecución de
proyectos de eficiencia energética y reducción de emisiones en Upstream.
Durante 2022, YPF se comprometió a implementar soluciones basadas en la naturaleza para proteger,
gestionar y restaurar ecosistemas. Estas acciones no reemplazan los procesos de descarbonización,
pero contribuyen al secuestro de carbono, generando beneficios ambientales, sociales y económicos.
Se desarrolló un plan de acción para diseñar el marco estratégico y el portafolio de proyectos de
captura de carbono con enfoque en soluciones basadas en la naturaleza en Argentina. Las soluciones
abarcan tres áreas: masas forestales, tierras secas y pastizales, y humedales y masas de agua, con
enfoque en tareas silvícolas, restauración de tierras degradadas y conservación de áreas húmedas.
Políticas y sistemas de gestión medioambiental:
YPF sigue un modelo de Gestión de Excelencia Operacional que incorpora normas ISO 45001, 14001
y 9001 en todos sus negocios. La gestión ambiental se enfoca en identificar y controlar riesgos e
impactos a lo largo de la cadena de valor, utilizando evaluaciones, estudios de riesgo y acciones de
monitoreo. La empresa colabora con instituciones para potenciar conocimientos y adapta medidas a los
contextos locales para evitar, minimizar o compensar impactos negativos. Se realizan informes
periódicos y revisiones, presentando estudios ambientales a autoridades y comunicando directamente a
través del sitio web, incluso páginas dedicadas a proyectos relevantes como Vaca Muerta y
exploración offshore. YPF valora la biodiversidad, opera bajo el principio de precaución y cumple
normativas y compromisos sustentables. Las inversiones y gastos en integridad y ambiente alcanzan
los USD 548 millones en 2022, con un enfoque en emisiones, residuos, uso de agua y biodiversidad. El
100% de los centros industriales de YPF tiene certificaciones ISO 45001, 14001 y 9001, y las políticas
se aplican a todo el Grupo YPF. La capacitación abarca normativas legales ambientales y buenas
prácticas, y en las operaciones de Upstream, se gestionan riesgos ambientales en diseño de pozos,
procedimientos operativos y manejo de residuos. Además, se enfocan en la calidad de vertidos de agua
en fracturación hidráulica y plantas industriales. Un nuevo sistema en la plataforma Sphera mejora la
calidad de datos y la consultora externa verifica parámetros anualmente. Los proyectos de exploración,
como CAN-102, siguen altos estándares de seguridad, con Audiencias Públicas en mayo y diciembre
de 2022 para recoger inquietudes y garantizar la participación ciudadana.
Proyectos Offshore:
La gestión del agua por parte de la empresa se basa en un enfoque integral centrado en la
sustentabilidad del recurso. Se prioriza el diálogo abierto con las comunidades, el monitoreo de
captaciones y descargas de agua, la eficiencia en el uso y la gestión adecuada de efluentes. Se destaca
la importancia de la disponibilidad y calidad del agua en las actividades de exploración, producción y
refinación. La captación de agua se realiza desde fuentes superficiales y subterráneas, y los vertidos se
efectúan después de tratar y acondicionar los efluentes. Se evalúa la posibilidad de utilizar agua
subterránea salobre y reciclar flowback en actividades no convencionales. En algunas provincias se
estudia la compatibilidad del agua de producción como fluido de fractura, anticipando un aumento en
la demanda de agua en el futuro.
En el año 2022, se logró un 60% de monitoreo de las instalaciones de mayor captación con
verificación de uso eficiente del agua. Se llevaron a cabo estudios hidrogeológicos obligatorios para
todas las actividades relacionadas con pozos. Se presentaron estudios a las autoridades provinciales en
Santa Cruz y la cuenca Neuquina de Mendoza. Además, se participó en la presentación del formulario
de Seguridad Hídrica para formalizar y divulgar la gestión del agua, obteniendo una calificación (B-).
YPF se compromete a reducir, reutilizar y reciclar el agua de producción y los efluentes generados. En
caso de no ser posible, se lleva a cabo su tratamiento y vertido de acuerdo con los requisitos de la
autoridad local o, en ausencia de normativas, se siguen los estándares de la industria. En 2022, los
vertidos de agua aumentaron un 4%, principalmente debido al aumento de la producción en No
Convencional. Los vertidos en Gas y Energía y Downstream se mantuvieron estables. La cantidad de
agua inyectada disminuyó un 3.5% en comparación con el año anterior debido a una reducción en la
producción de agua.
Del total de agua vertida en 2022, el 88% fue agua dulce, mientras que el 12% correspondió a otras
aguas, vertidas exclusivamente en pozos sumideros. La cantidad de agua reutilizada fue de 144,256
megalitros, menor que en 2021 debido a la disminución de agua producida en yacimientos
convencionales. En 2022, el 100% de los vertidos de la compañía recibió tratamiento.
Gestión de la biodiversidad:
YPF se compromete con la preservación de la biodiversidad a lo largo de todas las fases de sus
operaciones y productos, enfocándose en analizar riesgos, prevenir impactos, rehabilitar entornos y
adoptar medidas compensatorias cuando sea necesario.
La empresa cuenta con una normativa interna y una Guía para la Gestión de la Biodiversidad en Áreas
Sensibles. Además, realiza un relevamiento y mapeo integral de áreas sensibles en Argentina,
incorporando información de fuentes públicas y oficiales. Todos los sitios de extracción y producción
de hidrocarburos tienen estudios de impacto ambiental, que incluyen análisis de biodiversidad, planes
de mitigación e informes de monitoreo anuales, cumpliendo con los requisitos legales.
En áreas sensibles, como Laguna Llancanelo en Mendoza y la Reserva Provincial Auca Mahuida en
Neuquén, YPF lleva a cabo informes de seguimiento anual para evaluar la necesidad de ampliar
medidas de mitigación, abarcando un total de 56,098 hectáreas.
Gestión de residuos:
YPF impulsa acciones para minimizar la generación de residuos, reducir su peligrosidad e impacto
ambiental, reutilizar, reciclar o valorizar materiales de desecho, garantizar tratamiento adecuado y
eliminación final, y establecer programas de mejora continua, alineándose con la economía circular y
gestión de residuos para contribuir a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de la
ONU.
En Upstream, la empresa ha trabajado desde 2012 para reducir su stock histórico de suelo con
hidrocarburos, alcanzando su objetivo estratégico en 2021. Se aplican técnicas avanzadas como
estabilización, solidificación, biorremediación y revegetación.
Aunque la generación de residuos en 2022 aumentó un 54%, especialmente en Upstream No
Convencional, el tratamiento de residuos peligrosos se mantuvo al mismo nivel, y la intensidad de
generación total disminuyó en un 5% en comparación con el año anterior y un 35% menos que en
2018. Se destaca la gestión avanzada de residuos peligrosos con la operación de plantas como TRON
AESA y Myrbur V, que reducen volúmenes enviados para tratamiento externo y permiten la
recuperación de lodos para reutilización.
YPF integra acciones de desafectación, abandono y recomposición del entorno en los Planes de
Gestión Ambiental, parte de las evaluaciones de impacto ambiental de sus proyectos. Los informes de
Monitoreo Ambiental Anual guían la evaluación del estado de instalaciones, la identificación de
desvíos ambientales y la definición de acciones correctivas y preventivas.
Durante 2022, se llevó a cabo un relevamiento y acciones de remediación en áreas exploratorias de
Malargüe y Chachahuen Sur, Mendoza, en proceso de cierre ambiental. La empresa gestiona
situaciones ambientales, como degradaciones o deterioros, a través de una normativa interna que
detalla actividades para cada etapa, desde detección hasta cierre, cumpliendo regulaciones y convenios
colectivos de trabajo.
Las medidas de restauración se ejecutan mediante planes actualizados anualmente, considerando la
criticidad del caso, compromisos con terceros y requisitos legales. El costo se calcula según el
procedimiento de Gestión de Situaciones Ambientales, incorporándose a las provisiones contables del
grupo bajo Normas Internacionales de Información Financiera.
YPF aborda la gestión de emisiones atmosféricas no clasificadas como gases de efecto invernadero
(GEI) con el objetivo de minimizarlas y aplicar un tratamiento conforme a la legislación local. Al ser
una empresa con procesos intensivos en energía generada por combustión, se monitorean y reducen
emisiones de SO2, NOX, CO y Particulado mediante mejoras en quemadores y condiciones operativas.
Las emisiones de compuestos orgánicos volátiles (COV) se concentran en sistemas de tanques,
monitoreados y sujetos a un plan de mantenimiento regular. En 2022, las emisiones totales NO GEI
fueron de 117,302 toneladas, un aumento del 14% respecto a 2021, vinculado a una mayor producción,
almacenamiento en tanques y consumo y quema de combustibles.
Programa de prevención de daños:
Las operaciones petroleras, que abarcan desde la extracción hasta la prospección sísmica, ejercen una
notable presión sobre el medio ambiente a lo largo de todas las etapas del proceso, impactando de
manera considerable tanto en los ecosistemas acuáticos como terrestres. Un componente crítico de
estas operaciones reside en las emisiones de gases y compuestos químicos, una fuente potencial de
riesgos respiratorios no solo para la población local circundante, sino también para la fauna autóctona
y los propios trabajadores de la industria.
Específicamente, la quema de gas asociado al petróleo durante las operaciones libera una diversidad de
emisiones atmosféricas, desde dióxido de carbono hasta hidrocarburos aromáticos volátiles y óxidos de
nitrógeno. Este proceso no solo contribuye al cambio climático, sino que también desencadena lluvias
ácidas con altos contenidos de hidrocarburos, impactando negativamente en la calidad del agua y
generando consecuencias adversas para los hábitats acuáticos.
La amenaza de derrames de petróleo en cuerpos de agua representa un riesgo sustancial para la
hidrología y la biodiversidad acuática, extendiéndose a acuíferos y cuerpos de agua superficiales. La
construcción de infraestructuras asociadas, como carreteras y trochas sísmicas, no solo contribuye a la
alteración de patrones de drenaje, sino que también está vinculada a la deforestación y modificación
del paisaje, resultando en la pérdida de hábitats naturales y la fragmentación de ecosistemas.
En el ámbito geológico y de suelos, las operaciones petroleras generan impactos significativos que
incluyen la compactación del suelo, destrucción de la rizósfera, erosión y pérdida de suelo debido a la
eliminación de vegetación. La contaminación del suelo, derivada de diversas fuentes como piscinas de
desechos, derrames petroleros y aguas de formación, afecta la biodiversidad microbiana y puede
ocasionar mutaciones perjudiciales.
Adicionalmente, la construcción de infraestructuras petroleras, como carreteras y oleoductos,
contribuye a la deforestación y modificación del paisaje, resultando en la pérdida de hábitats naturales
y la fragmentación de ecosistemas. La expansión de la industria petrolera puede generar contaminación
sonora, afectando a la fauna local y perturbando patrones naturales de comportamiento, migración y
reproducción.
Estos aspectos, junto con la alteración del paisaje y la deforestación asociada a las infraestructuras
petroleras, subrayan la complejidad y la extensión de los impactos ambientales que deben abordarse
para lograr una gestión sostenible y responsable de la actividad petrolera.
Tipo de seguro de contrato:
En la industria del petróleo y gas, los seguros se dividen en dos grupos. El primero incluye pólizas
específicas para la explotación directa, como Control de Pozos, Integrales Petroleras y
Responsabilidad Civil que cubre derrames y polución, así como coberturas para equipos y gestión de
instalaciones. El segundo grupo abarca coberturas tradicionales para personas y empresas relacionadas,
como Riesgo de Trabajo, Salud, Vida, Accidentes Personales, entre otros.
En el contexto de posibles derrames de petróleo, hay tres tipos de seguros. El primero,
Responsabilidad Civil contra Terceros para el Operador o Dueño del Terminal, es esencial para
empresas en posesión de terminales de descarga. Cubre lesiones y daños con límites importantes e
incluye contaminación y remediación. El segundo, Responsabilidad Civil contra Terceros (P&I) para
la Compañía Naviera o Armador del Tanquero, es necesario para transportistas de petróleo con
coberturas entre 1 y 2 billones de dólares. El tercero, Responsabilidad Civil Marítima para Contratistas
de Operaciones, aplica a contratistas involucrados y cubre errores y omisiones, junto con cobertura
P&I para sus embarcaciones. Estos seguros son diseñados considerando la experiencia local y se
adaptan a ciclos de reaseguros y programas internacionales, teniendo deducibles altos y límites
elevados para pólizas del primer grupo. Además, eventos recientes y cambios económicos impactan la
disponibilidad y condiciones de las coberturas.