Este No Es Un Cuento Silvestre
Este No Es Un Cuento Silvestre
Este No Es Un Cuento Silvestre
Emiliano Dionisi
Este no es un cuento
Silvestre
Emiliano Dionisi (Argentina)
PERSONAJES
SILVESTRE
MADRE
SERPIENTE
YAGUARETÉ
MONOS
1. EL VIAJE.
ENTRA MADRE, MUEVE LA BOCA, PERO SUS TEXTOS, AL IGUAL QUE TODOS A LO
LARGO DE LA OBRA, SON INTEPRETADOS POR SILVESTRE.
SILVESTRE:
Empieza con un “SILVESTRE ¿Te podés apurar? no tenemos todo el día…” con
un “SILVESTRE te pedí que eligieras, no vamos a llevar toda la basura que
acumulás en tu cuarto” y con un “SILVESTRE escuchame, llévame el apunte,
¡SILVESTRE haceme caso!” …
SILVESTRE soy yo. Y ella es mi mamá. Y en esta pila de cosas está toda mi vida
¿Quién hubiera dicho que dieciséis años enteros se podían guardar en cajas y
apilarlas? Bueno, casi dieciséis, porque los cumplo en dos semanas
“SILVESTRE, el camión de mudanza está esperando ¿Sabés cuanto sale cada
minuto que nos retrasamos?”
¡No quiero! No pienso dejar mi escuela, a mis amigos y todo lo que conozco.
La gente viene DE las provincias A la capital, no al revés
“Estas muy equivocado”…
para las madres, los hijos siempre vamos a estar equivocados
“¿Querés saber por qué?”
Me lo va a decir igual
“Te lo digo igual”
Y ahora va a empezar a enumerar, mi mamá es una fanática de la enumeración
“Primero porque es mucha la gente que se muda de las ciudades a las provincias
buscando una vida más tranquila”
¿A mi alguien me preguntó si quería una vida más tranquila?
“Segundo porque vas a conocer mucha gente nueva y hacerte un montón de
amigos”
como si fuera tan fácil para alguien tan tímido como yo
“Y tercero… porque lo digo yo”
contundente e irrefutable
¿Y por qué solo vamos nosotros dos? ¿Por qué ninguno de mis hermanos tuvo la
fortuna?
“Tus hermanos ya son grandes, tienen su vida…”
y acá viene lo peor
“pero vos sos mi chiquitito bonito”
solo una madre sabe humillar con tanta eficacia…
“Les pedí que nos dieran una mano para cargar el camión… ¡Ahí vienen!”
SILVESTRE:
(Irónico)
¡Que alegría! Todos reunidos otra vez.
Soy el menor de cinco, de chiquito pensaba que mis hermanos eran unos
monstruos, pero ya de grande… lo confirmé. Siempre me trataron como a un
juguete.
MADRE:
La ley primera, la ley primera
Jamás traicionarás a quien te dio la vida
Si hay que irse, si hay que irse
Oh, suerte considera siempre tus favores
SILVESTRE:
Me asustaban, gritaban, pellizcaban, empujaban, ignoraban y todos los “aban”
que se le puede hacer a un hermano menor. Y, por supuesto, jamás tuve nada
nuevo, todo lo heredaba de ellos. Ese pantalón usado por todos llegaba a mi
prácticamente deshecho… y cuando finalmente se rompía, por simple obra del
tiempo mamá me decía:
“Sos un bruto, todos tus hermanos lo usaron y vos lo rompés” Vestido como
pordiosero y culpable de todo, la historia de mi vida.
MADRE:
Oye las voces, oye las voces
Deja el llamado recorrer toda tu piel
Ver, ver, verte crecer
Sin apurarse ni detenerse
SILVESTRE:
Ustedes se preguntarán a dónde nos mudamos, cuál va a ser mi destino … ¿Serán
las sierras cordobesas y su aire puro? ¿Será la nieve de Bariloche y su brillo? ¿Mar
del Plata tal vez, con sus lobos marinos y alfajores?
No… ¡Misiones!
Mamá ¿Misiones?
“Es hermoso Misiones” ¿Vamos a dejar la selva de asfalto para mudarnos a la
selva… literal?
“Te va a encantar”
(Irónico) No, si tengo un entusiasmo…
MADRE:
Se aceleran los latidos
Miedo a lo desconocido
Algo en la sombra está
Olvidado por la luz
2. LA BIENVENIDA.
SILVESTRE:
“Cambiá esa cara”
es la única que traje, el resto las dejé en Buenos Aires
“¿Estás enojado?”
mamá siempre tan perspicaz
“Bueno, desenojate, porque hoy es tu primer día de escuela”
SILVESTRE:
¡Perfecto! Recién llegado y mi primer día de escuela, nueva provincia, nueva
escuela, nuevos compañeros… ¿Cómo me recibirá la selva misionera? ¿Será todo
tan salvaje como me lo imagino?
SILVESTRE:
(Irónico) Esto mejora a cada rato… resulta que mis compañeros son molestos,
inquietos y…
SILVESTRE:
Y ruidosos…
SILVESTRE:
¿Qué tal? … Hola … Hola…
SILVESTRE:
(Levantándose)
Qué… hermosa bienvenida. Si estos son mis compañeros, no puedo esperar a
conocer a mi maestra… ¿Será dulce y comprensiva?
SILVESTRE:
Si yo tengo una suerte…
“Por lo visssto tenemos un nuevo compañero”
(Levanta la mano con mucha timidez)
“Adelante caballero, presentesssé” …
hola… mi nombre es SILVESTRE…
(Los compañeros ríen. A Silvestre le molesta, pero se nota que no es la primera
vez que le pasa)
Si, no es un nombre muy común para un chico de mi edad. Bueno, a ella le
pareció más original…
“¿Eso es todo lo que tiene para contarnosss?”
Ehhh, bueno, tengo dieciséis años, casi, mi cumple es en una semana. Soy de
Buenos Aires, allá las cosas son… distintas… muy distintas…
“¿Y cómo está conformada sssu familia?”
Mi familia antes era bastante grande, ahora es más bien chiquita… mamá y yo
“¿Y antesss? ¿Cómo era antesss su familia?”
¡Qué lindo se siente estar tan… expuesto!
Bueno, tengo cuatro hermanos y a mi papá no lo conocí…
“¿Qué clase de animal sos?”
Pregunta una de mis compañeras…
¿Perdón?
“Parece una nutria, yo creo que es una nutria”
¿Yo? Están confundidos…
“O un carpincho” “Para mí que es loro”
Y todos se ríen otra vez…
No soy ningún loro, ni carpincho, soy un chico…
Una de ellas se acerca y me huele
“Tiene olor a tapir”
(Todos los compañeros vuelven a reír)
¡No tengo olor a nada!…
(Se huele las axilas)
Quizás un poco, pero acá no soy el único con las hormonas alborotadas, eh.
Otro de mis compañeros se para, me mira fijo, con los ojos prendidos fuego…
(Lo señala)
“¡Un yacaré!”
(Todos los monos se alejan asustados)
¿Yo? ¿Acaso parezco un yacaré?
“Las rocas al costado del río tampoco parecen, pero podrían ser… La leyenda
cuenta que antes los yacaré tenían una piel brillante, como si estuviera
cubierta de perlas y diamantes, a ellos les encantaba mostrarse y alardear. Las
aves les hacían piropos y los roedores se acercaban encantados por los destellos
que venían desde el agua. Un día llegaron los barcos con pescadores, y los
yacaré vanidosos fueron nadando esperando escuchar los elogios que tenían
para ellos, pero en su lugar, recibieron redes y arpones. Y la hermosa piel
cubierta de perlas y diamantes termino siendo adorno. Inti, el dios del sol,
castigó la arrogancia de los yacaré, haciéndolos pasar desapercibidos, igualitos
a las rocas quietas en la orilla del río… Cuando nos confiemos le va a crecer la
cola, le van a salir escamas, va a mostrar los dientes… y nos va a comer uno
por uno”
(Todos se quedan mirando fijo a Silvestre)
Miren, yo sería incapaz de…
SILVESTRE:
“¿Qué animal sos? ¿Sos un yacaré? ¿Qué animal sos? ¿Qué animal sos?”
Evidentemente no quedó del todo claro, mi nombre es SILVESTRE…
(SILVESTRE se aleja, sus compañeros lo persiguen)
“¡¿Qué animal sos? ¿Qué animal sos?!”
(se da vuelta y pega un grito, casi un rugido involuntario)
¡YO NO SOY NINGÚN ANIMAL!
SILVESTRE:
Yo solo soy un chico, un humano…
“En essste lugar, eso, sssería mucho peor”
LA MAESTRA/SERPIENTE SALE.
3. EL CONDOR.
SILVESTRE:
(Solo) ¡Que primer día! Todo nuevo, bastante salvaje y ningún amigo para poder
hablar ¿Qué me diría la psicopedagoga…
SILVESTRE:
Muy distinta…
“¿Como te fue en tu primer día?”
¿de verdad querés que te cuente o saltamos a la parte en la que hago un
berrinche reclamando por todo lo que dejamos atrás?
(La madre comienza a llorar en silencio) Esto no lo esperaba.
(SILVESTRE se acerca, apoya su cabeza en la falda de su madre, ella le acaricia
el pelo)
Ma, se suponía que vos me tenías que consolar a mi…
“Cuando naciste supe que eras distinto”
¿Distinto? ¿Por qué distinto?
“Nunca fuiste igual a tus hermanos, lo veo en tus ojos”
MADRE:
Puedo ver y entender
Que el presente te atrapa
Dentro de vos
Te Pesan y cansan, lo sé
Dentro de vos están, los podés ver?
Ayer y hoy
Nos siguen aunque duele
Ayer y hoy
Ayer y hoy
SILVESTRE:
Es la primera vez que la veo así, me dice
“Yo también necesito empezar de nuevo, gracias por entenderlo… Silvestre,
hay algo muy adentro tuyo que es especial, ese es tu verdadero ser, solo tenés
que escucharlo y dejarlo salir”
(Silvestre piensa por un momento)
¿Y si eso que esta adentro mío tiene los dientes grandes y muy afilados? Me da
miedo…
(La madre lo toma de la cara)
“Nunca te avergüences de quien sos”
TERMINA LA MUSICA.
4. EL AGUA Y EL YAGUARETÉ.
SILVESTRE:
Pensé que después de algún tiempo se iban a cansar, pero no, cinco días
llevamos así y cada vez peor…
“¿Qué le pasa al yacaré?” “¿Se va a transformar o no?” “Seguro le van a salir
escamas por todas partes” “¿Ya pusiste tus huevos?”, “¡No lo molesten!” dice
el líder de la manada…
¡Rarísimo!
“¿No ven que no conoce a nadie? No conoce nuestras costumbres, nuestros
gustos… tampoco conoce al monstruo del Pepirí Guazú”
¿Un monstruo? ¿Ustedes se creen que voy a caer en un cuento tan tonto como
ese?
“¿Un yacaré con miedo? ¡Es la primera vez que lo veo!” “Qué vergüenza para
tu especie”
Primero, no soy un yacaré, mi nombre es SILVESTRE y no, no tengo miedo
(Uno de los compañeros sorprende a SILVESTRE por la espalda, este se asusta y
todo se ríen)
“Déjenlo, los de Buenos Aires nunca tendrán la valentía para ver a la cara al
monstruo del Pepirí Guazú”
¿Me están diciendo cobarde?
(Los compañeros comienzan a aullar)
Me están diciendo cobarde.
Bueno, acepto, llévenme a ver al monstruo.
SILVESTRE:
Y así empezamos a abrirnos camino por la selva, ellos muy acostumbrados
(Se mata un mosquito en el brazo) yo no tanto. Tengo que admitir que es un
lugar bastante espectacular, los árboles y las cascadas y los bichos y ¿Falta
mucho? Ya llevamos como dos horas caminando
“¡Un yacaré cansado, un yacaré cansado!” cansado estoy… de que me llamen
así.
“Ya casi” dice el líder…
SILVESTRE:
(El líder señala)
“Ahí habita el monstruo” …
¿Ahí, en el río?
“Si, para verlo hay que acercar la cara a la orilla”
(Muy asustado)
Ah, mirá vos…
“¿Tenés miedo?”
(Muy asustado)
¿Qué, yo? Nahhhh
“Entonces mirá”…
SILVESTRE:
No veo nada…
“Más cerca… más cerca…”
SILVESTRE:
Solamente veo mi reflejo…
SILVESTRE:
“Por eso… el agua, es el lugar donde pertenecés… ¡yacaré!”
SILVESTRE:
¡Muy gracioso… muy original… muy… bobo que caí como un pajarito!
(Se queda en silencio unos segundos, contiene su tristeza)
Tampoco es que el agua me moleste tanto (Muestra su Casio) Y tampoco hace
falta que me saque el reloj, no funciona. De chiquito me encantaba ir a nadar
con mi papá. Él me enseñó a patalear con las rodillas juntas y no desperdiciar
fuerzas, a poner las manos como una cuchara para llegar más lejos con cada
brazada… Él me enseñó a meter la cabeza abajo del agua…
(Toma una bocanada de aire y se sumerge en el rio, y todos los espectadores
nos sumergimos con él, de pronto todo es silencio… Y lo que más me gustó
siempre, es que abajo del agua no hay ruido… No hay discusiones, no hay risas
burlonas, no hay retos eternos… hay silencio, un hermoso silencio. Acá puedo
estar yo y los latidos de mi corazón.
SILVESTRE:
Pero esto no es igual a la pileta del club, acá no hay carriles que respetar, no
hay boyas naranjas que te marquen un camino…
(Muy entusiasmado)
acá hay que convivir con el Dorado, el Surubí, el Pacú. Estoy de invitado y a
ellos no les molesta. Me gustan los peces… ellos solo saben compartir…
(Nada un momento con ellos)
Permiso, tengo que ir a la superficie para respirar, prometo volver, nos vemos
la próxima.
SE LO VE MAS CALMO.
SILVESTRE:
¿Y si el agua sí es donde pertenezco? … Me quedaría acá toda la tarde, pero no
quiero preocupar a mamá…
SILVESTRE:
(Muy tenso)
O quizás me puedo quedar un ratito más…
SILVESTRE:
Un día estás en tu barrio jugando a la pelota con tus amigos y al otro en medio
del rio, amenazado por un yaguareté… esto no podría ser más raro
“¿Pensás quedarte ahí metido mucho tiempo más?”
dice el yaguareté y yo me como mis palabras…
¿perdón?
“El rio es el lugar perfecto para un baño refrescante, pero hay que tenerle
respeto, el agua también se enoja”
¿El agua se enoja? Me parece todo un cuento para que yo salga y vos…, perdón,
usted… ¡zas! me morfe de un bocado…
(El yaguareté ruge y SILVESTRE se sobresalta)
“En la selva, quien no sabe escuchar las advertencias, termina siendo la presa”
No es que yo desconfíe de vos… perdón, de usted. Pero entre estas aguas
tranquilas y sus dientes afilados, prefiero confiar en el rio
“Lo mismo dijo la rana ternero, que amaba darse interminables baños de agua
dulce”
¿Y que le pasó a esa rana?
(MUSICA Acompaña relato)
“Los demás anfibios le pedían que salga, pero la rana estaba enamorada del
agua. La lluvia, que es la madre del agua y vive en el aire, se puso celosa y le
dio la primera advertencia, pero ella no quiso escuchar.
El granizo, que es el padre del agua y vive en las nubes también la puso en
aviso, pero ella nada. Seguía tranquila y despreocupada en el reino líquido. Y
entre lluvia y granizo, el caudal comenzó a subir y las corrientes invisibles
empujaron a la rana hasta el fondo. Nunca más se supo nada de ella. Desde ese
día, las ranas lloran cuando el agua se enoja… escuchá…”
(SILVESTRE agudiza el oído y se escucha el croar de las ranas)
¿Eso quiere decir que…?
UN RELAMPAGO CORTA EL AIRE, UN SEGUNDO DESPUES SE ESCUCHA UN
TRUENO Y COMIENZA A LLOVER.
SILVESTRE:
…quiere decir que tengo que salir…
“Rápido, a la orilla”
y yo empiezo a nadar, pero la corriente es cada vez más fuerte y me aleja… ¡No
puedo!... ya no veo ni al dorado, ni al pacú, ni al surubí, todo es agua ¡No
puedo!
“¡Fuerza!”
ruge el yaguareté
¡No tengo!
“En tus brazos, en tus piernas, en tus manos, en tus ganas de vivir, ahí está la
fuerza”
y yo pataleo contra la corriente, no entiendo de donde saco la energía, pero
ya casi estoy a unos pasos de la orilla, cuando el pie me queda atrapado entre
unas piedras. No sé qué hacer… el agua me quiere tragar…
SILVESTRE TOMA CON LA MANO LA GARRA DEL YAGUARETÉ, ESTE LO SACA DEL
AGUA. SILVESTRE QUEDA TIRADO EN LA ORILLA, TODO MOJADO Y EMBARRADO.
LA TORMENTA COMIENZA A APAGARSE. EL YAGUARETÉ GIRA ALREDEDOR DE
SILVESTRE.
SILVESTRE:
Creí que me ibas a comer…
“Para salir de los problemas, se necesita fuerza, pero también humildad y
confianza para aceptar ayuda” …
YAGUARETÉ:
Cuando el miedo te siga
Donde sea que vayas
Respira y concéntrate
Si la angustia te sigue
Donde sea que vayas
Un buen consejo daré
SILVESTRE:
Me huele… y se va… ¡nadando!
SILVESTRE:
Pensé que al yaguareté no le gustaba el agua. Pensé mal, quizás tenga que
aprender a pensar mejor.
5. LA SERPIENTE Y LA PIEL.
SILVESTRE:
No sé por qué, pero el día de tu cumpleaños todo se siente distinto, se siente…
más. Si estas contento entonces te pones más contento, y si estas perdido y
bastante triste como yo… ni les cuento.
ENTRA LA MAESTRA/SERPIENTE
SILVESTRE:
“¿Que esss esa cara larga?”
me pregunta mi maestra de sangre fría. A esta altura ya no solo soy el nuevo,
soy el nuevo que se la pasa mirando el suelo durante los recreos.
Nada, estoy bien, gracias
“Tusss ojos no dicen lo mismo”
Y me empieza a rodear… un poco me inquieta, pero creo que ya me estoy
acostumbrando a lo inquietante de este lugar.
Hoy es mi cumpleaños…
“Entiendo, y te gussstaría estar en otra parte, con otrasss personasss” No, me
gustaría estar solo, es más, creo que ni conmigo quiero estar
“Hay momentosss, en que yo también me canso de quien soy, entonces dosss o
tres veces al año cambio de piel, a vecesss se trata de elegir quien querésss
ser”
MAESTRA:
Si me canso de ser siempre la misma versión,
Si hay que cambiar,
Algo hay que soltar,
basta ya de dudar
Mira muy bien como hago yo
La voz en tu interior,
Te dirá, presta atención
La piel hay que mudar,
sal de mi cuerpo sin más,
la piel hay que mudar
la piel hay que mudar
6. EL MONSTRUO.
SILVESTRE: “Ahí está el yacaré, todavía no mostró los dientes, pero sigue
siendo bastante feo”
Muy graciosos, la verdad. Pero no sé si estoy para bromas el día de hoy…
“¿Un yacaré sensible?” dice uno…
“Eso sí que me gustaría verlo”
“No se dejen engañar” grita el líder “Si se pone a llorar es porque está
preparando el momento para comernos a todos”
¿Qué decís?
“Que los tuyos derraman lagrimas mientras devoran ¿Nunca escuchaste eso de
lágrimas de cocodrilo”?
Todos se ríen y yo siento que el corazón me late cada vez más fuerte.
“Si no te gusta este lugar siempre tenés algún micro que te lleve de vuelta a
tu selva de cemento, a nosotros tampoco nos gusta ver esa cara todos los días”
Y la piel de todo el cuerpo me empieza a picar
¡Déjenme en paz!
“Pobrecito, la bestia quiere paz”
Y las risas y carcajadas me entran por los oídos y me retumban en la cabeza,
como si estuviese hueca… “¿Y esto?”
SILVESTRE:
No me atrevo a abrir los ojos ¿Seré una bestia feroz que provoca miedo? En
este momento preferiría que sientan miedo, antes que sientan lastima. Y es
ahí cuando escucho la voz de mi mamá…
APARECE EL CONDOR.
SILVESTRE:
“Nunca te avergüences de quien sos”
La voz de mi maestra…
APARECE LA SERPIENTE.
SILVESTRE:
“Se trata de elegir quien querésss ser”
Y la voz de… de mi papá…
APARECE EL YAGUARETÉ
SILVESTRE:
“Para salir de los problemas, se necesita fuerza, pero también humildad y
confianza para aceptar ayuda”
(SILVESTRE LLORA)
Extraño mucho, todo el día y con todo el cuerpo.
Y me convierto en un animal…
(Abre los ojos. Poco a poco se va transformando en un zorro)
tengo las patas negras, pelo en todo el cuello…
(Sonríe asombrado)
¡Tengo cola! ¡Una hermosa cola naranja y blanca!
“Es un Aguará Guazú”
dicen y me miran… no con miedo, ni con lastima… con asombro, con ojos
grandes de bienvenida.
Soy yo, un zorro tímido, solitario… orejudo y especial
(El resto de los animales se mueven a su alrededor)
Soy silvestre. No aúllo, le escapo a los problemas, pero eso no me convierte en
un cobarde, soy prudente y doy suerte a quien me observa y me protege. Si,
soy un animal…
(Sonríe de oreja a oreja)
uno hermoso.
7. LA DESPEDIDA.
SILVESTRE: Este cuento no termina con un vivieron felices para siempre, (Se
acerca a sus compañeros) termina con un “¿Silvestre, venís a hacer la tarea a
mi casa?” con un “¿Silvestre, te gustaría jugar a la pelota con nosotras?” (Se
acerca a su madre) y con un Ma, quizás yo también necesitaba empezar de
nuevo. Quizás la gran aventura es explorar la selva que tenemos dentro ¿Es todo
tan salvaje como me lo imaginé? Si, y me encanta. Porque este no es un cuento
común y silvestre, en este cuento yo descubro quien fui, decido quien soy y
elijo quien quiero ser. Este cuento, es el mío. Y yo digo… fin.
APAGÓN.
Si usted está interesado en poner en escena este texto rogamos comunicarse con su
autor/a: [email protected]
Centro Latinoamericano de Creación e Investigación Teatral CELCIT
Buenos Aires. Argentina.
www.celcit.org.ar
[email protected]