Covid Cuestionario
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nucleico rodeado por una cubierta proteica. Un virus ni puede replicarse solo por el contrario
debe infectar a las células y usar componentes de la celula huésped para fabricar copias de si
mismo.
Factores virales y del huésped influyen en la patogénesis del SARS-CoV-2. La ACE 2 es una
proteína de membrana tipo I que tiene receptores en el pulmón, corazón, riñón e intestino,
principalmente asociados con enfermedades cardiovasculares. Se ha documentado que la
replicación viral primaria ocurre en el epitelio de la mucosa de la cavidad nasal y faringe. Los
receptores ACE 2 que están localizados en el tracto respiratorio inferior de los humanos son los
receptores celulares para SARSCoV-2.
Se ha observado que los casos graves de COVID-19 presentan niveles de angiotensina II altos, y
que sus niveles se correlacionan con la carga viral y el daño pulmonar . Por otra parte, se ha
observado que el SARS-CoV-2 induce la producción de daño cardiaco agudo e insuficiencia
cardiaca, con un aumento en los niveles de troponina asociados a una mayor mortalidad . En
un estudio reciente llevado a cabo por Guo y colaboradores [44], se encontró que de 187
pacientes con diagnóstico confirmado de COVID-19, el 27,8% tenía daño cardiaco asociado a la
infección. La alta incidencia observada de síntomas cardiovasculares parece relacionada con la
respuesta inflamatoria sistémica. Se sugiere que en gran parte, la virulencia asociada a la
infección por SARS-CoV-2 es debida a su poderosa capacidad de activar una respuesta inmune,
con una cascada de citoquinas inflamatorias, como uno de los mecanismos para el daño a nivel
de órganos.
El curso clínico de la infección por SARS-CoV-2 inicia con un período de incubación que varía
entre 5 a 7 días, aunque podría llegar hasta los 14 días (tiempo utilizado como margen de
seguridad en las cuarentenas), una vez el paciente desarrolla síntomas podría dividirse en tres
fases
Fase de viremia (I) para la mayoría de las personas implica un período de incubación (5-14
días) asociado con síntomas leves, y a menudo no específicos, como malestar general, fiebre y
tos seca. Durante este período, el SARS-CoV-2 se multiplica y establece la residencia en el
huésped, centrándose principalmente en el sistema respiratorio;
Fase aguda, (fase de neumonía o fase II) la multiplicación viral y la inflamación localizada en el
pulmón es la norma, durante esta etapa los pacientes desarrollan una neumonía viral con tos,
fiebre y, posiblemente, hipoxia (definida como una PaO2 / FiO2 de tórax o tomografía
computarizada (Figura 2) en esta etapa revelan infiltrados bilaterales u opacidades en vidrio
esmerilados.
la Fase grave (hiperinflamación o fase III) una minoría de pacientes con COVID-19 pasará a la
tercera y más grave etapa de la enfermedad (aproximadamente un 15% casos) que se
manifiesta como un síndrome de hiperinflamación sistémica extrapulmonar. En esta etapa los
marcadores de inflamación sistémica están marcadamente elevados, particularmente, la
interleucina (IL) -2, IL-6, IL-7, factor estimulante de colonias de granulocitos, la proteína
inflamatoria de macrófagos 1-α, el factor de necrosis tumoral-α, la proteína C reactiva, la
ferritina y el dímero D. También se encuentran niveles elevados de troponina y péptido
natriurético de tipo B N-terminal pro (NT-proBNP). La infección por COVID-19 produce una
disminución en los recuentos de células T auxiliares, supresoras y reguladoras
Pacientes con funciones inmunes competentes y sin factores de riesgo obvios (vejez,
comorbilidades, etc.) pueden generar respuestas inmunes efectivas y adecuadas para suprimir
el virus en la primera o segunda fase sin una reacción inmunológica excesiva. En contraste, los
pacientes con disfunción inmune pueden tener un mayor riesgo de fallar en la fase inicial y
convertirse en el tipo grave o crítico y, por ende, cursar con mayor mortalidad.
Manifestaciones clínicas
Los síntomas más comunes, fiebre y tos, están presentes en la mayoría de los pacientes, pero
no en todos los casos sintomáticos. La fiebre puede ser alta y prolongada, lo que se asocia a
desenlace desfavorable . La tos puede ser seca o productiva con igual frecuencia, y a veces se
acompaña de hemoptisis. La fatiga es común, y las mialgias y la cefalea ocurren entre el 10% y
20% de los casos. La disnea se ha reportado con frecuencias muy variables, Otros síntomas de
afectación del tracto respiratorio alto, como dolor de garganta, congestión nasal y rinorrea, se
presentan en menos del 15% de los casos Las manifestaciones gastrointestinales, como
náuseas, vómito, malestar abdominal y diarrea, se presentan tempranamente entre el 10% y
20% de los pacientes. La anorexia se manifiesta en uno de cada cuatro casos, y es más
frecuente a partir de la segunda semana de la enfermedad Estos síntomas digestivos se
correlacionan con mayor frecuencia de detección y mayor carga viral en materia fecal Las
alteraciones de los sentidos del gusto (ageusia) y del olfato (anosmia) también son frecuentes
Entre las complicaciones más comunes de la COVID-19 se menciona la neumonía, presente
virtualmente en todos los casos graves, el síndrome de dificultad respiratoria del adulto
(SDRA), la miocarditis, el daño renal agudo y las sobreinfecciones bacterianas, frecuentemente
en la forma de choque séptico Los trastornos de la coagulación, expresados por la
prolongación del tiempo de protrombina, el aumento del dímero D y la disminución en el
recuento de plaquetas, han llevado a pensar que la coagulación intravascular diseminada es
uno de los fenómenos comunes en los casos graves, por lo que algunos recomiendan
anticoagulación temprana. El compromiso de múltiples órganos se expresa por la alteración de
las pruebas bioquímicas, como la elevación de las aminotransferasas, deshidrogenasa láctica,
creatinina, troponinas, proteína C reactiva y procalcitonina .
DEFINICIONES DE CASOS
De acuerdo con la OMS, Las definiciones de los casos se establecen de la siguiente manera
Caso sospechoso: ■ Paciente con enfermedad respiratoria aguda (con fiebre y al menos un
signo o síntoma de enfermedad respiratoria, como tos, disnea, etc.), Y
■ Paciente con enfermedad respiratoria aguda, Y que haya estado en contacto con un caso
probable o confirmado de COVID-19, en los 14 días previos a la aparición de los síntomas.
■ Paciente con enfermedad respiratoria aguda severa (con fiebre y al menos un signo o
síntoma de enfermedad respiratoria severa, como tos, disnea, etc.), Y que requiera
hospitalización, Y que no tenga otra alternativa diagnóstica que pueda justificar la clínica.
Caso probable: ■ Caso sospechoso con resultados no concluyentes en las pruebas para la
detección de SARS-CoV-2. ■ Caso sospechoso en quien no se haya podido realizar una prueba
diagnóstica.
Contacto: un contacto es una persona que haya tenido exposición a un caso probable o
confirmado en los dos días previos o en los 14 días posteriores al comienzo de los síntomas de
este caso, de una de las siguientes formas:
■ Contacto cara a cara con un caso probable o confirmado a menos de un metro de distancia y
por más de 15 minutos.
DIAGNOSTICO.
Al inicio del brote epidémico se utilizó la secuenciación del genoma viral como método
diagnóstico, pero esta técnica es costosa y poco práctica para el procesamiento de grandes
cantidades de muestras. Hasta el momento, la FDA (del inglés, Food and Drug Administration),
ante la emergencia, ha aprobado 6 pruebas serológicas, 2 de ellas rápidas, que detectan
anticuerpos contra el SARSCoV-2.
SEROLOGIA IGG IGM Inicialmente también se desarrolló una prueba de ELISA para detectar
IgM e IgG contra la proteína de la nucleocápside viral del SARSCoV-2, pero tiene el
inconveniente de que puede arrojar resultados falsos positivos al detectar anticuerpos contra
otros coronavirus que causan resfriado común.
Prueba rápida para la detección de antígenos. La prueba rápida para detección de antígeno de
SARS-CoV-2 está basada en la detección del antígeno de la nucleocápside viral presente en las
células epiteliales de las vías respiratorias humanas infectadas. La detección se realiza en
muestras de hisopado nasofaríngeo (HNF). El ensayo se basa en el análisis
inmunocromatográfico de flujo lateral (prueba rápida). El casete de ensayo emplea
anticuerpos monoclonales anti-SARS-CoV-2, en la línea test (T); y anticuerpos monoclonales de
ratón anti IgY de pollo, en la línea control (C) los cuales se inmovilizan sobre una membrana de
nitrocelulosa. Sobre una almohadilla (pocillo de ensayo) se encuentra el conjugado oro coloidal
con el anticuerpo monoclonal anti-SARSCoV-2 y el conjugado oro coloidal con IgG de pollo
purificada. Cuando se agrega la muestra y una solución tampón al pocillo de ensayo, el
antígeno SARSCoV-2 (si estuviera presente), se unirá al conjugado oro coloidal con el
anticuerpo monoclonal anti-SARS-CoV-2 y se formará el complejo antígeno-anticuerpo; este
complejo migra a través de la membrana de nitrocelulosa hacia la línea T, donde es capturado
por el anticuerpo inmovilizado (anti SARS-CoV-2) este complejo quedará atrapado formando
una línea de color purpura el cual evidencia un resultado reactivo de la prueba.
Las indicaciones para uso intrahospitalario son: Pacientes con alta sospecha clínica, sin PCR o
con PCR negativa, con varios días de evolución: • Si es positivo, se confirma el diagnóstico
(infección reciente o pasada). • Si es negativo, se debe realizar o repetir la PCR a las 48 horas.