Historia de Egipto
Historia de Egipto
Historia de Egipto
Tras la progresiva retirada de las glaciaciones, se incrementaron los pastizales y las diversas
poblaciones indígenas fueron concentrándose empujadas por el proceso de desertización del
Sahara. Existían diversas culturas indígenas identificables por sus diferentes utensilios, objetos
cerámicos y ritos funerarios.
El periodo neolítico, que comenzó en Canaán hacia el 9.000 a. C., llegó a Egipto sobre el año
5.000 a. C. Las crecidas del río Nilo como consecuencia de las lluvias en sus fuentes y las
torrenteras de arcilla procedentes de Etiopía dieron lugar a ricas y fértiles tierras de limo.
Se conviene que hacia el 4.000 - 3.500 a. C. existió una unificación del territorio a través de las
previas comunidades locales, los nomos: el Bajo Egipto, cuyas principales ciudades eran Buto y
Sais, y el Alto Egipto, con capital en Hieracómpolis, adoptando como principal divinidad a Horus.
Conquistado el delta del Nilo hacia el 3.000 a. C., Menes (también llamado Narmer), procedente
de Tinis, será considerado por los epígonos de Manetón el fundador de la primera dinastía
faraónica.
En el denominado Imperio Antiguo, durante la tercera dinastía, con Dyeser (Zoser), encontramos
un dominio del arte y la arquitectura monumental en piedra. De esta época se datan las tres
colosales pirámides de Seneferu, la Gran Pirámide de Guiza atribuida a Keops (Jufu) por
Heródoto, con la inestimable ayuda de su hija, así como la de Kefrén (Jafra) y Micerino
(Menkaura) en la cuarta dinastía. La capital se establece en Menfis y el periodo de mayor
esplendor económico se desarrolló a partir del 2400 a. C. con la quinta dinastía. El comercio es
fundamental: el trigo se cambia por madera de ébano, oro y especias. La artesanía gozó de un
gran auge.
Aumenta la producción agrícola y hacia 1990 a. C., bajo el faraón Amenemhat I, se alcanza el
máximo desarrollo territorial y económico. En el 1830 a. C. se restablece el primer plan de
regadíos en el Bajo Egipto, que garantizará en el futuro reservas de agua que permitirán los
cultivos en la estación seca.
Al final de esta etapa se produce la penetración de los hicsos desde Palestina, que se instalan en
el Delta y se apoderan del gobierno con sus propias dinastías, aunque Kush y Tebas permanecen
independientes, no siendo expulsados hasta el 1.550 a. C. por Amosis I, con quien comienza el
Imperio Nuevo. Con el faraón Amenhotep I, hacia el 1.500 a. C., el imperio recobra su
importancia, a pesar de los graves costes que había supuesto el enfrentamiento con las tribus
palestinas. Es el momento en el que se produce una extensión del imperio, donde gran parte de
Kush queda bajo el poder autocrático del faraón así como buena parte de Siria y la ribera
occidental del Éufrates por el norte. No obstante, la fuerza de los hititas hará perder buena parte
de los dominios norteños y mantendrá en jaque al imperio, al igual que los libios amenazan por
el Este y Sur. Con Ramsés II se produce la última época de poder absoluto de los faraones.
Después le sucede un período caracterizado por la gran influencia y poder de los sumos
sacerdotes de Amón, hasta tal punto que alrededor del 1.000 a. C., dos dinastías se reparten el
control del imperio, con la presencia en Tebas de los sacerdotes de Amón como herederos y
gobernadores independientes, con el apoyo ocasional de los libios.
Periodo tardío
Esto no acabó con los procesos desestabilizadores procedentes de los asirios en el Norte y los
etíopes en el Sur. El avance del imperio Persa hacia el 520 a. C. de la mano del rey Cambises II
dio al traste definitivamente con el imperio faraónico y la dependencia de Egipto por primera vez
de reyes extranjeros. Pero sería Alejandro Magno quien, en el 332 a. C. terminaría por conquistar
el país.
Los Ptolomeos
Egipto cayó bajo la influencia de la cultura griega con la mera presencia durante menos de un
año de Alejandro Magno que modificó completamente la organización persa y se hizo nombrar
faraón. Muerto Alejandro, el general macedonio Ptolomeo I Sóter, que ya era gobernador según
un reparto realizado por los propios generales alejandrinos, se proclama rey en el 305 a. C.
Ptolomeo y sus herederos instauran un modelo parecido al faraónico, la dinastía Ptolemaica, con
clara división en castas que se distribuyen los trabajos en función de su origen: griegos, judíos y
egipcios. El reino sigue dividido en nomos y se ejercerá una verdadera autocracia con un férreo
control sobre todas las materias, especialmente la producción agrícola y con sistemas de
arrendamientos para la explotación pues la tierra era del faraón. Se estableció el cupo de
exportaciones necesarias por año y se centralizó la actividad crediticia en una sola entidad
financiera propiedad de la corona. En el terreno militar se enfrentarán con la expansión en Siria,
pero la creación de Alejandría convertirá a Egipto en un país con claros intereses en el
Mediterráneo. Así, con los primeros Ptolomeos se conquista Chipre y otras islas griegas,
estableciendo puertos en la orilla norte del mar.
Sin embargo, el modo de explotación territorial y personal no hará extender entre los millones de
egipcios que pueblan el país un sentimiento de pertenencia al mundo helenístico. Las
sublevaciones serán constantes y los enfrentamientos evidencian una manifiesta ruptura entre
los dirigentes y la ciudad de Alejandría por una parte (que alberga solo a un 4 % del total de la
población del país), y el resto por otra. La figura de Cleopatra VII, enfrentada dinásticamente a
Ptolomeo VIII Evergetes II, a pesar de lo literario y romántico de su historia personal con los
generales romanos Julio César y Marco Antonio, no pudo evitar el fin de la dinastía, que es
derrotada decisivamente en Accio en el año 31.
Roma
Bajo el dominio romano, el prefecto se convirtió en la máxima autoridad, dependiente solo del
Emperador. Las castas establecidas por la dinastía Ptolemaica se mantuvieron y aún se
reforzaron, con la división del trabajo que prima a griegos y judíos y, ahora, los ciudadanos
romanos. Los tributos en especie, sobre todo el trigo, fueron fuente importante para Roma. La
cristianización de la metrópoli se extendió en su conquista de Egipto y el nuevo territorio del
Imperio vio ascender al clero cristiano –especialmente al Patriarca de Alejandría– a los puestos
más altos dentro de la nueva sociedad.
Edades Medias
Bizancio
A la muerte de Teodosio, el Imperio queda dividido hasta que en el año 476 Odoacro depone al
último emperador del Imperio romano de Occidente, Rómulo Augústulo. El Oriental, con capital
en Constantinopla, consiguió mantenerse con las provincias de Grecia, Balcanes, Asia Menor,
Palestina, Siria y Egipto, estas tres últimas las más ricas que abastecían al resto.
Antioquía y Alejandría eran las ciudades más importantes, con un floreciente comercio y con
artesanos dedicados a la creación de objetos de lujo para una aristocracia dueña de las tierras y
sus rentas, la creación de latifundios como consecuencia de la crisis productora del siglo iii se
acentúa en este periodo con grandes concentraciones de tierras a las que no es ajena la Iglesia
católica. En Alejandría proliferaban las escuelas, y en su biblioteca discutían filósofos cristianos
y paganos.
Justiniano intentó poner orden, pero las provincias eran asoladas por milicias privadas que
desafiaban la autoridad y saqueaban a los campesinos. Con todo, el problema principal era de
tipo religioso, sobre todo en Egipto: Cuando el concilio de Calcedonia condenó el monofisismo
mayoritario en Egipto, provocó una gran escisión: la ortodoxia era defendida por mercaderes y
funcionarios relacionados con Constantinopla, mientras que el pueblo defendía a los
monofisistas uniendo el rechazo a la autoridad (y al fisco) con la defensa de la lengua y cultura
propia, fundándose entonces la Iglesia copta. A la muerte Justiniano en el año 565 la
aristocracia local deja de sustentar el poder imperial, y la desunión facilita las invasiones.
Bizancio mantenía una fuerte presencia militar con una flota en Alejandría, pero eso no fue
obstáculo para que en el 618 el Imperio Persa hiciera una incursión en territorio egipcio hasta
que Úmar ibn al-Jattab conquistase en el 638 el país.
El islam
En el año 634 fue elegido segundo califa Úmar ibn al-Jattab, suegro de Mahoma, que comienza a
expandir el Islam. En 639 conquistó Egipto, imponiendo un gobierno tolerante. Permitió a judíos
y cristianos mantener sus prácticas religiosas y los eximió de servir en el ejército a cambio de
impuestos especiales, la yizia y el jarach, y permitió los particularismos regionales. Esta política
comprensiva explica la falta de resistencia a la penetración árabe. Por otra parte, la posición
estratégica de Egipto le enfrentó con los cruzados cristianos y el Imperio mongol.
La guerra entre chiitas y sunitas dejó a Egipto del lado de estos últimos, y, tras la muerte de Alí,
dependiendo del califato de Damasco gobernado por los omeyas desde el año 661, 39 de la
Hégira.
La llegada de los árabes supuso cambios en el sistema impositivo, gravándose mejor las rentas
y las actividades comerciales; en la administración y el gobierno, mucho más saneados, y en la
agricultura donde se incorporaron nuevas técnicas de regadío que multiplicaron por dos el
terreno cultivable.
Durante los primeros 300 años de incursión del Islam, se mantuvo un equilibrio con las
religiones ya presentes en el territorio: cristianismo, judaísmo y coptos. Pero la nueva religión
islámica fue ganando adeptos entre los egipcios hasta convertirse claramente en la religión
oficiosa, impregnando el modo de vida de toda la sociedad y quedando el resto en minoría.
Dinastía omeya
La familia Omeya era árabe de pura raza, y consideraba a los no árabes como musulmanes de
segunda clase. No obstante, los más fieles fueron nombrados delegados del gobierno, e incluso
se recurría a judíos y cristianos, que colaboraron en el desarrollo de las artes y en la traducción
al árabe de los libros de filósofos, médicos y científicos griegos y latinos.
Los abasíes
En el año 750, el 128 desde la Hégira, los abasíes acusaron a los omeyas de ser musulmanes
indignos, hipócritas y corruptos, e invocando el rigor doctrinal los derrocaron. Su primer califa,
Al-Mansur trasladó la capital a Bagdad. Protegieron la cultura, las artes, las ciencias y el
comercio. La tolerancia religiosa consiguió la conversión de muchos no árabes al islam, algo
que no se había estimulado durante el califato omeya (o que incluso se había dificultado). Con
los abbasíes la expansión del islam fue mucho más rápida que en el pasado.
Los fatimíes
Los fatimíes, chiitas provenientes del Magreb, entraron en Egipto en 972, trasladando la capital
del imperio a El Cairo (Al-Qáhira, 'la Victoriosa') que llegó a ser considerada en el 969 como una
de las ciudades más importantes del mundo.
El ascenso fatimí a los cargos de Estado dependía más del mérito que del linaje u otras causas,
los sunníes tenían tantas probabilidades de ser nombrados a puestos de gobierno como los
chiíes y la tolerancia se extendía hasta a los no musulmanes: cristianos y judíos podían ocupar
niveles encumbrados del gobierno gracias a su capacidad.
El imperio siguió creciendo y floreciendo bajo el califa al-Hakim, cuyo reinado empezó con la
construcción de una gran mezquita en El Cairo (la Mezquita de Al-Hakim). Desgraciadamente
enloqueció, promulgando leyes arbitrarias y acabando con la tolerancia hacia cristianos y judíos
para quienes dictó leyes especiales.
Hacia el año 1010, El Cairo había superado a Bagdad en importancia, y el califato fatimí se
extendía desde Siria y la península arábiga hasta el Magreb oriental (con el reino de los ziríes
como vasallo). Egipto controlaba la puerta hacia el comercio en Asia y los puertos orientales del
Mediterráneo, no solo Alejandría, sino también los sirios. Desde aquí mantenía el comercio con
la zona occidental en Barcelona y Valencia hasta el siglo xvi.
Después de 1060 el territorio fatimí fue reduciéndose hasta que apenas lo componía Egipto. Con
la enfermedad y muerte del último califa fatimí, en 1171, Saladino sumó Egipto al califato abasí.
Los mamelucos
En los momentos finales del califato fatimí el país estaba en crisis, por una parte amenazado por
los cruzados, que habían ocupado Ascalón y amenazaban la frontera aliados con los bizantinos,
y por otra en guerra civil entre los diversos aspirantes al cargo de visir.
Uno de ellos acudió a la corte de Damasco a pedir ayuda a Nur al-Din. Este envió un ejército al
mando de Shirkuh, que en 1169 controlaba el país, actuando en parte como primer ministro del
califa fatimita de Egipto, en parte como gobernador y representante del Sultán sirio. Ese mismo
año moría el general, siendo sustituido en el puesto por su sobrino, Saladino.
Amplió también las fronteras, conquistando la costa libia, el norte de Sudán y Yemen con la
excusa de restaurar la ortodoxia religiosa (estos territorios estaban fuera del liderazgo espiritual
del califato abasí, siendo para su doctrina herejes), y tomó los puertos y posiciones cruzadas en
el mar Rojo, asegurando su posición contra los estados cristianos.
Tras la muerte de Al-Adid, Egipto era en teoría vasallo de Nur al-Din pero en la práctica Saladino
era el gobernador de facto: reconocía la autoridad del sultán de Siria, pero gozaba de total
independencia en su gobierno de Egipto, debido a la lejanía entre Damasco y El Cairo, separadas
por estados gobernados por los cruzados europeos.
Con la instalación de los mamelucos en El Cairo, comienza otra etapa en la historia de Egipto.
No persiguieron a las iglesias coptas ni a las comunidades judías, aunque fueron guardianes del
islam en el conjunto social. El final de la dinastía llegó con la derrota en 1517 ante Selim I, sultán
del Imperio otomano, pero ya con anterioridad la pérdida del control del tráfico comercial con
Asia como consecuencia de las nuevas rutas establecidas por Portugal y España tras el
descubrimiento del paso de Cabo de Buena Esperanza y el Nuevo Mundo, había provocado una
paulatina decadencia de Egipto. Así en 1517, las fuerzas otomanas son imparables y conquistan
el país.
Edad Moderna
Dominación otomana
En el 1516, el sultán otomano Selim I derrotó a los mamelucos en Alepo y en El Cairo en 1517.
Egipto fue considerado Estado vasallo, no provincia, y será gobernado en este tiempo por los
bajás y los beyes. La autoridad del Imperio otomano era escasa, y los mamelucos volvieron
rápidamente a posiciones de gran influencia: Los emires mamelucos se mantuvieron como jefes
de los doce sanjaks, en los cuales fue dividido Egipto; los bajás tomaban muchas veces sus
decisiones al margen de los deseos de Estambul, que se conformaba con recibir el tributo en
forma de dinero (600 000 piastras anuales) y los contingentes de tropas que se solicitaban. A
cambio apenas exigía que las fronteras fueran guardadas de cualquier incursión. La incuria turca
condujo a la decadencia de la economía, perdiéndose el comercio de las especias.
La sublime Puerta nombraba nuevos gobernadores cada poco tiempo para evitar rebeliones,
pero los cambios constantes provocaron la pérdida de control del ejército, y al principio del
siglo xvii los motines llegaron a ser constantes; en 1013 dH (1604 d. C.) el gobernador Ibrahim
Pachá fue asesinado por los soldados, y su cabeza fijada en el Bab Zuwaylah. La razón de estos
motines era la tentativa de los sucesivos pachás de poner fin a la extorsión llamada tulbah, un
pago forzado exigido por las tropas a los habitantes del país por unas falsas deudas.
En 1609 algo estalló la guerra civil entre el ejército otomano y el Pachá, a quien apoyaban
algunos regimientos leales y los beduinos. Los soldados intentaron elegir un sultán y dividir las
regiones entre ellos. El gobernador Mohamed Pachá los derrotó en 1610, entrando triunfalmente
en El Cairo y ejecutando a los cabecillas. Historiadores contemporáneos hablan de ese
acontecimiento como la segunda conquista de Egipto por los otomanos. Mohamed efectuó una
gran reforma financiera y reajustó las cargas impuestas entre las diversas comunidades de
Egipto, de acuerdo con sus medios.
Autogobierno
Tal era la situación que los gobernadores designados eran tratados por los egipcios con menor
respeto cada vez. En 1623 Estambul nombró gobernador a Ali Pachá: los oficiales enviaron
cartas exigiendo tener a Mustafá Pachá, y la guarnición de Alejandría atacó y obligó a Alí a
embarcar de nuevo. Poco después llegó el nombramiento de Mustafá Pachá para el cargo de
gobernador.
En el siglo xviii la autoridad del pachá fue reemplazada por la de beyes mamelucos llamados
Shaikh al-Balad, jefes de la ciudad, que mantenían el liderazgo de la comunidad.
Una tentativa de un pachá de eliminar la autoridad de estos beyes falló debido a la lealtad de sus
partidarios armados, que le obligaron a huir a Estambul. Tras una época de disturbios, Ali Bey se
hizo con el poder en 1766.
Consiguió poner los asuntos egipcios en orden, y reprimió el bandolerismo de los beduinos en el
Bajo Egipto. Intentó constituir una monarquía independiente, y a tal efecto se esforzó para
disolver todas las tropas excepto las que estaban bajo su propio control. En 1769 llegó una
demanda del emperador otomano para que enviase 12 000 hombres para emplearlos en la
guerra rusa, orden que se negó a cumplir. La sublime Puerta no podía tomar medidas activas
contra él, por lo que se dedicó a consolidar sus dominios, reformar las finanzas, y mejorar la
administración de justicia. Envió a su yerno, Abu-'l-Dhahab, a defender la tierra entre Asuán y
Asyut, envió una fuerza de 20 000 hombres para conquistar Yemen, a Ismail Bey con 8000 para
conseguir la orilla este del mar Rojo, y a Ilasan Bey para ocupar Jidda. En seis meses la mayor
parte de la península árabe estaba bajo su mando, y designó como sheriff de la Meca a su
primo, que proclamó sultán a Alí. Én virtud de este nombramiento, emitió moneda y ordenó que
su nombre se mencionará en la oración pública.
Su movimiento siguiente resultó fatal. Envió en 1771 a Abu-'l-Dhahab a conquistar Siria, pero
este entró en negociaciones con Estambul para restaurar la soberanía otomana y marchó contra
Egipto, entrando en el Cairo el 8 de abril de 1772. El 19 de abril de 1773, capturó a Alí Bey, que
fue trasladado al Cairo dónde murió.
El gobierno antes y después de Bey fue despótico, y descuidó el comercio y la irrigación de los
campos hasta extremos muy graves para el futuro de los habitantes. Durante los últimos treinta
años del siglo, Egipto fue asolado por epidemias que diezmaron la población.
No es de extrañar que en esta situación, Francia y Gran Bretaña hubieran puesto sus ojos en un
territorio débilmente defendido y pobre, pero fundamental en la ruta a Oriente. Los británicos
consiguieron concesiones para hacer escala en el territorio en su camino hacia la India, tras la
apertura del Mar Rojo en 1775. En 1798, Napoleón Bonaparte conquistó Egipto ante la sumisión
del bajá y los beyes, con la aceptación otomana.
Egipto colonial
Imagen de Napoleón
Bonaparte en El Cairo.
Tras la ocupación francesa de Egipto en 1798 por Napoleón, se reconoce por el Imperio
otomano en la persona de Mehmet Alí como la dinastía heredera del trono del país en 1805.
Hasta 1811, Mehmet Alí se deshizo de los partidarios de los Mamelucos y colocó el Alto Egipto
–la zona más rica y próspera– bajo su total control. A partir de ese momento pudo permitirse
una larga campaña de expansión que contó con el consentimiento, cuando no el agrado, del
Imperio otomano. Combatió y venció a los wahabíes y, en 1818, dos años después de que
Napoleón hubiera sido derrotado en Europa, conquistó las ciudades santas de La Meca y
Medina. Hasta 1827, en sucesivas campañas, conquistó Sudán, fundó Jartum y combatió,
siendo derrotado, contra las potencias europeas por el control de Grecia con el apoyo del
Imperio otomano. Sin embargo, la debilidad otomana terminaría con distintas acciones de
Mehmet tendentes a expandir Egipto por el norte, conquistando buena parte de Siria, poniendo
sitio a Acre y amenazando a la propia Estambul. En ese momento (1839), es cuando Reino
Unido, Rusia, Austria y Prusia prefieren un Imperio otomano debilitado a un poderoso Egipto, por
lo que forman una alianza que exige a Mehmet el abandono de sus pretensiones al norte (Siria y
Líbano). El rechazo de Mehmet lleva a las fuerzas combinadas aliadas a atacar y destruir la flota
egipcia, así como a poner fin a la ocupación de Siria y Líbano. Mehmet capituló y mantuvo a
partir de ese momento un ejército reducido y la promesa de no volver a expandir su territorio.
Mehmet Alí
En el desarrollo económico, apoyado por Francia, introdujo nuevos cultivos, en los que estaban
más interesados los ocupantes que el propio país, como el algodón, el arroz y la caña de azúcar.
Se construyeron nuevos sistemas de irrigación, pantanos y canales, creando poco a poco un
sistema de mayor control del Estado sobre la economía agrícola, incluyendo el comercio de los
productos, cuyos beneficios iban a parar en parte al estado, el cual lo destinaba tanto a nuevas
políticas de desarrollo como a la dotación militar. Se mejoraron las infraestructuras hidráulicas,
bastante abandonadas desde el siglo xvi, y se realizó una nueva distribución de la tierra, que
aseguró al monarca y a sus descendientes una parte importante de suelo fértil a orillas del Nilo.
Los primeros pasos de industrialización en Egipto se dieron durante este periodo histórico. La
mayoría de las producciones tenían un vínculo con los procesos de transformación de los
productos agrícolas. El textil y la industria del azúcar y el algodón fueron las más beneficiadas
por las nuevas condiciones, llegando a emplear a unos 40 000 egipcios de la zona del Alto
Egipto. Al igual que la agricultura, las nuevas actividades industriales gozaban de protección
especial, siendo controlados hasta el extremo los intercambios comerciales con el exterior,
fijando los precios de las materias primas y del producto final, así como los mercados con los
que no se mantenía relación alguna, entre los cuales destacaba el del Imperio británico. Esta
actitud hacia el Reino Unido, forzada primero por el ocupante francés, fue desarrollada más
tarde por el propio Mehmet para evitar que los textiles británicos, de mejor calidad y que
provenían de industrias mejor equipadas, ocuparan el mercado Egipcio. Este fue uno de los
desencadenantes, entre otros, del interés británico por la ocupación de Egipto, dado que el
comercio del Imperio veía una oportunidad de mayor expansión.
La alianza con británicos y franceses
En 1848, Mehmet Alí renunció al trono en favor de su hijo Ibrahim Pachá a causa de su avanzada
edad. Diez años antes, en 1838, Mehmet había firmado un acuerdo de libre comercio con el
Imperio británico, en virtud del tratado anglo-otomano, que había puesto fin a las pretensiones
egipcias tras la derrota en Líbano y Siria. Esto supuso un serio golpe para el monopolio egipcio
de la industria y la agricultura y el afianzamiento de la posición estratégica de Gran Bretaña en la
zona.
Ibrahim murió a los dos meses de la renuncia de su padre y ocupó el trono su sobrino, Abbas I,
poco dado a la política de expansión de su abuelo Mehmet y despreocupado del gobierno
interno. Esto permitió a los británicos afianzar su recién obtenida influencia sobre Egipto. En
1854 Abbas fallece y le sucede su hermano Mehmet Said, habiendo conseguido Gran Bretaña
establecer una línea de ferrocarril entre El Cairo y Alejandría que le permitía reducir en más de
dos meses las comunicaciones comerciales con sus posesiones en Asia, singularmente en
India. No obstante, se produjeron cambios sustanciales en la política gubernamental y de
alianzas. Said retomó la política de obras públicas de su padre y se deshizo de buena parte del
monopolio de la agricultura, liberalizando la economía y favoreciendo las inversiones.[cita requerida]
Al mismo tiempo, su amistad personal con Ferdinand de Lesseps permitió que el sultán
otorgase a Francia en 1854 la explotación del canal de Suez, cuyas obras se iniciaron en 1859,[1]
siendo abierto en 1869 a través de una Compañía específica bajo el gobierno de Ismail Pasha.
Ismail llevó a cabo un gobierno enérgico continuador de las reformas de su abuelo Mehmet.
Destacó por el nuevo impulso a la economía emergente de desarrollo industrial, sin carecer de
excentricidades como las que le llevaron a construir más metros de vías férreas por habitante
que ningún otro país del mundo,[cita requerida] a ampliar El Cairo siguiendo el modelo urbano y
artístico de París o a construir grandes palacios.[2]
También trató de imitar a Mehmet ampliando los territorios de Egipto por el sur, conquistando
Darfur y tratando de ocupar Etiopía, en un intento por controlar todo el cauce del Nilo. En 1875,
ocupó Hamasien (zona en la actual Eritrea). Se inició entonces una guerra abierta en la que el
ejército egipcio terminó por ser derrotado y, aunque de hecho desde 1877 Egipto no mantuvo el
control de la zona, no fue hasta 1884 que se firmó la paz.
Las tensiones con Gran Bretaña, que veía de nuevo una amenaza en la ruta comercial sobre sus
colonias, se incrementaron con la concesión de la explotación del canal de Suez a una compañía
francesa. Sin embargo, la crisis con Etiopía hizo preciso al gobierno de Ismail pedir la ayuda
británica y, con ello, en 1874 el Reino Unido se hizo con la mayoría del accionariado de la
compañía del canal tras un acuerdo a tres bandas.
La decadencia de la influencia francesa fue compensada con la británica. Gran Bretaña llegó a
controlar la mitad del producto interior bruto, el gobierno, el ejército y la administración de facto,
aunque nominalmente la monarquía egipcia mantenía la autoridad en el país.
Esta posición de dominio provocó las primeras reacciones entre los nacionalistas egipcios que,
al amparo de la Asamblea Nacional creada en 1866 presionaron a Ismail que terminó por
disolver el gobierno mixto. Esto supuso que en 1879 Ismail debiera abdicar en su hijo, Tewfik
Pasha, por presiones de los gobiernos británico y francés sobre el Imperio otomano.
Tewfik trató en todo momento de contentar los intereses extranjeros y restituyó de inmediato el
gobierno mixto. Se estableció el 50 por 100 de los ingresos del país para pagar la deuda externa.
Muchos oficiales del ejército se unieron a los nacionalistas y se levantaron contra el gobierno en
1881 dirigidos por el coronel Ahmed Orabi. Durante la sublevación Tewfik trató por todos los
medios que Estambul interviniera en su favor, o las fuerzas europeas, pero ambas partes se
mostraron recelosas por no incrementar las tensiones con los miembros del ejército. En 1882 el
grado de deterioro del derviche fue de tal magnitud que el Reino Unido, en solitario, acordó
intervenir. Bombardearon Alejandría y derrotaron a los nacionalistas egipcios en Tel al Kebir el 13
de septiembre de 1882. Un ejército compuesto por 20 000 soldados británicos ocupó el canal de
Suez. Un mes más tarde todo Egipto fue ocupado por las tropas. Ese mismo año Egipto pasó a
ser, oficialmente, un protectorado británico.
Egipto independiente
En 1919 el partido nacionalista Wafd intenta la independencia de Egipto, sin éxito. Egipto
adquirió estatus independiente el año 1922, nombrándose rey a Fuad I, hasta ese momento
sultán,[3] como resultado de la desmembración del Imperio otomano, aunque la presencia
militar y el control de las comunicaciones por parte del Reino Unido duró hasta la invasión de
Etiopía por los italianos. El tratado que concedió a Egipto la total independencia se firmó el 26 de
agosto de 1936 y los británicos se reservaron el control del canal de Suez.
En realidad, el distanciamiento de Egipto con respecto a los otomanos había empezado cuando
las potencias de Occidente aprovecharon el debilitamiento del Imperio otomano para intentar la
ocupación del territorio, y abrirse de esa manera una ruta más corta hacia la India Británica, que
la utilizada hasta el momento alrededor de África.
La monarquía
Zagul del Wafd, es elegido primer ministro mediante elecciones en 1923. Desde un primer
momento hubo problemas entre Fuad y el Wafd (el partido nacionalista) de modo que el primero
aprueba una nueva constitución más monárquica. El Wafd boicotea las elecciones de 1931,
ganadas por el Partido Liberal Constitucional (favorable a Fuad), que gobernó hasta 1935,
aplicando un régimen de excepción. En 1936 se reimplantó la constitución de 1923. En 1936 se
firmó un nuevo acuerdo entre Egipto y el Reino Unido que no aporta nada nuevo a lo ya existente
a las relaciones entre estos dos países.
Durante la Segunda Guerra Mundial, su territorio sirvió como campo de batalla, con Egipto
apoyando a los británicos contra el Afrika Korps, aunque muchos de sus habitantes eran
considerados germanófilos y hubo dudas sobre el papel jugado por su rey, Farouk I. Al final del
conflicto, Egipto reclamó insistentemente el abandono de Suez por los británicos y la devolución
de Sudán. La fracasada guerra contra Israel en 1948-1949 acentuó el descontento de la
población con sus gobernantes.
Egipto decide construir la Presa de Asuán y para ello pide un préstamo al Banco Mundial.
Estados Unidos y el Reino Unido se oponen al mismo bajo la excusa de las relaciones de Egipto
con los países comunistas. Nasser nacionalizó en 1956 el canal de Suez como una medida de
presión para que le den el préstamo. La medida despertó enérgicas protestas del Reino Unido y
Francia, debido a que ambos países eran accionistas mayoritarios del canal. Reino Unido,
Francia e Israel atacan Egipto en octubre y noviembre de 1956 pero EE. UU. y la URSS ordenan el
alto el fuego. El retraso en concretar una invasión armada en Egipto hizo que Nasser demostrara
sus dotes como administrador de esa nueva fuente de recursos para su país, ganándose así la
simpatía mundial. Cuando Francia y Reino Unido iniciaron la invasión el 31 de octubre, con el
apoyo de Israel que atacó dos días antes, incluso la ONU llamó a los agresores a retirarse bajo la
amenaza de intervención de la URSS.
Para Francia y el Reino Unido la guerra del 56 fue un fracaso. Ambos países descubrieron que la
era de los imperios coloniales ya había acabado ante la nueva realidad de la Guerra Fría
protagonizada por EE. UU. y la URSS. Para Egipto la corta guerra supuso una victoria, pues
recuperó el control del canal; para Israel la adquisición del Sinaí y de la franja de Gaza; para
EE. UU. fue una oportunidad de intervenir en Oriente Medio; la URSS apareció como la defensora
de las naciones agredidas por el neocolonialismo occidental.
Este hecho, sumado a otros éxitos logrados en la política exterior, consolidaron a Nasser como
líder indiscutible en el interior y le dieron la legitimidad suficiente para institucionalizar su
modelo político. Los principios ideológicos del Nasserismo, se concretaron en esta etapa con la
aprobación de una nueva Constitución en 1956. En el aspecto institucional, la Constitución de
1956 convertía a Egipto en una República de marcado carácter presidencialista, en la que la
voluntad de la Asamblea quedaba subordinada a la del propio Nasser. También establecía la
existencia de un partido único, la Unión Nacional y, en definitiva trataba de dar un marco legal al
proceso revolucionario. El texto, que contemplaba todo el ideario político del propio Nasser,
señalaba la necesidad de que el Estado tuviera la posesión de todos los medios de producción,
medios de comunicación, el control del comercio exterior, etc. Es decir, suponía la base legal una
revolución social que permitiera que los medios de producción pasaran a manos del Estado para
que este distribuyera la riqueza; de esta forma Nasser también pretendía ganarse el apoyo de las
clases más desfavorecidas y así aumentar el apoyo social de la revolución.
Entre 1958 y 1961 Egipto formó parte, junto con Siria, de la República Árabe Unida, de la que
Nasser era presidente. Asimismo, formó una alianza con Yemen en el mismo periodo que se
denominó Estados Árabes Unidos.
El Congreso, ya con su nueva conformación, aprueba en 1962 una serie de cuestiones que
suponían en la práctica un paso más en la profundización del modelo nasserista: se establece
oficialmente la denominación de socialismo para definir al sistema egipcio y el partido único ya
existente, la Unión Nacional, pasa a denominarse entonces Unión Socialista Árabe. También se
realiza una segunda reforma agraria, que aunque tiene efectos importantes, no alcanzó el
resultado esperado y sigue sin transformar verdaderamente las estructuras agrarias. Con las
Leyes de Nacionalización, todos los sectores claves (industria, banca y comercio exterior)
quedaban bajo control del Estado, que ejerció una férrea planificación económica por medio de
planes quinquenales. Podemos hablar de economía mixta ya que aunque en teoría dirigen el
Estado y las “fuerzas populares”, el sistema sigue en muchos sentidos funcionando como
capitalismo. A finales de los años 60, empiezan a notarse síntomas de crisis en este modelo.
En 1967, Egipto movilizó tropas a la península del Sinaí, y ordenó a la ONU la retirada de la
Fuerza de Emergencia, estacionada en la zona desde la guerra del 1956. Poco tiempo después,
Egipto cerró el estrecho de Tirán (en la entrada al golfo de Eilat-Aqaba) a toda la navegación
israelí y a todos los barcos que se dirigían a Eilat. Este bloqueo privó a Israel de su única ruta de
suministro con Asia y detuvo el flujo de petróleo de su principal proveedor, Irán. Estos elementos,
sumados a acciones similares por parte de Siria y movimientos de tropas jordanos, que
mantenían un acuerdo de defensa recíproca con Egipto, motivaron la decisión israelí de lanzar
una ofensiva militar sobre la península del Sinaí, durante la cual sus tropas alcanzaron el canal.
La ofensiva fue parte de la Guerra de los Seis Días. Aunque la guerra cesó en menos de una
semana, los israelíes se negaron a retirarse del canal hasta 1975, lo que motivó su bloqueo y
Egipto perdió la península del Sinaí. Aunque Nasser trató de dimitir en un primer momento,
obtuvo de la Asamblea Nacional plenos poderes legislativos y ejecutivos. Eliminó a los
elementos hostiles del ejército y reforzó los acuerdos militares y políticos con la URSS en dos
tratados de 1967 y 1969. Además, el 90 % de la actividad económica quedó en manos del
Estado.
La segunda presa de Assuan, la Presa Alta (El saad al Aali), comenzó a construirse en 1960. En
1964 comenzaba a llenarse el embalse, llamado lago Nasser, terminando la presa en 1970 y
alcanzando la capacidad total en 1976.
El Egipto moderno que inició Sadat
Sadat inició reformas económicas que liberalizaron una parte importante de las industrias. La
situación fue estable hasta que en la guerra del Yom Kippur la ofensiva contra Israel volvió a
fracasar y en 1974 se sucedieron graves altercados con estudiantes y trabajadores. La
comparación popular con Nasser debilitaba al nuevo líder que no tenía el carisma de su
predecesor y se le acusaba de los males del país.
Sadat lanza la política de Infitah (apertura) que tiene como objetivo, al reducir el papel del
Estado, atraer la inversión extranjera y promover las relaciones con los Estados Unidos. Una
clase de nuevos ricos se está desarrollando rápidamente. En 1975, había más de 500 millonarios
en Egipto, pero más del 40% de la población vivía por debajo del umbral de la pobreza y
alrededor de la capital se estaban desarrollando barrios marginales. Además, el país acumuló
una deuda monumental durante los años de Infitah. Para reestructurarlo, el FMI pidió la abolición
de todas las subvenciones a los productos básicos, lo que condujo a disturbios en enero de
1977. El gobierno involucra al ejército, generando un número desconocido de víctimas.[4]
Hosni Mubarak
Desde entonces, Egipto ha estado en manos de Hosni Mubarak como presidente. En 1982 se
recupera el Sinaí y Mubarak será reelegido en 1987. Establece de nuevo relaciones diplomáticas
con los países árabes y reingresa en la OPEP, pero la Guerra de Irak volverá a alejar a Egipto –por
su apoyo a la coalición liderada por Estados Unidos– de buena parte de sus vecinos, y a la
denuncia de su política por la Organización para la Liberación de Palestina. Mubarak supera en
1995 un atentado preparado por Islamistas sudaneses e incrementa aún más su política de
represión del terrorismo de corte islámico que había costado la vida del presidente Sadat.
Tras el atentado de Luxor del 17 de noviembre de 1997, la política penitenciaria egipcia cambia
con una extensión de las ejecuciones que hace intervenir a la comunidad internacional y
Amnistía Internacional sin éxito. Los atentados islamistas se repiten después en Sharm el-Sheij
en 2005. Los atentados, unidos al efecto de los del 11 de septiembre de 2001 en Estados
Unidos, llevó al país a una crisis en los ingresos por turismo especialmente grave.
El gobierno de Mubarak ha acometido la creación de un valle paralelo al del Nilo para crear una
gran zona agrícola en el desierto occidental, por medio de la construcción del canal de Toshka.
Este proyecto permitirá la creación de puestos de trabajo y la descongestión de las
excesivamente pobladas ciudades ribereñas del Nilo.
La revolución de 2011
A finales de 2010 el pueblo egipcio se lanza a la calle en contra del sistema político existente. El
resultado es el cambio de gobierno y la salida de Mubarak.
Véase también
Cultura de Egipto
Antiguo Egipto
Biblioteca de Alejandría
Bibliotheca Alexandrina
Bibliografía
Chrétien, Maxime (1958) Historia del Egipto Moderno. Editorial Vergara. Barcelona.
López García, Bernabé (1997) El mundo árabo-islámico contemporáneo. Una historia política.
Editorial síntesis. Madrid.
Nasser, G.A. y VV.AA. (1965) Nasserismo y Marxismo. Jorge Álvarez Editor. Buenos Aires.
VV.AA. El Estado del Mundo. Editorial Akal. Ediciones utilizadas: 1995, 1996, 1997, 1998, 1999.
Referencias
2. Arte-Misia. Alfonso Gilsanz Calvo. "La madre del mundo" ante el prisma europeo: el Cairo de
los siglos XVIII y XIX (https://arte-misia.es/blog/la-madre-del-mundo-ante-el-prisma-europe
o-el-cairo-de-los-siglos-xviii-y-xix) Archivado (https://web.archive.org/web/202109202128
11/https://arte-misia.es/blog/la-madre-del-mundo-ante-el-prisma-europeo-el-cairo-de-los-si
glos-xviii-y-xix) el 20 de septiembre de 2021 en Wayback Machine. (7 febrero 2021)
6. «Más de 300 muertos en un salvaje atentado terrorista contra una mezquita en Egipto» (htt
ps://www.infobae.com/america/mundo/2017/11/24/al-menos-54-muertos-en-un-salvaje-at
entado-terrorista-contra-una-mezquita-en-egipto/) . Infobae. Consultado el 27 de
noviembre de 2017.
7. «Las escalofriantes imágenes del peor atentado en la historia reciente de Egipto: al menos
305 muertos» (https://www.infobae.com/america/mundo/2017/11/25/las-escalofriantes-i
magenes-del-peor-atentado-en-la-historia-reciente-de-egipto-al-menos-235-muertos/) .
Infobae. Consultado el 27 de noviembre de 2017.
Enlaces externos
Datos: Q185301
Multimedia: History of Egypt (https://commons.wikimedia.org/wiki/Category:History_of_E
gypt) / Q185301 (https://commons.wikimedia.org/wiki/Special:MediaSearch?type=image&
search=%22Q185301%22)