La Luna de Mis Ancestras - Brisa Ferrante
La Luna de Mis Ancestras - Brisa Ferrante
La Luna de Mis Ancestras - Brisa Ferrante
A mis clientas/es, alumnas/os, colegas, y terapeutas con las que, al compartir opiniones, se ha ido
gestando esta hipótesis acerca de la vida.
A las/os maestras/os de diferentes áreas del arte y la danza, feminismo, astrología, chamanismo;
siéntanse todas/os aludidas/os.
A todas las mujeres que se levantaron a luchar por lo que sentían injusto. Ellas me han facilitado que yo
hoy sepa, me interese y no me sea tan difícil acceder a los medios para escribir un libro.
Y a los seres maravillosos de mis amigas/hermanas con quienes comparto mi vida. Sin nuestras
interesantes charlas, yo no sería la misma.
Dedicatoria
A la cultura argentina en la que crecí: artistas e intelectuales, trovadores/as hasta en los insultos, líricos
comentaristas de fútbol, mamás que siguen amamantando en la vía pública, abuelas que le cantan a
Santa Ana, taxistas filósofos/as, teorías psicoanalistas de calle y quejas tangueras.
Las brujas…
Estas mujeres, en la privacidad de su hogar, montaban potingues, y amuletos
para atraer al ser amado, preparaban brebajes para limpiar y ejercían mucha
influencia en la comunidad sin salir del hogar. Tenían altares a los ancestros y
una relación con el mundo imaginario y los espíritus.
El patriarcado fue creando esta grieta entre lo personal y lo político, entre el
interior (las emociones y la conexión divina); y lo político, la cultura y el
“bisnes”.
Y en esta “división entre los reinos”, las mujeres pasaron a ser diosas de lo
doméstico (Diosas menores) o esposas de alguien; y los hombres “fueron a la
aventura”, o a hacer las cosas importantes del mundo.
Con “cosas del mundo” describo lo que en feminismo se llama el “pacto
patriarcal”. Un invento.
De este modo la conexión que habíamos tenido desde siempre entre el
adentro y el afuera, se cortó irremediablemente.
Y paralelamente se dio la máxima pérdida de todas, que es la conexión con
los ancestros y la muerte.
Progresivamente la muerte se satanizó, y asociada con la guerra, se presenta
como algo morboso, al igual que la figura de la mujer en su erotismo y
esoterismo.
Un pueblo que niega a la muerte y no honra a sus ancestros está condenado
a repetir en su presente, los errores e incomprensiones de aquellos y aquellas.
Incomprensiones que siguen vagando como fantasmas en la psique del
individuo hasta que son escuchadas y honradas...
Mensaje final…
Hablaré sobre cada una de las inteligencias en el glosario de los Signos de la
Luna. Pero la base de sustento de todas estas habilidades extraordinarias del
humane, es la empatía concebida como la forma más elevada de inteligencia.
Considero, por lo tanto, la empatía y el amor como las puertas al
“empoderamiento de los valores individuales”, y como aporte revolucionario
de la mujer al colectivo.
Muchas mujeres y hombres sensibles ya se han beneficiado de esta
búsqueda.
PARTE I: La Diosa despertando
“Polly se negó en redondo a explorar nuevos mundos
hasta que estuvo segura de que podía volver al viejo”.
C.S. Lewis. El sobrino del mago
Capítulo 1
La Luna Astrológica
Dicen que el cachorrito que, por algún motivo, es separado al nacer es
rechazado por su madre mamífera y no lo quiere alimentar. Las criaturas
humanas que son separadas de sus madres al nacer (para ir a hacer estudios
médicos, o a la incubadora), y aquellas a las que se amamanta solo unos
pocos meses o ninguno -sustituyendo la calidez del pezón por uno de goma, y
la calidez del pecho (la temperatura del pecho de la mamá aumenta unos
grados durante la lactancia), por la frialdad de la incubadora—, se ven
empujados de manera prematura a un vacío.
Debo decir que hay un contraste extremo entre la temperatura, contacto
corporal total y viscosidad de la placenta, con la frialdad del aire del ambiente
y luces intensamente blancas de la sala de operaciones. El mundo no es lo
que el bebé se esperaba.
Laura Gutman dice en La biografía humana: “La distancia que todos hemos
vivido entre lo que esperábamos encontrar al salir del vientre materno y “eso”
que hemos hallado es tan común y corriente en nuestra civilización {…}
muestra la dimensión del desamparo. Si las mujeres sintiéramos la poderosa
necesidad de no separarnos de nuestra cría después del parto, nadie podría
imponernos el alejamiento. Somos las mujeres quienes —al rechazar una cría
que no sentimos propia—, permitimos, estimulamos y facilitamos que la
criatura sea alejada y tocada por personas extrañas {…} son las herramientas
perfectas para lograr que desaparezca todo vestigio de intuición y de apego de
la madre a la cría {…}”.
La Era de Acuario
Pienso que la violencia/frialdad con la que se recibe a quienes son “recién
nacidos/as”, es parte del cambio acelerado que se está viviendo en este
momento, por el ingreso a la llamada “Era de Acuario”.
La “Era de acuario” está relacionada con el advenimiento de nuevas
maneras creativas que lleva a acelerar los tiempos, aumentar las
comunicaciones globales y desarrollar una nueva organización de valores que
no obedece a un orden conocido.
Palabras claves:
insight creativo, vacío fértil, desapego / intermitencia emocional, irrupción
de lo desconocido, frialdad emocional, vibración chispeante, genialidad,
libertad, transgresión.
Quizás el destete prematuro y la frialdad de la persona “maternante” son
fenómenos que tienen que suceder, porque estamos transitando nuevos aires,
más rápidos y con más soledad. Esto va a permitir posteriormente un
despegue hacia algo nuevo. Las inseminaciones asistidas, las nuevas
estructuras familiares no tan jerárquicas y el desarrollo de nuevas maneras de
contacto (redes sociales), al igual que el ascenso de la contracultura, son otra
parte del fenómeno.
Sin dejar de mencionar que el ingreso de la mujer al mundo del trabajo y los
proyectos creativos, deja menos tiempo para la hija y el hijo. Una hace lo que
puede.
A veces pienso que esta estrategia de “ir a lo nuevo” a través de descuidar
las emociones, no está funcionando.
El Sol Astrológico
Considero a la Luna el planeta más importante en el diagrama astral, el
punto de apoyo de apertura de una puerta para desplegar las bondades Solares
o el florecimiento de la propia autenticidad.
El talento y la creatividad aparecerán cuando desde sus orígenes íntimos
pueda emerger su vitalidad creativa. El Sol Astrológico es ese Centro Interior
del humano (hombre y mujer), ese hallazgo de la singularidad, esa calidez
constante de amor que permite mantener el corazón abierto, para enfrentarse
con lo inesperado de los tiempos que corren.
Lis Greene, astróloga y psicóloga junguiana, especializada en Mitología al
servicio de la Astrología; en su libro El carro de apolo, el significado del Sol
Natal, conceptualiza al Sol de esta manera: “{…} es una lealtad absoluta a
algo interior, no para agradar a los otros, sino como una visión interior.
Dirigida desde dentro, es una manera de sentirme conectado a una fuerza
vivificadora. Por ello hay una especie de despreocupación a la mirada de los
otros. Todo lo demás está en movimiento y el centro permanece inmóvil, al
que uno es leal. Para la felicidad dependemos del exterior para
abastecernos. Aquí hablamos de alegría: aunque mi objetivo individual no
funcione, puedo seguir viviendo más allá de eso.
El Sol no solo es el estilo personal sino la sensación de estar participando
de la “Chispa de dios”.”
Con todo esto decimos: reclamar por mis derechos a sentir, esa es la
revolución acuariana. Y esto requerirá un fuerte reposicionamiento ante los
padres. De esto hablo en el siguiente capítulo.
En la entrada a la Era de Acuario debe haber una nueva concepción de la
libertad tal vez más presente que en otras épocas. Pero esta libertad quizás
tenga que ver más con reintroducirnos en nuestra “condición mamífera”,
considerar las necesidades afectivas pasando por el dolor y descubrir allí, en
lo de siempre, el vacío creativo de “lo nuevo”.
Al considerar la carencia y emociones dolorosas de la infancia, se
comenzará un despertar y un despliegue de las otras emociones, las bonitas,
que quedaron también congeladas por inercia. Esto nos llevará al hallazgo del
propio silencio, que nos toca enfrentar.
En resumen, observamos, desde la zona de confort (no tan confortable) lo
desconocido rechazándolo, porque no se ha vivido lo conocido con calidez.
El poco bienestar que generaron las experiencias lunares, no cimentaron la
plataforma suficiente. Pero, qué pasa si lo conocido, la luna, está llena de
amor, nutrición y verdadero apego (sensaciones que puede desarrollar); esto
nivela la apreciación de lo desconocido como algo menos atemorizante.
Porque el vacío ya no sonará a carencia, sino a una aventura.
“Si no llorase ahora, llorar eternamente mereciera”.
Torquato Tasso, “Jerusalén Liberada”,
Extraído del libro Bésame mucho de Carlos González.
Capítulo 2
El patriarcado y la guerra
“La guerra es el precio natural e inevitable que pagamos, y el que sostiene la
civilización”. Este es un concepto ampliamente extendido.
Por otro lado, la periodista Connie Zweig en Ser mujer refiere un trabajo de
la antropóloga Riane Eisler (El cáliz y la espada) donde describe “un mundo
de colaboración solidaria entre hombres y mujeres que duró 20 mil años que
fue interrumpido por los próximos cinco mil años de dominio masculino.
Eisler afirma que, posteriormente, en una determinada encrucijada histórica,
los hombres que estaban en el poder, enterraron deliberadamente la verdad
sobre la naturaleza igualitaria de la sociedad anterior. Para que pareciera
que los hombres habían mandado siempre como padres, sacerdotes, políticos
o Dios. Se percibe un patrón histórico de poder: el control del hombre está
ligado a la dominación de los demás, a la escala jerárquica, a la guerra y a
un dios trascendente. Sin embargo, Eisler afirma que existieron períodos en
que los grupos humanos eran más igualitarios, estaban conectados por los
vínculos, no eran guerreros y gobernaban las mujeres (la matrística).
También veneraban a una deidad femenina inmanente. (…) la opresión está
ligada a la opresión de los valores femeninos”.
También dice que, “la nueva integración de las mujeres y la recuperación
de los llamados valores femeninos, como la compasión, la no violencia y el
cariño en todos los campos de la vida, es uno de los progresos más
importantes de nuestra época: un elemento esencial del cambio que
necesitamos con urgencia, desde lo que he llamado sistema dominador de
organización social hacia un sistema de colaboración solidaria.”
“Básicamente hemos de reflexionar el modo en que afecta a todo el sistema
social, a las instituciones y sus valores, la estructura social más importante
de las relaciones: las relaciones entre las dos mitades femenina y
masculina.” (las negritas son mías). Considerando por supuesto, que una de
las dos mitades ha sido suprimida relegándola a un rol de compañía o auxiliar
de la principal, que es la única visible.
Creo que la recuperación de la naturaleza de la mujer, resignificará la
naturaleza del hombre, que está identificada con la competitividad y la
dominación, de mujeres, otras naciones y la naturaleza.
Para llevarlo al terreno filosófico o de significado, la preponderancia de la
“luz”, lo manejable y susceptible de explicación lógica asociada al
pensamiento masculino o Logos, se deberá dejar atravesar por una urdimbre
interna de valencia femenina de la que estaba constituido desde el principio
(Mitos).
Adentro-afuera
Los asteroides se encuentran en el llamado Cinturón de Asteroides, órbita
plena de rocas cósmicas (unas 22.000), entre Marte y Júpiter, entre los que
están estos 4 mayores a distancia de dos planetas (en vez de uno. Se sostiene
la teoría que es un planeta en construcción o uno que explotó.
Simbólicamente Marte es el último de los planetas llamados interiores en
astrología, lo que ayuda a la formación de la identidad, y Júpiter, el primero
de los exteriores. Junto con Saturno son los dos planetas sociales. En la
infancia, una/o comparte esta posición con todo el colegio y hablan de
habilidades dentro de lo público.
Entonces, el Cinturón de Asteroides, representa el paso de lo interno
(planetas interiores: Luna, Mercurio, Venus, Sol Marte), a lo social (planetas
sociales: Júpiter y Saturno; y luego los colectivos: Urano, Neptuno y Plutón).
Esa articulación interior/exterior, y su reemergencia en los ‘70 (en ese
momento se comenzaron a usar en Astrología); dan con una esencia
simbólica muy potente:
Capítulo 3
La herida solar
El concepto de herida narcisista, puede introducirnos aún más en el asunto.
Una de las varias versiones del cuento, extraída del libro de Lis Greene, El
carro de Apolo:
Narciso era un niño cuya madre al nacer fue a consultar a un vidente para
preguntarle si su hijo viviría siempre. Este le dijo que el día que se conociera
a sí mismo, moriría. A lo que la madre respondió tapando todos los espejos
de la casa y privando a Narciso de su posibilidad de verse a sí mismo. Un día
jugando en el campo, Narciso vio su imagen reflejada en un arroyo y se
quedó obsesionado con ella, allí languideció y murió transformándose en la
flor del narciso que crece en las orillas.
La historia grafica algo muy humano y actual: durante la crianza, mamá no
tiene la suficiente presencia para cuidar, lo que no le permite desarrollar una
identidad. Al no haber nadie que lo refleje, no va desplegando la idea de
realidad y consciencia de sí. Esto hace que no sólo le genere apego a mamá
(es difícil despegarse de algo que no está), sino también obsesión consigo
mismo o consigo misma.
Todo su acontecer interior rondará alrededor de la imagen y la mirada de los
otros aprobatoria o desaprobatoria (que para el caso del “ser
espontáneamente”, una/o mismo) es siempre condicionante. Al privarle la
imagen, se obsesiona con ella. “Si la gente no me recuerda que existo hay un
sentimiento de hundimiento e insustancialidad. Lo que provoca una
dependencia aplastante a la afirmación del amor de los otros. No hay un ego
independiente y hay una inhabilidad de separarse de la madre, en la primera
infancia {…}. Esto provoca que el individuo en la edad adulta se obsesione
consigo mismo, necesitando continuamente el reflejo de los otros”, expresa
claramente Greene.
Los propios fantasmas de la herida narcisista de la infancia hacen que mamá
y papá no acompañen el crecimiento natural con halagos, y reconocimiento,
lo que fomente el hecho de ser uno/a mismo/a con espontaneidad.
Incluso las mamás que están hiper presentes, y siguen “con lupa” los pasos
de su cría, en realidad están llenando su propio vacío narcisista, no dando
afecto sincero, sino usándolo para su propio interés. “Tal es la necesidad de
nuestra madre de ser mirada, acompasada y abrazada por otros, que, a
nosotros, en calidad de hijos pequeños, no nos queda más opción que cubrir
esa responsabilidad. Algunos niños creemos que maduramos. Pero eso no es
madurez. La madurez afectiva se alcanza en eje consigo mismo” (Amor y
dominación, de Laura Gutman).
La herida solar/lunar
Las heridas narcisistas, que son el “mal de nuestro tiempo”, son “heridas
Solares” que se transmiten de generación en generación: la dificultad de
abordar la propia vitalidad creativa más allá de la mirada de los otros/as, y
sentirse con continua culpa por lo que se hace mal, por un lado, y por ser
“uno/a mismo/a”, por el otro.
El Sol (signo, casa, aspectos, casa V. Lo que se llama el Set Solar), es el
planeta que se ocupa de la expresión personal y el “Yo”. Y agrego, se ha de
encontrar, sanando esa herida de los primeros años, ese vacío de Identidad. Y
agrego, se ha de constituir encontrando ese vacío de Identidad y sanando esa
herida de los primeros años.
Esa herida primera está anidada en el interior, en el cuerpo. La luna se
dedica a este ámbito. Es esta estrategia para vivir sin identidad, la máscara o
“falso yo”.
La capacidad de lidiar naturalmente con las emociones —sin entrar en
pánico por sentir rabia, tristeza, etc., es la función psíquica de la Luna. Y el
Sol es la capacidad de brillar con luz propia y confiar en la fuerza interior, la
vitalidad que permite llegar a sitios por uno/a mismo/a, más allá de lo que
permiten las fronteras de la familia de origen.
Pero lo que se tiene en la actualidad como la función de la Luna y el Sol en
la carta natal está distorsionado por el estado de nulidad afectiva que está
experimentando la humanidad.
El hilo conductor que nos ha traído hasta aquí, es el gen del padre.
Las dos funciones fundamentales de la psiquis, de las que luego se
desprenden la capacidad de comunicación (Mercurio), de creer en la vida
(Júpiter), de amar (Venus), de atreverme (Marte), de tener mi propia forma y
estructura (Saturno), son reemplazadas por sucedáneos:
Samuel Becket
Capítulo 4
Planetas personales
Alienación/Comunicación: Luna-Mercurio
Juan está preocupado porque su mamá hoy no ha comido, igual que los
últimos días. Su ex esposo, de quien se divorció hace poco, no le pasa la
manutención y ella tiene que verse sola con toda la situación económica de la
familia, lo que le provoca la inhibición. Es una buena madre, dedicada, pero
muy ensimismada (como todas las madres, como todas las personas). Juan
ahora adulto, no recuerda muy bien qué sintió con el divorcio. Nadie se lo
preguntó en la infancia, quizás por no hacerle revivir el dolor y con las
mejores de las intenciones; o porque mamá y papá estaban tan involucrados
con el propio, que no supieron protegerlo. Pero Juan sabe perfectamente lo
que sintió papá, que se dedicó a la bebida y dejó de trabajar. O mamá, que
tuvo que trabajar muchas horas.
Un niño o una niña (ese y esa que fuimos) no sabe que tiene el recurso de
contar sus emociones a un testigo que se ponga de su lado. No sabe que las
emociones tienen muchas capas diferentes y que pueden tener un despliegue
y desarrollo. Simplemente las reprimen porque no pueden comunicarlas. No
saben que tienen el recurso de Mercurio. Al frenar el dolor, frena la
posibilidad de comunicarlo, analizarlo, ponerle nombre, desidentificarse con
la emoción pura y hacerla más liviana a través de hablar sobre ella. En casos
donde el dolor se refiere a abusos graves, la dificultad de comunicarlo puede
desembocar en una enfermedad mental o problemas de la voz o aprendizaje.
Además, como el cerebro está en proceso de conformación en la infancia
(los primeros tres años), puede no realizar las conexiones neuronales
correctas y el individuo puede, incluso, morir debido a estos estados de estrés
psicológico.
La poca libertad de expresión correcta (o incorrecta) de la Luna, condiciona
Mercurio. Y por Luna me refiero al estado de consciencia emocional que, si
es nula, no ayuda al desarrollo sano de Mercurio, lo distorsiona y genera
soledad, incomunicación y poca fluidez vincular. Puede provocar un estilo de
Mercurio defensivo, y dado a la afluencia mental, en lugar de compartir los
pensamientos propios en los vínculos puede volverse hiperracional.
El nombramiento y análisis de las emociones que trazan mapas internos que
guían y comunican cuando toca, es la síntesis de un vínculo armonioso entre
ambos planetas.
Planetas transpersonales
Tendencia al Autismo: Neptuno
Los niños y las niñas tienen una gran sensibilidad y percepción psíquica (por
eso “sienten” la información sin que se lo comuniquen). El mundo externo se
les mete dentro, y el exterior es un resultado de su interioridad. De ahí surge
la fantasía, la imaginación y su capacidad para la creatividad simbólica. Son
antenas al inconsciente colectivo, en bruto, que con entrenamiento y a través
un lenguaje adecuado, pueden evolucionar a un pensamiento que pueda
explicar extensiones más complejas del alma.
Pero, al ser muy sensibles, no contar con un regazo estable (Luna), carecer
de las condiciones para el desarrollo de la identidad (Sol), y, además, vivir en
un estado de estrés continuo; se sienten invadides (Marte). Por lo tanto, no
pueden compartir sus vivencias subjetivas (Mercurio) las que se esconden en
el interior; y erigen barreras de auto carcelación (Saturno) de las que no
pueden salir para entablar relaciones armónicas con el otro (Venus), y
disfrutar a gustito.
Lo más precioso y maravilloso del ser humano (resonante multidimensional,
empático) se esconde en el interior, por lo tanto, deviene débil, por no
educado.
Y no estamos hablando sólo de una “educación emocional”, sino de
desarrollar un lenguaje para salir de la fascinación de mantenerse en el
interior, y de conservar “sagrado” el espacio íntimo, sin nombrarlo.
Hablamos de acompañar el proceso neptuniano de contacto con la realidad
donde el lenguaje permite describir “lo indescriptible”.
La “idealización de los padres” es la expresión del Neptuno que tenemos en
la actualidad y que actúa de amortiguador de los deseos íntimos del infante
que fuimos, o la adulta o adulto que somos, que no puede ni atreverse a
“ver”, porque eso le traería una apertura al espanto.
O para decirlo de otra manera, la apertura a una realidad donde el dolor tiene
un lugar, que puede enriquecer la percepción de esa realidad. Vivir de manera
recuperada esta combinación de Neptuno con una buena base lunar, pasa por
la restitución de una sensibilidad ante el dolor y no la fuga del dolor. Esto
último hace inventarse imaginaciones.
Y el resultado (de este proceso de muchos años) será una resonancia de
empatía verdadera con todo, incluso con el dolor. Quiero decir que el
resultado del proceso de resiliencia dará que una aporte esa comprensión al
colectivo por haberlo comprendido. Quiero decir, que el resultado del
proceso de resiliencia será como consecuencia un aporte al colectivo por
haber comprendido el dolor.
Planetas recuperados
Por lo tanto, hay una versión femenina en cada planeta; o donde el principio
femenino, en cada planeta, pueda expresarse.
Este aspecto fundamental tiene que ver con lo femenino y está representado
por la Luna astrológica.
Es decir, la noción de cualquier planeta como función psíquica de una buena
manera, ha de comenzar por un buen uso previo de la Luna o la gestión
emocional, que está subyacente en todas las funciones psíquicas o
planetarias. Mercurio, por ejemplo, requiere aclararse las ideas hacia el
interior, para adquirir independencia pensante. Esto le posibilitará luego
comunicarse de manera clara.
Y, así todos los planetas, inevitablemente han de vincularse con su diosa
originaria, simplemente porque ella, creo, está llamando a “les humanes trans
patriarcales”.
La luna, en la gestión emocional correcta —luego de homenajeada y darle
su lugar— no tiene que ver con ninguna cosa oscura, dramática y relacionada
con la muerte, sino con la regeneración y los ciclos naturales de la vida, la
naturaleza, el conocimiento, la vinculación, la comunicación, según sea el
planeta.
Esta extirpación un poco robótica (o podríamos decirle trans humanista),
requiere que esta Luna, reciba una urgente resignificación agregando la diosa
oscura, Lilith. No me refiero específicamente a agregar las posiciones astrales
de Lilith en el significado de las posiciones de la Luna, aunque claramente la
Luna se acaba de comprender cuando la información de Lilith, completa ese
vacío.
Me refiero a reformular nuestra consideración de lo femenino desde un
estigma misógino. Quiero decir que la mujer, o los valores femeninos, son
concebidos como algo negativo, oscuro o para desconfiar. Debemos, por lo
tanto, reformular nuestra aproximación a esta Diosa o “presencia muy
antigua” de la Madre originaria.
Con respecto a los planetas, haré aquí una síntesis de lo que significa cuando
esta diosa sentí vinculante, subyace sostenedora de la vida, a través de la
“consciencia de lo que no” pudo darse en el destino. Todas las posibilidades
sacrificadas que he soltado de mi deseo, sostienen el porvenir.
Mi interés, al hacer esta integración, es recuperar los planetas. Según lo que
he desarrollado de cada uno (en su conexión con la Luna, aquí haré una
síntesis):
Sol Luna: Identidad basada en una consciencia emocional.
Mercurio Luna: Identidad sentipensante.
Marte Luna: deseo individual que es déspota porque no se engancha con la
carencia del objeto, sino que considera el desarrollo del tiempo y la
individualidad de deseo.
Venus Luna: relacionarse afectivamente a partir de saber las condiciones
emocionales en las relaciones y con un sentido del auto valor que interactúa
con el del otro.
Júpiter Luna: sensación de expansión que dona generosamente su amor
con consciencia de la pérdida, y no fuga de ella de manera positivista.
Saturno Luna: elección de vínculos compatibles (es la estructura de la
persona que comparte desde una solidez y auto sostén emocional).
Urano Luna: abrirse a la libertad del otro con sentido de la raíz que
sostiene el uso de la libertad propia de manera natural por la noción de
retorno inminente.
Plutón: el poder y la afectividad como dupla transformativa y poderosa. La
fuerza de la regeneración cíclica.
En definitiva, el amor siempre está implicado.
Analía Bernardo toma en su libro Eurínome, la mitología de las titánides
para explicar que hubo principios femeninos anteriores a los planetas
olímpicos, que fueron destronados. El mito pelasgo de Eurínome describe la
creación del mundo en parejas de dioses: había una versión femenina y
masculina de Júpiter, de Marte, de Saturno, etc.
De la misma manera, el libro de Los regentes femeninos, de Jorge Bossia,
intenta agregar información que creo él reconoce que falta, con respecto al
costado femenino de los principios fundamentales astrológicos.
Todo esto me lleva a concluir que el rescate del principio femenino, —ya
sea investigando en la mitología pre patriarcal, donde las presencias de lo
femenino tenían roles principales, o desde una integración de lo femenino en
duplas astrológicas—, es inminente.
Simplemente, haz el ejercicio de pensar los principios de los planetas y su
resituación, agregando la fuerza que se quitó, extirpando a la Luna en la caída
que significó la instauración del Patriarcado.
Qué sería de la sensualidad, el derecho a desear, la abundancia distributiva,
la libertad de tener estructura propia, la comunicación interpersonal, la
educación de les niñes y la fuerza que tendría la energía de la sexualidad que
crea proyectos y relaciones.
El contenido de valor, que agregaría sería apoteósico.
Volviendo…
Capítulo 5
El síntoma
Hecha la introducción, ¿cuáles son estos vínculos “incómodos”?, esos temas
que tienen un mensaje encriptado, para conocer otro aspecto de ti mismo/a.
¿Qué escena, personaje, o vínculo afectivo repetitivo, esconden esos tesoros
por descubrir?
El síntoma, entonces, es solo la superficie, y si es lo que estás intentando
cambiar, eliminas algo (que, por otro lado, no se puede eliminar porque es
irreprimible), que podría ayudar a resolver el problema.
Aquí te doy herramientas para ver por debajo del síntoma. Si, en cambio,
intentas cambiarlo, eliminas la alerta.
Capítulo 6
La pedagogía negra
Alice Miller investigó lo que dio en llamar la “pedagogía negra”, conjunto
de instrucciones de cómo tratar a los/as hijos/as con rigor (puños incluidos),
avalado social y públicamente, que estaba vigente en la Alemania que educó
no solo a Hitler sino a todos los/as funcionarios/as y toda una nación que se
volvió psicópata; insensible al dolor.
Esta “pedagogía negra” planteaba que “el niño debe ser humanizado”.
Es decir, nace “animalito” lleno de instintos, caprichoso/a y desobediente, a
lo que se ha de aplicar una serie de acciones para inducir a lo correcto.
La empresa requería mano dura, manipulaciones y, por supuesto, poca
sensibilidad. El dominio de la fuerza sobre la vulnerabilidad.
Fue uno de los fenómenos de dominación más terribles que dio el
patriarcado.
Entonces, esos niños y niñas maltratadas, se volvieron insensibles al propio
dolor, y de adultes pudieron torturar, asesinar a otres sin sentir mínima
compasión.
En su libro Por tu propio bien. Raíces de la violencia en la educación del
niño, Alice Miller afirma: “Una persona sensible no puede convertirse en un
asesino de masas de la noche a la mañana. Eran hombres y mujeres cuyos
sentimientos no se interpusieron en su camino porque desde pequeños habían
sido educados para no sentir ningún tipo de emoción propia, sino para vivir
los deseos de sus padres. Se trataba de personas que se enorgullecían de no
llorar, de cumplir con “alegría” todos sus deberes y de no sentir miedo; es
decir, en el fondo: de no tener vida interior de ningún tipo”.
Por supuesto que hubo muchos otros factores que contribuyeron a cimentar
este delirio colectivo, que aquí mencionamos de soslayo (podéis leerlo en el
mencionado libro). La pre-conclusión es que, la no consideración de la
vulnerabilidad del/a infante —debido a la concepción de que su fondo, es
aborrecible por salvaje e in-dominable, sumada a la “ideología de
trascendencia” ya mencionada—, genera la fantasía de una línea de evolución
que va desde un origen animal (que pareciera no permite la convivencia
comunitaria), a una noción de ideal de belleza y perfección abstracta cuando
aprende a dominar, sublimar o desapegarse del instinto.
Los sentimientos como el odio y la rabia hacia los padres, que fueron
negados, luego se vieron atrozmente devueltos hacia sus crías creyendo que
actuaban “según su propio bien” (título del libro de Miller), avalados/as en el
caso del ejemplo del libro, por la pedagogía negra, y en el momento actual
por toda una cultura.
Existe la impresión que estamos elevando a nuestra progenie a valores
menos salvajes y sublimes, cuando en realidad estamos devolviéndoles las
“palizas” que recibimos, a la vez que haciendo la atrocidad de amputar
colectivamente nuestro origen mamífero.
Consecuencias de esta decisión, son la estigmatización, el cinismo, la
violencia, la naturalización de los daños y la lamentable pérdida de una
fluidez expresiva del afecto.
El simple hecho de poner “límites artificiosos” a les niñes, pueden constituir
un cierto nivel de dominación que está inspirado en la base teórica de que no
pueden ser liberados y liberadas a sus “caprichos”. Esto sigue siendo una
estigmatización y desconfianza de los procesos naturales a los que siempre
hay que apurar. Es la consecuencia de evaluar negativamente y de manera
prematura, la adaptación a la sociedad que está haciendo en la infancia.
Sabiendo que cuentan con pocas instrucciones claras, están llenos/as de
miedos y resentimientos, y han de sumirse a comprender algo que no es del
orden de la naturaleza, sino de la artificiosidad: la sociedad patriarcal.
El sistema de dominación produce individuos que con sumisión y falta de
criterio reproducen el maltrato.
El reconocimiento y sensibilidad hacia la sensación de ser una víctima
objetiva, sería el comienzo de la cura.
Por otro lado, una consecuencia de reprimir temerosamente las emociones,
puede devenir en ideologías radicales racistas.
El pensamiento positivo
En el libro Sonríe o muere, de Bárbara Ehrenreich, tomé contacto con una
investigación sobre su perspectiva crítica al “Pensamiento Positivo” (P+).
Increíblemente interesante. Del devenir histórico del colectivo holístico, y las
implicaciones histórico-sociales acerca del P+, la producción de contenido y
la creación de cultura, que implica.
Algo de Historia:
La prehistoria
El primer esbozo de P+ comenzó en los ‘30 en Estados Unidos (el país que
con su entusiasmo e influencia ha generado contenidos que se ha hecho
globales en muchas áreas). Dale Carnegie es el representante de este período,
y más adelante, en los ’50, Napoleon Hill con el libro Piense y Hágase rico, o
Norman Vincent Pal, con El poder del pensamiento tenaz.
Pero fueron Phineas Quimby y Mary Baker Eddy, que a fines del siglo XIX
proclamaron que la “neurastenia”, una enfermedad de los nervios típica de la
época, estaba relacionada con las bases religiosas del calvinismo protestante.
Su hipótesis reformadora decía que (en mis palabras), esta religión había
creado a un Dios muy rígido y exigente, y requería continua revisión por
parte del feligrés, lo que era concomitante a la época.
Entonces, ellos enunciaron, que la auto exigencia normativa de la moral
protestante, era la que había provocado dicha enfermedad. Y de este modo, se
comenzaba a hacer una relación entre emociones y salud física.
Esta semilla incipiente de lo que luego se llamó la psicoemocionalidad ha
sido uno de los conceptos más rescatables del pensamiento positivo (P+),
aunque luego se utilizó esta conexión emociones-cuerpo, de manera
prejuiciosa, misógina y con sentido del control. O sea, que la erradicación de
las emociones podría concretar los deseos.
Y desde esta filosofía aspiracional y negacionismo, se formularon las bases
del “Nuevo Pensamiento Cristiano”:
Religiones
Luego se trasladó de la empresa, a las mega iglesias cristianas actuales. Por
ejemplo, la iglesia de Joel Osteen tiene 16 mil lugares.
Millones de personas que compran sus libros, quieren cambiar su vida hacia
el éxito, y rápidamente. “Dios quiere que seas rico”, arenga en su libro. Él
decididamente lo es.
Con la asesoría de estudiosos del marketing, agregaron música y efectos de
luces, quitaron imágenes de gárgolas o Jesús en la cruz, y evitaron la palabra
pecado (la palabra menos marketinera de la historia de la religiosidad). Y de
ese modo, datos de mercado mediante, lograron y logran congregar
seguidores/as, en su mayoría trabajadores/as de clase media y media baja.
La clave de sus recomendaciones es no sucumbir a las emociones, sino
controlarlas. “Conviértete en una mejor versión de ti”, dicen en tutoriales de
Youtube.
La ciencia: Psicología Positiva
El P+ también logró inmiscuirse en la ciencia, con la Psicología Positiva de
Martin Seligman, que ofrece estudios para cuantificar la felicidad. Esta línea
abandona “el centramiento en la enfermedad” (versión de Freud), y
relacionan la salud con el estado mental, llegando a conclusiones como que el
optimismo es bueno para curar enfermedades.
Desde mi punto de vista, sin desmerecer los hallazgos generados con todos
estos estudios, pareciera que lo que se consigue es perder un poco de
realismo.
Así, el optimismo y la felicidad se transforma en un valor utilitarista y
añadido externamente. El slogan sería: “Hemos de ser felices para conseguir
algo que deseamos”, aunque sea una impostación, claro.
Una actitud activa ante la adversidad está bien, pero cuando estamos ante
una crisis profunda, decanta en una filosofía negadora.
Antes de ver el dolor —lo que curaría—, “finjo demencia”.
La idiosincrasia positiva
Entonces, habían aparecido en la iglesia, la empresa, la ciencia y finalmente
se extendieron al mundo espiritual.
Hablan de acceder a la abundancia material a través de eliminar los
pensamientos negativos y las quejas.
Actualmente alrededor de todo el mundo, hay coachs en todos los ámbitos,
te enseñan cómo alimentarse, cómo hacer tantra, como pasear a tu perro
conscientemente, como tener un coche que no contamine, cómo sobrellevar
el cáncer, cómo criar conscientemente, coach teatral, coach de viaje
chamánico, de los ángeles, de las diosas, de las danzas tribales y, sobre todo,
cómo hacer dinero a través de pensar fuertemente y creer en eso.
El pensamiento positivo se ha metido profundamente en la manera de
hacer del mundo occidental, cuyos valores ya no son una elección personal
según el carácter, sino un condicionamiento del orden de lo social.
Pre conclusión
Lo que quiero decir es que esta confianza en un “dios que no está en el
cuerpo”, y el pensamiento de que lo mejor de nosotros y nosotras, está
cuando nos despegamos del “ego” y nos expandimos más allá de las
pasiones, nos deja en un estado demasiado catatónico y a expensas del
vínculo. La responsabilidad individual extrema, no solo reprime algo propio,
sino que desiguala la “responsabilidad conjunta”, y deja sin defensas.
Sin hablar de que el “ego espiritual” —el modelo de lo correcto dentro de
los parámetros a los que se ha llegado—, no concibe determinados estados o
conductas por no considerarse sublimes o trascendentes. Esto acota
demasiado el radio de acción.
Parece un adoctrinamiento a ser niñas/os bueels/as, más que una
“revolución de consciencia”.
Lo que quiero decir es que la forma de la “identidad espiritual” que pre
concebimos dentro de los grupos espirituales de occidente, no detenta tantas
libertades reales, como lo proclama su discurso.
Los dos pilares de la constitución del Patriarcado son la des-
sexualización de la mujer y la existencia de un dios trascendente.
“La simbología patriarcal de la madre sexualmente aséptica, esclava del
Señor y que ofrece el sacrificio de su hijo al padre y la caza de brujas de la
Edad Media son fenómenos consecuentes con esto”, dice Casilda
Rodrigáñez, en su libro Pariremos con placer.
Es decir, que la impostación de la divinidad tenía fines políticos.
Hipertrofia de la luz
Todo este recorrido de la religiosidad humana, que nos ha traído hasta aquí,
ha contribuido a generar una aversión a la sombra, que no nos permite valorar
el “sentir” por un lado y pensar con libertad por el otro. Además, el hecho de
no considerar el interior, nos sumerge en mecanismos compulsivos por
compensación.
Desde mi perspectiva, no creo que la voluntad, ensañarse con una meta o
negar tus procesos de dolor, lleven a ninguna parte. Pero además de mis
gustos personales, pienso que la negación de lo subjetivo y el control de la
“sombra”, como si fuera nuestra “parte mala”, es la manera que hemos
tenido, desde hace muchos años (quizás unos miles), para aplacar la energía
de naturaleza femenina, salvaje e imprevisible.
Y agregaría que el control es la raíz del problema, más que la naturaleza
femenina en sí. La “naturaleza vengativa” de la mujer es a lo sumo esperable.
Pero, además, y esto se ha de puntualizar y resaltar, la manera de lo femenino
es una visión masculina de su poder.
Vamos a distinguir aquí entre luz como estado de belleza o iluminación,
que cuando es alcanzado sinceramente (hoy en día hay mucha simulación
mediática en alcanzar estos estados de bienestar), es precioso. La ciclicidad
para por la primavera y el verano del mismo modo que por el otoño y el
invierno.
Por otro lado, el paradigma patriarcal de éxito, auto-conciencia, auto-
afirmación y todos los “autos”, excluye sentimientos no muy agradables o
de pérdida.
Lo que los pueblos neolíticos sabían (que luego fue perpetrado) en su
intuición religiosa, es que lo que dejamos atrás “es muerte y nos precede y
sedimenta”.
Por su lado, en el reino de la sombra, no hay ningún sitio adonde llegar,
ningún objetivo que alcanzar. El inconsciente es femenino (relacionado con
el principio femenino) y es esencialmente profundo como descubrió el
enfoque de la Psicología profunda. Una caverna sin fondo donde los más
increíbles misterios de otras dimensiones y de ésta, tienen lugar. Para entrar
allí, has de despojarte del ego, dejando de ver lo que se veía, para ver algo
nuevo.
Pero estas emociones que se han de abordar, no tienen que ver con una
concepción dramática del dolor (aunque si se retoma una vieja herida
sepultada por generaciones incluso, no lo descartaría), sino con contemplarse
de manera sagrada, confiar en el descanso reparador y nutricio y dejar que
fluya lo profundo, despidiendo a los amores muertos y a las posibilidades
genuinas, pero no conseguida.
Dualidad fundamental
Y aquí tenemos delineado el par de opuestos que representan el corazón del
alma humana.
O sea que dios no es uno, sino son dos pares de opuestos:
Y en el abordaje de este par de opuestos y la concepción estigmatizada de lo
femenino, está entroncado, el Patriarcado, que crea cultura hegemónica.
las víctimas
la vulnerabilidad
el principio femenino.
Implicaciones en la terapia
Del debate acerca de la consideración de la víctima que se estima diferente
en derechos al acusado, podemos ver nuevas rutas de pensamiento que se van
mapeando y le dan un nuevo espacio a “lo subjetivo” en la consideración de
los hechos. Y si sucede en el derecho, no va a existir en la terapia; justamente
donde nos movemos en el terreno imaginario de la persona.
Entonces el terreno de la consulta terapéutica o astrológica —donde
trabajamos en gran medida con el mundo imaginario del o de la cliente—, se
debería considerar con más razón como válida, la percepción de la persona,
sobre todo la necesidad de reivindicación.
Sumando una herramienta que evolucione su situación interna a otra más
sana, y que acabe con el orden sumiso de la situación anterior.
Desear que la víctima (ni al acusado por supuesto) no pase nunca más por
eso.
A veces ir a la justicia, puede legitimar la sensación interna de
desvalimiento, pero convengamos que cuando se llega a esos términos, es un
fracaso a nivel vincular.
Caso de consulta sobre “el éxito”: Hace un tiempo recibí la visita de un
cliente que tenía unos planetas en el medio cielo, lo que, según la astrología
tradicional son significadores de éxito. Este hombre conseguía todo lo que se
proponía, era muy bueno leyendo “lo que se ha de hacer para conseguir
aprobación y éxito”, e iba a por ello.
De esta manera podía alcanzar fácil y rápidamente al modelo, pero esto no
le permitía encontrar su propia manera. También tenía ascendente en Leo. El
Ascendente es el gran aprendizaje en la vida, lo que requiere un proceso de
identificación de esa energía en uno/a. El aprendizaje de Leo pasa entonces
por expresarse de manera auténtica valorándose más allá de la opinión ajena.
Pero, ¿qué pasaría si tienes dos píldoras, una para conocer fama y fortuna y
otra para conocerte a ti mismo y expresarlo espontáneamente?
Esta persona del ejemplo sabía más de capricornio (Casa X, status, modelo,
éxito social) y menos de expresar su corazón.
Apenas comenzaba un proyecto, se veía empujado al modelo (que funciona
eficazmente) desatendiendo sus propios impulsos personales. Le recomendé
que si atendía a las tendencias propias (que primero debía encontrar) tendría a
largo plazo más éxito, no el que se pensaba y al que accedía con facilidad,
sino uno que lo haría ser más él mismo.
Y en esto las mujeres lo tenemos más fácil porque al no tener tanto acceso al
poder (durante años prohibido), desarrollamos un contacto interno inevitable.
Por los estereotipos de género, los hombres están más preparados para ciertas
cosas, y las mujeres para otras. Por suerte la diversificación está sucediendo.
El ensañamiento en conseguir sus objetivos, para obtener la aprobación
social, muchas veces no tiene que ver con el propio placer, la lentitud del
disfrute y la sensibilidad para hacerlo de manera sana, sustentable y armónica
a largo plazo. Tiene que ver con la falta de combinación de los principios
masculino y femenino.
Pero cuando la “crisis reformatoria” sobreviene, “No se trata de adónde
voy, sino que no debiera ir adonde estoy yendo”, dice Ezquenazi. El
inconsciente nos ha de enseñar una rectificación del camino.
Es decir que, si no tengo en cuenta la fuerza de las emociones y pierdo
autenticidad, estoy obligando al destino a que obstaculice mis deseos, porque
en realidad no es aquello lo que deseo.
Dos puntos a señalar en este cercenamiento de un principio fundamental (el
femenino) bastante significativos. Uno es que la gente está cada vez más
deprimida y que la venta de medicinas para ello está cada vez más extendida.
Y más de lo mismo con el ataque de pánico, trastorno de nuestro tiempo, una
conmoción intensa de miedo y desesperación sin aparentes motivos.
Y de allí la tendencia maníaco-depresiva de nuestra sociedad, por poca
integración de los principios femeninos y masculinos.
Para la salud mental, elegir dos pares de opuestos más integrados y no
excluyentes, aportarían a la paz interna.
Capítulo 7
Astrología y feminismo
Como el ámbito de la salud necesitó una redefinición, creo que la disciplina
de la Astrología también necesita una reorientación, considerando que la
mayoría de las consumidoras, clientes, consultantes, alumnas y aficionadas,
somos mujeres.
Y estoy refiriéndome a ampliar el sentido psicológico de los símbolos ya
utilizados tradicionalmente —Luna y Venus (mamá y esposa)—, como
ampliar el uso a los asteroides femeninos como Juno (reclamos de justicia en
la pareja), Ceres (amor incondicional como poder), Vesta (religiosidad
femenina), Pallas (visionaria y creativa), o Lilith, que representa el manejo
del don del exorcismo.
Así también me refiero a qué tipo de Mitología –que se utiliza para
inspirarse sobre el significado de los planetas, asteroides y puntos de la carta
natal—, deben revisarse, poniendo a cooperar las fábulas pre patriarcales con
las patriarcales en un compendio trans patriarcal de las historias. Esto para
ampliar las posibilidades conductuales para las mujeres, o los hombres que
tengan el principio femenino activo.
Para continuar con los pensamientos de Robert M. Stein: “Aunque son
obvias las ventajas económicas, educativas y sociales que los hombres han
tenido sobre las mujeres…Yo no creo que esta sea la cuestión principal.
Mientras que nuestra cultura y sus instituciones sean gobernadas por un
espíritu des-personalizador y deshumanizador, lo Femenino continuará
siendo maltratado y desvalorizado con independencia de los logros que las
mujeres consigan en el campo de la igualdad”.
Es decir que yo, personalmente, y en este libro, estoy más interesada en las
“dimensiones psíquicas de la opresión”. Dice Stein: “lo Femenino está
sufriendo en hombres y en mujeres”.
Con esto quiero decir que, la perspectiva de género en las disciplinas
humanísticas (como la Astrología), brinda nuevos datos para pensarnos de
manera diferente.
Abrir una puerta a la emocionalidad compleja, apasionada, sensosexual del
humano (mujer u hombre), nos regresará el verdadero poder que nos quitó el
patriarcado que hemos construido, y nos re vincularía a lo brujo y misterioso,
que se perdió con el velo de los varones.
Y esa me parece una buena adaptación de mi generación que, con Plutón en
Libra, como no nos gustan las situaciones injustas, venimos a poner en duda
las relaciones convencionales de los géneros.
No me refiero a ese “desatar una violencia abierta contra les otres” de los
tiempos modernos, que es más que nada la consecuencia del escaso auto-
límite de los hombres, combinado con el “desatender a la auto-preservación”
de las mujeres.
Me refiero a que formular en estos términos de “matar el ego” al proceso de
autoconocimiento, deja ver un esquema de las cosas que le hace la venia al
sistema de dominación, que en este punto está atentando no solo hacia las
mujeres.
Si no lo cuestionamos, estaremos aceptando la descripción del macho (que
más que descripción es opinión), que está sirviendo de maya contenedora de
lo femenino en su dimensión integral. Su Emancipación de efectuarse daría
un input para “salvarnos a todes”.
Con todo digo, que esto ha de ser tenido en cuenta en la re-explicación del
astro símbolo y dar lugar a una facultad olvidada de nuestra naturaleza
humana: el amor como capacidad y no detrimento. Uno que no nos deje en
estado de dependencia angustiosa como es estigmatizado. En palabras de la
psicóloga jungiana feminista, Polly Young, poder “encontrar nuevos
paradigmas que reconozcan la compasión como el impulso humano
primordial”.
“Nadie en el mundo,
nadie en la historia,
Ha obtenido su libertad apelando al sentido moral
de las personas que los oprimen”.
Assata Shakur (Black Panther).
Capítulo 8
Mujeres y empoderamiento
Pero, que la génesis de un “ego” que abre guerra con su entorno —sea un
invento artificioso y más coherente con la naturaleza masculina—, no quiere
decir que las mujeres no tengamos que tener una madurez para ese lado.
Las conquistas que sobre el ego han hecho los hombres del patriarcado, han
de estar disponibles para la mujer, en los mismos términos.
Por esto, (ahora me dirijo sobre todo a las mujeres), se ha de apurar la
misma dinámica de “sublevarse en contra del grupo”, para el
empoderamiento. Con herramientas astrológicas pertinentes, como
Asteroides Femeninos, Lilith, Luna oscura, Marte. Pero Lilith, y los avances
en los terrenos de la evolución que inicia, es muy importante.
Como todo lo que existe ya está inventado en esos términos, las mujeres
hemos de utilizar sus herramientas…
Entrar al mundo con una varita mágica, marca unicornio, sin herramientas
de protección, sin la suficiente presencia o poder para “dar batalla”, es
inmolarse.
En mi propio camino, he tenido que accionar en el sentido de “desobedecer”
para ser yo misma, y lograr edificar mi propio ego. Esto, para que esa
tendencia más sensible (donde habité la mayoría de mi vida), tenga su
emergencia y pueda mostrarse con orgullo. Empoderada mi sensibilidad a
través de la insumisión.
La dualidad “adentro y afuera” es la base simiente de la cultura del
patriarcado, y la clave para analizar sus distorsiones. Y la matriz a través de
la cual conocer las enfermedades de la mujer en su complejidad.
Tal vez por propia susceptibilidad o extremada permeabilidad, me sentí
desempoderada por terapeutas y maestros, a los que, por compensación,
muchas veces fui exageradamente leal. Las relación maestro/a-discípulo/a en
esta época es más flexible y transversal.
Por otro lado, y retomando el capítulo anterior, he escuchado mucho
material psicológico-espiritual que habla de que “ego”, es algo como algo
equivocado o exagerado, directa o indirectamente. Que el ego no es amor y
que hemos de atravesarlo o transformarlo.
Para mí esta información que puede ser correcta, no está viendo la necesidad
de la mujer actual, de empoderarse en un ego potente que brote de su ser más
hondo en convergencia adentro-afuera, que le permita:
La matrística transpatriarcal
Al comenzar a explorar abiertamente en los mecanismos y psicología
femeninos, no estoy excluyendo a los hombres. Sino que estoy abriendo una
exploración que posibilite la vigencia del principio femenino no como
auxiliar, sino como primordial.
Esto posibilitará y empujará a la inevitable deconstrucción del masculino.
Y si bien estoy pensando a nivel astrológico, en que la Luna (lo femenino)
sea la base fundamental de la carta, sobre todo para las mujeres, pero para
hombres también, considero que volver a traer los valores puros de la
matrística, no será recuperarla del todo.
Primero porque sería imposible, ya que la humanidad se desarrolló para el
lado de la razón binaria. El patriarcado con su mente y con una civilización
basada en las Fuerzas Armadas, ya ha hecho mella en nosotres. Y, por otro
lado, si bien la escritura y el pensamiento racional, no ha sido una creación
del femenino, sino que ha estado siempre asociada a la fundación del código
de los hombres, la mayoría de las mujeres ya estamos educadas a la manera
de esta cultura.
Entonces, para retomar el término y explicarlo un poco más, podríamos
hablar de “trans patriarcalidad”, una etapa donde al reconocer nuestra
naturaleza matrística, sabia, esotérica, ancestral y simbólica, podamos
atestiguarla con la mente compleja racional patriarcal. Entonces, el in-out de
nuestra vida se ve re-entrelazado. Y así también las relaciones humanas.
Y con este ejercicio de unir inteligencias diferentes, se complejiza nuestra
búsqueda de conocimiento. Yendo de una inteligencia objetiva como reactiva
de lo subjetivo —a la que nos tiene acostumbradas el patriarcado—, a una
que pueda abarcar una tesitura multidimensional.
Capítulo 9
Capítulo 10
Lenguaja
El sistema de dominación que vivimos se pone de manifiesto en nuestro uso
del lenguaje cotidiano.
Cuando pronunciamos la palabra hombre como genérico (masculino y
femenino humanos), reducimos lo bigenérico de nuestra especie, a uno de los
lados. Aunque sabemos que la palabra se refiere a ambos, si cierras los ojos y
te digo la palabra “hombres”, estoy segura que te imaginarás solo al género
masculino.
Es decir, que una pretendida palabra universal, invisibiliza y caracteriza en
términos de auxiliar, a una de las partes.
Y con respecto al lenguaje no sexista, recomiendo mucho la lectura de
Porque las palabras no se las lleva el viento, de Teresa Meana. Sus charlas
también están en la red. Ella enfatizó, que el lenguaje (que construye nuestra
realidad) considera la referencia, el eje, lo neutro, al género masculino. Y lo
femenino es el acompañante o complementario.
En este último tiempo, se ha puesto énfasis en utilizar correctamente y no de
manera sexista, la lengua. Por ejemplo, en lugar de decir “Los doctores…”,
es conveniente decir “el plantel médico...”.
Meana describe muchas estrategias discursivas para no discriminar en el
lenguaje, en el libro mencionado.
Además, esta voluntad de esconder uno de los lados como subordinado al
principal, lleva con nosotros miles de años y entrama nuestra manera de
percibir.
Astro feminismos
Desde este frente, las sociólogas, médicas, científicas, educadoras,
lingüistas, etc. han estado haciendo investigaciones (desde los 70 hasta estos
tiempos, con una copiosa producción) en cada campo, que incluyen la
perspectiva de la mujer (no incluida hasta ahora). Lo que podría llamarse el
Streaming de género o perspectiva de género.
La línea de feminismo en mi campo, apunta a plantearnos sinceramente si
consideramos la naturaleza femenina (dionisíaca), en el proceso de
autoconocimiento que estamos haciendo y acompañando.
Y en la Astrología como lenguaje, si el uso de determinados elementos o no
(como el caso de la omisión de Asteroides Femeninos Mayores, Quirón o
Lilith), o el uso de los Planetas ya conocidos tradicionalmente, tienden a
cierta jerarquía de lo masculino, o la mitología que se utiliza es una que
apoya el patriarcado en sus intenciones de sobre estimar el desapego y la
sublimación de las pasiones.
El mensaje en concreto es uno de “empoderar el principio femenino” en
nuestras relaciones, que justamente es un paso que las mujeres hemos de
fundar.
En concreto me refiero a una nueva política de toma de decisiones más
independientes (jugar el deseo individual abiertamente), expresión de límites,
y la postulación de nuestras propias condiciones en los vínculos.
Todo este empoderamiento se basa en la emergencia de la subjetividad
como consejera, más que en el uso de la fuerza en sí. No sé si las mujeres
hemos de fortalecer nuestra noción de separación en sí (aunque un poco no
viene mal), tanto como en hacer valorar nuestro “poder de amor” como parte
de la fuerza a aportar socialmente. Es lo que más adelante explico como la
“autoridad femenina”.
Estoy segura que dentro de unos años no estaré diciendo esto porque no será
necesario.
Capítulo 11
La rabia de Lilith
Para cerrar la idea, considero que este proceso de emancipación ha de
comenzar a través de la rabia, que permite apropiarse de la libertad. La rabia
por las injusticias, por la propia sumisión, por la dificultad por ser una
misma, por lo poco que nos respetamos. La rabia (en términos Marcianos, o
el lado marcial de Plutón), permite salir de la “exagerada” unión (alerta de
sarcasmo), sin miedo, o a pesar de tenerlo, y poco a poco comenzar a vivir la
individualidad. El símbolo de Lilith dark moon, puede explicar esta
propuesta.
Al fin de cuentas, ésta manera rabiosa es con la que encarnamos a la vida,
gritando y rompiendo la placenta, abriéndonos paso camino a la libertad del
encierro del útero pasando por el “vacío existir”.
La Transpatriarcalidad
Este arquetipo es de los más antiguos. Escrito en la caverna de nuestra
psiquis colectiva, símbolo de una Diosa, madre de todos los seres y
benefactora de la apertura emocional y la regeneración emocional, dejó de
serlo.
Y como expresé anteriormente, esas imágenes aún perviven en la
profundidad de nuestra psique. Para recuperar este sentido de la armonía con
todo, se han de derribar capas de nuestra mente racional actual, y conocer la
divinidad que reside en la profundidad.
Por esto, me aventuro a una reformulación del símbolo, investigando sobre
la naturaleza del amor y las necesidades básicas emocionales bajo la clave:
“atravesar el patriarcado”. Algo así como una “transpatriarcalidad”, que sería
un conocimiento exhaustivo de cómo opera, en nuestra mente y emociones,
esta especie de vampirización del sistema, ahora que ya estamos dentro.
La Matrística interior
Otra película hubiera sido acerca de la Luna de tiempos anteriores al
dominio de la fuerza, lo que se conoce como la matrística. En los tiempos
anteriores a la Grecia clásica, existió en Europa un estado donde lo femenino
era concebido como autoridad. La autoridad entendida como la versión
matrística del “poder masculino” (basado en hablar más fuerte, y la guerra,
etc), que es un concepto que se impone más tardíamente.
Pero ahora no podemos sustraernos a este factor contextual.
Lo que propongo en un punto (mientras va cambiando el mundo a uno más
matrístico, cosa que llevará muchos años), es visibilizar lo que nos provoca
vivir en este mundo: terror. Eso va ablandando la mirada en torno a la
comprensión.
Más profundo que la “rabia por no ser escuchada” (que no la descarto sino
la propongo como una fase inicial), es comenzar a validar el hecho de que es
normal tener miedo. Y de allí, habitar la vulnerabilidad, en lo social. Un gran
paso.
Significado de lo lunar
El “permiso a sentir” posibilita reconocer las emociones de placer (y
displacer) y actuar en consecuencia, buscando el bienestar y poniendo límites
a lo que nos hace daño. El reconocimiento del daño es parte de la definición
de la Luna.
Y, de allí, con ese despertar empático hacia una/o, ser capaz de sentirse
segura donde me muevo, y justamente a la manera específica que me siento
segura. El tipo de defensa emocional también es la Luna en el signo
zodiacal.
Por esto, en nuestra “ingeniería del ser”, la supresión de la emoción (buenas
y malas), es consecuencia de nuestro sistema inmune emocional. Lo que
conlleva a desarrollar toda una serie de mecanismos de defensa basados en
el poco “apego del bueno”, en la infancia. Estos mecanismos de defensa son
directamente proporcionales a la dificultad con ver lo que realmente está
sucediendo a nivel interno. Y a eso también se refiere la Luna Astrológica.
Y ese proceso de “desanestesiación”, se hace operativa cuando expresa
disconformidad y se levanta por el propio derecho a sentirse víctima. Esto
solo como primer paso terapéutico. La Luna también es esta validación del
sentir propio, justamente para defenderse de lo que importa; es decir,
defenderse selectivamente.
Los “mecanismos de defensa que no defienden” son los que tienen sentido
si la Luna está al servicio del orden patriarcal. Como ejemplo de esto, en
lugar de prestar atención a los celos que mi pareja me provoca con mis
amigas y defenderme de esta situación que me hace daño, lo compenso con la
recriminación hacia él, barreras exageradas, victimismo o paranoia. Este
mecanismo se sobreactiva como compensación y consecuencia de desatender
el dolor que nos hubiera advertido. Sabiendo cuales son las necesidades
emocionales específicas y valorándolas con el criterio subjetivo propio,
una/o puede elegir la manera y las personas para relacionarse de manera sana
y mágica.
Lilith despertadora
Nacemos en una dimensión (esta realidad) en la que nuestra verdadera
naturaleza, que es vulnerable y vital, mamífero-sensual, mágica, creativa,
cambiante, potente, debe ser ocultada. Y por esto, debemos desarrollar un
sistema de defensa para no ver el estado de carencia emocional y alienación
que esto provoca desde la infancia en adelante.
La restitución de un buen sistema psicoemocional que pueda moverse con
entendimiento cabal de lo que está sucediendo en el interior, comienza por
ver que se está enfadada/a. Y enfada/o con razón.
La recuperación del símbolo de Lilith en la descripción de la Luna (Eva) es
fundamental. Lilith es el costado oscuro-reivindicativo de la Luna, y la
tenemos en cuenta sobre todo porque es una figura tan potente (por
originaria), que es difícil de marginar de la arena social, aunque se intente.
La tengo en cuenta en las distintas cualidades de la Luna en los diferentes
zodiacos. O sea que, en cada descripción de la Luna en Aries, por ejemplo,
hago uso de mi Lilith para describirla.
Atención: La expresión del deseo reprimido (Lilith), es solo la primera parte
del proceso (como ya aclaré). La idea es que podamos sacarlo, expresarlo,
madurarlo, hacerlo combinar con el de los otros.
Pero esto se hace haciendo una descarga catártica de la pataleta, primero;
aunque el aprendizaje no se agota allí.
Alguna vez en la vida ha de suceder, quizás con la contención terapéutica o
ritual adecuadas.
El feminismo radical enfadado ayuda en esta dirección.
De la rabia a la pacificación
Ten en cuenta que, si la empatía radical con lo propio se lleva a las últimas
consecuencias, la “rabia por no ser escuchada” se transforma
indefectiblemente en comprensión del porqué estamos enfadadas.
Muchas clientas feministas (y yo misma), nos encontramos antes la
reflexión de que hay escenas repetitivas de destino de continuo
posicionamiento reivindicativo. Escenas que quizás son dolorosas,
decepcionantes, cansadoras y tal vez, también injustas con los demás. Injustas
porque quizás los enfados que no le expresé a una pareja anterior, o un padre
maltratador; se lo estoy demostrando a la nueva relación.
A través de la rabia primero, y la comprensión del factor social sistémico
después, una acaba por desarrollar una identidad, donde la aprobación está
basada en la valoración sólo de uno/a mismo/a.
El “paso final” es desactivar el patriarcado a través de quererse mucho.
La reinvidicación feminista ha de acontecer para ponernos al mismo nivel de
“derecho al desafío”, pero la propuesta final tiene que ver con la introducción
casi homeopática (sutil), del principio femenino en tu día a día.
Esta conexión con la afectividad, en realidad, nos es innata, tanto a
hombres como mujeres, como nuestra conexión con el cuerpo y los ciclos
naturales.
En síntesis, la Luna Astrológica, tal como la vemos según el prisma actual,
es el comienzo de una especie de complejización humana que comienza por
evidenciar la ocultación del dolor. Dolor que en lo profundo ni siquiera es
vivido a manera de figuras deformadas (gorgonas, brujas y cerberos), sino
que su resignificación nos descubre el escondite de la belleza y el manejo de
lo cíclico-cósmico.
Y justamente para re aprender estos talentos extraordinarios, hemos de
desmantelar la impermeabilización que nos acontece. El aprender a convivir
armónicamente con el mundo emocional y los recursos que tenemos para
hacerlo, también forman parte del simbolismo por signo y casa.
Por casas
Son los ámbitos de vivencia subjetiva y las escenas concretas que sirven de
vivencias traumáticas en donde adquirir esta maestría. Una maestría, por ser
un tema histórico, hasta sistémico (de la familia grande).
En un punto es una responsabilidad hacia todas las mujeres y hacia toda la
especie. Sanando esos temas, sanamos todes.
En estos ámbitos concretos la energía cósmica se va a presentar para usarla
de manera propia. Escenas de destino donde la acción circundante despertará
el interés por cosas que hasta el momento resultaban ajenas y distantes, y que
pueden comenzar a despertar las sospechas de ser propias.
Aspectos
Es la combinación del principio de dar respuesta emocional y mágica,
combinado con otros principios psíquicos que hacen a las historias en
concreto que te ha tocado vivir. Guiones y relatos, que también tienes la
responsabilidad de rastrear para “no repetir como lora la cultura” y crear
nuevas narrativas. Si no se opera el cambio, las respuestas serán limitadas y
las opciones restringidas.
Las historias pre patriarcales que narro pueden ampliar tus posibilidades.
Este libro te llevará a tomar decisiones importantes, pero espera leerlo hasta
el final. De por sí es una transformación.
Y en este encuentro con tu interioridad, espero que tengas las fuerzas
necesarias para mitigar los aspectos negativos de la soledad. Como dijo
Angela Davis, la mujer ha sido relegada por la historia. Y eso es duro de
acoger.
Y espero que puedas dar un vuelco a tus ideas y demostrar que estás
preparada para el cambio de romper el pacto patriarcal en tu interior.
A un nivel más profundo, una apreciación correcta de la Luna astrológica,
incluiría la re ilustración de un relato sistémico familiar distinto. La empatía
con nuestras antepasadas, clarifica la apreciación de la feminidad vista como
un principio de poder.
Por las abandonadas, por las maltratadas, por las violadas y asesinadas, por
las que no pudieron brillar, por las que fueron encerradas, por las que fueron
quemadas por creencias.
Por las mujeres de tu linaje, a las que el amor les jugó una mala pasada y
cuya decepción sigue viva en ti en forma de incomprensiones y fantasmas.
Enciende por ellas todas las velas que necesites hasta comprenderlo.
Reconoce sus legados y acepta la suerte que corrieron.
Reflexiona acerca de tu opinión del amor que viene de generaciones atrás.
Y ojalá esta sabiduría te haga cambiar tu mundo para mejor, para que tus
dolores hayan merecido la pena.
Poema de amor:
El necesitaba de silencio, o de ruido o de obstinada insolencia.
Se necesitaba a él mismo porque nadie le había enseñado
como encontrarse merecedor, con todo y egoísmos.
Y se encerró en un búnker porque quería aprender a cuidarse,
a validar sus decisiones, incluso la de no tener decisiones.
Juntó agua y alimentos en caso de que llegara el final allí dentro. Y se preparó dejando amigos y
amores. Se arriesgó a dejar incluso
sueños de los posibles.
Pero él no sabía que un día, el del apocalipsis, ella estaría allí fuera, esperando con sus gafas de fin
del mundo, para contemplar con una cerveza las explosiones.
1
Aries
Romper el pacto patriarcal
Luna en Aries
La recuperación del deseo y la Inteligencia propiciatoria
Palabras relativas a la guerra:
herencia dominante, imponer supremacía, poder sobre alguien, sujetar, subyugar, la reconquista y
recuperación del deseo.
Palabras relativas a lo cíclico regenerativo:
el despertar de la primavera, el retorno de la chispa, la alegría de corretear por los campos.
Madre-niñe
La necesidad del niñe Ariane, es salvaje y agresiva. Una cantidad de energía
fluye explosivamente en el andar, explora el mundo como un reto constante,
y expresa el enojo con libertad. Es exuberante y sentimental.
Y estoy segura que, si tuviera eventualmente el espacio en la infancia para
descargar sus “berrinches”, más adelante lidiar con sus frustraciones no le
sería tan costoso.
Pero, en el momento en que todavía no ve el mundo con sus propios ojos, la
madre (su dios), tiene las características de ser impositiva lo que hace aún
más difícil este manejo.
Este deseo de la nativa o el nativo, es sostenido por mamá en la infancia,
pero quizás más desde el discurso que no en la práctica, donde el deseo que
acaba ganando siempre es el materno.
O sea que, es posible que lo diga en voz alta o lo valore ante sus amigues, e
incluso que ella misma tenga esas características de ser valiente, decidida,
aguerrida y confrontadora.
Algo así como: “Mirad como mi niño es tan valiente” o “Mi niña sabe lo
que quiere”.
Puede que en el día a día no tenga las habilidades para contener de la misma
manera las conductas espontáneas y valientes. Cuando estas aparecieran en la
hija o hijo, que no sea gritando o incluso pegándole. La empatía por su cría
no está.
Quizás la madre, por el escaso autodominio o el poco sentido de la
seguridad personal basado en un miedo no asumido —características con las
que se conduce en la vida—, equipara a su hije a un igual, y lo coloca
imaginariamente en una contienda por “quién se sale con la suya”. Intenta
dominar a su cría porque le resulta agobiante o inmanejable.
La empatía no está, porque no la tiene por ella misma, en relación con su
madre o sus antepasadas que puede ser que hayan tenido esas características.
De ser un poco auto reflexiva, podría reconocer que esa necesidad de
dominación a su cría, corresponde a una falta propia de control. En su
relación consigo misma, sería como una falta de “expresión mesurada de lo
salvaje”. Es decir, la madre no sabe cómo manejar su identidad, que está
asociada a estas características de valentía y fiereza, y a la vez hacerlo de
manera armónica y cooperativa.
Y no estoy expresando mi desagrado hacia que los roles sean los que
corresponden en las relaciones filiales; justamente lo contrario. Solo que me
pregunto qué tipo de persona podría ver a un enemigo/a en un niñe pequeñe.
Me refiero a que las jerarquías han de ser por roles que organiza en el aporte
de cada ser en la relación.
Lo que estoy diciendo es que la carencia de afectividad en la escena de la
infancia actual, hace que un/a cachorra/o que se mueve vitalmente de manera
natural, con júbilo y entusiasmo, es frenado/a en sus talentos a través de un
tipo de control. Y de este modo la idiosincrasia patriarcal hace de la mamá, la
agente más efectiva para esta tarea.
Esta especie de entierro de ciertos valores naturales de la maternidad, hace
que la relación se quede en el terreno de la contienda. Quizás porque a la
mamá se le hace difícil de por sí la vida y su stress está ya a tope.
La maternización se convirtió en una escena marcial, para esta posición
ariana, regida por el dios de la guerra, Marte. Cuando originalmente, déjenme
imaginar, fuera un gozo de correderas por el campo y enseñarle a la cría
sobre actividades físicas, y defenderse con vigorosidad y júbilo. Antes de la
aparición de la guerra y la conquista, existía el dios Pan de la cosecha
(prehistoria de Marte), que representaba el júbilo de los amantes en la unión
sexual. Marte tenía una cualidad chispeante pero no conquistadora ni
defensiva, como luego se le caracterizó.
Volvamos entonces, la madre le da un doble mensaje a su cría: de expresión
y represión del deseo al mismo tiempo. Explico esto cuando hablo de la
relación entre “deseo infinito y represión”, la base psicológica de la
idiosincrasia patriarcal. Se podría resumir en: el deseo no se tiene que
cumplir. Sobre todo, porque es un deseo inmoderado que requiere sí o sí una
represión.
La madre de la Luna en Aries es exuberante y con temperamento, lo que da
un mensaje a su hije de “ir con talante por la vida”, pero a la vez le reprime
ese mismo carácter. Deseo desmesurado y de auto represión. Quizás porque
ella misma desea y reprime de este modo.
La Luna en Aries de adulta, puede llevar esta tensión interna un paso más
allá. De pequeña será un poco mareante.
Veamos aquí entonces las reacciones posibles del niñe, ante lo que se
encuentra en la infancia como muestra de lo que es el mundo: un terreno en
guerra.
Variedad de conductas
Entonces hay dos extremos (y sus variantes intermedias), de reaccionar ante
esta escena de una madre dominante de la infancia, y hacer de eso la
personalidad:
Destino lunariano
Conclusión
Ya no necesitas defenderte todo el tiempo, ya que puede ser que esa
“imaginación antigua” hace que veas todo lo que te sucede de manera
generalizada. Por lo tanto, esto te impide defenderse de quien corresponde,
estar en guardia ante otres que se abren con sinceridad.
Y la segunda cuestión es que una/o acabe de ver lo que le importa en las
relaciones recuperando los valores propios, y las pida donde es posible de ser
pedido.
El “buen uso del deseo” es uno de los grandes tópicos de esta posición. Y
una cuestión en la que me detendré en breve.
Pero antes, enfatizaré en ciertas muestras de la Luna en Aries, que puede
ayudar también a acabar de desanudar la sujeción basada en malentendidos y
auto juicios: el egoísmo ariano.
El sobre egoísmo
El “sobre egoísmo” (porque cierto sentido del egoísmo no va mal), del que
los afectos se quejan, muestra en una persona adulta, que está un poco
abducida por la “visión infantil”, tal cual lo expliqué.
Pero el tema con la consciencia del propio egoísmo es difícil justamente
porque esto fue enseñado de manera demasiado prematura y quizás brusca de
parte de la madre. Y bajo esta clave, se ha de dar un paso efectivo para que
ese sobre egoísmo, que es compensatorio de una sensación interna de estar
siendo herida/o, llegue a límites de buena convivencia.
En una especie de retorno a la escena de la infancia de manera terapéutica,
es bueno encontrarse con la obviedad de que fue injusto que una madre dijera
que es egoísta, una criatura de edad temprana. Justamente la infancia es el
momento de vivir el sentido de lo salvaje, el tiempo que se necesite, hasta
que se sienta seguro/a de comenzar a escuchar a los demás. La “conquista del
manejo del egoísmo” se hace una vez que se tiene esa base.
Esta permeabilización al entorno, solo se hará cuando se sienta que
alguien comprende que su afirmación es legítima.
El tema en parte, es reconocer el auto sabotaje buscándose personas que
reproduzcan esta escena, viendo enemigos e invasiones en todos los sitios y
tomando una actitud defensiva.
Me refiero a lo positivo de elegir como compañeres personas que puedan
validar la necesidad de independencia, o que esta sea manejable para los
demás. Con esta capacidad de vivir libremente la independencia, ya no será
necesario ser tan ciego/a, a los pedidos de afecto o de cualquier tipo del
entorno.
Nudo terapéutico: la restitución del deseo
Esta persona tendrá estas características, independiente, un poco egoísta y
con tendencia al liderazgo en el vínculo y contra eso no vamos a ir. Creo que
hay cosas que no se pueden cambiar. Esta persona es más ariana que una
ariana de Sol, entonces vivirá escenas frondosas emocionalmente, de
fricciones y rencillas cotidianas. Hay algo en esto que ya es ya.
Pero sí es válido de decir, en su defensa, que en su infancia ha faltado
empatía. Este condicionamiento de la maternidad patriarcalizada, hace que la
versión irracional, divertida y de liberación de libido, usual en esta posición
(que mejor liberar y conocer que reprimir), quede encerrada. Frenamos algo y
se frena todo, inclusive lo lindo. O sea que la Luna, en estos términos, nos da
la pista de que la empatía no puede comenzar si no es con la consideración al
propio sentir de ser invadide.
Y esto sucede justamente cuando, en una escena de destino, en la que el
recorrido energético llega a un punto en el que el “pulso por el control” en
una relación, realmente acaba inclinándose para mi lado.
¡Síiiiiiiiiiiiiiiiii!
Pensando en que el deseo profundo es que alguien comprenda mis razones
infantiles.
Para ello, he visto este panorama de destino una y otra vez, tengo que
ponerme en una relación del tipo, o que el otro no me desea y yo he de ser la
primera que conquista, o el otro es muy dominante y yo he de aprender a
defenderme.
Vuelvo sobre esto en breve, antes algo que decir:
“Permitirse lo que una/o es” es el comienzo, luego ya comenzará a
relacionarse con otros de manera que se ubique en un sitio que le sea fácil
modularse, por ejemplo, el liderazgo vincular, sobre todo en dirección a
canalizar ambos: la necesidad de mantenerse relacionado afectuosamente
(Luna) y, aun así, conservar la soledad (Aries). De no ser encontrada esta
combinación, se auto desterrará a la soledad, o se relacionarán sublimando
sus deseos, cumpliendo los de los demás y teniendo relaciones continuamente
conflictivas.
Marte patriarcal
Algo a tener en cuenta es que el Marte patriarcal no permite la noción
orgánica del descanso. Hay un arquetipo de lo masculino como ya comenté,
que no estaba asociado a la guerra. El dios Pan de la fertilidad.
Hay algo en el ensañamiento con la actividad, que refleja la enfermedad de
hiperactividad patriarcal, más que el deseo de conseguir lo que se quiere,
que es muy válido en un punto. Lo que deja a Aries asociado a un tipo de
concentración un tanto obsesiva y por esto demasiado auto centrado.
Y, además esas ganas se acaban cuando se obtiene.
De las emociones: la rabia por encima de la tristeza. La supremacía de la
actividad por sobre el placer.
Y hay algo relacionado a la represión de ese deseo infinito, que ayuda a la
obsesión con el objeto de deseo.
Quiero decir que, según lo que he caracterizado como el “deseo patriarcal
psicoanalítico”, si un deseo es ilimitado (me refiero al de los varones que se
conciben como dioses), ha de auto limitarse de alguna manera deseando
cosas imposibles. Eso como motor de vida. Esto no lo ha creado una mujer,
déjame decirte.
Y de este modo, al no existir la auto moderación, el deseo se frena por la
realidad.
Entonces desear lo que es posible, sería la cura a los “ensañamientos”
arianos.
Y hay algo más. Las mujeres ni siquiera tenemos derecho a ese
ensañamiento.
En esto recomiendo explorar los ciclos de Marte (dos años) y Pallas (cuatro
años). Es decir, que el manejo del deseo no sea tan en lo inmediato, sino que
se permita mayor profundidad.
Que la chispa de vida, y fuerza cazadora del signo, no se quede en las
cuestiones inmediatas. Me refiero a no ir “apagando fuegos” por la vida, sino
contemplar la posibilidad de “propiciar” o a través de proyectos creativos que
pongan mi deseo en marcha.
Síntesis de lo desarrollado
En la niñez, el deseo del/la niña/o está fusionado con el de la madre y para
exteriorizar sus apetencias independientes, si las tuviera, ha de hacer mucha
presión. Cuanta más fusión haya entre ellos, más rabia para diferenciarse
necesitará expresar.
Esto se traduce en un recorrido mecánico de sus emociones. De este modo la
persona siente que decide, cambia, que es valiente y auto afirmada; sin
embargo, en el fondo no tiene deseo propio ya que solo se activa en la
modalidad de acción-reacción.
Y la exteriorización de emociones, no se deduce de un interior claro y
seguro, porque no hay demasiado manejo. Ni del interior ni del exterior. Tal
vez porque se topó demasiado rápido con la escena patriarcal más cruda, la de
la violencia. Hay que empatizar con esto.
Entonces, la conquista del propio deseo, independientemente de la
reactividad ante el deseo del otro, recoge los dones de esta Luna. Más allá de
los frenos del entorno, se descubre conquistadora, valiente y consciente de lo
que quiere. Quiero decir que, si el grado de violencia que ha vivido en la
infancia es lo suficientemente manejable, hay una resiliencia posible.
Como describí anteriormente, hay dos variantes ante lo “aprendido” en la
infancia y como defensa ante el mundo que se mostró demasiado crudo: por
un lado, decantarse inmediatamente a satisfacer los deseos del otro
convirtiéndose en un/a voluntario/a acérrimo/a (ya que hay miedo
involucrado), y por el otro, imponerse porque no le han enseñado a valorar lo
que desea como auténtico sino juzgado como rebelde, caprichoso e
incontrolable. En esta segunda variante también hay miedo involucrado.
Y a la vez hay una capacidad de sostener muchos niveles de desafío.
De una manera u otra siempre se mantiene condicionado/a bajo la pauta
materna, quedando en una posición pasiva ante ella y ante todos los vínculos
de amor que se la recuerden. Aunque parezca que la persona es activa,
decidida y valiente, la actitud es en realidad reactiva. Además, al ser
defensiva por demás —porque se espera violencia e invasión del entorno—,
es probable que esta especie de estrés postraumático, haga que tome
decisiones incorrectas y la defensa deje de defenderse con personas que
corresponde hacerlo porque podrían ser dañinas. Entonces se corta una
verdadera unión con el exterior por desconexión y falta de dominio interno.
En la infancia, esta expresión de la exuberancia corporal, de la afirmación
del ser y la diferenciación, pueden ser características propias de la madre
pues a lo mejor ella misma es Sol en Aries. Quiero decir, que, si bien de
manera intelectual o intuitiva la madre valora estas características, pero en lo
concreto compite con su hije en condiciones asimétricas, haciendo de la
competencia una cuestión antideportiva.
El proceso de evolución en esta comprensión de lo lunar va camino a un tipo
de auto-sostén emocional, y del propio deseo e individualidad. Y en esta
dirección, la persona “se procura” escenas de pelea por el dominio en los
vínculos.
Esto que parece ilógico, tiene el sentido de aprender a:
El testigo parcial
Como herramienta para hacer esa validación de las quejas, uso esta figura
que acuñó la psiquiatra Alice Miller, porque me parece una buena referencia
de lo que la perspectiva lunar necesita (y por qué no dársela), para curarse
sanar y continuar.
La sanación se da una vez encontrada esa buena atención por parte de
alguien. Un/a testigo que se ponga de su lado si buenamente se encuentra.
Hay algo que se relaja y puede ser vivido de otra manera, cuando esto se
consigue.
Y de allí en adelante, incluso se puede achicar esa necesidad de re establecer
el dominio todo el rato, porque el dominio ya lo tiene de adentro hacia afuera.
Pero, si no se encuentra esta validación fuera, se puede procurar
internamente. El patriarcado interno es realmente duro, que busca el entorno
para justamente hacérselo a una misma más difícil.
De lo Pasivo a lo Activo
Es posible que, en los vínculos actuales, se tenga que reclamar la validez de
forma agresiva, porque en el fondo no se auto sostienen dentro. Este reclamo
egoísta, caprichoso, centrado tiene toda su razón de ser en la reproducción de
una “escena arquetípica de la infancia”, en la que se sintió impotente ante el
poder del otro. Y en un punto, el patriarcado ya dañó.
Pero, se ha de cambiar la noción que se tiene del afecto, colocando sus
necesidades básicas propias en primera línea primero, pues hasta que no
ponga su deseo sobre la mesa, no podrá empezar ninguna negociación.
Aunque no de manera impositiva como ya sabe “que se hace”, desde la
relación con la madre en adelante.
O sea que, en vez de pedir validación continua de lo que desea a través de
las rabietas, algo se afloja tras validarse. En ese momento de comprensión, el
llanto de la infancia tendrá consuelo.
Profecías autocumplidas
Y una encontrará un uso activo de su “talento para arriesgar”. La
inteligencia corporal es de admirar en la luna en Aries, que sabe ver la
oportunidad, o el momento exacto para adelantar, irse, virar, etc. La que
podríamos llamar una inteligencia tras racional o la psico-corporalidad, que
también puede ser relatada. O sea que se comienza por visitar los traumas que
anidan en el cuerpo, y observar la psico-corporal.
Usualmente en ese recorrido emocional todo sucede tan rápido que el
vehículo pierde manejo y entramos en shock o nos auto profetizamos lo que
ya conocemos. La repetición de lo conocido, es lo que llamo “auto
profetizacíón”.
Es decir, que en vez de hacer un uso de una habilidad para “mover el
destino”, o inclinarlo hacia un lado, se quede en la rueda del hámster por ser
adicte a las reacciones.
Hay algo al adquirir este manejo de las emociones que permite
posteriormente una consciencia de lo propiciatorio de la propia presencia.
No existe imparcialidad posible siendo ariane.
Esta parcialidad, se gana primeramente en lo individual y resolviendo temas
propios de la infancia; luego es posible que sirva para quizás decantarse
políticamente. Pallas era la patrona de las rencillas cotidianas.
Para ello las profecías (lo que me espero que pase), no han de estar tan
sujetas al pasado, para no “propiciar lo conocido”, sino que se ha de mantener
realmente en el futuro. O sea que “lo desconocido” tarda en buscar lugar en el
inventario interior.
Para ello, esta energía audaz, mordaz, ingeniosa hacia lo nuevo, con
conciencia kinestésica más allá de lo racional, es la ideal para abrirse paso de
manera pionera.
2
Tauro
Cuerpa
Luna en Tauro
La restitución del placer y la Inteligencia de hacer crecer de
manera sustentable
La tacañería defensiva, la terquedad afianzatoria. La estabilidad como
fuente de placer, la noción de ciclos regenerativos que permite crecer por
saber de decrecimiento. La restitución del auto valor y la noción del placer
del contacto, integrando la pérdida inevitable. La Inteligencia de
“manifestar”, por reconocimiento del ritmo propio de crecimiento. A qué
ritmo avanzar en cada fase del contacto en las relaciones, para que la
pérdida posterior sea manejable.
el auto valor,
autocuidado,
De raíz personal, para la Luna en Tauro, las relaciones responderán
más al placer y al ocio, y tendrán un mayor grado de
confirmatorias de la personalidad, más que desafiantes de los
valores propios.
Síntomas
Quiero decir que las personas que tienen a Ceres fuerte, o eventualmente
Luna en Tauro en su carta, y basadas en esa poca raíz de estima materna
(maternidades patriarcalizadas u orientadas al bienestar del padre), suelen
buscar esa noción de afecto en el trabajo o las posesiones materiales.
Debido a que, tristemente, la base de donde parten es que tienen que
ganarse lo que obtienen. Cuando en realidad, Tauro y Ceres también tienen
que ver con la fuerza de la naturaleza y la inspiración y abundancia de la
primavera. La Diosa Kore (la joven) tiene que ver con esa fase de la dicha,
salvaje y de entusiasmo adolescente.
En algunos casos hay Taurines que se quedan, continuamente, en la fase
productiva sin celebrar lo que se consigue siquiera; o quizás viviendo años
haciendo una actividad o trabajo no integrada con el disfrute.
En el guión de los padres patriarcalizados, suelen haber rasgos de este “amor
condicional”:
Lo que era la aclaración, es que hacer un aporte al otro no quiere decir que
valoremos lo mismo (aunque más vale elegir personas con valores similares).
Sino que es un aporte que doy yo (aporte individual) al vínculo.
Esto implica que, en simultáneo, el otro también tiene otras cosas para
aportar en la relación como valor agregado.
Y para ello, cada cual ha de tener soberanía y amplio conocimiento y
validación de su interior para lidiar con lo que tiene que lidiar sola/o. Eso
nadie te lo quita.
Entonces, en esa tesitura de “escoger por los propios valores” no ser
llevades por otres, nos encontraremos si nos enamoramos de personas con
valores no tan parecidos. Ese es el sentido de la reivindicación dolorosa de
esta posición Lunar, tal cual conté anteriormente. A largo plazo cansada.
...muestra que está haciendo un reclamo muy válido, que siente que debe
exagerar, porque justamente se siente no validado/a.
Para no dañar vínculos que le importan, reconocer el grito de la
infancia es una parte, y actualizar valores, es el segundo paso.
Ese llamamiento al crecimiento interior comienza cuando, no habiendo
atravesado inicialmente esta sensación taurina de “amparo apropiado de la
vulnerabilidad”, la tiene que buscar por sí misma/o, y dar con los recursos
para procurarla.
Siendo adulta, es lo que toca.
Nadie le enseñó a validarse en sus posesiones interiores. Entonces ha de
hacerlo con la fuerza de su bramido, rugiendo, o como pueda, pero hacerlo.
Quiero explicar que no ha de juzgarse o quitarse los celos, por ejemplo, por
ser “poco progresistas”. Esta validación de lo que se siente regenera el
dominio interno y hace a la reconquista de su “leona interior”, que cuida sus
vínculos. El reconocimiento de la sensibilidad, recuerden, es la gran
recuperación anti patriarcal.
Por un lado, quitarlos (no así modularlos) podría sacar una defensa de lo que
a esta Luna le importa: la posesión y perdurabilidad. Por el otro se quitaría así
la semilla de su talento y contribución: la posesión y la perdurabilidad.
Cuando esta nativa haya rugido lo suficiente para detentar “dominio sobre
sus tierras”, se desplazará ese sentido de carencia interna a uno de abundancia
que posteriormente le permita compartir con el exterior bienes materiales,
gestos desinteresados y emociones, aunque esta entrega requiera aceptar
también la pérdida. Pero hasta que sus necesidades básicas no estén saciadas,
ha de bramar por lo que es propio.
Ojo que no pretendo acentuar la “neurosis” de los celos, sino quiero a través
de reconocerla que se desestrese de culpas y auto castigos, que es la única
manera de sanar. El conocimiento de para qué están allí y la empatía con el
“error”.
Dicotomía subje-objetiva
Todo tiene sus dos caras, y además en lo que se refiere a Géminis, siempre
habrá algo dual con lo que lidiar. Una de las habilidades a adquirir en caso de
esta posición lunar pasa por esa frecuencia en la que la objetividad es una
capacidad loable. Pero para manejarla de manera auténtica (integrando lo
emocional), se ha de mirar la escena de la infancia, para hacer de la
inteligencia lógica, un logro donde lo interior sea puesto también en valor. O
sea, se ha de superar la dicotomía subje-objetiva.
La Luna que tiene funciones relacionadas con el afecto, la emotividad y algo
que se juega a nivel un poco imaginario —el pasado, lo dicho más allá de lo
verbal—, no conversa bien con las características de lo geminiano,
explorador y con habilidades teórico-intelectuales más que experienciales.
Sumado a que nadie ha sido enseñada/o a lidiar con eso, de fondo. Aquí la
dicotomía básica de la Luna en Géminis se expresa en los términos que
hemos ido desarrollando de la siguiente manera:
Luna en Géminis,
Subjetiva-Objetiva,
Femenina-Masculino,
Mitos-Logos,
Cerebro Derecho-Izquierdo.
Intuición-Lógica.
La deconstrucción Lunargeminiana
¿Cómo conseguir, entonces, una buena combinación?
Una combinación entre la lentitud del proceso emocional (Porque es lento
de por sí) y la poca paciencia para eso mismo, de la mente geminiana.
A veces sencillamente es esperarse un poco para nombrar, poner en teorías o
dar palabras a lo que todavía no entra en ningún casillero del inventario.
Esperar para que el encuadre sea uno más profundo.
Seguramente bajando la velocidad con la que se vive el proceso de pensar y,
sobre todo, explicarse las cosas, porque hay una cierta compulsión en ello.
La mente geminiana es curiosa, mental, asociativa, relativista, dispersiva,
etc. Y tira en demasía de un galimatías mental incomprensible. cuando en
realidad es, la clave emocional lo que le respondería todas sus preguntas.
Con el tiempo, la Luna en Géminis puede dar palabras a su interior, y
complejizarse emocionalmente, pero para ello debe atravesar la defensa
emocional hecha de una pared de razones respectiva y teorías acerca de
la realidad, que esconden de manera sofisticada (no es perceptible a
simple vista), su repelencia a las emociones.
O sea que la tendencia a la sobre explicación oculta el miedo a la autoridad
competente (mamá), y a vivir “aquello que se siente” con naturalidad.
Es probable que la mamá haya sido intelectual y más dada a temas más
interesantes para su mente que para sus emociones, entonces el/la niña/o con
su conducta adaptativa y por la fuerza, haya tenido que seguirle ritmo y
medirse con su vara, o vibrando con esas características, que también son un
poco propias.
Pero una perspectiva hiper madura de la vida, sabe cómo explicar
emociones, pero no tanto como sentirlas con libertad. El sentido propio
entonces, se esconde.
La recuperación emocional
Hay un punto en que este don discursivo, picardía comercial, facilidad con
la síntesis, y el juego y el chiste, ya son algunas de sus características.
Si sus incomodidades con lo emocional son más grandes que lo habitual, o
si sus emociones son de mayor profundidad que aquellas que su entorno
pueda procesar, requerirá de habilidades internas que podría alcanzar de
adulte.
Es casi imposible que la persona lo haya hecho de pequeña, con todo en su
contra y sin ayuda materna.
Lo que hace que la persona tenga que ocultar algo de lo que siente, siempre.
Hasta que desarrolle una comunicación emocional precisa y con “habilidades
del compartir”.
Es probable que al fin del proceso de re-establecer su dominio interno, y de
allí poder vincular, la persona sea acreedora de una gestión emocional rápida
y despreocupada.
Para ello, deben suceder situaciones de destino para que una/o se dé cuenta
de la inhabilidad interna para procesar emocionalmente, ya que la estancia
tranquila cuando estas emociones aparecen, no es su estilo.
Una vez visto y “re humidificado el ser” con la sabiduría de lo interno (y la
reactivación de ese tipo de inteligencia), ya se puede acelerar el proceso
interior e ir a un bemol exacto de manejo, presuntamente más rápido que la
media.
Pero vamos por parte…
El derecho de la enunciación
Crías geminianas
Las crías mamíferas, necesitan pecho de mamá y cuidados, antes de
atreverse a salir a descubrir el mundo. La dificultad de dar afecto y apego
sano a su hijo/a aparece cuando la mamá es Sol en Géminis. Quizás tiene esas
características de dispersión de la ternura, lo que hace que priorice lo mental
antes que el misterio de lo que le provoca la calidez de su hije.
Esta es una apreciación que creo puede visibilizar el sistema de referencias
de la Luna en Géminis, que posee el talento de la racionalidad y el acceso a la
“luz del pensamiento”. que nombra y aclara. Pero que, como mecanismo
adaptativo a la educación patriarcalizada, más que un uso de un talento, esta
cotidianidad con la madre sigue una lógica de desconexión. Y el potencial
talento se transforma en un escudo de protección en forma de diálogo interno
defensivo. Y si se usa de escudo defensivo (cosa que es comprensible), mejor
ser consciente de ello.
La relación con la mamá simbólica de la Luna en Géminis, tiene mucho que
aportar al respecto al auto-conocimiento y del cómo es el acontecer social
del/a nativo/a. Sobre todo, en lo que tiene que ver con la apreciación del
mundo que se tiene y que ella ayudó a concebir. Ya que las características
típicas de esta posición natal como conductas de disuasión, minimización e
intelectualización del daño que se siente de parte del otro, tiene que ver la
lógica de procedimiento social donde la referencia ejemplificadora es la
madre. Una Diosa de la Lógica y la ecuanimidad no tan conectada con la
autenticidad.
O sea que de adultes continuamos fieles a un tipo de proceder social que nos
enseñó mamá en la interacción de la tierna infancia, que no concibe integrar
en la comunicación, nuestro parecer profundo.
Y esto debido a que es difícil sobrellevar, una vinculación afectiva donde
escuchar y hablar con sensibilidad sea lo apropiado, cuando no hemos
aprendido a hacerlo. Esta es la síntesis de esta posición lunar.
La madre
Creo que una nativa o nativo que contacta con el recuerdo de su madre
primera, o la madre simbólica, encontrará allí un sutil mensaje de una especie
de repulsión al contacto. O un sentido de lo foráneo relacionado con lo
afectivo. La densidad del contacto profundo (que la maternización requiere),
es un poco alienígena para la mamá.
Entonces para asumir el propio proceso y dejar de acumular el estrés de la
no comunicación emocional en las relaciones sucesivas, se han de adquirir
herramientas de conexión con la propia subjetividad y sostenimiento el
propio parecer. Esto se hace aprendiendo sobre el disentimiento.
lo emocional,
a lo íntimo,
al contacto.
Descreimiento
Posteriormente los sentimientos de decepción con su mamá generarán una
frialdad, mucha perspectiva y un exagerado sentido de la defensa, que se
erige ante lo que no comprende; un descreimiento a lo que no puede ser
demostrado; o un tipo de reserva con su mirada irracional.
Es probable también, que esas emociones de decepción marquen una ruta
hacia la diferenciación, muy buena para desarrollar una capacidad de
disentimiento armónico, posteriormente. Pero esa grieta psicológica más o
menos dolorosa, puede comenzar dañando la comunicación porque hay un
tipo de distancia emocional que se muestra a manera de incredulidad cínica.
Pero antes de aprender cómo hacer esto del disentimiento como un juego,
se dará una vehiculización de lo no dicho, en debates o razonamientos que no
lleven a ningún sitio y, sobre todo, que no dejen ver sus necesidades afectivas
con claridad.
Lo que quiero decir con tantas palabras es que, hay un recurso
lunargeminiano por descubrir, al relatar el misterio.
Y este comienza con una recuperación de un lenguaje emocional de forma
lenta para hacerse de la propia perspectiva. No tanto usar la inteligencia de
manera racional-disuasiva, sino que acompaña lo que se siente.
Y una vez recuperado territorio dentro de lo arquetípico distorsionado,
comenzar a desarrollar un tipo de comunicación con mucha pericia discursiva
para explicar lo misterioso.
Esta posición nativa más por Luna que por Géminis, es una Canalizadora
de información de varios niveles.
Luna en Cáncer
El asunto de pertenecer y la inteligencia de lo numinoso
Ella se sentía muy condicionada por el amor familiar.
Sentía tal presión de la tradición y el prejuicio que ese amor de tribu estaba
basado en una falta de amor propio de sus individuos, incluso en el temor a
lo desconocido y falta del sentido del desafío. Por eso se unían para
combatir la soledad y el sentido de carencia.
Esto que sintió en los albores de su juventud, con los años tomó formas y
significados diferentes, porque comenzó a entender que la vulnerabilidad y el
amor eran fuerzas poderosas defenestradas por el patriarcado. Pero eso vino
muchos después.
Los “cuidados interpersonales”, había aprendido en el feminismo, se
referían a tareas domésticas menores que eran infravaloradas y no
retribuidas correspondientemente en lo económico. Ella luchó por criticar el
abuso del patriarcado sobre la mano de obra gratis que fueron las mujeres,
que por un lado ahorraban dinero a la familia siendo enfermeras,
limpiadoras, niñeras, y por el otro, quedaban en situación de dependencia
económica, en caso de querer divorciarse, por ejemplo, o simplemente para
tener una jubilación.
Con la madurez de su pensamiento feminista y con el cuidado de su propio
sentir personal, como mujer y como Luna en Cáncer, descubrió que más que
desapegarse de los valores familiares, lo que le tocaba era “saber cómo
apegarse” y adquirir la fuerza necesaria para amar y ostentarlo como un
poder no como un síntoma de debilidad. El verdadero empoderamiento vino
con muchos años y con la fuerza suficiente para encarar su propio interior.
Como Luna en Cáncer, pero con espíritu aventurero, había tenido que
quitarse el amor, y las tradiciones familiares que sentía que la
condicionaban, incluso las que le iban bien. En ese momento no alcanzaba a
hacer la disquisición.
Tiempo después, alrededor de sus 36, decidió, luego de muchos viajes y
aventuras, volver a su pueblo natal. Sentía el llamado de esa mamífera que
había tenido que dejar de escuchar sus necesidades emocionales, para
aventurarse a la libertad. El llamado era muy fuerte, desde sus entrañas. Y,
como había tenido que obviar sus necesidades emocionales para ejecutar su
plan del alma que tenía que ver con el destierro hasta el momento, se había
descuidado a su interior a tal punto que no sabía cómo auto-cuidarse. Allí
comenzó otro aprendizaje, el más aventurado que ha tenido.
Una vez de regreso a su pueblo natal, descubrió que se parecía mucho a
este grupo de personas que era su familia. En lo que se parecía, se parecía. Y
en lo que no, ya pertenecía al terreno de lo que debía recorrer sola. Ese
riesgo nadie te lo quita.
Y le llevó muchos años comprender la esencia del apego y lo emocional.
Y el poder abrumador que portaba cuando la conocí, no solo correspondía
a la fuerza de una guerrera capaz de emprender un viaje a donde toque, sino
por la habilidad numinosa de su afectividad que parecía la representante de
una Diosa Ancestral.
En esta especie de cuento del “pájaro azul de empoderamiento femenino”
intenté retratar, de cómo los prejuicios internos con los valores femeninos
pueden enredarnos aún más de lo que nos gustaría, debido al poco manejo del
apego que hace nuestra sociedad actual.
Este malentendido humano fundamental, puede hacernos rumbear lejos
cuando eso precioso que estábamos buscando en los caminos más allá, estaba
aquí mismito en el calor del interior.
Cáncer adentro-afuera
Cáncer representa la vibración que permite que las relaciones lleguen a un
nivel de contacto e intimidad muy profundos. En la evolución humana es la
necesidad de “apego estable” en el momento de la infancia, que da la
plataforma necesaria para que luego, a su propio tiempo, cada cual recorra lo
desconocido (la vida), de manera confiada.
Es por esto que tradicionalmente la Luna se encuentra en su domicilio (que
es la manera que tiene la Astrología de decir que está muy bien, esa función
en ese signo), en el zodíaco de Cáncer. Ya que la función (Luna) de ser esa
raíz emocional, defensa psicológica, y sensación de seguridad basada en el
auto cuidado, se puede integrar fácilmente con esa cualidad sensible, afectiva
y amorosa del signo de cáncer.
Hay algo muy paciente consigo misma/o que debe de desarrollarse, y que
permite con los años comprender la naturaleza de las emociones con mayor
claridad.
Sin embargo, la convivencia con la ciclotimia emocional de esta posición,
requiere tiempo para procesar el mundo emocional. Se necesita de espacio,
permiso interno y tiempo. Respetar los sentires internos que tienen un
nombre, que se despliegan dentro de un proceso y se desarrollan. La
comprensión de los apegos y dependencias, los sentimientos de pérdida, la
retención de lo que le gustaría expresar o los resentimientos. En fin, un
reconocimiento acertado de lo que se navega íntimamente.
Pero, si la persona se atreviera incluso a ir al mundo interno y permitirse su
desarrollo, en el mundo de lo social es un tema diferente. Teniendo en cuenta
esta dicotomía adentro-afuera de la que ya hablé, la persona tendría que
desarrollar una “actitud” guerrera o defensiva, para no ser lastimada,
inventarse rápidas explicaciones (aunque no acertadas) a sus cambios de
humor, o utilizar incluso la agresión porque es de las emociones que, en el
mundo de todos los días, está más validada.
No estoy eximiendo de la responsabilidad individual —aunque sí estoy
dimensionando el peso de lo social—, ante un aprendizaje individual de una
energía que aparentemente no es tan valorada, pero que es más que valorable.
Hablamos de la regencia de una Diosa ancestral, una de las primeras
divinidades creadoras.
Tampoco estoy aprobando las emociones que causan sufrimiento, pero sí
validando las emociones en general, porque si, eventualmente, se decide
negarlas, lo que es probable que suceda, es que esta decisión sea demasiado
general que deje fuera las emociones bonitas también.
Pero, es mejor tomarse el tiempo de reconocer la profundidad emocional y
vivirla abiertamente aprendiendo a seleccionar apropiadamente lo que es sano
o sustentable del mundo interno. Sin olvidar que los descensos al mundo
emocional, de manera consciente y al tiempo adecuado para cada una/o,
pueden dar herramientas ante las posibles pérdidas de la vida.
Estoy acostumbrada a recibir preguntas en la consulta astrológica como esta
de la historia (aunque la historia de vida es mía).
La necesidad de saber cuándo acabará el dolor o cuándo llegará el amor —o
sea la búsqueda de la felicidad que no llega—, muchas veces no nos deja
apreciar que ya llegó. No existe una vida exitosa sin dolor. Ese es el
malentendido socio patriarcal.
Las noticias que doy, casi siempre, es que, más que ser exitosa/o en la vida,
según consignas normales (quiero tal o no quiero cual), es imperioso
comprender que todo es más anormal de lo que nos gustaría. O paranormal.
O que lo que toca es cambiar las creencias de lo que irá sucediendo de todos
modos, exitoso o no. O sea que lo que hemos de cultivar, es un sentido del
“templo interno” tal como enseña cáncer, que recupere el bienestar y la raíz
emocional, a pesar de las tempestades. Pacificarse con “lo que está llegando”
a partir de reconocer la naturaleza cambiante del destino.
Y, agrego, la reconsideración de las emociones es una pauta a seguir de
manera interventora. Quiero decir, si con la vida diaria, una/o hace la
sublimación de las emociones, por falta de tiempo, paciencia o dedicación a
sí (en el caso de tener una educación más con valores masculinos incluso
podría ser de prohibición de lo emocional), el proceso de “empoderamiento
de lo femenino” (ya seas hombre o mujer), tiene que ser la deliberado. Ya
que hay toda una cultura que no “deja ir a lo humano de cada una/o”.
Cultura sostenida por creencias de una “divinidad trascendente” (lo
mejor está más allá) que justamente es la que se opuso a la antigua Diosa
de la creación.
Reconozco la importancia de honrar la manera propia de sentir y la forma de
amor incondicional sustentable, uno que sea recíproco. Este es el aporte de la
Luna en Cáncer para recuperar el poder de manera re significante, uno
nutrido por la fuerza subyugadora del amor.
La regencia de la Diosa
Como les comenté en la regencia de Tauro, creo que algo de la regencia de
Ceres Gaia, Deméter, o la mismita Pachamama, agrega un componente
mágico a Cáncer. Lo llamé Inteligencia Numinosa Creativa. ¿A que es
bonito?
Son diosas creadoras, del tiempo cuando no se conocía la coparticipación
masculina en la concepción.
El reconocimiento (volverla a poner en el trono) de esa entidad creadora
mujer, que íntimamente es concebida como poderosa, hubiera frenado tanta
agresividad y misoginia. Quiero decir, por no reconocer el miedo a las
mujeres, se las denigra.
Por otro lado, la concepción de lo cíclico de la naturaleza, también une lo
femenino y masculino de manera casi orgánica. Y así se dan pautas para las
relaciones humanas sustentables, sin otra obligación que buscar el bienestar
mutuo.
Este tipo de relaciones que no requerían de posicionamiento ni
empoderamiento, de contratos claros ni palabras finales, eran las que cundían
como uniones sagradas en tiempos de la matrística.
En esta dirección también hablar de Quirón, centauro herido, como el
esposo de la Diosa. Siempre las brujas fueron acompañadas del hombre
astado (que es este que se convirtió, ignorante, luego en el demonio). Este
hombre era descendiente de Dionisios o el Dios Pan, dios de la siembra.
Esta deidad conocía sobre la ciclicidad de las estaciones, y puede darnos una
pauta de lo divino masculino, todavía en restauración.
Si bien este dios astado representaba la dicha de la sexualidad y la
primavera, y así era representado, para revivirlo deberíamos agregarle el
significado que podría decirle transpatriarcal y esto es la concepción del
dolor.
Quirón era un asteroide que circula entre Saturno y Urano, así que
representa ese momento de la “alquimia energética” interna, cuando
comienza a hacerse. Lo que sería darse cuenta del daño que causa, o le causan
sin querer.
En el Mito Quirón, un centauro (mitad salvaje) —pero el más sublime de los
centauros— que era médico, sanador-chamán y tutor de héroes. En una
caminata pasa de casualidad por la “batalla de los centauros contra los
hombres” y recibe de parte de su propio aprendiz, una flecha envenenada que
le provoca un dolor de por vida.
Quirón echa por tierra la idea cristiana de la que estoy hablando desde que
abrí esta conversación, el dios trascendente cristiano, como ejemplo
concebible.
Una creencia que a esta altura tenemos todes, de que, si hacemos las cosas
bien, tenemos buenos resultados. Cosa que no siempre es así.
No digo de hacer las cosas más por rebeldía; digo que, si el destino te
sorprende con otras opciones, eso es lo que sucede la mayoría de las veces.
Quirón nos toca un dolor tan potente que podría ser existencial.
Es más, concebido del orden de lo masculino, debido a que, reconozco la
inclinación del género hacia la política y a la social. En este sentido, se
manifiesta como una “idea política” que oculta un dolor. Y sin desmerecer las
ideas políticas que pueden ser contenidos valorables, si no reconocemos esta
relación interior exterior, puede jugar en nuestra contra.
Escribo sobre Quirón en este punto por el tema de que creo que es un
arquetipo que aporta mucho a la deconstrucción del modelo de lo masculino
para hombres y mujeres, y vuelve a colocar en una dimensión manejable al
dolor. Reconsiderando las emociones posibles humanas.
Vuelvo a la Diosa, no quiero reiterar el tema así que recomiendo
nuevamente leer el apartado de Luna en Tauro, pero con respecto a Eurínome
decir, que por años había sido concebida como Diosa de la creación, lo que
en la instauración griega clásica y luego romana acabó por amedrentar, no
solo el valor de la mujer como individuo, sino todo lo que ella significa. Las
mujeres somos diosas creativas, que cocinamos para nuestros seres queridos
(yo no), que ponemos velas para nuestros ancestros, que vivimos una vida
sana, plena, superviviente. Encarnamos esta Diosa, aunque no oídas, y lo
seguiremos haciendo con el mero reconocimiento de hacer el bien.
Otro valor importante de mencionar en dirección al florecimiento personal.
Como había comentado, un galimatías mental masculino, hizo concebir esa
división dentro-afuera como cosas en conflicto, y en este berenjenal, hacer
decantar como valor supremo lo social o masculino.
De allí también comenté que el ego patriarcal es uno desafiante del entorno.
Prueba de esto es el desastre ecológico a nivel pandémico, de la actualidad.
Y también agregué en su momento, que ese interior desatendido tomaba
partido, o que en la interactividad masculino-femenino, lo femenino se estaba
dejando ver desde la revolución de los ´60.
Es decir que, en vez de tanto posicionamiento, empoderamiento y tal, el
punto a desarrollar sería comenzar a confiar en el entorno. Comenzar a
construir un entorno protectivo, redes afectivas de contención en caso de
necesitarlo. Y diciendo esto no estoy volviendo a un estadío pre personal o
regresivo, sino que, tras experimentar la discriminación que la vida propone,
comenzar a proponer cooperativas de consumo (Muy de Ceres), terapias
grupales y el sentido de la sororidad y fraternidad.
De este modo la identidad individual es congraciada con la identidad
clánica, pero no le debe devoción por no ser atendida con propiedad.
De la liberación al autocuidado
De mi experiencia emocional, bastante variada, sumada a lo que he
atestiguado y acompañado con mis amigas y en terapia, este empoderamiento
de la subjetividad que una intenta a través de la rabia, jugándose relaciones
(“si no te gusta vete”), enfadándose y perdiendo cosas que le importa tal vez
como ofrenda sacrificial hace su corolario, cuando esa valoración y sentido
del autocuidado se fortalecen.
A las mujeres nos hace bien enfadarnos. Y a los hombres, conocer los
motivos de los enfados.
Luna en Leo
Liderazgo femenino de la matrística y la Inteligencia inspiracional
La Luna del despertar del corazón
La historia de Narciso, cuya madre le negó ver su propio reflejo
La psico-mitología personal del nativo o la nativa con la Luna en Leo, se
comprende en el Mito de Narciso, que fue utilizada en la psicología para
explicar a la personalidad narcisista.
La madre había acudido a un adivino para averiguar sobre su destino, y este
le dijo:
—Narciso morirá cuando se vea a sí mismo.
Ante ese temor, escondió todo lo que pudiera mostrarle su reflejo a la cría.
Con lo que el niño creció sin conocer su propia imagen.
Simbólicamente el “no reconocerse del niño” se debe a la ausencia de
madre.
El acompañamiento de esta le hubiera permitido el desarrollo de una
personalidad auténtica, basada en el reflejo de un entorno que sirve de
reconocimiento y es cohesionador del “núcleo del ser”.
Entonces, el día que Narciso ve su rostro reflejado en las aguas de un río, se
enamora de sí mismo y se queda enganchado a su imagen, y languidece hasta
morir.
Es a través de los comentarios de acompañamiento que el niño o la niña,
cobra una “sensación de Sí mismo/a”, en la primera infancia. Y esto es lo
que le posibilitará posteriormente realizarse y sostener su individualidad en el
mundo.
De acuerdo a una complicidad adentro-afuera, irá dando pasos en la vida.
La madre y su grupo de la familia, que representan el afuera, le valoran,
nombran sus logros y siguen de cerca su evolución. Lo que le gusta y no, sus
predilecciones, sus cambios… La estrella que nace... Esto irá dando
coherencia y manejo interno. “El exterior me felicita, me reconoce y me da el
alimento de su mirada”, se dice.
Si esto no sucede quizás por los propios conflictos narcisistas de la madre
por la inclinación a la propia expresión y búsqueda de fama, la/el niña/o
comenzará a actuar con una “personalidad falsa” que complace los deseos
de mamá para llamar su atención (difícil de conseguir por motivos varios).
Es decir que se convierte en un ser encantador a la mirada de les otres
(intenta comprar afectivamente a su público), incluso perdiendo la conexión
con el propio núcleo de identidad o quizás nunca desarrollado.
Por esto se vuelve dependiente de la mirada aprobatoria. Aunque parezca
que está haciendo chistes, contando historias, y segura/o de sí, busca el
alimento del amor que no sintió en su infancia. Con el tiempo olvida lo que
era una búsqueda amorosa, y comienza a confiar demasiado en la máscara
que le traerá resultados sociales. Y de este modo la fragmentación de lo
interno con lo social, se lleva a cabo en supremacía del principio masculino
sobre el femenino.
Una relación intrínseca que ha de recuperar para su bienestar
La desconexión con el interior conflictúa su manera de querer, dar y pedir,
amor. Y cuando en su camino de evolución psicológica natural, se quiera
soltar la “base de seguridad” que mamá representa, para continuar a una
mayor individualidad, se quedará apegado/a al amor que no hubo. No se
puede abandonar algo que no está o no ha habido nunca. ¡Taran!
Entonces, en la adultez buscará desesperadamente este amor que no le fue
dado, auto-condicionando la visión que tiene de sí mismo/a, sus gustos y
habilidad creativa por estar supeditada/o al entorno. El entorno moldea la
personalidad.
Y aclaro, es posible que esta persona alcance el éxito social, el cariño, el
afecto y el consenso en los vínculos, pero cuando busca el brillo personal
verdadero bajo esta máscara social, se encuentra vacío/a.
A eso se refiere la fábula con la fascinación de sí. Nada bonito. Sino que
construye una máscara de supervivencia que es sustituta de su verdadero
“encontrarse”.
Deseamos que con los años vaya tomando contacto con la espontaneidad
de ser sí mismo/a que requiere menos de la mirada ajena y más de la
confianza en su propio corazón.
Rechazar premios
Esta afirmación personal la irá aprendiendo de manera tímida, rechazando
premios que son “tentadores, pero no para él/ella”, por estar basados en
consignas sociales más que individuales. En este silenciamiento del afecto y
la autenticidad, en dirección al “dar una buena imagen” social.
Esta tradición patriarcal se aprendió en el seno de su familia de origen,
donde la fama o la autoafirmación se convirtieron en códigos de afecto. Y
la belleza para las mujeres ya que de este modo fueron aprobadas por el
patriarca.
En conclusión, para ser miembro de esta familia, o para ser buen/a
“heredera/o, del abuelo tal, o el tío cuál, he de ser tan reconocido/a como
aquel.
De una manera u otra, la sinceridad expresiva no era una consigna familiar y
esa artificiosidad es lo que la nativa/o detectará en su proceso de desilusión
de lo tradicional. Como siempre la Luna lleva a un sinceramiento con la
individualidad que requiere de una fuerza de discriminación con el colectivo
familiar que es lo que justamente, le congraciará con él.
En un punto toca reconocer, que, si bien la familia tenía expectativas sobre
mí, no me interesa cumplirlas.
La crisis de la defensa
Puede, al momento de mirar al interior, y no encontrarse, sobrevenir una
depresión.
Encontrarse con la injusticia de no haber sido comprendida en los propios
términos, sana a manera ablandadora, la rigidez del propio corazón.
Porque puede ser que esa injusticia la venga sintiendo sin demasiada
consciencia intentando confirmar su valía. Esa es la actitud defensiva, que
está a punto de disolverse con la obra de su propio amor. Y justamente esa
afectividad es la que ha de recuperar, valorar y expandir. Porque esa
individualidad la afirma, y es el talento y la sustancia específica del
“compartir colectivo”, que tendrá como consecuencia un futuro liderazgo.
Pero hasta que la persona no observe que su madre o la familia, confundió el
amor con la expresión de formas solo exteriores, y valide esto como una
percepción propia y válida como otras, no podrá pasar a una identidad
verdadera. Quiero notar, que muchas veces eso que critica como superficial
son valores que le rigen, también. Eso también se acaba por desmontar.
Y este es el final feliz de la combinación de la Diosa Lunar con el signo del
liderazgo por influencia, uno que provenga de un interior rico y nutrido, y
que ayude a les demás, a través de poner en práctica su amor incondicional
(Luna). Es decir, que pueda empujar a les otres, a empoderarse en su
autenticidad como muestra de su expresión singular.
Las tareas histriónico-terapéuticas del tipo psicodrama, del que centra al/la
cliente, coach vocacional, arte terapia. No porque la Luna tenga que ver con
el trabajo de la persona sino porque a veces el trabajo puede dar un rol social
constante y una posibilidad de poner el amor en el colectivo, y a la vez
mostrando el propio interior para ir sanando.
El liderazgo femenino
La capacidad de ejercer poder a través de “inspirar a otros”, es el talento
Juno. Una de estas habilidades o inteligencias femeninas que tienen la virtud
de re despertar.
Una combinación entre el poder de mover las aguas y la capacidad de mover
a otres. Esto que puede ser conocido como “manipulación femenina”, a falta
de palabras para expresarlo. No sabemos cómo llamar esta habilidad por falta
de espacio social para ese arquetipo. El poder ya está comprado por otros
arquetipos, prejuicios de estilo: “Las mujeres no son confiables”, cuando, por
el contrario, a los varones se les permite mucha ilegalidad.
Al quedar en “rol de acompañante de” (otra excusa de denigración), la única
área de empoderamiento de este asteroide (antigua divinidad single), se
circunscribe a ganarse el amor de su marido infiel. Es decir, ser la mejor
esposa posible (entre varias).
“Juno post instauración del patriarcado”, en su significado astrológico,
expresa el resentimiento de la esposa por la infidelidad, haciendo artimañas,
recriminando, pasando facturas emocionales, sintiéndose desconsiderada a
los ojos de este Dios dador de sentido.
Este asteroide da muchas pistas de deconstrucción.
Esta Diosa pasa de ser esa divinidad jefa de un consejo de sacerdotisas, a ser
juzgada ante los ojos del hombre, que la valora entre otras mujeres. Y ese
hombre es ahora, el premio.
En este sentido, el psicodrama de Leo Lunar implica reivindicar su liderazgo
ante otras mujeres, mostrando que se tienen mejores “condiciones solares”, o
que es mejor que otras (las amantes), para mantener el status quo, o la
apreciación de la mirada de los otros.
Lo que agrega valores de competitividad diferenciante, y donde se han de
respetar los convenios matrimoniales, antes que el valor real del vínculo. “El
qué dirán” es más importante que el afecto auténtico.
Y por esto una generación entera de mujeres (anterior a la mía quizás),
conservó matrimonios infelices por estar comprometidas con los valores
patriarcales de los convenios matrimoniales.
Algo que aventura en esta dirección, es que, debido a que el derecho natural
(materno) cambió al paterno, o sea que los varones comenzaron a heredar, se
necesitaba de estas pruebas de hijes de “lo legítimo”, por lo cual se requería
tramposamente, que la mujer sea la fiel. La mujer se puso en el sitio de
regular el derecho paterno. Tamaño compromiso. Estas son vetas del
compromiso, que hay que considerar si una es muy sensible o tiene Leo o
Juno fuerte en la carta. Y la última cosa, es que uno es potente en personas
que se encuentran en situaciones de violencia de género, como una excusa de
empoderamiento. Tristemente.
En este sentido, el Leo que estoy proponiendo —justamente uno que
despierta esta inteligencia antigua—, pretende ir más allá de lo que la
sociedad (patriarcal) considera valioso, como el éxito profesional o la fama.
Hay algo muy enfermo en esta sociedad: si eres feminista ya lo sabes.
Lo que quiero decir todo el tiempo es que, sin mucho rango de acción para
la autenticidad, las personas leoninas relacionadas con lo Lunar, no solo están
“haciendo una pataleta”, sino que saben que ciertas reivindicaciones les han
de recolocar en el trono matrístico, y que esto es posible.
Hay una historia que he rastreado en sus orígenes pre patriarcales, que
caracterizan bien la Inteligencia de Hera: es la historia de Heracles. Antes
de que se conociera como la más patriarcal de las fábulas —sobre el Héroe
que vence la oscuridad, en “Los trabajos de Hércules’’—, esta antigua mito
historia, en tiempos de la matrística, reflejaba como un héroe se transforma
en líder político.
Era la diosa Hera quien le iba dando las pautas o desafíos a cumplir, basado
en los doce signos del zodíaco. Esta divinidad representante de la Diosa, lo
prueba para corroborar si era lo suficientemente matrístico (valores
cooperativos, lazos de afectividad bien colocados y apoyo mutuo consentido),
para acceder al trono y liderazgo de la comunidad.
Y se supone que como Hércules pasa airoso la prueba de aptitud de estos
trabajos, se convierte en un líder de corazón grande.
Pero no hay nada como esto en la mítica patriarcal.
Juno estaba manifestada en tres diosas: Juno Lucretia (Iluminación), al
mejor estilo Hércules anti oscuridad. La segunda, Juno Moneta (advertencia),
la que anticipa apelando a la tradición. Y, Juno Lucina, la de los nacimientos.
Todos valores en los que el liderazgo dejó de figurar. O sea que se utilizó la
influencia de la divinidad, para transformarla según valores patriarcales.
Lo astrosistémico
El trabajo con el árbol genealógico —el que sostiene la tradición familiar—,
y los “modelos de hombre”, que han llegado como remanente en la
actualidad, o de mujeres que valoraban a su esposo por encontrar en el rol de
esposa ese liderazgo (por sublimación del poder propio), todo se puede
rastrear para conseguir las pistas del re empoderamiento que se está
buscando.
Hay una pista en la manera que fueron señalados los modelos (solo
masculinos) a seguir, que no permiten acoger lo propio porque quizás no
coincide con lo modélico. Sin olvidar que al ser los correspondientes a la
tradición (lo más convencional), son modelos atrasados o de otra generación.
Refrescar el modelo de manera espontánea para que la chispa de la
creatividad siga viva en la familia, es lo que es.
La diosa leoparda
Entonces, cuando este proceso de empoderamiento esté solventado, la Luna
que redespierta con valores de manejo del colectivo a través de tocar sus
corazones, permitirá el florecimiento individual, gracias a no pensarlo
desvinculado de la “placenta tribal”. Sino que su poder está basado y es un
producto del amor del entorno, que ha sabido conseguirse.
Así se re-colocará en su función fundamental que es el liderazgo
emocional.
Esto es la historia resultante de quien se sumergió en experiencias de crisis
profunda (en algún momento), hizo conciencia y extrajo de la adversidad sus
“joyas de sabiduría”. Esto requirió de un gran valor porque sacrificó su
inocencia, y ya puede hacer gala. Con el orgullo sano de que ese reinado no
es algo que le fue dado, sino que se lo ha ganado. Todo esto, gracias a tratarse
a sí misma con cariño y alegría, cuando se conduce por los senderos
afectivos.
Las relaciones afectivas y su estilo chispeante
Esa valentía de líder/eza comenzó en el terreno personal permitiéndose la
cualidad acuática de las emociones, y el ablandamiento que he ido
describiendo. Lo que requirió un tipo de concepción del amor no tan
histriónica, pero igual de placentera, que incorpora contenidos no tan
defensivos. O algo así como permitirse estar mal (o no dar una imagen
positiva todo el tiempo).
Ya que es probable con esta posición, que uno/a tenga un buen
desenvolvimiento social y el éxito asegurado cuando de chispa se trata. Pero
esta potencia creativa y vital (propia de los signos de fuego), muchas veces
no permite plantear descanso, tristezas y emocionalidad más tranquila.
Todo esto debido a sentir la obligación social de entretener, que, si se
lleva a un nivel exigencia tal, incluso podría dar períodos en la vida en los
que no le apetezca la compañía (at all), y necesite de retiros de lo social, por
no poder sostener ese tipo de “autotiranía de la felicidad”.
Con el tiempo la vida irá apuntando en dirección de creatividades
compartidas, no tanto reivindicativas. Y de este modo se liberará un Ego que
permita la convivencia dulce, recolocándose en las relaciones a manera de
“leona defensora de las crías”.
La creatividad individual está conectada con el interior y revela el talento
del liderazgo por influencia. No liderazgo por hacer lo que toca o ser más
competente (de esto ya se decepcionó, y decepcionó a otres), sino por
posibilitar el desparpajo liberador, el empoderamiento centrante, y la alegría
sanadora para ambos lados, en las relaciones con sus seres queridos y consigo
misma/o.
Esto solo puede hacerse, si la salida al mundo tal como lo conocemos, sea
respetando nuestras necesidades, y conectadas con nuestro radiante y
resonante templo interior.
Y el talento para el drama del/a nativo/a, saca los mejores frutos y puede
re-vivir en un trabajo artístico, la profundidad de su escena simbólica interna.
O sea, hace de su herida obras artísticas o “aportes centradores” para la otra
persona.
Y a veces lo hace casi sin hablar, con la sola presencia. Sin la intención de
generar modelos sino de reír sin más.
Talento para la actuación, el arte y activar escenas interpersonales de
pasiones a su alrededor, serán el premio al triunfo Lunarleonino.
Pero, esta conexión amable con lo social, sólo podrá darse cuando se esté
conectada/o con su ser más íntimo que con despreocupación propia de los
signos de fuego, vaya por la vida con la intuición del corazón por delante,
haciendo honor a la Diosa Leoparda.
6
Virgo
Fuega
Luna en Virgo
La Inteligencia del foco o de cómo utilizar la energía sexual
orientadamente
Sagrada y humana
La temática de las Lunas es una que pareciera nos conectan con una parte,
infantil, enfadada, herida, orgullosamente hiriente. Son las pataletas,
berrinches y verdades que una/o tiene que estar preparada/o para asumir, vivir
y luego continuar.
Allí es donde la Luna en Virgo, demasiado metódica para afrontar el
interior, ha de hacer un trabajo de nutrición. Y un poco acartonada hay que
decir.
Me refiero a integrar contenidos de subjetividad propia y de les otres,
empatía con el error, sentido de la humanidad, comunicación interpersonal
clara y sobre todo el sentido de la receptividad. Y el manejo de lo que
pareciera ser irracional o trasracional.
En las imágenes arquetipales pre patriarcales, esta energía estaba
relacionada con ninfas de la sexualidad que sabían cómo mover energía.
Estas ciudadanas que tenían un estatus importante en la antigua Hélade y
Roma, realizaban desde niñas un entrenamiento en el uso de la energía
sexual, que según se dice es toda la energía que tenemos.
Algo relacionado con el sofisticado manejo energético que hace el tantra o
disciplinas energéticas del estilo. Esto es, relacionando la fuerza sexual
creativa, no tanto de manera extrovertida (el orgasmo) sino con fines
introvertidos o sagrados.
Sin embargo, hubo un momento, que este antiguo conocimiento de la mujer
del orden de lo mágico, comenzó a resignificarse como impuro, y los
problemas de represión (o sublimación sexual) comenzaron a teñir este signo
el que comenzó a tener una cualidad más deshumanizada (o
desmamiferizada).
Pero comencemos por el principio.
Mamá virginiana
La mamá de la Luna en Virgo necesita para su propio orden interno mucha
higiene, sistema, rutina y repetición. Fomenta una respuesta que requiere de
“híper-madurez” de parte del niño o de la niña.
Como consecuencia y atendiendo a esto, la criatura crece con la sensación
de que toca “hacer las cosas bien”, en detalle y con un sentido profundo de la
sumisión y la adaptabilidad. Esa es la coordenada del afecto.
Entendido está, que soy un poco exagerada al respecto del manejo de la
disciplina en la infancia. O, ¿será que apunto “realistamente” hacia el
patriarcado y el modo tan jerárquico de desarrollar la maternidad que nos ha
legado? Anyway...
Lo que es no atender a las necesidades emocionales propias del o de la
pequeña. Con el vuelco que tiene el o la niña a la mamá, y por el estilo
exigente de esta Luna, no le queda resto para sí misma.
Está claro que todo mundo en el “reino mamífero” debe aprender a realizar
los procesos emocionales adecuadamente y mejor con ayuda.
Pero es plausible, en el destino de esta “luneta” (es más la temática de la
Luna en Capri, pero andan por allí…), tener que hacerlo un poco de adulta y
sin muchos recursos, debido a que la represión de lo instintivo (pataletas,
berrinches, egoísmos), no permite identificar claramente la cuestión ni hablar
con propiedad de ella.
Es decir, represión que no permite explicar o contactar con eso
reprimido.
Además, una vez en la adultez, es probable que los temas emocionales que
se intenten hablar, suenan a crítica o reclamos. De los otros para sí y de sí
para los otros. No cabe ni un alfiler.
Por esto mismo, con respecto al pasado como tal, es probable que se
transforme en una masa amorfa de información porque no recuerde nada. Al
no hablar de ello, no le dará voz ni coherencia. Y claro que no podrá pedir
algo que no sabe cuales son sus condiciones básicas. Ni cabe la respiración.
Y, agrego información y para ir adelantando, la gran autoexigencia que
permitió la acumulación del conocimiento (técnico presumiblemente), de
esta configuración natal, muchas veces es sustitutiva del amor que no se
gozó en la infancia.
En otras palabras, cuando se sienta herida, la reacción mecánica estará en
validar su autoridad en lo técnico o en la excelencia de algún tipo, más que
reconocer errores si se necesita.
la autoridad materna,
las normas sociales,
la presencia de un dios.
Hay en la hipocondría, vestigios de estas raíces de poca “seguridad
emocional de la buena”, lo que se sufrió en la infancia. Esta seguridad que se
siente cuando se es respetado/a en sus necesidades específicas, y validado/a
en sus propios términos.
Cuando se enferma es el único momento en que se ve con derecho a
relajarse, pedir, desestabilizarse.
El comportamiento obsesivo compulsivo (en los diferentes niveles) está
mostrando que la base de seguridad necesaria para esta persona, no ha sido
completada, y que hay un reclamo que está haciendo, sin poder expresarlo
con palabras.
Sesgo de género
Aclaro que como en otras posiciones de la Luna, el género y el cómo somos
educadas con esos condicionamientos sexuales, tiene mucho que ver.
Es probable que los varones tengan poca capacidad en escuchar las críticas
por lo que se llama la “culpa narcisista”, que en pocas y simples palabras
tiene que ver con una sobre-preocupación por “verse perfecto o no” ante la
mirada ajena, que escuchar al otro sinceramente. A las mujeres también nos
pasa.
Las mujeres tienen la conducta evasiva de cerrarse en su interior y tomar
una actitud de silencio castigante. A los hombres también les sucede.
El tema de las mujeres que somos más educadas para aceptar los
comandos y recibir críticas, es probable que lo hagamos, aunque inspiradas
por la misma culpa. Es decir, que como se mueve de manera demasiado
automática y no selectiva con quién permite que la critique, hace que el
mecanismo no sea demasiado sustentable.
Esta posición lunar es muy estresada.
La hiper atención a la “mirada ajena” que se busca como aprobatoria (o
muchas veces se busca como desaprobatoria para auto-re-victimizarse),
depositando la responsabilidad de la “vigilancia materna” en el otro, nos lleva
a la escena imaginaria de la infancia que está por debajo. Esta psicomitología
interna está movilizando las relaciones y el destino. Descubrir esa
fascinación hiriente con el control (lo que tiene asociado al amor) es una
gran pista de autoconocimiento.
De una manera u otra, es la “recuperación del control interior”, lo que
justamente permitirá soltar el control maniático y excesivo sobre sí y las
relaciones.
Acabarán haciéndolo. Pero se encuentra yendo a la esencia, más que a la
forma compulsiva y vana.
Y esa esencia en Virgo está en ese estado de concentración interna dirigida y
sagrada, similar a una luz encendida de una vela bien recta, dejando arder la
llama, una que nunca se extingue, pero no chisporrotea.
Seleccionar apropiadamente
Esta es una capacidad a adquirir para cualquier de las posiciones, ya que la
Luna remonta a un aprendizaje hecho en un momento que la escasa madurez,
no permitía ver con claridad el amor que corresponde y el que no.
Digamos que, hilando fino todas las mamás son medianamente buenas, pero,
el concepto de las “maternidades patriarcalizadas” que estoy desarrollando en
este libro, puede ayudarnos a comprender esta “pena de la humanidad”, que
hace que tomemos el amor como un paquete. Con respecto al amor selectivo,
les niñes no pueden hacerlo, les adultes sí.
Y esto se debe a responder a un bajo sentido del auto sostén (niñe). Pero es
cosa diferente en les adultes virginianes, ya que en elles es una apreciación
antigua, ya que son Lunas, que, de desarrollarlo, tienen un sentido de la
interioridad muy suyo y definido.
Mammalibra
(Este ejemplo está inspirado en historias contadas por Carlos González).
La mamá de la Luna en Libra valora mucho las formas sociales, y, en
consecuencia, el hijo o hija se convierte en fiel reflejo de esto.
Está jugando con sus juguetes preferidos en el parque (lo análogo, el adulto
como el móvil o la Tablet), un niño que le saca un metro de altura se los
quita, generando en primera instancia aprehensión a la criatura (igual que si
te quitaran la llave del coche en un lugar público). La mamá, muy libriana,
reacciona según las reglas sociales: prestando adecuadamente los juguetes de
su cría porque “hay que compartir” sus pocas pertenencias (le niñes no tienen
muchas, dice Carlos González).
O sea que, cuando debería cuidar, lo que hace es atender fuera. Y cuando
tocaría acoger un enfado o cualquier emoción que esa invasión del niño del
parque le provoque, lo sublima.
Ese es el entrenamiento. La mamá le prepara para la corrección política.
La niña o el niño parece un pequeño/a sonriente, fino/a, encantador/a y con
una gran sensibilidad para responder a lo que el o la otra necesita. Cosa
que es probable que provoque admiración en su entorno. Las Lunas en Libra
son tan gráciles que fascinan.
Pero esta “máscara social gratificante” formateada a los deseos de la madre
(o del otre), cubre la poca satisfacción de los deseos propios que quizás
acaban olvidándose con el tiempo. Y este “olvido de sí” y negarse los propios
deseos hasta desconocerlos, genera una especie de nerviosidad continua, y
una urgencia a “estar por el otro” que acaba a largo plazo, por destruir
aquello que más anhela, lo compartido.
Este deseo, que también es auténtico, de mantener relaciones de pareja o
amistosas, armónicas, dulces y recíprocas, deriva en que, por mantener una
antipatía por lo interno que funda las relaciones, acaba por malograrlas
por sobreprotección al otro. Y esto hace que tenga que quitarse de las
relaciones luego de “dos años de aguantarse”.
Este deseo que sale retardado (y eventualmente violento por retención
indebida) y la violencia pasiva, son muchas veces la manera que tiene de
expresar lo propio.
Segura estoy, que podrá descubrir ese talento de compartir, una vez que
haya regulado la consideración de las dos partes en sus acuerdos. Es decir,
atención a lo propio no desvinculado de lo del otro, pero no por represión o
sublimación de sus deseos, sino por desarrollar verdadero sentido de lo
relacional.
Como decía, este es su talento y aparecerá cuando se haya hecho la
compensación correspondiente.
¿De dónde viene esa urgencia en compartir? De la urgencia por mostrar
lealtad hacia el ser queride. Conmovedor y triste al mismo tiempo.
La diosa de lo sexoafectivo
En síntesis, esta complacencia tiene que ver con un talento nato que libre de
expectativas, es una energía sobrecogedora.
Talento para la diplomacia, para las actividades terapéuticas porque conoce
las necesidades del otro al dedillo, o cualquier tipo de acompañamiento como
la seducción, y hasta la propensión al matrimonio.
Y todo esto se logra si se comienzan a expresar los deseos, que darían pistas
reales para la pareja de que algo no va bien (de ser el caso), antes de irse con
todo y el gato, cerrando una relación de años en dos días.
Talentos... talentos….
Si se sanan pendientes... pendientes…
¡Ojo! No estoy diciendo que esta configuración debería dejar de ser amable
con el entorno; hay algo muy afín al servicio y la seducción que es muy de
esta Luna, y la hace muy poderosa.
Y acentúo, Libra es una habilidad del orden femenino, ya que la rige la
diosa Venus o Afrodita (esta segunda es prepatriarcal). Habilidad de “hacer
crecer” las cosas a través de su belleza, y de provocar encanto al pasar.
Divinidad que era canal al mundo paralelo del éxtasis, como la máxima
sacerdotisa de la Diosa madre.
¿Te imaginas ser representante de la antigua diosa de la belleza? Pues eso.
Cuestión de practicar.
La escena temida
Hay una fantasía doliente, sustentada a base de ese nerviosismo ante el
futuro o la adversidad antes descritos. Es la siguiente: cuando expreso las
condiciones, por haberlas reprimido tanto, acabo echando todo por tierra. Lo
que será jugarse por lo propio, a todo o nada.
Primero, el proceso tendrá que ver con “diferenciarse” porque no se puede
negociar con claridad si pertenece a la otra persona; y en segunda
instancia, reconocer que se está co creando la escena dolorosa. Es el modo de
hacerse responsable del destino compartido.
La fase de empoderamiento y discriminación sirve para comenzar. Luego
camino al reencuentro, aceitar un mecanismo oxidado, que se frenó allá en la
infancia (o quizás más allá), y recuperar esa bondad.
Se ha de aclarar, que a esas mujeres (de la escena mitológica de la esposa
por supervivencia, le han quedado dos opciones:
Afrodita
La diosa del Amor también representa el ansia humana de fusión con la
deidad en la que se percibe como un todo inmanente. A través de la unión
sexual la pareja experimenta una disolución de fronteras y esa experiencia
posibilita la fusión con lo sagrado encarnado en ellos, durante el acto
sexual. Los antiguos indígenas también vivenciaron esta fusión con la deidad
durante estados de conexión y comunión sexual. Lo sexual remite a la fusión
primigenia con el útero de la creadora, cuando se confirma una unidad que
disuelve temporalmente la polaridad.
“Deirdre, la diosa del amor”, de Analía Bernardo.
La Diosa prepatriarcal Afrodita ha pervivido desde la antigüedad. Venus es
su sucesora. Es una de las tantas diosas como Innana (Sumeria), Cibeles
(Anatolia), Ishtar (Babilonia), Aserah (Palestina) Astarté (Fenicia).
El caldero fue representante de este vientre que absorbe la energía viril y la
devuelve potenciando a su amante.
Esta religiosidad agrícola femenina de la vieja Europa, ya concebía que las
relaciones sexuales estaban hechas para la transformación de los
amantes. Y la mujer era la iniciadora que llevaba al otro mundo. Como una
bruja que abre puertas. Afrodita era esta diosa.
La potencia de esta divinidad del placer y del amor, funcionaba como un
tipo de inteligencia solar. Así como se cree que el sol o los dioses solares son
masculinos, hubo muchas diosas solares en la antigüedad. Las mujeres
desarrollan habilidades solares para potenciar sus intuiciones lunares y
potenciar que el hombre vaya a conquistarla.
Por esto Afrodita es el poder de despertar los deseos y fuerza solar del otre.
Es la potencia del placer, la danza del éxtasis, la alegría y la sexualidad
manifiesta. Tenía que ser una deidad.
Afrodita es la madre de las Amazonas, la tribu aborigen de guerreras y
sacerdotisas. Con la reforma mitopatriarcal, tanto el poder de Afrodita como
de Ares fueron usados como patrones de guerra, y el amor y el deseo se
transfiguran. Algo del orden de lo orgánico (la unión sagrada de los amantes),
se convirtió en cuestión de conquista, dominio y guerra.
Las diosas del amor, que estamos retomando como soberanas, son madres
vírgenes (viven su sexualidad de manera libre y sin apegos). Su/s amante/s
son “compañeros sagrados” más que esposos. Analía Bernardo dice: “La
diosa del amor es fertilizadora, profetiza y sanadora, debido al conocimiento
elevado que contienen y comunican, haciendo de la mujer un chamán y de la
sacerdotisa orgiástica su canal místico”.
O sea que la diosa del amor expresaba esta autonomía de la mujer. En
muchas culturas ancestrales existía el divorcio con el simple acto de ir al
templo a expresarlo. Pero con el abandono del principio femenino y su
repercusión social y autoridad mística, la sensualidad femenina fue
degradada a seguir patrones como: agradar estéticamente a los varones
para conseguir mejor marido por cuestiones de supervivencia, valorarse
según sus términos y dejarse invadir o conquistar con un deseo casi nulo.
La competencia entre mujeres como rasgo natural entre las féminas fue
instituido en esta instancia histórica también.
Es decir, que se le quitó la dimensión sagrada, la autonomía y se la degradó
a tener un poder menor. Todo lo relativo a lo femenino, hoy en día es
considerado superficial, como la estética, la vulnerabilidad y lo sensual.
Virginie Despentes, la feminista que filmó una película autobiográfica sobre
una violación, cuenta la historia de que cuando iba a la tele, con la actriz
protagonista que era una bella actriz porno, los entrevistadores se veían
incomodados por su belleza, y la ninguneaban al sentir tu gran poder de
seducción. Hay algo profundamente misógino en la sociedad que no nos
permite ni siquiera disfrutar.
Luego de la caída de las diosas, en vez de ser representante de esta energía
sexual que se expande y retroalimenta, la Diosa de la belleza, pasó a ser diosa
de los convenios maritales (o puta). Así la instrucción a las mujeres ya se vio
implementada.
En las sociedades pre patriarcales el rol de la mujer había sido de lideresa.
Existía un rol cívico que daba coherencia a esta capacidad de “generar en
otros” la inspiración sexo afectiva. Es así como las creencias contaban de ese
status de la mujer, y del valor regenerativo del principio femenino del placer.
A esas mujeres ahora las llamamos putas.
También hay una segunda versión (que depende un poco del resto de la carta
si tiende a lo activo o a lo receptivo), que versaría así:
Me atrae alguien que elijo primero. No me ha elegido y cuando expreso mi
deseo, como no sé cómo manejar el “arquetipo de la conquistadora”, mi
deseo comienza a ser tiránico, y en vez de conquistar lo que hago es invadir.
Esto, que en un hombre está más que validado porque está generalizado, creó
a las mujeres simplemente por ser más sensibles al otro, no nos lo permitimos
a largo plazo.
Es curioso que una sociedad juzgue a una mujer pesada o bruja que toma la
iniciativa, cuando, en el caso de ser un hombre, es casi una condición normal.
Entonces, estas dos versiones, tienen el sentido de la “apropiación del deseo
femenino”.
La primera ha de aprender a defenderse para ser receptiva que no es lo
mismo que dejarse invadir. La otra ha de fomentar la paciencia de abrirse a la
respuesta, luego de haber liderado o ser la primera que llama hace o propone.
Pero ambas versiones de lo libriano han de retomar la soberanía del deseo.
Entonces, en esta escena de la “conquista de la doncella”, se está relatando
mucho de la idiosincrasia patriarcal.
Y en lo que a lo terapéutico respecta, comienza por poner el tiempo, las
fronteras correctas, detectando la presencia del “enemigo” o sentirse invadida
cuando se tercie. O una vez que el deseo se asume, y se lo explicita, esperarse
porque las condiciones todavía no están estabilizadas en pos del equilibrio.
El matrimonio en la historia
Quiero decir, la “historia del matrimonio”, comienza como un rapto de un
marido a su futura esposa en manos éste y de la tribu ajena (todavía en ciertas
culturas este rapto se escenifica en la ceremonia de bodas). Hay una invasión
explícita al interior del clan de la mujer. El patriarcado impuso como
referencia cultos que son ejemplificadores.
El dato de color es que el novio va con sus amigos al rapto. O sea que está
habilitada (como de muchas otras maneras), la violación en grupo.
Por esto la recuperación del deseo (que no lo use el otro) es un territorio en
sombras que se han de reconquistar, para no solo inspirar (como una musa),
sino ejecutar y recuperar cierto sentido del liderazgo de la seducción y las
relaciones.
Lo que quiero subrayar es que hay algo en Libra relacionado con esta
instauración artificiosa del arquetipo de la esposa, como rol social que la
ubica como objeto de compañía más que como sujeto social.
La manera de cómo nos hemos conducido con respecto al matrimonio y
todo lo que pensamos sobre ello ha de ser revisado y desglosado por esta
Luna. Sea hombre o mujer, ya que puede estar reeditando los temas afectivos
del presente de la nativa o nativo, la manera de acompañar de su propia
madre u otras mujeres del linaje.
Hemos comentado también eventos sobre la historia de cómo el deseo
femenino ha sido manipulado socialmente, para frenarlo, en tácticas y
estrategias que en la época de la instauración del patriarcado se evidenció en
un cambio de culto lunares a los solares, poniendo a las mujeres a disposición
de los hombres y transformando a las diosas del orden agrícola, en esposas
acompañantes.
Prostitutas sagradas
La diosa Afrodita y sus sacerdotisas eran ninfas sexuales que sabían cómo
provocar el éxtasis y que adoraban a las diosas Luna y Venus, representantes
de la energía sexual creativa de receptividad.
Pero entonces, la sexualidad era sagrada; la prostitución, un sacerdocio; y
ser mujer, un privilegio.
Tiempo después comenzaron a reprimir el cuerpo femenino, recortarle del
placer hasta eliminarlo de todo ritual. Los ciclos del placer, fueron ocultados,
y la mujer demonizada, así también todo lo que tenía que ver con ella, como
la sangre menstrual o el amamantamiento.
En este contexto nos ubicamos, para ver el origen de nuestro deseo
femenino actual y cómo ese “comienzo” represor está en el fondo de nuestro
gen. La pulsión del disfrute y del deseo está muy condicionada.
Luego, en los 70, con la liberación sexual y las corrientes emancipatorias, la
mujer pudo destapar el deseo. Y cuando las mujeres persiguieron
eufóricamente en masa a los Beatles, el deseo de la mujer tuvo una
redefinición.
Entonces, en la actualidad hay una suma de manipulaciones sociales sobre
lo que es correcto o no desear como mujer, lo que se llaman los roles
arquetípicos de género.
Ya que, tanto como si te dejas invadir y luego te quedas a expensas del
deseo del otro (y que alguien te vuelva a elegir), o como que ya has hecho un
proceso para sacar tu deseo afuera, pero cuando lo expresas, te vuelves
tiránica por la inexperiencia, en ambos casos, no estás siendo tu dueña.
Lo que digo es que la recuperación del deseo es una cuestión cívico social,
que comienza por el despertar a darse cuenta de los daños que recibimos, lo
invadidas que nos dejamos y el poco empoderamiento individual.
La otredad
Y para retomar esta reflexión y yendo a esta restauración feminista de lo
vincular, ha de hackearse la pregunta revolucionaria de ¿Qué es lo que me
espero del otro?
Quiero decir que el otro (la pareja, los amigos) que yo comience a elegir, o
que ya haya elegido (y luego enseñe cómo tratarme), sepa tener un mínimo
de receptividad. Como la que yo tengo y mucha. Y así las responsabilidades
del vínculo se equilibren.
Y si la persona no acepta mis condiciones hay un punto que directamente
toca ponerlo a otra distancia del amor.
Lo que me merezco ha de ser precioso.
Si este trabajo de “lo que me merezco” no está hecho, sucederán historietas
e historietas hasta empoderarse...
El paganismo europeo
Como venía diciendo, existió una adoración a la Diosa dentro de la religión
pagana europea y en la América anterior a los grandes imperios
precolombinos, a cargo de chamanes y chamanas capaces de alterar el clima,
convertirse en animales, que eran aborteras y provocan el sueño húmedo y
prohibido por su belleza atrayente.
O sea que, estas mujeres de conocimiento utilizaban ciertas prácticas para
conducir los acontecimientos.
Las técnicas allí gestadas, que vienen de una tradición milenaria, son los
orígenes de la homeopatía, cristal terapia, fitoterapia, etc., etc. El uso de
minerales semipreciosos, plantas, flores, raíces, tinturas, símbolos, mezclas
de hierbas, sigilos y medicamentos de propia creación.
Así también como los lenguajes sagrados, y todas las mancias para hacer
reflexiones de vida y preguntas del futuro.
En Las cartas de las brujas, de Isa Donelli, hay un resumen muy simple
acerca de estas prácticas, que también tomé para inspirarme en este capítulo.
En mis propios viajes he tenido el gusto de reunirme junto a miles de
personas durante un Solsticio de verano en Stonehenge, megalito de finales
del Neolítico que en la actualidad (y para fechas claves) convoca a
practicantes del Neo-paganismo, versión moderna de aquellos cultos
ancestrales. Así también como para el Inti Raymi, en el Qosqo (Perú).
Esta corriente espiritual del norte de Europa, utiliza velas, animales, plantas
y gemas. Toca tambores para llamar a deidades, queman hierbas para hacer
limpiezas de la carga emocional o vibracional, y están en contacto con los
ciclos naturales.
Y creen que lo divino es una fuerza inmanente por entre la naturaleza que
recorre todos los reinos entre el que está el humano. Reinos en interconexión
integral e interdependiente que más modernamente llamamos Gaia. La
divinidad es una que nos atraviesa, no una que debemos alcanzar.
Apunte de lo social
Aclaro aquí, y a tiempo, que dentro del reino humano también hay una súper
interconexión, entre las diferentes clases sociales, por ejemplo, que se ha de
tener en cuenta. Ya que desapruebo firmemente la tendencia dentro del
holismo del conocimiento entendido como elitista. Esta tendencia apela a la
“pureza del ser” humano, que tiene que ver con un poco de racismo sumado a
la inclinación a un “dios de lo trascendente” que empezó a cuidar en el cielo
humano cuando apareció el cristianismo.
Todo esto sumado, puede dar un buen caldo de cultivo para pensamientos de
pureza que no vean la diversidad, que piensen que por “vibrar alto” tienes los
privilegios que tienes.
Las brujas eran mujeres de conocimiento, pero muy conectadas con lo
popular y la diversidad. No así los brujos que eran varones y estaban
asociados al poder.
La Inquisición
Las persecuciones religiosas a las brujas, las transformaron de figuras
benéficas con el poder de hacer el bien al pueblo, emisarias de una tradición
oral antiquísima (desde el paleolítico superior hasta la Inquisición), a
portadoras del mal. De mujeres de conocimiento a herejes. De sagradas a
promiscuas.
Esta cruenta matanza por género que significó la Inquisición, contribuyó a la
estigmatización de lo diabólico en la mujer.
Como dice la feminista Ana de Miguel, nadie ha pedido perdón por este
genocidio. Ha habido otros en la historia, y su oportuno (aunque más no sea)
pedido de perdón. Pero nadie pidió perdón por la matanza cruenta, las
torturas sangrientas, las confesiones basadas en el dolor que le propinaban a
estas mujeres las máquinas de tortura. Semejante persecución por el solo
hecho de ser mujer.
Los cátaros
Todo parecía ser un chivo expiatorio para frenar la revolución popular. El
descontento del pueblo estaba relacionado con la gran corrupción de la
Iglesia por la venta de perdones papales, que estaba muy difundida.
Los cátaros, además, se habían separado del cristianismo, y seguían el ideal
de pobreza apostólica, eran vegetarianos, condenaban la pena capital, tenían
tolerancia con otras religiones, y pensaban que la sexualidad era sagrada.
También las mujeres tenían roles sacerdotales.
Esta especie de “secta” religiosa cristiana, había ganado mucha popularidad,
y el miedo a la otredad del cristianismo (que siempre ha sido aniquilador,
inconsciente y proyectivo), demoniza todo lo que no pudo conquistar.
La acusación de Herejía, constituyó una verdadera persecución política, para
atajar a tiempo una revuelta popular.
O sea que habían intentado imponer su culto, cambiando mitos, por la
fuerza, y con diferentes estrategias, y acabó por hacer prevalecer el poder
cristiano. La superstición malevolente de la dirigencia eclesiástica “corrió la
voz” de lo maligno de esas prácticas de la religión de la vieja Europa. Esta
religión había cundido de manera estable desde 7000 a 4000 a. n. e., en
épocas de las invasiones arias (indoeuropea). Y había prevalecido de manera
solapada en los mitos de la Grecia clásica. Y se acabó por desmontar
sangrientamente en la Inquisición por el siglo 13.
El Malleus Maleficarum (Martillo de las brujas), fue escrito por Kramer,
personaje que tiempo después de escribir el libro fue condenado por la
Inquisición por obsesión sexual.
Este libro describe el peligro de las brujas con un tono de miedo
apocalíptico. Dice que sacrificaban bebés, que invocaban a catástrofes
naturales, y que hasta la misma Peste Negra era de su autoría. Habla de
canibalismos, nigromancia y que con sus danzar desnudas, desataban el deseo
de los hombres.
También hay un capítulo sobre las preguntas que se habrían de hacer para
arrancar la confesión.
Mi preferido es el de cómo reconocer a una bruja, consignas entre las que
figura por ejemplo…
El vuelo de la escoba
La danza mística con belladona, una planta sagrada medicinal para inducir
al éxtasis, era una de las prácticas de estas “ninfas de lo oculto”.
Y a veces esa danza afrodisíaca, sensual y mística (recuerden que lo sagrado
y lo profano en ese momento tenía mucha confluencia también), se hacía sin
inducir con sustancias, ya que estas curanderas vivían su sexualidad de
manera natural.
En la actualidad (y desde la década de los 70), hay una inmensidad de
danzas que inducen al éxtasis solo por el movimiento como la danza extática
de 5 ritmos. Yo dancé por unos tres años esta técnica y llegué a experimentar
esta espiritualidad y conexión a través del movimiento y el cuerpo. Cosas que
se curaban con el simple hecho de lograr esa conexión.
Como dice el libro Cartas de las brujas, de Isa Donelli, eran mujeres que…
“elaboraban filtros de amor para hacer que regresaran amantes perdidos,
garantizaban un buen parto, curaban y proporcionaban apoyo moral y
psíquico”.
Dato de color. Cuenta este libro que, en la inquisición, los Magos —que
eran consejeros del rey, muchos de ellos astrólogos—, tenían una investidura
más elitista; por lo tanto, no fueron ejecutados en la hoguera por persecución
religiosa. Allí podemos ver el aspecto social de la figura de las brujas habían
ganado influencia, pues eran representantes de la cultura popular, vivían en el
campo (la ciudad era cristiana) y junto con los cátaros (“secta” del
cristianismo”) predicaba la cooperación y el reparto equitativo de las
riquezas.
Pensadoras feministas
Por su lado, Marija Gimbutas (no he de dejar de nombrarla), es una
antropóloga y mitóloga que encontró en sus excavaciones un conjunto
homogéneo de estatuillas de una diosa antigua. Ella fue quien puso pruebas
concretas en las teorías de Harrison.
En el recomendable libro El cáliz y la espada, Riane Eisler desarrolla (y de
manera más sencilla que Gimbutas), esta cronología de las tres olas de las
invasiones indoeuropeas. Hablé sobre la “civilización de la diosa”, pre clásica
y sobre Eisler en la introducción del libro.
Pero un breve resumen puede decir que existía en la antigüedad una cultura
que actuaba con orden y organización. Es decir, que ya era civilizada, aunque
no existiera el concepto de la guerra todavía.
Este concepto de la guerra, con el que hemos asociado a la civilización, y la
muerte asociada a ella, reemplazó la cooperación intersubjetiva pre
existente.
El pueblo de las zonas conquistadas, eran pacíficos agrícolas y de culto a lo
femenino, con una profunda conexión espiritual de orden natural. Pero esa
unión intrínseca de lo privado (donde se cocinaban los ungüentos y se
hablaba con los dioses), fue degradada al mundo de lo doméstico como
nimio, dejándole a las mujeres el dominio de lo que realmente estaba oculto
al ojo social. Y los hombres se quedaron con lo mejor, que es lo público, lo
político, la potestad de cambiar las cosas, de criterio para llevar las relaciones
sociales y la ciencia cartesiana.
Esta recuperación que está haciendo el feminismo de lo público, tiene que
incorporar también el aspecto religioso de los derechos femeninos, para que
estas prácticas que se siguieron haciendo de manera solapada por años,
comiencen a aportar a la búsqueda humana.
La ecología como el uso sustentable de la naturaleza, la astrología y los
lenguajes sagrados que saben comunicar escuchar y decir, la deconstrucción
de arquetipos sociales en el interior en la práctica de la deconstrucción, son
algunas de las prácticas que están reuniendo estas dos áreas humanas.
“Saliendo del armario” con una práctica constante de la libertad de expresar
lo esotérico que hay en ti, en tus ámbitos de pertenencia para hacerlos crecer.
La figura de la bruja
Hablamos de la figura de la bruja, en dirección a comprender, la tradición de
orden matrilineal, proveniente de una sociedad igualitaria, donde las mujeres
tenían autoridad religiosa de mover los acontecimientos (cosa que quedó
oculta durante siglos por posibles persecuciones).
La liberación de esta “maldición de los hombres” hacia las mujeres, tiene
muchas facetas. El nivel que podemos comenzar a escarbar es el de dejar de
controlar la naturaleza instintiva femenina y recuperar el poder. Muchas
veces esto simplemente se hace conservando el instinto, cuando sentimos que
un hombre nos está dañando o expresando una subjetividad que se muestra
contraria a otra que anula la propia. La emancipación feminista ha de sacar
del calabozo a esta diosa encerrada, y maldecida más que maldita.
Re escribir la historia para atrás, sería hacer el acto mágico de viajar a
“nuestras vidas pasadas”, donde auto pillar la censura del instinto femenino,
primero; y de nuestro poder de lo oculto, después.
Este poder debe tener un abordaje diferente a la malicia con la que se la
malentendió, ya que nada tiene que ver con afectar maliciosamente a otros.
(Recomiendo realizar acciones de brujas con mucha ética).
Si esa intuición está comenzando a despertar, el miedo a tu interior (ya sea
hombre o mujer), puede tener que ver con que fue fuertemente prohibida,
perseguida, censurada y cruelmente arrancada de la naturaleza humana siglos
atrás. La sexualidad es uno de los aspectos que puede estar despertando.
Personalmente siento que esta consideración es la que estaba faltando.
Reflexión sumamente beneficiosa para la humanidad entera.
Entra al siguiente Qr, que Rosa Zaragoza me dio permiso para usar su “Baga biga higa” para
musicalizar mi cuento sobre brujas…”El mundo de los puntos” del podcast “Relatos de Lilith”.
8
Escorpio
La Inteligencia de la mediumnidad
Luna en Escorpio
Inteligencia bruja
Herramientas psicológicas
La mamma
La mamá de una Luna en Escorpio le propina cuidados “exagerados”, un
amor intenso y fusional, para “dar y para quitar”. Quiero decir que los
extremos en el vínculo son la moneda corriente: una entrega total y una
demanda de igual manera. “Si no mamá lo va a notar”.
No creo que “dar amor de más” sea malo, (este mundo es lo que necesita),
pero la manera de confluir en esta relación que es pertinente en la “fase de
amamantamiento” (temprana infancia), pareciera excesivo para el niño o la
niña (y para la madre), pasada esta etapa. El control materno es tenaz. Control
por “amor”. Es un control solapado, dominio psicológico. Incluso aún más
dañino que la Luna en Aries, que invade abiertamente, pero que genera una
posibilidad de defenderse.
En este caso Escorpio, al actuar desde la suposición, el doble sentido y las
adivinanzas y enigmas, se hace más inmanejable ya que la identificación del
condicionamiento materno, al estar demasiado cerca, es casi inidentificable
por lo tanto difícil de erradicar. Quiero decir, identificar la influencia materna
y el sentido de la asfixia emocional, ya en la adultez, puede ser sumamente
creativo, para dar pasos adelante en el camino de la emancipación hacia algo
más propio.
Lo que llaman la díada del vínculo (no hay nada más que dos en su
mundo), hace que la personita crezca con la sensación de que el amor es de
intensidad e invasión psíquica altas: manipulaciones, violencia pasiva y
chantaje emocional. Esto es lo cotidiano.
Hay un enlace profundo y una compenetración máxima mamá-bebé, que
influirá al resto de los vínculos en la edad adulta. Ya sea por mucho afecto o
por demasiadas tensiones solapadas. O ambas cosas a la vez.
Estas tensiones, eventualmente, se expresan, pero en la mayoría
de los casos se retienen en el interior; este se convierte en una cueva
sombría donde se encuentra todo lo más valioso para el nativo o la nativa.
El interior aparentado y sin expresar, comprimido y oculto, está
afectivizado.
Este poder de lo oculto es a pesar de su incomodidad y hasta sufrimiento
callado, una fascinación para la Luna en Escorpio. Fascinación tal, que crea
un condicionamiento en la adultez que una va observando el poder del otro
con ojos de niña/o asustada/o.
Amor y vulnerabilidad
La sobreprotección
Estas personas quizás podrían ser los hijos/as preferidas de mamá, a quién
ella atiende en demasía, a quién le mastica los bocados (como dice Eugenio
Carutti, en su libro Las Lunas. El refugio de la memoria), a quién le
consiguen los premios que el niño o la niña habría de ganarse por sí mismo/a.
A cambio le pide su voluntad e identidad.
Ella (la madre) hace requerimientos constantes en retribución a los
privilegios, por lo que ante la atención desmedida que el niño /la niña ha de
propinarle, a la criatura no le deja espacio para encontrarse y descubrirse a sí
mismo/a.
El “lacito final”
Hago una aclaración que es que esta percepción del mundo primero se ha
de auto validar, aunque su subjetividad se sienta como muy dramática.
Quiero decir que, si los seres queridos no lo validan la manera de sentir, por
un lado, es comprensible porque es intensa; pero por otro, mejor tener un
entorno que comprenda, aunque sea un poco en lenguaje de las emociones.
El trabajo de observación más sutil tiene que ver con ser capaz de ver la
secreta reivindicación a los temas de la infancia, que se trasladan y manejan
en las relaciones del presente.
Cuando puede comprenderse desde ese lugar, tanta reafirmación subjetiva
no será necesaria.
Y esto lo aclaro, porque puede ser que tenga relaciones insatisfactorias o
fracasos amorosos, por no poder ver el entramado arquetípico infantil, y
acabe “echando culpas” a otres como manera de tapar las propias
incapacidades. Una cosa no quita la otra.
Si a la larga no hace una reflexión al respecto de la propia actuación, aunque
sea inconsciente, las emociones (intensas, dramáticas, victimismos, dolidas),
puede ser forzada y muy cansina, hasta para sí misma/o. Y boicotear las
relaciones y acabar cosas que verdaderamente le importan.
Y si bien hay algo que templar, no está en el hecho de reprimir y sublimar ni
enfriar, sino en comprenderlas, hacerlas validarlas primero y después, darse
un respiro.
La intensidad que se ha de aprender a manejar y desde muy pequeñe, es
mucha, y eso genera una relativa inimputabilidad).
Explicó un poco, la astrología da herramientas para poner en rflexión la
propia vida, da pautas de las posibles situaciones de destino que la persona
vivió y manera que las puede vivir sin victimizarse.
Otra cuestión es que hasta un punto se puede hacer. Pues hay infancias
patriarcalizadas hasta tal punto que pueden provocar dolores y heridas muy
grandes al vivirlas de manera temprana. Todo esto hace que el nivel del
trauma pasa el nivel en el que puede actuar la resiliencia.
Por lo tanto, si la intensidad de la vivencia es muy grande, la resiliencia del
sistema no será posible.
Me refiero a esta Luna en particular y todas las configuraciones, para que
nuestro súper poderosismo terapéutico (el que tiene la creencia que todo se
puede cambiar) comprenda, que no todo tiene solución y si la tienen, no es
ese pensamiento de control el que llevará a cabo la tarea, sino rendirse,
ablandarse, dejarse atravesar por los cambios, más que resistirse y sobrevivir.
Establecer contacto
La conexión con el más allá es, en realidad, una decisión de conectarse con
lo oculto, seres que están en otro plano y que muchas veces nos hacen señales
claras moviendo cosas, trayéndonos olores, colores, afectan nuestro ánimo o
incluso hasta a través de sonidos y palabras.
Recomiendo mucho tomar esta decisión de darle lugar a uno de los dones
femeninos que es el de “establecer contacto” y ser canal para recibir mensajes
del plano de las personas ya fallecidas.
Muchas veces este contacto es lo único que nos queda cuando no pueden ser
solventadas las heridas que estuvieron en el linaje por muchas generaciones.
La explicación lineal de las emociones sentidas no tiene raíz en la propia
biografía.
Par ello se ha de estar preparada/o, y poner límites a este afuera y no estar
totalmente disponible al estilo Luna en Escorpio súper entregada.
Es decir, que la práctica de poner límite en las relaciones, sirve para que en
la contemplación del mundo de los muertos (as) pueda sentirse la seguridad,
de que, si se contacta con un espíritu dañino o enfadado, no lo dejaré entrar si
no quiero. Pide siempre protección.
La gestión emocional apropiada y la gestión de las relaciones, que ya hayas
hecho, puede entonces dar unas herramientas concretas adecuadas para saber
cuándo dejar manifestar un espíritu, elegir si escuchar o no, o buscar el
momento apropiado para verlo, en caso de hacer servir el don.
No te vas a volver loca por lo que te revele, incluso si es uno no muy bueno.
Elles están hablando todo el tiempo…
Medea
En la mitología, la gran bruja es Medea, autora de una de la peor de las
atrocidades posibles para una persona y madre. Mata a sus hijos para
vengarse de la infidelidad de su esposo. Lo que hoy en día se llama violencia
vicaria, y que no se da en casos de mujeres sino de hombres vengativos.
La única de las tragedias griegas que tiene a una mujer como heroína, la
retrata como una bárbara parricida.
Y con otra de las patrio-fábulas, que da pautas instructivas (¿constructivas?)
de lo “sospechoso de la inteligencia femenina” y queda implementada la
supremacía masculina y su superioridad ante el bárbaro. Medea proviene de
Asia, al igual que Dionisos, un Dios representante del éxtasis, o, en otros
términos, representante de lo irracional.
La historia se resumiría en que es Jasón, el esposo, quien engaña a Medea.
Luego ella mata a sus hijos por venganza y luego aquel justifica sus actos
desde el sofismo de manera un tanto cobarde.
Esta tragedia trata sobre la venganza y pone a la mujer en el mismo sitio de
la otredad bárbara, carga sobre ella una duda moral de manera
generalizante.
La historia intenta conmocionar profundamente, enseñando los diferentes
valores que presentaban las dos culturas. A la vez, el temor a la naturaleza
oculta de la mujer. Haciendo la analogía femenino-masculino con bárbaro-
occidental (en el sentido de lo civilizado).
Pero más allá de la moralina, la historia deja ver ciertas costumbres antiguas
que no pudieron ocultarse.
La mitología griega clásica, pretende ser una descripción de las nuevas
relaciones de convivencia entre los hombres y con los dioses, pero en la
historia se pueden distinguir los rasgos antiguos de los modernos.
En un momento Medea invoca a la Diosa Hécate (que es afín a Artemisa
Diosa, cazadora de la Luna, y las hierbas y los bosques), que preside la magia
y los hechizos.
Artemisa es hija de la antigua diosa Deméter (lo que conocemos como
Gaia), diosa de la naturaleza que es más afín al periodo anterior. La cazadora
Artemis es hija del culto lunar asiático, el que con una pretensión
desinformadora se decía que hacían sacrificios humanos.
Esta es una de las historias que dejan ver como el principio afrodisíaco (del
placer) tiene una relación (que no se puede combinar, al menos para la
mujer), con el principio del matrimonio, en el paso a la patrilinealidad. Más
fácil: el placer y el convencimiento matrimonial no están enlazados.
Medea es una figura que relata esta transición de una vida jurídica regida
por el principio de la ginecocracia (gobierno de las mujeres, en el que ella era
una sabia), a una fase “superadora civilizatoria”.
La crueldad con la que se narra el filicidio, abre la grieta entre buenos y
malos fundando la vida de la ciudad de Atenas.
Por otro lado, la ley de las Erinias, que eran representantes de la ley
materna, sanguinarias, o al menos así era juzgada a los “ojos clásicos”, fue
subordinada bajo otra ley considerada más pura o más luminosa. Aquellas
eran representantes de la venganza, la sangre y los sacrificios humanos, y se
convirtieron en versiones un poco más edulcoradas.
Lo que parece curioso, es que, en este retrato, la cultura ancestral sea
defenestrada y caracterizada de bárbara, y que en los mitos de instauración
que llevaban agresión a las mujeres (violaciones e infidelidades incluidas), no
fueran consideradas con la misma vara civilizatoria.
Es decir, hubo un enfrentamiento entre dos grupos míticos.
Por un lado, uno que encarna el derecho natural y contacto con la tierra, que
se sumerge en las raíces prehistóricas y que da cuenta de una antigua Diosa; y
que, se podría decir, es representante de una civilización perdida. La cultura
de la meseta fértil con la Naturaleza como gran principio regulador de lo
humano.
Y, por otro lado, una cultura que provenía de un grupo cazador recolector, e
introdujo la Guerra con su tecnología de metales, la escritura y el uso del
caballo.
Los pueblos de la antigua sociedad europea y latinoamericana, tenían una
conexión con lo cíclico muy profunda. La llegada del invierno ya presagiaba
la esperanzadora primavera por venir, y la fuerza del verano predecía ya su
progresivo decrecimiento. Este concepto de la ciclicidad era un concepto de
estabilidad y movimiento al mismo tiempo, y nos deja ver lo visionarias que
eran las tribus del antepasado humano.
Aquella primera, consideraba a la muerte como una fase propia de las
estaciones, o sea que en vez de muerte podría llamarse regeneración cíclica.
Y la segunda, a partir de que la muerte comenzó a estar asociada a la batalla,
podría decirse que “ya no esperan ningún renacimiento”.
La fuerza de la vulnerabilidad
De una manera u otra no dejes que el espíritu de lo razonable nuble tus
intuiciones. Tampoco adscribo a una tendencia diabólica. La asociación con
el mal y las obsesiones que puede llegar a tocar esta Luna. Ni a ponerse
excusas por no ver la incompatibilidad con cierta persona. O excusas para no
ver lo malo propio.
En el caso de esta configuración, recomiendo la moderación de incluir el
amor y la vulnerabilidad, que tanta raíz pueden dar. Raíz fundamental
cuando una tiene un manejo de lo oscuro, desde ver las segundas intenciones
de tu pareja, hasta ver la presencia de espíritus como fantasmas.
La razón sirve para dar luz y acompañar con una “vela vestal en la mano” y
con un caldero de alquimia en la otra, cuando una/o abre esas puertas del
submundo emocional. Y aprender el ejercicio de comenzar a soltarlas cuando
las figuras comienzan a deformarse y desaparecer.
La historia de Perséfone, la fase de la diosa oscura cíclica, puede hablarnos
de esa transformación que no tiene que ver con aberraciones ni guerra, sino
con una concepción interactuante entre los vivos y los muertos.
Esta posición lunar ya tiene esa profundidad para la deconstrucción. Y el tip
más potente tiene que ver con la vulnerabilidad que se ha de aprender a
considerarla un poder.
Desarrollo psicológico
Niñes del fuego
Les niñes de fuego pareciera que tienen más personalidad que les otres,
incluso una libertad que escapa a los designios de los padres, y pareciera que
se libera de los yugos más fácilmente. Hay algo en la cualidad de esta Luna
que es expansiva, independiente, expresiva como todas las del elemento
Fuego. Arengadora. Popular, alegre entre la tribu.
Pero en realidad, la mayoría de las veces esa actitud positiva corresponde a
la “falsa personalidad” o la manera de resolver el “campo minado de la
infancia”.
No quiero decir que tener un ánimo positivo esté mal, sino que hay una parte
de este positivismo o actitud de superación que intenta defenderse de
monstruos que no son tales.
Esa discriminación hay que hacerla ya de adulte. Discriminación entre la
parte reactiva del trauma (que sigue herida y lo niega) y la verdadera
resiliencia. Esta última sí que es superadora.
La diferencia entre una que es fuertota y un tanto negadora, y la otra que no
niega, sino que ve el dolor y lo atraviesa, es la empatía con lo propio.
Una consultante que tenía fatiga crónica, había resuelto con un sentido de la
superación muy grande, los daños de la infancia. Entonces esa impronta de
“ante el maltrato de la vida me sobrepongo”, le daba mucha fuerza para salir
adelante, y a la vez, un cansancio profundo, por no respetar a tiempo el
descanso. La Luna corresponde en este caso a las ideologías (o propio sentido
de la verdad) compensatoria de un trauma infantil. Lo que, si no se actualiza
o revisa apropiadamente, comienza a ser defensiva y muy doliente por
mecánica. Por lo tanto, deja de defender porque se han de actualizar las
necesidades, la fuerza que ya se tiene y los monstruos que ya son otros.
La persona (de cualquier posición lunar) que no se sienta identificada con
este tipo de desoimiento, que tire la primera piedra.
La Luna en Sagitario creo que es generalizada.
Por otro lado, no quiero dejar de decir que ser afirmado/a por el discurso
materno, permite movilidad, expansión y sentido de vida de la niñez en
adelante. Las personas que han tenido esta versión de mamis sagitarianas, que
se desprendieron de la instrucción patriarcal, poseen un gran regalo.
Y aclaro que muchas personas en todas las épocas han tenido esta versión de
mamás, en todas las Lunas. Se ha de decir.
Convengamos que tener “buenas palabras” de acompañamiento en la base
de la vida, no es lo mismo que no tenerlas. La cantidad de energía y vitalidad
de esta Luna es muchísima.
Sería una narración con recuerdos alegres con mamá, viajes, ventanas
grandes en la casa, una familia donde se hablaba de filosofía, política o ideas,
incluso debates y contiendas.
Eso es justamente lo que caracteriza a esta configuración casi en todas las
versiones. Y sigo, la primera infancia estará marcada por este intercambio de
conocimiento. Una ideología radical quizás “oposicional” a la mamá, para la
adolescencia (a los 12 años se hace el primer retorno de Júpiter que es el
regente de Sagitario).
Para, eventualmente, hacer integraciones con posterioridad. Hay una energía
muy superadora, integrativa y sanadora en esta posición y todas las cartas
natales poseen esta energía en cantidad.
Y como todas las Lunas, está destinada a confluir en amor con el origen.
Pues sí. ¿Cómo?
Primero siendo representante de su propio clan en lo que toca. Un tipo de
clímax y logro de la familia, obra en uno/a.
Y, a la vez, toca dar un paso hacia otra dirección, una nueva, como aporte
personal al linaje. Hacia allí se ha de caminar sola/o.
En esta posición sagitariana sería soltar determinadas ideas de este clan que
obviamente ya no son para uno/a por dogmáticas o poco flexibles, y apurar
creatividad ideológica como continuación y superador de lo tradicional.
Por ejemplo, Luciano era de izquierdas, trabajaba en los servicios sociales y
estaba en una contienda abierta en la familia, con su madre que era cristiana y
de derechas. Un ejemplo típico. Un día charlando con ella pudo reconocer
cómo en un punto eran muy distintos, pero en otro, identificó que le habían
calado profundamente durante la infancia las palabras del dogma de su madre
de “ayudar a los más desfavorecidos”.
Entonces, en lo que no se parecía a la familia, pasó a ser su propio aporte
ideológico, un poco más flexible y empático, hacia allí caminaba solo y se
tenía que hacer entender. Pero por otro lado él representaba fielmente a una
familia que hacía de la ideología una cuestión afectiva, y de pertenencia.
Pero una pertenencia que era más energética y de cualidad vibracional, que
de posicionamiento.
O sea que puede ser que la familia esté del otro lado en el debate, pero tenga
el mismo ánimo polémico, enfático, vehemente y un tanto dogmático. Una
familia atravesada por la política, las religiones o alguna temática que
engloba el sentido de verdad o justicia.
Biodinamismo cíclico
Hay una dinámica oscilante entre la expansión-descanso que tienen que
regularse a través de incorporar esta fase decreciente que no ha sido muy
valorada por la familia.
La persona al toparse cíclicamente con ella, para aprender a detectar y ver
qué hacer, pasa rapidísimo cuando la fase decreciente se presenta, hasta que
una llamada de atención del destino haga que no lo pueda obviar.
Por ejemplo, un amigo le dice que algo no se puede, y él/ella, con ese
sentido de superación que tiene, muestra que puede con todo y va a hacer
aquello que parece imposible para otres. Quizás también se lo dice a la madre
y a la pareja. Una y otra vez se sigue afianzando en esa vitalidad, incluso
cuando no es necesario.
De este modo la fase expansiva se le da muy bien, pero a la que sigue y
equilibra (decreciente dije), la pasa por alto. Por esto no será muy buena
ahorrando, esperándose cuando toca y aceptando lo nimio (lo cotidiano), y
muy buena cuando se ha de aventurar.
Lo que considera dolor esta persona pasa por el sentido de la restricción y la
escasez. Y como la abundancia y lo expansivo está afectivizado, pasar por
esta renovación que significa la fase decreciente, es casi imposible. Aunque
lo recomiendo como habilidad a adquirir. No para quedarse estancada en lo
agrio de la vida. Justamente esta actitud negativa devendría luego de los años
si la persona no aprende a rendirse cuando toca.
A lo que estoy apelando es a un ritmo interno natural que está atrofiado
justamente por la supremacía de la fase masculina.
El vacío de la existencia. La existencia sostenida por un dios
artificioso
Entonces, en resumen, pueden darse casos en los que la familia tenga un
enfoque político y se dé un enfrentamiento intergeneracional.
Otros, en los que el sentido de superación del niñe por agresiones de las que
es víctima, genere un sentido de la superación o un positivismo exagerado (he
visto casos de manía-depresión con esta posición Lunar). Ya que, de no
establecer un diálogo abierto con el interior, podría devenir una depresión.
Otra casuística es que toda la familia tenga una hipertrofia del sentido de la
superación, lo que es un poco cansador para esa generación.
O de lo contrario, una familia en la que el sentido de la negatividad no haga
conexión con la necesidad de idealismo de esta infancia sagitariana, lo que
hace que la persona sobreactúa su visión de lo provechoso, y de este modo
se meta en problemas por sobreestimar sus fuerzas.
De una u otra manera, el significado de esta posición radica en el modo que
esta persona se sobrepuso ante la infancia (con una madurez infantil).
Y descubrir en carne propia la incidencia de esa escena del pasado, en la
manera de relacionarse en la actualidad.
La escena infantil de desprotección podría graficarse con la imagen
siguiente: una cría viéndose cara a cara con una experiencia de Dios. Me
refiero a experiencia de Dios a ciertas escenas de daño, que por la potencia
que encierran, son unas especies de compuertas a una gran potencia creativa.
Claro que hay mejores maneras de acceder a dios, pero sigo...
La experiencia potente del trauma fue sobrellevada con cierta opinión
del mundo, principio de superación guía o enfoque político, que comienza a
convertirse en ese Dios.
O sea que la herramienta de superación se hace más importante que lo que
subyace, y acaba tapando la conexión profunda con la vida.
Y como ya habíamos hablado la vida incluye la muerte.
En la adultez la persona ya está preparada para afrontar la experiencia vital o
la experiencia divina con la vida. Puede encontrarse con lo traumático y con
el dolor, y despojarlo de los artilugios ideológicos que ocultan la verdadera
conexión.
Esto es a lo que me refiero con la aproximación al trauma, como una
oportunidad que abre los portales de la noción de divinidad.
Esa experiencia de lo divino, más allá de las ideologías que lo ocultan,
tienen que ver con la recuperación de una noción apropiada de la muerte
o el sentido del decrecimiento.
Esto lo explico porque muchas veces, la repelencia a ese vacío o
sentimientos de carencia que repele, hace que, al tirar demasiado del sentido
de la abundancia (de que todo está bien, que aquí no pasa nada, y que soy
invencible), justamente lo que genera como destino, es uno compensante,
por lo tanto, carente u obstaculizante.
Quiero decir, que hay una dependencia a lo infinito de la expansión
desproporcionada (que cualquier amigue seguro ya señaló). La abundancia
continua (o actividad continua) tiene más que ver con un deseo infantil que
debe afrontar y despedir, que con un abordaje de la vida expansiva.
Esto último es lo que realmente se ha de permitir como verdadera filosofía
amplia y contenedora.
De nuevo: dejar ir deseos infinitos infantiles y darse una especie de auto
acogimiento materno, en lo que respecta a la diosa en su fase de reposo.
Descanso a tiempo que servirá para estar más fuerte ante las injusticias de la
vida que afrontar.
Escenas de destino
Entonces, para que este acomodamiento a un enfoque más pacificador de
las injusticias de la infancia se dé, una/o ha de encontrarse “casualmente”
con personas o temas de destino, que lo aceleren.
Esto es situaciones injustas, que propicien debates ideológicos o la
expresión de la propia postura.
Este itinerario del destino tiene su raíz en cierta compulsión que puede ser
observado y “pillado” (auto pillado).
Creo que ya te está siendo obvio, que el componente emocional de los
cambios de opinión cobra mucha importancia en esta configuración.
Desarrollo psico-ideológico
Ideología versus psicología: Quirón
En innumerables casos famosos, la emoción o traumas de la infancia, y las
ideas, se entremezclan. Incluso en casos tan tristes como el de las 900
personas que se inmolaron bajo la guía de su psicópata líder religioso Jim
Jones, muy traumatizado por su padre, y que descargó en su ideología
antisistema sus padecimientos infantiles. Aquí estamos hablando de un caso
extremo, sin analizar otros factores, pero sirve para ejemplificar.
Los casos de personas traumatizadas con los robos y se vuelven hacia la
derecha racista. Otro caso lamentable. La interactividad entre las emociones
traumatizadas y la ideología no siempre construye creativamente.
Otros casos más afables son las personas con las que, el sentido de
resiliencia de dolores pasado, les hace fallar a favor de los más
desfavorecidos, empatizando de este modo con lo propio, y curándose a
través de ayudar a otres
La empatía comprensiva de los errores propios (y ajenos) siempre dice
algo a favor de lo sanador.
Algo de la regencia de Quirón en este proceso terapéutico de la Luna en
Sagitario puede comprenderse en estas ideas que estoy desarrollando.
El tema que quiero señalar es que el campo de estudio de la astrología (en su
sentido psicológico) y de una disciplina que estudie lo ideológico como la
sociología, se repelen en un punto, y en ese intersticio es que me quiero
ubicar.
Lo describo,
Por su lado la ideología…
La ideología podría pertenecer al mundo de las investigaciones
sociológicas, una amplia disciplina que explica sobre el devenir de una
existencia colectiva.
Se habla de temas como los condicionamientos sociales o la cultura de
masas, los rasgos identitarios de un país, etc.
Podría decirse que el individuo y el desarrollo de su personalidad, ha de ser
consciente del contexto socio-histórico donde la desarrolla, como un factor
sumamente condicionante. Incluso de sus inclinaciones ideológicas, políticas
y religiosas —que parecieran ser sumamente subjetivas—, tienen una raíz
social.
O sea que, por ejemplo, la “relación con Dios”, la ideología o la íntima
relación con la verdad que la persona posee, tiene una relación con una
tradición familiar, una clase social con una condición económica, y una
previa historia abiertamente contada o no, sobre los diferentes tópicos de la
vida.
La interdisciplina entonces…
Un interés personal por esta inter disciplina construye la especificidad de lo
que investigo, y es la raíz filosófica de este libro.
Había estado intuyendo que había un vacío con respecto a un estudio socio-
histórico de la disciplina. Vacío que considero muy pernicioso ya que en
algunos momentos de la historia la astrología estuvo relatando al poder.
Como la inclinación de Hitler hacia lo espiritual, por ejemplo.
Explico...
El desconocimiento del posible uso manipulativo del conocimiento holístico
(se piensa que por estar en este colectivo ya es suficiente muestra de una
conducta ética), sumado a la poca conciencia social que tiene el colectivo (en
muchos casos) y el olvido de sectores sociales carenciados, son factores que
impiden este acercamiento.
Hasta una comunidad de personas que se dedican al desarrollo humanitario
tienen pensamientos de derecha, anti inmigrantes y elitistas.
A lo que me refiero es que el sentido del bienestar y el desarrollo espiritual
implica en casi todos los casos una apreciación social. Ya se vio esto en
líderes y lideresas espirituales en todos los tiempos, como Teresa de Calcuta
o el mismo Jesús.
Entonces, volviendo a la posición astral quiero decir que, encontrar ese
punto de intersección de convivencia (privado y público a la vez), hace al
métier de esta Luna.
Ninguna de las dos ramas ha de ser echada de lado cuando se reflexiona.
Si dejo de lado lo psicológico, podría dejarme manipular ideológicamente
por no tener manejo del interior y hacer cambios de opinión radicales que
puedan lastimarse o lastimar. Como el caso de la búsqueda de maestros
(incluso de poca moral), las sectas y las agrupaciones políticas relacionadas
con el odio.
Y si dejo de lado lo social, concibiendo el proceso como uno de
responsabilidad individual personal, esto puede re victimizarse, sin
considerar las dominaciones sociales que se manifiestan en las relaciones,
incluso en la relación terapéutica. Por lo tanto, la responsabilidad individual
es correcta en cuanto a la política de vida (o sea que tengo la responsabilidad
de sacarme a cierta persona de encima), pero en el terreno social hay muchos
otros factores que hacen a las mujeres, por ejemplo, elegir a determinados
tipos de compañeros.
Pero, para volver al tema del desarrollo de la ideología en la vida de una
Luna Sagitariana, debemos comenzar por la relación con el vacío.
La religiosidad trascendente
Lo que he descrito como la idiosincrasia cristiana, es una idiosincrasia de la
religiosidad trascendente —superadora de la realidad más que contenedora—,
que históricamente se opuso a una religiosidad inmanente anterior de
cualidad femenina.
Una visión matrística de esta energía sagitariana concluirá que la potencia
creativa, abundante y engrandecedora estaría fundada en la muerte, no
superándose.
Muchas veces, en las consultas astrológicas, las personas con mucho de esta
energía y educadas en la idiosincrasia de la superación, preguntan acerca de
por qué no le va bien en la vida.
La apreciación de lo negativo como algo indeseable, no permite contactar
con algo de la dinámica de la deconstrucción.
La noción de crecimiento continuo no existe en la naturaleza. Todo es
cíclico, crece y decrece.
Esta noción prepatriarcal es la que posibilitará un desarrollo sustentable, o
sea que no exagere.
personas creyentes,
personas que estuvieron encerradas por decir la verdad, o que
dijeron mentiras en venganza de traiciones hacia su persona.
La triple diosa
En general, el concepto de la Triple diosa, tiene que ver con la triple noción
de una misma cosa, de los multiversos, o las fases en 3. Como las fases de la
Luna, de la menstruación, de las edades del hombre y de la mujer, la división
de mundo-submundo-cielo, etc.
La triple diosa entonces fue una diversificación de la diosa creadora, o
Deméter, o madre. La más originaria y ancestral de las diosas y dioses
adorades, honrades e identificades. En este sentido reflejaba la regeneración
cíclica, en el sentido de la consideración de la muerte muy entramada por la
vida y viceversa, ya que a una noción le seguía la otra y viceversa.
Y ya en la Mitología clásica, las diosas también tenían tres versiones. El
nombre general de la Diosa, que luego se repetía en una de sus facetas, y
luego las otras dos diosas que representaban esas fases. Por ejemplo,
Deméter, Diosa de la naturaleza, tenía su versión Deméter (madre y verano),
y Kore (Joven y primavera), y Perséfone (bruja e invierno).
La arquera sagitariana
Con todo lo dicho, la refundación feminista de Sagitario pondría la relación
con el padre a deconstrucción. O sea, que es bueno detectar el momento en
que la auto misoginia o los pensamientos del padre que estaba entrenando
para vivir en el sistema (porque esa era un poco su función), heredó en la
niña sus propios temores de lo femenino, la subjetividad, la hiper intuición, lo
arbitrario femenino, etc.
No me refiero a ir contra los padres varones, sino permitirse ver su lado
oscuro.
Conclusión
El proceso interno que se abre con esta configuración pasa por atreverse a
sentir, no sentimental y dramáticamente (a eso ya se atreven), sino de manera
sencilla. El dolor desde su lógica, nos guiará. La Diosa que nos guía es
Deméter, la de los procesos naturales.
Y dentro de esas emociones de injusticia por lo que sucedió individual y
colectivamente —incluyendo imágenes de otras generaciones u otras vidas,
donde el conocimiento pudo haber provocado incluso hasta la muerte—, da el
paso hacia el rendimiento o lo que en algunas disciplinas espirituales llaman:
Surrender.
En el caso de las Lunas de Fuego, que valoran la expresión, expansión,
decisiones, agrandamiento y guiarse a sí mismas (imponer las condiciones
propias a la realidad activamente), este paso a un aporte individual creativo
será muy fácil.
Capacidad de docencia, sentido de vida positivo, abundancia y suerte,
posibilidad de ampliar la mente viajando, tomar caminos espirituales, el
poder de creer y vivir una vida expansiva, son dones que se encuentran luego
de atravesar el mecanismo de fuga.
Ver las cosas como son, más allá del idealismo exagerado, puede ser
doloroso al principio y aún más intenso si se trata de temas de otras
generaciones. Pero puede aportar mucha riqueza y ampliar la perspectiva.
Sabiendo que, a pesar del dolor, y debido a ello, la vida aún es preciosa.
Porque más que estar queriendo librar batallas por causas inmensas (cosa
que no lo descartaría con un sentido del tiempo que nos llevaría esta
empresa), luego de procesar la emocionalidad y la infancia perdida, el talento
de esta configuración tiene que ver con un aporte de belleza, generosidad y
creatividad activista, que con magia y “don de pedir al cielo” puede cambiar
las cosas hacia adelante.
10
Capricornio
Hijas del padre
“Existen pocas armas en el mundo tan poderosas como una niña con un libro en la mano”.
Malala Yousafzai, defensora de la educación para los niños y niñas en Pakistán.
Luna en Capricornio
La autoridad femenina como una Inteligencia a recuperar
La manera que escribí el libro tiene que ver con la misma manera que llegué
a los conocimientos de la Astrología Holística. Creo que es la manera que
aprendemos las mujeres: descubriendo más que aprendiendo.
Siempre me ha resultado muy curioso esto. La facilidad que tenemos las
mujeres para los conocimientos esotéricos, los lenguajes simbólicos, la poesía
y la adivinación, prueba un poco esta manera de “ir al conocimiento”
desvelando capas más que añadiendo nada.
Esta aproximación al conocimiento, tiene que ver con un andar de manera
artística por la vida, como un cisne que nada elegantemente sobre el profundo
lago del inconsciente. O sea que la autoridad no es una vacía sino llena de
consciencia del interior.
Y es a eso a lo que apunto con Capricornio: hay cierto conocimiento o
clímax que se hace evidente en esta Luna. Y esto se empareja con cierta
elegancia en llevar la autoridad.
Claro que el Capricornio patriarcal, tiene una ambición poco ecológica, es
demasiado autoexigente y sobre individualizado. Patrones que deshumanizan
a cualquiera. Pero el Capri al que quiero apuntar no es solo Poder, sino lo
que se ha dado en llamar Autoridad. El arte de tomar un rol de
compromiso y liderar la faena que toque.
Esto es lo que se ha de desarrollar, honrar y aceptar.
Con esto decir que hay poca referencia de “autoridad” si eres mujer. No hay
modelos, heroínas, mandatarias, o jefas que no perpetúen modelos
masculinos o sean juzgadas duramente.
Lo que puede ayudar es localizar las marcas sociales que han sobrevivido en
tí, acerca de las “mujeres trabajadoras” de tu linaje. Y de este modo encontrar
con una propia “autoridad femenina”, sumergida tras la estigmatización
patriarcal de la figura del poder, cuando el referente es una mujer.
Recomiendo traer esta consciencia de lo que ha quedado de otras
generaciones para la propia vida, tal como:
autoexigencia,
monomarentalidad,
soledad forzada, y
obstáculos sociales;
El techo de cristal
A este fenómeno el feminismo lo ha nombrado como “techo de cristal”,
concepto para describir el conjunto de obstáculos que las mujeres tenemos
socialmente para brillar y avanzar en la vida.
No me extraña la depresión e irritabilidad en las mujeres. Que tiene que ver,
sobre todo en esta posición astrológica lunar; con no poder sacar esa fuerza
de poder autoridad, voz de mando y sentido de la individualidad y la
responsabilidad; que de natural portan y que es testigo de una constante
denigración.
Haz la experiencia en tu propia vida, mira con esta clave las experiencias
que te atravesaron.
Y luego, trátate con dulzura...
Diosa asociada: las “Diosas solares” que a lo largo de la historia han habido
muchas aunque no estén tan visibles. Por ejemplo La Diosa de los leopardos
o la Hera Reina del Cielo, como referentes del liderazgo femenino y el
poder de inspiración al colectivo.
Aquí agregaría todas las Santas y heroínas populares no tan conocidas por la
voz oficial, como la “La Difunta correa” en Argentina, madre que atravesó un
desierto con su niño en brazos. Muriendo en el intento, siguió
milagrosamente dándole de mamar a su hijo. Ese fue el primero de sus
milagros.
El Asteroides astrológico asociado es Pallas, Diosa de la civilización que
representa la Heroicidad femenina o la Inteligencia activista, no por la
guerra en sí sino para cambiar el mundo para mejor.
Capricornio: desarrollar un auto sostén afectivo que permita gestionar
efectivamente el mundo emocional. Su manera de amar es laboriosa,
sostenedora y constructiva. Terapéuticamente recomiendo explorar el
concepto del “techo de cristal” y permitirse la propia autoridad sin
desvincularla de los ciclos naturales y lo femenino.
La Inteligencia Femenina que despierta está relacionada con el concepto de
Poder y Amor concebidos vincularmente. Es la Inteligencia de autoridad al
estilo femenino.
Diosa/Asteroide asociada: la reina Atenea, que entra a la batalla con un
escudo que no deja enemigo en pie. Es la gran autoridad de toda Grecia,
representante de la guerra, la civilización y la justicia entre los vecinos. Esta
capacidad de justicia conocimiento y creatividad que representa, debe
ajustarse continuamente equilibrando con lo femenino olvidado: las
emociones y la irracionalidad. Athenea no tiene madre (en la versión
patriarcal).
Será por esto que creo que cada tanto, la gente que tiene mucho Capricornio,
a la que evidentemente le es importante el trabajo, y el aporte social desde ese
lado; ha de hacer una reintegración con lo femenino que pasa
eventualmente por el “acogimiento del ser profundo”, descansar, o celebrar el
trabajo ya consolidado.
Esa reintegración de lo femenino tiene que ver en primera instancia con la
consideración del “niño interno” (o niña) y encontrar el momento exacto
cuando la consigna patriarcal entró.
En el caso de los hombres tiene que ver con esta sensibilización con los
sentimientos de la infancia. Y en el caso de las mujeres está asociada a la
misoginia del padre con la primera menstruación, que la hija absorbe de aquel
cuando comienza a ver que su niñita se está convirtiendo en mujer.
Ante este rechazo al florecimiento sexual de la hija, ésta reprime su
sensualidad para no avergonzar al padre, y canaliza la líbido en la
productividad. Esto contribuyendo al arquetipo de género que las cosas serias
no incluye el principio femenino, lo femenino es superficial y las rubias son
tontas.
Consideración de la ciclicidad
Y parte del fenómeno, tiene que ver con la consideración a tiempo de los
descansos vitales, que las mujeres de este linaje no se han permitido por
generaciones. Sobre todo teniendo en cuenta la ciclicidad del período
menstrual femenino.
Si eres hombre, había en los hombres también consciencia de la ciclicidad
masculina en tiempos de la matrística, ya que al ser personas conectadas con
la tierra, hay algo en el ciclo de las estaciones que les daba esa noción. No
había una evitación de la muerte como en la actualidad.
El Dios que Analía Bernardo en su libro “El Mito de Eurínome la diosa
creadora”; elige para retratar lo masculino matrístico, es el Dios del Vegetal
Pan, un dios caprino, asociado a Baco. Este Dios, si bien se representada con
el miembro erecto, estaba relacionado con la erección y flacidez del pene
(relacionado con lo cíclico de la sucesión de estaciones), cosa que se
sustituyó en el patriarcado por la productividad maníaca y la “erección
infinita”, de los tiempos actuales.
Creo que se ha de tener la consideración correcta de la tradición familiar en
cuanto a ese cansancio sistémico de las mujeres trabajadoras. Y esto se hace
sabiendo que esto fue una ley para la madre o la familia: el esfuerzo trae
regalos. Y es probable que en su momento este pensamiento haya llevado a la
familia a una movilidad social ascendente (subir de clase social o mejorar las
condiciones económicas familiares). Lo que es decir de otro modo que estas
mujeres hubieron de acorazarse, no tanto por ambición sino por
supervivencia. O sea que no les quedó de otra.
Y usar esto como base, para luego tener unas propias reglas de vida basadas
en la propia versión de lo que la tradición le legó.
Recuperar la subjetividad
Entonces, para realizar esta alquimia interna de ablandarse al principio
femenino tan temido pero tan sano para esta posición, se ha de recuperar la
subjetividad en los vínculos.
Esto significa que, por ejemplo en una crisis de relación, la persona ha de
valorar lo propio en una primera instancia. Poner a la propia “Niña interna”
en consideración. Algo que posteriormente abrirá los recuerdos de cómo
realmente se vivió la afectividad de niña/o incluida la vulnerabilidad.
Y, sin importar cuál sea el guión o el contenido del conflicto, se irá poco a
poco desempolvando, el sentido del merecimiento y del amor incondicional a
la propia manera. O sea que el sentido de la rigidez que una puede mostrar a
veces en los vínculos, es la manera de empoderarse. Y de este modo
recuperar el sentido individual de ver.
Podríamos decir entonces que esta recuperación del valor de la propia
subjetividad es la manera que la persona tiene de la propia maternización.
Nadie le enseñó a valorarse de manera propia e individualmente, entonces
tiene que comenzar de alguna manera.
La capri mamá
Aclaro que estas condiciones de esfuerzo y disciplina, independencia y no
pedir (sobre todo emocionalmente); acaba de constituirse como recursos de
base que la persona tiene. Eso nadie te lo quita. Y hay algo poco emocional
de por sí en esta constitución energética.
Pero hay algo que comienza a sonar artificioso para esta generación del
nativo o la nativa quien recibe la posta capri ya un poco cansada.
La mamá es posible que sea Capricorniana, y que trabaje todo el día porque
le pone mucha ilusión a sus proyectos; lo que no le queda demasiado tiempo
para las necesidades emocionales propias y de su cría.
De esto le echaré culpas al Patriarcado también: se han de trabajar largas
horas por estos tiempos. Además que se ha puesto la diana fuera: en lo social,
lo público. Lo que puede cansar mucho si una/o no se alimenta, cuida y se da
placer en simultáneo.
Vuelvo a la Luna del nativo/a. Estas condiciones para ser amada/o a través
de ser merecedor/a de premios que decía al principio, es el estilo de la
“familia grande”. Y es mamá la que lo transmite.
Y sabemos que la “autoridad de mamá”, las normas de la familia que ella
nos transmite, tiene una gran incidencia en nuestra manera de pensar y ver la
vida; que incluso es difícil de visibilizar.
Poner límites
Por esto, identificar el “discurso materno” y visibilizarlo por dentro de mis
propias palabras será tarea de toda la vida.
Este es el primer acto.
El segundo: poner límite a la madre externa (o la voz interna que la
representa) y eventualmente la auto moderación con respecto a la
productividad.
O sea, no trabajar tanto o estar tan disponible a las necesidades de otres y
aprender del autocuidado que hace que me considere antes que a otres y sus
demandas. Un poco de egoísmo sano viene bien.
Con esto decir que “ponerle límites a mamá”, es de las cosas más difíciles
de hacer, aunque con esta posición astrológica es una necesidad. Ya que es
probable que se haya heredado de la misma madre una tendencia al
superpoderosismo.
Me refiero a poner límites a la tiranía interna porque cada persona siendo
adulta ha de lidiar con su propia gestión emocional y enfrentar con madurez
las propias decisiones.
Entonces la auto-moderación es la cura de todos los males.
O sea que, una cosa es ser depositaria de un don de construir, y otra es tener
una relación compulsiva con el trabajo que me ponga en un sitio de
superheroína para conseguir el afecto de mamá primero y de todas las
personas después.
Desde lo social, podemos relacionarlo a las mamás trabajadoras que están en
todos los detalles (la Luna en Virgo puede vivir temas similares), trabajan,
hacen las tareas domésticas, y resuelven el día a día. La recuperación de una
sensación de “lo humano” no superpoderoso, puede ayudar a poner y ponerse
límites con precisión. Me refiero a desarrollar el saber cuándo parar, o el no
involucrarse de manera inmediata con “lo que se ha de sostener” del entorno.
Ya que hay algo en esa tendencia que omite el descanso, el sentido de la
vulnerabilidad y de la derrota.
“Sra. Perfecta”
Por otro lado hay un punto ciego de Capri que es que, la tendencia a la
perfección, hace que cuando alguna persona le comparta un parecer subjetivo
de algo que la Lunita Capri le ha provocado, no lo pueda recoger.
La Luna Capricornio analiza fríamente su escala de valores e inventario y se
dice “yo no soy imperfecto/a”, ya que en verdad no transgredió su propia ley.
Por suerte este sistema individualista es una dinámica que está llegando a su
fin.
Y es por esta “falacia de perfeccionismo” que no se permite realmente
escuchar las quejas de les otres hacia sí, porque está demasiado
ensimismada/o en hacerlo bien.
Es lo que el dolor ha obrado en estas seres humanas.
El diálogo interno de la “Dona perfecta”es algo así como ser perfecta por
negación del error que es muy difícil de concebir y está sostenido por la
ambición desmedida. Equivocarse es perder el afecto del otro dentro de la
mente infantilizada.
Es por esto que creo, que hay algo de las ordenaciones que hace el cosmos y
la disposición del destino, que hace que la persona se encuentre con cierto
desorden o la incomodidad de los vínculos, o con un sentido de estar
“embarrada emocionalmente”. Para no guiarse por decálogos e inventarios en
las relaciones, sino vivir una vida donde se permita verse imperfecta, por
tanto, verse más profundamente.
Esto le llevará a salirse de la “fascinación por el padre” que está por debajo
de sus anhelos, o de los anhelos que copió su madre de su propio padre.
Recuerden que las mujeres Atenea o con Pallas fuerte en la carta natal,
suelen estar más interesadas en el mundo del padre porque le suena a más
aventurero y desafiante.
Aprender a pedir
Pedir (por el desconocimiento del interior) es imposible según las
coordenadas lunares capricornianas.
El terreno emocional, es un desierto yermo, que estoy caminando.
Mamá puede haber sido muy solícita a nivel logístico pero cuando toca
consolar el llanto, compartir el momento de ir a dormir, o dar mimos, esto
supera sus propias capacidades y su paciencia, pues ‘hay muchas cosas que
hacer’.
Para esta Luna, la raíz emocional que toda cría mamífera ha de tener para ir
a la batalla simbólica y real de los tiempos que corren; no se hizo
pertinentemente. Lo que hace que la persona tenga ese anhelo (no
reconocido) en el interior, que eventualmente se destapará por activa o por
pasiva.
O sea que por no permitirse pedir lo que necesita a nivel afectivo de manera
sencilla y a tiempo, en un momento demandará casi caprichosamente.
O para decirlo más correctamente no pide porque siente que el otro lo siente
cómo demanda o reclamo. Así como ella siente las solicitudes de los demás
del mismo modo tiránico.
Entonces, como no hubo la libertad de pedir lo que se necesitaba (hacer una
rabieta a tiempo hubiera relajado tanta tensión), sumado a esto se enfrenta al
cotidiano, con un estilo de “marcha de soldadito”; por todo esto en vez de
tener el auto sostén emocional que se podría advertir en esta posición, se hace
una sustitución de dar para pedir.
Y como toda sustitución, con los años comienza a ser compulsiva: como el
workaholismo (trabajolismo), que oculta propias necesidades emocionales
que no se piden ni expresan. Probablemente debido a que, o no se cree
merecedor/a y/o porque cuando se ha arriesgado a hacerlo (a pedir) se ha
encontrado con una negativa o una sensación de carencia.
Probablemente también, porque le da más seguridad dar que pedir.
Para hacer este trabajo de restitución de la fluidez entre el dar y recibir, sin
segundas intenciones, mensajes ocultos, ni miedo; se ha de pasar un
temporada ablandando el sistema para que una mayor lentitud pueda llegar a
re establecer un sentido sano y manejable del interior.
Aceptar la realidad
El “vacío creativo” de sostenerse a sí misma daría una nueva construcción
de lo emocional. De la mano con una aceptación de la propia suerte.
Lo que permitirá trazar rutas en el interior, reconociéndolo e ir dándole lugar
en la propia vida. Algo así como poner en marcha los motores del afecto,
congelados por supervivencia.
La hiperactividad del mundo de hoy, stress, autoexigencia exagerada, super-
responsabilidad en el vínculo, falta de conexión con la queja sana, la
frustración y la rabia; son muy útiles de ver para el proceso de
autorrealización (que todes hemos de vivir).
¿Para qué? Para que las escenas en el presente que reproducen
dolorosamente eso que hay que ver, el desamparo y tal; no vuelvan a suceder
jamás. Y la Luna en Capricornio se convierta en una fantástica capacidad
talentosa del sostén emocional que tanto estaba pidiendo recibir.
Mamá-Ciela
La infancia “congelada” y el traslado de la consciencia al terreno
mental con motivo del trauma.
La mamá de la Luna en Acuario tiene una atención demasiado diversificada,
como para poder conectar con esa cualidad que “hace nido”, que tienen las
madres convencionales.
Me refiero a la calidez del pecho, la suavidad de las palabras, la sensación
de sentirse llena o lleno, que eventualmente el/la bebé sí que experimentó en
los momentos prenatales, y anhelo que le decepcionó luego de nacer.
Dentro de la barriga se gestó una idea de plenitud que luego fue
decepcionada de un momento para el otro, en el parto. El cuerpecito quedó
con el “susto eléctrico de este mundo”, una especie de shock emocional que
lo/la dejó congelada/o. Eso nada más llegar.
Tener en cuenta para la autoterapia, que un factor fundamental es que todo
sucedió de repente.
Y ante ese susto repentino y arbitrario, la consciencia de la persona se va, se
desconecta, desaparece de este mundo, se va al “terreno del vacío”.
Si la propia consciencia quedara en el cuerpo de la persona, en vez de
volverse hiper-mental (lo que llamo el terreno del aire), simplemente se vería
que está en shock, entumecida y asustada. Un pollito mojado que pensaba
encontrar una mamá gallina y se encontró ..., un ave de otra especie, quizás o
un robot incubadora de huevos.
La buena raíz que da el hecho de ser cuidada/o en la infancia, es super
necesaria para que cualquier “pajarillo” pueda volar posteriormente, con la
libertad propia que es para él. Todes tenemos una porción de libertad que nos
pertenece por el solo hecho de ser.
En esta posición astrológico-cósmica ya la libertad es el tema. Comprensión,
manejo y uso deliberado y no mecánico.
La mama acuariana
Hay una profunda conexión con la libertad que tiene la misma madre de la
cría con Luna en Acuario, que quizás tiene que ver con su propia infancia o
quizás simplemente con su esencia, ya que es probable que sea acuariana. La
Luna en Acuario representa una experiencia de la soledad aún mayor que la
Luna anterior Capricornio, ya que en Capricornio la “compañía” que tiene es
la del modelo o de “lo que toca hacer” que ya da una especie de placebo.
Aquí ni siquiera eso. Por eso uno de los arquetipos de Acuario es “el o la
exiliado/a” o el/la loco/a. ¿Vas dimensionando el tamaño del trauma?
La criatura hereda esta sensación de rareza con la vida.
Pero no es lo mismo tener el Sol en Acuario que la Luna, ya que la identidad
(relacionada con el Sol) es algo que se desarrolla en la adultez y con plena
consciencia y constructividad, y se sostiene en la individualidad. El Sol en
Acuario es una identidad muy conectada con la creatividad, la singularidad y
el goce de la improvisación, la rebeldía y la disidencia.
En cambio, la Luna en Acuario es una combinación cósmica difícil de
comprender por la extrema soledad, y la conexión con el vacío de la
existencia, se experimenta al principio de la vida cuando no hay herramientas
suficientes para comprenderlo.
Sabemos que como mamíferos/as somos de lenta independencia, lo que
requiere una amplia participación de la mamá o cualquier ser maternante
durante esa primera etapa.
Como mamiferes toca comenzar desde allí. Lo que es en conclusión, que en
esta posición lunar no se propiciaría un buen comienzo.
Un pequeño comentario para despuntar el vicio de criticar al sistema, es que
en la organización actual de la familia, donde hay una sola mamá; es el
motivo que provoca parte de esta distorsión. Una crianza comunitaria quitaría
peso, daría variedad y entretenimiento, creatividad y un sentido del desapego
sano para todes.
En la vida adulta
Para la persona Luna en Acuario de la adultez hay como una sensación
insólita acerca de una/o mismo/a por ser un poco “a su modo”; o porque la
relación con mamá o con la vida (o los demás) en la infancia, creó una huella
energética donde la ternura que se necesitaba, hubiera hecho entender
cualquier conducta extravagante de la madre o propia. Pero en general no van
de la mano, aunque no lo descarto.
Para ello recomiendo construir a nivel político-social, canalizado y
visionado; nuevas formas de convivencia en familia o de afectividad;
moviendo los pilares del patriarcado a través de una propuesta, más que la
reacción destructiva.
Aunque depende de quien, tiene que aprender a destruir.
Y, si esta posición o una con Lilith o Urano fuertes, te adornan tu mapa
natal; recomiendo mucho dominar el poder de desaparición o destrucción,
antes que reprimirlo…
Paralelamente a eso hacer un mea culpa que hacer si el discurso es uno de
odio.
Quiero decir que, por la insistencia que la sociedad patriarcal pone en un
arquetipo un poco artificioso de una maternidad con fines productivos (una
chacha cuida bebés que se olvida de sí misma), esta mamá acuariana que no
tiene los dones de dar ese cobijo que se le pide, quizás no le da ninguno de
ningún tipo.
O quizás aunque no los tiene se esfuerza, pero la criatura percibe cierta
artificiosidad.
Entonces se abre una brecha de desapego que se abre: el bebé ante la vida.
Esta brecha está hecha de falta de abrazos necesarios para que el cerebro
madure, falta de cuidados y atención, falta de calidez o de comprensión de la
madre hacia las necesidades del/la bebé.
Esta experiencia de desarraigo genera una sensación que la nativa o nativo
portarán luego de adultes. La sensación de no ser del todo apropiadas/os al
modelo, en cualquier aspecto de la vida. Lo que no hace más que contribuir a
su relación de rechazo con lo social.
Ojo, que hay algunos casos de esta Luna donde la mamá de la infancia está
muy presente a su modo. Quiero decir que la alimentación emocional es
correcta, pero generalizada y no muy preferencial. La mamá puede
autopercibirse como amorosa y de hecho serlo, pero no comprender del todo
a su prole. Porque la niña/o es muy rara/o para la madre, o lo mismo con
respecto a la maternidad en general.
También es que la energía acuariana no es muy afín a la lentitud que
requiere la maternización, amamantar, consolar, quedarse pasiva esperando
en el parque, etc..
En estos casos la mamá puede cumplir las necesidades básicas de educar a
una niña o niño, pero cuando ha de abrirse a lo nuevo que su hija/o le trae, ya
no se abre tanto.
O sea que hay dos caras, una modélica y artificiosa (Acuario está por allí por
Capricornio), y la otra que rechaza a su hije o por lo menos le rechaza en los
primeros años de vida. Y la o el bebé refleja simplemente ese rechazo.
Incluso ha habido casos de que los bebés no quieren tomar la teta de mamá.
De ser así, una lectura correcta sería que la criatura está espejando un cierto
repudio por lo humano que siente de la mamá acuariana. Un repudio a su
prole.
Como niña/o de la madre acuariana, se va generando una noción de sí, como
de que el mundo le rechaza. Conjuro muy difícil de exorcizar y que se
traduce en un rechazo al mundo que acaba por poner en práctica activamente.
La comprensión del desapego, como decía, es de lo que más enseña a esta
Luna.
Pero en ambos casos: la mamá desapegada o la mamá que intenta meter a la
criatura en el redil; el niñe Luna en Acuario tendrá la misma relación reactiva
con las emociones, que eventualmente puede traducirse en contenido
libertario (aunque este sea de odio, lo que no es libertario precisamente).
¿Van viendo? Como la posición lunar Sagitario la relación ideología-
emociones de la infancia no “recuperadas”, es una clave para descifrar lo
incomprensible del interior.
La sociabilidad-la cueva
Entonces puedes decir, si la madre es libre, astróloga, desapegada, que tiene
varios padres y vive en una comuna; ya podría ser una versión mejorada.
También agrego, si mamá no lo fue, cada cual puede agenciarse estas
experiencias de libertad de manera activa, ya en la adultez. Lo que no se
encontró de manera puntual con una sola mamá, vivirlo con diferentes
madres, o las vecinas del barrio. Me refiero a diversificar intereses y afectos.
Hay una tendencia muy socializante, en la mayoría de casos de esta Luna.
Pero, sí y solo sí, estas personas se abrieran al talento de vivir la propia
singularidad con fluidez, en público.
Lo que sucede es que no tienen las herramientas por otro lado, para
mostrarse tal cual son (o mostrar los pensamientos que están en desacuerdo
con el grupo) y prefieren la “cueva” o el destierro, porque con esa lejanía que
puede vivirse incluso estando con gente, se sienten seguras/os de mantenerse
auténticas/os, no cuestionados/as, y pulcros moralmente.
O sea que hay todo un trabajo relacionado a salir de la “fobia social”, ya que
siente que la sociedad le discrimina, producto de lo primero que conoció del
mundo: el rechazo de mamá (abierto o solapado).
En síntesis, está fascinada secretamente con ese “vacío desconcertante” de la
infancia, no tiene mucha confianza en sí misma como para expresarse
abiertamente, y no tiene paciencia para procesar su interior.
Entonces es normal que las habilidades sociales no se desarrollen con
naturalidad y por ello se oculta “dentro de la cueva”, para defenderse de la
experiencia de ser dañada.
Y, si alguna vez osa salir del interior, o mejor dicho, de la mente; se
enfrentará a la sensación de abandono que tenía pendiente, al sentimiento de
inadecuación o a la poca comprensión del otro, ante su naturaleza.
Difícil círculo vicioso. Círculo vicioso que se desanda cuando aprende que
más allá de la reivindicación infantil, hay una naturaleza que es difícil que los
demás comprendan, y que ha de depender solo de la autoevaluación y
valoración.
Tantos años dentro de la cueva….
…. sirven para ejecutar finalmente esa tarea de comprenderse y darse cuenta
que lo que está buscando fuera, es cierta aprobación de los demás, que se
traduce paradójicamente en un repudio a lo social.
El repudio social
También es verdad que en esta Luna, como en el total de mecanismos
emocionales que ya hemos analizado, hay una fijación con el trauma que no
da la libertad justamente, para soltar la infancia. Esta es de las más
angustiosas de las Lunas.
Librando batallas en silencio, autoboicoteándose relaciones que le importan,
y reaccionando como “en shock” primero (congelamiento) y “bajar la
persiana” a amigos después, cuando le provocan sentimientos que no son de
su agrado.
Hay un repudio, podría decirse que mutuo, entre la sociedad y el nativo o la
nativa. Otra manera de decirlo es que, como lo que conoció desde pequeño/a
es una especie de desprecio de su madre, si no madura esta perspectiva del
mundo, la persona estará replicando esta “resonancia energética”, que lo hará
vivir el desprecio ajeno contínuamente. Esto es susceptible de ser
exorcizado.
No quiero decir que si tienes esta posición estás destinada a ser el “patito
feo”, sino que si sientes que hay una sentimiento mutuo de enemistad con la
sociedad o con ciertas personas; esto que ves en el otro también lo puedes
cambiar. Lo puede cambiar por obra de la magia que se produce cuando lo
percibes de manera diferente y no entras en reflejar su percepción de tí. Todo
es cuestión de imaginaciones que dialogan.
Astronómicamente
En Astrología, Lilith no es un planeta o asteroide, sino un punto matemático
donde justamente no hay nada. Pero que está en relación, y compensa la
fuerza gravitatoria de la Luna.
Lilith es la nada misma. Pero una “nada” ubicada en el punto de gravedad
exacto, donde se está a punto de perder el equilibrio integral del sistema.
Equilibrio que la Luna con su costado social y sostenedor de la norma,
intenta mantener. O dicho de otro modo, es el punto de decantación del estrés
de la Luna cuando solo es “máscara social”, o está “de cara a la galería” para
conseguir el afecto.
Lo que sucede es que, con ese mantenimiento del “status quo” del costado
lunar de la personalidad, se sobre exige de tal manera, que “no le entra un
alfiler”. Quiero decir que ese estado de máxima tensión por represión de
deseos para complacer a otres, es Lilith.
Esta tensión está basada en un nivel extremo de moralidad que no admite
equivocaciones. Hay de fondo una tiranía. Una tiranía de claras bases
masculinas, por cierto, ya tensa por querer mantener el control ante el terror a
lo oscuro.
Psicológicamente es como una tensión de extrema subjetividad por las
represiones acumuladas, que de presionar un poquito más, salta, se rebela, y
se posiciona “en contra de....”. Y agregó, cuanto menos consciente de las
emociones sea, más reactiva e indomable será la Lilith.
Por otro lado, no romanticemos la rebeldía. O por lo menos la parte de la
rebeldía que daña el interior. Porque solo escuchar la rebeldía y empoderarla
sin reflexión, no es el total del proceso de empoderamiento.
no hacer,
no ser,
no mostrar,
no disfrutar,
no ser exitosa, etc, etc..
Según el signo donde cae Lilith es “lo que no” (el tabú). ej. Lilith en Aries,
es el “no al movimiento individual”, o Tauro es la prohibición de disfrute por
tenerlo sobredimensionado.
Y explico sobre la Lilith Aries, hay una represión del movimiento
unipersonal y esto es debido a la suma de estas cosas: la represión y el
crecimiento del deseo oculto. La necesidad de movimiento que se reprimió,
hizo que se multiplicara en secreto y exponencialmente, y se hizo infinito. La
represión es directamente proporcional al deseo, uno desmesurado.
Ambos: represión y deseo, desmesurados.
Hasta que en actos de destino de catarsis del movimiento reprimido, acaba
por liberar esa noción guardada. Y cuando sale el movimiento resulta
invasivo o incluso violatorio, por ser inmaduro y no saber cómo madurarlo.
Como un tipo de pataleta.
Sus orígenes
La bruja exorcista
Lo que voy a agregar al respecto de la represión, es que lo que concibo en el
otro (siento que el otro me está limitando, vampirizando, condicionando,etc.),
también es una consideración subjetiva.
Explico en el capítulo anterior esto de lo tiránico del autoritarismo externo
que Lilith y acuario perciben del otro.
Lo considero una proyección personal, o sea que la tiranía que vivo del otro,
en un punto, es una mirada propia y revisable.
Y con ello no estoy desacreditando la importancia de la subjetividad de la
manera de ver o de sentir de Lilith. Sino que propongo hacer la magia de
controlar los propios poderes de, desaparición, vacío, y exorcismo.
Con esto simplemente me refiero a modular la injerencia que les doy a los
demás en mis decisiones, para dominar el “fenómeno brujeril de Lilith”.
Si abrimos la caja de pandora tenemos que hacerlo con todo. Ya que esta
bruja exorcisadora de ser usada con consciencia puede manejar la
interactividad entre mi individualidad y la sombra que provoco en otres.
De no hacerse una consideración consciente del fenómeno puede suceder
que una/o obre actos de exorcismo, y contínuamente esté viviendo pataletas,
catarsis, bloqueos de whatsapp, etc..de les demás. O eventualmente de una?o
misma/o, que no puede moderarse el temperamento.
Y, sí, no es nada sencillo, porque las fuerzas que se mueven son sistémicas,
no tenemos referencias claras, ni razones específicas, ni historias en la propia
vida que puedan explicar.
El fenómeno Lilith puede despertar talentos dormidos como la
mediumnidad. Las constelaciones familiares que en un punto es como hablar
con los muertos, describen un poco el poder casi telequinético de Lilith.
Lilith como es un punto vacío, tiene un efecto succcionador o de agujero
negro pequeñito, que puede generar el movimiento de cosas a su alrededor.
La reivindicación de Lilith
Lo que quiero decir en síntesis, es que hay una parte del proceso que sí tiene
que ver con domar esta “mujer rebelde sin causa” del mito judeo-cristiano.
Sobre todo para no caer presa del mencionado timing cotidiano de
“liberación” de tensiones o pataletas, que hace que me vea una y otra vez
víctima del destierro. Lilith como elemento del proceso de auto-conocimiento
solo es el portal, (lo que enseña la puerta de entrada), la iniciación ha de ser
efectivizada por otros arquetipos como Plutón por ejemplo, que profundiza lo
que Lilith muestra.
Pero otra, es que también hemos de detectar que parte de “terror a lo
femenino”, proveniente de juicios misóginos patriarcales, que no deja
expresar mi “reclamo de la bruja” (una “tocacojones”) y el terror de lo
femenino a la reprimenda.
Y considero esta, la reivindicación principal del libro que he comenzado a
decir tímidamente y que acabo por nombrar claramente:
El poder exorcista de Lilith o Acuario en la medida de lo más llano y de
todos los días comienza con la reivindicación de la parte bruja (con todo lo
que eso significa). Luego esto permitirá el desarrollo de las capacidades más
talentosas de exorcismo, canalización, etc..
Sostener el miedo a la transgresión ayuda mucho a dicha tarea. De no ser
considerado, dominará contrafóbicamente la vida.
El arquetipo masculino
Hay algo que he visto en mis amantes o parejas, que reprochan en lo
femenino nuestra exigencia; que tiene que ver con las propias y la relación
con la madre, que no ha sido revisada.
Yo me he sentido muchas veces llevada a ese sitio de la “bruja” (como
“tocacojones”) que no habito para nada.
Y muchas veces, en una discusión, ante la sensación mutua de que el otro
daña; el que acaba ganando en su reivindicación es el lado masculino porque
tiene todo el apoyo social.
Es curioso, que cuando ellos lo hacen, no hay arquetipos con ese nivel de
saña. No existe el bitch masculino, por ejemplo.
Creo que, con respecto a los hombres han de abrirse al proceso de
deconstrucción de lo “divino masculino”. Y como mujer acompañarles con la
fuerza del propio empoderamiento en lo oscuro.
Por deconstrucción de lo masculino me refiero a que “el listón de éxito” es
tan alto socialmente (para hombres y mujeres), que es normal que nos canse
deprima o deje solos/as. Lo masculino se ha de redefinir para no colapsar a
todes.
Pero sin la consideración de lo dark femenino de manera no misógina, no
hay éxito imaginable.
Creo que tiene que ver con desarrollar la consciencia de la tierra y lo cíclico.
El arquetipo de lo masculino según dice Analía Bernardo, la acción infinita,
la erección infinita, la voracidad infinita, nos está enfermando. Y la
recuperación del descanso, y la re-amistad con los sentimientos de pérdida y
la muerte, puede reintegrar la totalidad de lo humano. No me canso de
repetirlo.
En esa charla, tenías que ganar tú. Nunca te pondrías reivindicativa, sino
fuera porque ya ha sido suficiente. Estás pidiendo los mínimos.
Una energía masculina nueva, conectada también con esa fuerza de lo
oscuro, permitirá el proceso de deconstrucción conjunto, y en lo masculino
pasará de una vez por todas, también por el disfrute.
La interactividad de ambos: deseo y vacío del otro
El arquetipo de lo masculino nombrado; que requeriría de un segundo libro
relacionado con la deconstrucción de la pareja y el amor, y lo
masculino/femenino en interacción; me da pie para comenzar a hablar del
componente relacional de Lilith.
Este es el punto: al no ser nada, más que represión, es un vacío. Como un
agujero negro con el que hay que interactuar continuamente, y la paralela
consideración del deseo que interactúa con él.
Por ejemplo de esta interacción “deseo enorme/vacío del otro: una persona
Lilithiana, espera con ansias un encuentro, y ante ese sobre entusiasmo, toma
como “vacío”, una conducta que para el otro es un desarrollo natural del
vínculo. Su sobre atención hace que el otro parezca desinteresado.
Por esto se ha de aprender a lidiar con el que parece “el vacío del otro” o el
abandono del otro.
La conciencia que el vacío no solo que está auto provocado (por
fascinación), sino que lo que veo como vacío quizás no lo es tanto, puede
ayudar. Ante mi avidez, la ansiedad me juega una mala pasada. La ansiedad
entonces es por lo potente del encuentro con lo desconocido y los silencios
del otro lado.
Esta especie de deseo irracional al ser uno hiperdimensionado, necesita de
su compensación que es la represión (o vacío) de eso, tal como venía
diciendo. O sea cuando más oculto el deseo (más reprimido), más fuerza
represora o más vacío del otro) se necesitará. El vacío actuando como
moderador.
Allí se va viendo la interacción recíproca de estos dos puntos de la carta:
white and dark de lo divino femenino. O de Lilith (lo escondido e irracional)
con la Luna (necesidad de contacto).
El modelo y lo contracultural se posicionan como extremos irreconciliables,
pero en realidad son extremos interactivos.
Conociendo eso y haciéndolo flexible y no arbitrario, domando la bestia
interna; quizás se pierde “pureza moral o ideológica”, pero se recupera la paz.
Hay algo en la vida de políticos populares, o relacionados con el socialismo,
que pasa por sacrificar sus vidas personales, por causas mayores. Pero creo
esto es un arquetipo antiguo reaccionario que se puede comenzar a intervenir.
Con consciencia del interior, puede generar un contenido super único también
y no inmolarse en el intento.
De no hacer esa relación de lo “personal y político”, lema del feminismo
que resurgió en la actualidad; lo público y lo íntimo podrían hacerse
jugarretas mutuas por no atenderse.
También sé que estas elecciones son sumamente personales, y hay causas
que requieren de intervención e inmolación.
Luna en Piscis
Sanar sanando y la Diosa de la inseminación
Los indígenas utilizaban los mitos (historia del origen de algo) para volver
a ese estado de comunión primigenio y de este modo sanar las enfermedades
que les aquejan.
Retornan al origen para sanar...
Para curar la fiebre, por ej., contaban la historia de cómo su deidad en los
comienzos, le había otorgado los poderes de curarla. El Dios de sus orígenes
había enseñado la enfermedad y pócima.
Entonces, este ritual mito psicológico de Retornar, para nosotres es la
valentía de revisar la historia de la enfermedad emocional y encontrar allí el
remedio.
La primera hazaña es atreverse a ver al niño desvalido, y ponernos de su
lado. Comprender la frustración y sostener la rabia, acompañar su depresión
y tristeza. Y la segunda, es la existencial comprensión de que no era ese niño
el que estaba mal, sino todo su entorno.
De mi parte (es mi Luna Natal), decir que agregar ritos a mi vida (acciones
consideradas sagradas y performadas de manera repetitiva), es parte de lo que
me ayudó a comprender. Tanto en el sentido de rutinas diarias (la ayuda de
Virgo su opuesto complementario), como el acto de otorgar sentido mágico a
los objetos y las señales.
Explico, hay una alquimia que todas las Lunas llevan por delante, que tiene
que ver con la “incomprensión de lo oscuro del mundo’’ y ante su
elaboración terapéutica aportar talentosamente. Esta posición astral es la
paradigmática de esta temática.
Quiero decir que hay una dificultad con hacer las paces con este mundo que
se excusa en:
Proceso psico-emocional
El gran proceso emocional podría tener como título: la decepción, el arte de
ajustar las expectativas.
Esto no significa vivir amargada por la decepción, esa es solo una fase del
duelo total. Sino comprender que ésta que posee, es una propia y mágica
manera de ver el mundo que de ser usada como un poder visionario, recién
allí puede cambiar las cosas.
Pero antes de esta fuerte comprensión, hay todo un camino de espinas:
vivencias que me aterricen de la crueldad del mundo:
Estrategia de supervivencia
La estrategia de supervivencia en la infancia ha sido el idealismo y la
simbiosis.
Para no ver lo que sentía (la carencia y la no atención de mis necesidades
emocionales personales como individuo); idealiza al maltratador no viendo lo
que le duele y auto otorgándose la culpa. El sentido del condicionamiento del
entorno es grandísimo.
Mamá es vivenciada como una especie de deidad: virgen, diosa, etc..Incluso
todavía, si la madre no ha realizado correctamente su rol.
Sintéticamente, la persona con esta configuración (y sus análogas: Neptuno
en IV, Piscis en IV y Luna aspecto duro con Neptuno), para realizar el
propósito “encarnar” a esta vida, ha de pasar por el proceso de integrar lo no
idealizable de mamá y del otro que es otra manera de describir a lo oscuro
negado de lo que estoy hablando desde el principio del capítulo.
La “mamá mala”
El concepto “la mamá mala” nos puede ayudar a comprender: hay un
aspecto de mamá que es aterrador porque hace daño. Dicho terror de la parte
bruja de mamá como no es asumido, crea un desconocimiento que
condicionará a tener grandes expectativas acerca de las relaciones y el mundo
en general.
Quiero decir como no puedo ver la “mama mala” por miedo infantil, utilizo
la estrategia de hacerme la tonta” o de desoimiento de mí; y eso hace que no
esté bien provista para salir al mundo a guerrear. Las armas se asemejan a
varitas mágicas y unicornios.
La dificultad de ver la parte dañina de mamá, se puede traducir en la
psicología adulta, como una imposibilidad de distinguir la presencia del
enemigo. Aprender a ver que hay gente mala o que hay gente que no me va
bien, o con la que no soy compatible, es un paso obligado de esta Lunita.
Porque si bien puede conectar a un nivel profundo con otras personas, a
nivel de lo que podríamos llamar “el alma”, en realidad las relaciones y el
verdadero intercambio se da en el terreno del yo, y uno bien definido. Me
refiero a relaciones reales, no imaginadas y platónicas que no las aconsejo
con esta posición.
Quiero decir, he visto varias veces con esta configuración o con mucho
Piscis en la Carta Natal algo así como esta historia:
Una mujer cuyo “novio la dejó”, y al que la mujer consultante es capaz de
ver a “nivel alma”. La mujer apelará a esa conexión que tienen en el mundo
de lo sutil (u otras vidas anteriores) para no dejarle ir. Pero la emergencia de
la personalidad real con sus egoísmos y necesidades, es necesario de ser
vista. Por no decir que el “poder de visión” de esta Luna por diversos
motivos, se nubla al punto de inventarse cosas y sobre estimar personas,
porque no tiene la habilidad de combinar lo bueno y lo malo. La idealización
como dije, es defensiva de una verdad doliente.
Las escenas de destino entonces tienen este sentido terapéutico. Lo que es
sumergirse en repetidas historias exageradamente dolorosas porque no puede
percibir lo que le daña a simple vista.
El dolor entonces hace de factor “encarnativo”. Un dolor que encarna a la
persona al mundo de todos los días. Lo que no es hacer sacrificios y expiar
culpas de vidas anteriores, salvar o sacrificarse cristianamente.
Volvemos entonces, la clave es poder ver los contenidos negados en un
momento en la infancia, por resultar en ese momento insoportables. En aquel
tiempo se bloqueó un tipo de maduración que se quedó congelada en el
aprendizaje de lo vincular donde la idealización al otro no pudo combinarse
con la aceptación de su parte “mala”. Una vez adulta, se puede hacer esa
combinación más fácilmente. Pero para esto la visión no tiene que estar
intervenida por el trauma infantil.
Y así se pueda tener una valoración más compleja que blanco y negro. Lo
que trae mucha verdad, posibilidad de elección y puede dar un manejo
detallado del vínculo.
Ver la parte “mala” del humane puede enfadar mucho al principio por
sentirse traicionada/o, y luego dar una tristeza que sumerja en una crisis, para
dar finalmente una aceptación de la realidad que conecte con un silencio
profundo y un sentido poético de la existencia después.
Envisionamiento
Introduzco de la Inteligencia del orden de lo femenino que se busca
restaurar: el envisionamiento.
Primero tienes una imagen inspiradora. Esta sensación viene de las entrañas
que comienzan a imaginar. Esta semilla comienza desde sueños o a través de
una imagen, olor o sensación. Llamando a sensaciones psico-corporales.
Comienzo a pensar cómo me gustaría sentirme, como me gustaría
posicionarme ante esa realidad, y comienzo a materializar a través de la
imaginación Es como lanzar un anzuelo al mar de lo misterioso y esperar que
toda la información vaya apareciendo al plano de la consciencia.
Hay cierto “paquete de información” que ya ha bajado completo, pero se ha
de descifrar llamando al entendimiento usando un lenguaje sofisticado par
describirlo y sin la pretensión de hacerlo en su totalidad. Para eso todas las
herramientas lingüísticas que he desarrollado a este punto, serán muy útiles:
lenguajes sagrados, poesía, movimiento conectado, hablar con el silencio,
meditar, cantar. Herramientas que no son tanto explicativas sino testigo de la
inmensidad.
La manera de envisionar tiene que ver con hacer del sueño algo más vívido
con sumo detalle. Te vas sintiendo muy cerca de esta inspiración y vas
trayéndolo a la tercera dimensión, esas emociones asociadas, hasta que
acaban por materializarse. Esta es una manera diferente de conseguir las
cosas más desde la sensación que desde la conquista ciega del objeto de
deseo.
Por todo esto digo entonces que la consciencia de la soledad y la
diferenciación (la responsabilidad de cada uno/a), puede hacer evolucionar a
este niñito asustado y expuesto, en una adulto/a con reales capacidades
psíquicas.
Y es probable que no vea mis propios engaños, porque al no tener bien
divisadas las aguas diferenciadas en las relaciones (lo que le corresponde a
una y el otro), y tener autoimagen angelical, no vea que soy invasiva,
demandante y que no asumo responsabilidades en el vínculo. Y por esto
cuando me hagan un reclamo sencillo no pueda asumirlo por el dolor a la
crítica o la culpa de ser un individuo provocador de sombra.
Lo que las estafas me han enseñado
Por más que no me guste, las estafas emocionales me han enseñado cosas
sencillas que siento que otras personas ya sabían, cómo cuidarse de lo que
pueda dañar. La sobreprotección materna y la desaparición del padre (como
buena Luna en el elemento Agua), es lo que tiene. Pero la ingenuidad no es
para los adultos.
Perder la ingenuidad es el gran rito de paso de esta posición astral. No
dejarse seducir por encantamientos al mejor estilo Hadas madrinas que
convierten harapos en vestidos de princesa, e integrar algo de la Bruja, que
tiene todo el derecho a mirarse en un espejo y tener propia identidad,
preciosa, la más preciosa...
La poca noción de lo que provoca en otros sienta las bases para relaciones
confusas y estafas mutuas. Tarde o temprano la realidad acaba por emerger.
Y de este modo, con toda la información sobre la mesa, poder desarrollar la
capacidad de envisionamiento y construir mundos dentro de este mundo, que
a esta altura del proceso de consciencia, ya será parte del multiverso que yo
misma me he permitido analizar y trazar mapas y acceder.
El linaje
Mi retorno familiar
Con los años, tenía 35 para ese entonces, regresé a mi familia. Había
muchas características de mi misma que eran piezas que no encajaban con
elles. Pero así como yo parecía ser un desvío en el árbol genealógico, parte de
mi proceso estuvo relacionado con ver en lo que sí “nos parecemos con este
ramillete de personas”, que son mi familia, conmigo.
La experiencia de retornar al origen fue una sensación de reunión que era la
que realmente acabaría por resolver mi proceso que había comenzado con la
diferenciación y alejamiento. Había obtenido lo que necesitaba en soledad,
algo muy nutricio conseguí con esa distancia ermitaña. Algo lento y gradual
se desarrolló más allá del condicionamiento de las lealtades familiares, que
sentía muy invasivas.
Cerca de la familia me hubiera sido difícil por tamaña confusión que
llevaba.
La incomprensión mayor
Muchos recursos emocionales tuve que adquirir en esta empresa. No
comprendía la fuerza que se necesitaba para afirmarme socialmente,
mantener las ideas (cosa que he tenido que hacer endureciéndome al
principio), o defender mis condiciones de bienestar en los vínculos a los que
me entregaba con amor incondicional.
Pero lo más difícil fue encontrarle sentido al dolor y a la decepción ya
existente en el mundo.
Y la respuesta más potente que encontré es que no lo tiene.
Y ese pensamiento me liberó hacia un percepción cada vez más silenciosa
de la vida.
Esta incomprensión es un final abierto, pero uno esperanzador, creo.
Por esto decir que Piscis es una energía muy elaborativa porque hay años de
consciencia que elaborar, cantar, danzar y meditar.
Hemos de contener el inconsciente colectivo mismo, sin herramientas
internas y siendo parte de la corriente colectiva de evitar lo emocional.
Además teniendo una escucha y condicionamiento del otro por hiper
sensibilidad. La tarea no es fácil, pero reconocer y aceptar el tamaño de la
sensibilidad que una ha de contener, es el primer paso. No todo el mundo ha
de procesar (comprender sentir y explicar) la inmensidad como esta posición
natal.
Creo que la Luna en Piscis de todas las opciones que vive la de “entrar al
ruedo vincular” es la que vale. Y además adquirir ese lenguaje sofisticado de
comprender lo emocional, en el sentido personal, interpersonal,
transpersonal; en detalle. Por ejemplo descubrir hasta donde abrirse y
entregarse, cuando enamorarse y cuando no, si hay ciclos de enamoramiento
y desenamoramiento de los que podemos extraer matrices de
comportamiento, si el hecho de anestesiarse es defensivo, si hay
fascinaciones con el dolor y la melancolía...Todo eso para dignificar el
talento y ser buen/a portadora del gran caudal de amor que porta.
Esa reflexión que requiere esta empresa se hace conectada/o a la
contemplación y observando con ternura el interior donde está toda la
información del universo. Sin obviar la sombra que también enseña.
Conectada con tiempos milenarios, procesos profundos hay de jerarquizar lo
importante, lo inmediato y volverse una maga de sí misma. No hay apuro,
tomará años..so...
Y ese estado de quietud o ancestralidad si se quiere, será la semilla de
inseminación del mundo nuevo si queremos aportar.
Y ella vio a su alrededor y no le gustó. Guerras y crueldad, una sexualidad
basada en el sado-masoquismo, la religión de la ciencia regulando el saber,
las armas como estandarte de la civilización. Y sintió todo el dolor del
mundo sobre sí. Ella no había defendido a su hijo al nacer, dejando que se lo
aparten de su pecho, por miedo. Ella no defendió a su hija mayor en el
parque cuando un niño le quito su preciado juguete, por . Ella conservar las
maneras, dejó que la maltraten una y otra vez en nombre de la bondad y la
empatía que se suponía que debía representarla, por ser buena niña.
De repente lo veía todo, lleno de certeza, propio de la mujer que no había
dejado de ser, debajo de la que todo el mundo le había dicho que debía ser.
Y hubo llantos y sensibilidad, porque no estaba ganando poder, sino auto-
protección. Y ya no necesitaría de estos artilugios sensuales para ganar
protectores. Ya no necesitaría de los otros.
Muchas veces había imaginado este mundo de libertad desde que se
preguntó por primera vez en su adolescencia por ella. Muchas veces la había
escrito soñado y presentido. Pero ahora de repente y con este giro del
destino, había descubierto que la libertad había estado allí siempre atrapada
bajo su propia defensa que guardaba, una niña temerosa de defenderse, una
joven con miedo a mostrarse, una mujer con terror a dar su amor y ser feliz.
Y se dio cuenta que debajo de todo, era salvaje y sin vergüenza. Y que ese
intenso amor que desde siempre había sido capaz de albergar, en vez de
vulnerabilizarla, era sorprendentemente cercano al poder.
Síntesis final
Poner límites y la re-apropiación del instinto dormido
La Luna Astrológica
Entonces la Luna astrológica, dentro de esta realidad psico-patriarcal, en vez
de erigirse como la portavoz del mundo emocional de la persona, la que
permite la sensibilidad suficiente para registrar al “enemigo” y defenderse de
él, se adormece para cuidar el bienestar del otro antes que el propio,
generando resentimiento posterior.
O sea, la maravillosa energía de la Luna, maternal, mamífera y de la
seguridad que da el amor de mamá, se transforma en un mecanismo de negar
el dolor, tras la aparente defensa de la luna.
La modalidad de la defensa, la manera de silenciar la emoción, generando
seres sumisos, esa modalidad es el signo lunar.
Lo terapéutico
Claro está, que puede ser re-definido y re-considerado para el
restablecimiento del bienestar en un proceso terapéutico. Ya que con los años
la pretendida seguridad que este planeta da, ha de renovarse porque nos
encapsula en una soledad alienante. O sea, no compartimos nuestras
emociones ni siquiera con nosotros mismos.
En resumen, el motivo por el que un sistema de defensas se origina, es el de
proteger al individuo del displacer. Pero al hacerlo desde la “negación del
sentir”, con el tiempo va desvencijando la propia capacidad de placer. Algo
que comenzó como herramienta de apoyo para el “propio brillo” se
transforma en la primera causa de depresión, falta de ánimo y dificultades
vocacionales, tan comunes en la actualidad.
De ahora en adelante
Por esto, reconocer que las cosas nos duelen bajo el orgullo del niño herido
y comenzar a sensibilizarnos al propio desamparo, es parte del proceso
colectivo que hemos de emprender para restablecer el fluido natural de la
vida, truncado por miles de años.
Según la luna natal por signo, casa y aspectos, valoramos diferentes cosas
entendidas como amor, y de allí los malabares de percepción que hacemos
para no ver lo que hay que ver, idealizando a los otros, no reconociendo
nuestros instintos.
Pongamos el ejemplo de una relación de las llamadas tóxicas, o que
producen dinámicas peligrosas que rozan el maltrato psicológico recíproco.
Una de las personas en su intento por encontrar sentido, le dice a su terapeuta
que tiene sentimientos ambivalentes. Por un lado, ama apasionadamente a esa
persona, y por el otro, se siente maltratado/a. El discurso suele ser: mi mente
dice que no esté con esta persona porque me hace daño, pero mi corazón dice
lo contrario.
En realidad, esta no es la dualidad que está en juego. O, para decirlo
correctamente, podemos verlo desde esta nueva perspectiva de “la
sensibilidad dormida” que vengo desarrollando, y lo formulamos de esta
manera:
La otra persona me provoca sentimientos de placer muy grandes
(sensaciones extremas), “y” también siento dolor (este gran sentimiento
negado). Entonces, esto hace que se re-establezca el deseo con una
información integral de lo que está sucediendo.
Quiero decir que no es escuchar por un lado a la mente que es lógica y
moderada, o por el otro al corazón, que es abierto y sensible. Sino que es todo
un proceso de despertar la sensibilidad dormida. O sea, que determinada
relación no solo te provoca sensaciones de placer sino también de displacer.
Y la reorganización emocional que conlleva esta nueva visión (del dolor)
puede equilibrar lo que parecería ser un “amor ciego” hacia la otra persona.
Uno no puede dejar de sentir todo lo que siente.