Estudios Sobre La Histeria

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Estudios sobre la histeria

A partir del caso de Anna O., queda claro que el problema no consistía
meramente en la investigación de procesos psíquicos conscientes, para los
cuales bastarían los métodos de indagación ordinarios de la vida cotidiana;
también había procesos psíquicos inconscientes, para los cuales se requería
a todas luces un instrumento especial. Parecería tratarse de la sugestión
hipnótica, diseñada para persuadir al paciente a que produjera material
originario de la región inconsciente de la psiquis. Sin embargo, con Anna O.
todo lo que Breuer tuvo que hacer fue sentarse a su lado y escucharla sin
interrumpir, lo cual significó el principio de un nuevo método terapéutico. Así
fue como años posteriores Freud comenzó a confiar en el flujo de las
asociaciones libres de los pacientes.

Síntomas de conversión → lo psíquico es descargado en inervaciones corporales,


en las estructuras nerviosas, produciendo así los síntomas somáticos

Freud y Breuer adoptan una posición teórica interesante en la comunicación


preliminar. Afirman que, en el decurso normal, si una vivencia es acompañada
por un gran monto de afecto, ese mismo o bien es descargado en una
variedad de actos reflejos conscientes, o bien desaparece gradualmente por
asociación con otro material psíquico consciente. Pero en el caso de histeria,
el afecto permanece estrangulado y el recuerdo de la vivencia a la que está
adherido es suprimido de la conciencia. A partir de entonces el recuerdo
afectivo se exterioriza en síntomas histéricos, que pueden considerarse
símbolos del recuerdo sofocado (mnémicos). Para explicitar esto se ofrecen
dos razones:

1. La vivencia original tuvo lugar cuando el sujeto se encontraba en un


estado de disociación mental, estado hipnoide o segundo estado de
conciencia. Se encuentra, como ocasionamiento de síntomas histéricos,
representaciones que deben su conservación al hecho de haberse
generado en afectos graves y paralizantes. La naturaleza de estos
estados imposibilitó reaccionar frente a lo que sucedía.
2. El yo del sujeto, considerando que esa vivencia era inconciliable con él,
debió defenderse de ella. Se incluyen casos en los que el sujeto no ha
reaccionado a traumas psíquicos p0or la naturaleza de estos excluía
una reacción, o porque circunstancias sociales la imposibilitaron, o
porque se trataba de cosas que el enfermo quería olvidar y por eso las
reprimió de su pensamiento consciente, las sofocó.

Para ambos casos se justifica el procedimiento catártico, donde los síntomas


histéricos desaparecerían enseguida y sin retornar cuando se conseguía
despertar con plena luminosidad el recuerdo del proceso ocasionador,
convocando al mismo tiempo el afecto acompañante, y cuando el enfermo
describía ese proceso de manera muy detallada y apalabraba el afecto.

Así entonces se entiende el modo en que produce efectos curanderos el


método psicoterapéutico propuesto. Cancela la acción eficiente de la
representación originariamente no abreaccionada, porque permite a su
afecto estrangulado el decurso a través del decir, y la lleva hasta su
rectificación asociativa al introducirla en la conciencia normal (en estado de
hipnosis ligera) o al cancelarla por sugestión médica, como ocurre en el
sonambulismo con amnesia.
Principio de constancia → El afán del aparato anímico por mantener lo más baja
posible, o constante, la cantidad de excitación presente en él.

En la etiología histérica, los afectos deben su importancia al hecho de ir


acompañados por la producción de grandes cantidades de excitación, las
cuales exigen ser descargadas por el principio de constancia. Por lo cuál, las
vivencias traumáticas deben su característica patológica a que producen
cantidades de excitación tan grandes que no pueden tramitarse de manera
normal. A partir de esto se explica la necesidad clínica de abreaccionar el
afecto, es decir, liberar la tensión psíquica de experiencias traumáticas a
través de la verbalización o la acción y los resultados patógenos de su
estrangulamiento.

Mecanismo psíquico de fenómenos histéricos

El ocasionamiento de la histeria se debe principalmente a vivencias que al


enfermo le resulta desagradable comentar pero también, principalmente, a
que no las recuerda o no vislumbra el nexo causal entre el proceso
ocasionador y el fenómeno patológico. A través de la hipnosis se ha
demostrado que el factor accidental comanda la patología de la histeria,
como es el caso de la histeria traumática.

Sin embargo, a partir de las experiencias se


demuestra que los síntomas más diferentes,
tenidos por operaciones espontáneas, por
así decir idiopáticas (de causa
desconocida), de la histeria mantienen con EJEMPLO
el trauma ocasionado un nexo tan estricto
como otros fenómenos más transparentes. Un niño gravemente enfermo se
El nexo suele ser tan claro que se puede duerme al fin; la madre tiende toda
visibilizar cómo el suceso ocasionador su fuerza de voluntad para
produjo justamente ese fenómeno y no otro. mantenerse silenciosa y no
El fenómeno está determinado por su despertarlo; y justamente a causa de
ocasionamiento.
este designio produce un chasquido
En otras ocasiones, el nexo consiste en un
vínculo más bien simbólico entre el ocasionamiento y el fenómeno patológico,
como el que las personas sanas forman en el sueño.

Parece asombroso que vivencias transcurridas hace tiempo puedan producir


efectos tan intensos y que sus recuerdos no sucumban al desgaste en que
caducan los demás. Si bien la pérdida de afectividad de un recuerdo depende
de varios factores, lo que importa es si frente al suceso afectante se
reaccionó energéticamente o no, entendiendo por reacción a la serie de
actos voluntarios o involuntarios en que se descargan los afectos. Pero el ser
humano encuentra en el lenguaje un sustituto de la acción, y con su auxilio, el
afecto puede ser abreaccionado.
Sin embargo, la abreacción no es el único
modo de tramitación ante un trauma
psíquico. Su recuerdo, aunque no se lo
abreaccione entra en asociación, se inserta EJEMPLO
junto a otras vivencias que lo contradicen,
es ajustado por otras representaciones. Así, Tras un accidente, al recuerdo del
por medio de asociaciones, se consigue peligro y a la repetición (debilitada)
hacer desaparecer el afecto concomitante del terror se acopla el recuerdo de
(asociado). A esto se le suma el olvido como lo que luego sobrevino, el rescate, la
esa borradura universal que desgasta a las
representaciones ya ineficaces afectivamente.

De las observaciones de Freud y Breuer, se sigue que los recuerdos que han
devenido ocasionamientos de fenómenos histéricos, que corresponden a
traumas que no han sido abreaccionados, se han conservado durante largo
tiempo con frescura y con su plena afectividad. Las representaciones
devenidas patógenas se conservan tan frescas y con tanto vigor afectivo
porque les es denegado el desgaste normal por abreacción y por
reproducción en estados de asociación desinhibida.

Sin embargo, estas vivencias están completamente ausentes de la memoria


de los enfermos en su estado psíquico habitual, de tal manera que la única
manera de que esos recuerdos acudan es indagar al enfermo en estado de
hipnosis. Esta escisión de la conciencia existe de manera elemental en toda
histeria. La inclinación a disociar, y con ello, al surgimiento de estados
anormales de conciencia o hipnoides, sería el fenómeno básico de esta
neurosis.

Estados hipnoides e hipnosis coinciden en que en ambos afloran


representaciones muy intensas pero que tienen bloqueado el comercio
asociativo con el restante contenido de la conciencia, siendo asociables
solamente entre sí.

Histeria de predisposición → Los estados hipnoides existen antes de que se


contraiga la enfermedad manifiesta, ofreciendo así el terreno sobre el cual el
afecto se instalará al recuerdo patógeno junto con los fenómenos somáticos
concomitantes.

Histeria adquirida → Mecanismo en el cual un trauma grave, una sofocación


trabajosa, pueden producir una escisión de representaciones en sujetos
donde ese fenómeno no pre existía.

Ataques histéricos

Los recuerdos que afloran en los ataques histéricos se corresponden con los
fundamentos de síntomas histéricos permanentes. Es decir, también
corresponden a traumas psíquicos que no se tramitaron por la vida de la
abreacción ni por un trabajo asociativo del pensar. Además, también se
sustraen y muestran pertenecer al contenido de representación de estados
de conciencia hipnoide con asociación restringida.

Los fenómenos motores del ataque histérico se pueden interpretar en parte


como unas formas de reacción generales para el afecto acompañante del
recuerdo, como movimientos expresivos directos de ese recuerdo.

Sin embargo, como se mencionó anteriormente, en la histeria están presentes


grupos de representaciones generadas en estados hipnoides excluidas del
comercio asociativo con el resto de la conciencia pero asociables entre sí,
constituyendo de este modo, lo primordial de una segunda conciencia. Un
síntoma histérico permanente corresponde a una penetración de ese
segundo estado en la inervación corporal gobernada por la conciencia
normal, en cambio, un ataque histérico demuestra una organización más alta
de ese estado, e indica un momento en el que esa conciencia hipnoide se
apodera de la existencia total.

Trayectoria de la histeria

1. Se forma en estados hipnoides un contenido de representación que


luego, cuando ha tomado el suficiente incremento, se apodera durante
un episodio de histeria aguda de la inervación corporal y de la
existencia del sujeto. Así, crea síntomas permanentes y ataques y luego
sana, salvo algunos restos.
2. Si la persona normal consigue recuperar de nuevo el gobierno, lo que
sobrevivió de aquel contenido de representación hipnoide retorna en
forma de ataques histéricos devolviendo por momentos a la persona
esos estados.
3. Luego se puede llegar a establecer una suerte de equilibrio, ataques y
vida normal se suceden sin influirse entre sí. A partir de acá, el ataque
sobreviene de manera espontánea, aunque también puede ser
provocado por la estimulación de una zona histerógena o por una
vivencia nueva que hace resonar a la vivencia patógena en virtud de su
semejanza.

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