Qué Es La Teología

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 5

t

¿Qué es la teología? 13

c) Una sencilla mirada a la historia de esta cuestión en el siglo X X

A lo largo de la historia, la pregunta por la identidad de la teolo­


gía ha estado presente en el ámbito de la reflexión de una forma per­
manente. Vuelve una y otra vez en su desnuda tozudez. El ser humano
necesita decirse a sí mismo, con sus propias palabras y de forma in­
mediata, quién es Dios para él y quién es él para Dios. Sólo en el siglo
pasado -quizás uno de los teológicamente más fecundos- podemos
señalar una amplia nómina de autores significativos que se han plan­
teado expresamente la cuestión: Rudolf Bultmann (1884-1976), Karl
Barth (1886-1968), Erik Peterson (1890-1965), Anselm Stolz (1900-
1942), Karl Rahner (1904-1984), Y ves Congar (1904-1995), Hans Urs
von Balthasar (1905-1988), Jürgen Moltmann (1924), Gustavo Gutié­
rrez (1928), Adolph Gesché (1928-2004), Olegario González de Car-
dedal (1934).,. Cada uno de ellos ha subrayado un aspecto particular
de esta realidad tan compleja; y no tanto para negar el resto, sino para
poner de relieve aquella característica que se hacía especialmente ne­
cesaria a causa del olvido o por su redescubrimiento.
En este sentido, Rudolf Bultmann ha subrayado que sólo existe
verdadera teología cuando se da una implicación personal y existen-
cial entre/sl sujeto que hace teología y la realidad sobre la que trabaja.
El argumento es simple: Dios no es un objeto más de nuestra razón
que pueda ser conocido desde la distancia y desde una aparente neu­
tralidad, sino una realidad viviente con la que, abriéndose a ella o re­
chazándola, el hombre se juega el destino y el sentido último de su
existencia. Así, para que haya teología tiene que haber una existencia
teológica4.
Karl Barth acentuó, por el contrario, la centralidad de la revela­
ción de Dios en su Palabra, que provoca un juicio y una crisis en el
hombre pecador. La teología es posible sólo como Iglesia, pues ella es
el lugar donde esta Palabra puede ser actualmente escuchada, acogida
y pensada. La comunidad eclesial tiene la responsabilidad de que tal
Palabra sea atendida en su origen (teología bíblica), en su contenido
(teología dogmática) y en el sentido último al que ella es destinada
(teología práctica)5.

4. R. Bultmann, Glaube und Verstehen I, Stuttgart 91993, 26.


5. K. Barth, Introducción a la teología evangélica, Salamanca 2006.
14 El ejercicio de la teología

Para Erik Peterson la teología no es un simple hablar de Dios, ni


siquiera en la forma de predicación (apóstoles), de testimonio (márti­
res) o de enseñanza (maestros) del Evangelio, sino la ratificación con­
creta de lo que el Logos de Dios encarnado ha hablado concretamen­
te de Dios. La teología es el desarrollo de la porción de la revelación
divina que se ha expresado en el dogma. Un desarrollo que se realiza
en formas de argumentación concretas y que realmente presupone una
revelación que incluye su recepción en la fe y la obediencia concreta,
pero no sólo como forma dialéctica que pone en crisis toda capacidad
humana de acoger dicha revelación (frente a K. Barth). La teología no
puede decidirse desde su vinculación a una actividad espiritual del
hombre, ya que sólo la revelación determina en último término la
esencia de la propia teología6.
Amselm Stolz destaca que únicamente es posible la teología si an­
tes existe sagrada Escritura y, sobre todo, encarnación de Dios. Por­
que, si no es así, sólo sería posible un hablar sobre Dios, pero no un
real y verdadero hablar de Dios (en sentido objetivo y subjetivo). El
monje benedictino subraya además el carácter carismàtico de la acti­
vidad teológica. La teología es un carisma, un don y una gracia dado
a todo cristiano en el bautismo; es un hablar de Dios que proviene del
Espíritu divino que desciende sobre la estrechez de nuestra naturale­
za, La ciencia teológica se desarrolla como una profiindización de la
gracia de la fe, que en realidad constituye una participación en la eter­
na sabiduría de Dios7.
Karl Rahner, asumiendo este carácter carismàtico y bautismal en
el origen y en la raíz de la teología, ha subrayado su aspecto intelec­
tual y reflexivo. La teología es pensar, es la fe pensada con el objeti­
vo de ir pasando de ser siervos a amigos de Dios (Jn 15)s. El acto de

6. E. Peterson, «¿Qué es teología?», en Tratados teológicos, Madrid 1968,15-


26. El autor responde al artículo de K. Barth, La palabra de Dios como tema de la
teología, Munich 1924. Cf. B. Nichtweiss, Erik Peterson. Neue Sicht a u f Leben
und Werk, Freiburg 1992, 499-721.
7. A. Stolz, Was ist Theologie?, en G. Baumgartner (hrgs.) Die Siebten Salz­
burger Hochschulwochen, Salzburg 1937, 17-23 (por su interés, se ofrece en el ca­
pítulo 10 de nuestro libro la traducción de este breve texto de Stolz).
8. K, Rahner, «Freunde Gottes», en Id., Hörer des Wortes, Sämtliche Werke iy
Freiburg 1997, 294-295 (por su interés, se ofrece una traducción y comentario de
este texto de Rahner en el capítulo 10 de nuestro libro).
i

¿Qué es la teología? 15

ptniar característico de ¡a teología tiene tres pasos o momentos esen-


Oilles, En prim er lugar, el sujeto creyente acoge la realidad que se
.flM da y se nos ofrece a través de los hechos, textos y monumentos
4|gf dan testimonio de la revelación de Dios. Rahner lo denomina
“Wirktichkeitsmorne.nl, el momento de la realidad. En segundo lugar,
‘f t da el paso de la percepción y la recepción a la pregunta que inten-
fcOOmprender esa realidad en su sentido último y en su racionalidad
j^teterna o logos. Rahner lo llama Verstehensmoment, el momento de
Comprensión y de la racionalidad. En tercer y último lugar, es pre­
d io interrogarnos por las condiciones de posibilidad implícitas en la
n tlidad acogida y comprendida respecto del dinamismo y estructu­
ra de nuestro conocimiento para que esa realidad, además de ser real
JAverdadera, sea posible conocerla hoy por nosotros (trascendental).
Rahner lo denomina Begründungsmoment, el momento de la funda-
mentación9.
Hans Urs von Balthasar destaca el punto de partida o núcleo pri­
mero de la teología. Para él, la teología significa antes de nada teolo­
gía de Dios (en sentido subjetivo), es decir, Dios revelándose y ha­
blando en su Hijo, en su Palabra hecha carne. Este origen y sentido
ftmdamentakposibilita una teología eclesial cuya característica esen­
cial es la obediencia a la revelación dada. Así, señala la necesidad de
que la teología sedente y académica sea a la vez una teología obe­
diente y arrodillada10.
Jürgen Moltmann añade a la pregunta qué es teología el adverbio
hoy, clave significativa para comprender su forma de entender la teo­
logía11. De esta forma busca insistir en que la teología se da en el
tiempo y tiene que asumir la aventura humana que se ha desarrollado
a lo largo de una historia de pecado y salvación. En esta historia está
en el centro la cruz de Cristo, que constituye la herida abierta de toda

9. Cf. Id., Grundkurs des Glaubens, Sämtliche Werke XXVI, Freiburg 1999,
199. Cito la edición alemana porque en la traducción española, siempre difícil de
realizar, no se perciben bien estos tres momentos de los que habíamos (Curso fu n ­
damental sobre la fe, B arcelona31998, 246-247). Cf. A. Cordovilla, La teología es
pensar. La relación entre filosofía y teología en Karl Rahner. Estudios eclesiásti­
cos 79 (2004) 395-412, en especial 410-411.
10. H. U. von Balthasar, «El lugar de la teología», en Ensayos teológicos I.
Verbum Caro, Madrid 1964, 193-207; Id., «Teología y santidad», 267.
11. J. Moltmann, ¿Qué es teología hoy?, Salamanca 1992.
16 El ejercicio de la teología

teología verdadera, así como el fundamento y la crítica de la teología


cristiana12. Ella es la llave maestra para salir de la crisis de identidad
cristiana y de relevancia social que padecen la fe y la teología, pero
también el centro desde donde se puede construir una auténtica teolo­
gía ecuménica.
Gustavo Gutiérrez ha continuado esta reflexión sobre el sentido
del quehacer teológico en la situación histórica contemporánea que
viven y padecen los pobres de la tierra. La teología consiste en hablar
de Dios desde el sufrimiento del inocente; hablar del Dios de la gracia
y de la gratuidad desde la situación histórica y concreta en la que exis­
ten los pobres y desde el ejercicio e implicación de los hombres en la
lucha por la justicia (praxis)13.
Adolphe Gesché nos ha dejado una teología verdaderamente apa­
sionada por el ser humano. Su teología puede resumirse en la expre­
sión Dios para pensar, donde pensando a Dios es posible saber mu­
cho más y más radicalmente del propio hombre y de las realidades
fundamentales que le afectan. Por tanto, la actividad de la teología
consiste en pensar con Dios, con el Dios del exceso y de la gratuidad,
comprendiéndolo como compañero del hombre que le lleva y condu­
ce a límites insospechados; pero también dejarse provocar por el Dios
que da que pensar, que ni dice ni oculta, sino que señala (como el
oráculo de Delfos)14. Semejante manera de entender la teología tiene
como destinatario al ser humano. Un hombre que vive entre el sufri­
miento por la experiencia del mal y el resplandor que le ofrece la luz
entrevista; un hombre que pertenece al cosmos y que es libertad emer-

12. Id., E l Dios crucificado. La cruz de Cristo como fundamento y critica de


la teología cristiana, Salamanca 2007.
13. Cf. G. Gutiérrez, Teología de la liberación, Salamanca 1972; Id., Hablar
de Dios desde el sufrimiento del inocente, Salamanca 1986.
14. A. Gesché, El mal. Dios para pensar I, Salamanca 2002,12: «Al inaugu­
rar con este libro (El mal] una serie de libros, intentamos formular la hipótesis de
que Dios o la idea de Dios puede ayudar al hombre a pensar. La idea es la si­
guiente. Que para pensar bien, todo es necesario. Que para pensar bien, hay que
llegar hasta el fondo de los medios de que se dispone. Pues bien, la idea de Dios,
incluso como símbolo y abstracción, representa en la historia del pensamiento la
idea más extrema, aquella más allá de la cual no existe ya ningún último concep­
to, falso o verdadero. Así pues, ia teología va a proponer pensar con Dios, con la
sota idea de que un pensamiento sobreabundante (in mentís excessu Sal 67, 28)
puede resultar beneficioso».
I

¿Qué es la teología? 17

*
gente en busca del sentido. Conjugando ambas perspectivas podemos
dscir con J.-M. Sevrin que el propósito de esta teología consiste en
p tn sa r a pa rtir de Dios para salvar al hombre. En este sentido es un
lervicio de caridad; pues al ocuparse de la fe y de Dios en relación
Con la salvación de los otros se convierte en teología soteriológica. No
011 vano, sin el principio de la «salutarité», la teología de la fe se vol­
vería sobre sí misma, ensimismada en los pormenores institucionales,
ideológicos o teológicos, como si pudiera ser comprendida como un
objeto cerrado, lo que le abocaría a perder su objetivo salvífico15.
Olegario González de Cardedal se ha preguntado por el lugar de la
teología en el espacio público de la sociedad y de la academia, inten­
tando mostrar que el lugar hay que entenderlo más bien como sinóni­
mo de emplazamiento y origen, de misión y responsabilidad. Por esta
razón, ha distinguido primeramente un lugar exterior, físico y social,
que tiene que ver con el enclave dentro de una organización mecáni­
ca y técnica de la vida humana y de su relación social. Considera, a
continuación, el lugar interior, y lo entiende como la ley o exigencias
propias del quehacer teológico. Por último, aborda el lugar interno,
que tiene que ver con la actitud personal y la forma permanente de co­
rresponder a esa misión a la luz de su origen y sus fines16. El quehacer
de la trilo g ía se sintetiza entonces en «oír, atender, atenerse, inteligir,
interpretar, 'sistematizar y obedecer lo que Dios dice de sí mismo y so­
bre el hombre mediante acciones y palabras en la historia»17.

2. Sentido etimológico de la palabra «teología»

a) La paradoja: Dios en palabra humana


No siempre el sentido etimológico de una palabra nos acerca ver­
daderamente a la realidad misma de la que estamos hablando, aunque
en este caso si es así. El análisis etimológico del concepto teología
puede sernos muy útil para comprender el contenido esencial de la ta­
rea teológica o de la realidad que está detrás de la palabra.

15. Id-, Le mal et la lumiére, Paris 2004,126.


16. O. González de Cardedal, El lugar de la teología, Madrid 1986, 14-18.
17. Id., El quehacer de la teología: Salmanticenses 53 (2006) 251-299; cilil
en p. 254,

También podría gustarte