Lecturas Lenguaje Inclusivo

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UNA INTRODUCCIÓN AL LENGUAJE INCLUSIVO

EL DESDOBLAMIENTO LÉXICO

Fundéu (Fundación del español urgente)1

Se llama desdoblamiento léxico a la mención expresa de los dos géneros. Esto es, se
trata de no decir solo los niños para referirse a los niños y a las niñas, sino de
escribirlo mencionando ambos géneros.

La Gramática académica recoge que el desdoblamiento es una tendencia reciente,


aunque considera que su intensidad es variable y que parece ser más propia de
algunos textos periodísticos, de medios oficiales, del lenguaje administrativo o de
los textos escolares que del habla espontánea que se escucha en las calles de los
distintos países del ámbito hispánico.

La doble mención, al masculino y al femenino, es general en los


vocativos (fórmulas fijas como señores y señoras, damas y caballeros), en los que se
interpreta como una marca de cortesía; pero, salvo esos usos, la RAE indica
que resulta artificioso y que se trata de un «circunloquio innecesario cuando el
empleo del género no marcado es suficientemente explícito para abarcar a los
individuos de uno y otro sexo».

Cuando, en casos muy específicos, el contexto no deja suficientemente claro que el


masculino plural comprende por igual a las personas de ambos sexos, y la
oposición es así relevante, las opciones que recoge la Gramática de la RAE son:

 El desdoblamiento: «Los españoles y las españolas pueden servir en el


Ejército».
 Una aclaración: «El equipo estará formado por profesionales, tanto
hombres como mujeres».

Frente a este punto de vista normativo, muchas instituciones han elaborado en los
últimos tiempos manuales de lenguaje inclusivo. La idea es que la
discriminación que sufren determinados colectivos debe ser erradicada mediante
políticas de igualdad; una parte esencial de estas es precisamente la
transformación de las pautas de comunicación para asegurar que estas sean
incluyentes.

En estas guías el desdoblamiento es una de las opciones ofrecidas para evitar


hacer uso siempre del masculino genérico. Conviene aclarar que estos
manuales no proponen que se desdoblen sistemáticamente todos
los determinantes, nombres, adjetivos, etc., sino que el desdoblamiento es una
opción, entre muchas otras, a la que se puede acudir en ocasiones, siempre

1
En: http://www.fundeu.es/lenguaje-inclusivo/desdoblamiento.html (12/03/2019)

1
teniendo en cuenta que su empleo recurrente en textos redactados genera
confusión y hastío en el lector.

Uno de los contextos en los que suele emplearse y en los que el desdoblamiento funciona
bien es en formularios y en los encabezamientos y firmas de muchos documentos, en los
que además ahorra espacio (Sr./ Sra., el/la abajo firmante). Con todo, la mayoría de las
guías recomiendan hacer un uso razonable de esta alternancia.

2. SEXISMO LINGÜÍSTICO Y VISIBILIDAD DE LA MUJER


Ignacio Bosque2
1. En los últimos años se han publicado en España numerosas guías de lenguaje no sexista.
Han sido editadas por universidades, comunidades autónomas, sindicatos, ayuntamientos
y otras instituciones. [Cabe resaltar que] la mayor parte de estas guías han sido escritas sin
la participación de los lingüistas.

2. Entre los aspectos que comparten las guías de lenguaje no sexista destaca sobre todo
una argumentación implícita que me parece demasiado obvia para ser inconsciente.
Consiste en extraer una conclusión incorrecta de varias premisas verdaderas, y dar a
entender a continuación que quien niegue la conclusión estará negando también las
premisas.

La primera premisa verdadera es el hecho cierto de que existe la discriminación


hacia la mujer en nuestra sociedad. Son alarmantes, en efecto, las cifras anuales de
violencia doméstica, y se siguen registrando situaciones de acoso sexual no siempre
atendidas debidamente por las autoridades competentes. Existen todavía diferencias
salariales entre hombres y mujeres. Se atestiguan también diferencias en el trato personal
en el trabajo, que a veces se extienden al grado de capacitación profesional exigible en la
práctica, así como a las condiciones requeridas para acceder a puestos de responsabilidad.
Además, en el mundo laboral, existe desigualdad entre hombres y mujeres en la
distribución de las tareas domésticas. Es también real el sexismo en la publicidad, en la
que la mujer es considerada a menudo un objeto sexual.

La segunda premisa, igualmente correcta, es la existencia de comportamientos


verbales sexistas. El lenguaje puede usarse, en efecto, con múltiples propósitos. Puede
emplearse para describir, ordenar, preguntar, ensalzar o insultar, entre otras muchas
acciones, y, desde luego, también puede usarse para discriminar a personas o a grupos
sociales.

La tercera premisa verdadera es el hecho de que numerosas instituciones


nacionales e internacionales han abogado por el uso de un lenguaje no sexista. En casi
todas las guías que menciono se alude, en efecto, a la abundante legislación que propugna
abolirlo. Algunas revistas científicas internacionales piden actualmente a los
investigadores que no usen únicamente la inicial del nombre de pila en las citas
bibliográficas de sus trabajos, ya que se ha constatado cierta tendencia a considerar, por
defecto, que el autor de la obra citada en tales casos es un varón, en lugar de una mujer.

La cuarta premisa, casi un corolario de las anteriores, es igualmente correcta. Es


necesario extender la igualdad social de hombres y mujeres, y lograr que la presencia de la
mujer en la sociedad sea más visible.
2
En El País. https://elpais.com/cultura/2012/03/02/actualidad/1330717685_771121.html

2
Sin embargo, de estas premisas correctas, se deduce una y otra vez en estas guías
una conclusión injustificada que muchos hispanohablantes consideramos insostenible.
Consiste en suponer que el léxico, la morfología y la sintaxis de nuestra lengua han
de hacer explícita sistemáticamente la relación entre género y sexo, de forma que si
no lo hacen serán automáticamente sexistas las manifestaciones verbales, ya que no
garantizarían “la visibilidad de la mujer”. En este punto coinciden todas las guías, que
consideran que nuestra lengua es androcéntrica, ya que nos hace interpretar lo masculino
como lo universal.

3. Lo que en estas guías se entiende, de manera poco justificada, es que hay siempre
discriminación en las expresiones nominales construidas en masculino con la intención de
abarcar los dos sexos. Proponen, pues, que debe sustituirse Los afectados recibirán una
indemnización por Los afectados, hombres y mujeres, recibirán una indemnización, ya que
las mujeres afectadas que lean la primera variante entenderán que no corresponde a ellas
el resarcimiento que se anuncia.

Me pregunto dónde fijar los límites ante el “problema de la visibilidad de la mujer


en el lenguaje”. A los que respondan que no conviene llevar las normas o las reglas
gramaticales a sus extremos, habría que recordarles que las normas gramaticales no
tienen extremos. Se formulan de cierta manera y se aplican en función de ciertos criterios
léxicos, morfológicos o sintácticos que deben expresarse con claridad. Se dice en algunas
guías que los críticos del desdoblamiento léxico (ciudadanos y ciudadanas, etc.) construyen
deliberadamente ejemplos recargados con el solo propósito de ridiculizar a quienes
proponen dicho recurso visibilizador. Sin embargo, tales desdoblamientos múltiples se
proponen a menudo como ejemplos en estas mismas guías que consideran que no debe
decirse Los funcionarios interinos que hayan trabajado entre el 8 de julio y el 7 de enero […],
sino Los funcionarios y funcionarias interinos e interinas que hayan trabajado entre el 8 de
julio y el 7 de enero […]. También propone como modelo de redacción frases como […]
foros y chats, para que el/la estudiante pueda comunicarse con el equipo docente, los/las
tutores/as y los/las compañeros/as…, así como En estos centros las tutoras y los tutores
actuarán como guías y asesores de las alumnas y los alumnos, con aparente discriminación
de las asesoras. Otra guía sugiere como pauta El/la avalado/a está obligado/a a comunicar
a el/la avalista dicha circunstancia.

4. Un buen paso hacia la solución del “problema de la visibilidad” sería reconocer, simple y
llanamente, que, si se aplicaran las directrices propuestas en estas guías en sus términos
más estrictos, no se podría hablar. Mucho me temo que las propuestas no estén hechas
para ser adaptadas al lenguaje común. Unas veces se dice expresamente en las guías, pero
otras quedan tan solo sobrentendido: se supone que los cambios que se solicitan han de
afectar únicamente al lenguaje oficial escrito. Se aplicarían, pues, a los textos legales o
administrativos (lengua escrita) y a los discursos públicos, las declaraciones, las ruedas de
prensa y otras manifestaciones de la lengua oral. Dicho de una manera más clara: se ve
como algo enteramente natural que la autoridad, el responsable o el gestor que desdobla
usuarios y usuarias o ciudadanos y ciudadanas se olvide de su desdoblamiento cuando ya
no esté delante de un micrófono o de una cámara. Una vez abandone la tribuna o el estudio
de grabación, dirá que “va a cenar con unos amigos”, sin intención de excluir a las mujeres,
o que “tiene que ir al colegio a recoger a sus hijos”, sin que hayamos de suponer que no
tiene hijas. Hablará, en una palabra, como todo el mundo.

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